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OJOS DE TORMENTA - Poesías - Susana Claudia Rebequi

Published by Lidia Susana Puterman, 2022-07-18 20:49:14

Description: Poesías

Keywords: Poesías

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Ella quitó, una tarde, aquella piedra que obstruyó su andar; curó esa herida que supuró, vistió otro traje color ilusión. El tiempo lento pasó, dejando tintes apagados en esa mirada, junto a aquellos años y tantos motivos de olvidar antaño. Se afianzó el coraje como árboles viejos, vistiendo melenas y tonos más huecos; pero, en apariencia, fuertes y serenos. Ni el mar, ni las rocas, son las mismas que ayer; están desgastadas y erizan la piel. La arena dorada, perdió suavidad, si hasta la marea, se esfumó de la sal. Ella buscó… en cada paseo por ese lugar, en cada suspiro que el viento azotó; y en el recuerdo, la luz se apagó olvidándolo todo, hasta la letra de la última canción. 50

EN TODO ESTO En el sosiego… de esos ojos que no veo; en los brazos transparentes… que no siento: en la ilusión camuflada de derrotas; en la intemperie, que azota. En el recuerdo de momentos… que no callan; en el arrullo del agua que no habla; en el corazón mitigado de obsecuencias, en la razón, eco de mis carencias. En el aire… que recorre en círculos mi garganta; en el latido… en los músculos atrofiados por la inercia; en la tierra que levanta polvaredas; en el vínculo silencioso que nos une. En la ira, que viste imágenes inocuas y castiga; en el tiempo, que recorre laberintos sin salida; en la desdicha, ese aura que no cede y apretuja con malicia. En el amor, que se hace eco de latidos sin destino. En el sombrero, en el cuerpo, moreteado de tormentas. En todo eso, en todo esto... en todo aquello. 51

EXISTENCIA Somos la gráfica de tres puntos sobre una línea de tiempo; el rasgo suave de ese dibujo que un bolígrafo tatúa sobre una hoja de papel. Somos el instante justo el segundo pensado, el suspenso de nuestra propia existencia; esa tinta acobardada por no querer perecer. Somos puntos suspensivos; el último gemido acariciándonos la piel. El espacio y el silencio que presume utopías de la eternidad de al lado. Somos el último respiro, la curva ascendente de una sonrisa; el rasgado de nuestros ojos bloqueando rápidamente, lo que no pudo ser. 52

FUELLES DE BUENOS AIRES Chamuyan los acordes dolidos de un bandoneón abandonado en el recuerdo; delira silbando lágrimas de cuero y el corazón, se parte en mil destellos. Perfidia arenga el alma rota, zozobras de un farol apagado; el empedrado tropieza con los charcos y sus pasos, chapotean en el barro. En aquella plaza de San Telmo, en un piringundín de La Boca o de la calle Cochabamba, yacen tristes, por Boedo, por Pompeya, o el puente Vélez Sarsfield de Barracas. Tamiz de borrascas de otros tiempos, guardan voces escondidas en sus acordes, como caricias de hiel, hastío inmenso, como lluvia copiosa cae desde el cielo. La franela afana el último suspiro; ya no sostiene, descansa sobre el fuelle. El bandoneón en su regazo, imagina antaño clubes, barrios; ese quía con la mina, sacando lustre al ritmo del dos por cuatro. Los fuelles mudos, en Buenos Aires, las luces no se apagan, las calles tienen otra fachada y los árboles… los árboles, arguyen con zozobra, sus añoranzas. Los balcones agrietados de las casas, transmutan dolor de hierro oxidado, encerrado en casas viejas; y el “Gotán”, perdido entre las piedras. 53

Insumiso el silencio hace ruido duele el fuelle en la vidriera, balconean malvones en sus macetas, y el malevo, en ese farol de la calle Defensa. Vive hoy, Buenos Aires, otra vida; gota fría recorre una acuarela; el bandoneón delira óxido por sus venas; la franela, muda, quieta, perdida… el cantor encajonado, se abotona al ojal de los recuerdos. 54

HOJAS EN EL PATIO DE CASA De la palta, del nogal de al lado, de la rosa china y del jazmín del Paraguay que acecho con bronca, cada vez que me acerco. Hojas amarillas en el patio de casa, fuerzas quebradas, un poco a propósito para dar forma a esas enmarañadas ramas que corté en el último verano. Otras caídas por el ímpetu del viento, por el transitar del invierno que se interpuso con su frío al resecarlas, y esperan en una montañas para ser quemadas. Como mi mirada, como el iris de mis ojos deslucidos, del marrón atiborrado de imágenes nubladas. Como mi cuerpo, reseco por la bruma y la niebla, del despojo del sol mirando hacia otro planeta. Hojas marchitas y crujientes que piso todo el tiempo a voluntad; para dilucidar si en ellas, nace algún mensaje que aún no he oído; alguna palabra de aliento, algún silencio no interpretado que me indique… que aún estás vivo. 55

