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Revista de la Provincia Ntra. Sra. de la Esperanza - #2 - octubre de 2012

Published by Hermanos de la Sagrada Familia, 2020-05-13 11:17:33

Description: Hermanos de la Sagrada Familia en Uruguay y Argentina. Noticias y registro de varias de las actividades realizadas en la Provincia.
En esta edición los temas principales son: el Primer Capítulo Provincial (Córdoba, julio), los obituarios del Hno. Victorino Izquierdo, la inauguración de la obra OPE-SaFa y los 50 años de Vida Religiosa de los Hermanos Fernnado Mallo y Tarcisio Pateta.

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Cartas del Hno. José Poncet Montevideo, 22 de setiembre de 1891 Muy Reverendo Hermano: El 15 del corriente, recibí sus tres apreciables cartas del 19 de agosto que, ese día, nos sirvieron de lectura espiritual. Es siempre con un gran placer y gusto que leemos sus paternales avisos y consejos. Varias de mis últimas cartas le han puesto al corriente de muchas cosas que usted me había preguntado: hoy com- pleto todos esos informes. Yo estoy muy de acuerdo con usted sobre lo que concierne al aislamiento de un solo Hermano en Progreso, y tam- bién por la pequeñez de la propiedad. Por eso, el Señor Dumoulin, que desea mucho, que algunos Hermanos vengan para cultivar esos terrenos, se ofrece a agrandarlos, comprando algunas cuadras más, en este momento en que los te- rrenos están a bajo precio, y también hacer todos los gastos necesarios para la explotación. Los Hermanos, teniendo caballo y jardinera, podrían, en poco tiempo, venir a cumplir sus deberes religiosos a Las Piedras, y más adelante, cuando formemos un noviciado, cesará este inconveniente, ya que necesariamente necesitare- mos ahí un capellán. Yo no insisto para que usted envíe inmediatamente Hermanos; yo sé que las cosas serias necesi- tan tiempo y reflexión. Sería necesario, sin embargo, que yo fijara, con respecto a esto, qué habría que hacer, para que el Señor Dumoulin no hiciera gastos inútiles. Él gasta cada mes casi 120 francos para mantener allí un empleado, y si viniera de los Hermanos, él emplearía ese dinero en procurarles lo necesario para trabajar. En cuanto al Comité estamos más o menos en las mismas condiciones que en el pasado: es decir, que pide que se dé cuenta cada mes, de la retribución escolar con la que nos paga $ 225; además $ 26 para el empleado; además $ 12 por cada pensionista, y $ 6 por cada medio pensionista. Si queda algún resto de la retribución escolar, lo entrega, para cubrir los gastos de reparación que hacemos en la casa. No paga los inte- reses de los $ 10.900 que hemos pedido prestado al Señor Du- moulin; pero paga los intereses de los $ 7.500 al obispado. En este momento está haciendo algunas pequeñas reparaciones en el establecimiento que también pagará: nosotros estamos y per- maneceremos en estas condiciones, yo no sé hasta cuando. No hay nada fijado de una manera definitiva, sabiendo que el Co- mité se disolverá cuando el establecimiento pueda bastarse a sí mismo. Para el sello que hay que hacer, yo creo que es mejor adop- tar el nº 1, adjunto con las palabras: “Casa sucursal de los Her- manos de la Sagrada Familia, en Montevideo”. Con la leyenda: Gloria a Dios”. En lugar de Sucursal usted podría hacer poner Provincial, de acuerdo a la idea que usted tiene, de la casa de aquí. Si aún hay tiempo, dígnese, se lo ruego, hacernos llegar, por medio de los Hermanos que van a cruzar el océano, los objetos nombrados en la lista adjunta. Le renuevo, Reverendo Padre, la expresión de todo mi respe- to. Su humilde y obediente hijo en Nuestro Señor. Hno. José S. Poncet Proyecto primitivo del colegio. Patio con la higuera de los Batlle. · # 2 · OCTUBRE 2012 · 51

