MIXTURAS (Microrrelatos 35x300) ANTONIO PAPALÍA
Papalía, Antonio Mixturas: microrrelatos 35 x 300 / Antonio Papalía. - 1a ed. - Longchamps: LENÚ; José Mármol: Cautiva Ediciones, 2022. 84 p.; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-4983-90-9 1. Narrativa Argentina. 2. Microrrelatos. I. Título. CDD A863 Título original: “Mixturas” Microrrelatos © Antonio Papalía Primera edición junio 2022 CAUTIVA EDICIONES Trabajo de edición a cargo de Ediciones Lenú Mail: [email protected] Facebook: Ediciones Lenú Aclaración: en determinadas expresiones y/o criterios narrativos, así como el vocabulario utilizado en todo el texto, se respetaron los gustos y deseos del propio autor. Hecho el depósito que previene la Ley N° 11.723 Esta obra se terminó de imprimir en talleres gráficos de Ediciones del País. Impreso en Argentina. Queda prohibido sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento comprendidos reprografía, tratamiento informático ni en otro sistema mecánico, fotocopias, ni otros medios, como también la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.
Dedicatoria y agradecimientos Concentrar una idea en pocas palabras, y cuando éstas son limitantes en un desafío superador, no muchos es- critores se sienten cómodos a la hora de escribir. Sin em- bargo, los hay, y de los buenos; en especial los poetas acostumbrados a la prosa romántica y a los versos de alto valor sentimental. Centralizan la visión sobre un objetivo y disparan las justas palabras para iluminar su esencia en su máximo esplendor. Es entonces, que lo pequeño toma forma de gigante, con lo justo, lo necesario, sin excesos que em- pañen con su sombra, el asombroso instante de haber llegado a la plenitud de la comprensión en brevedades dialécticas. Con este ensayo, me propuse intentar esta difícil trave- sía agradeciendo a todos los precursores por dejarnos una huella clara por donde continuar sabiendo que la meta es lejana, pero con persistentes sabores y aromas en todo su trayecto. A mis lectores, seguidores de mis letras plenas en sen- timientos, agradezco una vez más este acompañamiento constante de alto valor espiritual que hace de mi voca- ción, un placentero transitar. Para los principiantes, dejo una máxima literaria que se adapta a la perfección a la presente obra: “Lo bueno, sí breve, dos veces bueno”. (Gracián). Antonio Papalía
“Rocío para una flor marchita”
Prólogo El mismo autor lo anticipa: decir mucho, en pocas lí- neas, es un desafío para cualquier escritor. Pero no es sólo eso, no: después de once libros propios y de su par- ticipación en cuatro antologías, Antonio Papalía logra en “Mixturas” algo mucho más extraordinario, que es llegar al alma del lector con mensajes que no sólo son contundentes, sino además, y fundamentalmente, piezas literarias cargadas de belleza. Muy distinto al resto de sus obras, en este libro Papalía da un viro a su estilo, pero sin perder su esencia, que es esa misma que se destaca por mezclar en partes iguales profundidad, intelecto y una vertiente de espiritualidad que logra iluminar hasta los rincones más penumbrosos de nuestro propio ser, despertando, muchas veces, la conciencia dormida y ayudando de este modo a mirar la vida y su devenir desde una perspectiva más elevada y más esperanzadora. Y si salir de la zona de confort es un reto al que en general no nos animamos, este autor demuestra que el resultado vale el esfuerzo y la osadía, puesto que quien se sumerja en las páginas de “Mixturas” podrá volar con deliciosas combinaciones de palabras, soñar, sentir y reflexionar a través de enunciados que van al centro del sentido sobre temas tan propios de nuestra humanidad como el amor, la amistad, el tiempo, el deseo, los sue- ños, el olvido y el perdón, sólo por citar algunos. En este sentido, es de suma justicia destacar la arqui- tectura literaria con la que Antonio construyó esta nueva
perla: cuatro o cinco renglones y tan solo treinta y cinco palabras, exactas siempre, en cada entrega, para delinear con magia un concepto o hacer florecer una prosa. En síntesis, “Mixturas” no sólo se nos presenta como un libro peculiar por su formato y su estructura, sino porque además devela otra faceta de un escritor que no deja de sorprendernos y que esta vez nos demuestra su versatilidad, que se apoya en su constante crecimiento, en su prolífera obra y en un talento que no se mantiene intacto, porque sigue tomando vuelo y siempre, siempre, promete más. ¡Bienvenidos a la belleza! Analía Agostino Licenciada en Periodismo- Prof. Univ. en Comunicación Social UNLZ
1- Abrazo Tus ojos estaban limpios, sin maquillaje ni retoques antinaturales. Me vi en ellos con nitidez, busqué el cre- púsculo al fondo de tus pupilas, junto al sol en su caída esperando el placentero abrazo nocturno. 2- Acecho Acechar a rostro descubierto es medir sin ser medido, es ver sin ser visto, es distraerse en la superficialidad estando atento en la profundidad, es escuchar entre la aparente soñolencia… es una metamorfosis invisible. 3- Acusación Tu piel está excesivamente roja, sus poros abiertos como puertas giratorias emanando líquido en cada rota- ción, tu fiebre quema las palabras y sus cenizas acusan al destinatario que fuera una parte de tu vida. 4- Adrenalina No escalabas cumbres tempestuosas ni cruzabas abis- mos en deteriorados puentes colgantes, pero se perci- bían altas dosis de adrenalina consumiéndote por den- tro. Tu brasa interior ardía aún en medio de cenizas que debieran estar apagadas. 9
