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Tesis sobre Feuerbach

Published by Editorial Aurora, 2023-06-30 16:54:38

Description: En estas once tesis –escritas por Carlos Marx en 1845 y pulidas por Engels para su publicación en 1888–, se pone al descubierto el principal defecto de todo el materialismo anterior, incluyendo el feuerbachiano, su carácter pasivo-contemplativo, la incomprensión de la importancia de la actividad revolucionaria del hombre para entender y transformar el mundo.

Keywords: Karl Marx,Materialismo dialéctico,Filosofía

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Editorial Aurora Caracas, 2023 Revisión y edición Carlos Aquino G. Diagramación Alejandro Díaz M. Diseño Carolina Sandoval Q. Portada Carlos Marx. Fototipia de dibujo de 1949, del artista gráfico soviético Nikolai N. Zhukov (1908-1973). https://editorialaurora.home.blog https://issuu.com/editorialaurora 2

CONTENIDO 3

Presentación Carlos Marx y Federico Engels, además de la mi- nuciosidad metódica que compartían para en- frentar y desentrañar los problemas, desde jóvenes se caracterizaron por el valor tanto de asumir sus errores como de romper públicamente con concep- ciones, personas u organizaciones. Asimismo, po- seían la honestidad intelectual de reconocer aportes positivos que hubiesen emanado de alguna de ellas. Y eso lo hacían sin previsiones del «qué dirán», ni con cálculos de coyunturales «visiones mayorita- rias» o dejándose presionar por la «opinión pública». Cuando Marx tenía 27 años recién cumplidos y Engels 24 años, acordaron: «contrastar conjunta- mente nuestro punto de vista con el ideológico de la fi- losofía alemana; en realidad liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior.»i De ese período y de ese proceso es el texto que po- nemos a disposición del lector, acerca del cual, el Ins- tituto de Marxismo-Leninismo (adjunto al Comité Central del PCUS), puntualizara: Carlos Marx escribió las Tesis sobre Feuerbach en Bruselas, en la primaveraii de 1845, cuando había terminado ya de desarrollar los rasgos principales de su teoría materialista de la historia y había ex- tendido el materialismo a la explicación de la socie- dad humana. Según definición de Engels, es «…el primer documento en que se contiene el germen ge- nial de la nueva concepción del mundo»iii. i «Prólogo de la Contribución a la crítica de la Economía Política» (C. Marx, 1859), en C. Marx y F. Engels, Obras escogidas en tres tomos, t. 1, Editorial Progreso, Moscú, 1976, p. 519. ii De mediados de marzo a mediados de junio. iii Véase en el apéndice, página 10, el texto de Engels ampliado. 4

En las Tesis sobre Feuerbach, Carlos Marx pone al descubierto el principal defecto de todo el materia- lismo anterior, así como también del feuerba- chianoiv: su carácter pasivo-contemplativo, la in- comprensión de la importancia de la actividad re- volucionaria, «práctica-crítica» del hombre. Marx subraya el papel decisivo de la práctica revolucio- naria para comprender y transformar el mundo. Las Tesis sobre Feuerbach se encuentran en el Cuaderno de notas de Marx correspondiente a los años 1844-1847 y llevan el título Sobre Feuerbach. Al editar en 1888 las Tesis, Engels las redactó, introdu- ciendo en ellas algunos cambios con el fin de hacer este documento, que Marx no se proponía publicar, más comprensible para los lectores. […]v Las Tesis se ofrecen tal y como las publicó Engels en el apéndice de su libro Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemanavi, en el que se dieron a co- nocer por primera vez. La traducción al españolvii la tomamos del primer volumen de las Obras escogidas en tres tomos de Marx y Engels (Editorial Progreso, Moscú, 1976). Finalmente, llamamos la atención sobre algunos detalles formales que se verán a lo largo del texto. En primer lugar, las cursivas y los paréntesis pertene- cen al original. En segundo lugar, las notas al pie de página incorporadas por nosotros están identifica- das como notas de la Editorial (N. de la Edit.). Editorial Aurora Mayo de 2023. iv Véase el apéndice, página 12. v C. Marx y F. Engels, Op. cit., p. 547. vi Escrito a comienzos de 1886, publicado primero ese mismo año en los números 4 y 5 de la revista Die Neue Zeit («Tiempos Nuevos»), y luego editado en folleto aparte, en 1888, en Stuttgart. vii De su publicación en alemán, y cotejado con el manuscrito de Marx. 5

