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MIXTURAS - ANTONIO PAPALÍA

Published by Gunrag Sigh, 2022-06-06 17:23:52

Description: MIXTURAS - ANTONIO PAPALÍA

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169- Miradas Nuestro espejo del alma se astilla, se nubla, no nos ve- mos cómo somos. Aun así, en esa luz, cada trozo nos observa, descubre los secretos de las miradas, que de a dos, tejemos amor. 170- Mi riqueza Mis manos y pies son senda y abrazos. Mis ojos y boca, voz de canto y contemplación. ¿Qué moneda compra un corazón que late al compás del amor? El alma llena el cofre. 171- Misión Mi camino, un trazo largo de soledad. Allí florecen tus espinas rociadas en sangre. Semillas son del sufrimiento del corazón penitente. Mis sandalias, tierra fértil satu- rada en lágrimas milagrosas, las resucita. ¡Vuelan en es- peranzas! 172- Misterio En lo invisible se halla la cuna de los misterios. La vida en sí es un velo inexpugnable. El alma es ciega si la ma- teria no muere. El corazón siente y el espíritu eleva. 51

173- Mixturas Flotaba el pincel sobre la paleta multicolor cual colibrí en su flor de preferencia. Sin pico ni plumas, se posaba en cada tinta cual brebaje daba sabor al color. Mixtura de sueños hechos realidad. 174- Moldes Te has transformado, eres sello que marcas a tus pre- sas. Quieras o no, el filo de tus pensamientos moldea las conquistas amorosas. El velo, tu inocente mirada, tu sutil sonrisa y una angosta cama. 175- Momento Nadie sabe cuán larga es su vida ni cuántos terrones de azúcar lo endulzan, o cuántas pisadas se deslizan en su silencio ni cuántas plumas pierde en su vuelo. Esta- mos dentro, mirándolo desde afuera. 176- Monedas Mirada, caricia, beso y pasión. El corazón palpitó dos veces. Apagaste el fuego y ya no respiraste a mi lado. Reinó el silencio, la bolsa se abrió. Sentí la trai- ción, descubrí las treinta monedas. 52

177- Monólogo Le decían loco, solía hablar solo por largo tiempo. El discurso entretenía aun al más descuidado. La inyección siempre lo callaba. No hablaba despierto, soñaba con ser Platón. Su médico, Hipócrates, juraba entenderlo todo. 178- Muerte Te dejas llevar por el silencio que nace de tu garganta agrietada sin sonido… ella es invisible, pasa frente a ti gozando su obra, su disfraz, de su creída inmortalidad… y se aleja sonriendo. 179- Muerte sin rostro El hombre amaba tiernamente, ella fingía con pasión actoral. Él desnudaba su alma, ella vestía en el guarda- rropa del ego. Él vio un destello negro, ella lució su más- cara azabache… él descansa. 180- Mundo Al mundo de amor le quitaron la sal, quedó vacío de humanidad, sepultado entre chatarra ardiente. Soñar pa- rece una utopía entre fantasmas de muertes mutantes. Lágrimas caen en pañuelos rotos, riegan la esperanza resucitada. 53

181- Muñeca rota Te vi como una muñeca rota, frágil, sin defensa, muda, conteniendo dolores profundos de un sollozo, reflejando la palidez sobre el espejo de tus mejillas. Ecos de cora- zón herido traicionó silencios, desplegó alas. 182- Muros Muros altos, bajos, gruesos o invisibles. Muros de pie- dras, paja o cartón. Muros que son distancia en la cerca- nía. Con voces o sin ellas, el eco sigue traspasando una esperanza efímera. Somos acordes dolorosos. 183- Nacimiento Se trasvasan las hojas incipientes del espíritu. Se mol- dea con suspiros el cuerpo etéreo. Las llamas de la vida insuflan la energía y el cáliz vierte su sangre. Nace apa- sionadamente, vuela, ilusión de amor. 184- Narcisismo El tiempo solo te maquilla un poco, a ti no te cambia nada. Eres una ilusión, un engaño, una estatua por den- tro. No son tus lágrimas quienes te limpian sino el ex- ceso de narcisismo. 54

