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Published by Luis Millán V., 2021-09-01 13:37:03

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LA NIÑA DE LOS LIRIOS SANDRA CARRASCO GONZALEZ

LA NIÑA DE LOS LIRIOS Los cuentos fantásticos siempre envuelven al lector, los hacen viajar a lugares increíbles y este cuento espera que a las manos que llegue, lo conquiste, lo atrape y claro, pasar un rato ameno. Bueno, lo que nos paso a continuación reafirma mucho la existencia de un Dios que cuida, que te da esa posibilidad de escoger, de otra manera seria imposible haber estado veinte días y 20 noches en donde no sabemos cómo llegamos al lugar en que estuvimos, por lo que para muchos podrá ser un cuento.

Hay en la realidad lugares de extraordinaria belleza, ubicados en todas partes del Mundo, pero en mi caso, viajare dentro de mi País, ya que deseo entrar en contacto con la naturaleza, lograr así la tranquilidad para reflexionar sobre el privilegio de nuestra existencia, ya que en este mundo actual el mantenerse cuerda por así decirlo es una lucha constante de los simples mortales, es justamente conocer esos rincones que son benditos los que el ser humano requiere para sanar, por esa razón busco en donde escasamente llega la mano del hombre. Si bien son partes de no tan fácil acceso, siempre se llega y aun mas, podemos ver la buena presencia humana ya que es la diferencia de quienes viven en esas lejanías, son los que protegen su entorno, incluso pasando por situaciones muchas veces extremas. Valdivia es una zona de gran hermosura, que si uno escucha algunos relatos o mitos nacidos de residentes es solamente para confirmar que es una ciudad de encantos, y de historias que reflejan a un pueblo de abuelitos y abuelitas que atesoran lo vivido para que a su vez quede el legado de generación en generación. Comienzo desde el inicio, tratando en lo posible de que estas líneas sean de fácil entendimiento, sin palabras rebuscadas y que no se vuelvan tediosas, por lo que se divide en cinco capítulos.

1 CAPITULO Logre darme un regalo en mi tiempo de vacaciones, corresponde cuando el trabajo lo hacemos con dedicación, esfuerzo, para entregar lo mejor de uno, especialmente cuando trabajamos con personas, en mi rol de orientador es muy importante la empatía ya que resulta a veces difícil conectar con jóvenes que por su edad tienen una idea de ver las cosas a veces muy lejana de los adultos y porque no reconocer que nosotros los adultos muchas veces estamos más encajonados o encasillados en la supervivencia que en ser felices verdaderamente con lo que vamos logrando. De un momento a otro, se iluminó en mi cabeza “vacaciones”, y sin pensar dos veces, tome la sabia decisión de que saldría a descansar a un lugar con un sello que fuese especial, lo que para mi significaba el contacto con la naturaleza, dicho anteriormente, buscando en lo posible ese lugar no tan concurrido con espacios abiertos, en donde se pudiese mirar el cielo lleno de estrellas. Me sumergí en Google, no desperdicie mi tiempo valioso dejando para mañana, lo que debes hacer de inmediato cuando tomamos una decisión tan relevante, como además son tanto los lugares de mi país que no conozco y que solamente he escuchado de ser tan preciosos, por lo que sin demora encontré y me detuve en Valdivia, sus fotos atraen aun estando dentro de la caja del computador, era de todas las formas, “el lugar”, ahí en donde comenzaría las ansiadas vacaciones. Llego el día, prepare unos bolsos con lo más importante que creía seria lo necesario, lo demás el camino se encargaría de mostrar que mas me faltaba, no podría negar mi entusiasmo un poco infantil, la ansiedad de los niños por recibir sus juguetes nuevos, se asemeja a la impaciencia por disfrutar cada rincón de Valdivia, y así lo hice. Muy temprano Salí rumbo al terminal, específicamente a las oficinas de turismo que tienen todo preparado para dar cumplimiento al acuerdo previamente realizado, allí no era la única pasajera, la mayoría eran personas adultas y extranjeras, me imagino en busca de lo mismo que yo.

El mini bus se veía bastante cómodo, dentro del grupo viene una italiana, que resulto ser mi compañera de asiento, el grupo restante de personas con mi mismo destino resultaron ser silenciosos al inicio del viaje, una vez que la confianza se apodero, era fenomenal la sintonía entre todos, es como si nos conociéramos desde siempre, debo reconocer que me pase rollo, en que el prejuicio de creer, pensar y dar por hecho algo que no se ha vivido, eso nos enseña que el adelantarnos muchas veces es un grave error. Siendo un viaje de varias horas, se nos hizo corto a todos, es que se ha hecho de este paseo algo súper alegre y cada uno con ganas de pasarla bien, llegamos luego de 13 horas y tal vez un poquito más, si bien era un trayecto largo que ya lo sentían mis huesos, el chofer con su voluntad de oro, detenía el vehículo para que viéramos parte de las atracciones, para picar algo sabroso, estirar nuestras piernas, para comprar un suvenir, a cada momento siento estar convencida de lo positivo de esta decisión, además la empresa escogida para el traslado nos daba esa tranquilidad. Llegamos y con algunos pasajeros coincidimos en donde dormiríamos, por lo que en pequeños grupos partimos para ir al hotel, tomamos taxi, el hotel se debía reservar con antelación por su buen prestigio ya que las recomendaciones de buena atención, limpieza, traspasaba los elogios por redes sociales. Logramos con el grupo una buena comunicación, especialmente con quien hice amistad, una dama Italiana de nombre Alfonsina, la hora temprana de llegada nos permitió salir a los alrededores del hotel, claramente después de una rica ducha y cambio de ropa cómoda. Alfonsina hablaba el español de maravillas y como broche de oro, tenía las mismas inquietudes de llegar para aventurar en lugares apartados, de mucha vegetación, que claramente nos dejara ese sabor inolvidable de unas merecidas vacaciones de paz.