INCONSCIENCIA SOSTENIDA Cuánto universo hay en esa mirada, y sus palabras, son estrellas galanas; tiene la voz aterciopelada y sus manos, son melodías desencadenadas Es emoción que estremece mi mundo, es luz solar que conquistó mi cielo; es ternura que cobija mis sentimientos; es locura que se encarna muy adentro. Su sonrisa, es una curva sincera, su andar... detalles sobre el suelo, sobre todo, si me toma de la cintura o me abraza caminando en la espesura. Es emoción, que saca de mí, todo lo bueno; es volar sostenida en la inconsciencia; es amor concentrado en estos cuerpos, es ilusión que roba todo mi aliento. 56

INEVITABLE Tengo el presentimiento que estamos irremediablemente rotos a pesar de los besos, de los toques mágicos, del respeto, de la acción; del amor circundante entre los dos. Es como que, cada segundo que nos separa, son abismos que no cruzaremos mañana; que el suelo, es arena movediza que nos entierra, ahogando cada poro que tenemos expuesto. Estatuas de un color plomizo, como imanes que actúan en reversa; que hay silencios mayores que nos atraviesan como dagas; aires helados de polvo cenizas, granizados, que espolvorean el éter culposo de nuestro espacio. Se derrite todo en derredor nuestro... hasta el aura carmín que nos envolvía; o esa música que vibraba tan viva en nuestros pechos; y, en el cielo, las estrellas, se diluyen como flores en descomposición. 57

Ya no va quedando ni la leyenda de esta historia refulgente; ni la gracia de los juegos que nos complacían; ni las pícaras palabras de leernos poro a poro, peca a peca; ni los abrazos... que encendían nuestras mechas. Irremediablemente lejos de cada aire que respiramos; profundamente opacos, de esos ojos, que me transmitían tu tormenta; debilidad que sostienen esos hilos que ya no nos contienen; amor eterno que guardaré, inevitablemente, en el baúl de los recuerdos . 58

IRÁS Irás… con tu vestido de espuma y velo inmaculado; caminarás tranquila hacia ese altar tan esperado. Irás de la mano de ese hombre que te dio la vida, el mismo que ayer te preguntó, si esta decisión, te hacía sentir viva. Irás hacia una idea definida, de sueños soñados devotamente, desde que eras niña. Caminarás con la ilusión sumisa entre tus manos; en una, llevas un ramo de flores blancas y en la otra, tu padre acongojado. Irás…despacito, con los nervios a cuestas, mirando a los invitados que estarán en tu fiesta. Caminarás hace él, que te está esperando; y en el aire, retumba la voz de tu padre diciendo: “aún puedes pensarlo”. https://youtu.be/61T6JKF7kXk 59

JAZMINES DEL ALMA El universo se abre manifestando el fluir de la benevolencia. Es una vuelta de página, un escribir en una hoja en blanco. Se siente el dulce aroma y envolvente de jazmines; el calor hace mella en la tierra pero ellos, están ahí, firmes, turgentes, emanando su perfume. ¡No se rinden! ¡No me rindo! Y esas lágrimas derramadas desde el alma, son las mismas que se afianzan gritando que no claudique, que tenga fuerzas, que hay caminos nuevos para descubrir. Porque soy arquitecto de mi vida, decorador de mis sueños, escribiente de mis emociones, hacedor de mis acciones. ¡No me rindo! Consolido mis pensamientos y me armo. Respiro y analizo cada uno de mis actos. Interpreto las señales, sin bajar las defensas ni la mirada. 60

Hay muchas alternativas convertidas en planes de acciones, listas de tareas, de sueños por cumplir de tildes para marcar, en esa nueva hoja en blanco que está frente a tí o de mí. ¡No me rindo! ¡Y te pido que no te rindas! 61

LA DEL ESPEJO Ya está… ya fue. Ya sequé las gotas que caían por mi piel. Me reencontré con esa, que copia mi figura en el vidrio de la pared. Me veo tan distinta, rara diría; el tiempo hace lo suyo, deja huellas; te quita el maquillaje, borronea los recuerdos, pero no los mata; siguen ahí, están presentes como siempre, los buenos, los más o menos y de los otros también; hasta algunos tienen perfume a flores, a alcohol, a café; otros están húmedos o polvorientos. Yo siento, ¿Sabés? Todo siento… el cariño, el compromiso, el amor, la indiferencia. Y cada emoción, es como una flecha que me indica cuál es el camino que debo tomar. Pero, en estos días, con todo este paquete en mis manos, con semejante cúmulo de ausencias sostenidas, estoy como camino bifurcado y no sé por dónde continuar. 62

