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Libro Cueva

Published by editores legales, 2023-03-01 14:11:51

Description: Libro Cueva

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En memoria de Ángel Antonio Cueva Serrano.

HISTORIA Y MEMORIA Ángel Antonio Cueva Serrano.

“Hay que esperar. La vida es una paralización de espera. Siempre estamos mirando, a la ventana, que pase el buen tiempo. Aguardamos que caigan las soluciones del tiempo mismo. Sentados en nuestras butacas, contemplamos el cinematógrafo de nuestros hechos. Miramos hacia arriba para encontrar la claraboya por donde hemos de salirnos, pálidos y azorados, y ser espectadores del propio drama estupefaciente, si es posible, si la vida lo permite.” Pensamiento de Pablo Arturo Palacio Suárez Escritor Lojano

EDITORIAL E-BOOKS DEL ECUADOR HISTORIA Y MEMORIA Ángel Antonio Cueva Serrano AUTOR Andrés David Cueva García EDICIÓN Y REDACCIÓN Viviana Mayte Peñaherrera Romero DISEÑO Y MAQUETACIÓN Tnlgo. Pablo A. Cando DIRECTOR David F. Moreno SUBDIRECTORA Angélica Sanmartín T. PRIMERA EDICIÓN Agosto 2022 ISBN: 978-9942-612-08-3 Formato: Electrónico e impreso Contiene información publicada La actividad editorial está reconocida por la Cámara Ecuatoriana del Libro. Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización previa del titular de propiedad intelectual de esta obra. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva del delito contra la propiedad intelectual. Las opiniones contenidas en esta publicación, son de exclusiva responsabilidad de su autor. QUITO - ECUADOR



ÍNDICE PRESENTACIÓN PREFACIO CAPÍTULO I CARIAMANGA EN EL CORAZÓN Los primeros años de Don Ángel Cueva Serrano. CAPÍTULO II “RECUERDA QUE MAÑANA SIEMPRE BRILLA EL SOL” La travesía de Genivero de Cariamanga fuera de Loja. CAPÍTULO III BUSCANDO NUEVAS OPORTUNIDADES La estancia de Don Ángel en Estados Unidos. Negocios y Fortuna. CAPÍTULO IV EL LOCO ÁNGEL Genivero y su vida con el último de sus hijos, el pequeño Andrés Cueva. CAPÍTULO V EL OCASO DE UNA VIDA Los últimos años de Don Ángel Cueva.

CAPÍTULO VI RETRATO. MEMORIAS DE UN VIAJERO. LAS TRAVESÍAS DE DON ÁNGEL CUEVA POR EL MUNDO Del Cuerpo y el Espíritu. La espiritualidad de Genivero. Los sonidos del alma. La música como eterna compañera de Don Ángel Cueva Serrano. El Hedonismo del buen comer. Los favoritos de Ángel. CAPÍTULO VII Epílogo BIBLIOGRAFÍA

10 Historia y Memoria PRESENTACIÓN Las líneas que siguen a continuación han sido motivadas por Andrés Cueva, hijo de Ángel Antonio Cueva Serrano. Las palabras estampadas en estas páginas, impulsadas por el cariño de un hijo por su padre, tienen como objetivo, materializar la vida del patriarca de la familia Cueva Serrano y recordar y honrar su memoria, además de mantener plasmado un legado que Andrés Cueva quiere mantener vivo para las futuras generaciones. Ha sido la intención de Andrés que la vida de su padre y su memoria no queden sumergidos en las arenas del olvido y que a través de esta recopilación de historias de familiares y amigos puedan conocerlo, con falencias y aciertos. Estas memorias quedarán para la posteridad y permitirán a los futuros integrantes de la familia Serrano, conocer las travesías de quien fue conocido como Genivero El presente es un recuento de la vida de Don Ángel Antonio Cueva Serrano. Las páginas que siguen son el compilado de experiencias, relatos y anécdotas, producto de entrevistas a familiares y amigos que registraron en su memoria el pasar de su existencia. Esta es una modesta biografía que intenta recordar a Genivero, como lo conocían sus allegados: fiestero, goloso, ambicioso pero alegre y solidario. Además, pretende reconstruir la vida de un hombre que siempre se apreció de ser perseverante y luchador pero cuyo camino también estuvo marcado por la ambición y el mal carácter. Con defectos y virtudes, su familia supo entenderlo y amarlo. Y ahora mediante sus testimonios le han dado vida de nuevo y no solo eso, sino también, lo han inmortalizado en las hojas de este manuscrito, como el hombre que recuerdan y extrañan.

Ángel Antonio Cueva Serrano 11 Queremos advertir, querido lector que, aquí no hallará un relato minucioso de la vida de Ángel Cueva. A pesar de haberse recopilado un sin número de testimonios y documentación sobre él, es imposible saber todos aquellos detalles de su vida, experiencias todas, que se llevó consigo al morir. Y si bien Genivero siempre fue un ávido conversador, jamás habló con demasiada franqueza o apertura sobre su vida personal, por lo que partes de su trayecto por la tierra se mantienen en el misterio. Así, hemos intentado unir con fotografías, documentación y testimonios, el rompecabezas de su vida, visto a través de los ojos de quienes lo conocieron y quisieron. Esta es la historia de un hombre como cualquier otro, con virtudes y defectos, aciertos y desaciertos, que pasó aquí y allá, un hombre del mundo, un hombre como cualquier otro. Esta es, la historia de Genivero de Cariamanga.

12 Historia y Memoria PREFACIO Corría el mes de abril de 2021 y la familia Cueva Serrano se había reunido en la casa de Don Ángel Cueva ubicada en la ciudad de Quito, para como todos los años, disfrutar del tradicional plato ecuatoriano de fanesca. Ángel no estaba del mejor humor. Alejandra Sevilla, esposa de su hijo Andrés cariñosamente le preguntó que le había dicho el doctor en la cita médica que había tenido horas antes y Ángel algo fastidiado le contestó: “Que te salude.” Salvo el mal humor, la velada transcurrió como cualquier otra y sin mayor novedad. Sin embargo, esta no sería una reunión más, pues esta, sellaría el primero de una serie de sucesos que desencadenaron en la muerte de Ángel Cueva Serrano. Horas antes, una molestia en el pecho haría que su hijo Andrés Cueva y su esposa Alejandra Sevilla lo llevaran al establecimiento de salud Novaclínica ubicado en el centro norte de la capital ecuatoriana. Ya en el lugar, un electrocardiograma sería suficiente para enviar a Don Ángel a casa en donde tras comer y con algo de mal humor, se retiraría a su habitación para descansar. Alejandra, su nuera procuró darle los más esmerados cuidados. Tal es el caso que Ángel le expresó: “Negrita, ni por tu papá harías lo mismo.” Don Ángel se sentía tranquilo. Alejandra y su hijo tenían un compromiso mucho más serio y esto le tranquilizaba pues su hijo era por consecuencia mucho más hogareño. El martes siguiente, después del Viernes Santo, Don Ángel, su hijo Andrés y su esposa, emprendieron la marcha hacia su finca en la ciudad del Tena, adquirida en el año 2014. El lugar que, por su abundante vegetación, requería de trabajo pues había numerosas tareas como la fumigación, la compra de insumos y la dirección de los trabajadores, que forzosamente debían realizarse. Eran arduas jornadas de trabajo, pero a pesar de ello, Don Ángel se veía muy involucrado en las mismas sin importar sus ochenta y un años de edad.