185- Néctar Instante, un mañana sin esperanza, trabajo demoledor de la relación. ¿Podrás esta vez? Hay riesgos en que sólo el amor es inmune. La flor siempre prepara su néctar… para algunos suele ser un veneno. 186- Nieve dura No romperé la piedra. Tropecé tres veces con ella y no la aparté. Cubierta en hielo estaba, mi calor descubrió su corazón. Tres veces el tiempo de la traición, una para el adiós. 187- Noche de deseo Podrá brillar la luna rodando por el horizonte. Incluso el firmamento puede ser una fuga de ilusiones. El deseo más recóndito se percibe en la piel, agita el corazón, vive el alma. 188- No esperes La lluvia moja tu semblante y te detienes. El sol quema tu frente y el viento gélido golpea tu rostro, y te detienes. Eres libre, indeciso y te detienes. Sin temor, imagina, vuela. 55

189- No fue No fue un sueño, todo parecía mágico. El recuerdo rondaba por esos caminos de nubes blanquecinas cuan- do los primeros brotes dorados del incipiente sol comen- zaron a llegar rompiendo el velo de las penumbras. 190- Nostalgia Cerraste los ojos hundiéndote en cada instante, ese tiempo te dejó llevarte por la onda de cada sonido hasta llegar al duodécimo. Sin respirar, sin pestañear, el sabor de tu copa sabía a nostalgia. 191- Océano Espejo salpicado de cielo. Lágrimas de estrellas vaga- bundas llorando su despedida en manotazos de olas bra- vías. Imagen de paz entre calmas, silencios, soledades. Profundidad del alma cuando el viento tempestuoso la ahoga. Nada muere. 192- Olvido Lo llamaste olvido, pero los recuerdos no se esfuma- ron. Creíste que el fuego de todos los fuegos, se extin- guió. Que todo murió entre dos días, que las almas toma- ron vuelo. Yo, lo llamé, ¡silencio! 56

193- Oportunidad La vida me parecía una simple repetición, entonces accedí por primera vez. La segunda creía que el perdón curaba todo. La tercera contemplé el tiempo perdido. Ya no valías el precio de otra oportunidad. 194- Oración Antes de morir ella oró, pidió por más luz, la tie- rra abrió su abismo, ella se desvaneció detrás del hori- zonte. La noche se hizo día, la vida brilló su resplandor. La luna halló paz. 195- Órbita Tu eco es distancia para mis alas, sobrevuelan el abis- mo hasta que tu palabra me abraza, y juntos, remontare- mos vuelo… nuestro sol espera al salir de tu sueño y la órbita reconoce nuestro pasado. 196- Oscuro corazón Al cabo de los años, la tinta azul se torno negra. El poeta sufrió, lloró y en penas deambuló. Él escribía con tinta del corazón. La rosa roja, desde ese día, guardó luto. 57

197- Otoño Parecen golondrinas, emigran hasta su lecho de olvido. La brisa las desliza, el sol perfora su cortinado y el tras- fondo es ocaso salpicado por hojas desprendidas. Nos- talgias buscando reposo sobre un lecho llamado otoño. 198- Otoño vivo El soplo otoñal jugaba con las hojas multicolores, caían entre rayos de luz formando un cortinado. Alas de mari- posas en busca de su flor en el verdor del césped. La espera también marchita. 199- Otra Mi vida, otra vida que aún no llega. Mi historia, otra contada por vos. Una mirada, otra que no dice nada. Una sonrisa, otra apagada. Siempre otra, otra. Mi mujer, y no hay otra. 200- Página en blanco Cada eco es un susurro perdido tras la cuerda mágica en un sonido decadente. Cuesta reproducir la vibración del mundo pasado que va cayendo a un abismo sin luz. No queda memoria. 58

