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Biografia de Ana Maria Janer

Published by nrassino, 2015-07-26 10:16:00

Description: Ana Maria Janer - biografia

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HUELLAS DE LA MISERICORDIA DE DIOS EN UN MUNDO HERIDOHay cosas que dejan huellas profundas en nuestras vidas… personas,momentos, situaciones y acontecimientos. Con el paso del tiempopodemos mirar esas huellas y a través de ellas recordar, volver arevivir en nuestro corazón el dolor, el gozo, la alegría de aquellosinstantes que quedaron guardados para siempre.En cada momento histórico podemos hallar huellas profundas de dolory de gozo, huellas del paso de Dios por la historia. En cada época elSeñor ha dado respuesta a las necesidades de los hombres dediferentes maneras, sirviéndose de distintos instrumentos. Dios no esun Dios ajeno al dolor y al sufrimiento del hombre, sino un Dios que haquerido hacerse Él también frágil y pobre como nosotros, yexperimentar en su propia carne el sufrimiento y desde allí salvarnos.Seguramente muchas veces te has preguntado por la realidad del malen el mundo… ¿Por qué el dolor, la guerra, el hambre? ¿Por quétantas vidas deshechas, sin sentido, sin horizontes? ¿Dónde estáDios en esta realidad que tanto nos duele?Y muchas veces habrás encontrado estas respuestas dentro de tupropio corazón, allí donde se juega la gran batalla “entre el bien y elmal” que hay en cada uno de nosotros. Allí Jesús puede regalarte lavictoria, si lo dejas obrar en ti.Si aprendes a descubrir los signos de la vida en medio de la muerte…en las pequeñas cosas, en los pequeños gestos de amor, en una manotendida, en un oído atento a las necesidades… Allí encontrarás lashuellas de Dios. Huellas del Dios de la Vida y del Amor…Así obra Dios en tu vida y en tu historia. Y los santos son también esashuellas que Dios va dejando para ayudarte a llegar a Él, siempre y entodo momento.Ana María Janer. Huellas de una vida entregada al servicio de Dios yde los demás, huellas de una vida entregada en el amor a todos sindistinción, huellas de un Dios que ha querido hacerse cercano anosotros a través de una mujer que se animó a vivir en fidelidad elmilagro de la misericordia de Dios en un mundo herido…Hoy, en el siglo XXI, nuevas heridas afectan a la humanidad, pero Dioscontinúa llamándonos a trabajar por la vida en medio de una culturade la muerte, viviendo un carisma cuyo centro y sentido es el amor.

1800 - Cervera LA MIRADA DEL CORAZÓNAna María Janer Anglarill nació el 18 de diciembre de 1800en un pequeño pueblito de España llamado Cervera. El sigloXIX en Europa era una época bastante agitada, luego de laRevolución Francesa, con muchos enfrentamientos y luchasde poder. En España también era una época difícil… comoen nuestro tiempo, en el tiempo de Ana María se percibíael anhelo de las huellas del amor de Dios en el mundoherido por la violencia y la falta de amor.Ana María nació en un hogar cristiano, y fue la tercera delos cinco hijos de Magina Anglarill y José Janer. Fuebautizada al día siguiente de su nacimiento en la Iglesia deSanta María de Cervera.Recibió la educación en el Real Colegio de Educandas, ydurante su etapa escolar mucho tiempo estuvieronenseñando en el colegio las Hermanas del Hospital de laciudad. Desde muy pequeña no dudaba en sacrificar sustiempos de juego para hacer compañía a un amiguitoenfermo, José Huguet, quien se alegraba mucho cuandoella lo visitaba. Desde entonces ella aprendía a mirar conlos ojos del corazón a todos sus hermanos, especialmentea los más necesitados, y descubría en ellos el mismo rostrode Jesús a quien amaba.A los 16 años, Ana María Janer había entendido que nuestroSeñor la quería Hermana de la Caridad... Ana Maríaobservó, con los ojos del alma, las actitudes, las manosestropeadas por el trabajo y el amor que movía el corazónde las Hermanas de la Caridad... Ella había entendido, yadesde su infancia, el amor de Dios y tuvo de Él unaconstante y fuerte experiencia. Se sabía amada de Dios yde cuantos la rodeaban. Este doble amor era para ellacomo el don de un único amor y una íntima llamada adevolver amor por amor...Proyecto de una vida que eligió entregarse a Dios en lapersona de los hermanos. Vida que encuentra sentidoúnicamente desde el amor, desde la mirada del corazónque penetra el misterio de Dios presente en cada hombre,especialmente en aquellos que más sufren.