Ángel Antonio Cueva Serrano 13 El trabajo que supuso un gran esfuerzo empezó a afectar la salud y fortaleza de Don Ángel, quien en Santo Domingo sintió molestias y un escalofrío que recorría su cuerpo. Sin embargo, ello no lo detendría y su trabajador e incansable espíritu lo haría llegar sin más inconveniente con las plantas de balsa que debían llevar y sembrar en la finca del Tena. 1 De vuelta en Quito, Alejandra y Ángel experimentaron más molestias, dolor de cuerpo en Alejandra y malestar estomacal en Don Ángel. Sospechando de un posible contagio de SARS- COV-2, más conocido como COVID-19, condujeron a este último a la clínica en donde tras una prueba de antígenos se descartó, erróneamente, que Don Ángel hubiera contraído el virus. El malestar no cesó y al día siguiente una tomografía de tórax revelaría manchas características de Covid-19, que estarían afectando un 40% de sus pulmones. La situación se agravó debido a una fibrosis pulmonar y a una serie de bronquitis mal curadas. El cuadro médico de Don Ángel era grave. 1 Ángel y Andrés Cueva.

14 Historia y Memoria Por exigencia del médico tratante se vio obligado a usar oxígeno, además, le sugirió quedarse internado, sin embargo, Don Ángel, fiel a su libertad, no quiso permanecer postrado en la cama de una clínica por lo que se le permitió ir a su casa en donde fue atendido por una enfermera día y noche. Además de ello, los costos médicos eran ya exorbitantes. Los primeros días, Andrés y Alejandra estuvieron junto a Ángel confinados, en cuarentena por lo que se les prohibía salir de su casa. Más la urgencia por conseguir un tanque de oxígeno les obligó a salir. En el curso de la semana buscaron incansablemente y por toda la ciudad de Quito, dichos tanques, asegurando así el bienestar de Genivero. Transcurridos siete días, la pareja salió del departamento de su padre. Posteriormente, esta tuvo que partir nuevamente al Tena para atender los asuntos de la propiedad dado que se requería pagar a los empleados y ocuparse de otras labores. La enfermera contratada continuó al cuidado de Don Ángel. Una madrugada alrededor de las dos de la mañana, mientras Andrés y Alejandra dormían en la finca en el Tena, Andrés recibió una llamada de la enfermera que cuidaba a su padre solicitando regresar a Quito a ver a Don Ángel. Alejandra sospechó que algo no estaba bien con la salud de su suegro, sin embargo, no quiso comentárselo a su esposo. Andrés partió de inmediato a Quito para ver el estado de salud de su padre. Alejandra lo encontró horas después para hallar a un Don Ángel decaído, y a su hijo Andrés incrédulo pues no creía posible que su padre un hombre que toda su vida fue ejemplo de fuerza y vitalidad muriera. A pesar del mal pronóstico, Genivero mantuvo su mente lúcida y su carácter firme, tal es así que habló con su asistente personal Delia para arreglar cuentas por pagar y negocios pendientes. También tuvo tiempo para hablar por última vez con sus hermanos, sin advertir que esa sería su despedida. A pesar de su fortaleza de mente, su cuerpo ya no era el cuerpo vigoroso y fuerte de años atrás. Don Ángel ya no quería comer, sin embargo, y haciendo gala de su siempre intachable presencia recibió un baño y su peluquera, una amiga colombiana le cortó la barba y el cabello.

Ángel Antonio Cueva Serrano 15 Fueron a dormir. A la madrugada, en medio de la silenciosa noche, se escuchó el grito desesperado de su padre asustado. Andrés su hijo le escuchó gritar, “me voy a morir”. Este, angustiado, llamó sin dudarlo a la ambulancia. Cuando los paramédicos llegaron, subieron apresuradamente al cuarto. Don Ángel yacía en la cama de su habitación, había sufrido un paro respiratorio. El temperamento fuerte y lo férreo de su carácter se desvanecía junto a su poseedor mientras las reanimaciones cardiopulmonares intentaron rescatarlo. La debilidad de su organismo maltratado ganó por primera vez la voluntad perseverante y llena de vida de Ángel. Su cuerpo no reaccionó y sin más, un susurro de la noche se llevó el alma de Genivero. Don Ángel Cueva Serrano habría muerto con “un te amo Andrés” en los labios. Así terminaba la vida de un hombre que había recolectado a lo largo de 81 años, memorias, experiencias y vivencias que se fueron con él pero que no fueron enterradas con su cuerpo pues la huella que causó este hombre permaneció en aquellos que lo conocieron. La muerte de Ángel o de Genivero para sus más allegados, no significó la supresión de su recuerdo, más al contrario, supuso la resurrección de su vida, construida a través de los ojos de sus familiares y amigos. Una segunda vida que se remonta al 14 de enero de 1940, fecha en la que nació. 2 2 Don Ángel Cueva Serrano

16 Historia y Memoria CAPÍTULO I CARIAMANGA EN EL CORAZÓN Los primeros años de Don Ángel Cueva Serrano Orígenes El Cantón Calvas creado en la administración de García Moreno, constituyó en la época Precolombina, la nación indígena de Curimanga, incorporada al imperio Incaico a raíz de la invasión de Tupac Yupanqui. En la colonia fue la Provincia de Calvas, cuya jurisdicción comprendía los actuales Cantones de Macará, Calvas y parte de Gonzanamá. Cariamanga Cabecera cantonal de Calvas, se asienta en las faldas del imponente Ahuaca. El cantón Calvas es creado el 25 de junio de 1824 con la expedición de la Ley de División Territorial, decretada por Francisco Paula de Santander, presidente de la Gran Colombia, cuya jurisdicción comprendía los actuales cantones de: Macará, Sozoranga, Espíndola y parte de Gonzanamá. Se ratifica su creación en 1830 y en 1861, pero elevando a Sozoranga como cabecera cantonal y luego en 1863 devolviendo la categoría de Cabecera Cantonal a Cariamanga. En épocas precolombinas Cariamanga fue la nación indígena Curimanga, extendida en el actual territorio de Cariamanga y sus alrededores. El cantón fue creado el 25 de junio de 1824 por don Francisco de Paula Santander. En un tiempo –como provincia– llegó a tener una jurisdicción que comprendía territorios de los actuales cantones Zaruma, Piñas, Marcabelí, Macará, Sozoranga, Espíndola y Gonzanamá. Años más tarde, la capital se trasladó a Sozoranga, pero el 14 de octubre de 1863, Cariamanga es restituida como capital del cantón Calvas, en el gobierno de Gabriel García Moreno. La ciudad de Cariamanga se encuentra está ubicada en la provincia de Loja y es la capital del cantón Calvas.