5- Agonía Estás en agonía espiritual cada vez que el círculo de las doce campanadas se cierra sobre ti, como si fuera un cono carcelario donde acabas tu aire hasta morir, aun con el corazón latiendo. 6- Ajedrez ¿Qué hay de las luces y sombras dentro del espejo inte- rior? ¿Cuál es la realidad? Somos nuestro propio juego que conduce a enfrentarnos, cada cual con su rey. Aje- drez partido para una sola reina. 7- Alegato No puedes alegar que nada has aprendido, que aquello que pasó por ante tus ojos nunca hubiera existido. En- tonces, tu espejo ya no tiene la capacidad de reflejar lo mejor de ti. Opacidad total. 8- Alguna vez Lo “imposible” clama su derrota por toda la eternidad. El “quizás” y el “tal vez”, mantienen la esperanza entre conformismo y ansiedad. “Alguna vez” es parte de un juego de posibilidades y azar. 10
9- Aljibe El pozo del viejo aljibe estaba seco, sólo decoraba una húmeda eternidad sin sentido en su oscuro fondo. Enton- ces, mis ideas fueron tomando forma rompiendo lo ab- surdo y creando un camino hacia la libertad. 10- Alma amiga Los sentimientos arden sin quemar. El abrazo estruja la luz perdida. La mano da agua a través de sus de- dos saciando de caricias al ser en su abandono. Corazo- nes anclados hacia la eternidad. 11- Alma llena No caben muchas cosas aunque la cavidad es inmensa, toda ella es eterna por dentro e invisible por fuera. No hay lugar para nada material, sólo ella produce su nece- sidad. Le llaman plenitud. 12- Amaneceres Mis joyas son perlas colgantes, testigos de auroras rojizas y atardeceres naranjas, colección silenciosa de esperas sobre las hamacas de las olas y la quietud sobre la arena. Lloran esperanzas perdidas entre nuestras mi- radas. 11
13- Amapolas celestiales De los jardines del paraíso proliferaron y por las manos de los ángeles fueron esparcidas como gotas sólidas de esperanza. La alfombra verde de la pradera brilló en co- lorido pintándose un arcoíris triunfal. 14- Amiga triste Las palabras indolentes hieren la esencia del alma. El silencio no calma y corroe al perdón. Arden las pupilas en lágrimas de sangre. El sándalo perfuma, está lejos de ti. Mi abrazo, no. 15- Amigos mágicos Parecen invisibles y de vez en vez sentimos sus abra- zos, parecen mudos y cuando es necesario nos inundan con sus palabras de aliento. ¿Sólo parecen…? Son má- gicos, sin vara y más amor. Amigos. 16- Amistad Hay un fuego misterioso montado sobre leños con nombre de sentimientos. Hay una fuerza incomprensible que une trozos de azulejos perdidos entre las tinieblas de la vida. Hay un cuadro, dos manos se entrelazan. 12
17- Amistad desilusionada Hay vínculos que florecen como flores silvestres, de sus fragancias nacen los latidos que se transforman en abrazos. La cegadora es inmutable ante tanto amor y cer- cena sus coronas. Los pétalos ilusionados, mueren. 18- Amor Amanezco en tu mirada en cada instante del día. Mori- mos en la impaciencia de tenernos aun sin tocarnos. Osamos besarnos en silencio entre grillos y luciérnagas. Románticos escondidos en un altar de sueños libres. 19- Amor a destiempo Un juego ansioso dentro del laberinto del tiempo. Ga- jos de un amor, que como gotas, se evaporan antes de ser rocío. La campana suena y no llega el sonido. Dos manos separadas. 20- Amor a la vida La ventana daba al jardín, siempre debía estar abierta. Ella dijo que por allí entraba la vida. Ella nunca deseó morir aun cuando la muerte la visitó… y por ella escapó. 13
21- Amor desconocido Se esconde tras la luna, sólo su cabellera plateada se percibe al borde del horizonte. Tiene pies de fuego que caminan por sobre las aguas. Un guiño de luz entre la nube oscura. 22- Amor desprendido Pluma de la fantasía que cosquillea la piel del corazón. Vuelo sin escalas hasta la inmensidad de las ansias. En- vergadura de alas desplegadas como ángel custodio cu- briendo temores de alma marchita. Amor soy. 23- Amor, recuerdo Tu recuerdo es un paisaje embelesado, suspendido en el frescor de la mirada. El cristalino palpa tu calor como si existieras para una vida entera. El tiempo puso límites, el alma, el reencuentro. 24- Amor sufrido Por naturaleza, no puedes ofrecer una mejor versión de ti, tampoco intentas un remiendo purificador a tus actitu- des ni mejorar tus escasas aptitudes carentes de honora- bilidad. Te has convertido en un mal presagio. 14
25- Amor volátil Tú agua, yo fuego, el soplo encendió las nubes, fuimos cenizas por un momento. Nos buscábamos en un océano tumultuoso hasta que todo fue silencio… las profundi- dades recogieron despojos de un amor volátil. 26- Anagrama Armo con mis manos el ramo de tu placer. Echo la moneda al aire sobre la fuente de los deseos. Silenciosa- mente espero la cita de mis sueños. Camino a Roma, al encuentro del amor. 27- Aniversario Trece lunas, me dijiste, y el día será nuestro. Doce meses y un año premiado, te susurré. Un bisiesto y cuarenta y ocho horas de recuerdos mecidos entre dos copas y un lecho esperando. 28- Aprendizaje Fuiste aventura sin haberte soñado. De la nota más so- nora, descubrí tu tono. De letras solitarias, se manifestó el mensaje. De la independencia al libertinaje oscuro. Nunca fueron lecciones olvidadas. Sí, senda para llegar. 15
