3.3. La mediación como herramienta para la eficiencia Los términos eficiencia, eficacia y efectividad suelen utilizarse indistintamente o como sinónimos. Sin em- bargo, en el campo jurídico tienen profundas connota- ciones y diferentes significados. Por un lado, la eficiencia es la capacidad de realizar o ejecutar una actividad con empleo de los mejores me- dios y de tal manera que ahorre recursos (económicos, temporales, ambientales, entre otros) durante su eje- cución. Eficacia, por su parte, salvaguarda el logro u obten- ción de objetivos priorizando la condición de tiempo, es decir, que la prioridad de la eficacia es realizar una actividad en el menor tiempo posible. Efectividad, en cambio, tiene relación con el cumpli- miento de un objetivo de manera precisa, priorizando la calidad por sobre la rapidez. En relación a esto, el tratadista Peña, indica: De esta forma, una norma será eficaz una vez que es promulgada y puesta en vigencia, inde- pendientemente de su grado de aplicación, del 51
cumplimiento pleno de sus objetivos y del uso de los mejores medios existentes. Por su parte, para poder catalogar una norma como efectiva, es necesario primero verificar su eficacia en los términos antes expuestos, así como su aplicación sostenida y recurrente y el cumplimiento pleno de sus objetivos. La norma será efectiva cuando logre cumplir a cabalidad el propósito por el cual fue creada. Por último, la eficiencia será alcanza- da únicamente cuando además de eficaz y efecti- va, la norma logre cumplir sus objetivos y metas utilizando los mejores y más adecuados medios disponibles, y al menor costo e impacto social, ambiental y económico (2016, 35). Por tanto, podemos decir que, la mediación se consti- tuye como una herramienta efectiva, que podrá apor- tar en la obtención de objetivos, mientras que a la par, usa la menor cantidad de recursos (personales, tempo- rales y públicos), lo cual es en sí misma, una instancia que, por sus ventajas, contiene un valioso mérito para analizar. 52
CAPÍTULO 4 EL ROL DEL MEDIADOR «Quien sabe resolver las dificultades las resuelve antes de que surjan. El que se destaca en derrotar a sus enemigos triunfa antes de que se materialicen sus amenazas». Sun Tzu, el arte de la guerra. Con alta certeza, puede asegurarse que el rol del pro- fesional a cargo de dirigir una mediación, es de mayor importancia que la de un juez, un tribunal, un aboga- do litigante o cualquier otro profesional que interviene en un juicio y sus instancias. Y esto se debe a que, la mediación pasa muchas veces desapercibida, e incluso subestimada, frente al gran resultado que ofrece, un documento que tiene la misma categoría que la de una sentencia ejecutoriada. Es por esto que, a más del debido entrenamiento edu- cativo con que debe contar un mediador, es importan- 53
te que éste ejerza su rol con la plena consciencia de su importante y trascendente tarea, la de llevar a las partes de la mediación, a un ganar-ganar. Durante el desarrollo del proceso, las partes hablarán acerca de sus propias convicciones, perspectivas, re- proches, opiniones, demandas, sentimientos, y todo lo que verbalmente represente un desahogo de su propia postura respecto a los hechos, por lo que los mediado- res cargan con la valiosa, aunque no fácil, tarea de que se expresen de forma constructiva, bajo parámetros de respeto y armonía, promoviendo que se escuchen y empaticen en cada punto de la conversación. Podría decirse que un mediador es aquel profesional que, siendo ético, imparcial, negociador, líder pero sin facultad de decisión (directa), actúa dentro del proce- so de mediación. Llegado el momento del acuerdo, lo deberá exponer con claridad y puntualización, resaltando que estos deberán ser validados por todas las partes del conflic- to, de manera voluntaria. El mediador podrá sutilmente, ejercer una actitud de- terminante, ya que en tanto deje la rienda de la nego- ciación de manera libre e ilimitada en cuanto a tiem- pos de intervención, parámetros tales como el respeto, 54
