e-literalia2el espacio virtual donde se vive la literatura Martín Fierro / Las penas y sus enseñanzasCiberliteratura Lectura¿La literatura que viene? El lector postmodernoReseñaDescalzos en la luna
e-Literalia Bienvenidos el espacio virtual donde e-Literalia es una revista digital que tiene por objeto colaborar se vive la literatura con la difusión de noveles escritores, amantes incondicionales de la Córdoba - año 2 - nro. 2 escritura y poetas catárquicos. mayo de 2015 Es un proyecto formado por lectores-escritores, y viceversa, que Dirección creativa aman volar con su imaginación por tierras lejanas, culturas extra- Valeria Colella ñas, tiempos pasados o futuros; conocer personajes nuevos, historias nuevas y diferentes, y compartir este sentir con otros aventureros Diseño y maquetación como nosotros. VaCoDesign Recomendamos los libros que nos gustan, compartimos críticas, sen- Dirección multimedia saciones y las experiencias que nos transmiten esas historias ajenas Alejandra Córdoba que hacemos propias. Además, e-Literalia se enorgullece de ser un espacio donde los Corrección de textos escritores puedan someter sus escritos al veredicto respetuoso del Lorena Gonella público, e interactuar con él; fomentar la realización de talleres de lectura, encuentros entre lectores y escritores y actividades cultura- Fotografía e ilustración les relacionadas con la lectura y la escritura. Pedro Antunez El eje central de esta segunda edición es“Las penas y sus enseñanzas”. Colaboran en esta edición La propuesta de temas por edición se debe a que no pretendemos ser Claudio M. Zegom solo una recopilación de las expresiones del alma sino también, y por Marianela Santillan sobre todas las cosas, un espacio que invite a reflexionar sobre ellas. Nicolás Candlebox Nicolás Medina Jara Será para nosotros un gran honor poder colaborar con un poquito Nora Alicia Holub de tiempo y trabajo a la difusión de esos mensajes del alma que, a veces, volcamos en palabras. Norma Estela Ferreyra Patricia Nasello Gracias por estos valiosos segundos que dedicó a leer esta carta, y Romeo Murga bienvenido a disfrutar de esta publicación. Daniel Córdoba Marcela Rosales e-literalia es una publicación de
Índice de la presente ediciónJosé HernándezMartín Fierro Las penas y sus enseñanzasClaudio M. Zegom / El beso redentor Marianela Santillan / DesiertoNicolás Candlebox / El libro de las pesadillas Nicolás Medina Jara / AngustiaNora Alicia Holub / Miradas Norma Estela Ferreyra / PrimaveraPatricia Nasello / Desparramado por toda la piel Romeo Murga / Una tristezaDaniel Córdoba / VocesCiberliteratura LecturaLa literatura que viene? El lector postmodernoReseñaDescalzos en la luna
José Hernández Martin Fierro El Martín Fierro, escrito por José Hernández en el año 1872 su primera parte y su segunda, bajoel nombre de La vuelta del Martín Fierro, siete años después (1979), es considerada por muchos laobra maestra de la literatura argentina y la consagración del género gauchesco. Aparte del indudable valor literario, la importancia de esta obra reside en haber sacado a un per-sonaje marginal de la sociedad argentina del momento, el gaucho, y convertirlo en el representantede la argentinidad. Sin duda esta obra constituye la primera vanguardia literaria de raigambre popular, que abriónuevas formas de escribir y de leer en la naciente sociedad de masas y contribuyó a construir losimaginarios sociales que tejen la identidad nacional. Pero además, el Martín Fierro regala en cada verso máximas profundas de carácter, comporta-miento y civilidad: Es mejor que aprender mucho, el aprender cosas buenas. Muchas cosas pierde el hombre que a veces las vuelve a encontrar, pero les debo enseñar, y es güeno que lo recuerden, si la vergüenza se pierde jamás se vuelve a encontrar. El corazón humano y la moral son los mismos en todos los siglos. Por encontrarlo oportuno allí juramos los dos: respetar tan sólo a Dios, de Dios abajo, a ninguno. Aquí me pongo a cantar, al compás de la vigüela que al hombre que lo desvela una pena extraordina- ria, como el ave solitaria con el cantar se consuela.
