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Geografía literaria (1945 1996) - Gastón Baquero

Published by Ciencia Solar - Literatura científica, 2016-05-29 08:39:03

Description: Geografía literaria (1945 1996) - Gastón Baquero

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GAST6N BAQUEROGEOGRAFiA LITERARIA (1945 - 199 6 ) ED I CJ6N DE ALBERTO OfAZ-o f AZ EPiLOGO DE ANGEL RODRIGUEZ ABAD @ SIGNOS VERSI6N CELESTE HUERGA Y F I ERRO EO I TORES



PR6LOGO

GAST6N BAQUERO: LA ESENCIA DE UNA VIRTUDCONSTITUYE un acto deresponsabilidad extrema anteponerunas palabras para presentar al autor de este libro, que connuestro esJuerzo hemos logrado ensamblar. GastOn Baquero nodeberia necesitar de prologos ni de introducciones mas aiM de lamera complacencia que subyace detras de toda Jormalidad. Masasi 10 han querido los que moldean las circunstancias desde elimpotente trono del potier temporal. Empero su sujJremacia reinadesde su virtuosa magnitud donde solo son llamados los espiri-tus permanentes. Algo, tan solo algo, difundido como poeta, el cubano es ungran desconocido como prosista. Advertimos que es nuestra vo-luntad llamarle prosista, y ahora explicaremos los motivos. A edad muy temprana y desde las paginas del periOdicoInformacion de La Habana, Baquero se da a conocer comoarticulista. No es por accidente que 10 hiciera con un tema lite-rario: el poeta colombiano Guillermo Valencia. Desde entoncesaparecera de continuo en esta 0 aquella publicacirfn. Por supues-to que el periodismo cotidiano obliga, 0 mejor, somete a hacerreferencia de la actualidad y a la variedad temdtica. No valela vocacion literaria mas que para componer sucesos, y de cuan-do en cuando esperar a que surja la ocasion de desatarse. No II

sentirse observado, percibir su presencia para continuar viajehacia delante. Para multiplicar fa lista de los presentes, Baquero marcha, setraslada de continente en continente buscandtJ tal vez a ese gemeloastral, alter ego 0 sosfas que habita el metaser de su propia meta-/fsica. Rastrea una terapia para el alma y proclama un aneste-siamiento de la realidad para no tener que asfixiar al espfritu 0aplicarle una eutanasia a destiempo. Formas de capear el suicidio. Podrfamos describir estos textos como una imparable y aladacosmovision, necesitada, urgida de mas y mas connubio, de masy mas amancebamiento contra el desamparo total. Compaiierosde viaje podemos ser todtJs, compaiifa solo los ausentes. Basta contrazarse una senda unidireccional, inequfvoca e irrevocable porla que transitar con ese tra/ago en ebullicion de una pleyade quesirva de rumbo y gufa. Como si quisiera dejar claro que por esteterreno de vulgar mezquindad se ha de caminar apoyadtJs en elhombro de nuestros iguales en condicion. La literatura es un acto de fe, un acto de fe que redime ygarantiza la eternidad -la existencia mas alta de nuestramuerte- cuando ya hemos remontado las alturas del vuelofinal y unico. El texto que evade perecer con los dfas de gloria,ono, del autor es el que hace que iste trascienda,' por eso hay quevolcar una dosis defe pura en todo 10 que se emprenda para bur-lar a la muerte. Con este libro GastOn Baquero 10 consigue.Retorna a nosotros desde los cuatro puntos cardinales devolvien-donos sus verdaderas cenizas, las que nunca podran ser inhu-madas, y las que se esparcen y dispersan sin necesidad de soploo animacion, sin incienso. La vida del retablo es intrfnseca acada linea con sus conos de luces y sombras. Todos los continen-tes del saber pueden repoblarse, re/orestarse segun la necesidad de 15

gase demasiado en ellegado que iba a dejar detras de si disper-so y muchas veces anonimo. Ello 10 constata la nota que un dianos enviara con respecto a nuestra empresa: «Mantenme silen-ciado mientras puedas, que nadie irrumpa en mi quietud eternaa menos que haya lIegado la hora de desvelarlo todo, y eso hasde protagonizarlo tU. Yo, como siempre, me cubririla cabeza conla almohada para no oir y en tus manos queda el juzgar simerece la pena seguir desempolvando papeles. Confio en tu talen-to, juicio y prudencia. Que Dios te bendiga en esta empresa quete va a traer mas problemas que satisfacciones. Tienes la lIavemaestra. Sobre ti recae la responsabilidad de 10 que hagas tras-cender. Yo te bendigo y admiro porque por mi mismo no me atre-veria, y es mas, no me molestaria, dado el escaso valor de todo10 que he escrito. »jAdelante! Eso sf: solo te pido que si empiezas no dejes nadainconcluso. Tienes todo mi consentimiento». *** Quiso el buen iman de la brrijula alumbrar mas que guiar-nos en el momento preciso y hacia la coleccion adecuada, dirigi-da por las siempre puleras manos de A.ngel Luis Vigaray, paraque esta edicion viese la luz. No dudamos ni un instante acce-der a su peticion. Tampoco 10 habria hecho GastOn Baquero. Vayan nuestros agradecimientos a parar a manos de susmerecedores: Carlos Dorado, Alejandro Fernandez Pombo, Mer-cedes Perez, Lourdes Rensoli, Angel Rodriguez Abad, Jose A.Torres, Santiago Castelo y 6scar Fernandez de la Vega. ALBERTO DfAZ-DfAZ

GEOGRAFfA LITERARIA (1945 - 199 6 )

JOSE ORTEGA Y GASSETSEGUN INFORMA EL CABLE, la vida de Jose Ortega y Gasset se hace, por momentos, mas precaria e inse-gura que de costumbre. El hombre que por espacio desobrados cuarenta anos llevo sobre sf la generosa tareade conducir, 0 de intentar conducir a su patria desem-bocando en la grandeza, se encuentra hoy rondado porla muerte. La inminencia de que se apague la pupilaradiante de Ortega; la posibilidad de que el sueno debe-Ie esa magnffica vigilia, esa guardia montada por Or-tega junto al cuerpo y al alma de Espana, son cosas quecontristan el animo y amenguan el corazon. PorqueOrtega y Gasset, mas alIa de todas sus virtudes de sabio,de escritor maravilloso, de profesor estupendo, de pen-sador senero en un panorama espanol de trescientosanos, es un hombre cuya actitud ante el mundo, y espe-cialmente ante el mundo hispanico, Ie ha dado la rara,la extrema condicion que la Providencia confiere: lacondicion de hombre indispensable. Renaciendole al adjetivo su fuerza original, ha dellamarsele a Ortega de hombre necesario. Espana 10 ne-cesitaba en el alba del novecientos, y 10 necesita hoy. Defaltar el, faltara a la vida espanola uno de sus cabosluminosos, uno de los arbotantes acabados que el Senorllego a sellar en esaarquitectura retorcida, convulsa,

equivoco, hasta en los ultimos rincones de estos ensa-yos, los latidos de la preocupacion patriotica. Quien losescribe y a quienes van dirigidos, se originaron espiri-tualmente en la negacion de la Espana caduca, ahorabien: la negacion aislada es una impiedad. El hombrepro y honrado contrae, cuando niega, la obligacion deedificar una nueva afirmacion. Se entiende, de intentar-10. Asi nosotros. Habiendo negado una Espana, nos en-contramos en el paso honroso de hallar otra, esta empre-sa de honor no nos deja vivir. Por eso, si se penetrarahasta las mas intimas y personales meditaciones nues-tras, se nos sorprenderfa haciendo con los mas humildesrayitos de nuestra alma experimentos de nueva Es-pana». Esto escribe y esto cumple. Intenta darle alespanol, incluso, una nueva fisiologia, particularmenteuna nueva optica. Quiere ensenarlo a mirar, a observar,a conocer. Reivindica para Espana el valor de conocer,de preguntarse por su ser a partir del saber de 10 cir-cundante, cosas, hechos, hombres. No siempre ha pensado Ortega 10 mejor; realmente,estamos en contra de casi todo 10 que penso con mayorinsistencia y reiteracion. Pero su voluntad de incitar apensar, su fuerza sugeridora, su evocacion de 10 quellama «sensacion de perdimiento», nos Ie hacen, comoveremos con mayor detalle en apunte proximo, hom-bre imprescindible, hombre cuya presencia es unanecesidad para el mundo cultural hispanico, para lahumanidad.(Diario de /a Marina, 25 de febrero de 1945)

