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PSYC225_M4_VOCABULARIO

Published by Recinto Online, 2019-11-08 11:51:47

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Módulo 4: Los procesos de socialización del individuo VOCABULARIO

CONTENIDO RELACIONES ÍNTIMAS.............................................................................................. 3 HIPÓTESIS DE PAREJAS .......................................................................................... 7 NECESIDAD POR AFILIACIÓN................................................................................ 12 ALTRUISMO.............................................................................................................. 17 NORMAS SOCIALES................................................................................................ 22 AGRESIÓN................................................................................................................ 23 SUPUESTOS BÁSICOS EN EL ANÁLISIS PSICOSOCIAL DE LA AGRESIÓN ..... 25 TEORÍA DE APRENDIZAJE SOCIAL....................................................................... 27 REFERENCIAS ......................................................................................................... 31

RELACIONES ÍNTIMAS La percepción social es el estudio de las influencias sociales sobre la percepción. Hay que tener en cuenta que las mismas cualidades pueden producir impresiones diferentes, ya que interactúan entre sí de forma dinámica (Pérez Porto, y Gardey, 2008). La intimidad consiste incluir a otras personas en nuestro autoconcepto y compartir lo que hay en nuestro interior, como nuestros secretos y pensamientos más profundos que no los compartiríamos con otra persona. La intimidad se da ya sea con familiares, amigos cercanos o una pareja romántica. Podemos medir nuestro nivel de intimidad con el grado en que la otra persona es incluida en nuestro autoconcepto, cuando a esta persona le sucede algo terrible o algún éxito podemos llegar a sentir como si el fracaso o el éxito nos hubieran sucedido a nosotros mismos. La gran mayoría de las personas compartimos nuestra intimidad con personas del mismo sexo o del sexo opuesto a veces con un grupo de personas en donde nos sentimos identificado y surge la amistad la cual es una de las relaciones interpersonales más comunes que llegan a tener las personas. A diferencia de las relaciones con nuestros padres y demás familiares, la amistad es totalmente voluntaria, podemos elegir libremente a quien llamar amigo y con quien compartir nuestra intimidad. Otra forma con la que compartimos nuestra intimidad es con las relaciones románticas. Todos nos hemos enamorado alguna vez, cuando empezamos una relación hay un tipo de amor romántico que es característico de esta etapa y es el amor apasionado.

Sabemos cuándo es amor apasionado cuando sentimos mariposas en el estómago y nuestro corazón palpita de una manera descontrolada. Cuando vemos a nuestra pareja también tendemos a verla como la persona perfecta, el mejor novio o la mejor novia del mundo. Para los que persisten en el entran al , en este tipo de amor estamos en una relación más segura y confiable en que conocemos los defectos de nuestras parejas, hay comprensión mutua y es vemos a nuestra pareja de una manera más realista. Ya cuando nos vamos acostumbrando a convivir con nuestra pareja, nos vamos pasando a un nuevo tipo de amor si el amor persiste. Hay parejas que cuando ven que la “llama” se apaga piensan que el amor se terminó y deciden terminar la relación (Kassin, S., Fein, S., & Marcus, H. R., 2010). Desde que nacemos tenemos necesidad de formar vínculos con otros. Ningún intento de comprender la conducta humana puede tener éxito hasta que comprendamos las relaciones íntimas que constituyen el núcleo de la condición humana (Migallón Albentosa, 2019). Las relaciones sociales íntimas afectan a tres de los componentes de la felicidad: el afecto positivo (alegría), la satisfacción vital, y la salud física y mental. La Psicología Social aborda las relaciones interpersonales desde una metodología científica, de esta manera se persigue que el conocimiento adquirido sea fiable, válido y pueda ser replicado por otros investigadores (Migallón Albentosa, 2019). Sartre afirmaba que siempre estamos solos era bastante preciso, por un lado, pero por otro es verdad que el hombre se encuentra en una

búsqueda permanente de compañía, atraído por sus semejantes, para huir de la soledad. El comportamiento humano queda impregnado por la búsqueda de lazos relacionales interdependientes. El hombre también realiza conductas agresivas y disociativas. En definitiva, las conductas asociativas y disociativas son las que definen el comportamiento humano. Las conductas asociativas pueden darse desde la dimensión interpersonal del ser humano y también desde otras más intragrupales e intergrupales. Desde la atracción interpersonal al amor. El hombre huye de la soledad. Para la Psicología Social el ser humano es un ser relacional que está dentro de un contexto que lo sitúa en una red de intercambios. Por su naturaleza afiliativa se relaciona con otros individuos con los que coopera para vivir en sociedad. Las Ciencias Sociales y la Psicología se han ocupado de las relaciones interpersonales en sus diferentes facetas: La Psicología Evolutiva se ha dedicado al estudio de las relaciones entre padres e hijos. La Sociología y la Antropología han estudiado las relaciones interpersonales en el matrimonio y la familia. La Psicología Social al principio no se ocupaba de la conducta amorosa, pero hace un tiempo que ha comenzado a ocuparse de ella. Unas buenas relaciones interpersonales tienen unos efectos importantes, según Argyle son los siguientes: • Incide sobre la felicidad. • Incide en la salud mental. • Y también incide en la salud física.