Cartas del Hno. José Poncet Montevideo, 6 de octubre de 1891 Muy Reverendo Padre: El 4 del corriente recibí su carta del 8 de setiembre. Ésta le llevará pocas noticias, por la razón que aquí no hay na- da de nuevo. Monseñor ha salido en misión hace ya casi un mes, y el Padre Luquese lo acompaña; ellos permanecerán en las pa- rroquias o lugares que se han propuesto visitar hasta fines de este mes. Yo pensaba, como se lo había anunciado, poderle enviar, por este correo, 500 pesos; pero como no me han entregado nada, después de lo último que le envié, habrá que esperar aún hasta el próximo correo. En el nº 14 de “La Revista” que le mando junto con esta carta, usted encontrará un pequeño plano de nuestra casa. Fue hecho por el Hermano Filéas. Me parece que la dirección que usted tiene que poner en las cartas que me manda, es un poco larga, basta con po- ner: “Hermano José, calle Agraciada nº 215, Montevideo. América del Sur”. Le renuevo, Reverendo Padre, la expresión de todo mi respeto. Hno. José S. Poncet Montevideo, 23 de octubre de 1891. Muy Reverendo Padre: Yo estaba casi dispuesto a dejar partir para Europa, al buque “Ecuador”, sin escribirle: pero los acontecimientos que han pasado aquí hace ocho días, y que usted probablemente se ha informado por los diarios, me decidieron a hacerle algunas líneas, para alejar de usted toda inquietud respecto a nosotros, pues la palabra revolución produce siempre te- mores, en el lugar donde viven las personas que uno ama. Yo dije la palabra “revolución”, si con ese nombre se le puede llamar o dar a esta especie de asechanza que hubo en un cuartel. Hay que saber, para comprender estos acontecimiento, que hay aquí dos parti- dos: Colorados, que están en el poder y Blan- cos, que los combaten, pero esos dos partidos, o mejor dicho esas dos denominaciones o nom- bres no tienen el mismo significado que en Francia; pues el partido Colorado cuenta en su seno con buenos católicos, aunque en minoría, y el partido Blanco tiene también radicales en- tre su filas, poco numerosos, es cierto. Sea co- mo sea, esos dos partidos son rivales solamente en el sentido político y no en el reli- gioso, pues en este caso no vale más uno que otro. Entonces, algunas cabezas o cabecillas, tres Primera etapa, sobre calle Lima. o cuatro solamente, del partido Blanco, procu- 52 · OCTUBRE 2012 · ·#2

Cartas del Hno. José Poncet Sobre la calle Lima, 1935. raron atraerse y ganarse los jefes de un regimiento de artillería. Ellos entraban, iban, venían al cuartel, como si estu- vieran en su casa. Los jefes dejaban hacer y parecía que aprobaban su plan. El domingo por la tarde, después de haber armado un centenar de sus partidarios, los pocos jefes blancos se presentaron en el cuartel, donde, con promesas de cargos o puestos, dinero, etc., pensaban ganarse a los jefes militares… pero a la primera palabra de traición al jefe del Estado, el Coronel se rehusó, diciendo que consideraba prisioneros a todos los blancos que estaban en el cuartel. Uno de ellos, un joven médico procuró escaparse y salir, pero fue muerto por el centinela. Esto fue el comienzo de un levanta- miento que duró apenas un cuarto de hora. Hombres apostados por los Blancos, 4 o cinco quedaron en el suelo muer- tos; dos o tres soldados fueron igualmente muertos: los Blancos huyeron: la Revolución había terminado. Nadie se explica el motivo, y sobre todo, la falta de preparación de tal complot. Hubo primero muchas detenciones, entre otras, la de un Cura; pero pronto se les dio la libertad salvo dos o tres. Todo eso se paso a una hora de nuestro establecimien- to, y al día siguiente supimos por los diarios, el comienzo y el fin de la revolución. El Padre Billón llegó aquí el 20: su viaje ha sido muy bueno, y ha durado casi un mes. Usted encontrará en la última página de esta carta una copia del certificado para declarar el derecho a la dispensa previsto por el artículo 50 de la ley sobre el Reclutamiento. Los Hermanos Víctor, Vicente y Augusto, firmaron cada uno una copia que fue enviada por el Coronel al Ministro de Guerra. Nada más de nuevo que decirle. Le renuevo el homenaje de todo mi respeto. Su humilde y obediente hijo en Nuestro Señor. Hno. José S. Poncet Montevideo, 6 de noviembre de 1891. Muy Reverendo Padre: Su apreciable carta del 3 de octubre nos trajo la noticia de la venida de 6 Hermanos. Yo me alegro tanto más de es- te refuerzo que usted se dignó enviarnos, que se les estaba esperando para llenar los vacíos de Rocha y Salto. Yo sé que todas las dificultades no pueden ser arregladas ni solucionadas, ya sea por gastos de instalación, ya por los gastos de la llegada de los Hermanos; ya sea para su alojamiento; pero yo espero que Dios nos ayudará, y con un poco de paciencia se arreglará. · # 2 · OCTUBRE 2012 · 53