29- Aquí Todos somos fantasmas reprimidos, desconsolados, llorosos, almas sangrantes en este “aquí” desconocido, sin luces de vida ni sombras de muerte. Somos como somos en la memoria del universo, en la ilusión de un sueño. 30- Araña Teje el amor sus fibras en cada noche de pasión. La flor abre su capullo entre gotas de rocío. Un hilo nos ata uniendo corazones. Ella espía, celosa nos encarcela, en libertad… ¿nos envenena? 31- Arcoíris Portal de huida del abismo negro, profundo. Colores entre agua y luz. Desprendimiento de amor del todo. Iridiscencia entre dos ojos, dos corazones, dos almas. Es corona refulgente del altar para nuestro amor eterno. 32- Arenilla Cada grano de arenilla es una historia rociada con per- fume de un amor obsecuente, sumiso en la necesidad, cercano aun en la distancia, atado al mismo hilo que en- cadena tu huida carente de escondite. 16
33- Arrugas Tiempo, ADN de jeroglíficos incrustados en débil coraza de la dermis. Estallan sus poros, savia nutriente del presente. Cicatrices son, al fuego de la vida. Epílogo concentrado, carta para tu ángel, currículum para Dios. 34- A solas No encendí el cigarrillo, me temblaban las manos y mi caminar en círculos sólo sostenía la mirada hacia abajo, como buscando la solución a un imposible. Años así, nuestras locuras mataron al amor. 35- Ausencia ¡Hasta los pájaros huyen! La noche ahoga al crepúscu- lo en su propia sangre. El silencio decora la brisa que salpica a mi rostro. Todo se vuelve nada, floto entre el hoy y el mañana. 36- Autorretrato El espejo archiva páginas de mi visita, su reflejo es flash con historia de mi voz. Mis secretos lo empañan con aliento de intimidad. Extrañándome, escribe mi his- toria al compás de su soledad eterna. 17
37- A veces A veces, los ojos perdidos en la inmensidad son fuentes a punto del derrame. Otras, baúl de imágenes, pasadizos de la memoria. A veces, buzón de cartas ajenas, alegres unas, sin respuestas, otras. 38- Baile Danza de lágrimas derramadas con el mejor atuendo de la tristeza. Baile de sabor amargo entre un fango resbala- dizo, sin equilibrio, atado a la incertidumbre. El lloro inunda el cuadro de las irrealidades soñadas. 39- Balanza Me hablabas de equilibrar nuestra relación como si entre nosotros hubiera un contrapeso fuera de lugar. Sin embargo para ti, la montaña del amor es una levedad superficial. Tu nube tormentosa graniza hasta matarnos. 40-Barrilete Nadie supo el destino del ovillo de hilo pendiendo tras la cola cuando el barrilete rompió amarras. Dicen que el cielo esperaba un mensaje y la nube abrió su puerta. Mamá envió su beso. 18
41- Besos Fui duro, te lastimé con palabras lacerantes. Recuerda que todo duele cuando la herida está viva. Aun el ven- daje más suave puede producir un gemido antes de sa- nar. En mis besos hallaste cómo perdonar. 42- Bifurcación Conocías las luces y las sombras, lo bueno, lo ma- lo, bendiciones y maldiciones. Estaban en los dos cami- nos que corrían a la par. Llevabas un pie en cada uno. Elije bien, la meta acaba. 43- Boleto El eco de las noches negras traía presagios de muerte. El azar sólo podía ser un boleto equivocado. Todos teníamos uno que cambiaba de número cada día, y yo pensando en ti, deseaba borrarlo. 44- Botellas Palomas acuáticas para un mensaje muerto en las dis- tancias del tiempo. Burbujas escondidas entre líneas secretas de un ayer. Alguien esperaba, en la costa inundada, una sonrisa postergada. El azar jugaba al vacío permanente. 19
45- Brasas Ardió la boca en palabras apasionadas, ardieron los ojos en miradas de amor, ambos se desnudaron en lla- mas. La hoguera preservó el secreto. El chismoso viento intentó dispersar las cenizas cómplices. Brasas grises, sonrojadas. 46- Búnker Caparazón de nostalgias rodean el desierto de tu ser. El oasis, es espejismo en tu ceguera, como el sordo oído se complace en las mudas señales. Nadie entra, nada sale, ni germina el amor. 47- Búscate ¿Estás allí? Rincones perversos y espacios de luz bajo la esfera celeste. Caminos rectos, hondonadas y círculos perfectos. Tu sombra no estará bajo el cenit soleado. Pies, corazón y alma. Allí está tu espejo. 48- Cada día El milagro de respirar, el sueño por cumplir, la espe- ranza que aflora, el corazón que ama y una luz en el alma. ¿Qué más? El día es efímero y tus tesoros, múlti- ples realidades. 20
49- Café La borra de café lo decía todo. Ella, experta, jamás se equivocaba. Lo supo cuando bebió el último sorbo. El “cortado” especial lo fue sólo para ella. Dos ojos desde adentro festejaban la venganza. 50- Calle La calle hoy estaba húmeda, la vereda resbaladiza, el portón chirriante se abría al compás de mi ir y venir, como centinela de un amor sufrido, un amor callado, de un amor al fin. 51- Camino La vida era bella, a la vez, enmarañada entre verdes. Yo, en medio, disfrutaba de un tenue rayo de su sonrisa. Desplegué mi brazo hacia ella. Mi estela de amor, fue pétalo y camino. 52- Caricias Aún el silencio reinaba cuando la ducha tibia iba des- prendiendo los recuerdos, tal como las hojas de un libro deja ver sus letras al compás del movimiento de los de- dos. Sólo caricias quedaron flotando. 21
