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National Geographic

Published by admin, 2023-01-25 14:11:38

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De cerca, advierto que muchas pinturas se y penetra al interior seco. Cuando se evapora el están desintegrando. Una está picada, otra agrie- agua, se acumulan cristales salinos detrás de la tada, y en algunas zonas el yeso sobresale como pintura y los murales se descarapelan. Este pro- una ampolla. Durante siglos, en la región cercana ceso está ocurriendo en yacimientos por todo el al altiplano tibetano llovía poco, pero el clima está Himalaya, y es casi imposible detenerlo una vez cambiando y la estructura de tapial no está dise- que ha comenzado. “Incluso el clima conspira en ñada para resistir estos niveles de humedad. contra nuestra”, señala Tsewang. “Antes, la lluvia y la nieve derretida se filtraban En un pasaje detrás del imponente buda, por una sola capa de ladrillo. Ahora las tormentas Tsewang me señala una zona en la cadera de la son escasas pero potentes. A veces una gran tor- estatua que resanaron torpemente con arcilla. menta en primavera equivale a todo el invierno. “Hace cerca de 20 años entraron ladrones y se Cuando todo se derrite a la vez, este es el resulta- robaron el gsung”, los tesoros que consagran y le do”. La humedad se filtra por las paredes de barro dan vida a la estatua. E L R E Y D E M U S TA N G E S TÁ L I S T O P A R A R E C I B I R N O S 49

Es tradición que, sin importar el tamaño, las En 1992, por fin se permitió el acceso al turismo esculturas ritualistas tengan el centro hueco. Du- a Mustang, pero cada año se expedían pocos per- rante el proceso de consagración se les llena de misos. Este ritmo se ha mantenido así hasta aho- oraciones escritas y objetos valiosos, como cuen- ra, pero Jigme está seguro de que pronto tas de ágata, estatuillas de bronce, oro y piedras cambiará. Y si bien Nepal es célebre por las expe- preciosas. Los tesoros ayudan a darle vida a la diciones al monte Everest, buena parte del turis- estatua, pero los objetos de valor también se pue- mo millonario del país consiste en senderistas y den emplear para reconstruir el monasterio si peregrinos religiosos, para quienes Mustang re- alguna vez se daña o destruye. presenta un interés especial, ya que ofrece paisa- jes impresionantes, pero también es una ventana Según el estudioso Charles Ramble, quien in- a la cultura tibetana que en otras partes práctica- vestigó el robo, y líderes locales, un lama tibetano mente ha desaparecido, comenta Jigme. llegó a Gompa Gang alrededor del año 2 000 y ofreció restablecer una comunidad de monjas. Pese a su optimismo, las ganancias de esta con- Emocionados por la oferta, los representantes siderable inversión todavía parecen muy lejanas. locales le permitieron ver el karchak, un libro que En ese momento, Tsewang y yo somos los únicos incluye información clave sobre el edificio, como huéspedes del hotel y Jigme no es el único que la ubicación del gsung. Más tarde, el lama se des- depende del turismo. Durante mi visita había pidió y prometió volver pronto. Poco tiempo des- decenas de hoteles en Lo Mantang, un poblado pués, un portero descubrió el hoyo en la cadera con tan solo 1300 residentes oficiales que, debido del Buda. No había registro de lo que estaba ocul- al clima riguroso de Mustang, solo es viable visi- to dentro de la estatua, pero habían desaparecido tarlo seis meses al año. En el invierno, las tempe- esos tesoros que le dieron vida a la estatua a lo raturas caen muy por debajo del cero y se largo de siglos. Nunca se volvió a saber nada del congelan las tuberías, por lo que los baños de los lama. Desde entonces se considera que el Gompa hoteles quedan inutilizables. En el verano, los Gang perdió su poder. Tsewang me contó que ya monzones provocan derrumbes que bloquean las casi nadie sube a rezar ahí. carreteras durante semanas. “¿V I S T E E L AU TO B Ú S ? ”, pregunta Jigme una tar- Si bien Jigme espera que la carretera atraiga a de mientras estamos sentados tomando té. Más visitantes a Lo Mantang, también facilitará que temprano habíamos visto un autobús fabricado la población –de por sí cada vez más reducida– en India subir a marchas forzadas por el camino se vaya. En el curso de los últimos años se han sinuoso que llega a Lo Mantang por el risco, le- marchado muchos jóvenes a buscar fortuna en vantando polvo a su paso. El camión había salido Katmandú, Japón, Corea y Estados Unidos. La de Jomsom, al sur de Lo Mantang, antes del economía del valle sigue dependido de los enor- amanecer para hacer un recorrido de 95 kilóme- mes rebaños de cabras y yaks, pero ahora ese tros y cada asiento estaba a reventar con lugare- trabajo inclemente está perdiendo su atractivo. ños y algunos turistas nepalíes. Una pancarta grande decorada con escritura nepalí colgaba en Si continúa esta tendencia, Jigme predice que el cofre chato del vehículo, para anunciar que la región perderá 80 % de su población en los era el primer autobús público en realizar el via- próximos 20 años. Si bien Jigme espera que la je. “De niño, jamás imaginé que algún día po- carretera atraiga a visitantes a Lo Mantang, tam- dríamos conducir hasta acá desde Katmandú”, bién facilitará que la población –de por sí cada cuenta Jigme. vez más reducida– se vaya. En el curso de los úl- timos años se han marchado muchos jóvenes a Pero esa percepción ha ido cambiando con los buscar fortuna en Katmandú, Japón, Corea y años. Con el auge de la economía china y el de- Estados Unidos. La economía del valle ha depen- sarrollo en otras zonas de Nepal, Jigme, y todos dido demasiado tiempo de los enormes rebaños en Mustang, se dieron cuenta de que era inevita- de cabras y yaks, pero ahora ese trabajo inclemen- ble construir una carretera. De hecho, estamos te está perdiendo su atractivo. (Según una encues- sentados en el ejemplo más tangible de este he- ta, más de 2000 lo-pa viven en Nueva York, más cho: el Royal Mustang Resort. Jigme construyó que toda la población de Lo Mantang). este hotel de 22 habitaciones a las afueras de la muralla de la ciudad de Lo Mantang, en una pro- El panorama es aún más sombrío porque la piedad que le heredó su padre. promesa del turismo ha provocado una voraz es- peculación inmobiliaria. “Alguna vez hubo una regla no escrita que dictaba que los lo-pa no 50 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

