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Vicencio Foximiliano

Published by Taller de Escritura, 2015-09-25 00:19:23

Description: Vicencio Foximiliano

Keywords: Novela, Satira, Politica

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El primer Rey electo, democrático y transparente. El primer rey electo, democrático y transparente Epítome de su real y a historia verdader Dib Enrique Gali Lozano Vicencio Foximiliano Página 2

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 3

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano El primer Rey electo, democrático y transparente. Epítome de su real y verdadera historia. Vicencio Foximiliano Página 4

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 5

El primer Rey electo, democrático y transparente. A Gabriela. Mi amada esposa Este hijo te lo dedico en compensación de los cuatro libros que me escribiste. Con todo mi amor. Vicencio Foximiliano Página 6

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 7

El primer Rey electo, democrático y transparente. A mis cuatro Libros Amar, Enrique, Rosario y Salim. Su madre y Yo hemos escrito parte de nuestras biografías en cada uno de ustedes, intentando que entre todos, sean reflejo de nuestras vidas. Gracias por existir. Vicencio Foximiliano Página 8

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 9

El primer Rey electo, democrático y transparente. A mis amigos. Todos aquellos que comprarán un libro y me harán el honor de pedir que se los dedique, haciéndome sentir importante y especial. A todos ellos mi gratitud. Vicencio Foximiliano Página 10

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 11

El primer Rey electo, democrático y transparente. A los que pedirán un libro regalado. De antemano, les digo que no, un libro no se regala, representa el trabajo de muchas personas, editor, impresores, talleres, libreros y escritor. Por ello, como mi aportación es en realidad muy pequeña, no tengo derecho de regalar el trabajo ajeno. De todas maneras muchas gracias. Vicencio Foximiliano Página 12

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 13

El primer Rey electo, democrático y transparente. Prólogo Hace muchos, pero muchos años, en el país de la Desilusión reinó un gran caballero, el famoso y valiente Vicencio Foximiliano, quien entre otras cualidades, tenia las de ser sordo, ciego, necio, mojigato, mentiroso, repetitivo, desmemoriado y, lo mejor de todo, no hablaba el mismo idioma que sus conciudadanos. Por esta razón de incompatibilidad lingüística, contrató los servicios de traductores o voceros, los que se encargaban de explicar, a los súbditos, todo lo que él, el gran Vicencio quiso decir. Como he apuntado, Vicencio tenía diversas cualidades, todas ellas aunadas a su amplia experiencia como alquimista, lo que lo llevó a ser un verdadero experto en la preparación del elixir de la vida, conocido por los Grandes Iniciados como el caldo Caca con Cola, lo cual le permitió realizar verdaderas hazañas políticas y económicas, todas ellas en beneficio de sus súbditos. Tan prolífica fue la vida de Vicencio Foximiliano, tan grandes sus logros, tan maravillosas sus hazañas, y tantos sus méritos, que no alcanzaría la producción papelera mundial de mil años, para fabricar los libros que se requerirían para contar toda su historia. En un intento de hacer justicia al gran Vicencio, cabe recordar tres de sus múltiples aportaciones a la humanidad. 1.- Fue el inventor de la democracia. Este nuevo concepto, tal y como él lo entendía, es lo que le permitió llegar a ser el primer Rey democrático, aunque suene raro, fue el primer Rey elegido por sus conciudadanos. 2.- Su mayor contribución a la humanidad fue el derecho que otorgó a cada uno de sus súbditos para expresarse libremente, a este derecho, por el cual era capaz de entregar su vida, lo llamó “Libertad de Expresión”. Gracias a ella, en la actualidad los pueblos libres del mundo logran tener el invaluable derecho a la libre expresión. 3.- En su brillante cerebro se forjó la idea de la transparencia, por lo que hizo que cada cosa pública y política, cada acción o actitud, que atañera a sus adversarios o a todos aquellos que no pertenecían a su grupo, se diera a conocer sin cortapisas, se divulgara sin censura, sin importar cuales fueran las últimas consecuencias. Durante los años que duró su reinado, Vicencio Foximiliano demostró ser: un verdadero prócer, un luchador contumaz de las causas justas, el gran protector del capital, excelente político, rey transparente como la roca e individuo alegre como el suicida. Era tal su facilidad de expresión y tan sencillo en su trato, que todo su pueblo lo quería, nunca encontró la más mínima oposición a lo que hacía o proponía. Gracias a esto se granjeó el cariño y respeto de muchos de sus coetáneos, a los que se distinguió con el nombre de los Caballeros Amigos de Foximiliano. Importante es recordar que Vicencio Foximiliano fue el primer y único rey al que su pueblo le ha exigido. En este mundo no habrá otro como él, fue el soporte supremo de la libertad de expresión, el amo y señor de la justicia y el más grande luchador en contra de la corrupción, de la impunidad y del crimen organizado. Quien aquí escribe, en un intento por demostrar al mundo las hazañas y logros del gran Vicencio Foximiliano en el intento de hacer justicia, ha intentando resumir un Vicencio Foximiliano Página 14

El primer Rey electo, democrático y transparente. poco la prolífica vida de este gran estratega de la política internacional, y les narrará algunos hechos aislados, que si bien no son todos ni mucho menos los más importantes, si servirán para conocer a tan ilustre rey. Es imperioso hacer notar que la vida azarosa y dedicada del gran Vicencio Foximiliano, aun hoy en día, no es valorada en su justa medida. Aunque han transcurrido muchos años, la historia no ha dado el valor justo y verdadero de este rey tan ilustre, que nos enseñó la forma de gobernar, estando siempre al servicio de los súbditos, exudando inteligencia y audacia a cada paso. Con el transcurso de los años, varios países han tenido gobernantes que han intentado emular al gran Vicencio: se pueden encontrar caricaturísticas copias del actuar del gran Vicencio al través de todos los países del llamado tercer mundo y de aquellos llamados emergentes. Vaya pues para el gran Vicencio Foximiliano mi más sincero agradecimiento, que si bien no fui beneficiado directamente por él, sí resulté beneficiado al igual que cada uno de los 65,000,000 de pobres que habitamos en el país de la desilusión, durante el reinado de su majestad Vicencio. Dios salve al Gran Vicencio. D.E.G.L. Vicencio Foximiliano Página 15

El primer Rey electo, democrático y transparente. Capítulo I De cómo Vicencio Foximiliano se ganó la Corona. Más de 70 años gobernó al país de la Desilusión una sola familia, una familia salida de los más oscuros anales de la historia del reino, la familia Primagnate, que si bien llegó al poder como resultado de una lucha social de características justas, no supo ser la continuadora de esa lucha. Los Primagnates, en un cínico despliegue de su despotismo, acapararon todas las actividades políticas del reino y poco a poco iban acaparando las actividades económicas. El exceso de poder, unido al dominio político y económico, empezó a dar los mismos funestos resultados, que en cualquier otro país, por lo que emergió, como sombra sobre todo el reino, el fantasma de la corrupción. Durante el reinado de Hernestino Zedillín, ya casi al final de su reinado, cuando se encontraba dispuesto a nombrar un sucesor a la corona, en ese preciso y crucial momento, hace su aparición, en la vida política del reino, una figura deslumbrante, un prohombre, que emergiendo de las bastas praderas, ataviado con la típica ropa de los rancheros, esto es, pantalón de mezclilla, cinturón ancho, hebilla vaquera y botas altas. Se convirtió en el representante de las expectativas del pueblo. Este nuevo caudillo, históricamente esperado se llamó Vicencio Foximiliano. Desde el primer momento Vicencio Foximiliano Insistió en confrontar al elegido de Zedillín, quien se llamaba Francis Labas, buscó la manera de enfrentarlo en un debate de ideas, en un debate de propuestas y de filosofía, Vicencio Foximiliano lo retó a un debate público propositivo, en el que no se incurriera en palabrería demagógica ni en oscurismos ideológicos, un debate en el que no se dejaran dudas en cuanto a los métodos y políticas a seguir. Algunos de los medios masivos de comunicación más importantes del reino, reconociendo el importantísimo momento histórico que se estaba viviendo, abrieron las puertas para que se difundiera dicho debate y que se conociera en todo el reino. No solamente buscaban el debate entre estos dos contrincantes, también propusieron que participara el tetra-derrotado Cuauhtémoc, quien en ese entonces era el representante y líder moral de la familia Perderista. De Cuauhtémoc no cabía duda de su calidad de hombre probo, ya había echo cuatro intentos por llegar a ser el rey, cada vez que un rey nombraba a su sucesor, el intentaba llegar al trono. En fin, una noche, bajo la mirada escrutadora de las cámaras de las monopólicas televisoras del reino y con el mudo testigo de los micrófonos de las estaciones radiofónicas, se realizó la reunión. Vicencio se presentó, al igual que Cuauhtémoc y Francis Labas, al lugar de la cita. Tras no pocos minutos de acalorada discusión, durante la cual se argumentaron todos y cada uno de los factores que obligaban a retrasar el debate, el gran Vicencio lanzó, cual espada justiciera, un ataque filosófico político sin precedentes y dijo: Vicencio – El debate se debe celebrar hoy. Vicencio Foximiliano Página 16

El primer Rey electo, democrático y transparente. Francis – Propongo que se realice el viernes, hoy no está mi representado. Vicencio – ¡Hoy! El tetra-derrotado Cuauhtémoc, haciendo alarde de su tan conocida paciencia, que le había llevado a ser contrincante seguro por cuatro veces consecutivas, volteo a verlo con mirada paternal, fijando su mirada en Vicencio, le dijo: Cuauhtémoc – Vicencio, por favor, acepta la propuesta de debatir el viernes. Vicencio – ¡Hoy! Deberá se hoy. Cuauhtémoc – No tiene tiempo el elegido de Zedillín, hagámoslo el viernes. Vicencio – ¡Hoy! Cuauhtémoc – El viernes, de esa manera estaremos los tres. Vicencio – ¡Hoy!.. ¡Hoy!.. ¡Hoy! Esta actitud francamente retadora, confrontadora y valiente, que nunca antes había mostrado un aspirante a Rey, le valió a Vicencio el cariño de todo el pueblo. Durante varios días, los súbditos del país de la Desilusión festejaron a lo largo y ancho del reino la inteligente respuesta. Al correr de los años, las palabras “¡Hoy, ¡Hoy!,¡Hoy!” se convirtieron en la forma coloquial de decir “No me rindo”, “No tengo miedo” o “Yo si estoy seguro”, o, en la mayoría de los casos “Soy un necio” Finalmente, se acordó traspasar el debate para el siguiente viernes, dando a Francis Labas el tiempo necesario para prepararse, él por su parte, con más cuidado, logró reunir un grupo de apoyo que lo ayudará a enfrentar y derrotar a Vicencio, sobre todo ahora que Vicencio había demostrado su valor y entereza. En el transcurso de la semana, mientras los Desilusionenses esperaban con expectación la llegada del día establecido, cada uno de los que participarían concedió diferentes entrevistas. Vicencio, demostrando congruencia y decisión, respondía a las preguntas de manera frontal, al ser entrevistado por los medios televisivos. TV1 – ¿Vicencio, te presentarás el viernes al debate? Vicencio – No creo presentarme, necesito salir ese día, necesito hacer campaña. TV2 - ¿No debatirá el viernes? Vicencio – No lo creo, Yo me voy de campaña. TV1 - ¿Cuáles fueron las razones para cambiar el día del debate? Vicencio – Francis Labas y Cuahutemoc se confabulan en mi contra. TV2 - ¿En que funda esa afirmación? Vicencio – Es fácil deducirlo, los dos llegaron veinte minutos antes de la hora señalada. ¿A poco creen que lo hicieron por puntuales? Vicencio Foximiliano Página 17

