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Gabriel Vazquez Amabile_ et al. - Gestión Ambiental 2018

Published by fausto.campos, 2021-04-25 18:27:06

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AGMESBTIEIÓNNTAL Desafíos para una producción sostenible



GESTIÓN AMBIENTAL Desafíos para una producción sostenible Coordinador: Gabriel Vázquez Amábile Autores Gustavo Idígoras Ariel Angeli Eugenia Magnasco Federico Bert Gustavo Martini Matías Campos Martín Montane Pablo Cañada Mario Nuñez Roberto Casas Pablo Preliasco Jaquelina Chaij Alejandro Radrizzani María Fernanda Feiguin Federico Schmidt Federico Fritz Gabriel Vázquez Amábile Apoyan las publicaciones de CREA Patrocinantes Auspiciantes

Gestión ambiental : desafíos para una producción sostenible / Gabriel Vázquez Amábile ... [et al.] ; com- pilado por Gabriel Vazquez Amabile. - 1a ed compendiada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola - AACREA, 2018. 160 p. ; 26 x 20 cm. ISBN 978-987-1513-30-7 1. Actividad Agropecuaria. 2. Ambiente. I. Vázquez Amábile, Gabriel II. Vázquez Amábile, Gabriel, comp. CDD 630 Fecha de catalogación: 21/06/2018 CREA Área de Comunicación Sarmiento 1236, 4º piso (C1041AAZ) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina www.crea.org.ar (54-11) 4382-2076/79 Director editorial: Mariano Sobré Edición y coordinación del proyecto: Mariela Suárez Diseño de tapa e interiores: René Durand Corrección: Flavio Schiaffino Fotografías: Gentileza autores. Foto de tapa: Fotolia/Green Planet in Your Hands. Environment Concept © Maksim Pasko. Impreso en GuttenPress. ISBN: 978-987-1513-30-7 Hecho el depósito que indica la ley 11.723 Impreso en la Argentina Primera edición: julio de 2018 Todos los derechos están reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni registra- da o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea este mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de CREA.

Contenidos Prólogo Pág. 05 Introducción Pág. 07 Pág. 11 Un nuevo contexto para la producción agropecuaria Desarrollo sostenible y producción agropecuaria sostenible: definiciones del Movimiento CREA Capítulo 1. La conservación del suelo y la producción agropecuaria Pág. 15 Pág. 16 Antecedentes y contexto actual Pág. 27 Degradación y erosión de suelos: historia, actualidad y prospectiva Impacto de la agricultura sobre las propiedades edáficas en tierras de desmonte del norte argentino Pág. 35 Riego complementario y calidad de los suelos Capítulo 2. Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos Pág. 41 en la producción agropecuaria Pág. 48 Cambios de uso y excesos hídricos. Contaminación difusa por nutrientes y agroquímicos Capítulo 3. Buenas Prácticas Agropecuarias Pág. 59 Pág. 64 Prevención y sostenibilidad La huella de carbono y la huella ambiental Capítulo 4. Cambio climático Pág. 71 Definición y marco internacional Pág. 74 Emisiones de GEI en la Argentina y en el sector agropecuario Pág. 84 Escenarios esperados del cambio climático en la Argentina Capítulo 5. Deforestación y producción agropecuaria Pág. 91 Pág. 98 Cambios en el uso del suelo en la Argentina Producción agrícola: beneficios y riesgos en áreas de desmonte Pág. 102 Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y programas de reducción de emisiones: REDD+ CONTENIDOS

» Pág. 109 Capítulo 6. Biodiversidad y producción ganadera en la Argentina Pág. 116 Intensificación de la producción bovina en el Chaco semiárido Pág. 122 Manejo sostenible de pastizales naturales y bosque chaqueño Pág. 127 Biodiversidad y producción agropecuaria. El caso de Santa Cecilia Capítulo 7. Marco normativo en el agro Pág. 139 Pág. 147 Capítulo 8. Sistemas soporte de decisiones y modelos Pág. 149 para cuantificar el impacto ambiental Sistemas soporte de decisiones. Uso del sistema de indicadores ambientales CREA Bibliografía 04

Prólogo A riesgo de ser simplista, me atrevo a afirmar que creciente variabilidad de las precipitaciones. Como bien esta obra acredita un doble mérito: mira hacia adentro señala Eugenia Magnasco, la necesidad de evaluar la y hacia afuera de la Argentina. Con un estilo sencillo y vulnerabilidad y adaptabilidad de nuestras regiones pro- accesible, se analiza y se discute críticamente el impac- ductivas a los caprichos del clima es inevitable en este to ambiental de la producción agropecuaria en distin- escenario. ¿Cómo impactan el desmonte y el reemplazo tas regiones del país y, al mismo tiempo, se abordan las de pastizales naturales por pasturas cultivadas y cultivos eventuales implicancias de ese impacto en el mercado anuales en nuestros ecosistemas y en nuestros ambien- internacional. Creo que es la primera vez que me en- tes productivos? ¿Cómo se ve afectada la provisión de frento a una obra que intenta capturar la problemática servicios ecosistémicos esenciales? ¿Cómo son modifi- ambiental argentina de una manera integral y detallada. cados el hábitat y la biodiversidad? ¿Qué rol desempeña En lo personal, no puedo menos que congratular a los la Ley de Bosques en este escenario incierto? Estos te- miembros del equipo técnico de CREA, liderado por mas también son abordados con estudios de caso muy Gabriel Vázquez Amábile, y a quienes han colaborado ilustrativos que ofrecen pistas firmes acerca de los que con ellos, por otorgarle a la gestión ambiental agrope- está ocurriendo y de lo que puede ocurrir. Los sistemas cuaria una dimensión de escala y un marco conceptual silvopastoriles son visualizados como una alternativa que nos ayudará, como país rural, a tomar decisiones posible frente a estos cambios ecológicos que preocu- científicamente fundadas dentro de un escenario global pan y, sin duda, merecen ser estudiados con mayor pro- de creciente incertidumbre. fundidad. Fernanda Feiguin y Gabriel Vázquez Amábile cierran la obra con un capítulo final que nos ilustra con En la mirada hacia el interior del territorio, algunas sencillez acerca del uso de indicadores de sostenibilidad de las problemáticas abordadas son más conocidas que y de sistemas para el soporte de decisiones. Son éstas otras. Por ejemplo, la erosión de los suelos es un tema herramientas muy necesarias para ayudar al productor a de larga data, que preocupa al sector rural y a sus organi- saber “dónde está parado” y hacia dónde debe dirigir la zaciones. Roberto Casas acierta al armonizar una precisa gestión ambiental de su empresa agropecuaria. síntesis histórica del problema y nos advierte acerca de los riesgos actuales y latentes de la erosión en distintas De creciente interés es y será la mirada de la ges- regiones del país. Nos enseña asimismo cómo atenuar y tión ambiental hacia afuera del territorio nacional. No resolver, tecnología mediante, los riesgos de esta persis- solo interesa la imagen que, como país, proyectamos al tente amenaza. exterior, sino también el modo en que abordamos las consecuencias que puede tener una buena o mala ges- Otras problemáticas son más novedosas y menos tión ambiental fronteras adentro sobre los mercados conocidas. Entre ellas, cabe señalar la contaminación externos. Los productos de nuestro sistema agroalimen- del agua, del suelo y del aire a través de los plaguicidas, tario y agroindustrial jugarán un rol clave en la seguridad fertilizantes y otras fuentes concentradas de nutrientes, alimentaria global. Como bien señala Gustavo Idígoras emisiones indeseables y desechos. Los excesos de agua y en su capítulo acerca de la huella ambiental, es escaso el el ascenso de los niveles freáticos conforman otra de las desarrollo de esta temática en nuestro país y los estudios problemáticas abordadas que, con frecuencia creciente, internacionales sobre la materia no favorecen nuestra ponen en jaque a las regiones más productivas. Por su- posición agroexportadora. Esto exige un rápido esclare- puesto, nada de esto es ajeno a los factores de riesgo cimiento del tema, ya que los espacios que no ocupemos que disparan tanto el cambio climático global como la serán ocupados por nuestros competidores o por intere- Prólogo 05

» “virtual” de agua, carbono y nutrientes en terceros países ses comerciales que no necesariamente nos favorecerán. tiene un marcado sentido estratégico que va más allá de la Las guías metodológicas 1996/2006 recomendadas por necesidad de alimentar a su población. El agua y la tierra el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que hoy no utilizan para producir alimentos les permite (IPCC) son muy completas y exhaustivas en el cálculo de recargar sus acuíferos y rehabilitar sus ecosistemas acu- las emisiones de gases de efecto invernadero del sector mulando el agua, el carbono y los nutrientes perdidos. rural, pero minimizan (y probablemente subestiman) la Conscientes de este rol (no siempre comprendido), en- capacidad de secuestro de carbono de las tierras rurales. frentamos el desafío impostergable de diseñar estrategias Ese desbalance entre emisión y secuestro no nos favorece inteligentes de sostenibilidad hacia adentro y hacia afuera como país agroexportador. Por lo tanto, parece necesario de nuestro territorio. Y bien sabemos que la historia no reevaluar y reenfocar el problema en un contexto realis- espera a los pasivos ni a los indiferentes. ta. Quizás debamos internalizar el hecho de que no sólo exportamos alimentos que contribuyen a la seguridad ali- Bienvenida esta obra que aterriza en el momento mentaria global, sino que con ellos también “exportamos oportuno. sostenibilidad” hacia los países que consumen nuestros productos. Quienes compran alimentos (por ejemplo, Dr. Ernesto F. Viglizzo China) lo hacen porque durante décadas han degradado sus tierras y agotado sus acuíferos. Para ellos, la compra Socio Honorario de CREA 06

Introducción Un nuevo contexto para la producción a 7000 millones en 2014 (Organización de las Naciones agropecuaria Unidas, 2015), sumado a un aumento en la escala de las actividades económicas impulsado por la mecanización Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile y la tecnología, ha magnificado el impacto relativo de las actividades antrópicas sobre el ecosistema a escala Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento regional, nacional y planetaria. CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas Hidrográficas, Facultad de Agronomía y Ciencias Forestales, Universidad Nacional de La Plata En las últimas décadas se observa un creciente inte- rés por parte de la sociedad en el impacto ambiental de las actividades económicas y de las actividades humanas en general. Un reflejo de esto es que incluso los bancos empiezan a pedir estudios de impacto ambiental a la hora de financiar proyectos de inversión, sean estos in- dustriales o turísticos. Para darle una explicación a este fenómeno podría- mos utilizar las premisas del economista Herman Daly1, quien explica que los sistemas económicos están inser- tos en ecosistemas o sistemas naturales. Daly parte del concepto general, según el cual una actividad económi- ca (o humana) procesa energía y materia que obtiene del ecosistema, originando a su vez un output o salida de energía y materia que el ecosistema recicla (figura 1). En esencia, Daly dice que venimos de una era don- de el ecosistema era suficientemente amplio como para reciclar los subproductos y residuos provenientes de la actividad del hombre, pero luego entramos en otra don- de es tal el incremento de las actividades humanas que el ecosistema no tiene ya capacidad suficiente para reci- clar sus externalidades (figura 2). Todas las actividades deberían contemplar esta cuestión y desarrollar estrate- gias que minimicen las salidas de energía y materia que el entorno no pueda renovar o degradar. El incremento exponencial de la población mundial, que pasó de 1000 millones de habitantes en el año 1800 1 Economista, profesor de Economía ecológica en la Universidad de Maryland (School of Public Policy of University of Maryland, College Park), consultor del Banco Mundial en temas de medio ambiente y desarrollo sostenible. Introducción 07

» gradación provocada por el laboreo continuo. Durante Este proceso es más evidente en las actividades in- ese período, esta situación se resolvía mediante el aban- dono de tierras agotadas o a través de descansos perió- dustriales y en la vida urbana, con una población en dicos del suelo para reutilizarlo meses o años después. aumento, que determina que los residuos domiciliarios, Básicamente, la naturaleza hacía su trabajo y si la situa- los gases emitidos por los medios de transporte, las re- ción no se podía resolver por haber llegado a un grado des cloacales, etcétera, pongan la cuestión en primer de degradación irreversible, la humanidad contaba aún plano. Sin embargo, las actividades agrícola y ganadera con la posibilidad de trasladarse a tierras más fértiles. Es también se han transformado en los últimos 200 años, decir, el ecosistema era suficientemente amplio para ab- modificando el patrón de entradas y salidas de energía sorber o reciclar el impacto de las actividades agrícolas. y materia. En otros términos, la agricultura, como siste- ma, ha sido la misma desde el año 6000 A.C. hasta fines Sin embargo, a fines del siglo XIX y principios del del siglo XIX. De este modo, podemos decir que el ara- XX, la mecanización le confirió a la agricultura otra di- do de madera de la edad antigua no presenta grandes di- námica, incorporando el uso de energía fósil para mo- ferencias respecto del arado de acero tirado por caballos vilizar tractores y herramientas más potentes, lo que de los agricultores del siglo XIX. Durante 7860 años, la permitió incrementar la escala e incorporar tecnología, agricultura fue una actividad caracterizada por el uso con mayor demanda de capital y mano de obra, además del animal como medio de tracción, que constituía un de una importante cantidad de insumos (semilla me- oficio transmitido de padres a hijos por generaciones. jorada, fertilizantes, etc.). Este incremento en la escala Ha sido una actividad carente de escala, sin incorpo- de la agricultura permitió generar alimentos para una ración de tecnología y que ha utilizado principalmente población que crecía a una tasa exponencial. sus propios recursos (semilla, animales), sin demandar energía (combustibles) ni materia del entorno. Si bien esta actividad comenzó a demandar energía y materia de manera inédita, el impacto ejercido sobre el En esta agricultura milenaria, el único impacto sobre ambiente hasta la década del 50, estaba aún concentrado el ecosistema lo constituían la erosión del suelo y la de- 08

en la erosión (hídrica y eólica) y en la degradación del utilización de insecticidas, mientras que la incorpora- suelo por pérdida de fertilidad. La diferencia con res- ción de otras tecnologías y conocimientos tornó más pecto al período anterior fue que, al aumentar la escala y eficiente el uso de los recursos (agua, radiación y suelo). extenderse, el efecto fue mucho más notorio y pronto se convirtió en una preocupación para varios países. De este modo, es posible afirmar que el avance ex- perimentado por la agricultura nos sitúa frente a una En Oklahoma (EE.UU.), la erosión eólica ocurrida actividad con mayor escala, alto grado de incorporación en los años 30 provocó una migración masiva de los de tecnología y conocimiento, menor empleo de mano farmers, que decidieron abandonar sus campos (una su- de obra tranqueras adentro, pero con alta dependencia perficie de 40 millones de hectáreas). Este efecto pro- de insumos, genética, servicios, maquinaria y asesora- vocado por la sequía, se vio favorecido por al laboreo miento tranqueras afuera. de tierras arenosas, que hasta ese entonces no habían conocido el arado. El fenómeno, conocido como The Volviendo a Herman Daly, es evidente que el ingre- Dust Bowl, afectó a los estados de Kansas, Oklahoma, so de energía y materia ha cambiado, como así también Texas y Nuevo México entre 1935 y 1939. En aquellos el impacto o salida de materia que el ecosistema debería años, y en menor escala, algo similar sucedió en zonas resolver o reciclar. del este de La Pampa, oeste de Buenos Aires y sur de Córdoba, lo que generó gran preocupación y dio lugar a Nos encontramos frente a una actividad en la que la creación del Instituto de Suelos y Agrotecnia (precur- el impacto principal dejó de estar constituido por la sor del INTA) en 1944 y también al Movimiento CREA erosión y la degradación del suelo, para enfocarnos en a fines de la década del 50. el estudio de nuevas cuestiones, tales como el riesgo de contaminación de cursos de agua provocado por Esta preocupación por el cuidado del suelo, como excretas animales o agroquímicos y las prácticas ade- único impacto de la agricultura sobre el ambiente, fue cuadas para prevenirlo. También deberemos analizar el materia de estudio durante décadas en la Argentina e im- impacto de la expansión de la agricultura sobre la pér- pulsó la adopción de la siembra directa, que hoy abarca dida de biomas naturales y sobre las emisiones de GEI, prácticamente a la totalidad de las hectáreas cultivadas. impulsados por el compromiso global de mitigar las emisiones en todas las actividades antrópicas. Debemos Esta revolución tecnológica dio por tierra con un continuar trabajando para lograr los mejores esquemas paradigma de casi 8000 años, según el cual era impen- de producción, integrando actividades y rotaciones para sable sembrar un cultivo sin remover el suelo. La adop- la conservación del suelo en todas las regiones del país. ción de la siembra directa redujo la erosión (logrando Nuevos desafíos niveles inferiores a los límites críticos admitidos de pér- dida de suelo) y permitió recuperar suelos, evitando la La cuestión de la sostenibilidad en la agricultura es degradación de nuevas tierras. una preocupación desde hace varias décadas y fue el disparador del desarrollo de numerosas tecnologías y Este sistema volvió a modificar la agricultura, con prácticas que hoy son una realidad. Sin embargo, cabe menor demanda de energía fósil, pero mayor utilización preguntarse si la agricultura moderna puede ser carac- de fertilizantes y agroquímicos para el control de male- zas. Luego, la incorporación de biotecnología redujo la Introducción 09