Al que es amigo, jamás lo dejen en la estacada, pero no le pidan nada ni lo aguarden todo de él, siempre el amigo más fiel es una conducta honrada. Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera. De ese modo nos hallamos empeñaos en la partida. No hay que darla por perdida por dura que sea la suerte; ni que pensar en la muerte, sino en soportar la vida. Y si canto de este modo por encontrarlo oportuno, no es para mal de ninguno sino para bien de todos. Ya Marta Portal afirmaba que“la literatura es la conciencia de un pueblo”. ¿Representa la obra deJosé Hernández el sentir del pueblo argentino? Quisiera pensar que sí.Cuando cae la noche de la Pampa Y en la boca de cada peón de camposobre las crines de los pajonales, con gusto a corazón insobornable,y tejen las vigüelas la vidala, el grito vivirá con tus palabrasel silencio es tu barba, porque eres Martín Fierro,José Hernández. José Hernández.Cuando crece a lo lejos la tormenta Porque siempre templaste el instrumentoy se estremece el trébol con el aire, para expresar el alma del gauchaje,galopa el trueno su malón redondo, y ponerle palabras al silencio de tu pueblo.y la luz es tu verbo, En él vives,José Hernández. José Hernández.No hay rumbo del silencio Y cuando la violencia o la injusticiaque no cubra tu Martín Fierro entre nues- metan sus sanguijuelas insaciables, alzará con tu voz el horizonte un malón tro gauchaje,donde se desenfunda una guitarra, de guitarras populares,o la fecundan tus versos, y será cada criollo un Martín Fierro, nues-José Hernández. tra rebeldía,No hay ranchito en que no arda tu poesía José Hernández.cuando se yapa el vino con la sangre,y hay que aventar la pena respirando Jorge Cafrunetu corazón de pueblo,José Hernández.
Las penasy sus ensenanzas Claudio M. Zegom Marianela Santillan Nicolás Candlebox Nicolás Medina Jara Nora Alicia Holub Norma Estela Ferreyra Patricia Nasello Romeo Murga Daniel Córdoba
Claudio M. Zegom El beso redentorComo se sabe, los besos son un artificio del amor, así como lo es cortejar a una dama. Un beso en la mejilla significa cordialidad, un beso en la mano simboliza respeto a una jerar- quía, pero un beso en los labios es la denotación del amor más puro.Muchos, informan que en el boulevard San Juan existieron unos muchachos que emergían de los bares, o de las puertas más insospechadas en cualquier circunstancia del día, y sin pre- vio aviso, estampaban un beso a las damas. Se dice que elegían como víctimas a las vetera- nas atractivas, a las muchachas solteras y a las novias ansiosas. Algunos envidiosos indican, que sustraían besos por el simple placer de fastidiar a la otredad femenina; otros revelan que los muchachos poseían el atributo de redimirlas de la indiferencia del mundo con un beso. Este beso fue conocido como El Beso Redentor. Terceros, opinaban que se trataba de una manifestación romántica: salvar a las damas de la desidia mundana, tan solo con un beso era, ni más ni menos que un trabajo artístico.Las mujeres chúcaras al ser arrinconadas por los besadores, a los gritos solicitaban ayuda ajena, asimismo dejaban escapar insultos de la peor calaña para los responsables. Bajo esa moral burguesa, promovieron la pertinente denuncia en la comisaria decima.
La congregación“Damas del buen recato”consideraba a los besadores del boulevard, auténticos sátiros de Córdoba, y para neutralizar tal ofensa comenzaron a ingerir pastillas de coliflor y a enjuagarse la boca con jugo de ajo, lo que confería un aliento repugnante, en otros casos, empleaban barbijos para que no se cumpliera el cometidoEn cambio, otras mujeres, mostraban una actitud complaciente con los licenciosos muchachos; mientras se desabrochaban algunos botones del escote, se dejaban besar enteramente, a veces, la circunstancia se convertía en verdaderos escándalos públicos. A estas mujeres, pronto se le unieron una procesión de viejas que absolutamente estucadas y perfumadas, transitaban ávidas por el boulevard logrando así que nadie las besara.Asimismo, aparecieron falsos besadores que en vez de continuar con el noble propósito del beso redentor, querían decididamente conseguir novia.Algunas mujeres, ante el beso dado, entraban en unos espasmos que fueron confundidos como inoportunos ataques de epilepsia. Acaso los besos producen un cataclismo fisiológico. Tal vez, se trate de una pasión excedida, y los médicos no se dan cuenta, o no lo saben explicar.Sin mayor demora, la comunidad de médicos:“Lo primero es la salud”, trato de crear conciencia ciudadana, así, logró la prohibición del beso, y aconsejaba transitar las calles con bufandas.Las damas feas reclamaban besos y abrían grandes sus fauces en plena calle, esperando que se consuma el beso liberador .Los besos nunca llegaron para las inaceptables mujeres. Paras remediar la ofensa comenzaron a besar con frenesí a cualquier desconocido que se les cru- zaba por la calle.De los muchachos ejecutores del beso redentor se dijeron muchas cosas: que eran simples ato- rrantes, que se trataba de poetas desengañados, que eran científicos que querían experi- mentar en la sensibilidad de los labios, y así nadie logro darle la verdadera jerarquía que se merecen los muchachos del beso redentor.La ciencia trata de esclarecer todo, incluso, lo que no puede explicar. De forma contundente, explico el asunto: durante el beso, el cerebro segrega una sustancia llamada oxitocina, o molécula del amor que produce bienestar en todo el cuerpo.¿Quién no ha prodigado besos alguna vez?, en la más absoluta soledad del universo, o ante la mirada desconcertada de la gente. Quizá los muchachos del beso redentor tenían razón; los besos salvan, y en cada beso estampado, luchaban contra la indiferencia del mundo. Es posible, que nadie haya comprendido, que los muchachos, en cada halito de amor ejercían un arte, y a la vez, estaban salvando el mundo.