El primer Rey electo, democrático y transparente. TV1 – Señor, ¿no cree que a un evento de tal importancia, siempre se deberá llegar con anticipación y no a la hora exacta? Vicencio – No se lo que usted opine. Yo soy una persona puntual, esto significa que llego en la hora exacta, ni antes, ni después. ¡Siempre a la hora indicada! TV2 – Aceptando, sin conceder. El hecho de llegar con anticipación no es clara prueba de una confabulación, eso no es un sustento, ¿En que sustenta la supuesta confabulación? Vicencio – Ciertamente, les puedo afirmar, entrevistadores y entrevistadoras, que se trata de una verdadera confabulación. Cuauhtémoc y Francis llegaron veinte minutos antes de las cinco, se sentaron a tomar café, ellos solos en una mesa, como si fueran grandes amigos, se pusieron de acuerdo y confabularon en mi contra. Después, ustedes, los de las televisoras, les dieron la oportunidad, generando una disputa entre ustedes, le abrieron la puerta para no hacer el debate el día y la hora fijada. Estas declaraciones no pasaron desapercibidas para los otros contendientes. Cada uno en su caso, expresó, claro está, también en diferentes entrevistas, su modo de ver las cosas. Cuauhtémoc – En realidad, Francis Labas y yo somos amigos, tenemos diferentes tendencias políticas y no coincidimos en muchos conceptos, pero de eso a ser enemigos o no ser amigos, hay mucha diferencia. Hemos coincidido en muchos momentos políticos e históricos, hemos platicado muchas veces de nuestras diferencias y de la forma en la que vemos las cosas. Según mi apreciación, no se incumplió con la asistencia al debate, la invitación fue clara: nos reuniríamos primero para discutir los términos en los que se daría el debate, no era el debate propiamente dicho. Pero la intransigencia, la necedad, la mentira y la falacia con la que se condujo Vicencio Foximiliano quedaron a la vista. Quiero señalar que no existe confabulación alguna. Vicencio esta viendo moros con tranchete, le quiere encontrar mangas al chaleco, le está buscando tetas a las gallinas. Es muy importante señalar lo grave que resultará que alguien como Foximiliano llegue a reina: será un reinado de necedades, de falsedades, de intransigencia, en pocas palabras, será un reinado funesto para el reino de la Desilusión. Francis Labas, por su parte resultó más parco en sus declaraciones: Francis – Yo esperaba asistir a una reunión de más seriedad y nivel, porque se está dando un paso muy importante en la política del reino. Finalmente resultó un espectáculo poco serio, un espectáculo de tercera categoría, un espectáculo indigno hasta de una carpa. Vicencio Foximiliano Página 18

El primer Rey electo, democrático y transparente. Para mi modo de ver, esto es una página que se cerró. Ahora me centraré en mis propuestas políticas y económicas. No quiero ser Patiño de un mal cómico de carpa. Como no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, el esperado viernes llegó. Todo el pueblo se quedó en sus casas, unos ante las pantallas de sus televisores, otros ante sus aparatos receptores de radio, pero todos atentos al debate. El debate dio inicio, ninguno de los oponentes de Vicencio expresó una idea coherente o útil para el reino, por ello no ocuparemos papel en esas nimiedades, nos dedicaremos a lo que el gran Vicencio Foximiliano expresó. Vicencio – Amigo Desilusionense, el día de hoy, Tu y Yo, podemos escribir la historia de este reino, si haces lo que yo te digo, si lo haces como te lo ordeno, si no pones objeciones, si eres obediente y sumiso, lograremos escribir una nueva historia para este gran reino. Hoy tenemos la oportunidad de hincar la urgente alternancia en el poder, podemos acabar con más de setenta años de dominio de la familia Primagnate, de más de setenta años de pan con lo mismo. Si me convierto en tu Rey, podré designar a los siguientes Reyes, sin que regrese ninguno de la familia de los Primagnates al Palacio Real. Estamos a setenta días de cambiar más de setenta años de un sistema corrupto, que ha robado a los Desilusionenses el producto de su trabajo, que ha dejado a Papás y a Mamás con temor de que sus hijos tengan que caminar por las calles. En el país entero está encendida la luz de la esperanza. Fíjense bien: un simple ranchero, que trabajó para la Logia de la Caca con Cola, está a punto de ser Rey. Eso solamente sucede en un país de esperanza como éste. Hace falta un suceso que cambie el rumbo de nuestro reino. Comprometo cada latido de mi corazón, cada minuto de mi tiempo, pero sin ustedes no se puede hacer nada. Todos los Desilusionenses deberán apoyar mis propuestas, deberán seguir mis órdenes; si no lo hacen, no tendremos la tan ansiada democracia. Les juro, por mi madre, que abriré las listas del FOBAPROA y denunciaré a todos los delincuentes que se beneficiaron con esa maniobra, exceptuando a mis parientes y amigos, los cuales se vieron beneficiados indirectamente. Yo estoy comprometiéndome en un proyecto que facilitará la ya tan ansiada transición a la democracia, les enseñaré que todo lo que yo digo y opino es democrático, y que los que están en contra, aquellos que se oponen, son los antidemócratas. Me propongo terminar con la figura del fuero, solamente será beneficio para el Rey, la Reina y la familia real. Vicencio Foximiliano Página 19

El primer Rey electo, democrático y transparente. Muchos me han calificado de majadero, pero les aseguro que eso a mi se me puede quitar, pero a los pinches Primagnates nunca se les quitará lo mañosos y lo corruptos. Duplicaré el presupuesto para la educación y la cultura, haciendo que por falta de recursos, dejen de estudiar la mitad de los que ahora estudian. Con ello corresponderá, a cada uno de los que se queden estudiando, el doble del presupuesto. Voy a hacer una revolución educativa: instauraré los tres años obligatorios de preescolar y quitaré de los programas educativos todos los temas de poco interés, por ejemplo, en historia quitaremos todo lo que tenga que ver con la historia prehispánica; eliminare del programa escolar la lectura, ya ven que no vale la pena leer. Yo ya no leo ni los periódicos. No estén preocupados por los energéticos, la verdad no entiendo de dónde saca Cuauhtémoc eso de que quiero privatizar el petróleo y la energía eléctrica. Solamente necesitamos permitirle a los capitales privados que hagan su inversión en el mejoramiento de esas industrias, sobre todo, a los capitales privados extranjeros. Así lograremos beneficiar tanto a la industria petrolera, como a la eléctrica. Me propongo elevar la taza de crecimiento del reino al 7% anual. Esta meta se logrará dentro de 12, 15 o 50 años. Mientras tanto, consolidaremos la economía del reino, con tazas de crecimiento mínimas, de preferencia casi nulas: con ello aseguraremos el nivel de la paridad de nuestra moneda y la competitividad en los mercados internacionales. Les juro que abatiré la inflación. Es sabido por todo buen economista que para combatir la inflación se requiere recesión. Hoy, ante todos ustedes, me comprometo a generar tazas recesivas muy amplias, con lo que lograremos el abatimiento de la inflación. No importa que los que menos tienen se queden sin trabajo: podrán emigrar a otros reinos y trabajar en ellos. Les garantizo que tendrán la plena libertad de emigrar. Me propongo abatir la pobreza. Durante años, se ha ampliado la diferencia entre los ricos y los pobres. Cada día es más amplia la brecha que los separa. Como buen desilusionense, me comprometo a reducir esa brecha, no por los métodos que anteriormente han intentado los Primagnates, mucho menos con los métodos que proponen los populacheros Perderistas. Existe un método infalible: ese método consiste en que los ricos sean cada vez más ricos, logrando que los pobres emigren a otros países. Eso permitirá reducir la brecha económica entre los que se queden en el reino y acabar con la pobreza. Lucharé por acabar con la corrupción. Este es el tema más importante de toda mi propuesta: para acabar con la corrupción se necesita que las personas encargadas de impartir la justicia y preservar el estado de derecho sean incorruptibles. Esto solamente se logrará cuando cada juez y cada magistrado logre percibir como salario, cantidades exorbitantes, lo que impedirá que los delincuentes puedan comprar sus favores. Intentaremos que sean los más ricos y los mejor pagados del reino, eso los hará difícilmente comprables. Vicencio Foximiliano Página 20

El primer Rey electo, democrático y transparente. Algunos comunicadores, viendo que Vicencio presentaba por primera vez en la historia un nuevo proyecto de nación, lo entrevistaron día y noche, no había un programa de televisión en el que no apareciera Vicencio. Se le veía y escuchaba, día y noche, explicando sus planes y proyectos. Tampoco quedó un programa de la radio en el que no se entrevistara a Vicencio. Y mucho menos, existió un periódico en el que no apareciera por lo menos una entrevista a Vicencio Foximiliano por semana. Se dedicaron ediciones especiales a dichas entrevistas. Afortunadamente para el reino y los súbditos, Vicencio Foximiliano llegó a ser nombrado Rey. El primer Rey electo del reino de la Desilusión. Así se le permitió demostrar que era un hombre de palabra; la historia demuestra que cumplió cabalmente todas y cada una de sus promesas. Durante el reinado de Vicencio, el crecimiento económico del reino resultó ser el más bajo de la historia: con muchos esfuerzos, logró ser el primer rey que logró un decrecimiento, que si en realidad era muy pequeño, cumplió con las expectativas. En lo que corresponde a las reservas monetarias, logró tener las más altas en toda la historia de la nación: por primera vez, los desilusionense las vieron subir en cantidades inimaginables. Redujo la cantidad de pobres en el reino: casi el 20 % de la población emigró a otros reinos, intentando conseguir trabajo. Logró atraer a muchos capitales golondrinos, de esos que logran subir los índices en las bolsas de valores. Uno de sus aciertos mayores fueron los PIDIREGAS, nuevas formas de inversión inventadas por él y sus secuaces, con lo que lograba la inversión de los particulares extranjeros en la industria petrolera, garantizándoles de esta forma que participarían de las utilidades y que en casos de existir pérdidas, ellos no verían mermados sus capitales. Vicencio Foximiliano Página 21

