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Libro-Cristo es Rey

Published by UPAEP, 2019-11-21 17:16:46

Description: Libro-Cristo es Rey

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todos los hombres– es una realidad profundamente comunitaria, por eso afirma el Apóstol: “ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios” (Ef 2,19). Desde este llamado se nos invita a elevar la mirada: ¡Vivamos un ambiente fraternal en nuestra Universidad! Hoy muchos jóvenes parecen indiferentes a los problemas sociales, no porque no se sientan interpelados, sino porque se sienten solos y, efectivamente, las fuerzas son pocas ante tales desafíos. Pero, si vuelven su mirada al rostro de Cristo Rey y se saben miembros de su cuerpo que es la Iglesia, saldrán de sí mismos con valentía, y experimentarán una gran alegría al volcarse a los demás en comunidad. 51

En su tweet del 23 de abril de 2016, el Papa Francisco escribía: “Queridos jóvenes, sus nombres están escritos en el cielo, en el corazón misericordioso del Padre. ¡Sean valientes, vayan contracorriente!” ¿Cómo ¿Qué problemas fortalecemos sociales hoy nos hoy nuestra interpelan como familia, Iglesia y comunidad? sociedad? ¿Cómo tomaremos el relevo de nuestros fundadores? 52

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CON UN ESPÍRITU DE LA LUCHA E n boca de Job se expresa una ¿No acaso pregunta que de alguna manera la vida del nos la hemos hecho todos: “¿No acaso la vida del hombre sobre la tierra es hombre una lucha?” (Jb 7,1). Ciertamente sobre la la vida está llena de desafíos y tierra es dificultades, pero si miramos con una lucha?” sinceridad, reconoceremos que las más grandes luchas las libramos en (Jb 7,1). nuestro propio interior. Se trata de una batalla cotidiana contra “la mundanidad”, contra la “envidia, lujuria, gula, soberbia, orgullo, celos”, todas ellas pasiones “que son las heridas del pecado original”. Sin embargo, “la vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima. Porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad 54

grande: alegría porque el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación” (Francisco, homilía, 30 oct 2014). San Pablo nos aconseja vestirnos con las armaduras de Cristo para esta lucha: “permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (Ef 6,14-17). 55

No podemos ser ingenuos. Después de la creación de los ángeles, entre ellos se levantó una voz disonante que se opuso al proyecto del Amor. El demonio es el “padre de la mentira” (Jn 8,44) y “príncipe de este mundo” (Jn 12,31) y nos quiere suyos, por eso nos engaña de continuo haciéndonos creer que en el pecado encontraremos la felicidad, siendo que al final sucede lo contrario, sólo hay tristeza y soledad. Pero Dios Padre “nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido” (Col 1,13). ¡Formamos parte de la milicia de Cristo!, y con valentía habremos de “arrebatar” el Reino de los Cielos (cf. Mt 11,12).Como expresaba san Pablo VI: “la Iglesia necesita esforzados soldados de Cristo, pertrechados con una fe intrépida, y preparados para realizar arduas empresas y llevar a los hombres de nuestro tiempo la nueva de la salvación” (Carta, 20 ago 1964). 56

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CRISTO REY EN LA VIDA DE LOS LAICOS, LOS MEXICANOS Y LOS UNIVERSITARIOS C onsiderar a Cristo Rey es considerar un aspecto fundamental de Nuestro Señor; no es una devoción particular o un culto local, sino un mirar a Cristo y reconocerle como el Verbo “por el que fueron hechas todas las cosas” (Jn 1,3), como “la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación” (Col 1,15); como “el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin” (Ap 21,6) del universo entero, de la historia y también de mi vida y vocación; como Aquel al que “le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.” (Dan 7,13-14). 58

Jesús es Rey de paz que no impone, sino que respeta y deja en libertad, Maestro que nos instruye con la luz de la verdad. “Jesús es el rey de cuantos tienen esa libertad interior que hace capaces de superar la avidez, el egoísmo que hay en el mundo, y saben que sólo Dios es su riqueza. Jesús es rey pobre entre los pobres, manso entre aquellos que quieren ser mansos. De este modo Él es rey de paz, gracias al poder de Dios, que es el poder del bien, el poder del amor. Es un rey que hará desaparecer los carros y los caballos de batalla, que quebrará los arcos de guerra; un rey que realiza la paz en la cruz, uniendo la tierra y el cielo y construyendo un puente fraterno entre todos los hombres” (Benedicto XVI, audiencia, 26 oct 2011). 59

