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Las negociaciones de cambio climático y el desarrolloenergético latinoamericano Gerardo Honty (CLAES)ResumenLas negociaciones de cambio climático se encuentran estancadas desdehace varios años. La razón fundamental para que esto sea así es el desa-rrollo. Tal como se concibe tradicionalmente, es una quimera imposiblelograr para todos sin exceder los límites climáticos. Y el desarrollo en-ergético está en el centro del problema. Para la región latinoamericana,en particular, estas fuentes no son solo insumos para la producción,sino que además son importantes productos de exportación por lo quesu explotación se vuelve un componente fundamental de los equilibriosfiscales. Sin embargo, solo cambios sustanciales en las políticas ener-géticas nacionales y en las negociaciones sobre el clima podrán ofrecerun futuro posible para las nuevas generaciones. Y ese futuro necesaria-mente transitará paradigmas distintos al desarrollo.IntroducciónLa relación entre clima, energía y desarrollo es indiscutible. El creci-miento de la economía está directamente vinculado con el aumento delconsumo energético y está ineludiblemente asociado al crecimiento delas emisiones. Los datos históricos muestran que hay una correlacióndirecta entre estos tres factores y que los esfuerzos por desvincularlashan sido vanos. La pretendida reducción de la intensidad energética ha mostradouna escasa eficacia: mientras la intensidad energética cae sostenida- 107
Clima y energíasmente en todas las regiones del planeta, el aumento del consumo deenergía y sus emisiones asociadas no deja de crecer a ritmos varias vecesmayores. Es más, a esta altura una hipótesis bastante plausible es quetanto la eficiencia energética como las menores tasas de intensidadenergética operan más como un aliciente al aumento del consumo quea la reducción. A modo de ejemplo, entre 2012 y 2013, la intensidadenergética cayó un 1 % mientras las emisiones derivadas de la energíaaumentaron un 2.3 % y el producto interno bruto (PIB) global creció en3.3 % (Le Quéré et al., 2014). El proceso internacional emprendido por Naciones Unidas1 paraevitar el cambio climático no ha logrado revertir la situación. Más alláde las auspiciosas declaraciones de las sucesivas secretarías y presi-dencias de las Conferencias de las Partes y de varios de los negocia-dores nacionales, la Convención de Cambio Climático ha fracasadoestrepitosamente en su intento por reducir las emisiones globales. En1992, la Convención fue firmada con el objetivo de alcanzar en el2000 una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero queretrotrajera al mundo a las emisiones de 1990. Hoy, 22 años después,luego de veinte Conferencias de las Partes y varios acuerdos (como elProtocolo de Kioto, por citar el más conocido), las emisiones derivadasde la quema de combustibles fósiles son 61 % mayores que las de 1990. Las causas de este fracaso son esencialmente dos. En primer lu-gar, la incapacidad de los gobiernos del mundo de lograr una manerajusta de repartir la carga de los esfuerzos necesarios para alcanzar elobjetivo. Para unos, el costo de la solución debe ser asumido por losresponsables “históricos” del fenómeno del cambio climático y conse-cuentemente aquellos que presentan mayores emisiones acumuladashistóricamente deben llevar el mayor peso. Para otros, la responsabili-dad histórica debe estar complementada por la responsabilidad futura,por lo cual las emisiones actuales y las trayectorias previstas hacia elfuturo deben formar parte de la ecuación.1 Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés). Fue firmada en 1992 y su órgano máximo es la Conferencia de las Partes que se reúne anualmente.108
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES) En segundo lugar, la necesidad de sostener el crecimiento económi-co opera a favor de un alto consumo energético al menor costo. Estohace posible el aumento de la producción a precios globalmente com-petitivos, pero a la vez, el aumento de los ingresos de la población con-duce a mayores niveles de consumo y consecuentemente mayor gastoenergético. En este contexto parece ineludible dar un giro radical, tanto enlas políticas de desarrollo nacionales como en las estrategias de la ne-gociación internacional. Lo que sigue a continuación intenta dar unabreve mirada a la situación actual y las opciones de salida que podríanadoptar los países latinoamericanos para contribuir al bienestar de suspoblaciones y a la sostenibilidad climática.El cambio climático: una negociación de interesesComo es sabido, el cambio climático es el resultado del aumento dela concentración de gases de efecto invernadero (GEI) acumuladosen la atmósfera especialmente a partir de la segunda mitad del sigloXX. Este aumento está directamente relacionado con el consumo decombustibles fósiles requerido por un estilo de desarrollo altamentedependiente de los hidrocarburos como el carbón, el petróleo y el gasnatural. Pero este desarrollo se da de manera desigual en las distin-tas regiones del mundo y consecuentemente existen diferencias en losniveles de emisiones de cada una de ellas. Por lo tanto, un primeracercamiento al problema puede ser dar una mirada a las diversasrealidades desde una perspectiva regional. La región del mundo que presenta mayores emisiones es Asia queemite casi la mitad del volumen global de GEI seguido, muy atrás, porEuropa y Estados Unidos los cuales sumados aportan menos de un ter-cio de las emisiones totales. América Latina, desde esta perspectiva,hace una contribución menor (10 %) aunque aún es alta si se la comparacon el continente africano u Oceanía (ver tabla 1). Sin embargo, el análisis regional no aporta demasiado, por tantoestas zonas geográficas son de muy diversa magnitud y población. Elenfoque de “emisiones per cápita” puede ser un indicador un poco más 109
Clima y energíasTabla1. Emisiones totales y per cápita según región (2011) Región Emisiones Emisiones totales per cápitaNorte América MtCOe tCOe per cápitaEuropa 6982.11Oceanía 7085.75 20.18Medio Oriente y Africa del Norte 751.26 9.60Africa Sub-Sahariana 3455.80 20.97América Latina y el Caribe 3375.91 7.11Asia 4206.98 3.89Mundo 7.04 22 350.67 5.39 45 450.90 6.58Fuente: elaboración propia a partir de CAIT 2.0.apropiado para comparar las diferentes contribuciones de cada una delas regiones. Una lectura de esta variable presenta indicadores bastantedistintos. Por ejemplo, se ve que las regiones de mayores emisionesson Norte América y Oceanía (20 tCO2e/h), seguidos por Europa (9tCO2e/h).2 Desde esta perspectiva, América Latina aporta 7 tCO2e/h,una cifra similar al promedio mundial. Como puede verse desde este enfoque, hay una diferencia sustan-cial entre los países “desarrollados”: los ciudadanos norteamericanosemiten más del doble que los europeos. Pero también notorias diferen-cias entre los países “en vías de desarrollo”. Mientras que los habitantesde América Latina están un poco más cerca de los europeos (7.1 y 9.6tCO2e/h respectivamente) presentan emisiones bastante más altas quelos asiáticos (5.3 tCO2e/h) y los africanos del sur (3.8 tCO2e/h). Otra manera de comprender las desavenencias entre las partes enla Convención de Cambio Climático es analizar sus emisiones segúnel grupo de negociación al que pertenecen (ver tabla 2). La mayor dife-renciación en este sentido es la que separa a los países desarrollados2 CO2e: Dióxido de carbono equivalente. Es una unidad de medida que permite sumar todos los gases de efecto invernadero ponderados según su potencial de calentamiento atmosférico.110
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)Tabla 2. Emisiones totales y per cápita según grupo de negociación (2011) Grupo de negociación Emisiones Emisiones totales per cápita Grupo “Paraguas” Unión Europea 11 717.45 16.48 Pequeños estados insulares 4263.15 8.40 África 371.57 6.48 Países Menos Desarrollados 4070.64 3.93 G77+China 2 499.42 2.99 Anexo 1 5.07 No Anexo 1 27 138.75 12.55Fuente: elaboración propia a partir de CAIT 2.0. 16 214.09 5.21 29 236.81(listados en el Anexo 1 de la Convención) de los demás (llamados con-secuentemente No Anexo 1). Divididos de esta manera los países envías de desarrollo sumados presentan casi el doble de las emisiones quela suma de los países desarrollados. Sin embargo, cuando se hace unaponderación de las emisiones en función de la cantidad de población larelación se invierte y son los ciudadanos de los países desarrollados loque emiten más del doble de los que viven en países en vías de desarrollo. Pero nuevamente, hilando un poco más fino, hay notables diferen-cias tanto dentro de los países del Anexo 1 como entre los No Anexo 1.Los países del llamado Grupo “Paraguas”3 3 (Umbrella Group) tienenemisiones muy por encima de la Unión Europea tanto en términos ab-solutos (3 a 1) como en el análisis per cápita (2 a 1). Por su parte, dentro de los países en desarrollo, el promedio deemisiones per cápita es de 5 tCO2e/h pero dentro de estos, las diferen-cias van desde 3 tCO2e/h (menos desarrollados) a 6.5 tCO2e/h (peque-ños estados insulares). Nótese que el análisis anterior refiere a gruposde negociación. Dentro del gran universo que son los países No Anexo1 hay diferencias muy significativas entre países como las que separan aArabia Saudita (20 tCO2e/h) de Bangladesh (1 tCO2e/h).3 Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Kazakhstan, Noruega, Ru- sia y Ucrania. 111