1819 – Cervera Hospital de Castelltort SERVIDORA DE LA CARIDADEl 25 de enero de 1819 entraba Ana María, con gozo de sualma y de sus padres, en el Hospital de Cervera, llamadode Castelltort. Decía la regla del santo Hospital:“Cuidarán de ayudar, servir a los enfermos y consolarlosprocurando mirar en ellos la misma persona del Señor...”Durante los años siguientes se vivieron situaciones muyduras en España: la fiebre amarilla, epidemias, disturbiosy desestabilización económica, saqueos e incendios porlas luchas entre liberales y carlistas que finalmentedesembocaron en una guerra civil.En el año 1835 se comenzaron a incendiar los conventos ya perseguir a los religiosos, a quienes se les prohibió viviren comunidad. Pero las hermanas se propusieron salvar suvocación. Las echaron del Hospital pero continuaroncomunicadas y prestando sus servicios de caridadsolidaria.“El año 1836 debió ser un año de intensa oración para AnaMaría que había sido echada del Hospital...”Ana María podía esperar en casa de sus padres quellegaran mejores tiempos. Pero ella, urgida por suvocación, quiso seguir ayudando, haciendo el bien.Durante el curso 1836-1837 dio clases en el Real Colegiode Educandas de la calle Mayor, sin dejar de velar por lashermanas dispersas de quienes era ella responsable, en sucalidad de superiora.

1836 – Vall D´Ora HEROÍNAS DE LA CARIDADNo es fácil apostar por la vida en medio de la realidadcotidiana de la muerte que se vive en tiempos de guerra.Ana María y sus compañeras así quisieron hacerlo y a pesarde los peligros que esto significaba aceptaron la propuestaque el mismo Carlos de Borbón les hizo de atender a lossoldados heridos en hospitales de campaña.Eran muy precarias las instalaciones con que contaban.Primero en Solsona, donde atendían a innumerablesheridos de recientes batallas en hospitales improvisadosen algún convento o en la misma calle.Luego, a partir de julio de 1838 hasta el 4 de julio de 1840residieron normalmente en la Vall d’Ora y en laBoixadera, donde se habilitaron unas masías comohospitales de sangre.“La Madre Ana María y sus compañeras encontraban sudelicia en las pequeñas grandes cosas: en las visitas a losenfermos, las curas, la higiene, la vigilancia de las dietas,la muda de ropa, y otros mil detalles. Así lo comportabala atención a los enfermos, a los convalecientes ymoribundos. La amorosa consigna era: “Que no falte nadaa nadie”. O esta otra: “Que todos sean ayudados yconsolados”.Madre Ana María, superiora de la comunidad,normalmente residía en la Vall D´Ora pero visitaba losotros hospitales ya que era encargada de distribuir elpersonal, según las necesidades diarias, y debía prever losservicios, de acuerdo con las órdenes de sus superiores. Aveces iba a los campamentos e incluso a los lugares dondese luchaba... En el mismo frente. Intrépida, llevaba allí elrancho ya que los soldados no podían abandonar, sinpeligro, sus posiciones. Y cuanto ella hacía, lo hacíantambién las otras hermanas... Ellas recogían y atendían alos heridos y, si era necesario, les ayudaban a bienmorir...Una de ellas, María Antonia Fages, murió a los 27 añoscomo víctima del agotamiento en el campamento de VallD´Ora.

1840 EN EL EXILIO… Al finalizar la guerra en 1840, las hermanas fueron desterradas. Los liberales ganaron la guerra civil, y por lo tanto, aunque ellas no habían participado por ideologías políticas o partidarias, y habían prestado sus servicios a los dos bandos, debieron marchar al exilio. Fueron a Francia, a Toulouse, donde las recibieron las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul en el Hospital de San José de la Grave. El grupo de las cuatro hermanas de la Caridad, con Ana María como superiora, salieron de Andorra en otoño de 1840... En el Hospital de la Grave ayudaban a los refugiados españoles con sus palabras de consuelo y colaborando en las tómbolas organizadas por el arzobispado de Tolouse para recaudar fondos en su favor. 1849 – Cervera Casa de misericordia EL HOGAR DE LA MISERICORDIAAl volver del Exilio, en el año 1844, una vez queautorizaron el regreso de los expatriados a España, AnaMaría vuelve al Hospital y se reúne nuevamente con sushermanas.Unos años más tarde, en febrero de 1849, la madre Janerse hizo cargo de la Casa de caridad o de Misericordia deCervera, y allí se dedicó generosamente a la educacióny cuidado de niños y jóvenes huérfanos y pobres, y fuepara ellos una madre cariñosa, procurando que no lesfaltara nunca pan e instrucción y, sobre todo, el afectoy el cariño familiar. En la Real casa de Misericordia, laMadre Janer dio constantemente pruebas del espíritu decaridad y amor tierno a los asilados, con los incesantesdesvelos sobre sus necesidades que socorría con amormaternal sin excusar sacrificio. Sobre los cuidados que leinspiraban sus dolencias físicas, tenía superior interéspor la formación del hombre moral y el desarrollo de suinteligencia: así que la Madre era estimada por todos porsus cualidades de educadora.