Cartas del Hno. José Poncet Hay sin embargo aquí, alguien que no está contento: es Monseñor Luquese. Él se esperaba ver llegar dos Hermanos para su colegio. Cuando vio que no había nada que esperar, él vino a recordarnos todo lo que él había hecho por noso- tros; por fin, terminó diciendo que no había la menor satisfacción o consideración por aquel que más se había ocupado y sacrificado por nosotros, etc. etc., y que estaba muy desanimado… Este hombre que querría hacer todo a la vez, y que no sabe hacer las cosas sino a medias, puede aún sernos muy útil o muy peligroso, ya que tiene bastante influencia, sea ante Monseñor Soler, y también ante las familias ricas. ¡Cómo nosotros hubiéramos estado mejor comprendidos y ayudados, si, cuando llegamos aquí, se nos hubiera dado por protector a nuestro Cura de la Aguada! Pero, breve, basta: es una prueba a agregar a muchas otras. Esperemos que nuestro Protector del Cielo, San José, nos ayudará a vencer en el presente y en el porvenir, como Él lo hizo en el pasa- do. Inútil es decirle que yo exhorté y aconsejé al Padre Luquese a tener paciencia y también haciéndole ver y sentir que él hacía muchas promesas, que no siempre llegaban a realizarse. Él vino sin embargo a presidir el día de la Primera Comunión de los niños en el colegio. Después de la renovación de las promesas del Bautismo, yo fui a agradecerle; él se equivocó, casi en seguida, haciéndome sentir que él tenía siempre junto a su corazón el colegio que faltaba. Estamos cerca del mar; las tempestades son frecuentes; ya se está casi habituado: pasan y después viene la calma. Pero… casi siempre la dulce y suave brisa trae a la orilla a las forasteras, esperemos que las del Padre Luquese (las tempestades) no serán mortales. Esperando ver y abrazar a nuestros cooperadores y oír de ellos sus novedades y noticias, le renuevo, Reverendo Pa- dre, la expresión de mi profundo respeto. Su humilde y obediente hijo en N.S. Hno. José S. Poncet Montevideo, 23 de noviembre de 1891. 1946. Paso, ya inexistente, al patio de arriba. Muy Reverendo Padre: 54 · OCTUBRE 2012 · Las dos cartas adjuntas le llevan la noticia de que los 6 Her- manos que usted se ha dignado enviar aquí, llegaron, gracias a Dios, a buen puerto. Yo le agradezco este nuevo envío y refuerzo que permiten formar los dos establecimientos: el de Salto y el de Rocha. Yo se los presenté ayer a Monseñor que pareció quedar satisfecho. Rocha completa sus preparativos para la recepción y la ins- talación de los Hermanos. Allí no tendrán aún una casa nueva, pero el Señor Cura me escribe que ellos tendrán suficiente lugar y habitaciones para su instalación hasta que ellos sean más de dos. Me propongo hacer un viaje ahí, antes que ellos sean enviados, lo que realizaré ha- cia fines de enero, después de nuestro retiro. En cuanto a Salto, el Señor Cura ha comprado cerca de la iglesia un terreno, donde se está empezando a construir dos cla- ses y dos habitaciones para los Hermanos, se construye de ma- nera de poder agrandar a medida que las necesidades se hagan sentir. Yo me propongo igualmente hacer un viaje, para poder ·#2

