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El Amante

Published by jpedrogut, 2021-02-25 21:07:16

Description: El Amante

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amElante Luis Raúl Ponce Ediciones Drugot

Biografía Luis Raúl Ponce Ponce Nace en Metán, Salta, Ar- gentina. Crece en el mon- te. Desde muy pequeño, se identifica con la natura- leza, y el amor hace nido en él, para siempre. Escri- be poesía y compone canciones. Su pasión es el romanticismo. Es autor de los libros CANCIONES DEL OBRAJE, TILCARA SILENCIO MUSICAL, CUESTA EL OLVIDO, EL ARTISTA, HERENCIA DE LA TERNURA y EL AMANTE Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Reservado todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento in- formático.

Parte I 3

I Soy el que te pone crema en los pies y te da masajes, el que llega con una planta de interior, el que te llama, el que no espera tu cumpleaños para llevarte a cenar bajo la luna. El que acerca su ternura hasta tu espalda, te da mil besos… El que ingresa por tus ojos hasta tu alma y te arranca suspiros sin tocarte. Ese que, al besarte la boca, se come la manzana de la vida, y en la comarca roja de tus brazos; muere y renace haciéndote feliz, mujer ¡¡¡MUJER!!! 4

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II Soy el que bañado de amor bajo la luna te convida al juego de los sueños para cubrirte la vergüenza con besos, y una lluvia de ternura emocionada. El que cantando al agonizar la tarde endulza tus oídos con romances, -antesala de la noche que llegará cantando el placer a tu costado- III Soy el que suspira cuando te recuerda, el que se ilusiona con verte llegando a su trabajo. El que desespera por amarte a cualquier hora. El que lleva un galope al corazón cuando te nombra. Este amante de locuras insaciables; hoy te evoca y muere de ganas por llegar más rápido a tu piel. 6

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IV Soy el que te nombra a cada instante en los talleres, el que pintó tu nombre en su remera, y enmarcó tu fotografía para su dormitorio, el que te enamora y se enamora cada día. El que te compuso una canción de amor mientras te duchabas y compra tus galletitas preferidas, el que te da a beber su risa cálida y te abraza hasta sofocarte de emociones. V Soy el que por la vereda va cantando, imaginando tu rostro entre sus manos y en medio de la gente, a viva voz; dice amarte con el corazón y toda el alma. El que no encuentra la calma, sino cuando te abraza tiernamente. 8

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VI Soy el que te ceba matecitos con poleo, el que enciende el horno para el pan casero, el que poda las rosas del romance, imaginando un setiembre diferente. El obrero del amor que hace un jornal de besos y en un \"te quiero\" sin final se le va la mirada hasta tu alma, y te arranca suspiros y te desespera. Ese amante soy yo; me lo dijeron tu cuerpo, el temblor de tus entrañas y tus ojos mañaneros. 10

VII Soy el que da gracias a Dios cuando amanece porque tenerte es un lujo de otros cielos. Caminata de besos en tu cuerpo; manjar de ángeles etéreos y, sin embargo, aquí en la tierra límpida, una brisa cálida es testigo: Te visto con todo mi cariño y en tu amor dulce néctar bebo. 11

VIII Soy el que agiganta el corazón en la ternura y vuela tibio, pluma sobre tu piel, ventana abierta para que el sol te bese, canción de cuna cuando llegas cansada, soldado para vigilar tu sueño. Juego a ser tu dueño y te despierto con el más dulce de los besos, y nos amamos hasta el amanecer. IX Soy el que pasa por la florería y se estremece, imagina tu rubor y se contenta. En ese clavel rojo, derrama su esperanza y canta; mientras labra su tormenta. En el clavel están su corazón y su anhelo, concentrados para estallar en el relámpago fatal de tu mirada. 12

X Soy el que te cocina un sábado, te atiende desde el amanecer y te sabe reina. El que a media mañana, con la excusa de un café; te hace el amor en la sala de lectura. El que a la siesta enciende tu lujuria con su boca y te toca y te provoca hasta llevarte a la colina de todos los placeres. XI Soy el que se queda asombrado cada vez que la luna hace posible el milagro de mirarte. El que se queda extasiado en la antesala del beso y el abrazo. El que agradece a la vida por tenerte. Ese soy yo; canto de amor enloquecido. 13