» Un tercer desafío tiene que ver con el marco regu- terizada efectivamente por un verdadero avance en la latorio. Hoy se habla de la “licencia social para ope- conservación del suelo y en el control de la erosión, por rar”. Este término está estrechamente vinculado a las un uso más reducido de combustibles fósiles y por su regulaciones que la sociedad establece a través de sus mayor eficiencia al utilizar los recursos naturales, pro- dirigentes. Sin embargo, este concepto tiene una con- duciendo más granos por hectárea con las mismas llu- tracara que podemos definir como la “responsabilidad vias y suelos de hace 40 años (Andrade, 2016). social de conocer”. El desconocimiento puede generar ¿Por qué la sociedad empieza a considerar a la soste- restricciones normativas que acarreen consecuencias nibilidad en el sector agropecuario como un problema indeseadas. Regular la actividad agropecuaria sin cono- serio cuando antes no lo veía? En este nuevo contexto, cer la dinámica de los sistemas productivos en medios es clave identificar qué es lo que ve la sociedad que el naturales puede dar lugar a errores. sector agropecuario probablemente no está viendo. Si hay algo que estamos haciendo mal, es necesario saber- La responsabilidad de abordar los temas con cono- lo para prevenirlo y resolverlo. cimiento concierne al sector y al resto de la sociedad, El impacto ambiental de cualquier actividad suele pero especialmente a sus dirigentes y a los cuerpos téc- implicar un conflicto, que debe resolverse mediante el nicos con los que estos trabajan. Esta tarea es delicada diálogo entre los actores involucrados. Para ello, es fun- por dos razones: porque involucra la conservación de damental contar con información, un buen diagnóstico los recursos naturales y porque contribuye al desarrollo y espacios de discusión serios. Vemos con preocupación del sector agroalimentario, que en nuestro país tiene es- que algunas cuestiones están envueltas en discusiones pecial relevancia. de tipo “emocional” antes que racional, a menudo liga- das a temores generados por el desconocimiento, pre- Un cuarto desafío, ligado a la tarea de medir y saber juicios o cuestiones ideológicas. No obstante, también más, es la posibilidad de cuantificar la sostenibilidad. advertimos que cuando hay información disponible, es A la hora de decidir el manejo de nuestros sistemas más sencillo llegar a un consenso, de manera racional y productivos, debemos incorporar indicadores que per- no emotiva. mitan tomar decisiones acordes con las cuestiones que Este es el primer desafío: comunicar cómo funcio- enfrentamos hoy en términos de sostenibilidad. Y esto nan los sistemas de producción argentinos, con sus implica revisar cuán adecuados son los indicadores que contrastes regionales, y mostrar cuáles han sido los lo- usamos ante nuevos contextos. gros y cuáles las limitaciones que aún debemos resolver. Sin lugar a dudas, conducir el diálogo en estas cues- Por último, es importante seguir apostando a la in- tiones también implica un reto. En CREA, el método novación para afrontar los nuevos retos. En este aspec- de trabajo durante casi 60 años ha sido sentarse a es- to, debemos considerar los costos y beneficios de las cuchar a otros y discutir temas diversos, considerando tecnologías que permitan resolver los problemas que los distintos puntos de vista. Mes a mes, esta actividad más nos preocupan en la actualidad, sabiendo que siem- se repite en los más de 200 grupos de productores que pre existirá la posibilidad de que una tecnología o estra- conforman el Movimiento. Esta forma de trabajo pue- tegia nueva solucione un problema para generar otro. de constituir un aporte metodológico a la hora de con- sensuar con el resto de la sociedad en torno a cuestio- Ante este nuevo contexto, en el año 2009 se creó nes de interés general. un área específica orientada a analizar el impacto de la El segundo desafío es el de seguir investigando para agricultura sobre el entorno: el Área de Ambiente, que generar más conocimiento. Es importante reconocer el es parte de la Unidad de Investigación y Desarrollo del rol clave que tienen los productores CREA y sus técni- Movimiento CREA. Desde allí, se atiende una diversi- cos, al igual que otros grupos de productores y técnicos dad de temas que incluyen la productividad de los suelos que trabajan en forma colectiva como proveedores de en zonas de desmonte, el riesgo de contaminación de información junto con el sistema científico argentino. cursos de agua, la dinámica de los escurrimientos y el as- La tarea ineludible es seguir mensurando y analizan- censo de la napa freática, el cambio climático y las emi- do datos para identificar y evaluar las estrategias que siones de GEI, el ordenamiento territorial, indicadores reduzcan el impacto ambiental de nuestras actividades de sustentabilidad y buenas prácticas, sistemas soporte productivas. Esto implica el desarrollo de un círculo vir- de decisiones y modelos de riesgo ambiental. tuoso que supone medir, implementar mejoras, monito- rear y volver a medir, y así mejorar de manera continua. Estas cuestiones no sólo son abordadas desde el punto de vista técnico, sino también desde el análisis del marco regulatorio que las contiene. Es por esta razón que se sumó al equipo una abogada, conformando un grupo de trabajo multidisciplinario, junto con técnicos 10

de la Agronomía y de las Ciencias Ambientales. Desde dimensiones interdependientes que deben equilibrarse el Área de ambiente se realiza un trabajo conjunto con y reforzarse en forma recíproca. Esta definición ha sido otras instituciones académicas, ONG y organismos gu- aceptada por nuestro país y se encuentra implícita en bernamentales. los acuerdos internacionales y en documentos que sur- gieron con posterioridad. El presente manual presenta las cuestiones principa- les consideradas por el área, con el objetivo de contri- Sin embargo, un concepto relevante en su definición buir al desarrollo y difusión de esta temática en el sector e implicancias es el de producción agropecuaria sostenible. En agropecuario argentino. el marco del concepto de desarrollo sostenible, desde CREA entendemos a la primera como “una forma de En los próximos años deberemos ser capaces de realizar la producción orientada a satisfacer las necesi- intensificar aún más los sistemas productivos para sa- dades de las generaciones presentes sin comprometer tisfacer la demanda de alimentos, sin generar impactos la posibilidad de las generaciones futuras para atender sobre el ambiente que generen costos directos, por la las suyas, considerando aspectos económicos, sociales degradación de nuestros recursos naturales, e indirec- y ambientales de la producción y procurando mantener tos provenientes de restricciones comerciales o barreras un equilibrio entre ellos”. paraarancelarias. Esta definición planteada por CREA surge de la Desarrollo sostenibleyproducciónagropecuaria perspectiva de empresarios y técnicos directamente vin- sostenible: definiciones del Movimiento CREA culados a la producción agropecuaria y tiene validez sólo para los procesos abarcados por esta actividad. No obs- Ing. Agr. Federico Bert tante, los conceptos planteados (y los instrumentos de Líder de la Unidad de Investigación acción derivados en el futuro) consideran los intereses y y Desarrollo del Movimiento CREA. demandas de toda la sociedad. El desarrollo sostenible en general y la producción Los elementos incluidos en la definición de produc- agropecuaria sostenible en particular ocupan un espacio ción agropecuaria sostenible, tienen varias implicancias prioritario en la agenda actual del Movimiento CREA. que vale la pena desarrollar. Al hablar de “satisfacer las Este tema se convirtió en una demanda de los integrantes necesidades de las generaciones presentes y futuras”, de los grupos CREA, principalmente en respuesta a situa- entendemos que la producción agropecuaria tiene como ciones puntuales (en muchos casos de conflicto) estrecha- prioridad satisfacer las necesidades del hombre en rela- mente relacionadas con aspectos ambientales y sociales. ción con la provisión de alimentos saludables y de cali- dad, de fibras para la vestimenta, de energía y el manteni- Si bien la conservación del suelo y la sostenibilidad miento de un ambiente inocuo y agradable para habitar. de los sistemas productivos impulsaron la fundación del Movimiento CREA, en la actualidad resulta necesario En este sentido, existen posiciones contrapuestas definir conceptos y posiciones por dos motivos prin- que establecen como prioridad la conservación de las cipales: (a) la creciente necesidad de diálogo dentro y propiedades y funcionalidad de los ecosistemas natu- fuera del sector en relación al tema y (b) la necesidad de rales. A diferencia de esta posición, la definición de generar un marco teórico que oriente una “aplicación CREA implica que la intensidad de uso de los recur- práctica” del concepto de sostenibilidad. sos productivos, entre ellos los naturales, está modulada por las necesidades humanas. A continuación, se presentan las definiciones y po- siciones consensuadas en el Movimiento CREA con Otra implicancia de nuestra definición, en concor- respecto al desarrollo sostenible y a la producción agro- dancia con la definición de desarrollo sostenible, tiene pecuaria sostenible. que ver con el modo en que se lleva adelante la produc- ción agropecuaria en la actualidad (para satisfacer las El concepto de desarrollo sostenible –introducido en actuales necesidades del hombre) sin comprometer la 1987 en el informe Brundtland (Comisión Mundial posibilidad y capacidad de las futuras generaciones para sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Naciones satisfacer las suyas. Unidas)– refiere a una forma de desarrollo capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones presen- Esto significa que las futuras generaciones no de- tes sin comprometer las posibilidades de las generacio- berían tener limitaciones para disponer, al menos, de la nes futuras para atender sus propias necesidades. Este misma cantidad y calidad de alimentos, fibras, energía concepto considera el desarrollo económico, el desa- y espacios habitables que las que posee la generación rrollo social y la protección del medio ambiente como actual. En otras palabras, implica que el modo de desa- rrollar la producción hoy no debería ponerle límites a Introducción 11

» sostenible se alcanza logrando un único estado de ba- la cantidad y calidad de productos agropecuarios de los lance entre las diferentes dimensiones. Por el contrario, que podrían disponer las generaciones futuras; ese lími- se alcanza manteniendo dentro de un rango o “zona” te debería estar determinado por la capacidad intrínseca de estados deseables, características y funcionalidades del planeta y sus agroecosistemas en combinación con de cada dimensión como resultado de prioridades asig- las tecnologías productivas. nadas por el productor en su accionar y en su evalua- Otro aspecto importante es que la definición de pro- ción de resultados. ducción agropecuaria sostenible planteada por CREA considera las dimensiones económica, social y ambien- En relación a la segunda propiedad, la zona de ba- tal de la producción agropecuaria. Esto implica que lance puede evolucionar en función de las necesidades para ser sostenible, aquella debe realizarse de forma tal del hombre. Esto implica que la intensidad de uso de los que mantenga o mejore las características y procesos recursos productivos puede cambiar como consecuen- económicos, sociales y ambientales ligados a la produc- cia de la evolución de las demandas. En un nuevo con- ción. En otras palabras, la producción agropecuaria no texto pueden considerarse deseables estados que hoy será sostenible si se realiza ignorando (y eventualmente no lo son y viceversa.2,3 afectando) características o procesos de alguna de las tres dimensiones, comprometiendo, en consecuencia, Desde la perspectiva de CREA, la producción agro- la capacidad y posibilidad de la generación actual y de pecuaria sostenible se alcanza por el accionar individual las futuras de satisfacer sus necesidades; independiente- y colectivo de los agentes involucrados directa o indi- mente de que se mantengan o mejoren aspectos de las rectamente. En particular, los productores agropecua- dimensiones restantes. rios tienen un rol clave como gestores directos de los Desde CREA entendemos que el balance entre las recursos necesarios para la producción (ambientales, tres dimensiones mencionado en la definición tiene dos humanos y económicos). propiedades: (a) no existe necesariamente un estado único y (b) es dinámico en el tiempo. Las prácticas que conducen a una producción agro- Con respecto a la primera propiedad, dada la com- pecuaria sostenible son aquellas que, según el mejor plejidad de los sistemas agropecuarios (recursos natura- conocimiento científico-técnico disponible, resulten les y humanos con multiplicidad de procesos y escalas), más adecuadas para mantener y mejorar características no sería realista plantear que la producción agropecuaria y procesos de las tres dimensiones de la sostenibilidad. En este contexto, entendemos a las buenas prácticas agropecuarias como instrumentos que establecen los mejores modos de llevar a cabo la producción. Por otra parte, el monitoreo del estado y evolución de las características y funcionalidades de cada dimensión puede realizarse directa o indirectamente por medio de indicadores. Estos son los instrumentos que los agen- tes involucrados en la producción tienen para ratificar o rectificar las prácticas utilizadas, y para comunicar a los agentes no relacionados los resultados de la gestión de los agroecosistemas. Las buenas prácticas agropecuarias y los indicadores, como instrumentos de los productores para contribuir a una producción agropecuaria sostenible, pueden ser ajustados o modificados en virtud de dos factores: (a) la evolución del conocimiento científico-técnico (que de- termine que una nueva práctica es mejor que otra para mantener o mejorar una característica o funcionalidad de alguna dimensión) y (b) la evolución de las demandas del hombre en relación a la producción agropecuaria y 2 Entendemos que los tres ejes de la sostenibilidad tienen la misma importancia conceptual, pero no son igualmente relevantes en distintas circunstancias. Para una parte de la po- blación mundial que no llega a cubrir sus necesidades alimenticias diarias, el componente ambiental, no es prioritario. En un ejemplo local, discutiendo el tema de la sostenibilidad ambiental y el cuidado del recurso suelo, encontramos que muchos productores saben lo que hay que hacer, pero el eje económico de sus empresas, amenazado por la presión fiscal o por la pérdida de capital operativo, es un impedimento real para alcanzar dicho objetivo. 3 Se puede hacer la analogía con un juego de malabares con tres pelotas. Si una de ellas cae, termina el juego (si no se atiende una dimensión, la producción agropecuaria sosteni- ble no es tal). Sin embargo, mientras el juego dura, las pelotas alcanzan distintas alturas, aunque en el mediano plazo cubren la misma trayectoria. 12



» en términos generales. Asimismo, considera que es res- de los intereses y prioridades de la sociedad en general ponsabilidad de las instituciones, y en especial del Es- en relación a los factores productivos. Esto implica que tado, promover directa o indirectamente la implemen- lo que actualmente es una buena práctica o un indicador tación de buenas prácticas y facilitar un balance entre podría dejar de serlo en el futuro. las distintas dimensiones de la producción agropecuaria Como organización de productores agropecuarios, sostenible. Por último, para avanzar en esa dirección es CREA entiende que es responsabilidad del empresario necesaria una comunicación y una retroalimentación como agente de decisión y acción, implementar buenas entre los agentes ligados a la producción, fundamental- prácticas para hacer un aporte a la producción agrope- mente entre los productores y el Estado. cuaria sostenible en particular, y al desarrollo sostenible 14

