Lo que penseis de nosotros - Antonio Morera

FUTUROSCOPIAStan monstruosas que desafían cualquier taxo­ pantar el cansancio. Luego vuelve a mirar alnomía. El reverendo entiende con cierta dificul­ vacío, y a esperar. Intenta escuchar los movi­tad que todos los frutos de la tecnología, mientos de su invitado, varios niveles más aba­incluidos los fantasmales mundos —que no du­ jo. Nada.da que sean, como le han asegurado aunquesiempre se ha negado a experimentar en perso­ Sabe, sin embargo, que está ahí. Lo oyó lle­na, en muchas facetas mucho más reales que es­ gar hace casi diez minutos, y luego detenerse.te que él entiende como físico— en los que nace ¿A recuperar el aliento?, se pregunta Johnny.toda la experiencia de una parte importante de ¿Ha subido a pie? Es posible, piensa. Y ahorala población, tienen su raíz en el número, pero espera en la oscuridad. ¿Haciendo qué? No lotiene claro también que lo que fue una discipli­ sabe. Pero Johnny está jugando a un juego en elna comprensible en un momento dado es ahora que no puede permitirse bajar y preguntarlo.tan abstrusa para la razón que es imposible de No hay lugar para la improvisación, y el planentender a partir de cierto nivel, incluso para —si puede llamarse plan— que ha urdido tieneaquellas que en su día, y siéndolo de la raza hu­ lugar en este escenario exacto, sobre este suelomana, eran las mentes más brillantes de la Crea­ metálico, entre las barandillas cubiertas de pol­ción. Hay partes no humanas detrás del vo, sobre la altura de la torre. Está en juego mu­Número, partes que son opacas para nuestra vi­ cho más de lo que nunca ha tenido entresión. Partes que han comenzado a moverse ya manos. No se siente nervioso, y los indicadoresbajo la dirección de una intención desconocida. internos le informan de que todavía no hay mo­Ya no nos pertecen. Necesitaríamos comenzar dificaciones hormonales a su estado psicofísico.desde cero, utilizar una nueva matemática que Aun así lanza un par de golpes al aire. Le gus­explicase lo que ahora el consenso mayoritario taría dar unos cuantos pasos de baile —es unentiende por \"Mundo\". El Número lo borra todo consumado bailarín—, pero el movimientoy lo construye de nuevo a su imagen y semejan­ podría ser visto como inquietud por su silencio­za, y debajo no hay ya nada humano. El reveren­ so visitante, así que vuelve a apoyarse sobre lado Reinhold Newt está convencido de que en barandilla y a mirar al vacío, dando la espaldaesa profundidad se mueve ahora una naturaleza al lugar por el que hará su aparición el otro. Nohostil a la de lo que él entiende que es la de los deja de vigilarlo, por supuesto: tiene sus ma­hombres. gias. JOHNNY II No espera mucho más: abajo se oyen pasos por fin. Suben las escaleras con la cadencia de Incluso a esta altura, el único movimiento un metrónomo. El visitante se detiene detrás deapreciable del aire es el que el incesante flujo de Johnny y Johnny no se gira. Pasan segundoscalor lanza contra la cara de Johnny, que mira que parecen años, y por fin el otro habla.hacia abajo, hacia la lejanía. Las luces brillan enlo más profundo de la distancia sin lograr defi­ —¿Johnny? —dice.nir nada más que un patrón titilante: ninguna Johnny deja caer los hombros en un gestoforma sólida entre ellas, solo la oscuridad, un re­ estudiado de cansancio, suspira y escupe conflejo en un espejo con un retraso de décadas de fuerza sobre el vacío antes de girarse; su salivaun cielo antaño lleno de estrellas. Si se detiene asciende tras él mientras lo hace, elevada por eluno a pensarlo, la dirección que el sentido aire caliente. Apoya la zona lumbar en la polvo­común indica para la caída sería hacia arriba. El rienta barandilla, detrás de la cual esperan casiaire caliente hace elevarse restos de desechos plás­ dos kilómetros de caída.ticos que apuntalan esa sensación. Johnny nota —Johnny —confirma Johnny.la piel de su rostro cubierta de un polvo microscó­ Su interlocutor es más alto que él, más vo­pico, seca y tirante. Se la frota con la palma de luminoso, vestido con traje, un cuerpo de pri­una mano rígida como el cuero, intentando es­ mera. En perfecto estado, piensa Johnny. Sus magias lo analizan, y está seguro de que las del otro hacen lo mismo con él. Les llevará un rato a ambos estar seguros, y aún entonces Johnny espera haber dado lecturas falsas y se 101

FUTUROSCOPIASpreguntará sobre la veracidad de las obtenidas forma en que usted ha llevado este asunto: lapor él. seguridad que usted pueda ofrecernos de que la información que está en esa memoria­enlace no —Soy Alfredo, asistente de Terentius Nicho­ ha sido duplicada y que, una vez que cerremoslas Darko —informa a Johnny. Los músculos de nuestro trato, no tengamos que volver a encon­su cara tienen la falta de fluidez de aquellos que trarnos para una nueva negociación y así suce­los utilizan poco, pero precisamente por eso de­ sivamente. El dilema se puede plantear de estajan más al descubierto sus emociones y pensa­ manera: lo único que necesitamos nosotros demientos—. Antes de nada, me gustaría dejar las esa información que ya poseemos es que no seacosas claras. conocida por terceras partes. Y le confieso que no hemos podido encontrar más que una mane­ Johnny lo mira. Si comparamos las figuras ra de asegurarnos.de ambos, Johnny parece frágil y pobre. Johnny se tensa y deja que se note esa ten­ —Usted ha conseguido una información que sión. El otro, sin embargo, no se inmuta.interesa a Terentius Nicholas Darko. Una infor­mación que nunca debería haber conseguido, ni —¿Es eso una amenaza? —preguntausted ni nadie, porque es confidencial y propie­ Johnny, combativo.dad de nuestra Iglesia, y de esta manera protegi­da por las leyes. Usted lo sabe, y ofrece a —Espero que no —responde Alfredo—. Hu­nuestra Iglesia la posiblidad de comprar esa in­ biésemos deseado discutir este tema con algoformación, evitando de esta manera que se di­ más de profundidad antes de encontrarnos así,vulgue, por un precio todavía por determinar y en carne y hueso —el tono de Alfredo cambia alque es uno de los puntos para discutir en la reu­ decir esas últimas palabras—, y despejar cual­nión por la que hemos acudido a este lugar. Usted quier duda, pero usted no nos dió ninguna op­tiene esa información en una memoria­enlace ción. Por lo tanto, estamos seguros de que ustedque ha traído hasta aquí. Usted quería hablar tiene una solución aceptable tanto para ustedcon Terentius Nicholas Darko o, de no poder como para nosotros, y estoy deseando oírla.ser y tal y como ha sido el caso, con alguien quetenga poder para negociar: ese soy yo. —Me gustaría hablar en persona con Teren­ tius Nicholas Darko —responde Johnny Johnny esperaba algo más sutil. El resumenestá tan fuera de lugar que por un momento se —Me temo que eso no va a ser posible —res­pregunta si no se estará registrando de alguna ponde Alfredo.manera para, quizá, ser utilizado como pruebadespués. Johnny no mueve ni un músculo, y ob­ —¿Dónde está escondido? —preguntaserva fascinado a Alfredo. Alfredo continúa con Johnny.voz monótona. —Señor Johnny, no se nos ocurre ninguna —El trato consistiría, por su parte, en la en­ manera de que usted nos dé la seguridad detrega de la memoria­enlace para que podamos que la memoria­enlace ha no sido duplicada yestudiarla, y por la nuestra en una compensa­ que pueda ser utilizada en nuestra contra ención adecuada por ello. Usted tiene esa un futuro. Ninguna más que su eliminación. Lamemoria­enlace en el bolsillo superior de su cha­ de usted, me refiero. Es la constatación de unqueta o a altura de su pantorrilla, si es que la ha hecho.traído con usted como debería haber hecho. —Eso es una amenaza —aventura de nuevo Johnny se incorpora, molesto. Tuerce la ca­ Johnny. Pero no está seguro.beza, al parecer examinando a Alfredo con másdetenimiento. —No me gustaría que lo fuese —dice Alfre­ do—, y de verdad deseo que, habiendo llevado —Me hubiera gustado hablar con Darko, la este asunto de una forma tan poco habitual y, siverdad —le informa. me permite decirlo, extravagante, tenga usted la manera de darnos esa seguridad. Por lo que a —Hay un problema en el que supongo que mí concierne, estoy seguro de que la tiene. En­ha pensado —prosigue Alfredo sin dar la impre­ tiéndame bien, apostaría por ello, si mi Iglesiasión de haber oído sus palabras—. Un obstáculo me lo permitiera y si sabe lo que quiero decir.que no es posible evitar, teniendo en cuenta la Porque usted es un hombre inteligente, y tiene usted claro que de no hacerlo la opción obvia102

