DOSNos cortamos los índices,y juntamos las sangres.Entonces fluyó la viday el sonido blanco de tu estrellanos regaló un anillo de luz a cada uno.Siempre creímos no ser,hasta que vimos el signo del alba brillaren los ojos nocturnos del alma.Fuimos dos, uno,dos olvidados, un recuerdo de cielo,una luz de milenio con que irisar el mundo.Pintamos el lado blanco de las cosasen el espacio abierto en nuestras manos,y teñimos con sabor de sangre nuestras rosas. 50
CUATROCreías haberlo visto todo,pero no has visto nada.Nada te ha visto suficiente,ni los páramos grises de los ojos de niños,ni las almas cerradas de tantas nubes sin olas.El mar te cogerá las manos,te llevará por piedras azules,te mostrará las alas del bosque,y sus ojos de estrella ancianos.Siempre verás lo nunca visto,las páginas del cielo escritas con tierra ardiente,la blancura de los sueños desnudos como campos,las nubes en las almas lloviendo desde un astro,y un cielo que te acoge con el amor de ambos. 51
DOSNadie sabe tu secreto, pero lo diremos.Eres ángel, corazón de estrella,alas que son olas invisiblespalpan los azules y los cielos,y curan con ternura de fuegolo que casi no fue.Alma celeste circundadade mares sin fronteras,cenicienta dulzura donde ardeny mueren las mareas.Fuiste tantas veces antes,hasta este hoy en que todo te aguarda:ansias blancas, dichas rotas, claridadestransitorias, todo deja de ser para estardonde tu corazón anhela. 52
NUEVETantas veces trataron de buscar excusas,formas altas como certeza de lo eterno,líneas negras en que mudar tu blanco,y no pudieron romper ese mar de cristalque te sumerge,esa blancura inmensa de tesoro,ese bosque que crececomo altar de cielo y oro.Tantas veces te lanzaron lluvias rojas y sublimes,plumajes de firmamento con que martirizar tu dicha,para hacerte descender, al final, a un pensamiento.En tu llanura de luzdestruiste toda atmósfera,toda piedra furiosa como boca doliente,y fuiste fuego quieto,verdad permanente,palabra de nubecon que acallar la muerte. 53
TRESHabía tantas gentes aquel día,todas alegres, desatado su destinode tenerte cerca, como un mar bravoque abriera sus puertas blancasa una ribera verde y soleada.En los torsos tu sol iluminaba los sinos:altos, de caminos azules, siempre en lo divino.Tu cuerpo inmaculado bajo el cieloderramó cataratas frescas de deleites,niños de luz, mujeres en un sueño,como un planeta de albor, que los orbites.Luego quedó como un amanecer callado,como una mañana que nunca hubiera sido,una soledad de no poder vivirte,que ya nunca fuera paz,sin redimirte. 54
UNOUno no se cansa de mirarte,como nunca se agota el deseo de mirar un cielo,como no se acaba el anhelo de escuchar el mar,aunque esté sembrado de soledado sueños por plasmar.Uno no se cansa de recordarte,como no se extingue el ardorde palpar una flor morada,o un beso tierno,o una cálida luz amada.Uno no se cansa de ser porque tú eres,aunque lejana como silenciada primavera,y no se cansa uno de vivirporque estás entre nosotros, tan cerca,ángel incorpóreo, sensación sublime,porque eres también -aunque a veces sola-como una noche clara,abandonada de amor en una ola. 55
SIETEA veces caminabas entre rosasregadas de abandono,entre aguas escondidas de la noche,bajo incendios altos dentrodel corazón de un pájaro, dormido.A veces buscabas tu nombre,ése que no recordabas,el que ya no eras,el que te era tan extrañoque parecía nunca tuyo.Encontrabas espadas de papel,escudos de limón callados,flores de bronce que esquivar, andando.Viste la ventana que vería tu adiós definitivo,tu alma protegida de desierto amurallado,los árboles maniatados de tu bosque,y tu corazón, de silencio en soledad colmado. 56
CUATROImposible ser, perdido todo:identidad de niebla,libertad azulada resignada,expresión que arde al nacer, callada.Solo puedes ser sol que viene,nube que se aleja,torre inaccesible,agua que regresa,tierra desolada,oro que nos mira,voz ante el abismo,océano en que nieva. 57
SEISPero te quedan ellas.Siempre te querrán,como un madroño de oro blanco;siempre serán tuyas,como un paisaje enamorado;siempre cuidarán de tu canto nocturno,de tu soledad transparente,del callado éxtasisque es siempre tenerte.Madre de instantes infinitos,fuente de amor y orquídeas rosas,rumor de cosmos en tu aurora,ellas siempre por ti dichosas. 58