1 El defecto fundamental de todo el materia- lismo anterior –incluido el de Feuerbach– es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, natural- mente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad hu- mana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana, mien- tras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación «revolucionaria», «práctico-crítica». 2 El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demos- trar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se 6

aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico1. 3 La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hom- bres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador nece- sita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Robert Owen2). La coincidencia de la modificación de las cir- cunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria. 4 Feuerbach arranca de la autoenajenación reli- giosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso, imaginario, y otro real. Su co- metido consiste en disolver el mundo religioso, reduciéndolo a su base terrenal. No advierte que, después de realizada esta labor, queda por hacer 1 «Con tal denominación se designó toda la filosofía medieval […]; como también, por el especial modo de filosofar que le era propio. La filosofía medieval se hallaba por entero al servicio del dogmatismo eclesiástico, […] y por eso, no investigaba la na- turaleza y la realidad circundante […]. De aquí que se llamen “escolástico”, todo ra- zonamiento estéril, apartado de la realidad; toda filosofía barata, el discurso vacuo y la sola especulación con nociones y argumentos, sin referirlos a los hechos ni a la práctica.», P. Iudin y M. Rosental, Diccionario de filosofía y sociología marxista, Editorial Séneca, Buenos Aires, 1965 (N. de la Edit.) 2 Robert Owen (1771-1858), gran socialista utópico galés. «Afirmaba que el hombre es un producto de las circunstancias y que su carácter se forma al margen de su voluntad. No son los hombres los culpables por sus defectos y sus vicios, sino el ré- gimen social en que viven.», M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1960 (N. de la Edit.) 7

lo principal. En efecto, el que la base terrenal se separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino independiente, sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base terrenal consigo misma. Por tanto, lo pri- mero que hay que hacer es comprender ésta en su contradicción y luego revolucionarla práctica- mente eliminando la contradicción. Por consi- guiente, después de descubrir, v gr.3, en la familia terrenal el secreto de la sagrada familia, hay que criticar teóricamente y revolucionar práctica- mente aquélla. 5 Feuerbach, no contento con el pensamiento abstracto, apela a la contemplación sensorial; pero no concibe la sensoriedad como una actividad sensorial humana práctica. 6 Feuerbach diluye la esencia religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales. Feuerbach, que no se ocupa de la crítica de esta esencia real, se ve, por tanto, obligado: 1) A hacer abstracción de la trayectoria histó- rica, enfocando para sí el sentimiento religioso (Gemüt) y presuponiendo un individuo humano abstracto, aislado. 2) En él, la esencia humana sólo puede conce- birse como «género», como una generalidad in- 3 Abreviatura de la expresión latina verbi gratia, «verbigracia»: «ejemplo (|| he- cho o texto que se cita para autorizar un aserto).», Real Academia Española, Dic- cionario de la lengua española, 23ª edición, 2014 (N. de la Edit.) 8

terna, muda, que se limita a unir naturalmente los muchos individuos. 7 Feuerbach no ve, por tanto, que el «senti- miento religioso» es también un producto social y que el individuo abstracto que él analiza perte- nece, en realidad, a una determinada forma de sociedad. 8 La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misti- cismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica. 9 A lo que más llega el materialismo contempla- tivo, es decir, el materialismo que no concibe la sensoriedad como actividad práctica, es a con- templar a los distintos individuos dentro de la «sociedad civil». 10 El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad «civil»; el del nuevo materialismo, la sociedad humana o la humanidad socializada. 11 Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. *** 9

Apéndice Nota preliminar2, para la primera edición (1888) […] Acerca de nuestra actitud3 ante Hegel, nos hemos pronunciado alguna que otra vez, pero nunca de un modo completo y detallado. De Feuer- bach, aunque en ciertos aspectos representa un es- labón intermedio entre la filosofía hegeliana y nuestra concepción, no habíamos vuelto a ocupar- nos nunca4. […] parecíame cada vez más necesario exponer, de un modo conciso y sistemático, nuestra actitud ante la filosofía hegeliana, mostrar cómo nos había servido de punto de partida y cómo nos separamos de ella. Parecíame también que era saldar una deuda de honor, reconocer plenamente la influen- cia que Feuerbach, más que ningún otro filósofo posthegeliano, ejerciera sobre nosotros durante nuestro período de embate y lucha. […] Antes de mandar estas líneas a la imprenta, he vuelto a buscar y a repasar el viejo manuscrito de 1845-465. La parte dedicada a Feuerbach no está 1 Véase la nota VI de la presentación (N. de la Edit.) 2 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas en tres tomos, t. 3, Editorial Progreso, Moscú, 1974, pp. 353-354 (N. de la Edit.) 3 Engels se refiere a él y a Marx (N. de la Edit.) 4 Desde que cuatro décadas antes, en 1845-1846, ambos elaboraran el manuscrito de La ideología alemana (N. de la Edit.) 5 C. Marx y F. Engels, La ideología alemana. Crítica de la novísima filosofía alemana, representada por Feuerbach, B. Bauer y Stirner y del socialismo alemán represen- tado por sus diversos profetas. Es una obra inacabada de Marx y Engels, publicada 10