FUTUROSCOPIASpasaría por su muerte, señor Johnny. Y, aun ba el hombre. No hubo guerra alguna contracon las leyes de nuestra parte, no nos gusta esa máquinas conquistadoras ni robots celosos deidea. La muerte de un hombre es algo serio pa­ sus creadores. Nada parecido ocurrió tampocora nuestra Iglesia, señor Johnny, aunque quizá desde el terreno de la biotecnología, o desdele cueste creerlo. Así pues, habiendo dejado las cualquiera de las otras estructuras que se supo­cosas claras, me gustaría oír por fin su propues­ nen alcanzaron una consciencia —no la huma­ta. Ha sido muy amable escuchándome hasta na, por supuesto, sino la inclusión en un grupoahora. teórico creciente de elementos que pueden ser clasificados taxonómicamente como \"conscien­ —No hablaré más que con Darko —dice cia\" por nuestra raza. Mientras era el únicoJohnny—. ¿Dónde está? señor de la creación, el hombre consideró sin dudarlo ocupar la totalidad de la realidad. El —No podrá verlo, pero eso da igual. Hable advenimiento de la singularidad —de las singu­conmigo. Le aseguro que puedo negociar. laridades, teorizan muchos postulando que unaArreglémoslo. Dígame: \"Si me matan, la infor­ vez alcanzada la primera, fuera la que fuese,mación será pública\". ¿Es así? Era la solución tó­ otras acontecieron también, animadas de algu­pica en estas situaciones, ¿no? Hágame saber su na forma todavía incomprendida como un refle­plan. Sé que lo tiene. jo de la primera— no trajo más que la constatación de que el espacio que ocupábamos —¿Cómo estás tan seguro, idiota? —pregun­ no era sino una única faceta de entre inconta­ta Johnny irritado. bles e inimaginables, atrapada en un punto que llamamos Tierra —microscópico por compara­ —Porque, de otra manera, no me habría traí­ ción— en el espacio infinito. Nadie intentó inva­do aquí. ¿Para qué encontrarnos de esta mane­ dirnos porque lo que el ser humano llamabara, cuando podríamos haber negociado de Realidad y que consideraba todo el espacio noforma muchísimo más simple? ¿Y porqué en es­ era más que una diminuta pecera donde nadate lugar? Porque estoy seguro de que no ignora que creciera a la velocidad a la que se desarro­qué lugar es éste. Usted tiene un plan, algo inte­ llaban las jóvenes existencias que se enlazabanligente con lo que amenazarnos o con lo que dar­ sobre nuestras cabezas como una inimaginablenos la seguridad que pedimos. Dígame, señor tela de araña podría hacer más que languidecerJohnny. Estoy escuchando. y estancarse. En parte tiene razón, claro. Johnny tiene un Y así, el espacio humano había permaneci­plan, pero no sobre cómo darles seguridades ni do intacto. No por completo, claro. En ciertonada parecido. Este tío es tonto, piensa y, luego, modo había sido desarticulado, su movimientoexasperado, se mueve a una velocidad que lo ha­ y el motor del cambio eviscerado y apartado dece casi invisible, esquiva un golpe probable que nuestra especie y ensamblado en algo inconce­nunca llega, arrastrando a Alfredo con una em­ biblemente mayor. Pero había una parte —lapujón calculado, y alcanza el borde de la plata­ parte que importaba, pensaba Terentius Nicho­forma. Y entonces se impulsa y, llevándolo las Darko— que permanecía inmaculada. Un es­consigo, se lanza hacia el vacío. Toda esa chácha­ pacio sagrado. Un camino que retrocedía haciara le ha cansado. La intimidación es más su ele­ un pasado que se alejaba cada vez con la mismamento. aceleración con la que nos hundíamos en el fu­ turo. Un viaje hacia un Dios que daba sentido a Tiene algo más de kilómetro y medio de caí­ una realidad que se disolvía. Lo que había ocurri­da para sonsacarle la forma de encontrar a Te­ do era para bien. El orgullo del hombre, la torrerentius Nicholas Darko. de Babel que trabajosamente había construído alejándose del Creador, le había sido arrebatado TERENTIUS NICHOLAS de sus manos como un juguete de las de un niño DARKO que hubiese sido sorprendido en posesión de un arma cargada. El falso ídolo se había revelado en El temor de muchos no ha tomado forma to­davía, y es posible que nunca la tome. La emer­gencia de consciencias no humanas superioresnunca significó la lucha por el nicho que ocupa­ 103