53- Cartas El papel suele hablar desde un corazón prestado, sin lágrimas, sin gestos, con voz de viento. Árbol casi des- nudo que alumbra con su aliento, despojando al alma de sentimientos, naciendo silenciosamente desde la distan- cia. 54-Cautivo Cautivo tu mente entre el correr de tus dedos sobre las hojas impresas, te quedas con la esencia de mi alma. Ambos nos poseemos por momentos, por horas, quizás me anides para una eternidad. 55- Ceguera La puerta entornada, la celosía inclinada, las cortinas entreabiertas perdieron su luz. Sin embargo, la noche aún estaba distante y los párpados abiertos se acostum- braron. Sin desearlo, la nada se la pintó de negro. 56- Cenizas Sólo cenizas quedaron al fondo de la copa vacía. El úl- timo sorbo mató al amor, lo dejó sin alma. Se calcinó el cuerpo al final del beso embrujado. ¡Viento, no has so- plado! ¡Todo condena! 22
57- Cenizas vivientes Tu brasa oculta ardía aún en medio de cenizas que de- bieran estar apagadas, pero no... Lejos de extinguir tu sed, soplabas sobre ellas dándole una nueva oportunidad de vida a tus incendios interiores. 58- Cerezos y rosales Rojos en la boca roja, los cerezos muestran su sangre. Rosas en el ojal del corazón, fragancia entremezclada con el sabor. La espina, un diente desgarrador hundido en la carne sin carozo. 59- Ciclos Los largos, los cortos, el eterno. Deambulamos por ellos ciegamente esperando la luz de lo imprevisible. Su rueda es rutina de estados adormecidos sin imaginación. Los saltamos como langostas hambrientas. Depredamos la belleza interior. 60- Cima Solitaria, fría, casi inalcanzable. Entre vapores arquea- dos de luz, te dejas ver. Desafías a toda mirada gozando de tu inexpugnable privilegio de ser. Pareces libre abs- traída de la realidad. Prisionera en mi foco, disparo. 23
61- Cita Todo estaba programado como un guion escrito por el destino. Tú, yo y un lugar, ¿qué podía fallar? Llegamos temprano. Nos vimos, nos enamoramos en silencio. No eras mi Elisa, ni yo quien esperabas. 62- Colores Gajos de luz que maduran a destiempo entre párpados ansiosos. El cuadro los congela, polimorfos y el atarde- cer los dora sobre el cabello de los trigales. El horizonte los estrecha, la vida los ilumina. 63- Conciencias El atardecer cae en el hoyo negro. La noche espera siniestramente a su víctima al cerrar de ojos. La historia de los instantes se lee en voz baja. Los reproches dialo- gan antes de morir. 64- Copas El amanecer escondió el secreto, no ante mis ojos. La desnudez soñó felicidad, el silencio cubrió el misterio de dos almas, las sábanas no ocultaron las copas caídas ni su vino contenido. Todo fue. 24
65- Corazón lleno El amanecer es una excusa, se repite a la caída del sol. En el intervalo todo parece agonía aun para los oídos sordos. Dormir y despertar con el corazón lleno de pája- ros cantar. 66- Corazón receptivo Quién pudiera ser como tú cuando acaricias una mirada, cuando extrañas un “te amo” o cuando dejas caer la última lágrima desde la angustia. Dime quién, si sólo desde el pecho vuela amor. 67- Cosas sueltas Nada encaja. El laberinto sugiere un rompecabezas con fichas falsas. La cascada congela sus aguas. El viento frota el hielo. La luna y el sol sonríen entre lo escondido. Aún no existimos. ¿Naceremos? 68- Cosecha Tú sabes, ya eres recuerdo. Un carrusel con recorrido constante, sin destino final. Giras sin detenerte en un espacio sin cielos ni infiernos. Moras en la nada, indife- rente, invisible. Un eco piadoso te recoge. 25
69- Cosecha dulce Agradece el ciego la dádiva que no ve, como la tierra seca a las lágrimas del cielo. El sol madura las espigas y el horno espera encendido el corto tiempo del amase. Pan. 70- Crucifixión Cuando clavas esa mirada me siento crucificado. No se ven las puntas, pero sí las marcas, las amarras y mi im- potencia. Nadie impide morir en tu destello. Mi amor sangra enjugado entre tus cabellos. 71- Cruz Quien la lleve le pesará en los hombros. Quien espera la caída de una moneda al aire es esclavo de su decisión. Quien carga pesares, la sostiene todos los días. Cruz, li- bertad del alma. 72- Cuadro El tiempo fue viento de olvido. Supo enmarcar un pre- sente de lucidez eterna. Extendió la distancia a los confi- nes donde la fragilidad de la memoria se quiebra. Nada muere si el testigo es perenne. 26
73- Cupido Lo mágico no fue la flecha, sino su luz. El arco, un sol naciente de púrpura diluida en pociones deslumbrantes. Amanece y anochece en el caldero de la alquimia. El corazón desborda de él. 74- Currículum Creyó ser importante, imprescindible, un dios. Tenía gemelos y una agenda por descubrir. Muchas manos se posaron en su espalda. Una escalera coronaba su presen- cia, un cesto su traje arrugado. Simplemente, sólo un papel. 75- Desconocimiento Nadie sabe de los amores huidos, de las penas no llora- das, de las lágrimas retenidas. Nadie sabe del beso que el aire retuvo, de la palabra no dicha y tampoco de la conciencia perdida. 76- Descubrimiento Descubrí los otros misterios, los del alma, corazón y la mente, que guardan para ciertas ocasiones propicias. Sed de deseos, soledades escondidas entre sus ropas más puritanas… y yo, en un permanente luto gris. 27