etc. Podría darse un escenario poco concreto o incluso violento. El rol de un mediador se ciñe a la práctica de cultivar relaciones de confianza, con cada una de las partes, y procurar la armonización de la relación entre las par- tes también. Para esta tarea, es importante recordarles sus deberes como ciudadanos ecuatorianos con base en el artículo 83 de la Constitución del Ecuador, para propiciar un ambiente de responsabilidad, u otros principios que se consideren óptimos para el desarrollo de la negocia- ción, y de los cuales se ha preparado un compendio a modo de sugerencia más adelante. Un momento sustancial para empezar una etapa de negociación es en la que el mediador explica las ven- tajas de mediar, frente a la tarea de empezar un jui- cio, por ejemplo, el tiempo de demora aproximado, la reducción de costos personales, reducción de costos estatales, la reducción en la calidad de vida por el con- flicto, entre otros. El especialista en mediación debe asegurarse de ano- tar y evaluar cada una de las propuestas que hayan surgido durante la conversación de las partes, a través del llamado brainstorming o lluvia de ideas. 55
También, debe evitar juzgar a una u otra parte del pro- ceso, para no perder la confianza, la cual constituye el pilar de su intervención y éxito. En suma, se diría que las principales características de un profesional especializado en mediación deben ser el liderazgo, la inteligencia emocional y la comunica- ción activa, bajo el siguiente detalle. 4.1. Características del Mediador Liderazgo Como se había mencionado, si bien el mediador no tiene la capacidad de definir o decidir directamente el curso de una mediación, puede, efectuar ciertos mo- vimientos estratégicos para conducirla hacia un buen camino. Para esto, deberá propender un ambiente de calidez y seriedad, a la vez. Dejar las reglas claras desde un principio y mantenerse siempre en esa amable firme- za, sin ser necesario fruncir gestos, endurecer palabras, ni actuar bajo amenazas. Suele concebirse la idea equivocada de que, al mo- mento en que se recurre a la solución de un conflicto a través de un abogado, se debe entrar en una atmósfera de litigio, de malas vibras, enojos, peleas, etc. En cam- 56
bio, en la mediación se sugiere revertir esta idea, con una alternativa o más bien, adecuada solución de con- flictos, actuando con necesaria tranquilidad y manejo de la situación. Además, el liderazgo es importante debido a que es improductivo esperar a que una de las partes propon- ga ideas o soluciones, y menos, que las que propongan sean imparciales, ya que, por lo general, cada una ve- lará por sus propios intereses. Es por todo esto que, las habilidades para desarrollar una mediación con liderazgo, pueden resumirse en las siguientes: • Proponer una estructura del desarrollo de la nego- ciación, con fases y tiempo para cada una. • Compartir con las partes los principios con los cuales se desarrollará el proceso, tales como: ho- nestidad y trasparencia, empatía, capacidad de entender la perspectiva de los demás, capacidad de tomar las cosas de manera externa y no como ofensa personal. • Compartir el enfoque de la mediación, que normal- mente será la búsqueda de una solución, lo cual evitará dilaciones en temas innecesarios o incondu- centes. 57
• Explicar que durante el proceso la dirección estará a cargo del mediador, y no permitir que alguna de las partes la tome para evitar confrontaciones. Esto incluye guiar la toma de palabra de cada parte, mo- dularla en caso de agresividad, establecer un am- biente de armonía (puede usar recursos sensoriales tales como música, aromatizantes, cuadros de pai- sajes, ambiente ventilado, etc.). • Reforzar una relación de confianza, en cada oportu- nidad en que intervenga. Inteligencia emocional Por lo general, esta cualidad -tan valiosa para el creci- miento personal- suele ser poco utilizada en nuestro país, que históricamente ha vivido etapas que causa- ron una huella de resentimiento y constante “estar a la defensiva”, dicho de manera coloquial. La inteligencia emocional es esa capacidad para ganar en cualquier situación que nos ponga en frente la vida, a través del manejo de los sentimientos y pensamien- tos, de tal manera que no nos afecten las situaciones que experimentamos en el día a día. La antigua sabi- duría tolteca, definió las bases de lo que hoy llamamos inteligencia emocional, y el autor Miguel Ruíz lo resu- mió así, en su libro los cuatro acuerdos: 1. Se impecable con tus palabras.- En mediación este acuerdo se asocia al principio del respe- 58