FUTUROSCOPIASesa falsedad; la idea perversa de que le era posi­ sin Reinhold Newt: el reverendo es verdadera­ble impulsar por medio de la razón a la raza hu­ mente un iluminado, el motor de ese movi­mana hasta cimas más altas había demostrado miento hacia el Edén perdido.no ser más que una falacia cuando los hijos másqueridos de la ciencia se habían soltado de las El reverendo es un hombre más inteligentemanos de sus padres y los habían dejado atrás que Darko, y aún así tiene una fe inquebranta­sin remordimientos. El Paraíso había demostra­ ble. Darko es indudablemente más astuto, perodo no estar en un futuro cada vez menos de su no es envidioso. Admira a Newt de corazón, y lopropiedad, así que el único camino que le queda­ considera lo que él querría, con todas sus fuer­ba a la raza humana era el verdaderamente con­ zas, ser. Pero para que el reverendo alcance esanatural a su condición: el retorno a los brazos altura y desde allí sirva de guía y de ejemplo, esde un Creador que le esperaba con tranquila necesario que Darko haga el trabajo sucio. Elaceptación y el perdón de un padre. Es el mo­ reverendo puede ver a Dios cara a cara, Darkomento de comenzar a andar, de iniciar el regre­ se ocupa de ello. La falta de conocimientos téc­so. Los que no lo hagan se perderán en un nicos de Newt no le dejan intuir que esos arre­futuro en el que cada vez serán más irrelevan­ batamientos nacen de las directrices del mismotes. La Iglesia —su Iglesia— está aquí para seña­ Darko y de la pericia de NyaVärldar, una de laslar ese retorno salvífico. empresas con más habilidad en la creación de todo tipo de mundos y experiencias. Ada le fue Todo eso piensa Terentius Nicholas Darko, enviada por ellos, y resultó ser una elecciónpero solo hasta cierto punto. En la penumbra adecuada. Terentius Nicholas Darko habla conde su habitación, los objetos iluminados por el Ada a través de ese fantasmagórico dop­fulgor de productos tecnológicos que siente co­ plengänger que es la representación de aque­mo decepcionantes y futiles —a pesar de su uti­ llos que ya no viven más que en el tenebrosolidad— por no ser más que lo que son, Darko vientre virtual de las máquinas (su cuerpo realcomprende sin asomo de duda que hasta él ha —real, piensa Darko— inerte y mantenido consido infectado por la corrupción de los Últi­ vida en la oscuridad de una habitación no másmos Tiempos: el meta­análisis intelectual y el grande que un nicho), y ella prepara las escenasrelativismo. En lo más profundo de su ser an­ que, convenientemente filtradas, son vertidashela que aquello que cree sea verdad, pero en con devoción y sigilo sobre la consciencia delesa fe hay una falta, un componente adultera­ reverendo tras la inducción de un trance pseu­do. Es posible, se dice con fría lógica, que sus doepiléptico. Y Reinhold Newt ve al Dios quecreencias no sean más que una ilusión colecti­ Terentius Nicholas Darko ha preparado, y creeva, un engaño llevado a cabo durante siglos. en Él, y esta creencia Lo convierte en verdade­Sí, es posible, se responde, pero en ese caso ro. El reverendo cruza el abismo sin sospecharprefiere la aniquilación propia y la de sus her­ siquiera que existe, y vuelve a esta orilla con unmanos, la extinción completa del ser humano. alimento espiritual que es verdaderamente nu­A manera de la apuesta de Pascal, Terentius tritivo, y todos lo prueban y son salvados. Te­Nicholas Darko sabe que no tiene más opción rentius Nicholas Darko es un instrumentoque jugarse todo a una carta, e intenta hacerlo divino en esa transustanciación. Aun en la som­con la máxima competencia. bra, es ese Moisés que guía a todo un pueblo en el destierro auque, al igual que él, sabe que no No solo eso, sino que ha descubierto que, le estará permitido poner un pie sobre la Tierraaunque él es incapaz de creer sin fisuras, esto Prometida. Lo acepta y lo comprende. Lo hizono es así para sus discípulos, para el rebaño que desde el principio, cuando se encontró con queél conduce a través de un desierto cada vez más la única opción en la que podía pensar era la depeligroso. La mayor parte cree de verdad. Son engañar al reverendo Newt, con todo lo que im­capaces de dar ese salto de fe que a él le resul­ plicaba. Lo hizo: trabajó en una imagen de Dios,taría ya imposible, y, cuando se encuentra entre encontró a quien pudiese darle vida, contratóellos, hasta él es capaz de creer, momentanea­ —para eliminar la mayor parte de las sospe­mente, sin duda alguna. Sin embargo, sabe tam­ chas— a gente que declaró que las visiones debién que esta retroalimentación no sería posible104

FUTUROSCOPIASNewt eran una farsa y que apoyaban estas afir­ personal capaz y astuto, un organizadormaciones con pruebas tan ridículas que nadie productivo y sagaz, un cercano amigo delpodría decir lo mismo sin sentirse avergonzado. Reinhold Newt— y haciéndolo permite que elRecorrió todo el camino, y entonces supo que reverendo brille.aún no había hecho ni la mitad. Los sermones de este último no pretenden Desde entonces, Terentius Nicholas Darko iluminar la relación del ser humano con Diosno ha conseguido poco. Juega a su favor el con una luz nueva, sino hacer ver que lonuevo florecimiento al que, paradójicamente importante ya estaba dicho, y que no se debepara los que esperaban que el paso del tiempo y olvidar o, en el caso de haberlo hecho, volver ala fricción cada vez más violenta con el aprenderlo. Todo cambia menos esto, dice elconocimiento científico las fuese erosionando reverendo. Todo es mutable. Solo la Palabrahasta hacerlas desaparecer, la llegada de la permanece. Y los creyentes lo oyen y saben quesingularidad ha traído a cualquier tipo de es verdad.manifestación religiosa. Las razones seanprobablemente muchas e interrelacionadas JOHNNY III—entre ellas se han propuesto la inseguridad (DESENCADENADO)ocasionada por la pérdida de foco en lorelacionado con lo humano en el devenir de los Justo en este momento no, pero como reglaacontecimientos, el deseo de explicar la en la que solo existe esta excepción, el primeremergencia de las teóricas consciencias no paso para acercarse físicamente a Terentius Ni­humanas de una manera engañosamente cholas Darko pasa por encontrarse con sus trescomprensible o la inyección de un capital cada guardaespaldas que nunca descansan. Llevanvez mayor en uno de los pocos negocios que no con él ya casi seis años, desde que su decisiónha sufrido más que una fragmentación en sus de intentar escribir recto con renglones torcidosofertas pero en ningún caso una merma de los le predispuso a sufrir cierto grado de paranoia.beneficios obtenidos. El caso es que la iglesia de No son del todo humanos, pero quién lo es enla que el reverendo Reinhold Newt es la cabeza estos días. Sus nombres son Rama, Lucius yy Terentius Nicholas Darko el motor y Agrona. No se dejan ver demasiado porque losestratega invisible ha ido creciendo de una consumidores de la religión del reverendo Rein­forma constante hasta encontrarse en la hold Newt —a los que Darko está convencido decúspide de la oferta judeocristiana y, con ello, controlar a pesar de mostrarse solo como unaa situarse por encima de religiones humilde pieza del Templo— tienen prejuiciosalimentadas con inversiones centenares de sobre las modificaciones tanto genéticas comoveces superiores, estudiadas desde todos los farmaceuticas o cibernéticas a partir de un cier­puntos de vista relevantes para las estrategias to límite, y sus prejuicios mueven los valores dede mercado y con equipos de publicistas y las acciones que, aunque fuera en su día desa­caras públicas a su disposición más allá de gradable reconocerlo, hoy son más necesarioscualquier comparación con ella. Sus acciones para alcanzar la salvación que el inconmensura­en bolsa no han dejado de subir en ningún ble Espíritu Divino. Rama, Lucius y Agronamomento ni su congregación de incrementarse. nunca manifestaron malestar por esta falta deEn ocasiones sus fieles se ven acusados de protagonismo, ni dejaron por ninguna razón,carecer de la sofisticación de otras religiones y salvo en este momento, de proteger a Terentiusen eso Darko no tiene inconveniente en darles Nicholas Darko y, aunque el reverendo no lo se­la razón. Es más, es algo que, en un mundo pa, al mismo Reinhold Newt. Y no hubiesen ce­infectado por la fiebre de lo nuevo, considera jado en su empeño si hubiesen podido evitarlo,positivo. La fuerza de su iglesia se encuentra en si no se encontrasen en el estado en el que estánel carisma del reverendo Reinhold Newt, en su en este mismo instante: reventados por la ac­ardiente sinceridad y en su fe inquebrantable. ción de las incontables microexplosiones desa­Terentius Nicholas Darko se humilla sin envidia tadas por sorpresa por Johnny.y permanece en las sombras —un asistente 105