Al regresar nos dirigimos al encargado, para pedir ayuda por donde era lo más indicado partir, al siguiente día nos colocamos en marcha para conocer determinados lugares que no podíamos dejar de conocer, mas aun estando allí se volvería incomprensible. Bueno La primera visita fue dentro de la ciudad a lugares que son de historia para Valdivia, todo marcha impecable, los guías se dan el tiempo para enseñar lo valioso de cada lugar, con breves reseñas, al final del día sentíamos que el objetivo primero se estaba cumpliendo a cabalidad, por lo que nuestro regreso al hotel nos tenía a ambas contenta. Al subsiguiente día, el administrador amablemente nos orienta y llama a la persona indicada que nos pondrá en contacto con alguien de turismo quien a su vez se dio el tiempo para hablarnos y saber un poco de los intereses de ambas, incluso se preocupo de decirnos el tiempo y valor de ir a ciertos lugares, incluso se atrevió a indicarnos con quienes no debíamos salir y los lugares que por ningún motivo se debíamos visitar, que mas que agradecer su gran gentileza, lo bella persona que resulto por preocuparse y darnos parte de su tiempo personal. Diré, nuestra primera semana nos daba la confianza para llegar y continuar a esos lugares más retirados que con Alfonsina deseamos conocer. Ya incluso sentíamos la adrenalina de la curiosidad que suelen dar las andanzas, se comprende que cuando uno viaja, el deseo es vivir nuevas cosas que podamos luego contar como únicas y por supuesto que podamos sentir que valió la pena. Ya tomada la decisión del lugar a donde partiríamos, era buscar quien sería el afortunado que nos llevaría para hacer este recorrido, es un lugar que se encuentra ubicado al interior de Valdivia, campo, cordillera, bosques y ríos, pueden imaginar el resultado a todo lo mencionado. La persona encargada de venir por nosotras al siguiente día era realmente muy puntual, por lo que conforme con Alfonsina, preparamos todo sin demora y a dormir.

2 CAPITULO Emprendemos la salida alrededor de las 14.00 pm, por un inconveniente de un pasajero, que al ser consultados todos, decidimos esperarlo. Junto a un paisaje asombroso, con prácticamente cuatro casas que pudimos distinguir por la distancia, el camino de tierra y piedras al no ser pavimentado estaba en muy buenas condiciones y con gran espacio para transitar, ya lo quisieran en muchos lugares, desde Valdivia hasta este lugar era un trayecto de más o menos de cinco horas, a una velocidad prudente. Cuando llegamos eran las 19.10 pm incluso ya se iniciaba el atardecer, un poco la iluminación artificial se observaba por el uso de paneles solares, el recibimiento es totalmente de piel, acogedor, personas que dan la sensación de que fueran conocidas desde antes, encantadoras, muy demostrativas en sus gestos al estar contentas de recibirnos, una vez instaladas en nuestras habitaciones con ropa acorde, bajamos a un salón de estar, el lugar estaba para entonces bastante iluminado, pero se apreciaba una gran soledad alrededor de la gran casona, al ser casi de noche, ya luego de un rato nos invitan a acercáramos a una mesa, que de inmediato me recuerda a la mesa de un reclame publicitario del te xxxxxx. ( No la menciono por razones obvias), por lo grande y larga que se veía. Todos eran muy amables, es como si todas la personas insisto fuesen familiares entre sí, para que decir las personas que estaban a cargo de la cocina, sus palabras, su atención rápida, hacia que el lugar no nos permitiera pensar en haber escogido otra parte. Todo era ameno, una invitación a la comodidad y lo mejor a esa libertad que solo lo da tu casa. Comenzaba a correr un aire tibio, por lo que de inmediato pregunte, se ve venir lluvia parece, a lo que me contestaron, no necesariamente ese aire indica lluvia, siempre aparece cuando las visitas son gratas, con esa respuesta a una se puede sentirse en las nubes.

