Important Announcement
PubHTML5 Scheduled Server Maintenance on (GMT) Sunday, June 26th, 2:00 am - 8:00 am.
PubHTML5 site will be inoperative during the times indicated!

Home Explore Gabriel Taborin, Catequista Apostólico

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico

Published by Hermanos de la Sagrada Familia, 2020-07-06 15:48:22

Description: La publicación de este libro obedece al deseo de poner en manos de los Hermanos de habla española y de otras personas interesadas, un medio de estudio y de reflexión que lleve a un mejor conocimiento del Vble. Hermano Gabriel Taborin.

A pesar de los años transcurridos desde su redacción, estos estudios sobre la figura del Vble. Hno. Gabriel Taborin conservan una gran actualidad por dos razones igualmente importantes: están escritos con el rigor y la competencia de la metodología científica y son la expresión de un profundo interés y de un gran amor por la persona a la que se refieren. Además, el contenido de los mismos versa sobre aspectos fundamentales y en cierto modo, caracterizantes de la personalidad humana y espiritual del Fundador de los Hermanos de la Sagrada Familia.

Teniendo presente estas características, podemos decir que el Hno. autor de este trabajo, José María Esgueva, se coloca con veinte años de antelación en las perspectivas formuladas por el Capítulo General de...

Search

Read the Text Version

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Sin ella \"no se puede ser buen cristiano\" 280, ya que \"nada le hace a uno más despreciable a los ojos de Dios que el orgullo\" 281. De tal modo debe ser practicada por los Hermanos catequistas que debería ser para ellos como \"algo natural\" y practicarla con tanta sencillez y sinceridad que, a ser posi- ble, no llamase la atención\" 282. Con esta actitud humilde, el educador \"se siente a gusto cuando trata con los más humildes. Se considera dichoso cuando se le dan ocupaciones que no son brillantes a los ojos del mundo y que le ponen a salvo de la vana- gloria y del orgullo\" 283. El espíritu que Gabriel quiere para el Instituto por él fundado será \"hacer el bien sin ruido procurando pasar desapercibido\" 284. Por eso, propone que la ambición máxima del educador del Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia debe ser \"vivir ignorado y olvidado en su casa\" 285, haciendo el bien a cuantos le rodean. Coincide en ello con la consigna que San Juan Bautista María Vianney, Cura de Ars, dio a los primeros Hermanos llegados a su parroquia: \"Perma- neced humildes y sencillos, cuanto más humildes y sencillos seáis, más bien haréis\". 3.1.4. Obediencia \"Si los Hermanos se esfuerzan por obedecer con perfección, conseguirán grandes victorias sobre el enemigo de la salvación. No solamente tendrán la dicha de caminar por el camino de la justicia, sino que, con su ejemplo, atraerán a los niños de sus escuelas y les inspirarán el respeto y confianza a sus padres y madres, a sus maestros y maestras, a sus pastores y a los que nos gobiernan en el orden espiritual o material\" 286. (280) Nouveau Guide. n. 251. (281) Id. n. 252. (282) Id. n. 255. (283) Id. n. 266. (284) Id. n. 270. (285) Id. n. 270. (286) Nouveau Guide n. 148. 91

Hno. José María Esgueva 3.1.5. Paternal vigilancia. \"Los Hermanos deben preocuparse con solicitud por todo lo que afecta al espíritu y al corazón, a las costumbres y a la salud de los niños...\" 287. \"Vigilad a vuestros alumnos, como maestros religiosos que sois, para arrancar de ellos el mal en cuanto aparezca; para apartar los peligros en cuanto empiecen a constituir una amenaza; para ayudarles a que practi- quen la virtud y eviten los defectos propios de la edad. Vigilad la oración, la asistencia puntual a la escuela y a la catequesis, a los oficios, a los sacramentos. Vigilad para que se dé un comportamiento co- rrecto en la iglesia. Velad para alejarlos de las malas compañías, de las conversaciones peli- grosas, de los modales groseros, de las acciones escandalosas, de los libros y folletos que pueden pervertir sus costumbres o hacerles perder la fe. Vigilad siempre, si es posible, inventando mil trucos para no perder de vis- ta a los alumnos\" 288. 3.1.6. Activa participación litúrgica y sacramental. Estos dos campos son mimados de modo especial. Sin duda las circuns- tancias del tiempo en el que vive favorecían toda una serie de orientaciones que tomó a este respecto. En el Nuevo Guía descubre un afán porque sus educandos gocen plenamente del culto y participen con lucidez en la recep- ción de los sacramentos. Considera la labor de los Hermanos como primor- dial. (287) Nouveau Guide, n. 648. (288) Lettres et Circulaires. 25 agosto 1864. p. 15. 92