FUTUROSCOPIAS Johnny tampoco está en muy buen estado, guardia y caer con él. Ruedan por los escalones,pero al menos no está muerto. Deja caer la par­ dejando un rastro líquido en el que la parte máste posterior de la cabeza sobre los afilados tro­ importante es sangre. Al llegar al final el guar­zos de plástico destrozado sobre los que está dia está muerto y Johnny no puede mover lastumbado y trata de concentrarse mientras sus piernas.sistemas hacen lo que pueden con sus heridas.No había esperado resistencia después de haber La habitación en la que ha terminado estádesencadenado su ataque, pero, dado que lo su­ brillantemente iluminada, y en ella hay másyo es jugar con la sorpresa, tampoco se siente gente. Parecen guardias. Alguien le apunta conobligado a analizar las causas de esta contingen­ un arma de gran calibre a diez centímetros de lacia; una vez que se desencadenan los aconteci­ cara. Johnny lanza el dorso de su mano paramientos ya no es de mucha utilidad pensar apartarla, pero su velocidad no es la que de­sobre ellos. Algo cálido y húmedo descansa bajo bería y llega tarde. El disparo le destroza la carasus dedos, y Johnny lo levanta, lo observa y lo y una parte importante del cráneo, a pesar de suvuelve a dejar caer, desanimado. Todo está cu­ blindaje.bierto de sangre y restos orgánicos. Johnny tose. Segundos más tarde, Johnny —aturdido, Llegan los refuerzos. No para Johnny, claro. sordo, ciego— tiene al fin la posibilidad de com­Suspira y se incorpora con aparatosidad, dejan­ prender la gravedad de su situación. Sin embar­do para dentro de muy poco las exhibiciones físi­ go, lo único que se le viene a la cabeza es unacas. Intenta calibrar los daños. Rama ha queja: \"A la mierda unos ojos de cientro treintaresultado ser más duro o tener más suerte de lo y tres mil clicks\".que había previsto. Termina de erguirse y com­prueba que todo lo medianamente importante EL MUNDOparece mantenerse en su sitio, a pesar de los des­trozos obvios en su anatomía. No es tarde todavía para explicar cómo fun­ ciona el mundo. Hagámoslo ahora, porque muy Una magia le dice que suben cuatro perso­ pronto será imposible.nas. En la habitación hay pocos lugares dondeesconderse, sobre todo ahora. Es posible que no Comencemos diciendo que: como siempre,tengan intención de acabar con él sin intentar in­ han pasado muchas cosas desde entonces hastaterrogarlo. Nunca lo sabrá. Carga con alacridad ahora, para casi cualquier \"entonces\" en el quehacia la rampa y se sumerge en la penumbra en pueda usted pensar. Pero si hay que poner elcompleto silencio. Casi en la oscuridad, choca dedo sobre el hecho fundamental más recientecon los guardias. Tres de ellos mueren antes de de la Historia no podemos sino hacerlo sobre eltocar el suelo. Johnny es muy rápido: sus refle­ advenimiento de la Singularidad.jos naturales han dado cuenta de uno, los otrosdos han caído por obra de su genio, el metapro­ A diferencia de lo que se esperaba desdegrama que controla aquellas partes de su cuer­ que se le dio ese nombre, no fue la tecnología lapo sobre las que su voluntad no muestra primera en dejarnos atrás; la Historia de losespecial interés en cada momento. Uno de los hombres comenzó por fin a escaparse de lasatacantes que todavía sigue en pie consigue in­ manos humanas en primer lugar en el planocrustar al menos una decena de balas en el abdo­ económico. La inclusión de sucesivas capas, lamen de Johnny. Johnny, mientras trata de recursividad de las operaciones y el aumento dealcanzar al último que aún no ha caído intenta la complejidad de los mercados financieros de­recordar qué órganos importantes había coloca­ jaron claro durante los inicios del presente mi­do en la zona más castigada de su vientre. ¿Ha lenio que la economía había rebasado suhabido suerte? Nota que algo se desgarra confinamiento pasado, dejando de ser un curio­—¿una parte de su intestino?— y cae con un so­ so objeto que podía estudiarse con el microsco­nido acuoso sobre el suelo, y luego sus rodillas pio adecuado para convertirse en una mareaceden, así que la respuesta parece ser que no. creciente que fue cubriendo cada faceta en laJohnny no puede más que abrazarse al último que antes simplemente participaba. Los merca­ dos financieros se convirtieron así en entidades106

FUTUROSCOPIASsubmarinas, en el principal medio de comunica­ Y en esto estamos. El ser humano ha dejadoción con algo que definitivamente no era huma­ de competir en la categoría de señor de la crea­no y que nos había por fin engullido. No algo ción. Ni siquiera sabe qué o quién participaconsciente, sino un nuevo medio al que tenía­ ahora en esa carrera, y si hay más de un conten­mos que aprender a adaptarnos. Un fenómeno diente o si los distintos patrones de acciones enparecido a la meteorología, estudiable tan solo que se pueden agrupar las modificaciones de lasestadísticamente, con sus propias y emergentes condiciones de vida perceptible para los huma­normas. La ilusión de control desapareció pri­ nos son fruto de una lucha, de un movimientomero en los que se encontraban en los puestos coordinado o del ajuste entre distintos subsiste­más altos, los que hasta entonces habían sido mas pertenecientes a una única entidad aúngurús económicos; la bestia a la que montaban más compleja. La ciencia hizo primero caer ay cuya dirección podían hasta cierto punto con­ unos dioses y aupó luego a otros. No podía ha­trolar había dejado de responder a orden algu­ cer otra cosa. Una multinacional quiebra, y nina. Una presión creciente fue erosionando los siquiera los más altos cargos conocen la razón.más altos estratos de los gobiernos y de los im­ La conducción hídrica de un enclave humanoperios económicos. Pero no solo no los des­ aumenta sus niveles de toxicidad hasta un lími­truyó, sino que los fortaleció y los hizo llegar a te en que se convierte en mortal y nueve de ca­lugares a los que antes tenía vetado el acceso, da diez personas mueren: no hay culpables, noaunque convirtió a los que antes eran capitanes es una noticia. Las leyes ya no pertenecen a losen simples pasajeros de su antiguo bote. humanos y cambian fuera de la vista de estos: no parecen hacerlo buscando un fin comprensi­ A partir de ese momento, el ser humano tie­ ble, sino de una manera similar a como se pro­ne plena conciencia de haber sido desplazado ducen los fenómenos meteorológicos. A cadadel vértice superior de la pirámide que había lu­ interacción humana de una cierta complejidadchado por ocupar desde que hizo su aparición. se han acoplado una serie de funciones que seCuánto, cada vez lo sabe menos. No hay ningu­ extienden mucho más allá de lo visible. Una re­na manera de que pueda medir la complejidad lación simbiótica con algo tan grande que no esde los sistemas que, teóricamente con mayor ra­ posible entenderlo: y decimos simbiosis porquepidez, se multiplican y se relacionan sobre su ca­ si lo definiésemos como parasitismo, no podría­beza. Ninguna manera humana, al menos. mos más que reconocer que somos nosotros losEntra dentro de lo concebible que alguna de las que ahora vivimos alimentándonos del cuerpoprobables conciencias —si pueden llamarse de un huésped inhumano e invisible. No hay enasí— que posiblemente hayan emergido de ese esta invisibilidad ninguna intención de secreto,caldo primitivo en el que los seres humanos to­ sino lo que parece una falta de interés como,maban, forzando una analogía, el lugar de las por poner un ejemplo, la que tendría el propie­primeras moléculas orgánicas individuales pu­ tario de un zoológico en que los distintos ani­diese hacer una descripción —necesariamente males entendiesen las razones —económicas,efímera— de la totalidad de capas de realidad culturales, científicas— que les hacen estar en elque, superpuestas, constituirían un mapa que lugar en el que están.se acerque razonablemente a describir lo que esen la actualidad la existencia que tiene su cen­ Desde cierto punto de vista, la pérdida de latro en el planeta Tierra. Sin embargo, nadie ha supremacía no fue catastrófica para la raza hu­se ha puesto en contacto desde allá arriba con mana. Acostumbrados al pensamiento de quelos hombres. Si alguna inteligencia superior se nada cambiaría hasta la llegada de la Utopía oha tomado el trabajo de dibujar ese cuadro no del Apocalipsis, la gradual merma de controllo ha hecho de comunicárselo al que fue un día sobre su destino y el del resto de las cosas re­se consideró el dueño de todo. Y es triste y ame­ sultó ser un tranquilo anticlímax. Nadie vino anazante pensar que, incluso de existir ese bene­ acabar con ella. Nadie a explicarle el nuevo pa­factor sobrehumano, nuestra raza fuese muy radigma. Nadie a consolarla por haber sido des­probablemente incapaz de entender lo que quie­ plazada del puesto que hasta entonces ocupabara que se nos explicase. por una serie de corredores cada vez más in­ 107

