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Emmanuel Kant - Teoría y praxis

Published by efrainr3000, 2014-11-24 10:00:35

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Teoría y praxis www.elaleph.com donde los libros son grati TEORÍA Y PRAXIS Se llama teoría a un conjunto de reglas, incluso de las prácticas,cuando estas reglas, como principios, son pensadas con ciertauniversalidad y, además, cuando son abstraídas del gran número decondiciones que sin embargo influyen necesariamente en su aplicación.En cambio, no se llama práctica a cualquier manejo, sino sólo a esaefectuación de un fin que es pensada como cumplimiento de ciertosprincipios de procedimiento representados en general.1 Aunque la teoría puede ser todo lo completa que se quiera, seexige también entre la teoría y la práctica un miembro intermediario quehaga el enlace y el pasaje de la una a la otra; pues al concepto delentendimiento que contiene la regla se tiene que añadir un acto de lafacultad de juzgar por el que el práctico diferencie si el caso cae o nobajo la regla. Y como a la vez a la facultad de juzgar no siempre se lepueden proporcionar reglas por las que ella tuviera que guiarse en lasubsunción (pues esto iría al infinito), podrá haber teóricos que jamásdevengan prácticos en su vida porque carecen de la facultad de juzgar:por ejemplo médicos o juristas que han hecho buenos estudios, peroque no saben cómo deben conducirse cuando tienen que dar un con-sejo.2 Pero incluso si existe esa disposición natural, puede ocurrir quehaya un defecto en las premisas. Es decir, es posible que la teoría seaincompleta y que sólo se complete mediante ensayos y experienciastodavía por hacer, por lo que el médico al salir de la escuela, elagricultor o e1financiero pueden Y deben abstraer nuevas reglas a partirde esos ensayos y experiencias y completar su teoría. En este caso no esculpa de la teoría si ésta es poca cosa para la práctica, sino de que haypoca teoría, la teoría que el hombre habría debido aprender a partir dela experiencia, y que es la verdadera teoría, aunque aquél no fuese 3 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratiscapaz de dársela por sí mismo ni de exponerla sistemáticamente comoun maestro, y que, por tanto, na a puede reclamar en nombre de médicoteórico, de agricultor teórico, etcétera. En consecuencia, nadie puede decirse prácticamente versado enuna ciencia y a la vez despreciar la teoría, pues así mostraríasimplemente que es un ignorante en su oficio, en cuanto cree poderavanzar más de lo que le permitiría la teoría mediante ensayos yexperiencias hechos a tientas, sin reunir ciertos principios (quepropiamente constituyen lo que se llama teoría) y sin haber pensado sutarea como un todo (el cual, cuando se procede metódicamente, sellama sistema). Sin embargo es más tolerable ver que un ignorante considera queen su presunta práctica la teoría es inútil y superflua, que ver que unrazonador concede que la teoría es buena para la escuela (más o menospara ejercitar la inteligencia) pero que en la práctica ocurre algoenteramente distinto, que cuando se pasa de la escuela al mundo unoadvierte que ha perseguido ideales vacíos y sueños filosóficos; en unapalabra: que lo que es plausible en la teoría no tiene validez alguna parala práctica. (Con frecuencia se expresa también esto así: esta o aquellaproposición vale in thesi, pero no in hypothesi)3. Ahora bien, uno no haría más que reírse de un mecánico empíricoo de un artillero que negaran el uno la mecánica general y el otro lateoría matemática del lanzamiento de bombas, al sostener uno y otroque esas teorías son por cierto sutiles pero que no son válidas en lapráctica porque, en la aplicación, la experiencia da otros resultados quelos de la teoría. (En efecto, si a la primera se le añade la teoría de laacción y a la segunda la de la resistencia del aire, entonces en general:más teoría todavía, una y otra concordarían muy bien con la expe-riencia). Sin embargo el caso es totalmente distinto según se trate deuna teoría que concierne a los objetos de la intuición o de una teoría enla que estos objetos son representados sólo por conceptos (con objetos 4 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisde la matemática, y con objetos de la filosofía)4: es posible que estosúltimos objetos sean pensados perfectamente y sin reproche (por partede la razón); pero quizá no puedan ser dados, sino que pueden sermeras ideas vacías, de las que no se podría hacer uso alguno en lapráctica, o sólo un uso perjudicial. En tales casos el refrán estaríajustificado. Pero en una teoría fundada sobre el concepto de deber se anula elrecelo causado por la vacía idealidad de este concepto. Pues no sería undeber intentar cierto efecto de nuestra voluntad, si ese efecto no fueratambién posible en la experiencia (sea ese efecto pensado comoconsumado, o como aproximándose constantemente a su consumación);y en el presente tratado sólo hablamos de esta especie de teoría. Pues apropósito de esta última se ha alegado frecuentemente, para escándalode la filosofía, que lo que puede ser correcto en ella es sin embargo sinvalor para la práctica; y esto proferido en un tono altivo, desdeñoso ypleno de arrogancia con la intención de reformar mediante laexperiencia, a la razón misma en lo que ésta pone su honor supremo, yde poder ver más lejos y con más seguridad, en una seudosabiduría, conojos de topo clavados en la experiencia, que con los ojos propios de unser hecho para estar erguido y contemplar el cielo. Esa máxima, que en nuestra época rica en proverbios y vacía enacción se ha vuelto muy común, ocasiona el mayor daño cuando lerefiere a algo moral (deber de virtud o de derecho). Pues aquí se tratadel canon de la razón (en lo práctico), donde el valor de la prácticareposa enteramente en su adecuación a la teoría que le sirve de base, ytodo está perdido si las condiciones empíricas y, por tanto, contingentesde la ejecución de la ley se convierten en condiciones de la ley misma, ysi, en consecuencia, una práctica calculada sobre un resultado probablesegún la experiencia sucedida hasta ahora resulta autorizada a dominarla teoría subsistente por sí misma. Divido este tratado según los tres diversos puntos de vista desdelos que suele evaluar su objeto el hombre de bien que resuelve tan 5 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisatrevidamente acerca de teorías y sistemas; entonces según una triplecualidad: 1) como hombre privado, pero sin embargo hombre práctico[Geschäftsmanhl]; 2) como hombre político [Staatsmanni]; 3) comohombre de mundo [WeItmann] (o ciudadano del mundo [Weltbürger]en general). Ahora bien, estas tres personas están de acuerdo enarremeter contra el hombre de escuela [Schulmann] que elabora teoríaspara ellas y para mejorarlas: imaginándose que entienden el asuntomejor que él, lo reconducen a su escuela (illa se jactet in aula)a,a comoa un pedante que, perdido para la práctica, no hace más que cerrar elpaso a la experimentada sabiduría de las tres. Presentaremos entonces la relación de la teoría con la práctica entres partes: primeramente en la moral en general (con respecto al bien[Wohl] de cada hombre), en segundo lugar en la política (relativamenteal bien de los Estados), en tercer lugar desde el punto de vistacosmopolita (con respecto al bien del género humano en su totalidad, yen cuanto este género humano está comprendido en el progreso a esebien en la serie de las generaciones de todos los tiempos futuros). Peropor razones que surgen del tratado mismo los títulos de las partes seránexpresados por la relación de la teoría con la práctica en la moral, en elderecho político y en el derecho internacional.5a Virgilio, Eneida, I, 140. 6 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis I DE LA RELACIÓN DE LA TEORÍA CON LA PRÁCTICA EN LA MORAL EN GENERAL (En respuesta a algunas objeciones del señor profesor Garve)*. Antes de llegar al punto que está propiamente en litigio, acerca deaquello que en el uso de uno y el mismo concepto puede valersolamente para la teoría o para la práctica, debo comparar mi teoría talcomo la he expuesto en otra parte, con la representación que da elseñor Garve de ella, para ver si nos entendemos. A. De un modo provisional, y en tanto introducción, he definido lamoral como una ciencia que enseña no cómo debemos ser felices, sinocómo debemos ser dignos de la felicidad**. En esto no he omitido * Versuche über verschiedne Gegenstánde aus der Moral undLiteratur (Ensayos sobre diversos objetos de la moral v de la literaturaj,po'r Ch. Garve, Primera parte, pp. 111-1 l¿ Llamo objeciones a lasdiscusiones que este digno hombre me plantea, con el fin (espero) deentenderse conmigo; y no ataques, que como afirmaciones despectivasincitarían una defensa para la cual éste no es el lugar ni entra en misinclinaciones ** La dignidad de ser feliz es esa cualidad de una persona quedescansa en el propio querer del sujeto, conforme con la cual una razónuniversalmente legisladora (de la naturaleza tanto como de la librevoluntad) concordaría con todos los fines de esa persona. Esa dignidades por tanto enteramente diferente de la habilidad de procurarsefelicidad. Pues no es digno de esa habilidad y del talento que lanaturaleza le ha concedido para ello quien tiene una voluntad que nocoincide con la única voluntad correspondiente a una legislación 7 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisseñalar que no por ello el hombre debiera, en lo que concierne alcumplimiento del deber, renunciar a su fin natural: la felicidad. Pues elhombre no puede hacer esto, como tampoco lo puede hacer un serfinito racional en general; pero sí tiene que hacer entera abstracción deesa consideración cuando sobreviene la orden del deber; de ningúnmodo tiene que hacer de esa consideración una condición delcumplimiento de la ley prescripta por la razón; inclusive, en cuanto lesea posible, tiene que procurar conscientemente que en la determinacióndel deber no se mezclen inadvertidamente móviles surgidos de esaconsideración. Y esto se logra en la medida en que se representa eldeber ligado más bien con los sacrificios que cuesta su observación (lavirtud) que con las ventajas que nos reporta; y esto para representarsela orden del deber en toda su autoridad, que requiere obedienciaincondicionada, autosuficiente y no necesitada de ningún otro influjo. a. Ahora bien, esa mi tesis es expresada así por el señor Garve:\"yo habría afirmado que la observación de la ley moral, sin referenciaalguna a la felicidad, es el único fin final del hombre, que tiene que serconsiderada como el único fin del Creador\". (Según mi teoría ni lamoralidad del hombre por sí sola, ni la felicidad por sí sola, sino el su-premo bien posible en el mundo, que consiste en la reunión yconcordancia de ambas, es el único fin del Creador)7. b. Además yo había señalado que ese concepto de deber nonecesita poner como fundamento fin particular alguno, sino que másbien suscita otro fin para la voluntad humana, a saber: el de contribuircon todo su poder al bien supremo posible en el mundo (la felicidaduniversal en el universo enlazada con la más pura moralidad y adecuadaa esta última): lo cual, puesto que está en nuestro. Poder de un sololado y no de ambos, impone a la razón, desde el punto de vistapráctico, la creencia en un amo moral del mundo y en una vida futura.No es que por la suposición de ambas cosas el concepto de deberuniversal de la razón y en la que no puede estar contenida (es decir, quecontradice a la moralidad). 8 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisobtenga en primer lugar \"firmeza y solidez\", esto es, un fundamentoseguro y la fuerza propia de un móvil, sino que sólo en ese ideal de larazón pura ese concepto obtiene un objeto.