H I MUSTANG M A Lo Mantang LAY N A Katmandú E P AL En su apogeo, Lo Mantang, capital del reino de Lo, era el centro del arte y la arquitectura del budismo tibetano, incluido Thubchen Lhakhang, un templo que se reconstruyó para recuperar su gloria original. Hoy, tras siglos de aislamiento, la región empieza a abrirse, lo cual amenaza el patrimonio cultural de los lo-pa. Segunda Calle Templo de Thubchen Templo de Jampa muralla (mostrado en la siguiente página) CIUDAD AMURALLADA Estupas Las ciudades amuralladas son características de este periodo. Las gruesas muros de barro protegían a sus habitantes y su ganado, así como el palacio y los edificios sagrados llenos de tesoros. Palacio real Portón de acceso Torre 160 m N Pilas de leña HOGAR EN MUSTANG Estupa de Un corral debajo de las protección habitaciones de una fami- lia, a las cuales se llega por una escalera. Las estufas para cocinar y los calentadores funcio- nan con estiércol. Sala principal Caballeriza Capa Patio de yeso Ladrillos de adobe Basamento de piedra CONANT, RILEY D. CHAMPINE, EQUIPO NGM.







Los textos sagrados yacen apilados debajo de las múltiples repre- sentaciones Buda en un gompa o monaste- rio fortificado, donde se utilizan en ceremo- nias religiosas. Cada libro de hojas suel- tas, o pecha, contiene páginas entintadas a mano, iluminadas con pinturas, y cubiertas de madera talladas a mano envueltas en tela.

Esta efigie de barro de Buda se encontró en una pila de artefactos descartados en uno de los complejos palacie- gos en desuso de la familia real. Puede da- tar del siglo XIV, cuan- do estas estatuillas formaban parte de los hogares y los templos. 56 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