FUTUROSCOPIAScomprensiblemente veloces. La sensación fue la Darko.de convertirse en un apéndice evolutivamente Un silencio incómodo le responde.obsoleto de una nueva especie. Si uno lo intenta­ —No puede oirle, señor— responde Murtadaba podía olvidarse de ello: al fin y al cabo, la ma­ Darko se incorpora.yor parte de la humanidad nunca tuvo ninguna —Pero, ¿está consciente?— preguntaposibilidad de control sobre la sociedad en la —Sí. Bueno, todavía sí, más o menos —res­que vivía, y uno podía seguir siendo un recep­tor pasivo de los cambios que estructuras supe­ ponde Murtada—. El tipo se ha encargado deriores establecían y adaptarse a ellos. Porque, distribuir bien su consciencia. Hay partes que¿realmente era importante? ¿Escaseaba el ali­ han caído, pero...mento, el ocio, el contacto con otros humanos?¿Habían desaparecido las desigualdades? —¿Sería posible darle acceso a un sensorio¿Había manifestado el nuevo señor de la casa común externo?— pregunta Darko.su descontento con los antiguos inquilinos?Hasta donde se podía comprobar, todo resulta­ Murtada se pone a la defensiva inmediata­ba ser lo mismo o, si no lo era, al menos no cam­ mente.biaba con una velocidad que diese vértigo.Nadie vino a destruir la sociedad humana. Na­ —No es apropiado... —comienza.die a reemplazarla. En realidad, daba la impre­ Darko explica pacientemente:sión de que el puesto que esta ocupaba no —Necesito hablar con él. Me ofrecería yohubiese tenido nunca más que una importancia mismo, pero, como sabe, no puede ser.marginal. Murtada lo mira enfadado. —Necesito hablar con él, Murtada. Necesito Y todo eso ocurrió ayer. un sensorio externo abierto para que pueda asomarse. —argumenta Darko. DARKO + JOHNNY (a) —De eso nada —responde Murtada, hosco. Echa una ojeada a sus hombres y señala a uno Una vez que es informado de que es seguro con un manotazo—. Tú, abre una jaula.entrar en la habitación, Terentius Nicholas Dar­ El elegido se demora unos segundos, cerran­ko avanza entre restos destrozados hacia el lu­ do los flujos de atención compartidos y che­gar donde se encuentran sus hombres, que queando todo de nuevo para no dejar a la vistaforman un círculo alrededor de lo que queda de nada inapropiado y tener que avergonzarse lue­Johnny. go. Luego inspira y busca a Johnny. Encontrarlo es fácil, su consciencia da la impresión de derra­ —¿Cómo está? —pregunta a Murtada, el marse en la jaula que acaba de abrir.coordinador del grupo— ¿Vivo o muerto? —Por fin nos encontramos —dice torpe­ mente Johnny por la boca del guardia, en cuan­ —Cincuenta cincuenta —responde Murtada. to consigue entrar en ella.Luego vuelve a mirar los restos pulposos a los —Hola, Johnny —responde Terentius Ni­que distintos procesos coagulativos automáticos cholas Darko.ennegrecen a sus pies, los empuja tentativamen­ —¿Quién es? —pregunta Johnny, que pier­te con una bota y rectifica:— Veinticinco setenta de la apariencia de control con la pregunta y de­y cinco. muestra su confusión. Darko se lo dice. Los guardias se apartan y Darko se acuclilla —Terentius Nicholas Darko —diceen la brecha que le dejan. Intenta encontrar un Johnny—, por fin nos encontramos.rostro con el que encararse, pero ya no hay nin­ —Así es —responde Darko.guno. Suprime un gesto de repugnancia. Tiene Y luego nadie dice nada durante unos largosclaro que —hablando como lo habría hecho un segundos. Darko espera. Johnny puede ver losniño— esta pelea la había empezado Johnny, pe­ restos sanguinolentos a sus pies.ro aún así no le resulta agradable verlo en ese es­ —Jojó, a ese le han dado bien —se burla portado. fin, aunque no queda claro si sabe que se trata de su cuerpo o no. —¿Johnny? —pregunta Terentius Nicholas —Johnny —llama Darko. El guardia fija su108

FUTUROSCOPIASvista en Darko, y así Johnny lo hace también. —¿Quieres saber quién me dijo que viniese —Terentius Nicholas Darko —dice Johnny. aquí e hiciese esto, Darko? —pregunta retórica­ —Sí— responde Darko mente Johnny— Te lo diré, escucha: fue tu pro­ —Por fin nos encontramos —dice Johnny. pio jefe. —Así es —repite también Darko mientras en­ Terentius Nicholas Darko examina los res­torna los ojos y se frota el puente de la nariz. tos de la destrucción, piensa en el reverendo Johnny intenta levantar una mano y señalar­ Reinhold Newt y concluye que no tiene sentido.le con un dedo, sonreír socarronamente, acercar­ —No puedes engañarme en eso, Johnny.se rodeado de una promesa de violencia, pero Reinhold Newt es un buen hombre. Todo esto,todas sus intenciones no pasan de ser más que como poco, le disgustaría profundamente.eso: no tiene privilegios. Ni siquiera magias quepuedan explorar posibles debilidades de la jaula Johnny ríe con una carcajada hueca que nopara terminar confirmándole que no tiene posi­ es capaz de matizar, como sería su deseo, con labilidades de éxito. Pero puede echar una ojeada alegría malévola que siente debido a su limi­a la habitación. tadísimo acceso a los circuitos de expresiones emocionales. —He montado una buena, ¿no? —preguntaJohnny— De las mejores que recordáis, ¿eh? —No entiendes nada, Darko —le dice Johnny—. Eres un estúpido. —¿Por qué, Johnny? —le pregunta Darko. Johnny cree erróneamente encoger los hom­ Darko ignora sus insultos. Se decide a mos­bros en un gesto de falta de interés. trar sus cartas. —¿Por qué no? —pregunta Johnny. Darko, a estas alturas, no tiene interés en —Ya que no hablas, te diré lo que yo creocompetir dialécticamente. Así que solo insiste. —responde Darko—. Creo que esta no es la pri­ —¿Por qué? ¿Quién te ha enviado aquí a ha­ mera vez que intentáis acabar con el reverendocer esto? Reinhold. Y creo que todo esto está relacionado —Acércate —dice Johnny usando un tono de alguna manera con la última visión recibidamás suave en la voz que el guardia le está pres­ por Reinhold...tando—, voy a decírtelo. Terentius Nicholas Darko da dos pasos has­ EL SUEÑOta él sin mostrar ninguna duda, acercándose has­ta escasos centímetros. Durante unos segundos El reverendo sabe que, aunque sus rebañosno ocurre nada, y luego la voz del guardia vuel­ y pastores se alejen de él al otro lado del río, nove a hablar. Pero esta vez no es Johnny sino el está solo. La partida de sus acompañantesmismo guardia. —¿quiénes eran? No importa— no hace más —Señor, está intentando matarlo... como po­ que acrecentar la numinosa sensación de que elco —su voz suena llena de matices al lado de Espíritu se está haciendo denso como un líqui­aquella que usa Johnny. do a su alrededor, y que, cuando desaparezcan Lo que dice el guardia es cierto. Es casi un de su vista por completo, Dios podrá manifes­movimiento reflejo general en la conducta de tarse al fin. ¿Siguen ahí? No, ya no están: el ba­Johnny: ofrecer un cebo, golpear con toda la rullo de las ovejas y la charla de sus guías sefuerza cuando alguien lo muerde. Pero esta vez han apagado, dejando sentir solo una presiónel cebo es tosco y predecible, y todos sus esfuer­ en los oídos que parece hacerse cada vez mászos por desencadenar una respuesta violenta fa­ fuerte y tragarse todo sonido. El viento muevellan: cortes, cabezazos, perforaciones con unos las arenas del desierto hacia las márgenes deldedos rígidos como el metal que ya han dejado río, pero el reverendo sabe también que no es elde ser suyos, magias de combate... Sus intencio­ viento ni es la arena. La presencia de Dios lo en­nes no logran siquiera mover un dedo del cuer­ gulle y lo penetra todo. En el cielo se ven tantaspo que lo hospeda. El guardia lo presencia todo. estrellas que da la impresión de que la luna es­ Darko permanece inmóvil en su lugar ante tuviese desangrándose.la revelación, y Johnny siente frustración y furia. A su lado hay una mujer. La mujer es extraña porque no tiene alas 109