Llegue a la habitación y Alfonsina quedo en la pieza del al frente, por lo que nos colocamos de acuerdo en descansar y si bien se nos invito a unirnos con el resto de los visitantes, preferimos quedarnos a relajarnos para el día siguiente tener toda la energía. Muy temprano apenas por salir el sol, pudimos ver el campo y de lejos muchos árboles, la casa era bastante grande, con muchos animalitos, siembras, estaban divididos tres patios, separados incluso con mallas, el primero era todo para comer, descansar, con sillones de mimbre, con hamacas, el segundo tenía tres piscinas, de las cuales se señalaba para menores, adultos, adultos mayores, y el tercer patio, era especialmente de juegos, baile, como se pueden dar cuenta, era realmente de 5 estrellas en un lugar aislado pero con todas las comodidades, ya que la atención es de primera, incluso dentro del grupo venia un matrimonio que todos los años desde que se conocieron visitaban el lugar, además cuando llegamos, habían muchos turistas de distintos países, felices ya que consideraban su parte favorita para vacaciones. Con mi compañera de viajes luego de reinos, participar incluso en juegos ya preparados con anticipación con la única misión de lograr dentro de los grupos conocernos mucho mas, interactuar entre todos para entretenernos. Decidimos con Alfonsina hacer nuestro viaje en la madrugada del día siguiente. Eran las 5.00 am, hora de tomar desayuno en la cocina y luego partir con todo preparado, nuestras mochilas deben cumplir el resguardo de unos días de campamento, reconozco que Alfonsina era más precavida, con mayor experiencia, incluso en deporte de montañismo tenia medallas, mi amiga en un costado de su saco llevaba una carpa, incluso 2 sacos de dormir, ella me indico lo que debía colocar en mi mochila, el agua, viandas por días, botiquín de emergencia, linternas, velas, encendedor y claro como regresaríamos tarde dos buzos térmicos, rico café, chocolate y caramelos de frutas.

Dimos nuevamente el aviso que saldríamos por cuatro días a acampar, en tal dirección, el dueño del lugar “Don Manuel”, nos había confeccionado una especie de mapa por dudas de a lo mejor equivocarnos en el camino, claramente por si nos perdíamos, por lo que nos pidió el cumplir y revisar el mapa.

3 capitulo Llego el momento de irnos, el camino era una invitación, algo que ninguna de las dos nos detuvimos a pensar porque era tan atrayente el avanzar sin preocuparnos por voltear hacia atrás, el silencio era absoluto, solo eran nuestras pisadas y el canto de los pájaros, que por más atención en verles, era su canto claro, que nos permitan escuchar, avanzamos sin sentir cansancio alguno, el entorno era acogedor, conversábamos que hasta ese momento las expectativas se quedaban muy por debajo en comparación a tantas sensaciones juntas de placer, nunca miramos el reloj, solo avanzamos claramente en dirección directa hasta el lugar en donde encontraríamos un muro de piedras formando un arco, hecho por la mano del hombre, como indicando un determinado lugar, se supone por las indicaciones que entendimos a 5000 metros de distancia nos encontraríamos con un rio, lugar escogido para acampar, así es que seguimos con tanto entusiasmo como si recién hubiésemos partido, sin ni siquiera sentir hambre y menos cansancio. Estábamos atrapadas, la paz del lugar, la naturaleza, repito el entorno bello, logro que nos enamorarnos de todo lo que estábamos viendo, avanzamos incluso sin los celulares encendidos, el canto de los pájaros seguía a nuestro lado, todo estaba marcando un antes y un después sin saberlo. Por lo que seguimos el trayecto pensado, sin darnos cuenta del pasar de las horas, el silencio, la fauna y flora existente verdaderamente nos embrujo, cada minuto que caminamos era en la dirección del dibujo o plano hecho por Don Manuel, por lo que sentíamos plena seguridad de la senda de extraordinaria hermosura, un camino con árboles muy altos, para nada parecidos a los de la ciudad, cuando fijamos la vista, observamos que de un momento a otro nuestros pasos nos llevaron a internarnos cada vez más, entendimos que estábamos entrando a un bosque, porque debíamos hacernos a un lado, eran inmensos troncos, pero a nosotras ni se nos cruzo detenernos y seguimos entre risas, bromas, ya pasado un rato sacamos un celular y lo encendimos para ver la hora y este no encendió, pensando en que se había descargado, sacamos el mío, el cual menos prendió, en ese momento era como un temblor grado 5, porque seguíamos según nosotras las indicaciones y cada vez eran más y más los árboles que nos rodeaban por completo, desde ese lugar veíamos los rayos del sol entrar muy alto y ese fue el aviso de que estaba cerca el anochecer y que debíamos tener claridad en el lugar que pasaríamos la noche.

