Ángel Antonio Cueva Serrano 51 49 A menudo, Lida también fungiría como representante de Andrés en su escuela y el resto de la familia Serrano lo acogería con tanto cariño que a nadie le importó que él no fuese hijo de Emma. Ellos fueron la única familia que conoció. 50 Y aunque los hermanos mayores expresarían un rechazo inicial no exactamente por Andrés, sino por las acciones de su padre, al pasar de los años, el resentimiento se fue disipando. 49 Andrés Cueva en cumpleaños. 50 Andrés Cueva y Julia Serrano.
52 Historia y Memoria En un determinado momento, Sandrino, hermano mayor de este, viajaría a Estados Unidos para visitar a su padre y a su hermano. Con la intención de conocer y darle al niño un presente, Sandrino llegó con un gran camión “Tonka” en los brazos que aún brilla amarillo en la memoria de Andrés. El primero, encontraría que Ángel, su padre, no era muy paciente y que además castigaba severamente al infante con una correa. Ante la situación, Sandrino quien viajó al Ecuador con su novia, una modelo, solicitó a su padre le entregara el niño a él. Genivero se negó rotundamente y él y Andrés vivirían juntos en Quito casi hasta el día de su muerte. 51 52 51 Ángel y Sandrino Cueva. 52 Tarjeta de cumpleaños de Zhamyr, Jessyka, Sandrino y Andrés Cueva para Julia Serrano.
Ángel Antonio Cueva Serrano 53 53 Es posible que la negativa de Ángel de querer entregar a su hijo se deba a que no quiso repetir la historia de abandono que èl mismo vivió con su padre. Para bien o para mal, Andrés tendría la figura paterna que a él le faltó. Tiempo más tarde, Enma la esposa de Ángel, expresaría su deseo de regresar a Ecuador para cuidar de Ángel y Andrés. Sin embargo, Genivero ya no lo aceptaría, pues después de años de distancia y para cualquier efecto, el matrimonio estaba seriamente debilitado. No era un secreto para nadie que, desde joven, Ángel disfrutaba de su libertad y que el tiempo que no les dedicaba a sus negocios lo entregaba a las celebraciones con amigos y familia. Se lo conocía como un personaje bohemio, alegre, sociable, gran conversador y extrovertido, su presencia siempre alegraba las reuniones. Se cuenta que, en la boda de Vicente Serrano, Don Ángel acudió con una alegría contagiosa y parlanchín, como lo recuerdan, hacía reír a toda la familia. Quienes lo conocieron afirmaban que Don Ángel siempre vivió la vida que quiso vivir, por él y para él. Por desgracia, este comportamiento desordenado y algunos dirían, que incluso egoísta, afectaría al último de sus hijos. Que, a diferencia de sus hermanos, compartiría con él, el resto de su vida. 53 Dedicatoria de tarjeta de cumpleaños de Zhamyr, Jessyka, Sandrino y Andrés Cueva para Julia Serrano.
54 Historia y Memoria La imagen que Ángel mostró de sí mismo repercutiría en la conducta de su hijo Andrés, quien desde su adolescencia se empezó a mostrar cómo un muchacho rebelde y propenso al consumo de alcohol. Y ya que el dinero no era un problema ni para Ángel ni para Andrés, el consumo del mismo no fue el más prudente. Los pocos límites que tuvo el último de los hijos Cueva quebrantó aún más la relación ya tan maltratada entre padre e hijo. La convivencia, aunque amorosa se tornaba cada vez más difícil pues, el carácter obstinado de los dos produciría choques y roces continuos. 54 La compañía no siempre constante de su hijo haría de Ángel un hombre muy solitario. Se cuenta que por evitar estar solo pagaba a sus empleados una cierta cantidad de dinero para que lo acompañasen a almorzar los domingos. El dinero que no le faltaba, era usado para suplir carencias afectivas y cubrir el vacío que le habían dejado su esposa y sus hijos. No le dedicaba demasiado tiempo a cultivar la relación con el último de sus descendientes, más nunca dejó de adquirir bienes tanto para Andrés como para el resto de los suyos. Quizá sintió que darles estabilidad económica podría reemplazar los espacios dejados por su ausencia. 54 Ángel y Andrés Cueva.
Ángel Antonio Cueva Serrano 55 Se conoce por testimonio de la familia, la historia del nacimiento de los tres primeros hijos de Ángel e incluso se sabe de los acontecimientos no tan agradables del nacimiento del que se creía era el último de los Cueva. 55 A pesar de lo dicho, no es nuestra intención destacar únicamente las debilidades tan humanas de Genivero. Ángel era mucho más que un hombre con defectos. Testimonios de amigos como Kevin Sigcho demuestran su faceta más generosa. La amistad que este formó con Don Ángel desde el año 2005 darían fe de su espíritu desinteresado y benefactor. Se sabe por sus relatos que Genivero realizaba labores altruistas y entregaba frazadas y víveres a quienes más lo precisarán. Además de ser un buen amigo y consejero, siempre estuvo presente cuando más se lo necesitaban. Ángel ayudaba a las personas a conseguir trabajo, y con comida a aquellos quienes no podían conseguir uno y era solidario con todos sin importar en qué parte del país se encontrarán. Genivero, asimismo, era muy conocido en Loja. Sin embargo, su humildad siempre le hizo saludar sin distinción a todos. 55 Ángel, Zhamyr, Jessika y Sandrino Cueva
56 Historia y Memoria A más de su espíritu dadivoso con desconocidos, Don Ángel Cueva era considerado un buen y generoso amigo. No pocas veces el dinero que él ganaba en apuestas por peleas de gallos, características de Loja, lo cedía para brindar una bebida a sus amigos. Era, asimismo, conocido por sus más cercanos, por ser un hombre de palabra y de honor.
Ángel Antonio Cueva Serrano 57 CAPÍTULO V EL OCASO DE UNA VIDA Los últimos años de Don Ángel Cueva Así como le sucedió a su madre en sus últimos años, el fulgor juvenil de Genivero poco a poco se desvanecía. Sin embargo, la chispa que siempre lo caracterizó seguiría brillando. En esta etapa de vida, como en el resto de ellas, Ángel se mantendría trabajador, perseverante y ambicioso. Jamás descuidó sus negocios y sus ansias por seguir amasando más y más fortuna nunca cesaron. La esencia de Don Ángel se mantuvo intacta más, este ya no contaba con la misma energía que tenía años atrás, por lo que ciertos trabajos que requerían de fuerza, lo agotaban como nunca lo habían hecho. 56 A pesar de esto, nunca dejó de preocuparse por las necesidades que sus propiedades requerían, como tampoco desatendió a sus empleados. Así, e inclusive cargando con el contagio del Covid-19, continuó empeñado en sus labores. Poco tiempo antes de su muerte se encargaría personalmente de la compra de las plantas de cacao y suministros químicos para la finca en el Tena. 56 Ángel Cueva y “Gringo.”