201- Pan Maduraron los racimos. Aún, las copas vacías, el lecho frío, el horno extinguido. Somos masa de un mismo pan. Yo, levadura pegadiza, tu afán. Tú, mi pan crocante sa- borizado. El vino durmió nuestras ilusiones. 202- Pañuelos Suele doler el alma cuando las letras lloran. Las cartas son pañuelos rígidos, las deslizan gota a gota sobre cada sentimiento prisionero. Suele partirse el corazón ante el ahogo del imposible. Al final, flotamos. 203- Parábolas Alguien dijo “alquimia de las letras”, otros, “paralelas de conocimientos”. Muchos suponen que se trata de una historia de aprendizaje. Las ondas en el agua son en sí mismas parábolas en busca de comprensión. 204- Pasado No es necesario que sepas de mí, para qué verme. Co- nocerme no hará milagros entre nosotros, más aún, sólo verás la sombra de un pasado olvidado. Sólo deja sentir el beso de mi brisa. 59

205- Paz El almanaque conservaba sus hojas en el otoño de mis días. Las calcinaba a cambio del calor de sus recuerdos. Mis lágrimas apagaban sus cenizas en el ritual de mi despedida. Hallé la paz. 206- Pedestal Lo mío era un ir y venir, un pasar, mirar, volver la ca- beza, luego partir. Otra más de mis ceremonias alocadas, inentendibles. La pasión desenfrenada enfermaba mi ser. Impaciente, el pedestal del amor aguardaba. 207- Peldaño Símbolo del esfuerzo en su mejor enfoque. La eficacia de la idea en el pensamiento de matriz superadora. Lo- gro de anhelos en el cúmulo de los tiempos. Paso gigan- te, puerta abierta para sueños ilimitados. 208- Pensamientos Nos pertenecemos aunque la distancia sean kilómetros, muros o infiernos, todo aquello que quieras poner como obstáculo… ya nada hay entre nosotros que pueda inte- rrumpir nuestra conexión, en el deseo de los pensamien- tos sobrevivimos. 60

209- Perdición La droga de la perdición entra por los ojos, se instala en la mente, provoca la tentación, anula la voluntad del bien y entonces actúa... allí es comprado el pasaje para tu infierno interior. 210- Pérdida La nostalgia es niebla en su andar. La pérdida un recor- datorio de púas vivas, su corazón una insondable grieta, su alma una vertiente hirviendo. La piedad se aparta del camino, el desierto la recoge. 211- Perdido Tus ojos, un laberinto de ilusiones perdidas, un íntimo secuestro de mi mirada. Lo profundo, excede a todo in- tento de fuga sigilosa. Quizá remonte por un color del arcoíris para hallar mi libre soledad. 212- Perdón La fosa abierta siempre espera aunque la lápida desco- nozca el nombre. El error es una puerta cerrada que na- die respeta al traspasarla. La lengua muda no redime aquello que el corazón no desea perdonar. 61

213- Pestañas abiertas Entre tus ojos y los párpados, una sombra circular te recordaba tus batallas nocturnas. Tus pestañas parecían guerreras que vigilaban la fortaleza interior desde lo al- to, como atalayas fieles y dignos de confianza. 214- Pi Creí que con: tres, catorce, quince, nueve, te encerraba en el círculo del amor. La ilusión se pierde más allá de un dígito infinito que no muere en la eternidad. ¡Com- prendí, floreces en libertad! 215- Piel Acuarela multicolor que impregna la tersura en la pali- dez de la hoja, mientras el rocío humedece la dura cás- cara de las facciones desnudas. Yo, adentro, contemplo entre mis dedos el candor de tu piel. 216- Poco, todo, nada No es cuestión de equipaje ni buena espalda para lle- varlo. La confusión es mirar el afuera. La vida es oxí- geno en el universo interior. Aspira el aire del amor, tu cielo espera. 62