1858 – La Seu d’Urgell UN LLAMADO: LA VOZ DE DIOSCorría el año 1858. El Hospital de Seo de Urgel, unaciudad cercana a Cervera, necesitaba ayuda urgente. ElObispo de Urgel, José Caixal, que conocía la heroicacaridad de la Madre Ana María en el campo de batalladurante la guerra carlista, le pide que se haga cargo delHospital. La Madre responde a su llamada y el 29 dejunio de 1859 se establece allí una pequeña comunidad.El 24 de abril de 1860 el Obispo concede la aprobacióndiocesana a la Regla de vida que le presentó la MadreJaner a su llegada a la ciudad. La Providencia deparalas primeras novicias y el Instituto nace para la Iglesia.Los diez primeros años en la vida del Instituto fueron demucho crecimiento y vida: nuevas vocaciones yfundaciones en ciudades de Cataluña.Dios bendecía la obra de la Madre Janer. 1868 TIEMPOS DE PRUEBALa revolución del año 1868 y los sucesos de los añossiguientes paralizaron este dinamismo. Llegaron horasde dura prueba, horas arduas, para la Madre Janer ypara las hermanas que vivían en L’Alt Urgell. Pordisposición de la Junta local y de las autoridadescorrespondientes, el Hospital, las escuelas rurales queregentaban y el noviciado fueron secularizados y lashermanas despedidas.Se encontraron sin casa, sin trabajo, con recursosescasos, en gran inseguridad, ante un incierto futuro.El Obispo Caixal estaba exiliado en Roma en esta épocay había dejado el Instituto a cargo de otras personasque él consideraba podían llevarlo adelante.Durante este período la madre fundadora, Ana MaríaJaner, permaneció al margen de toda actividad degobierno y no tenía facultad alguna de decisión.Comprendió muy pronto que se trataba de crear unaobra nueva y diferente. Ella siguió con la confianza

puesta en el Señor. Estuvo algún tiempo en Cervera yde allí pasó a la Casa Asilo de Sant Andreu, donderesidió habitualmente. Se ocupaba de servir a lospobres, y dedicaba mucho tiempo a la oración.El amor estable, paciente, fiel y misericordioso, lleva aAna María a hacerse cargo de las debilidades humanas ya soportar las contrariedades de la vida, con tal deconducir a sus hermanos al Señor. Ella decía: “Amen losdesprecios, sin buscarlos ni pretenderlos, sinotomándolos del modo que vengan, por amor a Jesús.”Es este un signo de la madurez de un amor que hapasado por innumerables pruebas.En Ana María el amor se expresa como abandonoconfiado en manos de la Providencia y de la voluntaddivina. “Dejen hacer a Dios que sabe todas las cosas”,nos dice. Y ella lo practicó en este tiempo. Confió yesperó que amanecieran tiempos mejores.Una vez superado el tiempo de crisis Ana María Janer eselegida Superiora General del Instituto de Hermanas dela Sagrada Familia de Urgell. Ya tenía cerca de los 80años… 1883 – ÚLTIMOS AÑOS En el año 1883, la Madre Janer terminaba el tiempo de elección... Esta Madre conservaba toda la lucidez de entendimiento y su memoria era feliz. “Conservaba íntegras sus facultades mentales, y se dedicó de una manera especial a la oración y al trato con la gente joven que había en la casa de Talarn: novicias y colegialas. Ellas recordarán más tarde las ‘amables y alegres veladas de Talarn’...”. “...el año 1884, estaba algo más decaída, pero siempre sus labios se abrían con provecho espiritual del prójimo y siempre presente a los actos de Comunidad. Pobre Madre, se encogía a la fuerza de la tirantez de sus nervios, mas su entendimiento conservaba el brillo de la edad madura, en la que está sentada la experiencia y reluce también la discreción, las ideas gozan de serenidad y salen ordenadas...”

1885, 11 de enero.“...su última noche se manifestó por vivos dolores,mas parecía que no los sufría; tanto sabía disimular lamonja sufrida... Eran altas horas de la noche y lapiadosa enferma dijo: ... ”Padre, mi deseo es morircomo penitente por amor a Cristo Jesús que por míexpiró clavado en Cruz...”La enferma advirtió que una se había quedado, y erala que de pocos días había perdido a su madre. La tomóde la mano y su corazón maternal le dio prueba decariño; la apretó entre sus manos por tres veces y otrastantas le dijo: ‘Fill meu’ (que significa: Hija mía); lahermana comenzó a llorar, y esta fue la expresión desu filial terneza y gratitud a su segunda Madre...“A las 11 de la mañana del 11 de enero, mientras lasHermanas rezaban la décima estación del Vía Crucis,la Madre Ana María Janer muere. Ella que vivió con laesperanza puesta en Dios, seguramente escuchó de suSeñor la invitación: “Entra, porque estuve enfermo yme socorriste; entra, porque tu lámpara siempreardió”.En esta vida entregada Dios ha dejado una huella desu infinito amor por los hombres, por cada hombre,incluso el más débil y marginado… En la vida denuestra Madre encontramos la huella de lamisericordia de Dios en un mundo herido, en loscorazones heridos de tantas personas que se acercarona ella y pudieron conocer de cerca su vida de santidad.


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