Nuestro pueblo mexicano, al igual que muchos pueblos de otras latitudes, expresan su amor y confianza a Cristo Rey. A inicios del siglo pasado, y no sin dificultades, se comenzó la construcción de un gran monumento en el cerro del Cubilete, en Silao, Guanajuato (que es como el centro geográfico del país, significando así que Cristo ocupa el centro de nuestras vidas y de nuestra sociedad). Las peregrinaciones, desde aquél entonces son frecuentes. De hecho, el grito: “¡Viva Cristo Rey!” acompañado de:“¡Viva la Virgen de Guadalupe!” fue señal distintiva de los cristianos frente a la persecución; fue, en ocasiones, lo último que pronunciaron los labios de muchos mártires. Tertuliano a finales del siglo II escribía: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos” (Apol. 50, 13). Nuestra fe, en este siglo XXI, se sabe heredera del testimonio que dieron 60

muchos mártires que querían que El 11 de Cristo reinara en sus corazones, en febrero de 1923 sus familias, en la Patria. se bendice El Evangelio nos narra que antes la primera de morir Jesús, “Pilato le dijo: piedra del gran «¿Entonces tú eres rey?». Jesús monumento a respondió: Cristo Rey que mide 20m de «Tú lo dices: yo soy rey. altura y pesa 80 toneladas. Para esto he nacido y he venido La simbología al mundo: para dar testimonio de representa a la verdad. El que es de la verdad, dos ángeles escucha mi voz».” (Jn 18,37). arrodillados Jesucristo es la Verdad (cf. Jn 14,6). ofreciendo dos Toda universidad busca la verdad, coronas: la del éste es su afán y anhelo. ¡Cómo no martirio y la de la gloria. habríamos de consagrarnos, como Universidad Católica mexicana, al Rey que da testimonio de la verdad, a la Verdad que reina en nuestros corazones! El prefacio que se lee en la misa de la Solemnidad de Cristo Rey, reza así: “para que… sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, 61

del amor y de la paz…”. Si trabajamos, con el auxilio de Dios, en construir un mundo con estas características (en cada acción educativa que realicemos, en cada gesto con nuestros familiares, en cada acción social que emprendamos) en verdad seremos “cooperadores del Reino de Dios” (Col 4,11). “¿Acaso Dios no ha elegido a los pobres de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del Reino que ha prometido a los que lo aman?” (Stgo 2,5). Seamos fieles a nuestro Rey y vivamos con alegría y esperanza. Compartir como comunidad educativa este perfil espiritual a partir de la contemplación de Cristo Rey, nos hace profundamente agradecidos. Imploremos, como el mismo Señor nos enseñó, que venga su Reino (cf. Mt 6,10) y trabajemos con creatividad y esperanza –poniendo todos nuestros talentos en juego– para hacer de este mundo un mundo mejor. Que Cristo reine en nuestros corazones y en el mundo entero! Ésa es nuestra mayor alegría, nuestro más hondo anhelo, nuestra fascinante misión. 62

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CONSAGRACIÓN A CRISTO REY (Episcopado Mexicano) ¡Oh Cristo Jesús! ¡Yo os reconozco por Rey universal! Todo cuanto existe, de Vos ha recibido el ser. Ejerced sobre mí todos vuestros derechos. Renuevo las promesas de mi Bautismo. Renuncio a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y os ofrezco vivir como buen cristiano. Me esforzaré muy particularmente, por hacer triunfar, en cuanto pueda, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia. Os ofrezco, ¡oh Cristo Rey!, mis pobres acciones para alcanzar que todos los corazones reconozcan vuestro amorosísimo Reinado, y que de este modo se establezca en el mundo el Reino de Vuestra Paz. Amén. 64

CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO A JESUCRISTO REY Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos arrodillados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y para estar más firmemente unidos a ti, hoy cada uno de nosotros se consagra voluntariamente a tu Sagrado Corazón. Muchos nunca te han conocido; muchos te han rechazado, despreciado tus mandamientos. Compadécete de unos y de otros, benignísimo Jesús, y atráelos a todos a tu Sagrado Corazón. Reina, Señor, no sólo sobre los que nunca se han separado de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de miseria y de hambre. 65

Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor. Concede, Señor, a tu Iglesia una plena libertad y seguridad; concede a todo el mundo la tranquilidad del orden; haz que desde un extremo al otro de la tierra no se oiga más que una sola voz: “Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos ha venido la salvación; a él la gloria y el honor por los siglos”. Amén. “Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey, rece públicamente el acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey; en cualquier otra circunstancia, la indulgencia será parcial” (Penitenciaría Apostólica, Enchiridion Indulgentiarum, 4a. edición, 1999, Otras concesiones, 2). 66

Cristo Rey nos ha dado por Madre a la Virgen María (cf. Jn 19,27). En nuestras dudas y dificultades, en nuestras preocupaciones y trabajos, no dejemos de recurrir a ella, atendiendo a sus hermosas palabras: “¿Cuix amo nican nica nimonantzin ¿Cuix amo nocehuallotitlan, necauhyotitlan in tica ¿Cuix amo nehuatl in nimopaccayeliz ¿Cuix amo nocuixanco nomamalhuazco in tica ¿Cuix oc itla in motech monequi.” “¿Acaso no estoy yo aquí que soy “Nican tu madre? ¿Acaso no estás bajo Mopohua es mi sombra, bajo mi amparo? la obra más ¿Acaso no soy yo la fuente de bella y pura tu alegría? ¿Qué no estás en que ref leja mi regazo, en el cruce de mis la cercanía brazos? ¿Por ventura aun tienes de Dios con necesidad de cosa otra alguna?” los hombres (Nican Mopohua, n. 119) a través de la Virgen de 67 Guadalupe” (Chávez, E. 2014), “Nican Mopohua” significa en nahuátl “Aquí se narra” o “Aquí se relata”.

CONSAGRACIÓN ANUAL DE LA UNIVERSIDAD A CRISTO REY Y A LA VIRGEN DE GUADALUPE Señor Jesucristo, Rey del Universo, venimos a postrarnos ante tu Divina Majestad para consagrarte nuestra Institución y ponerla a tu servicio. Te entregamos todo lo que le es propio: sus errores y logros; sus carencias y proyectos; sus retos y debilidades. Ponemos en tus manos la misión que nos has encomendado realizar, pues sin ti nada podemos hacer (cf. Jn 15,5). Venimos impulsados por tus palabras en la Cruz por las que nos entregaste a tu Madre para hacernos también hijos suyos, diciéndole: “Mujer he aquí a tu hijo”, y al discípulo: “he aquí a tu Madre” (Cf. Jn 19, 26-27). Sabemos que María, en cumplimiento de estas palabras, nos interpela con energía, pero cariñosamente al decirnos como al bienaventurado San Juan Diego: “¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra, bajo mi amparo?” (Cf. Nican Mopohua, n.119). 68

Queremos responderle consagrándonos también a su Inmaculado Corazón y, como hiciera San Juan Pablo II1, le decimos humildemente: “Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt” (“Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo”). Virgen Prudentísima, conduce nuestra Universidad según los designios de la Voluntad de tu Hijo Jesucristo y no según nuestros planes y débiles voluntades. Tú que eres Trono de la Sabiduría y Esposa del Espíritu Santo, alcánzanos sus dones y guíanos a la Verdad en todas las circunstancias de la vida para iluminar con ella nuestros pasos y los de los que se confían a nosotros. Siempre Virgen María, Madre de Guadalupe, queremos ofrecernos como instrumento que en tus manos sirva para la evangelización de la cultura y para la construcción de la civilización de la justicia y de la paz, de la verdad y del amor que son las obras que tú preparas para construir el Reino de tu Hijo Jesucristo. Amén. 1 Siguiendo las palabras de san Luis María Grignion de Montfort. 69

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