Inteligencia. La Inteligencia, que se nutre y vive por elConocimiento, que es para el Saber, y que s6lo respirasu atm6sfera generadora cuando se mueve en Investiga-ci6n, Ordenaci6n, Clasificaci6n, Sistema, N umero, Me-dida... jY c6mo embrolla y anubla la existencia huma-na cabal todo ese enredijo de fisiologia, capricho yrenunciamiento que dan en llamar «representativo de 10humano», humanizaci6n del hombre! Llevarfa poco tra-bajo demostrar que 10 que acostumbran a llamar huma-no no es sino sin6nimo de animal, puesto que ancla en10 fisio16gico, en 10 instintivo, en 10 que se niega a laInteligencia. En cambio, jcuanta maravilla de humani-dad, de vida plena, de horizonte metaffsico ilimitado sevuelca sobre el simple hombre animal cuando se obser-va y define como ser en el cual la vida, se resume ytransfigura bajo forma de Inteligencia, bajo luz y res-plandor de Espiritu! Quien no acierte aver 10 quede dramatico, de misterioso, de enigmatico y a la vez deexplicativo hay en un teorema matematico, y de en laasnada de decir que es inhumano y frfo, no puede nidebe interesarse por conocer las posibilidades de 10humano, sino que debe y merece reducirse a estudiartratados de veterinaria. Quien no sea capaz de sentir ladramatica manifestaci6n que se esconde en 10 interiorde una forma bella, de un verso cuidadosamente elabo-rado --elaborado por el hombre-; quien no sea capazde comprender que el ser humano jamas puede deshu-manizarse, convertirse en maquina, no puede ni debeacercarse a obra que como la de Paul Ambrosio Valeryfue hecha por un ser humanisimo, tanto, que ambicio-n6 la perfecci6n, procur6 la obtenci6n de una expresi6nhumana que no fuese maculada por sedimentos de ani-malidad y vivi6, imperturbablemente, afirmando la su-

do -siempre impone Quevedo la imagen del hombreque bracea un poco epilepticamente en mar revuelta deinmundicias y trastomos-, braceando a contra mareade las cosas, y ya presintiendo que Espana iba a desha-cerse, a disolver sus grandes construcciones, como barri-da por un agua tenaz, por un do secreta que corriendoa la muerte solubilizaba a Espana en el agua de la muer-teo De cabeza se arroja en este mundo en fuga, y quiereponer cerrojo a la dispersion. Recuerdese que Quevedonace en 1580, que es cuando el mundo universal espa-nol esta sintiendo con mayor rigor, fija sobre la piel, lallama de Felipe II. Nace metido en la corte, en elmanadero mismo del fuego, y ya se sabe que tragicofinal tuvo el omnipotente del Escorial. Ese hundimien-to de Felipe II fue tan hondo, tan de medula ardiendolentamente, que todo su transito salfa como una luzentre violeta y gris negra, luz fortlsima, que Ie ilumi-naba de oscuro el sendero a Quevedo, y por alIi' iba este,por donde la luz de la muerte del otro queda, cojitran-co, aumentandose con cristales la vista penetrante queDios Ie dio, porque todo queda verlo claro, ya que tanoscuro se Ie volvi'a entre los huesos. No se Ie separe a Quevedo de su senor Felipe II, niaun cuando bajo Olivares lIegase a las cosas inmensasque lIego. El verdinegro, el claroscuro de Quevedo, nosale de Venecia, sino del Escorial, homo en el cual inci-nerose el cuerpo aureo de Espana, lugar de donde elalma de Espana, descarnada y libre ya echose a volarhacia 10 alto, coronando el universo. Espana perdio elcuerpo, pero recibio a cambio tanta fuerza del alma, unalma tan fuerte, que el paso suyo de entonces alcanzatodavi'a para asombrar y presidir. Hay una pagina delcronista Gil Gonzales Davila, por donde pasa el rey 33

ENTRADA AL OTONO Y UN RECUERDO DE CASAL .. .arder como la vela y consumirse haciendo torres sobre tierna arena... LOPE DE VEGALOS ASTR6NOMOS ASEGURAN que el dfa veintiuno del mes, rigurosamente ese dfa, pasa el equinocciode Otono. Equinoccio, palabra cara a Gongora, palabrafina y de clave, querra decir 10 que quieran, pero a losojos del lenguaje equinoccio vale por entrada. Decir«hoy llega el equinoccio», es como decir que llega elsenor que tiene las llaves de las estaciones, el que deja 0no deja entrar a la primavera, al verano, al otono. A suvez el cielo, que no admite fuerza, hace que parezcacomo si el senor equinoccio decide; cuando la verdad esque el mismo cielo toma las decisiones, y echa pordelante el otono, con solo amisteriar un poco las nubes,tachar un poco la rutilancia de los grandes paneles delcielo. Se sabe que el otono ha llegado porque la luzcomienza a hacerse mas oscura. Hay durante el comouna modestia de la luz, como un recato que Ie vienemuy bien despues de tanto desplante y arrogancia comoda en el verano. Se pronuncia despaciosamente la pala-bra O-co-no, y el color gris, gris de humo, hace su apa-ricion. El animo tiende a reposarse; la inteligencia hallaen torno alimento mas fino y sereno; se puede ser mashumano, es decir, mas dueno de las propias ideas y de 39

EVOCACI6N DE EUGENIO D'ORSQUE NADIE VAYA A COMENZAR asustadamente; porque como priva en los cotidianos la malacos mbre de evocar a quien sea, s610 por empuj6n del6bito 0 del escandalo y el nombre de Xenius iluminahoy la pingorota de estas columnas, habra quien sesobresalte enseguida y saque ese (que ahogado, de cuan-do sospechamos una mala noticia? Gracias a Dios milveces, Eugenio d'Ors vive todavfa, y a la manera de unpatriarca sin barbas; vive dando el tono, el luminosotono orsiano, a considerable parte de la actual vida lite-raria de Espana. Ni es tampoco que el exquisito caba-llero, el del estilo que desnuda ademan senorial a todahora, haya cafdo en eso del escandalo. No; Eugeniod'Ors es llamado a evocaci6n, quiere ser evocado, aquf yahora por pura y personal actualidad. Es en nosotros, esen mf, en la intimidad mfa, donde Xenius se ha pasadoestos ultimos dfas apareciendo por aquf y por alla,recordando quien es, 10 que es y que merece 10 quemerece. Primero, un trigesimo numero de La EstaJeta Lite-raria, ese primor que publican en Madrid y que sin que-rerlo da lecci6n de que cosa es un peri6dico literario,nos da cuenca de que Ie festejaron a Eugenio d'Ors elsexagesimo tercer aniversario de su nacimiento. Unoquiere componerse inmediatamente la figura de ancia- 45

rato, pero nada mas. Y por razones que algun dfa sus-tanciaremos, nos parece que aquf, precisamente aquf,Unamuno y Ortega tenfan muy poco que hacer, si esque algun quehacer tenfan; en cambio, Eugenio d'Ors,tanto por 10 que decfa, como por la maravillosa lecci6nque daba con el modo de decir 10 que decfa, nos resultaautor mas uti!. Unamuno como que malcriaba la ten-dencia a gritar y a oscurecer que en America prevalece;y Ortega como que facilitaba el disfrazar las ideas con lapompa y recamado del vestuario. Pero a tocar en elpunto que mas nos dolfa y perjudicaba, en el punto devivir racionalmente, de oponer a la bravura y enormi-dad de los rfos y montafias la geometrfa del lago, nadienos ayudaba. Sin embargo, Espafia, desde el cristalinoestrado de Catalufia, nos ofrecfa cotidianamente el tra-bajo de un artesano paciente, minucioso, exacto, queregalaba, por encima de sus esplendidas lecciones deuniversalidad, de enciclopedismo, de vigilia, la lecci6nde lecciones para nosotros: esto es, el sentido de la racio-nalidad como continente genuino de la vida. A puebloque confunde la vida con el alarido, el razonamientocon el pufietazo, significarfa mucho poner ofdo en elrftmico laboreo de una Raz6n que lleva apasionada, fer-vida, virilmente, la vida, pero bajo la conciencia y laexperiencia de que eso, la vida, no constituye frenesf nidesbordamiento, sino al contrario, posibilidad de com-prender, de administrar, de clasificar, de civilizar eseextrafio y patetico Cosmos -tanto el denominablec6smico, como el puramente hist6rico, y este mas queaquel-. Eugenio d'Ors en America, es estas Antillas,tan excesivamente fieles al calor ffsico del Sol, jCUantotiene que hacer! La Raz6n, el Numero, la Medida, noacaban de aclimatarse, sino que reculan mas y mas. 50