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico \"Los domingos y fiestas los Hermanos llevarán a sus alumnos a los oficios de la parroquia. Les citarán en la escuela una hora antes...\" 289. \"El tiempo que precede a la misa mayor...se empleará en leer y aprender el evangelio del día, en dar una explicación sobre él, o se dará una catequesis sobre los principales misterios o sobre la manera de oír la misa y de asistir a los oficios en la iglesia\" 290. \"Antes de vísperas, una vez rezado el Veni Sancte, se enseñará a los niños a cantar los salmos, himnos u otros cantos de la fiesta o del domingo o bien se les enseñará la melodía de otras canciones...\" 291. \"Cuando los Hermanos vayan a Misa con sus alumnos se arreglarán para que éstos recen y se comporten bien en el lugar sagrado. Los propios Her- manos deben tener un profundo respeto por los santos misterios sobre los que con frecuencia tendrán que dar explicaciones. De esa manera consegui- rán inspirar en los jóvenes los mismos sentimientos que hubieran experi- mentado de haber asistido a la muerte de Jesucristo en el Calvario\" 292. (289) Nouveau Guide, n. 792. (290) Id. n. 793. (291) Id. n. 794. (292) Este deseo de participación sacramental y litúrgica es bien notoria en el Reglamento de los huérfanos de Dijon, 20-2-1.845 R.1. Quedan así reflejados algunos puntos: Confe- sión: \"Cada mes o al menos cada seis semanas los alumnos se confesarán; estarán per- suadidos que, cuando se reciben dignamente, los sacramentos son grandes medios de salvación...\" Comunión: \"Se acercarán a la Sagrada Mesa cada vez que se vean en estado de recibir a su Creador. Se prepararán a este acto con la oración, el recogimiento y, sobre todo, poniendo su alma en estado de gracia\". Nouveau Guide. n. 407. Sobre la Oración: Cfr. art. II. También art. 14,15, 17 y 18. 93

Hno. José María Esgueva Si los Maestros catequista son fieles a estas consignas, serán considera- dos como los amigos de la infancia 293, los portadores del buen olor de Jesu- cristo 294, y auxiliares eficaces del clero en su labor apostólica 295. \"Haced todo lo posible, queridos Hermanos, para preservar de la desgracia de la impiedad y de la incredulidad a la juventud que se os ha confiado... Así salvaréis a esta juventud tan querida a nuestro Salvador y que él os ha confiado. Amadla en Dios y por Dios, como él la amaba cuando estaba en la tierra...\" 296. Todos los años, el Fundador invitaba a sus Hermanos a unos días de Re- tiro espiritual, \"para profundizar en sus almas, para animarse en la práctica del bien y llorar sus debilidades\" 297. Será una ocasión propicia para reflexio- (293) \"El pueblo y la gente de bien os consideran, en general, como verdaderos amigos de la in- fancia, del orden y de la sociedad...\" Lettres et Circulaires, 15 agosto 1848 p. 5. \"Se nos puede considerar como verdaderos amigos de los padres y madres de familia, puesto que les ofrecemos el importante servicio de educar a sus hijos. Se nos puede con- siderar como amigos de los niños, puesto que además de instruirlos en las ciencias hu- manas, los conducimos por el sendero de la virtud, único modo de hacerlos felices\". Lettres et Circulaires, 15 agosto 1853. p. 8. (294) \"Podemos hacerlo con nuestro buen comportamiento y con nuestra abnegación para llevar el buen olor de Jesucristo a los niños de nuestras aldeas y pueblos y haciéndonos pequeños con ellos a fin de ganarlos a todos para Cristo\". Lettres et Circulaires. 3 agosto 1852. (295) \"El sacerdote nos es superior por su ciencia, por su carácter sacerdotal y por el ministe- rio sublime que desempeña. Pero nosotros estamos unidos a él y tenemos el honor de ser sus colaboradores educando a la juventud con una enseñanza de carácter paterno y fundada en la doctrina de nuestra santa religión... El sacerdote debe encontrar en noso- tros unos amigos respetuosos y abnegados. Tal es el espíritu de nuestra Regla\". Lettres et Circulaires. 15 agosto 1853. \"Empleemos el tiempo con celo para hacer el bien, sobre todo para amar a Dios y hacerle amar, odiar el pecado y hacerlo odiar por tantos niños que se os ha confiado y que des- graciadamente, lo decimos con temblor, ya muy jóvenes merecen el calificativo de peca- dores...\" Biographie des Frères Défunts: F. Joseph. n. 17. p. 5. (296) Lettres et Circulares. 15 agosto 1853. p. 4. (297) \"Dedicados como estáis a guiar y educar a la juventud, a servir a los ministros de nues- tra religión...a promover el bien de la gente... comprenderéis, queridos Hermanos, que vuestras obligaciones deben ser mayores, vuestra vocación más sublime, vuestra misión más santa que la del simple cristiano. Por eso también más que él debéis entrar en voso- tros mismos y descender a las profundidades de vuestra propia alma, a fin de verificar 94