Marianela Santillan DesiertoDolor. ¿Qué sabe Ud. del dolor? ¿Qué enseñanzas me da de supervivencia? Si yo he na- cido sufriendo, en este desierto, arraigada en la angustia, matando penas de a montones.Cada día, cada hora, cada minuto de melancolía que encierra, que apresa cada gota de alegría.Solitaria en la vida, pobre y entristecida.Acumulando gritos desaforados que no encuentran salida.¿Ser yo misma? Tarea más difícil.¿Cuánto cuesta una sonrisa, un suspirar cerrando los ojos y abriendo el corazón; un momento, un instante de placer y satisfacción?Tal vez una milésima de segundo, en esta despiadada osadía de poder encontrar algo de pura sensatez y cordura en la mirada de esta conservadora y absurda sociedad.Acumulo espinas que duelen, que desangran, que lastiman, que agigantan la rabia, tratando de pasar un nuevo día.Soñando con un tal vez, con un quizás, con un posible mañana mejor, con un mañana distinto; de sentir en mi corazón que todo es posible y despertar inundada de magia y resplandor.Ya no quiero el penar y el sufrimiento.Solo quiero que me acompañen en silencio, que me acobijen con besos y me envuelvan en abrazos sin detener el tiempo, desplegando las alas en un enigmático encuentro y retomar el vuelo en las coordenadas de lo verdadero.
Nicolás Candlebox El libro de las pesadillasAllan no era lo que hoy en día se dice “un muchacho normal”. Disfrutaba con cosas que a otras personas les parecerían raras o incluso algo perturbadoras.Orgullosamente, era el dueño de una amplia colección de libros relacionados con el ocultismo y la demonología.Celosamente guardaba cualquier material de ese tipo que caía en sus manos.Fue por esto que, aquella lluviosa noche de viernes, recogió el misterioso y descuidado paquete que se encontraba en la puerta de su hogar.El paquete en cuestión, era una caja de cartón mal envuelta en diarios mojados.Allan abrió el paquete ahí mismo y arrojó los diarios y la caja de cartón a la calle e inmediata- mente fueron arrastrados por el agua hasta perderse en una boca de tormenta.Entre sus manos apretaba un libro de duras tapas negras sin ningún tipo de inscripción.Un rayo iluminó el cielo nocturno partiéndolo en dos y Allan regresó a la casa con los hombros empapados.Ya en su habitación, abrió el extraño libro y para su sorpresa no encontró absolutamente nada.Las páginas amarillentas y resecas estaban vacías.Eran cerca de seiscientas y todas en blanco.Algo confuso, repasó el libro de nuevo.
Esta vez, cerca de la mitad del libro, encontró una frase que ocupaba el centro de la página:“Han despertado”.Y el libro se cerró.Allan contemplaba atónito aquél extraño tomo sin saber bien qué es lo que acababa de pasar.Entonces, el libro se abrió de nuevo por la mitad y sus hojas giraron velozmente hasta detenerse casi al final del libro.Una nueva inscripción pero en la esquina inferior derecha rezaba:“Están aquí”.En grandes letras que parecían remarcadas con odio hasta perforar el papel.De repente la puerta de calle se abrió violentamente y una helada brisa invadió toda la casa. Seytán, el Fox Terrier de Allan comenzó a ladrar y a proferir gruñidos horribles hacia la puerta.Allan, con el corazón en la garganta, caminó descalzo por el suelo casi tan helado como las ráfagas que vomitaba la enardecida tormenta sobre la ciudad.Cerró la puerta, le echó llave y se tomó unos minutos para tranquilizarse.Intentando distraerse y buscándole algún tipo de explicación a lo que acababa de pasar, se sentó frente a la ventana del comedor para que el agua se llevara sus pensamientos.Pero al correr las blancas cortinas, no vio agua, no vio relámpagos, no vio nada.Solo una oscuridad tan densa que parecía oprimir el vidrio de la ventana.La tormenta, las luces de la calle y la ciudad entera habían desaparecido.Allan se inclinó rápidamente hacia la ventana hasta casi pegar la nariz contra el vidrio.Era imposible. Tenía que ser un sueño o algo por el estilo… una pesadilla quizás.La casa se hallaba flotando en medio de un infinito y oscuro vacío.De pronto, una mano blanca y de garras negras golpeó pesadamente el vidrio y Allan saltó hacia atrás con un grito y el corazón saliéndosele del pecho.La mano se arrastró por el vidrio y luego apareció otra, igual de pálida y de garras negras y filosas.Allan permaneció congelado en el piso, de verdad estaba pasando algo. Hasta el momento se había sentido confiado en que todo se trataba solo de autosugestión.Pero cuando vio aquellas manos y lo que vino después, supo que solo había una respuesta.Tenía que estar atrapado en una horrible pesadilla.Luego de aquellas manos fantasmales apareció algo todavía más horrible, el rostro pálido y de grandes pómulos salientes de una mujer de cabello largo y negro.Aquella cosa sonreía con labios azules y enseñaba unos colmillos tan largos y blancos como los de un lobo.