Cartas del Hno. José Poncet La \"mecanización\" de las obras. 1927. darme cuenta de cómo van las cosas, y de la posición de los Hermanos que serán enviados probablemente en febrero próximo. Por el mismo correo envío a París una letra de cambio de 3.288 francos. Escribo al Hermano Simón que retire este dinero y lo haga llegar, menos las “Compte” y los diversos gastos. En estos últimos días el Padre Luquese me había prometido entregarme una letra de cambio de 3.560 francos; yo aún la estoy esperando. En el caso que usted reciba, dígnese decirme una palabra. Hemos terminado de organizar casi completamente nuestra capillita. Monseñor nos ha autorizado a celebrar allí la misa todas las veces que podamos conseguir un sacerdote para eso: la semana pasada nuestro buen Cura vino tres ve- ces a celebrarnos la misa. Su Excelencia también nos ha autorizado y dado los permisos siguientes: Conservar la Reserva de una manera permanente; dar la Bendición todos los domingos, fiestas de obligación y fies- tas suprimidas, igual que todos los días de nuestro retiro anual y el primer viernes de mes; erigir el Vía Crucis. Esta- mos así exentos de cruzar la calle para ir a hacer nuestra visita, oír la misa, cuando se pueda y hacer el Vía Crucis. Estamos todos muy contentos con estas mejoras, y damos gracias a Dios por dignarse venir a habitar bajo el mis- mo techo que nosotros. Esto ha sido para nosotros una nueva ocasión de hacer gastos que caerán, así lo espero, en ben- diciones espirituales. Le agradezco por las Conferencias, y la manera de hacer el retiro del mes. Procuremos sacar provecho de todo. Si el título del libro “Moral sin Dios” pudo llamar su atención, yo no veo ahí nada que no sea natural. Le diré sola- mente que es una refutación a la Moral sin Dios. Su observación relativa a la gran cantidad de música pedida, es muy justa, viendo que usted no sabe que la mayor parte de esta música es para un sacerdote de aquí, igual que el abonarse al diario “La Croix”. La carta del muy querido Hermano Raymundo, llegó aquí con los Hermanos. No hay que hacerse ilusión sobre · # 2 · OCTUBRE 2012 · 55

Cartas del Hno. José Poncet nuestra posición aquí. La intención del Comité es bien conocida: él se disolverá seguramente en cuanto nosotros poda- mos bastarnos a nosotros mismos por la retribución escolar, y probablemente antes. Sin embargo no hay que asustarse mucho viendo que este año, aunque malo, ya nos hubiéramos podido abastecer sin el socorro del Comité, si no hubiéramos tenido tantos gastos que hacer para reparar y poner en buen estado y pre- sentación nuestra casa. Toda la Sagrada Familia de Montevideo le ofrece, Reverendo Padre, y presenta el homenaje de su respeto filial. Su obediente hijo en Nuestro Señor. Hno. José S. Poncet Montevideo, 5 de diciembre de 1891 Muy Reverendo Hermano: Es con un gran placer, siempre creciente, que los Hermanos de Montevideo vienen a ofrecerle sus votos y deseos de un Feliz Año Nuevo. Más numerosos que nunca desde las playas lejanas, pero con una voz unánime, ellos piden al Señor se digne concederle sus bendiciones muy especiales durante el año que comienza: salud perfecta y, sobre todo, completa satisfacción en el gobierno de la Comunidad que le está confiada, y que usted sabe hacerla ilustre; sus hijos del Uruguay le desean, en una palabra, todo lo que los hijos puedan desear a un padre tiernamente amado. Patio central. 1934. ·#2 56 · OCTUBRE 2012 ·

