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Published by NIL, 2021-08-04 14:01:06

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LA VISITA AnAtonntoCnhCehjoevjov DE UN SER 201420C1u4 ento EXTRAÑO Mercedes Eleine González Relato corto 23/07/21 EPETPT

La visita de un ser extraño (Tomado de la rica fuente de la vida real) Mercedes Eleine González Palabras Introductorias A menudo soñamos con seres de otros mundos o imaginamos que tenemos encuentros fortuitos con seres que no pertenecen a nuestro planeta tierra, una de las películas más hermosas que tratan este tema es E.T. del reconocido director estadounidense, Steven Spielberg, a quien adoro por esa rica imaginación que tuvo desde niño y que no perdió al crecer, sino que recreó para suerte de los que amamos la ciencia ficción. Yo tuve “un encuentro cercano de tercer tipo”, siguiendo la trayectoria del director, hace muchísimo tiempo, tanto que casi queda en las brumas del recuerdo semiborrado por la vorágine de la vida moderna pero que, haciendo un gran esfuerzo, he podido rescatar poco a poco de esa bruma que intenta borrar la memoria y heme aquí, contando lo esencial de aquel breve pero inolvidable encuentro entre dos mundos. Sé que muchos no me van a creer, otros me tildarán de fantasiosa, mentirosa,

exagerada, soñadora, idealista, en fin, pero para que mi historia no quede sepultada en las huellas del olvido, hoy voy a escribir ese encuentro maravilloso con un ser increíble de otro planeta que tuve la suerte y el privilegio de conocer. Presten atención porque había una vez…. Capítulo I Entonces de pronto se sintió muy agotada como si hiciera mucho rato estuviera andando, sin noción alguna. Se vio en un lugar diferente que no conocía; comenzó a caminar por un terreno pedregoso y sintió angustia porque nunca antes había visto aquel paraje extraño, ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, solo recordaba haber estado momentos antes en un plácido lugar pensando en los diversos mundos que forman parte del universo. Mas no tuvo mucho tiempo para reflexionar pues un ruido la distrajo de sus pensamientos, ¿acaso no estaba sola? Buscó desesperadamente un lugar donde refugiarse pues sintió temor pero no encontró nada a mano, aunque justo casi frente a ella vio un pequeño arbusto con pocas hojas en sus ramas pero lo suficiente para ocultarla, se acercó con cuidado y pudo atisbar una escena que, a su entender, no formaba parte de su mundo conocido. Algo se movía al otro extremo de donde ella se escondió, algo tan diferente que por un momento tuvo la certeza de que soñaba, mas, no recordó haber estado en su cuarto ni en su cama. ¿Qué era aquel extraño ser de apariencia tan ajena a la suya? Entonces lo escuchó hablar en un idioma que no entendió, ¿con quién hablaba? Pues por aquellos lares no había otro ser alrededor. Sin duda alguna hablaba solo pero por más que aguzó el oído no entendió nada. Entonces cometió el error de estornudar y por mucho que se tapó la nariz no pudo evitar el desastre, ¡atchiiiiis!!!!! Sin saber cómo inmediatamente lo tuvo a su lado sin embargo no sintió miedo alguno, ¿la razón? no la sabía pero lo cierto es que aquel extraño ser le inspiraba una gran confianza. De hecho parecía un duendecillo, si es que en algún momento recuerdan el aspecto de los duendes de los cuentos; su carita pícara era sonriente y aunque se movía de un lado a otro sin parar resultaba

hasta cómico verlo moverse con tanta rapidez cuando sus piernecitas torpes tocaban el suelo pedregoso que no parecía molestarlo en lo más mínimo. -Hola, hola, hola- decía mientras movía su manito en ademán de saludo- que ella entendió perfectamente. -Hola, disculpe si estoy invadiendo su espacio, por favor, no es mi intención- casi balbuceó con mucha timidez en su propio idioma. -Oh, no te preocupes, llevo tantos siglos aquí solo que es una sorpresa muy agradable encontrarme un ser vivo en este momento. Nadie me visita –añadió con cierto pesar. -Si claro, me imagino, debe ser un planeta muy distante. -Así mismo es, despoblado, misterioso y solitario. A veces hasta inhóspito. -¿Por qué entiendo su idioma? ¿Acaso habla usted el mismo idioma mío? Y se quedo pensando cómo podía entenderlo si ni siquiera sabía que idioma podría hablar él. -Estoy aplicando los conocimientos telepáticos. Me entiendes en tu propio idioma porque hago la traducción simultánea en tu pensamiento. -Ah! fue todo lo que pudo decir, tan asombrada quedó de tal destreza, era mucho el desarrollo del mundo de donde vendría ese ser. -En fin, ¿vas a salir de donde estás escondida? Porque así no podremos conversar cómodamente. -Sí, claro, como no- y salió presta. Entonces se presentaron mutuamente muy satisfechos de ser cada quien representante de su propio mundo. Mundos diferentes de alguna galaxia vecina. El extraño pero simpático ser resultó mucho más agradable de lo que María Fernanda había imaginado, con una conversación tan amena que en pocos minutos parecía que se conocían de toda la vida. ¿Cómo eso podría ser posible? -Perdone mi curiosidad pero, ¿puede decime cómo llegó aquí? -Oh, es una larga historia –y se acomodó lo mejor que pudo en el tronco de un árbol cortado casi de raíz y que le servía de asiento, se acomodó tan bien como quien se prepara para contar una larga historia, quien cortó el dichoso árbol será un misterio que no nos atreveremos a desentrañar. -¿Puedo brindarte algo de beber? Sé que los humanoides terrícolas beben una especie de brebaje que llaman té verde que les gusta mucho.

