Panorama de Seguridad y DefensaCentro de Estudios Estratégicos-ANEPE LA ANTÁRTICA: VISIÓN HISTÓRICA Y FUTURA Rafael Castillo Maturana Asesor en temas antárticos en la Subsecretaría de Defensa Luis Palma Castillo Analista Internacional de la Subsecretaría de DefensaEl Continente Antártico permaneció por muchos siglos desconocido para la humanidad,debido fundamentalmente a su ubicación geográfica en las altas latitudes, y porque suscondiciones climáticas lo hacían y lo hacen un inhóspito ambiente para el ser humano. Sinembargo, con el descubrimiento de América, la corona española consciente de su ubicación ycon la instauración de la Capitanía General de Chile y las nuevas jurisdicciones que seformaron, crea en 1539 la Gobernación de Nuevo León, llamada también “Terra Australis”, laque definía las nuevas fronteras meridionales. Más tarde, en la Real Cédula de 1554, seseñalaba que “… la Gobernación de la tierra que, como dicha es, está de la otra parte dedicho Estrecho de Magallanes”.A raíz de esos inicios y una vez establecida como tal, la nación chilena y sus gobernantesexpresaron su preocupación por “Terra Australis”; pero lamentablemente su distancia y losdiferentes retos que Chile tuvo para su formación como Estado, lo ocuparon en otrasprioridades para consolidar la soberanía en nuestro territorio continental. Es a partir de ladécada de 1940, con el Decreto 1.747 de noviembre de ese año, cuando se fijan los límites denuestra soberanía en el territorio antártico y aprovechando las capacidades que poseennuestras Fuerzas Armadas, se inicia el trabajo para tomar posesión y establecer bases.En 1959, Chile junto a otros once países que ya realizaban labores de investigación en elcontinente helado firman en Washington el Tratado Antártico, régimen que regula todas lasactividades que se llevan a cabo en la Antártica. Chile, respetuoso de sus compromisosinternacionales, ha desplegado un gran esfuerzo para cumplir los distintos protocolos yconvenciones que sobre esta materia ha adherido; y al mismo tiempo ha continuado con lainvestigación a cargo del Instituto Antártico Chileno (INACH) y con emplazamiento de bases ycentros logísticos para cooperar con el resto de la comunidad internacional.En las últimas décadas más de una veintena de programas antárticos nacionales se hanejecutado desde Punta Arenas, aprovechando las condiciones favorables de esta ciudadaustral por su cercanía con la península antártica, lo que la convierte en un verdaderotrampolín para progresar hacia la profundidad de dicho territorio.Publicación electrónica disponible en www.anepe.cl Noviembre 2016 1
Panorama de Seguridad y DefensaCentro de Estudios Estratégicos-ANEPEEn lo concerniente a la gobernabilidad, desde comienzos del siglo XX se identifica un fuertearraigo administrativo nacional. Algunos de ellos son los dictámenes de cesiones de pesca1en este territorio que se fueron otorgando a empresarios de la región de Magallanes, comotambién el rol que tuvo el Estado de Chile en la definición de los límites antárticos a través delDecreto 1.747 de 6 de noviembre de 1940. Con estos actos administrativos y legislativos sedio inicio al desarrollo de un conjunto de acciones de gobernabilidad por parte de nuestropaís sobre la Antártica, las que hasta el día hoy se continúan ejecutando y profundizando. Laaplicación de jurisprudencia en lo penal asignado a la Región de Magallanes y Antárticachilena, la aplicación de leyes que regulan la destinación de personal de las Fuerzas Armadasy civiles en su rol de Operadores Antárticos Nacionales en este continente y el reconocimientode monumentos y sitios históricos por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, le dantambién una cuota de valor al quehacer nacional antártico en este territorio. En resumen, laimplementación de estas acciones son clara expresión de la voluntad de reforzar lalegitimidad de nuestros derechos en este continente.La presencia de la Defensa en ese territorio se materializó, inicialmente, a través deldespliegue de bases, estaciones y refugios antárticos con medios de las Fuerzas Armadascon el rol de asentar la soberanía territorial. El despliegue de las bases Arturo Prat en 1947,Bernardo O’Higgins en 1948, Presidente Gabriel González Videla en 1951 y Presidente PedroAguirre Cerda en el año 1955 son clara expresión de esta intención.En un segundo período, se inició la desafiante tarea para el Estado de Chile de ejercer lacoadministración internacional de dichos territorios, sin renunciar a nuestros derechos dereclamación territorial amparados en el Tratado Antártico de 1959. Durante este periodo seinaugura y se despliega la base antártica Presidente Eduardo Frei Montalva en 1969, elAeródromo Teniente Marsh en 1980, la Villa Las Estrellas en 1984 y la base científicaProfesor Julio Escudero en 1996; todas ellas en la isla Rey Jorge, haciendo de esta isla unpivote para el ingreso a la Antártica continental, dada su privilegiada ubicación. En el ámbitocientífico, se despliegan los refugios Yelcho en 1962, Guillermo Mann en 1972, refugio JulioRipamonti en 1982 y el refugio Collins en el año 2006. En 1983 y en 1996, gracias a unadonación de instalaciones por parte del Reino Unido de Gran Bretaña, se despliegan lasbases Teniente Carvajal y el refugio General Jorge Boonen Rivera.El quehacer y la presencia efectiva en la Antártica siempre fueron un reto en el imaginariocolectivo de aquellos que ambicionaban llegar más allá del sur. Es así, como Chile en suplaneamiento territorial, asumió el desafío de salir de la península antártica y proyectar supresencia hacia el interior del continente. Era esta una intrépida iniciativa, de grandesproporciones y desconocidas complejidades. La progresión hacia el interior fue gradual y1 POLÍTICA ANTÁRTICA DE CHILE. Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. p 36-37Publicación electrónica disponible en www.anepe.cl Noviembre 2016 2