FUTUROSCOPIASaunque debiera tenerlas; el reverendo está con­ dos ruedan entre el polvo. El ángel intenta za­vencido con la seguridad que solo se consigue farse, pero el reverendo aprieta su presa con to­en los sueños. La mujer es bella también, y es das las fuerzas que puede encontrar y, trasdifícil saber si es un hombre o una mujer, a pe­ minutos de forcejeo, el cuerpo del ángel vuelvesar de que está desnuda. El reverendo la ve le­ a caer sobre el suyo sin fuerza. El reverendo lovantar un brazo y señalar hacia la otra orilla del abraza con el gozo de un amante. Aprovecharío, al lugar donde desaparecieron los suyos. La para recuperar el aliento.respiración se le corta por la ansiedad porque sa­be que tiene que partir, así que agarra el brazo —Déjame ir —dice el ángel sin mover los la­del ángel y desde allí desliza su presa hacia su bios—, está a punto de amanecer.cuerpo desnudo y lo rodea en un abrazo violen­to, apoyando su cara sobre su pecho con la mis­ Y es verdad. A lo lejos, sobre las montañas,ma anticipación insoportable con la que un día el reflejo de la tenue claridad se hace visible.la apoyó sobre el pecho de Catherina, aunque eneste caso el contacto solo le devuelve limpieza y —Dime tu nombre. Jacob no te dejó ir hastauna sensación de gozo y de perdón. Intenta em­ recibir Tu bendición, y yo tampoco lo haré—pujar a la mujer y derribarla sobre el polvo del responde el reverendo.desierto pero no lo consigue. Forcejea. Es comosi su adversaria fuese una escultura de madera. —Paga, entonces, su precio —dice el ángel, y le golpea con el puño en la parte derecha de la A pesar de la tensión, la escena permanece cadera. El dolor sube por su tronco en un deste­invariada durante un tiempo indefinido. Enton­ llo congelado, ajeno, como si perteneciese aces, al fin, la mujer se mueve con rapidez y apre­ otro, hasta que llega a su cerebro y lo hacesa con destreza al reverendo. Lo levanta del pedazos. Es tan fuerte que queda más allá del lasuelo y lo desequilibra, pero el reverendo se re­ capacidad de la sensación humana, y solo resul­tuerce con fiereza y no cae, aunque trastabilla y tan visibles sus consecuencias: el reverendo sese apoya en el otro para mantenerse sobre sus ve desalojado de su propio cuerpo, empujadopies. Los dos cuerpos se entrelazan con fuerza. hacia una oscuridad sin fondo en la que él es loTras varios intentos más, vuelven a quedarse menos real. En un segundo se ve atravesado porinmóviles, los músculos tensos, a punto de rom­ presencias, hecho pedazos por un conocimientoperse. que se desintegra y se volatiliza dejando atrás solo fragmentos que se irán decantando con el La luna sigue su trayecto entre las estrellas tiempo y haciéndose visibles.que siguen su trayecto en la oscuridad. El dolor entra en el rango de la sensación ¿Cuánto tiempo transcurre? El reverendo humana por la parte superior del espectro, y elno puede ceder, sabe que en cuanto sea vencido reverendo vuelve a caer a su cuerpo, hacia unadeberá abandonar a su contrincante y atravesar quemadura que lo deja sin palabras y sin respi­el río. Las arenas parecen moverse orgánicamen­ ración. Se retuerce por el polvo sin saber que lote. Este lugar es terrible, piensa el reverendo, pe­ está haciendo. Luego, lentamente, el dolor sero no es otra cosa que la casa de Dios y la puerta apaga y se diluye, aunque su recuerdo sea tandel Cielo. Le duelen los músculos como si estu­ terrible como el propio dolor. El reverendo le­vieran a punto de romperse. vanta su cara manchada de la tierra. No puede mover la pierna. El ángel está lejos ya, siguien­ No puede vencer así. El ángel es joven y fuer­ do a la noche que huye. Antes de desaparecer sete. Reinhold no sabe cómo ha logrado aguantar da la vuelta y lo mira:tanto. Intenta cambiar de postura, y en cuandogira un talón el ángel le aventaja y concentra su —No olvides —le aconseja el ángel—. Re­fuerza en un instante, súbitamente, y lo empuja cuerda.con éxito. El reverendo pierde el equilibrio e in­tenta volver a recuperarlo, pero las piernas del El reverendo vuelve a dejar caer la frenteángel están entre las suyas, así que la única op­ sobre el polvo, cierra los ojos con fuerza y buscación que tiene es aferrarse al cuerpo de su con­ en su memoria, y asiste desesperado a un es­trincante y arrastrarlo con él en la caída. Los pectáculo de imágenes que se apagan y desapa­ recen como los sueños justo después de despertar. Sus lágrimas se convierten en barro. Con esfuerzo, se levanta y mira hacia el hori­ 110