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico nar y meditar en el silencio y en la soledad, el misterio de Cristo, modelo de educador de la infancia y de apóstoles y prototipo de entrega pastoral 298. Acabamos este apartado con dos citas ricas por su contenido. La una ha- ce referencia a la cruz que cada Maestro Catequista ha de llevar en su pecho \"condecoración\" de sus luchas contra el mal. La otra es un voto que, con mo- tivo de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, puso a los pies de María el día 2 de febrero de 1855. \"Nuestra condecoración es la cruz bendita que fue colocada en nuestro pe- cho el día en que nos consagramos a Dios en el santo estado religioso. Esta cruz es también el arma con que nos defendemos, pues con ella Cristo ven- ció al mundo... Es mil veces más valiosa que las cruces honoríficas que los reyes conceden a quienes juzgan dignos de ellas.\" 299. \"Sería de desear que todo Hermano de la Sagrada Familia viva profunda- mente el espíritu religioso. Que no se vea u oiga a un Hermano de la Sagra- da Familia sin que le lleva a uno a ser mejor o quede edificado\" 300. 3.2. El Catequista parroquial. Al exponer las líneas directrices del apostolado del catequista parro- quial, el Hno. Gabriel parte del mandato de Cristo: \"Id y predicad el Evange- lio a toda criatura... \"Es consciente que sólo los Apóstoles y sus legítimos vuestras virtudes y llorar vuestras debilidades... Venid, pues, a sacudir el polvo que el viento del mundo ha arrojado en vuestro corazón de religiosos; venid a fortalecer vues- tra fe, a confirmar vuestra esperanza, a redoblar vuestro amor a Dios y al prójimo... Ve- nid al retiro en busca de la sabiduría, la paz, la prudencia y los consejos que tanto necesitáis. Quien os invita es un amigo y un padre amoroso...\" Lettres et Circulaires, 22 agosto 1846. p. 2. (298) Cfr. Lettres et Circulaires, 6 agosto 1854. p. 4. y Carta al Superior del Seminario de Ro- mans, 22-7-1842. (299) Lettres et Circulaires, 15 agosto 1853. p. 10. (300) Biographie des Frères Défunts : F. Régis, n. 16. p. 5 Cfr. Lettres et Circulaires, año. 1855. p. 26. 95

Hno. José María Esgueva sucesores, los obispo, recibieron esta misión evangelizadora. \"Nadie, por lo tanto, tiene el derecho de hacerlo sin estar autorizado por ellos\" 301. Asentado este principio, Gabriel trata de justificar y fundamentar el apostolado del catequista. \"... la Iglesia permite que algunos fieles piadosos y, de modo especial los re- ligiosos de las Congregaciones dedicadas a la enseñanza, aunque no hayan accedido a las sagradas órdenes ni siquiera en sus grados menores, ense- ñen también la doctrina cristiana. Habiendo recibido, pues, la misión de parte de la legítima autoridad, también ellos enseñan en nombre de Jesu- cristo\" 302. Taborin vive profunda e íntimamente la vida cristiana. De esta existen- cia fervorosamente vivida brota su actividad apostólica con toda naturali- dad. Esta debería ser la actitud de todo bautizado. El apostolado es exigencia del bautismo. Por otra parte, todos estamos llamados a formar parte del redil de Cris- to, su Iglesia. El episcopado, numéricamente, es insuficiente para colmar las exigencias del ministerio de la palabra. Por estas razones Gabriel considera normal la colaboración del laicado católico en el campo catequético. Podemos asegurar que el inculcar al catequista la belleza, estima e im- portancia de la misión catequística es la principal temática del capítulo XX- XV del Nuevo Guía. Por eso repite reiteradamente: \"No hay actividad más bella, más honrosa y más meritoria que la del catequista, si se ejerce con fe\" 303. Y al hablar de los contenidos a impartir dirá: \"Los Hermanos catequistas deben poner gran interés en fijar estas verda- des en el ánimo de los jóvenes y que lleguen a saborearlas. ¡Qué desdichado y enemigo de sí mismo sería quien osara despreciarlas! Los apóstoles y los mártires las han sellado con su sangre, los doctores las han explicado en li- (301) Nouveau Guide, n. 891 y 899. (302) Nouveau Guide. n. 891. (303) Id. n. 892. 96