Atracción interpersonal. Definición y delimitación conceptual. La atracción hace referencia a una actitud positiva experimentada por una persona respecto a otra. Querer y Amar están relacionados, pero no significan lo mismo. Querer es sentir cariño, afecto por otra persona y Amar es sentir un intenso afecto por otra persona. La atracción interpersonal es la tendencia de un individuo a evaluar positivamente a otra persona. La atracción como actitud tiene tres componentes: el componente cognitivo, el componente afectivo y el componente conductual. La teoría del amor de Sternberg Una de las teorías más conocidas del amor es la teoría triangular de Sternberg. Robert Sternberg, es un psicólogo estadounidense, profesor de la Universidad de Yale, ampliamente reconocido por sus investigaciones. No solo se ha interesado por el amor, sino que la inteligencia o la creatividad también han sido objetos de interés en sus investigaciones realizadas en el ámbito de la Psicología Cognitiva y de las emociones. En especial, sus aportaciones en el ámbito del estudio de la inteligencia son muy conocidas (Corbin, 2019). Entendiendo su teoría Para Sternberg, el amor está compuesto por 3 cualidades que se manifiestan en cualquier relación amorosa: intimidad, pasión y compromiso. Estos elementos, a la práctica, se entremezclan entre sí, pero saber distinguirlos en un marco teórico nos ayuda a comprender el fenómeno del amor y a reconocer mejor sus matices y detalles. A continuación, puedes encontrar una breve explicación acerca de ellos:

• Intimidad: La intimidad hace referencia al sentimiento de cercanía, a la conexión entre las dos personas que forman parte de la historia de amor, a la confianza entre ellos, a la amistad y al afecto. • Pasión: Este componente es la excitación o la energía de la relación. Los sentimientos de la atracción física y el impulso o la necesidad de estar con la otra persona y de tener relaciones íntimas. • Compromiso: Hace referencia a la decisión de seguir en la relación a pesar de los altibajos que puedan surgir. Incluye aspectos como los momentos vividos, la historia de la relación, etc. Estos tres elementos representan las esquinas de la pirámide de la teoría de Sternberg, con la intimidad en el punto más alto y el compromiso y la pasión a los lados. Dependiendo de las combinaciones que se produzcan entre estos componentes, las relaciones amorosas serán distintas. Por ejemplo, en una nueva relación, la pasión predomina por encima de la intimidad y el compromiso (Corbin, 2019). HIPÓTESIS DE PAREJAS Existen diversas teorías que explican los orígenes de los problemas maritales. Con relación a las motivaciones inconscientes que tenemos, elegimos a nuestra pareja. Todo el mundo a la hora de elegir pareja lo hace con una idea de lo que espera de ella (Sánchez, 2019). Se elige por lo que se sabe y este es el problema de muchas personas que eligen por lo que se cree que es, haciendo una selección objetual. Las hipótesis a la hora de elegir pareja son varias. Los padres de la pareja.

El éxito de la pareja depende, en muchos casos, de las experiencias de cada uno cuando eran niños, con sus familias de origen y los sentimientos que experimentaron (amor, odio, pertenencia, pérdida, etc.). En esta etapa, cada miembro de la pareja proyecta sobre el otro esas imágenes idealizadas y fantaseadas de sus propios padres. Si los sentimientos de ambivalencia no se resolvieron en la adolescencia y siguen activos, pueden producirse conflictos de pareja (Sánchez, 2019). Complementariedad inconsciente de la pareja La vida en pareja es una oportunidad de crecimiento y maduración, pero a veces se elige a la pareja esperando llenar un vacío emocional. En este momento aparecen los primeros problemas porque no es lo que esperabas. Aparecen sentimientos de tristeza sobre las esperanzas que te habías creado. A veces el enamoramiento no se hacer por casualidad y por química entre las personas, sino por una motivación inconsciente en la elección. Aparecen conflictos por la poca tolerancia hacia el otro (Sánchez, 2019). Mecanismos de identificación proyectada Se supone que la pareja ha sido elegida para llenar aspectos de la personalidad que nos han sido vetados. Por ello, culpamos a nuestra pareja de no hacernos realmente felices (Sánchez, 2019). Destrucción del modelo ideal Existen conflictos entre la pareja por el desengaño que uno de ellos sufre debido a que su modelo “ideal” no es lo que esperaba