Sus ojos negros se clavaban en Allan y parecían llamarlo, casi podía escuchar la voz áspera de aquella cosa gritando su nombre dentro de su cráneo y paralizando sus sentidos.Seytán que estaba a punto de saltar sobre la ventana, ladró y despertó a Allan de su trance fantasmagórico.La mujer, o lo que fuere, sin dejar de sonreír arrastró con odio una de sus garras por el vidrio produciendo un chirrido al tiempo que el vaho verdoso de su pútrido y agitado aliento lo empañaba.Luego golpeó el cristal con la punta de su garra y este se quebró.Allan se incorporó de golpe aterrado y arrastró un pesado sillón hasta la ventana, cubriéndola por completo.La cosa detrás del vidrio profirió una risa sonora que se escuchó aguda y grave al mismo tiempo antes de desaparecer.Inmediatamente las luces de toda la casa se apagaron y por las rendijas de la ventana entró apenas, un débil resplandor proveniente de algún lugar desconocido.La manija de la puerta de calle comenzó a agitarse violentamente.Allan al borde de la desesperación empujó la mesa del comedor hasta la puerta y allí se quedó, inmóvil con el pulso acelerado y sin aire en sus pulmones.Cada ruido dentro de su hogar le parecía un nuevo monstruo, reptando atrás de una puerta o abajo de su cama.Allan hizo callar al perro, pero este gruñía completamente erizado a un rincón oscuro del come- dor donde el tenue resplandor que se colaba por la ventana no llegaba.El chico contempló expectante el rincón donde la oscuridad formaba un portal hacia el reino de las pesadillas y lentamente comenzó a retroceder.Una gota de sudor frío bajaba lenta y perezosa por su espalda.Algo vio Seytán que le hizo retroceder de un salto y luego se echó en el suelo gimiendo pero sin perder de vista el oscuro rincón.Allan podía sentir que había algo en esa esquina, acechando agazapado entre las sombras.Retrocedió junto con el can y cerrando la puerta del comedor, se encerraron en la habitación.Allan se abrazó a Seytan y se escondieron del otro lado de la cama, lejos de la puerta.El chico temblaba llorando, haciendo un esfuerzo para que sus gimoteos no atrajeran a más criaturas.El perro gruñía pero Allan lo hacía callar.De pronto la puerta del cuarto se abrió lentamente con un rechinido.Solo el silencio era testigo de todo lo que acontecía en medio de la oscuridad.Un silencio insoportable.
Allan habría agradecido cualquier clase de ruido en ese instante, incluso un grito.Pero solo había silencio.En un instante una de sus piernas se hundió bruscamente bajo la oscuridad de la cama.Allan gritaba desesperado intentando zafarse y Seytán intentaba ayudarlo tirando del hombro de su camisa sin éxito.El chico miró hacia las densas olas oscuras que se agitaban bajo la cama y vio que lo que atrapa- ba su pierna era una larga y gorda lengua.Más allá de la oscuridad, dos brillantes ojos amarillos lo contemplaban con una sonrisa.El sabor le había gustado y ahora quería más.Seytán se abalanzó sobre la pierna de Allan y mordió la desagradable lengua de aquella criatura y esta se soltó con un quejido, sumergiéndose nuevamente en la oscuridad.Allan se incorporó rápidamente y tomando al perro y al libro que aún reposaba en su cama, salió de la habitación y se encaminó a la cocina donde guardaba una linterna de emergencia en una alacena. En ese momento la linterna era la única cosa que podía alejar a la oscuridad y salvar su vida.Allan Corrió en la oscuridad por el largo pasillo que llevaba a la cocina.Al abrir la puerta, dejó a Seytán en el suelo y al libro en la mesa.Aún iluminado por el tenue y desconocido resplandor que se colaba por las ventanas y rogando para sus adentros que las criaturas que lo rodeaban lo dejaran en paz, abrió la puerta de la alacena de madera.Introdujo su mano temblorosa tanteando en la oscuridad y luego de unos instantes tocó con sus dedos la superficie plástica y redondeada de la linterna.Rápidamente la sacó y rogando porque tuviera baterías la encendió y una luz blanca iluminó toda la cocina, pero esta se apagó al cabo de unos segundos.Entonces Allan, mientras la sacudía con desesperación, notó algo extraño.Seytán estaba sentado de espaldas a él y moviendo la cola en dirección a un oscuro rincón de la cocina.Allan llamó al can, pero este continuaba hipnotizado mirando hacia la esquina en penumbras.-¡Seytán!- lo llamó nuevamente y lo iluminó con la linterna que al final había conseguido en- cender.Entonces, elTerrier lentamente giró su cabeza hasta que esta quedó completamente hacia atrás.Allan soltó la linterna horrorizado y esta cayó al suelo y se rompió con un“¡crack!”Los ojos del animal brillaban con un intenso color amarillo.-¿Puedes ver las pesadillas a tu alrededor?- bramó el perro con la misma voz áspera de aquella mujer que había aparecido en la ventana.