1 La conservación del suelo y la producción agropecuaria En el presente capítulo se analizan el impacto de la agricultura sobre el suelo y los nuevos desafíos referidos a su conservación. En el primer artículo se plantea el problema de la degradación y erosión de los suelos en el país. Por su importancia, se describen la erosión hídrica y eólica, la pérdida de materia orgánica, el desbalance de nutrientes, la so- dificación y salinización, la compactación y la acidificación, entre otros factores. El segundo artículo aborda el efecto del cambio de uso del suelo y de las prácticas de manejo sobre el carbono y otros parámetros edáficos en zonas de desmonte del norte argentino. Se reúne información respecto a la evolución de estos parámetros y de la productividad de estas tierras en los últimos años. El último apartado presenta la temática del riego complementario en zonas húmedas y subhúmedas a partir de una revisión de su impacto sobre las propiedades físico-químicas del suelo en la región pampeana. Allí se presentan los ries- gos potenciales y se enuncian los aspectos que deben tenerse en cuenta para prevenir efectos irreversibles provocados por el mal uso. Antecedentes y contexto actual purificación del agua y la reducción de contaminantes, entre otros servicios ecosistémicos. Es por ello que Ing. Agr. Federico Fritz muchos gobiernos, organismos internacionales e insti- Unidad de Investigación y Desarrollo del tuciones dedicadas a la investigación decidieron iniciar un sinnúmero de proyectos e iniciativas que procuran Movimiento CREA. Cátedra de Edafología, poner el suelo nuevamente en agenda. Asimismo, la Facultad de Agronomía de la Universidad Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cam- de Buenos Aires bio Climático, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y el Convenio sobre la Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile Diversidad Biológica, junto con el Comité de Seguridad Unidad de Investigación y Desarrollo del Alimentaria Mundial, la Alianza Mundial por el Suelo y Movimiento CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Hidrográficas, Facultad de Agronomía y Ciencias Unidas han elaborado un calendario de trabajo común Forestales, Universidad Nacional de La Plata. para abordar la cuestión de la degradación de las tierras y promover una gestión sostenible de los suelos en todos En los últimos años, el mundo ha vuelto a depositar los continentes. la atención en el suelo, no sólo porque en él se produ- ce el 95% de los alimentos a nivel mundial, sino por- Sumado a ello, desde la Organización de las Na- que, además, constituye la principal reserva de carbono. ciones Unidas se han establecido 17 Objetivos para Considerado un recurso natural no renovable, alberga lograr el Desarrollo Sostenible, los cuales entraron en un cuarto de la biodiversidad del planeta, además de ser vigor oficialmente el 1º de enero de 2016 e invitan a un componente activo en la regulación de emisiones y los países miembro a adoptar medidas para promover captura de gases de efecto invernadero, directamente la prosperidad, al tiempo que abogan por la protección vinculadas con el cambio climático. del planeta. Estos objetivos reconocen que las iniciati- vas para poner fin a la pobreza deben ir de la mano de El suelo desempeña también otras funciones, como estrategias que favorezcan el crecimiento económico y el ciclado de nutrientes, la regulación del clima y las aborden una serie de necesidades sociales, entre las que inundaciones, la provisión de fibras y combustibles, la cabe señalar la educación, la salud, la protección social La conservación del suelo y la producción agropecuaria 15

» sultados mediante jornadas de tranqueras abiertas y de y las oportunidades de empleo, al tiempo que luchan actualización técnica, congresos y diversas publicaciones contra el cambio climático y promueven la protección (manuales técnicos y artículos en la Revista CREA). En del medio ambiente. los últimos años, las líneas de trabajo se centraron en la En 2012, desde la Organización de las Naciones nutrición de cultivos, en el manejo por ambientes y sitio Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sur- específico y en el uso sostenible del suelo. gió la Alianza Mundial por el Suelo, que congrega a los países miembro de la FAO, organismos internacionales, En la actualidad, desde el Área de Ambiente de organizaciones no gubernamentales y universidades e CREA se estudia el impacto de la actividad agropecuaria institutos de investigación. Dicha alianza tiene como sobre las propiedades y funciones de los suelos a fin de objetivo promover e implementar la gestión sostenible hacer prevención y lograr un uso y manejo sostenible del suelo en todas las escalas. En este marco, los países por parte de los productores. En marzo de 2017, una en- miembro, que incluyen a la Argentina, participaron en cuesta destinada a empresarios y técnicos CREA reveló la generación de dos documentos que expresan el com- que la conservación del suelo continúa siendo el tema promiso voluntario de las partes respecto del cuidado de ambiental de mayor relevancia. este recurso: la Carta Mundial de los Suelos y las Direc- trices Voluntarias para la gestión sostenible de los suelos. En materia educativa, en 2017 junto con el equipo de Por su parte, en noviembre de 2016, CREA se asoció a EduCREA (programa del Área de Vinculación Social) la Alianza Mundial por el Suelo para contribuir a la sen- se llevó adelante el proyecto Así son los suelos de mi país, sibilización y concientización respecto del cuidado de que convocó a estudiantes de escuelas secundarias a rea- este recurso y para cooperar en la construcción de una lizar trabajos de investigación con el objetivo de generar sociedad que aporte al desarrollo sostenible. mayor conocimiento y conciencia respecto del cuidado Sin embargo, la preocupación por el suelo no es re- de este recurso. Dicho trabajo se realizó de manera cola- ciente en el Movimiento CREA, sino que está presente borativa e integrada con el Instituto Nacional de Tecno- desde sus orígenes. Ya a mediados de la década del 50, su logía Agropecuaria (INTA), la Asociación Argentina de fundador, Pablo Hary (1901-1995), sostenía que el cam- la Ciencias del Suelo (AACS) y FAO Argentina. bio, si bien tenía que ver con la tecnología de producción, debía comenzar por una inversión de tipo intelectual. Fue Degradación y erosión de suelos: historia, ese convencimiento lo que lo llevó a reunir a un grupo actualidad y prospectiva de hombres de campo, preocupados por el deterioro del suelo y por la poca estabilidad de sus empresas. Ing. Agr. Roberto R. Casas Jorge Molina (1919-1998), profesor de Agricultura General de la Facultad de Agronomía de la Universidad Centro para la Promoción de la Conservación del de Buenos Aires (FAUBA), fue el primer asesor CREA Suelo y del Agua. Fundación para la Educación, la y ya en 1957 promovía tres aspectos básicos: a) evitar Ciencia y la Cultura. el uso del arado de reja y reemplazarlo por rastrón con cajón sembrador, b) eludir el monocultivo y rotar con Una de las primeras referencias al proceso de erosión pasturas y c) abandonar la quema de rastrojos buscando del suelo se encuentra en una obra de Charles Darwin mayor cobertura y labranza mínima. editada en Londres en 1845, en la que señalaba para al- Estas fueron las directrices que guiaron el trabajo en gunas zonas de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe lo que respecta a sistemas de labranza, praderización, la gravedad de una prolongada sequía que generaba múl- rotaciones, manejo integrado ganadero y agrícola, junto tiples tormentas de polvo que dificultaban la visibilidad. con otros temas de organización empresarial (gestión y presupuestación). Por su parte, ya en 1884, Florentino Ameghino, en Posteriormente, el Movimiento CREA participó en su obra Las secas y las inundaciones en la provincia de Buenos el desarrollo de modelos de respuesta a la fertilización Aires, describía la alternancia de dichos períodos, con con nitrógeno y fósforo, en conjunto con la FAUBA y consecuencias a veces catastróficas para los productores el Laboratorio de Química Geológica del Conicet (Bar- y habitantes de la región. beris et al., 1983; González Montaner et al., 1991), y en la adopción de la siembra directa a través de la realización A lo largo de la historia agrícola en los agrosistemas de ensayos en distintas regiones. En paralelo, trabajó en pampeanos se han alternado períodos de incremento de actividades de extensión, difundiendo experiencias y re- la vulnerabilidad de los suelos y del ambiente, con otros de ganancia de calidad. Las distintas situaciones tienen que ver con los conceptos de resiliencia y vulnerabilidad de los suelos, los cuales están íntimamente relacionados (Casas, 2015; figura 1). 16



» visión de Suelos del Ministerio de Agricultura. En 1937 El período que se extiende desde 1880 hasta 1940 se culminó la sequía más intensa del siglo que provocó ingentes daños en la región pampeana semiárida, tanto evalúa como un momento de “descarga ecológica” (Vi- en lo que respecta al suelo como a la infraestructura vial glizzo, 1994) caracterizado por el sobreuso y mal uso de y ferroviaria. Ello provocó una fuerte reacción oficial, los suelos y del ambiente productivo. En una primera surgiendo valiosas contribuciones para el conocimien- etapa, el elevado contenido de materia orgánica de los to, prevención y lucha contra este fenómeno. suelos vírgenes, y una agricultura que no había llega- do a su etapa de expansión, permitieron mantener la Durante la década del 40, el ciclo de deterioro y productividad, con procesos degradatorios incipientes erosión de los suelos se estabilizó paulatinamente. La o localizados. sustitución de cultivos de cosecha por alfalfa, la mayor superficie destinada a la ganadería, un mejor uso de los A partir de 1916, las sequías periódicas, la fuerte residuos de cosecha y planes masivos de forestación, expansión de la agricultura ocurrida a principios de si- unidos a la acción de experimentación y asesoramiento glo y el deterioro sufrido por los suelos por labranzas del Instituto de Suelos y Agrotecnia creado en 1944, excesivas con arado de reja y vertedera, intensificaron dieron lugar a un período de “reacción” que se tradujo los procesos de degradación, con un marcado descen- en un ciclo de “recarga ecológica” registrado a partir so del contenido de materia orgánica y un incremento de 1950. de la erosión hídrica y eólica en los suelos pampeanos (Casas, 2001). Este período se caracterizó por la vigencia de un modelo mixto de explotación de la tierra. En él, la al- En la década del 30, la erosión eólica adquirió tras- falfa y la ganadería reponían materia orgánica y devol- cendencia nacional, dando lugar al nacimiento de la Di- Figura 1. Evolución de la calidad del suelo en los agrosistemas pampeanos Ámbito 1 Ámbito 2 Ámbito 3 Ámbito 4 Ámbito 5 Mejora Ámbito de alta Incremento de la Mejora de la Incremento de la Incremento resiliencia vulnerabilidad calidad del suelo de la calidad de la Calidad vulnerabilidad del vulnerabilidad del suelo suelo Sequía/quemazón Sequía Desmonte Roturación ( )MO + Condición Colonización pampeano pasturas estructural inadecuada Fuerte puntano nativas Comienzo de la expansión Erosión agrícola Sequía colonización Agriculturación Erosión Descenso de la Contenido Pastoreo sistema MO/Estructura elevado MO excesivo convencional Erosión Condición Fuerte descenso Descenso estructural de la MO MO/estructura ? óptima Erosión hídrica Mejor condición Simplificación y eólica de las rotaciones Forestación estructural Aumento de la MO Labranza Aumento de la Agricultura Fertilizantes conservacionista Mo y fertilidad conservacionista Sistemas (labranza vertical Difusión de la Pasturas mixtos reducida) siembra directa 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Fuente: datos propios. 18

vían el nitrógeno exportado con los granos, además de Buenos Aires, Bahía Blanca, Corrientes, Córdoba, Men- restituir las condiciones físicas del suelo. Luego de cin- doza, Río Cuarto y Tucumán (Prego, 1988). Las accio- co o seis años de pastura, se volvía a hacer agricultura nes mencionadas contribuyeron a consolidar este ciclo con muy buenos rendimientos. Inconscientemente, este regenerativo de las propiedades edáficas (Viglizzo, 1994). sistema –adoptado por razones económicas y sociales– resultó ser una solución conservacionista y sostenible En la década del 60 se llevó a cabo un sostenido plan (Solbrig, 1999). de prevención y lucha contra la erosión del suelo que involucró a las 20 agencias de extensión del INTA de Entre los años 1952 y 1955 merece citarse el traba- la región pampeana semiárida. En la planificación y de- jo pionero de Walter Kugler en Tornquist, quien sem- sarrollo de las actividades participaron Guillermo Co- braba trigo con un sistema de terrazas para controlar vas, Heriberto Fisher, Adolfo Glave, Alberto d’Hiriart, la erosión. En aquellos años, publicó un informe que Julio Ipucha Aguerre, Martín Monsalvo, Francisco Nu- hablaba de las bondades del cultivo bajo cubierta de re- ñez Vázquez, Antonio Prego y Casiano Quevedo, entre siduos (antecesor de la siembra directa) como sistema de otros. Esta acción generó una importante respuesta de prevención y control de la erosión eólica (Prego, 1988). parte de los productores en los 20 millones de hectáreas que abarcó el proyecto. En 1954 se estableció en Arrecifes el primer Distrito de Conservación del Suelo de la Argentina, a cargo de Un hito importante para la conservación del suelo Julio Ipucha Aguerre. En 1957, en un sector severamen- lo constituyó la firma de un acuerdo con el Programa te erosionado de la cuenca del Río Carcarañá localizado de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1968, para en San José de la Esquina (Santa Fe), se determinó un crear, con asistencia técnica y económica de la FAO, un área piloto para la aplicación de tecnología conservacio- Programa de Conservación del Suelo (Proyecto PNUD/ nista, patrocinada por la Asociación para la Conserva- FAO/SEAG/INTA/ARG/68/526). Este proyecto dio ción del Suelo y el INTA. lugar a una serie de actividades de investigación, difusión y extensión en técnicas conservacionistas a cargo de las Entre las décadas del 50 y 60 se inicia un proceso Estaciones Experimentales de INTA Paraná y Marcos de recuperación del ambiente productivo a partir de ac- Juárez. ciones públicas y privadas, con introducción de tecnolo- gías conservacionistas. Como consecuencia de la Misión A partir de 1970, los suelos de la región pampeana su- Prebisch (Grupo Mixto Gobierno Argentino-Naciones frieron una extraordinaria transformación de la agricultu- Unidas) en 1957 se publicó un informe que trazó los ra, caracterizada por un gran aumento de la producción, lineamientos a nivel nacional para la utilización y con- la adopción de tecnología, el desarrollo de nuevas formas servación del suelo. La redacción del informe fue coor- organizativas y un acelerado proceso de agriculturización, dinada por Antonio J. Prego. que sólo en dicha región logró el desplazamiento de al- rededor de cinco millones de hectáreas de uso ganadero. La creación del INTA fue la respuesta pública que Por su carácter irreversible, el aspecto más grave de esta permitió superar los métodos tradicionales de produc- intensificación fue el incremento de la erosión hídrica de ción, introduciendo tecnologías conservacionistas a tra- los suelos (Coscia, 1988). vés del Programa de Conservación y Manejo de Suelo, que se vio plasmado en la creación de una importante En la década del 80, en pleno proceso de agricul- red de Estaciones Experimentales y en la formación de turización de la región pampeana y ante el avance de especialistas. los procesos degradatorios, cobró fuerza el concepto de agricultura conservacionista basado en la reducción En 1957, con el impulso de Pablo Hary, nace el Mo- de labranzas, el empleo del arado cincel (labranza verti- vimiento de los grupos CREA, que tuvo la conservación cal) y la importancia de la cobertura superficial con re- del suelo como un estandarte desde su creación. Este siduos vegetales y rotaciones (Casas, 1998). Comenzó Movimiento, que nació por iniciativa de un grupo de a difundirse el concepto de calidad del suelo que implica productores bonaerenses preocupados por la voladura una visión global sobre la conservación de su integri- de los suelos de su región y por el manejo de sus cam- dad física y de sus funciones. Estos conceptos se vieron pos, decidió unir fuerzas, intercambiar experiencias y plasmados en el sistema de siembra directa, sobre el que buscar nuevos sistemas de producción, guiados por una el INTA inició investigaciones a través del Instituto de filosofía que vinculaba valores tales como la solidaridad, Ingeniería Rural y de las Estaciones Experimentales de el respeto por lo local, el cuidado del suelo y los recursos Pergamino y Marcos Juárez en las décadas de los 70 y naturales (CREA, 2010). 80. El sistema comenzó a difundirse a principios de los 90 merced al impulso brindado por la Asociación Ar- Paralelamente, por esta época se reforzaban los gru- pos de investigación en las Facultades de Agronomía de La conservación del suelo y la producción agropecuaria 19