Bordeo ríos salados, me introduzco en ojos de tormenta, donde todo es calma por un rato luego, se desata la tempestad anidada en mí. ¡Qué condenada! Miró, asimilo, oigo, callo… y en cada palabra que escribo, es cómo reposar entre nubes, por un rato. Cierro los ojos, respiró profundo, exhalo; sigo andando y otra vez, los caminos cruzados; esa mujer que me mira, las voces mudas, sus ojos observan… inexpresivos, vuelve a mirarme y tampoco dice nada. https://youtu.be/due4y_ZQjs8 63

LAURA Un sabio dijo: “…por más que busques en otros jardines, jamás volverás a encontrar la misma flor…” Y no. Esa flor se marchitó; no habrá otra igual, aunque haya otras que destilen el mismo olor; porque las almas son únicas e irrepetibles y no transmutan en otros. Corazón grande, único, de indescriptible belleza. Puedo hablar y muy bien porque era una niña cuando la vi llegar de la mano de Rodolfo. Frescura que provocaba confianza; una luchadora nata que no bajó los brazos; de inquebrantable voluntad para lo que sea; observadora, como ninguna; ¡No se le escapaba nada! Leía la letra ilegible de las personas con las que se cruzaba. Si recién la conocías, te parecía antipática hasta que te sacaba la foto interna, y ahí, arremetía; era cuestión de un rato para que robe tu atención y tu corazón. La extraño y mucho. No soy la única. No hay miembro de la familia que no lo haga. 64

¡Un baúl de sorpresas! Un ser humano que enajenaba cualquier espacio. Laura lidió décadas con un monstruo que le quitaba las fuerzas, pero siempre, sabía dar un revés más. Presente, siempre. Una voz en el teléfono que hacía temblar el reloj y derretir el tiempo; un consejo permanente o un detalle, o conseguirte aquel dato que estabas necesitando. Fue quien me enseñó la poesía de Elsa Bornemann y su “Tinke-Tinke”, cuando apenas tenía once años; fue quien me regaló mi india de trapo para algún cumpleaños; quién decoró con chocolatines blancos, mi torta de cumple de nueve años. Hermana especial. La amé y mucho. Aún hace mella en mis recuerdos. Se le extraña todo el tiempo, quizás menos de lo que lo hace Rodolfo, o Dolores o mis sobrinos; como el resto de la familia y amigos. Conmigo estuvo siempre, desde el servicio militar de mi hermano, donde luego, me llevaba a su casa para preparar su indiscutible torta de bananas. 65

Me enseñó las primeras palabras en inglés, me hizo un solero turquesa. Yo pasaba varios días en el departamento de Temperley cuando Pablo era bebé, durante sus embarazos, a la salida de la nocturna, los viernes; también, en el verano. Amiga incondicional, madre inquebrantable, esposa ejemplar, abuela insustituible; ¡Hermana, se te extraña…! ¡Cómo se la extraña! Podía estar muy mal, jamás te lo iba a demostrar. Fuerza, tesón, sonrisas y consejos, jamás faltaban. Los jazmines te traen a mí, hoy y siempre; sobre todo, cuando se van oxidando y emanan su perfume por todos lados; como también los infaltables mates; el café después de las comidas y las charlas. Te sigo viendo en sueños y me río sola, mientras escribo, porque… en cada palabra que mi memoria acoda, veo tu cara de espanto ante la locura de esta cuñada que te tocó en suerte; tus manos en la cabeza no creyendo lo que tus oídos capturaban de mis palabras, de mis historias. 66

Detalles que tenía… millones; manos mágicas a la hora de cocinar para los suyos; recetas increíbles que guardó en secreto y no volveremos a saborear. También, palabras fuertes y justas, que mi mente atesora cuando debía reaccionar y hoy, sigo buscando el qué me diría Laura, si estuviera acá... Laura, mi cuñada, mi hermana; tu madre y abuela, tu amiga, mi amiga y consejera, tía y madrina. Será por algo que todos la elegimos. ¡Una mujer increíble, un ser excepcional! Esta semana, le contaba a Mimi, detalles; como el aparecer con Rodolfo el día que iba a nacer Santiago: “…vamos, nosotros vamos con vos…”, cuando sabía que estaba llena de temores. Sus chistes a medida; sus juegos en las reuniones; la unión que ejercía… Nadie más supo como ocupar su lugar y mantenernos unidos. Nadie. Nadie se atreve a convocar como lo hacía ella. Y nadie como Laura, a la hora de algún sarcasmo bien ubicado, cuando la ocasión lo merecía; alguna vez me tocó y te hacía reaccionar. 67

¡Laura, hermana, se te extraña! Aunque es permanente tu presencia en los jazmines, en las charlas con Rodolfo, en el consejo y en la misma ausencia que te evoca. Dan ganas de patear lo que tengas enfrente para volver el tiempo atrás y que aparezcas, con tus pasos calmos, livianos, por la puerta, destilando la templanza y voluntad que propiciabas. 68