XII Soy el que desnuda su alma si te mira, cuando la tarde transcurre suave, y se emociona, se enternece, se conmueve y canta su canción de la ternura. XIII Soy el que se va de viaje y ve tu rostro encendido en el paisaje de un octubre iluminado. El que ríe dulce cuando te trae, tierna, en el recuerdo musical de los silencios. XIV Soy el que regresa con la miel en la boca, la luz en la mirada, y un temblor emotivo en el abrazo. Si se acorta la distancia; en el camino desespera y muere por derramarse entre tus brazos. 14

XV Soy el que, ebrio de sensaciones, se refresca en el chapuzón de un beso, el que te roba el embeleso en lo fatal de una roja mirada. El que sin decir nada, te dice todo en un guiño, un suspenso. XVI Soy el que en la madrugada sueña con el erotismo de tus besos, y despierta y te busca, te contagia las ganas; hasta estallar en ese cielo de lujurias. XVII Soy el que en las sábanas del tiempo, labra el sueño de amarte sin descanso, y en el campanario de los días engendra melodías para avisarte del amor.

Parte II 16

XVIII Con el aceite que fricciono tu espalda, cuando anudada, la tarde te trae hasta mis brazos; con él ilumino mis ocasos si entro en tu cuerpo con devoción y amor. Y toco el cielo rojo en tu cintura, vaivén mis manos jugando en tu piel, mientras mi boca loca de pasión y lujuria besa muerde besa en tu cuerpo; la miel de la vida. 17

XIX Cuando suena el bolero aquel que te compuse y la luna animada nos invita a bailar, el jardín es la pista y en medio de las flores, no importa si nos miran; entramos a volar. Esa vela del cielo, que tanto te enternece, me ayuda a acariciarte y no podemos más... No importa si nos miran los ángeles del cielo; sobre la tierna hierba saciamos nuestra sed. 18

XX Cuando la tarde lluviosa nos visita, nuestros cuerpos se unen en la felicidad, y en los techos dormidos se encienden melodías, armando una fogata con tu modo de amar. “No te vayas” te dicen mis ojos entre sueños, “no te vayas” te piden mis labios que reposan, no te vayas pequeña, la lluvia continúa; busquemos nuestro nido para amar un poco más. 19

XXI En esas mañanas invernales, cafecito para dos; pero en la cama. Sabiendo que este hombre tanto te ama, te entregas al placer hasta el cansancio. Y cuando te levantas, lo contemplas, lo deseas, y te metes en la cama una vez más. 20

XXII En tu trabajo un recuerdo te nombra. Brisa cálida te besa los labios. Sonrojada escapas hasta el baño y el espejo dibuja a dos amándose. Cierras la puerta con pasador por dentro; porque sientes mis manos en tu piel y penetra mi calor en tus entrañas.

Parte III 22

XXIII Yo, tu amante necesario, busco y encuentro, en el aroma del amanecer, el néctar rojo de tu asombrado cuello, y me quedo extasiado en un beso sin final. XXIV ¡Amarte hasta que la vida diga basta! Hasta que el cielo sienta envidia por las flores encumbradas de tu pecho. Amarte, siempre amarte; hasta que el vértice mayúsculo del silencio se haga obtuso en la sonrisa del placer. 23

XXV ¡Tuyo! ¡Me siento y me declaro tuyo! Tómame, acaríciame las veces que te sean necesarias. Haz de mí tu objeto de placer; pero no me digas eso. ¡Ámame en silencio; no vaya a ser que el bullicio atormente mis sentidos y escape a los rincones donde sólo habitan los recuerdos! 24

XXVI Dulce, salado, dulce; mi bocado preferido. Camino sabiendo cuál será mi destino final. Dulce, muy dulce, este sueño de abrazarte. Salado, muy salado, el beso final de las transpiraciones; fruto de todos los placeres en el rincón del tiempo. ¡Y al llegar, agridulce licor donde tu gemido rojo, simplemente, me lleva a estremecer de tanto amor! 25

Parte IV 26

XXVII El vino de tus besos ensalza la sobremesa; mistela mixturado en la batea del tiempo. ¿De qué parra salió el beso que me cura, me envenena, me sacude, me condena a la máxima prisión de tus abrazos? ¿Qué hice, amada mía; para tanta cosecha?