CINCODebajo de los días escondiste silencios,luces latentes de flores rotas,rehiciste tus pasos, perdidospara siempre donde ya nunca eres.Detrás de las noches guardaste los augurios,la tristeza de plata,y un corazón ausentedonde el sol ya no canta.Delante de la muerte escribiste esa carta,extensa tierra que te observa, inerme.Nombres pálidos, verdadesque ardieron exaltadas,calles blancas de miedosy tristezas asfaltadas. 59
OCHODesapercibida quisiste pasar entre las gentes,la sangre palpita en el aire quieto,maderas de ausencias forman el pasado,deforman el presenteque besa la orilla de un ayer,con corazón ardiente.Te miraban las banderas,con ese aire calladode los que solo tienen tiempo a su costado.No te vieron las tardes ni las palabras violetascaminando hacia ese tiempo en tique era un llanto brillante entre las manos. 60
NUEVEUn día decidimos escaparnos,y fuimos hacia el bosque de cristal.No encontramos la salida.La habíamos marcado antescon una puerta de océano y diamante,pero no vimos nada. Solo silencio.Había rocas blancas,y ese sol siempre calmantede mirada temblorosa, en nuestras almas.Esa noche decidimos derribartoda la luz posible sobre el agua.Acariciar las llanuras altascon nuestras manos puras,y dibujar una ventana rojaque estuviera siempre abierta al ayer,donde poder huir mañana. 61
CUATROTantas veces hicimos tanto por tantos,y todos sin saberlo. Nos vestíamos de fuegoa la mañana, o de mar desatado,e íbamos corrigiendo los destinos,enderezando la luz, en lo divino.Hicimos ofrendas desnudas, hacia el cielo,vimos migraciones a los primeros universos,y escondimos el secreto de los peces verdesy su idioma de soles negros.Reescribimos las hojas de los librosque estaban borradas por el tiempo claro.Regresamos por los caminosdonde yacían apellidos olvidadosen el silencio puro donde se podía no ser,ser aroma dorado,idea caída del destino,relámpago de tierrao un mar de luna en el imperiodonde toda plenitud se cierra. 62
CINCOUna mañana de lluvia te deshicisteentre lágrimas. Una luz hermana se fue,dura noche en que los árboles lloraronen el gran océano del cielo.En los corazones hubo un trueno de adiósque llenó la tierra de ausencia.Ya nunca más su lejana dulzura,ni su tristeza de sal que era azahartemplado, y ausente armadura.Y cuántas veces vino a verte, después.Como una novia inmortal,sonámbula del aire,crepúsculo perdido-aún se oyen sus pasos-,vestida de oro y de fatiga,nacida de la nocheen que dejó de estarpara ser siempre luzdetrás de nuestras vidas. 63
SEISDescubriste un cauce de noche,aún sin nacer, en una flordormida entre tus manos.La devolviste a la lluvia de la tierra,donde las corrientes la alejaríande las verdades terrestres,de ríos y meteorosen el reinado del silencio.No había tiempo para ordenarlo todo,solo lo más lejano, lo desnudo,los cuerpos de hielo: ser y cielo.Los colores se fueron cayendo de las formas,la eternidad empezó a ser mar morado,agua enlutada, página de aurora.Y tú dejaste de ser nuestrapara ser diosa inmortal,recuerdo de lágrima nocturna,belleza incontenible,donde el alma vuela diurna. 64
TRESTantas veces quisiste desasirte de los dones,del oro rosa, de las ansias inertes,de todo lo prescindible que teníatantos nombres ausentes.Tantas veces fuiste agua de la noche,donde brillaban los astros.Tantas veces no fuiste,que las flores se ofrecían a suplirte,pájaros de cerámica volabanen sueños por cumplirte.Tantas veces siendo lo que no querías,tantas veces estando sin querer,que tu alma fue un bosque entre la niebla,tu corazón fue un paisaje de topacios,tu mirada fue una noche que se abre,y tu reino fue una isla sin palacios. 65
SIETENunca entenderán lo que no fuiste,lo que quisiste ser entre árboles de oroy miradas blancas perdidas entre pálpitos.Estrellas negras estallaronentre sílabas lejanasy hubo un temblor de cielocuando doblaron tus campanas.Te vestiste de sombrapara iluminar las vidas;fuiste terrón de amor,dulzura del mundo,esencia de océanopara iluminar lo profundo. 66