LLUVIA GRANIZADA Busco una lluvia granizada de abrazos para mi alma; con trocitos de chocolate, que irriguen por dentro, como intensos escalofríos de alabanzas. Que en mis venas, surjan tamborileos de música romántica; que mis labios se hagan fuego, cuando los suyos bailen al compás de nuestros besos escarlatas. Que el tiempo se haga hielo y los minutos…escarcha; que quiebre el timón del destino, desterrando para siempre su marcha. Y los azahares del limonero, pincelen paisajes nuevos de ácidos tonos naranjas, capturando nuestros silencios adornándolos con clivias y lavandas. Mientras tanto, vamos marchando sobre una tela de utopías recicladas; cuando el sol nos pegue fuerte al compás de la lluvia granizada. . 69

MÍRALA ¡Mírala de manera sincera! Mírala cuando habla; interpreta sus silencios y su corazón deliberado rasgando gritos desafinados, cuando te está amando. Mírala cuando te presta atención, cuando se escapa con un suspiro profundo que sale de su corazón. Mírala cuando ama y se acurruca en tus brazos; mírala con ojos verdaderos desde el fondo hasta su exterior. Mírala cuando enloquece, cuando ríe, sueña o calla; cuando brotan de sus ojos… agua; cuando hace bromas y también, cuando roza tu piel con saña. Mírala cuando se esconde… cuando dibuja una chispa, un arrebato; una luna, una pausa. Mírala sin temor, sin excusas ni malicia. Mírala cuando te miré y verás su interior emerger con las alas de su alma. 70

NOS LLAMAN MAMÁ Dos sílabas unidas que se escriben igualitas; dos letras que se repiten y son bien fácil decirlas. ¡Pero qué complejo es…! Complejo y hermoso; nadie te enseña cómo se hace, cada cual con su librito. Se avanza tropezando en el desconocimiento y a volver a intentarlo. Así se aprende; así se hace, pasito a paso, en la universidad del día a día. Y un día tenemos pichones que nos llaman MAMÁ. Nos sentimos omnipotentes y, con vaivenes, los comenzamos a criar. Pertenecemos al insomnio de verlos descansar; al pañal limpio que los relaje, en el disfrutar de sus baños; en estar cuando llegó su primer día de clases; cuándo egresan y se van haciendo grandes. 71

Estamos en el abrazo cotidiano, en el reto que los hijos creen inhumano; en el consejo, en dejarlos caer para que aprendan que no es fácil y extender las manos para ayudar a levantarlos. Se está todo el tiempo; hacemos como que no miramos pero estamos… Miramos, contenemos y amamos como locas a nuestros chiquitos, que se hacen grande, de repente, y los empujamos… para que tomen vuelo propio. Estamos siempre para admirar como continúan siendo nuestro orgullo y desvelos; los únicos por lo cual, nos enfrentamos a todo y a todos, buscando el mejor camino… su FELICIDAD. 72

NOTAS INVERNALES El cielo abrió sus ojos con un silencioso estupor; bostezó cenizas plateadas, mientras se desperezaba con un brioso clamor. Dejó caer su melena dorada y jugó con la brisa marina la última partida de truco, con arrepentida melancolía, que el guiño estival marcó. Llegaba el tiempo de abrigo, de los leños encendidos en el fantasmal terreno del mar; mientras la blanca espuma, quedaba sostenida por la soledad. Frio que atrapa los cuerpos de aquel sonoro lugar; sueños que quedan despiertos, mientras el viento vocifera con su temible voz. Notas que toman un trago para entrar en calor. Almas aburridas de espera, se nutren de vivencias del último ocaso en flor. 73

OJOS DE TORMENTA Todo comienza a temblar en derredor. Los árboles se sacuden, sueltan sus hojas, echándose a volar con el viento, con la terruña brisa que nos pega; con los ojos partidos, por la emocional lluvia retenida al verte. Me siento flotar hacia esas brasas encendidas que paralizan mi envase vestido, con el aleteo inmoral de mis cabellos al viento. Mis manos, sostenidas por las tuyas, porque mis pies también, han decidido soltarse en este vendaval de emociones que arremolinaron mis pensamientos, al hallarte. Tu mirar, la forma en que sostienes la llama impoluta de tus ojos; la tormenta, que aviva mi espacio, mi aire y mi alma; las palabras que no se dicen… pero te abrazan. Los suspiros ahogados que acechan; los brazos entrelazados, sobre nosotros mismos, de los cuales no escapamos. 74

Todo comienza a temblar cuando te miro. Mis ojos no son inmunes a los tuyos. Y te busco, en el silencio atroz de la distancia; y te encuentro... con el llamado de la mente que le saca una sonrisa atónita a mi alma. En el reaccionar compulsivo de mis manos, son mis pasos, los que no avanzan, sólo vuelan hacia el hipnotizante brillo de tus ojos de tormenta. 75