«feminidad». Gabriela Mistral no necesita decir acada paso: «Nosotras, las infelices, las preteridas, lasolvidadas mujeres», etc., etc., sino que sencillamente,con genuina seriedad, con espiritu que esta por encimadel feminismo --ese gran desfile de sombrerones enmedio de la calle-, como por encima de cualquier var-gasvileno prejuicio masculino, se da a crear, a pensarsuperiormente. Entre las muchas lecciones dadas a lachita callando por la silenciosa Gabriela Mistral, esniesa de ensenar, a las mujeres que quieren tener perdonesy privilegios al solo titulo de mujeres, que no es buenjuego ni buena sangre intentar ganar las batallas delespiritu con disfraces de infelizotas. Ya se sabe que lamujer habia adoptado un aire de apaleada, de persegui-da, de marginada, gracias al cual armose un tremendobatullo en todas partes; nacio, como posteriormente, laindustria de ser mujer. Ser mujer llego a ser una paten-te, un titulo, un arma. Echose en olvido que la unicaigualdad permanente y digna es la igualdad sustancialdel ser humano como tal ser humano, y para desttuir unprejuicio erigieron otro prejuicio, peor que el anterior.Gabriela Mistral, grandisima mujer, echo a andar silen-ciosamente, sin estruendos, sin aspavientos, sin andardiciendo «miren a mi una mujer, como se, como meparezco a los hombre». Nunca ha estado en pose mer-cedespintona ni sufragistera; ha hecho naturalmente 10que tenia que hacer, y 10 ha hecho con tal maravilla, queGabriela Mistral encuentrase colocada como en 10 altode una hermosa montana. A diferencia de esa pobregente que cultiva 10 continental, y que quiere a la fuer-za hablar para America, sin que la America ponga oidos(con los que hace muy bien), la Mistral, sin propagan-da, sin soltarse la melena, posee la autoridad del conti- 54

milagro que es la Creaci6n. Pero Isidoro Ducasse, que noconcibiera, desde el punto de vista literario, 0 la obramas bella, mas profunda, pertenece a la parte sombrfa, alsubtemineo del mundo: Lautremont se adelanta a mere-cer el Infierno, y conscientemente vive en el. La edici6n de su obra total nos permite conocer:Cantos de Maldoror, Poesias, Cartas, y una curiosa in-tervenci6n del exquisito literato en debates popularesde la fnfima calidad. Por la distancia que separa cuali-tativamente su obra principal, Cantos de Maldoror, de larestante, cuantas veces se habla del Conde de Laum!a-mont, se esta hablando exclusivamente de los Cantos.Del mismo modo que su propio nombre ha quedadooscurecido por el pseud6nimo literario, ignorandose pormuchos que el apelativo de Lautreamont 10 tom6 pres-tado a un personaje de Eugene Sue, cuanto hizo en lavida ha quedado oscurecido por la creaci6n de una obraque, a nuestro entender, ofrece el mas acabado y com-plejo ejemplo de la belleza al margen de la moral.Cantos de Maldoror representa una obra poetica tanintensa, tan bella, que sobrepasa cuanto material de«argumento» pueda contener. Si se analiza el «ideario»de los Cantos, son inevitables las nauseas y el asco masprofundo. Pero quiza la imaginaci6n poetica de estosdos ultimos siglos, incluyendo a ese gran precursor quefuera William Blake, no ha encontrado, ni en Bau-delaire, ni en Rimbaud, ni en Poe, ni en nadie, gran-diosidad de visi6n, maestrfa de estilo, pureza de image-nes, libertad de metaforas, como encontrara el Conde deLautreamont para traducir su desesperaci6n y su connu-bio con el demonio. jCuan pequefia luce a su lado laliteratura del angelismo! Esta originalidad, esta estatu-ra que Lautreamont lleva a los otros, da pie para pensar 59

MEMORIAL POR EL POETA JOHN KEATSJ.UNTO AL LECHO en que se deshacfa la vida corporal del poeta John Keats, un amigo fiellefa, a ritmo on el avance de la muerte, paginas de un libro adecua-do a las circunstancias: The Rule and Exercise 0/ HolyDying, escrito por Jeremy Taylor. Aqui en nuestra mano,a la hora de rememorar la fecha funeral de Keats, eselibro. Pensemos, antes de abrirlo, en 10 que significabaaquella ascension a la muerte que dulcemente efectuabael poeta en Roma, lejos de su patria y sus amigos. John Keats moria, para los que Ie conocfan exterior-mente, a causa de enfermedad corporal, a causa de ma-terial consuncion. Pareda efectivamente que era elcuerpo, que era la carne quien arrastraba en su desha-cerse, la vida toda del bardo. Aquellos que gustan desefialar los «motivos verdaderos», hablan del desplomeespiritual del poeta ante la insultante recension de unode sus poemas predilectos: afiaden que Inglaterra, laimplacable devoradora de sus cantores, habia producidotambien en el alma del poeta, suficiente dolor comopara empujarle a la lenta muerte. Todo eso es la cober-tura, la mascara de aquella tragedia que tenia lugaren el extrafio modo de se de John Keats. No moria de malel cuerpo, ni de agresion del mundo de los hombres,sino que se moria de la imposibilidad de vivir comple-tamente, absolutamente en poesia. Otros combatian esa

poder de sus enemigos, / deseo / que estas palabras fue-sen grabadas en su losa sepulcral: / Aquf descansa uno /cuyo nombre fue escrito en el agua». Febrero 24de 182l. No quiso que su nombre figurase sobre su sepulcro,para entrar en el silencio plenamente. Hasta allf llevo suanhelo de absoluto. Contra 10 que deseara, todo elmundo ha escrito, con letras del mas bello metal, sunombre, John Keats, sobre la losa de su sepulcro. Hayalgo eterno en el, el impalpable, el sutil, el que se sen-tfa como el suefio de la sombra del humo. Ese algo es laBelleza que transmitio, que derramo desde los bordescristalinos de su copa carnal. «Beauty is truth, truthbeauty.» La Belleza es verdad, la verdad belleza, y final-mente el otro verso, el verso de Keats, el verso-keats: «A thing of beauty is a joy forever», melodfa inau-gural del Endymion, portico, epitafio de aquella vida,llamada a la eternidad.(Diario de Ia Marina, 24 de febrero de 1946)

pero de largo tremolo, sale con los versos de mas silabasque los hasta el Lunaticos, puntea, contrapuntea el gui-tarrico y comienza su canto de atonito una noche, unanoche toda llena de murmullos, de perfumes y de musi-cas de alas, comienza una noche, en que ardfan en lasombra nupcial y humeda las luciernagas fantasti cas,para no sentir que es el cuerpo incestuoso, pegajoso,mortal de la luna, que va a mi lado lentamente, contramf cenida toda, muda y palida, como si un presenti-miento de amarguras infinitas hasta el mas secretofondo de las fibras te agitara, sin comprender, pobreci-to, empujado a Muerte a Destiempo por el dedo infi-nito de la luna, que la muerta para el aparecida no erala muerta aquella sino el mismo prematuro, muriendo-se ya en la bandeja salomeica de la luna. Aquf la evoca-cion se hace de bardo en vuelo, despedido entre lasnubes que raudas van como se dice siempre, pero el vamas lento cada vez, despertando de un golpe al enganobrutal de las carronas, dejando a un lado a Baudelaireinfeliz, que tambien pedfa a gritos la presencia alivian-te de los angeles, sintiendose ya como es de turno nino,Nino Siempre, sin ambages ni vendas, libre en su infan-cia reencontrada, limpiandose con el reyes de la mangael asco de los labios, echando afuera la espuma de tantasangre inventada por otros, de tanta vida vivida enel espejo de otras figuras que a su vez vivfan mirandoseen espejo ajeno, en espejo sostenido por una manoque en verdad al fin de los tiempos convenfa ser la manodel Satan, que colocan a la cabecera de la poesfa moder-na, luchando luego con los Angeles Fieles que cantanpor los poetas que reencuentran la salud y dejan a laluna para pandero de los ninos insomnes. Como JoseAsuncion que era un nino bueno, cafdo en las redes de 73

te precisamente en 10 contrario de 10 que dicen los filis-teos). Oprimido por estas creencias impuestas plebeya-mente al hombre, comenzo este a sofocarse, a gesticular,a gritar pidiendo socorro. Era la noche cerrada en tomosuyo; no acertaba a dirigirse hacia la luz interior quepermanece encendida para cada ser humano en el arderde la Cruz de Cristo, y buscaba por caminos torcidos lasalvacion. Desde luego, solo consegufa hundirse mas yangustiarse mas. De pronto, comenzo a poblarse tfmi-damente el lejano horizonte de unos puntitos lumino-sos, de unas islas 0 delfines, que mostraban su voluntadde socorrer, de servirle al frenetico... Poetas principal-mente, hombres solitarios en los que nadie reparaba,exhibfan, aunque con gran recato, el nuevo tesoro. Eranellos, los de apariencia remota, los que hadan creer a losciegos que «no estaban», los que desnudaban su cora-zon mostraban la delicada planta que enraizaba aUf: laSoledad, Mallarme, Rilke, George, Valery, Perse, Eliotmismo, (que son sino islas, puntos de salvacion antici-pada, refugios que se ofrecieron a tiempo para donar lasoledad y el silencio? Pero he aquf que entre esas islas maravillosas, entreesos grandes misterios historicos que son los altos poe-tas, encuentrase alguien que a diferencia de los otros,siguio en su propia persona el drama de la tumultuosacompanfa, y fue ascendiendo por sf mismo a la supremavivencia de la soledad. Grande, mas luminosamentedescubierto cada dfa, es el nombre de Oscar Wenceslaode Lubics-Milosz. Su poesfa comienza a traducirse alcastellano, con ese retraso que America no ha sabidodejar atras todavfa. Apenas si es posible leer hoy en len-gua de Gongora un buen libro de Milosz conveniente-mente traducido. Concediendole 10 suyo a quien Ie per-