Clima y energías Por otro lado, cuando se analizan las capacidades (económicas,tecnológicas, productivas, etc.) las diferencias también son muy grandes,tanto entre las distintas regiones como dentro de ellas. Evidentemente,en términos generales, los países del Anexo 1 tienen mayores potenciali-dades que los que están catalogados como No Anexo 1. Pero vale lapena citar, solo a modo de ejemplo, que entre los diez países con mayorPIB per cápita del mundo hay tres que están “en vías de desarrollo” yno forman parte del Anexo 1: Qatar, Singapur y Kuwait.4 Otro nivel de análisis implica la revisión de los datos de emisioneshistóricas, es decir, las acumuladas en el pasado y las que eventualmentese prevén hacia el futuro. Desde esta perspectiva, los países del Anexo 1llevan la delantera, tanto en emisiones totales como per cápita. Pero to-das las proyecciones indican que esta tendencia se revierte rápidamentey en unos pocos años si las tendencias se mantienen, los países que noson parte del Anexo 1 prontamente estarán sobrepasando a los paísesdesarrollados Como puede verse, las formas de medir las responsabilidades y lascapacidades de cada una de las Partes en la Convención es variada ycada cual utiliza la que resulta más conveniente a sus intereses. En estecontexto de disparidades, las negociaciones internacionales se hacentan difíciles y los agrupamientos de los países algunas veces reúne par-ticularidades comunes y en otras encubre diferencias inocultables comoocurre con el G77 + China.Emisiones en Sur y Centro AméricaAl igual que en el resto del mundo, las emisiones de GEI de la regióncontinúan aumentando. Las emisiones provenientes de la combustiónde fósiles se duplicaron en los últimos 20 años pasando de 777 MtCO2en 1993 a 1428, en 2013 (BP, 2014). Salvo escasas excepciones dondelas mayores emisiones corresponden al sector energía (Argentina, Chile,Colombia y Panamá), las mayores emisiones provienen del sector Uso4 Según datos del Banco Mundial. http://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.PCAP. CD112
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)de la Tierra, Cambios en el Uso de la Tierra y Silvicultura (UTCUTS),es decir, esencialmente dióxido de carbono emitido a la atmósfera acausa de la deforestación (tabla 3). Hasta el 2005, las mayores emisiones de la región provenían delsector UTCUTS, pero un enlentecimiento en la tasa de deforestaciónsumado a un aumento en el consumo energético han llevado al sectorTabla 3. Sur y Centro América. Emisiones totales, per cápita y por sector de actividad seleccionadas (2011) País Totales Per cápita Energía Agricultura UTCUTS (MtCO2e) (tCO2e/h) (MtCO2e) (MtCO2e) (MtCO2e)ArgentinaBolivia 434.69 10.67 200.56 146.79 62.23Brasil 149.71 14.50 18.33 42.13 87.27Chile 1419.10 7.21 437.34 599.70 288.00Colombia 93.89 5.42 80.62 14.24 -7.31Costa Rica 222.95 4.74 81.59 76.98 45.36Ecuador 1.52 7.08 5.80 -7.63El Salvador 7.21 8.92 33.91 14.07 82.84Guatemala 136.03 2.21 7.24 3.78 1.35Honduras 13.83 3.42 13.10 19.64 15.84Nicaragua 50.23 6.06 8.86 5.93 27.87Panamá 47.09 7.88 5.47 11.33 28.81Paraguay 46.51 5.72 9.46 3.43 6.05Perú 21.38 17.23 5.58 29.86 72.20Uruguay 113.28 5.19 47.24 22.00 71.04Venezuela 153.65 4.30 7.76 24.57 -19.77TOTAL 14.55 12.92 207.54 40.18 114.03 381.04 7.36 1763.98 1162.24 896.43 4206.98Nota: para Belice, Surinane, Guyana y Grenada no se encontraron datos suficientes.Fuente: elaboración propia a partir de CAIT 2.0. 113
Clima y energíasenergía a ser el mayor emisor en la región (1763 MtCO2e) seguido dela agricultura (1162 MtCO2e) y la deforestación (896 MtCO2e),5 segúndatos de 2011 (ver tabla 3).Tabla 4. Sur y Centro América. Emisiones del sector Energía (en MtCO2e) según subsector de actividad (2011) País Electricidad y Industria y Transporte Otros Total EnergíaArgentina 46.86 36.62Bolivia calor Construcción 5.89 3.73Brazil 181.90 58.05Chile 200.56 67.32 35.89 21.64 9.42Colombia 18.33 4.41 1.73 23.83 10.33Costa Rica 437.34 63.41 125.22 4.60 0.82Ecuador 16.01 4.12El Salvador 80.62 31.91 15.79 3.08 1.73Guatemala 81.59 13.88 20.57 5.52 3.36Honduras 7.08 0.67 0.99 3.06 1.94Nicaragua 33.91 8.00 3.80 1.67 1.36Panama 3.61 0.76Paraguay 7.24 1.45 0.98 4.48 0.95Peru 13.10 2.34 1.87 16.85 4.75Uruguay 8.86 2.65 1.21 3.16 1.28Venezuela 5.47 1.89 0.55 42.98 7.34TOTAL 385.14 146.56 9.46 2.81 2.28 5.58 0.00 0.15 47.24 15.91 8.80 7.76 2.49 0.81 207.54 53.16 56.38 1171.68 272.30 277.02Nota: para Belice, Surinane, Guyana y Grenada no se econtraron datos suficientes.Fuente: elaboración propia a partir de CAIT 2.0.5 Es preciso aclarar algunos aspectos de esta clasificación. Siguiendo el criterio de los Inventarios Nacionales, las emisiones se dividen en los siguientes sectores: energía, procesos industriales, desechos, agricultura y Utcuts (uso de la tierra cambios en el uso del la tierra y silvicultura). El sector energía suma todas las emisiones que pro- vienen de la quema de combustibles fósiles en todos los subsectores (industria, trans114
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES) Las reducciones de emisiones de CO2 proveniente de la defores-tación en la región en los últimos años están muy influenciadas porla reducción de la tasa de pérdida de bosques ocurrida en Brasil. Enla actualidad, el sector de mayores emisiones de GEI en este país es elsector agricultura. Solo en unos pocos casos (Chile, Costa Rica y nota-blemente Uruguay) la forestación ha sido mayor que la deforestación,lo que ha generado una absorción neta del sector Utcuts (ver tabla 3). Dentro del sector energía, el mayor consumidor en la región esel transporte (385 MtCO2e), seguido de Industria y Construcción (277MtCO2e) y Electricidad y CALOR (272 MtCO2e). Con la excepción deArgentina y Chile (con una matriz eléctrica muy fosilizada) las mayoresemisiones por el consumo de combustibles fósiles en los demás paísesprovienen del transporte (ver tabla 4). El mayor emisor de la región Sur y Centro América es Brasil (casiun tercio de las emisiones de la región). Sin embargo, cuando se hace elanálisis per cápita, las emisiones brasileñas están en el promedio de lasregionales y los países que presentan los mayores valores son Paraguay,Bolivia, Venezuela y Argentina (en ese orden). Los casos de Paraguayy Bolivia están notoriamente influenciados por sus altas tasas de de-forestación y sus consecuentes emisiones de CO2: el 63 % de las emi-siones paraguayas y el 58 % de las bolivianas se originan en la pérdidade bosques. Entretanto en Venezuela y Argentina, el alto consumo decombustibles fósiles es la variable que más explica sus altas emisionesper cápita (ver tabla 3).El sector energético en Sur y Centro AméricaLa región Sur y Centro América presenta una matriz energética pri-maria 26 % renovable (sin contabilizar la biomasa tradicional) graciasa una gran participación de la fuente hidráulica para la generación deelectricidad (ver tabla 5). Este es un porcentaje bastante alto si se lo porte, generación de electricidad, etc.) El sector agricultura incluye las emisiones de todas las actividades agrícolas y pecuarias distintas a la quema de combustibles nece- saria para su realización. El sector Utcuts puede entenderse como “deforestación” ya que es el componente que lo explica prácticamente en su totalidad. 115
Clima y energíasTabla 5. Sur y Centro América Consumo de Energía primaria por fuente en Mteps (2013) Petróleo Gas Natural Carbón Nuclear Hidráulica Otras Renovables TotalArgentina 29.4 43.2 0.7 1.4 9.2 0.7 84.5Brasil 132.7 33.9 13.7 3.3 87.2 13.2 284.0Chile 17.6 3.9 7.4 1.4 34.6Colombia 13.9 9.6 4.3 - 4.4 0.1 38.0Ecuador 11.6 0.5 - 10.0 0.1 14.7Peru 10.0 5.9 - - 2.5 0.2 21.8Trinidad & Tobago 0.8 - 4.8Venezuela 1.8 20.2 -- - 22.0Otros 36.2 27.5 - - 19.0 - 82.9Total 58.4 7.1 0.2 - 20.9 2.5 91.0 311.6 151.8 2.1 4.7 158.1 18.3 673.5 29.2Fuente: elaboración propia a partir de BP (2014).compara con otras regiones: 7 % en Norte América, 10 % en Europa porcitar dos ejemplos. El consumo energético en la región crece a un ritmo cercano al 3 %anual y ha crecido más de un 40 % en lo que va de este siglo, pasando de467 Mteps en 2000 a 673.5 en 2013 (BP, 2014). Pero la región no solo secaracteriza por esto, sino que además es un neto exportador de energía,particularmente petróleo. En 2013, en Sur y Centro América se produ-jeron 374 millones de toneladas de petróleo de las cuales exportaron151. Más de la mitad de la exportación tuvo como destino Estados Uni-dos y el resto mayormente a China e India (BP 2014). Por lo tanto, la energía desempeña un papel doble: por un lado, esun insumo imprescindible para promover el crecimiento económico enlo interno y, por otro, es un componente muy importante en la canastade productos de exportación. Para algunos países representa una partesustancial de sus ingresos fiscales: 45 % en Venezuela, 30 % en Ecuador,27 % en Bolivia (Cepal, 2013) Esto hace que los países de la región tengan previstos en susplanes futuros nuevas prospecciones y ampliaciones de los yacimientos116
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)Tabla 6. Sur y Centro América. Reservas probadas de petróleo y gas País Miles de Petróleo Gas Natural R/P millones de Billones** % sobreArgentina % sobre R/P* de metros total 8.9Bolivia barriles total cúbicos mundial 15.2Brasil 9.8 0.3 0.2% 21.2Colombia 2.4 mundial 12.8Ecuador 0.3 0.2%Perú 0.1% 20.2 0.5 0.2% 35.7T. y Tobago 6.5 0.2 0.1% 8.2Venezuela 15.6 0.9% 42.6 >100Otros 2.4 0.1% 37.5 0.4 0.2% 24.9Total 8.2 0.5% 19.2 0.4 0.2% 43.5 1.4 0.1% >100 5.6 3.0% 0.8 9.6 0.1 298.3 17.7% * 7.7 4.1% 0.5 329.6 19.5%*R/P: Reservas sobre Producción. Horizonte de reservas en años a producción constante.** Escala numérica larga: millón de millonesFuente: elaboración propia a partir de BP (2014).existentes. Según Cepal (2013), en los siete países con recursos de hi-drocarburos de Sudamérica se invertirán más de 500 mil millones dedólares en estas actividades entre 2013 y 2017. Países como Uruguay yParaguay, que nunca han sido productores de hidrocarburos, están ac-tualmente haciendo exploraciones petroleras y gasíferas con altas posi-bilidades de hallar recursos explotables. Como puede verse en la tabla 6, Venezuela cuenta con recursosde petróleo y gas natural capaces de sostener sus niveles de consumoy exportaciones al nivel actual por más de 100 años. Pero para el restode los países la situación no es tan favorable. En promedio, el hori-zonte de reservas de la región Sur y Centro América es de 14 años sise excluye a Venezuela. Por esta razón varios países están poniendosus ojos en los hidrocarburos no convencionales, particularmente en elgas de esquisto (shale gas) un recurso muy abundante en varios paísesde la región (tabla 7). 117