217- ¿Podrás esta vez? Hay riesgos en cuales sólo el amor es inmune. La pó- liza no contempla abandono. La flor siempre prepara su néctar… la abeja danza, el zángano muere… para algu- nos suele ser un veneno. 218- Poesía Lloró deshojando una flor de cien pétalos. No existía el amor en su última esperanza. El “nada” no quedaría vacío, lo llenó de letras en armonía con su sentir. Enton- ces, revivió en su corazón. 219- Poetas Los hombres eran hoscos en un pueblo sin mujeres. Ella llegó con la sonrisa hecha poesía. Todos fueron, al tiempo, eximios poetas, ella estaba en las letras de po- cos, en la mente de todos. 220- Posesiones El amplio ventanal lo decía todo en varios idiomas vi- suales. Él sólo veía jardines inconmensurables y de exó- tica belleza. Ella, en cambio, hacía del verde, su estado de “haber” de su cuenta bancaria. Posesiones. 63

221- Por dentro Te desprendiste de los harapos que el trayecto deshila- chó, embelleciste tu imagen externa, tal como mudan las flores sus pétalos y exhalan su fragancia… Por dentro, sin amor, como roca endureciste tu corazón. 222- Prematuro Soy, tiempo ausente que se tarda en llegar al para- digma de tu forma de anhelar. Me intuyes, acaricias el sentimiento que provoco a distancia. Florezco como proyecto de estrella sujeta al corazón ardiente, eterno. 223- Presencia ¿Quién eres? ¡Tan ardiente como una gélida lapida! Tus párpados abiertos codician lo imposible. Sonríes con el alma inflamada. Entre brumas es tu andar. Arenas movedizas tragan tus deseos. Colmadas copas sellan nuestro final. 224- Princesa Noche cerrada, manto dorado en tus espaldas. Duer- mes cada mañana escondida en parajes detrás del hori- zonte. Libra el rey batallas con flechas de luz forjando la corona para tu trono, vacío en las penumbras. 64

225- Proceso El silencio cala mi ser. Los ojos entornados me dan sombra al alma. Los pensamientos aquietan sus alas. Al fondo, la luz transforma la quietud en movimiento. Se rasga la atmosfera. Un mundo nuevo. 226- Profundidades El escondite del misterio que caduca ante la luz nos abraza bien abajo del abismo. Libélulas negras que ron- dan desde la fosa de lo eterno al instante del chasquido de la brisa de mar. 227- Promesa La palabra vuela al futuro como aquella golondrina que busca el refugio emigrando a su ambiente temporal. Sus alas llevan el mensaje oculto entre sus plumas como bendición esperada. El fruto llega: amor, fe. 228- Providencia amarga Tenías las manos llenas en brillo de amor y tu camino, aún espinoso, bendecido. Tus ojos codiciaron hasta lo indebido. La providencia amarga todo lo arrebató. Nadie oxigena tus profundidades de negras soledades. 65

229- Proyección ¿Quiénes somos? ¿Tú eres yo, oculto entro los velos? ¿O yo soy tú, por detrás de la niebla? ¿Somos extraños buscándonos sin hallarnos? ¿O somos hermanos, ocul- tos por un silencio de máscaras? ¡Consciencias apaga- das! 230- Psicopatía El gesto del “sí” parece un halago en tu boca, tu ansie- dad arde, consume el fuego del presunto amor. El presu- roso “no”, se arrepiente orgulloso, deja caer su pesada cabeza. El equilibrio huyendo, mata. 231- Puertas La noche del desvelo tal vez sea una puerta, quizá el sonido del silencio en la alta montaña, también lo sea. Es probable que la línea del horizonte nos dibuje una. ¿Espejismo, ilusión, conciencia? 232- Puntos Punto negro en hoja blanca y punto blanco en hoja ne- gra. Un juego entre mancha y luz de esperanza. Redimir lo ínfimo al total puro. Limpiar el alma de las cadenas oscuras. Somos ambos. 66