Cartas del Hno. José Poncet Hermanos en Progreso, 1950. Ellos no olvidan ante Dios a los dignos colaboradores de su administración, y desean que por mucho tiempo aún ellos compartan y colaboren en su misión. Nuestros nuevos recién llegados, aunque descansando de su viaje, se han puesto con valentía y coraje a aprender el español. Los Hermanos Luis y Próspero no tienen tanta facilidad como los jóvenes que tienen la memoria más lúcida, y que, además, recibieron lecciones en la Casa Madre. Yo puedo decir que el Hermano Ernesto no perdió su tiempo, pues lo que se les enseñó facilita considerablemente lo que aún les falta por aprender. Que él continúe, pues, a prepararnos nuevos sujetos, pues necesitaremos un cierto nú- mero cada año para aumentar los establecimientos ya formados, y también para abrir otros nuevos. Esos Hermanos se salvarán así del cuartel, donde de ordinario van a perderse. Nuestras vacaciones comenzarán el 24, víspera de Navidad. Los Hermanos Arsenio, Filéas, etc., están ocupados más que de costumbre en la preparación de la distribución de premios. El Hermano Dionisio me escribe que él no podrá ha- cer la distribución de premios hasta el 3 de enero. Así lo pidieron las Señoras de la Comisión. Yo ya hablé con el Reverendo Padre Dulong de nuestro retiro: él me dijo que aún no sabía en qué fecha sería el de ellos en Buenos Aires, y que por consiguiente aún no podía fijar la fecha del nuestro. Ayer el Señor Cura de nuestra parroquia vino a erigir en nuestra capilla el Vía Crucis. Como nosotros no somos ri- cos, nos contentamos con hacer con un carpintero 14 cruces de 20 centímetros de alto por 10 de ancho: es sencillo pero es suficiente por el momento. Monseñor Luquese me había prometido para el 3 del corriente, 700 pesos: aún los estoy esperando. Espero sin em- bargo, podérselos enviar a usted por el próximo correo. Se siente más que nunca los tristes efectos de la crisis: hay sin embargo una buena cosecha; pero el Presidente de la República no inspira ninguna confianza a los comerciantes ni a nadie, de manera que todo permanece muerto. El querido Hermano Luis ha encontrado los croquis que había hecho antes, le envía una copia; en caso de que el ro- llo no se encontrara, él cree que ya se ha ejecutado el 74%. Le faltan 2, los números 3 y 4 (de su clasificación). · # 2 · OCTUBRE 2012 · 57

Cartas del Hno. José Poncet El Hermano sastre ha hecho las sotanas del Hermano Vi- cente más chicas y más cortas que las que recibió antes. Yo habría dicho, sin embargo, en una nota lo que él necesitaba y lo que había que agregar, pero no corrigieron nada. Es un pe- so para cada una para hacerlas arreglar: se hubiera podido, con un poco de atención evitar este gasto. Yo puedo decir otro tanto de las dos mías, es una pérdida de $ 4 o más de 20 fran- cos. Nos han traído además igualmente 60 cajas de plumas Perry nº. 19 y 20, pero ellas tienen la punta mucho mas grue- sa que las que se compran aquí del mismo número. ¿No habrá habido una contra orden, o quisieron deshacerse de un artículo para enviarlo a una distancia donde se supone que no será aceptado? Pedimos un cierto número de cajas de pastel (lápices de color). ¿Es porque se había especificado que tenían Primer tramo de Lima, terminado. que enviar algunas grande y no pequeñas, que nos mandaron éstas últimas en lugar de las primeras?, ¿o mis explicaciones no eran bastante claras?... o bien, en fin, si no tenían grandes, es muy engorroso tener que pagar una mercadería y su transporte a tan gran distancia, y a fin de cuenta, tener otra marca, o hechas de otra manera o forma que no se había podido. Dígnese perdonarme la rudeza de mis explicaciones que, por otra parte, no se dirigen a usted, Reverendo Padre, si- no a aquellos que hubieran podido hacer mejor, si se podía hacer mejor… Nada más que agregar, sino la expresión de mi respeto más sincero. Su humilde y obediente hijo en Nuestro Señor. Hno. José S. Poncet Vista del colegio, la iglesia de la Aguada y el Palacio Legislativo. 1936. 58 · OCTUBRE 2012 · ·#2

SALTO, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 InterSAFA de los Primeros Años · # 2 · OCTUBRE 2012 · 59

Talita Kum Colegio Sagrada Familia de Montevideo, del 1 al 5 de febrero


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