Clima y energíasTabla 7. Recursos recuperables de shale gas en países sudamericanos País Billones de País Billones de metros cúbicos metros cúbicosArgentina BoliviaBrasil 21.7 Uruguay 1.4Chile 6.9 Colombia 0.6Paraguay 1.8 Venezuela 0.5 1.8 0.3Fuente: elaboración propia a partir de García et al. (2012). Hacia el futuro se espera que la región continúe aumentando elconsumo energético. El consumo de petróleo aumentará sobre todopara su uso en el transporte carretero. El gas natural será el combustiblede mayor aumento en la región, particularmente en el sector de gene-ración de electricidad, sustituyendo al petróleo y el carbón que tiendena ir desapareciendo de la matriz eléctrica hacia el 2050. En la gener-ación de electricidad, el gas natural alcanzaría al 40 % a mediados desiglo mientras la hidráulica caería del 56 % en 2010 al 36 % en 2050. Lademanda de electricidad se triplicará hacia esa fecha y las emisiones delsector eléctrico serían el doble de las actuales (Vergara et al., 2013). Las proyecciones indican que las emisiones provenientes de la de-forestación tenderán a disminuir, mientras que las de la agricultura yla energía irán a aumentar, estas últimas de manera sustancial. Hacia2050, las emisiones de la generación de electricidad serán las que pre-senten un mayor aumento (120 %), seguidas del transporte (116 %), elsector agropecuario (106 %) y la industria (102 %) (Vergara et al., 2014). Pero además, la región continuará siendo un exportador neto dehidrocarburos con lo cual irá a contribuir con el aumento de las emi-siones en otras regiones del mundo. Como se mencionó anteriormente,es de prever que Venezuela continúe con sus exportaciones de petróleomientras que otros países lo harán a partir de recursos convencionalesy no convencionales, particularmente el shale gas. Es necesario destacarque varios análisis de ciclo de vida han demostrado que este combus-tible presenta mayores emisiones que el gas natural convencional6 y en6 Véase por ejemplo IEA (2012) y Howarth et al. (2012).118
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)algunos casos mayores emisiones que el carbón (Howarth et al., 2011).Comparado con el gas natural convencional, las mayores emisiones sedan en las etapas de producción del shale gas (no en el consumo), porlo que estas emisiones pasarán a engrosar los inventarios de los paísesproductores —de Latinoamérica en este caso—, aumentando su con-tribución nacional al cambio climático.7El futuro climático de la región y el derechoal desarrolloSegún la Agencia Internacional de la Energía, para evitar el cambioclimático peligroso, dos terceras partes de las reservas probadas de com-bustibles fósiles deben quedarse bajo tierra (IEA, 2011), es decir, apenasun tercio podría ser utilizado. Sin embargo, todos los países del mundo,incluidos los latinoamericanos por supuesto, se empeñan ya no solo enexplotar y consumir todas las reservas conocidas, sino además en am-pliar aún más las fronteras de reservas, promoviendo nuevas actividadesde exploración de hidrocarburos. Dada la situación actual de las negociaciones internacionales enmateria de cambio climático es muy probable que el mundo se aprestea vivir en las próximas décadas con una temperatura media superior alos 2 °C respecto de la era preindustrial. Este aumento de la temperaturatendrá impactos en todo el mundo y también en la región de Sur y Cen-tro América. Cepal (2014) estima que los costos actuales del cambioclimático son entre 1.5 % y el 5 % del PIB de la región. Para 2050, loscostos podrán ser de USD 100 mil millones anuales sin contabilizar da-ños en la biodiversidad, pérdidas de especies u otros recursos no mone-tarizables (Vergara et al., 2014). Los impactos más significativos que se esperan incluyen la desapa-rición de los glaciares tropicales andinos (fuente de una buena propor-ción del agua en varios países), la sabanización de la cuenca amazónica,7 Existen además una serie de impactos ambientales locales importantes en la produc- ción de shale gas que no son pertinentes para este documento, pero no pueden ob- viarse: destrucción y contaminación del suelo, contaminación del agua, descenso y reducción de la disponibilidad de agua subterránea, entre otros. Véase por ejemplo CCA (2014) y IEA (2012). 119
Clima y energíasmenores rendimientos en el sector agropecuario, inundaciones costeras,aumento de los eventos climáticos extremos, entre otros (IPCC, 2014).Evitar estos daños requiere la reducción global de las emisiones a unnivel de 20 GtCO2e anuales, lo que equivale a un promedio mundial de2 tCO2e per cápita. Sin embargo, las emisiones derivadas del uso de la energía y de laproducción agropecuaria de la región Sur y Centro América crecerán,llevando las emisiones de la región a un nivel cercano a las 7 GtCO2e en2050, es decir, un promedio de 9,3 tCO2e/h, casi 5 veces superior a lamedia requerida (Vergara et al., 2014). Los costos adicionales para reducir las emisiones a 2 tCO2e/hen América Latina en 2050 se estiman en 100 mil millones de dólaresanuales (Vergara et al., 2014). Los países de la región se pliegan, conmayor o menor énfasis, a la posición mayoritaria dentro del G77+ China según la cual los países en desarrollo no tienen los recur-sos necesarios para financiar esta reconversión. Como además, elproblema del cambio climático es causado mayormente por las emi-siones acumuladas de los países desarrollados, se argumenta que es-tos tienen que hacerse cargo de esa “deuda ecológica” transfiriendolos recursos financieros que posibiliten las inversiones8. Esta visión es promovida en la región latinoamericana principal-mente por el ALBA,9 un grupo de países con visiones políticas co-munes más allá de las estrictamente vinculadas a las negociaciones deCambio Climático. No hay duda de que la razón de la deuda ecológi-ca les asiste. Sin embargo, a la luz de los resultados, luego de 20 añosde negociaciones infructíferas, otros países están flexibilizando esta8 Esta posición está basada en el conocido “Principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas” que emana de la Declaración de Río de 1992, según el cual “los países desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda inter- nacional del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen”.9 Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, compuesto por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Venezuela.120
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)posición tradicional del G77 + China y señalan su disposición a re-alizar sus propias contribuciones. Es el caso de los países agrupados enAILAC10. Más allá de las razones de “justicia”, “equidad” y “responsabi-lidades comunes pero diferenciadas” es evidente que los países desa-rrollados no están dispuestos a hacerse cargo de la deuda. Y como enNaciones Unidas las decisiones se toman por consenso, o al menos poramplias mayorías,11 es bastante previsible que insistir irreductiblementeen esa posición no conducirá a ningún acuerdo. Sin duda dentro del G77 + China hay países con un peso relativomuy importante (como China, India o Brasil) que utilizan los límites alas emisiones de carbono en los países desarrollados como una varia-ble a su favor en la ecuación de costos de la competitividad global. Enlas negociaciones de cambio climático “los países no defienden ideas,defienden intereses” como expresó uno de los negociadores de la Con-vención en entrevista privada con el autor. Pero no es menos cierto que una estrategia propia de reducciónde la trayectoria futura de emisiones podría tener importantes benefi-cios para los países latinoamericanos, al menos si estamos de acuerdoen que el estilo de desarrollo dominante no es el mejor de los mundosposibles. A saber: 1) Uno de los argumentos principales de los países desarrollados para no asumir compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (particularmente los países del grupo “Paraguas”) es la responsabilidad actual y futura de los países en desarrollo en el fenómeno del cambio climático. Es decir, desde su punto de vista, es irrelevante su propio nivel de reducción si los países emergen- tes con altas emisiones actuales y proyectadas no toman también medidas acordes. Obviamente, este reclamo está dirigido funda- mentalmente a China (el mayor emisor en la actualidad) y otras10 Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Perú. México y República Domi- nicana han apoyado en varias oportunidades las posiciones del grupo.11 El artículo 42 del reglamento que regula el funcionamiento de la Convención (FCCC/ CP/1996/2) nunca ha sido finalmente acordado y hay distintas interpretaciones acerca de la cantidad de votos requeridos para la toma de decisiones. 121
Clima y energías economías “emergentes” (India, Indonesia y Brasil que están en- tre los diez mayores emisores). Pero es, de hecho, el argumento que está obstruyendo la negociación desde la perspectiva de países como Estados Unidos, Canadá, Rusia y Japón.12 Desde el punto de vista global, el hecho de que los países en desarrollo asuman compromisos propios de reducción de emisiones necesariamente obligará a los países desarrollados a flexibilizar sus posiciones y adoptar ellos mismos mayores compromisos. A la vez, esto ayudará a que finalmente comiencen a fluir los recursos financieros hacia “el sur”, aunque seguramente no será en los volúmenes necesarios. 2) Estos eventuales acuerdos, seguramente insuficientes aún, podrán conducir a una reducción aunque sea parcial de la amenaza climáti- ca y sus consecuencias, evitando sus efectos más dramáticos para la región y disminuyendo sus costos asociados. Como se explicitó anteriormente, estudios realizados muestran que la región ya está gastando entre el 1.5 % y el 5 % de su PBI en reparar los daños del cambio climático y podría costarle hasta 100 mil millones de dólares anuales en el futuro. Parece razonable pensar que hacer es- fuerzos económicos ahora puede evitar erogaciones mayores en el futuro y evitar además daños no monetarizables irreparables como la pérdida de vidas humanas, ecosistemas y biodiversidad. 3) En el ámbito nacional, la reducción de gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles redundará en meno- res niveles de contaminación local y sus daños asociados derivados de gases como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el material particulado, etc., que ocasionan graves perjuicios a la salud humana. Esto se hace evidente en el sector transporte, el may- or responsable de las emisiones de GEI del sector energético de la región y uno de los que tendrá mayor aumento de emisiones, según las previsiones anotadas anteriormente. Las ciudades latinoameri- canas se han superpoblado de vehículos particulares que contam-12 No es esta la única razón, ni son los países latinoamericanos los responsables del estancamiento de las negociaciones. El objetivo de este señalamiento es presentar aquella parte de la discusión sobre la que los países de la región pueden incidir con sus decisiones propias.122