to y la honestidad, pilares que conducen hacia buenos -y rápidos- resultados. 2. No te tomes nada personal.- Es la clave para evitar roces o discusiones innecesarias, ya que hay que tomar el problema como quien re- suelve una ecuación matemática, teniendo en cuenta que el problema es un tema externo a las personas que se encuentran resolviéndolo. 3. No supongas.- La mente humana puede crear un sinfín de historias y creencias, que a la final, ni existen en la realidad pero sí que la perju- dican directamente. Es mejor que, en caso de dudas, se promuevan constantes momentos de preguntas y respuestas. 4. Da la máxima de tus capacidades siempre.- Cuando un mediador es capaz de convencer a sus mediados, que esta instancia puede ser la mejor, la más rápida y la menos costosa de todas las instancias que existen para resolver un conflicto, podrá también solicitar firme- mente que éstas demuestren la mejor predis- posición e ideas para encontrar una solución. (Ruiz 1997). Para la práctica de la mediación es sumamente im- portante tomar los temas con pinzas, no involucrarse personalmente sino profesionalmente, y así guiar con asertividad la solución al conflicto, sin estancamien- 59
tos en las razones, en los ataques que puedan hacer las partes, y mucho menos propiciar una contienda, no enfocando el problema, sino buscando propuestas para una solución. Esta cualidad puede ser vista como aquella en la que un padre resuelve armoniosamente la riña entre sus hijos, es decir, no verse a sí dentro de la riña sino to- marla con madurez y capacidad de gestionar emocio- nes de los demás. Es importante que el abogado use un lenguaje que im- pulse la armonía, por ejemplo, el uso de palabras tales como: soluciones en lugar de problemas, oportunidad en lugar de conflicto, ventajas en lugar de desventajas, entre otras. Se sugiere también, acentuar las similitudes de ambas partes, para favorecer la flexibilidad y la empatía. En este punto, una técnica que puede aligerar la tensión y despejar el escenario, es que el mediador explique su propia percepción del caso y las soluciones que él daría o que estaría dispuesto, si estuviese en el lugar de las partes, con una guía sabia y no impuesta. Existe una frágil línea divisoria entre querer tener éxito en un proceso de mediación y querer hacer lo 60
más justo y beneficioso para ambas partes. En temas de familia y niñez, el mediador debe poner especial atención y observar señales (gestos, actuaciones) que le indiquen que no existe coerción, influencias o ame- nazas, que hagan que una de las partes -sin conocer la contundencia que tendría la firma de un acta de acuerdo- ceda más allá de lo que realmente quiere, por ejemplo, la tenencia de un niño o niña, la propiedad total de un bien inmueble, los acuerdos de visitas, en fin, todo aquello de lo que hay que tener claridad antes de actuar. Resultará más fácil, notar aquello, al no ser una parte inmiscuida en el proceso, es decir, imparcial y libre de emociones no gestionadas. Se podrá dirigir sutilmente la mediación hacia un escenario que sea justo de ma- nera integral, aún por sobre los propios intereses de concretar o no, una mediación. El mediador deberá estar en la capacidad de actuar, por un lado, como una persona empática con la histo- ria que escuchará de cada parte, con sus cargas emo- cionales respectivas. Luego deberá darle un orden y un esquema de qué es lo que servirá para la negocia- ción y que no. Es una suerte de tomar un escenario, vaciarlo de los problemas ,y en su lugar, llenarlo de probabilidades de arreglos y armonía. 61
Comunicación activa Conversar y comunicar es en todas las relaciones una manera efectiva de evitar conflictos. Se trata de evi- tar que una persona malinterprete lo que la otra quiso decir. Lograr esto también es evitar una reacción que en muchas ocasiones viene acompañada por agresio- nes, tonos de voz desafiantes o incluso desistimiento de continuar. Por otra parte, cuando las partes en conflicto logran establecer una comunicación clara y fluida, es decir, se expresan de manera impecable, se hacen entender y se entienden mutuamente, logran el descubrimiento de que sus problemas realmente no eran de gran mag- nitud, o que ni siquiera existen, sino que son un mero trámite a acordar o una cuestión manejable. Incluso si se encontrar un problema significativo o grande, una comunicación de calidad podría ayudar a encontrar una solución pronta, si se la trabaja en conjunto y con la clara certeza de que ambos estas del mismo lado para concretar esta tarea. Una comunicación funcional se caracteriza por lo si- guiente: • Amplitud y espacios para ser escuchado, en un tiempo determinado previamente con cla- ridad. 62