Acto seguido, la tranquilidad, repito y la belleza, que no puedo describir nos empujo mas y mas al interior del bosque, ahí claramente nos miramos y comprendimos de estar un poquito perdidas o mejor dicho más que un poquito y es increíble no notamos ninguna de las dos como estábamos dentro de un bosque. Solamente se dejaba escuchar un silbido suave, el que dan los arboles cuando el viento sopla fuerte, el canto hermoso de pájaros aun nos acompañaba pero imposible verles. Ya una vez que reaccionamos de acuerdo a las circunstancias, el sentir que estábamos perdidas y reconocer abiertamente lo que debíamos hacer frente a esta situación, confieso a pesar de todo, era una mezcla entre el asombro, un poco de susto y la adrenalina propia de los nervios, ya claras en los pasos a seguir, buscamos un espacio apropiado para protegernos y pasar la noche, que con seguridad sería bastante larga. Ya aceptando lo que viviríamos a partir de ese instante, ambas decidimos que lo conveniente era realizar turnos para estar protegidas de cualquier evento no esperado, aunque claramente se puede entender que el lugar y las condiciones se prestaban para que cualquier cosa ocurriera. Conversamos y colocamos todo de nuestra parte para que el ánimo fuera un amigo incondicional, junto a un rico café, en espera del amanecer cada una hablo de sus sueños, de vivencias, de penas, de gustos y claro infaltable de amores, los que dejan huella y los que mejor se olvidan. Lo importante es que ambas sentíamos en nuestro interior esa fe en que las cosas ocurren por algo pero siempre van hacer mejores. Pasamos nuestra primera noche, prácticamente sin dormir, sería esta la gran experiencia que esperábamos para incentivar en nuestras vidas una razón de continuar, a veces para encontrarnos a sí mismos y lograr algo que verdaderamente nos motive a sentir esa chispa de emoción que nos despierta.

En ocasiones las cosas hay que vivirlas, porque al contarlas se coloca en dudas su veracidad, más cuando vivimos en un mundo tan convulsionado como en la actualidad. Nuestra segunda noche luego de haber caminado bastante sin poder encontrar el rio que Don Manuel nos había dicho el frio se hizo sentir, Alfonsina preparo un hoyo con ramas para separar un poco la humedad del lugar, luego armo la carpa y entre mantas nos abrazamos además ella traía 2 paleras térmicas de mucha utilidad, era definitivo, había sido mi fortuna conocer a una compañera que salvaría nuestras vidas. La batería de repuesto del celular ayudo muy poco ya que compartimos a ratos un mínimo de luz, porque de la señal de ambos celulares ni hablar. La suerte factor importante estaría de nuestro lado, porque a veces algunos hábitos pueden ser muy valiosos en caso de emergencia y yo siempre llevo en el bolso algunos analgésicos, un reloj de bolsillo y esta vez incluso puse un poco mas de sobres de alimento no perecibles. Al día siguiente continuamos, caminamos ya que quedarnos en donde estábamos no era lo aconsejable, por lo que seguir en determinada dirección en busca del añorado rio, se vuelve necesidad, es la alternativa segura de que nos puedan encontrar, ya nos habíamos anticipados a racionar a todo. Nos ocurrió lo mismo de la primera noche que esta comenzó antes en el interior del bosque, el café realmente fue un aliado para nosotras y la verdad es que se aprecia todo mucho más, cuando hay hambre y frio. Eran las 2.40 am, cuando sentimos las dos una voz dulce cantar, delicada, no logramos entender su idioma, de repente se alejaba y pronto volvía a sentirse cerca, al no identificar la fuente de donde era, como explicación lógica, dijimos debe ser ese sonido que cuando hay viento las ramas tienen un sonido peculiar, pero esa respuesta era solamente dándonos conformidad, porque las dos escuchamos claramente cantar melosamente. En nuestros oídos se quedo gravada esa dulce voz, mientras cada una tomaba su turno, se lograba vislumbrar eso que avisa, una corazonada de algo por venir. Al amanecer ya despiertas las dos vimos como calentar agua para la energía que salva por las mañanas, la de un rico café.

Al estar ya listas iniciamos nuevamente el camino, seguimos entre los árboles con mucho follaje, eran gigantes, una maravilla creada para que los seres humanos disfrutemos, que prácticamente nunca lo entendemos hasta cuando se nos va la vida. Era entrar a otro mundo, el tercer día se podría decir que se nos estaba haciendo costumbre el escuchar esa angelical voz, era sentir su grata compañía y protección. Avanzamos si tomar descanso para ya ese tercer día con la esperanza de encontrar algún lugar que nos indicara poder dormir más seguras. La claridad es que si habíamos comenzado una aventura incierta que ninguna de las dos sabría ni cómo, ni cuándo tendría término.

4 capitulo Al avanzar veíamos como una luz clara e intermitente de repente a lo lejos se hizo notar, por su gran intensidad, tal vez solo era parte de los rayos del sol que entraba por las copas de los arboles, era tan fuerte y brillante, que ambas sentíamos como la necesidad de acercarnos mucho mas, seguimos caminando a estas alturas ni siquiera nos preocupaba el tiempo, esa luz era un incentivo de que llegaríamos a un lugar seguro. Casi se nos termina el día y aun estábamos dentro del bosque, ahora se producía un silencio entre las dos, solamente nos miramos y sin la necesidad de palabras entendimos que esta aventura se había hecho una realidad, lo curioso es que no entramos en pánico. Ya noche con la claridad de lo que teníamos que hacer, mas el recuento de lo que ya casi poco quedaba, porque nuestro comestible estaba calculado para seis días completos y ya desde el primer día habíamos comenzado a racionar en caso de ser necesario, lo cual, es muy acertado anticiparse. Cuarto día, mi amiga así sinceramente lo siento, como pienso ella debe sentir por mí, una amistad que se vuelve más incondicional con lo que cada momento vivimos, es a prueba de todo, compartimos cada alimento o sorbo de agua, ambas reflexionamos de lo hermoso en dar la oportunidad de dejar que otros entren en nuestra vida, sin prejuicios sin esperar nada a cambio. Escuchamos al amanecer muy retirado a nosotras, un sonido como cuando cae de una altura un hilo de agua, por lo que de inmediato reaccionamos contentas, levantando lo poco que teníamos, pero optimistas de recordar que ya estábamos prontas a ver el rio y eso significa ir en tierra derecha.