233- Quiebre Sucede inesperadamente. Quiebras el idilio. Tu mente desordena el espacio de la convivencia. Flores, plantas, libros, escritorio y sillón lucen con pulcritud. Silencio, nuestro manto compartido, inerte. Brindo bajo la lám- para, el adiós. Mudanza. 234- Recipientes Visité tu isla entre las ausencias, la luna roja y las ma- reas altas. Los cántaros rebozaban bajo el verde flore- ciente y los cuencos contaban historias mías y tuyas. Las velas ardieron, las memorias huyeron. 235- Recorrido El valle recogía almas despreciadas por la montaña, ésta albergaba todas aquellas que el cielo le regalaba. Recorrí el valle, ascendí a la cumbre y no hallé la mía. La luz indicaba mi regreso. 236- Relojes Vértigo y pausa por donde el alma transita desafiando a la arenilla, al péndulo, la cuerda y a la energía. ¿Quién mide al amor? Vive en ti, vive en mí… y sin reloj, eter- namente. 67

237- Recuerdos El lecho vacío asemeja al final de una historia ¿Qué historia, qué final? Aún no ingresa a la página de la memoria ante la subsistencia de tu fragancia. Dos co- pas brindan, incluso en soledad. 238- Remembranzas Gotas de memoria cual rocío desprendido. Surca el aire buscando dejar su última huella antes de impregnar el destello final. Todo se consuela ahí, en el cántaro de las cenizas, réquiem del umbral oscuro. 239- Reminiscencia Apagué tu imagen de entre las sombras del tiempo. La fragancia de tu última gota mantiene la llama que so- plaste solo una vez. Lo profundo es silencio hasta que tu eco se escuche llegar. 240- Resplandor Se juntaron los planetas abandonados en el sendero eterno. La oscuridad estaba en ellos y la vida pendía de un soplo. Aquel beso perdido llegaba tarde a la cita. El amor creó su sol. 68

241- Restauración La vida es constante restauración que nace en las pin- celadas del tiempo. Es un cuadro mudo que engendra sus raíces, se regenera en ramas floridas, en hojas mar- chitas al viento y desnudez de alma. 242- Retazos La vida de a trozos, como telas desteñidas y en costuras sucesivas. Así unidas, forjadas en su fuego interior, con la chispa viva sobre manchas de las heridas. Historias de momentos, hilvanadas sin agujas. 243- Rocío Tierna humedad que reverdece la flor. El agobio partió, el descanso trajo plenitud. El desierto aplacó su fuego en el amanecer de las gotas milagrosas. El sol mostró lozanía y la nube aire fresco. 244- Roles Tú, yo; un juego de azar con fichas de rompecabezas. Entre nosotros, todo o nada está arriba o abajo, tal vez engarzados como niños tomados de la mano. Nos co- rrespondemos, nos dejamos llevar amorosamente. 69

245- Rugidos El bote se mueve, toma vida, agita el agua y a las gavio- tas desprevenidas. Ruge un eco por el camino alfom- brado de hojas marchitas. El tiempo estremece sus alas, nos envuelve su brisa voraz. 246- Sabor Sueños, murmullos de otras consciencias arrastraban cadenas de tortura y sujeción. El espíritu feliz yacía en- cadenado, los fantasmas de la mente saboreaban la miel del amor y todo se volvió agrio, hiel y amargura. 247- Sabores Cada algo tiene su esencia, su don, su sabor. El todo es mermelada de mixturas coloreadas de paisajes místicos. La vida enseña a probarlas. Tomarlas o dejarlas. El ne- cio las desprecia, el sabio agradece. 248- Secretos El silencio es el cómplice casi perfecto con su cofre inviolable, en tanto el brazo del agua no penetre descom- poniendo el contenido en líquido amargo. Sólo el bolsi- llo de la muerte es seguro eternamente. 70