• Respeto, en relación a lo que se expresa y tam- bién en relación a lo que se escucha, evitar res- ponder a modo de réplica sin que se le haya otorgado la palabra, y evitar reacciones o susu- rros que promuevan irrespeto dentro de la con- versación. • Promover la expresión de sentimientos (que en muchos casos será la base de la confianza y elevará la probabilidad de solución de un con- flicto). • Identificar claramente los nombres de los acto- res, su rol en el proceso y las acciones que han realizado. Identificar las peticiones, expectativas y demandas de cada uno de los actores. Una clave para que nuestra estrategia de mediación sea un éxito, es usar el buen humor. 63
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CAPÍTULO 5 ELEMENTOS PARA EL ÉXITO DE UNA MEDIACIÓN “La práctica siempre debe ser edificada sobre una buena teoría”. Leonardo Da Vinci No es ajeno considerar a la instancia de la mediación como una negociación, por ende, las reglas que rigen esta dinámica no podrán ser coercitivas, sino persuasi- vas. Por tanto, el ambiente debe acomodar a las partes, para de acuerdo a sus pedidos y derechos, se encuen- tre una ruta que brinde soluciones, más o menos per- fectas, a cada uno de sus pedidos. Por eso decimos que, las soluciones que brindará una mediación, a veces serán las óptimas, y a veces serán más o menos lo buscado, ante lo cual las partes, a tra- vés de la intervención del mediador, se inclinarán a ceder parte de sus expectativas ante las grandes ven- 65
tajas que sí ofrece, tales como el ahorro de tiempo, di- nero y salud emocional. Se trata de que, siendo flexibles, adecúen sus intencio- nes, bajo la lupa de los contras que puede significar un juicio de larga duración. Siendo así, y con este entendimiento como si se tratara de un partido de fútbol amistoso es importante marcar las siguientes reglas para la negociación dentro de una mediación. Respeto Éste permitirá el uso de un lenguaje adecuado, tole- rante, libre de malos tratos, gestos e indirectas que pueden afectar el desarrollo o posible éxito de la ne- gociación. Las partes y el mediador, deben comprender y tener claro su rol como personas responsables, entendiendo también que en caso de no poder sostener una relación de respeto mientras dure la mediación, significaría un fracaso y el uso de la vía ordinaria, con todos sus pro y contras. Empatía La empatía, en mediación, ayuda a todas partes a en- tender el proceso de manera global. Un primer paso 66
es el reconocimiento propio de la situación, es decir, tener el espacio para contar eso que se considera la propia perspectiva, para luego, trasladar la visión al lugar del cual lo ve la otra parte, y finalmente tener una visión conjunta de la situación. Es apartarse por un momento de las preocupaciones de un mismo -parcial o totalmente- para adentrarse en la perspectiva de la otra parte y observarlo como un semejante humano, con preocupaciones que le afectan igual que a uno, y con demandas válidas igual que las propias. Puede llegar a sorprender que el reconocimiento de los hechos anteriores, es igual de importante que la toma de decisiones ulteriores. Es necesario conocer la historia de la situación para evitar caer en patrones de repetición de incumplimiento o de insatisfacción. Satisfacción En principio, es necesario reconocer que, probable- mente, no existirá una satisfacción completa o perfec- ta. Para esto lo adecuado sería comprender que, si se logran acuerdos sobre lo esencial, la mediación será un éxito, y sin descartar la posibilidad de un acuerdo totalmente satisfactorio para ambas partes y de con- formidad a todas sus peticiones. 67
