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Revista Informativa - Grupo

Published by ana.torrealba246, 2020-06-03 10:11:27

Description: Revista Informativa - Tarea 7

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UCR sin fecha para la realización del examen de admisión 2020-2021 Por: Alexa Badilla La prueba de aptitud académica (PAA) de la Universidad de Costa Rica, al igual que todas las funciones de la institución, se ha visto afectado por el distanciamiento social debido al Covid-19. Las pruebas normalmente se realizan entre septiembre u octubre, pero por las irregularidades presentadas este año no hay fechas para la realización. Fuente: ucr.ac.cr Las indicaciones de parte de los funcionarios de la UCR, para la población estudiantil inscrita en el proceso de admisión 2020-2021 y que realizó el pago, es revisar con regularidad la página oficial de registro, llamar a la Universidad o bien informarse a través de la cuenta de Facebook. La directora de Saint Anthony School, Eileen Jiménez, dijo que hasta el momento los colegios tampoco tienen información. Cabe destacar que desde el año pasado, según Eileen, la UCR no ofrece la alternativa de que los colegios ayuden a los estudiantes con el proceso de matrícula, por lo que este año, con las anomalías por la pandemia, cada estudiante debió realizar el proceso por su cuenta. Por otro lado, algunos colegios públicos, como el Colegio de Gravilias en Desamparados, han mantenido al tanto a los estudiantes por medio de sus redes sociales. Una estudiante de esta misma institución, Jimena González, quien se inscribió para realizar este examen, comentó que se encuentra muy estresada al estar en la incertidumbre. Jimena además agregó que su mayor preocupación es que le avisen en cualquier momento y ella no estar preparada para el examen. Ella dice no tener tiempo para prepararse debido a la cantidad de trabajos que le han dejado en el colegio. La UCR solicitó en primera instancia el día 11 de marzo a su personal docente que realizara esfuerzos para la virtualización de los cursos, para lo que se iniciaron a realizar esfuerzos por fortalecer la plataforma de Mediación Virtual. Días después, el 15 de marzo, se comunicó a toda la comunidad universitaria la suspensión temporal de las clases presenciales. Recientemente se reveló en una resolución que Rectoría dirigió al profesorado que el segundo ciclo lectivo del año 2020 se continuará realizando de manera virtual, utilizando el soporte de Mediación Virtual. Se está a la espera de información que actualice acerca del estado de las próximas pruebas de admisión.

Virtualización de cursos fue un reto para la Universidad de Costa Rica Por: Sofía Guevara Las clases virtuales se imparten desde el 13 de abril del 2020. Producto de la crisis por el covid-19 en el país, la Universidad de Costa Rica (UCR) decidió trasladar toda su oferta académica a la modalidad virtual, durante el primer semestre del 2020, lo que representó un reto para las distintas unidades académicas del centro de educación superior. Entre las preocupaciones que se presentaron, tanto en estudiantes como profesores, estaban el acceso a equipo y condiciones adecuadas para recibir las clases, la adaptación de los cursos prácticos, y la modificación de los contenidos de cada curso. Kathleen Alvarado, estudiante de Farmacia y Enseñanza de las Ciencias, comentó que su carga académica es mucho más pesada que en un semestre presencial, ya que cada asignación requiere más tiempo; mientras que Stephanie Vargas, estudiante de Bibliotecología, sintió su carga académica igual que en un semestre presencial. Facultades como la de Artes y la de Ciencias reconocieron que el proceso de adaptar cursos prácticos a la modalidad virtual fue difícil, y que, en algunos casos, no es posible una transición completa. Federico Muñoz, decano de la Facultad de Ciencias mencionó que en su facultad los cursos más afectados fueron los laboratorios, “se suspendieron todos los laboratorios debido a la imposibilidad de realizarlos presencialmente. Esto no quiere decir que haya coordinadores que pudieron implementar algunas prácticas virtuales”, dijo el decano. Kathleen, quien había matriculado Laboratorio de Física este semestre, dijo que tuvo que renunciar a este curso porque lo cerraron. En la Facultad de Artes no se cerró ningún curso, pese al descontento de los estudiantes con las clases virtuales; Lucía Matarrita, quien estudia Historia del Arte y Filología Clásica, había matriculado un Taller de Arcilla y prefirió retirarlo, ya que consideró que virtualmente no iba a ser de provecho. María Vargas Cullell, decana de la Facultad de Artes, expresó que en su facultad se optó por impartir los cursos con un enfoque en los conocimientos teóricos. Esta facultad, al igual que en otras escuelas, como en la Escuela de Educación Física y Deportes, proponen reponer el componente práctico de los cursos durante el segundo semestre o el ciclo de verano, “los contenidos se adaptaron para no perjudicar y atrasar a las y los estudiantes. En el momento que se retome la presencialidad tendremos que adaptar otros cursos para suplir lo que ahora no han podido hacer”, comentó Vargas.