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» la existencia de sistemas productivos que no son soste- gentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), nibles; de no modificarse, esta situación limitará el cre- que permitió alcanzar los 35 millones de hectáreas culti- cimiento de la producción agrícola nacional afectando vadas con siembra directa en la actualidad. negativamente los niveles de fertilidad e incrementando Un párrafo aparte en esta breve reseña lo merece los procesos de degradación de los suelos. el bosque chaqueño occidental, que involucra la mayor parte de las áreas de desmonte en las provincias de Sal- Los principales procesos de degradación menciona- ta, Formosa, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero y dos para las distintas regiones del país son: erosión hí- Córdoba. Los suelos y el ambiente de esta región han drica y eólica, compactación superficial y subsuperficial, sufrido un intenso proceso de degradación, consecuen- disminución del carbono orgánico y del contenido de cia del desmonte irracional y del mal uso de las tierras nutrientes, salinización, alcalinización (sodificación) y habilitadas. desertificación (Casas, 2015). La llegada del ferrocarril al Chaco Semiárido deter- minó que los bosques fueran explotados forestalmen- Un análisis de los factores causales de los procesos te desde principios del siglo pasado para abastecer a degradatorios de origen antrópico a nivel nacional (grá- la industria del tanino y también para la obtención de fico 1) revela entre los más importantes a los siguientes: durmientes, maderas, postes, leña y carbón. La poste- a) simplificación de la rotación de cultivos y monoculti- rior ampliación de la frontera agropecuaria, que se de- vo (65%); b) desmonte y expansión de la frontera agrí- sarrolló en la región chaqueña semiárida a expensas del cola (61%); c) sobrepastoreo (57%) y d) cambio de uso territorio cubierto por bosques nativos se llevó a cabo del suelo (52%). de manera desordenada con consecuencias ambientales que aún no han sido evaluadas en su verdadera dimen- En un segundo grupo, pero también de relevancia sión (Casas y Puentes, 2009). para varias regiones, se mencionan los incendios de bosques y pastizales, las labranzas inadecuadas, la escasa Actualidad adopción de tecnología conservacionista y la actividad petrolera; esta última, debido principalmente al efecto Hasta el presente, el crecimiento de la producción negativo sobre la cobertura del suelo de caminos y pica- nacional se produjo gracias a la adopción de nuevas das, locaciones y ductos y residuos contaminantes pro- tecnologías, a un creciente nivel de conocimientos e pios de la actividad. Los incendios han cobrado signifi- información por parte de productores y técnicos y a cancia en los últimos años como factor de reducción de la capacidad productiva de la tierra. Sin embargo, la ca- la cobertura del suelo y activador de los procesos erosi- lidad natural de nuestros suelos tiene un límite; una vez vos. Salomone et al. (2015) lo mencionan como uno de superado, su vulnerabilidad se vuelve crítica. los más dinámicos en la provincia de Chubut, con un crecimiento en superficie afectada del 2800% en los úl- En los últimos años, los sistemas productivos ar- timos 30 años. Una mención especial merece el manejo gentinos han registrado un cambio hacia una agricul- deficiente del riego en oasis que, ya sea por excesos en tura intensiva, con mayores rendimientos por unidad las láminas de agua aplicadas o por sistemas de drena- de superficie. En forma simultánea, la frontera agrícola je deficientes, provoca la salinización y sodificación de se desplazó hacia zonas más frágiles, tradicionalmen- poco más de 400.000 hectáreas, lo cual representa un te mixtas o ganaderas, en muchos casos ocupadas por 23% del área regada a nivel nacional (Prieto, 2015). monte nativo. En la actualidad, se estima que un 36% del territorio Las cifras correspondientes al balance entre la ex- argentino está afectado por procesos de erosión hídrica tracción de nutrientes por parte de los cultivos y los y eólica, lo que representa unas 100,7 millones de hec- aportes efectuados por fertilización continúan siendo táreas (cuadro 1). deficitarias en los suelos agrícolas de la Argentina. Así, en la campaña 2010/11 se extrajeron 3,9 millones de Tal como se puede observar, la erosión total creció toneladas de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y calcio, constantemente entre 1956 y 2015, aunque debe con- siendo la reposición de 1,3 millones de toneladas, lo que signarse que los relevamientos y estimaciones de 1956 y representa apenas un 35% de lo exportado (Cruzate y 1986 fueron parciales. Casas, 2012). Esta relación fue en paulatino descenso. En la campaña 2015/16 la reposición fue del 31% para Al analizar los datos globales de erosión hídrica y eó- nitrógeno, del 36% para fósforo y del 22% para azufre lica correspondientes a 2015, se observa un crecimiento (García, F., IPNI, 2017). La situación descripta indica de 73% respecto de 1990. Aunque se trata de estimacio- nes, lo cual implica considerar la posibilidad de cierto margen de error, se trata de un incremento muy impor- tante de los procesos erosivos, que indica que algunos 22

de los puntos señalados en el ítem anterior de este capí- Recientemente se publicó un trabajo realizado por el tulo conspiran contra la sostenibilidad de los modelos INTA (Gaitán, et al., 2017) donde se estima la erosión productivos actuales. En el último cuarto de siglo, la hídrica actual y potencial de los suelos argentinos a par- erosión hídrica es la que más creció, con un incremento tir de la Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (USLE; de 33,1 millones de hectáreas, mientras que el aumento figura 2). Allí se indica que la tasa media de erosión hí- de los procesos eólicos fue algo menor, aunque impor- drica actual para el territorio nacional fue calculada en tante en términos absolutos (9 millones de hectáreas 6,2 t/ha/año, lo que equivale a la pérdida de una capa extra de suelos erosionados). Es importante señalar que de suelo de aproximadamente 0,5 milímetros anuales el crecimiento de la erosión se registra en los grados lige- (considerando una densidad aparente promedio de 1,2 ro y moderado (pérdida inferior al 25 y 75% del horizonte t/m3). En una superficie nacional de aproximadamente superior del suelo, respectivamente) en alrededor de 40 278 millones de hectáreas, dicha tasa equivaldría a una millones de hectáreas, mientras que en los grados severo pérdida de 1725 millones de toneladas o 1490 millones y grave (pérdida superior al 75% del horizonte superior) de metros cúbicos de suelo por año. se mantuvieron más estables. Si bien lo preferible hu- biera sido que la superficie de suelos erosionados no Aproximadamente un 60% de la superficie nacio- aumentara, se estaría a tiempo de actuar para que estos nal presenta bajas tasas de erosión (menores de 2 t/ha/ procesos ligeros y moderados no pasen a los grados su- año), la mayor parte de ellas se corresponde con áreas periores y afecten de manera irreversible a la capacidad productiva de los suelos. Cuadro 1. Erosión actual en la República Argentina En relación con las evaluaciones efectuadas en 1990 Año de la Erosión (en millones de ha) y 2015, los mayores incrementos de la erosión se verifi- estima- can en la mayor parte de las provincias de las regiones Total Eólica Hídri- Grado ligero- Grado pampeana y patagónica (Fecic, 1988; INTA, 1990; Ca- ción ca moderado severo- sas, 2015). En vastas regiones de la Argentina se obser- grave va una reactivación de los procesos de erosión del suelo, consecuencia de los cambios producidos en el uso, la 19561 34,2 16 18,2 27,1 7,1 simplificación o falta de rotaciones y el sobrepastoreo en regiones secas. 19862 46,4 21,4 25,0 22,4 24,0 19903 58,0 28,0 30,0 27,0 31,0 20154 100,7 37,6 63,1 67,4 33,3 Referencias: 1Instituto de Suelos y Agrotecnia (1957), 2Prosa-Fecic (1988), 3Instituto de Suelos. INTA (1990), 4Casas R. Prosa-Fecic (2015). La conservación del suelo y la producción agropecuaria 23

» la Patagonia, Cuyo y NOA. En las regiones húmedas y húmedas y subhúmedas con alta cobertura vegetal: bos- subhúmedas se encuentran áreas con altas tasas de ero- ques de la región chaqueña y andinopatagónicos, selvas sión en las zonas con mayor pendiente: sierras de Tan- misionera y de Yungas, pastizales naturales de Corrien- dilia y Ventania y pampa ondulada en la provincia de tes, cuenca del Río Salado y delta del Paraná. Buenos Aires, sierras de Córdoba, sur de Entre Ríos y Aproximadamente un 12% de la superficie nacional áreas desmontadas de Misiones. presenta altas tasas de erosión (mayores de 10 t/ha/ Tolerancia a la pérdida de suelo año), las cuales se concentran en zonas áridas y semiá- ridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal de Cuadro 2. Tolerancia de pérdida de suelo (t/ha/año) de acuer- En la figura 3 se presentan las áreas cuya tasa de do al régimen climático y a la profundidad del suelo pérdida de suelo estimada supera el límite de tolerancia definido en el cuadro 2, en función del régimen de hu- Régimen climático medad y de la profundidad del suelo. De acuerdo con este mapa, el 25,9% del territorio nacional (alrededor Hú- Subhú- Subhú- Semiá- Árido de 72 millones de hectáreas) presenta tasas de erosión medo medo- medo- rido hídrica que superan los valores tolerables. Este valor es húmedo seco similar al 23,2% de la superficie nacional afectado por procesos de erosión hídrica según Casas (2015). Menos de 25 cm 2,5 2 1,5 1 0,5 En el cuadro 2 se muestran los valores de tolerancia Profundidad 25-50 cm 54 3 21 considerados en este estudio de acuerdo al régimen cli- mático y a la profundidad del suelo. Con ellos se elaboró 50-100 cm 7 5,5 4 3 2 100-150 cm 8,5 7 5 43 Más de 150 cm 10 8 6 54 24



» El cambio de uso del suelo y la expansión de la agri- un mapa que muestra las áreas que poseen una tasa de cultura registrada en los últimos años fue muy positiva pérdida de suelo estimada superior a dicha tolerancia. en términos del incremento récord de los rendimientos El documento concluye que la reducción de la ero- nacionales. Sin embargo, es necesario reflexionar acerca sión hídrica, además de morigerar las pérdidas econó- del modo en que se debe planificar la actividad a fu- micas, influiría directa y positivamente sobre varios ser- turo, dado que compromete seriamente la estructura y vicios ambientales, entre otros, la regulación hídrica y el la funcionalidad de los ecosistemas más frágiles, con la secuestro de carbono. La sistematización de tierras tiene posibilidad de que se vean afectados los servicios eco- importancia no sólo para la conservación de suelo y del lógicos, cada vez más valorados por las sociedades del agua, sino también para la biodiversidad de los ecosiste- mundo. mas, dado que hábitats lineales como bordes y terrazas, constituyen ambientes favorables para el desarrollo de Los factores señalados fueron determinantes en el poblaciones de artrópodos, anfibios y pequeños mamí- desplazamiento de la ganadería a regiones extrapam- feros, además de incrementar la diversidad de especies peanas, con incremento de los procesos de desertifica- vegetales, especialmente en las terrazas no cultivables. ción. La degradación ambiental causada por el sobre- Un párrafo específico lo merece el abandono de las pastoreo constituye sin duda uno de los grandes temas rotaciones registrado en los últimos años, con una sim- a resolver a partir de un ordenamiento del uso del suelo plificación extrema del sistema de producción. Como en nuestro territorio. consecuencia, en muchas regiones con elevados conte- nidos de limo se produjo un proceso de compactación En buena parte de las áreas agrícolas, se visualizan de suelos y aparición de malezas resistentes a herbici- como temas preocupantes la disminución de la fertilidad das. La paradoja es que, para combatirlas, se vuelven de los suelos, un incremento de los procesos erosivos hí- a efectuar labranzas, lo que constituye un retroceso en dricos y eólicos (por ahora predominantemente ligeros cuanto a los beneficios favorecidos por la siembra di- a moderados) y la afectación del proceso hidrológico a recta. Por otra parte, el monocultivo produjo una dis- nivel regional, consecuencia de desmontes masivos que minución importante del consumo del agua pluvial por incrementan los escurrimientos superficiales. parte de los cultivos al reducirse el tiempo de utilización del suelo con sistemas menos intensivos. La situación Además, la habilitación de nuevas tierras para la agri- consignada contribuyó al ascenso regional de la capa cultura también produce una intensa erosión de la bio- freática y por lo tanto a la disminución de la capacidad diversidad en función de la destrucción de hábitats y la de almacenaje del agua de lluvia por parte de los suelos, simplificación extrema de los ecosistemas. Sin lugar a con fuerte impacto sobre las inundaciones, que se in- dudas, el incremento de la erosión se relaciona en forma crementan año tras año. directa con el abandono de la rotación de cultivos y con La variabilidad climática que se viene registrando, con el sobrepastoreo causado por la ganadería. períodos de sequías extendidas y precipitaciones de mayor intensidad, potencia la acción erosiva del viento y la lluvia. En función del crecimiento demográfico, la deman- Las pérdidas provocadas por procesos de erosión son irre- da internacional de alimentos, agua y energía continuará versibles, pero pueden anticiparse, disminuirse y mantener en aumento, lo que determina la necesidad de generarlos ciertos niveles económicos de producción con los conoci- con tecnologías sostenibles. Esta será, en el corto plazo, mientos y la tecnología disponibles (Panigatti, 2015). una exigencia del comercio internacional, que ya ha co- En las regiones patagónica y seca occidental, los menzado a evaluar la huella ambiental de los diferentes procesos de desertificación se están incrementando con productos agropecuarios. consecuencias negativas desde el punto de vista social, ambiental y productivo, razón por la cual merecen una A la luz de las tendencias mundiales, se debe priorizar atención especial. el análisis de las políticas vigentes para la expansión de la agricultura. Ante una población mundial en crecimiento, Prospectiva el valor económico y social de tierras que se degradan ace- leradamente en los ambientes de mayor fragilidad, irá en La situación descripta constituye un verdadero desa- continuo aumento. Ello ocurrirá no sólo por la capacidad fío. No es posible continuar aumentando la producción de producción de alimentos y fibras, sino también por la a expensas del deterioro, y en algunos casos, la destruc- provisión de servicios ambientales, tales como la regula- ción lisa y llana de los recursos naturales. ción del clima y procesos hidrológicos, la conservación de la biodiversidad, la recreación y el turismo, entre otros. No tiene sentido habilitar la agricultura en ambientes frágiles donde se destruyen bosques nativos ni producir en ecosistemas singulares, como humedales y pastizales, 26

con riesgos enormes de degradación. Estos deberían de los suelos, resulta imprescindible incrementar la tasa destinarse a la producción de servicios ambientales bene- de reposición de nutrientes apuntando a lograr un balance ficiosos para la humanidad, previendo para su preserva- más equilibrado. Una fertilización balanceada debe inte- ción, una compensación económica al dueño de la tierra. grarse con un programa de aplicación de buenas prácticas Sin dudas, lo aconsejable será siempre lograr aumentos de manejo, tales como la rotación de cultivos, la utilización de productividad en los mejores suelos, aprovechando las de cultivos de cobertura, un manejo integrado de plagas brechas productivas existentes y las tecnologías disponi- y enfermedades y la agricultura por ambiente, entre otras bles para estos ambientes. medidas, que contribuirán significativamente a preservar y mejorar la calidad del suelo. La conservación de nuestros suelos es un deber inex- cusable, ya que se trata de un recurso natural estratégico El 7 de julio de 1963, a través del Decreto 1574 del que cumple una función social que trasciende a las gene- presidente Arturo Illia, se instituyó el Día de la Conser- raciones. Es necesario establecer políticas públicas con- vación del Suelo en homenaje a Hugh Bennet, pione- sistentes, tendientes a preservar su integridad y sus fun- ro y luchador incansable de la protección de los suelos ciones mediante la implementación de un programa de en las más remotas regiones del mundo. Decía Bennet conservación con fuertes componentes de promoción, hace 70 años, que en el cuidado del suelo descansa el capacitación, educación y difusión. También es necesaria futuro de la humanidad. una ley nacional que promueva mediante incentivos, la utilización de buenas prácticas agropecuarias y proteja a El cuidado de los suelos y la gestión del ambiente se- los suelos de la erosión y de otros procesos degradatorios, rán estratégicos para la Argentina de los próximos años. especialmente en áreas críticas. Se impone incorporar la conservación del suelo como tema de agenda nacional, que incluya a nuestro país en el Los suelos de las principales regiones agrícolas del país conjunto de las naciones que abordan esta problemática se ubican entre los más productivos del mundo, aunque con inteligencia y responsabilidad. Es indispensable que aún hay brechas considerables entre el rinde actual y el po- la sociedad en su conjunto valore este recurso, se interese tencial. Desde su implementación, a principios de la déca- por la preservación de su salud, y se comprometa en su da del 90, la siembra directa constituyó un avance para la defensa y conservación. conservación del suelo. Gracias a un efectivo control de la erosión, un incremento de la materia orgánica asociado Impacto de la agricultura sobre las a la rotación de cultivos y un mejor aprovechamiento del propiedades edáficas en tierras de agua pluvial permitió mejorar su calidad. desmonte del norte argentino En los últimos años se produjo una simplificación Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile extrema de los sistemas productivos pampeanos y extra- pampeanos, con un paulatino reemplazo de las rotacio- Unidad de Investigación y Desarrollo del Movi- nes tradicionales por el monocultivo de soja, lo que tuvo miento CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas un impacto desfavorable sobre las funciones del suelo y Hidrográficas, Facultad de Agronomía y Ciencias la sostenibilidad del ecosistema. Es imprescindible, en- Forestales, Universidad de La Plata. tonces, retomar la siembra directa como “sistema vir- tuoso” que basa sus principales beneficios en la rotación Ing. Agr. María Fernanda Feiguin de cultivos con inclusión de gramíneas. Esto permite ge- nerar, en algunos años, un balance positivo del carbono Unidad de Investigación y Desarrollo del que se traduce en un incremento de la materia orgánica y Movimiento CREA. en una mejora de las condiciones estructurales del suelo. El aporte de residuos orgánicos y el mantenimiento de Ing. Agr. Federico Fritz un balance positivo de carbono son particularmente im- Unidad de Investigación y Desarrollo del Movi- portantes en la siembra directa, ya que de ellos depende miento CREA. Cátedra de Edafología, Facultad la actividad biológica global que a su vez condiciona la de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. porosidad, la agregación y la capacidad de almacenaje. Este sistema parte de la base fundamental del manteni- En las últimas décadas, se ha registrado un incremen- miento de la integridad del perfil, previniendo y contro- to del desmonte de tierras en el norte de nuestro país, lando los procesos erosivos. orientado principalmente al uso agrícola y ganadero. Además de los efectos que esta práctica tiene sobre la Para incrementar la productividad y la producción biodiversidad, la emisión de gases de efecto invernadero agrícola global, como así también evitar el agotamiento La conservación del suelo y la producción agropecuaria 27