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES) inan en aire y demandan cada vez mayores tiempos de traslado. Reducir las emisiones del parque automotor privado ofreciendo un buen servicio de transporte público tendrá beneficios económicos, ambientales y sociales considerables como lo demuestra la experi- encia internacional. 4) La reducción de gases derivados del uso de la tierra, cambios en el uso de la tierra y silvicultura solo es posible si se evita la de- forestación y si se restauran bosques perdidos. Los beneficios que tiene para el país y sus poblaciones la conservación de los bosques son innegables, tanto para los directos habitantes como por sus funciones ecosistémicas imprescindibles, como la provisión de agua y la regulación del clima local. En el caso de la Amazonia en particular, su conservación tiene impactos positivos para toda la región por cuanto es el regulador de los regímenes de lluvia de buena parte del continente. 5) Los gases de efecto invernadero derivados de la actividad agrícola están mayormente causados por el excesivo uso de fertilizantes ni- trogenados utilizados en la producción. Estos fertilizantes son, a la vez causantes de la contaminación del agua de los ríos que luego es utilizada por la población. Reducir las emisiones de la agricultura reconvirtiéndola hacia formas de producción más sostenible como la agricultura orgánica o ecológica podría tener beneficios ambien- tales y sociales locales importantes. Estos son unos pocos ejemplos de las sinergias positivas que pue-den existir entre medidas de mitigación y alternativas al desarrollo.Obviamente, estas medidas resultarán inapropiadas si se trata de seguirel viejo paradigma, pero como toda la evidencia demuestra, es im-prescindible dar un giro de timón si se quiere mantener al planeta en unestado habitable. Esto requiere un enfoque de transiciones que les per-mita a los países latinoamericanos comenzar a dar los pasos necesariospara orientar sus economías en otro sentido.1313 Por razones de espacio no se desarrolla el concepto de Transiciones, sus fundamentos y propuestas. Para ampliar información véase por ejemplo: Gudynas (2011); Honty (2012); Honty y Gudynas (2014) o visítese el sitio www.transiciones.org. 123
Clima y energías Algunos dirigentes políticos latinoamericanos y del sur en generalreivindican su “derecho al desarrollo” y argumentan que los países de-sarrollados pueden asumir la reconversión porque tienen los recursospara hacerlo. En todo caso, argumentan, hay que esperar a que todoslos países en desarrollo alcancen este estadio para poder comenzar apreocuparse por los temas ambientales. Este razonamiento tiene varioserrores. En primer lugar, es imposible que todos los países del mundoalcancen el estadio de desarrollo de los países industrializados por lasencilla razón de que los recursos del planeta no son suficientes. Los es-tudios de la huella ecológica global muestran que ya se ha sobrepasadoel índice de biocapacidad y no es posible continuar extrayéndole recur-sos al planeta de la misma manera.14 En el caso de la huella de carbonoen particular, si todos los habitantes de la Tierra tuvieran el mismo nivelde consumo que Norte América, serían necesarios nueve planetas paraabsorber las emisiones (PNUD, 2007). En segundo lugar, la situación de la que parten los países “en desar-rollo” hoy no es la misma que la que los actuales países “desarrollados”tenían a mediados del siglo pasado, cuando se inició la fase modernadel desarrollo. Para empezar, no se tenía la información y experienciaque hoy se tiene respecto de los impactos ambientales del desarrollo.Los países europeos y norteamericanos devastaron buena parte de susecosistemas antes de darse cuenta y comenzar las tareas de reparación yrecuperación. América Latina ya sabe los costos del desarrollo y puedeelegir no transitar el mismo camino. Pero, por otra parte, las tecnologías “amigables con el ambiente”son un fenómeno actual y no estaban presentes en el mundo desarro-llado de posguerra. Los países de nuestra región tienen hoy a disposicióntecnologías y procesos que pueden generar bienes y servicios de unaforma diferente y sin mayores costos. En la actualidad, la producciónde electricidad en América Latina es más barata con energía eólica quecon combustibles fósiles, lo cual era imposible 20 o 40 años atrás. Laagricultura y la ganadería orgánica a escala comercial es una realidad14 http://www.footprintnetwork.org/images/uploads/Ecological_Footprint_Atlas_2009. pdf124
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)en varios países de la región, una situación impensada cuando RachelCarson escribió La primavera silenciosa en 1962 dando la primera alarmasobre los efectos de la revolución verde en la agricultura. Por lo tanto, sostener el derecho al desarrollo, entendido como dere-cho a seguir el mismo camino de los países “desarrollados”, es unaposición que tiene muy poco asidero a esta altura de la evolución hu-mana. Otra cosa es sostener el derecho al bienestar, a la calidad devida, al “buen vivir”, como se está conceptualizando últimamente enla región.15 Pero el bienestar y la calidad de vida, desde este nuevo en-tendimiento, tiene objetivos y componentes bastante distintos a los del“desarrollo”. Desde esta nueva perspectiva, el crecimiento económico ymaterial dejan de ser los elementos centrales y pasan a ser subsidiariosde otros objetivos primarios como la equidad, el bienestar espiritual,la buena gobernanza, los vínculos comunitarios o la relación con lanaturaleza.16ConclusionesEl fenómeno del cambio climático ya está entre nosotros y provoca cu-antiosas pérdidas (monetarias y no monetarizables), lo que ocasionagastos importantes a los países latinoamericanos que impactan negati-vamente en su economía y atentan contra sus indicadores de desarrollo. En las negociaciones internacionales sobre cambio climático,los países latinoamericanos se abroquelan dentro del grupo G77 +China cuyo principal argumento de negociación es el Principio deResponsabilidades comunes, pero diferenciadas en función del cualsostienen que no les corresponden hacer ningún esfuerzo, por cuan-to los países desarrollados no se hacen cargo de la deuda ecológica.Esta posición es uno de los factores que dificultan los avances en las15 El “Buen Vivir” es aún un discurso en construcción. Si bien su nombre deriva de expresiones de las culturas indígenas americanas ha sumado en su concepción actual, teorías críticas del desarrollo provenientes de la propia cultura “occidental”. Véase por ejemplo Gudynas y Acosta (2011).16 Dentro del enfoque general sobre el Buen Vivir hay diferentes interpretaciones, obje- tivos e incluso indicadores. Véanse por ejemplo las compilaciones de Acosta y Espe- ranza (2009) o Farah H. y Vasapollo (2011). 125
Clima y energíasnegociaciones internacionales sobre el clima, puesto que los países de-sarrollados no aceptan esta condición. Independientemente del sentidode justicia que avala a los países en desarrollo en su reclamo, es evidenteque si no hay un cambio en esas posiciones va a ser inviable alcanzar unacuerdo. Y si este no se alcanza, los costos ambientales y sociales delcambio climático serán cada vez mayores pudiendo representar hastaun 20 % de su PIB en el futuro (Stern, 2007). El paradigma del desarrollo que durante los últimos 50 años domi-nó la economía y la cultura del mundo ha dejado en evidencia todassus limitaciones y ha puesto al mundo y a sus habitantes al borde delcolapso ecosistémico del cual el cambio climático es su componentemás visible. La región latinoamericana no puede esperar a que el mundo cam-bie. Independientemente de lo que hagan los países desarrollados o lospaíses emergentes del Asia, América Latina tiene suficientes recursos ycapacidades como para seguir su propio curso. Esto no implica cortarlas vías comerciales o las relaciones con el resto del mundo, solo implicaadoptar una visión alternativa al desarrollo y desde allí vincularse conlas demás regiones del planeta.17 Para algunos, esta nueva manera de ver la economía y la sociedadpuede llamarse buen vivir. Tal vez sea una buena guía o tal vez el nom-bre no sea tan importante como los contenidos. Lo que se requiere esuna forma de organización de la economía en la cual el crecimientoeconómico no sea el objetivo principal, ni la exportación el principalmotor de la producción. Donde la integración regional sea más política(en el sentido de políticas, no de ideologías) y menos comercial y lanaturaleza deje de ser un recurso o un capital y pase a su rol principalde dadora de vida con derechos propios. Desde esta perspectiva de futuro, un cambio en las posiciones den-tro de las negociaciones sobre cambio climático puede ser una buenaoportunidad para iniciar este camino. Por un lado, si se adoptan políticasy estrategias comunes en el sector energético que posibiliten el destrabe17 Véase el concepto de Regionalismo autónomo en http://www.bioregionalismo.com/ biblioteca/GudynasRegionalismoAutonomoConoSur.pdf126
Las negociaciones de cambio climático y el desarrollo energético latinoamericano GERARDO HONTY (CLAES)de las negociaciones y convoquen a compromisos más ambiciosos deotros países del planeta. Y por otro lado, iniciar una transformación en-ergética y productiva que ponga a la región en un nuevo camino orien-tado a un nuevo paradigma evolutivo que dé un salto cualitativo y lepermita superar la etapa del desarrollismo que no presenta alternativassustentables para el futuro. La COP 21 por celebrarse en París en diciembre de 2015 parece serla última oportunidad que tienen los gobiernos del mundo de alcanzarun acuerdo para limitar el aumento de la temperatura. El tiempo espoco y el desafío es grande. Pero de esta decisión depende el tipo demundo que habitaremos en el futuro cercano.ReferenciasAcosta, A. y Martínez E. (Comp.) (2009). El Buen Vivir. Una via para el desarrollo. Ecuador: Abya-Yala/UPS.BP (2014). Statistical Review of World Energy. Recuperado de bp.com/ statisticalreviewCAIT 2.0 – WRI’s Climate Data Explorer (s. f.). Recuperado el 20 de diciembre de 2014, de http://cait2.wri.org.(CCA) Council of Canadian Academies (2014). Environmental Impacts of Shale Gas Extraction in Canada. Ottawa: The Expert Panel on Harnessing Science and Technology to Understand the Environ- mental Impacts of Shale Gas Extraction.Cepal (2013). Recursos naturales en Unasur. Situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional.Santiago de Chile: Cepal/Unasur.Cepal (2014). The economics of climate change in Latin America and the Ca- ribbean: paradoxes and challenges. Santiago de Chile: Cepal.Farah H., I. y Vasapollo, L. (Comp.) (2011). Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista? Bolivia: CIDES-UMSA/Plural.García, F. y Garcés, P. (2012) Panorama general de los hidrocarburos no convencionales. Quito: OLADE. 127