PARQUES DE GLORIA Bésame a través de tus palabras, abrázame con tu alma; tómame con tu mirada, descríbeme en tus pensamientos porque ahí estoy viviendo como tú vives en los míos. Cada ondulación de mi cuerpo tiene presente tus manos; y mi corazón se ha mudado, a vivir por siempre a tu lado. Como mariposas en el aire, volamos de flor en flor; en cada salto que hacemos, vivimos nuestro propio amor. Sembramos parques de gloria, eternizando la pasión, elevando los brazos al cielo, expresamos nuestro candor. Y así vivimos este tiempo, nuestro loco estado de amor, con alevosía y fulgor. 76

POR ELLOS, VIVO Fueron gestados en mi mente, desde siempre, desde que tengo memoria. Recuerdo… de niña jugar a las muñecas, prepararles ropita, pasearlas en sus cochecitos porque estaban inquietas. Fui creciendo y le pedí a mi hermano que me regalara sobrinos para poder malcriarlos, mientras mi tiempo de ser madre iba llegando. Y los tuve… y crecieron; yo, seguía esperando… hasta creí que mi tronco estaba seco, que mi cuerpo jamás daría ni siquiera un retoño; igualmente, no baje los brazos, seguí aguardando. De repente, hubo un sonido, un llanto bien expresado, completando mi corazón con su llegada. Tantos errores cometidos con su arribo, cuando fui sorprendida por mi pequeña enorme y colorada. Recibí el título de madre, sin tener experiencia; aprendí a hacerlo con sentimientos, a los golpes y con fuerzas. Ella ya tiene veintiséis… se llama Daniela; 77

ella es mi sol, mi debilidad permanente, mi mejor amiga y compañera. Es tenacidad, lucha, energía, aunque no lo crea; es mi terrón de azúcar que corre por mis venas. Cuando creí que pronto me convertiría en abuela, un óvulo salió a pasear y se perdió con un morocho, pasando lo imposible, así de repente… un bebé estaba creciendo, ahí…en mi vientre. A los cuarenta y cinco (así de asombroso), cosquilleo constante, futbolista sería de grande pensamos, cuando asumimos que Victoria ya no sería… Él, llegó en agosto como su hermana, él a las tres de la tarde; ella, a las tres de la mañana. Santiago hoy tiene siete años ¡el sin vergüenza! Pensar que lo creímos mudo y ahora… nadie lo frena. Hablador, alegre, inquieto, un niño sano; demandante, tenaz, caprichoso, mi pequeño torbellino, culpa de quienes lo estamos criando. Daniela y Santiago, mi sueño hecho realidad desde siempre añorado; 78

mis delirios, mis amores y mis fuerzas; por ellos, las piedras sigo pateando. Tienen mi corazón, mis sonrisas y mis retos, por suerte, ahora aprendí que sean más discretos. Todos juntos somos masa; con tenacidad y respeto, nos complementamos. Santi es el más haragán, pero va entendiendo y de a poco, vamos haciendo escuela. Mis hijos, mis amores, mi familia, por ellos, cada mañana, sigo respirando; son la luz de mis ojos, un abrazo constante. Son mi alegría, mi música, mi baile; y por ellos, cierro capítulos y abro nuevos, logrando permanecer en este mundo loco, mendaz, muchas veces… agobiante. Por las luces de mi vida, sigo peleando; por las luces de mis ojos, es que respiro; por ese sueño de niña, que se ha cumplido; por mis hijos, mis TODO… Por ellos vivo. 79

POR ESA EXTRAÑA LEVEDAD En esa extraña levedad de añoranzas que impulsa a mis pensamientos a no callarse, anclada en este año que estamos compartiendo, es mi memoria la que no se aquieta, haciéndome revivir tantos pasajes de esta historia que, si no fueras el protagonista, no tendría sentido. Tantos perfumes que me recuerdan a tí… tantas formas que transmutan buscando tu estampa; tantos amaneceres condenados a brillar siempre, tanta pasión en este remanso que me brindas en mi atardecer. Llegaste y se hizo la luz; y en mi ocaso, lo vivo como lo único jamás vivido, cerrando cada trozo de mis heridas, con vendas de una medicina que no quema, que renueva constantemente aire, piel y energía. Casi sin querer, te conocí; casi sin saberlo, en ese mismo momento, te amé. Y fue tu compañía la que mutilo espacios vacíos con jardines de flores y bríos que no se pudieron tapar. 80