No puedo dejar de contar que en determinados espacios se oye el canto angelical, es como si alguien quisiera acunarte, era grato pero no menos perturbador no saber ni quien ni de donde venia, solo se daba y debíamos agradecer tan grata compañía. Si bien continuamos con ánimo, ya teníamos claro que la meta era que nada nos pasara y regresar para no preocupar a quienes sabían de este paseo, como Don Manuel que nos encargo seguir el plano, lo cual según nosotras pensamos que fielmente cumplíamos las instrucciones, por más que nos preguntemos que paso es algo que aun no le encontramos respuesta. Ya era nuestro quinto día, nos costaba hablar pero no podíamos claudicar y continuamos, nuevamente escuchamos agua correr, no es producto de la imaginación, sentimos muy claro agua correr. El cansancio se vuelve notorio, ni Alfonsina ni yo somos súper mujeres, la escasa alimentación, el no dormir se estaba haciendo sentir, y es comprensible. Quinta noche pero definitivamente no estábamos solas, en el día podemos asegurar haber visto pasar entre nosotras círculos del tamaño de nuestro puño de color blanco con un tono crema y un brillo amarillo que salía de adentro del circulo, además esa voz que a ratos escuchamos la distinguimos como una voz extraordinariamente envolvente, mas el sonido claro del agua, debe tener un significado que por alguna razón se nos había presentado tan abiertamente, lo que indica que cada cosa tiene un tiempo. Ya estaba amaneciendo, era el inicio del sexto día, por lo que quisimos continuar en la dirección del sonido del agua, y algo nos empujaba a creer que la decisión es la correcta. Cada vez ese sonido se nos acercaba más, hasta que sin darnos cuenta llegamos a la orilla del rio rodeado por cerros de un verdes intenso y grandes rocas. Todo es tan majestuoso que estábamos atónitas de la hermosura de aquel lugar, nos sentamos en esa quietud para dejar pasar un rato y reincorporarnos luego.

No pueden imaginar esa felicidad que compartimos con Alfonsina, lo primero era poder hervir agua para tomar un ansiado té con las pocas galletas que aun nos quedaban. Caminamos en busca del lugar en el cual si o si habíamos decidido quedarnos, lo encontramos, era perfecto entre unas rocas había un espacio indicado para descansar y porque no, con suerte podríamos encontrar con que poder pescar. Al día siguiente de la fogata me encargue yo, mientras que Alfonsina sacaba filo a unos palos largos y muy flexibles que encontró, luego me dice, no tardo y realmente no se demoro y con una sorpresa inmensa, con 5 pequeños pescaditos atravesados en el palo, de tanto reír me refregué mis ojos, no era ilusión, gracias al ser supremo, era realidad. Fui la encargada de cocina los pececitos, la pena no era menor pero el hambre no perdona, todo se vuelve rico independiente a una preparación sin condimentos. Luego de ese suculento desayuno debíamos tomar decisiones que implica ponernos de inmediato a avanzar o quedarnos hasta el otro día, para recuperar fuerzas, además ya prácticamente no nos quedaba nada, incluso teníamos que aprovechar el fuerte sol y lavar algunas prendas. Pensamos que lo mejor era permanecer nuevamente hasta el otro día, las señales nos permitirían el poder pensar en reponernos y tener otra noche para un merecido descanso, junto a ese fuego que nos hace imaginarnos el calor de hogar que ya extrañamos. Ya partíamos con un bello amanecer, cuando nos dimos cuenta de no estar en donde se supone nos habíamos puesto, ya que una varilla con un pañuelo es el que indicaría que estábamos ahí. Si bien fue como una humorada, ahora tenía valor, de alguna forma nos habíamos corrido del lugar, o nos corrieron sin darnos cuenta, diríamos que son unos 20 metros

Como paso de llegar a este otro espacio distinto. Resulta preocupante, pero no permitiremos que cause o nos provoque temor, era todo lo contrario, entre ambas existía una fuerza interna por continuar y saber que en algún momento regresaríamos a casa, por lo que comenzamos a avanzar a orillas del rio junto a esa melodiosa voz que a ratos se dejaba escuchar, la naturaleza envolvente era la aliada que nunca nos abandona, su grandeza nos hace pequeñas y nos acerca mucho mas a Dios. El silencio se mantiene, no vemos nada que pueda presagiar que quienes nos buscaba lleguen pronto , o recién lo estén haciendo, por lo que la suerte siempre de nuestro lado nos ha proporcionado el abrigo y alimento para subsistir, mientras caminamos ya comenzaba el atardecer comenzó un brillo a nuestro alrededor, su semejanza era con las luciérnagas, eran tantas y ese resplandor iluminaba de tal forma, que es extremadamente difícil describir, es como si volviésemos a ser niñas escuchando cuentos de hadas y aun mas era estar participando en ellos. Abro un paréntesis para seguir contando lo que hasta ahora hemos vivido, y para explicar a posibles lectores lo entendible de pensar que es una tomada de pelo, ya que si alguien me lo contara, definitivo, seguro se trata de una invención,

