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Como no te voy a querer xxx

Published by arisiyu, 2020-08-13 22:48:22

Description: Como no te voy a querer xxx

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DON´T STOP ME NOW Un muy buen amigo mío había ido a Rusia con su papá en un viaje que era totalmente el opuesto al mío porque lo planearon con todas las anticipaciones y gastos de ley. Ellos estaban ya en Saranks en un departamento alquilado para la ocasión esperando tranquilamente la hora del partido. Así que en el medio de todas mis correrías le escribí y le pedí asilo para poder llegar, asearme y ponerme en 180 grados por lo menos una hora. Según el plan no FIFA; yo llegaría a las nueve de la mañana, considerando las doce horas de viaje. El partido se jugaba a las seis de la tarde así que habría tiempo suficiente para, después de 72 horas de haber salido de mi patria, poder tal vez tomar una siesta horizontal. Pero dado mi viaje en combi moscovita, ese sueño no pudo cumplirse. Llegué pasado el mediodía, agotada, 45

con el cuello doblado y las piernas adormecidas. Mi amigo y su papá estaban a esa hora buscando un sitio donde almorzar así que nos encontramos dando vueltas por ahí hasta que POR FIN me senté en una mesa a comer. Recién me di cuenta cuanta hambre tenía. No sé qué comimos, pero me pareció lo más rico del mundo y lamenté mucho no haber tomado la Coca Cola en la noche; porque todo líquido se había acabado en esa ciudad nunca preparada para recibir a tanto peruano sediento de cerveza, de agua y de fútbol. Terminamos de comer y ya me ilusionaba la posibilidad de bañarme y descansar, pero ese no era mi destino. Al salir nos topamos con el banderazo: una avalancha blanquirroja que avanzaba hacia el estadio. Ni lo pensamos, simplemente nos fundimos en medio de esa interminable multitud eufórica, de esa algarabía de banderas, pañuelos, llamas inflables, bombos, trompetas y cuadras interminables de cómo no te voy a querer si eres mi Perú bendito. Fue una caminata increíble. Nunca el rojo 46

fue tan sangre y nunca el corazón estuvo tan hinchado. Los no peruanos enmarcaban la avenida para vernos pasar mientras aplaudíamos, bailábamos y gritábamos que era mi país querido que me vio nacer y les estampábamos un recuerdo que seguro no olvidarán jamás. Llegamos al estadio agotados de felicidad y justo antes de entrar mi amigo me hace la pregunta clave; esa que mi personalidad libre de pensamientos negativos de la que he venido hablando no se había preguntado: ¿y cómo sabes que la entrada que tienes no es falsa?. Silencio mortal. Fue un momento de esos que si se tratara de una película incluiría flash backs mostrando al argentino revendedor falsificando las entradas en una imprenta de mala muerte en el microcentro de Buenos Aires y vendiéndoselas luego a ilusos 47

peruanos que llegaban agotados después de viajes interminables y esperanzados en encontrar argentinos falsificadores que los ilusionaran más. Y si hubiera tiempo mostraría al argentino atrapado por la KGB y perfectamente deportado. Fue como ver la luz al final del túnel; pero en el suplementario. Porque la luz debí verla el día anterior. Ya era un poco tarde para pensar. Lo único que pude responder fue un “¡si es falsificada yo me meto como sea!” y seguir caminando a mi destino, porque cómo no te voy a querer. 48

SARANKS Según apareció en la pantalla; éramos 40,625 personas en el estadio. Estaba todo listo. Esperábamos que los equipos ingresen a la cancha y cantar en el himno. De la nada - como dicen lo jóvenes ahora - se empezó a escuchar la música... una que te emociona porque la conoces y porque estás a cientos de miles de kilómetros de distancia de donde la escuchaste por última vez: “Contigo Perú”. Cuarenta mil personas la cantamos juntos. (Los seiscientos veinticinco adicionales eran posiblemente los únicos daneses del estadio). Cuarenta mil voces gritando que daremos la vida; y que cuando muramos nos uniremos a tu tierra... contigo Perú. 49

Cuarenta mil voces que se me quedarán para siempre en el corazón, en la mente, en el alma. Cuarenta mil voces que me harán siempre recordar; que SI SE PUEDE. Que si te fallas un penal una vez... siempre lo puedes intentar de nuevo. A GANAR PERUANOS. 50