Allan comenzó a llorar y sin saber ya que hacer, tomó el libro entre sus manos antes de que sus piernas temblorosas lo hicieran caer de rodillas.Ahí, entre sus propias manos estaba el libro… ¡Ese maldito libro por el cual había empezado todo! Maldita sea la hora en que encontró el paquete en su puerta.Todo lo que conocía había desaparecido gracias a ese libro, ese tomo siniestro lo había llevado justo al corazón del reino de las sombras.Con cálidas lágrimas de desesperación y el odio que fluía por todas sus venas, comenzó a arran- car página tras página del libro, rompiéndolas entre sus dedos, arrancándolas, arrugándo- las y rasgándolas.El libro se reía de él con sus páginas amarillentas en las que estaba escrito por todas partes:“¿Puedes ver las pesadillas a tu alrededor?”.Una y otra vez, por todas las páginas.Sus energías lo abandonaron mientras arrojaba hacia arriba con furia puñados destrozados de viejo papel amarillo. Las ventanas se abrieron de par en par y por ellas entró una corriente de aire que levantó todos los trozos del libro sobre su cabeza y mientras Allan sollozaba agotado, comenzó a escuchar de pronto un repiqueteo que iba en aumento.Era como agua golpeando en algún lugar arriba de él…¡Lluvia!…¡Tormenta!El repiqueteo se hizo aún más fuerte y el resplandor de un relámpago iluminó la casa a oscuras al tiempo que la luz regresaba a su hogar.Se había terminado…Lentamente levantó la cabeza desde el suelo y vio a Seytán que lo saludó alegremente movien- do la cola y luego se marchó por la puerta de la cocina.Allan suspiró y comenzó a reír aliviado. La pesadilla había terminado.Fue entonces que desde el montón de papeles que revoloteaban sobre su cabeza, cayó una página intacta frente a él.Allan la tomó entre sus manos que aún temblaban y mientras la observaba una inscripción comenzó a dibujarse sola en gordas y desprolijas letras rojas.-“El Fin”- leyó y se sonrió aliviado de que todo hubiera terminado finalmente.Pero en el mismo instante en el que se creyó a salvo, sintió como una mano se posaba delicada- mente en su hombro.Una mano blanca y de largas garras negras.Las luces de la casa se apagaron en un segundo dejándolo en completa y total oscuridad.Allan gritó con todas sus fuerzas, pero entre aquellas tinieblas no había nadie quién lo escu- chase.Ese fue su fin… y el fin de este relato.
Nicolás Medina Jara Angustia Cuál es la razón por la que esta angustia vuelve a buscar hogar en mi pecho. Un trago ácido que desciende por mi ser, realizando malabares,juega y se divierte conmigo, hasta que no disuelve la última sonrisa en ese pútrido abismo. ¡Eh, aquí! Un réquiem en vida, una muerte vivida, un anochecer antes de tiempo... Desgastante hasta el hartazgo, agonizante es este mal trago. ¿Qué ganarás de todo este teatro en un salón sin espectadores? Solo lograrás que sea yo quien sufra tu dramaturgo, consolidado por penas y un sufrimiento puro... Admiraré tu obra trascendental con ojos de niño, y la lloraré con alma de soñador, la aplaudiré con dolor bajo mis brazos, pero solo la ovacionarán quienes no se hayan encontrado con el fracaso... ¿Y qué llegará luego del final de los finales? Una soledad que atormentará nuestras camas y sus vacíos existenciales; un comienzo que dé paso a un“quizás”, a una esperanza que espera no encontrar el mismo final...
Nora Alicia Holub MiradasVe un ojo reflejado en el espejo, se parece al suyo.Entreabre lo párpados pesados, pestañea perezoso.Arquea la ceja, abre y contrae la pupila rodeada de un círculo marrón con manchitas doradas.Como si tuviese voluntad propia hace un guiño cómplice.En vano intenta un diálogo, el otro se está burlando.La mirada se vuelve demasiado íntima, conoce sus más recónditos secretos.Sabe de tristezas, dolores, alegrías... de frustraciones, dolores, fracasos, desengaños.A veces se vuelve tierna, otras, hostil, grita viejos rencores.Se detiene en paisajes conocidos llenos de matices, o en paisajes desolados donde todo color escapa.Sin control, casi ajena, escapa una lágrima y se desliza redonda por la mejilla.Entonces aparece una tercera mirada, no es de uno ni de otro.Tiene una visión distinta, dice cosas que no quieren saber.Asustados caen los párpados, y se levantan un poco para ver si está allí todavía.Así durante largo tiempo, hasta que ellos se miran entre sí, sus ojos.
Norma Estela Ferreyra PrimaveraCelebro la primavera, con su perfume y sus cantos, que en las mañanas nos traen los jilgue- ros a la almohada.La vida viste de rosa, de amarillo, los jardines, verde se vuelve el sendero, por derecha y por izquierda, de mi andar buscando huellas.Mi corazón va al galope, se escapa de la tranquera, como un caballo salvaje.Mi cuerpo de gala viste, combinando en el paisaje.Mi canto fluye en mis voces, hacia adentro y hacia fuera.Mi pasado me abandona pues solo voy adelante, buscando un amor bonito, con besos de ma- drugada, con cenas bien preparadas, que se sirvan en la cama.Mil versos me sopla el viento, de noche y de madrugada. Quiero verte, al despertar desayunan- do conmigo, con un pastel y café, sobre el mantel de mi sábana.