Mecanismos de identificación proyectada Se supone que la pareja ha sido elegida para llenar aspectos de la personalidad que nos han sido vetados. Por ello, culpamos a nuestra pareja de no hacernos realmente felices (Sánchez, 2019). Destrucción del modelo ideal Existen conflictos entre la pareja por el desengaño que uno de ellos sufre debido a que su modelo “ideal” no es lo que esperaba. Se crea una desilusión y se rompe el modelo que se esperaba (Sánchez, 2019). El hijo síntoma A veces debido a estas situaciones frustrantes que sufrimos, culpabilizamos a otras personas que no tienen nada que ver. En este caso, culpamos a nuestros hijos. Un consejo que os ofrecemos es tomarse las cosas con calma (Sánchez, 2019). Modelo Psicodinámico La hipótesis psicodinámica diría que la elección de la pareja se estudia desde la teoría de la Relación de objeto “el modo de relación del sujeto con su mundo, resultado de una determinada personalidad, aprehensión más o menos imaginativa de los objetos y unos tipos de defensa predominantes” (Laplanche y Pontalis, 1979) (AulaFacil, 2019). La hipótesis psicodinámica diría que la elección de la pareja se estudia desde la teoría de la Relación de objeto “el modo de relación del sujeto con su mundo, resultado de una determinada personalidad, aprehensión más o menos imaginativa de los objetos y unos tipos de defensa predominantes” (Laplanche y Pontalis, 1979).

Este concepto está relacionado con el complejo de Edipo y con el de identificación, por lo que la elección no es un “flechazo” sino que depende de las fantasías previas (conscientes e inconscientes) y de la historia infantil de cada persona (AulaFacil, 2019). Por ello, se puede esbozar una patología de relaciones de pareja que viven su unión como un intercambio entre “el niño y su madre”, unión que provoca una relación alienante. En el caso de Luisa, se diría que está reviviendo en su relación de pareja la relación que tuvo con su madre, que tal como comenta al principio de la entrevista fue patológica (AulaFacil, 2019). Deberíamos indagar más sobre la personalidad de su madre, para saber si la elección que hizo de su marido fue por similitud o por oposición. Muchos los conflictos y problemas que tiene actualmente con su marido estarían causados, según este enfoque, al haberse producido un desvanecimiento de la idealización por el contacto con la realidad, la transformación del objeto idealizado en un objeto persecutorio y odiado (AulaFacil, 2019). Modelo Conductual La hipótesis conductual diría que en la relación que mantiene Luisa con su marido existen una serie de conflictos cotidianos que hacen que se mantenga el predominio de las interacciones negativas sobre las positivas. La interacción que mantienen se realiza a través de unas conductas desadaptativas, que han hecho que la comunicación se vaya empobreciendo de forma paulatina. Uno de los aspectos más importantes de la pareja es el apoyo mutuo y Luisa siente que su marido no se lo da: “...le he dicho a mi marido que no lo haga, que me diga a mí lo que hay

que hacer, que me explique cosas, pero parece imbécil porque no cambia...” (AulaFacil, 2019). Una de las primeras conductas que se desarrollan es el apego (Bowbly, 1969), entendida como la búsqueda de protección ante amenazas externas y Luisa no encuentra esto en su marido: “...mi matrimonio no es un matrimonio, somos dos amigos y ya está. Dos amigos que colaboran pero ya no se hablan...”. Luisa está recibiendo un reforzamiento positivo muy bajo por parte de su marido (AulaFacil, 2019). Modelo Cognitivo La hipótesis cognitiva diría que las creencias e interpretaciones, y no los acontecimientos, serían los causantes de los problemas de pareja que hay entre Luisa y su marido, y los responsables de la conducta depresiva de Luisa (AulaFacil, 2019). La disfuncionalidad vendría dada por los errores cognitivos o creencias irracionales con las que las personas se plantean la relación de pareja: “...no se ha enfrentado nunca a su familia... siempre he sido yo la que he tenido empuje... mi marido hace de santo y no se puede decir nada que se le cuestione...”. Habría que conocer cuáles son las percepciones de Rodrigo, para poder trabajar también con ellas (AulaFacil, 2019). Modelo Experiencial La hipótesis existencial diría que Luisa y su marido no saben cómo mostrar sus emociones, sus necesidades, están bloqueados en su comunicación, deben retomar la comunicación que ha desaparecido entre ellos, para que ambos puedan empatizar el uno con el otro y tratar de

comprender las emociones y vivencias de cada uno de ellos (AulaFacil, 2019). Están muy alejados de sus yos y no incluyen todas sus emociones, sentimientos, sensaciones, etc.… ya sean positivas o negativas. El déficit interpersonal que mantienen se manifiesta en un aislamiento mutuo: “...colaboran, pero ya no se hablan...” (AulaFacil, 2019). NECESIDAD POR AFILIACIÓN La pirámide de Maslow forma parte de una teoría psicológica que inquiere acerca de la motivación y las necesidades del ser humano: aquello que nos lleva a actuar tal y como lo hacemos. Según Abraham Maslow, un psicólogo humanista, nuestras acciones nacen de la motivación dirigida hacia el objetivo de cubrir ciertas necesidades, las cuales pueden ser ordenadas según la importancia que tienen para nuestro bienestar (García-Allen, 2019). Es decir, que Maslow proponía una teoría según la cual existe una jerarquía de las necesidades humanas, y defendió que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollamos necesidades y deseos más elevados. A partir de esta jerarquización se establece lo que se conoce como Pirámide de Maslow (García-Allen, 2019). Abraham Maslow introdujo por primera vez el concepto de la jerarquía de necesidades en su artículo “A Theory of Human Motivation” en 1943 y en su libro “Motivation and Personality”. Más tarde, el hecho de que esta jerarquía soliese ser representada gráficamente en forma de pirámide hizo que el núcleo de la teoría pasase