58 Historia y Memoria Además, y ya que su fuerza aún se lo permitía, viajaba todos los martes a la propiedad para regresar los viernes a Quito, siempre acompañado de su fiel compañero “Gringo”. Los últimos años de su vida, coincidieron con la reclusión provocada por el Covid-19. El aislamiento obligatorio que supuso el brote del virus fortaleció los vínculos con su hijo Andrés. La relación otrora tensa, aunque siempre cariñosa, se tornó aún más armoniosa y madura con la convivencia frecuente entre padre e hijo. 57 Don Ángel, antes desconfiado por experiencias pasadas, permitió que Alejandra Sevilla su nuera, a quien conocía desde niña se acercara a él. Ella, siempre admirada por Ángel por su independencia, fue para él casi una hija, Alejandra lo atendió con dedicación, le cocinaba sus comidas favoritas, conocía sus gustos y le ayudaba con sus medicamentos. Casi como a una niña pequeña, Genivero, a petición de ella, le contaba anécdotas y leyendas como la del tesoro de Atahualpa. Ángel decía que él podía dar con el paradero de la riqueza y animaba a quienes lo escuchaban a salir a buscarlo. Este acercamiento le permitió confiar aún más en las personas y le hizo sentir más querido. Posiblemente, la confianza que sentía Ángel se debía a que su nuera contaba con una característica que este apreciaba mucho. 57 Ángel y Andrés Cueva.
Ángel Antonio Cueva Serrano 59 La independencia era un rasgo que Genivero admiraba tanto en su nuera Alejandra como en otras mujeres como Karina. Una noche y, ya que el problema visual de Genivero le impedía manejar en la oscuridad, su sobrina se ofreció a llevarlo a casa. 58 Al partir, era tanta la cantidad de autos estacionados, que dificultaba la salida del auto. Ángel le preguntó cómo iba a hacer para solucionar el percance a lo que Karina respondió: “Pues me voy de retro”. Genivero algo incrédulo le respondió: “A ver”. Como si quisiera comprobar por sí mismo la capacidad de su sobrina al manejar. Karina logró subir una empinada pendiente en reversa. Ángel sorprendido le dijo: “ Caramba que buen volante que has sido”. A más de la cercanía que se produjo con Andrés y Alejandra, la imposibilidad de salir de casa, provocada por la pandemia, hizo que Genivero se tornara muchísimo más cercano a sus hermanos. La ausencia de Ángel cuando había partido de su querida Loja, en estos últimos años intentaba llenarse. Es así que el contacto con los suyos, que siempre existió, se volvió menos lejano. Karina Mora, su sobrina, recuerda a su tío Ángel ya no exactamente con el mismo ímpetu que lo caracterizó años atrás, sino como un hombre cariñoso y bondadoso que sentía un especial afecto hacia ella. La cercanía de esta, con Lida su madre y Julia, su abuela, ambas muy queridas por Ángel, posiblemente, la haría acreedora de la predilección de Genivero. 58 Ángel Cueva, Lida y Vicente Serrano.
60 Historia y Memoria El afecto de Genivero por su sobrina se extendería más allá de las muestras de afecto y se materializarían en regalos que él le llevaba siempre que regresaba de sus múltiples viajes al extranjero. Karina cuenta además que en una ocasión su querido tío envió a toda la familia un mensaje especial por el día del amor y la amistad. Valentina Quezada, su sobrina nieta, también evoca los momentos de generosidad de su tío abuelo. Ella cuenta que en ocasiones este llegaba con deliciosas galletas para ella y su hermano. Pero, asimismo, desentierra de su memoria el entusiasmo que ella sentía al subirse al carro del tío Ángel, al cual llamaban “El Genivero”. Ángel, quizá un poco gruñón, aceptaba con reticencia el pedido de sus jóvenes sobrinos, a quienes vigilaba con celo procurando que no ensucien el auto. La llegada de Genivero a Loja era más que esperada. La noticia de su llegada siempre emocionaba a Lida y sus visitas eran momentos felices, eran motivo de celebración, de fiesta. Ángel era el centro de atención de toda la familia. Inclusive menciona que la canción que lo describe a la perfección es “A mi manera”. Ya que él vivió la vida que quería vivir. Su sobrina Lida lo define como un “príncipe” a su modo. Pues era: “imponente, autoritario y su voz era muy fuerte”. Genivero conservó su espíritu casi intacto, sin embargo, su carácter malhumorado que en años pasados le costaron temporales rencores con su familia, se había apaciguado. Además , otros aspectos de su personalidad como, por ejemplo, su ánimo por las celebraciones, no se vio muy afectado. Sus sobrinos nietos se acuerdan de él en las fiestas familiares, disfrutando de la comida y la bebida, aunque ya no tanto sobre la pista de baile. El tiempo en el que bailaba con su hermana en las fiestas del pueblo para cuidarla celosamente de los pretendientes no adecuados, habían pasado. Ángel aún alumbraba las reuniones con sus ingeniosos comentarios y sus interesantes anécdotas, pero lo hacía sentado, más cómodo. Las reuniones familiares que se hacían los domingos y solían ser de entre treinta personas, miembros de la familia y amigos, siempre se acompañaban de chistes y claro está, de la fuerte y contagiosa risa de Genivero.
Ángel Antonio Cueva Serrano 61 59 Su carácter gracioso aún se conservaba. Lida evoca riendo, que Ángel no disfrutaba de las fiestas de Quito y que haciendo mofa del acento quiteño decía: “Viva Quito, ¡¡¡Viva Quito!!!”. Genivero repetía la frase imitando el acento capitalino y no perdía oportunidad de decirla siempre que llamaba a Lida. Asimismo, seguía solicitando para las reuniones familiares la presencia de músicos lojanos para que tocasen pasillos. Algunos de sus lazos de amistad que se forjaron en Cariamanga casi desde su infancia, aún en la vejez de Genivero, se conservarían intactas. Julio Ontaneda con quien hablaba con frecuencia y jugaba al billar, permanecería cercano a su vida. El hombre de ya 92 años, recuerda a Genivero ya entrado en años, como ilustre miembro de un grupo de amigos. Ontaneda así, dice que: “Teníamos un grupo en honor a las personas jubiladas que nos hacemos llamar “las palomas muertas”, todos somos de la tercera edad.” 60 Ángel siempre se interesó en un sinnúmero de temas, entre ellos, la política. Sin embargo, ya con las canas que le habrían otorgado los años, este tema sería tratado con muchísima seriedad y con mayor sobriedad que nunca. Así lo recuerdan sus queridos sobrinos nietos, quienes alrededor de una mesa aún lo ven, hablando de temas del acontecer político nacional. 59 Ángel Cueva Serrano. 60 Entrevista a Julio Ontaneda. (2022).
