Recreando mi mundo interior Cuando yo tenga 32 años voy a estar viviendo una vida de ensue- ño, en armonía, paz interior y mucho amor por mí y por los otros. Tendré un condominio, grande, hermoso y confortable en la ciu- dad de Pereira. Trabajaré y facilitaré talleres en diferentes partes del mundo y seré dueño de mi empresa \"AGANA salud mente y cuerpo\" ganando 300 millones de pesos mensuales, sirviendo y fa- cilitando la transformación personal de todos. Compraré una ran- ge rover blanca, estaré feliz compartiendo mi felicidad y creciendo junto a alguien, posiblemente con una mascota o algunos hijos. Conoceré Brasil, Alemania e India. Académicamente habré terminado mi pregrado y seré máster en procesos de acompañamiento y transformación humana, tanto fí- sica como mental y emocional. Mi patrimonio será una empresa al servicio de todos, con mucho trabajo y en armonía, casa en muchas ciudades de Colombia. Estar pensando en escribir un libro y participar en un documental. En 10 años mi salud será perfecta pesando 65Kg y me cuidaré en tener una actitud abierta y sin juicio al momento presente. Los fines de semana disfrutaré de conocer lugares y conectar con gente.
Mi hijo Pablo, la sabiduría que lo acompaña y el poder de sus abrazos. Recuerdo aquel día 26 de Noviembre nos encontrábamos llenos de magia y alegría, nos dirigíamos a una isla encantadora en Mauricio. Para ese viaje fuimos con su madre y su hermana. La vida esos cinco días se había tornado sin duda alguna espectacu- lar, se establecieron ciertas reglas con el fin de vivir una expe- riencia que nos conectara de forma diferente a lo establecido ha- bitualmente. Los celulares no estaban permitidos, en las maña- nas el horario de despertar era a las 5AM, teníamos claro que era una experiencia única y que valdría la pena aprovechar el tiempo. Verónica, la madre de Pablo, desde pequeños les enseño a él y a Mariana (su hermana) la importancia de levantarse y es- cribir durante 10 minutos aquello que sentían, los pensamientos que llegaban, las emociones que ello generaba y lo extraordina- rio que esperaban fuese ese día. Seguido a eso realizaban un tiempo de consciencia, en total silencio, escuchando el sonido de las olas, la naturaleza y sus encantadores sonidos que por esos días teníamos la oportunidad de escuchar y agradecer. Nos dis- pusimos a mover el cuerpo, Pablo creció escuchando clásicos de Jazz y Rock & Roll, así que su pasión era bailar y en las mañanas alternábamos los bailes de Pablo con el ejercicio físico del cual Mariana era fiel amante, la mayor parte de su tiempo lo dedica- ba a entrenar gimnasia artística y yo por supuesto era su más grande admirador. Durante esos días ocurrió algo que por supuesto no estaba den- tro de los planes, la visita a los Delfines fue cerrada y para ser sinceros… Era mi más grande deseo.
Agobiado por tal situación nos dirigimos a la casa de verano que habíamos alquilado. Pablo entendía perfectamente el sufri- miento en el que se encontraba su padre, pero aparte de su com- pañía quiso recrear una situación que motivara a Raul (su pa- dre) para gozar del presente que tenía al frente. Siendo así, se dirigió al garaje de la casa y encontró materiales abandonados de lo que posiblemente fue un barco. Les comento a su madre y a su hermana la idea que tenía, de poder obsequiar a su padre un barco de papel, en el que siempre que lo observara, lo evoca- ría acá otra vez. Su madre y Mariana estuvieron totalmente de acuerdo y se pusieron manos a la obra mientras Raúl se dirigía al pueblo a conseguir algunos detalles para sus seres queridos. Realizando el barco a Mariana se le ocurrió que dibujado estu- vieran juntos su papá y su hermano menor, navegando por las aguas tan cambiantes como hermosas, asemejando a la vida y el ciclo de las cosas. Cuando llego a casa, Raúl recibió su barco y sobra decir en pala- bras lo que expresaron sus abrazos.
sol, con el bello mar o iempre me la magnífica luna unir- She pregun- nos al vals, que estén tado ¿Por en compañía o quizás qué les molesto tanto? en soledad que se rega- Tal vez sea cuestión de len un espacio para co- espacios o de informa- menzar a amar. Mi ta- ciones que han dado. El rea es sencilla y doy to- hecho es que yo siem- do lo que recibo, no pre, he querido ayudar acostumbro a guardar y al transformarme yo nada, pues prefiero vi- misma ayudo al otro a vir liviana. Con ganas crear. No siempre estoy de llenar, llenar de luz, tan líquida ni me pro- llenar de aire… del voca derramar, algunas agua que de mí sale y veces observo a mis del maravilloso sonido amigos actuar. Cuando y aroma que acompaña veo a las personas, ca- mí puesta de baile. Me minar sin atención, encanta cuando lee- pienso en lo provecho- mos, es tan grata la so que sería la compa- compañía. Los besos, sión. Con mi amigo el los abrazos y las lágri-
mas que se derivan me han hecho escribir di- chosa, la experiencia de ser yo misma y de servirle a la vida a través de mi perspectiva. Atentamente, la lluvia.
Es un juego recreativo donde se trabaja la coordinación, concen- tración y comunicación, por medio de movimientos y palabras clave se pue- de llevar a cabo con un mínimo de 5 personas y un máximo de 20 personas. Según la población y sus necesidades los movimientos son adaptables a sus condiciones físicas y mentales.
Palabras claves y movimientos: 1. YA: Brazo pegado al dorso, codo flexionado con flexión a 90° ejecutando un movimiento horizontal. 2. Yanhoo: Entre cruzando los brazos con formas de X, ge- nero un cambio de dirección. 3. Zap: Brazos en forma de flecha en dirección a una perso- na del grupo, para que esta continúe con otro movimiento. 4. Bit: Con un aplauso, en el sentido del juego generando la cancelación del turno del siguiente jugador. 5. Estamos melos: Realizando un movimiento rítmico todos los jugadores lo repetirán el movimiento respondiendo “sisas, sisas” Reglas: 1. Al inicio, empezamos con la palabra Ya y su movimiento de derecha a izquierda.
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