MEDIO TIEMPO 51

KRÁSNAYA Moscú es hermoso. Pero abruma. Sus dimensiones. Su arquitectura. Sus avenidas. Su gente. Todo es grande. Grande no. Gigante. Me abruma. Me pierdo más que nunca y me vuelvo a encontrar por obra y gracia de cualquier cosa menos por mi facilidad para ubicarme. Porque simplemente no la tengo. Pero lo que más me abruma es su idioma. Esas letras que no puedo descifrar. 52

Yo que me siento orgullosa de descifrar todas las frases del geniograma gigante de El Comercio 8 cuando solo están llenas algunas vocales; me siento una inútil total. No sé si lo que veo es un cine; un teatro o un mercado. Sus letras raras me asustan... todo me sabe a KGB y a cortina de hierro. Felizmente mañana juega Perú. En castellano. 8El Comercio, es el principal diario de circulación nacional en Perú 53

PENAL Escuché mi nombre, en plena Plaza Roja, cuando estaba con mi hija tomándonos fotos con unos turistas suizos de colores, que es uno de los pasatiempos favoritos del mundial cuando no estás viendo algún partido: caminar, mezclarte en la multitud y tomarte fotos con los grupos más divertidos y los más disfrazados. Escuché mi nombre dos veces y pensé que tenía alguna homónima o que simplemente había escuchado mal. Pero no. Me llamaban a mí y me costó algunos segundos reconocer a este hombre que había conocido hace veinticinco años. Fue un encuentro inimaginable. Porque si bien éramos una multitud de peruanos en Moscú, él sería uno de los que jamás imaginaria encontrar. Se había ido del Perú hace años y nosotros 54

ni nos habíamos despedido porque nuestra historia tuvo reveses que no lo permitieron. Y de pronto estaba ahí y nos abrazamos como se pueden abrazar dos compatriotas en tierras extrañas. Él estaba solo. Yo con mi hija, así que ese día lo adoptamos y nos paseamos por Moscú y comimos ceviche y lomo saltado en el restaurante peruano mexicano al que llegamos gracias al paladar restringido de mi hija que siempre nos lleva a esa comida en la parte del mundo que estemos, y que esta vez además coincidía con las ganas que mi amigo tenía de comida peruana. Caminamos, compramos souvenirs mundialistas, y por supuesto nos juntamos con grupos de barristas y cantamos cómo no te voy a querer emocionados. Pasamos un día muy divertido y como amigos entrañables nos despedimos. 55

Esta historia no pasa de ser una cualquiera, que no vale tal vez la pena de ser contada mas allá de una anécdota de las miles en ese mundial, pero lo que me hace ponerla en estas páginas es la conversación que tuvimos antes de que él saliera de Rusia. Y para que se entienda, debo remontarme a veinticinco años atrás. Yo era personera de un partido político distrital en el que un buen amigo mío estaba inscrito y por el cual postulaba a un puesto en la alcaldía de nuestro Distrito. El personero es una especie de VAR que vigila que nadie se robé votos en la mesa de votación; y en realidad yo más que personera del partido era personera de mi amigo. Mi amigo tenía un amigo que también era personero, o postulaba (no recuerdo), pero que estaba ahí también y nos conocimos. Para hacerla corta, empezamos a salir; él estaba separado y tenía un hijo y todo iba bien hasta que una tarde, entré a rezar a una iglesia. Estaba por celebrarse una boda, y me quedé a esperar 56

que entrara la novia. Empezaron a entrar los invitados y entonces lo vi entrando a ese matrimonio con su esposa de la mano. Fin de la historia. O comienzo. No quise verlo más. Él trató de buscarme varias veces, pero yo no tenía nada que conversar. Hasta que Perú clasificó al Mundial y nos encontramos ese día al costado de la tumba de Lenin. Me llamó a despedirse desde el aeropuerto; y a decirme que, aunque hubieran pasado tantos años él quería que supiera que nunca mintió; que necesitaba cerrar ese círculo en su vida y hacerme saber que en aquellos años ya no estaba casado y que las circunstancias jugaron en su contra. 57

Había pasado un cuarto de siglo para esa conversación; fue extraño, yo ya no le veía sentido; pero él quería decirlo. En ese momento entendí porque de tantos miles de peruanos me tocó encontrarme con él. De alguna manera hizo las pases consigo y su conciencia y yo creo que no pudo ser en mejor escenario que ese en que todo se perdona y todo se olvida. Otra vez la vida jugando su propio partido. 58

