Vivir por Fe CREER RECIBIR CONFIAR ESPERAR NO MIRAR LAS CIRCUNSTANCIAS Pastor Luis Angel Torres Iglesia Dios es mi vida [email protected]
Dios nos ha dado los cinco sentidos para que podamos vivir y desenvolvernos en el mundo natural. Con la vista nos ubicamos espacialmente, arriba, abajo, adelante, atrás. El oído nos sirve para referenciarnos, cerca, lejos, entre otros. Con el tacto sabemos si es duro o suave, áspero o liso, y así con todos los demás. Pero los sentidos también cumplen – en el mundo natural – una función espiritual. Con los ojos percibimos la grandeza de la obra del Señor, con el oído escuchamos la palabra de Dios, fundamental para crecer espiritualmente y con la boca (el órgano del gusto) predicamos y además compartimos la Palabra de Dios. Pero en la vida espiritual las cosas son totalmente diferentes, ya no requerimos los sentidos, de hecho, el Señor dice “Vivimos por fe, no por vista” y la razón es porque al usar los sentidos, la confianza del hombre se centra en él mismo. Vivir por Fe es la invitación de nuestro Dios a llevar una vida cristiana apegada y confiada en El.
Muchos cristianos viven la vida cristiana a expensas de las experiencias sensoriales. Dependen de lo que ven, de lo que sienten y de lo que oyen, establecen conceptos pobres como: no siento deseos orar, no tengo tiempo para leer la biblia, no siento deseos de ir a la iglesia hoy, no quiero perdonar. Muchos leen en la biblia que Dios te sana, que Dios te bendice económicamente, que Dios te saca del pozo de la desesperanza, pero no creen que Dios puede hacerlo con ellos. Todo esto no agrada a Dios “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6) y la vida del creyente tiene que ser agradable para el Señor. Una vida de fe implica, no solamente creer de una manera intelectual en la existencia de Dios, la fe implica tener plena confianza y certeza de que Dios recompensa a quienes lo buscan, es decir fe es saber y confiar en que Dios no solo existe, sino que Dios también obra en la vida de quienes confían en él y que lo hace según lo que declara en su Palabra.
El cristiano que se niega a vivir por fe, a la postre, está viviendo en la naturaleza carnal, tomando decisiones según su propia prudencia, dependen de sus propias emociones y tienen la tendencia a poner su confianza en seguir los métodos del mundo. El creyente que vive por fe depende cien por ciento del Señor, de su Palabra y de su Espíritu, no toma en cuenta las circunstancias que lo rodean, sino que confía plenamente en el favor de Dios, un cristiano de fe deja de lado sus emociones y se afirma en los principios de la Palabra de Dios. La única manera de ver la gloria y el poder de Dios obrando en nuestra vida es viviendo por fe y no por vista.
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