Señorita fantasía, del retoqueplástico al retoque digital. Por Katia Gracia
De la gastronomía tradicional a la gastronomía erótica.Fotógrafa de profesión y amante de corazón de la comida típica mexicana. Es toda una tradición ir a desayunar losdomingos a las quesadillas y al suculento menudo. Tantos años de asistir puntualmente me llevo a conocer a“Angelito”. Hijo de los dueños del lugar, mesero de fines de semana, chico extrovertido, alegre, abiertamentehomosexual, y travesti, todo un personaje.Uno de esos tantos domingos Ángel me pregunto si podía tomarle fotos a una amiga suya. Katia me dijo: “nadiequería tomarle fotos a una chica transexual, los fotógrafos le dicen que ellos se dedican a lo familiar”. Anteindignante atropello decidí aceptar el reto.De la fotografía de alimentos a la fotografía de alimentos pero Sexual.Se llegó el día, al estudio llega Michelle acompañada de Ángel. Ella una chica chaparrita, menudita, de buen ver,pelo negro, muy arreglada, con una voz entre fingida y un poco varonil. El muy simpático, alegre, ameno ybromista. Comenzamos a abordar el objetivo, hacer una sesión de retrato ordinaria. Trascurría el tiempo, sehacían cambios de vestuario y de poses. Yo cada vez veía menos ropa hasta terminar en la vestimenta sexyerótica. Pero eso no era todo, comenzamos en la pose en dónde te ves linda y pasamos a la pose en dónde te vessexual y abiertamente provocadora. Era muy evidente que esto seria todo, menos una sesión de retrato normal.
“Te Cobro 150 pesos, son 15 minutos, el servicio es por detrás y te doy trato de novios” MichelleAnte mi cara de ¿qué esta pasando realmente?, Ambos me comenzaron a contar su historia y por lo tanto suobjetivo. Esta chaparrita transexual en realidad era sexo servidora, trabajaba taloneando en “la chabella” zona detolerancia en Irapuato. Su aspiración era poderse anunciar en una página web muy importante en su medio:“Travestis México”, para con ello subir de categoría. Ella necesitaba unas fotos profesionales para lograr elobjetivo. Aparte poderse hacer publicidad en su paginas de “Facebook” e “instragram”. Ella quería cautivar a supúblico, conseguir más seguidores y poder hacerse de más clientela que paga mejor. Así fue como me fuiadentrando su mundo.Fotos, pláticas, cambios de vestuario, maquillaje, tangas, precios en el arte del talón y uno que otro “Gumaro”escurridizo. Fui comprendiendo cómo era este negocio y cómo tenían que ser las imágenes motivo de la sesión.“Las mujeres porque son mujeres ya no le echan ganas, nosotras tenemos que invertirle alcuerpo”, Michelle.En el medio de los transexuales, la obsesión por la belleza, es una de las muchas cosas que me asombran. Realmentees increíble como una persona puede someter su cuerpo a tantos cambios y tantos sacrificios donde todo al final esfalso.Que tan bella eres, depende de cuánto puedas pagar y cuánto dolor estés dispuesta soportar. Para estas personas essumamente difícil encontrar un espacio laboral, realmente se limita a tres opciones: de estilista, en las fábricas o deprosti. ¿Cómo puedes llegar a un banco a pedir trabajo?, vestida de María, para entregar documentos de Juan.Dependes de ejercer un oficio para poderte pagar todo el mantenimiento que requiere la imagen que tú quieres quetengan de ti y que tú misma creaste para esculpir
“No mequito el tiliche porque lo ocupo para la chamba”. MichelleTodo es una fantasía, todo es falso. Pelucas, pestañas postizas, labios con colágeno, nariz operada, toneladas demaquillaje, inyecciones de aceite en las nalgas, en las pantorrillas, senos operados, uñas kilométricas, barbillasrediseñadas. Esto no es novedad; lo que si causa asombro, es que la clientela masculina lo sabe y aun así decidencontratar el servicio. Acaso será que no quieren vivir de la verdad, sino que ellos están conscientes de compraruna ilusión. Lo que de verdad es de causar una verdadera conmoción emocional, es que Michelle tenga queconservar su pene, usándolo para satisfacer a un caballero por detrás ya que éste servicio es el mejor pagado.“A los hombres les gusta la cochinada”. ÁngelNo aún conformes con la modificación corporal, también existe la modificación digital. Tener unas buenasfotografías aumenta potencialmente los clientes que pueden conseguir. Tener unas fotografías que estánalteradas totalmente y que distan mucho de la verdad, pero se acercan tanto a la fantasía a los sueños masculinosrealmente explota como bomba la cantidad de cristianos dispuestos a pagar por un servicio transexual.