FUTUROSCOPIASzonte. La primera luz del sol de la mañana ilumi­ una aparente tranquilidad que no logra enmas­na las aguas del río, y él sabe que debe cruzarlo. carar el temblor de su voz—, y doy gracias aRenqueando, se pone en camino, con la sensa­ Dios de que no hayas conseguido llegar hasta elción de que lo ha perdido todo, pero que lo ha reverendo.hecho para dejar un espacio en la que la semilladivina que acaba de serle entregada tenga espa­ —Jajaja —ríe de nuevo Johnny a través decio para crecer. la voz del guarda. Y algo de lo que resuena en esa voz hace comprender el resto a Darko: El reverendo cruza por fin el río. Johnny no pretendía llegar hasta donde se en­ contraba el reverendo cuando lo descubrieron, DARKO + JOHNNY (b) sino escapar después de hacerlo. —...una visión en la que alguien introdujo Terentius Nicholas Darko se marea, pero nocon habilidad datos disarmónicos, ruido para hace más que alejarse del guarda que les sirveacabar con el reverendo Reinhold Newt. Infor­ de intermediario. Mira, sin conseguir pensar enmación que intentaba infectarle. Un ataque con­ nada, en los despojos del antiguo cuerpo detra nuestra Iglesia —termina Darko. Johnny. La risa hueca de Johnny le hace sentir enfermo. —Jajaja —ríe Johnny sin conseguir mostraralegría o desprecio. —¿Acabamos con él? —pregunta Murtada. En un futuro, Johnny recordará su respues­ —Pero no funcionó, y ahora has sido envia­ ta muchas veces sin entenderla.do para intentarlo tú. Matándolo, quizá. O en­ —No —dice Terentius Nicholas Darko—, notregándole la copia de las visiones que has es correcto tomar la vida de un hombre si no esutilizado como señuelo, y acabando así con su estrictamente necesario.fe. Y con nuestra congregación. Darko siente un terrible peso sobre sus hombros. Sabe que ha de llegar hasta Reinhold —Jajaja —vuelve a reír Johnny con más fuer­ cuanto antes.za y la misma falta de sentimiento. —Acompañadme arriba —dice a los guardias. —Es un acto malvado, Johnny. Puede que LA CLAUSURA DELeso no te importe, pero lo es. No solo egoista y CONTINENTE SILENCIOSOequivocado —moraliza Darko. El río ha quedado atrás. Ante el reverendo —Terentius Nicholas Darko —dice Johnny se encuentra de nuevo el ángel. El ángel secon voz maquinal—, tú eres el equivocado y el hi­ acerca.jo de puta. Quieres darme lecciones, como si fue­ras mejor que yo, y no eres más que un fantoche —Ada —le confiesa—. Me llaman Ada.que se arrastra vendiendo mentiras y veneno. Su voz suena clara y distinta.¿Quieres saber algo? He sido enviado para decir­ —Ada —dice el reverendo.te que te has olvidado de a quién sirves. Te dije El reverendo cojea todavía. Fuera del tiem­antes que era tu jefe el que me había ordenado po sagrado han pasado varios días, pero el dolorllegar hasta aquí y tú no has sido capaz más que no ha remitido por completo.de pensar en el reverendo Reinhold. Darko, es­ El sol brilla con tanta fuerza que quema to­cucha cuánto te has alejado de lo correcto: mi dos los colores. El mundo entero arde.misión me ha sido encargada por Dios. —Nos encontramos por fin— dice Newt. —Así es —dice ella. Darko frunce el ceño y, justo entonces, lo Ada sigue acercándose hasta llegar a unacomprende casi todo. Palidece y se separa un distancia donde, si alargase el brazo, podría to­par de pasos. car la cara del reverendo. Y eso es lo que hace. Él se tensa inmediatamente, pero permanece —Por Dios, el jefe de todo, que se sienta en inmóvil. Ada sonríe y vuelve a dejar caer sula gloria y que se va a sentar muy pronto sobre mano.tu cara por hijo de puta —termina Johnny concierta confusión teológica. —Johnny, eres un pobre desgraciado, en­gañado y manipulado —responde Darko con 111

FUTUROSCOPIAS —¿Esa eres tú? —pregunta el reverendo— —¿Ni siquiera con Darko?¿Es esa tu verdadera forma? —Con Darko tampoco —asegura —¿Después de lo que ha pasado? Ada duda. El reverendo suspira. —Sí —aventura, y luego se contradice—... —¿Qué ha pasado? Todavía no lo sé.No. Reinhold, aquí no tiene sentido hablar de —¿Quieres apoyarte en mí? —pregunta Adauna forma verdadera. después de unos largos segundos en silencio. Él lo comprende a duras penas, pero le resul­ Reinhold Newt, a pesar de su cojera, niegata difícil pensar en esos términos. Ada conside­ con la cabeza.ra durante un instante aclarárselo, pero desde Siguen andando. Cuando el silencio vuelvehace mucho siente una fuerte desazón al pensar a ser incómodo, Ada se ve obligada a hablar.en la carcasa de carne en la que nació, y no lo ha­ —Es justo que seas tú esta vez el que escuchece. Pero ambos se dan cuenta de que no es lo im­ una confesión, aunque sé que hay cosas que yaportante ahora. sabes —le prepara Ada. Luego mira hacia donde —Entendí tu mensaje —confiesa Reinhold—, el invisible horizonte debería encontrarse y con­pero fue doloroso y difícil para mí. Los datos me tinúa: Terentius Nicholas Darko me contrató pa­fueron apareciendo poco a poco en sueños, y no ra trabajar en las visiones religiosas que luegoestaba seguro de cuál era una parte de tu mensa­ vertían en ti. Supongo que la parte técnica no teje y cuál no. Y todos los símbolos, y las referen­ interesa. No sé la razón, aunque lo obvio es pen­cias... ¿Era necesario hacerlo de esa manera? sar que el fin era incrementar el valor de las ac­ —Terentius Nicholas Darko filtra todas ciones de vuestra iglesia. Darko me indicaba losmis escenas —dice Ada—. Las presentaciones temas, yo los ejecutaba y se los enviaba y suson mías, pero todas ellas han de pasar por el equipo los volcaba en ti. Sin que lo sospechases.control de su equipo. Cada una ha sido revisa­ La mirada del reverendo Reinhold Newt esda meticulosamente para que no hubiese posi­ paralela a la de Ada.bilidad de error o influencias externas. Si no —Hasta que empezaste a hacerlo —siguehubiese sido tan críptico, el mensaje habría si­ Ada.do eliminado y no me hubiesen permitido vol­ —Ahora sí quiero apoyarme —dice el reve­ver a tener contacto contigo. Era necesario que rendo con voz suave. Ada le tiende su brazo y élsolo pudieses entenderlo tú. lo sujeta. —Darko... —piensa en voz alta el reverendo —Hay cosas que no había manera que su­Reinhold Newt, con un deje de tristeza. pieses sobre mí —declara el reverendo. —Nunca ha habido una conexión directa en­ Ada niega con la cabeza.tre tú y yo, Reinhold, solo escenas semidirigidas —Es verdad. Tú mismo las añadías. A pesardonde no había verdaderamente una comunica­ de que me estaba vedado asistir personalmenteción bidireccional. Nada más que representacio­ al momento en que te invadían, las escenas nones semiarticuladas pregrabadas, que se te son rígidas. Están construidas con cierto gradovolcaban y se desplegaban diferencialmente de­ de espacio y sensibilidad como para admitir tuspendiendo de tus respuestas. A veces has nota­ proyecciones. Y Terentius Nicholas Darko medo cierta falta de coherencia, Reinhold, y viene proporcionó más información de la que te pue­de la relativa rigidez de los escenarios prepara­ des imaginar. Yo misma conseguí el resto.dos. Esta es la primera vez que nos encontra­ La mano de Reinhold Newt es ligera comomos cara a cara. un pájaro sobre la piel de Ada. Ella continúa. Reinhold Newt levanta la vista hacia el sol. —Pero, a pesar de mi habilidad y de la ayu­ —¿Podemos pasear? —pregunta. da con la que contaba, hubo veces en las que El viento borra las huellas de sus pasos se­ llegaste más allá de lo que habíamos previsto.gundos después de que las dejen atrás. Durante Viviste momentos que no encajaban, lo sé.un rato los acompaña el silencio. La mirada del reverendo es vidriosa. —¿Estás enfadado? —pregunta Ada con cu­ —Tú ya sospechabas todo esto —le dice Ada.riosidad. —Sí —responde Reinhold Newt—, aunque —No —dice el reverendo. 112