El primer Rey electo, democrático y transparente. Capítulo II Cómo se puso a la altura de los otros reyes. En los albores de su reinado, cuando apenas se estaba acostumbrando a vivir en el Palacio Real, El gran Vicencio Foximiliano fue invitado a una reunión de reyes. Su gavilla de secretarios y colaboradores se reunieron con Vicencio, ayudándolo a entender las manías que los demás reyes tienen por el protocolo. Esta reunión se llevó al cabo en el Despacho Real: todo el ambiente y la decoración mantenían la austeridad que tanto gustaba a Vicencio Foximiliano. Con forma oval, sus paredes recubiertas en maderas finas, el piso de uniforme y bien pulida duela, albergando muebles de caoba, tapizados en brocados de seda, así era el austero lugar en el que el rey Vicencio pasaba la mayor parte del día, resolviendo los problemas que aquejaban a su reino y a su pueblo. Cierta tarde, cuando todos los colaboradores de Vicencio se encontraban ahí reunidos, al sopesar el ambiente, pudiérase decir que el futuro del reino estaba en peligro y que la gavilla de gobierno se encontraba reunida para tomar las más importantes decisiones, definir el rumbo que el reino tomaría, rumbo que la historia con su implacable equidad juzgaría. El primero en hablar fue el gran Ministro de Relaciones exteriores El Barón Jorgito Castañetea… Castañetea - Mi gran Señor, su majestad Vicencio Foximiliano, comunico a Usted que ha sido invitado a una importante reunión de reyes, por lo que esta será su primera reunión monárquica, en ella será apreciada toda su valía y esperamos ayudarle a que esté a la misma altura y dignidad de sus iguales. Vicencio Foximiliano, sin inmutarse, dirigiéndose a todos sus colaboradores y a ninguno en especial, dijo: Vicencio- No tienen de que preocuparse, Ciertamente, ya en mi juventud me vi obligado a tratar con personas como esas, no se olviden de que soy miembro de Los Grandes Iniciados y que ocupé el cargo de Gran Maestre en la logia de la Caca con Cola. Castañetea - De acuerdo estamos y muy en cuenta lo tenemos su majestad; sin embargo, recuerde que todas esas personas son muy especiales, que existen grandes diferencias entre ellos y usted, al estar todos ellos acostumbrados a que pueden hacer y decir lo que ellos quieren y como no son tan humildes como usted, es preciso que se encuentre preparado para afrontar los ataques, trampas y triquiñuelas, que muy seguramente intentarán ponerle. Vicencio - ¿A mí en que me afecta? Siempre he sido como he querido y he hecho lo que he querido. Francisquín - Su Majestad, permítame hacer una observación. Vicencio - Con toda confianza Francisquín. ¿Acaso no eres el hombre de mis mayores confianzas?, ¿Acaso no puse en tus manos todos los tesoros y la recaudación de mi reino? Vicencio Foximiliano Página 22

El primer Rey electo, democrático y transparente. Francisquín - Si su Majestad, por esas mismas razones me permito el atrevimiento. Vicencio - Adelante pues. Francisquín - Poniendo la cara seria y engomando la voz - Mi señor, mi gran Vicencio, en todo el mundo conocido, usted es el único Rey elegido por su pueblo. Todos los demás son reyes impuestos, tal y como pasaba en nuestro reino durante los más de setenta años anteriores. Por ello, ese grupo de personas está obnubilada por el poder absoluto, vive bajo el engaño de la aristocracia irrestricta, no son como Usted, no creen o no conocen, la democracia, es más, me atrevería a decir que, si en sus reinos existiera el más mínimo asomo de la democracia, que tan sabiamente usted ha inventado e implantado en nuestro reino, ellos no serían los reyes de sus respectivos reinos. En suma, no son como usted, ejemplo vivo de lo que se puede lograr cuando uno se lo propone. Vicencio - Entiendo, ustedes sospechan que todos aquellos anti demócratas pueden pensar que no soy un rey verdadero. Piensan ustedes que por el simple hecho de haber sido electo por mi pueblo, ellos creen que no tengo los tamaños, ni soy un rey. Castañetea - Exactamente, es precisamente eso lo que nos proponemos evitar. Por ello queremos ayudarle en lo que sea necesario para evitarle un disgusto. El gran Vicencio Foximiliano dirigió una mirada paternal al Barón Castañetea, empezó a caminar hacia él y le dijo: Vicencio - Mi fiel Jorgito, en realidad eres leal para conmigo, no te preocupes: recibiré de muy buen grado todas las indicaciones y sugerencias que quieran darme. Saben perfectamente que, aún siendo el Rey, confío en todos ustedes. Santiaguiño – Señor, si me permite, me gustaría aclarar ciertos puntos que se rumoran en los medios reales internacionales. Vicencio – con voz paternal - Adelante Santiaguiño. Santiaguiño - Existe el sospechosismo de que no es usted un verdadero rey, de que no podrá mantener la gobernabilidad del reino de la Desilusión, se ha sugerido que no podrá sustentar el estado de derecho, que usted, en su infinita sabiduría, a logrado inventar para beneficio de la humanidad. Vicencio – Estoy seguro que esos rumores han sido echados a correr por mis opositores, por los dinosaurios de la nobleza revolucionaria. Podría jurar, si no me fuera prohibido por mis creencias religiosas, que son rumores que lanzaron el amo de las caídas de sistema, el malévolo Manolo Barelet. Estoy seguro que también ha intervenido en esos rumores el complotista Andes Emanuel. La reunión giró en adelante en pequeñas minucias de las que no nos ocuparemos. Al día siguiente, a primera hora llamaron a sastre real, el cual le confeccionaría el guardarropa adecuado a su alta investidura. Durante varios días se dedicaron a Vicencio Foximiliano Página 23

El primer Rey electo, democrático y transparente. seleccionar las telas y a seleccionar la confección de la ropa con la que se presentaría a esa su primera reunión monárquica. Asunto que para cualquier mortal no resultaría muy complicado, pero, Vicencio siendo un caballero de elevada y hercúlea estatura, con presencia de garbo inusitado, requería de todo el celo posible para resaltar sus dotes masculinas. Terminado el asunto del ropaje real, invirtieron largas horas en enseñarle el uso de todos y cada uno de los utensilios modernos requeridos y usados en una mesa de gran postín. Repasaron de manera incansable, todas y cada una de las normas de etiqueta y cada uno de los puntos que el protocolo internacional vigente ordenaba fueran perfectamente observados. Con mucha dedicación, le indicaban cuáles eran los principales lineamientos protocolarios que debería observar en las diferentes ceremonias a las que asistiría. No resulto fácil la tarea, no por que Vicencio resultara obtuso o palurdo, sino por que en realidad era una persona sencilla, aún y cuando estuviera acostumbrado al trato de los Caballeros de la Logia del Elixir de la Vida, Vicencio siempre se esforzó por mantener su alegre espontaneidad, tanto en sus movimientos como en sus diálogos, resultando que, en muchos casos, esa espontaneidad contravenía los mandatos protocolarios y ahora le entorpecían su aprendizaje. Como les sucede a las personas sencillas de trato y humildes de corazón, se le olvidaba frecuentemente el orden de los protocolos, confundía unos con otros; de la manera más espontánea, cometía faltas de etiqueta básicas. Sin embargo, tras varias semanas de intenso y arduo trabajo, aplicando una férrea dedicación, logró dominar todo aquello que le habían enseñado, logró domeñar su carácter y su ímpetu espontáneos, aprendió todas las normas de etiqueta y protocolo necesarias. Llegados a este punto y con la satisfacción de aquellos que han cumplido con su trabajo, reunidos con su Rey, todos los caballeros de la gavilla de gobierno, decidieron por unanimidad, dar por terminada la ardua tarea. Finalmente, como tratábase de asuntos exteriores, el Ministro Castañetea informó: Castañetea - Ahora si mi Señor, esta usted preparado para afrontar el enorme compromiso que le espera. Me es grato saber que no tendrán motivo alguno para criticarlo, que usted podrá mostrarles toda su valía. Vicencio - Ja, ja, ja, ja. Todos quedaron asombrados, ninguno se permitió la libertad de preguntarle al monarca el motivo de su risa. Vicencio al ver sus caras estupefactas, exclamó: Vicencio - Mis queridos colaboradores, ahora entiendo la razón que tuvo el pueblo para elegirme su rey. Ahora me es fácil entender qué es lo que mis súbditos y súbditas buscan en un rey. Me atrevo a decir que lo que en realidad le interesa al pueblo, es la buena memoria. Santiaguiño – demostrando más servilismo que de costumbre - Señor, ¿A que se refiere?... Perdone nuestra ignorancia. Vicencio - Ustedes están tan preocupados por esos asuntos de menor importancia como son: el protocolo, las reglas de etiqueta, las vestiduras reales, el Vicencio Foximiliano Página 24

El primer Rey electo, democrático y transparente. manejo de toda esa serie de adminículos modernos e inútiles para comer; que se les olvidó lo más importante. El ministro del tesoro, el Duque Francisquín Gilón, preguntó: Francisquín – Observando uno a uno de los colaboradores y secretarios con mirada interrogadora - ¿Se nos ha olvidado algo?.. ¿Le hemos fallado?... Mi Rey, ¿Qué es aquello que hemos pasado por alto? Vicencio - De manera sarcástica -¿No estaban muy preocupados porque estuviera a la altura de los otros reyes? Todos - Si Señor. Vicencio - Pues eso es lo que han olvidado. Precisamente por eso empezaron a llenarme de ropa, de reglas inútiles, de protocolos arcaicos. Con esa premisa me hicieron comer cosas que no acostumbro, me hicieron usar adminículos modernos y poco prácticos para cada cosa que comía, me obligaron a dejar la comodidad, a la que estoy acostumbrado, para comer, dormir, hablar, reír, sentarme, etc. Todos - exclamando al unísono y mostrando sus caras de perplejos - ¿Como? - Vicencio - Si señores, eso, precisamente eso es lo que han olvidado, eso que nos hizo empezar a trabajar como locos, eso es lo que se les olvidó. Ahora señores, den gracias al Cielo de que yo soy el Rey, a mi no se me olvidó. Castañetea - ¿Qué es lo que dice, su majestad? Vicencio - A un rey no se le puede pasar por alto nada, y con agrado les comunico que yo no olvidé aquello de estar a la altura de los demás reyes, y por ello, decidí mandar a confeccionar un par de botas vaqueras, de charol y con tacón muy alto, botas que me garantizarán estar a la altura, o si fuera posible, más alto que los otros reyes. Y así se presentó Vicencio Foximiliano, acompañado de la bella reina Martiana Segundamano, a todos y cada uno de los eventos a los que fueron invitados, vestido con frac y calzado con sus botas vaqueras de charol. Resulta importante hacer notar que, lo que el rey Vicencio buscaba lo logró, que no solamente estuvo a la altura de otros reyes: resultó ser el más alto de cuantos participaron. En las fotografías que se publicaron alrededor del mundo, Vicencio Foximiliano siempre sobresalía de los demás. En algunas de esas fotografías, los fotógrafos requirieron alejarse más, para que la cabeza del gran Vicencio saliera en la fotografía, y no faltó el fotógrafo que no pudiendo alejarse, decidió eliminar las piernas de los otros reyes. A su regreso, en el reino de la desilusión ya se tenía noticia del uso de las botas: habían aparecido en los periódicos las fotografías de Vicencio usándolas. Se había corrido la voz de ello y todos sus detractores se apresuraron a declarar algo en contra de él y de sus botas. Vicencio Foximiliano Página 25