249- Secuela Eres secuela de la vivencia de mi alma. Laceras la piel de mi corazón abierto. Dejas correr un hilo de sangre sobre el cual, tu velero agita la bandera de un: ¡Hasta siempre, amor! 250- Secuestro Un sueño, una ilusión, un deseo. El despertar, la reali- dad y tú. Lo imposible se desgrana en la rueda de la ima- ginación. Es aceite que fluye por arenas del tiempo. Su celda nos aprisiona. 251- Sedante Te leí atentamente, desmenuzando palabras de un idio- ma inmerso en la exquisitez de los sentimientos. Faltaba tu voz arrulladora que sedara el palpitar de mi ser. Es- peré angustiado un rescate. Tu mano, todo cielo. 252- Sentimientos Sombras vivas remueven sentimientos, los aturden sus voces internas y los dispersan. Vuelan como globos ne- gros, despacio en su remontar, pesados en esencia de no amar, pero tristemente lejanos si se los quiere hallar. 71

253- Sentir Siento tu mirada sin reproches en el silencio profundo, sin gestos que alteren la intención de tu pensamiento. Largos instantes, un después con sonrojo en las mejillas y una incipiente humedad en los ojos. 254- Sentirse vivo Respirar profundo y sentir la presencia con tus manos en mis hombros, como una mariposa en el vaivén con su flor. Baile perfecto con fragancia dulzona, la felicidad danza desnuda mostrando las almas. 255- Sepulcro blanqueado Blanca luce tu vestidura y rozagante tu tez, multicolor tus alas de mariposa y serenatas de amor escucho en tu voz. Frías tus manos, gélida tu alma, surcas noches clan- destinas. Matas corazones enamorados. 256- Ser tú No escojas ropa sin talla para un cuerpo desconocido ni una mente nueva para un alma vieja. Tu sayo es pe- renne, tu naturaleza toca la eternidad. El disfraz muestra una mentira. Hazte verdad. 72

257- Sicario Invisible, turbulento. La mente perturba el ámbito, su sombra nace. Espejo de dos rostros: Guerra y paz. Con- vulsión, niebla, duda. Expresión temerosa, la lengua arriesga un ¿quién es? “El otro”. ¡El sicario del amor! 258- Siempre A veces, el siempre muere en el camino, no deja de ser el siempre de antes, transforma su imagen en el ahora. El siempre fue una promesa, es hasta la ira. Nace el nun- ca. 259- Siempre contigo Cosa extraña es la imagen de lo ideal. Se acerca repen- tinamente sin ser invocada, tras su sonrisa se cabalga ha- cia la aventura. Cosa extraña es estar siempre contigo despojándome de la soledad hiriente. 260- Silencio Escuché que tu fuego ya no ardía. Escuché que tu voz no me nombraba. Escuché a tu imagen huir del espejo. Escuché que ya no estabas. Escuché sin comprender, el eco de tu silencio. 73

261- Simplemente ver Has mirado la vida como una burbuja en polvos mági- cos. Luz y brillo en la pasarela del balcón de enfrente. Humo negro perseguía tus alas y le adosó cadenas. Pri- sión de horizonte ciego. 262- Simulacro Nos miramos. Aún tu mano no llega a la mía. Espero un largo momento en este intento donde lo fugaz se hace lento. Inertes y paralizados, somos simulacros de esta- tuas sin alma; fríos, silenciosos. 263- Sin Sin inviernos, sin primaveras, sin hogueras, ni flores. Sin miradas, sin caricias ni encuentros a la distancia. Sin todo, sin nada. La lluvia borra las pisadas, el viento parte el aliento, también sin alma. 264- Sin ti Hay quién espera entre la soledad y el murmullo silen- cioso de la ausencia. Tal vez una sombra entre la oscuri- dad, quizá un recuerdo mal guardado entre el marco de un cuadro despintado, muerto. 74

265- Sitio Ya no había lugar. Cada cual tomó su trozo de verde, una pizca del azul eterno y llenó de aire sus pulmones. La luna temió ser invadida, el universo con palomas vo- lando. Nos fuimos. 266- Sirena Las aguas movían sus lomos, deslizaban sus deseos de llegar. Ella esperaba entre la orilla y el mar. El encuentro era inevitable, la vuelta a casa, un desahogo esperado. Su cantar, partía la noche. 267- Soberbia Contigo, el tiempo es una lápida inconclusa, sin histo- rias vividas en plenitud, en un encierro fabricado con barrotes de tu ego… ¿sabes qué? Jamás encontrarás una llave que abra la cerradura de la soberbia. 268- Soledad Uno, ya no es uno con uno mismo si la mente traiciona al silencio en el estar. No hay paz que se refleje tras el latir del corazón en rocío de sangre. Extrañándote, sole- dad. 75