Patricia NaselloDesparramado por toda la pielDesparramado por toda la piel... el pueblo de Buenos Aires atesora una docilidad singular para someterse a todo tipo de mandamiento Esteban Echeverría Te escrivo para contarte que segun dice el medico, aí, bien adentro de la pansa, mi ijo ya mide once centimetros. No te atajés, que e dicho mi ijo. Mio solo. Lo que pasa es que tengo ganas de charlar de esto con alguien, en la pension no hay con quien, mi viejo estí lejos, y vos estís cerca. Claro que nosotros tuvimos mejo- res epocas en las que cerca era juntos. Ahora es separados, ya entendí. Pero ací mis once centímetros quieren ser mís, quieren ser ojos, tripas, corazón. El doctor dice que no pero yo se que mi ijo ya puede escucharme, por eso me fui a lo de la Mariela y le pedí un libro. Se puso a reir y me preguntó por que se me ocurría pedirle libros a ella, vos terminaste el secundario le contesté. Entonces se puso seria y estuvo urgando un rato largo en el placar. La verdí, no era un libro, no era uno de esos libros gordos que no mas mirarlos y una ya se imagina lo inteligente que abrí sido el que lo escrivió. Eran unas cuantas ojas con la tapa despintada. Quiero que mi ijo aparesca en el mundo sabiendo, así que esa misma noche em- pesé a leerselo en voz alta. No fue facil estaba lleno de palabras raras. El tipo que se imaginó el asunto debió conocer muy bien a los porteños porque fijate lo que
puso aí no mas, en cuanto empesaba EL PUEBLO DE BUENOS AIRES ATESORA UNA DOCILIDAD SINGULAR PARA SOMETERSE A TODO TIPO DE MANDAMIEN- TO. Lo repetí varias veces hasta que estuve segura de aberlo entendido. Todos los pueblos son iguales, le espliqué a mi bebé. Y estuve a punto de decirle que si los pueblos son, cada persona es, pero me callé la boca porque seguí leyendo en voz baja y me di cuenta de que la istoria se ponia cada ves mas triste, contaba todo lo que le pasa a un pobre infeliz que termina asesinado en un matadero. De aberlo sabido antes ni lo agarro. Mi viejo supo trabajar en un matadero, vió cada cosa. Al otro dí¬a devolví¬ las ojas. Pobre Mariela, tiene el olor de la comida que nos sirve desparramado por toda la piel. Para colmo cada ves son menos los que ayudan así¬ que el comedor se estí¡ viniendo abajo, pero no va a tocar fondo, la Mariela es de esas que siempre pueden lo que quieren, asta se iso tiempo para enseñarme una poesí¬a de memoria, me contó que a ella se la decia su mamí¡. Aora el caldo de la noche lo tomamos juntas y antes de irme para la pension, le doy un beso. Después le pongo llave a la piesa, me siento con los ojos cerrados y digo los versos despacito, para que el bebé los memorice. La pansa ya se empieza a notar pero ando con los pantalones de siempre, no se por que se me ace que cuanto mas tarde la patrona en darse cuenta, mejor. Pero si se da cuenta y no le gusta que se la aguante, porque yo ya no soy como el pueblo de Buenos Aires. Antes, vivia atesorando docilidad, pero mi ijo me enseñó a decir que no. Como ayer, que dije no señora, esa maceta enorme llena de tierra yo no se la muevo. Y a vos también te digo que no. No voy a ir a la dirección que me diste porque aí¬ te meten unas agujas o unos fierros o unos que se yo, te arrancan el ijo. Y te dejan con la pansa flaca y con la lagrima gorda y con unos miedos terribles a que Dios no te quiera mas.P:D.: no ace falta que sigas mandandome a decir con cualquiera que nunca vas a volver.
Romeo Una trUna tristeza fiel cubre mi vida: Yo la quiero, y mi amopálido cielo sobre la tierra negra. y su pequeño amargoDe esa tristeza suave, vive mi alma. De frente al sol, mi esp¿Qué sería de mí sin mi tristeza? como una clara copa d¿Qué sería de mí sin esta clara, En mi silencio y en misin esta pálida melancolía, mi tristeza es amableque me llena de sueños y me libra Llena de suavidad lasde la vulgaridad de la alegría? y hace dulces las horaEntre la angustia y el hastío largos Me embriaga de emocomo un camino, mi tristeza empieza; esta tristeza noblemecruza mi vida y se prolonga al cielo como tu amor, mujer,¿qué sería de mí sin mi tristeza? las trémulas palabras
Murgaristezaor la inunda entera, Yo la busco en mis albas y en mis tardes,or endulzara. y en el cansancio de mis noches negras: píritu la apura y siento pena, cuando no estoy triste,de agua clara. de que no esté conmigo mi tristeza.is soledades, Porque ella es mi descanso, entre una angustia compañera. y una mala alegría que me pesa. horas torvas Es ella mi descanso, eternamente.as de la espera. ¿Qué sería de mí, sin mi tristeza?ociones y de cantos,ente triste;, y como todas que me diste.