IV capitulo Ese atardecer iluminado fue el comienzo para empezar a vivir cosas y sucesos extraordinarios que nos ocurriría y no se detendrían, era imposible pensar en dormir, por lo que decidimos seguir caminando siempre a orillas del rio, de pronto se comenzaron a cruzar frente a nosotras unas pequeñas siluetas, que al pasar eran súper rápidas, como si buscaran que nosotras las siguiéramos, las ganas no faltaban, pero sabemos que los impulsos los debemos frenar por lo desconocido del lugar, lo que si experimentamos es todo lo aquí esta relatado, sin decorar ni quitar nada, incluso es probable sin querer omitir detalles que son un privilegio haberles vivido. Se fue el atardecer, la bienvenida al anochecer y a un sueño que no llega, por lo que avanzamos ya claras de que era nuestro 7 séptimo día, entre tanto la dulce voz era mucho más continua pero su idioma era irreconocible para nosotras, no sabemos el significado de lo que esa voz nos quiera decir pero tratamos siempre de mantenernos serenas, alegres para transmitir entre nosotras la seguridad. En realidad nos sentíamos con gran placer en caminar de frente hacia una luz con energía vital colocada especialmente para continuar y en donde sientes que el espíritu se vuelve libre entre tanta calma, es así en el instante que no se sabe si es un sueño o es el paso entre la vida y la muerte, solo puedo decir que a veces era como si nuestro corazón con sus latidos salía por nuestras bocas, sin que distinguiéramos si aun podíamos respirar, o ya ni siquiera lo necesitábamos. No hay hora, no hay cansancio, no tenemos sueño ni sentimos hambre, es como estar detenidas, si detenidas en el espacio y no querer salir de él, es que se siente tan bien.

Las lucecitas que brillan hacen dibujos y bailan frente a nosotras, se ve que no nos van a dejar solas ni sentirnos solas, quisimos con Alfonsina recostarnos un momento en un bello prado que se iniciaba a nuestros pies y junto a una cantidad de flores silvestres pequeñas, con mucho aroma ese que siempre trae la primavera, sería imperdonable si pisábamos esa alfombra maravillosa con zapatos. Cada segundo que vivíamos se gravaría en nuestras mentes, es como si participáramos de una película de ciencia ficción, en donde nada menos junto a Alfonsina éramos los actores principales y sin jamás haber postulado a un papel protagónico. Algo que sentíamos ambas era el poder comunicarnos en varias ocasiones con nuestra mirada, sin la necesidad de hablar, las dos creíamos que el destino nos escogió para esa aventura que resultaría siendo una nueva forma de creer y sentir nuestra existencia. Ya de alguna manera el tiempo se había detenido, el lugar en el que estábamos no lo identificamos como propiamente parte de nuestro mundo o de la tierra, por la extremada belleza y paz, a cada instante presenciamos mas y sentíamos mayor armonía, acompañada de cada color que nos resulta extremadamente difícil determinar su tono definido, no existe la oscuridad ni frio, ahora era parte de nosotras caminar descalzas, era prácticamente innecesario consumir alimentos, pero quien quiso que conociéramos ese otro mundo, había colocado una cantidad de árboles frutales a nuestra entera disposición. Luego de cerrar nuestros ojos, no sé cómo ni recuerdo la cantidad de tiempo que podría decir, dormimos, porque simplemente estaría faltando a la verdad, si podemos afirmar que lo que sentíamos nos hacia flotar, ninguna de nosotras dimensionaba que nos estaba ocurriendo, lo más probable es que traspasamos un portal dimensional, para quienes creen y los que no, esto es un mundo que no se asemeja al nuestro, no habíamos visto a otro mortal y es cuando recordamos algunos programas televisivos de seriedad que se refieren a portales que se abren, tal vez era la lógica respuesta que buscábamos y a los cambios vividos.