* * La exigencia de admitir corno fin final de todas las cosas, yposible mediante nuestra colaboración, un bien supremo en el mundo,no es una exigencia que proviene de la carencia de móviles morales,sino de la carencia de condiciones externas en las que, únicamente, yconforme a esos móviles, se puede producir un objeto como fin en símismo (como fin final moral). Pues sin ningún fin no puede habervoluntad alguna aunque haya que hacer abstracción del fin cuando setrata simplemente de la coacción legal de las acciones y sólo la leyconstituye el fundamento de determinación del fin. Pero no todo fin esmoral (por ejemplo, no lo es el de la propia felicidad), sino que este fintiene que ser desinteresado; y la exigencia de un fin final propuesto porla razón pura y que abarca al conjunto de todos los fines bajo unprincipio (un mundo como el bien supremo posible también mediantenuestra colaboración) es una exigencia de la voluntad desinteresada quese extiende más allá de la observación de la ley formal hasta laproducción de un objeto (el bien supremo). Esto es una determinaciónde la voluntad de especie particular, a saber: por la idea del conjunto detodos los fines, donde se pone como principio que si estamos en ciertasrelaciones morales con las cosas del mundo, tenemos que obedecersiempre a la ley moral; y a esto se añade el deber de actuar con todonuestro poder para que exista semejante relación (un mundo adecuado alos fines morales supremos). En lo cual el hombre se piensa en analogíacon la vi divinidad, la cual, aunque subjetivamente no necesite nadaexterno, no puede ser pensada como cerrada en sí misma, sino queincluso por la conciencia de su suficiencia está determinada a producirfuera de sí el bien supremo: necesidad (en el hombre es deber) quenosotros no podemos representar en el ser supremo sino comoexigencia moral. Por esto, en el hombre, el móvil que yace en la idea delsupremo bien posible en el mundo mediante su colaboración no es lapropia felicidad intentada en ello, sino sólo esa idea como fin en sí 9 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratis Pues en sí mismo el deber no es otra cosa que la limitación de lavoluntad a la condición de una legislación universal hecha posiblemediante una máxima admitida, cualquiera sea el objeto o el fin de esavoluntad (por tanto también la felicidad); pero de ese objeto e inclusode todo fin que se puede tener se hace en esto completa abstracción.Así, en la cuestión del principio de la moral se puede omitir totalmentey dejar a un lado (como episódica) la doctrina del bien supremo comofin final de una voluntad determinada por la moral y conforme a susleyes; como también se muestra en la continuación: cuando se trata elpunto propiamente litigioso no se considera esa cuestión, sino sólo lareferida a la moral universal. b. El señor Garve expresa esas tesis del siguiente modo: \"elvirtuoso jamás puede ni debe desatender ese punto de vista (el de lapropia felicidad), pues de lo contrario perdería completamente elcamino que lleva al mundo invisible y a la convicción de la existencia deDios y de la inmortalidad, convicción sin embargo absolutamentenecesaria, según esa teoría, para dar al sistema moral firmeza y solidez\";y para compendiar la suma de las afirmaciones que me atribuyeconcluye así: \"A consecuencia de esos principios el virtuoso se esfuerzaincesantemente por ser digno de la felicidad, pero en cuanto esverdaderamente virtuoso jamás se esfuerza por ser feliz\". (La expresiónen cuanto (in so fern) introduce aquí una ambigüedad que primero hayque cancelar. Puede significar en el acto en que el hombre comovirtuoso se somete a su deber; y aquí esta proposición concuerdaperfectamente con mi teoría. O bien: si el hombre es en general sólovirtuoso, y entonces incluso cuando no se trata del deber y no hay lugarmismo, por consiguiente su persecución como deber. Pues esta idea nocontiene simplemente la perspectiva de la felicidad, sino sólo la de unaproporción entre la felicidad y la dignidad del sujeto, cualquiera seaéste. Pero una determinación de la voluntad, que se limita a sí misma ylimita su intención a esa condición de pertenecer a semejante todo, noes interesada. 10 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisde transgredirlo, no debe de ningún modo referirse a la felicidad; lo quecontradice completamente mis afirmaciones). Estas objeciones no son pues sino malentendidos (pues no puedotenerlas por interpretaciones tendenciosas), cuya posibilidad tendría queextrañar si la propensión humana de seguir el propio pensamiento habi-tual en el enjuiciamiento de los pensamientos ajenos, y de introduciraquél en estos, no explicara suficientemente tal fenómeno Ahora bien, a ese tratamiento polémico del mencionado principiomoral le sigue una afirmación dogmática de lo contrario. En efecto, elseñor Garve argumenta analíticamente así: \"En el orden de losconceptos es necesario que la percepción y la diferenciación de losestados, por lo cual se le da a uno la preferencia sobre el otro, precedana la elección de uno entre ellos y, por consiguiente, a lapredeterminación de cierto fin. Pero un estado que un ser dotado de laconciencia de sí y de su estado prefiere a otra manera de ser en elmomento en que ese estado está presente y él lo percibe, es un buenestado; y una serie de tales buenos estados es el concepto más generalque expresa la palabra felicidad\". - Además: \"Una ley supone motivos,pero los motivos suponen una previa diferencia percibida entre unestado mejor y uno peor. Esta diferencia percibida es el elemento delconcepto, -de felicidad, etc.\" Además: \"De la felicidad, en el sentidomás general de la palabra, surgen los motivos de todo esfuerzo; porconsiguiente también del cumplimiento de la ley moral. Primero tengoque saber de manera general que algo es bueno antes de poderpreguntar si el cumplimiento de los deberes morales cae bajo la rúbricadel bien; el hombre tiene que tener un móvi1 que lo ponga enmovimiento antes de que se le pueda proponer un objetivo al cual esemovimiento debe tender\".* * Esto es precisamente en lo que insisto. El móvil que el hombrepuede tener de antemano, antes de que se le proponga un objetivo (fin),no puede ser manifiestamente otro que la ley misma por el respeto queésta inspira - (sin determinar cuáles fines se pueden tener y alcanzar porel cumplimiento de la ley). En efecto, la ley con respecto a lo formal del 11 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratis Este argumento no es más que un juego con la ambigüedad de lapalabra: el bien (das Gute): sea que se lo oponga, en tanto bueno en sí eincondicionadamente, al mal en sí (Böse), sea que se lo compare, entanto bueno que siempre lo es sólo condicionadamente, con el bien peoro mejor, puesto que el estado que resulta de la elección del último essólo un estado comparativamente mejor, pero que en sí mismo puedeser malo. La máxima que prescribe la observación incondicionada, sinreferencia a fin alguno puesto como fundamento, de una ley del librearbitrio que manda categóricamente (esto es, del deber) se diferenciaesencialmente, esto es, según la especie, de la máxima de perseguir elfin (que en general se llama felicidad) que la naturaleza misma nosasigna como motivo de cierta manera de obrar. Pues la primera máximaes buena en sí misma, la segunda no lo es en modo alguno; puede, encaso de colisión con el deber, ser muy mala. En cambio, cuando ciertofin es puesto como fundamento, por tanto cuando ninguna ley mandaincondicionadamente (sino sólo bajo la condición de ese fin), dosacciones opuestas pueden ser ambas buenas de modo condicionado, unapuede ser sólo mejor que la otra (y ésta entonces podría ser llamadacomparativamente mala). Y lo mismo ocurre con todas las acciones cuyo motivo no es la leyracional incondicionada (deber), sino un fin puesto arbitrariamente pornosotros como fundamento, pues éste pertenece a la suma de todos losfines cuyo logro es llamado felicidad; y una acción puede aportar más,otra menos, a mi dicha, y en consecuencia puede ser mejor o peor queotra. Pero la preferencia de un estado de la determinación de lavoluntad a otro es meramente un acto de la libertad (res meraefacultatis, como dicen los juristas), en el que de ningún modo se tomaen consideración la cuestión de saber si esa determinación de lavoluntad es en sí buena o mala, siendo entonces indiferente a una u otradeterminación.arbitrio es lo único que queda cuando he eliminado la materia delarbitrio -, (el objetivo, como la llama el señor Garve). 12 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis Un estado que consiste en estar ligado concierto fin dado, queprefiero a cualquier otro de la misma especie, es un estado comparati-vamente mejor, a saber, en el campo de la felicidad (a la que la razónjamás reconoce como bien sino de manera solamente condicionada: enla medida en que uno es digno de ella). Pero aquel estado en que, encaso de colisión de ciertos de mis fines con la ley moral del deber, soyconsciente de preferir este último (el deber), no es meramente un estadomejor, sino el único que es bueno en sí: es un bien de un campo porentero diverso, en el que no se consideran en modo alguno fines que seme puedan ofrecer (por tanto tampoco se considera la suma de losmismos, la felicidad), y en el que lo que constituye el fundamento dedeterminación del arbitrio no es la materia del arbitrio (un objeto que lees dado como fundamento),sino la simple forma de la legislación uni-versal de su máxima. Por consiguiente no se puede decir en modoalguno que todo estado que prefiero a cualquier otro modo de ser seaatribuido por mí a la felicidad. Pues primero tengo que estar seguro deque no obra contra mi deber; sólo después me es permitido mirar por lafelicidad, en cuanto pueda conciliarla con ese estado moralmente (y nofísicamente) bueno que es el mío.* * La felicidad contiene todo (y también nada más que) lo que lanaturaleza puede procurarnos, pero la virtud contiene lo que nadie sinoel hombre mismo puede darse o quitarse. Si contra esto se dice que alsepararse de la virtud el hombre puede por lo menos acarrearsereproches Y una pura censura moral de sí mismo, por tanto insatis-facción y en consecuencia puede volverse infeliz: todo esto podemosacaso concederlo. Pero de esa pura insatisfacción moral (que resulta node consecuencias de la acción desventajosas para el hombre, sino de lailegalidad de la misma) solo es capaz el virtuoso, o el que está encamino de serio. Por consiguiente la insatisfacción no es la causa, sinoel efecto de que él es virtuoso; y el motivo de ser virtuoso no podría sersacado de esa infelicidad (si se quiere llamar así al dolor que brota deuna mala acción). 13 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratis Por cierto, la voluntad ha de tener motivos; pero estos no sonciertos objetos referidos al sentimiento físico, propuestos como fines,sino nada más que la ley incondicionada misma; y la disposición de lavoluntad a encontrarse bajo la ley, como coacción incondicionada, sellama sentimiento moral; el cual no es entonces causa sino efecto de ladeterminación de la voluntad, y del cual no tendríamos en nosotros lamenor percepción si esa coacción no lo precediera. Por esto la viejacantilena que dice que ese sentimiento, por tanto un placer que nosdamos como fin, constituye la causa primera de la determinación de lavoluntad, que por tanto la felicidad (a la que ese placer pertenece comoelemento) constituye el fundamento de toda necesidad objetiva delograr, por tanto de toda obligación -esa cantilena forma parte de lasfrivolidades sutiles: cuando no se puede dejar de preguntar por laasignación de una causa a determinado efecto, se termina por hacer delefecto la causa de sí mismo. Llego ahora al punto que nos concierne, propiamente aquí, asaber: establecer y probar mediante ejemplos el presunto interéscontradictorio entre la teoría y la práctica en filosofía. La mejor pruebade ello la da el señor Garve en su mencionado Tratado. Diceprimeramente (al hablar de la diferencia que yo encuentro entre unadoctrina que nos enseña cómo llegar a ser felices y la que nos enseñacómo llegar a ser dignos de la felicidad): “Confieso por mi parte quecomprendo muy bien esa división de las ideas en mi cabeza, pero queno encuentro en mi corazón esa división de los deseos y de losesfuerzos; incluso no comprendo cómo un hombre puede tenerconciencia de haber apartado absolutamente su anhelo de felicidad y dehaber ejercido así el deber de modo totalmente desinteresado\". Respondo primeramente al último punto: concedo de buena ganaque ningún hombre puede tener conciencia