No lo admití por mucho tiempo, con las palabras, manteniendo prudente distancia; pero mis ojos y mi corazón eran los que gritaban esos suspiros contenidos que me ahogaban. Hoy no concibo mi espacio sin estrecharme, por un rato, entre tus brazos; ni dejar de pensarte, mucho menos de amarte, aunque el destino haya tomado el tren tardío. Hoy, no me importa, sé que es parte de este trayecto al infinito, donde nada ni nadie podrá interponerse entre estas almas que se necesitan, que se apoyan, que se desean. Sutilmente, el tiempo nos marcará el sendero correcto hasta llegar a esos peldaños que nos elevarán al cielo, lleno de regocijos, sin frío; y seremos los hilos de esa cuerda indestructible que ninguna tormenta, será capaz de romper. Porque ese cielo, será nuestro puerto, y la levedad de las añoranzas, de esos sueños que existen hoy, será una extraordinaria construcción, totalmente inmune al resto, sin quebrantos ni destiempos. 81

PÚGILES Somos río y nos navegamos. Somos balsa donde reposamos, tomamos descanso de las inclemencias. Somos agua y fuego; flama, volcán, boca seca. Apenas penumbras de grutas perdidas en alguna curva de nuestras heridas. Somos risas y alcohol de noche despierta; escaparate, rueda, bolsa de combate. Somos púgiles de la vida, de almas abiertas; a mano alzada, dibujamos sombras; cambiamos amorfas espadas, desvestimos miedos, carencias, dolores. Pensamos pasado, vivimos el hoy; incierto aroma de aires bordados con verdes manzana, dorados ardientes, azules gloriosos, púrpuras soñados. 82

Soñamos un mar, un torrente, un fruto maduro; un camino liso hacia un paraíso. La calma, el sol, abrigo constante; brazos trenzados, afluentes de paz, de musas y amor; quizás golosina que endulce papilas, tal vez, una menta que sacie tormentas. Púgiles de la vida, sombreamos sonrisas; vivimos momentos con sus fundamentos. Sabemos que es hoy, sólo lo que importa. Sabemos que el futuro, es un cuento; de amparos, de troncos que van navegando, se atascan y esperan nuevas correntadas; cambiando miradas, puntos de partida en aguas cegadas con mil artimañas o en aguas rasgadas por sus añoranzas. Damos manotazos escudriñando el pasado, y en el camino, guantes en las manos, quitamos piedras de los calzados; peleamos, rugimos, espadamos lonjas de nuestro propio ser. 83

ROJO PASIÓN Me gusta verla de rojo; parece una diosa romana. Es un cristal, un copo de algodón, es mi Leona humana. Es como una niña grande con un mundo para andar; si tuviera que regalarle una flor, serían fresias, y en el circulo cromático ella elije el marrón. Un lugar para ella, un paisaje de montañas, porque le permite respirar; aunque, si tuviera que pintarla, elegiría el rojo pasión. Es sentimiento puro; con ella, el mal humor no tiene cabida; aunque se quiebre, a veces, tiene fuerza de ciclón. Es el alma de las reuniones, es un hombro presente cuando necesitas un aventón. Ella es estridente con diez toques de dulzor; sus ojos cuentan historias de vida, de valentía, fuerza y vigor; ama la vida, el sol, el calor. Ella es energía aunque a veces, los traspiés, la hacen vacilar y pierde su libertad. 84

Ella es luna carmesí, miles de sueños por cumplir. Es la fuerza familiar y también sujeta escudos, enfrenta tormentas bravas con un corazón audaz. Su corazón es macizo construído de escamas de titanio y platino, con doble capa de oro blanco revestido y luchas constantes entre sus brazos. No es un alma indiferente, tiene un aura brillante que te conquista sin prisa y de forma constante. Tiene la voz azucarada; es una mano que te atrapa, pero no la hagas enfadar porque saca sus espadas y con su sonido angelical, del planeta te aventará. Yo, me pierdo en su mirada, es... como si ingresara en un túnel del tiempo, en los recuerdos de niñas, en la adolescencia vivida, en los consejos no oídos, en la adultez que hoy compartimos. Te acapara por horas y el tiempo…no se da cuenta hasta que los hijos preguntan: ¿Mamá, donde estás? 85

y te das cuenta… que debes pegar la vuelta. Ella, es mi amiga de siempre, mi hermana por elección, acorazada en mi alma; es ejemplo de lucha y valor. Se llama Noemí (Mimi para mí); mi rosa carmesí, mi fundamento, mi complicidad; esa luz en el camino que no dejo de observar; la confidente, la palabra, el consejo justo, el rojo pasión de la hermandad. Ambas sabemos que JUNTAS, en las buenas y en las malas, ¡SIEMPRE vamos a estar! https://youtu.be/gsKM3daQEjc 86

ROSAS BLANCAS O AMARILLAS Impoluto, indómito, brillante mi amor por ti. Amarillo, radiante y puro cada segundo a tu lado. Blanco, suave, contenedor cada suspiro, cada pensamiento en tu honor. Inmenso, charlatán, chispeante, cada respiro, cada abrazo que nos propinamos. Cada despedida, cada arribo, cada latido de mi corazón vivo; mi excusa perfecta para seguir estando. Perpetuar en tu pecho, vibrar en tus brazos, amarte sin condiciones; con espinas de rosas blancas o amarillas, mi luz sobre las montañas. Mi viento, tus ojos de tormenta; los besos mentolados, tu aire, me han enamorado. 87