269- Sombras En la rueda de los silencios, mueven sus manos en señas de antigua lengua. Cuentan mis secretos, la oscu- ridad los esconde al pie de la vela encendida. El apego no las hace indiferentes, viven. 270- Sonrisa Nada había florecido tanto después de aquellos campos de lirios. Los ojos de agua reflejaban el verde pestañeo del viento juguetón. Él rizaba la corona de la hierba lar- ga. El camino carnoso goteaba deseos. 271- Sorbos De a poco, soplando la brisa humeante, la catarata es- pera su tibia caída. Dulce, amargo, con o sin miel, quizás con lágrimas o de la mano fiel. El paladar es camino que no miente. 272- Sospecha Sospecho que saber tanto de una persona, como yo sé de ti, puede significar un muro donde no puedes colgar tu espejo de hipocresía… eso sí, te es molesto como para huir de mí. 76

273- Sostén Mis pies siempre supieron sondear los misterios de las calles. Aun en los tropiezos inesperados mi equilibrio mantuvo su nivel. Mi experiencia no caduca. Sin igual- dad, compite con los años. El bastón llega solo. 274- Sueños Hojas llenas de misterios vuelan entre dimensiones on- dulantes. El espejo nos cuenta cada historia que reflejan. Volamos en pos de ellas como pájaros hambrientos. Nos mece en su cuna de insomnios y despertamos dormidos. 275- Te extraño ¿Qué dice el lugar en tiempos esquivos? ¿De qué se lamenta el lecho en la ausencia? ¿Cuánta soledad se siente en el frío de la piel? Recuerdos reverdecen desde el olvido. Te extraño. 276- Teorema “No sé si te perdí ganándote o si te gané, perdiéndote”. ¡Qué paradoja! Es el enunciado del teorema que enmar- ca su pensamiento cada vez que apareces en su memoria. Tesis, hipótesis, esgrima sin espada. 77

277- Tesis Los porqués son las ruedas de la tesis en la encrucijada que la vida nos coloca. Develar las hipótesis en tiempo en que los pasos son pequeños. Recorrer en sueños, vo- lando alto, desarmando incógnitas. 278- Tiempo Y la arena se fue entre los dedos a morir en el desierto. Es que el tiempo se cortó, se desgarró a sí mismo, triste- mente huyó… Vuelve en vibración renovada, vuela alto, amor perenne. 279- Tiempo compartido La jaula siempre estuvo ahí, tú adentro, yo afuera, ob- servándonos. Un día fuiste mi regalo, nuestras miradas clamaban piedad. Sin cerrojo, te echaste a volar. Com- partiste mi vida, amor desde el mismo lugar. 280- Tiempo final Los días siempre están contados, pero nadie conoce su cifra final… el tiempo es un río que desmenuza a la roca y la vida se hace arenilla. El lecho, es cementerio de sue- ños. 78

281- Tormento En tu boca se siente un tormento de labios secos, agrie- tados. En tus ojos se percibe un tormento rojo, húmedo, cayendo. Tu cabello, tormento de trigal al viento. Tor- mento, mis manos sobre la pantalla. 282- Trato Dame la mano y pondré mi confianza. Ofréceme un abrazo y sentirás mi corazón. Bésame a la distancia y mi sonrisa viajará entre la mirada. Ámame entre los rosa- les, quitaré las espinas del camino. 283- Travesía Eres una mezcla rara entre pasiones y calmas, entre po- los diferentes, espuma de mar, fuego del sol, entre tiem- pos de otras dimensiones. Cenizas de nuestro hilo rojo flotan en la bruma de tu espejo. 284- Travesía celestial ¡Sabes, eres cobarde! Un año más y dejaste escapar al amor de tu vida. No fue producto de un ángel, era un ángel en persona. Aún puedes llamarlo, aunque no haya viento soplando. 79