con certeza de haberejercido su deber de modo totalmente desinteresado, pues estopertenece a la experiencia interna, y para tener conciencia del estado dela propia alma habría que tener una representación perfectamente clarade todas las representaciones accesorias y de todas las consideraciones 14 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisque la imaginación, el hábito y la inclinación asocian al concepto dedeber; pero en ningún caso esta representación puede ser exigida;además la inexistencia de algo (por tanto también la de una ventajapensada en secreto) no puede ser en general objeto de experiencia. Peroque un hombre debe ejercer su deber de manera completamentedesinteresada y que tiene que separar totalmente su anhelo de felicidaddel concepto de deber, para tenerlo así totalmente puro: de esto es muyclaramente consciente; o, si cree no serlo, se le puede exigir que lo seaen la medida en que está en su poder serlo: pues es justamente en esapureza donde se ha de encontrar el verdadero valor de la moralidad, y elhombre tiene igualmente que poderlo. Quizá jamás un hombre hayapodido ejercer de manera completamente desinteresada (sin mezcla deotros móviles) su deber reconocido y honrado por él; quizá jamás hayauno que lo logre incluso con el mayor esfuerzo. Pero, en la medida enque puede percibirse a sí mismo por el más cuidadoso autoexamen, de-venir consciente no sólo de la ausencia de tales motivos concurrentes,sino más bien de su abnegación con respecto a muchos motivos que secontraponen a la idea de deber, por tanto a la máxima de tender aaquella pureza: de esto es capaz; y esto es también suficiente para suobservación del deber. En cambio, hacerse una máxima de favorecer elinflujo de tales motivos, con el pretexto de que la naturaleza humana nopermite semejante pureza (lo que sin embargo el hombre no puedeafirmar con certeza) es la muerte de toda moralidad. En lo que se refiere ahora a la breve confesión precedente delseñor Garve de no encontrar en su corazón aquella división (pro-piamente: separación), no tengo escrúpulo alguno en contradecirloresueltamente en su autoacusación y en defender a su corazón contra sucabeza. Hombre probo, siempre encontró realmente esa división en sucorazón (en las determinaciones, de su voluntad), sólo que esta divisiónno quería concordar en su cabeza con los principios habituales de lasexplicaciones psicológicas (que se fundan enteramente en el mecanismode la necesidad natural), en beneficio de la especulación y para 15 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratiscomprender lo que es incomprensible (inexplicable): la posibilidad deimperativos categóricos (tales como los del deber).* Pero cuando el señor Garve dice finalmente: \"Tales sutilesdiferencias de las ideas se oscurecen ya cuando reflexionamos sobre losobjetos particulares; pero se pierden totalmente cuando se trata de laacción y se debe aplicarlas a los deseos y a las intenciones. Cuando mássimple, rápido y despojado de claras representaciones es el paso -porel que vamos de la consideración de los motivos a la acción real, menosposible es conocer de manera exacta y segura el peso determinadoañadido por cada motivo para dirigir ese paso de tal modo y no de otro\"-tengo que contradecirlo con alta y fervorosa voz. El concepto de deber en toda su pureza no sólo es sincomparación más simple, más claro, más aprehensible y más naturalpara cada uno para el uso práctico que cualquier otro motivo tomadode la felicidad, o mezclado con ella y referido a ella (lo que requieresiempre mucho arte y reflexión), sino que también en el juicio de larazón humana más común, si ese concepto se refiere sólo a la misma y ala voluntad humana separándola e incluso oponiéndola a ese motivo de * El señor profesor Garve (en sus notas sobre el libro de Cicerónsobre los deberes, p. 69 de la ed. de 1783) hace esta confesión notable ydigna de su perspicacia: \"Según su convicción más profunda la libertadpermanecerá siempre insoluble y jamás será explicada\". No se puedeabsolutamente encontrar una prueba de su realidad, ni en una evidenciainmediata ni en una experiencia mediata; y no obstante sin pruebaalguna no se la puede admitir. Ahora bien, como una prueba de lalibertad no puede ser extraída de fundamentos simplemente teóricos(pues habría que buscarlos en la experiencia) y entonces tiene queextraerse de proposiciones racionales simplemente prácticas, pero notécnico-prácticas (pues estas exigirían a su vez fundamentos empíricos),sino sólo moralmente prácticas, uno tiene que preguntarse por qué elseñor Garve no recurrió al concepto de libertad para salvar al menos laposibilidad de tales imperativos. 16 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisla felicidad, es un motivo más poderoso, más penetrante y másprometedor de éxito que todos los que salen del precedente principiointeresado.12 Sea por ejemplo el siguiente caso: alguien retiene un bien que otrole ha confiado (depositum);13 el propietario ha muerto y sus herederosno saben ni pueden saber nada del asunto. Supongamos que lepresentamos este caso a un niño de ocho o nueve años,14 agregandoque el poseedor de ese depósito experimenta en la misma época (sin suculpa) la ruina completa de su bienestar, que se ve rodeado por unafamilia, mujer e hijos, afligida, agobiada por la miseria, y que puede saliral momento de esa indigencia apropiándose de ese depósito que ademáses filántropo y caritativo, mientras que los herederos en cuestión sonricos, egoístas y en esto extremadamente exuberantes y des-pilfarradores, hasta tal punto que más valdría arrojar al mar esesuplemento a su fortuna. Y preguntemos ahora si en esas circunstanciassería lícito usar ese depósito en provecho propio. No es dudoso que elniño interrogado respondería: ¡no!, y en vez de cualesquiera razonesdirá simplemente: es injusto, es decir, es contrario al deber. Nada más claro que esto, pero verdaderamente no en el sentido deque la restitución del depósito favorecería la propia felicidad. Pues sinuestro hombre esperara la determinación de su decisión de unaintención de felicidad, podría razonar así: \"Si espontáneamentedevuelves ese bien ajeno a sus verdaderos propietarios, probablementete recompensarán por tu honradez; o, si eso no ocurre, ganarás unaextensa y buena fama que te puede ser muy provechosa. Pero todo estoes muy incierto. En cambio, muchas reflexiones surgen también: siquisieras quedarte con lo que te ha sido confiado para salirte en seguidade esa estrecha situación, te volverías sospechoso al hacer un uso rá-pido de ese dinero: los demás se preguntarían cómo y por qué caminoas podido mejorar tan pronto tu situación; pero si quisieras hacer un 17 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisuso lento del depósito, tu miseria crecería, sin embargo, hasta ser yairremediable\". Por consiguiente la voluntad que se rige por la máximade la felicidad oscila entre móviles acerca de lo que debe decidir; puesapunta al éxito y éste es muy incierto; hay que tener una buena cabezapara zafarse de la presión de las razones en pro y en contra y noengañarse en el balance. Por el contrario, cuando la voluntad sepregunta cuál es en este caso el deber, de ningún modo se turba acercade la respuesta que ha de darse a sí misma, sino que en el acto estásegura de lo que tiene que hacer. Aún más, si el concepto de deber tienepara ella algún valor, experimenta incluso un disgusto ante el soloaventurarse en el cálculo de las ventajas que podría procurarle sutransgresión, exactamente lo mismo que si en este caso tuviera aún laelección. Por tanto, que estas diferencias (que, como se acaba de mostrarlo,no son tan sutiles como lo pretende el señor Garve, sino que estáninscritas en el alma del hombre con los trazos más gruesos y legibles) sepierdan totalmente, como él dice, cuando se trata de la acción: he aquílo que está contradicho por la experiencia de cada uno. No, por cierto,la experiencia que presenta a la historia de las máximas extraídas de talo cual principio, pues esa historia prueba, desgraciadamente, que lamayoría de esas máximas provienen del egoísmo; sino la experiencia,que sólo puede ser interna, de que ninguna idea eleva más al ánimohumano y lo activa hasta la exaltación, que justamente la de una puradisposición moral que venera el deber sobre todas las cosas, lucha conlos innumerables males de la vida e incluso con sus más seductorastentaciones y sin embargo triunfa sobre ellos (como con derechoadmitimos que el hombre es capaz de ello). Que el hombre esconsciente de que él puede esto porque él lo debe: esto revela en él unfondo de disposiciones divinas que le hacen experimentar una especiede escalofrío sagrado ante la grandeza y sublimidad de su verdaderadestinación. Y si el hombre atendiera a ello con más frecuencia, si se loacostumbrara a despojar enteramente a la virtud de toda la riqueza de 18 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratissu botín de ventajas procuradas por la observación del deber, y arepresentársela en su total pureza; si el uso constante de ella se volvieraun principio en la enseñanza privada y pública (un método de inculcardeberes que casi siempre ha sido desdeñado), la moralidad de loshombres pronto tendría que mejorar. Que hasta ahora la experienciahistórica no haya querido todavía probar el buen éxito de la teoría de lavirtud es culpa precisamente del falso supuesto que dice que el móvilextraído de la idea del deber en sí mismo es demasiado sutil para elconcepto común, mientras que al contrario la idea más grosera, sacadade ciertas ventajas por esperar en este mundo e incluso también en elmundo futuro, del cumplimiento de la ley (sin atender a esta mismacomo móvil) tendría más fuerza sobre el ánimo; y que al conceder a laaspiración a la felicidad la preferencia sobre el hecho de merecer serfeliz del que la razón hace la condición suprema, se ha hecho hastaahora de esa aspiración el principio de la educación y de laspredicaciones del púlpito. Pues los preceptos que indican a cada uno cómo puede volversefeliz o al menos preservarse del daño, no son en modo alguno man-damientos, no obligan a nadie; y cada uno puede, una vez que ha sidoadvertido, elegir lo que le parece bueno, si consiente en padecer lo quele toque. En cuanto a los males que podría acarrearle el despreciar losconsejos que le han sido dados, no tiene razones para tenerlos porcastigos: pues estos no alcanzan más que a la voluntad libre, perocontraria a la ley; pero la naturaleza y la inclinación no pueden dar leyesa la libertad. Muy otra cosa ocurre con la idea de deber, cuyatransgresión, incluso sin considerar las desventajas que resultan de ello,actúa inmediatamente sobre el ánimo y vuelve al hombre condenable ypunible ante sus propios ojos. Hay aquí entonces una clara prt4eba de que todo lo que en lamoral es correcto para la teoría también tiene que valer para la práctica.En su cualidad de hombre, en tanto ser sometido a ciertos deberes porsu propia razón, cada uno es entonces un hombre práctico; y puestoque, en tanto hombre, jamás se emancipa de la escuela de la sabiduría, 19 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisno puede, como si estuviese mejor instruido por la experiencia acercade lo que es un hombre y de lo que se puede exigir de él, remitir a laescuela con soberbio desprecio al partidario de la teoría. Pues toda esaexperiencia de nada le sirve para sustraerse a la prescripción de lateoría; a lo sumo esta experiencia puede enseñarle cómo realizar mejory más universalmente la teoría, si se la ha admitido en sus principios;pero aquí sólo consideramos éstos y no tal habilidad pragmática. 