los sedentarios. No hubo mayor conmoci6n ni resonan-cia ante la partida de ella: una anciana tfa, silenciosa,caprichosa, llena de rarezas, a la cual vefan partir lossuyos con dolor familiar, estrictamente familiar, perosin sospechar siquiera que pocos anos despues de su par-tida, todos iban a volver los ojos hacia Amherst, bus-cando la casa silenciosa, los an6nimos rincones pordonde deambulara Emily Dickinson, la poetisa. Desubito, descubri6se que aquella mujer insignificante,solitaria, reticente, retrafda, era el mas vivo, energico,milagroso y potente espfritu de Amherst. En torno aella, por obra de 10 que elaboraba calladamente, aque-llos contornos de Amherst fueron hogar de maravillosasvisiones, fueron mansi6n de los aroingeles, crisol de lashadas, magnificaci6n de las rosas y de los simples ani-males. Emily Dickinson, la buena y callada tfa, la sol-terona misteriosa, dejaba escritos mas de novecientospoemas. Dice un crftico que en gran parte de ellos lamitad esta compuesta por notas y fragmentos, porquela creaci6n de la poesia bien pudo ser interrumpidapor la campaniIla que tocaba algun vendedor 0 porqueIe comenz6 a doler la cabeza, 0 porque una fntima aso-ciaci6n de ideas la apartaba del objeto de su poema.Pero a pesar de eso --quiza si por eso mismo-, la poe-sfa de Emily Dickinson ha recibido los elogios masaltos, las calificaciones que s610 se reservan para losgrandes de la literatura universal. La medida de 10 quelleg6 a significar ante los ojos de sus compatriotas aque-lla vida oscura y apartada, nos la da Edwin Markhamcuando asegura que «she seems to be intimate with eternityand stars». Ahora descubrfan que la senora rara y fan-tasmal de la casona de Amherst, vivfa transformando atoda hora el mundo que la rodeaba en un maraviIloso 86

RAINER MARIA RILKE 0 EL POETAH AY UNA DEFINICI6N de la poesfa que nos dice: «La poesfa es siempre 10 lejano». El sentimientode la lejanfa, del horizonte 0 aun del contorno poblado deformas lejanas, huidizas, siendo y no siendo a un tiempo,es el sentimiento de residuo, es «la forma de la huida»de la Poesfa. Cuando decimos de algo que nos impresio-na poeticamente, estamos diciendo que nos impresionacomo una cosa que es por ausencia, que es por el trasfon-do de irrealidad, de no-ser que deja en nosotros. Viene aser asf el poeta el evocador, el materializador de las irrea-lidades, el que es capaz de dar vida sin traer a la vida aaquellas especies vagarosas hasta el, nonatas hasta la lle-gada del poeta, pero vivientes desde el sin que sea posi-ble confundirlas con las otras especies vivientes en unarealidad que esta del lado de aca de la poesfa. El espacio esta lleno de seres transparentes. El hom-bre no ve sino 10 que ha descendido de la luz, a la som-bra de los cuerpos; pero los intracuerpos, los halos, lasextensiones luminosas de la materia, no las ve. Esa po-blaci6n nevada tremula, perteneciente al lado inmate-rial de la realidad, al lado irreal de 10 material, es elreino por donde vaga y trabaja el poeta. Que nadie Iemire como a ser extrafio a la ponderable, enraizada, rea-lfsima corporeidad del mundo; que nadie Ie mire comoa ser transido en el desapego de 10 cotidiano. El poeta, al

ahf en adelante, Rilke fue el Viajero. Cocteau Ie ha pin-tado absorto en la alta noche, escribiendo sin cesar, a laluz de su lampara. Por el trabajo viajaba hacia sf mismo.Cada hora de trabajo nos abre una puerta nueva y hacemas brillante la luz de nuestra himpara. El poeta impre-siona de tal modo a los que 10 conocen, que alguien dicede el que era poeta hasta cuando se lavaba las manos. Lainfinitamente malvada biograffa Foster coincide con losbondadosos y los veraces diciendo que la vida de estehombre era vida genuina e integralmente poetica. HastalIegar a la desnudez de Los sonetos a Orjeo, hasta lIegar ala grandeza de Las elegfas de Duino, el autor de Ellibro dehoras se mantuvo en una situaci6n de tremulo frenesf, degozosa espera angustiada. Sus ojos inquirfan: lentamen-te lIegaron los seres que esperaba: rodeado de musicaque derraman en su silencio los objetos, los arboles, losfieles recuerdos brizados por el aire de la Muerte, que-d6se absorto, Ido como nunca definitivamente Ido, noreconociendo a nada ni a nadie. La ultima vez que Valery Ie vio dijo de el al separar-se, que quedaba alia a 10 lejos, vuelto «un poco de espu-rna y una humareda que se perdfa... ». Solo, dialogandocon sus angeles, paseando entre sus rosas y alamedas,Rainer Maria Rilke bebi6 el silencio ultimo, escuch6 laprimera gran musica verdadera, respuesta final a suesperanza, el dfa 29 de diciembre de 1926. Hoy cumpleveinte aiios de ensimismamiento en la plena realidad.Hace veinte aiios que el Poeta sali6 de la Provincia de laPoesfa, lado celeste de la tierra, al Reino de la Muerte,lado terrenal del cielo. Como en el verso de CharlesGuerin, «En la tumba de Orfeo cantaban tuiseiiores... ».(Diario de fa Marina, 29 de diciembre de 1946)

venia. Adios gracias; adios donaires; adios regocijadosamigos, que yo me voy muriendo, y deseando verospresto contentos en la otra vida.» iQUe alma la de Cervantes, que Ie lleva a recogerseasi para escribir esta pagina maravillosa cuando ya teniaencima las fatigas y las sombras de la muerte! Fuerteensenanza, ejemplo grandioso es el que da ese anciano,hinchado todo, adolorido, vencido ya por el grave pesode la vida, parandole los pies a la muerte y dandose adescribir el traje, las maneras, los servicios de un estu-diante. Lucido, dueno de si, senor de su alma y de suinteligencia, no admite que la muerte proxima Ie cie-gue las fuerzas de su espiritu, y sigue siendo agradeci-do, carinoso, paternal, cortes, deferente, gentil, comosiempre 10 fuera. Cervantes, ileno de achaques, tiendesus brazos a un joven estudiante y Ie atiende solicita-mente, y refrena el paso de su cabalgadura, prefiriendoprolongar sus sufrimientos a ser descortes con quien Iebusca. jBueno y dulce senor Quijano el Bueno, vencedor dela rriuerte con el escudo de su alma! Olvidarse de si parapensar en los otros, para describirlos, y sobre todo,para buscarles la personalidad moral, la ejemplaridad,es 10 propio, 10 genial de Cervantes. El no se acuerda desi mismo sino momentaneamente: es un Artista, unoque vive asomado al escenario del universo inquirien-dole sentido y expresion y definicion por sus propiosdatos y existencias suyas. La muerte Ie podra con elcuerpo, pero con el alma jarnas. Como 10 vefa y deda,las «efemerides de sus pulsos» iban a pasar de unmomento a otro. El dfa dieciocho a poco de su regresoa Madrid, Ie dieron la extremauncion. Mas Cervantes es 101

nacido 0 simplemente haya sido pensada alguna vez esuna aporia, que aquelios -los viejos-, que miran eltiempo desde su cumbre saben que en torno de eliosvan y vienen todos, los muertos y los vivos, los de estesiglo y los del siglo quince, los que creen vivir y losque creemos han muerto... Espana es la manifestacionde sus seres vivos, de ayer 0 de hoy, de siempre 0 denunca. Andando y pensando, hay en Espana un hom-bre -~muerto ya, vivo todavfa?- que se asoma a lapequena ventana de su casa y mira hacia el campo,hacia la ciudad, hacia los molinos, hacia los hombres ymujeres que pasan. Su frente es lisa, sus ojos ya no seafiebran, sus mejillas lievan siempre, aunque no alcan-cemos a verle, ese puno que parece inyectarle medita-cion al hombre. Piensa Azorfn. Detds de sus pensa-mientos, apartados ya, los viejos amigos, comenzandopor el Senor de Montaigne. Pensar es dudar, es exami-nar, es sonrefr un poco de la confusion que el hombreva poniendo en las despejadas y nftidas cosas de lavida. Pensar a la manera de Azorfn es decir a las gen-tes, a los objetos mismos, al tiempo, a la muerte, sobretodo a la muerte: ten calma, razona un poco, aquieta-te, mira con detenimiento, y descubre la epopeya quelate en un rincon ignorado y la humildad que ahoga alpalacio suntuoso; descubre en cada cosa su luz, su inti-midad, su leccion para servirle al humano en el apren-dizaje de la vida como una costumbre que el hombreha de servir con resignado herofsmo. Y decir esto, a lasgentes que entienden la vida como temblor, desgarra-miento, desmesura y momento presente, es advertirlesla presencia ironica del pasado, es recordarles que elgrande edificio es un porvenir de ruinas, que la carnefirme, el gesto decidido, la accion levantada, no son 106