62 Historia y Memoria Su sobrino nieto Daniel Torres recuerda esa misma seriedad cuando Don Ángel le daba consejos sobre nuevos negocios y le daba ideas ingeniosas sobre posibles emprendimientos. A su también sobrino nieto Gabriel Quezada, Genivero solía aconsejar sobre actividades comerciales en las que podía incursionar. Con Gabriel, este era más suave, más cariñoso y lo consentía mucho. Sin embargo, el paso de los años de Genivero lo hizo olvidar el nombre de su sobrino a quien, y recordando la tradición de los apodos en Cariamanga, ya solo llamaba “Ronaldinho.” Parecía que, ya entrado en años, Don Ángel era en esencia el mismo hombre que fue antes. Se lo conocía aún como un buen amigo, un hombre de ambición y carácter fuerte, con debilidad por las celebraciones y los manjares de la vida, pero siempre trabajador y perseverante. Sin embargo, sus experiencias de vida no pasarían en vano y la sabiduría que le otorgarían las mismas, harían de Genivero un hombre que empezó a controlar su temperamento. Si bien aún era muy susceptible al mal humor, la sabiduría que supo darle el tiempo mediría las abruptas reacciones. Esta misma sabiduría la conocerían sus sobrinos nietos con quienes tuvo la oportunidad de compartir. Ellos lo recuerdan como un hombre sabio y alguien a quien recurrir cuando se necesitaba un consejo. Gabriel Quezada su sobrino nieto, quien con frecuencia lo visitaba en Quito y quien tenía una estrecha relación con Andrés, admiraba a Ángel por ser un hombre que no se daba por vencido a pesar de haber sufrido mucho en su vida. Con frecuencia, Gabriel viajaba a Quito para ver a Andrés, pero también a Ángel. Este siempre era bien recibido en casa de los Cueva, y a menudo compartían anécdotas y las experiencias de Don Ángel eran muy esperadas por Gabriel. Este último, cuenta que cuando llegaba a Quito y no encontraba a Don Ángel, buscaba la panadería más cercana, compraba pan y aguardaba el arribo de su tío abuelo, pues le agradaba mucho desayunar con él.
Ángel Antonio Cueva Serrano 63 En estos desayunos Genivero siempre lo aconsejaba. Don Ángel se consideraba una persona libre y como tal apreciaba su libertad como uno de sus mayores tesoros. Este le sugería a Gabriel nunca casarse. Después de desayunar juntos, Gabriel solía acompañar a Ángel a ocuparse de sus múltiples negocios. Gabriel, guarda dentro de sí las anécdotas que Genivero le contaba sobre su vida en Estados Unidos, así también, atesora las palabras que Ángel alguna vez dijo: “Recuerda que mañana brilla el sol”. La frase pronunciada por nuestro protagonista, refuerza la imagen que él mantuvo toda su vida, siempre luchador y valiente, sin miedo a afrontar los desafíos que se le presentaban. Las palabras de aliento fueron dichas cuando Bolívar, el esposo de Lida, su hermana, se encontraba internado en un hospital y su estado de salud era sumamente grave. El pronóstico médico no era nada alentador. Lida ante el panorama tan desfavorable no pudo hacer más que llorar. Ángel, tan férreo y seguro como siempre, pero a la vez compasivo y amoroso con su hermana más querida, se acercó a ella y le dijo: “Recuerda que mañana brilla el sol”. Alentando a Lida a mantener la esperanza, Ángel pronunció aquellas palabras que también escucharía Gabriel y que lo marcarían. Casi como un milagro, un par de días después, Bolívar restauró su salud. Su faceta de consejero también la conocería Alejandra Sevilla su nuera, quien acudía a él cuando tenía problemas con Andrés o bien si necesitaba un amigo en quien confiar. Si bien muchos de sus sobrinos conocieron parte de la personalidad de Genivero, hubo uno que compartió de manera más cercana con él y de quien queremos aquí, relatar su testimonio. Antonio Mora se remonta a su niñez, cuando él tenía aproxi- madamente 4 años. Es aquí, en estos tiernos tiempos en donde Antonio encuentra la primera imagen de su tío Ángel.
64 Historia y Memoria El borroso recuerdo aún lo ubica en la casa de la abuelita Julia, en donde toda la familia se reunía alrededor de un Genivero alegre que vivaz alegraba la reunión y sorprendía a todos con bellos regalos. Las visitas de Ángel a Loja eran esporádicas y por ende los recuerdos de Antonio sobre ellas, se mantienen de la misma manera. Sin embargo, no es sino hasta sus veintitrés años de edad cuando ya egresado de la Universidad y buscando oportunidades laborales en la capital, acude a la hospitalidad de su tío Ángel, quien lo acoge gustoso en su casa durante seis meses. La llegada de Antonio a la casa de Ángel y del pequeño Andrés contribuía al bienestar de ambos pues los solitarios Cueva, ahora contaban con un compañero, un tercer miembro que colaboraba en muchos sentidos. La estadía, gracias a la influencia que Ángel ejercía sobre Antonio, fue muy enriquecedora para él. Genivero era ya un hombre que había vivido mucho, por lo que la experiencia le permitió aconsejar a su sobrino sobre las maneras de hablar y entonar, de tal manera que su presencia se sintiera y que él fuera respetado en todo momento. Ángel alentaba a su sobrino a no sentir miedo y a expresar siempre autoridad y confianza, no demostrando debilidad frente a los otros. Las enseñanzas de Ángel fueron para Antonio, fundamentales , pues formaron y fortalecieron su carácter y lo ayudaron a madurar. Las lecciones que Genivero le dio quedarían marcadas como parte de su vida. Ángel fue siempre un hombre muy organizado, cualidad que era de suma importancia para él. Así, por ejemplo, era impensable salir de casa sin haber planificado con anterioridad las actividades del día siguiente pues el no hacerlo conllevaba errores que eran difíciles de perdonar. En una ocasión, Antonio olvidó las llaves del departamento de los Cueva dentro y Genivero, tan severo como siempre, dio a su sobrino una lección, dejándolo unas horas fuera de casa para que aquel error no se volviera a repetir. Para Ángel debía existir “Plan A, plan B y plan C”.
Ángel Antonio Cueva Serrano 65 Años después, a sus treinta y un años de edad, Antonio por motivos laborales regresó a la casa de su tío durante 4 meses. Ya más maduro, disfrutaba de largas conversaciones sobre el acontecer político nacional transmitido por televisión. Este breve periodo de tiempo fue más que placentero no solo para Antonio, sino para Andrés y Ángel pues reunidos nuevamente, compartían los quehaceres que debían hacer, salían a comer fuera, así cómo participaban de las actividades del menor de los Cueva. Asimismo, aliviaba los roces que existían entre padre e hijo. Ya entrado en años, él era en esencia el mismo de antes, más, su severidad ahora era reemplazada por bondad y cariño. Sobre todo, con sus nietos, entre ellos, su pequeña nieta: Sofía. 61 61 Ángel Cueva con su nieto.