20 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis II DE LA RELACIÓN DE LA TEORÍA CON LA PRÁCTICA EN EL DERECHO POLÍTICO (Contra Hobbes) Entre todos los contratos15, por lo que una multitud de hombres seunen en una sociedad (pactum sociale), el que establece unaconstitución civil entre ellos (pactum unionis civilis) es de una especietan particular que, aunque desde el punto de vista de la ejecución tengamucho en común con los demás (que se dirigen precisamente a un fincualquiera que ha de ser obtenido en común), se diferenciaesencialmente sin embargo de todos los demás en el principio de suinstitución (constitutionis civilis). La unión de muchos hombres en vistade algún fin (común, que todos tienen) se encuentra en todos loscontratos sociales; pero la unión de esos mismos hombres, que es en símisma un fin (que cada uno debe tener), por consiguiente la unión entoda relación externa de los hombres en general que no pueden menosque caer en influjo recíproco, es un deber incondicionado y primero:16semejante unión no puede encontrarse sino en una sociedad que se halleen estado civil, esto es, que constituya una cornunidad.17 Ahora bien, elfin, que en tal relación externa es en sí mismo deber e incluso lasuprema condición formal (conditio sine qua non) de todos losrestantes deberes externos, es el derecho de los hombres bajo leyespúblicas de coacción,18 mediante las cuales se puede asignar a cada unolo suyo y asegurarlo contra toda usurpación del otro. Pero el concepto de un derecho externo en general procedetotalmente del concepto de libertad en la relación externa de los hom- 21 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisbres entre sí; y no tiene nada que ver con el fin que todos los hombrestienen de manera natural (la intención de alcanzar felicidad), ni con laprescripción de los medios para lograrlo; de modo que por esa razónese fin no tiene en absoluto que mezclarse con aquella ley, comofundamento de determinación de ésta. El derecho es la limitación de lalibertad de cada uno a la condición de que esta libertad concuerde conla libertad de todos, en tanto esa concordancia es posible según una leyuniversal; y el derecho público es el conjunto de leyes externas quehacen posible tal concordancia universal. Ahora bien, como todalimitación de la libertad por el arbitrio de otro se llama coacción, resultaque la constitución civil es una relación de hombres libres, que (sinperjuicio de su libertad en el todo de su unión con otros) están sinembargo bajo, leyes de coacción: y esto porque la razón misma loquiere así, y ciertamente la razón pura, legisladora a priori, que noconsidera fin empírico alguno (todos los fines empíricos se hallan abar-cados por el nombre general de felicidad); cuando se colocan en elpunto de vista de ese fin y de lo que cada uno quiere poner en ello, loshombres piensan de modos muy diversos, de manera que su voluntad nopuede ser puesta bajo un principio común, ni tampoco entonces bajouna ley externa que concuerde con la libertad de los demás Así el estado civil, considerado meramente como estado jurídico,se funda en los siguientes principios a priori: 1. La libertad de cada miembro de la sociedad, como hombre. 2. La igualdad de cada miembro con cualquier otro, comosúbdito. 3. La independencia de cada miembro de una comunidad, comociudadano. Estos principios son menos leyes que da el Estado ya establecidoque leyes sólo según las cuales es posible el establecimiento de unEstado, conforme a los puros principios racionales del derecho humanoexterno en general.20 Así: 1. La libertad en tanto hombre, cuyo principio para la constituciónde una comunidad expreso en la fórmula: Nadie me puede obligar a ser 22 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisfeliz a su manera (tal como él se figura el bienestar de los otroshombres), sino que cada uno tiene derecho a buscar su felicidad por elcamino que le parezca bueno, con tal que al aspirar a semejante fin noperjudique la libertad de los demás que puede coexistir con la libertadde cada uno según una ley universal posible (esto es, con tal que noperjudique ese derecho del otro).21 Un gobierno fundado en el principiode la benevolencia para con el pueblo, tal como el de un padre para conlos hijos, es decir, un gobierno paternal (imperium paternale) en el queentonces, los súbditos, como niños menores de edad incapaces dediferenciar lo que les es verdaderamente útil o dañino, están obligados acomportarse de un modo meramente pasivo a fin de esperar únicamentedel juicio del jefe de Estado la manera en que deben ser felices, y sólode su bondad el que él lo quiera igualmente, -un gobierno así es elmayor despotismo pensable (constitución que suprime toda libertad delos súbditos que, por tanto, no tienen derecho alguno).22 El únicogobierno pensable para hombres capaces de derechos a la vez enrelación con la benevolencia del soberano no es un gobierno paternal,sino uno patriótico (imperium non paternale, sed patrioticum). Enefecto, la manera de pensar es patriótica cuando cada uno, dentro delEstado (sin exceptuar a su jefe) considera a la comunidad como elregazo materno, o al país como el suelo paterno del cual y en el cual hasalido él mismo, y al que tiene que legar como una costosa prenda conel solo fin de preservar los derechos del país mediante leyes de lavoluntad común, sin atribuirse la facultad de usar el país según sucapricho incondicionado. Este derecho de la libertad le corresponde almiembro de la comunidad en tanto hombre, a saber, en la medida enque éste es un ser que en general es capaz de derechos. 2. La igualdad en tanto súbdito se puede formular así: cadamiembro de la comunidad tiene, con respecto a los demás, derechos decoacción, con la sola excepción del jefe de la misma (porque éste no esmiembro de ella, sino su creador o conservador) que, el único, tiene lafacultad de coaccionar, sin estar sometido él mismo a una ley decoacción. Pero cualquiera que en un Estado se halle bajo leyes es 23 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratissúbdito, por tanto sometido al derecho de coacción como los demásmiembros de la comunidad; uno solo está exceptuado (en su personafísica o moral), el jefe de Estado, que, él solo, puede ejercer la coacciónjurídica de todos. Pues si también éste pudiese ser coaccionado, no seríael jefe de Estado, y la serie ascendente de la subordinación iría alinfinito. Pero si hubiese dos (dos personas libres de coacción), ningunade las dos estaría bajo leyes de coacción, y ninguna podría hacerle injus-ticia a la otra, lo que es imposible. Esa igualdad universal de los hombres en un Estado, comosúbditos de éste, es sin embargo perfectamente compatible con la mayordesigualdad, en cantidad o en grados, de su propiedad, ya seasuperioridad física o espiritual sobre los demás, ya sean bienes defortuna que les son externos y derechos en general (de los que puedehaber muchos) en sus relaciones con los demás, de manera que elbienestar de uno depende mucho de la voluntad del otro (el del pobredepende de la del rico), o que uno tiene que obedecer (como el hijo alos padres, o la mujer al marido) y el otro lo manda, o que uno sirve(como el jornalero) y el otro retribuye, etc. Pero según el derecho (quecomo decisión de la voluntad general sólo puede ser uno y queconcierne a la forma del derecho, no a la materia o al objeto sobre elque tengo un derecho) todos son, en cuanto súbditos, iguales entre sí,puesto que ninguno puede coaccionar a otro sino mediante la leypública (y mediante el ejecutor de la misma, el jefe de Estado), perotambién mediante ésta cada uno se le resiste en igual medida, y nadiepuede perder esta facultad de coaccionar (por consiguiente la facultadde tener un derecho contra otros) sino por el hecho de su propiocrimen, y tampoco nadie puede renunciar por sí mismo a ese derecho,es decir, por un contrato, por consiguiente nadie puede hacer, medianteun acto jurídico, que no haya derechos, sino sólo deberes, pues de esemodo se privaría a sí mismo del derecho de hacer un contrato y éste portanto se suprimiría a sí mismo. Ahora bien, de esta idea de la igualdad de los hombres en lacomunidad como súbditos se deriva igualmente la fórmula siguiente: 24 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisTodo miembro de la comunidad tiene que poder lograr cada grado decondición en la comunidad (grado adecuado a un súbdito) al que lopueden llevar su talento, su aplicación y su suerte; y sus co-súbditos nopueden impedírselo en virtud de una prerrogativa hereditaria (comoprivilegiados que gozan de cierta condición) que les permitiríamantenerlo eternamente, a él, y a sus descendientes, bajo esaprerrogativa.24 Pues como todo derecho consiste meramente en la limitación de lalibertad de los otros a la condición de que ella pueda coexistir con lamía según una ley universal, y como el derecho público (en una comuni-dad) es simplemente el estado de una legislación real, conforme a eseprincipio y apoyada por la fuerza, en virtud de la cual todos aquellosque, como súbditos, pertenecen a un pueblo se encuentran en estadojurídico (status iuridicum) en general, es decir en un estado de igualdadde acción y de reacción25 de un libre arbitrio que limita a otro conformecon la ley universal de libertad (este estado se llama estado civil), deesto resulta que el derecho innato de cada uno en ese estado (es decirprevio a todo acto jurídico de su parte) con respecto a la facultad decoaccionar a cualquier otro a permanecer siempre dentro de los límitesdel acuerdo entre el uso de su libertad y el mío, es el mismo para todos.Ahora bien, como el nacimiento no es ningún acto de quien ha nacido y,por tanto, no puede implicar ninguna desigualdad del estado jurídico, nininguna sumisión a leyes de coacción, salvo la que le es común contodos los demás en tanto súbditos del único poder legislativo supremo,resulta que no puede haber ningún privilegio innato de un miembro dela comunidad, en tanto co-súbdito, sobre otro; y nadie puede legar elprivilegio del rango que tiene en la comunidad a sus descendientes; portanto tampoco puede, como si su nacimiento lo calificara para lacondición señorial, impedir coactivamente a otros que lleguen pormérito propio a los grados superiores de la subordinación (de losuperior y de lo inferior, sin que uno sea imperans y el otro subjectus).Puede legar todo lo demás que es cosa (lo no concerniente a lapersonalidad) y puede ser adquirido como propiedad y también enaje- 25 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisnado por él, y así puede producir en una serie de descendientes unaconsiderable desigualdad de los medios de fortuna entre los miembrosde una comunidad (mercenario y locatario, propietario rural y peonesagrícolas, etc.); sólo que no debe impedir que estas personas tengan lafacultad, si su talento, su aplicación y su suerte lo hacen posible, deascender a circunstancias iguales. Pues de otro modo podría coaccionarsin ser a su vez coaccionado por la reacción de los otros, y se elevaríapor encima del grado de co-súbdito. Ningún hombre que vive en un estado jurídico puede perder esaigualdad, a no ser por su propio crimen, pero jamás por contrato26 opor violencia de guerra (occupatio bellica); pues no puede por actojurídico alguno (ni el propio ni el ajeno) dejar de ser dueño de sí mismo,y entrar en la clase de los animales domésticos, que se usan para todoservicio, como se quiera, y a los que se mantiene en ese estado sin suconsentimiento, tanto tiempo como se quiera, aunque con la limitaciónde no estropearlos o matarlos (limitación que a veces es sancionada porla religión, como ocurre entre los indios). Se puede considerar feliz a unhombre de cualquier condición con tal de que sea consciente de quesólo depende de sí mismo (de su poder o de su voluntad formal), o decircunstancias de las que no puede culpar a otro, y que no depende dela voluntad irresistible de otro, el hecho de que no se eleve al mismorango de los demás, quienes, en tanto sus co-súbditos, no tienen, encuestión de derecho, ventaja alguna sobre él.