Esta evaluación compensará las ganancias por sobre las pérdidas, como si se tuviera una balanza de guía, a la cual se sumará los pros de aceptar un acuerdo con los beneficios que da la mediación. La capacidad de un grupo para desarrollar soluciones nuevas e innovadoras a problemas difíciles es la base para la construcción de una sociedad más eficiente y avanzada. Sin desconocer que los conflictos son típicos de una sociedad, y de hecho, que sea difícil hallar una solución conjunta también lo es, por ello la tarea de la mediación es hallar una solución integradora, aunque no siempre completamente satisfactoria. Sin embargo, una cualidad que puede dar un giro satisfactorio casi completamente, aunque en papeles se encuentren solamente acuerdos de lo principal, va más allá y guarda relación con la psique humana. El elemento que puede definir esta satisfacción tiene que ver con el reconocimiento, la capacidad de dar fianza a que la postura que las partes defienden, aceptando que son válidas y están situadas en bases legítimas, brinda una satisfacción etérea, pero de suma impor- tancia a la hora de aceptar acuerdos. Arreglo Un arreglo, es la conquista de las fases que le antece- den, es el “trato hecho” que colocará a la mediación en 68
un etapa de cierre, siempre y cuando se definan clara- mente los acuerdos y responsabilidades ulteriores. En este punto es importante evitar crear dos tipos de arreglos: el arreglo ilusorio, que no resulte viable en su cumplimiento o que no satisface realmente las necesi- dades de las partes; y un arreglo injusto, que satisface a una de ellas pero que causa un perjuicio a la otra. El mediador debe empoderar su actitud directiva, en pro de la búsqueda del arreglo y sostenerla hasta la firma del acta de acuerdo. 69
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CAPÍTULO 6 PASOS PARA IDENTIFICAR UN CASO APTO PARA MEDIACIÓN “La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa”. Erasmo de Rotterdam, humanista neerlandés. 6.1. Pasos para identificar un caso apto para me- diación Primera reunión En principio, cualquier caso (excepto los expresamen- te prohibidos por ley) son aptos para mediación. El diagnóstico inicial surge a raíz de una primera reu- nión o acercamiento entre las partes, al cual haya asis- tido el mediador. Para la primera reunión se recomienda aplicar dos es- trategias de desarrollo, la primera buscará empoderar 71
a cada una de las partes en la expresión sin que signi- fique agresión de su postura, para reforzar la confian- za en la mediación y ganar conocimiento acerca del caso, desde ambas perspectivas. La segunda estrategia es la de “cruzar” las perspectivas, es decir, hacer que una parte con empatía se coloque en el lugar de la otra parte, y entienda su situación y demanda, y viceversa, para comprender la perspectiva contraria. También es sustancial que el mediador, tome con im- portancia y empatía la situación de cada parte, con es- cucha atenta pero que dirija la conversación hacia la solución, no estancarse en una conversa redundante acerca del problema. El mediador puede tener la capacidad de reformular las demandas de las partes a través de la sugerencia. Bajo este contexto, el mediador obtendrá un panorama amplio sobre la forma y el fondo de la situación, por lo que una solución será también amplia y sostenible. Se recomienda aprovecha la reunión a fin de recuperar o crear, paulatinamente, la relación filial o de afinidad de las partes. Evaluación de datos Se recomienda no apresurarse a conformarse con ideas de solución que provengan de la euforia de ese mo- 72
mento, sin que la sostengan bases sólidas que permi- tan su cumplimiento con el tiempo. Para esto, se sugiere la elaboración de un formulario con datos (Anexo 1), ya que es muy común que luego de encontrar la solución a un problema, se encuentre la falta de algún punto, para de esta manera mantener la claridad y la confianza del desarrollo de la media- ción. Dentro de la propuesta de formulario para evaluación que contiene el presente libro, se incluye la casilla de valores con los cuales se identifica el perfil de las par- tes, como una forma sutil de entrelazarlos con sus pro- pios valores dentro de la mediación, y asimismo, darle al mediador evaluador, pautas para identificar si una propuesta de mediación tendrá un ambiente adecua- do para su desarrollo, o a su vez, necesitará reforzar alguno de los valores expuestos. Identificar pro y contras de mediación e identificar pro y contras de vía judicial, facilidad de comunicación de las partes. Para esto se sugiere el uso del Análisis FODA, que consiste en detectar las fortalezas, oportu- nidades, debilidades y amenazas del caso. En las fortalezas se puede ubicar todas aquellas ca- racterísticas con las que, desde ya, cuenta el caso. Por ejemplo, una fortaleza sería la actitud colaborativa de ambas partes. 73