-Pues sí, claro, no me imagino que usted tenga algo así por aquí-dijo María Fernanda, mirando a su alrededor donde podría encontrarse de todo menos una taza y un paquete de té. -Te quedarás muda de asombro pero tengo un té tan original que te encantará. Cuando lo bebas no tendrás ni sueño ni hambre, ni cansancio ni pereza, y saciará todas tus necesidades. No es ni amargo ni dulce, porque tendrá el sabor exacto que tu paladar le dé. Ya para estas alturas, la curiosidad de María Fernanda era mucha. ¡Estaba loca por probar ese té! En pocos minutos aquel personaje, como por obra de magia, extrajo la extraña infusión y le brindó un brebaje tan exquisito en una tacita tan curiosa que María Fernanda quedó boquiabierta de admiración. A veces en personajillos simples se ocultan grandes misterios y verdades. Después comentaremos sobre este raro y delicioso té. Capítulo II Una historia por contar “Hace muchos años llegué a este planeta enviado de un mundo lejano, tan distante al vuestro que ni aun con sus más potentes telescopios podrían algún día llegar a ver. Vine cabalgando en un rayo de luz, el cual, después de haberme traído, se fue tan rápidamente como vino. De mi mundo me desterraron a éste, creyendo que no habría vida alguna aquí, por haber cometido una falta que jamás perdonarían los nuestros. Mi castigo fue venir a vivir a un mundo muerto hasta el resto de mis días. Los Laxes no morimos sino que dejamos el cuerpo que hemos habitado y adoptamos la forma de gas invisible a vuestra vista. Como ves, yo aun estoy vivo” -y se echó a reír con una risa tan contagiosa que a María Fernanda le dio realmente mucha gracia y también empezó a reír aunque no sabía por qué.

_Prosiga, es muy interesante su historia- dijo ya muy intrigada. -Prosigo-añadió el extraño ser. “Cuando vine a este planeta me maravillé de lo hermoso que era; plantas gigantescas por todas partes, inmensos mares y océanos, altas y temibles montañas que yo escalé con solo dar un impulso a mi superdotado cerebro lasex. Desde la cima de estas montañas, el panorama aun era más hermoso, si cabe, y desde allí la vista se recreaba al ver las maravillosas obras de la naturaleza”. “Viví muy solo durante mucho tiempo hasta que poco a poco vi como surgían las distintas especies tanto vegetal como animal. Primero surgieron bacterias, especies formadas por una célula, una cosa tan simple, más tarde se multiplicaron y fueron metazoos, luego un pez, después un pequeño animal terrestre y con el transcurso de los siglos y milenios, los grandes monstruos prehistóricos, marinos y terrestres poblaron el planeta, claro que la poderosa mano de Dios estaba detrás de toda esta maravilla que parecía mágica”. “Debido a las distintas épocas en que este mundo sufría unos raros fenómenos llamados glaciaciones, que es el deshielo de los grandes cascos de hielo de los polos terrestres, fueron desapareciendo los animales prehistóricos y surgiendo otras nuevas especies de animales de las que aun hoy día pueden encontrarse algunas. “Los animales en su enorme diversidad poblaron las grandes planicies y el hombre, la gran creación de Dios en el universo inmenso, apareció un buen día, vistiendo de manera rústica y acompañado siempre de una mujer a su lado que lo seguía a dondequiera. Era la primera pareja de la historia que yo conocí. ” “Al principio era algo torpe, yo lo veía caminar por las grandes praderas quizás buscando alimento en las ramas de los arboles, pero yo iba colocando en su camino algunas evidencias de cosas que pudieran servirle para que aprendiese a manejarlos y adquiriese destreza primero como cazador, como la utilización del arco y de la flecha para cazar y luego semillas de frutas para comer que, usando algún instrumento de pico, le permitiese cavar en la tierra para luego echarlas dentro y que al germinar en frondosos arbolillos garantizasen su alimento. Todo esto lo hice mientras ellos dormían y de manera paulatina le enseñaba la manera de usarlos, sin que notaran mi existencia.” “Te cuento todo esto porque ya llega el fin de mi destierro y aunque te dije que mi error no tenía perdón, ellos me han permitido el regreso al cabo de

milenios; he pensado que de algún modo debe quedar algún testimonio de mi paso por este hermoso globo terráqueo azul, llamado así porque desde el cosmos, ese cielo lejano y temible, el hombre contempla un planeta casi redondo, achatado en sus extremos, de un color azul intenso, debido a los océanos que lo pueblan.” “El hombre, maravillosa especie capaz de raciocinio y grandes reflexiones, adelanta día a día en su intenso progreso para el desarrollo de la humanidad, en que han progresado mucho, sus científicos son inteligentes, sus médicos excelentes; ya han viajado hasta el propio cosmos, y tengo la seguridad de que dentro de poco, podrán viajar y establecerse en los distintos planetas que componen el sistema solar y hasta quizás, los sistemas solares de otras galaxias. Aunque si te voy a ser sincero, el hombre no ha encontrado aun el modo eficaz en el planeta tierra de garantizar la paz tan deseada. Y esto es muy importante”. -¿Quieres beber otro poco de té? -Añadió muy complaciente el personajillo después de finalizar su fantástico relato pero ya María Fernanda, sonriente, relajada y plenamente feliz, había olvidado por completo el por qué estaba allí pues tal y como el raro personaje había dicho, el té era tan delicioso y embriagante que sabía a todo lo bueno del mundo pero, lo más importante, hacía olvidar las cosas al instante de beberlo. ¿Te gustaría beber un té como ese? fin


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