* * Si se quiere unir con la palabra gracioso un conceptodeterminado (distinto de benévolo, bienhechor, protector, etc.) sólo selo puede atribuir a aquel contra quien no es posible derecho alguno decoacción. Así, sólo el jefe de la administración del Estado que producey reparte todo el bien posible según leves públicas (pues el soberanoque las da es en cierto modo invisible; no es agente, es la ley mismapersonificada) puede recibir el título de: gracioso señor en tanto es elúnico contra el cual no hay derecho de coacción. Así, en unaaristocracia, como por ejemplo en Venecia, el Senado es el únicogracioso señor; los nobles que lo componen son, en total, sin exclusión 26 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis 3. La independencia (sibisufficientia) de un miembro de lacomunidad como ciudadano, esto es, como colegislador.27 En cuanto ala legislación misma, todos los que son libres e iguales bajo leyespúblicas ya existentes, no deben sin embargo ser considerados comoiguales en lo referente al derecho de dar esas leyes.28 Quienes no soncapaces de ese derecho están sin embargo, en tanto miembros de lacomunidad, sometidos a la obediencia de esas leyes y de este modo par-ticipan en la protección que ellas aseguran; sólo que no comociudadanos, sino como protegidos. Ocurre que todo derecho dependede leyes. Pero una ley pública que determina para todos lo que debeserles jurídicamente permitido o prohibido es el acto de una voluntadpública, de la que surge todo derecho y que, por consiguiente, no tieneque cometer injusticia contra nadie. Pero esta voluntad no puede serotra sino la del pueblo todo (todos decidiendo sobre todos, y porconsiguiente cada uno sobre sí mismos; pues sólo con respecto a sídel Dux mismo (pues sólo el Gran Consejo es el soberano) súbditos, y,en lo que concierne al ejercicio del derecho, iguales a todos los otros enel sentido de que un derecho de coacción contra cada uno de ellos lecorresponde al súbdito. Los príncipes (es decir las personas que poseenun derecho hereditario de gobernar) son llamados también, es verdad -desde ese punto de vista y en razón de sus pretensiones -, graciososseñores (por cortesía, par courtoisie), pero en cuanto al estado de susbienes son sin embargo co-súbditos, respecto a los cuales incluso el másínfimo de sus servidores tiene que disponer, mediante el jefe de Estado,de un derecho de coacción. En un Estado, por tanto, no puede habermás que un único gracioso señor. En lo que se refiere a las graciosasseñoras (propiamente: señoras distinguidas), éstas pueden serconsideradas así por el hecho de que su condición así como su sexo(por tanto sólo con respecto al sexo masculino) les da derecho a esetítulo, y esto en virtud del refinamiento de las costumbres (llamadogalantería) que hace que el varón crea que se ennoblece tanto máscuanto mayor es la preeminencia sobre él que le adjudica al bello sexo. 27 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratismismo nadie puede ser injusto.29 Pero si es un otro que uno mismo, lasimple voluntad de un individuo diferente no puede decidir acerca de élnada que podría no ser injusto; por tanto su ley exigiría aún otra ley quelimitara su legislación, por lo que ninguna voluntad particular puedelegislar para una comunidad. (Propiamente concurren, para constituirese concepto, los conceptos de libertad externa, de igualdad, y deunidad de la voluntad de todos, siendo la independencia la condición deesta unidad, puesto que el voto es requerido cuando libertad e igualdadestán reunidas). Se llama esta ley fundamental que sólo puede surgir dela voluntad general (unida) del pueblo, el contrato originario.30 Ahora bien, el que tiene derecho de voto en esa legislación sellama ciudadano (citoyen, esto es, ciudadano del Estado (Staatsbürger)y no ciudadano de la ciudad [Stadtbürger], bourgeois). La cualidad quese exige para ello, fuera de la cualidad natural (no ser ni niño ni mujer),es esta única: que el hombre sea su propio señor (sui iuris), por tantoque tenga alguna propiedad (abarcando bajo este término cualquierhabilidad, oficio o talento artístico o ciencia)31 que lo mantenga; esdecir, que en los casos en que es otro quien le permite ganarse la vida,sea necesario que la gane sólo por enajenación de lo que es suyo*, y no * El que fabrica una obra (Opus) puede entregarla a otro porenajenación como si fuera su propiedad. Pero la praestatio operae noes una enajenación. El doméstico, el dependiente de comercio, eljornalero, incluso el peluquero son meramente operarii, no artifices (enel sentido más amplio de la palabra), y no son miembros del Estado, porlo que no están calificados para ser ciudadanos. Aunque aquel a quienencargo renovar mi leña, y el sastre, a quien le doy mi paño para que mehaga con él un traje, parecen encontrarse para conmigo en relacionescompletamente semejantes, sin embargo el primero se diferencia delsegundo como el peluquero del fabricante de pelucas (a quien hepodido igualmente darle el cabello para que haga con él una peluca),por tanto como el jornalero se diferencia del artista o del artesano, quehace una obra que le pertenece mientras no le sea pagada. Este último,en tanto fabricante, cambia su propiedad con otro (opus), el primero 28 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisconsintiendo que hagan uso de sus fuerzas, y por tanto es necesarioque no esté al servicio (en el sentido propio de la palabra) de ningúnotro que no sea la comunidad. Ahora bien, en esto los gremios y losgrandes (o pequeños) propietarios son todos iguales entre sí, en elsentido de que cada uno no tiene derecho más que a un voto. Pues conrespecto a estos últimos, sin plantear incluso la cuestión de saber cómoha podido ocurrir con derecho que alguien llegara a apropiarse de mástierra de la que podía utilizar con sus propias manos (pues laadquisición por conquista guerrera no es en modo alguno adquisiciónprimera) y cómo ha podido ocurrir' que muchos hombres que, de otromodo, habrían podido en conjunto adquirir un estado estable depropiedad se han visto reducidos por ello a servir al precedente parapoder vivir, sería ya contradecir el precedente principio de igualdad elque una ley les acordara el privilegio que permitiría a sus descendientessea permanecer siempre grandes propietarios (de feudos), sin que lesfuese permitido vender o dividir sus bienes por transmisión hereditariapara que más gente del pueblo aprovechara de ellos, sea que nadiepudiera adquirir parte alguna de esos bienes, en el caso en que ladivisión estuviese permitida, a menos de pertenecer a cierta clase dehombres arbitrariamente constituida con ese fin. Lo que significa que elgran propietario suprime otros tantos propietarios más pequeños consus votos, que podrían tomar su lugar; así no vota en nombre de estosotros y por tanto no tiene más que un voto. Por consiguiente, comosólo de la capacidad, de la habilidad y de la suerte de cada miembro dela comunidad hay que hacer depender la posibilidad para todos del ad-quirir el todo y para cada uno la de adquirir una parte, pero comotambién esta diferencia no puede ser tomada en cuenta en la legislacióngeneral, resulta que hay que juzgar la cantidad de votantes destinados acambia el uso de sus fuerzas que concede a otro (opera). Confieso quees difícil determinar los requisitos para poder pretender la condición dehombre que es su propio señor. 29 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratislegislar según la cantidad de poseedores, y no según la importancia delas posesiones. Pero es necesario también que todos los que tienen ese derecho devoto hagan concordar sus votos con esa ley de justicia pública, pues delo contrario ocurriría un conflicto de derecho entre los que no hacenconcordar sus votos y los precedentes, conflicto que exigiría unprincipio de derecho superior para ser resuelto. Si, entonces, no sepuede esperar esa unanimidad por parte de un pueblo entero, y si portanto no se puede esperar alcanzar más que una mayoría de votos,provenientes por cierto no de votantes directos (en el caso de un pueblogrande), sino sólo de delegados a título de representantes del pueblo,será el principio mismo que radica en contentarse con esa mayoría, entanto principio admitido con el acuerdo general, por tanto mediante uncontrato, el que tendrá que ser el principio supremo del establecimientode una institución civil. 30 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis CONCLUSIÓN Hay aquí entonces un contrato originario sólo sobre el cual sepuede fundar entre los hombres una constitución civil, por tantoenteramente legítima, y constituir una comunidad. Pero ese contrato(llamado contractus originarius o pactum sociale), en tanto coaliciónde cada voluntad particular y privada, en un pueblo, en una voluntadgeneral y pública (con el fin de una legislación únicamente jurídica), noha de ser supuesto como un hecho (e incluso no es posible suponerlocomo tal)52 como si ante todo hubiese que comenzar por probar por lahistoria que un pueblo, en cuyos derechos y obligaciones hemos entradoa título de descendientes, hubo de ejecutar realmente un día tal acto ydejarnos acerca de él, oralmente o por escrito, un informe seguro o undocumento, para considerarse obligado a una constitución civil Yaexistente. Se trata, al contrario, de una simple idea de la razón, peroque tiene una realidad (Realität) (práctica) indudable en cuanto obliga acada legislador a que dé sus leyes como sí éstas pudieran haber ema-nado de la voluntad colectiva de todo un pueblo y a que considere acada súbdito, en tanto éste quiera ser ciudadano, como si hubiesecontribuido a formar con su voto una voluntad semejante. Pues ésta esla piedra de toque de la legitimidad de toda ley pública. En efecto, si laley estuviera constituida de tal modo que fuera imposible que todo unpueblo pudiese prestarle acuerdo (si, por ejemplo, una ley decretara quecierta clase de súbditos debe poseer hereditariamente el privilegio de lanobleza), no sería justa; pero si es sólo posible que un pueblo le presteacuerdo, es entonces un deber tener la ley por justa, incluso suponiendoque el pueblo se halle en el presente en una situación o en unadisposición de su manera de pensar tales que, si se lo interrogara a eserespecto, rehusaría probablemente su asentimiento.* * Si, por ejemplo, se impusiera una contribución de guerraproporcional a todos los súbditos, éstos no podrían decir, porque esacontribución es gravosa, que es injusta, por opinar que esa guerra es 31 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratis Pero es manifiesto que esa limitación vale sólo para el juicio dellegislador, no para el del súbdito. Si, entonces, un pueblo que se hallabajo cierta legislación actualmente en vigor juzgara que es muyprobable que pierda su felicidad, ¿qué ha de hacer?, ¿debe acasoresistir? La respuesta sólo puede ser: no tiene nada que hacer sinoobedecer. Pues aquí no se trata de la felicidad que el súbdito puedeesperar de una institución o del gobierno de la comunidad, sino antetodo únicamente del derecho que se le debe asegurar a cada uno por esemedio: éste es el principio supremo del que tienen que derivar todas lasmáximas referidas a una comunidad, y no puede ser limitado por ningúnotro. Respecto a lo primero (a la felicidad), ningún principiouniversalmente válido puede ser dado como ley. En efecto, tanto lascircunstancias como también la ilusión plena de contradicciones yademás siempre cambiante en las que el individuo pone su felicidad(pero nadie puede prescribirle donde puede poner la felicidad) hacenque todo principio firme sea imposible y en sí mismo inútil para fundaruna legislación. La proposición: Salus publica suprema civitatis lexest33 mantiene intactos su valor y autoridad; pero la salud pública que seha de considerar en primer lugar es precisamente esa constitución legalque asegura la libertad de cada uno mediante leyes: en lo cual cada unoes muy dueño de buscar su felicidad en el modo que le parezca mejor,con tal solamente que no dañe la libertad legal general, es decir, elderecho de los demás co-súbditos.innecesaria, pues no están facultados para juzgar esto; en cambio,puesto que permanece siempre posible que la guerra sea inevitable y elimpuesto indispensable, es necesario que éste sea tenido por legítimosegún el juicio de los súbditos. Pero si, en esa guerra, se importunara aciertos propietarios con requisiciones y se perdonase a otros de igualcondición, es fácil de ver que el conjunto del pueblo no podríaconcordar con semejante ley y está autorizado a actuar contra la misma,al menos mediante representaciones, porque no puede tener por justoese reparto desigual de las cargas. 