77- Desde siempre La flor pequeña es apenas vista aunque su presencia flota desde el infinito. De poco valor a los ojos, pero en multitud llena el alma. Cruza el universo su raíz, vive desde siempre. 78- Deseos La fuente sin agua, la rama sin flores, el cielo sin pájaros, el firmamento deshabitado, el alma sin luz, el corazón sin amor. Deseos perdidos desencontrando a Dios. La vida rena- ce tras un sollozo. 79- Desesperanza No hay luna que encienda el amor, tampoco sol que arda el seno de la esperanza. Viejas estrellas inmóviles señalan un destino para cada quien, ojos tristes levantan- do los párpados, osadía de un ruego. 80- Despedida Es en los ojos donde se nota, en el agitar de la mano en lo alto, en lo trémulo de la voz que agrieta al silencio y que luego aturde con la ausencia. Adiós. 28
81- Despertar Tu despertar siempre es tardío y traes contigo un ba- gaje lleno de frenesíes, esqueletos de ideas nuevas que procuras llenar intrépidamente en un cuerpo que simbo- lice el logro de una meta. Luego otra, otra… 82- Destellos Luminiscencia virginal del infinito a la mente. Nueva apertura sincronizada para renovación espiritual. Expe- riencia reverdecida en el curso de la vida. Alma purifi- cada desde los misterios divinos. Corazón nutrido en el gozo del amor. 83- Dinamita Y es en la intimidad de a dos cuando la dinamita toma su forma más destructiva al roce del fuego de las pasio- nes desenfrenadas. El “quizás” toma oxígeno… es ins- tante donde la duda muere. 84- Dos orillas La diosa bajaba del cielo, las cumbres rocosas hacían de tobogán, esparcía sus redes en cristalina frescura. Un sorbo dulce daba vida, las dos orillas guiaban su camino. El océano esperaba con sed. 29
85- Dual Desde anoche, experimento una nueva dimensión, un límite donde no existe frontera, donde todo se expande o se contrae al ritmo de un corazón dual. Esencia y brillo que aún faltaba conocer de mí. 86- Ecos Hubo un día que las miradas cruzaron horizontes de lí- mites misteriosos. No supimos enfrentarnos a la verdad. La realidad y la fantasía jugaron un juego perverso. Los ecos que soñaron a ser silencios, estallaron. 87- Efímero Del soplo de Dios emerge la vida, de cada latido un destello de continuidad. De diez, sólo uno agradece con humildad de corazón. El ego se inflama en poder mu- riendo con su efímero aliento. 88- El hilo El color es lo de menos cuando une corazones. Ellos no creían en supersticiones, cuentos o leyendas. El senti- miento estaba en sus destinos, música en sus oídos, un beso soplado por sus labios. 30
89- Ella Ella está allí, prestándote los oídos, acariciándote el alma, llenando de afecto tu corazón, dando vueltas las páginas de tu vida… y tú, como siempre, derramando esas frías lágrimas mojadas de mentiras y vanidad. 90- Elogio Navegabas con tus velas desplegadas, el viento dormi- taba, el sol ardía tu impaciencia, la quietud del mar exas- peraba al silencio. Tu paz, vacía en un corazón lleno de esperanza. Su voz encendió tu alma. 91- El tren Durmientes somos de un tren imaginario, de vida sigi- losa, temerosa de una vía muerta. Desterrados junto al abismo, sin pies ni alas. El suelo sujeta los pesares, el quebracho sangra, endurece el alma. 92- Encuentro Cada cual por su vereda. Escaleras abajo, la gente espe- raba. Los trenes retardaban su destino. Las miradas se cruzaron. Tal vez un “¡Hola!” silencioso, quizá un últi- mo vestigio del odio. Encuentro y despedida final. 31
93- Enfermedad contagiosa Debo entender que para ti, el amor es una frontera que divide dos estados de ánimo y que tú, claramente, te ubi- cas fuera de su radio de acción. Pareciera ser una enfer- medad contagiosa. 94- En la nada No sé cómo sucedió. La inconciencia llegó tan a prisa que la nube lo envolvió todo. Ese todo en su brillo era luz y sus rayos, escalones sin destino. Nos fusionamos eternamente. 95- En mis ojos Estás en mi mirada, a través y al final. Luz… brillo en filamentos diminutos con un todo como imagen. Nada perturba el perfil de tu figura inmaculada ni enceguece mi iris contemplativo. 96- Entre lágrimas La poesía maduraba entre letras partidas del corazón. Las palabras llenaban huecos de silencios nostálgicos. Las heridas se curaban por dentro, en tanto los ojos su- puraban lágrimas del viejo dolor. Algodones de ternura. 32
97- En tus manos No importa su tamaño, sí su generosidad. En cada dedo una virtud, en cada palma un don, en cada movimiento, la esperanza flotando en su vaivén. Caricia, tibieza, abrazo, paz y amor. 98- Epílogo Tuvimos una historia no escrita, un final sin concluir, con puntos suspensivos como rostros de nuevos sueños por donde volar… Tú despertaste adentro, yo afuera. Deseabas salir, yo entrar. Jaula sin puerta, destino cruel. 99- Éramos diferentes Ya éramos diferentes, eso tan incomprensible que le llaman amor, nos transformó en una sola esencia hasta que ellos, nuestros ojos y nuestros dedos, se despidieron tras el chasquido de un largo beso. 100- Eres No eres agua, lo inundas todo. No eres fuego, dejas cenizas candentes. No eres tierra, pero el verde rejuve- nece. No eres aire, destruyes a tu paso. No eres luz ni oscuridad. Tú, mi maldición. 33