HOMENA]E A VICENTE HUIDOBROL A MUERTE DE UN POETA pertenece al capftulo de las cosas inaceptables. Ya es grande la racion dehombre comun que la Muerte se lleva, para que tam-bien necesite ese nutrimento glorioso que es la carne delpoeta. Disminuye al mundo una ausencia de esas, achi-ca la estatura siempre en declive del genero humano, lapartida de los seres que sirven por fatalidad la industriade engrandecer y lanzar hacia las astros las fronteras dela tierra. Para la extension de America, Vicente Hui-dobro valla mas que las corrientes infinitas de los rfosgrandiosos: descubrfa mundos americanos puros, servfade bandeja a los entiquecimientos que America tenfaque darle al mundo para justificar su vasto imperio delmapa. Despues de Ruben Darfo -y habra que aclararalgun dfa si antes de Ruben Darfo---, el Poeta queAmerica dio al mundo fue, Vicente Huidobro. El Poeta, vale decir, el Inventor de realidad, el posee-dor y poseso de la Palabra, el desaforado, el inconscientetestigo de una conciencia insospechada por circundan-tes. De su poder genesico nacen centenares de retonos,de hijos que parecen predestinados a negar al padre,como niegan a Dios los hijos suyos. El Poeta echa abajolas oscuridades del mundo, toma de la mana a los hom-bre-ninos, desp6jales del miedo y les dice, les da laspalabras, para que comprendan un poco el dibujo caoti- II0

des, cosa jeroglffica, indescifrable «oscura». No tiene-jgracias a Dios!- popularidad alguna. Se Ie canocemucho, en ciertos medios, porque una obra teatral suya,Muerte en la catedral, resisti6 mas de setecientas repre-sentaciones. En otros medios se Ie conoce porque hamanifestado con muy bien administrada parquedad,opiniones que el vulgo ha bautizado como «cfnicas». Enmedio de la tremolina de estos tiempos, cuando casitodo el mundo quiere hacerse norteamericano, Eliot,nacido en Saint Louis, y con ancestro muy enraizado enlos colonizadores, se convirti6 en subdito ingles, aHa porel ano 1927. En Inglaterra ha escrito 10 fundamental desu obra, aunque sin olvidar nunca que fue en su juven-tud discfpulo de Irving Babbit, el poeta fi16sofo. A pesarde su alejamiento en tierras inglesas, los poetas america-nos Ie tuvieron siempre por gufa de la «nueva genera-ci6n». Cuando canquist6 el ambicionado premio poeti-co de la revista The Dial, los ojos del mundo literarioangloamericano se volvieron hacia el y su obra.Encontraron que aquel hombre habfa escrito --era en1922-, un poema que resonaba misteriosamente en elalma de rodos, que parecfa traducir el animo mas fntimode los azorados lectores, que la magia de aquellos versosdescubrfan la dolorosa verdad de sus inquietudes y desus tinieblas. Por ese ano estallaban los explosivos mora-les arrojados en la cultura --contra la cultura-, por laprimera guerra mundial. Eran tantas las cosas que sevenfan a tierra; eran tantas las decepciones y confusionesque rodeaban al hombre, que este, sin confesarlo, sindescubrirlo, comenzaba a experimentar la sensaci6n devivir en una tierra baldfa, en una tierra de soledad. Asfse llamaba, esto era, el poema premiado al joven autorThomas Stearns Eliot. I 14

judfos no son realmente orientales y no caben en elCercano Oriente. Yo gusto de los arabes, y hasta losadmiro un poco». (jMenuda campana Ie haran por estolos amables y nada vengativos judfos americanos!Diffcilmente podra conseguir publicar un libro mas enlos Estados Unidos; la mayor parte de la prensa, la radioy el cine, 10 declararan tabu 0 poco menos.) Luego Iepresentan, era inevitable, eso que Haman cazurramente«la cuesti6n espanola», y 10 cual es sabido, no es otracosa que un rejuego de tres 0 cuatro grandes pfcarosmundiales. El 616sofo Santayana dijo: «La mayorfa delos norteamericanos no han comprendido la naturalezade la revoluci6n franquista ocurrida en momentos enque monasterios y conventos eran saqueados, los frailesasesinados, las monjas violadas y sacrificadas, y elgobierno dominado por los comunistas, era incapaz deactuar». Sin embargo, a pesar de 10 antedicho, comoeste ancianito es bastante democratico, anadi6 que noinvocaba la admisi6n inmediata de Espana en lasNaciones Unidas, «porque no he estado en mi patriapor muchos anos y no tengo conocimiento personal delregimen de Franco». (Entre parentesis: jLa admisi6n deEspana! Es Espana la que tiene que admitir 0 no a laONU. En el trato, quien pierde es aqueHa y no esta.) Despachados asf los temas candentes -que son tantontos-, pas6 el periodista a preguntarle a don Jorgepor cosas de colegas, y a pesar de todo misticismo, apesar del convento, de la colina, de la serenidad, el nir-vanico se condujo como si estuviera viviendo en la islade Capri con los existencialistas, 0 poco menos. DeArnold Toynbee, despues de censurar su cronologfa decausas y efectos, dijo este perfecto brulote: «No ·tieneuna gran mentalidad, pero sf es prodigiosamente es- 120

postrero imperialista, restaurador de un mundo sin faltade marca espanola. Ahi estll ya en Madrid. Se asoma a esta foto con unrostro desolado, con un increible rostro de hombre quese descuido con el tiempo; y la vejez se Ie ha metido porlos instersicios de la piel. Esta cara de Ramon viejo-(donde esta aquella cara de torero 0 de bandido anda-luz, con patiHas enormes, grueso, de pelo aceitoso, que10 mismo podia servir para presentar a un matarifeque a un domador de la realidad? Lejos va ya aquel Ramon reluciente, frotado comobola de biHar por el resbalar sobre los objetos. Se com-prende que este rostro es del autor de Automoribundia.Ramon ha vuelto a Espana, probablemente, porque yaescucha por la noche ese ruido un poco zumbon de loshuesillos. Dicen que las personas de mucha vida inte-rior, de mucho realismo, comienzan a sentir la llegadade la muerte a traves de cierto crujimiento de la piel (yaentonces puede hablarse de «pellejo»), asi como de unchoque de huesos que nadie sabe donde se produce.Estos ojos de Ramon, ese pelo muerto, esa vuelta a supais despues de escrito Automoribundia, afirman queRamon no juega -nunca juga- con la literatura, yque escribe justamente la vida, artifica 0 artiza sobre larealidad misma, desentendiendose en el fondo de lasmuletas que alliterato prestan modas. Ramon fue siem-pre un espanol de cuerpo entero, un espanol hambrien-to de verdad y de materia, que devoro con un incendiosordo todo un bosque de cosas oscuras hasta el. Tiene yasu cara ultima. De la America -bastante extractora desangre por los demas-, ha llevado Ramon a Espana unprenuncio mortal. Este tostto de viejo asustado, deninon enmudecido de repente por el paso de un enca- I 25

Cuanta sombra ella ha visto surgir y ponerse, Cuanto estfo y otono madurar y caer, Cuantas aguas pasar de las nubes A la tierra, de los rios al mar; Cuantos hombres ha visto desear y morir Y renacer su anhelo eterno En otros, otros y otros labios. Mas una noche, al contemplar la antigua Morada de los hombres, solo ha de ver alia El reflejo de su dulce Julgor, Mudo y vacfo entonces, Ester-il tal hermosura virginal; Sin que ningunos ojos humanos Hasta ella se alcen a travis de las idgrimas, Definitivamente Jrente a Jrente El silencio de un mundo que ha sido Y fa pura belleza tranquila de la nada. Y vaya un rasgo final para esta nota de saludo. Nose puede hablar de un espanol sin tocar, de lejos 0 decerca, en la poHtica. Aquf en la America, y ello es unhomenaje un poco triste pero admirable que hacemosa Espana, la guerra civil no ha terminado. Se mantie-ne en pie la peticion de sectarismo poHtico, y no faltael zangano que antes de opinar sobre la poesfa de unpoeta, inquiere por su filiacion. Es el horror a elogiara un contrario 0 rechazar a un correligionario. Es lacobardfa de los antifranquistas que niegan a Alei-xandre porque esta en Espana, y de los franquistas queolvidan la grandeza de Juan Ramon porque esta en elexilio. U nos y otros, los que someten a esta circuns-tancia la apreciacion de un poeta, son unos enemigos 135