32 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis Si el poder supremo da leyes dirigidas directamente a la felicidad(al bienestar de los ciudadanos, a la población, etc.) no lo hace con elfin del establecimiento de una constitución civil, sino simplemente comomedio de asegurar el estado jurídico, principalmente contra losenemigos externos del pueblo. En esto el jefe de Estado tiene que estarfacultado para juzgar él mismo, y sólo él, si tales medidas sonnecesarias para la prosperidad de la comunidad, prosperidad que esindispensable para asegurar la potencia y solidez de la comunidad tantoen lo interior como contra los enemigos externos; pero no estáfacultado para hacer que el pueblo, por así decirlo, sea feliz contra suvoluntad, sino únicamente para hacer que el pueblo exista comocomunidad.* Cuando se trata de juzgar si se ha sido prudente o no al tomar talmedida, es verdad que el legislador puede equivocarse, pero éste no esel caso cuando se pregunta a sí mismo si la ley concuerda o no con elprincipio del derecho, pues aquí dispone, e incluso a priori, a manera depauta infalible, de esa idea del contrato originario (y no necesita, comoen el caso del principio de la felicidad, esperar experiencias que le ense-ñen ante todo si sus medidas son eficaces). Pues con tal que no hayacontradicción en, que todo un pueblo conceda unánimente su voto auna ley semejante, por penoso que le sea aceptarla, esa ley es conformeal derecho. Pero si una ley pública es conforme al derecho, por tantoirreprochable desde este punto de vista (irreprensible), se une con ellala facultad de coaccionar, así como, por otra parte, la prohibición deoponerse a la voluntad del legislador, incluso si no es por actos; esdecir, que el poder en el Estado que da a la ley su efecto es tal que nose puede resistirlo (es irresistible), y no hay comunidad que tenga * Entre esas medidas se encuentran ciertas prohibiciones deimportar que favorecen la producción en beneficio de los intereses delos súbditos, y no en provecho de los extranjeros, y estimulan laaplicación de los demás, pues sin el bienestar del pueblo el Estado nodispondría de fuerzas suficientes para oponerse a los enemigos externoso para conservarse a sí mismo como comunidad. 33 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisexistencia de derecho sin un poder semejante, tal que suprima todaresistencia interior, pues esta resistencia se inspiraría en una máximaque, si fuese universalizada, aniquilaría toda constitución civil vexterminaría el único estado en que los hombres pueden estar enposesión de derechos en general. De aquí se sigue que toda oposición al poder legislativo supremo,toda sublevación que permita traducir en actos el descontento de lossúbditos, todo levantamiento que estalle en rebelión es, en unacomunidad, el crimen más grave y condenable, pues arruina elfundamento mismo de la comunidad. Y esta prohibición esincondicionada, hasta tal punto que cuando incluso ese poder o suagente, el jefe de Estado, han violado hasta el contrato originario y deese modo se han desposeído, a los ojos del súbdito, del derecho de serlegisladores, puesto que autorizan al gobierno a proceder de maneraabsolutamente violenta (tiránica), sin embargo al súbdito no le estápermitida resistencia alguna en tanto contraviolencia. Esta es la razón:porque en una constitución civil ya subsistente el pueblo no tiene más elderecho de determinar un juicio estable acerca del modo en que esaconstitución debe ser gobernada. Pues supongamos que tenga esederecho, y precisamente el derecho de oponerse a la decisión del jefereal de Estado, ¿quién debe decidir de qué lado está el derecho? Nopuede hacerlo ninguno de los dos, pues sería juez en su propia causa.Se necesitaría entonces que hubiera un jefe por encima del jefe paradecidir entre éste y el pueblo, lo que es contradictorio. Tampoco sepuede hacer que intervenga aquí un derecho de necesidad (ius in casusnecessitatis)34, que por lo demás en calidad de presunto derecho decometer injusticia en la extrema necesidad (física) es un absurdo,* ni * No hay otro casus necessitatis que el caso en que entran deberesen conflicto mutuo: a saber, un deber incondicionado y otro (porimportante que pueda ser) condicionado; por ejemplo, si se trata deprevenir un desastre del Estado por medio de la traición de un hombreque mantiene con otro una relación semejante a la del padre con el hijo.Prevenir el mal que amenaza al Estado es un deber incondicionado, 34 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisque suministre la clave que permitiría levantar la barrera que limita elpoder propio del pueblo. Pues el jefe de Estado puede justificar su duroproceder para con los súbditos por la rebeldía de éstos, así como lossúbditos pueden justificar su rebelión contra el jefe de Estadoquejándose de una pena inmerecida, ¿y quién decidirá en este caso? Elque se encuentre en posesión de la administración pública suprema de lajusticia, y es precisamente el jefe de Estado el único en poder hacerlo; ypor tanto nadie, dentro de la comunidad, puede tener el derecho dedisputarle esa posesión. Encuentro sin embargo a hombres respetables que afirman esederecho del súbdito a oponerse por la fuerza a su jefe en ciertascircunstancias, entre los cuales sólo quiero mencionar aquí al muyprudente, preciso y modesto Achenwall en sus lecciones de derechonatural.* Dice: \"Si el peligro que amenaza a la comunidad provenientepero prevenir el que amenaza a un hombre no es más que un deber bajocondición (la de que ese hombre no sea culpable de un crimen contra elEstado). Si el hijo denunciara el intento del padre a la autoridad, loharía quizá con la mayor repugnancia, pero constreñido por lanecesidad (moral). Pero si se dijera de un hombre que arrebata el tablóna otro náufrago para salvar su propia vida, que la necesidad (física) leda el derecho de hacerlo, esto sería totalmente falso. Pues conservar mivida es sólo un deber bajo condición (la de que ello pueda hacerse sincrimen); pero es un deber incondicionado no quitarle la vida a otro queno me hiere y que no me pone en Peligro de perder la mía. Sin embargolos profesores de derecho civil general proceden de modo enteramenteconsecuente al conceder autorización jurídica a ese auxilio de necesidad[Nothülfe]. Pues la autoridad no puede unir castigo alguno con laprohibición, puesto que ese castigo tendría que ser la muerte. Pero seríauna ley absurda la de amenazar de muerte a alguien que en situacionespeligrosas no se entregaría voluntariamente a la muerte. * Ius Naturae. Editio Sta. Pars. posterior, §§ 203-206 35 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisdel hecho de que se soporta desde hace mucho tiempo la injusticia delsoberano es más importante que el peligro que sería de temer en casode tomar las armas contra él, entonces el pueblo se le puede resistir,infringir su contrato de sumisión en favor de ese derecho y destronarlocomo tirano\". Y concluye asi: \"De tal modo (con relación a su anteriorsoberano) el pueblo retorna al estado de naturaleza\". Creo sinceramente que ni Achenwall ni ninguno de los honradoshombres que razonadamente concuerdan con él sobre esa cuestiónhubiesen aconsejado o aprobado, llegado el caso, empresas tanpeligrosas; además, apenas es dudoso que si hubiesen fracasado esoslevantamientos por los que Suiza, los Países Bajos o incluso GranBretaña alcanzaron sus actuales constituciones, reputadas como tanfelices, los lectores de la historia de esos levantamientos no verían en laejecución de sus autores, ahora tan ensalzados, sino el merecido castigode los grandes criminales nacionales. Pues el resultado se entremetehabitualmente en nuestra apreciación de los fundamentos del derecho,aunque ese resultado sea incierto, mientras que los fundamentos sonciertos. Pero es claro que en lo concerniente a estos últimos -incluso sise admite que mediante tal levantamiento no se comete injusticia algunacontra el soberano del país (quien eventualmente habría violado unajoyeuse entrée considerada como un pacto fundamental real con elpueblo)- el pueblo, con ese modo de tratar de hacer justicia a esosprincipios, habría cometido injusticia en altísimo grado, pues ese modo(si se lo admite como máxima) vuelve insegura toda constituciónjurídica e introduce el estado de una completa ausencia de ley (statusnaturalis) en el que todo derecho cesa por lo menos de tener efecto.Sólo quiero advertir acerca de esa propensión que lleva a muchosautores bien pensantes a hablar en favor del pueblo (para su perdición)que la misma proviene en parte de la ilusión habitual que consiste en ha-cer intervenir en sus juicios el principio de la felicidad cuando se tratadel principio del derecho; en parte también del hecho de que, por nohaber encontrado un contrato realmente propuesto a la comunidad, 36 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratisaceptado por su soberano y sancionado por ambos, toman la idea de uncontrato originario, idea que siempre se encuentra como fundamento enla razón, por algo que tiene que ocurrir realmente, y de esta manerapiensan conservar para el pueblo la facultad de abandonarlo a discreciónen el caso de una violación grosera, por lo menos según la propiaapreciación del pueblo.35* Se ve aquí claramente cuánto mal ocasiona, incluso en el derechopolítico, el principio de la felicidad (que propiamente no es principioalguno determinado); ocasión a tanto mal como en la moral, inclusoentendiéndolo en la opinión más favorable de quien lo enseña., Elsoberano quiere hacer feliz al pueblo según su particular concepto, y sevuelve déspota; el pueblo no quiere desistir de la general pretensiónhumana ala felicidad, y se vuelve rebelde. Si se hubiese preguntado antetodo qué corresponde al derecho, (donde los principios están estable-cidos a priori y donde el empirista no puede chapucear), la idea decontrato social habría conservado su indiscutible autoridad; pero nocomo hecho (como lo quiere Danton, que, a falta de tal contrato,declara nulos y sin valor todos los derechos que se encuentran en la * Cualquiera fuere la violación del contrato real entre el pueblo y elsoberano, en tal caso el pueblo no puede reaccionar en el acto comocomunidad, sino sólo por facción. Pues como la constitución en vigorhasta entonces ha sido destruida por el pueblo, es necesario ante todoorganizar una nueva comunidad. Aquí ocurre ahora el estado deanarquía con todos sus horrores, que al menos son posibles por eseestado; y la injusticia que ocurre allí es entonces la que cada partidocomete contra otro en el seno del pueblo, como surge claramente en elejemplo citado en que los súbditos sublevados de ese Estado quisieronfinalmente imponer por la fuerza a los otros una constitución que habríasido mucho más opresiva que la que acababan de abandonar, pueshabrían sido devorados por los clérigos y los aristócratas, mientras quebajo un soberano que reinara sobre todos habrían podido esperar unamayor igualdad en el reparto de las cargas del Estado. 37 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisconstitución civil realmente existente así como toda propiedad) sinoúnicamente como principio racional de la apreciación de todaconstitución jurídica pública en general. Y se discerniría que, antes deque exista la voluntad general, el pueblo no posee ningún derecho decoacción contra su soberano, puesto que sólo por medio de este últimoel pueblo puede coaccionar jurídicamente; pero sí esa voluntad existe,tampoco el pueblo podría ejercer coacción contra el soberano, pues eneste caso sería el pueblo el soberano supremo; por tanto, el pueblojamás dispone de un derecho de coacción contra el jefe del Estado (underecho de resistencia en palabras o en actos). Vemos también que esta teoría se confirma suficientemente en lapráctica. En la constitución de Gran Bretaña, en la que el pueblointerviene mucho, como 'si fuera el modelo para el mundo entero,observamos sin embargo que nada se dice acerca de la facultad quepertenece al pueblo en caso de que el monarca violara el contrato de1688; por tanto, si el monarca quisiera violarlo, queda reservadasecretamente una rebelión contra él, pues no hay ley alguna al respecto.Pues que la constitución contenga una ley que contemple este caso, queautorice el derrocamiento de la constitución subsistente, de dondederivan todas las leyes particulares (suponiendo también que el contratofuera violado), es una clara contradicción, pues la constitución tendríaentonces que contener también un poder opuesto públicamenteconstituido,* se necesitaría por tanto que hubiera todavía un segundojefe de Estado que asegurara los derechos del pueblo contra el primero, * Dentro del Estado ningún derecho puede ser silenciadopérfidamente, por así decirlo, mediante una, restricción secreta, y menosaún el derecho que el pueblo se arroga en tanto perteneciente a suconstitución, puesto que hay que pensar todas sus leyes como emanadasde una voluntad pública. Sería necesario entonces, si la constituciónautorizara la rebelión, que esa constitución proclamara públicamente elderecho a la rebelión y el modo de usar ese derecho. 