Ángel Antonio Cueva Serrano 17 3 Fue en esta ciudad Cariamanga, donde el joven Ángel y sus cinco hermanos vivieron los primeros años de sus vidas. Vidas que quizá no gozaron de grandes lujos, pero a las cuales no les faltó cariño. Julia Isabel Serrano Miño, su madre, mujer abnegada y trabajadora, siempre procuró darle lo mejor que pudo a sus hijos, aunque jamás le abandonó la culpa de no darle un padre a los mismos. El contexto del lugar, para la época en la que vivió Ángel era profundamente conservador. Este hecho contribuiría a que Ángel resintiera la falta de un padre, pues le generaba algo de incomodidad no haber nacido dentro de un matrimonio. Julia, sin embargo, dadas sus condiciones de pobreza y la falta de una figura paterna a su lado, no se rindió y pese a sus limitaciones económicas brindó a sus hijos un hogar lleno de cariño dándoles ejemplo de trabajo y perseverancia. Ella, con la ayuda de su hija Lida trabajaba planchando ternos y camisas a viajeros y turistas del Hotel México para solventar los gastos de la familia, además de ello se dedicaba al comercio de víveres, ropa, cobijas, pacas de fósforos y sal en grano. A lo largo de la niñez y adolescencia de Ángel, la ocupación de comerciante de su madre no era nada extraña pues Cariamanga, así como otros poblados cercanos resultaban un punto comercial clave dada su cercanía con el Perú. 3 Ubicación en el mapa. Ciudad de Cariamanga. señalada con un círculo rojo.

18 Historia y Memoria Los testimonios de los habitantes más antiguos e ilustres de Cariamanga revelan que el flujo de mercadería era constante y no siempre legal. Paños finos, licores italianos e incluso anteojos Ray ban se vendían dentro de las modestas casas de barro y carrizo. Así, se cuenta que venían de los puruhaes y de todas las partes del país, trayendo cobijas, ropa, ollas de barro y un sinnúmero de confecciones. Venían los turcos a vender ropa, o sea Cariamanga era un centro importantísimo según lo que he leído. Y bueno, también cuando crecí fui testigo de todo esto. 4 Julia, además de su ocupación como vendedora, fue reconocida por la elaboración de varios platillos, entre ellos: fritada que amaba preparar, morcilla y por supuesto, las humitas. Estas eran famosas por su tradicional preparación y por su exquisito sabor. 5 Así mismo, eran disfrutadas por toda la familia en especial por Gabriel Quezada, sobrino nieto de Ángel. La matriarca de los Serrano como el pilar más sólido de la familia unía a los suyos alrededor de las macitas de maíz. De acuerdo a su hijo Vicente o “Viche” Doña Julia su madre, las preparaba así: 4 Entrevista a Edison Bravo Ludeña (2022). 5 Julia Serrano y Ángel Cueva en carnicería.

Ángel Antonio Cueva Serrano 19 Ingredientes: Humitas de dulce Humitas de sal • Choclo molido • Choclo molido • Nata de leche • Nata de leche • Panela • Cebolla • Anís • Manteca de cerdo • Huevos • Quesillo • Huevos Preparación : Moler el maíz blanco con un molino de granos. A la masa resultante del maíz triturado colocar la nata de leche (reemplazando la mantequilla) y claras batidas a punto de nieve y sus yemas. Posteriormente se separa la masa. Para las humitas de sal se agrega manteca de cerdo derretida, sal y cebolla en refrito. Para las de dulce se agrega, manteca de cerdo, panela y anís. Una vez hecha la masa, se coloca en la hoja del choclo y en la mitad de cada una se coloca el quesillo. Se envuelve en las hojas del maíz y se cocina al vapor. 6 7 6 Receta proporcionada por Don Vicente Serrano en entrevista. (2022). 7 Pintura de Casa de Cariamanga, ubicada en el hogar de Lida Serrano.

20 Historia y Memoria Así mismo, vigilaba implacable sus tareas. Lida mantiene fresca en su memoria la imagen de Ángel rompiendo una hoja con tarea mal hecha, siempre obligándola a hacer las cosas lo mejor que pudiera. De la misma forma, este fungía como un padre severo y prohibía a sus hermanas salir. Por lo que ellas salían a escondidas a eventos, como, por ejemplo, ver la retreta. Ya fuera de casa procuraban pasar desapercibidas de su hermano quien se encontraba allí con su grupo de amigos. Se cuenta que cuando lo veían, corrían esperando que él no se diera cuenta de que habían salido sin su permiso. Su hermana Lida evoca también, con ternura el trayecto de su casa en Cariamanga a la escuela donde estudiaba, de la mano de su protector, su hermano Ángel cuando cruzaban las pequeñas y empedradas calles del oscuro pueblito que a falta de luz se alumbraba con la calidez de su gente. Pues los habitantes del rinconcito de Loja eran casi como una familia, todos se conocían y se trataban con mucha familiaridad. Añora también el recuerdo de ella junto a su hermano transitando los pedregosos caminos que recorrían descalzos cuando la lluvia los sorprendía. Lida mantiene también muy viva la imagen de su hermano Ángel cargando grandes baldes hacia su casa pues el agua escaseaba en el pueblo. Los habitantes de Cariamanga debían traer el líquido recolectado de los poquísimos grifos que existían en las esquinas del pueblo o bien optaban por comprarlo en el pozo del cura. 8 Para la época las casas eran de madera y no contaban con luz. La única opción que tenían los habitantes de Cariamanga era comprar pequeños focos que alumbraban muy poco y la luz solo era abastecida por el señor Víctor Hidalgo.9 8 Entrevista a Julio Ontaneda. (2022). 9 Entrevista a Julio Ontaneda. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 21 10 11 12 10 Plaza de Cariamanga (Cariamanga). (2022). 11 Colegio La Salle de Cariamanga (Cariamanga). 12 Cariamanga vista desde sus arrabales suroccidentales.

