Guayaquil / época colonial Plumillas: Ignacio Ramírez Tóstegui Colorización: Carlos Anchundia Pinoargote Textos: Ermel Aguirre González La época colonial desde los primeros asentamientos hasta el crecimiento urbanístico, la era independentista que abarca la emancipación y un breve período autónomo. Durante el dominio español, la ciudad se convirtió en uno de los principales puertos de América del Sur debido a su considerable crecimiento tanto demográfico como comercial. Pasó a convertirse rápidamente en uno de los mayores astilleros en servicio de la Corona española, en gran parte debido a la buena calidad de las maderas. Sin embargo, el gran auge que tuvo la ciudad se vio detenido continuamente por frecuentes asaltos de piratas y corsarios. Constantes incendios cobraron la vida de gran número de perso- nas, en parte provocado por la costumbre de construcción de casas de caña. Otro de los problemas eran las pestes y epidemias causadas por enfermedades típicas del ambiente tropical. Políticamente fue sede del Corregimiento de Guayaquil con lo cual formaba una entidad territorial de la Real Audiencia de Quito, en 1764 tomó el grado de Gobierno político y militar por órdenes del rey Carlos III de España.
INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL Felices circunstancias contribuyeron enormemente a levantar el espìritu y acelerar el movimiento emancipador, como la campaña \"Rosa de los Andes\" (1819) al mando del comandante Juan Illingworth que derrotó a la fragata española \"Piedad\" en el Golfo de Guayaquil. La llegada oportuna a principios de septiembre de 1820, a Guayaquil en tránsito para Venezuela, que era su patria; tres oficiales del batallón \"Numancia\". Quienes habían sido separados del ejército realista debido a sus inclinaciones a la causa americana. Eran el Mayor Miguel de Letamendi y los capitanes León de Febres Cordero y Luis Urdaneta, que enterados que al llegar a su patria de origen iban a ser reducidos a prisión, decidieron no avanzar y quedarse en Guayaquil para apoyar la causa liberadora.
Acontecimientos de la gesta octubrina / 1820 Domingo / 1 octubre Ante una petición de la hija del tesorero Dn. Pedro Morlás, una niña de trece años llamada Isabel, convinieron en organizar un soirieé (baile) en casa del General José de Villamil, a la que acudieron prestantes caballeros que abrigaban la causa emancipadora, así como los tres oficiales del batallón \"Numancia\" recien llegados a la ciudad y también algunos oficiales del batallón \"Granaderos\" del ejército realista que resguardaba la ciudad. El lugar de la reunión para la fiesta; estaba listo: mesas cubiertas de dulces secos, frutas, bebidas agradables etc. El encargado de orga- \"Esta mesita se va a convertir en nizar la reunión era \"La fragua de Vulcano\" esta noche\" Dn. José de Antepara, quien había previsto otra mesa en un lugar muy retirado del gran salón, cuando Villamil le preguntó: ¿Para que era esa mesa?, Ante- para le respondió: Tiene relación con la mitología, según la cual se refiere a la llegada de Apolo a la fragua de Vulca- no para contarle sus desgracias conyugales; el haber sido traicionado por Venus su mujer con Marte con el cometimiento de adulterio. Otras veces el tema tiene relación, cuando Venus solici- ta a Vulcano que funda armas en su fragua para entregar a Eneas; en otros casos, cuando Tetis solicita a Vulcano fundir armas para Aquiles. El alcance de las palabras de Antepara, al comparar con la \"fragua de Vulcano\", a la cual concurrían los patriotas para referir sus desgracias ante el despótico gobierno español y solicitar armas para combatir al ignominoso yugo español y obtener la ansiada libertad.
Lunes / 2 octubre Al siguiente día de la fiesta organizaron otra reunión para nombrar a los represenantes del nuevo Gobierno con la participación de los ex - oficiales del “Numancia”; el segundo jefe del Granaderos de Reserva y el Coman- dante Peña, Jefe del Batallón de Milicias. Otro nominado fue el Dr. José Joaquín de Olmedo, quien les respondió: \"Cuenten ustedes conmigo para todo menos para jefe de la revolución; esta parte debe ser necesariamente desempañada por un jefe militar de mucho arrojo\". Martes / 3 octubre Enterada la junta revolu- cionaria, del razona- miento de Olmedo, se le comunicó a Villamil para que haga la petición al Teniente Coronel Rafael Jimena, del cuerpo de Artillería; pero en inacti- vidad, el cual también se excusó, argumentando que estaba totalmente a favor de la causa ameri- cana. Por razones de gratitud con España al haber recibido su instrucción militar no podía ser ingrato y acotó: \"Mucho siento. amigo mío, no poder acompañar a ustedes en tan gloriosa empresa; me consuela, empero, la certeza de que no haré falta\".