38 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratispero haría falta entonces todavía un tercero para decidir de parte decuál de los dos está el derecho También esos conductores del, pueblo (esos tutores, si se quiere)han temido una acusación de ese tipo si por ventura su empresafracasaba: al monarca expulsado por el miedo que tenía de ellos hanpreferido atribuirle falsamente una renuncia voluntaria al gobiernoantes que arrogarse el derecho de deponerlo, pues en este último casohabrían puesto la constitución en manifiesta contradicción con ellamisma. Estoy seguro de que no se les hará a mis afirmaciones la objeciónde que adulo demasiado a los monarcas atribuyéndoles esainviolabilidad; espero también que se me ahorrará la objeción de quefavorezco demasiado al pueblo si digo que éste posee igualmente susderechos imprescriptibles frente al jefe de Estado, aunque los mismosno puedan ser derechos de coacción. Hobbes es de la opinión contraria. Según él (De Cive, cap. 7,§ 14)el jefe de Estado de ningún modo está ligado por contrato con el puebloy no puede cometer injusticia contra ningún ciudadano (puede disponercomo quiera de ese ciudadano). Esta tesis sería enteramente exacta sipor injusticia se entiende esa lesión que concede al lesionado underecho de coacción contra el que lo ha tratado injustamente; pero,tomada así en general , la tesis es terrible. El súbdito que no está en rebelión tiene que poder admitir que susoberano no quiere ser injusto con él. Por consiguiente, como cadamiembro tiene sus derechos inalienables, a los que no puede renunciaraunque quisiera, y acerca de los cuales él mismo está facultado parajuzgar, y como por otro lado la injusticia de la que, según su opinión, esvíctima no puede, en esa hipótesis, producirse sino por error o porignorancia por parte del poder soberano de ciertos efectos de las leyes,es necesario conceder al ciudadano, y esto con permiso del soberanomismo, la facultad de hacer conocer públicamente su opinión acerca delo que en las disposiciones de ese soberano le parece ser una injusticiapara con la comunidad. Pues admitir que el soberano no puede incluso 39 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisequivocarse o ignorar alguna cosa, sería representarlo como un seragraciado con inspiraciones divinas y superior a la humanidad. Así, lalibertad de escribir -mantenida en los límites del respeto y del amor porla constitución en que se vive, mediante el modo de pensar liberal de lossúbditos que inspira además esa constitución (y en esto los escritoresmismos se limitan mutuamente, a fin de no perder su libertad) -, es laúnica salvaguardia de los derechos del pueblo. Pues querer negarleigualmente esa libertad no es sólo quitarle toda pretensión al derechocon respecto al soberano (como lo pretende Hobbes), sino tambiénquitarle a este último -cuya voluntad, por el mero hecho de querepresenta la voluntad general del pueblo, da órdenes a los súbditoscomo ciudadanos -, todo conocimiento de aquello que él mismomodificaría si lo supiera, y es ponerlo en contradicción consigo mismo.Pero inspirar al soberano el recelo de que el pensar por sí mismo y eldeclarar el propio pensamiento podrían provocar disturbios en el Estadosignifica tanto como despertarle desconfianza para con su propio podero incluso odio contra su pueblo. Pero el principio general por el que un pueblo tiene que juzgarnegativamente acerca de su derecho, es decir, únicamente acerca de loque podría ser considerado por la legislación suprema como noordenado con la mejor voluntad, está contenido en esta proposición:Lo que un pueblo no puede decidir acerca de sí mismo, el legisladortampoco puede decidirlo acerca del pueblo. Por ejemplo, si se pregunta si una ley que ordena considerar comodefinitiva una vez establecida una constitución eclesiástica determinada,puede ser considerada como surgida de la voluntad propia del legislador(según su intención), hay que comenzar por preguntar si un pueblotiene derecho a darse a sí mismo una ley por la que ciertos artículos defe y ciertas formas de la religión externa deben permanecer para siempreuna vez establecidos, por tanto si tiene derecho a prohibirse a sí mismoen su posterioridad el progreso ulterior en materia de inteleccionesreligiosas o la corrección de eventuales errores antiguos. Se verá enton-ces claramente que un contrato originario del pueblo que produjese 40 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratissemejante ley sería en sí mismo nulo y sin valor por contrariar ladestinación y los fines de la humanidad; por consiguiente una ley dadaen ese sentido no ha de ser considerada como la voluntad propia delmonarca y se le pueden oponer representaciones contrarias. Pero entodos los casos, cualquiera sea la decisión de la legislación superior, lamisma puede ser ciertamente objeto de juicios generales y públicos,pero jamás se puede emplear contra ella resistencia en palabras o enactos. En toda comunidad tiene que haber una obediencia, bajo elmecanismo de la constitución estatal según leyes de coacción (referidasal todo), pero al mismo tiempo un espíritu de libertad, puesto que cadauno, en lo concerniente al deber universal de los hombres, aspira a serconvencido por la razón de que esa coacción es conforme al derecho, afin de no caer en contradicción consigo misma. La obediencia sin elespíritu de libertad es la causa ocasional de todas las sociedadessecretas. Pues es una vocación natural de la humanidad el comunicarsemutuamente, sobre todo en lo que concierne al hombre en general; porlo que esas sociedades se suprimirían si se favoreciera esta libertad. ¿Ypor cuál otro medio podría el gobierno adquirir los conocimientos quefavorezcan su propia intención esencial sino dejando que se manifiesteel espíritu de libertad tan digno en su origen y en sus efectos? *** En ninguna parte una práctica que deja a un lado todos losprincipios puros de la razón niega la teoría con más arrogancia que en lacuestión de los requerimientos de una buena constitución estatal. Lacausa es ésta: una constitución legal que existe desde hace tiempoacostumbra al pueblo a juzgar regularmente acerca de su felicidad y desus derechos según el estado en el que todo hasta el presente haseguido tranquilamente su curso; pero no lo acostumbra, en cambio, aestimar ese estado según los conceptos de felicidad y de derechos que le 41 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisprocura la razón; más bien lo acostumbra a preferir incluso ese estadopasivo a la peligrosa disposición de buscar un estado mejor (en lo quevale lo que Hipócrates da a considerar a los médicos: iudicium anceps,experimentum periculosum). Ahora bien, como todas las constitucionesque existen desde hace tiempo, cualesquiera sean sus defectos y todaslas diversidades que las separan en ese punto, desembocan en el mismoresultado, a saber: estar satisfecho con lo que se tiene, entonces no haypropiamente teoría que valga cuando se trata de la prosperidad delpueblo, sino que todo descansa en una práctica dócil a la experiencia. Pero si hay en la razón algo que se puede expresar con -la palabraderecho político; y si, para hombres a quienes su libertad pone ensituación de antagonismo, ese concepto tiene fuerza obligatoria, portanto realidad objetiva (práctica), sin que esté todavía permitidoinquietarse por el bienestar o el malestar que pueda resultar para ellosde ese concepto (lo cual sólo se conoce por experiencia), entonces esederecho se funda en principios a priori (pues la experiencia no puedeenseñar qué es el derecho), y hay una teoría del derecho político, con laque la práctica debe coincidir para ser válida. Ahora bien, contra eso sólo se puede alegar esto: los hombrespueden tener por cierto en la cabeza los derechos que les pertenecen,pero la dureza de sus corazones hace que no puedan ni merezcan sertratados en consecuencia y por tanto sólo un poder supremo queproceda según reglas de prudencia podría y debería mantenerlos enorden. Pero este salto desesperado (salto mortale) es de una especie talque, en cuanto no se trate del derecho sino únicamente de la fuerza, elpueblo también podría ensayar la fuerza propia y así volver inseguratoda constitución legal. Si no hay nada: que por la razón imponga unrespeto inmediato (como el derecho de los hombres), entonces todoslos influjos sobre el arbitrio de los hombres son impotentes pararefrenar la libertad de los mismos. Pero cuando, junto a la benevolencia,el derecho habla alto, la naturaleza humana no se muestra tancorrompida como para no oír con respeto la voz del mismo. (Tum 42 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratispietate gravem meristisque si forte virum quem Conspexere, silentarrectisque auribus adstant. Virgilio).aa Eneida, I, v. 151-152. Espacio Disponible 43

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratis III DE LA RELACIÓN DE LA TEORIA CON LA PRÁCTICA EN EL DERECHO INTERNACIONAL, CONSIDERADA DESDE EL PUNTO DE VISTA FILANTRÓPICO UNIVERSAL, ESTO ES, COSMOPOLITA*37 (Contra Moses Mende1ssohn)38 ¿Hay que amar a la especie humana en su totalidad, o ésta es unobjeto que se tiene que considerar con indignación, al que se desea porcierto (para no volverse misántropo) todo el bien posible, pero sinesperarlo jamás de él, y del cual por tanto, más bien hay que apartar lamirada? La respuesta a esta pregunta depende de la que se dará a otrapregunta: ¿Hay en la naturaleza humana disposiciones desde las cualesse pueda comprobar que la especie no dejará de progresar hacia lomejor y que el mal del presente y del pasado desaparecerá en el bien delfuturo? Pues entonces podemos amar a la especie, al menos en suincesante aproximación al bien, mientras que de otro modo tendríamosque odiarla o despreciarla, diga lo que quiera en contra de ello laafectación de un amor universal al hombre (que sería entonces a losumo un amor de benevolencia, no de complacencia)39. Pues lo que es y * No se ve de inmediato de manera evidente cómo un supuestouniversalmente filantrópico remite a una constitución cosmopolita ycómo ésta funda un derecho internacional, en tanto único estado en elque las disposiciones de la humanidad, que hacen a nuestra especiedigna de ser amada, pueden ser convenientemente desarrolladas. Laconclusión de esta tercera parte mostrará esa conexión. 