» la figura 4 se presentan los sitios de muestreo y estudio y la hidrología, el cambio de uso de la tierra tiene un considerados. impacto directo sobre el recurso suelo. Carbono orgánico Tradicionalmente, los estudios que analizaban la evo- lución del suelo con relación a su uso se centralizaban en La dinámica y composición de la materia orgánica la región pampeana. Sin embargo, desde 1990 se incor- del suelo es, en general, similar en regiones templadas y poraron a la producción cerca de siete millones de hectá- tropicales, excepto en lo que respecta a la tasa de con- reas del norte del país, provenientes de la deforestación versión (mineralización y humificación), que es mayor (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, 2017). en las regiones cálidas que en las frías. Estas tasas de Por lo tanto, determinar el grado de fragilidad de los transformación son controladas en primer lugar por suelos en áreas de desmonte es una cuestión central para factores climáticos y en menor medida por factores identificar las prácticas de manejo que permitan un uso químicos como el pH y la relación carbono/nitrógeno que garantice su productividad futura. Conocer cuán (Zech et al., 1997). distintos son los Molisoles del norte respecto de los de la región pampeana y en qué medida se verán afectadas El contenido de materia orgánica en situación de ve- sus propiedades al ser puestos en producción es un tema getación natural se aproxima a un estado de equilibrio que ha empezado a atraer la atención de más investiga- en el cual el ingreso de residuos orgánicos iguala a las dores, técnicos y productores. salidas que se producen por descomposición. En suelos El indicador de deterioro más difundido es la pér- cultivados, los ciclos de los nutrientes son disturbados dida de materia orgánica y sus fracciones, aunque tam- por prácticas agronómicas (labranza, riego, fertilización) bién es relevante evaluar cambios en otros parámetros que, al acelerar la liberación de nutrientes del carbono edáficos, tales como el grado de compactación, la es- orgánico, dan lugar a una disminución del contenido tabilidad de agregados, la capacidad de infiltración y la de materia orgánica hasta alcanzar un nuevo estado de disponibilidad de fósforo. Por otro lado, el análisis de la equilibrio. Este se alcanza más rápidamente en regiones evolución de los rendimientos agrícolas es un indicador tropicales que en las templadas (Zech et al., 1997). directo de la productividad e, indirectamente, del grado de deterioro del suelo. En el gráfico 2 se presentan las curvas estimadas de El presente artículo aborda la cuestión mediante el caída del porcentaje de materia orgánica en el primer análisis de la evolución de variables edáficas de lotes con horizonte en distintas regiones del norte argentino re- historia de uso agrícola o ganadero en contraste con su levadas por Villarino et al. (2017), Rojas et al. (2016) y situación inicial “no disturbada”, para las regiones NOA, técnicos del Movimiento CREA (Redel et al., 2016). En Chaco Santiagueño, Norte de Córdoba y NEA. A tal fin, todos los casos, la pérdida de carbono edáfico evidencia se presentan resultados de diferentes autores junto con una caída brusca en los primeros 10 años, con pérdidas relevamientos propios realizados en campos CREA. En de entre el 30 y el 40% de la masa de carbono total, para luego alcanzar un nuevo estado de equilibrio. Si bien los gráficos presentan una disminución del 40 al 50% del porcentaje de materia orgánica en este período, debe te- nerse en cuenta que la densidad aparente se incrementa en la situación disturbada con respecto a la situación de bosque nativo; por este motivo, es más preciso expresar los valores de cambio en toneladas de carbono por hec- tárea, ajustando el porcentaje de carbono orgánico con la densidad aparente. Densidad aparente (g/cm3): Es el peso del suelo por unidad de volumen. Cuando la densidad aparen- te se incrementa, la porosidad se reduce; por lo tanto, se contabiliza mayor cantidad de suelo por unidad de volumen, lo que puede conducir a una sobreestima- ción de la variación del carbono orgánico al expresarlo como porcentaje de carbono. 28

Diversos autores coinciden en que esta caída de car- bono es más importante en la fracción de carbono livia- no o particulado (COP) que en la que está fuertemente asociada a la fracción mineral del suelo, siendo el COP un indicador más sensible que el carbono orgánico total (COT) para detectar el efecto de cambios en el manejo. Villarino et al. (2017) reportan que, luego de los primeros 10 años, el COT disminuyó un 30% en la porción de 0 a 30 centímetros, mientras que el COP lo hizo en un 60%. En la situación prístina del monte nativo (muestras de campos CREA), se observó una correlación positiva del 72% entre los contenidos de arcilla y materia orgá- nica en el horizonte superficial (0-20 cm; gráfico 3), pre- sentando mayores valores en la región NEA, inferiores en el NOA y valores intermedios reportados por Rojas et al. (2016) en la provincia del Chaco. Este gradiente estaría relacionado con la variación de la precipitación media anual de este a oeste, siendo el clima un factor determinante en los procesos de pedogénesis. En este aspecto, Álvarez y Lavado (1998) analizaron transectas de suelos de las regiones pampeana y chaqueña, conclu- yendo que la relación entre precipitación y temperatura explica gran parte del carbono orgánico del suelo de 0 a 50 cm, mientras que la relación entre precipitación y evapotranspiración potencial, explica el contenido de arcilla a esa profundidad. El patrón de curvas antedicho y el nivel de equilibrio alcanzado por el carbono orgánico del suelo es conse- cuencia del tipo de uso que tiene lugar tras el desmonte, el manejo y el régimen climático. Con relación a la historia de uso y la implementa- ción de prácticas que aseguren la conservación del sue- lo, se identifican efectos relacionados con el cambio de uso (agricultura, pasturas o plantaciones forestales) y, La conservación del suelo y la producción agropecuaria 29

» usos, aunque entre pastura y agricultura fue significativa en el caso de la agricultura, con el sistema de labranza y por debajo de los 40 cm. el grado de intensificación. Estas cuestiones se amplían en las siguientes secciones. Otros autores también han determinado pérdidas de Efecto del cambio de uso sobre el carbono carbono en transiciones de bosques a pasturas menores y las propiedades físicas del suelo que las halladas en transiciones de bosques a agricultu- ra, en zonas tropicales y subtropicales (Rangel y Silva, El tipo de uso posterior al desmonte determina el 2007; Barbero, 2011). balance de carbono edáfico, siendo mayor su efecto en agricultura y menor en la ganadería con pasturas y fores- La conversión de bosques a pasturas (en pastoreo) tación. A su vez, estos cambios tienen impacto sobre las puede incluso permitir la recuperación del stock de car- propiedades físicas del suelo, tales como el grado de com- bono edáfico. En Brasil, varios autores han reportado pactación y la estabilidad de agregados, lo cual ha sido es- incrementos en pasturas megatérmicas implantadas, tudiado por varios autores, como veremos más adelante. principalmente en las del género Brachiaria, en las regio- Carbono edáfico nes del Cerrado y Amazonia, en suelos Oxisoles (Batlle- Bayer et al., 2010; Desjardins et al., 2004). No obstante, Al analizar los cambios en el stock de carbono en sue- todos ellos coinciden en que el grado de secuestro de los provenientes de bosques, las diferencias entre usos carbono en pasturas depende de la biomasa producida, suelen se advierten más allá del horizonte superficial. A lo cual es función de las precipitaciones locales y del diferencia de lo que ocurre en la región pampeana, don- tipo de manejo, con adecuados niveles de fertilización y de la vegetación nativa es el pastizal y los cambios más evitando el sobrepastoreo. significativos suceden en los primeros 50 centímetros, en los bosques de la región chaqueña pueden hallarse Si bien no hemos encontrado trabajos similares en diferencias hasta los 100 centímetros de profundidad. nuestro país para las regiones NOA y Chaqueña, Eclesia et al. (2012) analizaron la acumulación de carbono en En un estudio realizado en Molisoles del este de San- suelos Ultisoles de Misiones y del norte de Corrientes tiago del Estero, Osinaga et al. (2017) observaron mo- en transiciones de bosque nativo a pasturas tropicales dificaciones en el stock de carbono y en otras variables en pastoreo y a plantaciones forestales. Los autores re- edáficas por efecto del cambio de uso. Dicho estudio in- portaron que la dinámica de recuperación del carbono volucró 32 sitios de muestreo para situaciones de bosque edáfico en los primeros 100 cm estaría directamente re- nativo, pasturas de más de 10 años (Gatton panic), y uso lacionada con la precipitación media anual y con la edad agrícola continuo en siembra directa, con historias de 6 de la pastura o plantación. Su acumulación en pasturas a 9 años y mayores a 20 años, respectivamente. y en plantaciones forestales estaría vinculada a la frac- ción lábil en los primeros años y a la fracción mineral El carbono total en los primeros 100 cm de suelo en años posteriores, continuando este proceso durante (gráfico 4) reveló diferencias significativas entre los tres largos períodos, de hasta 60 años o más. Propiedades físicas Los cambios mencionados en relación con el car- bono del suelo también estarían vinculados con la mo- dificación de sus propiedades físicas. El cambio de uso incrementa la densidad aparente, altera la estructura del suelo y, por lo tanto, la capacidad de infiltración, de al- macenaje del agua y de exploración de las raíces. En suelos de región pampeana, Álvarez et al. (2009) observaron que el COP y el COT mostraban una re- lación inversa con la densidad aparente y directa con la estabilidad de agregados en el horizonte superficial, especialmente en suelos limosos (Álvarez et al., 2012). En situación de monte nativo, la densidad aparente es significativamente menor a la de uso agrícola. Diver- sos autores han reportado valores cercanos a 1 g/cm3 para la situación de bosque nativo, aumentando a valo- res de 1,1 a 1,3 g/cm3 en situaciones de uso agrícola en 30

suelos de Tucumán y Santiago del Estero (Sanzano et El carbono en el horizonte de 0 a 10 cm fue sig- al., 2008; Villarino et al., 2017), y densificaciones incluso nificativamente diferente para los tres tratamientos superiores a 1,5 g/cm3 en Inceptisoles de Chaco subhú- (P<0,05), como así también la estabilidad de agregados medo (Rojas et al., 2016). y la infiltración básica. La densidad aparente y la con- ductividad hidráulica saturada no fueron diferentes en- En la región chaqueña, Osinaga et al. (2017) también tre sistemas de labranza, pero sí respecto a la situación analizaron el efecto del cambio de uso sobre la densidad de monte nativo. aparente y la estabilidad de agregados. Los autores re- portaron que el cambio de uso presentó incrementos en A su vez, dichos autores midieron la pérdida de sue- la densidad aparente en la transición de bosque nativo lo por erosión y el coeficiente de escorrentía median- a pastura y a agricultura. Sin embargo, la estabilidad de te un simulador de lluvia, comparando la situación de agregados no difirió entre las situaciones de bosque y bosque nativo con los tratamientos de labranza vertical pastura, siendo éstas significativamente distintas de la y siembra directa, esta última con tres niveles de cober- situación de uso agrícola (gráfico 5). tura de residuos (SD 0%, SD 40 % y SD 80%). En este aspecto, en Haplustoles de Tucumán, San- El cuadro 4 presenta los resultados. Los autores ob- zano et al. (2005) observaron que la estabilidad aparente servaron que, entre las variables superficiales, la estabi- en pasturas estuvo más asociada al efecto de las raíces lidad de agregados fue la variable que mejor explicó las que a la materia orgánica. Esto se explicaría por el efec- pérdidas de suelo por escurrimiento superficial. El sue- to estructurante de la biomasa de las raíces de pasturas lo en siembra directa con 0% de cobertura tuvo menor de gramíneas, que se produce a partir de dos mecanis- escurrimiento superficial y menores pérdidas de suelo mos de agregación: el “atado” (binding) de partículas de que en labranza vertical. suelo con raicillas y el “pegado” (bonding) de partículas por exudados de la rizosfera (Tisdall y Oades, 1982). Los mismos autores reportaron diferencias impor- tantes en la resistencia a la penetración entre 20 y 40 cm de profundidad, con valores de 0,9, 2,2 y 3 MPa para las situaciones de pastura, agrícola (6-9 años) y agrícola (más de 20 años), respectivamente. En todos los casos, el horizonte superficial (0-20 cm) presentó resistencias menores respecto del valor crítico de 2 MPa para la pe- netración de raíces. Efecto del sistema de labranza Cuadro 3. Diferencias entre sistemas de labranza y el bosque En agricultura, el sistema de labranza tiene un efecto nativo para el COT y variables físicas relevante sobre el carbono del suelo y sus propiedades Variable Bosque Siembra Labranza físicas. Steinbach y Álvarez (2006), en un análisis que nativo directa vertical involucró 17 ensayos de labranza de larga duración rea- lizados en distintas localidades de la región pampeana y Carbono orgánico (%) 2,61a 1,92b 1,49c de la provincia de Córdoba, reportaron un efecto sig- nificativo de la siembra directa sobre el incremento del Densidad aparente (g/cm-3) 1,02a 1,12b 1,14b carbono del suelo en 0 a 20 cm, comparada con los sistemas labranza convencional y reducida, sin hallar di- Carbono orgánico (t/ha) 26,6 a 21,5b 16,9 c ferencias entre las dos últimas. Estabilidad de agregados (%) 100a 49b 27c En el norte de nuestro país, Sanzano et al., (2008) analizaron el efecto del sistema de labranza sobre el car- Infiltración básica (cm/h) 14,3a 5,4b 3,0c bono edáfico y las propiedades físicas en un suelo Ha- plustol de la Estación Experimental Obispo Colombres Conductividad hidráulica 10,2a 3,1b 2,8b de la provincia de Tucumán. Las determinaciones se rea- saturada (cm/h) lizaron en parcelas con 23 años de monocultivo de soja en dos sistemas de labranza: vertical y siembra directa, Letras distintas en la misma fila indican diferencias significativas (P<0,05). comparadas a su vez con la situación de bosque nativo. Fuente: Adaptado de Sanzano et al., 2008. Los resultados reportados se presentan en el cuadro 3. La conservación del suelo y la producción agropecuaria 31