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La movilidad como servicio energético:análisis de los cambios tecnológicos y socialesen escenarios de mitigación Johana RomeroResumenEl transporte terrestre es la principal tecnología de uso final que propor-ciona movilidad a personas y servicios; y es el automóvil el medio detransporte favorecido en la mayoría de las áreas urbanas. A pesar de queel sector del transporte está relacionado con una amplia variedad de im-pactos ambientales y sociales, es comúnmente aceptado que no solo laeficiencia técnica determina el consumo de energía y sus consecuentesexternalidades ambientales. Factores socioculturales como el estilo devida son igualmente un elemento definitivo en las prácticas de usode la energía. Este documento analiza cómo los cambios tecnológicos ysociales son abordados en escenarios de mitigación de cambio climáti-co en el sector del transporte. Los modos motorizados son abordadoscomo componente central del análisis, ya que actualmente el transporteterrestre es la tecnología líder en movimiento de personas y bienes. A mi leal saber entender, existen pocos estudios enfocados en alter-nativas de mitigación para el sector transporte a nivel mundial; por esto,el documento se enfoca principalmente en el análisis de los escenariosde transporte propuestos en la Evaluación Energética Global GEA del2012 y Anable et al. con el propósito de soportar la discusión. Palabras claves: Evaluación Energética Global (GEA), cambio climáti-co, escenarios de mitigación, transporte, MarkalElasticDemand (MED), UKTransport Carbón Model(UKTCM) 131
Clima y energíasIntroducciónLa movilidad se define como el movimiento de personas y bienes de unlugar a otro. El documento Evaluación Energética Global del 2012 (GlobalEnergy Assessment GEA) la define como un servicio energético quecomprende la conversión de la energía final –como la gasolina en las es-taciones de servicio– por tecnologías de uso final –como los vehículos–, enenergía útil –como la energía mecánica que finalmente promueve el mo-vimiento– (Grubler et al., 2012. Por consiguiente, el termino movilidadse refiere al transporte o el desplazamiento en medios tanto motoriza-dos (MV) y no motorizados (NMV). A lo largo de la historia, la movilidad ha desempeñado un rol im-portante en el desarrollo de la civilización humana y continua siendoesencial para la interacción y subsistencia de las sociedades. Debido aque un servicio energético representa la cooperación entre diferentes as-pectos como las tecnologías, infraestructura, mano de obra, forma deenergías y repartidores (Johansson et al., 2012); las vías mediante lascuales el sistema interactúa y evoluciona pueden finalmente determinarla flexibilidad del mismo sistema para permitir cambios internos y tam-bién determinar su adaptación a los cambios del entorno. Actualmente, casi todos los vehículos motorizados dependen decombustibles fósiles como fuente primaria de energía (con cerca del94 % de los combustibles utilizados para el transporte, siendo produc-tos derivados del petróleo) (International Energy Agencia [EIA], 2011)sumando cerca de la mitad del consumo mundial de petróleo (Ribeiroet al., 2007). Se estima que en el 2010 el sector emitió cerca de 7.0 Gi-gatoneladas (GT) de dióxido de carbono equivalente (CO2 Eq) de emi-siones directas de gases de efecto invernadero (GEI), esto incluye otrosgases diferentes al CO2: este además fue responsable por aproximada-mente el 23 % del total de las emisiones de CO2 relacionadas con elconsumo energético, 6.7 GT de CO2 (Sims et al., 2014). Es un hecho que las economías industrializadas se encuentran su-jetas a un sistema de transporte basado en el uso de combustibles fósilesmediante una vía de dependencia guiada por procesos de rendimientocrecientes a escala (el proceso de coevolución tecnológica, organiza-132
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROcional, social e institucional de los sistemas [Complejo técnico institu-cional TIC]); esto permite que la infraestructura basada en combus-tibles fósiles sea dominante a pesar de los costos ambientales y de laexistencia de soluciones costo-neutrales efectivas, condición conocidacomo Carbonlock-in (Unruh, 2000, 2002). Adicional a esto, el sector del transporte está relacionado con unaamplia variedad de impactos ambientales y sociales como los embote-llamientos, la degradación de la calidad del aire y de los ecosistemas,problemas sociales y de salud pública, así como la fragmentación ur-bana (Ribeiro, 2012). El proceso en el cual estas externalidades evolu-cionan en el futuro y el costo de su intervención son normalmente re-presentadas en escenarios. El significado del término escenario varía de acuerdo con su pro-pósito y con la metodología empleada para su desarrollo. El Panel In-tergubernamental de Cambio Climático (IPCC) lo define como unarepresentación simplificada de la evolución del futuro, soportada por unconjunto de hipótesis fundamentadas. No se deben confundir con pre-dicciones ni pronósticos y pueden estar basados en un guion narrativo. Los escenarios de mitigación exploran el costo y la factibilidad delograr metas específicas de cambio climático o emisiones de gases efec-to invernadero (GEI), casi siempre comparados con una línea o esce-nario base (Fisher et al., 2007). El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) clasi-fica un escenario como “escenario de mitigación de cambio climático”,cuando este cumple las siguientes condiciones: I. Incorpora metas específicas de cambio climático, incluyendo re- stricciones de GEI o cambios máximos permisibles en la tempera- tura o nivel del mar. Por ejemplo: dióxido de carbono equivalente (CO2-eq), limitar el cambio de temperatura global a menos de 2C con referencia a los niveles en la época preindustrial. II.Integra implícita o explícitamente políticas y medidas para reducir emisiones de dióxido de carbono y otras emisiones de gases efecto invernadero. 133
Clima y energías Si los escenarios no incluyen políticas explicitas, el IPCC los cla-sifica como Línea base o escenarios sin intervención; este es el caso de losescenarios SRES (Reporte Especial de Escenarios de Mitigación delIPCC). Este documento analiza cómo los cambios tecnológicos y so-ciales son abordados en escenarios de mitigación de cambio climáticoen el sector del transporte. La primeras dos secciones presentan unresumen introductorio a los escenarios de mitigación propuestos en laEvaluación Energética Global GEA del 2012 y en el documento Mo-delación de la demanda energética en el sector del transporte (Anable et al.,2012). Las últimas dos secciones comprenden un análisis funcionalde cómo los cambios tecnológicos y sociales son abordados en dichosescenarios.Escenarios para el sector del transporte dentrode la Evaluación Energética Global (GEA)El desarrollo social y económico, así como el cambio climático sonconsiderados uno de los mayores retos del siglo XXI (Johansson et al.,2012). La Evaluación Energética Global (GEA), promovida por el In-stituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) ysoportada por más de 500 expertos en el ámbito mundial, nació debidoa la necesidad de evaluar comprensivamente el sistema actual energé-tico y con el fin de afrontar dichos retos. El Informe GEA 2012 explora los retos globales más importantesrelacionados con el sistema energético, las tecnologías y los recursosdisponibles para suministrar formas de energía moderna y asequible, asícomo las políticas, las medidas y las instituciones necesarias para lograrun futuro energético sostenible (Johansson et al., 2012). Su objetivo prin-cipal es ofrecer un diagnóstico científico actualizado del sistema ener-gético y proporcionar lineamientos técnicos para la implementación demedidas enfocadas en la mitigación del cambio climático y el consumosostenible de recursos. El informe muestra que una transformación ener-gética hacia un futuro sostenible es posible, siempre y cuando se cuentecon un alto compromiso político y se garanticen todos los componentesnecesarios del servicio energético como son la disponibilidad, el acceso,134
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROla asequibilidad, la seguridad y la protección del ambiente (Johansson etal., 2012). Entre las expectativas más importantes se encuentran: estabi-lizar el cambio climático a 2 °C sobre los niveles preindustriales, mejo-rar la seguridad energética mediante la diversificación y la resiliencia delos suministros de energía, especialmente la dependencia a la importa-ción de petróleo; eliminar la contaminación en los hogares por coccióncon combustibles sucios y la contaminación ambiental, y finalmentepromover acceso universal a servicios energéticos modernos para 2030. Los escenarios de emisiones propuestos por la GEA combinan unmétodo normativo y cuantitativo para identificar las políticas y las me-didas puntuales que permitan la transformación del sistema energéticoactual por medio de diferentes vías o hipótesis de transición (Riahi etal., 2012; Johansson et al., 2012). Las características de cada una de es-tas vías dependen de supuestas decisiones futuras hechas en tecnología,infraestructura, estilo de vida y a las prioridades en el futuro (Ribeiro etal., 2012).Suposición y proyecciones de los escenarios de transporteEvaluación Energética GlobalEl modelo de hoja de cálculo de transporte de la Agencia Internacionalde Energía (IEA), desarrollado para el proyecto de movilidad sosteni-ble del World Bussines Council for Sustainable Development (WBC-SD), fue usado para realizar las proyecciones del escenario de trans-porte GEA hasta el 2050. Las proyecciones fueron luego extendidashasta el 2100, utilizando la metodología de abajo-arriba (bottom-up).El modelo que fue diseñado para incluir todos los modos de transportey varios tipos de vehículos, así mismo, este produce proyecciones deinventarios de vehículos, uso de energía, cantidad de viajes ejecutadospor los usuarios y otros indicadores ponderados hasta el 2050; para uncaso de referencia y para varios casos de políticas y escenarios (Ribeiroet al., 2012). Las tablas 1 y 2 recopilan los elementos más importantes propues-tos por el escenario de transporte GEA. 135