bres, en el sentido de que ninguno ejerce como ellasuprema funcion de 10 humano que es el conocimiento,la iluminacion de cuantas zonas fueron reservadas porDios como territorio exclusivo del hombre. Yes tam-bien el poeta; precisamente el motejado de oscuro,quien ofrece las mas claras y precisas nociones paraexplorar y clasificar la fisonomfa del contorno. No es elhistoriador, ni el fIsico, ni el periodista, ni el poli'tico,quien senala con tino maximo el ser de un hecho 0 deun pronostico; en el tapiz del poema, aparentementesutil, impalpable, hecho de pura imaginacion y deincursiones caprichosas al reino de las palabras segun elcreer de muchos, donde va inscribiendose con netitud elperfil de cuanto va a ser manana mismo la historia masinmediata a los hombres comunes. Entre otras cosas, unverso verdadero es siempre un dato preciso, una antici-pacion rigurosa, de hechos que intervienen ya 0 estan apunto de intervenir en la vida currente. El poeta, ymientras mas «oscuro» justamente, baja mas al interiorde la realidad que el versificador trivial que hace decada poema un compromiso con los lectores --especial-mente con las suspirantes lectoras enamorables-, ytiene de la poesfa el concepto de que sustituye admira-blemente los gases lacrimogenos, los celestinajes, lossomnfferos, etc. Paul Valery es, con toda probabilidad, uno de loscontemporaneos mas claros, seguros, certeros. Lo que elvio asombra hoy, porque ya todos 10 ven. Se Ie pintacomo un retrafdo, aristocratico, lejano senor que solopensaba en 10 exquisito, y que dedicaba su tiempo acombinar complicadamente las palabras para oscurecerpor malicia sus versos para que solo tuviesen acceso aelios algunos contadfsimos seres de excepcion. En reali- 14 0

nfan a la renovaci6n sin destrucci6n, y otros --en reali-dad, el otro, Claudel-, el contrapeso de 10 inmutable.A las tradiciones puramente literarias, formales, filos6-ficas de «10 frances», capitaneadas maravillosamentepor Valery y por Gide desde angulos distintos, se unfadesde Claudella tradici6n de tradiciones que es el cato-licismo, repertorio de esencias siempre mas aca y masaHa de las modas y las expresiones nacionales. Desde lavertiente de estos tres nombres se desgran6 la ricasementera de una renovaci6n literaria que no podiasumirse en una acentuaci6n del simbolismo, ni conser-varfa la vida hacia adelante de renunciar a la savia reli-giosa. Es Claudel quien rompe la dureza de 10 esteticoy nada mas que estetico, 0 de 10 filos6fico y nada masque filos6fico: como Hevaba a la cohorte de creadoresuna Creaci6n paradisiaca, una raiz de raices, su palabrapareci6 en ciertos instantes de brumas y de confusiones,una palabra ret6rica sermonera, demasiado fiel a losprocedimientos y persecuciones del versiculo bfblico.Mas en cuanto la niebla desapareda y tomaba de nuevosu puesto principal la jerarquia de los valores, dandolea 10 religioso bello el cetro de la salud del alma artfsti-ca y de la robustez del cuerpo literario, Paul Claudelemergia como islote incorruptible. El paso del tiempolimaba y destruia muchas de las creaciones puramenteliterarias: iban y venfan modas, los nombres, las pree-minencias, pero todo ella pasaba junto al gran navfo deClaudel como las aguas junro a las naves milenarias. Toda la obra de larga duraci6n sufre --0 disfruta-perfodos de sombra, de anonimato, de incomunicaci6n.La paciente siembra claudeliana arranc6 en instantesdiffciles: mucho de 10 suyo mas rico, fue consideradocomo anacr6nico en ciertos· medios. Era la epoca en la

LA OBRA POETICA DE EMILIO BALLAGAS: EL POETA DE CUERPO ENTEROU N GRUPO DE AMIGOS -Jose Marfa Chacon y Calvo, Cintio Vitiet, Mariano Brull y el autor deestas Hneas-, decidio un dia, poco despues de la idade Emilio Ballagas hacia la paz y el silencio, recoger enun libro su produccion poetica total. Entendiamos que el mejor homenaje a un poeta ver-dadero es contribuir a que no se desdibuje su cabalfisonomia por la dispersion y el posible olvido 0 el des-conocimiento de sus versos. Ya son muchos los senti-mientos de culpabilidad 0 de nostalgia que nos invadenpor los versos perdidos de tantos poetas, por la progre-siva desaparicion del perfil exacto de un poeta, al faltarsus versos juntados, sus Ii bros en unidad. La muertede Emilio Ballagas, que tanto nos quito a todos, dioimpulso desusado a luchar contra la inexorable disper-sion apretandole en haz, en volumen firme, aquellascomposiciones suyas vocadas como su misma poesia auna suerte de huida y fuga. Nos dimos a la idea, pensando entregarnos luego a latarea de llevar a buen termino ese recuerdo de recuerdos,pero la justicia obliga a decir -ahora que ha salido delas prensas nitidas de Ucar Garda este bello tomo--, 14 8

:HI no podia estar junto a esa vida muerta, porqueestaba enterrado en su morir viviente, en el recioavanzar intemporal sobre la vida, como navio hacia elpuerto que Ie cerraba la mana implacable. Para loshombres, para la oficina, la poHtica, la sociedad, laliteratura -para todo eso que llamamos la vida y esel veneno y la amputacion de la vida- Juan Ramones un insoportable inadaptado, un hombre sin ener-gias ni coraje para cargar con el peso de 10 cotidiano.jQue sabnin ellos cuanto arrumbaba la mole de pesar,de luz tenebrosa, de guerra intima, arrastrada cadadia en la contemplacion, en el ensimismamiento, enel delirio por saber si se estaba vivo 0 muerto! :HI nose quejaba nunca, pero sentfa la desigualdad, el menos-precio, el vado. Sentia que ser poeta es una dificultady un martirio. Hombres en flor --corbatas variadas, primores de doming~: (mi alma que es para vuestro traje? Jueces de paz. Peritos agricolas. Doctores: perdonad a este humilde ruiseiior del paisaje. Yo no he querido nunca molestaros, cantandoos -Sf: este ramo blanco de rosas del ensueiio, puede hacer una mr1sica nueva y clasica, cuando sonreis con los labios; pero yo no os desdeiio. (Que es mi voz ante vuestra decorada levita? (Vale, acaso, la pena, una pura sonata, de achicar las orejas; 0 una estrella marchita que volara, que es para vuestra corbata? - Y tu, ruiseiior mio, endulza tu tristeza, enciirrate en tu selva, florece y olvida; se igual que un muerto, y dile, llorando, a la belleza, que has sido como un huir{ano en medio de la vida. 154

BARO) A, EL PENULTIMO ROMANTICOU STED VERA., DECfAMOS, como don Pfo, por llevar la contraria a los periodistas, y especialmente a losperiodistas de America, es capaz de aguantar un ano 0dos, amenazando con morirse todos los dfas, pero sinmorirse nunca. Y exagenibamos la capacidad de contradiccion y dedecepcionador que tenfa este hombre erizado y aspero porfuera, pero lleno de una tfmida ternura por dentro. Se hamuerto casi con el mes de octubre, que ya en Madridtiene bastante fdo como para paralizar aun a los ancianosde huesos duros. Deja una montana de libros, escritoscomo quien no quiere la cosa, cuidadosamente descuida-dos, rezumantes de una escena humana tan cruel, feroz,sucia, que preferimos decir que no es cierra, que don Pfoexagera, y que por venir de Nietzsche quiere hundirnosen la filosoffa del marrillo y del anticrisdanismo vivien-te en la sociedad. Lo que decimos, pero en el fondo. Se paso la vida hablando de el, poniendose en pri-mera persona por todas partes. «Soy un hombre curiosoque se aburre desde la mas derna infancia.» «Yo soy unhombre que ha salido de su casa por el camino, sin obje-to, con la chaqueta al hombro, al amanecer, cuando losgallos lanzan al aire su cacareo estridente como ungrito de guerra, y las alondras levantan su vuelo sobrelos sembrados.» Ya don)uan Valera, quien alcanzo a leer

actualidad, como sera para su gloria futura, se ve bienque 10 fundamental de este gran creador ha side su ro-manticismo» . Y adara Marafion -en ese libro esplendido que esEfemerides y comentarios- que no se Ie puede Hamar elultimo, porque siempre habra otro romanrico enel mundo. Pero dice con un juicio que debemos tomarlas gentes de America como un antidoto para que nonos vele el criterio aqueHa malquerencia que tanto cul-tivo adrede don Pfo por estas tierras, que estamos enpresencia del «mas alto romantico de nuestra epoca».Y conduye Marafion sus razones con las palabras queponemos como un tributo ante el maestro de novelistasque acaba de concluir su hazafiosa aventura: «El roman-ticismo de gran calidad no suele percibirse de primeraintencion. En ocasiones semeja 10 contrario del roman-ticismo. Y asf, 10 que en Baroja pareda acritud y rebel-dfa, era una entrafiable incompatibilidad con la farsa ala que casi todos los hombres acaban por rendirse. Unaconmovedora ternura flota bajo la ruda apariencia desus criaturas. Todo es, en el mundo que ha forjado,desinteres y noble melancolfa. La \"razon de la sinrazon\",que es el secreta del romanticismo, no ha tenido en nin-gun otro escritor contemporaneo una falta de teatrali-dad y un fervor tan directo como en este hombre quesale ahora a recibirnos en 10 alto de la escalera y nosinvita a entrar, con un gesto sencillo en su mundo dequimeras y de pateticos recuerdos».(Diario de fa Marina, 31 de octubre de 1956) I 6I