285- Tres rosas Para cada alma exhalaban sus fragancias las tres rosas, perdían un pétalo cada día, iban entregando su mensaje escalonado en la cimiente de los tiempos. La alfombra roja yacía con lágrimas de rocío. 286- Tres veces El bálsamo de la soledad, huyó. El compartir de la amistad, desapareció. El amor pintó su cuadro y se mar- chó. El adiós no fue el final, sino la tortura. Tus ojos, verdugos constantes. 287- Tropiezo La lámpara cayó esparciendo su aceite y la luz fue os- curidad en profundo azabache. El amor ya no lo fue al paso de la decepción. El calor sembrado fue hielo al amanecer. Nada quedó. 288- Tú No fue posible hallarte. Entendí que el tiempo es una raíz vertiginosa, trilla toda la tierra. El amor, la fragancia simple que inunda el infinito. Tú no estás entre la tierra y el infinito. 80

289- Tú y yo Éramos inercia de un amor incontenible, cola de co- meta que arrastraba todo en su turbulencia. El tiempo, la gravedad que nos hizo planear en vuelo lento. Bastones, ruedas torpes, ahora nos conducen. 290- Última oportunidad Aún juzgas desde tu altanería sin revisar cada paso de tu vida, tal vez perdiendo la última oportunidad de redi- mir las alas de tu alma que te librarán de las llamas del abismo. 291- Vacío No supe de su existencia mientras tu melodía plasmaba mi ser… El espacio nos contenía como aura de amane- cer. El universo se redujo solo al tú y yo, hasta el final de tu destello. 292- Venganza Tus lágrimas plantaron semillas de sentimientos, nadie sabía cuánto de verdad había en ellas. La lluvia y el sol descifraron sus mensajes. De pocas, nacieron flores. De muchas, espinas ahogadas. Escasa fragancia, mucha sangre. 81

293- Verdad invisible Mi silencio esconde algo sagrado. Mi aliento hecho brisa no alcanza a susurrar el sonido de mis sentimien- tos. No hay fuga por ninguna de mis expresiones. El amor brilla, está por dentro eclipsado. 294- Vida Oxígeno al rojo vivo en cauce de lava ardiente. To- rrente de espíritu con ojos de asombro sobre el ventanal de luz caminando sobre hilos de tiempos. Reverdece en el alma el presente sin memoria. 295- Visión El sol descansa sus ojos. La noche despliega el telón. Luciérnagas distantes, titilan. La luna peina olas. La ha- maca se mece en vaivén de a dos. La hoguera humea un fuego de nuestras miradas. 296- Vivencias Siento una traición a flor de piel. Aspereza y frialdad en tus poros de boca de volcán. Tu lava ya no corre lujuriosamente, se detuvo inerte, insensible. El leño y la chispa deambulan perdidos. 82

297- Vuelo Volabas alto aun teniendo pocas plumas. Yo lo enten- día, porque así son los caminos de los grandes sueños; te faltaba algo esencial, las pausas necesarias. Tus nidos colgaban de la imaginación, yo los sostenía. 298- Ya fue ¿De qué amor hablas? En tu oscuridad no existe, aun- que la luz de tus ojos quiera dibujar una sonrisa en la antesala de tu invierno. ¡Vamos, ya es tarde! ¡No espe- res lo perdido! 299- Yo No pude verme tal cual soy en este respirar, ni al cami- nar sobre senderos que el alma no conoce. Alzo la mi- rada, me reconozco en tu palpitar y existo. Sólo así el universo vuela. 300- Zángano Las ilusiones brincan en sus alas de amores desencon- trados por simples instantes. Él sabe, el sonido del amor es como campanadas, aire con melodías aromáticas. Lo encontró, supo al final, que la muerte también. 83

Esta obra se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Ediciones del País SRL en el mes de junio de 2022




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