» Efecto de la intensificación en el manejo En siembra directa, el aumento del grado de cober- Además del tipo de uso y del sistema de labranza, tura no se tradujo en una disminución significativa del el manejo de cultivos tiene un impacto importante so- escurrimiento, mientras que las pérdidas de suelo fueron bre el carbono del suelo y sobre otras propiedades que mayores a medida que el grado de cobertura se redujo, determinan su productividad. Un ejemplo es el trabajo siendo máximas en el tratamiento de labranza vertical. de Álvarez et al. (2014), quienes hallaron un incremento significativo en el COT y en el nitrógeno total de 0-30 Cuadro 4. Pérdidas de suelo totales y coeficientes de escurri- cm por efecto del sistema de labranza, la secuencia de miento después de una lluvia de 60 mm/hora cultivo y la interacción entre ambas variables. El estu- dio fue realizado sobre suelos Haplustoles énticos en Tratamiento Pérdida de Coeficiente de parcelas de 15 años de la EEA Manfredi del INTA. El suelo (g/ escorrentía gráfico 6 presenta los valores de COT de 0-30 cm de las parcelas en siembra directa y labranza reducida en cua- m2/h) tro rotaciones: soja continua; soja continua-cultivo de cobertura, maíz-soja y maíz-soja +cultivo de cobertura. Monte nativo 35,4 a 0,31 a En consonancia con lo anterior, Villarino et al. (2017) Siembra directa (80% cobertura) 83,4 ab 0,44 b observaron que las pérdidas de carbono edáfico en Mo- lisoles de región chaqueña se relacionaron inversamente Siembra directa (40% cobertura) 114,3 b 0,48 b con la proporción de maíz en la rotación agrícola y con el total de biomasa producida. A su vez, se relacionaron Siembra directa (0% cobertura) 217,8 c 0,52 b directamente con la proporción de soja en la rotación. Labranza vertical 366,8 d 0,69 c En la región pampeana, diversos autores han obser- vado que la inclusión de cultivos de cobertura y gramí- Letras distintas en la misma fila indican diferencias significativas (P<0,05) neas en la rotación, junto con la fertilización, tiene un Fuente: Adaptado de Sanzano et al., 2008. efecto positivo sobre el aporte de carbono, la agrega- ción del suelo y la infiltración, incrementando la pro- ductividad y el uso sostenible (Cazorla et al., 2017; Dea- gustini et al., 2017). En ensayos de larga duración realizados en el su- deste de Buenos Aires, Eiza et al. (2004) concluyeron que, en rotaciones cortas de agricultura y pasturas, la siembra directa y la fertilización nitrogenada mejoran el carbono orgánico total (COT) y el particulado (COP). El incremento en la intensidad de cultivo (tiempo de ocupación durante el año) ha sido sugerido como una estrategia para aumentar el ingreso de biomasa al siste- ma, dando lugar a un aumento en la agregación y en el COT del suelo (Campbell et al., 2000), manteniendo e incluso incrementando los rendimientos. En Molisoles de Paraná, Entre Ríos, Novelli et al. (2017) hallaron aumentos en la agregación, en el COT y en los rendimientos de los cultivos en secuencias con la máxima producción de biomasa y ocupación. Di- chos autores encontraron diferencias significativas en los rendimientos según rotación, hallando los mejores rindes en rotaciones trigo/soja- maíz, seguidos de la se- cuencia soja/-maíz y, finalmente, soja continua. El gráfico 7 presenta la biomasa aérea y subterránea de las secuencias de cultivos referida por dichos autores para el período 2008-2010. Si bien las biomasas de las 32



» rotaciones trigo/soja-maíz y trigo/soja-trigo/soja no difirieron, los rendimientos obtenidos en esta última fueron inferiores. En relación con la región chaqueña, un artículo de Sauer (2017), del INTA las Breñas (Chaco), indica que la intensificación y la rotación aportan mayor materia orgánica, aunque advierte sobre el efecto negativo de la densificación superficial, que reduce la infiltración debi- do a un reordenamiento del limo en pequeñas láminas. Fósforo disponible Los niveles de fósforo disponible relevados en lotes de campos CREA en situación de bosque nativo son elevados en las regiones NOA, Chaco Santiagueño y norte de Córdoba, con valores de entre 60 y 190 ppm. Esta situación contrasta con los valores de bosque na- tivo observados en establecimientos del norte de Entre Ríos y sur de Corrientes, que parten de niveles deficien- tes de entre 3 y 5 ppm de fósforo disponible (Kurtz y Bray), debido a que dichos suelos se han formado a partir de materiales originales diferentes. Esta situación de suficiencia en las regiones NOA y chaqueña puede verse limitada a futuro si no se produce una reposición de nutrientes que compense la extrac- ción realizada por el uso agrícola posterior al desmonte. El gráfico 8 presenta valores de fósforo y materia orgánica en el horizonte A en lotes de producción rele- vados en el norte de Córdoba respecto a la situación de monte nativo. El cambio de uso permite observar una disminución de ambos factores con el uso agrícola, con cierta dispersión dependiendo de los años de agricultu- ra, del sistema de labranza, de la proporción de gramí- neas en la rotación y del uso de fertilizantes fosforados. Evolución de rendimientos en el NOA según antecesores El efecto del antecesor sobre el rendimiento del cultivo de soja permite identificar la importancia de las rotaciones como práctica de manejo. El gráfico 9 pre- senta los rendimientos promedio de soja con anteceso- res maíz, trigo y soja, durante siete campañas completas (2003-2004 a 2009-2010) en lotes de producción releva- dos por la región CREA NOA. El gráfico evidencia una tendencia creciente en los rendimientos, más allá del cultivo antecesor, por efecto del manejo y la adopción continua de mejores materia- les genéticos. En el período analizado, sobre un total de 6900 ca- sos, los lotes con antecesor maíz (n=1196) rindieron, en promedio, 3239 kg/ha; los lotes con antecesor trigo 34

(n=3974) rindieron 2899 kg/ha, y los lotes con ante- bono orgánico, la densidad aparente, la estabilidad de cesor soja sin cultivo de cobertura (n=1170) rindieron agregados y la capacidad de infiltración permite evaluar 2758 kg/ha. Estas diferencias fueron estadísticamente el grado de deterioro del suelo y determinar las prácti- significativas, rindiendo, en promedio, un 14% más las cas necesarias para su recuperación. sojas con antecesor maíz y un 5% más con antecesor trigo, respecto de la secuencia soja sobre soja. La creciente adopción de cultivos de cobertura y la mayor inclusión del maíz y el sorgo en las rotaciones En las campañas analizadas (2003/04 a 2009/10), del norte del país es un dato alentador en el camino de no se registraba aún un problema grave de malezas re- optimizar el manejo agrícola a fin de mejorar las condi- sistentes a herbicidas, con lo cual el efecto antecesor ciones del suelo. observado debería atribuirse a una mayor cobertura del suelo –que mejoró la infiltración y disminuyó la evapo- A su vez, la incorporación de pasturas megatérmicas ración directa– y al aporte de carbono por parte de las en rotaciones agrícola-ganaderas puede ser una estrate- raíces de las gramíneas en la rotación. gia interesante para la recuperación física de los suelos, en vistas de las experiencias realizadas en países vecinos Posteriormente, el aumento de la resistencia de las y en lotes ganaderos del norte argentino. malezas a los herbicidas utilizados en soja determinó la necesidad de alternar cultivos con la finalidad de rotar Riego complementario y calidad de principios activos de un año a otro y mejorar el control. los suelos La inclusión de cultivos de cobertura, específica- Ing. Agr. Federico Fritz mente trigo, en el NOA y en Chaco Santiagueño, es una práctica de creciente adopción, como así también Unidad de Investigación y Desarrollo del el aumento del área con maíz y sorgo en las últimas Movimiento CREA. Cátedra de Edafología, campañas. Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. En el gráfico 10 se presenta la superficie sembra- da con trigo en las provincias de Chaco, Salta, Jujuy, Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile Santiago del Estero, Tucumán y Formosa en el período Unidad de Investigación y Desarrollo del 2002-2014. A pesar de la disminución evidenciada en Movimiento CREA. Cátedra de Manejo de ese período a nivel nacional como consecuencia de las Cuencas Hidrográficas, Facultad de Agronomía restricciones a la exportación, se advierte un incremen- y Ciencias Forestales, Universidad de la Plata to del área cultivada. Comentarios finales Según la FAO, el 40% de los alimentos que se pro- Los procesos de agregación del suelo y ganancia de ducen a nivel mundial se origina en producciones bajo riego, que en términos de superficie representan el 17% carbono están asociados a prácticas que impactan tan- del área cultivada. Además, se estima que el 80% del in- to en el norte del país como en la región pampeana. cremento de la producción agrícola provendría de la in- Los resultados obtenidos por varios autores y el releva- tensificación, es decir del aumento de la productividad y miento de lotes de producción permiten concluir que de realizar más de una cosecha por año. el sistema de labranza, la inclusión de gramíneas en la rotación, la fertilización y el uso de cultivos de cober- En la Argentina, el 68% de la superficie bajo riego tura son estrategias que influyen en la recuperación y el se localiza en las regiones áridas y semiáridas, las cua- mantenimiento de la productividad del suelo. les ocupan un 75% del territorio nacional. A su vez, la región húmeda argentina comprende unos 68 millones En términos generales, los sistemas de labranza afec- de hectáreas, que representan un 25% del territorio; allí tan principalmente a la tasa de descomposición de la se ubica el 32% del área nacional bajo riego en forma materia orgánica y su pérdida por erosión, mientras que complementaria. la secuencia de cultivos y la intensificación afectan a la cantidad de carbono aportado y la agregación del suelo. El Ministerio de Agroindustria de la Nación (Mina- gro) sostiene que la superficie irrigada actual es de 2,1 La cobertura es fundamental para minimizar pérdi- millones de hectáreas, lo que representa un 5% de la das de materia orgánica por erosión y de agua de lluvia superficie cultivada. De ese total, el 31% (0,65 millones por escurrimiento, como así también las producidas por de hectáreas) corresponde a sistemas bajo riego comple- evaporación directa en los primeros estadios de los cul- mentario. El Gobierno Nacional, a través de la Coordi- tivos de verano. El monitoreo de variables como el car- nación Nacional de Riego, lanzó el Plan Nacional de Rie- La conservación del suelo y la producción agropecuaria 35

» te consumo de agua, podría provocar en un futuro la go, que tiene como meta ampliar ese total a 4,2 millones profundización de los niveles freáticos, una disminución de hectáreas irrigadas en 2030 (gráfico 11). de la reserva de agua subterránea y un deterioro de su En el informe “Estudio del potencial de ampliación calidad por variaciones en la concentración de sales o del riego en Argentina” (FAO-Minagro, 2015) se estima presencia de contaminantes, como así también impactar que la superficie a ampliar bajo riego complementario negativamente en la calidad de los suelos. sería de 4,73 millones de hectáreas. También se señala que dicho aumento del área regada, con el consecuen- El rasgo principal del riego complementario es la aplicación de láminas inferiores a 300 mm cuando la humedad del suelo se aleja del rango óptimo, dinámica que depende de la recarga por las lluvias y la descarga asociada a la demanda evapotranspirativa de los cultivos (Genova, 1998). En la última década, los agricultores de la región pampeana húmeda comenzaron a utilizar riego comple- mentario con diversos objetivos: (a) evitar el estrés de los cultivos durante el periodo crítico para la definición del rendimiento; (b) aumentar la productividad y (c) dis- minuir la variabilidad interanual de los rindes. El riego complementario se aplica principalmente en cultivos de verano, cuando el periodo crítico para la de- finición de rendimiento es afectado por el déficit hídrico, y en sistemas de producción de semillas, donde, por lo general, se presentan las mayores condiciones de inten- sificación debido a la elevada rentabilidad de este tipo de producciones. El incremento del área de riego complementario producido en la región pampeana en las últimas dos dé- cadas determinó que muchos investigadores pusieran su atención en el impacto que tiene sobre el ambiente, en particular sobre las propiedades edáficas. Cuando el agua utilizada es de mala calidad, por ejemplo, cuando presenta un elevado valor de relación de absorción de sodio o contenido de sales, pueden des- encadenarse procesos de salinización o sodificación que alteran la condición físico-química del suelo (figura 6). En este artículo se analiza el impacto del uso del rie- go complementario en regiones húmedas y su sosteni- bilidad desde el punto de vista ambiental. Además, se ofrece un marco de prevención y recomendaciones para su uso. Calidad del agua de riego El conocimiento de la ubicación y capacidad de ex- plotación de los recursos hídricos subterráneos es bá- sico en cualquier propuesta o política de utilización de los mismos, pero su uso final depende de la evaluación de la calidad del agua. Las características geoquímicas de las aguas subterráneas son variables dependiendo de la hidrogeología regional y el acuífero considerado. En la región pampeana, los acuíferos más aprovechados 36

para el riego son el Pampeano y el Puelche (Génova, porales y espaciales, las cuales deben ser consideradas 2011; Auge et al. 2002). El primero se extiende en las en el marco de un programa de monitoreo integral de provincias hidrogeológicas Llanura chaco-pampeana ári- suelos y aguas. Se recomienda realizar un monitoreo pe- da y Llanura chaco-pampeana húmeda, que ocupan en riódico de la calidad del agua proveniente de las perfora- conjunto el 37% de la superficie continental argentina. ciones utilizadas, tal como se efectúa en la provincia de El acuífero Puelche, de gran extensión en la pampa on- Córdoba (Rampoldi et al. 2010). dulada y plana, se distribuye en la porción húmeda de la Llanura chaco-pampeana (cuadro 5). Los criterios para calificar la calidad del agua de riego deben considerar al mismo tiempo el impacto sobre el La mayor parte del agua de riego utilizada en la rendimiento de los cultivos y su efecto sobre las propie- pampa ondulada proviene principalmente del acuífero dades físicas y químicas del suelo, que puede provocar en Puelche, cuyas aguas son bicarbonatadas sódicas y, por forma directa procesos de salinización y/o sodificación. lo tanto, pueden conducir procesos de salinización y/o sodificación de suelos (Lavado, 2009). Riesgo de sodificación Este es el principal proceso que se evidencia en sue- Debido a la existencia de lotes regados por varios años, esta problemática ha adquirido especial relevan- los bajo riego complementario. Se produce cuando las cia para los productores agropecuarios que utilizan rie- sales predominantes en el agua son de sodio. Cuanto go complementario. Por ejemplo, en lotes cercanos a la mayor es el contenido de sodio en relación con el de localidad de La Dulce, partido de Necochea, se evaluó calcio y magnesio, mayor es el potencial de generar un la restauración natural de lotes regados durante 5 años problema. consecutivos (1997-2001) con agua de valor RAS de 15. En 2017, luego de 16 años sin riego, el contenido de so- La herramienta para clasificar la calidad del agua es dio intercambiable y sales solubles disminuyó en la ma- la relación de adsorción de sodio (RAS). Esta expresa la yoría de los lotes afectados, sobre todo en los primeros actividad relativa del ion sodio contenido en las aguas o estratos. Sin embargo, en profundidades de 30-40 cm en los extractos del suelo y hace referencia a la velocidad (horizonte Bt) se encontraron valores de 6,8% de PSI, de adsorción de sodio en relación con los iones calcio similares a los registrados en 2001, posiblemente rela- y magnesio. Aguas de riego con alta RAS generan un cionado al contenido de arcilla de dicho estrato (Fritz et incremento en el Porcentaje de Sodio Intercambiable al, 2017). (PSI) de la matriz del suelo, lo cual es difícil de revertir, como se verá más adelante. El impacto del riego sobre las propiedades físicas y químicas del suelo y la influencia del acuífero freático El aumento del PSI acarrea serios inconvenientes dependen también del sitio, debido a que los paráme- en términos de la fertilidad física del suelo, siendo uno tros involucrados en el análisis poseen un componente de variabilidad espacial intrínseca. Si se conoce el estado Cuadro 5. Clasificación de aguas para riego por su riesgo de inicial de los suelos potencialmente regables, es posible sodificación. identificar zonas en las que el agua de los acuíferos pre- senta riesgos de salinización y sodificación si no se ma- Calidad de agua para riego neja el riego en forma adecuada. Zona Otras características Criterios de evaluación de la calidad de agua para riego Aceptable Dudosa Riesgosa La aptitud de uso del agua para riego es evaluada a través del análisis químico de muestras extraídas de las 6-7% de materia orgáni- perforaciones utilizadas en los establecimientos. Los re- sultados deben ser interpretados a partir de los sistemas 1 Menos de 15-20 Más de ca; 25 a 26% de arcilla. de clasificación que mejor se adapten a las condiciones 15 20 Riego promedio:70-160 agroecológicas del sistema de producción. mm/año Un análisis completo debe incluir las siguientes va- riables: pH, conductividad eléctrica, cationes y aniones. 2,5-3% de materia A partir de allí, se pueden calcular variables diagnósticas como la relación de adsorción de sodio. 2 Menos de 10-15 Más de orgánica; 22 a 24% de 10 15 arcilla. Riego promedio: La calidad del agua puede presentar variaciones tem- 150-200 mm/año 2% de materia orgánica; 3 Menos de 7 7-12 Más de 26% arcilla, 70% limo. 12 Riego promedio 150- 300 mm/año 1,5-2% de materia 4 Menos de 5 5-10 Más de orgánica; textura franco 10 limosa. Riego promedio: 200-350 mm/año Zona 1: sudeste de Buenos Aires; 2: norte de Buenos Aires, sudeste de Santa Fe y sudoeste de Entre Ríos; 3: nordeste de Santa Fe y 4: centro-sur de Córdoba. La conservación del suelo y la producción agropecuaria 37