POLEMICA INUTIL POR NERUDAEN LOS MEDIOS LITERARIOS ESPANOLES ha surgido una polt~mica en torno a la obra de Neruda. Fue elpoeta Ricardo Paseyro, uruguayo, con residencia en Parisy Madrid, quien echo a andar de nuevo la revision delchileno. Autoridad poetica y critica tiene Paseyro, autor deEl costado del fuego. En indice, analizo con vigor extremoel balance de Neruda, y las conclusiones a que llegarano podfan ser mas negativas. Superando los ataques pormotivos poHticos --que no tienen sentido ante unaobra artfstica-, va al fondo de la propia tecnica neru-diana, del propio mundo poetico, y llega a la conclusionde que ayer y hoy, la exageracion y el deslumbramientofueron generosfsimos con un poeta que a su juicio niayer ni hoy poseyera el valor justificativo de una granfama. 0 sea, que se ataca al Neruda total, al de todos lostiempos, y Ie esnin haciendo eco los antinerudianos porrazon poetica 0 por sinrazon chauvinista. En este punto, a nuestro juicio, es donde debe surgirla polemica. Porque hay, de entrada, tres Nerudas. Elprimero, romantico, dulce, trovador de anecdotas senti-mentales, con intenso influjo sobre los jovenes sensiblesy los galanes enamoradores. Es el Neruda recitable,salonier, miembro de una legion de llantos, manos con-vulsas, corazones tremulos bajo la luna, etc., que no iba

JORGE LUIS BORGES LLEGA A SUS LfMITESSI ALGUIEN SE INTERESASE por saber quien es hoy la primera figura intelectual de la America Espanola, yme preguntase ami, la respuesta no se haria esperar:Jorge Luis Borges, diriale, con la convicci6n de quienmucho ha pensado en una cosa y cree 10 que dice. Muerto Alfonso Reyes; idos tambien Vasconcelosy Sanin Cano; gastada y como cerrada ya, sin grandesconsecuencias para la cultura continental, la obra deR6mulo Gallegos; prisionero Neruda de su carcel ideo-16gica; poco difundido y sin haber hecho blanco congran disparo Humberto Diaz-Casanueva; sin imperio niinfluencia fuera de su contorno Leopoldo Marechal;autodestruido Martinez Estrada; encapsulado Le6n deGreiff en su jugleria ya mon6tona... (que queda degrande, de s61ido, de autentico? Muchos valores nota-bles hay, en poesia, en novela, en ensayo, en cuento, enarticulos; pero figuras con radiaci6n, con crecimientotraspasador de fronteras, con talante y peso de maestro,no se ve sino la de Jorge Luis Borges, el poliglota (ni apalos diremos los de America pollgloto, pese a FrayCandil), el sabelotodo, el memori6n memorable. Es porteno, nacido en la parroquia de San Nicolas, ymuy apegado a la tierra, al barrio, a la esquina. Y almismo tiempo, es la mente mas universal de su contor-

ETICA Y ESTETICA DEL OTONOSOY OTON6FILO DE NACIMIENTO. Como vine al mundo en derras donde el verano hace de las suyasmas de 10 debido y de 10 saludable, desde nino echabade menos «10 otro», 10 opuesto al calor agobiante y a lamodorra. Adivinaba que en otras sitios, alla por tierraslejanas, las que el nino de isla suena como situadasdetras del mar, existfa una estacion serena, piadosa conel cuerpo y con el alma. Una estacion que, por ser elreyeS del perpetuo verano, hiciese posible en ella vivirsin precipitaciones, hablar reposadamente, contem-plar sin prisas las maravillas del mundo. Las gentes de tierras soleadas nacen con la premoni-cion de la nieve y con la intuicion del otono. Ocurre queel sol quita allf demasiado cielo, porque no permitemirar cara a cara las playas de alla arriba. El ser humanose pega demasiado a la tierra, a 10 solido e inmediato.Para ello proximo es 10 acercado por los sentidos, 10 car-nal y palpable. Esa cosa parlera y chillona que tenemoslos antillanos no es racial, es termica; es insolacion de lossesos, ebullicion prematura de las ideas. Eso desequilibray desordena el binomio cuerpo-alma. De ahf que al naceren civilizacion bajo especie de cultura el nino de suelotorrido adivina poeticamente la existencia del otono. Pensar en ese rapaje del tiempo es pensar en la civi-lizacion dominando a la agresiva naturaleza. En el otono, 188

BECQUER. SU INFLUENCIA AMERICANAG USTAVO ADOLFO BECQUER es uno de los angeles tutelares de la poesfa hispanoamericana. Tutelarquiere decir aquf, ante todo, de los que la tutelaron, lallevaron de la mana por mejor camino. Luego de 10 quese denomina «poesfa de la independencia», que tenfacomo su nombre 10 indica fines patri6ticos, y en lacorriente de la cual de 10 mejor que encontramos esla nota nativista, nacionalista, indigenista, etc. -Mel-gar, Hidalgo, el mejor Heredia del Heredia criollo, algode Pesado...- , aparece el primer perfodo romantico.En este hay ya una cosecha magnffica en 10 que al de-sarrollo de la personalidad se refiere, pese a la enormeinfluencia de los romanticos franceses. En el segundoperfodo romantico, que va, segun algunos, de 1850 a1880, aparecen poetas de la fuerza expresiva de un JuanClemente Zenea, en quien podemos ver un gran pre-becqueriano, pre nada mas, porque Zenea es fusilado en1871. No pudo pues, como pretenden algunos dema-siado entusiastas, conocer la obra de Becquer. Hayen ese perfodo del segundo romanticismo poe-tas de la calidad de Rafael Pombo y de Perez Bonalde,y de Miguel Antonio Caro. Es en esta epoca, en la partefinal de esta epoca, cuando aparece muy fuerte lainfluencia de Becquer. Esta influencia no se siente pre-cisamente en los poetas ultimamente nombrados, sino 20 5

ENRIQUE G6MEZ - CARRILLO, VIAJERO UNIVERSAL Y CRONISTA MODELOEL GUATEMALTECO ENRIQUE G6MEZ - CARRILLO fue para la prosa hispanoamericana de comienzosdel siglo veinte, 10 que para el verso fuera el nicara-giiense Ruben Dado. Estos dos centroamericanos par-tieron de la energfa mental espanola reflorecida enAmerica, pero los materiales de su creacion fueron fran-ceses. El gran ideal estetico y social de ambos era «con-quistar Parfs», ser famosos en 10 que se tenfa por lacapital intelectual del mundo. Alrededor de ese objeti-vo de conquista se hace -y se deshace- la existenciade los dos. Antes de la espanolizacion de Dado, que se produceexactamente cuando Espana deja de ser potencia mun-dial, en 1898, el nicaragiiense dio al guatemalteco esteconsejo: «En Espana no encontrani usted nada de 10 quebusca. Espana es un pafs de retorica atrasada, de gustosrancios, de ideas estrechas. Quite usted a Castelar,Campoamor, Nunez de Arce, Menendez Pelayo, y noqueda nada. jVayase a Pads». Gomez-Carrillo (quien ya habfa tenido el buen cui-dado de sustituir el Tible de su segundo apellido, quese prestaba a tantas bromas, por el Carrillo que resumfa 2I2

Pronto se convirti6 G6mez-Carrillo en uno de losmejores cronistas viajeros de su tiempo. Va a todas par-tes. Su manera de ver naciones y seres es sumamenteatractiva, llena de una amenidad que no quita interes nicapacidad de profundizaci6n a sus descripciones de10 que ve. Recuerdese, para ilustrar el poder de suges-ti6n que tienen las cr6nicas de G6mez-Carrillo, quenada menos que uno de los libros capitales de donMiguel de Unamuno, Del sentimiento trdgico de la vida enlos hombres yen los pueblos, naci6 de la lectura de los pri-meros trabajos de G6mez-Carrillo -anteriores a EIJapan heroico y galante- sobre el alma japonesa. Leer ahora mismo libros como La sonrisa de la esfin-ge, como Fez la andaluza, como La Grecia eterna, comoEI encanto de Buenos Aires, como Vistas de Europa (conpaginas maravillosas sobre Sevilla, Barcelona, etc.),como EI Japan heroico y galante, para referirnos unica-mente a libros «de viajes», es aprender a viajar y aver10 que pasa en derredor. Siguen siendo libros magnifi-cos. Las interpretaciones que del alma de un paisaje 0 deuna naci6n hace G6mez-Carrillo no llegaran tan lejoscomo las de un conde Keyserling, pongamos por caso,ni tendran quizas el dinamismo de las mejores paginasde Paul Morand, ni la magia poetica de Henri Michauxcuando habla de Asia, ni el sprit de Patrick LeighFermore sobre las Antillas, pero, es muy diffcil, si noimposible, hallarles paralelo en 10 que como arte de via-jar en prosa escriben espafioles e hispanoamericanos. Hay ademas en G6mez-Carrillo, junto a las cr6nicasinsuperables, la otra obra, la de pura imaginaci6n. Lomas sensible de su espiritu resplandece en libros comoEI evangelio del amor. Detras de este titulo un poco almi-barado se esconde un libro sorprendente. (Hay que 216