Panorama de Seguridad y DefensaCentro de Estudios Estratégicos-ANEPEcuidadosa a fin de aprovechar la experiencia alcanzada e ir generando el nuevo conocimientoque permitiera continuar progresando en forma constante hacia el interior del continente.Las expediciones Skúa Polar entre 1980 y 1983 desarrolladas por la Fuerza Aérea y elEjército de Chile, marcaron el inicio de la proyección hacia las altas latitudes, lo que fueseguido por el establecimiento de bases aéreas adelantadas en proyección al Polo Sur, y larealización de expediciones en la zona de Patriot Hills. Paralelamente, a través del InstitutoAntártico Chileno, se estimuló el desarrollo de actividades científicas en estas remotaslatitudes. El establecimiento en las latitudes 79º S se hizo finalmente realidad, mediante eldespliegue e instalación de las Estaciones Polar Teniente Parodi de la FACH y Huneeus deINACH en 1999. Además de lo anterior, se continuó en la tarea de apoyo a la ciencia. Claraexpresión de esto es la realización, en el año 2004, de la expedición Científica Conjunta delMinisterio de Defensa Nacional, el Ejército, la Fuerza Aérea y el Centro de EstudiosCientíficos de Valdivia.Finalmente, el año 2013 se logra el despliegue de una estación polar conjunta. Se trató de laEstación Polar Científica Conjunta “Glaciar Unión”, en la que participaron activamente en suconcepción, planificación y desarrollo la Subsecretaria de Defensa, el Ejército, la Armada, laFuerza Aérea, el Estado Mayor Conjunto y el Instituto Antártico Chileno.El proceso antes descrito ha obligado a tener que conjugar los intereses nacionales conconsideraciones derivadas de acuerdos internacionales. Ya en los años ochenta y noventa sehabía evidenciado la necesidad de dar a las operaciones que se realizaran un enfoque derespeto al medioambiente antártico, por lo que al momento en que esto se protocoliza porintermedio del Protocolo de Protección al Medio Ambiente Antártico del año 19912, nuestropaís rápidamente adhirió a la preocupación internacional de mantener esta zona con unénfasis ambientalista, lo que concluye con la Declaración de Santiago firmada durante laReunión Consultiva del Tratado Antártico el año 2016, para celebrar los 25 años de la firmadel Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección al Medio Ambiente, instrumentofundamental dentro del Sistema de dicho Tratado que procura una amplia protección delmedio ambiente de la Antártica y de los ecosistemas dependientes o asociados.Los mecanismos nacionales e internacionales generados ante los rumbos que ha señalado lahistoria, han acrisolado en Chile una permanente preocupación por el continente antártico,vinculándola, desde la perspectiva del académico Orrego Vicuña3, con las políticas que sehan llevado a cabo en el ámbito marítimo y sobre el océano Pacífico desarrolladas por nuestropaís. En este marco, hay que resaltar la implementación de algunas políticas públicas, como2 http://www.ats.aq/s/ep.htm3 Libro Política Antártica de Chile, pag15-34, Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de ChilePublicación electrónica disponible en www.anepe.cl Noviembre 2016 3
Panorama de Seguridad y Defensa Centro de Estudios Estratégicos-ANEPEbases del fortalecimiento de los intereses nacionales que delinean el derrotero para elquehacer antártico.En este orden de ideas es donde hay que resaltar la actualización de la Política AntárticaNacional del año 2000, en la que se definió una serie de objetivos a cumplir por todos losactores antárticos nacionales, incluyendo a los de la Defensa Nacional, y que fue promulgadapor el presidente Ricardo Lagos y que vino a complementar lo que Chile había desarrolladoen el último tiempo en el tema antártico.Los futuros retos que debe enfrentar el Sistema Antártico debieran estar fuertementeorientados a definir cuáles serán los temas más importantes para la actividad antárticanacional. En ese sentido, creemos que dichos aspectos deben ser, entre otros: la definiciónde estrategias a implementar para la protección del continente; el desarrollo de un mayorinterés por la ciencia antártica; la consolidación de la institucionalidad antártica; el diseño deestrategias para consolidar y proyectar la presencia efectiva; medidas para fortalecer losderechos antárticos nacionales; la promoción de la cooperación con otros programasantárticos; y potenciar la presencia extra continental.Todo ello nos llevará a posicionarnos con mayor fuerza en este territorio y a mantener elfortalecimiento de los cuatros vectores principales de nuestro quehacer antártico: la presencia,la ciencia, la importancia a nivel regional y el rol de nuestro país en el Sistema del TratadoAntártico.Publicación electrónica disponible en www.anepe.cl Noviembre 2016 4
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