Miercoles / 4 octubre Organizan el plan estratégico a seguirse, sin la dirección de ninguna persona, solamente invocando \"Patria\", que todos aceptaron y empe- zaron a cumplir con sus responsabilidades asignadas. La junta revolucionaria que no contaba con un jefe y sin tener a quien acudir resolvieron hacer la revolución invocando la sola palabra: Patria, a lo que aceptaron todos los comprometidos; procedieron de inmedia- to a organizar el plan estratégico que debían seguir y asignando las responsabilidades a cada uno de ellos. Jueves / 5 octubre Lograron comprome- ter a otros oficiales del batallón \"Granaderos\" como el cacique Tent. Alvarez y de los oficia- les: Damián Nájera de la \"Brigada de Artille- ría\", los generales José Vargas y Antonio Farfán, que estaban dispues- tos ayudar a la causa libertadora.
Viernes / 6 octubre La goleta \"Alcance\" que se hallaba fondeada en Guayaquil, debía partir hacia el sur en esos días; pero gracias al comprometimiento valioso de los oficiales: Manuel Antonio de Luzarraga y Francisco Loro que deci- dieron retrasar el sarpe para brindar apoyo a los revolucionarios, en caso de emergencia si fracasaba el plan. Sábado / 7 octubre Los patriotas se entera- ron que la revolución había sido denunciada al Gobernador Dn. Pascual Vivero, que además era Jefe de la Escuadra militar; descendía de una familia peruana que simpatizaba con la causa americana. Por lo que no procedió a tomar ningu- na retaliación.
Domingo / 8 octubre Los conspiradores en efecto se reunieron en la casa del Gral. José de Villamil, para llevar adelante el plan de Febres Cordero a las cuatro de la tarde, estaban reunidos todos los complotados, cuatro fieles esclavos servían dulces, man- jares, golosinas y de vez en cuando alguna bebida. Villamil, dirigiéndose a los asistentes les dijo: \"Cerrad los ojos, poned algodón en los oidos y un candado en la boca y mañana al amanecer sereis libres\". Debido a una bien planificada estrategia preparada por el Cap. León Febres Cordero los patriotas se tomaron los cuarteles de las tropas realistas al amanecer del día 9 de Octubre de 1820, sin derramamiento de sangre. León de Febres Cordero mediante un ardid preparado con el oficial Damián Nájera, invitaron al teniente coronel Manuel de la Torre Valdivia, comandante de la brigada de artillería a quien le gustaba el juego de azar, el cual al llegar a la casa de Nájera para el supuesto juego, fue reducido a prisión y despojado de las llaves del cuartel, a donde pudo entrar Febres Cordero con un pelotón del batallón \"Grana- deros\" cuyos oficiales apoyaban el movimiento revolucionario. El Capitán León Febres Cordero, en vibrante oratoria expresó: \"Ahora que están comprometidos o nunca Un rol tan secundario en la independencia es indigno de nosotros. De la revolu- ción de esta importante provincia puede depender el éxito de ambos generales, en razón del efecto moral que producirá, aunque nada más produjera”.