EL ARTfF.ICE SIN ARTIFICIOSIDE ALGUIEN PUDO DECIRSE que era el Poeta, el Fabulador primero, ese alguien era Eliseo Diego.Y reconocerle esa condicion de Primero en una tierratan rica de poetas, es decir de un golpe 10 que EliseoDiego dio a 10 largo de su vida a cuantos Ie lefan, Ie tra-taban, Ie conodan por 10 escrito. La poesfa y la poetiza-cion de las cosas del mundo Ie salfan espontaneamente,como la respiracion y como la mirada. Era capaz de trans-formar en poesfa cuanto tocaba, como un Rey Midassilencioso, sereno y humilde. «Voya nombrar las cosas» es el tItulo de uno de suspoemas juveniles. Allf deda: «Voy a nombrar las cosas,los sonoros / altos que yen el festejar del viento, / losportales profundos, las mamparas / cerradas a la som-bra y al silencio». Nombrar las cosas es el oficio delpoeta. Dar nombre es engendrar y parir letra a letrael universo que el poeta descubre en tomo suyo con elanteojo del alma. El universo comunicado al poeta, sureino, su mundo dentro y fuera del mundo de Dios yde los otros. Entregar ese hallazgo cotidiano de dia-mantes 0 de guijarros, vistiendo cada cosa con el trajehumildoso del poema, es la tarea, es el destino delautentico poeta, un ser «que no se queda con nada»,que 10 destila todo sobre la piel de la tierra y la piel delos hombres. 221

MULTIFACETICO COMO UN POLIEDROD E LOS VARIOS octavios paz que hay en Octavio. Paz, me quedo con el poeta Octavio Paz.Multifacetico como un poliedro, polisemico como unverso de Mallarme, este mexicanfsimo don Octavioencierra en su corpachon de hombre recio y bien plan-tado el protefsmo en vivo, el giraldillo del alma des-pierta en carne viva. Tengo recuerdos personales de otros mexicanos demirada al mundo: Jose Vasconcelos, Alfonso Reyes,Jaime Torres Bodet. De Octavio Paz tengo los recuer-dos-cicatrices de sus grandes poemas de juventud y lef-dos a su vez en mi juventud bulimiosa de poesfa. Leer Piedra de sol es como ser invitado a un banque-te donde el plato principal es alma hispanoamericanacocida a fuego lento. Vocacion y pasion del hombrehispanoamericano es entremeterse en el mundo, asistira sus guerras y a sus fiestas, a sus odios y a sus amores.Vallejo se entrecruza aquf con Neruda, y Salomon de laSelva se abraza con Porfirio Barba, y Leon de Greiffguifia el ojo a Eliot y a Breton al mismo tiempo. DePiedra de sol se viaja hacia Semillas para un himno, vien-do asomarse a la ventana a Vicente Huidobro. Luego elatletico Octavio Paz pega un saIto empujado por elsurrealismo de traje americano, que es dos veces surrea-lista. Se entra alucinadamente en la lectura de la prosa 223

ESCRITOR Y NADA MAsE NTRE LOS MAYORES escritores de la lengua caste- llana, Jose Marti tendda que estar inscrito desdesiempre, por derecho propio, por la sola calidad de suescritura. Pero cuando cae sobre un hombre el peso dela historia, es muy diffcil que no se Ie yea sino por 10que en la historia, sea bilocal, cubana y espanola, esehombre representa. La figura hist6rica 0 polftica absorbe a la otra, y s610los muy afines, por razones de nacimiento 0 de estudios,alcanzan a reconocer y estimar los meritos literarios queposea el personaje. Si a la larga esos meritos son exalta-dos por sus compatriotas y partidarios, cabe siempre lasospecha del partidismo. A Marti hay que leerle, sin prejuicios, objetivamen-te, como se lee a los clasicos. En los primeros anos de la Republica algunos cdti-cos espanoles, como Navarro Ledesma, veian literal-mente con «malos ojos» al cubano; hubo que llegar aUnamuno para que alguien descubriese en Espana laenorme estatura de Marti escritor. Verdad es queUnamuno fue uno de los contados espanoles que se feli-citaron por la perdida de las colonias. Unamuno advir-ti61a fuerza tremenda de 10 que literariamente produjoMarti, y sinti6 la vitalidad, el vigor de cuanto escribiaaquel hombre, como habia sentido esa misma vitalidad

EPiLOGO

GAST6N BAQUERO, HACEDOR DE UN ORBE LITERARIOHABER conocido a GastOn Baquero es un privilegio. Muyaprincipios de los noventa tuve la fortuna de tratar con cierta asi-duidad a quien hasta entonces solo era un nombre cuhano ligadoallegendario grupo de Orfgenes ~ la Orhita todopoderosa deJose Lezama Lima- y ademJs, ya en su definitivo exilio espa-nol, el autor casi secreta de un mitico titulo de la coleccionAdonais, Memorial de un testigo, libro clave de la decada delos dichosos sesenta, venerado como pieza de culto por degustadoresse/ectos de las mas variadas edades, de Francisco Brines a MarioMiguez. Las repetidas visitas a su casa de la RrJa del Degollado,como decia ironico, me permitieron conocer, primero a un sahio, enel sentido menos pedante 0 distanciador del nino; despues a unser bondadoso, un enamorado del conocimiento y de la amistadverdadera. lngresar en su pequeiia morada aharrotada de libros,discos y recuerdos suponia entrar en una cueva cervantina de lasmaravillas donde la voz pausada y elegante de su decir cuhanoconducia al invitado por un universo infinito de saberes y de emo-dones. Transfigurado salia e/ visitante tras haber escuchado lasinvenciones, pura creaciOn y poesia pura, del mago. 235

yos literarios que se reunen en esta ya imprescindible Geograffaliteraria. Cuba, Espafia, lberoamirica toda, tambiin las otraslenguas de cultura. Todo atrafa la atencion y el gusto de Baqueroen su belleza y en su verdad. De Martf y Silva a RamOn yHuidobro, de Lezama Lima y john Keats a Cernuda y Valiry,de Lautreamont y Valle-Incldn a Rilke, juan RamOn jiminez,Novalis 0 Borges. La biblioteca de Babel girando en su cabeza ydejando sus sabrosas huellas aqufyalM; gemas perdidas en 10 eff-mero de unas publicaciones cuyo rastro ha seguido el sabueso com-pilador que ha recorrido ellaberinto y ha regresado victorioso conel trofeo que ahora nos brinda. GastOn Baquero, cada vez mas necesario como II decfa dejuan Ramon j imlnez, se referfa con el teson del buen conocedora «esa voluntad de representacion mediante palabra, que existeen mf 0 va conmigo, espontdnea, desde la ninez». Contra elcaos de la existencia y el enigma implacable del tiempo afirma-ba en su vitalidad el resplandor de la belleza que nos toea y nossalva. Supo configurar un orbe literario -la extrema IIncion dela palabra vivificadora de la Poesfa- yen su generosidad 10iba regalando en los lugares donde 10 supiesen acoger. Nos qlledaelfulgor de su memoria y la perennidad de su palabra. GraciasGastOn, cubano inmenso de plural resonancia, centinela de lapoesfa, y por la poesfa. ANGEL RODRiGUEZ ABAD 237

iNDICEPR6LOGO 9 GEOGRAFfA LITERARIA (1945 - 199 6)JOS~ ORTEGA Y GASSET • 23PRIMERA NOTA SOBRE PAUL VALERY 27PASI6N DE QUEVEDO CON LA MUERTE 32ENTRADA AL OTONO Y UN RECUERDO DE CASAL. 39EVOCACI6N DE EUGENIO D'ORS 45GABRIELA MISTRAL EN LA SELVA DE NIEVE 52EN EL CENTENARIO DE LAUTR~AMONT • 58MEMORIAL POR EL POETA JOHN KEATS. 64JOS~ AsUNCI6N SILVA EN EL CINCUENTENARIO DE SU MUERTE. 70NOTA PARA RECORDAR AL POETA MILOSZ 76EMILY DICKINSON 0 DE LAS MARAVILLAS PEQUENAS 83RAINER MARIA RILKE 0 EL POETA • 91DON MIGUEL DE CERVANTES SE ENCAMINA A MORIR... 97UN AGASA)O PARA AZORtN 104HOMENA)E A VICENTE HUIDOBRO • 110THOMAS STEARNS ELIOT, PREMIO NOBEL DE LITERATURA • 113UNAS OPJNIONES DE SANTAYANA • 117SoBRE EL ROSTRO DE RAM6N 122 127 \"LA F1)EZA», DEJOS~ LEZAMA LIMA 239


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