66 Historia y Memoria CAPÍTULO VI RETRATO. MEMORIAS DE UN VIAJERO Las travesías de Don Ángel Cueva por el mundo. Una vez poseedor de un capital sólido, Ángel logró viajar en múltiples ocasiones. La incapacidad de Genivero de conformarse con una vida dentro del mismo lugar, lo llevaría a expandir sus horizontes. Visitó países como Dubái, España, Francia, Perú, Estados Unidos, Brasil, Chile, China y Colombia e inclusive vivió un mes en Europa. De entre todos estos lugares, Colombia sería uno de los territorios más queridos por Ángel, pues disfrutaba de su gente. Quizá a Ángel le resultaron llamativas las personas de este país, pues eventualmente entablaría amistad con algunos colombianos que compartían con él. Su nuevo grupo de amistades pudo no ser el mejor. Lo verían en una ocasión en una situación algo comprometedora con una de las mujeres con quien al parecer estaría entablando alguna relación de tipo amoroso. La convivencia con estas nuevas amistades causaría conflictos con su hijo Andrés, pues a este le molestaba que su padre ya mayor estuviera tan mal acompañado. Los múltiples viajes de Don Ángel Cueva, a más de llevarle a conocer personas nuevas, le harían adquirir experiencias. Y aunque muchas de sus travesías fueron gratificantes y satisfactorias, una de ellas no lo sería. En el año 2015, Genivero vería un programa de televisión en donde relataban la historia de una joven que había viajado a China para someterse a un tratamiento con células madre. El innovador procedimiento tenía como objetivo restaurar la visión dañada del paciente. Sin dudarlo, Ángel le pidió a su asistente personal Delia investigará sobre el tema y sin más, ambos partieron a China. El viaje tendría una duración de veinte días y se quedaría con su asistente, hospedado en un hospital de la ciudad de Beijing.
Ángel Antonio Cueva Serrano 67 Además del choque cultural que observarían en China, la alimentación también supondría un inconveniente de salud. Tanto para Don Ángel como para su asistente, la comida del lugar tan especiada, les causaría gastroenteritis. Afortunadamente, los viajeros contaban con una pequeña cocineta en el espacio que rentaban, donde empezaron a preparar solamente pollo. La sencillez de Genivero permitió la culminación de su tratamiento a pesar de las incomodidades. Ángel, quien había perdido la vista hace ya varios años, tenía la esperanza de recuperar el porcentaje perdido de su visión. Sin embargo, tras someterse al procedimiento, Genivero, lastimosamente no recuperó su salud visual. Aparentemente, el tratamiento era más efectivo en personas más jóvenes y con enfermedades distintas a la de Don Ángel. Además de la tragedia que supuso el fracaso de la operación a la que se sometió, se sumó un evento que atormentaría a Genivero. Durante su estadía en China, su madre Julia Serrano falleció y el arrepentimiento de su primer hijo sería muy grande al no haber podido despedirse de quien en vida fue para él y sus hermanos, padre y madre. Ángel Cueva tenía 75 años. 62 62 Lida, Vicente, Julia Serrano y Ángel Cueva.
68 Historia y Memoria El dolor de Genivero sería inmenso. La relación con su madre era muy buena y ambos fueron siempre muy cercanos. En vida Ángel se preocupó por el bienestar de su madre, procuró para ella la mejor atención que se le pudiera dar. Tras el momento de su muerte, Genivero tampoco la descuidó. Valentina Quezada su sobrina nieta, lo recuerda dejando hermosas y grandes rosas rojas en la tumba de la abuelita Julia. La muerte de Julia significó la caída del pilar de la familia. Julia era noble, generosa y tenía la capacidad de reunir a los suyos alrededor de una buena comida, esta habilidad la heredaría su hijo Vicente, quien también aprendió de su madre la habilidad de coser. Su madre confeccionaba camisas para él y sus hermanos, era muy hábil y empleaba “la cuarta”, medida de longitud equivalente a la distancia entre el meñique y el pulgar. Él, como sus hermanos fue aleccionado por su madre para poder desempeñar todas las actividades del hogar, entre ellas, la cocina. La herencia de su madre quedaría profundamente marcada en todos sus hijos quienes guardan, dentro de sí, hermosos recuerdos. Pero, además, mantienen vivo su recuerdo con objetos como la réplica que tiene Vicente de la máquina de coser que tenía su madre. Los nietos de Julia, la recuerdan como una mujer valiente, de carácter férreo, trabajadora, perseverante, pero, aun así, tierna y comprensiva. Julia es rememorada por Valentina, siempre cantando. También la recuerdan como una fervorosa creyente cuya fe se acrecentó con los años, inclusive formó un grupo de amigas con el que rezaba frecuentemente. Sus creencias siempre se mantuvieron fieles a la Virgen de la Merced y el cariño que le tenía se grabaron profundamente en Lida y aunque sin advertirlo, en Ángel también.
Ángel Antonio Cueva Serrano 69 63 El pesar de Ángel por haber dejado sola a su madre en su lecho de muerte, quizá mermó pues, los últimos días de la matriarca de los Serrano, ventajosamente, no los pasó en soledad. Tania Mora, su nieta y su familia, vivieron con ella desde 2012 y por ello puede relatar con lágrimas en sus ojos que su abuela nunca dejó de manifestar su espíritu bueno y generoso. Poseedora de un gran corazón, amparó en su hogar incluso a los animales. En una ocasión su nieta arribó a casa con un perrito que serviría de compañía para su hija. Sin embargo, Julia se encariñó con él casi al instante y lo acogería con mucho amor. “Cholito” como lo nombraron, se convirtió en el protector de la matriarca de los Serrano. Julia también es recordada por Valentina Quezada junto a un lorito a quien cuidaba con esmero. A pesar de su fortaleza, durante la última etapa de su vida, Julia procuraba siempre la compañía de familiares y amigos, pues la soledad le entristecía muchísimo. La asistencia de la señorita que realizaba los quehaceres en su hogar no era suficiente. Por ello, recibía con frecuencia la visita de sus bisnietos, Valentina y Gabriel, quienes con cariño se turnaban para peinarla y ponerle los zapatos. 63 Lida Serrano, Ángel Cueva, Vicente Serrano y Julia Serrano.
70 Historia y Memoria Don Ángel no podía visitarla con la frecuencia que ella necesitaba, sin embargo, jamás la descuidó y pagaba por sus tratamientos médicos, así como a las personas que la ayudaban. 64 Julia siempre fue una mujer aguerrida, trabajadora y nunca se dejó abatir por las dificultades que le presentó la vida ni la pesadez que le causaba el estigma de ser madre soltera de seis. Eventualmente, los años fueron agotando la energía de Julia y su vivacidad se fue opacando a lo largo de los años. Sin embargo, siempre se mantuvo lúcida, aunque sí con la energía de su juventud mermada por el natural paso de los años, lo que la hacía dormir mucho más que antes. La muerte de Julia fue un golpe muy duro para la familia. El deceso del tronco más sólido de los Serrano significó para todos, el surgimiento de un gran vacío. El agujero que ella dejó, jamás se podría reemplazar. Sin embargo, su partida provocó que Don Ángel Cueva se convirtiera en el nuevo pilar familiar y sería él quien empezaría a fungir como el nuevo patriarca. 64. Julia Serrano.
Ángel Antonio Cueva Serrano 71 65 66 67 65 Busto de Julia Serrano ubicado en el hogar de Vicente Serrano. 66 Julia Serrano. 67 Ángel Cueva y Julia Serrano.