LA KGB La historia de Rusia que te enseñan en el colegio y que cualquiera puede revisar en Google; está marcada por luchas y revoluciones, guerras, hambre y esplendor. Todo sobredimensionado y radical. Como las 3,000 ejecuciones que en un solo día llevó a cabo Pedro I (según explicó una guía turística) allá por el siglo XXXX. Tanto no recuerdo y no quiero entrar a googlear. Todo radical. O es negro o es blanco. Como su clima; que no escatima con el sol hirviente e imagino inclemente en el invierno. O como su gente que; o te mira con el cejo fruncido y dice (grita casi) NIET cuando intentas preguntarles algo; o te sonríe y te acompaña hasta donde tengas que llegar, aunque su ruta esté para otro lado... hablándote además en un perfecto inglés. 59

Y como la ciudad, donde hay turismo para todos: o vas a visitar sus magníficos templos ortodoxos (hay de todo tamaño y por todos lados) o haces el tour comunista que te lleva a los lugares y monumentos más sombríos del siglo XX; incluyendo la tumba de Lenin; que se me ha clavado en la retina porque impresiona. No sólo porque el muerto ahí embalsamado es realmente enano; sino por la solemnidad que lo rodea y por los guapísimos policías rusos que la custodian y que no te permiten tomar ni una fotito. Y ahí uno luchando por sacar la cámara; más que por fotografiar a Lenin para ver si uno de esos polis te detiene. En fin... esa es otra historia. Esta ciudad ha resultado perfecta para mi hija y para mí que siempre que viajamos tenemos “problemas” para ponernos de acuerdo con dónde ir y que hacer. Ella harta de mi arquitectura y mis caminatas de “lo que-no-te-puedes-perder” y yo que no quiero usar mi tiempo en shoppings o restaurantes mexicanos. 60

Esta vez, cada una ha podido ver y disfrutar el lado de Moscú que más le provocaba. Todos felices. Gracias Rusia 61

KFC Cuando te empiezas a acostumbrar a la ciudad, te sientes a gusto; empiezas a moverte en Metro como buena y sin usar Google Maps. Le dices “Spasibo” a todos cuando te hacen favores y hasta le sonríes a los que imaginas son policía encubierta. Entonces te metes a un restaurante de comida rápida; que como lo conoces; te hace sentir segura y te aparece este mensaje cuando tratas de conectarte a una wifi y de nuevo estás perdido en el espacio. Nunca des nada por sentado. 62

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EL YIN Y EL YAN Pasan los días y Moscú se me acerca. O yo me acerco. No importa. El orden de los factores no altera el producto. Nos estamos haciendo amigos. Moscú se me hace una ciudad moderna que ha conservado su pasado sin tenerle miedo a la mixtura. Las construcciones high tech se yerguen al costado de edificios históricos sin problemas ni complejos. No le temen. Los incluyen. Distinto a su cultura, que no tolera, por ejemplo, ni las manifestaciones públicas, ni las muestras de afecto de diversidad sexual. 64

Es de locos. Como su clima. Que de un sol abrasador de treinta y cinco grados donde te puedes derretir; pasa en segundos (dos segundos) a una lluvia torrencial en la que si no corres mueres ahogado. Comprobado: el amor todo lo puede, todo lo soporta… con tal de ver a tu país en el Mundial. милый москва 65

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OFF SIDE 67

TARJETA ROJA El 2018 la corrupción se puso de moda en Latinoamérica y en el Perú. Mejor dicho, se destapó como nunca y nos empezamos no solo a enterar; sino a por primera vez, mandar a la cárcel a todos los otrora intocables de nuestros países. Habían empezado a destaparse las porquerías de Odebrecht y sus secuaces. Así que todo el mundo trataba de hacer distancia de hechos corruptos. Estaba entrando al estadio, cuando me cruzo con un buen amigo mío, uno que además ya estaba por su tercer mundial. No lo veía hace buen tiempo, así que encontrarnos allá le sumaba extra-alegría al viaje. 68

Conversábamos y nos tomábamos la respectiva foto de recuerdo, cuando noto que traía un bastón y aunque ya no somos los jóvenes universitarios que fuimos al conocernos; tampoco estábamos todavía para bastones, así que preocupada le pregunto: - que pasó ¿te accidentaste? -. Me guiña el ojo mientras dice: - no, nada que ver, lo que pasa es que las entradas para discapacitados son más baratas y tienen mejor ubicación-. ¿A-RRI-BA PE-RÚ? 69