El 2 de junio, la rectoría de la UCR anunció que para el segundo semestre del año se seguirán dando clases virtuales, pero se pretenden incorporar un componente presencial para los cursos que lo requieran. Tanto Vargas como Muñoz consideran que se ha hecho un buen trabajo al implementar una metodología virtual, y que esto les ha permitido analizar las formas en que las carreras de sus áreas pueden crecer, pero coincidieron en que aún hay mucho que se puede hacer, ya que el proceso apenas está iniciando.

Clases virtuales y personas mayores en la Universidad de Costa Rica Por: Ámbar Segura La suspensión de clases presenciales se dio el pasado 13 de marzo. “Se nos hace muy difícil, a los adultos, recibir clases virtuales”, comentó una estudiante del Programa de Educación Abierta (PEA). La Universidad de Costa Rica (UCR) cuenta con distintos programas que albergan a adultos como estudiantes, por ejemplo, el Programa Institucional para la persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM) y el Programa de Educación Abierta (PEA). Al igual que el resto de la población universitaria, los integrantes de estos programas se han visto afectados por la cancelación de las clases presenciales. Hilda Zúñiga, estudiante regular del PIAM desde el 2019, comentó que las clases virtuales hacen que se pierda lo atractivo del programa. “Lo presencial para mí es esencial, porque es nutrirme. Creo que un adulto mayor quiere tener contacto con la gente. Para mí lo interesante del PIAM es ir y compartir con gente joven llena de energía”, expresó. También compartió que el programa pierde su sentido sin lo presencial. El PIAM ofrece la oportunidad a sus estudiantes de asistir a cursos regulares de la universidad, pero también cuenta con cursos específicos para ellos. Según su sitio web, en el 2017 el 8% de la población universitaria de la Sede Rodrigo Facio correspondía a personas pertenecientes al programa. Por otra parte, el PEA permite que personas adultas inicien, continúen o concluyan sus estudios de tercer ciclo y Bachillerato. Este programa está dirigido a personas mayores de 20 años que por condiciones laborales, económicas o sociales no pudieron concluir sus estudios, de acuerdo con su página web. Lourdes Zúñiga empezó su sétimo año en el PEA y está a punto de finalizar noveno año. Con respecto a la virtualidad de las lecciones opina que este semestre

ha sido un proceso muy duro, ya que considera que ni siquiera los profesores están preparados para la virtualidad. Zúñiga comentó además que extraña mucho presentarse a clases: “Extraño todo, porque la vida me lo cambió abruptamente. Creí que en abril tendría mi título de noveno año y debido a esto no lo logré”, compartió. De igual manera, dice sentirse frustrada con las clases virtuales porque considera que son un desorden. Estos programas son importantes en la población, ya que buscan que las personas adultas y adultas mayores alternen sus actividades cotidianas con procesos de aprendizaje.

