Editorial del Domingo Pastor Luis Angel Torres Iglesia Dios es mi vida [email protected]
En el mundo natural, la vista es uno de los sentidos de mayor utilidad y que más seguridad nos proporciona, imagínese por un momento tratar de atravesar, una avenida de alto flujo vehicular con los ojos cerrados – es prácticamente una locura – necesariamente se requiere de un ayudante con visión, alguien que sea nuestros ojos y que nos indique no solo el camino sino el momento, que nos diga cuando parar y cuando seguir, que nos indique cuando acelerar y cuando frenar. También en el mundo espiritual, la vista es un sentido de gran utilidad. Los ojos espirituales nos permiten ver ¡cómo Dios actúa de manera sobrenatural en el mundo natural! Un ejemplo de esto lo encontramos en 2 de Reyes 6:17 “Entonces Eliseo oró: «Señor, ábrele a Guiezi los ojos para que vea.» El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo” Dios no quiere que el hombre permanezca en oscuridad espiritual, por eso nos deja ver sus obras y sus milagros, día tras día podemos apreciar cómo el Señor abre puertas, endereza caminos, nos proteje, es decir nos pasa lo de Guiezi
Eliseo ora y en esa oportunidad los ojos espirituales de su criado se abren para que éste vea cómo Dios protege a su profeta, aquí aprendemos que los ojos naturales están cegados para las cosas celestiales; la falta de discernimiento espiritual hace que el hombre fije sus ojos y su confianza en lo terrenal, a pesar de que Guiezi veía las obras poderosas que Dios realizaba por medio de Eliseo, no podemos decir que era un hombre espiritual, de lo contario no hubiera corrido detrás de Nahaman para buscar cosas materiales. Esto nos deja ver que en los ojos espirituales, como en los ojos naturales hay diferentes grados de agudeza visual Hay quienes ven, pero anhelan ver con más claridad y voluntariamente le piden al Señor que les dé más visión “Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18) hay una gran diferencia entre el creyente que ve la ley de Dios (leer su Palabra) como una obligación que tiene que cumplir y el creyente que contempla, que se goza observando la ley de Dios (leer su Palabra) y descubre las maravillas que hay en ella y por supuesto la obedece con agrado. Estos gozan de una excelente visión y ven con claridad la obra sobrenatural del Señor en su vida natural
Hay otros, a los que el Señor les ha abierto los ojos, pero ven borroso “12 Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo...” (1 Cor 13:12) éstos son creyentes que siguen influenciados por la razón, por el intelecto y por su naturaleza carnal, ponen sus ojos en lo terrenal y no entienden, ni ven claramente lo espiritual. Muchas veces necesitamos un segundo toque, “Veo gente; parecen árboles que caminan. 25 Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: recobró la vista y comenzó a ver todo con claridad” (Mateo 8:25) Un segundo toque es una relación con Dios más profunda, de mayor intimidad, es abandonarse en el rio del Espíritu Santo y confiar plenamente en Él y su Palabra. La única forma de tener discernimiento espiritual es abrir nuestros ojos espirituales y no guiarnos por la vista natural, es por fe y no por vista
Y por último están los ciegos espirituales “...acosaré a los hombres, que andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor” (Sofonías 1:17) el hombre natural es un ciego espiritual por el pecado y desafortunadamente el pecado no solo nos separa del Señor, sino que nos pone en una vida de oscuridad. Romanos 1:21 dice que los hombres… “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón”. La manera como la gente se comporta hoy es producto de la ceguera espiritual en que viven. Vemos los milagros del Señor, con los ojos naturales, pensando que eso no es para nosotros, que no responderá nuestra oración, eso puede ser para personas muy especiales, pero no para mi, a pesar de que conocemos al Señor no entendemos que solo Dios es quien puede darle la vista a los ciegos “El Señor da vista a los ciegos...” (Salmo 146:8) Por lo tanto pídale al Señor que le abra sus ojos espirituales, y pueda ver su mano poderosa sobre su vida.
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