72 Historia y Memoria Del cuerpo y el espíritu. La espiritualidad de Genivero. Los rituales del catolicismo no terminaban de agradarle del todo. Sus creencias católicas las manifestaba a su modo más no compartía los ritos tan acostumbrados por los demás creyentes. De tal manera, dos meses antes de morir le expresaría a su hermana Lida que al fallecer no quería que le celebrasen misas. Ángel nunca se consideró un ferviente seguidor de la religión católica, pero la influencia tanto de su madre Julia Serrano como la de su hermana Lida, no le permitirían alejarse demasiado de la misma. Esta siempre se mantuvo latente dentro de las prácticas de la familia y sobre todo en el cariño que manifestaba su madre por la Virgen de la Merced y por la religión en general. Julia, muy devota, rezaba en la mañana y después del almuerzo. Así como en la fe y las tradiciones religiosas de Cariamanga, su ciudad natal, las creencias religiosas estaban tan enraizadas en Genivero que lo harían incluso santiguarse posterior a la celebración de alguna fiesta. 68 68 Julia Serrano.
Ángel Antonio Cueva Serrano 73 Sin embargo, y a pesar de la influencia familiar, no se puede afirmar que Genivero haya sido un hombre devoto. Sería falso decir que la fe fue un aspecto primordial en su vida. Si bien es cierto, respetó profundamente las creencias de su madre e incluso le regalaba cosas relacionadas a la Virgen de su devoción, el no compartía el mismo amor que su madre profesaba por la religión. El curso que había seguido su vida no se guiaba precisamente por las enseñanzas del catolicismo y el disfrute de los placeres de la vida fueron algo a lo que llegó a acostumbrarse. Hasta cierto momento, Ángel vivía una vida tal y como quería vivirla, más, las consecuencias de la misma no tardarían en quebrantar su salud. Eventualmente, Genivero empezó a sentirse muy mal. El poco cuidado que le daba a su cuerpo lo enfermó. La inusitada enfermedad de Genivero lo llevó, sin imaginarlo a tornar su vida hacia la fe. Este volcamiento hacia la devoción de la Virgen, tomaría por sorpresa no solo a sus familiares y amigos, sino a él mismo. Don Ángel jamás pensó que una de sus visitas a Loja cambiaría parte de su vida. 69 69 Ángel Cueva en un festejo familiar.
74 Historia y Memoria 69. 70 Capilla de la ciudad de Loja. (2022). 71Puerta de la ciudad de Loja. Disponible en: https://rcjrosillojunior.wordpress. com/2016/05/09/215/
Ángel Antonio Cueva Serrano 75 Los hábitos poco saludables, lo enfermarían. Muy pesimista, como lo recuerdan, diría que está próximo a morir. En una visita a su querida hermana Lida en su amada Loja, Ángel le comentaría de su delicado estado de salud. En la ciudad, la Virgen del Cisne es famosa por conceder milagros a sus devotos. Las procesiones anuales son concurridas por personas de todo el país e inundan las calles en busca de la intercesión divina. En el mes de agosto los caminantes visitan a la “Churonita” para pedir buena salud, trabajo y bienestar. 72 Julia Serrano y familiares. https://www.loja.gob.ec/contenido/ 73 Virgen del Cisne. Disponible en: romeria-de-la-virgen-de-el-cisne. (S/F).
76 Historia y Memoria Ángel que acostumbraba acompañar a Lida a la iglesia jamás se interesó demasiado por entrar y solo la esperaba en el parque. Su hermana, por el contrario, ferviente católica, siempre acudía y encomendaba las vidas de sus hijos a los ángeles y a la Virgen. En esa ocasión en particular, dada la insistencia de su hermana, Genivero no permaneció en el parque como siempre e ingresó. El delicado estado de su enfermedad, quizá le haría pensar que no tenía nada que perder. Ya dentro del templo Lida, le sugirió pedir con fe a la Virgen por su salud. Ángel al entrar, se sorprendió al ver la belleza del lugar. El jamás imaginó que el interior de la iglesia pudiera ser tan bonito y además agradarle tanto. En todos los años que acompañó a su hermana nunca pareció interesarle visitar esa iglesia en particular. Ya dentro y quizá con algo de escepticismo, oró. Con plegarias a la Virgen del Cisne, Genivero le encomendó su vida. Cuenta Lida que después de la visita a Loja, Ángel paulatinamente mejoraría, sintió alivio en sus dolencias y robusteció su salud. A raíz de aquella visita, nuestro personaje haría una promesa. En agradecimiento a la restitución de su robustez, Ángel la visitaría todos los años. Este hecho en particular, haría que en Genivero, despertara aquella fe dormida que su madre cultivó en él y en sus hermanos. Fue ahí en donde Ángel sintió el cariño que su madre profesaba por la Virgen María y que, con sus expresiones de amor, y sus ofrendas florales transmitió a sus hijos. 74 74 Julia Serrano.
Ángel Antonio Cueva Serrano 77 Si bien su reconciliación con el catolicismo fue tardía, su relación con aspectos de corte espiritual no desapareció nunca. Don Ángel creía en el poder de la energía y era asiduo practicante de rituales como el de la limpieza con huevo, también creía en la protección que le otorgaba el ojo turco. Genivero creía también en los baños con hierbas para restaurar la energía. En una ocasión, Rosita, una conocida de él, le hizo uno de estos baños. Todo parecía ser de lo más normal, pero nunca se esperó que el resultado del baño fueran unos divertidos pies negros, manchados por el tinte de alguna de las plantas. Así mismo, compartiría con su hermana Lida la fascinación por las imágenes hindúes de coloridos mándalas. De la misma manera, Ángel creía en la utilización de los atrapa sueños. Su sobrina nieta recuerda que cuando ella era más joven su tío Genivero. Le regaló un atrapa sueños, uno pequeño de color rojo. Valeria al principio no le dio demasiada importancia al artefacto, pero con el paso de los años y bajo la influencia tanto de Lida como del mismo Ángel, el interés por los temas de la espiritualidad fue creciendo en ella cada día más. Ángel y Lida con frecuencia le darían sugerencias sobre el mantenimiento de estos y le indicarían la manera de limpiarlos. Los objetos que con frecuencia se colocan cerca de la cabecera de la cama, colgando del techo, tenían el fin de proteger y de conducir los sueños con buenas energías y alejar las pesadillas de la persona. Los atrapasueños eran muy importantes para Don Ángel. Este interés por los mismos se transmitiría a Valeria, quien eventualmente empezó a comprarlos cada vez que tenía oportunidad. Otra allegada de Don Ángel, Delia, su asistente personal, también comentó sobre las profundas creencias de su jefe en los rituales energéticos, más no en la brujería. A menudo se perfumaba con colonias para alejar los espíritus negativos y atraer a su vida cosas buenas y positivas. Ángel también se convirtió en fiel creyente del poder de las velas para la limpieza de las energías negativas dentro de los espacios que habitaba.
78 Historia y Memoria Creía asimismo que los rituales con velas ayudarían a purgar su espíritu y purificar su esencia. Además, para el alivio de sus múltiples dolencias físicas confiaba en la medicina alternativa y recurría al empleo de remedios y prácticas no tradicionales. De la misma manera, creía firmemente en la presencia de energías positivas y negativas que podrían repelerse o atraerse mediante la práctica de ciertos rituales. Asimismo, pensaba que existía un mundo sobrenatural y que estaba habitado por espíritus que lo seguían y lo tocaban. Don Ángel fue un hombre muy espiritual y de acuerdo a sus más cercanos, un hombre de otro mundo. Lida su hermana, comenta que la sabiduría y perspicacia de su hermano eran extraordinarias, muy fuera de lo común. Sabía de todo y poseía una intuición única. En una ocasión Lida le manifestaría que él parecía un extraterrestre. Se creía que, dada su sabiduría, y de creerse posible la reencarnación, Genivero habría vivido muchas vidas pasadas. Él era un alma sabia y antigua. 75 75 Mándala del coronavirus”. Dibujo hecho por Lida Serrano.