Como saber si hemos sido nosotras las únicas visitantes de esta majestuosidad, como meter un pedacito de todo esto para compartirlo a tantos seres humanos que necesitan fuerza, voluntad, esperanza, fe y el sosiego de comprender que la vida es un instante, que no somos dueños de nada, que todo se nos ha entregado para valorar cada segundo. Hasta hace poco llevamos la cuenta de tener ocho días, mejor dicho si estamos claras con Alfonsina son nueve días con sus respectivas noches, en todo caso la preocupación era por quienes seguramente estaban muy angustiados sin noticias nuestras. A nosotras nos resta solo agradecer esta oportunidad. En ningún momento las luciérnagas nos abandonan, por contrario a cada momento hay mas lucecitas brillando alrededor, la excepcional voz de ángel también permanece a ratos y lo que florece sobre este prado son lirios, al tocarles son de un terciopelo, que aunque las pisemos sin querer se levantan nuevamente para llenarnos de amor, pero de incredibilidad, no encontramos palabras que corresponda para expresar estos sentimientos que no tienen comparación en un mundo real, resulta extraño, pero con mi amiga conversamos si este es un sueño, ya no queremos salir de él. Sabemos que los días siguen y para nosotras esta magia invalorable nos motiva a seguir siempre caminando, pero cada vez nos encontramos con lugares más cálidos, majestuosos, ese es el termino correcto, es tanta la belleza y la pureza que trasmite que nos complica pensar como se puede venir de donde nosotras llegamos, si la conexión a este mundo nuevo para ambas es de inimaginable dicha que nos llena. Sentadas con nuestras manos apoyadas en el prado y los ojos cerrados sentimos una brisa y una fragancia exquisita que recorre todos los sentidos para ponernos en alerta de que no estamos solas. Al levantar el mentón abrimos los ojos y mayúscula sorpresa, frente a nosotras había una muchacha de cabellera rojiza larga con una tierna mirada que no nos quita, es directa pero llena de calidez, es sentir como cuando creces y sabes que nuestra mama nos mira.

Ella era acompañada por luces que brillan como luciérnagas, vestía una túnica de color mostaza con una especie de cinturón amarillo con dos pinches que daban la forma de contener su largo pelo, ella era demasiado hermosa, con unos ojos color almendra, era como una pintura realizada por alguien que sabe que los ángeles existen, ella nos tendió sus manos y con su cabeza nos indico que la siguiéramos, lo cual inmediatamente hicimos, ella en tres oportunidades se dio la vuelta como explicándonos que todo estaba bien, que no tuviésemos miedo. Avanzamos hasta llegar a una cabaña pequeña, desconozco el material con la cual estaba construida, la hermosa niña abre la puerta para invitarnos a pasar, cosa que no pensamos dos veces y entramos, era un lugar con lo justo una mesa, sillas y una especie de sillón de mimbre con retazos gruesos de géneros de variados colores, la niña nos ofrece de un frutero riquísimas frutas, dos vasos con liquido y trozos de pan, era estar en un cuento. Entablamos una conversación amena pero notamos que lo conveniente era permitir que todo se diera en voluntad, como hasta ahora lo habíamos hecho, todo tenía que ser pausado, con esa armonía del lugar mismo que lo hacía único, El nombre de la niña es Aba, simple de tres letras que al pronunciar ya se siente como lo especial de su persona, ella reflejaba al mirar, caminar o tocar algo, una delicadeza y pureza que la hace única, nunca nos imaginamos como era ver a través de una persona. Luego de presentarse nos dejo con toda libertad de estar en su hogar. Aquí el tiempo no existe, cuando miramos a lo lejos vemos entre los lirios a Aba, la niña de los lirios, siempre está entre flores, cualquier cosa que la niña hermosa tocaba parecía darle ese brillo especial, es dar vida, ella le da sentido a la bondad, al amor, ese amor que cala los huesos porque no tiene comparación.

Aba nos llevo a un lugar mágico, habían vertientes de agua y no podíamos ver la procedencia, el lugar está lleno de árboles frutales, muchos más de los que habíamos logrado ver antes y el canto de diminutas aves nos indicaba que no podíamos estar en la tierra, se superaba segundo a segundo su magia. Perdimos el total conocimiento de los días, noches, no sabemos y es algo que tampoco nos inquieta, el placer de sentirnos tan serenas, pero si en la cabeza teníamos interrogantes, que al parecer dejábamos ver en nuestro rostro, ya que Aba dulcemente nos pregunta, ¿desean saber algo?, en ese instante el silencio se apodera por unos minutos, producto de querer saber tantas cosas, pero como ordenar las ideas, si para nosotras simples terrenales todas nuestras dudas son valiosas y no sabemos por donde comenzar, pero Aba nos dice, enumeren aquellas preguntas consideradas para ustedes relevantes. Llegaba la hora de descansar y entramos a un dormitorio amplio, se los describo, cada muro era de distinto color, del cual colgaban pinturas celestiales en donde el techo se encontraba abierto, para tener la visión de un cielo estrellado, del cual bajaban unas cadenas plateadas que no vemos como estas se afirman, que a su vez sujetaban unas lindas hamacas, en todo el lugar no se escuchaba otro sonido que no fuese la melodiosa voz de aba. Nosotras por la ventana mirábamos a aba hasta desaparecer por completo. Al día o horas después, despertamos y ya nuestro ángel la teníamos cerca de nosotras, esa mañana fue la primera vez que decidimos que cada una de nosotras haría una pregunta. Alfonsina pregunta: ¿cómo llegamos a este lugar especial.? Aba responde: Ustedes me llamaron Yo le pregunto: ¿Estamos Muertas? Aba responde: Con una sonrisa, NO, NO Alfonsina pregunta: ¿cuánto tiempo ha transcurrido para nosotras en este lugar? Aba responde: el tiempo que es, si este no existe de esa forma que ustedes conocen Yo le pregunto: ¿si es que nacemos es para aprender a ser buenos? Aba responde: todos nacen con la oportunidad para ser cada vez mejores, pero el ser humano sea encargado de que todas sus descendencias sufran los actos que en vida han cometido. Alfonsina pregunta: ¿Dios permite que suceda de esa manera?