terminada6. La parte acabada se reduce a una ex- posición de la concepción materialista de la histo- ria, que sólo demuestra cuán incompletos eran to- davía, por aquel entonces, nuestros conocimientos de la historia económica. En el manuscrito no fi- gura la crítica de la doctrina feuerbachiana; no ser- vía, pues, para el objeto deseado. En cambio, he en- contrado en un viejo cuaderno de Marx las once te- sis sobre Feuerbach que se insertan en el apéndice. Trátase de notas tomadas para desarrollarlas más tarde, notas escritas a vuelapluma y no destinadas en modo alguno a la publicación, pero de un valor inapreciable por ser el primer documento en que se contiene el germen genial de la nueva concep- ción del mundo. Londres, 21 de febrero de 1888 Federico Engels → por primera vez en la URSS en 1932 (N. de la Edit.) 6 La ideología alemana constaba de dos tomos, el primero de los cuales contenía la crítica de la filosofía posthegeliana. El manuscrito del capítulo 1 del primer tomo consta de tres partes en borrador y dos, pasadas en limpio, del comienzo del mismo (N. de la Edit.) 11

Ludwig Feuerbach (1804-1872) Eminente materialista del período premarxista, que proclamó y defendió en Alemania el materia- lismo y el ateísmo en la década del treinta del siglo XIX, ideólogo de la burguesía democrática. Fue idealista hegeliano en sus comienzos, hasta que rompió definitivamente con el idealismo y se unió al materialismo. En su obra Crítica de la filosofía he- geliana (1839), se pronunció resueltamente contra el sistema idealista de Hegel [1770-1831]. Feuer- bach vinculaba su crítica del idealismo con la de la religión. Y mostró que el idealismo en general, y más particularmente el de Hegel, constituye el fundamento teórico de la religión, que la doctrina de Hegel sobre la prioridad de la idea y su meta- morfosis en naturaleza, no es otra cosa que el dogma cristiano de la creación del mundo expre- sado bajo una forma racional. Pero esta crítica es unilateral. Al renunciar al idealismo de Hegel, Feu- erbach arrojó por la borda la dialéctica hegeliana sin extraer de ella su núcleo racional: la teoría del desarrollo y del cambio. No supo generalizar los grandes descubrimientos del siglo XIX y elaborar, sobre esa base, una concepción dialéctica de la na- turaleza. […] su teoría del conocimiento, como su mate- rialismo en su totalidad, reviste un carácter con- templativo, metafísico. Feuerbach no comprendió el pasaje dialéctico de la sensación al pensamiento, de lo particular a lo general, el papel de la abstrac- ción en el conocimiento. No comprendió que en el conocimiento, la actividad práctica de los hombres cuenta en forma decisiva. 12

[…] La doctrina social de Feuerbach se refleja de manera notable en su moral. Es allí donde se mani- fiesta muy particularmente la estrechez de su filo- sofía. Su moral tiene por principio fundamental la simpatía mutua de los hombres, su aspiración a la felicidad. Para que los hombres sean felices, decía Feuerbach, deben amarse los unos a los otros. El «amor» es para él una panacea. Al predicar el amor universal en una sociedad dividida en clases anta- gónicas, Feuerbach arranca de su filosofía cuantos valores revolucionarios podía tener. La moral de Feuerbach es una moral burguesa que predica la paz social, diluye el antagonismo de los intereses de clase, y niega la lucha de clases. Los aspectos positivos y negativos de la filosofía de Feuerbach son puestos en evidencia en las Tesis sobre Feuerbach, de Marx, y en la obra de En- gels Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. Las insuficiencias de su materialismo no disminuyen sin embargo, la importancia histórica de Feuerbach, quien ejerció una gran influencia sobre Marx y Engels en el período en que se forma- ban las concepciones filosóficas de éstos. Pero el materialismo de Marx y Engels se distingue del de Feuerbach, porque aquéllos supieron extraer el «núcleo central» y lo desarrollaron en una filosofía científica después de haber desechado la escoria idealista, ético-religiosa. […]1 1 M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1960, pp. 187-189 (N. de la Edit.) 13

La Editorial Aurora valora altamente su opinión acerca del contenido, diseño y diagramación de la presente publicación. Igualmente, agradece cualquier otra sugerencia. [email protected] 14


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