a ser conocido como pirámide de Maslow, cuya popularidad es notable incluso hoy en día, décadas después de que fuese propuesta por primera vez (García-Allen, 2019). Mientras que algunas escuelas existentes a mediados del siglo XX (el psicoanálisis o el conductismo) se centraban en conductas problemáticas y en el aprendizaje desde un ser pasivo y sin demasiadas opciones de influir en el entorno más de lo que este influye en él, Maslow estaba más preocupado en aprender sobre qué hace a la gente más feliz y lo que se puede hacer para mejorar el desarrollo personal y la autorrealización (García-Allen, 2019). Como humanista, su idea era que las personas tienen un deseo innato para autorrealizarse, para ser lo que quieran ser, y que cuentan con la capacidad para perseguir sus objetivos de manera autónoma si se encuentran en un ambiente propicio (García-Allen, 2019). En la Pirámide de Maslow, desde las necesidades más básicas hasta las necesidades más complejas, esta jerarquía está compuesta por cinco niveles. Las necesidades básicas se ubican en la base de la pirámide, mientras que las necesidades más complejas se encuentran en la parte alta (García-Allen, 2019). Así pues, las cinco categorías de necesidades de la Pirámide de Maslow son: fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización; siendo las necesidades fisiológicas las de más bajo nivel, y subiendo niveles en el orden indicado (García-Allen, 2019).

Tipos de necesidades En la pirámide de Maslow, este investigador habla acerca de las necesidades instintivas y hace una distinción entre necesidades “deficitarias” (fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento) y de “desarrollo del ser” (autorrealización) (García-Allen, 2019). La diferencia existente entre una y otra se debe a que las “deficitarias” se refieren a una carencia, mientras que las de “desarrollo del ser” hacen referencia al quehacer del individuo. Satisfacer las necesidades deficitarias es importante para evitar consecuencias o sentimientos displacenteros (García-Allen, 2019). Las necesidades del “desarrollo del ser”, por su parte, son importantes para el crecimiento personal, y no tienen que ver con el déficit de algo, sino con el deseo de crecer como persona. Así pues, la pirámide de Maslow tiene 5 niveles de necesidades: Autorrealización moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos, resolución de problemas Reconocimiento autorreconocimiento, confianza, respeto, éxito Afiliación amistad, afecto, intimidad Seguridad sexual Fisiología seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, de propiedad privada respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis LA PIRÁMIDE DE MASLOW

Necesidades de afiliación Maslow describe estas necesidades como menos básicas, y tienen sentido cuando las necesidades anteriores están satisfechas. Para Maslow, esta necesidad se expresa cuando las personas buscan superar los sentimientos de soledad y sentir que hay vínculos afectivos entre ellas y ciertas personas. Estas necesidades se presentan continuamente en la vida diaria, cuando el ser humano muestra deseos de casarse, de tener una familia, de ser parte de una comunidad, ser miembro de una iglesia o asistir a un club social (García-Allen, J. 2019). La pertenencia a un colectivo, ya sea más o menos pequeño, ayuda a aportar sentido a lo que se hace en el día a día, y además el contacto personal y las relaciones sociales que favorecen estos lazos nos estimulan de un modo que, para Maslow, la experiencia resultante puede ser calificada de necesidad. Ejemplos de estas necesidades son el amor correspondido, el afecto y la pertenencia o afiliación a un cierto grupo social. Murray la definió como el \"deseo de tener amigos, establecer relaciones recíprocas, o cooperar con los demás\". A nivel conductual se refleja en las acciones que lleven a conocer gente, mostrar amistad, o hacer cosas por complacer a los demás (Psicologia-online.com, 2019). Se requiere evaluar el deseo de la persona de asociarse con otros, conversar, esforzarse por resolver diferencias, cooperar y mantener una buena armonía, etc. Desde la aproximación temática se describe como la preocupación por mantener o restablecer relaciones afectivas con otra persona o grupo de personas, no como un medio, sino como un fin (Psicologia-online.com, 2019).

Las personas con alta necesidad de afiliación parecen esforzarse más por integrarse en redes de comunicación interpersonal, hacen más llamadas de teléfono, escriben más cartas y hacen más visitas. Según Geen algunos investigadores han considerado a la afiliación un motivo de evitación o de miedo al rechazo, más que de aproximación positiva al contacto con los demás por su valor intrínseco. Este miedo al rechazo ha sido usado para explicar la relación paradójica entre la necesidad de afiliación e impopularidad en el grupo o falta de éxito social de los altos en afiliación (son relativamente más impopulares) (Psicologia- online.com, 2019). Tampoco hay evidencia de que las relaciones establecidas por los altos en afiliación sean de una calidad superior. Estos resultados tendrían cabida si la afiliación que se estaba considerando era de tipo negativo: un deseo de relacionarse para no estar sólo o no sentirse rechazado (Psicologia-online.com, 2019). Boyatzis encontró que la verdadera necesidad de afiliación correlaciona positivamente con el número de amigos íntimos. Llevaría a una búsqueda más activa de buenas relaciones. El miedo al rechazo correlaciona con el grado de similitud entre las creencias de la persona y sus amigos íntimos. Reflejaría un deseo de ser aceptado por los demás mientras que la necesidad de afiliación buscaría buenas relaciones. Boyatzis encontró que la verdadera necesidad de afiliación correlaciona positivamente con el número de amigo íntimos. Llevaría a una búsqueda más activa de buenas relaciones.