22 Historia y Memoria La tierra que vio nacer a Genivero, apodo que se le dio a Ángel a muy temprana edad, era muy católica por lo que su formación con los Hermanos cristianos en el colegio La Salle, mantuvo la misma línea. La preparación que le otorgó la institución fue de calidad y le daría a Ángel muchas herramientas para su desarrollo futuro. Los niños de la localidad eran criados bajo estrictos criterios religiosos quizá muy similares a aquellos que le impartieron a él. Un morador de Cariamanga relata que: (…) cuando era niño en Semana Santa no podíamos casi ni reír, teníamos que estar metidos en la casa, no podíamos bailar, ni bañarnos. Fuimos criados bajo aspectos religiosos, la escuela igual es religiosa y nos mentalizaban a todo eso como pecado (…) 13 Dentro de este contexto Ángel se desarrollaba con mucha naturalidad. fue muy querido no solo por la mayor parte de habitantes de Cariamanga sino también por el Hermano Carlos con quien compartió sus labores de monaguillo las cuales desempeñaba ataviado de túnica blanca, adornos rojos y campanilla. Sería también en estos años de formación académica que Ángel reclamaría su particular apodo. Desde muy pequeño se caracterizó por ser muy inteligente pero también pícaro y hábil para librarse de cualquier embrollo en el que pudiera verse envuelto. Cuentan sus hermanos que Ángel llegó tarde a clase y los estudiantes que se retrasaban sufrían las reprimendas por parte de sus maestros por lo que Ángel pretendiendo librarse de ellas llegó a la escuela con lágrimas en sus ojos y una expresión triste relatando la muerte de su abuelita Genivera. Los amigos que conocían de sobra a Ángel sabían de la evidente mentira y empezaron a molestarlo, repitiéndole con tono burlón “Genivero, Genivero”. Los apodos no eran raros en Cariamanga, así, por ejemplo, Vicente el hermano de Ángel adquiriría el sobrenombre de “churos” por su larga y rizada cabellera, heredada de su madre, rasgo que también tiene una de las hijas de Vicente. El mote “Genivero”, acompañó a Don Ángel Cueva Serrano por el resto de su vida. 13 Entrevista a Edison Bravo Ludeña. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 23 Además de su picardía, Ángel se caracterizaba por su buen vestir, su impecable aspecto y su presencia tan imponente. Su hermana Lida en una ocasión le compró un suéter pensando en el buen gusto de su hermano. Nuestro personaje siempre gustó de andar bien enternado, de camisa larga blanca y bividi del mismo color de la marca Rima. Según relata un habitante de Cariamanga: En Cariamanga era la moda a nivel nacional, se usaba la boina, los zapatos, guayaberas. Claro que en esa época no se mostraba marcas, pero se usaba marca italiana, por eso también venían los lojanos acá por las marcas. La mercadería de Cariamanga se traía de Italia, a través del Perú ingresaba todo. Había varios lugares, como el Baño del Inca o gruta de la urde.14 Generalmente las telas de calidad eran traídas del Perú y los sastres confeccionaban las prendas tanto de Ángel como del resto de habitantes de Cariamanga. Así también se cuenta que los caballeros del lugar acostumbraban usar sombrero y abrigo largo. Por lo que no nos resulta extraño que a Genivero se le haya enraizado tan profundamente la manera elegante al vestir. Su pulcro aspecto no pasaría desapercibido. Algunas mujeres como Maribel la joven y atractiva maestra de Lida, a menudo le haría comentarios a esta sobre el agradable físico de Ángel. Con frecuencia también le comentaría que deseaba mandarle saludos a su hermano pues aparentemente le atraía. En ocasiones se escuchaba a las personas comentar que cuando Genivero vestía jeans y buso blanco tenía una cierta similitud con James Dean, el galán estadounidense de la década de los cincuenta, protagonista de la película “Rebelde sin causa”. 14 Entrevista a Edison Bravo Ludeña. (2022).

24 Historia y Memoria 15 A más de la cultura de la elegancia al vestir, la religión fue importante dentro del contexto de la Cariamanga de la juventud de Ángel. Su madre Julia, así como muchos de los habitantes de Cariamanga, era devota a la Virgen de la Merced y el pueblo a menudo realizaban procesiones, pases del niño, novenas, así como celebraciones al Niño Jesús. Un habitante de Cariamanga cuenta además que antes no se celebraban las fiestas de cantonización, sino que celebraban, por ejemplo, cuando bautizaban a un niño y a veces decían que el padrino botaba capillas, o sea monedas, entonces los niños se botaban al suelo a coger. Entonces aquí solo se celebraba la fiesta de Corpus Christi, que era la tradicional, era la más importante dentro del contexto de los Cantones del sur del Ecuador, era muy grande. Se celebran en junio y se sigue celebrando hasta la actualidad. Pero es una fiesta comercial y religiosa, entonces aquí se llenaban de tortas, alrededor del parque era pura torta, en los negocios. 16 15 Ángel Cueva en reunión con camiseta blanca y jeans. 16 Entrevista a Edison Bravo Ludeña. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 25 17 La devoción profundamente católica de Cariamanga, así como la de su madre y hermanos, acompañaría a Ángel, silenciosa durante toda su vida más sólo recurriría a ella años después. Cariamanga era muy pequeño y a pesar de ello fue para Ángel Cueva su único y verdadero hogar. El pueblito fue para él, el primer lugar que marcaría su corazón y la Huaca donde a sus doce años recolectaba leña, el espacio donde alguna vez anheló ser enterrado. Aquí jugaba básquet, paseaba con sus amigos, y en el parque central de la Merced compraría melcochas, alfeñiques y sánduches con sus conocidos y finalmente, formaría vínculos que permanecerían con él toda su vida. Y aunque Ángel y sus hermanos no imaginaron trasladar su vida fuera de la tierra que los vio nacer, su madre Julia Serrano tenía otros planes. 18 17 Virgen de la Merced (Cariamanga). (2022). 18 Iglesia de la Merced. (Cariamanga). (2022).

26 Historia y Memoria 19 El 20 de julio de 1956 la familia emprendió su viaje a Loja. Julia había tomado la irreversible decisión ignorando las sugerencias de sus allegados. Para quienes conocían a la familia era impensable llegar a una ciudad nueva sin más posesiones que las que cargaba consigo y seis hijos pequeños. Sin importarle la opinión de amigos y vecinos Julia partió a Loja pues su madre, la abuela de los niños había fallecido. 20 19 Interior de la Iglesia de la Merced. (Cariamanga). (2022). 20 Calles de Cariamanga. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 27 21 22 Además de ello, y a pesar de que en Cariamanga contaban con una red de vecinos que eran solidarios y que en ocasiones incluso les compartían un plato de comida, el pueblo tenía sus limitaciones. Los servicios básicos eran deficientes y la oportunidad de un mejor futuro para sus hijos era una ilusión poco alcanzable. La educación de los mismos fue para Julia Serrano determinante al comenzar el viaje y más dado el hecho de que Ángel no fue admitido en el normal Eloy Alfaro. 21 Julia Serrano. 22 Cerro La Ahuaca. (Cariamanga). (2022).

28 Historia y Memoria La valiente decisión fue tomada y sin más partieron con destino a Loja, Julia Serrano y sus seis hijos se subieron en un bus en el que los pasajeros iban en la parte delantera y los equipajes y cargas de estos en la parte de atrás. Las pertenencias de la familia, amontonadas en la parte trasera del vehículo iban aseguradas solo con una piedra de moler que llamaban “Púchica”23 que hacía peso sobre ellas y que generaba una cierta seguridad de que las cosas no se desparramarían por todo lado. Una piedra de moler era vigilada celosamente por Lida, quien no le despegaba los ojos, ojos que se mantuvieron llenos de lágrimas durante todo el camino. Parecía que la mirada fija de Lida aseguraba aquel pesado objeto que evitaba que esta se derrumbara junto a las pocas posesiones con las que viajaban. Ángel que observaba curioso a su hermana no pudo evitar reírse a carcajadas de su comportamiento. Le resultaba jocosa la vigilante mirada de Lida sobre la piedra de seguridad que precautelaba el bienestar de sus maletas. El viaje hacia Loja transcurrió sin mayor novedad. Pareció un viaje como cualquier otro, pero no lo era. La travesía significaría un cambio de vida tanto para Julia como para todos sus hijos. El viaje fue memorable pues a más de los comentarios graciosos que siempre caracterizaron a Ángel, el trayecto del vehículo donde iban coincidió con la procesión de la Virgen del Cisne cuyo pasó dejó un rastro colorido de pétalos en la carretera, quizá como un símbolo, como un augurio esperanzador de un mejor y más próspero futuro para la familia. Una vez en Loja fueron recibidos en la casa de un tío militar. Su estancia se prolongó durante dos meses, pero Julia buscando siempre el bienestar de su familia rentó una casa más cómoda e independiente pasado aquel tiempo. Ya instalados tanto Ángel como Lida, los hijos mayores, siempre solidarios procuraron alivianar la carga económica de su madre y el resto de sus hermanos, trabajando. 23 Esta piedra de moler la conserva actualmente Jessyka, la primera hija de Ángel, como recuerdo de su abuela Julia.