podían vender sus propiedades a gente de fuera”, “PARA SALVAR explica Jigme. Pero el valor de las propiedades se NUESTRA CULTURA, disparó y se ha ignorado este tabú. Jigme me NECESITAMOS cuenta que, hace poco, un terreno de 0.4 hectá- EL TURISMO, reas de pastizal cubierto con rocas, no lejos de Y PARA TENER TURISMO, donde estamos, se vendió por 700 000 dólares. NECESITAMOS “¿Puedes culpar a un agricultor que gana 700 dó- LA CARRETERA”, lares al año por vender y mudarse a Katmandú o AFIRMA EL REY JIGME. Nueva York?”, pregunta. No es casualidad que el auge en la construcción L E M E N C I O N É A J I G M E que quería visitar la fron- de carreteras en Nepal coincida con la Iniciativa tera china, así que una mañana arregló que de la Franja y la Ruta, del presidente chino Xi Jin- Tsewang y yo fuéramos en un todoterreno. Reco- ping, una ambiciosa campaña de infraestructura rrimos un camino regular de terracería que nos diseñada para expandir la economía y la influen- condujo al norte, hacia una cordillera de colinas cia política chinas desde Asia oriental hasta Eu- cafés con cimas nevadas. Luego de una hora, nos ropa. Cuando se termine, incluirá múltiples acercamos a un control fronterizo nepalí. Un jo- carreteras que crucen el Himalaya, pero tal vez ven soldado me mira en el asiento trasero, frunce ninguna ofrecerá una ruta más directa a India el ceño y dice algo en nepalí. “Dice que no se per- que la que recién recorrí desde Katmandú hasta mite que extranjeros visiten la frontera. La última este punto de la frontera. vez que vine no era así”, dice Tsewang. Influye también el descubrimiento, en 2014, de Nos damos la vuelta y a unos kilómetros nos un enorme yacimiento de uranio en Mustang. paramos a comer fideos en un pequeño local. China está construyendo plantas nucleares a toda Cuando le contamos la anécdota al propietario, velocidad para cubrir sus necesidades energéticas nos dice que hay otra ruta para llegar a la frontera. y compromisos para reducir su huella de carbono. “Los llevo”. Al poco tiempo vamos a toda veloci- Aunque no han inaugurado ninguna planta, dad a bordo de su motocicleta por otro camino de terracería, y desde la parte trasera me agarro Mark Synnott (edición de abril de 2022) cubrió una con fuerza de su chamarra de piel. Vamos al nor- expedición a Guyana para estudiar un tepui de la re- te, ascendemos por un camino sinuoso lleno de gión amazónica. Cory Richards fotografió “Una línea baches, cruzamos Kora La, un paso de montaña en las montañas” para la edición de marzo de 2021. a 4 660 metros de altura. Un par de kilómetros más adelante, el camino termina de golpe en una reja de alambre de púas que se extiende por tierra árida más allá de lo que alcanza la vista. Se escucha el rugido del viento. El piso está cubierto de botellas de cerveza rotas y envolturas de plástico. Un letrero en inglés dice: “No estacio- narse en la tierra de nadie” [sic] y “No fotografías” [sic]. Algunos turistas nepalíes, que también lle- gan en moto, ignoran el letrero y se toman selfis en torno a una columna de concreto de poca al- tura que marca la frontera entre Nepal y China. Unos cien metros detrás de la reja, en el lado chi- no, tres edificios monolíticos, cada uno más o menos del tamaño de un Walmart y recubiertos con lo que parece mármol blanco. Numerosas videocámaras montadas en postes de metal apun- tan en nuestra dirección. Más adelante encontré imágenes satelitales que revelan lo que hay más allá de los monumentales edificios de mármol: estructuras que, a decir de los lugareños, eran cuarteles militares. E L R E Y D E M U S TA N G E S TÁ L I S T O PA R A R E C I B I R N O S 57

Un palacio derruido en el poblado de Tsarang se posa en la cima de una montaña con vista al desfiladero del Kali Gandaki; los picos del macizo de Annapurna se asoman a la distan- cia. Un terremoto severo en 2015 dañó esta y otras estructuras en Mustang. 58 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

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DER. El monje novato Ngwang Phinjo sostie- ne un tesoro deteriora- do del pasado de Mustang. Una pintura en lienzo, thangka, re- presenta a una deidad que sostiene la luna, con la imagen de un co- nejo. Quizá se empleó para meditación perso- nal o instrucción mo- nástica. Este tipo de pinturas corren el ries- go de deteriorarse por el paso del tiempo y la exposición al clima. DEBAJO Palos y espadas cuelgan en una capilla junto a una mano momificada y máscaras de deidades protectoras que contra- rrestan la ignorancia, a los intrusos y el mal. Según un relato, la mano le perteneció a un enemigo que atacó el reino. 60 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