Ángel Antonio Cueva Serrano 79 Los sonidos del Alma. La música como eterna compañera de Don Ángel Cueva Serrano. Don Ángel Cueva Serrano siempre fue reconocido por su vitalidad y por disfrutar de los placeres de la vida. Desde joven Genivero fue amante de las celebraciones y para él no se podía concebir una fiesta sin algarabía, comida y por supuesto música. Nuestro personaje siempre se regocijó con la presencia de músicos tocando en vivo su música predilecta en las reuniones familiares que se llevaban a cabo con motivo de cumpleaños, reencuentros y momentos especiales. Genivero era muy buen anfitrión y ultimaba todos los detalles de las reuniones, compraba chancho, alcohol y música. 76 Genivero seleccionaba personalmente las melodías y solicitaba a los intérpretes tocar canciones de Julio Jaramillo, pasillos y valses peruanos. Su familia lo recuerda vivaz, alegre y cantando. Su hermana Lida cuenta que cuando Bolívar, su esposo y ella eran novios, este le llevó serenata a su casa. La canción que interpretaban los músicos que había contratado Bolívar empezaron a tocar cerca de la ventana de Lida el tema “tus ojitos”. 76 Músicos lojanos.
80 Historia y Memoria Desde su habitación, Ángel al escuchar la melodía empezó a cantarla a voz en cuello. Lida lo escuchó y ante la situación se apresuró al cuarto del mayor de sus hermanos y procuró callarlo, insistentemente le decía que dejase de cantar, pues no podía escuchar con claridad la canción. Ángel aun así no pudo abstenerse de entonar la letra. A partir de ese día, “tus ojitos” se convirtió en una de sus preferidas. De la misma manera, se recuerda que un ocho de diciembre, con motivo del santo de Lida, Ángel y ella acudieron a un concierto de los Hermanos Miño Naranjo, concierto que fue muy agradable para los hermanos. A la salida del evento, ambos observaron un puestito en el que se vendían discos del dúo. Lida entusiasmada, adquirió uno para ella y le sugirió que él hiciera lo mismo. Sin embargo, Ángel se negó diciendo que no quería comprarlo, que no le hacía falta. Tiempo después, y cada vez que Genivero visitaba a Lida, le pedía poner canciones del disco comprado a las afueras del concierto. Eventualmente, su hermana terminaría cediéndole el compacto. Sus viajes a Cariamanga, asimismo, estaban llenos de música. Con cariño, sus allegados lo recuerdan cantando alegre los valses peruanos de Los Dávila que escuchaba siempre que los ponían en la radio. Además, sus seres queridos también mantienen vívido el recuerdo de Ángel meciéndose en su hamaca evocando sus días de juventud al ritmo de Javier Solís. En ocasiones, era común encontrarlo cantando melodías junto a sus hermanos Vicente y Lida cuando viajaban en automóvil. Su pasión por la música también se expresó por fuera del seno de su hogar. Así como su hermana, Genivero también disfrutaba de la música clásica de conocidos compositores como Bach, Vivaldi o Beethoven. Contó a Lida que en una ocasión, cuando él se encontraba en la playa, reprodujo un casete que recopilaba algunas sinfonías y se deleitaba escuchándolas a todo volumen. Un lugareño que vivía cerca de la propiedad de Ángel se acercó a golpear su puerta. Genivero respondió al llamado y cuando abrió encontró a su vecino en el umbral del portón, pidiéndole que baje el volumen.
Ángel Antonio Cueva Serrano 81 Ante la solicitud, Genivero bajó el volumen de su estéreo más no lo haría sin un cierto mal humor. Le molestaba que su vecino no pudiera apreciar aquella música que a él le parecía sublime. Ángel fue considerado por parientes y por extraños, como alguien que se regocijaba con la música. Aquellos que lo conocían y apreciaban sabían que en lo que se refería a presentes, no se podían equivocar si le obsequiaban discos compactos o melodías en algún otro formato. Genivero y su hermana Lida también, acostumbraban regalarse o bien intercambiarse casetes grabados con canciones que ambos disfrutaban. El amor por la música acompañó a Genivero hasta los últimos años de su vida. Adaptándose a los nuevos tiempos, Ángel ya entrado en años seguía buscando maneras de escuchar su música favorita. Por ello, no era raro que en su celular guardará pasillos, boleros y valses. Así, su sobrina nieta Valeria lo recuerda en la propiedad de Malacatos, un domingo tras la comida familiar, recostado pacíficamente en la primera hamaca del pasillo. Muy cómodo se ponía el celular sobre el pecho y cantaba pasillos hasta quedarse profundamente dormido. El momento de placidez se traducía en paz y calma como la que producía la puesta del sol que lo contemplaba. 77 77 Lida, Julia Serrano y Ángel Cueva en reunión familiar.
82 Historia y Memoria El hedonismo del buen comer. Los favoritos de Ángel Su pasión por la vida supuso también un apetito por la comida. Quienes lo conocieron sabían de sobra que en sus años de juventud e incluso mucho después, Ángel gozaba muchísimo de la sazón de su hogar. El legado de su madre continuó no solo con él sino con Vicente, quienes seguirían cocinando y disfrutando las preparaciones familiares que perpetuaron la tradición que Julia les dejó. 78 Don Ángel gustaba de algunos platillos que le preparaban sus más cercanos. Uno de ellos, posiblemente, les recordaba a sus orígenes en Cariamanga, en donde se cocía por Semana Santa un preparado que consistía en: Pescado caballa que traen del Perú, es un pescado seco, lo preparan con cuero de coche en la carola, papas, col, yuca, plátanos, fréjol y se lo come el jueves santo. Esta costumbre aún perdura hasta la actualidad, recién que pasó el jueves santo se hizo un festival de la madre olla. 79 Su querido hermano Vicente lo esperaba con una comida similar que era una de sus favoritas. Con frecuencia, la familia realizaba viajes a Perú en donde se compraba pescados secos y siempre que Ángel llegaba a Loja, su hermano “Viche” lo esperaba con un guisado a base de caballa, exclusivamente traído desde el país limítrofe. 78 Vicente Serrano. 79 Entrevista a Edison Bravo Ludeña. (2022).