Ángel Antonio Cueva Serrano 29 Así, laborando para la Municipalidad, adoquinando las calles de la ciudad de Loja, entre 1956 y 1958, Ángel adolescente pagaría la renta de 120 sucres mensuales del lugar que rentaba la familia. La entrada de éste a la institución lo llevó a conocer a Don Víctor Cueva encargado de la tesorería del Municipio de Loja en donde Ángel tras encargarse del adoquinamiento ingresó como auxiliar. Ángel mantendría contacto con su jefe e incluso se reunirían ocasionalmente en Quito, estos mantendrían una muy buena relación hasta el día en que Cueva falleció. Ángelillo, como lo llamaba su hermana, siempre conservó buena relación con su madre y hermanos, pero sobre todo con Lida, con quien sostuvo un estrecho vínculo hasta el día de su muerte y con quien hablaría largas horas por teléfono con una botella de agua a su lado por si se le secaba la garganta. 24 25 Tal fue la cercanía de su relación, que una vez que Lida partió de su hogar al casarse en septiembre de 1964 con Bolívar Mora a quien Ángel afectuosamente llamaba “negro” y con quien entablaría un estrecho nexo, Ángel reafirmó la necesidad de marcharse. 24 Lida Serrano y Ángel Cueva Serrano en las Bodas de perla de Lida y su esposo Bolívar Mora. 25 Lida Serrano.

30 Historia y Memoria Fue tan grande el dolor que cuando Genivero se enteró de la noticia de la boda de su hermana, este le dijo: “Hubiera preferido que se casen todas mis hermanas menos tú”. Lida se casó en septiembre de 1964 y Ángel partió a Machala en noviembre del mismo año. Tras el matrimonio de su hermana, Genivero siempre la visitaba, más, la dinámica con su hermana era ya muy diferente. El vacío que ella dejó en casa jamás se reemplazaría. Un día, Lida decidió visitar a su madre y pasó la noche en su casa. En aquella ocasión ya en cama, escuchó que Ángel arreglaba su maleta para partir a Machala. Lida empezó a llorar bajo las sábanas y Ángel al escucharla, levantó las mismas, se sentó a su lado, se despidió y le aconsejó hacer las cosas bien. La relación tanto de Lida con su hermano y la de este con Bolívar perduraría y se manifestaría en los momentos más importantes. De tal manera, “Angelillo” acompañó gustoso la celebración de las bodas de perla de su querida hermana en septiembre de 1994. 26 Ángel Cueva, Lida Serrano y sus hijos. 27 Ángel Cueva, Julia Serrano, Lida Serrano, Bolívar Mora en evento.

Ángel Antonio Cueva Serrano 31 28 29 Las felicitaciones de Ángel se vieron acompañadas por un precioso cuadro que él había mandado a pintar especialmente para la pareja. La unión de Lida y Bolívar fue siempre, más que aceptada por Ángel. Puede ser que aquel afecto por Bolívar se debiera a que este fue muy respetuoso tanto con él como con su hermana e inclusive respetaba su autoridad y pedía permiso a Genivero para salir al teatro con Lida. El cariño de Ángel por Bolívar siempre se manifestó. Lida recuerda que cuando ella y su esposo eran novios, Maruja Mendoza la invitó a ella y a sus hermanas a su finca. Lida no sabía si ir, pues su hermano mayor era muy estricto y los permisos no los concedía muy a menudo. Maruja optó por invitarlo también. Genivero permitió a sus hermanas asistir. Una vez en el lugar, Lida estaba disfrutando muchísimo de la reunión, bailando y compartiendo con sus amigas. Mientras la fiesta se desarrollaba, Bolívar quien estaba en Colombia había llegado a Loja. Inmediatamente, este preguntó a Ángel por su novia Lida. Genivero le comentó que ella no se encontraba en ese momento, pero que no tardaba en traerla. 28 Anverso de fotografía con dedicatoria de Lida Serrano a Ángel Cueva. (1994). 29 Ángel Cueva y Bolívar Mora.

32 Historia y Memoria Así lo hizo y apareció en la finca de Maruja, se acercó a su hermana y le dijo: “ Lida tienes que regresar a la casa, mi mamá está muy enferma.” Lida no quería regresar a casa pues argumentó que Ángel también podría cuidar de Julia. Genivero haciendo gala de su picardía le dijo que no era posible, que solo ella conocía la manera correcta de cuidar a su madre. La joven Lida con algo de tristeza, pero presta a ayudar a su madre partió de la finca y se embarcó con su hermano en un bus de vuelta a casa. En el trayecto, Ángel no tuvo más remedio que confesar que Julia se encontraba en perfecto estado de salud y que la razón por la que quería que Lida regresara era porque su novio Bolívar ya estaba en casa y preguntaba por ella. Esta, así como otras muestras de aprecio por Bolívar ocurrieron a lo largo del tiempo. Se cuenta que, a pesar del duro carácter de Ángel, este pedía a uno de sus amigos le ayudase a llevar correspondencia entre Lida y Bolívar. En fin, para noviembre de 1964, Ángel partiría a la ciudad de Machala. A sus 24 años, Genivero lejos de su familia, empezaría a forjar una nueva vida. Al momento de su partida él ya no era él mismo niño que llegó de Cariamanga, su nuevo entorno más amplio de amistades lo llevaron a adquirir gusto por las fiestas y demás reuniones sociales. Gusto que de acuerdo a su amigo cercano Julio Ontaneda, ya tenía en Cariamanga. Estos compartían risas y conversaciones cuando pasaban tiempo en casa del primero jugando billa y barajas. Julio lo recuerda así: (…) nos juntábamos en jorgas entre amigos, ahí pasábamos conversando, él era un buen amigo. Yo abría la casa a todo mundo, por eso también venía Genivero aquí a jugar la billa pero también la baraja. Aquí nos sentábamos y nos tomábamos los puros. A él le gustaba pegarse los traguitos. lo conocíamos siempre como Genivero. 30 30 Entrevista a Julio Ontaneda. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 33 31 32 Ángel era chistoso, amiguero, tenía muchas amistades y se llevaba con todos en Cariamanga. Las reuniones a las que asistían tanto Genivero como sus amigos y conocidos de Cariamanga, se hacían en la casa de su amigo Julio. La propiedad de la familia Ontaneda era la más antigua del pueblo. Ontaneda cuenta que la construcción tiene aproximadamente ciento cincuenta años de antigüedad. Se cree que la edificación la inició el Señor Miguel Peralta a finales del siglo XIX. 33 31 Julio Ontaneda. (1955). 32 Casa más antigua de Cariamanga. (2022). 33 Casa más antigua de Cariamanga. (1955).

34 Historia y Memoria La amistad con Julio, así como con otros habitantes de Cariamanga, perduraría por el resto de su vida. Ángel siempre fue un buen amigo, mantuvo siempre su valentía, su perseverancia y sus ganas de emprender. Las cualidades por las que se lo conoció, se aferraron a él y por ellas emprendió una nueva travesía. Otra etapa culminaría en su vida, la salida de su querida hermana Lida de casa y sus permanentes ganas de salir adelante, lo harían emprender su partida a Machala. 34 34 Ángel Cueva Serrano.