parece lógico que, en algún punto, el uranio se quiere enseñar algo especial. Como muchos en convierta en otro tesoro codiciado de Mustang. Mustang, Jigme tenía reservas para enseñarme sus artefactos. Me asegura que, a la fecha, no le Esa noche, Jigme me invita a cenar en el Royal ha permitido a nadie ver los tesoros que heredó Mustang Resort. Durante la cena, Jigme predice de su familia real. que dentro de unos años China construirá una zona comercial en Kora La, con hoteles occiden- Me lleva a un lugar cuya ubicación prometo no tales, casinos y quizá un aeropuerto. “El turismo revelar. Abrimos una puerta de madera destarta- crecerá a gran escala”, aseguró. Y puede que Mus- lada en el piso que conduce a una escalera rudi- tang necesite precisamente un auge del turismo, mentaria. Prendemos las linternas de nuestros pero reconoce que también podría conllevar un cascos y, con cuidado, sigo a Jigme a una habita- tsunami de influencias de fuera que diluya la iden- ción sin ventilación. Tenemos que avanzar en cu- tidad lo-pa. Sin embargo, es un riesgo que todo clillas para no golpearnos la cabeza con las vigas lo-pa con el que hablé está dispuesto a correr. “Para talladas a mano. El aire se siente rancio y cargado rescatar nuestra cultura, necesitamos el turismo. de polvo. Jigme enciende una sola lámpara de Y para tener turismo, necesitamos la carretera”. mantequilla de yak y de la oscuridad surge una fila de estatuas de bronce de tamaño casi real, un pan- En mi última mañana en Mustang me reúno teón de deidades decoradas con oro, plata, turque- con Jigme en su hotel para desayunar. Mientras sa y coral. Brillan bajo la luz amarilla. Más allá, en desayunamos café y huevos, me dice que me las sombras, distingo que el resto del sótano está lleno de cajas de madera empolvadas, como un cargamento apilado en la bodega de un barco. “Heredé todo esto”, con la mano, Jigme reco- rre los objetos. “Y tengo que hacer algo maravi- lloso con ellos. Te lo muestro porque mi sueño es crear un museo donde pueda exhibirlos y darles vida. Así, algún día, se los podré heredar a mis hijos. Pero se requiere mucho dinero, que no tengo”. Se ríe y añade: “Lo que necesito es una máquina de dólares”. Por el momento, a Jigme solo le queda orar y encontrar la manera de proteger sus posesiones. Tal vez la carretera atraerá a suficientes turistas para llenar su hotel y entonces se convierta en esa máquina de dólares que necesita para preservar los tesoros familiares. Nada de esto parece pesarle demasiado a Jigme cuando se acerca a las estatuas e inclina la cabeza para encender una segunda lámpara. Mientras reza en voz baja en tibetano, me pregunto si siente la fuerza vital de esas antiguas deidades en su propio cuerpo, como quizá sus antecesores lo hi- cieron. Cruje el pabilo de la vela y la llama pro- yecta siluetas oscuras en los muros derruidos. Pienso en ese reino, no solo en sus tesoros histó- ricos, también en la grandeza hipnotizante de su paisaje silvestre y su quietud que sosiega el alma. Aquí hay mucho que conservar. Y mucho más que perder. j E L R E Y D E M U S T A N G E S T Á L I S T O P A R A R E C I B I R N O S 61

Un grupo de oración de mujeres mayores lo-pa se reúne en un vestíbu- lo afuera de Jampa Lhakhang, un templo en Lo Mantang, para comer avena y recitar mantras. Tras haber ex- perimentado grandes cambios, su generación puede ser la última con residentes permanen- tes de Mustang. 62 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

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Un vendedor de algo- dones de azúcar trabaja en Bazar de Cox, una playa de alrededor de 95 kilómetros de longi- tud en el extremo sur de Bangladés.

Vendedores de flores, ganado y bañistas conviven aglomerados en Bazar de Cox, un afamado destino turístico en Bangladés. POR NINA STROCHLIC FOTOGRAFÍAS POR ISMAIL FERDOUS 65