Las oportunidades, son aquellas características de ventaja que tendrían en un futuro, si se lleva a cabo la mediación. Por ejemplo, el costo de la mediación versus el costo de un litigio (se podría dar un valor aproximado). También indicar otras ventajas válidas, tales como que la solución al conflicto se daría en apro- ximadamente - Colocar número - días. O también, que intentar la vía de la mediación interrumpe los plazos para ejercer el derecho a litigar, es decir que no se afec- ta y, al contrario, la mediación protege su derecho, en caso de querer ejercerlo. Las debilidades, son las características que perjudican, actualmente, el desarrollo de la mediación. Por ejem- plo, una de las partes no quiere mediar o es de carácter muy conflictivo. Las amenazas, son las características que perjudicarían el desarrollo de la mediación, en el futuro. Por ejem- plo, una pésima comunicación entre las partes, y se ge- neran constantes malentendidos. O quizás, que una de las partes debe salir del país en una fecha cercana. Si las características a favor -fortalezas y oportunida- des- definen que es propicio seguir la instancia media- dora, se sugiere continuar en formulario. Sin embargo, si se encontraren una mayor cantidad y peso, de las características en contra debilidades y 74
amenazas, se debe buscar una manera de solventarlas, así, por ejemplo: Una vez obtenidos los resultados, se podrá prevenir dificultades del proceso y actuar con creatividad para superarlos. Es importante que, en la evaluación de datos, se tome una actitud realista, esto reforzará el compromiso y evitará la pérdida de tiempo en temas infructuosos. 75
Detección de acuerdos injustos Como dato importante, y a puertas de considerar un caso apto para mediación, se sugiere verificar que exista claridad acerca de la no obligación de aceptar el acuerdo, si esto no es totalmente válido o adecuado para una de las partes. Esto, para evitar que existan casos de injusticia, en que una de las partes ejerza coerción o manipulación res- pecto de la otra, para lo cual es importante la impar- cialidad, la ética y la capacidad de intervención en el momento adecuado, por parte del mediador. En casos de acción urgente, como aquellos de conta- minación o daño al ambiente, por parte de grandes petroleras o empresas con cierto poder, la mediación no debe estar centrada solo respecto al dinero, sino a la verdadera reparación del daño a las personas y a la naturaleza (artículo 320 del Código Orgánico del Ambiente), la reparación integral se debe aplicar en todas las infracciones leves, graves o muy graves, en las cuales exista un daño ambiental. Muchos son los casos en que se ha verificado con informes y estudios, un daño al medio ambiente, y en sentencias se reflejan únicamente las compensaciones económicas del daño hacia las personas, quedando suelto y en desamparo uno de los temas más relevantes. 76
La naturaleza, es el lugar en donde se reproduce la vida, y que conforme consta en nuestra Constitución, es sujeto de derechos, tales como a que se respete in- tegralmente su existencia y el mantenimiento y rege- neración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Es decir, una mediación respecto a contaminación, daño o afectación ambiental, no deberá enfocarse úni- camente en los que asisten en calidad de peticionarios, sino en la propia naturaleza que tiene derecho a una reparación, para evitar que cualquier persona que propenda la defensa de los derechos de la naturaleza, logre acuerdos en favor de ésta, y no en su propio be- neficio personal. En estos casos, es importante que se sepa reconocer si corresponde a una reparación civil ambiental, o reparación de la naturaleza en sí, para de este modo sumar todas las posibles afectaciones. Si bien el mediador, no podría directamente influir en las decisiones de las partes, si podrá recordar ciertos parámetros que hagan repensar los acuerdos, a fin de evitar un problema mayor para las partes, a futuro. Esto es parte de la intrínseca ética que acompañará al mediador durante todo el proceso, entendiendo que el éxito no radica en la firma de un acta de acuerdo total o parcial, sino que radica en el encuentro de acuerdos justos o desacuerdos justos, si debe ser el caso. 77