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SEGUNDA MITAD 71

HINCHAS Como mi hija se había ganado un premio de varios miles de dólares y todo su viaje era de primera, no nos tocó ir juntas a los partidos: ella viajaba como japonés jubilado y yo como chibolo9 mochilero. Así que uno de esos días en que no había partido nos fuimos a ver uno al Fan Fest; que también era parte importante de vivir el mundial. Nos subimos como a tres distintas líneas del metro para llegar. Y caminamos alrededor de un kilómetro desde la última estación. La verdad no sé si era un kilómetro o menos pero la otra verdad es que bajo el sol abrasador parecían como seis. El Fan Fest como todo lo FIFA, estaba super organizado, te recibían cientos de voluntarios sonrientes que te hacían “high 9 “Chibolo” es una expresión coloquial usada en Perú para referirse a un joven o un niño. 72

five” en inglés o castellano, te chequeaban separadas de los hombres y el espacio inmenso estaba lleno de pantallas gigantes para que pudieras ver los partidos desde cualquier ángulo y de kioskos en los que podías tomar cerveza en vasos mundialistas también desde cualquier ángulo. Había música y el ruido era generalizado, con gente de todo el mundo cantando en todos los idiomas, mezclándose, agitando banderas, trompetas y bombos. Era verdaderamente la fiesta del hincha. Buscamos un sitio cercano a una de las pantallas y esperamos el partido. México – Corea del Sur. Los mexicanos venían de ganar en el debut a Alemania y se habían convertido en los engreídos de esa primera fase. Así que el espacio estaba pintado de camisetas verdes, sombreros charros y cielitos lindos por doquier, tanto que te provocaba contratarlos para una serenata. 73

Ganó México. Era imposible no disfrutar la fiesta. Cuando te gusta te gusta. Estaba yo en ese disfrute, con mi vaso de cerveza en la mano, que era lo único que calmaba la sed en ese calor abrasador, disfrutando el show del entretiempo y tan feliz que no me di cuenta en qué momento mi hija ya no estaba a mi lado. La encontré dormida en el piso, con la boca abierta, la espalda apoyada en un letrero mundialista, debajo de un techito que daba algo de sombra y de un parlante que debería marcar ochenta decibeles. Cuando te gusta, te gusta. Y cuando no… te duermes. Aunque seas la hincha más power a nivel nacional y aunque alguna vez lo hayas sido tanto que te amarraste a tu cama para ver un partido. 74

EL CAMERINO 75

La selección le puso mariposas en el estómago a treinta millones de peruanos. Nos enamoró. Nos ilusionó y empezamos a ver todo en rojo y blanco. Esperábamos los partidos como se espera al enamorado en los primeros meses: con impaciencia y ansias. No le vimos defectos y lo llenamos de virtudes y cómo no te voy a quereeeeeeeerrrrr hasta el hartazgo. Nos vestíamos con escudos y banderas de la patria. Lo dejamos todo y los seguimos hasta sitios impronunciables como ЕКАТЕРИНБУРГ. Pero las ilusiones se terminan y los finales duelen.... y claro, duelen más cuanto más enamorado estás. Y es cuando toca llorar o llenarse de rabia. Vivir la emoción profundamente. Como se vivió la ilusión. Con todo. 76

Vivirla sin buscar explicaciones. Y dejar que pase. Porque va a pasar. Y porque la diferencia con ese “amor” perdido que hay que dejar ir y por quien lo más sano es no alimentar esperanzas; esta selección no nos ha roto el corazón sino que más bien lo ha alimentado y lo ha hecho más fuerte; solidario. Le inyectó vida en medio de una realidad llena de corrupción, muerte y egoísmos. El Perú no es el fútbol ni la selección peruana... pero ojalá lo fuera. ARRIBA PERÚ PD: sé que no a los treinta millones les gusta o les interesa el futbol; pero no tengo estadísticas al respecto y por eso incluyo a todos. 77

El mundial de fútbol es una fiesta. Un encuentro de todos los idiomas, las razas, las culturas. Una torre de Babel donde el idioma no importa porque todo el mundo entiende un gol y donde Viva México, Belgium, Ar- gen- ti – na, Sou Brasileiro, Deutshland, A-rri-ba Pe-rú o Ro-ssi-ya, se funden entre trompetas tambores y banderas de todos los tamaños y colores. Gracias por la fiesta. Querida cocina: te la debo. Ariana 78



DERECHOS RESERVADOS Lima Perú 2021


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