101- Escritos Las palabras brotaban como semillas fecundadas. No nos oíamos ni osábamos vernos. Los escritos tenían vi- da: tus suspiros, mis lágrimas, nuestros deseos. Eso ha- bía entre tú y yo. Tinta roja quemada en sentimientos eternos. 102- Eslabones Peldaños que encierran sueños inconclusos engarzados en la constante de insomnios nocturnos. Atan esperan- zas, sueltan desilusiones, son ciclos maduros como fru- tos inalcanzables. La cadena reluce, aprisiona deseos, arde la ansiedad, se dilata la infelicidad. 103- Espera Hueco de tiempo incierto que deambula por el desierto de la mente ansiosa. Caminos invisibles con sombras transparentes marcando el paso a cada segundo de dis- tancia. Mirada perdida entre la muchedumbre sin hueco. Nada. 104- Estafa Fui ser adosado a la piel de tu alma. Buscabas mi pare- cer sin comprender que ambas eran espejos entre sí. Tu ser y mi parecer se amaron hipócritamente ante mi ser y tu parecer. 34
105- Estás No eres una ilusión de la nada, ni un suspiro perdido por las eternidades, tampoco un eco de las formas ni el color de una pintura fugitiva. Sé que estás, existes en mi camino. 106- Estatuas El péndulo mantenía la rigidez constante clavado en la agonía del tiempo, como la vieja estatua de la plaza, co- mo el amor silencioso que hay en mí. Callaron las cam- panadas, yo perdí la ilusión. 107- Extremos El arcoíris está imantado de sol naciente, desencade- nado, libre. El horizonte sostiene su cúpula de pincela- das artísticas en húmedos frescos de gotas incandescen- tes. El mar sopla sus pies desnudos, nosotros ascende- mos por escalones jaspeados. 108- Felicidad Aurora sonrojada. Brisa suave, fresca, despeinando ilusiones. Tibio sol madurando la piel, agua pura refle- jando mi rostro lozano. Luna curiosa entre nubes solita- rias. Ojos danzando entre luces desde estrellas distantes. Vida profunda respirando paz. 35
109- Fe profunda El abismo la llamaba. La tentación electrizaba la ex- pectativa. Sabía, en el fondo la corona esperaba, el reino la necesitaba. El grito se transformó en zumbido… Mu- rió el zángano, ella reinó la colmena. 110- Final de página El adiós no estaba escrito, ni la esperanza se presentía. Letras que decían poco aunque resonaban fuertes entre márgenes volátiles. La línea caía hasta el último renglón, la tinta roja parecía sangre. 111- Flor en la roca De ella aprendí y supe. La fortaleza no fecunda en la rigidez. Agua eterna pasó primero, el hoyo fue su cuna. El tallo, mástil solitario y sus pétalos, flecos de bandera. 112- Focos La belleza de la noche tienta al romance. Los recuer- dos quedan superpuestos en sólo una imagen de verano. Tu contorno enamora a las luciérnagas. Mis caricias se truncan al vuelo de tu alma luminosa. 36
113- Follaje Las ramas expandían el follaje en un entramado super- puesto. Las paredes ahogaban sus rostros entre verdes rocíos tempraneros. La vida y la muerte, jugaban. La na- turaleza vencía la apuesta con el tiempo como testigo. 114- Fragmentación Vi tu universo interior fragmentado, porciones de colo- res vivientes. Sin brillo, el mago trastoca su energía con sólo un golpe de voluntad. La melodía inicial y armo- niosa descansa en silencio. Espacio y tiempo vacíos. 115- Génesis de adolescencia Nace el río desde la montaña en el deshielo como san- gre desde el corazón a las venas. Vienen trayendo vida desde el origen en una esperanza reverdecida. Nace, adolescencia creciendo, espera ansiosa. 116- Gamas El otoño dispersa acuarelas sobre la calidez del viento. Gotas caen pintando las copas grises, los árboles cantan. Su último maquillaje enamora al pájaro agobiado. El ar- coíris mimetiza su presencia. Me descubro desde aden- tro. 37
117- Gitana Tu alma es andariega por destino. Caminos inciertos se abren a tus pies de aventurera de sueños perdidos. La rueda de la fortuna sabe engañarte… te niega el amor o te baja la luna. 118- Guerra La plaza fue una memoria de ilusiones, de pasados en- contrados, de presentes vivos en frenesí. Lo sabían los novios, abuelos y los niños en sus juegos. Explosión, hu- mo, muerte, desierto, silencio. Guerra, nunca más. 119- Gratis ¿Quién puso precio a la sonrisa, por la mirada enterne- cida, la palabra cordial y al gesto solidario? ¿Qué billete tan alto puede cubrir el esbozo del accionar? Hay rotas alcancías y cofres del corazón. 120- Heridas Algunas sangran, otras queman sólo por dentro. Aque- llas curan o se infectan, estas otras sólo marcan con el herraje de la indiferencia, con el tridente de la muerte, con el aguijón de la palabra. 38