El primer Rey electo, democrático y transparente. En un periódico internacional, junto a su fotografía, en la que se veían fácilmente las botas de charol, se dijo que el Rey del Reino de la Desilusión calzó en la cena de gala que le ofrecieron los Reyes de Españolandia las únicas botas camperas de charol del mundo, además, se presentó ante la reina dándole un sonoro beso en la mejilla izquierda, conjugando el protocolo y sus costumbres rancheras. Como pie de fotografía, en el más importante diario de Europa: “Su majestad Vicencio se presentó vestido con un frac que al parecer le quedaba grande, calzado con unas botas vaqueras, eso si: de charol. Al parecer, el Rey Desilusionense es más conocido por sus frívolas excentricidades que por sus logros políticos, de los cuales el único que se ha demostrado es el haber terminado con 71 años de reinados dictatoriales”. En una entrevista para una estación de radio internacional, el Rey Vicencio dijo: Vicencio - “Como a la cena que nos ofrece el Rey Españolense, es necesario presentarse de frac, de riguroso frac, y allí hay que llevar zapato de charol, entonces yo voy a llevar mis botas vaqueras, eso si, de charol y con tacón. Me enorgullezco de tener las primeras botas de charol que se fabrican en el mundo'. “Me preparé para esta noche sin olvidar mis raíces rancheras'. Con esto dejo claro que, ni la más rigurosa etiqueta, ni el más imperativo protocolo, me apartará de mis costumbres y de mi vida de ranchero”. Aprovechando esta declaración, su gran detractor Manolo Barelet, dijo en una entrevista televisiva: Manolo – Con el uso de esas botas y la falta de respeto al besar a la Reina de Españolandia, demuestra la incultura que tiene el rey Vicencio. Sobre todo demuestra su desconocimiento de lo que es la política y su ignorancia ante los protocolos que la rigen. En mi opinión, no se puede andar por el mundo haciendo el ridículo. Es sabido que un rey es el representante del reino del cual es rey; es el representante de todos y cada uno de sus súbditos, de los nobles, de los intelectuales, de los caballeros; por eso no tiene derecho de andar exhibiendo su incultura. El mundo creerá que todos los desilucionenses somos como él. Como verá amable lector, el simple hecho de mantenerse fiel a sus costumbres, a sus raíces y a su verdadera identidad, el querer mantenerse a la altura de los demás reyes, resultó ser un escándalo de grandes proporciones para el Rey Vicencio. Los desilusionenses y el mundo no lograron entender la existencia de un rey folclórico y campestre, no lograron aceptar la benevolente sencillez campirana que caracterizó al gran Vicencio Foximiliano. Vicencio Foximiliano Página 26

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 27

El primer Rey electo, democrático y transparente. Capítulo III De cómo dio una Reina a sus súbditos. Cierto día, poco antes de cumplir su primer año de reinado, mientras mantenían una reunión de trabajo, más rutinaria que necesaria, el secretario de estado Santiaguiño Creelo Charro, que había estado buscando el momento propicio, vislumbró la oportunidad y le hizo, a Vicencio Foximiliano, la siguiente observación: Santiaguiño - Su excelencia, gran Vicencio, el pueblo está deseando tener una reina. Es importante que piense usted en ello. Vicencio - Mi querido amigo Santiaguiño, sabes bien que no es posible compartir la responsabilidad de ser rey. Santiaguiño - En eso estoy de acuerdo, pero el pueblo necesita una reina, una bella dama que le sirva de aliciente. Vicencio - Estoy de acuerdo Santiaguiño, pero ¿quién querrá ser la reina? recuerda que es un puesto muy exigente: requiere de muchos esfuerzos. No cualquiera podría soportar la vida de lujo que se requiere y pocas son las mujeres que estarían dispuestas a sacrificarse con los compromisos sociales que exige la posición de reina. Santiaguiño - Es verdad, su Excelencia. Aún así, estoy seguro de que existirá, en alguna parte del reino, alguna mujer que esté dispuesta a tales sacrificios, soportándolos en beneficio de los súbditos... Vicencio - Con un dejo de molestia - y de las súbditas. Santiaguiño - Si, y de las súbditas… por ello, le suplico a su alteza serenísima, que busque a la honorable dama que esté dispuesta a tan extremos sacrificios, y después la despose. Además, mi querido rey, si estuviera casado, no se repetirían nunca más esos días que resultan agotadores, en los que al final del día se siente tan solo e incomprendido. Esos días que Dios le ha confiado. Vicencio - Tienes mucha razón Santiaguiño… seguiré tu consejo. Esa noche, Vicencio Foximiliano, en la soledad de su alcoba, sin poder conciliar el sueño, meditaba sobre lo que su fiel amigo Santiaguiño le había sugerido. Tras varias sesudas y lógicas disertaciones, tomó una decisión: contraería nupcias. Buscaría a la mujer ideal, aquella que estuviera dispuesta a sufrir los grandes sacrificios que requiere ser la reina de un gran pueblo. Durante varios días Vicencio se mostró cabizbajo y meditabundo. Todas las noches, en su soledad, buscaba y rebuscaba en su mente, entre todas las mujeres que conocía, a una que le ofreciera todo aquello que de una buena reina se requiere y sobre todo, que fuera digna representante de su pueblo. Tras varias semanas de lucha febril entre su corazón y su mente, encontró a la perfecta esposa, a la Vicencio Foximiliano Página 28

El primer Rey electo, democrático y transparente. abnegada compañera, a la humilde representante de todas y cada una de las mujeres de su reino. Definitivamente, había encontrado a su Reina. Por ello, sin importar que aún no hubiera amanecido, llamó a su Secretario de Estado y con toda la alegría de su corazón le comunicó la buena nueva. Vicencio - Mi muy querido y servicial Santiaguiño, tenías razón: ya he encontrado a la mujer ideal. Santiaguiño - ¡Perfecto!, ahora Su Excelencia, sólo nos resta esperar que todos los Caballeros de la gavilla estén de acuerdo con su elección. Vicencio - No opondrán ninguna objeción, además, no me importa lo que opinen, el Rey soy yo y he decidido casarme con ella. Santiaguiño - De acuerdo, pero, ¿Puedo saber quién es la agraciada? Vicencio - Claro mi querido Santiaguiño, claro que puedes saberlo, ya que también será tu Soberana. Se trata de Martiana Segundamano, ¿la recuerdas? Santiaguiño - Discúlpeme mi Señor, pero no recuerdo a Martiana Segundamano. Vicencio - ¡Ay Santiaguiño!, si serás pendejo. Ha estado a mi lado por varios años, ha participado en mi lucha por la democracia. Es aquella chaparrita, flaca y trompudita, aquella amiga mía del mismo pueblo que yo, la que ha sido mi compañera de andanzas por la vida. Santiaguiño – Pero, gran Vicencio, ella ya está casada. Vicencio - Ciertamente, precisamente por ello la he elegido: ella ha demostrado serme leal y ha sido tan abnegada, que ha aceptado ser mi concubina, por la simple y sencilla razón de estar casada. Santiaguiño - Entonces tendremos que buscar la forma de anular el matrimonio de Martiana Segundamano. El triste Vicencio Foximiliano, al ver que su sueño de felicidad al lado de Martiana Segundamano, se veía ensombrecido, decidió encontrar apoyo en sus buenos amigos, el Cavernal Norbeto Grillera y el Archivisco Millonésimo Cempeda. Vicencio - Comunícate con el Cavernal Norbeto Grillera y con el Archivisco Millonésimo Cempeda, ponlos al tanto de los sacrificios que ha hecho Martiana para ayudarme, explícales, con lujo de detalles, los que tendrá que hacer al tomar el cargo de reina, creo que se darán cuenta de que, si bien es cierto que Martiana está casada, ese matrimonio no es más que un error en la vida, ellos se darán cuenta de que ha sido predestinada por Dios para que sea mi reina. Santiaguiño - Haré lo que me pide su Majestad, estoy seguro de que ellos buscarán, y quiera Dios que hallen, la forma de que sea anulado el matrimonio de Martiana, si lo logran, ya no habrá obstáculo para que ella contraiga nupcias su Majestad, y así podrán cumplir con la encomienda que Dios les ha dado en esta vida. Vicencio Foximiliano Página 29

El primer Rey electo, democrático y transparente. Santiaguiño se entrevistó con El Cavernal Norbeto Grillera y el Archivisco Millonésimo Cempeda, los puso al tanto de todo el tiempo que Martiana Segundamano había apoyado a Vicencio, estos grandes amigos y santos varones, al ver el desinteresado amor que la trompudita Martiana profesaba al apuesto rey Vicencio, y el fervoroso cariño con que le había ayudado en el pasado, se ofrecieron a tramitarles la anulación del matrimonio anterior de la chaparrita, en tiempo récord. Con esto podrían casarse y reinar juntos. Tanto el Cavernal Norbeto Grillera, como el Archivisco Millonésimo Cempeda, estudiaron concienzudamente el asunto: se decían uno al otro, que no podría el cielo permitir que un error como este llegara a tal grado que no tuviera solución. Se cuenta que algunos altos funcionarios de su iglesia se ofrecieron para ayudar a estos santos hombres, intentando buscar la tan ansiada solución. Se menciona al Señor Pingone y a muchos eruditos más… todos buscaban causales para que el primer matrimonio de Martiana tuviera que disolucirse o alguna causal para que se pudiera declarar inexistente. Un domingo, después de haber disfrutado de una humilde botana de langostas, berberechos, gambas y blanco del norte, Grillera, Pingone y Cempeda, mientras le hacían los honores a un excelente V.S.O.P. (¡Virgen Santa! Otro Pedo) y a los aromáticos habanos con que Cempeda acostumbraba deleitar a sus amigos, no sin antes recordarles que “Estos son verdaderos cigarros, hechos a mano y rolados sobre los muslos desnudos de bellas y sudorosas mulatas”, comentaban las probabilidades de lograr el éxito a favor de su amigo Foximiliano… Pingone - Se me ocurre una cosa. Grillera - ¿Qué? Pingone - Veamos, razonen conmigo. ¿Qué edad tenía Martiana cuando se casó? Grillera - Como 16 o 17 años. Pingone - ¿Ustedes creen que ya se puede tomar una decisión tan importante como el matrimonio, a esa edad? Cempeda - ¡No, claro que no! A decir verdad, yo no permitiría que se casara nadie a esa edad, apenas son unos niños, no son lo suficientemente maduros para tomar semejante decisión. Pingone - ¡Exactamente! Cempeda - ¿Exactamente qué? Pingone - Esa es la causal que estamos buscando. Grillera - ¿Cual? Pingone – observando alternadamente a cada uno de sus interlocutores - Si nuestra amadísima hermana Martiana se casó entre los 16 y 17 años, era una niña, por lo tanto no tenía la madurez necesaria para tomar dicha determinación. Vicencio Foximiliano Página 30

El primer Rey electo, democrático y transparente. Cempeda - En eso estoy de acuerdo. Grillera - Pero el matrimonio se consumó, ellos procrearon tres hijos. Cempeda - Ja, ja, ja. ¡Calentura!, ¡Calentura! Jovencita, inexperta, buenas nalgas y con un garañón como con el que se casó, ¿Qué esperaban? Pingone - Je, je, je. Grillera - Darle duro, duro, duro, ja, ja, ja. Pingone – llamándolos al orden - Entonces, con ese mismo razonamiento, es posible afirmar que el hecho de consumar el matrimonio y procrear tres hijos, es resultado de la inmadurez propia de la edad. Grillera – haciendo una seña obscena - Esta vez si te la sacaste, Pingone. Cempeda - Se la sacó y se columpió en ella, ja, ja, ja, ja. Pingone - De acuerdo mis queridos hermanos, creo que ha quedado solucionado este problema. Como nuestro superior ya es un viejo que chochea, no creo que pueda oponerse a estos razonamientos. Grillera - ¿Y qué haremos con toda la bola de beatos que lo rodean? Pingone - ¡Nada! Que coman mierda, yo me encargo de hablar con el viejo chocho para que nos dé su aprobación. Déjenlo por mi cuenta y riesgo. Grillera - De acuerdo. Cempeda - carcajeándose y poniéndose rojo de tanto reír - Yo me encargo de comunicarle a Vicencio y a Martiana que ya pueden darle duro, duro…, mientras Vicencio lo pueda tener duro. Grillera - Que no será por mucho tiempo, ja, ja, ja, ya está viejo. Pingone – Y Martiana dentro de poco ya no estará tan buena, je, je, je. Cempeda - Bueno, cada quién a sus asuntos, este arroz, ya se coció. Al cabo de un año, al fin llegó el momento tan ansiosamente esperado: Vicencio Foximiliano y Martiana Segundamano contrajeron matrimonio. En cierto modo se trataba de un verdadero acontecimiento: por primera vez en la historia del reino de la Desilusión, un rey, que llegó a serlo siendo soltero, contraía matrimonio. Al término de la hermosa ceremonia Vicencio Foximiliano salió al balcón real y saludo a su pueblo, diciendo: Vicencio - Súbditos y súbditas, mi querido pueblo, les puedo asegurar que este es un día muy feliz para mí y todos los ciudadanos del reino de la Desilusión. Ciertamente, hoy que es el aniversario de mi nacimiento y el de mi coronación, para que el festejo y la alegría sean por triplicado, tengo el Vicencio Foximiliano Página 31