XXVIII ¡Ay Mujer!, tizón ardiente que me provoca el fuego, donde paciente, cocino tu placer sin escuchar tus ruegos. ¡Aquí prefiero que sufras lo dulce de la espera! Mis manos llevan bálsamo. Fracciono mis besos, te los voy entregando cada vez mil veces menos. ¡Cuando advierto en tu aurora ese rayo diamantino, te convido al fin mi jarabe de miel, para sentir en mis brazos la canción de tus gemidos; que me hace sentir tan hombre! ¡Y vibrando de placer me devuelves las caricias!

XXIX Observo el follaje de los sauces que mecen los vientos del cerro. Ahora miro tu cabello, mujer, y pienso que la naturaleza ha derramado saucedales, acequias y eneros en tu cuerpo. Hoy seré ese viento tibio y audaz, recorriéndote; haciéndote saber lo que soy y lo que siento. XXX Cuando se anuncia el día con música del alba, tu ausencia es melodía que me besa la vida. Sé que vendrás con el amanecer a pleno, trayendo luz en tus ojos

Parte V 30

XXXI Aquí está tu amante necesario: el que se acostumbró a mirarte con dulzura, el que hizo un oficio con tus besos, el que se siente vivo; tan sólo si te adorna de ternura. 31

XXXII Aquí está, aquí te espera, aquí te nombra, en este madrigal donde tus manos son seda de camisón despierto. Aquí levanta un templo para que sepa el mundo que tu amor y el mío fue miel y desafío, fue licor, ese vino…. fue el fruto prohibido, el camino por donde sólo transitan los ángeles del cielo.

XXXIII Me despido tal cual me lo pediste; cantando el amor que nos brindamos, sabiendo que fuiste el cielo de mi andar diario y yo... tan sólo tu amante necesario.

Otros Poemas de Amor 34

Si Tus Ojos Vuelven a Mirarme Habrá luz, sí; ¡Habrá luz! Y habrá tinieblas de dudas para los pasos míos. Ya hubo soles quemando mis pestañas, lunas acompasando mi andar solitario y grillos poniendo fondo musical a esa angustia, que muchas veces, se apoderaba de mi pecho sediento de amor. Si tus ojos vuelven a mirarme; voy a enloquecer de pasión. Seré ventarrón asustando la arboleda, lluvia alucinada en las estrellas, un sol apagado; ¡Llorando toda la angustia de una sola vez! Si vuelves a mirarme, lo juro por mi luz, voy a enloquecer en la peor de las angustias, he de volverme un loco suelto diciendo cosas incoherentes por las calles, andaré a la deriva; con la mirada perdida allá en la nada. Si vuelves a mirarme, tan sólo por el vicio de mirarme; amada mía, debes saber: Quedaré desalmado para siempre. 35

Esa Mirada Tuya Me sentaré en el umbral de tu mirada a contemplarme desde tu perspectiva. Tu esencia para mirar desde la rosa, tal vez, no permite que veas mis espinas. Me sentaré en el umbral de tu mirada por divertirme observando cuando llego; rostro encendido de fulgores nuevos, un tallo renovado de claveles, y una ilusión amaneciendo en mi piel. Me sentaré en el umbral de tus pupilas por preguntarle a tu amor cómo se siente, cada vez que mi velero gana mar, y en cada ola, se humedecen las ansias por anclar en el puerto donde estamos juntos. ¡Me sentaré en el umbral de tus pupilas y será el instante más bello de mi vida! 36

Locura de Amor Sobre las olas de tu piel van desnudos mis besos. ¡Un océano de ternura me conquista y suelto amarras…! Viajo a la deriva en busca del sol; ese sol de tu mirada mañanera. Tu boca, madura manzana del delirio, me busca, me llama, me provoca. Ramita endeble soy ante el amor que gigante se presenta, me doblega, me lleva, me amarra a tu cintura; iniciamos el viaje. ¡Nadie sabe nada! Sólo una brisa suave trajina dulces ilusiones entre tus ojos, húmedos de placer, y los míos, que te envuelven en fuegos de pasión enmudecida. Manos entrelazadas, besos que encienden la fogata inédita, asombrosa, única. Una ilusión de miel nos lleva no sé a qué puerto; la felicidad no da tiempo a pensar. ¡Sólo sentimos el galope de latidos encontrados, una pasión desmedida; una locura de amor! 37