FUTUROSCOPIASno me resulta menos terrible. mientos, de pensamientos. Un soplo de Dios. —Estoy segura —dice Ada. Y luego:— Lo Ada niega con un gesto triste. —Un murmullo de lo increado —termina elsiento. —¿Cómo es posible que estemos hablando reverendo. Ada se siente obligada a responder.ahora? —el reverendo ignora sus disculpas esta —No son más que ecos de la desconexión.vez— Sé que Terentius no lo ha autorizado. Hace tiempo fui adicta a la experiencia, si pue­ —No, no lo ha hecho —informa Ada—. Pero tú de llamarse así, aunque ahora tengo guardianesencontraste las pistas que te dejé en nuestro ante­ que me controlan —el esfuerzo de Ada pararior encuentro y seguiste las instrucciones, y al emplear palabras que él pueda entender hacehacerlo conseguiste la memoria­enlace gracias a la que hable con lentitud, y le da la impresión decual hemos podido encontrarnos cara a cara. El am­ ser pomposa y anticuada—. La desconexión esbulante que antes te la entregó se ocupó de trans­ la muerte, Reinhold. No quiero engañarte. Esportarla hasta ti; no había ninguna manera de apagarlo todo. Quiero decir todo. Del todo. Ahacerlo desde fuera del mundo físico. El nombre algunos nos ayuda a conseguir plasmar lo quedel ambulante es Johnny, aunque quizá él ya se ha­ no somos capaces de hacer. Yo siempre he tra­ya presentado. Entró a robar cerca de Las Cubas y bajado en tus escenas después de mi periodo depude infectarle. Con visiones divinas, mi especiali­ desconexión.dad. Él se encargó de encontrar a Darko, tentándo­lo con las grabaciones de tus visiones, y después a El reverendo parece tranquilo. Con timidezti. Resultó mucho más capaz de lo que esperaba, acerca la palma de la mano a los cabellos deaunque un poco impredecible y con ciertas manías Ada, y los acaricia como si se tratase de unapersonales incómodas. Pero hizo su trabajo. niña. El viento levanta remolinos de arena. —Un reflejo de Dios —dice Reinhold. —Estoy cansado —dice el reverendo—. Des­ —Un reflejo de la Nada —dice Ada—. Un lu­cansemos un momento. Podemos hacerlo en gar donde todo se lava de su forma.aquellas rocas. Los dos vuelven al silencio. Ada conoce lo Ada no ha terminado de explicarse. Siente sufientemente bien al reverendo como para sa­una urgente necesidad de hablar, de que Rein­ ber lo que viene ahora, y siente tristeza porquehold Newt entienda. Continúa mientras avan­ se sabe responsable: el cebo que utilizó para ce­zan hacia el descanso. garle ha resultado ser demasiado poderoso, y ya —Me gustaban las conversaciones que tenía­ no es posible apartarlo de la mente de Rein­mos, Reinhold. Me gustan los símbolos. Recogía hold. Por una parte lo entiende, a ella le ocurriólos resultados de los volcados que el equipo de lo mismo. Pero para el reverendo, sin implanteDarko realizaba sobre ti y los estudiaba con in­ alguno que pueda rescatarlo, no habrá vueltaterés. He aprendido muchas cosas. Y, cuando atrás. Nada que lo despierte del sueño de laempezaste a sospechar, creí que tenía que hacer muerte. Se sumergirá buscando los centelleoslo que estoy haciendo ahora: contarte la verdad. de transcendencia que Ada utilizó para cegarle Llegan a las piedras. Ada ayuda al reveren­ y engañarle, y no volverá a salir.do a sentarse, y luego se acuclilla a sus pies. El sol parece hacerse más grande y ocupar Permanecen en silencio durante mucho todo el cielo. Ada se pregunta cuánto tiempotiempo, pero el sol está inmóvil en lo más alto tardarán Darko y sus hombres en aparecer.del cielo. Nada cambia. El viento mueve los ca­ ¿Qué importará todo? ¿Era así como tenía quebellos de Ada. terminar todo? Supone que sí. —Hay algo más —dice por fin el reveren­ —Pongámonos en pie —le dice a Reinholddo—. Sé que sabes que lo sé. Newt—. Todavía nos queda una parte del cami­ Ada no levanta su mirada. El reverendo con­ no por recorrer.tinúa: —Algo que te sobrepasaba. Que me sobrepa­ FINsaba a mí. A cualquier cosa. Más allá de senti­ 113

FUTUROSCOPIAS RETAZOS DE UNFUTURO INCIERTO Por Ricardo García Hernanz Zen y el arte del mantenimiento cultivo en el que empezaron a surgir los de la prótesis primeros brotes de llamada psicosis de inhibición. Los pacientes parecían sufrir todos Las prótesis mecánicas dejaron de usarse y los síntomas psicológicos de un rechazo alfueron rápidamente sustituidas por la implante con la peculiaridad de que losbiomecánica, la electrónica y la ingeniería inhibidores impedían este rechazo. El cerebrogenética. del paciente se emborrachaba de adrenalina y se producía un aumento irregular de las En un principio se usaban para paliar la secreciones de serotonina, lo que hacía que elpérdida o amputación de un miembro, en paciente se mostrase irascible y desinhibido.sustitución de órganos o reparación de tejido La consecuencia directa era un brote psicóticodañado. Poco a poco pasaron por moda y en el que el usuario entraba en un estadollegaron al consumo de masas. violento sin precedentes en la historia medica. Parecía que apagase su consciencia y actuase Con la proliferación del compuesto ZN­23 en modo automático.se paliaron en gran medida los efectos derechazo que este tipo de trasplantes­ Entre los usuarios de implantes surgieronimplantes producían. Habíamos conquistado movimientos inspirados en el pensamientolos mecanismos que unían nuestras células, oriental que proponían técnicas milenariasanulábamos la compatibilidad haciendo que para intentar controlar estos desajustestodo nuestro cuerpo aceptara cualquier cerebrales.elemento extraño como compatible. Los técnicos se juntaron con místicos y Pero esto tenía sus pegas: ¿que ocurre diseñaron periféricos para la meditación.cuando se te mete una mota de polvo en el Surgieron las comunidades virtuales deojo... y el ojo no la detecta como extraña? implantados, sujetos que se enlazaban a través de una red local y compartían sensaciones. Se Al ZN­23 le siguieron los compuestos de abandonaron los viejos protocolos y se crearon3.ª generación. Inhibidores específicos para unos nuevos más adecuados a las necesidadesmateriales concretos, lo que hizo que la de estas comunidades. Ls interfaces de estosespecificación en estos materiales y las usuarios se basaban en sensaciones de tipooperaciones diversificara el mercado de los químico en lugar de estímulos de los sentidos.implantes en un laberinto de corporaciones,mercados y clínicas. Con la proliferación Un nuevo lenguaje bioquímico surgió entreeconómica surgió inevitablemente un mercado ellos.negro, que abarataba costes y utilizaba inhi­bidores de baja calidad, los llamados Un nuevo credo.inhibidores de 4.ª generación. Y todo credo necesita su sacrificio de sangre, su buda, su Cristo en la cruz, su Odín Con el auge de las clínicas piratas y los en el roble.inhibidores de baja calidad se creó un caldo de 114



“Los relatos individuales de la ciencia ficción pueden parecertriviales como siempre a los críticos y filósofos más ciegos de laactualidad. Pero el núcleo de la ciencia ficción, su esencia, se haconvertido en algo crucial para nuestra salvación... si es que nossalvamos.” . Isaac Asimov