El primer Rey electo, democrático y transparente. gusto de presentarles a su nueva reina, mi esposa, la Señora Martiana Segundamano de Foximiliano. Se escucharon gritos de alegría y sonoros aplausos. Vicencio – haciendo con las manos una seña que se pudo interpretar como pidiendo silencio, dijo: - He aquí a su Reina, La Señora Martiana, quien será para mí la luz y la guía, mi consejera y compañera. Para ustedes, es y será siempre, una mujer con valor y muchas faldas, una mujer que no se arredrará ante los sacrificios, la mujer en la que pueden confiar y confiarán. Martiana Segundamano de Foximiliano salió al balcón y entre las sonoras manifestaciones de júbilo, esbozó una bella sonrisa, la cual iluminó su rostro. Su magnífico y altivo semblante, a todo aquel la miraba, parecíale un hermoso sueño. Martiana se paró de puntitas, para que todos pudieran verla, levantando su pequeña y alba mano, en signo de franco saludo. Los aplausos y vítores no se hicieron esperar: todos quedaron prendados de Martiana; las mujeres querían parecerse a ella y los hombres admiraban su grandeza. De pronto todo quedó en silencio, Martiana había empezado a hablar, diciendo: Martiana - Queridods amigods, amadods conpatriotads, ¡No lloreds por mí, paids de la dedsilución! Soy una mujer a carta caval, no me achico ante las adversidadeds, no me detengo ante las injuriads y dsiempre lucharé por ayudar a las mujereds necedsitadas, y ayudaré al Rey a gobernar edste reino. Luchare por mantener en igualdad de dcircundstanciads a todads lads mujereds del reino, hadciendo que la mujer llegue a tener un empoderamiento igual al de lods hombreds. Dsoy una mujer valiente, con agallads, y nada ni nadie me va a detener Nuevamente se escuchó un sonoro aplauso y los mariachis, tan típicos de este país, empezaron a tocar aquella canción, ya tradicional, que dice… 'Si Martiana se fuera con otro...' Vicencio Foximiliano, al ver el gusto que a su pueblo le daba el tener una reina exclamó: Vicencio - Querido pueblo, ya no solamente tenéis un Rey, ahora tenéis un Rey y una Reina, tenéis ya, por gracia divina, una pareja real. Recuerden que reinaremos juntos La señora Martiana y Yo. Si en algún momento tenemos que dejar de ser los reyes, nos retiraremos a mi castillo de verano, a vivir juntos una larga y tranquila vida, acompañándonos y apoyándonos el uno y la otra, cuidando de nuestras vaquitas y alejando a las tepocatas y víboras prietas, al igual que otras alimañas. Fuerte resultó la ovación de todo el pueblo; se comenta la grandeza y duración de la fiesta que siguió a la boda; cuentan los que estuvieron en ella, que duró 6 años. Vicencio Foximiliano Página 32

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio Foximiliano Página 33

El primer Rey electo, democrático y transparente. Capítulo IV Cuando quiso enseñar a trabajar a su pueblo. El reino de la Desilusión tenía como vecino al reino de la Mentira, el cual estaba gobernado por el Rey Georgino Bushcapleitos, que según las sagradas escrituras, había sido elegido por Dios como el nuevo Mesías: tenía el divino don de descubrir a los traidores y terroristas, por muy escondidos y disfrazados que estuvieran. Otra de sus inmensas cualidades, la cual le fue reconocida a nivel mundial, era la de ser defensor y promotor de la paz y la libre determinación de los pueblos. Pues bien, el gran Georgino Bushcapleitos, por fortuna era amigo leal del rey Vicencio, como buen amigo y buen vecino, siempre trataba de ayudarlo en todo lo que podía, por eso, en cierta ocasión le dijo: Bushcapleitos - Vicencio, no es posible que tengas a tus súbditos sin trabajo ni ocupación, los harás caer en las tentaciones del demonio y en las manos del pecado. Debes buscar la forma de ponerlos a trabajar, de convertirlos en personas útiles para tu reino. Vicencio Foximiliano, con la gran velocidad mental que le caracterizaba, valoró el contenido filosófico de las palabras del gran Bushcapleitos, discurriendo que, en verdad, sus súbditos y súbditas podrían caer en manos del pecado. Rápidamente, cual saeta, como solamente él sabía hacerlo, tomo una decisión, comunicándosela de inmediato a Georgino Bushcapleitos. Vicencio – Georgino, amigo mío, tienes mucha razón: mi reino sería más importante si no tuviera esa clase de súbditos, pero como no puedo cambiarlos a todos, me gustaría que algunos, o la mayoría, aprendieran de las virtudes de tus grandes y nobles Caballeros. Creo saber cómo lograrlo, y por ello te propongo, si no tienes inconveniente alguno, que todos aquellos flojos que se encuentren en mi reino, sean trasladados al tuyo, en donde trabajarán de jardineros, lava platos, acarreadores de basura, limpiadores de orinales, y algunas otras actividades que resultan denigrantes o molestas para tus ilustres y nobles Caballeros. Me gustaría que estuvieran al servicio y disposición de tu reino. Georgino Bushcapleitos recibió esa proposición sin inmutarse, se levantó en silencio, y en silencio recorrió unos metros, meditando, sopesando el verdadero valor de las palabras de su amigo. Se mantuvo en silencio cuatro o cinco segundos… de pronto, mirando a Vicencio de manera fraternal le dijo: Bushcapleitos - De acuerdo, mi querido Vicencio. Mándame a todos los flojos de tu reino y los pondré a trabajar. Así todos los Caballeros nobles de este gran reino de la Mentira podrán vivir de manera más cómoda y noble. Mis caballeros podrán vivir más tranquilos, lo que permitirá mandarlos a que conquisten otras tierras; así esparcirán la verdad, la justicia y la libertad en cada rincón del mundo. Esto me permitirá expandir el dominio del verdadero Dios: el Dios Dólar, por todo el mundo, en cuyo nombre podré sostener una santa cruzada, con la cual salvar al mundo de los diabólicos terroristas Bin-Saladin y Satán-Juse-in Vicencio Foximiliano Página 34

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio – con voz de humildad y agradecimiento – Perfecto, mi buen amigo Georgino: mandaremos a todos los flojos de mi reino, los pondremos al servicio de tus nobles Caballeros. Así aprenderán a trabajar, a ganarse el pan con el sudor de su frente y mandarán dinero a sus familias. Al escuchar esto, Georgino Bushcapleitos frunció el seño… parecíale que algo no sonaba bien, que algo no encajaba perfectamente. Se puso serio y exclamó: Bushcapleitos - Pero Vicencio, que cosas tan absurdas dices, sus familias deberán mandarle dinero a ellos. Si nosotros los enseñaremos a trabajar, ellos deberán pagarnos a nosotros; pagarnos por las clases que recibirán, por la preparación y capacitación que tan amablemente nos ofrecemos a darles. Además, deberán pagar los impuestos por vivir en nuestro reino, los peajes, los derechos de tránsito y también tendrán que pagar aquello que coman y el arrendamiento de los lugares que se les dará para que vivan. Vicencio – suplicante - Mi querido Georgino, ¿no ves que son flojos? No han trabajado por años, no tienen ni un centavo, algunos no comen… prefieren no comer con la esperanza de no tener que trabajar. ¿De donde sacarán el dinero para pagarte las clases que tan amablemente les darás y todo lo que tú dices? Consternado y triste, con ese sentimiento que cala en el alma, cuando no se puede ayudar al prójimo, el elegido de Dios, sintiendo que se le desgarra el corazón, dijo: Bushcapleitos - ¡Hay Vicencio!, entonces es imposible tratar con tus súbditos, nunca podremos ayudarlos y siempre estarán en el estado tan deplorable en el que se encuentran. Como dijo el sabio filósofo Shmit, “el que por su gusto muere, la muerte le sabe”. Vicencio – implorando - Ayúdame Georgino, debe existir una manera, tenemos que ayudarlos. Debe existir una forma de que esa bola de flojos y mal vivientes aprendan a trabajar. Creo que será la única forma de que lleguen a tener dinero y paguen tributos. Así podré recaudar grandes cantidades y tendré la posibilidad de seguirlos ayudando. Ante la implorante y paternal insistencia de Vicencio, haciendo a un lado todo ápice de egoísmo y con el ánimo de ayudar a su prójimo, el patriarcal Georgino afirmó: Bushcapleitos - De acuerdo Foximiliano: un buen vecino es un buen amigo. No te prometo resultados inmediatos, no será una empresa fácil, pero lograremos mejorar a esos casi animales que son tus súbditos. Tendremos que llamar a los caballeros del congreso del reino de la Mentira. Estoy seguro que ellos, con la ayuda del gran Dios Dólar, encontrarán la manera de ayudar a tus súbditos, sin que sean una carga para los míos. Esto lo hago solamente por que eres mi amigo y sobretodo, tomando en cuenta que el reino de la Desilusión casi es el patio trasero de mi reino. Vicencio se alegró. En lo más profundo de su corazón reconoció la benevolencia de Bushcapleitos. Se sintió alagado por la amistad que le demostraba. Por ello, con toda la dignidad de un gran rey, se empinó, limpió las zapatillas reales de su amigo y besó las manos de Georgino. Se incorporó y dijo: Vicencio Foximiliano Página 35