SANTIAGO Te amé desde el mismo momento que la sorpresa me dijo que estabas ahí. Me costó aceptarlo; me costó entender que aún podía engendrar vida. Te ame mucho más cuando el sonido de esa habitación, nos ensordeció con los “tun-tun-tun” de tu corazón. Y te vimos tan chiquito pero audaz para nadar contra la corriente de este cuerpo gerente que te llevaba. “Frijolín” te apodamos. Esa semilla diminuta que se movía para todos lados, que no paraba de cosquillear dentro de mí, de patear, de hacerse sentir. Quise complacerte desde mi seno con los antojos que llegaban; con el alfajor de chocolate en las mañanas, y en las comidas, la ensalada de zanahoria, atún, mayonesa y tomate. ¡Ahora entiendo porque no quieres comer más eso, te hartaste de esos cuatro elementos! ¡Pero no de los chocolates! Deseé verte crecer, acariciarte… Acercarte a mi pecho, contarte cuentos y hasta cantarte, aunque la voz no me ayude. 88

Hoy, eres pilar de mis días junto a tu hermana; eres terremoto potenciado que pone en “on” mi energía; que arranca con todo, hasta con respuestas inesperadas a pesar de tus casi nueve años. Me matan tus caprichos (Igual a los míos); tus palabras de zozobra cuando te hablo de responsabilidad, de la escuela, de las cosas por las que vale la pena luchar; respondiéndome “a mí me gusta la vagancia”. Me emociona tu amor por Daniela, tu expresión cuando le hablas, tu saludo por las noches, antes de dormir, tu grito permanente llamándola para lo que sea. ¿Sabes una cosa, Frijolín? También eres su pilar; también eres su inquebrantable lucha por pelear y seguir adelante. Santiago, mi bombón, que está creciendo a pasos agigantados; mi fuerza potenciada, mi guarda por las noches, mi masajista cuando duele mi espalda. Mi volcán de sentimientos que resguarda (aunque Mamá sabe cuando algo te pasa). Ojitos delatores, gestos ocultos, haciendo caso omiso, restándole importancia para que no te abrumes. 89

Mimoso irresistible, aunque te niegues a demostrarlo; mi talón de Aquiles; doy mi mundo por tu felicidad, por más que grite descaradamente cuando no quieres escuchar, cuando los “sin motivos” te hacen refunfuñar desmedido hacia mí. Santiago uno de las mejores sucesos surgidos en mi espacio, junto a tu hermana. Mi hombrecito “traga todo” que cien veces me hizo salir corriendo y seguir el proceso de lo que habías masticado; mi compañero de ruta en el colectivo cuando íbamos al jardín y al trabajo; mi pequeña tormenta, mi deseo carmesí, mi vida, mi latir. 90

SE LLAMA AMOR Me preguntan cómo se llama… yo, lo llamo AMOR; también me preguntan cómo es, les respondo como el sol; su mirada es transparente con un toque de ciclón. Tiene la voz mágica que encandila mi atención. Si lo miro, yo me pierdo con el sonido de su voz. Pero lo que me mata, son sus brazos y la firmeza de su abrazo; su boca es un arrebato de delirios compartidos, perdiéndonos en el tiempo que duran nuestros besos. ´ Me preguntan cómo se llama… yo, lo llamo mi luz, mi alba, porque sin su “buen día”, mi mañana no amanece; y si en la noche está ausente… es el insomnio quien aparece. Me preguntan cómo se llama… yo, lo llamo mi paz, fortaleza, tenacidad; él esperó muchas lunas para lograrme conquistar. Me preguntan cómo se llama… y no quiero responder… resguardando lo más hermoso que he logrado tener. 91

Me interesa que lo conozcan como el hombre que logró que volviera a ser feliz; su nombre están lindo que no lo quiero compartir. Simplemente que lo llamen como lo nombro yo… sencillamente: AMOR. 92

SILENCIO ¿A dónde va el sonido cuando las voces callan? Y los pensamientos, ¿tomarán respiro en algún momento? Quién sabe si el silencio es mudo o tiene su eco, quizás hasta los sueños tienen sus propios sueños… Nada calla del todo, siempre habrá vibraciones que llevamos acorazadas por dentro. Se presuriza el alma, en ocasiones, sobre todo, en congojas y con los aciertos. Nada se queda quieto; todo conlleva un ruido por minúsculo que sea: el agua, el fuego, el aire, la noche... el mismo silencio. Todo tiene movimiento; nada se pone demasiado tieso. Si hasta el cuerpo se contrae cuando yace en un ataúd en algún cementerio. Ondas sonoras, constantes en decibeles, casi sin registro; silencio desafortunado dentro de su propio eco de silencio. 93