UNOPerdimos tu voz, en la distancia,tus tactos eternos,tu luz combatiente en calleso selvas celestiales.Perdimos tus letras ardientes,los sollozos de tu tarde ausente,el sabor a cereza de tus ojos distantes.Perdimos tus palabras,que eran canto de magnolia,cielo conquistado,todo entregado al silencioque todo lo ha perdido: luna de nácar,un sol en almas extasiadasen un planeta de agua, que te ama. 67
OCHOHubo árboles transparentesalfombrados de hojas cristalinasque ocultaban las penas;ausencias, como aves solitarias,verdes y blancas,como una música de niebla.Hubo un incendio de platapor donde los seres huyeron,quemados en un sepulcro inmensode nombres, oros y huesos.Cinco siglos se juntaronen solo unos momentos,la sangre se hizo hermana,un estambre azulfue cruz insigne y llana.Volvió la vida entre la naday una sombra antigua fue amada. 68
DOSNo se puede esconder tanta belleza.El alba surge, y es imparablesu auge entre las penas.Nunca hubo una flor tan claraque bajo el mar creciera.Nunca hubo una nube tan fuerteque de noche amaneciera.No pudieron ocultarse tantos dones,escritos con heridas azules,con palabras de sangre y de perdones. 69
UNOTodo lo llena tu espíritu cuando llegas,la luz de oro, el silencio dormido,las noches invisiblesfrente al sol, con sueños latentes;presencia de nieve en el aireeleva el día al reino de lo celeste,envolviendo sombras y figurasque se crecen al verte.El silencio personifica tu misteriocon besos de platay una brasa de oro tierno.Quién pudiera ser aroma de aceite blanco,metal en la carne fresca,mar en tu silencio de estrella,aire donde tú durmieras. 70
SIETEDerribas las cordillerascon tu luz mansaque ilumina la lluvia,que colorea las hojas,que ablanda mineralescon verdades rojas.El viento se detiene ante las flores,hila oro entre raíces de rubíes,acaricia piedras azulescon ojos de sombrasobre los montes.El bosque anuda su luzsobre la tierra y un lince certeroesconde su corazón de hieloen tu sendero. 71
SEISLloraste en aquella soledad de nievedonde un estandarte de airefue espada y perfumede la noche unánime.La luna te consuelaen la arboleda de broncedonde el silencio sonríecon sus manos de aguay su sangre de siglosque la atmósfera fragua.Eres la luz amada que navegacomo una noche que nunca acaba,oculta entre los días como pulso de nubeque enciende una lágrimade sombra amada. 72
OCHOSiempre hubo hambre de pupilas lejanas,sed de tierra profunda,labios que beben ardor azul,gotas de sangre donde descansan los sueños,mariposas de piedra que quieren volardonde tu amor se pose.Una flor transparentesacia las alas del díaque los pájaros batenpara llegar a tu mar.La tierra sueña tu sonido de ángel,con la lluvia verdesobre los campos fríosdonde tus pies transcurren,con tu sombra blancaque ilumina los mares,que escriben con luztu melodía suave. 73
DOSOculto tu corazón limpio,ese tañido blancocomo una luna tiernaque se llena de luz y frío.Podrás ver el mundoy su forma de olvido,sus estrellas amadasbrotando de los árboles,brillar un sol que te amacon su fuego sincero,y esos límites tiernos donde la vidase rompe como sombra en lucero.Las flores quieren ser tú, o morir de aire.El día quiere ser tú, o morir de noche.Las niñas quieren ser tú, o morir de pena.El aire quiere ser tú, o morir de lirios.La noche quiere ser tú, o morir de alba.Las penas quieren ser tú, o morir de dichas. 74
CINCOSiempre en busca de la pazdel brillo de tu alma.Siempre como luz de manosdonde tu mar crepitara.Siempre esa ilusión verticalque encierra las gotas clarasdel corazón del mundo,siempre hija del cieloque abre su abismo azulpara que tú lo amaras.Siempre se enfría una florpara sentir tu ardor.Siempre se entrega una vidapara sentir tu amor. 75
CUATROEl aire quiere el sol de tu voz, que le abrace.El sol quiere la voz de tu aire, que le alcance.Toda voz quiere el sol de tu aire, que le enlace.Un mar inmenso de recuerdosbate en la fortaleza de platadonde las torres azules-que no son mar, y no son cielo-buscan el calor de tu huella,o tu desvelo.La noche huye ligera, hacia los astros,para dejar entrar tu sol,tu mar que es una lunadonde las nubes brillan,y poder ser resplandor,ansia de ti, siempre en amor. 76