Clima y energíasTabla 1. Hipotesis/suposiciones del escenario de referencia de Evaluación Energética Global Hipotesis / suposicionesGuion narrativo: escenario de referencia El uso de le energia incrementa significativamenete cuando ésta es asociada al crecimiento económico Tecnologia de uso final eficientes qu reducenel consumo de combustible. a pesar de esto, la reducciones obtenidas son frustradas debido al crecimiento en la demanda asociada al crecimiento economico Crecimiento en el uso de tecnologias de uso final basadas en combustibles con bajo conteni- do de carbonFuente: Ribeiro (2012), Grübler et al. (1998), Schafer y Victor (1998).Tabla 2. Hipotesis/suposiciones de la Evaluación Energética Global -transporte Escenario 1: GEA-Supply (Alta demanda). * Producción de emisiones negativas debido a la introducción de tec- Emisiones de C02 pue- nologías para la captura de CO2 CCS.Suposiciones en el escenario den ser reducidas signi- Escenario 2: GEA-Mix (demanda intermedia). de referencia GEA-transporte ficatiramente bajo tres * Los carros eléctricos y las celdas de combustibles entran progresi- vias de restricción. ramente el mercado. Todas las vias de tran- * Cambio de uso de carros particulares por transporte público impul- sición asumen la intro- sado por la introducción de medidas políticas. ducción de tecnologías avanzadas pero con una Escenario 3: GEA-Effiency (demanda baja). distribución diferente * Los vehículos eléctricos livianos de conexión, comienzan progresi- dependiendo del esce- ramente a introducirse al mercado. nario. * Cambio de uso de carros particulares por transporte público impul- sado por la introducción de medidas políticas * La eficiencia de los vehículos es mejorada progresivamenteFuente: Ribeiro (2012), Grübler et al. (1998).Modelación de la demanda energética en el sectordel transporte: metodología técnico-socialAdemás del GEA, Anable et al. (2012) exploran cómo el comporta-miento por parte de la demanda influencia el cambio tecnológico enun 80 %, en un escenario meta de reducción de emisiones en el ReinoUnido. El estudio consiste en cuatro escenarios principales: dos esce-narios de referencia, cada uno con una teoría de estilo de vida y dosescenarios de variaciones del estilo de vida.136
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROSuposiciones y resultadosEl modelo Markal Elastic Demand (MED) fue utilizado para proyec-tar los escenarios de mitigación en el estudio de Anable et al. (2012).La metodología Markal incluye parámetros de comportamientosocial dentro de modelos de optimización energética basado en elconcepto económico de equilibrio. La versión MED incluye ademásel concepto económico de la elasticidad; se trata de un modelo de me-todología de abajo-arriba, el cual incluye una representación explícitade tecnologías (Nguene et al., 2011). El método permite la evaluación detecnologías nuevas y la priorización de la investigación, como tambiéndesarrollo (I&D); además de identificar los sistemas energéticos menoscostosos y analizar la distribución y los impactos por la implementaciónde infraestructura para tecnologías basadas en hidrogeno. Las dos variables de estilo de vida fueron calculadas inicialmenteutilizando el modelo estratégico de transporte, energía, emisiones e im-pactos ambientales UK Transport Carbón Model (UKTCM), con el finde simular los diferentes impactos del cambio de estilo de vida en lademanda por vehículos. Finalmente, estas variables fueron modeladascon el MED para la proyección de los escenarios. El modelo UKTCM cubre asuntos de transporte, energía y me-dioambiente desde sus aspectos socioeconómicos e influencias políticaspara la reducción de la demanda energética mediante el ciclo de vidade las emisiones de carbono y los costos externos. La tabla 3 resume losaspectos más relevantes de las suposiciones o teorías utilizadas en cadaescenario.DiscusiónLa naturaleza de los escenarios de mitigación de cambio climático de-penden de las elecciones de la línea base y de la habilidad de los mode-los utilizados para realizar las proyecciones (Fisher et al., 2007). Las su-posiciones hechas sobre los causantes de emisiones como los patronestecnológicos y crecimiento demográfico y económico, influencian con-siderablemente las trayectorias de las futuras emisiones. 137
Clima y energías138Tabla 3. Resumen de los escenariosEscenarios Escenario principal de energía 2050 Variantes del estilo de vida del Escenario principal de energía 2050 Escenario 1: Escenario 2: Escenario 3: Escenario 4: Referencia (REF) Referencia bajo en carbón (LC) Estilo de vida referencia (LS REF) Estilo de vida bajo en carbón * Linea base para evaluar las acciones REF y restricciones de carbono (80% *Cambio en preferencias de la es- (LS LC) y sus costos de reducción en las emisiones de tructura y funcionamiento de la carbón para el 2050 con referencia en sociedad El mismo estilo de vida de referencia * Asume las mismas políticas y medi- 1990. 26% de reducción al 2020) mas restricciones de carbono das establecidas en el UK en el año *Actividades y políticas llevan a cam-Suposiciones 2007 bios en la demanda (demandas alternativas) * A bsorcíón de vehiculos tecnológicos y eficiencia de combustibles para carreteras *No existen restricciones de carbón. Proyecciones del gobierno del UKMétodo Proyecciones del gobierno del UK Proyecciones del gobiemo del UK + Proyecciones del gobierno del UK + + MED + MED spreadsheet + UKTCM MED spreadsheet + UKTCM MED * Misma trayectoria de estilo de vidaVariación en el estilo* Estilo de vida fuertemente influen-NA NA pasadode vida ciado por preocupaciones por el uso de energía, el medio ambiente y * Eliminación significativa de medi- bienestar das de eficiencta energética * Incremento en la riqueza y en la tasa de crecimientoAnable et al. (2012).
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROTeorías/suposiciones del escenario de transporte del GEA(GEA-transporte) A diferencia de otros escenarios, cada uno de las vías de transiciónde GEA-transporte, muestra una penetración temprana de tecnologíasavanzadas. Dado que el modelo utilizado para las proyecciones delos escenarios no incluye conceptos económicos, como por ejemplola elasticidad, ni tampoco monitorea o rastrea los costos de las tec-nologías (Ribeiro et al., 2012), es difícil asumir si esta temprana pen-etración del mercado es debido a la inclusión de cambios tecnológicoscomo un aspectos intrínsecos del modelo. Sin embargo, se puede es-pecular que este fenómeno podría ser impulsado principalmente pornuevas instituciones e incentivos políticos que promueven la investi-gación y el desarrollo (I&D), como también la expansión de nuevastecnologías. Una característica ciertamente importante de GEA-transporte esla suposición de un cierto nivel de descarbonización a lo largo de suescenario de línea base, lo cual se traduce en escenarios más consis-tentes, ya que el fenómeno de descarbonización es fuertemente evi-dente en los récords históricos. Es importante anotar que el índicede descarbonización también es considerado como un indicador decambio tecnológico (Grübler et al., 1998). A pesar de que el elemento social es claramente considerado den-tro del informe GEA, a mi entender, el modelo utilizado para obtenerlas proyecciones del GEA-transporte se enfoca principalmente en lasexistencias y ventas de vehículos. Más importante aún, el modelo notiene en cuenta directamente los elementos sociales, a pesar de queexiste un amplio conceso de la importancia de los factores sociocul-turales en la reducción del consumo energético (Anable et al., 2012;Maréchal, 2010, Geels et al., 2007). Elementos sociales como los as-pectos relacionados con el estilo de vida, los hábitos, las costumbres,los comportamientos y los aspectos psicológicos, como normas socia-les y valores, son considerados en otros escenarios ilustrativos de miti-gación como el estudio de Anable (2012) y Rajan (2004) entre otros. 139
Clima y energíasEscenarios y proyecciones del GEA-transporteEl escenario de transporte GEA presenta una descarbonización sig-nificativa del sector a lo largo del final del siglo XXI, obtenido princi-palmente por la implementación de acciones de corto plazo, como elcambio modal (método de trasporte), acompañado de la introducciónde nuevas tecnologías como los vehículos de celdas de batería e infraes-tructura para el combustible bajo en carbono a base de hidrógeno. Me-joramientos en la eficiencia de los vehículos convencionales tambiénson considerados por contribuir significativamente a la reducción delas emisiones de dióxido de carbono (Ribeiro et al., 2012), ver figura 1. GEA-supply y GEA-mix muestran un cambio dramático haciabiocombustibles y tecnologías con combustible de hidrógeno para 2030.La producción de hidrogeno puede ser acompañada por captura y al-macenamiento de carbono para aliviar las emisiones de GEI resultantesde su producción; especialmente para la vía de transición del GEA-Figura 1. Resultados del escenario. Reducción de las emisiones de CO desde la extracción 2 (del pozo) a la utilización del vehículo, para vehículos ligeros para el escenario de referencia GEA. FE: escenario de eficiencia de combustible, MS: cambio modal, HV: hibridizacion, BF: biocombustibles, FC: baterías de celda, EV: vehículo eléctrico Fuente: Ribeiro (2012).140