SOLO PARA VER Lo dibujé muchas veces sobre la hoja blanca con el lápiz gris. Marqué sus cejas, el arco ocular y el lagrimal; el brillo intenso del iris miel, las pestañas blandas; rasgo perfecto del verbo mirar. Sombreé su sien, las ojeras, su tabique nasal; pero mi lápiz siempre volvía a su mirar. Lo dibujé brillante, pícaro, altivo... sutil, perspicaz. Lo dibujé tantas veces, sobre el papel, que aprendí de memoria el recorrido del grafito gris. Lo fotografié en mi mente, entre paréntesis, entre corchetes, entre comillas, como si fuera una fórmula matemática difícil de descifrar; pero mi mente juega permanentemente a despejar. Y cuando consigo, esos signos eliminar, sólo sonrió porque, por fin, lo tengo solo para mí; aunque mas no sea, su retrato admirar. Ahí me transformo en verbo mirar; a él lo conjugo, siempre, con el verbo amar. 94

SUEÑOS TRUNCOS Homenaje a los veteranos de guerra en la Guerra de Malvinas, a40añosdel hecho A ellos, no les importó de qué lugar arengabas ilusiones; de Corrientes, Chaco, Formosa, Salta o la Capital; épocas de decisiones dentro del cuerpo militar. Muchacho que asomó a la vida, lleno de sueños por vivir, debiendo dejarlos ahí, hasta el servicio cumplir. Te sacaron de tu casa, te vistieron de soldado, con fusil y un bolso casi vacío; te subieron a un avión para alcanzar almas de hielo y pelear por nuestras Malvinas, en una lucha que flameaba como una aventura ganada. No existía donde esconder los miedos o imaginar la instrucción que recibirías; los grandes querían acción, y a ello...despojándote de tu seno, te obligarían. El viento cortaba la piel, el miedo de no volver... y en terreno desconocido, andaba la muerte... como sigilo. 95

Con los ojos escarchados, poco abrigo, mucha hambre, en las zanjas te impusieron la doctrina... para defender a la Patria grande. Cuantos “Cumpas” se han quedado en aquel suelo lejano; identidades perdidas, sueños truncos o enmohecidos, soportando frio, hambre, resistiendo tempestades; evaporando sus sueños, por nuestras Islas Malvinas. En cada rugir del viento, un muchacho, un Colimba, saluda al pueblo argentino implorando no olvidar a esos guerreros que, calzando botas y armas, sin saber lo que venía, enarbolaron nuestra bandera en el frente, con valor y honor por la Patria grande. 96

TRASTORNADOS Tras tornados de pasión se envuelve mi corazón, al recordarte; y en medio de un vendaval se hace eco, en algún lugar, los motivos por aquietar toda tempestad que a solas, rememoro el camino hacia tu boca. Trastornados de dulzura mis pensamientos se serenan al mirar tu fotografía, que invade de lozanía los latidos de mi alma. Tras tornados de fuego intenso, zumban mis oídos por el rugir del viento que se acopla como loco, escapando a los sonidos, atesorando nuestros silencios. Tras tornados color dorado, brinco como un niño, mientras cien espadas intentan lastimar lo que siento; resultando ser caricias que no disipa la unión de nuestros sentimientos. Trastornados de pasión, tras tornados de dulzura, se encuentran tu sol y mi luna para amarse una vez más, haciéndose indestructible las ansias de otro eclipse formar. 97

TU LUGAR Quiero ver el mar rendido a tus pies; y su sal, orillando tu piel, devorando ese sol que te encandila. La brisa de una tarde, doblando sobre tus aristas, celosa de ver en tu mirar la única forma de amar de verdad. Jugar con las olas, hacer carambolas con la espuma; desplegar la ternura, rozando mis labios, sórdidos de espasmos lunares que perecerán cuando no estés en mi único mundo… tu lugar. 98

VEINTITRÉS El sol apretaba los cuerpos en la tarde de ayer. Lo noté. Hacía unos cuantos días que estaba con mucho frio; debí colocarme capa tras capa de ropa pero seguía helada…muerta. Me preparé como tantas veces lo hice cuando lo esperaba. Me maquillé y salí a la puerta de calle, saludé a los vecinos de enfrente y me recosté sobre la pared. Miré hacia la esquina de Ortiz, luego la de Zamora, y esperé… Conté veintitrés vehículos pasar; blancos, grises, bronces, negros… pero ese que esperaba, NO. Ese que tenía un tinte especial; ese, que daba una razón más para respirar…NO. El teléfono se hacía cómplice de su ausencia pero mi corazón, aún recuerda sus últimas palabras. Esperé un rato y partí. 99


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