ALTRUISMO Entendemos altruismo como aquel patrón de conducta o comportamiento caracterizada por la búsqueda del bienestar de los demás sin esperar que ello nos genere ningún tipo de beneficio, a pesar de que dicha acción pueda incluso llegar a perjudicarnos. El bienestar ajeno es pues el elemento que motiva y guía el comportamiento del sujeto, estemos hablando de un acto puntual o de algo estable en el tiempo (Castillero Mimenza, 2019). Los actos altruistas son por lo general bien vistos socialmente y permiten generar bienestar en los demás, algo que repercute en la vinculación entre individuos de manera positiva. Sin embargo, a un nivel biológico el altruismo supone una acción que en principio no resulta directamente beneficiosa para la supervivencia e incluso que puede llegar a ponerla en riesgo o provocar la muerte, algo que ha hecho plantearse a diferentes investigadores el porqué del surgimiento de este tipo de conductas (Castillero Mimenza, 2019). Teorías pseudo-altruistas Este tipo de teorías sobre el altruismo es uno de los más importantes y que mayor consideración ha tenido a lo largo de la historia. Reciben el nombre de pseudo-altruistas ya que lo que proponen es que en el fondo los actos altruistas sí que persiguen algún tipo de beneficio propio, aunque sea a nivel inconsciente (Castillero Mimenza, 2019). Dicha búsqueda no sería de un beneficio directo y tangible por la actuación, sino que la motivación detrás del acto altruista sería la obtención de recompensas internas como la autoaprobación, la sensación

de estar haciendo algo considerado bueno por otro o el seguimiento del propio código moral. También se incluiría la expectativa de futuros favores por parte de los seres a los que proporcionamos ayuda (Castillero Mimenza, 2019). Teorías puramente altruistas Este segundo grupo de teorías considera que la conducta altruista no es debida a la intención (consciente o no) de conseguir beneficios, sino que parte de la intención directa de generar bienestar al otro. Serían elementos como la empatía o la búsqueda de justicia la que motivaría la actuación. Este tipo de teorías suelen tener en cuenta lo relativamente utópico que es encontrar un altruismo total, pero valoran la existencia de rasgos de personalidad tendentes a ellos (Castillero Mimenza, 2019). Los dos anteriores son los dos principales enfoques existentes al respecto del funcionamiento del altruismo, pero dentro de ambos se incluyen una gran cantidad de teorías. Entre ellas, algunas de las más destacables son las siguientes: • El altruismo recíproco Teoría que desde el enfoque del pseudoaltruismo propugna que lo que mueve realmente la conducta altruista es la expectativa de que la ayuda proporcionada genere posteriormente un comportamiento equivalente en el ayudado, de tal manera que a la larga se potencian las posibilidades de supervivencia en situaciones en que los propios recursos podrían no ser suficientes. Asimismo, quien recibe la ayuda se beneficia de esta a la par que tiende a sentirse en deuda con el otro (Castillero Mimenza, 2019).

También se potencia y favorece la posibilidad de interacción entre ambos individuos, algo que favorece la socialización entre sujetos no emparentados. Tiene la sensación de sentirse en deuda. • La teoría normativa Esta teoría es muy semejante a la anterior, con la excepción de que contempla que lo que mueve a quien ayuda es el código moral/ético o los valores, su estructuración y el sentimiento de obligación hacia los demás derivado de ellos (Castillero Mimenza, 2019). Se considera también una teoría del enfoque del pseudoaltruismo, dado que lo que se busca con la ayuda al otro es obedecer la norma social y las expectativas de un mundo junto que se han adquirido durante socioculturalmente, evitando la culpa de la no ayuda y obteniendo la gratificación de haber hecho lo que consideramos correcto (aumentando así nuestra autoconsideración) (Castillero Mimenza, 2019). • Teoría de la reducción de la tensión También parte del enfoque pseudoaltruista, esta teoría considera que el motivo de ayudar al otro es la reducción del estado de malestar y agitación que nos genera la observación del sufrimiento de otra persona (Castillero Mimenza, 2019). La ausencia de actuación generaría culpa y aumentaría el malestar del sujeto, mientras que ayudar reducirá al malestar sentido por el propio sujeto altruista al reducir el del otro (Castillero Mimenza, 2019). • La selección del parentesco de Hamilton Otras de las teorías existentes es la de Hamilton, que considera que el altruismo es generado derivado de la búsqueda de la perpetuación de los genes (Castillero Mimenza, 2019).