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio - Georgino, no me queda duda de que eres en verdad mi amigo, que eres el gran amigo de todo mi pueblo. Te prometo, si ayudas a mis súbditos y súbditas, que pondré todo mi reino y sus riquezas a tu servicio. Bushcapleitos - Gracias Vicencio, no tienes nada que agradecer, esa es mi misión en este mundo, prometo por el Dios Dólar, que nos reuniremos dentro de tres meses para firmar los acuerdos migratorios que sean necesarios. Ya verás que tus súbditos podrán venir a ser útiles en mi reino, que conocerán la santificante vida del trabajo y harán realidad sus sueños, serán voceros de la fraternar bienvenida que se prodiga a todos cuantos llegan a mi reino. Vicencio Foximiliano regresó a su reino. De manera inmediata reunió a su gavilla de secretarios y les informó del gran acuerdo. Con el alborozo propio de aquellos que han logrado beneficiar a los demás sin esperar recompensa o reconocimiento, decidieron que el excelentísimo Vicencio debería comunicar a sus súbditos la buena nueva. Esa misma noche, en cadena nacional, todas las estaciones televisoras y las radiodifusoras transmitieron el mensaje que Foximiliano dio a su pueblo, en el que decía: Vicencio - Súbditos y súbditas, pobladores y pobladoras del reino de la Desilusión, tengo el honor de comunicarles que hemos acordado con su excelencia Georgino Bushcapleitos, rey del gran reino de la Mentira, firmar un tratado migratorio que permitirá a todos ustedes ir a trabajar al reino de la Mentira. Podrán tener diferentes ocupaciones, podrán aspirar a ser mejores y a vivir cada día mejor: he acordado con el rey Bushcapleitos que, a todos los que emigren al reino de la Mentira se le pagará por sus servicios. Al poco tiempo, Georgino Bushcapleitos giró la siguiente orden. Reino de La Mentira. Yo, Georgino Bushcapleitos, Rey y Soberano del reino de la Mentira, faltándome pocos días para ser nombrado Rey Supremo del Universo, he recibido orden directa de Dios, en la cual me indica que se deberá construir una muralla. Esta muralla deberá separar a los reinos de la Mentira del de la Desilusión. Deberá ser construida a lo largo de toda la frontera entre ambos reinos y será de 7 metros de altura. El propósito de Dios no me ha sido comunicado, pero en su infinita sabiduría reconoce: la necesidad de preservar la integridad de este su pueblo elegido, el salvaguardar esta santa tierra de la intrusión de los seres inferiores del reino de la Desilusión, y evitar que cualquier mirada de esos seres inferiores pueda penetrar en nuestro territorio. Por mandato divino y por orden mía, cúmplase esta encomienda. Georgino Bushcapleitos. Rey del Universo. Vicencio Foximiliano Página 36

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio viajó al reino de la mentira, lleno de confusión. Se sintió en posibilidad de pedir una explicación al Rey Georgino Bushcapleitos. Vicencio – Mi queridísimo amigo Georgino, no entiendo la razón que has tenido para ordenar la construcción de una muralla que separe nuestros reinos. Siempre hemos demostrado ser amigos y aliados de tu reino. Ahora que yo soy rey, está más segura que nunca nuestra frontera. Georgino – No lo tomes de esa manera. Conoces perfectamente que existe terrorismo en el mundo, por lo que yo estoy obligado a salvaguardar a todos mis súbditos y sobre todo a la nobleza de este reino. Vicencio – Si Georgino, eso lo entiendo, lo que no me queda muy claro es el motivo por el cual nos has agredido llamándonos seres inferiores. Georgino – Mira Vicencio, no me negarás que tus súbditos son de segunda categoría, no son blancos, no son rubios, no hablan nuestro idioma. Vicencio – Eso me suena a discriminación. Georgino – con un dejo de molestia y con el seño fruncido - No es discriminación, es precaución. Como estarás enterado, la mayoría de los terroristas son morenos, como tus súbditos; usan bigotes grandes, como tus súbditos. ¿Como quieres que los identifique y pueda defenderme de ellos? Vicencio – sorprendido por las afirmaciones de su amigo - En realidad son muy diferentes mis súbditos de la mayoría de los terroristas: puedes notar las diferencias entre mis súbditos y Bin-Saladin o Satán-Juse-in. En realidad no existe un parecido grande. Georgino – Las notarás tú, pero nosotros no las notamos. Estamos acostumbrados a otros rasgos fisonómicos muy diferentes. Por ello es preciso eliminar cualquier posibilidad de que el terrorismo penetre en mi reino. Vicencio – Estoy de acuerdo en que te protejas, pero, ¿Que pasará con el acuerdo migratorio que firmaremos? Georgino – ya un poco molesto - Por el momento, el acuerdo migratorio entre tu reino y el mío quedará detenido. La prioridad en este momento es defenderme del terrorismo mundial y atacarlo para erradicarlo de la faz de la tierra. Vicencio – Entiendo, pero prometiste ayudarme a enseñar a trabajar a mis súbditos. Eso es lo que haríamos, esa era la conveniencia de firmar entre nosotros los tratados migratorios. Georgino – Como verás, el único beneficiado eras tú: enseñaríamos a trabajar a tus súbditos, querías que les pagáramos un sueldo y tú cobrarías tributo sobre sus ingresos. Eso solamente te beneficiaría a ti. Vicencio – Pero también saldrías beneficiado, también tus nobles se beneficiarían del trabajo realizado por mis súbditos en tu reino. Vicencio Foximiliano Página 37

El primer Rey electo, democrático y transparente. Georgino – levantando el volumen de la voz - No seas necio, ¿Qué beneficio obtendríamos? Ninguno, si acaso un poco de comodidad para la nobleza. ¿Quieres que exponga a mi reino y a mis súbditos, por tan poco beneficio? Vicencio - Si deseas algo más, podremos negociarlo. Ya hice público el convenio que hicimos en mi última visita. ¿Cómo quedaría ante mi pueblo? Georgino – esbozando una sonrisa sarcástica - Eso es problema tuyo: muy claramente te advertí que tendíamos que firmar los tratados de migración. Esto quiere decir que nada estaba fincado sin esos tratados. Si se te ocurrió hablar antes de firmar los tratados… eso es problema tuyo. Las circunstancias han cambiado. Si por lo menos me ofrecieras algún beneficio equiparable al riesgo que corro manteniendo un tratado de migración… Vicencio – ¿Que sería para ti un beneficio equiparable? Georgino – Bueno, por ejemplo… en tu reino existen grandes yacimientos de petróleo. Resultaría interesante participar de la extracción y la petroquímica. Vicencio – Ese es un tema tabú en el reino de la Desilusión, ninguno de los que componen la cámara de los comunes y la cámara de los corrientes desea que se pierda el control del Estado en esos rubros. Para muestra, un botón: iniciamos negociaciones con los capitales extranjeros y privados, por medio de un supuesto contrato de riesgo, al que le hemos puesto el nombre de PIDIREGAS, y se ha armado un follón. Me acusan de permitir la intervención de capitales privados en los bienes del reino. Georgino – Creo que no me entiendes: lo que deseo es que me vendas la empresa productora de petróleo de tu reino. Probablemente, al tener el control total de la industria petrolera de tu reino, podré convencer a los caballeros del congreso de permitir la firma de los tratados de migración. Vicencio – visiblemente espantado - La venta de la industria petrolera del reino, al igual que la industria eléctrica, está prohibida por la ley máxima del reino de la Desilusión. Georgino – Ahora que mencionas a la industria eléctrica: si lograra tener el control de los recursos energéticos de tu reino, eso creo que si resultaría ser un beneficio equiparable con el riesgo de mantener un tratado de migración con tu reino. Vicencio – Eso es imposible, las cámaras no aprobarán la venta de los recursos energéticos del reino, eso no lo puedo hacer. Georgino – Entonces, como verás, no existe un beneficio equiparable al riesgo que correríamos, por lo mismo no habrá firma de tratados migratorios. Vicencio Foximiliano Página 38

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio – ¡Creí que éramos amigos!... Ahora resulta que me condicionas la firma de un tratado a la venta de los recursos naturales de mi reino y a las empresas del Estado. Georgino – No estoy condicionando nada. Solamente trato de ayudar a mejorar el estatus de tu reino. Si negociaras con las cámaras una reforma energética, ellos se encargarían de modificar la ley máxima de tu reino y permitir la venta y privatización de las empresas que te he mencionado. Además, buscaríamos la forma de que tú, en lo particular, resultaras beneficiado. Vicencio – ya en el paroxismo del terror – No pudo, me llamarán traidor, vende patrias, ¡Me fusilarán! Georgino – Busca la forma de tener una reforma energética y me encargo de los tratados migratorios. También me encargaré de que pases a la historia como el gran Rey que modificó las estructuras arcaicas de tu reino. Vicencio – visiblemente derrotado – Lo intentaré… todo sea por el beneficio de mis súbditos. Buscaré la forma de hacer una reforma energética y, poco a poco, realizar los cambios que sean necesarios para obtener ese beneficio que me prometes. Georgino – De acuerdo, haz todos los intentos que se requieran, todos saldremos beneficiados. Te lo prometo: recuerda que tú en lo particular también saldrás beneficiado. Vicencio – De acuerdo, lo intentaré, pero no prometo nada. Georgino Bushcapleitos, tomando del brazo a Vicencio, empezó a caminar con dirección a la puerta. Al llegar a ella le dijo: Georgino – De acuerdo, estaremos en contacto. Ahora, si me lo permites, te tengo que dejar partir, requiero poner toda mi atención en el problema del terrorismo. Vicencio – sintiendo un calorcillo de vergüenza que subía a su rostro - Lo intentaré, nos pondremos en contacto más adelante. Georgino - Adiós. La puerta se serró detrás de Vicencio. Este se sentía desmoralizado, denigrado por la forma en la que lo habían despachado. Sintió que Bushcapleitos, aquel al que creía su amigo, lo corrió sin ninguna consideración. Vicencio regresó al reino de la Desilusión. Al ser interrogado por el resultado de las negociaciones con respecto a la migración, intentó minimizar el problema y se guardó, muy en sus adentros, las razones que el rey del reino de la Mentira le había dado. A los pocos días congregó a todos los caballeros de su gavilla de gobierno y empezó a mencionar, como quien no quiere la cosa, los problemas a los que se enfrentaban las dos compañías más importantes de su reino: la petrolera y la eléctrica. Vicencio Foximiliano Página 39

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio – Los he reunido para informarles que según los últimos estudios mandados a realizar, la industria petrolera se encuentra en peligro financiero. Es necesario tomar medidas. Todos los presentes, se miraron entre si, se quedaron helados. Esta declaración los tomó por sorpresa. Tras unos segundos de incrédulo silencio, el secretario de gobierno Santiaguiño Creelo Charro se atrevió a preguntar: Santiaguiño – Su Majestad, ¿Podría explicarnos cual es ese peligro financiero? Vicencio - Claro mi buen Santiaguiño, no es nada difícil de explicar. La industria petrolera del reino está estructurada con equipo que es en verdad obsoleto, los recursos económicos que se necesitan para la exploración, cada día son mayores. Santiaguiño – Entonces es necesario inyectar más recursos económicos a la industria petrolera. Vicencio – Ciertamente, pero no tenemos los recursos necesarios. Francisquín – Su Majestad, yo como secretario del tesoro del reino, me permito opinar, que deberíamos aumentar los impuestos: con un ingreso mayor podríamos inyectar esos recursos. Vicencio – Recuerden que tendríamos que competir con las empresas petroleras del resto del mundo, sobre todo con las del Medio Oriente, que tienen grandes capitales y costos de producción muy bajos. Francisquín – Entonces necesitamos buscar la forma de tener acceso a nuevos préstamos. ¡En mala hora!... Hemos logrado estabilidad en las reservas de la corona y pagar deudas con anticipación. Santiaguiño – En la actualidad, con el costo del dinero tan alto, con los intereses a tazas fuera de este mundo, el hecho de pedir nuevos préstamos, resultaría en una carga catastrófica. Sigamos con nuevos PIDIREGAS. Vicencio – No lo creo: ya vieron lo que pasó con los anteriores PIDIREGAS. Creo que esta vez lo mejor sería modificar la Ley Máxima del Reino, hacer que nos permita la inversión extranjera, o mejor resultaría que nos permitiera deshacernos de esa empresa incosteable. Santiaguiño – No estoy seguro que consigamos el apoyo necesario para esas reformas… creo que es mejor seguir con los PIDIREGAS. Al fin y al cabo ya tenemos algunos. Vicencio – Tenemos que cabildear las reformas a la Ley Máxima del Reino para deshacernos de la industria petrolera y de la eléctrica. Estoy seguro que esto beneficiará al reino. Francisquín – Si Usted está de acuerdo, iniciaremos el cabildeo de esas reformas, informando al pueblo de los graves riesgos que corren las dos empresas más importantes de este reino. Vicencio Foximiliano Página 40