6.2. Elaboración del acuerdo de mediación Una vez que tenemos identificadas las demandas de cada parte, lo que está en juego, y los tiempos de ac- ción que las partes están dispuestas a dar al proceso de mediación, es momento de planificar el desarrollo de los acuerdos. Como siguiente punto, es importante que se haga una lectura de las propuestas anotadas durante la negocia- ción. Con la guía del mediador, darles forma a las pro- puestas, nunca descartarlas de plano sino ubicarlas en orden de factibilidad de que se realicen. En la elaboración de la propuesta se debe considerar que ésta es una sugerencia y guía, no tiene la caracte- rística de ser obligatoria. Ésta deberá recabar los pun- tos de conflicto, en resumen. Ésta deberá ser consen- suada, realista y sostenible en el tiempo. También es oportuno detallar cuidadosamente los tiempos para cumplimiento, las vías para comunicar los imprevistos y reagendar una cita para un nuevo acuerdo con base en el imprevisto. Nuevamente la comunicación refuerza su importan- cia, y en la era digital, nos otorga una maravilla de he- 78
rramientas para mantener fluidez en esta importante tarea, y a la vez, realizar control del cumplimiento de acuerdos. Por ejemplo, el mediador podrá realizar re- uniones virtuales entre las partes, grupos de mensaje- ría, entre otros. 79
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Consideraciones Finales En vista de la relevancia de la mediación, como herra- mienta adecuada de solución de controversias, y por el sinnúmero de ventajas, así como también de respon- sabilidades, que se atienden en su ejercicio, se podrá notar que nos es importante ejecutar lo más pronto una valiosa tarea: la de capacitar. Para esto es necesario conocer las bases teóricas en relación al tema, con una metodología hermenéutica y dogmática, conociendo que el conflicto atrae más conflicto, entonces diríamos que la capacitación atrae profesionales con más conocimiento, la comunicación atrae más comunicación, y la cultura de paz, traerá también más paz, en un mundo que de manera impe- rante lo necesita. Así como crece el Estado y su población, crecen los conflictos, como un acto propio del comportamiento 81
humano primario, sin perjuicio de lo cual, nosotros, como educadores de esta especialidad, podemos y debemos de manera responsable, aportar con concep- tos y en especial, con aquella práctica que parte desde nuestro hogar, el entorno laboral y la comunidad, la de encontrar una comunicación pacífica, para lograr ese Estado de paz que todos anhelamos, y que encuen- tra respaldo en los más altos acuerdos mundiales tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, siendo así, una tarea para todos y cada uno. En países como el nuestro, en los que se desborda la atención de las causas judiciales, y con demoras (pro- pias de esta sobre carga), se puede vulnerar el dere- cho al acceso a una justicia de calidad, resulta aún más importante brindar y fomentar las instancias media- doras, siendo más rápidas, eficientes, y de ahorro de recursos. Será grato para el Ecuador que, producto de fortalecer esta instancia, a nivel nacional e internacional, cuente con un reconocimiento como país de paz y soberanía comunitaria, en la formación de sus propias solucio- nes. Tal vez sea el paso más grande en la transición de superar los vestigios de una nación ex feudal, en donde sumaban las quejas puestas en conocimiento del patrón (hoy Estado), hacia consolidarse como una 82
verdadera democracia (poder en el pueblo) con base en la práctica rutinaria. Por esto, súmese la presente entrega, como parte de ésta práctica mediadora, desde el área académica. 83
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Anexo 1 Formulario guía en la detección de caso idóneo para mediación 89
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