Daniel Córdoba Voces Existe dentro de nuestros propios dominiosuna voz persistente por un sosiego que a veces por escasez, o simplemente por ignorancia, se mantiene delicadamente ausente o falto, frente a la expectativa constante de encontrar en el otro esperanza, realización. ¿Por qué las penas se mantienen vivas cuando las alegrías parecen tan repentinas? Tan fáciles de olvidar… tan lejanas. Es muy simple. Tal vez, como la más intrínseca de las cicatrices cada una de nuestras dolencias, sean espirituales, amorosas, hasta la más humana, sucede por una simple razón.
¿Es el karma? Es el destino el que nos impone conservarnos en el fruto constante de la desesperación. No lo podemos descifrar, no se puede responder. Es en la enseñanza continua, la felicidad y el desarrollo. Porque no importa qué tan complicados sean nuestros problemas, ni que tan profunda sea la puñalada. Mientras salgamos intactos podemos decir que aprendimos de nuestros enemigos. Aprendimos y crecimos con nuestra desgraciay eso es mucho más grande que cualquier voz persistente.
# Ciberliteratura La literatura que viene? La ciberliteratura, literatura digital o literatura electrónica designa a aquellas obras literariascreadas específicamente para el formato digital y que no podrían existir fuera de éste. Este subgé-nero apareció por los años ochenta. Se divide en narrativa hipertextual, ciberpoesía y ciberdrama. Narrativa hipertextual: constituida por obras narrativas que se componen de un conjunto detextos interconectados entre sí por medio de enlaces. Comprende la hiperficción explorativa (donde el lector elige el modo en que se adentra al textosin modificarlo) y la hiperficción constructiva (esencialmente basada en la escritura colaborativa; ellector puede modificar el texto a medida que avanza por él). Estos géneros se hallan construidos sobre la hipermedia, que implica que además de texto yenlaces se incluye otro tipo de elementos multimedia que permite navegar por el texto e interactuarcon él, sin orientación precisa, avanzando o retrocediendo sin la expectativa de arribar a un final. Losmismos conceptos de comienzo y final se relativizan, y el objetivo del texto es establecer relaciones.Puede haber múltiples inicios y finales, multiplicándose sus posibles variables.
Los hábitos de lectura se quiebran y con ello las expectativas por la estructura coherente y elfinal preciso. El hipertexto ofrece dos posibilidades: movimiento vagabundo y sin salida que se realiza porplacer; recreación de un sentido de final. Ciberpoesía: es un campo bastante heterogéneo, con mucha interacción visual. Comprende lapoesía hipertextual, la poesía en movimiento y la holopoesía o poesía tridimensional (esta últimaque ya se encuentra fuera del libro digital y que comprende la poesía virtual sobre medios holo-gráficos o con textos tridimensionales). Textos interactivos, navegables por interfaces de realidadvirtual o realidad aumentada. Ciberdrama: aquellas realidades virtuales donde el usuario debe adoptar una personalidad des-de un avatar e interactuar con otros avatares dentro de un entorno virtual.
# Lectura El lector postmoderno El lector, el consumidor de libros y contenidos, no es un ente abstracto sino un ciudadano plena-mente inserto en la sociedad de consumo líquida, descreída, post-política y en crisis, pero a su vezcargada de talento, instrumentos de futuro y esperanza. -Vive en un entorno riquísimo en contenido gratuito, mucho de él de calidad, aunque no sabemuy bien como diferenciar aquello que tiene valor de lo que no. No obstante tiene clara una cosa: selo pensará muy mucho antes de pagar por aquello que va a leer. -Lee en muchos formatos, en muchos dispositivos, y mezcla papel con pantalla continuamente. -Lee mucho autores en textos cada vez más cortos. El lector post-moderno es fragmentario, si-nestésico y promiscuo. En muchas ocasiones no recuerda al autor de aquel escrito que acaba de leery raramente vuelve sobre los libros o artículo que ya ha leído. A lo sumo guarda unas notas dispersasque, sometido a una avalancha de estímulos nuevos, en muchas ocasiones no recupera. -Es un lector social, conectado, que disfruta compartiendo aquellos textos en los que se enreda.Comunicar con otros y comentar aquello que se lee pasa a ser una experiencia que forma parteintrínseca del proceso lector.