Aba responde: Dios es la esencia de amor que ha colocado en todo los seres vivos, el no desea castigo, el hombre se castiga a sí mismo y a todos los que vienen de él. Yo pregunto: ¿Eres nuestro ángel? Aba responde: yo estoy dentro de ustedes, y ustedes son parte de la energía del cosmos Se crea un silencio en donde nuestras miradas se encuentran, manteniendo por un lapso un silencio, solamente nos queda agradecer las prontas respuestas y la claridad de ellas. Aba nos entrego sutilmente un mensaje que para nosotras seria vital compartirlo con los nuestros. Con aba salimos a conocer por distintos caminos, uno nos lleva a cruzar al otro lado de una cascada, debíamos pasar por un puente que estaba completo de ramas, una a una se afirmaban entre ellas. Un paisaje que nunca pensamos en que algún día podíamos ver, aquí el amor se palpa, se vive es inagotable en donde gires o lo que toques sientes esa unión con tu interior y saca lo mejor de ti, es estar en luz con uno mismo. Nos sentamos junto a Aba, entre risas mi amiga, de manera espontanea dice, que sentimos como estar en casa, estamos tan felices de estar experimentando junto a ella todo. Comparto plenamente, nada nos había presagiado recibir ese regalo de la divinidad. Hay una reflexión hecha por mahatma Gandhi, dice “que todo llega a su tiempo”, es tan cierto, no podría haber existido para mí y Alfonsina un tiempo más justo en donde espiritualmente sentíamos la necesidad en la búsqueda de comprender el paso por esta preciosa tierra.

Con Aba hablamos del significado de la muerte, de lo triste que es el pensar que no logramos en su momento entender el valor de lo que somos, de la preciada maquina que es nuestro cuerpo, porque ninguna tecnología supera cada órgano de nuestro., vivimos y lo más probable que al final de nuestros días, se nos enciende la “ampolleta”. Debo decir que Aba nunca deja de sonreír, especialmente cuando nos escucha hablar de temas profundos, junto a ella somos un libro abierto nada podemos callar o ocultar, siendo una gran ventaja su dulzura la que no tiene comparación. Sigue pasando el tiempo y ya somos parte del entorno, principalmente sentíamos pertenecer a los jardines de lirios con cientos de pequeños pajaritos y aba con su bondad en hacernos parte del majestuoso lugar, resulta interminable, nunca tiene fin, además podemos danzar con mariposas de distintos tamaños, con una textura de seda por compararlas en su suavidad con algo. (Nuestro vocabulario es realmente limitado al querer describir todo lo que vemos). Sabemos que se acerca el día en que de alguna manera nos marcharemos, aunque no quisiéramos que ocurriera, Aba nos ha explicado que aún queda por nuestra parte trabajos que realizar, que la tarea no la hemos completado y que nuestra alma no puede trascender si quedan pendientes. Pero también dice que llevamos mucho camino avanzado, que desde ahora al respirar será todo más pausado, que nuestras decisiones serán las correctas es como un dicho muy claro “más sabe el diablo por viejo, que por diablo”, es así, porque al escuchar a los ancianos son la mejor escuela.

V capitulo No sabemos si esto en un largo sueño y la fantasía hace lo suyo mientras estamos dormidas, poro estamos seguras de no querer despertar, hasta ese instante positivamente nuestra vida ha sido transformada porque al entender que los límites de las personas son los impuestos por cada uno de nosotros , al tener el libre albedrio somos los responsables por lo que hacemos o dejamos de hacer o sea las acciones tienen consecuencia y lo triste es la total responsabilidad de heredar lo malo a quienes queremos. Hemos conversado con Aba para saber si la volveremos a ver, ella responde que sí, siempre estaré dentro de ustedes, el cordón de la vida y la muerte nunca se separan, el hombre ha colocado tiempos porque no comprende que los tiempos de aprendizaje solo son la demora. En nosotras a quedado registrado cada detalle, los pilares que se han formado son el conocimiento y la comprensión alcanzada gracias a ser escogidas, la razón de que allá sido así la desconocemos, pero con Alfonsina atesoramos ahora esta amistad porque sentimos que somos almas gemelas, para nosotras lo importante en regresar es el amor que nos une a los nuestros, porque si nos tocara escoger, probablemente no regresaríamos, sinceramente el ser humano en el camino que va serán siglos de aprendizaje sobre la tierra. El último momento con Aba fue escuchando su angelical canto y mirándole danzar rodeada de sus lirios, mariposas, aves y de todos los animales que ya no se ven sobre la tierra por estar extinguidos por la mano del hombre.

Con Alfonsina sin saber regresamos al camino en donde estaba el arco que Don Manuel en el plano nos había dibujado, seguimos el camino en donde de inmediato varias personas salían a nuestro encuentro, entre ellos Don Manuel. El abrazo entre todos nos trae de regreso, pero con Alfonsina no podemos dejar de mirar hacia todas las direcciones.




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