Ángel Antonio Cueva Serrano 35 CAPÍTULO II “RECUERDA QUE MAÑANA SIEMPRE BRILLA EL SOL” La travesía de Genivero de Cariamanga fuera de Loja Su estadía en Machala la dedicaría a su trabajo en el INHERI, (Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos) empleo que conservó durante muchos años. A pesar de la distancia entre Loja y Machala, Ángel se mantuvo muy cercano a su familia y se enteraría con orgullo del nacimiento de su primera sobrina Tania, de quien siempre llevaba una foto y la mostraba cada vez que tenía oportunidad. Era frecuente para su familia esperar a Ángel cargando algún regalo. Genivero acostumbraba llevar presentes con frecuencia a sus más queridos y tanto su madre como sus hermanas los esperaban con ilusión siempre que los visitaba en Loja. A veces llegaba con fundas de granos, chocolates, pescado o ropa. Aunque en otras ocasiones, sin nada. Un miembro de la familia relata que, en una de las visitas tan ansiadas, Ángel arribó sin presentes. Los hermanos de Genivero quedaron a la espera de su acostumbrado regalo. Julia, la madre, viendo a sus hijos tan expectantes, no pudo más que reír. Ella sabía que no había presentes para nadie, por lo que les dijo que su hermano Ángel llegaba con fundas. Claro está, vacías. Las visitas del hijo mayor de la familia Serrano eran periódicas cuando su madre vivía y el contacto con su familia fue frecuente, más su vida íntima permanecería sumida en el misterio, incluso para sus más cercanos. Durante su estadía en Machala, nunca le comentó a nadie nada fuera de lo usual, por lo que nadie imaginó que Genivero estuviera manteniendo una relación con Emma Jaén y nadie tampoco advirtió la sorpresiva noticia de su matrimonio.

36 Historia y Memoria 35 En 1966, por carta, pues para ese entonces la correspondencia epistolar era una de las pocas formas con las que contaba para comunicarse, Lida se enteraría de la boda. Su hermano le pedía una fe de bautismo para la ceremonia. Paralelamente, al recibimiento de la noticia, se cree que cerca de la fecha del matrimonio, Ángel buscaría a su padre biológico, lo encontraría y adoptaría su apellido. La familia no está muy segura de la razón de su decisión, pero piensa que Genivero sintió, a la época, aún más la carga de no contar con un padre y su apellido y que además para Ángel el apellido Cueva pudo resultarle prestigioso. Sin embargo, la adquisición del mismo no significó de ninguna manera que Genivero ganará el padre que merecía y que tal vez anheló, por el contrario, conservó dentro de sí el mismo vacío paternal con el que llegó al mundo. El Señor Segundo Cueva falleció en Calvas tiempo después. Ángel nunca llegó a tener relación alguna con él. De esa manera, el primer hijo de Julia dejó el apellido Serrano de su madre y empezó a vivir su vida de recién casado como Ángel Cueva. El cambio de apellido se hizo efectivo más, eso supondría un arrepentimiento futuro porque años más tarde sentiría que al renunciar al nombre de su querida madre, estaría despreciando el sacrificio y entrega que Julia mostró por él y sus hermanos, quienes llevan aún orgullosos el nombre que les dio la mujer más valiente, amorosa y sacrificada que han conocido. 35 Ángel Cueva y Enma Jaén.

Ángel Antonio Cueva Serrano 37 Tras su estadía en Machala y después de haber tenido a sus primeros hijos Jessyka y Sandrino, Ángel no conocería más que esfuerzo. Posteriormente, viajaría y trabajaría en Macará como Inspector de Aduanas, para después en Huaquillas ocuparse en el puesto de también, Inspector en Aduanas. 36 Claro está, sin olvidar a su querida madre, a quien le regalaba mantos y trajes para la Virgen de su devoción, la de la Merced. Además de hacerle honor a la fe de su madre nombrando a su primera hija Jessyka Mercedes. 37 36 Recuerdo la confirmación de Jessyka Mercedes Cueva. 37 Ángel y Jessyka Cueva en ceremonia de Matrimonio.

38 Historia y Memoria CAPÍTULO III BUSCANDO NUEVAS OPORTUNIDADES La estancia de Don Ángel en Estados Unidos. Negocios y Fortuna Desde pequeño, Don Ángel Cueva manifestó rasgos de un carácter intrépido, valiente, fuerte y obstinado. Heredero y fiel al espíritu perseverante y trabajador de su madre, trabajaría incansable, así como su progenitora. Las similitudes que guardaría con esta excederían las referentes al carácter. Todos los que conocían a Ángel Cueva y a Julia Serrano, reconocerían una semejanza difícil de pasar por alto. Las formas de sus manos eran exactamente las mismas. 38 Tanto el largo de los dedos, el color de la piel, el ancho de las palmas y la forma de sus uñas eran tan parecidas que aquellos que las veían juntas se sorprendían. Las ganas de salir adelante y el apetito por el dinero de Genivero lo hizo negarse a aceptar la mano de cartas que le tocaron al nacer y se atrevió a jugar. Así y sin vacilar entre la década del ochenta y el noventa, emprendió su viaje a Estados Unidos. Pues su ambición sólo fue superada por sus ganas de trabajar.

Ángel Antonio Cueva Serrano 39 39 Pensando en un mejor futuro para él y su familia, dejó en Ecuador a Jessyka y Sandrino bajo el cuidado de Gloria, la hermana de Emma, su esposa. Tan perspicaz como lo conocían, pensó en una ingeniosa manera de tramitar su visado estadounidense, por lo que solicitó a varios amigos que le tramitaran un carnet de periodista que le permitiría viajar sin mayor inconveniente legal al país norteamericano. Con un miedo para muchos, irracional por la pobreza y por no tener el suficiente capital para afrontar su vejez o sus enfermedades futuras, un Ángel con debilidad por el dinero, llegó a laborar arduas jornadas e incluso tuvo algunos trabajos que quemaban casi todo su día. Genivero solía decir: “la pobreza te hace nadie, te hace común” por lo que se negó a ser uno más del montón y se propuso ganar la mayor cantidad de dinero que le fuera posible. Don Ángel enfocaría sus energías al trabajo, sin embargo, nunca descuidó a su familia. Frecuentemente, se comunicaba telefónicamente con los suyos. Especialmente con su hermana Lyda, pero también con su hermano Vicente, quien a la época también residía en Estados Unidos como él. Vicente Serrano, así como Genivero, trabajaba arduamente, pero los fines de semana gustaban de realizar juntos, viajes a la playa. 39. Ángel Cueva en Estados Unidos.