» en la zona radical afecta negativamente el crecimiento de los más importantes la dispersión de las partículas al del cultivo. humedecerse. En estas condiciones, se generan poros de diámetro muy pequeño, que dificultan o impiden el Para clasificar el agua de riego de acuerdo a su po- movimiento del agua, particularmente en sentido verti- tencial para salinizar el suelo se toman valores críticos cal, disminuyendo así la infiltración, la permeabilidad, el de CE. Si el agua posee una CE menor de 0,75 dS/m se drenaje y la aireación (Mon et al., 2007; García, A. 2012; considera que el riego no lo salinizará, mientras que si Costa et al. 2015). la CE se encuentra en el rango de 0,75 a 3 dS/m puede En la práctica, muchos laboratorios, ofrecen sus re- causar problemas de salinización, por lo que hay que to- sultados en función de la clasificación Riverside/USDA mar medidas de manejo. Valores por encima de 3 dS/m (1954), aunque este criterio se ajusta más a regiones ári- pueden ocasionar problemas severos. das y semiáridas. Existen otros sistemas de evaluación de aguas para riego, como los desarrollados por FAO El proceso de salinización es sencillo: el agua de rie- (1985) o adaptaciones realizadas por el INTA-IPG go aporta sales que, en alguna medida, permanecen en (1998), que pueden ser más acertadas como referencia el perfil. Su mayor o menor concentración depende de para la región pampeana (cuadro 5). muchos factores, entre ellos, de la concentración salina Se debe ser muy estricto a la hora de evaluar el agua del agua, de la fracción de lavado, de la eficiencia del de riego por utilizar. Regar con aguas de alta RAS en sistema de drenaje, etcétera. suelos de texturas finas puede dar lugar a un efecto muy difícil de revertir o directamente irreversible, que incre- El exceso de sales reduce la disponibilidad de agua menta el riesgo de compactación superficial, afectando debido al aumento de la presión osmótica. En otras pa- la infiltración y la emergencia de los cultivos. labras, el suelo tiene agua, pero ésta no está disponible para la planta. Este efecto se agrava a medida que el Riesgo de salinización agua se evapora (o que el cultivo la absorbe), debido a El agua de riego contiene siempre sales solubles, in- un efecto de concentración. Por otro lado, la naturaleza de las sales presentes puede ejercer una influencia im- cluso la de mejor calidad, por lo que cada aplicación portante en el desarrollo del vegetal (toxicidad) y pro- incorpora sales a la solución del suelo. Al ser solubles, voca una deficiencia en la disponibilidad de nutrientes. estas sales son fácilmente transportables por el agua en profundidad, dependiendo de la textura del suelo. A La salinidad es controlable si la calidad del agua de diferencia del proceso de sodificación, la salinización riego es satisfactoria y si el flujo a través del suelo es ra- afecta al agua, no a la matriz del suelo. zonable. El balance de sales se ve afectado por la canti- dad y calidad del agua de riego, por lo cual la efectividad Para evaluar la salinidad del agua de riego se analiza del lavado y del drenaje es de gran importancia. principalmente su conductividad eléctrica (CE), varia- ble que también se utiliza para medir la salinización del En suelos con texturas gruesas (arenosas) la salini- suelo. A medida que se incrementa la concentración de zación puede revertirse fácilmente a través del lavado sales en el agua, aumenta su capacidad para transmitir en profundidad. No ocurre lo mismo en suelos con electricidad. Es por esta razón, que valores elevados de texturas finas y horizontes arcillosos que dificultan la CE se relacionan con alta concentración de sales. La sa- lixiviación. linidad se torna un problema cuando el total acumulado En regiones subhúmedas donde se realiza riego Cuadro 6. Clasificación de suelos en función de la conductivi- complementario, la salinidad es por lo general de poca dad eléctrica y el porcentaje de sodio intercambiable importancia, debido a que las precipitaciones son sufi- cientes para lavar las sales acumuladas. Pero en regiones Suelos Salinos Sódicos Salino-sódicos áridas y semiáridas, es un peligro que debe tenerse muy en cuenta. Diagnóstico CExt* > 4 Cext < 4dS/m CExt > 4 dS/m y monitoreo dS/m PSI > 7% PSI > 7% Es importante destacar que si se saliniza el suelo pH > 8,5 pH > 8,5 (aumento de la CE) no pierde estructura (fertilidad físi- PSI* < 7% Evaluar condi- Evaluar condiciones ca), por lo que no generará problemas de drenaje. pH 7-8,5 ciones físicas físicas del suelo Diagnóstico, prevención y corrección de procesos del suelo de deterioro Referencias: *Cext: conductividad eléctrica del extracto de saturación. Cuando se piensa incorporar riego complementa- **PSI: Porcentaje de sodio intercambiable. rio, es necesario analizar el sistema en forma integral, Fuente: Elaboración propia. teniendo en cuenta la calidad del agua por utilizar, las 38

propiedades halomórficas del suelo, las precipitaciones, Una práctica preventiva consiste en el uso de drena- la lámina de riego, la profundidad de la napa, el manejo jes artificiales (drenes subterráneos o canales abiertos) de los cultivos, las rotaciones, etc. Esto debe realizarse que regulan el agua adicional y las sales solubles. Es im- en forma previa a la planificación de un sistema de riego prescindible evaluar su profundidad, especialmente en y también luego de su implementación mediante moni- áreas que experimentan ascenso del nivel freático. toreos periódicos. Los riesgos de sodificación o salinización significan la posibilidad de convertir un suelo productivo no sali- no y no sódico en un suelo con síntomas de “halomor- fismo”, que afectan la productividad. Suelos halomórficos Los suelos halomórficos se caracterizan por presen- tar exceso de sales solubles y/o sodio intercambiable. La Argentina es uno de los países con mayor superficie con este tipo de suelos. Para aclarar la discusión, se los divide en tres clases: suelos salinos, sódicos-no salinos y salino-sódicos. En la figura 7 se muestra cómo se cla- sifican a partir del diagnóstico con base en el muestreo de suelo. Otra cuestión a tener en cuenta es la topografía del paisaje, siendo las zonas deprimidas o áreas con suave pendiente las que presentan mayores riesgos de saliniza- ción y sodificación. En estas condiciones, el riesgo será función de la calidad y la proximidad de la napa freática. A continuación, se expone de manera simple crite- rios para abordar acciones de prevención y corrección frente al riesgo de degradación del suelo producto del uso del riego complementario. Prevención, recuperación y corrección de suelos salinos y/o sódicos Como se explicó en puntos anteriores, la prevención del riesgo de salinización y sodificación se basa en el análisis de los parámetros físico-químicos del agua de riego y del suelo. Es muy importante realizar un moni- toreo de los parámetros edáficos (PSI; CE, pH) luego de cada ciclo de riego. De todos modos, la acumulación de sales en el suelo no es un problema grave en sistemas de riego suple- mentario, debido a que se puede revertir con facilidad porque el agua de lluvia lava rápidamente este exceso salino, sobre todo en suelos bien drenados. Sin embar- go, en suelos regados con aguas que aportan sodio, el lavado con agua de lluvia favorece la acción dispersante de este elemento, por llevarse del perfil las sales que, en mayor o menor medida, favorecen la agregación. Es por esta razón, que la dispersión en estos casos se produ- ce particularmente cuando llueve y no cuando se riega (Suárez et al., 2006). La conservación del suelo y la producción agropecuaria 39

» Conclusiones Por el contrario, el proceso de sodificación no se Sobre la base de la información existente acerca de los revierte fácilmente. Hace falta algo más que agua de efectos indeseables en suelos regados con aguas de mala lluvia para lograrlo. La acción dispersante del sodio se calidad, se observa que en zonas húmedas la problemática produce cuando este elemento pasa a formar parte del más grave es el riesgo de sodificación. La magnitud del complejo de cambio, y la única forma de desplazarlo aumento en el porcentaje del sodio intercambiable y su di- es mediante el reemplazo del sodio de intercambio por námica temporal es un fenómeno complejo que depende otro catión, por ejemplo, calcio. de factores como las características del suelo, la cantidad y distribución de las precipitaciones, la calidad del agua Este catión puede ser aportado en forma direc- de riego, las láminas de agua y la frecuencia de aplicación, ta mediante la aplicación de sales solubles de calcio los cultivos y rotaciones y el sistema de labranza, entre como yeso (sulfato de calcio) o cloruro de calcio; o los más importantes. Los incrementos en el porcentaje de bien en forma indirecta. Por ejemplo, en suelos ricos sodio intercambiable se evidencian luego de la temporada en carbonato de calcio, se puede aumentar la solubi- de riego, mientras que entre riegos (cultivos en secano) los lidad y, por lo tanto, el suministro de calcio, median- niveles tienden a descender. te la aplicación de ácidos o sales que formen ácidos como azufre, ácido sulfúrico, sulfato ferroso, sulfato Por su parte, la salinidad de los suelos es más fácil de de aluminio o polisulfuro de calcio (carbonato de cal- revertir en zonas húmedas si se trabaja sobre el drenaje, cio + azufre). el lavado de sales, y la dinámica de la napa. En todos los casos se logra eliminar el sodio como Es muy importante continuar analizando la relación sulfato de sodio (SO4Na), una sal muy soluble que es entre las láminas de riego aplicadas, el potencial ascenso arrastrada a capas más profundas (USDA, 1954). Esto de napas, la calidad del agua y el tipo de suelos, eva- mejora la penetración del agua en el suelo, lo que pre- luando su resiliencia a fin de no generar procesos de dispone al mayor intercambio catiónico del sodio por degradación irreversibles. el calcio incorporado. Resultados de trabajos de Costa (2016) indican que el rendimiento de girasol puede ver- Para garantizar un manejo sustentable de suelos bajo se reducido frente a la no labranza de suelos afectados riego complementario deberá establecerse un diagnós- por sodio. Asimismo, se concluye que la incorporación tico y un esquema de manejo en que la evaluación y el de yeso reduce el sodio de intercambio y mejora la in- monitoreo de las propiedades edáficas sensibles y del filtración de los primeros centímetros del suelo. En la rendimiento de los cultivos sean la base agronómica figura 8 se presenta un modelo de decisión para abor- para minimizar posibles impactos negativos. dar una tecnología de recuperación química. 40

2 Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos en la producción agropecuaria Los cambios de uso del suelo y la intensificación en agricultura y ganadería incrementan los riesgos de ocurrencia de excesos hídricos en distintas regiones, como así también la posibilidad de transportar nutrientes y agroquímicos a distintos cuerpos de agua por escurrimiento y lixiviación. Para una mejor comprensión, en el presente capítulo se analizan el impacto de las actividades agropecuarias sobre la dinámica hídrica y los consecuentes riesgos de contaminación de fuentes de agua. A continuación, se describen las prácticas de manejo más recomendables para su prevención. Cambios de uso y excesos hídricos En este artículo nos concentraremos en las varia- bles sobre las que el hombre puede intervenir para re- Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile ducir el riesgo de excesos hídricos. Es evidente que no Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento podemos determinar el clima ni la topografía, pero sí podemos manejar la cobertura vegetal e implementar CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas Hidrográficas, prácticas de manejo y estructuras hidráulicas sencillas Facultad de Agronomía y Ciencias Forestales, (canales, reservorios o cubetas de detención y terrazas) Universidad Nacional de La Platas que permitan maximizar el almacenaje del agua de lluvia y disminuir el escurrimiento, o bien evacuarlo en forma Un exceso hídrico o una situación de inundación o ordenada y no perjudicial. anegamiento puede ser resultado de la ocurrencia de un Contrastes regionales evento extraordinario en el que la intensidad de las pre- cipitaciones supera a la capacidad de infiltración y alma- Los excesos hídricos deben ser analizados en rela- cenaje superficial del suelo, dando lugar a escurrimientos ción con su entorno geográfico, según se trate de cuen- significativos. Sin embargo, con frecuencia las inunda- cas abiertas (con salida del agua) o cerradas (endorrei- ciones son consecuencia de un período húmedo prolon- cas o sin salida). gado, tras el cual la capacidad de almacenaje de la cuenca se ve sobrepasada por el nivel de lluvias, que satura los Las cuencas abiertas pueden abarcar una topogra- suelos y da lugar a un ascenso de la napa superficial. fía plana con drenaje lento (cuenca del Salado en la provincia de Buenos Aires) o una topografía ondulada En los procesos de inundación, además de la intensi- con drenaje rápido (pampa ondulada y serrana) ante un dad y la frecuencia de las lluvias, las variables que inter- evento de precipitación. En ambas, la prevención o el vienen y debemos considerar son la tasa de infiltración, control de excesos exigen estrategias distintas. En áreas la capacidad de almacenaje y la tasa de escurrimiento. planas, el exceso se producirá por acumulación super- Los factores que afectan estas variables son la textura del ficial del agua de lluvia, en tanto que en áreas con pen- suelo y su profundidad, la rugosidad o cobertura vegetal diente aquellos se producirán por el desborde de cursos y la pendiente o topografía en general. de agua en los sectores inferiores de la cuenca. La tasa de infiltración, el almacenaje superficial y la En áreas planas, la estrategia para abreviar el período velocidad de escurrimiento son influidas por la cobertura de anegamiento será acelerar la salida ordenada del agua vegetal y esto está en relación con el uso del suelo de una hacia cursos de agua, y desde allí hacia la salida principal cuenca (agrícola, ganadero, forestal o urbano). Al hablar de la cuenca. Por el contrario, en áreas onduladas se de “cuenca” nos referimos a un área de captación aguas buscará minimizar el escurrimiento y retrasar la salida arriba con respecto a un punto de concentración deter- del agua para almacenar la mayor cantidad de lluvia en minado. Este puede ser un lote (microcuenca), una explo- tación, un grupo de campos vecinos o toda una región. Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos en la producción agropecuaria 41

» modifica la infiltración, el escurrimiento y el consumo el suelo y evitar el anegamiento de sectores bajos de la de agua. Por ejemplo, al pasar de un ambiente rural a cuenca. otro urbano la infiltración promedio disminuye, a la vez En el caso de las cuencas cerradas, la cuestión es que aumenta significativamente el escurrimiento, ade- más compleja. En nuestro país, un ejemplo de cuen- lantando el momento en que se produce el “pico” del ca cerrada lo constituye el oeste bonaerense, donde caudal. La figura 1 presenta el incremento del porcen- las inundaciones se producen por ascensos de la napa taje de impermeabilización del área por urbanización y, freática. Esto sucede cuando, tras un período de pre- por lo tanto, el aumento en la fracción de escurrimiento. cipitaciones prolongado, las lluvias superan el nivel de consumo de agua y la capacidad de almacenaje de los En hidrología, el efecto del cambio de uso de la suelos. Esta región no presenta cursos de agua; sólo hay tierra se cuantifica mediante hidrogramas, los cuales lagunas que alternan en un paisaje de lomas medanosas. se calculan a partir de modelos matemáticos, algunos Para minimizar los riesgos de anegamiento por as- más simples y empíricos, y otros más complejos. Un censo del nivel freático podemos citar dos estrategias de hidrograma es, básicamente, una curva que describe el control: el consumo de agua por parte de cultivos y la volumen y el ritmo de escurrimiento de un evento de implementación de estructuras de drenaje subterráneo. precipitación en una situación particular de uso. En tér- Esta última estrategia es factible en sectores que cuen- minos sencillos, permite estimar variaciones en el com- tan con lagunas semipermanentes capaces de recibir los portamiento de una cuenca para un mismo evento de excesos provenientes de sectores de loma y media loma, precipitación, causadas por cambios de uso, por la in- o bien en cuencas abiertas muy planas, que sufren as- corporación de prácticas de manejo o por la existencia censos freáticos periódicos, los cuales pueden ser eva- de estructuras hidráulicas. cuados mediante una red de drenaje. Sin embargo, como se señaló anteriormente, ade- Esta metodología está muy extendida, y se utiliza in- más de la topografía hay otros factores que, en su in- cluso a nivel municipal en muchos países para evaluar el teracción, explican las situaciones de excesos hídricos. efecto hidrológico de los cambios de uso en forma pre- Estos son: el clima y sus variaciones, los cambios en el via a la aprobación de desarrollos urbanísticos en áreas uso de la tierra y obras de infraestructura. periurbanas, ocupadas previamente por vegetación na- Con relación al clima, se puede afirmar que en nues- tural o cultivos. Sin embargo, también se usa para eva- tro país, el período 1960-2000 se caracterizó por un luar el impacto de cambios en la cobertura vegetal en incremento significativo de la precipitación anual, en cuencas rurales. tanto que en el período 2000-2017, ésta se redujo sig- nificativamente en muchas zonas. No obstante, a pesar El gráfico 1 muestra dos hidrogramas que repre- de esta disminución “cíclica” de las lluvias, en los últi- sentan el “antes” y el “después” de un cambio de uso mos años seguimos experimentando eventos de inun- (producido, por ejemplo, por una urbanización) en una dación, que estarían vinculados a una mayor frecuencia cuenca determinada, aguas arriba de un punto de aforo de eventos extremos y a cambios de uso de la tierra. en un arroyo. Según estas curvas, ante un mismo even- to de precipitación, el cambio de uso generaría un in- Impacto del cambio de uso del suelo cremento del volumen de escurrimiento del 40%, que duplicaría el caudal pico, adelantándolo en el tiempo. El cambio de uso del suelo es un factor determinan- Esto implicaría la necesidad de redimensionar la red de te para explicar la frecuencia de excesos hídricos porque drenaje para evitar desbordes del arroyo o la implemen- tación de estructuras que amortigüen la crecida en la situación posterior al cambio de uso. 42