La Universidad de Costa Rica lucha para poder mantener los laboratorios a distancia Por María Fernanda Salas Los laboratorios son una parte fundamental del plan de estudios en las carreras de la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Ciencias de la Salud. Sin embargo, por la pandemia del Covid-19, la UCR se vio forzada a suspender la presencialidad de estos cursos. El departamento de física, por ejemplo, decidió cancelar las clases en su totalidad. Pero, la coordinación de Química orgánica decidió seguir adelante por el gran tamaño de la población que necesita el curso y las implicaciones que tendría atrasar toda una generación. Katherine Chaves, la coordinadora del laboratorio de Fundamentos de Química Orgánica, comentó que antes de tomar la decisión cayeron en cuanta que ya había universidades en EE. UU. y en Canadá que habían logrado virtualizar este tipo de laboratorios. Además, según Chaves, tuvieron que evaluar “que tan importante es que la técnica se aprenda a nivel motor, o si simplemente una demostración de cómo la técnica funciona puede ser suficiente para que el estudiante pueda seguir avanzando con los cursos siguientes”. Además, haber cancelado el curso hubiera significado saturar los cupos para el próximo año y atrasar a una gran cantidad de estudiantes que necesitan el curso para poder avanzar en su plan de estudios. ¿Cómo se adaptaron? La coordinadora Chaves reconoció que en las casas no se tiene la misma facilidad que en los laboratorios, por lo que intentan pedirles materiales sencillos y cotidianos a los estudiantes. Aun así, sabe que para alguno podría ser imposible, por lo que se trabaja en grupos de cuatro en donde un integrante es el voluntario para hacer el experimento desde su casa y generar algún tipo de material audiovisual para sus compañeros que no lo pudieron realizar. De esta manera, todos tienen acceso a los datos y a los resultados. Ahora bien, si ninguno de los integrantes tiene los recursos necesarios para llevar a cabo el experimento, se les ofrece la opción final de solamente hacer una revisión literaria. Además, ahora los estudiantes cuentan con medio día para hacer sus pruebas cortas, mientras que en presencialidad contaban con veinte minutos. Para evitar el plagio, las preguntas ahora son más analíticas y no definiciones. Por otra parte, para el trabajo en clases realizan foros de discusión donde a veces se realizan competencias. Los premios puede ser tiempo o puntos extra para los trabajos. La estudiante María José Leal, que cursa su segundo año de Ingeniería Química, afirmó que: “Se nota demasiado el esfuerzo de los profes. Han hecho cambios y nos han escuchado, pero al fin y al cabo aprendemos más en el laboratorio”. Retos en el camino “Nos ha costado encontrar un balance entre lo que nosotros esperaríamos que ellos hicieran en el laboratorio y lo que ellos tienen que hacer en la casa”, comentó la coordinadora Chaves. Por su parte, la estudiante Kiandra Thomas, de tercer año de Ingeniera Industrial, afirmó que el curso consume más tiempo del que se justifica, ya que

vale solo un crédito. La estudiante Leal concordó y comentó que: “Ahora ese tiempo se ha multiplicado. Todas las semanas me dan una clase de teoría, me hacen un quiz y tengo mis horas de laboratorio. Mis clases de teoría antes duraba una hora. Ahora dura más y son por Zoom”. Ahora bien, Leal explico que, aunque las clases de teoría son más largas, se aprende menos porque las profesoras explican lo que harían en lo laboratorios y no lo que realmente van a hacer en sus casas. Por lo que dice que, aunque sea cierto que tienen un mayor plazo para completar el quiz, hay que dedicarle más tiempo porque hay que aprender e investigar gran parte de la materia por cuenta propia. ¿Se podrá completar el curso en su totalidad? La UCR ofrece la posibilidad de dejar un curso como “incompleto” en el expediente académico si es imposible llevarlo a cabo. Sin embargo, Chaves comentó que sí se podrán dar los laboratorios de Química orgánica de manera completa y se podrá reportar una nota para cada estudiante. Sin embargo, hay estudiantes que no se mantienen tan positivos. La estudiante Leal comenta: “Sí voy a pasar el curso, pero no tengo las habilidades para llevar el laboratorio de Química Orgánica II. A uno le enseñan videos y le explican por videollamada. Pero realmente cuando lleguemos al laboratorio y nos pongan la cristalería al frente no vamos a saber qué hacer”.