En Soledad Hoy necesito que me llueva toda tu ternura. ¡Absolutamente toda! La que habita en el cielo de tus ojos, La que transcurre en el cielo de tus manos, la que corre tormentosa en tu sonrisa, la del frondoso abrigo de tu abrazo. Desde el atalaya de mayor altura estaré observando tu llegada. ¡Cómo cabalgará mi pulso al presentirte…! Que seamos dos, ya es todo un logro; cimiento que espera la pared del tiempo. Papiro seré, esperando tu escritura. ¡Página en blanco para el verso filosófico que indaga sobre el porqué de tanta espera! 38

Poema Para El Amor (a mi padre y a mi madre, desde el inmenso amor que me heredaron) Creímos en el amor eterno y trazamos un camino al infinito. Hoy, que nos llueven las hojas de este otoño, un llanto azul puebla mi pecho y mi guitarra renueva su pacto cancionero. Ya no sé cómo fue que tejimos el sueño en la urdimbre esperanzada del silencio. Con hilos de miradas encendidas, bosquejamos el dibujo enamorado y fueron la paciencia, el compromiso, y también esta ternura y este fuego, que izaron cada día la sonrisa; ese sol que alumbró todo de nuevo. ¡Tan cercano el ayer que con tanto rubor sellaba el beso…! No soñamos en vano, amada mía, cuando creímos ¡EN EL AMOR ETERNO!

Sueños Tengo un ejército de sueños. Yo, último soldado en la batalla, no puedo llevar adelante mi estrategia; ellos comandan la partida y no hacen caso. Cada proyectil lanzado es lastimadura en mis anhelos. Convencido que no nací para el amor, me enrolo en el combate cotidiano; pelearé hasta quedar manchado con las grandes palabras: Estrategia, virtud, amor propio, humildad, simpleza y gallardía. Tengo un ejército de sueños para pelear por vos; amada mía. Pero el águila audaz de los pañuelos; sólo iza el adiós en tanto vuelo. Estoy solo en esta senda y ya nada tiene sabor a triunfo, tan sólo mi corazón; capitán de estrellas, palpita con la ilusión de llegar, vencer, y celebrarte mujer, mujer que tanto amo!

Ruego ¡Muérdeme con tu mirada! Que tu mordisco esté cargado de ternura. No me importa otra cosa en este crepúsculo lloviznoso y frío. Sólo quiero sentir la dentellada de tu amor clavándose en mi piel, casi ya desacostumbrada a caricias, susurros y besos. Muérdeme, y que tu boca, quede tatuada para siempre en la cima del placer humano. En este otoño asombrado, navego en alta mar de un anhelo con la brújula descompuesta y el corazón afiebrado. Voy a la deriva y sin timón, llevo un soliloquio por vela, y una tormenta de recuerdos tarasconeando el trueno de voces; que son inventos míos. ¡Ya ves, necesito que me muerdas con tu amor, aquí, ahora;

Yo, Poeta Papel en blanco tu piel donde mis labios; escriben su canción de la ternura. Montado al sueño de mi locura, cabalgo hacia la mariposa juguetona de tu vientre, y me quedo. Me gusta enredarme en la telaraña de tu anhelo; tal vez allá, en ese territorio de la miel prohibida, me salga el sol, y el invierno de mis manos se vuelva manantial poblado de pájaros al viento. En el universo del amor nada está escrito, y esa mágica canción; aún, nadie ha cantado! 42

Ansiedad De pronto mi ansiedad alza vuelo, busca horizontes nuevos, deshilacha imposibles hasta lograr el tapiz donde borda sonrisas rojas. Ahí está ella, musa intacta, para alzarme en su regazo y llevarme al edén, donde sólo puedo esculpir la bella palabra. ¡Ella es tan intensa, tan íntegra, tan diosa…!!! Ella es la dama que hizo nido en mis sueños, grabó la lluvia lacia de su pelo en mis retinas asombradas; ella sembró el posible aquella tarde, con su donaire, mirando y sonriendo, poblándome de amor.