Para evitar efectos no deseados producidos por el men de precipitaciones, su topografía, y según se trate cambio de uso, tanto en áreas urbanas como rurales, se de cuencas con o sin salida, tal como se mencionó an- apela a prácticas de ordenamiento hidrológico, cuyo ob- teriormente. jetivo es mantener los hidrogramas de escurrimiento an- teriores y posteriores al cambio lo más parecidos posible. Mediante el uso de modelos hidrológicos es posible cuantificar el efecto del cambio de uso del suelo en una Siguiendo con el ejemplo anterior, el gráfico 2 presen- cuenca rural sobre el escurrimiento superficial y la napa ta el efecto de la inclusión de un reservorio que permitiría freática. A modo de ejemplo, se presentan dos trabajos amortiguar el incremento del escurrimiento provocado realizados en el sudeste y oeste de la provincia de Bue- por la urbanización de un área de la cuenca, logrando una nos Aires. situación similar al uso previo con pasturas. Sudeste de Buenos Aires Cambio de uso en cuencas rurales En un trabajo realizado por INTA en la cuenca del En áreas rurales, los cambios en la vegetación o en río Quequén Grande (Feler et al., 2014), se ajustó y va- las prácticas de manejo también provocan alteraciones lidó el modelo Soil Water Assesment Tool (SWAT; Arnold en el escurrimiento general de la cuenca. En la región et al., 1998) para el período 1996-2006, con buenos pampeana, por ejemplo, el reemplazo de pastizales por resultados. Dicha cuenca comprende un área de cerca cultivos impactó en el consumo de agua y en la relación de un millón de hectáreas, con un uso agrícola cercano infiltración-escurrimiento. El efecto de estos cambios al 30% (figura 2). El gráfico 3 presenta el caudal (Q) será más o menos significativo según la zona, su régi- Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos en la producción agropecuaria 43

» mitan mejorar la infiltración en tierras agrícolas a fin de medio anual del río Quequén Grande a la salida de la acercarse a la situación original. Como puede observar- cuenca, correspondiente a los valores observados y esti- se, los cambios de uso impactan sobre el escurrimiento mados con SWAT. En el año 2002 se advierte un caudal total y sobre la red de drenaje de toda la cuenca. muy superior que se explica por la ocurrencia de even- Oeste de Buenos Aires tos extremos durante el invierno (se carece de registros correspondientes a los años 2003 y 2004). En zonas con un patrón de drenaje indefinido o en SWAT permitió comparar el impacto de la expan- cuencas cerradas, como la del oeste bonaerense, el con- sión de la superficie agrícola sobre el escurrimiento to- sumo de agua de la cobertura vegetal es una importante tal anual respecto de una situación inicial del pastizal variable de equilibrio del balance hídrico, que afecta di- como única cobertura. El gráfico 4 muestra la descarga rectamente a la profundidad de la napa freática. promedio anual de una subcuenca de 49.000 hectáreas (subcuenca 1) ubicada al norte de la cuenca del río Que- En estas condiciones de la pampa arenosa, el nivel quén Grande, cuyo uso (“actual”) en el período 1996- freático tiene una importante correlación con la precipi- 2006 era de 45% con agricultura. El modelo estimó un tación anual y con las condiciones locales de saturación caudal promedio de 0,35 m3/s en la situación prístina (Santa Cruz y Silva Busso, 2002). La textura arenosa de- de “pastizal”, que se incrementaba a 0,71 m3/s con el termina un movimiento vertical predominante, con alta uso “actual”. El área ubicada por debajo de ambas cur- tasa de infiltración y bajo nivel de escurrimiento super- vas representa el volumen de escurrimiento anual en los ficial. Esto significa que el exceso de precipitaciones en dos escenarios. El modelo permitió analizar los cambios esta región se refleja en un ascenso de la zona saturada y del escurrimiento total y sus componentes (superficial y del nivel freático. En períodos con importantes precipi- subsuperficial) expresados en términos de lámina (gráfi- taciones, el grado de saturación promedio es una varia- co 5). Este tipo de herramientas permite analizar estra- ble determinante en la acumulación de excesos hídricos. tegias de implementación de buenas prácticas que per- El grado de saturación actual del suelo está relacionado con el consumo de agua de la cobertura vegetal. Para analizar el efecto de cambios de uso sobre la dinámica de la napa freática, también pueden utilizarse modelos hidrológicos, previamente calibrados y valida- dos con registros de la zona de interés. En este sentido, el Área de Ambiente del Movimiento CREA trabajó en la región con el modelo Drainmod (Skaggs et al., 2012), que fue validado en ocho sitios (figura 3) con registros del grupo CREA Henderson-Daireaux para el período 2006-2013 (Vázquez Amábile et al, 2017). El modelo presentó una elevada eficiencia para predecir el nivel freático (Eficiencia Nash =0,73) y fue utilizado para cuantificar y comparar el consumo de agua y los niveles freáticos entre rotaciones agrícolas y pastura continua para el período 1973-2012. El gráfico 6 compara el nivel freático medio anual para el período 1973-2012 bajo los usos de pastura con- tinua y de dos rotaciones agrícolas: 1) maíz-soja y 2) maíz-trigo/soja-soja. El uso con pastura continua, con mayor consumo anual de agua, presentó una profundi- dad media anual de la napa cercana a los dos metros, os- cilando siempre por debajo del metro y medio. Sin em- bargo, en períodos húmedos como los de las décadas del 80 y del 90, ambos escenarios agrícolas (rotaciones 1 y 2) se comportaron en forma similar, presentando niveles freáticos por encima del metro de profundidad. La rotación 2, que incluía doble cultivo en la mitad de los años, presentó un nivel medio de la napa algo infe- 44

rior al de la rotación 1 (maíz-soja), especialmente en el Prácticas de manejo período menos húmedo (2002-2011). Esta diferencia, Tal como se mencionó, las estrategias de prevención poco significativa entre rotaciones agrícolas, coincide con lo reportado por Mercau et al. (2015) para la misma o mitigación del riesgo de anegamiento dependerán del región en el partido de Pehaujó. tipo de cuenca. Como principio general, toda práctica que aumente la infiltración y favorezca el almacenaje, El efecto beneficioso del mayor consumo con pastu- reducirá el escurrimiento. A su vez, a mayor consumo ras es especialmente relevante en años húmedos. En el de agua por parte de la cobertura vegetal, mayor será la gráfico 7 se presentan las láminas promedio anuales de capacidad de almacenaje en el suelo y menor el riesgo precipitación y consumo de agua para los usos “pastu- del ascenso de napas y de pérdidas por escurrimiento. ra” y “rotación agrícola maíz-soja” en un suelo Haplu- Cada situación requerirá una o más prácticas conjuntas dol en posición de media loma (sitio La Guarida). En el para optimizar el almacenaje y reducir riesgos de anega- período 1973-2012, la evapotranspiración media anual miento. Veamos algunos ejemplos. de la rotación maíz-soja fue de 780 milímetros, mientras que con pasturas fue de 904 mm, con una diferencia En cuencas abiertas con pendiente, las prácticas y promedio de 124 mm/año. Dicho gráfico muestra la estructuras que permitan incrementar la infiltración y precipitación y la evapotranspiración en dos campañas retrasar el escurrimiento son fundamentales para que agrícolas extremas: 2008-2009 y 2001-2002. Como se los cambios de uso no redunden en una mayor fre- puede observar, el cultivo pudo utilizar más eficiente- cuencia y severidad de desbordes y anegamientos de mente el agua almacenada en el perfil (proveniente de sectores medios y bajos. El uso de terrazas (foto 1) y la napa cercana) en el año seco, mientras que la pastura cubetas de retención es fundamental en este tipo de fue capaz de utilizar el agua precipitada y almacenada situaciones, aunque aún no está debidamente extendido. en el año húmedo, sin riesgos de anegamiento. En el Desde luego, su implementación será más efectiva dentro año húmedo, la pastura fue capaz de absorber y apro- de un ordenamiento regional a nivel de cuenca. Además, vechar los excesos por su mayor capacidad de almace- naje, mientras que en el cultivo la precipitación superó su capacidad de consumo dando lugar a ascensos en el nivel freático. En forma similar, Nossetto et al. (2015) sugieren diferencias promedio del 15% al comparar el consumo anual de cultivos de verano con pasturas pe- rennes en el oeste bonaerense, reportando incluso dife- rencias superiores a 1075 mm/año en pasturas peren- nes y de 679 mm/año en cultivos de verano. Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos en la producción agropecuaria 45

» Para controlar el nivel freático en sectores de la estas estructuras permiten controlar la erosión hídrica y pampa arenosa con napas cercanas sin drenaje defini- minimizar el transporte de sedimentos a cuerpos de agua do (cuencas cerradas), puede pensarse en minimizar el superficiales. grado de saturación maximizando el consumo de agua, En áreas planas con salida, como la cuenca del Salado, y derivar potencialmente los excesos a áreas más bajas o la estrategia consistirá, en primer lugar, en ordenar el escu- “de sacrificio”, mediante canales o drenes subterráneos. rrimiento para reducir el período de anegamiento. Estos paisajes son difíciles de evacuar y exigen una red de dre- Mediante la utilización de Drainmod se analizó el naje más densa que los relieves ondulados. El trazado de impacto de dos estrategias de control de la napa freáti- los canales puede realizarse conectando lagunas y peque- ca: a) consumo de agua por cultivos y b) estructuras de ñas cubetas naturales que actúen como reservorios para drenaje subterráneo para el período 1973-2013. El grá- amortiguar el “pico” de salida, evitando así el desborde fico 8 permite observar la altura mensual promedio de de los canales colectores y del curso principal (figura 4). la napa freática en tres escenarios de manejo: “pastura La evacuación de excedentes debe ser planificada continua”, “rotación maíz-soja” y “rotación maíz-soja a nivel de cuenca y entroncada con la salida principal. con drenes subterráneos”, ubicados a 150 centímetros Suele haber sectores en los que, si bien es factible reali- de profundidad y a una distancia de 100 metros entre sí. zar obras de drenaje, es difícil obtener un retorno eco- nómico, debido a las limitantes productivas provocadas La incorporación de drenes subterráneos permitiría por la presencia de suelos alcalinos. mantener la napa por debajo del metro y medio, con uso de agricultura continua. Gracias a esta tecnología, sería posible continuar con la rotación agrícola mante- niendo la napa freática a una profundidad óptima, sin 46



» Ing. Agr. Pablo Cañada riesgos de anegamiento. Su implementación implica Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento contar con una red de drenaje que permita evacuar los CREA. Cátedra de Nutrición y Alimentación Animal, excedentes hídricos del sistema, o bien contar con áreas Facultad de Agronomía de la Universidad de bajas, lagunas o reservorios, que puedan recibir dichos Buenos Aires. excedentes en forma controlada. En la Argentina, especialmente en los últimos 20 Comentarios finales años, la intensificación agrícola estuvo ligada al uso cre- ciente de fertilizantes y agroquímicos (Negri et al. 2012). Para prevenir el impacto de eventos extremos o de Este aumento se explica por dos motivos: la expansión períodos húmedos de larga duración es importante co- agrícola y un incremento significativo de la adopción de nocer las variables que intervienen en la dinámica del la siembra directa. agua y sus particularidades en cada región. En el período 1997-2011, el área cultivada creció Los cambios de uso tienen un efecto significativo 28%, pasando de 27 millones de hectáreas a aproxi- en la dinámica del agua y en el riesgo de anegamiento, madamente 35 millones de hectáreas. Sin embargo, la como así también en la erosión y el transporte de sedi- adopción de la siembra directa se incrementó a una tasa mentos. En cada situación, deberá evaluarse la estrate- mayor. En el año 2000, cerca de 10 millones de hectá- gia más conveniente para minimizar el riesgo de sufrir reas se encontraban bajo el sistema de siembra directa, excesos en el mediano plazo. mientras que en 2010, cerca de 26 millones de hectáreas fueron cultivadas con este sistema (Aapresid, 2012). La expansión de la agricultura en zonas con pen- La siembra directa ayuda a preservar la estructura del dientes leves a severas pone en primer plano la nece- suelo, disminuye el riesgo de erosión y mejora el ciclo sidad de una sistematización orientada a disminuir y del carbono; sin embargo demanda más fertilizantes y retrasar la concentración en ríos y arroyos de escurri- agroquímicos que la labranza convencional. miento, evitando así desbordes y caudales extremos que provocan daños de gran importancia. En este sentido, Paralelamente, la intensificación ganadera, asociada la adopción masiva de la siembra directa ha mitigado a planteos con mayor concentración de animales, tam- fuertemente el riesgo de erosión hídrica en zonas ondu- bién creció en nuestro país. Según Senasa, entre 2008 y ladas, pero debe ser acompañada por prácticas comple- 2016, el 25% de la faena bovina total provino de siste- mentarias que reduzcan el escurrimiento ante eventos mas de engorde a corral (Senasa, 2018), mientras que de precipitación. en 1999 estos representaban el 17,5% (Iriarte, 2005). Los planteos ganaderos intensivos, como así también Si bien no es posible modificar los ciclos de lluvias el tiempo de concentración y el volumen de excretas ni la severidad de los eventos extremos, sus efectos pue- generado, varían en las distintas actividades pecuarias den ser mitigados a través de la combinación del tipo (bovina de carne y leche, porcina y aviar). de uso con prácticas de manejo a escala de lote y obras hidráulicas a nivel de cuenca. Por las razones mencionadas, resulta de vital impor- tancia analizar el riesgo de transportar residuos a cursos En todos los países y regiones en los que esta temá- de agua y acuíferos, para proteger y prevenir efectos ne- tica ha sido abordada con éxito, hubo detrás un trabajo gativos sobre la calidad de las fuentes de agua. de planificación a nivel de cuenca que implicó la parti- cipación conjunta de productores y autoridades estata- Contaminación difusa les. Aunar esfuerzos es el desafío principal para reducir a largo plazo la frecuencia y severidad de eventos de El proceso de pérdida de residuos en aéreas rurales inundación en todo el país, tanto en áreas rurales como se conoce como polución difusa, en contraposición a la urbanas y periurbanas. polución puntual en la que los contaminantes provie- nen de fuentes identificables, tales como las ciudades o Contaminación difusa por nutrientes la industria. y agroquímicos La contaminación difusa en cuencas agrícolas ha Ing Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile sido estudiada en muchos países, principalmente en Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento relación a pérdidas de sedimentos y nutrientes (bási- CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas Hidrográficas, camente nitrógeno y fósforo), y en menor medida, en Facultad de Agronomía y Ciencias Forestales, torno a agroquímicos. Universidad de La Plata. 48