40 Historia y Memoria Ellos pudieron disfrutar entre tres y cuatro meses de una con- vivencia armoniosa. A pesar de mantener una buena relación, ambos respetaban la independencia del otro. 40 En ese sentido, Vicente siempre tuvo en mente regresar al Ecuador para dedicarse a su propia familia y educar a sus hijos con valores, respeto y cariño. Por otro lado, Don Ángel tendría otros planes en mente. En Nueva York, Genivero lavaba platos, limpiaba casas, oficinas, hacía mantenimiento en edificios, se ocupaba también en una joyería y era empleado en una fábrica de libros. Los tiempos en Cariamanga, en donde Ángel lucía elegantes ternos y camisas blancas, estaban relegados en los rincones de la memoria. La necesidad de sobrevivir lo obligó a vestir su elegante porte con un uniforme apto para realizar labores de limpieza. Las horas de labor resultaron tan extenuantes que incluso comentó que en una ocasión y dado el excesivo esfuerzo, orinó sangre. Sin importarle vulnerar su salud, continuó trabajando como siempre. Su vida en Estados Unidos fue sacrificada y estuvo llena de episodios de penuria. Ángel alguna vez relató a Gabriel Quezada su sobrino nieto, a quien con cariño le decía “Ronaldinho” que en una ocasión se vio forzado a dormir en una banca en Central Park. 40 Vicente Serrano y amigo.

Ángel Antonio Cueva Serrano 41 Un amigo de Genivero iba a encontrarse con él en alguna parte de la ciudad de Nueva York para darle posada, más nunca llegaron a encontrarse porque Ángel al no conocer la metrópoli se extravió. Sin más lugar en donde pasar, eligió una de las bancas y allí durmió tres noches. Sin embargo, y a pesar del extenuante trabajo, Genivero mantenía su habilidad de hacer y conservar amistades. Mientras vivía en Estados Unidos conoció a Alfonso Galarza, un hombre alto, de cabello blanco e imponente porte. Galarza apreciaba mucho a Ángel y siempre pasaba frente a su casa y sus hijos al oírlo llegar salían apresurados para recibir un helado que nunca les cobraba por tratarse de la familia de su querido amigo. Sumada a las dificultades económicas, surgió otro impedimento que muchos de los migrantes latinos experimentan al llegar a Estados Unidos. La barrera del idioma fue, así como para muchos, un obstáculo que le generó algunos inconvenientes. A más de que se le dificultaba pedir direcciones, las personas para las que trabajaba intentaban aprovecharse de su desconocimiento del inglés, pretendiendo pagarle menos de lo que habían acordado previamente. A pesar de los problemas, Ángel siguió trabajando, incansable como siempre e incursionó en actividades de diversa índole, pero, en suma, se dedicaría al comercio. Entre Estados Unidos y Ecuador, Genivero realizaría a lo largo de los años una serie de viajes para transportar mercadería para venderla en Loja. De acuerdo a sus hermanos, su viaje a Estados Unidos marcaría un antes y un después, dado que a los ojos de su familia es en este país en donde empezó a amasar su fortuna. El dinero que Ángel siempre había anhelado, ahora se le manifestaba abundante. Genivero empezó a contribuir económicamente con su madre. Además, la bonanza financiera eventualmente, lo ayudaría a acomodar a su esposa Enma y a sus hijos Jessyka, Sandrino y al recién nacido en Nueva York, Zhamyr en Estados Unidos. Cuando llegaba al Ecuador a visitar a su familia, se involucraba en la organización de fiestas en donde comida y bebida, proporcionadas por el mismo, no faltaban.

42 Historia y Memoria Se cuenta que las celebraciones tanto de su llegada a Loja como de cumpleaños y ocasiones similares eran de tal magnitud que contaban con músicos en vivo, comida en abundancia y licor, podían durar incluso hasta dos días máximo, y que se gastaba entre tres mil y cuatro mil dólares en las festividades. 41 42 41 Emma Jaén, Ángel Cueva, Zhamyr Cueva, Julia Serrano y amigos. 42 Evento familiar en Malacatos. (2022).

Ángel Antonio Cueva Serrano 43 No se sospechaba que el ingreso de cuantiosos montos pudiera provenir de fuentes desconocidas. Más, existen relatos de sus conocidos que nos hacen presumir que Don Ángel tendría algún vínculo comercial con una familia lojana cuyo nombre no se pronunciará por motivos de seguridad. Las personas en cuestión fueron absueltas de todo cargo, sin embargo, resulta curiosa la presencia de entre ellos, del apellido “Cueva,” apellido que Genivero logró obtener de su padre. Claro está que esta puede resultar una coincidencia muy casual, dado que los implicados eran de Cariamanga, así como Ángel. Aunque es muy posible que haya conocido a la familia, pues en las pequeñas locaciones de Loja, todos se conocían, todos eran como familia. Más aún, no se sabe a ciencia cierta del vínculo con la familia en cuestión ni la veracidad de los testimonios sobre estas actividades cuya procedencia no es del todo clara. Se rumora que las actividades de Ángel y sus habilidades para socializar fueron tan exitosas que se ganó la confianza de los miembros de dicha familia. Ahora bien, cabe la posibilidad de que el negocio de Don Ángel haya sido, como el de muchos lojanos, la compra y venta de productos traídos del Perú, Estados Unidos y Panamá. Aunque, también es posible que Don Ángel haya entablado una simple amistad con la familia y que los comentarios sobre el vínculo entre estos dos sean nada más que rumores. Tanto como para nosotros, querido lector, como para su familia, es muy difícil afirmar las historias que rodearon algunos de los episodios de la vida de Genivero. Para los Serrano, durante esta etapa de su vida su madre y hermanos ya no estaban tan involucrados como antes. Desde el momento en que Genivero salió de Loja, la convivencia con la familia sufrió un cambio grande, así lo afirma Vicente, su hermano menor, ya que la distancia, el cambio de condiciones de vida y la formación de su nueva familia, modificarían la fraternal relación. Esta transformación podríamos considerarla de lo más natural. Los caminos de los hermanos siguieron su curso natural, cada quien forjaría su sendero y formaría su familia.

44 Historia y Memoria Sin embargo, la distancia natural de Ángel con los suyos hizo que las actividades de este permanecieran dentro de las brumas del misterio. Los Serrano se enterarían de los rumores y de las supuestas actividades del querido Genivero solo después de su muerte. Sea cual fuere el caso, lo que sí se sabe es que, a su retorno de Estados Unidos, en el año de 1987 y con las ganancias provenientes de sus actividades comerciales, Don Ángel empezó a incursionar en la compra y venta de bienes raíces. En este tiempo siguió conservando su picardía. Se cuenta que Genivero solía viajar de Estados Unidos a Ecuador vestido totalmente de negro. Cuando los agentes de migración le preguntaban el motivo de su visita, Ángel siempre respondía que viajaba para asistir al funeral de su padre, quien por cierto ya había muerto. Los oficiales, conmovidos por la convincente actuación, lo dejaban pasar y sin más, este viajaba cargado de cajones de mercadería. Paralelamente a la obtención de otras tantas propiedades, Genivero siempre atento a nuevas oportunidades de negocios abrió una florería, puso un local de máquinas de juego, vendía oro, compró una mina en Machala y una finca en Loja. Jamás le gustó la idea de participar sus negocios con terceros y prefería emprender por su cuenta. A pesar de ser un visionario, los consejos de personas lejanas a su círculo de confianza no los tomaba en cuenta y tampoco era muy extraño que incluso desconfiara de los suyos. Las constantes sospechas de Genivero con aquellos que lo rodeaban, conocidos y desconocidos pudo haberse acrecentado por el siguiente evento. Durante unas pequeñas vacaciones en su propiedad de Esmeraldas, Ángel sufre un derrame en el ojo tras una fuerte discusión. En aquella ocasión, Genivero había ingerido alcohol y posterior a ello, mucho café. Estos hechos, sumados a la discusión y a la contrariedad posteriormente, provocaron la pérdida progresiva del 75 % de su visión.