Ángel Antonio Cueva Serrano 83 Después de desaguar el pescado, Vicente lo estofaba, con maní, para después agregarle crema de leche. Finalmente, lo servía con yuca y arroz. Las preparaciones del hermano de Genivero, sobre todo las carnes, contaban con un aliño especial que gusta a la familia. Siguiendo la tradición antigua, Vicente une orégano, perejil, culantro, pimiento verde, pimiento rojo, ajo, cebolla roja, comino, apio, sal. El condimento es totalmente natural y se conserva de cinco a seis meses. 80 De postre, a Ángel se le preparaban higos y zapallos con panela. Siempre se lo conoció como un hombre que gustaba de la buena mesa. Por eso, cuando su madre vivía, éste le obsequió un árbol de aguacates, pues disfrutaba mucho de sus frutos y de los platillos que se hacían con estos. También se cuenta que durante el tiempo que trabajó con Delia, su asistente personal, ella y su hija Alejandra, le preparaban ciertos platos que Don Ángel disfrutaba especialmente. Por ejemplo, siempre pedía que le preparen una sopa a base de refrito de cebolla blanca, que incluía papa, leche, achiote, sal y fideos, que al hervir, se le echaba un huevo que, por la temperatura del agua, quedaba casi como pochado. 80. Caballa seca. (2022).
84 Historia y Memoria 81 Le gustaba también comer, como una de sus cenas favoritas, maduros con carne asada, todo cocido dentro de un pequeño horno, sancocho o bien sopa de huevo. No rara vez cuando Ángel visitaba a su familia en Loja, iba al mercado con sus seres queridos para que le preparasen seco de costilla, por ejemplo. Generalmente, cuando cocinaban para él, él demandaba que le pusieran un condimento especial llamado “Sazón Goya”. Pues de acuerdo a Genivero, este mejoraba el sabor a todas las preparaciones. Más allá de su gusto por comer, Genivero también se involucraba activamente en las actividades relacionadas a la cocina y a la comida. Durante la pandemia del virus Covid 19, él se encargó de la dirección de la cocina para los trabajadores de la finca. De la misma manera, era costumbre para Genivero invitar a su familia a comer a distintos restaurantes en la ciudad de Loja, demostrando así también su espíritu generoso. Asimismo, gustaba de estar presente en las habituales reuniones de domingo que organizaba la familia, ocasiones en las cuáles se comían platillos especiales como la fritada. A lo largo de su vida, Don Ángel no limitó los placeres que le proporcionaba la vida. 81 Ángel Cueva en comida familiar.
Ángel Antonio Cueva Serrano 85 82 Con el paso de los años, estos empezaron a causar estragos en su salud y esto repercutió directamente en su forma de alimentarse. Con la llegada de las enfermedades, llegó también un Genivero un poco más ordenado, al menos en lo que se refería al consumo de ciertos productos. Se recuerda que Ángel empezó a sustituir ciertos alimentos por otros. De tal manera, empezaría a ingerir leches descremadas y en general comida mucho más saludable. Sin embargo, no pudo dejar por completo ciertos hábitos que lo acompañaron toda la vida. A pesar de que era más disciplinado, no pudo abandonar su gusto por las golosinas. Delia le prepararía a Don Ángel, una vez por semana, un delicioso pastel de zanahoria con nuez. La preparación de los almuerzos o de las cenas eran más que disfrutados por Ángel. Independientemente de la sazón de sus seres queridos, que a él le resultaba particularmente buena. Genivero veía esas ocasiones como una oportunidad para compartir y sentirse acompañado. Asimismo, estos momentos fueron para quienes los experimentaron con él, los más gratos. 82 Ángel Cueva y “Gringo”.
86 Historia y Memoria 83 83 Ángel Cueva y hermanos.
Ángel Antonio Cueva Serrano 87 EPÍLOGO Hemos relatado ya, la vida de un hombre cuya personalidad no siempre fue del agrado de quienes le conocían. Don Ángel Cueva fue un hombre de carácter fuerte, de fama autoritaria, que en ocasiones se confundiría con prepotencia. Era también, carismático y sociable, además fiestero y amante de la música. Para sus amigos y conocidos, un compañero leal y para sus hermanos, el único padre que conocieron. Genivero no fue perfecto y quizá su inagotable ambición lo hizo perder por breves momentos el horizonte. Su vida estuvo repleta de momentos que le hicieron temer las carencias económicas, por lo que siempre se esforzó, fue trabajador y perseverante. Quiso una vida distinta para sus hijos y quizá pensó que la tranquilidad económica que pudiera otorgarles bastaría. Olvidando que ellos necesitarían de cosas más grandes que el dinero. Su mal carácter y su inamovible empeño por hacer las cosas a su manera no siempre agradó. Pese a esto, nunca dejó de expresar cariño a sus más allegados, con gestos de generosidad. De tal manera, su familia no tuvo que pasar por las mismas necesidades económicas por las que él pasó de niño. Como padre siempre precauteló el bienestar financiero de los suyos como una de las muestras de amor más grandes. 84 84 Andrés, Sandrino, Ángel, Zhamyr y Jessyka Cueva.
88 Historia y Memoria Además, fue conocido por su espíritu jovial y fiestero. Don Ángel disfrutó de la buena y abundante comida, de las reuniones sociales, y de la música. Por eso, para sus familiares y amigos no era raro verlo animando los ambientes festivos, cantando y bailando. Aunque ya entrado en años, Genivero no tenía la misma energía de antes. A pesar de ello, seguía participando de las celebraciones familiares y un buen tema de conversación nunca le faltaba. 85 Siempre cuidó su aspecto, procuraba estar pulcro y gustaba del buen vestir, lo que lo hacía muy atractivo para el sexo opuesto. Este aspecto, sumado a su buena posición económica, lo harían foco de atención femenina. Mujeres no le faltaban. Él era muy coqueto y siempre acostumbró a tener todo lo que quería, sabía que con esfuerzo lo lograría. Sin embargo, siempre fue respetuoso con aquellas que no aceptaban sus pretensiones románticas. Delia, su asistente personal, así lo cuenta y también afirma que Genivero, siempre se mantuvo como un fiel amigo y un jefe justo. Jamás abusó de su condición de poder. 85 Ángel Cueva.
Ángel Antonio Cueva Serrano 89 Además de ello, se recuerda a Don Ángel Cueva como un hombre instruido. A pesar de no haber tenido una educación universitaria formal, podía hablar sobre variados temas, por eso lo catalogaban como un gran conversador. Su pasión por la lectura hacía de él una persona cultivada que podía desenvolverse con sobriedad en cualquier lugar. Además, su amplia experiencia de vida acrecentó sus conocimientos, pues la cantidad de países diferentes que visitó y en los que vivió enriquecieron tanto su mente como su espíritu. Los rasgos de su personalidad quedaron grabados en la memoria de quienes lo quisieron y lo conocieron. La herencia de Don Ángel trascendió las propiedades que dejó a sus herederos. Las huellas que imprimió, grabaron la vida de cada uno de ellos. A más de los recuerdos que se mantienen latentes, Genivero dejó su legado en la personalidad de cada uno de ellos. En la fortaleza de Jessyka, en la fisonomía de Sandrino, en la valentía de Zhamir y en la perseverancia de Andrés. Su alegre e imponente espíritu iluminó a sus amigos, sus hermanos, sus hijos, sobrinos y nietos. Ángel tampoco advertiría que la herencia más valiosa que transmitió al menor de sus hijos fue un cariño muy especial por el pueblo que lo vio crecer y en medio de su soledad enseñó a Andrés a mantener los lazos familiares que por siempre lo unirán con su abuela paterna, sus tíos, y sus primos. 86 Ángel, Sandrino y Zhamyr Cueva.