Estudiantes de la sede universitaria Rodrigo Facio que habitan fuera de la GAM: ¿Cómo se adaptan a la virtualización? Por: Ana Laura Torrealba Las clases en línea son la nueva normalidad en la Universidad de Costa Rica, al menos por lo que resta del año lectivo 2020. 50 estudiantes de la sede Rodrigo Facio que viven en zonas alejadas a la Gran Área Metropolitana compartieron detalles acerca de su experiencia con las clases en línea. Perspectivas positivas de la virtualización “Ha sido una forma de aprender a trabajar de forma distinta y en general, trato de sacarle el mayor provecho, para cultivar la disciplina y la autonomía, tales cualidades creo que deberían mejorar en mi persona. En síntesis, la virtualización me ha dado nuevas habilidades”, dijo Diego Baltodano, quien estudia Ingeniería Civil y vive en Golfito, Puntarenas. Como Diego, otros aprecian el lado positivo de las clases en línea, ya que permiten que se pase más tiempo en familia. Una fuerte mayoría de estos estudiantes, en condiciones típicas, vivirían en cercanía a San José, pero, a causa del contexto actual, se trasladaron de nuevo a su lugar de residencia original. Por otro lado, quienes viajaban largas distancias para asistir a clases presenciales valoran más el hecho de evitarse las horas de viaje y poder asistir a clases desde sus hogares. Carga académica La mayoría sugirió que esta aumentó a causa de la virtualización. “Siento que [la virtualización] nos ha forzado a ser, en algunos casos, autodidactas de forma muy repentina. Las explicaciones por videollamada no suplen una clase presencial y algunas dinámicas en las plataformas son hasta confusas. Ha aumentado y dificultado la carga”, dijo Daniel Araya, estudiante Filología Española y Enseñanza del Castellano y la Literatura. Cuando la universidad dio la oportunidad de cancelar la matrícula de cursos, la mayoría de las personas con quienes se habló no retiró ninguno. Quienes sí retiraron cursos no se arrepienten de haberlo hecho. Sin embargo, para bastantes estudiantes el retiro de cursos no era una opción viable, ya que mantener una beca socioeconómica requiere una matrícula de mínimo 12 créditos. Condiciones de conectividad Una preocupación recurrente es la inestabilidad o ausencia de conexión a internet, porque, aunque bien la mayoría de los estudiantes con los que se habló sí tienen acceso a una red firme, una cantidad considerable experimenta limitaciones en la velocidad y estabilidad de red. Además, la época lluviosa aumenta la incidencia de fallos de electricidad. Por ello, se le añade importancia a que los docentes graben las sesiones sincrónicas y las faciliten a sus estudiantes. Apoyo a los estudiantes de parte sus profesores

En su totalidad, los estudiantes coincidieron en que los profesores intentan mantener una comunicación clara y constante con el alumnado, y se encargan de utilizar plataformas virtuales como Mediación Virtual, que es la más utilizada, Facebook, Google Classroom, Google Drive y Zoom. Además, en cuestión de evaluaciones y entregas tardías, se ha mostrado más flexibilidad. Sin embargo, ese no es siempre el caso, como dijo Daniel Álvarez Barrientos, quien estudia Medicina: “Algunos [profesores] entienden que puede haber circunstancias y han sido flexibles, otros dan el curso como comúnmente y otros más bien aprietan mucho, hablo en lo personal y las experiencias de amigos.” Perspectivas negativas de la virtualización Hay quienes opinaron que las clases en línea han tenido un impacto negativo en su bienestar físico y emocional, ya que son un factor que les ocasiona estés, contracturas y dolor en la espalda y cansancio de la vista por la pantalla de la computadora. También se mencionó la pérdida de la voluntad para asistir y participar en las sesiones virtuales sincrónicas. Distintos estudiantes declararon sufrir afectaciones a su salud mental, como, por ejemplo, episodios de ansiedad y ataques de pánico, lo cual influye en su estado anímico y en su rendimiento académico. Además, no todos cuentan en sus hogares con un espacio privado, silencioso y condicionado para recibir clases en línea, lo cual tiende a afectar de manera negativa en su concentración. Wilberth Rojas, estudiante de Dirección de Empresas dijo: “Mi casa es pequeña, por lo cual no tengo un cuarto propio por lo que tengo que recibir clases en el corredor donde el silencio no se puede dar ya que pasan carros y como soy de campo también hay mucho ruido de animales”. Este y otros testimonios muestran las dificultades que conlleva la combinación del contexto casero con el universitario. Dos condiciones principales que se presentan en una fuerte mayoría de los universitarios son: el estrés y/o la falta de interés. Dicen sentirse estresados por factores académicos, la problemática del Covid-19, situaciones personales, entre otras razones. Además, es recurrente la presencia de poca motivación e interés por cumplir con las responsabilidades académicas. Katherine Granados, estudiante de Archivística dijo de: “Ha sido bastante estresante. A veces me siento muy abrumada al ver que la conexión no me funciona o cosas así. También es bastante cansado pasar todo el día frente a la computadora ya sea en clases o realizando trabajos o lecturas, sin interactuar con nadie”; una declaración que engloba la posición de bastantes universitarios. La mayoría de los estudiantes consultados clasificaron su experiencia con las clases en línea como “intermedia”.


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