44 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratissigue siendo malo, sobre todo en la violación mutua premeditada de losderechos más sagrados del hombre, no se puede seguramente evitarodiarlo, incluso esforzándose al extremo en hacer brotar en sí el amor:no precisamente para hacer mal a los hombres, pero para tener el menortrato posible con ellos. Moses Mendelssohn era de esta última opinión (Jerusalem,segunda sección, pp. 44-47), que él opone a la hipótesis de su amigoLessing acerca de una educación divina del género humano. Para él esuna quimera “que el todo, la humanidad aquí abajo, deba en el curso delos tiempos ir siempre adelante y perfeccionarse\". \"Vemos, dice, que elgénero humano en conjunto hace pequeñas oscilaciones; y jamás dioalgunos pasos hacia adelante sin retroceder poco después con redobladavelocidad a su estado anterior\" (Esto es justamente la roca de Sísifo; yde este modo se toma la Tierra, como los indios, por lugar de expiaciónde antiguos y ahora ya no recordados pecados). \"El hombre va máslejos, pero la humanidad oscila constantemente entre límites fijos, subey baja; pero, considerada en conjunto, conserva en todas las épocasaproximadamente el mismo grado de moralidad, la misma proporciónde religión e irreligión, -de virtud y vicio, de felicidad (?)40 y miseria\".Introduce (p. 46) estas afirmaciones diciendo: \"¿Queréis adivinar quéintenciones tiene la providencia para con la humanidad? No forjéishipótesis\" (antes las había llamado teorías); \"sólo mirad en tomo devosotros lo que realmente sucede, y, si podéis abrazar de una ojeada lahistoria de todos los tiempos, mirad lo que ha pasado siempre. Este esel hecho; esto es lo que ha tenido que formar parte de la intención, queha tenido que ser recibido, o al menos admitido, en el plan de lasabiduría\". Mi opinión es otra. Si es un espectáculo digno de una divinidadver que un hombre virtuoso, en lucha contra contrariedades ytentaciones que llevan al mal, se resiste a ellas sin embargo, es entoncesun espectáculo en grado máximo indigno, no diré de una divinidad, peroincluso del hombre más ordinario, pero honesto, ver que el género hu-mano se eleva periódicamente a la virtud para recaer poco después tan 45 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisprofundamente de nuevo en el vicio y en la miseria. Contemplar unmomento esta tragedia puede ser quizá conmovedor e instructivo, peropor último tiene que caer el telón. Pues a la larga eso se vuelve farsa, y,aunque los actores no se cansen de ello porque son bufones se cansaráel espectador, que se harta con un acto o con otro tan pronto comopuede inferir con fundamento que esa pieza que no acaba nunca es unaeterna melancolía. Por cierto el castigo que sobreviene al final puede, altratarse de un mero espectáculo, remediar las sensaciones desagradablespor medio del desenlace. Pero dejar que en la realidad se acumuleninnumerables vicios (aunque entremezclados con virtudes) para que undía sean bien castigados, repugna - al menos según nuestra concepción -a la propia moralidad de un sabio creador y gobernador del mundo. Por consiguiente podré admitir que, puesto que el género humanoestá, desde el punto de vista de la cultura, que es su fin natural, enprogreso constante, ha de ser concebido también en progreso hacia lomejor desde el punto de vista del fin moral de su existencia, progresoque ciertamente puede resultar a veces interrumpido pero jamás roto.No necesito probar este supuesto; tiene que probarlo el adversario delmismo. Pues me apoyo en mi deber innato e innato en cada miembro dela serie de las generaciones -en la que (como hombre en general) estoy,y sin embargo, con la constitución moral necesaria en mí, no soy tanbueno como debiera y, por tanto, pudiera ser -, deber de obrar sobre laposteridad de modo que ésta mejore constantemente (de lo cual portanto hay que admitir también la posibilidad), y de modo que ese deberpueda transmitirse legítimamente de un miembro a otro de lasgeneraciones. Ahora bien, aunque es posible que la historia haga surgirmuchas dudas contra mis esperanzas, que, si fueran probatorias,podrían moverme a desistir de un trabajo aparentemente vano, nopuedo sin embargo, mientras aquello no se haya mostrado totalmentecierto, cambiar el deber (en tanto liquidum) por la regla de prudencia(en tanto illiquidum, puesto que esto es una mera hipótesis) de noproponerse lo impracticable; y por incierto que yo siempre pueda estary permanecer acerca de si hay que esperar lo mejor para el género 46 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratishumano, esto, no puede sin embargo perjudicar a la máxima de que elloes factible, ni por tanto perjudicar a la necesidad de suponer esa máximacon una intención práctica. Esta esperanza de tiempos mejores, sin la cual un deseo serio dehacer algo provechoso para el bienestar general jamás habría calentadoel corazón humano, también ha tenido siempre influencia en el trabajode los bien pensantes; y el notable Mendelssohn tuvo que haber contadosin embargo con ello cuando se esforzó tan solícitamente por lailustración y la prosperidad de la nación a la que pertenecía. Puestrabaja en ello él mismo y por sí solo, sin que otros después de élcontinuaran el avance en la misma línea, no podía razonablementeesperarlo. Ante el triste espectáculo, no tanto de los males que agobianal género humano por causas naturales, sino más bien de los que loshombres se infligen mutuamente, el ánimo sin embargo se serena por laperspectiva de un porvenir que podría ser mejor, y por cierto conbenevolencia desinteresada, pues hará tiempo que estaremos en latumba y no recogeremos los frutos que en parte hemos sembrado. Losmotivos empíricos contra el éxito de estas decisiones inspiradas por laesperanza son aquí inoperantes. Pues pretender que lo que todavía noha triunfado hasta ahora no triunfará jamás: esto no autoriza siquiera arenunciar a una intención pragmática o técnica (por ejemplo, laintención de los viajes aéreos en globos aerostáticos), pero menostodavía a una intención moral, la cual, si su efectuación no esdemostrativamente imposible, deviene deber. Por lo demás se puedendar muchas pruebas de que el género humano, en conjunto, haprogresado en nuestra época, en comparación con todas las épocasprecedentes, hacia lo mejor de manera considerable desde el punto devista moral (breves retardos no pueden probar nada en contra); y de queel alboroto que se hace en torno del irresistible envilecimiento crecientedel género humano proviene precisamente de que, habiendo ascendido aun grado más elevado de moralidad, el género humano tiene ante sí unhorizonte más amplio, y su juicio sobre lo que se es, en comparacióncon lo que se debería ser, por tanto la autocensura es tanto más estricta 47 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratiscuanto más hemos ya subido en los grados de la moralidad en elconjunto del curso del mundo que ha llegado a nuestro conocimiento. Si nos preguntamos ahora por cuáles medios se podría mantenerese incesante progreso hacia lo mejor, o incluso acelerarlo, vemospronto que ese éxito que se adentra en lo lejano ilimitado no dependetanto de lo que nosotros hacemos (por ejemplo, de la educación quedamos al mundo juvenil) y del método según el que nosotros debemosproceder para efectuar ese resultado, sino de lo que hará en nosotros ycon nosotros la naturaleza humana para obligarnos a seguir una vía a laque difícilmente nos someteríamos por nosotros mismos. Pues es deella, o más bien de la providencia41 (porque se requiere una sabiduríasuprema para cumplir ese fin) que podemos solamente esperar un éxitoque concierna al todo y, de aquí, a las partes, mientras que, por elcontrario, los hombres en sus proyectos sólo arrancan desde las partes;e incluso no van más lejos, pues al todo como tal, demasiado grandepara ellos, pueden por cierto extender sus ideas, pero no su influencia,sobre todo porque, al oponerse mutuamente en sus proyectos,difícilmente se unirían para ello a partir de un propósito propio y libre. Así como la violencia omnilateral y la miseria que resulta de ellatuvieron finalmente que conducir a un pueblo a la resolución desometerse a la coacción que la razón misma le prescribe como medio, asaber, a la de las leyes públicas, y entrar en una constitución civil, asítambién la miseria que nace de las guerras constantes, en las que losEstados tratan de reducir o someter a otros Estados, tiene que llevarlosfinalmente, incluso contra su voluntad, a entrar o en una constitucióncosmopolita; o, si semejante estado de una paz universal (como enefecto ha ocurrido varias veces con Estados demasiado grandes) es porotro lado todavía más peligroso para la libertad, puesto que acarrea elmás terrible despotismo, entonces esa miseria tiene que coaccionar a losEstados a un estado que no es ciertamente una comunidad cosmopolitabajo un jefe, pero sí un estado jurídico de federación según un derechointernacional concertado en común.42 48 Espacio Disponible

Corazón de Perro www.elaleph.com donde los libros son gratis En efecto, el avance de la cultura43 de los Estados, con lapropensión creciente que la acompaña de ampliarse a expensas de losdemás por astucia o por violencia, tiene que multiplicar las guerras,provocar costos siempre más elevados, y por ejércitos siempre másacrecentados (con una paga permanente), mantenidos en pie ydisciplinados, provistos de armamentos siempre más numerosos,mientras que crecen constantemente los precios de todas lasnecesidades, sin que se pueda esperar un incremento progresivoproporcionado a ellos de los metales que los representan; por otra parteninguna paz dura bastante como para que el ahorro hecho en sutranscurso iguale al gasto para la próxima guerra, contra lo cual lainvención de las deudas públicas es por cierto un recurso ingenioso,pero que termina por destruirse a sí mismo; por tanto, lo que la buenavoluntad habría debido hacer, pero no hizo, tiene finalmente queefectuarlo la impotencia: que cada Estado se organice en su interior demodo tal que no sea el jefe de Estado, a quien la guerra propiamente nole cuesta nada (porque la hace a expensas de otro, a saber, del pueblo),sino el pueblo, al que la guerra le cuesta, quien tenga la voz decisivaacerca de si debe haber guerra o no (para lo cual es verdad que se tieneque presuponer necesariamente la realización de esa idea del contratooriginario). Pues el pueblo se guardará muy bien de ponerse en peligrode una indigencia personal que no alcanza al jefe, por meras apetenciasde expansión, o a causa de presuntas ofensas meramente verbales. Y deeste modo la posteridad (sobre la cual no se harán caer cargas que noha merecido) podrá también progresar siempre hacia lo mejor, inclusoen sentido moral, sin que la causa de ello pueda ser el amor de la queella sería el objeto, sino sólo el amor que cada época experimenta haciasí misma, en cuanto cada comunidad, incapaz de dañar a otra máspoderosa, tiene que atenerse únicamente al derecho, y puede esperarcon fundamento que otras comunidades, precisamente formadas comoella, vendrán entonces en su ayuda. Esto sin embargo no es más que opinión y mera hipótesis: inciertacomo todos los juicios que, para un efecto intentado que no está 49 Espacio Disponible

Innmanuel Kant www.elaleph.com donde los libros son gratisenteramente en nuestro poder, quieren asignarle a ese efecto la únicacausa natural que le conviene; e incluso como tal, esa opinión nocontiene, en un Estado ya existente, un principio que permita al súbditoimponerlo coactivamente (como se mostró anteriormente), sino que -talprincipio es sólo para los jefes libres de coacción. Aunque ciertamenteno esté en la naturaleza del hombre, según el orden habitual, el desistirlibremente de su poder, no es sin embargo imposible que esto ocurra encircunstancias apremiantes, de manera que se pueda tener esto por unaexpresión no inadecuada de los deseos y esperanzas morales de loshombres (cuando son conscientes de su impotencia): esperar de laprovidencia las circunstancias requeridas para ello: la providenciaprocurará al fin de la humanidad en el conjunto de su especie, parapermitirle alcanzar su destinación última mediante el libre uso de susfuerzas, tanto como éstas lleguen, un resultado al que se oponenprecisamente los fines de los hombres considerados aisladamente. Puesprecisamente la contraposición mutua de las inclinaciones, de las quenace el mal, procura a la razón un libre juego que permite someterlas enconjunto y hacer reinar, en vez del mal, que se destruye a sí mismo, elbien, que una vez que está ahí se mantiene por sí mismo en lo sucesivo. *** La naturaleza humana en ninguna parte aparece menos digna deser amada que en las relaciones mutuas de pueblos enteros. No hay unEstado que esté un instante seguro respecto a otro, en cuanto a suindependencia o su propiedad. La voluntad de someterse o dedisminuirse recíprocamente es constante; y el armamento defensivo, quea menudo hace que la paz sea más opresiva todavía y más ruinosa parala prosperidad interior que la guerra misma, jamás puede disminuir.Contra esto no hay otro medio posible que (por analogía con el derechocivil o político de los particulares) un derecho internacional fundado enleyes públicas apoyadas por la fuerza, a las que cada Estado tendría que 50 Espacio Disponible


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