121- Hibisco Cinco raciones de campanas alborotadas por su rojo nos observan desde el rincón poético de los sueños soli- tarios. Esperan los destellos de sol en sus coronas amari- llas. Nosotros recibimos el rubor de su reflejo. 122- Hipocresía De todos los rostros, aquel de mirada encendida. De todas las expresiones, aquella sonrisa amplia. De todas las actitudes, la mano extendida. Fuego de la malicia es- grime el arma en el espejo del corazón. 123- Hoy volví Lo cierto es que hoy volví. Así como de la nada, traído por los vientos de los recuerdos apretujados y liberados en una explosión ansiosa, como queriéndole ganar al tiempo en su ocaso. 124- Huesos El rico y el mendigo se miraron, cada cual vio la muerte en el semblante del otro. La fosa y el mausoleo contemplaban las ausencias. En fría desnudez se reco- nocieron en bolsas de despojos. 39
125- Huellas ¿Cuántas huellas debo dejar? El camino de mi andar se acortó según mi mayor edad. De niño corría, alcanzaba al joven. De joven, sobrepasé al adulto. Mi bastón fla- quea. Horizonte perdido a mi mirada. 126- Huida Mientes, atacas, evades, huyes de los demás como si fueran tus peores enemigos, luego en soledad, deseas ha- cer lo mismo de tu propio ser. Es imposible lograrlo. ¡Bienvenida poción mágica, transformadora de sueños imposibles! 127- Humo ¿Quién abrasa los restos de un corazón doliente? El aire rojo entinta el olfato de dolor sangrante. Fragancia a pasión enjaulada en su propio luto. Tú, observas la quemazón, indiferente al amor de antaño. 128- Ilusiones Asimilaron de ti toda tu aura negativa, ese conjunto de actitudes que rayan a la perversidad muy bien camufla- das detrás de la amplia sonrisa y brillo sagaz de tus ojos. Entre camaleones sepultas ilusiones. 40
129- Impaciencia La impaciencia carcome los huesos como puntas de agujas del reloj de un tiempo oxidado. Los intervalos son meros puntos perdidos entre recuerdos fugases. ¿De qué se viste la nada…? De una inconmensurable espera. 130- Imposible Sabe a mezcla, a imperecedero, como el amor entre tú y yo. Un “algo” injertable en la soledad y morder el si- lencio de gusto agrio. Sin miel, panal de los sueños, des- pertando, se esfuma. 131- Incredulidad Ojos de asombro que dibujan interrogantes con la mi- rada. Niebla que opaca la luz del entendimiento certero. Dudas que carcomen el camino de la verdad. Lo inerte bloquea el sentimiento. Vale todo sin amor. 132- Indecisiones Se tiembla por dentro, las pisadas son fuertes, se escu- chan desde lejos, la balanza es sube y baja en angustias. La mente vuela sin moverse, el abismo aguarda reco- gerla. No siempre la balsa espera. 41
133- Índice Te busqué por número, también por letra, en la página del amor y en la del odio. No había ninguna posdata ni fe de erratas. Tu pista era la “i”, nunca examiné en “indi- ferencia”. 134- Indiferencia La indiferencia aparta las miradas, como si hubiera da- ño al contemplarnos, ocultarnos por detrás de un resenti- miento, escondernos de un sentimiento prohibido o sim- plemente, en la profundidad, reprimido. Los corazones, hipnotizados; sangran sus latidos. 135- Infinito ¿Dónde busco aquello que no veo? Supe lo del amor y desamor, lo del corazón latiendo a la par; lo de los ojos, caricias de textura a tu piel. Infinito, instante, tú y yo. 136- Inmarcesible Los arreboles sugerían pinceladas reflejadas en el mar, la quietud nos mantenía esclavos de ese silencio nacido desde las profundidades. Nuestras mejillas, un sonrojo permanente, calidez de la piel a piel. Un momento in- marcesible. 42
137- Inseparables A pesar de todo, somos inseparables, con un amor no nacido del vergel de la seducción, sino mediante un de- signio propuesto y dirigido a control remoto. Voluntad y libre albedrío están limitados; corremos juntos. 138- Insolación Cae la gota tardía en las cristalinas huellas, más allá el asfalto vidrioso mueve sus pasos, retrocediendo. La bri- sa es lengua de fuego, caldera abierta en los cielos. La frente arde, el cabello humea. 139- Intento Desplegar de alas en busca del olivo olvidado. Resorte mágico que impulsa a la voluntad hacia la levedad del milagro. Equilibrio sin red avizorando el dulce desti- no. Un barrilete vuela, yo atrapando su cola. 140- Invisibles Tus ausencias son las mías. ¿De qué estamos hechos? ¿Acaso no es distancia y silencio lo que nos hace invisi- bles? Los recuerdos pintan rostros, ojos ciegos y bocas sensuales. El sueño nos cobijó indiferentes. 43
141- Jardín invernal Soy la nueva planta que adorna tu jardín invernal, me mimetizo en un marco de verde vida. Dejo de ser el pri- mer amor de la mañana, me convierto en manojo de po- sesiones aglutinadas. 142- Juegos Ya no éramos niños, aunque sí lo parecía. Nuestras rondas cantaban despechos de amores mal soñados, de besos hurtados con permisos ignorados. Las escondidas sólo parecían espejos infieles donde se ocultaban, hipó- critamente, nuestras máscaras. 143- Justo a tiempo La espera sólo tenía una secuencia mutilada en la pelí- cula de nuestras vidas. El tren cargaba todos nuestros errores hasta que las campanadas seccionaron los rieles. Descarrilamiento y abismo cruzaron sus miradas. 144- Laberintos Caminos entrelazados, envidiosos del destino ajeno. Pasos acorralados en círculos geométricos, deambulan muriendo de a poco. Así la vida se nos pasa en desequili- brio, en vaivén. Sólo somos ventanales al cielo, ansias de libertad. 44