Son muchas las estrategias que podemos emprender como partes de la industria editorial. Estasestrategias se pueden clasificar en tres reglas generales: adaptarse al nuevo entorno, reivindicarlos valores clásicos del libro frente a otros medios de comunicación y transmisión de información, yrearmar el discurso de la industria editorial frente al conjunto de la sociedad. Adaptación al nuevo entorno: editar es mucho más que publicar y tratar de vender libros. Inclusoes mucho más que vender contenidos. Hemos de poner en el mercado textos que se adapten mejora las necesidades del lector post-moderno, construir valor en torno a los libros ligados a los serviciosy basándonos en el modelo de acceso. Será también imperativo crear ecosistemas colaborativos,comunidades de lectores y ofrecer productos y servicios gratuitos para captar lectores. El futuro dela edición será freemium o no será. Reivindicación de los valores clásicos del libro: generemos esferas de lectura digital que recreenel ambiente de la lectura en papel: lectura íntima, lineal, altamente comprensiva, profunda, quenos permita asimilar contenidos, que nos aporten una experiencia única y solitaria, si es lo quequiere el lector. Estos ambientes permitirán conjugar lo mejor de lo digital con lo más potente de lalectura tradicional. Rearme discursivo de la industria editorial: la industria editorial ha de reivindicarse como el máspotente agente que permite a los ciudadanos comprender y seguir aprendiendo. Leer es la vía máspotente y adecuada para generar un futuro esperanzador para la sociedad. Las palabras son el ins-trumento privilegiado que nos permite comprender al otro y construir marcos de convivencia queeviten la fractura social. La industria del libro puede, si de verdad cree en la fuerza y la legitimidadde su rol, ofrecer palabras lentas, profundas y veraces que, comenzando por la escuela, sirvan paraformarnos en la convivencia y en los valores. La industria editorial puede jugar un papel en el futuro pero ha de ser capaz de repensarse a símisma, volver a sus orígenes y entender que, en la sociedad de la conexión, las personas y las pala-bras viajan y se encapsulan de otra forma.
# ReseñaDescalzos en la LunaLibro: Descalzos en la Luna a recordar las palabras que los paisajesAutor: Roy Rodríguez llanos hacen olvidar. El desllanurizador, dentro de Descalzos en la Luna, la casaDescalzos en la Luna es una novela que inda- que navega. ga sobre la esencia de la pampa, su mú- “¿Quién no tuvo un pueblo para pasear en sica, sus costumbres y la tierra tratando sueños?”, se preguntaba el poeta Ri- de reconstruir aquellos tiempos en que cardo E. Molinari allá por 1900 cuando todo estaba por hacerse. la patria comenzaba a fundarse sobre sangre, letras e ideales ajenos.El punto de partida de la narración es el ase- Una cruz anónima al costado de un camino sinato de un dirigente chacarero. Este o un nombre desconocido en una lápi- hecho real dispara reflexiones acerca de da polvorienta de un camposanto en un cómo fue distribuida la tierra, de los días poblado rural, enterrado por la historia, de vientos, de las injusticias y el hambre es un umbral tan bueno como cualquier alrededor del año 1910. En su búsque- otro para comenzar a soñar, a construir da, el autor ve a la pampa como un mar una nación o a escribir una novela. Pero de arenas y de vientos donde miles de lo acertado de la opción es que en este hombres van y vuelven con las manos caso el cordaje que el autor parerense, vacías. Donde las palabras se pierden Roy Rodríguez, tiende entre ambas para siempre. Contra eso, uno de los tumbas torna ínfima la distancia entre personajes crea un aparato destinado una acción y las otras, pues concede a
Descalzos en la Luna la densidad porosa El desllanurizador que ante cada pérdi- y reticular de los sueños, el relato oficial, da cualquiera de nosotros, murientes de la literatura o la arena. paso, quisiéramos ser. Pero fundamen-Un inmigrante anarquista que se juega la talmente, el transportador que convier- vida por una comunidad de iguales, sin te a Descalzos en la Luna, en la novela parcelas; su alter que empeña a los de más próxima a la música, más cercana su sangre por un trozo de tierra; el crio- al poema, que se ha escrito nunca sobre llo que la reclama suya a fuerza de soli- la pampa argentina. loquios –piezas de excepcional valor es- Una poética del espacio con ní¬tida impron- tético en el conjunto del libro–, caballo, ta bachelardiana, de huella singular y cuchillo y masacre; la mujer que encarna perdurable, en la que habremos de re- la satisfacción imposible de la totalidad conocernos. de los anhelos; el sobreviviente del ge- nocidio, un indio, baquiano del sendero Roy Rodriguez: nacido en Parera, en 1971, es li- al paraí¬so; sombra de los durmientes; cenciado en Comunicación Social por la Universi- el único capaz de hacer navegar a los dad de Córdoba. Ha trabajado y colaborado para descalzos, por el desierto-mar de los diferentes medios escritos, radiales y televisivos pueblos sin trenes. Y detrás de todos nacionales. Clarín, La Voz del Interior, Comercio ellos, el protagonista (i)real, Drohowicz, y Justicia, Canal 13, TN. Actualmente es Jefe de el Polaco, del escritor su doppelgínger. Archivo de una conocida cadena internacional de El inventor de la máquina que recupera deportes. las palabras olvidadas con que la llanura traga hombres y mujeres, sueños y ca- sas. Rabdomante de arenas, vocalizador de inmensidades, diapasón del silencio.Reseña: Marcela Rosales. Poeta, escritora y profesora en la Universidad Nacio- nal de Córdoba.Email: [email protected]
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