N E PA L BUTÁN ASIA INDIA BANGLADÉS BANGLADÉS OCÉANO ÍNDICO INDIA Daca Bazar de Cox BIRMANIA Golfo de Bengala Quienes visitan Bazar PARA QUIEN NO VIVE EN BANGLADÉS, de Cox pueden montar a caballo o realizar Bazar de Cox es el campo de refugiados más grande del planeta, caminatas. El lugar hogar de casi un millón de rohinyás exiliados que huyeron de lo conserva el nombre que Naciones Unidas reconoce como genocidio en la vecina asignado a un mercado Bir-mania. Sin embargo, para muchos bangladesíes se trata de local de 1799 para un destino turístico perfecto establecido en una de las playas de honrar al capitán Hiram are-na natural más extensas del orbe: cerca de 95 kilómetros de Cox de la Compañía costa en el golfo de Bengala. Británica de las Indias Orientales. Millones de Estos dos Bazares de Cox se encuentran divididos por colinas bangladesíes acuden y puestos de control que ubican a la playa y al campo de refugia- cada año a esta dos en “dos mundos distintos”, asegura Ismail Ferdous, quien los extensión de arena. conoce bien. Uno de sus primeros recuerdos se remonta al viaje en tren con su familia para vacacionar, pero en fechas recientes, National Geographic como fotógrafo, ha documentado la crisis de los rohinyás. Society, comprometida con iluminar y proteger Un día de invierno a comienzos de 2020, Ferdous tomó un la maravilla de nuestro des-canso de su trabajo en el campo de refugiados para pasear mundo, ha financiado por la playa, a 29 kilómetros. La temperatura superaba 38°C y el el trabajo del explora- sitio es-taba abarrotado. Trabajadores textiles, ejecutivos en tele- dor Ismail Ferdous des- comuni-caciones, vendedores y estudiantes de madrasa compar- de 2019. tían la playa. Algunos habían tomado un autobús nocturno de entre 10 y 15 horas de recorrido solo para pasar la tarde en el agua. ILUSTRACIÓN POR JOE MCKENDRY Ismail creció en Daca, pero durante una década vivió en el ex- NGM MAPS tranjero. Cuando volvió a la playa de Bazar de Cox experimentó el inesperado impacto del choque cultural; la escena distaba mucho de las playas en Europa y Estados Unidos. Él asimiló esta pers- pec-tiva y enfocó su lente en los servicios de paseo a caballo y los bañistas de discreta vestimenta bajo el sol de mediodía. Con el océano como telón, la playa ofrece un aspecto sereno, incluso vacío. Volvió en dos ocasiones más. En su más reciente visita, Ferdous llevó a sus padres, sus hermanas, hermano y dos sobrinas para vacacionar. Habían pasado más de 20 años desde que la familia estuvo reunida ahí. “Mi mamá aún me escribe para hablar de eso. Me dice: ‘Gracias por hacerlo’”, comenta. j Nina Strochlic escribió anteriormente sobre la Vía Apia. Ismail Ferdous documenta temas sociales y humanitarios. U N A P L A Y A P A R A T O D O S 67

Aunque en la playa de Cox todos los días se capturan selfis, imágenes de juegos y atardeceres, el fotógra- fo Ismail Ferdous sabía que sus retratos sencillos, con el mar y la arena como escenario, sobresaldrían. 68 N AT I O N A L G E O G R A P H I C

“Lo que la gente no ve, a eso le presté atención, comenta Ferdous respecto a la enorme variedad de perso- nas que trabajan y se divierten en ese sitio. Ahí uno encuentra habitantes de 64 distritos, con 64 acentos”. U N A P L AYA P A R A T O D O S 69

No es raro ver ganado que deambula con li- bertad en Bazar de Cox, así como en el resto de Bangladés. Es posible que estas vacas hayan sido atraídas por comi- da desechada o quizá, como los humanos que las rodean, disfrutan de la arena suave y el aire fresco cerca del agua.



INSTAGRAM JAVIER AZNAR DE NUESTROS FOTÓGRAFOS QUIÉN Cuando Aznar viajó a la Amazonia ecuatoriana, es- peró encontrar una vida silvestre abundante y diver- Antiguo biólogo que se sa. “No conocía muchas especies”, recuerda. Pero centra en la historia natural este animal “irreal” fue una sorpresa especial. y la conservación. Durante una caminata nocturna, Aznar encontró muchas ranas e insectos, y luego al diablo espinoso DÓNDE saltamontes, que lo dejó helado. Con su lente macro y flashes que eliminaron el fondo, capturó este re- A las afueras de Tena, trato de la criatura, un depredador feroz de otros Ecuador. insectos, pero al parecer dispuesto a posar. QUÉ Sony Alpha 7R III, con lente de 50 mm y dos flashes externos. National Geographic es la marca más popular en Instagram, con más de 324 millones de seguidores. Esta página muestra imágenes de nuestras cuentas @natgeo, @natgeotravel, @natgeointhefield, @natgeoadventure, @natgeoyourshot. 72 N AT I O N A L G E O G R A P H I C



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