Ante la petición del Capitán Febres Cordero, los patriotas solicitaron reunirse nuevamente en casa de Villamil, con el pretexto de felicitarlo por haber sido nombrado Procurador General al servicio del gobierno de ese entonces, en el festejo simularían ser fervientes seguidores del rey y se pro-nunciarían en contra de los libertadores. El ardid manisfestado por Febres Cordero en vibrante oratoria fue la que sigue: \"Mañana a las doce iremos a felicitar a usted. Usted nos invitará a comer, beberemos con estrépido a la salud del Rey y de toda la familia real, haciendo pedazos las copas y derramando vino sobre los manteles; condenaremos a la horca a Bolívar, a San Martín, a Cochrane y a todos los insurjentes. Si nos vienen a sorprender los acusaremos de falsos calumniantes y ellos pagarán la música\" Mientras tanto en casa de Villamil, los patriotas de dos en dos iban abandonando la reunión para ubicarse en los lugares estratégi- cos asignados, para cumplir la misión encomendada; A las diez de la noche el teniente coronel Escobedo regresaba con el sargen- to Vargas, para informar los resulta- dos de su gestión realizada en su batallón el \"Granaderos\", el cual manisfestó que todo estaba listo y preparado para dar el golpe a las dos de la madrugada y se despidió, diciendo: \"Adios hasta vernos triun- fantes\"
Otro acontecimiento importante y estratégico del Cap. Febres Cordero, fue su plan llevado adelante con el apoyo del insurgente oficial Damián Nájera, que era muy amigo y confi- dente de su jefe el teniente coronel Manuel de la Torre Valdivia, coman- dante de la brigada de artillería; a quien le gustaba el juego de azar y ante la insinuación de Nájera este aceptó de inmediato para reunirse en su casa y jugar apuestas de unas cuantas onzas de oro. Cuando el jefe militar Torre Valdivia hacía su entrada a la casa de Nájera para la supuesta partida de juego, le hicieron conocer que estaba arresta- do por orden de la revolución, que en esos momentos dirigía Febres Corde- ro; Nájera se apresuró a explicarle que lo había hecho para proteger su vida, debido a la gran estimación que le guardaba, por lo que no era un acto de traición sino de protección. Febres Cordero llegó a la habitación de su amigo y compañero oficial Torre Valdivia y le convenció a que contribuya con su aceptación a los hechos acaecidos, con el fin de que no hayan derramamientos de sangre y ordenó al oficial Nájera que vaya a la casa de su jefe en donde estaban las llaves del cuartel de artillería. Nájera al llegar a dicha casa pidió las llaves a nombre de su jefe y regresó con lo encomendado traer.
Febres Cordero en poder de las llaves del cuartel marchó de inmediato al batallón \"Granaderos\", a pesar de que se adelantaba en media hora al tiempo convenido con sus compañeros, para reunirse en ese mismo lugar; tomó cincuenta hombres del \"Granaderos\" y marchó al cuartel de artillería que dirigía Torre Villalva al que lo tenían encerrado. Al llegar con su pelotón al cuartel de artillería el centinela de guardia grito: ¡quien vive!; Febres Cordero le respondió ¡refuerzo!; de inme- diato entró al cuartel en donde encontró al oficial de guardia dormi- do en el suelo, lo despertó con violencia, por lo que el oficial que había sido pillado infraganti cometiendo una falta grave, en vez de estar despierto y atento en su cuartel, procedieron a encerrarlo bajo llave para apoderarse del cuartel.
Los acontecimientos habían salido de la mejor manera, según lo planeado por Febres Cordero; razón de ello estabán bajo llave el jefe del cuartel de artillería y el oficial de guardia. Urdaneta salió con veinte y cinco hombres del \"Granaderos de Reserva\" y nueve voluntarios decidi- dos al Escuadrón \"Daule\", allí esperaban los Sargentos Vargas y Pavón, comprometidos con la causa, por lo cual no hubo ninguna reacción contraria, de parte de la tropa. Solamente un lamentable incidente protagonizado por el comandante Joaquín Magallar, que era incondi- cional al gobierno español, fue el único que puso resistencia por lo que los sublevados tuvieron que actuar en contra de su voluntad y fue la única víctima del golpe revolucionario que perdió la vida. Controlados los sitios claves, Urdaneta mandó a los nueve voluntarios y medio pelotón armado del 'paule\" al mando del Crnel. Francisco de Paula Lavayen para tomar posesión de la pequeña \"Batería de la Cruz\" en el Fuerte de San Carlos, en donde estaban apenas ocho hombres de guarni- ción por lo que no pusieron ninguna resistencia; cumplida la misión regre- saron al cuartel para reunirse con Febres Cordero que ya tenía todo bajo su control. Los patriotas gritaban a todo pulmón: ¡Viva la patria! ¡Viva la revolución! ¡Viva la libertad!
Los nueve voluntarios que acompañaron a Luis de Urdaneta al cuartel de caballería eran: el Crnel. Fran-cisco de Paula Lavayen, José de Antepara, Lorenzo de Garaicoa, Crnel. Baltazar García y de la Rocha, Miguel, Manuel y Agustín Lavayen, Manuel Llona y José Ponce. A la mañana cuando apareció el sol con toda su brillantez por sobre la cordillera y los patriotas a pesar de no haber dormido, de pasar la gran mala noche, pero lo consideraban la mas grandiosa de todas, por los resul- tados gloriosos que cosechaban esa mañana, del 9 de Octubre de 1820 ¡la libertad! y sin derramamiento de sangre. Además las principales autorida- des habían sido tomadas prisioneros, como: el Gobernador Pascual Vivero, José Elizalde, Vicegobernador; los oficiales José Villalva, Capitán del Puerto y Benito García del Barrio.