90 Historia y Memoria Siempre habló con ilusión del pueblo que fue escenario de sus primeros años de vida, esta emoción la transmitió a su hijo Andrés, que al ver el cariño con el que su padre hablaba del lugar, empezó a experimentar la misma calidez que abrigaba la memoria de él. Y aunque Genivero no se radicó nuevamente en Cariamanga, el lugar quedó impreso en su corazón y su marca no lo abandonaría jamás. De acuerdo al testimonio de su sobrino Antonio Mora, Genivero le confesaría que quien sale de su pueblo jamás vuelve a ser feliz, pues si le va bien fuera de él, siempre atesora las memorias del lugar que lo vio nacer. Aunque sus familiares y amigos tengan en su memoria muchos recuerdos de Genivero en los distintos momentos de su vida, este guardó para sí muchos de sus secretos. Desconfiado como lo recuerdan, Ángel jamás comentó acerca de las historias que empezaron a circular tras su muerte. La falta testimonial de Genivero hace difícil determinar la veracidad, por ejemplo, de sus nexos comerciales, con otras familias lojanas. Hasta aquí, esta biografía ha tratado de presentar retazos de la vida de Ángel Cueva Serrano, unidos para mostrar a un hombre con sus debilidades y fortalezas y cuyo trajinar lo llevó desde un remoto pueblito del sur del país hasta la Gran Manzana, después a conocer el mundo. Y a pesar de que Genivero conoció distintas latitudes, siempre llevó bajo el brazo a su Cariamanga y sus recuerdos. El lugar se marcaría en lo más profundo de su ser, pero también lo harían sus hermanos, sus hijos, sus sobrinos y nietos con quienes crearía lazos tan fuertes que ni la muerte podría deshacerlos. Lazos de amor y unión familiar. Genivero partió a sus 81 años de edad, pero creemos que lo enfermo y cansado de su cuerpo no pudo reflejar la calidez que guardaba su corazón. Don Ángel Cueva Serrano partió, albergando dentro de sí al mismo niño que alguna vez fue. Aún conservaba en su espíritu a aquel pequeño que fue feliz con su madre y hermanos dentro de una modesta casa de Cariamanga. Genivero, en su lecho de muerte, era el mismo niño travieso que una Navidad llenó de tapillas los zapatitos que sus hermanos menores habían dejado cerca de la ventana, esperando sus regalos.
Ángel Antonio Cueva Serrano 91 La juventud de su corazón nunca se marchitó y quedó ardiendo con fuerza en las personas que lo conocieron. Aún sonaba dentro de sí la canción que en Navidad cantaba con sus hermanos: (…) a diciembre hemos llegado las avecillas alegres cantan mes de la pascua, El niño Dios las avecillas alegres cantan mes de la pascua. El niño Dios en noche buena los niños dejan sus zapatitos en el balcón y cuando todos están dormidos deja el regalo el Niño Dios (…). 87 88 Queda pues en estas pocas líneas impresas sobre el papel, la vida de Genivero, las voces de sus amados, su música, sus experiencias y su ser. Su legado se ha extendido a lo largo de estas páginas, pintando de colores, los grisáceos recuerdos de su existencia. La memoria de sus familiares y amigos ha revitalizado las reminiscencias de la vida de Don Ángel Antonio Cueva Serrano. 87 Fragmento del sanjuanito “Mes de Diciembre”. 88 Fotografía familiar. (2015).
92 Historia y Memoria Desde sus alegres días en las pedregosas calles de Cariamanga que recorría descalzo con su hermana Lida, hasta su último aliento exhalado en la cama de su hogar, con su hijo Andrés en el cuarto contiguo, Genivero mantuvo dentro de sí retazos de su vida que quizá quedaron plasmados en fotografías, pero que dentro de su corazón jamás se tornarán sepia. Así como su madre Julia, el mismo carácter férreo y aguerrido que lo caracterizó, jamás lo abandonó. Tampoco lo haría su espíritu errante que quedó a la espera de que sus cenizas fueran llevadas al anhelado Cerro de la Huaca. Lugar en donde al fin podría descansar, en medio de las coloridas reminiscencias de una madre amorosa y una infancia feliz. Infancia, lejana y sencilla pero no por ello menos añorada y luminosa. La vida de Genivero fue un guiño, un resplandor fugaz, una puesta de sol, unas rosas rojas, Jessyka, Zhamyr, Sandrino, Andrés, luchas, errores, arrepentimiento y redención y finalmente, un regreso a la paz y a lo eterno del silencio. 89 89 Fotografía familiar.
Ángel Antonio Cueva Serrano 93 90 Estas memorias relatadas por sus hermanos, sobrinos y amigos nos permiten conocer el camino de Ángel por este mundo. Hemos recorrido sus pasos desde su tierna infancia de la mano de su madre, hasta sus últimos días, formando parte de la vida de su hijo Andrés y su esposa. Su vida fue un cúmulo de momentos, vivencias y experiencias que hemos relatado en las páginas de esta biografía, con el fin de presentar la imagen de un hombre real con imperfecciones, defectos y cualidades. Con su muerte, los Serrano perdieron no solo a uno de sus miembros, sino también a la columna vertebral de la familia. 91 90 Ángel, Jessyka, Sandrino, Zhamyr y Andrés Cueva, Enma Jaén. 91 Ángel Cueva con Sofía, su nieta.
“Quién sabe cuando tengamos que partir así, con insistencia una leve sombra de árbol nos detenga. O una sonrisa contemporánea. Un corazón madurado en el mismo pesar. Una similitud de cansancio inesperado. O aquella certidumbre humana que nos acer- ca a todos cada vez más.” Fragmento Apuntes del Vigilante y su Cabeza Alfredo Jaramillo Andrade. Poeta Lojano
BIBLIOGRAFÍA Entrevistas -Aymard, Hernán. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Bravo Ludeña, E dison. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Cueva, Andrés. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Mora, Antonio. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Mora, Tania. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Mora, Karina. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Mora, Lida. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Ontaneda, Julio. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Quezada, Valentina. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Quezada, Gabriel. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Serrano, Lida. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja.
96 Historia y Memoria -Serrano, Vicente. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Sevilla, Alejandra. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Sigcho, Kevin. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Torres, Daniel. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. -Moreira, Delia. (2022). “Entrevista”. Realizada por Stefany López en: Provincia de Loja. Otras referencias: -Historia de Calvas. Disponible en: http://www.gobiernocalvas. gob.ec/index.php/informacion-del-canton-calvas-2/historia. -Jaramillo Andrade, Alfredo. Fragmento. Disponible en: https:// alfredojaramillo.wordpress.com/2014/07/19/literatura-loja- na-contemporanea-alfredo-jaramillo-andrade/ -Mapa de Cariamanga. (s/f). Disponible en: https://www.goo- gle.com/search?q=MAPA+CARIAMANGA&source=lnms&tbm=is- ch&sa=X&ved=2ahUKEwiiidSP0tD5AhX7mYQIHe-6CNYQ._
98 Historia y Memoria
Search