Esta teoría de carga eminentemente biológica valora que en la naturaleza muchas de las conductas altruistas se encuentran dirigidas hacia miembros de nuestra propia familia o con los que tenemos algún tipo de relación consanguínea (Castillero Mimenza, 2019). El acto de altruismo permitiría que nuestros genes sobrevivieran y se reprodujeran, a pesar de que nuestra propia supervivencia pudiera verse perjudicada. Se ha observado una gran parte de las conductas altruistas en diferentes especies animales (Castillero Mimenza, 2019). • Modelo del cálculo costes-beneficios Este modelo considera la existencia de un cálculo entre costes y beneficios tanto de actuar como de no actuar a la hora de realizar un acto altruista, precisando de la existencia de menores riesgos que posibles beneficios a obtener (Castillero Mimenza, 2019). La observación del padecimiento ajeno va a generar tensión en el observador, algo que propiciará que se active el proceso de cálculo. La decisión final también se verá influenciada por otros factores, como por ejemplo el grado de vinculación existente con el sujeto que necesita ayuda (Castillero Mimenza, 2019). • Altruismo autónomo Un modelo más propio del enfoque puramente altruista, esta propuesta supone que son las emociones las que generan el acto altruista: la emoción hacia el sujeto en apuros o hacia la situación genera que dejen de tenerse en cuenta los principios básicos del reforzamiento y el castigo (Castillero Mimenza, 2019). Este modelo, trabajado entre otros por Karylowski, tiene en cuenta que para que el altruismo sea realmente tal es necesario que la atención esté focalizada en el otro (si estuviera focalizada en uno mismo y en las

sensaciones que provoca, estaríamos ante el producto de la teoría normativa: un altruismo por el hecho de sentirse bien con uno mismo). ◦ Hipótesis de la empatía-altruismo Esta hipótesis, de Bateson, también considera el altruismo como algo puro y no sesgado por la intención de obtener ningún tipo de recompensa. Se supone la existencia de diversos factores a tener en cuenta, siendo el primer paso ser capaz de percibir la necesidad de ayuda ajena, la diferenciación entre su situación presente y la que implicaría su bienestar, la saliencia de dicha necesidad y la focalización en el otro. Ello generará la aparición de empatía, poniéndonos en lugar del otro y experimentando emociones hacia él. Ello nos motivará a buscar su bienestar, calculando la mejor manera de ayudar a la otra persona (algo que podría incluir el dejar la ayuda a otros). Si bien la ayuda puede generar algún tipo de recompensa social o interpersonal pero que no es el objetivo de la ayuda en sí. • Empatía e identificación con el otro Otra de las hipótesis que considera el altruismo como algo puro propone el hecho de que lo que genera la conducta altruista es la identificación con el otro, en un contexto en que se percibe al otro como necesitado de ayuda y mediante la identificación con él olvidamos los límites entre el yo y la persona necesitada. Ello terminará por generar que busquemos su bienestar, del mismo modo en que buscaríamos el nuestro.

NORMAS SOCIALES Las normas sociales son los parámetros que nos indican cómo actuar según el momento o la circunstancia en la que estamos inscritos. Son procesos fundamentales en nuestra interacción y en cómo nos percibimos dentro de un grupo, y podemos identificar varios tipos y una gran multiplicidad de expresiones (Guzmán Martínez, 2019). Las normas sociales son un conjunto de marcos de referencia que se comparten por las personas que conforman un grupo. Un marco es algo que delimita (que establece una serie de límites) y una referencia es algo que nos sirve de modelo, es decir, que establece una relación (Guzmán Martínez, 2019). Están implícitas porque, aunque están siempre presentes (sino sabríamos cómo comportarnos o relacionarnos), no siempre es necesario expresar su presencia en voz alta. Así pues, actuamos e incluso pensamos conforme una serie de normas sociales de acuerdo con el grupo al que pertenecemos (endogrupo), y también de acuerdo con las relaciones que establecemos con los otros grupos (exogrupo) (Guzmán Martínez, 2019). Incluso podemos compartir ciertas normas con algún colectivo, y no con otro que nos parezca muy distinto. Esto ocurre sin necesariamente estar conscientes de ello. Pero las normas sociales no se forman de la nada, surgen de nuestra propia acción. Si existen y se mantienen es porque las repetimos constantemente, y por la misma razón tenemos cierto margen de acción para transgredirlas o modificarlas (Guzmán Martínez, 2019).

Las normas sociales se comparten entre los miembros de un grupo, hacen que las personas nos reconozcamos como parte de éste; por eso las normas sociales se interiorizan con facilidad. Por eso también son necesarias para la socialización, lo que nos lleva a considerar que las normas sociales son también un tipo de regulación de relaciones de poder, lo que variar según la historia y las condiciones de cada contexto (Guzmán Martínez, 2019). En suma, las normas sociales son también un proceso psicosocial, porque no solo son visibles en la conducta observable (individual o grupal), sino que también generan expectativas de acción e ideas sobre sí mismo. Es decir, conectan el pensamiento con la acción, y al individuo con los grupos (Guzmán Martínez, 2019). Los tipos de normas sociales se diferencian por el grado de correlación que puede existir entre las expectativas normativas y las acciones normativas. No siempre hay una correlación explícita entre ambas. A veces las normas sociales sólo se traducen en acciones cuando se trata de expectativas compartidas por todo un grupo, ya sea un grupo de pertenencia o uno de referencia (Guzmán Martínez, 2019). AGRESIÓN Cualquier forma de conducta dirigida a dañar o injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal trato. Se incluyen conductas que teniendo la intención de provocar un daño fracasan en lograr este objetivo y se excluyen aquellas que provocan daños sin tener intención. La intención es el elemento central de la definición. Dos tipos:

• Agresión afectiva u hostil: Se refiere a las acciones cuyo fin último es provocar un daño. Ejemplo: asesinato por venganza (Psicología UNED\", 2019). o Se considera impulsiva y dirigida por la ira o No hay consecuencias más allá de la propia venganza o Es reactiva, precedida por una instigación previa o Es más irracional que la instrumental • Agresión instrumental: Se refiere a las acciones dirigidas a conseguir algún objetivo o un fin que no es un daño en sí mismo, el daño es un medio para conseguir algún otro fin sea el sometimiento de la víctima, colaboración o un beneficio de cualquier tipo. Ejemplos: robos con extrema violencia (Psicología UNED\", 2019). o Se realiza tras anticipar consecuencias reforzantes o para evitar castigo. o No precisa de estímulos instigadores previos. o Es deliberada, racional y no guiada por la ira. La distinción entre la agresión hostil e instrumental se basa en motivaciones diferentes y sugiere diferencias también en las expectativas de consecuencias y en los antecedentes situacionales (Psicología UNED\", 2019). • Parámetros de la agresión: o La modalidad de respuesta (verbal o física) o Su visibilidad (abierta o encubierta) o El tipo de daño que produce (físico o psicológico) o La duración de sus consecuencias (transitorias o duraderas) o Los agentes implicados (individual, interpersonal, grupos)

Violencia: Es un subtipo de agresión, se refiere a las formas extremas de agresión física. Consiste en infligir fuerza intensa a seres vivos o propiedades con el propósito de destruirlos, castigarlos o controlarlos (Psicología UNED\", 2019). SUPUESTOS BÁSICOS EN EL ANÁLISIS PSICOSOCIAL DE LA AGRESIÓN • El comportamiento agresivo es un comportamiento “normal” que forma parte del repertorio de las conductas habituales de las personas (Psicología UNED\", 2019). o Las modernas teorías (evolucionista, etología, sociobiología). Defienden el origen innato de la agresión: existen ciertos mecanismos innatos que participan en la agresión. o Existencia de una conexión cerebral cólera-miedo asociada a ciertas emociones relacionadas con la agresión y relevantes para la supervivencia. o Destaca su valor adaptativo para el ser humano y la propia especie. o Las teorías del impulso. Apela a mecanismos motivacionales: Motivo de hacer daño como reacción a eventos del entorno (los que provocan frustración o dolor). o Las teorías biológicas. Apela a mecanismos motivacionales: Motivo de satisfacción inmediata. Relacionadas a procesos de activación-inhibición

asociados respectivamente a la dopamina (satisfacción urgente) y serotonina (inhibición de la conducta). o Perspectiva evolutiva: Las conductas agresivas entran dentro de la normalidad ya que se encuentran estrechamente unidas al desarrollo evolutivo. o La agresión es una consecuencia conductual de la adquisición de nuevas habilidades físicas y sociales, son fruto de la fuerza recién adquirida y de la creciente autonomía física. Se reduce con la experiencia. • La cultura regula el uso de la agresión en las relaciones interpersonales y sociales. o La violencia se transmite culturalmente de generación en generación y lo hace: ▪ Tanto de forma activa como pasiva, ▪ Dotándola de significado ▪ Promocionando que sea más o menos frecuente ▪ Predominando unas formas concretas de agresión sobre otras. ▪ Modula las condiciones para su ejercicio ▪ Modula la elaboración de expectativas para sus consecuencias. Dentro de cada sociedad la cultura no es completamente homogénea sino que coexisten distintos códigos o normas de violencia.Compartir un marco general de normas, valores y actitudes no es incompatible con la existencia de subculturas más proclives a la violencia. La Subcultura de la violencia: Existencia (dentro de grupos, bandas, coletivos) de condiciones,

códigos y manifestaciones específicas donde el uso de la violencia está regulado, legitimado e incluso ritualizado (Psicología UNED\", 2019). Ejemplo: violencia de género, entre bandas, grupos terroristas… En ellas se desarrollan actitudes que promueven la violencia y articulan su práctica con tres actitudes: ◦ Actitudes pro-violencia: justifican la agresión y culpabilizan a la víctima ◦ Desaprobación de la violencia: ◦ rechazo de la conducta agresiva y ◦ evaluación negativa de los agresores. ◦ Actitudes pro-víctima: reflejan empatía y apoyo hacia las víctimas. La subcultura recurre con frecuencia a los rituales de agresión: conductas estereotipadas que ayudan a enfrentarse de manera experta a las dificultades de las situaciones. Los rituales cumplen dos funciones: dan seguridad para enfrentarse a situaciones amenazantes y ayudan a prevenir actos de agresividad descontrolada (hipótesis de catarsis) (Psicología UNED\", 2019). Los supuestos innato y cultural provocan una transformación de los significados y manifestaciones de la agresión. Concretamente se tiende al rechazo de ésta en relaciones interpersonales y colectivas al tiempo que se delega en las instituciones el control de los procesos de violencia y los instrumentos para tal fin (Psicología UNED\", 2019). TEORÍA DE APRENDIZAJE SOCIAL Tal y como hizo Lev Vygotsky, Albert Bandura también centra el foco de su estudio sobre los procesos de aprendizaje en la interacción entre el