TRESSiempre cerca. Siempre cerca de nosotros.Siempre cerca de tus huellas de aire,de tu río de luz donde palpita tu estrella.Siempre azul,con tu soledad silenciosa,que es destello de vida, luminosa.Siempre que la noche ilumine tu sombra,ven entre nosotros,destruye los labios de la muerteque es no tenerte.Sé siempre tú,entre nosotros,los que no podemos serpor no tenerte. 77
NUEVEPerseguidos siempre por tu causa.No puede ser alegre la mañana,no pueden ser deleites los árboles,los pájaros de azúcar,los peces de sal,porque te hemos entregadonuestro fresco manantial.Pero siempre fieles, como el vientoque sostiene las campanas,siempre altos, como el solque sustenta las tardes,como el corazón que sueñacon ser más vida que silencio.Así seremos siempre tuyos,insistencia tierna que es aire pleno,y que es siempre un hoy,de afecto lleno. 78
TRESAmar sobre todas las cosas,más allá de las cinturas de las tardes,lejos del abrazo inmenso de la luz o de las aves,entre el mar que bate su ansiacomo un corazón de soly todo un cielo a veces huérfanode palabras o miradas.Amarte sobre todas las cosas,sobre los cuerpos sonorosque iluminan el paisaje mudo,sobre los besos blancosque transitan por la aurora,sobre cualquier rosa nacientedonde un milagro vierte su ahora. 79
DOSNo diremos tu nombre en vano,no dejaremos que se propaguecomo ondas infinitas coloreandola galaxia de ternura disipada.Tú misma bruñes el solcon tu presencia luminosa,con tu mirada encendidade cénit y de alasdonde tu voz es un aguaque da vida a la carne, al azul, a la vida,y el mundo solo buscadonde tu corazón anida. 80
OCHOSantificaremos siempre la fiesta de tu vida,escribiremos con fuegoel anhelo que es tu dicha.Tu nombre será trueno secretoentre los campos desnudosdonde el río sonoro,los límites del día,darán forma a la estrella de tu paso,memoria de nubepara tu cuerpo inmortal,y tu alma sin ocaso. 81
CUATROHonraremos siempre a los ascendientesque a veces fueron lágrima y vacío,dulce quietud, astros cercanos,limón sobre unos labios suaves,cuya dicha, calor y luz eres tú,gozo amanecido inexplicabledonde tu forma es ese cantoque destella siempre tierno,reina de encantos.Sin ellos, nada,ni brillo, ni vientos,ni dichas donde escribirla música del bosque.Por ellos, todo: manos de tiempo,latidos de nochey aguas en la arena.Siempre como ese cieloque sostiene nuestra sangre,y que es un aire de luzdonde morir la tarde. 82
UNONo matarás nunca la luzsobre tu piel mojada,ni el hielo que sobreviveen una lágrima de espejo,ni el acaso, ni el azul delgadoque a veces dibuja un adiós,ensimismado.Aunque la vida también es olvidarlos márgenes de lluvia,los corazones que estrechanunas manos nuevas,enterrar el mar bajo una flor callada,y dibujar una duda blancaen la ribera amada. 83
NUEVEPureza es saber el devenir de tu existencia,sentir esa caricia que a tus pies se abraza,ser labio nocturno en tu silencio amado,ser cielo en el que sueñas,ser suelo virgendel que tu voz se adueña.Desasidos siempre de tristeza,de la desolación de sombras, alargadas,de la lágrima que quiere nacer,cristal o alma,del mundo que busca dolor,ausencia y calma. 84
CINCONunca robaremos los besoscuajados de tu aire puro,ni las sombras de maren la noche inmensa-nunca en madrugadas altasdonde las manos se sienten estrelladas-;nunca quitaremos sombrasen la presencia del alba,ni hurtaremos corazonesque sean fuego del alma. 85
SEISSiempre serás verdad, inalterable,como la tierra remota,o el cielo que acaricia las hojas;siempre serás certeza,como luz amorosaque se encierra en tu pechoy que es memoria dichosa.Siempre serás testimonio de existencia,de nosotros que soñamosen tu nombre eterno;siempre serás presencia amada,luz en nuestra pielque sueña enamorada. 86
SIETENo consentiremos temblores de deseo,o sombras enlazadasque supliquen una lágrima,nunca una cicatriz de su luz oscurapermitirá que su palabra arda.Nunca desearemos los vientos ajenos,ni las espadas de la noche,ni los besos de las letras entreabiertas.Siempre seremos tú,secreto de corazón callado,agua virgen que acaricia nuestra alma,silencio sublime donde eresy nos haces revivir,porque no mueres. 87
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