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROsupply, y durante las fases tempranas del GEA-mix y GEA-efficiencydonde el hidrógeno es principalmente obtenido de combustibles fósiles. La tecnología de vehículos de hidrogeno representa un proceso dediscontinuidad costoso, ya que comprende un cambio drástico en el sis-tema de transporte ya establecido, sobre todo si tenemos en cuenta lacondición de dependencia del sistema de transporte basado en el usointensivo de carbono (Unruh, 2000, 2002; Rajan, 2006). A pesar de que la metodología de los escenarios GEA es basada envías de transición, como por ejemplo la adopción de tecnologías avan-zadas como el hidrogeno y el almacenamiento y la captura de carbono,cuando esta propuesta es comparada con el sistema energético actualpuede indicar un cambio radical del paradigma (Fisher et al., 2007). Por otra parte, en el GEA-mix, el incremento en el uso de bio-combustibles podría afectar los precios de los alimentos debido a lacompetencia de suelos. Tanto para Europa como para Estados Unidos,un remplazo del 10 % del actual combustible destinado para transporte,con biocombustible, utilizando las tecnologías actuales, requeriría hastaun 40 % de las tierras destinas para la el cultivo de alimentos (Sala-meh 2006). Producir dicha cantidad de combustible para satisfacer lademanda requeriría una revolución en el uso actual de la tierra acom-pañada por cambios en las prácticas utilizadas para la producción dealimentos. En particular, la aceptación global y adopción de cultivosgenéticamente modificados GM por lo menos para la producción decombustibles.Teorías/suposiciones del escenario propuesto en el estudio“Modelación de la demanda energética en el sectordel transporte1Indudablemente, diferentes cambios en el estilo de vida con transforma-ciones tecnológicas futuras son una característica distintiva de los esce-narios producidos en Anable et al (2012). La metodología de demandaelástica permite conectar los cambios potenciales de la demanda ener-1 Basado en Anable et al. (2012). 141
Clima y energíasgética del sector transporte con elementos sociales, como cambios enel uso del transporte (traveling behavior) y cambio modal de transporte. Adicionalmente, la variante estilo de vida permite explorar comosimples preocupaciones por la salud, la calidad de vida y las problemáti-cas ambientales, entre otras, pueden conducir a reducciones en emi-siones de CO2. No obstante, una limitación de la metodología Merkales la forma en la que las incertidumbres, como por ejemplo los costostecnológicos, son abordadas. El modelo asume que en cierto punto delfuturo, las incertidumbres son simplemente resueltas. Si las tecnologíasson inciertas, el modelo no estaría preparado para identificar estrate-gias de inversión apropiadas (Grübler et al., 1999), por consiguiente, sedesviarían las simulaciones en los cambios tecnológicos.Proyecciones de Anable et al. (2012)El escenario de estilo de vida referencia REF resulta en una reducción del58 % de las emisiones de CO2 por transporte para el 2050 (ver figura 2).Este resultado nos indica que las decisiones individuales contribuyenFigura 2. Proyecciones de emisiones de CO2 en la fuente para transporte doméstico en cada escenario Fuente: Anable et al. (2012).142
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROsignificativamente en la descarbonizacion del sector del transporte; porconsiguiente, el rol que desempeñan las políticas dirigidas a la miti-gación del cambio climático o a la transformación del sistema ener-gético debería ser enfocada no solo en políticas de tasación y cambiotecnológico, sino también en ayudar y desarrollar estilos de vida sos-tenibles, así como cambios de comportamiento en el uso de la energía(Anable et al., 2012, figura 2).ConclusionesLos medios de transporte no motorizados están condicionados a lainfraestructura de las ciudades; igualmente, en algunas naciones sonasociados a bajos ingresos económicos y la inhabilidad de acceder atransporte público o a un vehículo personal (Schafer y Victor, 1998;Ribeiro et al., 2007). Trasformar los modelos actuales de dependenciaa los medios motorizados depende no solo en mejoramientos y cam-bios tecnológicos, sino también en iniciativas individuales para hacercambios en actitudes y hábitos (Tertoolen et al., 1998). Es así como lainclusión de elementos sociales en los escenarios de mitigación pareceser una vía importante para generar escenarios razonables y para dem-ostrar la influencia del comportamiento de la demanda para lograr me-tas de descarbonización. Tanto el crecimiento demográfico y económico muestran ser unfactor dominante en muchos escenarios de mitigación. El cambio tec-nológico, por contraste, es en ocasiones mal dirigido y tratado comoun aspecto exógeno. Incluir cambios técnicos como parte endógenade la modelación de los escenarios puede llevar a la producción de es-cenarios con marcadas diferencias ambientales (Grübler et al., 1998).Igualmente, la introducción de curvas de aprendizaje y componentesde investigación, desarrollo y difusión ID&D, conducen a generar in-ternamente en el modelos las necesidades de inversión necesarias parapromover nuevas tecnologías comerciales y, consecuentemente, esce-narios mejorados con un amplio rango de opciones tecnológicas. Estécnicamente posible incluir una representación de cambio tecnológicoen modelos de macro-escala (Grübler et al. 1998). 143
Clima y energías Finalmente se demostró que en los perfiles de emisiones a largoplazo, las relaciones entre desarrollo y las emisiones de efecto inverna-dero dependen no solo de la tasa de desarrollo económico, sino tam-bién de la naturaleza y la estructura del dicho crecimiento; ejemplo elcambio estructural en el sistema de producción del país (Anderson etal., 2008).ReferenciasAnable, J. et al. (2012). Modeling transport and energy demand: A socio-technical approach. Energy policy, 41, 125-138.Anderson, K. et al. (2008). The Tyndall decarbonisation scenarios- Part II: Scenarios for 60% CO2 reduction in the UK. Energy Policy, 36,3764-3773.Fisher B. S. et al. (2007). Issues related to mitigation in the long term context. In climate change 2007: Mitigation, contribution of working group III to the Fourth Assessment Report of the Inter- governmental Panel on Climate Change. Cambridge: Cambridge University Press.Geels W. (2001). Technological transitions as evolutionary reconfigu- ration processes: a multi-level perspective and a case study. Re- search Policy, 31, 125-1274.Geels, W. y Schot, J. (2007). Typology of socio-technical transition pathways. Research Policy, 3, 399-417.Grübler A. et al. (1998). Dynamics of energy technologies and global change. Energy Policy, 270, 247-280.Grubler A. et al. (2012). Energy primer. In Global Energy Assessment GEA toward a sustainable future. Cambridge: Cambridge Univer- sity Press.International Energy Agency (IEA) (2011). World energy outlook 2011. París: OECD/ IEA, Paris Cedex.144
La movilidad como servicio energético: análisis de los cambios tecnológicos y sociales en escenarios de mitigación JOHANA ROMEROJohansson, T. et al. (2012). Summary for policy makers. In Global En- ergy Assessment GEA toward a sustainable future. Cambridge: Cam- bridge University Press.Leggett, J. et al. (1992). Emission scenarios for IPCC: an update. In Climate change 1992: The supplementary report to the IPCC scientific assessment. Cambridge: Cambridge University Press.Maréchal, K. (2010). Not irrational but habitual: The importance of “behavioural lock-in” in energy consumption. Ecological econom- ics, 69, 1104-1114.Nguene G. et al. (2011). Socio-Markal: Integrating energy consump- tion behavioral changes in the technological optimization frame- work. Energy for sustainable development 15, 73-83.Rajan, S. C. (2004). Climate change dilemma: technology, social chan- ge or both? An examination of long term transport policy choices in the United States. Energy policy, 34, 664-669.Riahi, K. et al. (2012). Energy pathways for sustainable development. In Global Energy Assessment GEA toward a sustainable future. Cam- bridge: Cambridge University Press.Ribeiro K. et al. (2007). Transport and its infrastructure. In climate change 2007: Mitigation, contribution of working group III to the Fourth As- sessment Report of the Inter-governmental Panel on Climate Change. Cambridge: Cambridge University Press.Salameh, M. (2006). Can Biofuels Pose a Serious Challenge to Crude Oil? Oil Market Consultancy Service.Schafer, A. y Victor, D. (1998). The future mobility of the world Popu- lation. Transportation Research, Part A 34, 171-205.Sims R. et al. (2014). Transport. In Climate Change 2014: Mitigation of Climate Change. Contribution of Working Group III to the Fifth Assess- ment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cam- bridge y Nueva York: Cambridge University Press. 145
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La sociedad sin carbono y la transición energética Cristian RetamalResumenA partir de la revolución industrial, las sociedades del planeta ex-pandieron enormemente sus capacidades de producción y con ellos lasfronteras económicas. El aumento en la productividad y el crecimientoeconómico se convirtieron en ese momento de la historia en el paradig-ma de las dinámicas socioeconómicas de las naciones. La enorme trans-formación que ocurrió a partir de la industrialización puede ser resumi-da en cuatro notorias tendencias: búsqueda del crecimiento económicoconstante, progresos sociales históricos, aumento sin precedente de lapoblación humana e incremento del impacto de la civilización en el me-dio ambiente. Sin embargo, existe un quinto aspecto, no siempre con-siderado de manera relevante, a la hora de describir lo sucedido desdela industrialización hasta nuestros días: incremento constante del con-sumo energético. El agotamiento de los recursos fósiles que se encuentran en lasbases de nuestros sistemas socioeconómicos actuales, los costos de ex-tracción de reservas no convencionales de estos recursos y los impactosen el medio ambiente que su extracción y consumo originan –incluidoel calentamiento global y consiguiente cambio climático– plantean lanecesidad de transformar nuestros sistemas socioeconómicos y transi-tar por la senda de la descarbonización hacia una era poscarbono. Enla actualidad, diversas tecnologías y políticas públicas son estudiadas, 147