Ángel Antonio Cueva Serrano 45 A pesar de ser atendido por el eminente oftalmólogo Doctor Sancho en su clínica en Quito, nada pudo hacerse y Genivero quedaría parcialmente ciego. 43 A pesar de las múltiples visitas de Emma al Ecuador, está nunca llegó a concretar su regreso definitivo al país. Con frecuencia argumentaría su negativa de viajar en beneficio de la estabilidad de sus hijos y la calidad de vida y educación que recibían en Estados Unidos. Genivero, quien para ese entonces ya había adquirido una propiedad en el Ecuador, definiría su definitivo regreso al Ecuador, solo. 44 43 Zhamyr, Jessika, Sandrino y Ángel Cueva, con Emma Jaén 44 Ángel Cueva y Enma Jaén.

46 Historia y Memoria A pesar de la renuencia de Enma por retornar al país, Ángel jamás la descuidó ni a ella ni a sus hijos y les permitió vivir y educarse en el país norteamericano. Genivero, por mucho tiempo, insistió en su regreso sin ningún éxito e incluso pidió a Lida intentara persuadir a su esposa de hacerlo, nuevamente sin resultado favorable. 45 45 Jessika, Sandrino y Zhamyr Cueva.

Ángel Antonio Cueva Serrano 47 CAPÍTULO IV EL LOCO ÁNGEL Genivero y su vida con el último de sus hijos, el pequeño Andrés Cueva Ya para sus 50 años y con su esposa e hijos en Estados Unidos, Ángel vivía la vida de un hombre soltero, sin ataduras ni compromisos. La libertad en todas sus formas, eran la orden del día. Así, por ejemplo, su espíritu festivo no podía concebir Navidades, ni Años nuevos, sin una gran celebración. Sin embargo, el consumo de bebidas alcohólicas en estas reuniones, así como su gusto por beber constantemente gaseosa y su apetito por las comidas poco sanas, generarían en Ángel diabetes. 46 Durante esta etapa Ángel tuvo algunas compañeras sentimentales que al ver al hombre solo y con mucho dinero a su disposición se sintieron atraídas. Lamentablemente, ninguna de ellas representó una verdadera compañía para Genivero, su vida para entonces no admitía una rutina más hogareña o convencional. Los breves momentos de felicidad que le provocaban estos placeres de cara al futuro, construirían el cerco de su soledad. 46 Ángel Cueva en reunión familiar.

48 Historia y Memoria 47 Las relaciones con las mujeres eran lo que menos le faltaría a Ángel durante esa etapa de su vida, así conocería a una que se convertiría en la madre de su último hijo, Andrés David, nacido en 1990 en Rocafuerte, Manabí. Esta relación no tenía como fundamentos, verdaderos sentimientos de cariño, muy por el contrario, era provocada por el interés que la fortuna que él ostentaba y la vida tan libre a la que este estaba acostumbrado. Dada la falta de amor entre ellos, su relación como pareja fue en efecto, siempre mala y por consecuencia el producto de la misma no fue tan bien recibido. Ángel era un hombre casado y la noticia del nacimiento, lejos de ser motivo de celebración, causó mucho malestar en su familia. Su esposa Enma y sus hijos que a la fecha residían en Estados Unidos dejaron de hablar con Ángel durante tres años. Su esposa al enterarse del nuevo bebé sintió el quebranto de su relación, se sintió traicionada. Desde su inicio, la vida de Andrés estuvo marcada por el abandono de su madre que lo dejó al cuidado de su abuela materna. Ángel, su padre siempre enviaba puntualmente una mensualidad para su manutención. Sin embargo, descubriría con dolor un par de años más tarde que el dinero no se destinaba al buen cuidado del niño. 47 Ángel Cueva en reunión familiar.

Ángel Antonio Cueva Serrano 49 En las visitas que Ángel le hacía a Andrés, vio que este era alimentado con nada más que tomate con arroz. El niño se veía delgado y pálido, tenía un pésimo semblante. A partir de ese momento, Genivero toma la decisión de sacar a su último hijo fuera de esa casa y llevarlo con él. Para ese entonces, Andrés ya tenía cuatro años. Inicialmente, se quiso dejar al pequeño con Julia Serrano, su abuela paterna, pero la matriarca de la familia a la época tenía ya 70 años y se le dificultaría un poco la crianza de un niño. Por esa razón, la familia de Ángel y especialmente Lida, tía del niño, se involucraron en su vida y lo acogieron. Sin embargo, Andrés sentía la ausencia de su padre. Si bien el amor de su tía y abuela era grande, la presencia de su padre no se podría suplir con tanta facilidad. El pequeño en ocasiones y sin notarlo sus cuidadoras, se escabullía por la parte de atrás de la casa en donde se encontraba y llamaba a Ángel solo para escuchar la voz que le resultaba más reconfortante. Andrés sufría la distancia que existía entre él y su padre. El cuarto en donde dormía el niño le resultaba un poco atemorizante por la oscuridad y siempre pedía la presencia de su padre para tranquilizarse. Posteriormente, Ángel toma la completa responsabilidad de Andrés y lo lleva a vivir a Quito, en donde pasan juntos casi treinta años. 48 48 Ángel y Andrés Cueva.

50 Historia y Memoria A los ojos de su familia, Ángel no era la persona más apta para cuidar al pequeño Andrés. Genivero estaba muy acostumbrado a tener ciertas libertades. Vivía su vida como quería. Tampoco era un hombre muy paciente y su temperamento fuerte y dominante no eran los ideales para criar a un niño. Además de que le faltaría una figura materna en su vida. Mónica García Montero siempre estuvo ausente y, aun así, creyó tener derecho de expresar quejas a Lida sobre las maneras de crianza de Ángel. La madre de Andrés siempre estuvo convencida de que lo único que haría falta para el bienestar del niño era el dinero. No así, las necesidades de Andrés excederían las posibilidades de Ángel. Su último hijo era hiperactivo y requería atención psicológica. Eventualmente, los problemas de Andrés inevitablemente enfermarían a su padre. Andrés era hiperactivo, pero también muy travieso y pícaro como su padre. Cuando tenía seis o siete años, Karina Mora recuerda que una vez ella entró al baño, cuando de repente sintió la presencia del pequeño Andrés, escondido traviesamente cerca de la puerta. El comportamiento tan inocente pero travieso del niño haría pensar a Genivero que los correctivos más adecuados debían ser severos. Para ayudar a Ángel, Lida y su madre Julia a menudo cuidaban del pequeño, por lo que Andrés siempre tuvo un lazo estrecho con ellas y con sus hijos y nietos. El cariño de la familia Serrano nunca se le negó a Andrés, sin embargo, el inocente pequeño con algo de vacilación le preguntó en alguna ocasión a Lida si podía decirle abuelita como el resto de sus nietos. Lida amorosamente le respondió que sí y en los años siguientes actuaría como tal.


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