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mi infancia está marcada por una calle empedrada cuesta arriba que lleva a la plaza de la iglesia. Cada canto tiene escrita una aventura. Éramos libres porque disfrutábamos siendo lo que éramos, no teníamos la ambición de poseer, nuestras expectativas se encontra- ban al alcance de la mano: un balón de futbol, un tira- beque, una tala, un inque, una piedra, una pelota de frontón, un árbol, unas canicas, mil escondites, una imaginación desbordante y un río. INFANCIA 52
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..se dice que sus habitantes, temerosos de la niebla, edificaron sobre la pequeña torre de la iglesia una es- belta columna cuadrangular, sobre la que se depositó a su vez, con sumo cuidado, una composición de dos pi- rámides, una de ellas truncada, unidas por un cubo. Esta composición se revistió de espejos y sirvió de guía a los viajeros para adentrarse en el territorio de la niebla. Fueron necesarios muchos años y miles de bra- zos para reconfigurar la orografía, y convertir las aguas pestilentes que tenían cercada a la ciudad a lo largo de cientos de kilómetros, en un lago apacible. Hoy es venerado como si del mismísimo mar se tra- tara. …. EL FIN DEL MUNDO EN MIS TEJADOS. 54
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TRANSPARENCIA 56
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PRIMAVERA EN LAS CHIMENEAS 58
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REGUGIO 60
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BIBLIOTECA JAPONESA 62
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CRUCE DE CAMINOS 64
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MONASTERIO 66
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… el hambre y el pillaje acabaron por empujar a mu- chos habitantes a iniciar del camino del exilio. Un mo- vimiento lento pero continuo de personas comenzó a dirigirse al bosque, un lugar que hasta entonces había sido despreciado. Aprendieron a reconocer lo que el suelo podía proporcionarles y descubrieron en las co- pas de los árboles un escudo perfecto para las noches frías. Todo fue lento, muy lento, pero del amor a los árboles surgió la ciudad actual. Cuando paseas se puede apreciar el colorido de puertas y ventanas dibu- jadas sobre su corteza, es una forma de honrar al olmo como su casa. PIEL DE OLMO 68
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RULOT 70
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JEFE DE ESTACIÓN 72
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CON VISTAS AL MAR 74
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siempre que vuelo, siento la calma del mar sobre las nubes. EN CALMA 76
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CASA EN VUELO 78
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ÍGNEA 80
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. EL FRÍO SOBRE LAS ESPIGAS 82
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LUZ DE METAL 84
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MADRIGUERA 86
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FARO 88
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.. cuando paseo por el bosque con todos mis sentidos, cuando mi atención establece un vínculo acendrado, observo y percibo en lo insignificante la belleza. De ahí al sueño, sólo cerrar los ojos. SUEÑO EN EL BOSQUE 90
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hay un lugar donde el cielo se ve del mismo azul del mar, y el mar del mismo azul del cielo. Por eso no sé muy bien si lo que veo volar son peces o lo que nada bajo el agua son aves. LA CASA ENCANTADA 92
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… hay días que creo poseer el tiempo. Es tal la quie- tud, que tengo la sensación de estar presente en lo efí- mero. Percibo cada acto como algo inconmensurable, navegando a través de la acción, sereno el caos, y soy, durante el tiempo que dejo de ser tiempo. ENTRETIEMPO 94
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… ¿quién no ha soñado con esconderse dentro de un árbol? De niño imaginaba que al acercarme abriría su corteza y por el resquicio me adentraría en un mundo mágico. Ahora me abrazo a ellos y ellos entran en mí. SEMPITERNO 96
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Río Júcar que a tu paso por Cuenca serpenteas y te vistes de verde primavera, desde los ojos de la mora cuelga el balcón sobre tus aguas y te busco en las hoces, muy al fondo, donde el valle se pierde, queda dormido el sol mientras mis ojos ciega. CUENCA 98
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