Pronóstico Amada De Mi vida Mi piel anuncia Tu donaire me deja su estela, una lluvia jubilosa de tus labios. cada vez que la dicha me permite atisbar Una tormentosa oleada la espiga de tu talle. de abrazos que ya conozco; Un piano romántico me trae la brisa tenue otras veces, la vida fue generosa con mi anhelo. de un bolero que te nombra; dulce amada de mi vida. La brisa de tu suspiro Te busco, me sonríes, me anticipa las caricias, y tomados de la mano; y mi cuerpo late acordes nuestros pasos nos llevan de canciones amorosas. hacia una bella pradera. ¡La angustia de mi soledad Junto al murmullo del río te cuento mis ilusiones, pronostica deshojo mis poemas, una tormenta de amor; tal vez, algunas canciones. y ya comienzo Momentos sublimes; a celebrar la vida! donde hablan dos corazones. 44

Lluvia ¡Llueve amor! ¡Amor… Llueve! ¡¡¡Llueve!!! Y nosotros aquí celebrando la vida, la unión, la algarabía de mi piel y la tuya. Una margarita y un clavel, una luz ilusionada, bajo la sombra del agua que se desprende; vaya a saber de qué llanto milagroso. Llueve y nosotros aquí; recorriéndonos suave, con la piel del silencio, cómplice absoluto en esta hora. Llueve con música, con tibieza, con armonía de dos, para dos. Llueve amor; amor, amor mío… Llueve!!! Veo la lluvia en el sol de tus ojos, me moja tu pasión, y empapados los dos; navegamos mar adentro de una locura sin fin!!! 45

Imagina Imagina mi rubor en las mejillas cuando te estoy nombrando; si presumo que desgranas tu silueta por las calles del amor que me transita. Imagina mi corazón al rojo vivo; que estalla en la furia enloquecida, yendo de la espera a la ansiedad, de las ganas al temor, galopando en loco brío por tenerte. Imagina mis ojos ya desorbitados que buscan el cielo de los tuyos, inventan que ven tus labios carmesí, que ya me nombran, y tus brazos que se abren para estrujarme en ese encuentro. Imagina amiga, amante mía; que la luna derrama su mirada por bendecir dos cuerpos que se aman en una noche azul sin precedentes!!!

Orgasmo Se gesta en cuanto te imagino y me imaginas. En una mirada cargada de ternura, una sonrisa canora, en la intención se gesta. Y como pertenece a los dos, se nos parece. Nos encontramos a celebrar el placer, el goce, y un nido de ternura nos acurruca, nos contiene. Subo al árbol de tu bella humanidad por la escalera de mis besos. Me dejas trepar, o haces lo mismo. Descarto los apuros. Me detengo en cada fruto maduro de tu silueta amada. Te voy comiendo con mordiscos de cariños, que poco a poco, nos llevan al puerto de esa mágica locura. Cómo nombrar, con qué expresión, esa inmensa sensación, cuando tu piel y mi piel hablan el idioma del amor…? Nuestros pulsos galopan al son de una furia melodiosa, que acompasan gemidos de placer tan intenso; como la vida y la muerte. 47

Y cuando al fin escuchamos el tren arrollador que se aproxima, nos subimos al viaje infinito, tan salvaje, como tierno; ahí estallamos en relámpagos, estruendos, gemidos y palabras sin sentido. ¡Nos quedamos apretujados, piel a piel, sollozando, estremeciéndonos, en ese instante mágico, que es tan difícil contarlo en un poema! 48

Índice Parte I……….. ………………….. .. 3 Parte II…………………………….. 16 Parte III……………………………. 22 Parte IV…………………………… 26 Parte V…………………………….. 30 Otros poemas de amor …………. 34 Si tus ojos vuelven a mirarme…... 35 Esa mirada tuya………………….. 36 Locura de amor…………………… 37 En soledad…………………… …… 38 Poema para el amor………… …… 39 Sueños……………………….. ….. 40 Ruego……………………………… 41 Yo, poeta………………………….. 42 Ansiedad…………………………. 43 Pronóstico……………………….. 44 Amada de mi vida………………. 44 Lluvia…………………………….. 45 Imagina………………………….. 46 Orgasmo…………………. ……. 47

Diseño gráfico Diagramación Compaginación Drugot [email protected] Febrero 2021 Argentina


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