La fotografía de la hamburguesa de “MacDonald´s” versión transexualLa primera sesión fue concluida y ahora venían los resultados. Yo creí que lo más pesado había pasado,no me imaginaba lo que estaba por venir. Era momento de mostrar los resultados. Le fui mandandoadelantos, Michelle comenzó a mostrar su capacidad de dirección y edición fotográfica. Lasconversaciones trascurrían de la siguiente manera:“Katia, las fotos me encantan, pero, tienes que dejarme el cutis de p-o-r-c-e-l-a-n-a” decía Michelle conla voz fingida y una mirada aspiracional.“Mas o menos ¿así?”, mostraba yo.“Katia, las fotos me encantan, pero, no tiene que quedarme ninguna imperfección”.“¿Así?”“Katia, las fotos me encantan pero, tienes que hacerme mas cintura”“¿Así?”“Katia, las fotos me encantan pero tiene que ponerme mas nalgas”“¡Así!, ¿así?, ¡así!” poco a poco enloqueciéndome yo contestaba.“Esta bien Katia, así están bien. Finalmente la clienta quedo satisfecha.Michelle ya que tenía las imágenes en su poder, las sometía a una nueva edición y retoque digital,usaba su ponente “software” de celular; hasta dejar una plasta uniforme sin forma ni textura de piel,pero así ella era feliz.
Pasaron algunos meses, ella se me volvió a aparecer. Ahora quería más. Más fotografías, más sexy, másatrevidas, más provocativas, más explicitas, nuevo vestuario, nuevo peinado, nuevo maquillaje, buenohasta incluyo a otro amigo (al cual trataba como perro) que le ayudaría a realizar sus fantasías paraaterrizadas en fotografía.Ahora la actitud en la sesión fue más agresiva, más desinhibida. Pues total, ya nos conocíamos y habíaconfianza. Ella fungía como directora de escena, directora de arte y casi fotógrafa. Después de muchashoras agotadoras de sesión, se dio por satisfecha.Yo volvía a atravesar mi viacrucis de entrega de adelantos y correcciones de fotografía. Se me hizoevidente que ella se había convertido en “mi clienta pesadilla”. Más edición, más retoque, quitame todaslas imperfecciones, ponme más cintura más nalga, etc.“¿Michelle, no crees que esto ya es demasiado?, mira tu piel, ya no tiene textura. ¿Por qué no checasrevistas de moda?, por ejemplo Vogue, cae en cuenta que las modelos tienen piel, poros, respiran.“Katia, no me importa yo quiero el cutis y la piel de porcelana, como muñequita”. Aseveraba ella.“¿Michelle, de verdad estas fotos te sirven para tus clientes?, finalmente lo que estás mostrando no es larealidad, ¿qué va a pasar el día que pongas tu anuncio, te contrate un cliente y al conocerte se dé cuentade que no eras lo que mostraste?, ¿no crees que se desilusionaría?”. Replicaba yoY seguí escuchado la misma cantaleta y la misma exigencia. Michelle finalmente había sacado a la “bitch”o “perra” que siempre llevo dentro y que se encargo de ocultar muy bien al principio.
Yo me sentía muy incomoda con el trabajo que estaba realizando. Eso ya no era real y se vendía como real.Eso ya no era sexi ni elegante, más bien rayaba en lo vulgar. Así fue cómo me di cuenta que terminehaciendo la fotografía de la hamburguesa de “MacDonald´s” versión transexual. Esa hamburguesa que seve tan grande, tan rica, tan llena de carne, tan deliciosa, pero que todos sabemos que no es para nada loque obtienes, y sin embargo la sigues comprando.Afortunadamente las diferencias llegaron a tal punto en donde la misma clienta pesadilla, se alejó de misservicios. Yo me sentí tan aliviada, ahora no tendría que decir: no te las puedo tomar por qué medesquicias.“Miss gordita fantasy” Ángel.Pasaron los meses, un buen día Angelito me pidió le realizara una sesión de fotos, estaba participando enun concurso de belleza para travestis. Yo creí que iba a tener un “deja bu”. Afortunadamente las cosasfueron muy diferentes. Este chico quería verse bien y muy bien como mujer, pero finalmente quería versereal.Ángel tiene dos personalidades muy distintas. Por un lado es el chico homosexual “Ángel Navarro” y por elotro “Roxana Navarro” la chica sexy, glamurosa que lleva dentro y se expresa a través del travestismo. Alos dos el ama y los dos son parte de él.
“El pinche holograma”, Ángel.Y a toda esta situación de operaciones, modificaciones, retoque plástico y retoque digital, la imagen quetienes de ti, la imagen que quieres que tengan de ti, cómo eres y cómo te quieres mostrar en el mundovirtual de las ventas. Al final de la noche, cuando estas a solas ¿realmente existe la aceptación? Esa preguntafue la que le realice a mi nuevo cliente y amigo.“Después de quitarte todo el disfraz, quedas solo tú ¿pero quién eres tú?, la imagen que proyectas o ese pinche holograma”, contestó Ángel Navarro.
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