Clima y energíasde igual forma, recursos y esfuerzos importantes son direccionados areducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Pero poco sereflexiona respecto de cuál será la realidad energética del planeta y quétipo de sociedad es la que podremos sostener cuando dejamos atrás laera de los combustibles fósiles, ya sea mediante un transito programadopor la senda de la descarbonización, o bien por las crisis de escasez yclimáticas que pudiésemos enfrentar. El presente documento plantea un conjunto de consideracionesrelevantes de sopesar a la hora de imaginar el futuro de nuestras socie-dades y la disponibilidad energética que enfrentaremos. Este ensayo notiene más objetivo que exponer aspectos de la realidad energética quevivimos y lo que se nos puede avecinar, invitando al lector a reflexionaracerca del tema.Palabras clave: calentamiento global, cambio climático, carbón, car-bono, combustibles fósiles, crecimiento, economía, energía, desa-rrollo, medioambiente, descarbonización, gas, petróleo, poscarbono,sociedad.Trayectoria de nuestras sociedades desdela industrializaciónLos tiempos en que vivimos son complejos e inciertos, desafiantes, demuchos cambios. Observamos como un sinnúmero de eventos sucedenen el planeta de manera simultánea y generalmente es difícil poderapreciarlos todos en perspectiva y con la detención necesaria. Sin duda,nuestras sociedades llevan un rumbo y transitamos hacia algo. El tiem-po corre y nosotros a veces sin darnos cuenta vamos con él. ¿Pero aqué?, ¿hacia dónde se mueven las sociedades del planeta? Se suele hablar con naturalidad de países desarrollados, paísesmenos desarrollados, países industrializados, países en vías de desarro-llo, países en transición. El concepto de desarrollo se plantea en nuestrotiempo como un paradigma que moviliza inmensos esfuerzos y recur-sos. Líderes políticos, empresarios, académicos y organizaciones dela sociedad civil se aproximan de una u otra forma a ese paradigma.148
La sociedad sin carbono y la transición energética CRISTIAN RETAMAL¿Pero qué clase de desarrollo es el que buscamos como sociedades?,¿con qué fin? Muchas veces, resulta complejo decir certeramente quecierto destino es mejor para la sociedad que otro, o por cuál camino esmás conveniente avanzar. Todos poseemos nuestras distintas ópticas,circunstancias, creencias y preferencias respecto de cómo imaginar undestino y el tránsito hacia él. Pero, hay algo en común que todos sítenemos: todos contamos con un pasado y una historia. Todos nues-tras sociedades han seguido, de una manera u otra, alguna trayecto-ria; ergo, cuando pensamos en descifrar hacia dónde nos movemos, enqué dirección nos lleva el momentum que nuestras sociedades y sistemaseconómicos profesan, es entonces pertinente mirar hacia atrás y apre-ciar la trayectoria que hemos seguido; observar de dónde venimos, des-de dónde hemos avanzado, examinar la forma en que nuestros sistemassocioeconómicos se han cimentado, ello nos contribuirá a comprenderhacia donde estamos avanzando. Ciertamente todos tenemos distintos prismas para describir lastrayectorias que nuestras sociedades han llevado, desde ideologíaspolíticas, credos religiosos, principios éticos y morales, hasta disciplinascientíficas. Pero, al mirar hacia atrás, de manera inapelable se puedeconcluir que en los últimos dos siglos las economías del planeta hancrecido y se han entroncado de una manera sin precedente. En nuestrostiempos, el crecimiento constante parece ser el propósito y el estadonormal de los sistemas socioeconómicos. Indudablemente, en la historia de la humanidad ha habido expan-sión económica, pero esta solía ser lenta y cíclica. Los antiguos impe-rios se levantaban de manera paulatina y luego declinaban de la mismaforma. Pero con la revolución industrial, hace poco más de doscientosaños, el crecimiento económico constante y acelerado pasó a ser algo“normal”. Adicional a dicho crecimiento, durante los últimos dos siglos,hemos visto cómo el progreso social con principios libertarios se haexpandido por el globo y hoy, en la segunda década del siglo XXI,existe un mayor número de naciones democráticas en comparacióna hace algunos siglos. Actualmente, la mayor parte de los habitantes 149
Clima y energíasdel planeta rechaza la esclavitud y, de igual manera, apreciamos connaturalidad el hecho de que la mujer participe en política y que tengaderecho a sufragar, situación que era distinta hace no mucho tiempo–de hecho en Colombia, la mujer obtuvo ese derecho recién en la dé-cada de 1950–. De igual manera, una mayor cantidad de individuostenemos en la actualidad acceso a información, educación y despla-zamientos motorizados, algo que los abuelos de muchos de nosotrosen América Latina jamás experimentaron. Las sociedades del planetagozamos hoy en día de una serie de dinámicas del mundo modernoque nunca antes habían sido experimentadas. En Colombia, el poder adquisitivo de la población ha aumentadoy en la actualidad en el país se pueden consumir productos de otraslatitudes que colombianos de dos o tres generaciones atrás nunca an-tes tuvieron opción de conseguir. Existe un numero mayor de indi-viduos con educación básica y media, si se contrasta con las cifras dehace algunas décadas, y más si se compara con la situación preindus-trial. Similarmente, el país busca incorporarse al grupo de países de laOrganización para la Cooperación Económica y Desarrollo (OECDpor su sigla en inglés), club que reúne a los países “ricos” del orbe. Esinnegable entonces que ha habido cierto progreso. Pero todo ese progreso en lo económico y social que, tanto Co-lombia como las sociedades de otros países han experimentado en losúltimos dos siglos, también ha sido caracterizado por otras dos tenden-cias sin precedente en la historia del hombre: el constante crecimien-to demográfico1 y el incremento del impacto que, como sociedades,generamos en el medio ambiente y sus ecosistemas. En la actualidad,nuestro planeta alberga a más de 7 mil millones de individuos y algu-nas proyecciones de Naciones Unidas auguran que en 2050 podríamosser más de 10 mil millones de personas en la Tierra. Similarmente, laevidencia del impacto sobre los ecosistemas de los cuales nos servi-1 La población humana del planeta en 1800 se estima era de aproximadamente mil mi- llones de personas. En 1950, la población era de poco más de 2500 millones. Según cifras de Naciones Unidas, en la actualidad el planeta posee más de 7 mil millones de personas (World Population Prospects: The 2012 Revision. United Nations).150
La sociedad sin carbono y la transición energética CRISTIAN RETAMALmos es cada vez más elocuente. Fenómenos de acidificación de losmares, deforestación, escasez de agua y eventos climáticos extremos,por nombrar algunos, son titulares cada vez más comunes en nuestrosdías. De esta manera, el crecimiento económico, el progreso social,el aumento de la población humana y el irrebatible incremento delimpacto sobre el medio ambiente son cuatro grandes tendencias quepueden describir las transformaciones originadas en los últimos 200años de la humanidad, a partir de la revolución industrial. Pero es-tas cuatro directrices también pueden ser apreciadas desde una quintaperspectiva: nuestro consumo energético. Ha sido a partir de la revo-lución industrial que estas cuatro tendencias se han propulsado, perola principal razón por la cual las industrias han podido desarrollarsees elemental: la disponibilidad de combustible abundante y de bajocosto.Disponibilidad energética como cimientoindispensable en nuestra cotidianidadFue a partir de la revolución industrial, originada en Inglaterra en lasegunda mitad del siglo XVIII, que se modificó vastamente el poderproductivo de las sociedades y con ello comenzó un proceso de trans-formación de las dinámicas socioeconómicas sin precedente en la his-toria de la humanidad. La revolución industrial originó un aumentoexcepcional en la productividad de las economías de las naciones;las sociedades preindustriales habían tenido históricamente accesoa suministros de energía limitados; en dichas sociedades la energíamecánica estuvo originada principalmente por el músculo animal yla energía térmica de la madera, lo cual planteaba limitaciones a losniveles de productividad. Pero fue la masificación del uso del carbón,como nueva fuente de energía, lo que propició una expansión co-losal de las fronteras de la productividad y así entonces un ensancha-miento de los deslindes de los sistemas socioeconómicos, convirtién-dose dicha expansión de los sistemas económicos de las naciones enuna de las aspiraciones fundamentales de la flameante revolución. Fue 151
Clima y energíasentonces primero el carbón, luego el petróleo y más recientemente elgas natural los que han movido la maquinaria que empuja con in-tensidad las cuatro tendencias mencionadas anteriormente, poniendoel crecimiento económico como precepto esencial en la dinámica denuestros actuales sistemas socioeconómicos. Sin embargo, previo a la revolución industrial, las sociedades de-pendían principalmente de la energía animal para sostener las dinámi-cas económicas de la época. Ha sido solo a partir de ese momento enla historia de la humanidad que las sociedades comenzaron a utilizarla energía almacenada durante milenios en los combustibles fósiles, asíse originó un proceso de transformación sin precedente que es posiblerelatar también a partir de las cuatro tendencias antes mencionadas. Nocabe duda de que sin la utilización de la energía contenida en los com-bustibles fósiles, nuestra historia y nuestros rumbos serían otros. Loscombustibles fósiles han movido desde la revolución industrial y hastael día de hoy el motor de nuestras economías. Por año, los economistas ortodoxos han asumido que el creci-miento de la economía puede ser constante y dependería de una ristrade principios teóricos –varios sin demostración–, que han sido pro-fesados de manera casi retórica como un credo pagano: sustitución,división del trabajo, innovación, incremento del intercambio comer-cial, eficiencia; por nombrar solo algunos, varias de estas prediccionesbajo el artilugio del ceteris paribus.2 Pero sucede que el crecimiento delos últimos 200 años ha sido principalmente el resultado de la dis-ponibilidad de energía a bajo costo. Se requiere energía para hacerfuncionar calderas, motores y cuanta maquinaria las industrias poseenpara producir y hacer cosas; y fue precisamente la abundancia de en-ergía: carbón, petróleo y gas natural, a partir de la industrialización,que las sociedades pudieron repentinamente hacer muchas más cosasde las que nunca antes en la historia habían hecho, de esta manera secrearon empleos que sostienen el modelo de consumo y la quimera delcrecimiento económico constante e infinito.2 Expresión del latín que significa “sin la alteración de otros factores”.152
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