145- Ladrona Poco quedaba de mí. Eres ladrona de lágrimas, de sen- timientos, pensamientos de nuestro ayer. Entre sombras, murió el abrazo silencioso hecho dolor. Mi perdón cu- bría tu consciencia herida en un nunca más al amor. 146- Lágrimas Algunas lágrimas gruesas y candentes recorren el mis- mo camino, es una fuga líquida de la savia del alma y que descomprimen tu volcán interior. Tus mejillas son- rojadas las ven pasar como una esperanza muerta. 147- Lámpara Aquellos ojos decían todo mas nadie comprendía. En su silencio, los murmullos brotaban mas nadie escucha- ba. Su mirada irradiaba un pentagrama de luz matutina para suaves acordes vespertinos. Espera, sin aceite, lám- para sin vida. 148- Letras La distancia se medía en cresta de olas. Allá, la hier- ba y las montañas. Ciegas soledades desconocían el tác- til del Braille. El sonido sordo ignoraba el código Morse. Suspiros en tintas acariciaron tus manos. 45
149- Lienzo Tu pincel colocó caramelo en mis pupilas, un esbozo en mis labios con un sordo sonido cual “Te amo” desnu- do. La tela habla de ti para mis oídos, habla de mí para tus ojos. 150- Limaduras Eres fuente de veneno y antídoto a la vez, matas y sa- nas, y si el olvido te hace indiferente, sólo veré arenilla roja como limadura de un corazón muerto atravesando el horizonte del tiempo. 151- Llamado El amanecer pidió permiso, la oscuridad se fue retiran- do. Las estrellas escondieron su rostro ante la luminaria celestial. Aún la luna jugueteaba sin sueño a la espera de su llamado. Ayer nadie escribió poesía. 152- Llamas En la puerta que nunca amaste, dos ojos encendieron sus llamas. Eras la aventura que invitaba a quemar, en sueños, una pasión alucinatoria. Brillabas, cegabas, es- condías el abismo. Cenizas muertas, dolientes, ensan- grentadas, caían libremente. 46
153- Locos El paredón dividía al silencio y a la extravagancia. Los cuerdos por allí, con su boca tapada. Los otros, sólo ju- gaban a ser uno más, héroes de sí mismos. Ocurrencia de locos, ser virus. 154- Lo escondido Reina el silencio, la oración sube en alas de fe. La no- che esconde incógnitas enredadas en la mente del hom- bre simple. Abre la boca el maestro. El relámpago trae sabiduría. Paz y abrazo. 155- Los porqués A veces te preguntas: ¿Por qué? Lo piensas y dices: Porque debía ser… Y no, el porqué suele esconderse detrás de… ¡Tampoco! Desconozco la razón por que abandonas tu interrogatorio. Sé paciente contigo. 156- Luna perfecta Crece, brilla, disminuye y se torna invisible, lo tiene todo y enamora. Se persigue a sí misma tras el espejismo del sol. Su cita jamás altera al tiempo. Mil rostros en sólo uno. 47
157- Maletas Tus maletas cargaban ausencia, silencios y mi perdón. Ellas no entendían de nostalgias, de temores ni de pasos al futuro. El andén desierto esperaba un tren retrasado, con destino incierto. Tú no volviste atrás. 158- Manipulación Visitabas mi ventana, imagen de espejo nocturno. Una pose, una mirada, una sugestión bien pensada. Araña te- jiendo paciencia. En espera indiferente, escondías el ve- neno sólo para el instante, en muerte lenta de amor infra- gante. 159- Manos de ángel ¿Tacto a algodón?, tal vez. ¿Calidez de la ternura?, qui- zás. ¿Sostén seguro?, acaso. ¿Hamaca arrulladora?, to- talmente. Todo y más. Me ves sin ser visto. Me cuidas para tu paraíso. Somos del Supremo. 160- Manos vacías Mis ojos fueron guía de tu mirada, mi boca un dulce candado que encerró la pasión entre la piel y el deseo. Tu cuerpo, agua esculpida en noches de invierno entre manos vacías. 48
161-Mariposa Vuelas, te posas, escapas. Así, como un rito que busca satisfacción efímera y una venganza permanente. Ciega- mente, nunca distingues la naturaleza de las flores; mu- chas de las que dejaste atrás, nunca fueron de plástico. 162- Máscaras Cada sonrisa, gesto, mímica, una mirada audaz, todo lo expresivo y conmovedor se encerraba en los movimien- tos de tus manos. Eras la sombra de tu propio títere, la máscara oculta que me hacía llorar. 153- Matices Matices del amor que pintan cada fruto del espíritu. El ciego, el sordo y el mudo lo sienten en el cuenco del alma. Vos y yo, en la mirada. Dios en la alabanza eterna. 164- Mensaje eterno Creíste que el amor moría e inscribiste nuestra historia en la bitácora de la vida. Tormentas y huracanes no quitaron sus hojas. El sol y el mar no la dañaron. Vive en ambos. 49
165- Metamorfosis Nada parecía real, aún la hiel derramaba sus gotas en la flor marchita de la rama caída, luego el rocío la sepul- taba bajo su fresco vapor al despunte del sol. Resurrec- ción, domingo de pascuas. 166- Metamorfosis invisible Acechar a rostro descubierto es medir sin ser medido, es ver sin ser visto, distraerse en la superficialidad es- tando atento en la profundidad, es escuchar entre la apa- rente soñolencia… es una metamorfosis invisible. 167- Miedos Hay un torrente vertiginoso que corre por las venas co- mo un tobogán sin final. Es competencia con uno mismo por retrasar la llegada a ese lugar aún inexistente. En el círculo agotamos la desesperación. 168- Milagro Te diré que no siempre se halla aquello que se bus- ca, no por ello se deja de seguir buscando; cuando se percibe flotar sobre la nada, el milagro suele ocurrir des- de adentro de ella. 50
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