El primer Rey electo, democrático y transparente. De esta manera iniciaron la maniobra, así pasaron los años y cada vez que tenían la oportunidad, intentaban empujar el tema de la reforma energética, pero en la cámara de los comunes, al igual que en la de los corrientes, sin importar cuantos adeptos tenían, siempre les rechazaron su mentada reforma, una y otra vez, hasta el fin de su reinado. Vicencio Foximiliano Página 41

El primer Rey electo, democrático y transparente. Capítulo V Desenmascarando al malvado Fidelius Castrador. Es una tarde lluviosa, la vida de la naturaleza parece estar en suspenso ante la inminente amenaza de una tempestad, anunciada por el fluido misterioso que en el aire la precede. Pero la actividad humana no se detiene. Vicencio Foximiliano se encuentra en su despacho real. Se escuchan confusos rumores, voces ininteligibles, se escuchan unos pasos, llaman a la puerta: toc, toc: Vicencio Foximiliano, regresando a la realidad, aquella que dejó para internarse en la meditación, se acomodo en su sillón y dijo: Vicencio - Adelante. Se abre la puerta y entra el secretario de estado, el caballero Santiaguiño Creelo Charro Santiaguiño - Buenas tardes tenga su Majestad. Vicencio - Buenas tardes tengas Santiaguiño, ¿Qué te trae por aquí? Santiaguiño - Su majestad, creo mi deber comunicarle que el canciller Castañetea no está tomando el rumbo que marcan nuestras leyes, en relación a la política exterior del reino. Vicencio - ¿Por qué afirmas eso Santiaguiño? Santiaguiño - Señor, desde que nuestro reino es independiente, tenemos por norma no inmiscuirnos en los asuntos internos de otros reinos. Vicencio - ¿Y eso que tiene que ver con Jorgito Castañetea? Santiaguiño - Eso es lo que intento explicarle su Majestad Vicencio - De acuerdo. Sigue, sigue, y no tardes tanto. Tengo muchas cosas que hacer: la Señora Martiana, la Reina, me espera para ir con su modista y encargarle algunos vestiditos, ¡Se ve tan linda cuando estrena ropa! Santiaguiño - Como le decía, desde que somos un reino independiente, nuestra costumbre es no inmiscuirnos en asuntos internos de otros reinos. Tal costumbre ya se ha convertido en ley y nuestra ley suprema lo contempla. Vicencio – en tono molesto - Si, si, rápido, ¿Qué más?, eso ya lo sé, al grano, ¿no te das cuenta que interfieres en los asuntos de la pareja real? Santiaguiño con voz trémula, al ver que el Rey Vicencio se muestra molesto, dice: Santiaguiño - El asunto es que el Canciller Castañetea ha tomado partido en lo que se refiere a la forma en que se gobierna el reino de Fidelolandia, y ha Vicencio Foximiliano Página 42

El primer Rey electo, democrático y transparente. hecho declaraciones a la prensa mundial expresando críticas y calificativos que han molestado al rey Fidelius Castrador. Vicencio - ¿Y qué partido ha tomado? Santiaguiño - Bueno, verá su Majestad: criticó la forma en que el Rey Fidelius Castrador gobierna a su reino y también criticó la forma en que trata a sus súbditos. Lo más grave es que ha criticado sus leyes y su sistema jurídico. Vicencio - ¿Eso que nos importa? Jorgito Castañetea es un hombre libre y puede opinar lo que el crea correcto. Santiaguiño – Si, su Majestad, pero no lo opinó a título personal: lo dijo como si todo el reino de la Desilusión estuviera de acuerdo con lo que él opina, lo dijo como si fuera la opinión de Su Majestad Vicencio - Por lo pronto, Yo estoy de acuerdo: ese Fidelius es un individuo cruel… además, ¿qué es eso de fincar su reino en un lugar que se encuentra rodeado de agua? Eso en realidad es malvado. Lo hace para que sus súbditos no puedan salir de esa isla. Santiaguiño – Bueno, señor, recuerde que el reino de Fidelolandia ya estaba fundado en ese lugar antes de que naciera Fidelius. Vicencio - con voz fuerte y lleno ira - ¡Mentira! ¡Mentira! En realidad, ese tal Fidelius ha de haber hecho tratos con el diablo, por ello sus antepasados fundaron en ese lugar el reino, para que él, cuando tomara el mando del reino, no permitiera que sus súbditos salieran de la isla. Santiaguiño - con voz casi apagada y con gran temor - Su Majestad, no creo que eso sea muy exacto. Vicencio - Pues Yo si lo creo, y también lo cree mi buen amigo Georgino Bushcapleitos. Él afirma que no solamente hizo tratos con el diablo: dice tener pruebas contundentes de que el malvado Fidelius es el Mismo Satanás. Santiaguiño - Mi Señor, ¿En realidad cree Usted eso? Vicencio - ¡Claro que lo creo! Como sabrás, el rey del reino de la Mentira es un hombre justo y honrado, que tiene comunicación con Dios y que busca el bien para toda la humanidad. Georgino Bushcapleitos ha demostrado desde que fue coronado rey, que solamente le interesa la libertad y la seguridad de todos los seres humanos. Santiaguiño - Majestad, me atrevo a decir que algunas veces no es eso lo que aparentan las acciones y palabras del Rey Bushcapleitos: recuerde su Alteza que en la Organización de Reinos Unidos, la ORU, no están muy de acuerdo con sus opiniones. Vicencio - francamente molesto y alzando la voz - ¡Basta, Santiaguiño! Sabes perfectamente que esos engreídos de la ORU siempre tratan de oponerse a los deseos del buen Georgino Bushcapleitos. Pero eso sí: cuando Vicencio Foximiliano Página 43

El primer Rey electo, democrático y transparente. necesitan dinero, es al primero que le presentan la solicitud para que se los dé, y si por casualidad o por las múltiples ocupaciones que tiene, se le llega a olvidar pagar sus cuotas a la ORU, ponen el grito en el cielo y le reclaman que él es quien deberá poner el ejemplo de apoyo a la organización. Santiaguiño - en tono realmente rastrero - Bueno Su Majestad. En eso posiblemente tenga Usted toda la razón, pero volviendo al caso que nos ocupa, el canciller Castañetea ha insultado a los Fidelolenses: se atrevió a decir que las reclamaciones que le hacen por intervenir en su política interior, las hacen por “ardidos”. Vicencio - Señor Secretario Santiaguiño, en lo personal estoy totalmente de acuerdo con lo que ha expresado mi buen amigo Jorgito Castañetea: Fidelius Castrador y los Caballeros de su reino están ardidos. Santiaguiño - Si su Majestad, suponiendo sin conceder, que en realidad sea esa la razón por la que nos reclaman la intervención en sus asuntos, de todos modos, la forma correcta de tratar esos asuntos es por la vía diplomática. Se puede decir lo mismo pero con palabras menos ofensivas, y sobre todo, no diciéndolo a la prensa. Se debería de dirigir una carta a nivel de secretarios de relaciones exteriores y guardar las críticas que se hacen en un cordial grado de discreción. Vicencio - ¿Para qué perder el tiempo? Sabemos muy bien que cualquier crítica que hagamos a los métodos usados por el malévolo Fidelius Castrador y que cualquier señalamiento a sus errores, nos dará una posición de privilegio ante el reino de la Mentira, y que nos será tomado en cuenta al firmar cualquier tratado con Georgino Bushcapleitos. No olvides que estamos por firmar el tratado que permitirá mandar a todos los vagos de este reino a trabajar en aquel. Santiaguiño - Acepto que eso podría beneficiarnos, pero Castañetea también cometió el error de decir a la prensa que “Si ese tal Fidelius no los deja salir de la isla, la embajada del reino de la Desilusión se abrirá a todos los que quieran venir”. Vicencio - ¡Perfecto! Con eso se demuestra que nosotros también nos preocupamos por la libertad y seguridad de todos los reinos. Eso nos pondrá en el mismo contexto del reino de la Mentira y el rey Georgino Bushcapleitos empezará a tratarnos de igual a igual. Santiaguiño - Su majestad, posiblemente eso nos ayudará, pero nos podrá en contra de todos los demás reinos. Recuerde Usted que la mayoría no está de acuerdo con el rey Bushcapleitos. Vicencio - Santiaguiño, creo que será mejor que te ocupes de tus asuntos. Creo que estas preocupándote de manera excesiva en cosas que no deberías inmiscuirte. Santiaguiño - Mi Señor, disculpe usted que insista, pero este tema se mezcla con los asuntos que me atañen precisamente: recuerde que en pocos días se celebrará en nuestro reino la reunión de ayuda económica para los reinos más necesitados, y que, por ser el de más edad, al igual que uno de los Vicencio Foximiliano Página 44

El primer Rey electo, democrático y transparente. fundadores de la ORU, el rey Fidelius deberá estar en dicha reunión. Me temo que esta discusión que sostiene Castañetea con el rey Fidelius podría traer como consecuencia que el rey Fidelius no venga a la reunión. Vicencio - Si Fidelius no viene a la reunión de la ORU, es mejor para nosotros. Precisamente el rey Georgino me ha pedido, de manera un tanto exigente, que Fidelius no se presente a la reunión y que si es inevitable que venga, que no diga discurso alguno y que no conceda entrevistas a la prensa. Santiaguiño - Señor, creo que eso no podremos evitarlo: Fidelius es de los reyes más viejos y siempre son noticia sus discursos. Vicencio - Mi buen amigo Georgino no quiere que él diga discurso alguno. Santiaguiño – Si, su majestad, lo entiendo, pero si Fidelius quiere expresar sus ideas, no podremos evitarlo. Vicencio - ¡Claro que si podemos! ¿Crees que Fidelius se atreverá a contradecirnos si tenemos a Georgino Bushcapleitos y al ejército del reino de la Mentira de nuestro lado? Es muy necio pero creo que no es tonto. Santiaguiño - Pero su Majestad, sería una ofensa muy seria no permitirle dar un discurso. Vicencio- No te preocupes, Santiaguiño: eso lo trato directamente con el propio Fidelius. Si de casualidad se pone renuente, como acostumbra el viejo necio, lo amenazaré diciéndole que varios estamos de acuerdo en no permitirle la entrada a la reunión de la ORU. Santiaguiño – con cara de asombro - Su majestad, no creo que debamos hacer eso, nos pondríamos en posición desventajosa ante los reinos que simpatizan con Fidelolandia. Recuerde que el reino de la Mentira ha estado atacando a Fidelolandia desde hace ya 50 años y muchos reinos siempre están del lado del más débil. Vicencio - Eso me tiene sin cuidado. Llevaré a nuestro reino a que sea tratado como uno de los más poderosos, sin importar lo que tenga que hacer. El rey Vicencio hace una seña con la mano para que Santiaguiño deje de replicar y se quede callado, se dirige a su escritorio y le indica: Vicencio - Santiaguiño, comunícame en este momento con Fidelius Castrador y llama de inmediato a mi secretario Castañetea. Le enseñaré cómo se tratan los asuntos con el viejo necio de Fidelius. El secretario de gobierno sale inmediatamente del despacho real y se dirige a buscar al Barón Castañetea. Al encontrarlo, le avisa que el rey quiere que se presente en el despacho real inmediatamente. El Barón Jorgito Castañetea se dirige, seguido por el secretario Santiaguiño, al despacho real. Llaman a la puerta y entran. Castañetea - Su Majestad, ¿en que puedo serle útil? Vicencio Foximiliano Página 45