Lunes / 9 octubre Febres Cordero se acercó a Villamil y le abrazo efusivamente y le dijo: 'Mire usted el sol del Sud de Colombia, a usted en gran manera lo debe- mos el triunfo\". Los patriotas decidieron reunirse para organizar una Junta Suprema y nombrar a las principales autoridades. José Joaquín de Olmedo fue electo Jefe Político, Gregorio Escobedo asumió la jefatura militar, la Junta de Gobierno quedó integrada por el Coronel Escobedo como Presidente y los señores José Vicente Espanto- so, el Teniente Coronel Don Rafael Maria Jimena y el Dr. Luis Fernando Vivero como secretario La gran noticia llenó de júbilo a los habitantes de toda la ciudad, que al repique de campanas, tocadas con arrebato acudieron para situarse al frente a la Casa Consistorial que así se llamaba el Ayuntamiento Munici- pal de ese entonces. Martes / 10 octubre Al siguiente día en magna asamblea, con la asistencia de una gran multitud organizaron la \"División Protectora de Quito\" para emprender la campaña en favor de las provincias herma- nas y procurar la independencia total de la Presidencia de Quito; solicitaron además apoyo al General Simón Bolívar para la campa- ña libertadora del interior. El acontecimiento heroico y ejemplar dado en Guayaquil, trascendió por todo el territorio; cuyo ejemplo fue seguido por importantes pueblos y ciudades de la Presidencia de Quito. Tomaron la decisión también de convocar a elecciones de representantes para el \"Congreso Constituyen- te\" que debía reunirse el 8 de noviembre del mismo año, el cual debía aprobar el Reglamento Provisorio que significaba la Primera Constitución del nuevo Estado.
Miercoles / 11 octubre Los patriotas Letamendi y Villamil subieron a bordo de la goleta \"Alcan- ce\", que había permanecido fondeada frente al puerto en previsión y apoyo a los patriotas, la cual partió de inmediato hacia el sur para dar la extraordinaria nueva al General José de San Martín y a la escuadra de Lord Cochrane.
Colegio Electoral o Congreso Constituyente El acontecimiento de Guayaquil, trascendió por todo el territorio, cuyo ejemplo fue seguido por importantes pueblos y ciudades de la Presi- dencia de Quito. Tomaron la decisión también de convocar a elecciones de representantes para el \"Congreso Constituyente\", que debía reunirse el 8 de noviembre del mismo año, el cual debía aprobar el Reglamento Provisorio, que significaba la Primera Constitución del nuevo Estado. Inmediatamente, después de declarada la Independencia, fue designa- do Jefe Político José Joaquín Olmedo y Jefe Militar el Cnel. Gregorio Escobedo. Olmedo convocó a Cabildo Abierto para las diez de la mañana, con el propósito de constituir un gobierno popular. Debido a la renuncia de Olmedo, el 14 de octubre se reestructuró la Junta de Gobierno con Escobedo a la cabeza y como vocales: por el Ayuntamiento el Dr. José Vicente Espantoso y por la Junta de Guerra el Cnel. Rafael María Ximena, Secretario Dr. Luis Fernando Vivero. Con el triunfo de la Independencia de Guayaquil, el 9 de Octu- bre de 1820 y luego con la convocatoria a elecciones, el 8 de noviembre de 1820, nace el Estado guayaquileño en forma democrática, ante el Colegio Electoral o Congreso Constituyen- te, con 57 diputados; elaboraron la Constitución que debia regir en la nueva administración política del Estado, con el nombre de “Reglamento Provisorio”, con el cual nació en forma legal, soberana, democrática, constitucionalista repu- blicana y federalista, el nuevo Estado de Guayaquil.
División protectora de Quito Al siguiente día en magna asamblea, con la asistencia de una gran mul- titud, organizaron la \"División Protectora de Quito\" para emprender la campaña en favor de las provincias hermanas y procurar la indepen- dencia total de la Presidencia de Quito; solicitaron además apoyo al General Simón Bolívar para la campaña libertadora del interior. El Cuerpo de Artillería continuó al mando del Cnel. Manuel Torres Valdi- via, que habiendo sido oficial de la fuerza realista, pasó a identificarse con la causa patriota. Batallón Vengadores, formado por soldados libres: comandante Tcnl. José María de la Peña. Batallón Voluntarios de la Patria, de jóvenes gua- yaquileños: comandante Tcnl. Ignacio Alcázar, en una de las compañías de este Batallón se enroló el joven de 16 años Abdón Calderón Garay- coa.
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