aprendiz y el entorno. Y, más concretamente, entre el aprendiz y el entorno social (Triglia, A. 2019). Los conductistas, dice Bandura, subestiman la dimensión social del comportamiento reduciéndola a un esquema según el cual una persona influye sobre otra y hace que se desencadenen mecanismos de asociación en la segunda. Ese proceso no es interacción, sino más bien un envío de paquetes de información de un organismo a otro (Triglia, A. 2019). Por eso, la Teoría del Aprendizaje Social propuesta por Bandura incluye el factor conductual y el factor cognitivo, dos componentes sin los cuales no pueden entenderse las relaciones sociales (Triglia, A. 2019). Por un lado, Bandura admite que cuando aprendemos estamos ligados a ciertos procesos de condicionamiento y refuerzo positivo o negativo. Del mismo modo, reconoce que no puede entenderse nuestro comportamiento si no tomamos en consideración los aspectos de nuestro entorno que nos están influyendo a modo de presiones externas, tal y como dirían los conductistas (Triglia, A. 2019). • Ambiente Ciertamente, para que exista una sociedad, por pequeña que esta sea, tiene que haber un contexto, un espacio en el que existan todos sus miembros. A su vez, ese espacio nos condiciona en mayor o menor grado por el simple hecho de que nosotros estamos insertados en él (Triglia, A. 2019). Es difícil no estar de acuerdo con esto: resulta imposible imaginar a un jugador de fútbol aprendiendo a jugar por sí sólo, en un gran vacío. El jugador refinará su técnica viendo no sólo cuál es la mejor manera de

marcar goles, sino también leyendo las reacciones de sus compañeros de equipo, el árbitro e incluso el público (Triglia, A. 2019). De hecho, muy probablemente ni siquiera habría empezado a interesarse por este deporte si no le hubiera empujado a ello una cierta presión social. Muchas veces son los demás quienes fijan parte de nuestros objetivos de aprendizaje (Triglia, A. 2019). • El factor cognitivo Sin embargo, nos recuerda Bandura, también hay que tener en cuenta la otra cara de la moneda de la Teoría del Aprendizaje Social: el factor cognitivo. El aprendiz no es un sujeto pasivo que asiste desapasionadamente a la ceremonia de su aprendizaje, sino que participa activamente en el proceso e incluso espera cosas de esta etapa de formación: tiene expectativas (Triglia, A. 2019). En un contexto de aprendizaje interpersonal somos capaces de prever los resultados novedosos de nuestras acciones (de manera acertada o equivocada), y por lo tanto no dependemos totalmente del condicionamiento, que se basa en la repetición. Es decir: somos capaces de transformar nuestras experiencias en actos originales en previsión de una situación futura que nunca antes se había producido (Triglia, A. 2019). Gracias a los procesos psicológicos que los conductistas no se han molestado en estudiar, utilizamos nuestra continua entrada de datos de todos los tipos para dar un salto cualitativo hacia adelante e imaginar situaciones futuras que aún no se han dado (Triglia, A. 2019). • Aprendizaje vicario El pináculo del aspecto social es el aprendizaje vicario remarcado por Bandura, en el que un organismo es capaz de extraer enseñanzas a partir de la observación de lo que hace otro (Triglia, A. 2019).

Así, somos capaces de aprender haciendo algo difícilmente medible en un laboratorio: la observación (y atención) con la que seguimos las aventuras de alguien (Triglia, A. 2019). En definitiva, Bandura utiliza su modelo de la Teoría del Aprendizaje Social para recordarnos que, como aprendices en continua formación, nuestros procesos psicológicos privados e impredecibles son importantes. Sin embargo, a pesar de que son secretos y nos pertenecen sólo a nosotros, estos procesos psicológicos tienen un origen que, en parte, es social (Triglia, A. 2019). Es precisamente gracias a nuestra capacidad de vernos a nosotros mismos en la conducta de los demás por lo que podemos decidir qué funciona y qué no funciona. Además, estos elementos del aprendizaje sirven para construir la personalidad de cada individuo: • Somos capaces de prever cosas a partir de lo que les pasa a otros, del mismo modo en el que el hecho de vivir en un medio social nos hace plantearnos ciertos objetivos de aprendizaje y no otros. • Por lo que respecta a nuestro papel como aprendices, está claro: no somos ni dioses autosuficientes ni autómatas (Triglia, A. 2019).

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