El primer Rey electo, democrático y transparente. Mientras, Santiaguiño Creelo Charro se dirige al teléfono real e intenta la comunicación con el Rey Fidelius Vicencio - ¡A mí, en nada!, Yo te seré útil, te evitaré los problemas con el viejo Fidelius, te enseñaré a tratarlo y de paso me libraré de él. No quiero que se presente a la reunión de la ORU, estoy seguro de que su presencia molestaría al Rey Bushcapleitos, quien por cierto es mi amigo y está ayudándome a mejorar a este reino, haciendo que mis súbditos y súbditas sean útiles. Santiaguiño – tapando la bocina del teléfono - Su majestad, su comunicación con el Rey Fidelius está lista. Vicencio – Pásame al viejo necio. La siguiente es la trascripción de la conversación divulgada en el reino de Fidelolandia por Fidelius Castrador el 22 de abril, de la conversación privada entre él y el rey Vicencio sobre el viaje de última hora al reino de la Desilusión del caudillo Fidelolense, para asistir a la Conferencia Internacional de la ORU sobre el tema del Financiamiento del Desarrollo. Vicencio Foximiliano se sienta en su sillón, sube los pies al escritorio y dice: Vicencio – Bueno… ¡Fidelius! Fidelius - Dígame, Rey Vicencio, ¿Cómo está usted? Vicencio - Bien Fidelius, ¿cómo estás? Fidelius - Muy bien, muy bien, muchas gracias. ¿Y usted qué tal? Vicencio - ¡Qué gusto! Oye, Fidelius, pues llamándote por esta sorpresa que me llevé hace apenas un par de horas, cuando me entero de tu pretendida visita acá al reino de la Desilusión. Primero, antes que nada, quisiera pedirte que esta conversación sea privada, entre tú y yo, ¿estás de acuerdo? Fideliu - Sí, de acuerdo. Usted recibió mi carta, ¿verdad? Se la envié. Vicencio - Sí, recibí tu carta hace apenas un par de horas y por eso te llamo ahora. Fidelius - Ah, muy bien, a mí me habían dicho que usted se acostaba temprano y le enviamos la carta temprano. Haciendo señas de desesperación a Santiaguiño y Castañetea, Vicencio continúa con la conversación. Vicencio - Sí, me acuesto temprano, pero esto me mantuvo despierto. Fidelius - ¡No me diga! Vicencio - No, es que me llegó... aquí son las 10:00 de la noche ahorita, me llegó a las 8:00, y estábamos aquí precisamente cenando con Kafé-Anaann. Vicencio Foximiliano Página 46

El primer Rey electo, democrático y transparente. Fidelius - ¡Ah! Vicencio - Pero, mira, Fidelius, yo te hablo primero como amigo. Fidelius - Si me habla primero como amigo, espero que no me diga que no vaya. Vicencio - (Ja, ja, ja) Bueno, vamos a ver, déjame platicarte, a ver tú que opinas. Fidelius - Yo lo escucho, pero se lo advierto de antemano. Muy bien. Vicencio - ¿Mande? Fidelius - Que yo lo escucho, pero lo digo de antemano. Vicencio - A ver, escúchame primero. Escúchame primero. Fidelius - Sí. Vicencio - Sí, como amigo, la verdad es que así de última hora y esta sorpresa sí me pones en una buena cantidad de problemas. Fidelius - ¿Por qué? Haciendo señas de verdadera molestia a sus secretarios, con ademanes que, en el reino desilusionense se consideran un recuerdo maternal. Vicencio - Problemas de seguridad, problemas de atención. Fidelius - Bueno, no me importa, yo no tengo ninguna preocupación, señor Rey; parece que usted no me conoce. Vicencio - ¿Tú no tienes preocupaciones por eso? Fidelius - No, se lo aseguro que ninguna: no llevo 800 hombres como lleva el señor Bushcapleitos Vicencio hace señas, a sus ministros, con el dedo índice izquierdo girando al derredor de su cien izquierda, dando a entender que Fidelius está loco. Vicencio - Pero no es muy de amigos avisar a última hora que te apareces aquí. Fidelius - Sí, pero también yo corro muchos riesgos que nadie corre, usted lo sabe perfectamente bien. Vicencio - Bueno, pero tú puedes confiar en un amigo y me podías haber hecho saber un poco antes que pretendías venir. Eso yo creo que hubiera resultado mucho mejor para ambos. Pero mira, de plano yo sé que no solo tienes el derecho. Si no te es posible ayudarme como amigo en ese sentido y te es indispensable. Fidelius - Sí. Dígame en qué puedo ayudarlo, menos en eso. Vicencio Foximiliano Página 47

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio - Bueno. ¿En qué puedes ayudarme menos en eso? Fidelius - Dígame, ¿cómo? ¿Qué debo hacer? Yo los riesgos los corro tranquilamente. Vicencio - A ver, déjame... Fidelius - Pero usted comprenderá que esto daría lugar a un escándalo mundial, si realmente ahora me dicen a mí que no vaya. Vicencio - ¿Pero qué necesidad tienes de armar escándalo mundial, si te estoy hablando como amigo? Fidelius - Oigame, es que usted es el Rey del reino anfitrión, y si usted es el anfitrión y me lo prohíbe, no me quedaría más remedio que publicar el discurso mañana. Vicencio - Así es, así es. No, tú tienes todo el derecho. A ver, déjame hacerte una propuesta. Fidelius - Sí. Vicencio - ¿Sí? Fidelius - Sí, dígame. Vicencio - No sé cuándo pretendes venir, porque eso no me lo dices, pero mi propuesta sería que vengas el jueves. Fidelius - A ver, dígame, dígame exactamente, estoy dispuesto a escuchar una transacción en esto. Bien, ¿qué día es hoy?, martes. ¿A qué hora usted quiere que yo llegue el jueves? Vicencio - Porque tú tienes... o sea, Fidelolandia tiene apartada su presentación ante el pleno para el jueves. Fidelius - Sí, sí, la hora exacta ahí, ahí estaban... El jueves debe ser. Vicencio - Hacia la 1:00 de la tarde. Fidelius - No, el jueves tengo que participar en una mesa redonda y tengo que hacer el discurso por la mañana. Vicencio - Porque tú tienes discurso por la mañana hacia la 1:00 de la tarde. Fidelius - Más o menos. Yo le ayudo en todo, no le molesto en nada, ni voy a las comidas, ni siquiera a la reunión... Bueno, esa reunión ya la tendríamos que discutir. Vicencio - Ahí te va, ahí te va, déjame terminar. Fidelius - Sí. Vicencio Foximiliano Página 48

El primer Rey electo, democrático y transparente. Vicencio - Que puedas venir el jueves y que participes en la sesión y hagas tu presentación, como está reservado el espacio para Fidelolandia a la 1:00. Después tenemos un almuerzo, un almuerzo que ofrece el gobernador del estado a los Reyes que estarán; inclusive te ofrezco y te invito a que estuvieras en ese almuerzo, inclusive que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, ya te regresaras, y así. Fidelius - ¿A la isla de Fidelolandia? Vicencio - No, bueno, pues a lo mejor, tú buscarás. Fidelius - ¿A dónde? ¿O al Hotel? Dígame. Vicencio - A la isla de Fidelolandia, o a donde tú gustaras ir. Fidelius - Correcto. Vicencio - Y que me dejaras libre, y es la petición que te hago, el viernes, para que no me compliques el viernes. Fidelius - Usted no quiere que yo le complique el viernes. Muy bien, es que usted parece que no leyó una línea en que yo le digo que voy con espíritu constructivo, a cooperar en el éxito de la conferencia. Vicencio - Sí, sí leí esas líneas... Fidelius - Si mi palabra no le dio el efecto... yo comprendo las demás cosas, de las cuales no vamos a hablar, y lo que puede pasar. Casi adiviné que usted me iba a llamar para decirme algo parecido a eso. Pero muy bien, yo con toda franqueza se lo digo: estoy dispuesto a cooperar con usted. Estoy dispuesto a cooperar con usted y a hacer lo que usted está solicitando. Vicencio - Podemos hacerlo de esta manera. Fidelius - Sí, repítamelo, por favor. Vicencio - A ver, llegar el jueves por la mañana, a la hora que tú gustes. Fidelius - Sí, jueves por la mañana, pronunciar el discurso. Vicencio - Sí, pronunciar el discurso en el pleno; participar en la comida de todos los Reyes y donde yo te invito, inclusive, a estar sentado mi lado. Fidelius - Muy bien, muchas gracias. Vicencio - Y por la tarde, pues salir a la hora que a ti te convenga. Fidelius - Sí, muy bien. Déjeme ver el horario, allí hay una hora de diferencia, la hora en que yo tengo que moverme. Vicencio - Tenemos una hora de diferencia. Vicencio Foximiliano Página 49

El primer Rey electo, democrático y transparente. Fidelius - Si acaso tuviera que llegar un poquito más temprano, digamos, porque ya yo sé dónde ocasiono el mayor daño (je, je, je), pero tal vez pudiera estar allí al amanecer. Vicencio - ¿Del día jueves? Fidelius - Porque la hora es la 1:00 y allí estaban negociando la hora del turno, tal vez yo hable antes; tal vez, pero estoy preparado para esa hora más o menos, ya que hay 30 oradores. Yo salí perjudicado, porque fue a última hora, y se lo confieso, que he tomado la decisión a última hora. Usted me reprochaba que un amigo debe decirlo ¿o no?. En primer lugar tengo dos cosas: tengo los riesgos y, además, no había tomado la decisión. Esa es la verdad. Vicencio - Sí, sí, lo entiendo, lo entiendo. Fidelius - Pero decidí, en un momento dado, que era conveniente, como se lo expliqué en mi carta. Yo le ruego que usted, cuando pueda, la vuelva a leer. Vicencio - Aquí la tengo enfrente mío. Fidelius - ¿Y usted tiene por ahí al Secretario General de la ORU cerca, está cenando con él? Vicencio - Se acaba de ir hace 15 minutos. Se fue al hotel y mañana él va a allá a Monterrey. Fidelius - ¡Qué lástima que yo no pueda escucharlo a él cuando hable!, porque creo que habla al principio. Vicencio - A ver, Fidelius, tú... tú... Sí, yo sé que... Fidelius - Bueno, si usted me consiguiera que, por ejemplo, yo usara el turno 10, si me consigue un turno... Vicencio - A ver, espérame. Fidelius - Sí. Vicencio - Yo tengo una participación el jueves, arranca la ceremonia de inauguración a las 9:00 de la mañana. Fidelius - A las 9:00, muy bien. Vicencio - A esa hora me supongo que va a hablar el Secretario General de la ORU y voy a hablar yo. Fidelius - Sí, yo quisiera escucharlo a él, porque él fue el que me invitó. Vicencio - No hay problema en que vengas a eso. Fidelius - Usted es el Rey del reino anfitrión; no es el reino de la Mentira, es el de la Desilusión. Vicencio Foximiliano Página 50


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