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico bros inmortales, los santos las han practicado, el mismo Cristo, con el fin de conservarlas y propagarlas, fundó una Iglesia que se extiende por el mundo entero y que está permanentemente combatida por las pasiones pe- ro que se mantiene siempre por encima de esos ataques\" 304. \"Los Hermanos catequistas estimarán más importante su función que cualquier dignidad humana...\" 305. \"¿Qué Hermano de la Sagrada Familia, después de leer estas consideracio- nes, no desearía tener el título de catequista y dedicarse a esta sublime mi- sión con la que puede hacer tanto bien, merecer grandes favores espiritua- les y una recompensa infinita en la otra vida?\" 306. Esta estima de la misión catequética es bien notoria en la comparación y paralelismo que traza entre el predicador y el catequista. La misión de éste no cede en nada al ministerio de aquél. Catequesis y predicación son las dos formas principales en que se ejerce el magisterio eclesiástico. Mientras que la predicación se ajusta a ocasiones dadas y recoge y valora puntos doctri- nales aislados y fundándose en ellos trata de mantener y fomentar la vida cristiana, la catequesis aporta la iniciación básica a la totalidad de la doctri- na cristiana. \"Sin pretender contestar los cursos organizados ni la utilidad e incluso ne- cesidad de los sermones, podemos decir que, en cuanto a los aspectos esen- ciales, el catequista es tan importante como el predicador. El ministerio de aquél es flexible y se adapta a las necesidades de un mayor número de al- mas. El método de enseñanza del catequista conviene mejor que ningún otro a los niños, a las personas sencillas, ignorantes y sin posibilidad de educarse por sí mismas, es decir, por lo menos a las tres cuartas partes del género humano. (304) Id. n. 894. (305) Nouveau Guide, n. 898. (306) Id. n. 899. 97

Hno. José María Esgueva Efectivamente, la forma dialogada que emplea el catequista, la necesidad de responder a sus múltiples preguntas, tanto sobre la letra como sobre su significado, atrae la atención y estimula el interés de los oyentes: ventajas todas que un razonamiento prolongado no puede tener, sobre todo, si está escrito en un tono un poco elevado y, como ocurre con demasiada frecuen- cia, por encima del nivel de inteligencia de una parte del auditorio. Que la predicación sea el alimento sólido de los adultos se comprende, pero la catequesis seguirá siendo siempre la leche reservada especialmente a los más débiles, a los niños y a los carentes de la cultura más elemental, y por tanto a la mayor parte de las personas...\" 307. Y más adelante, teniendo muy presente y apoyándose en el ejemplo de Cristo, prosigue: \"El divino Salvador es el modelo de todos los catequistas y podemos decir que la manera cómo Él ha proclamado el Evangelio se parece más a la de una catequesis que a la de un sermón. Pues, aunque la función del cate- quista no sea tan brillante como la del predicador no es por ello menos ele- vada, puesto que ambos enseñan los mismos misterios y las mismas ver- dades\" 308. En pocas líneas Gabriel define y sintetiza el ministerio del Hermano ca- tequista de la Sagrada Familia. Consiste en \"enseñar lo que debemos creer, lo que debemos hacer, lo que debemos evitar, lo que debemos recibir y lo que debemos pedir para salvarnos, es decir, pa- ra ir al cielo\" 309. Otra expresión suya es: (307) Nouveau Guide. n. 893. (308) Id. n. 898. (309) Id. n. 892 98

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico \"dar catequesis es enseñar la ciencia de la salvación, la ciencia de la reli- gión, la ciencia de los santos. Es enseñar lo mismo que Jesucristo vino a en- señar a la tierra\" 310. Y, lógicamente, propone a Cristo como modelo de catequistas 311 invo- cando condiciones indispensables para ejercer esta función: autorización de quién la puede dar y competencia adecuada. \"Ningún Hermano podrá, salvo el caso previsto en el número 859 312, ejercer las funciones de catequista parroquial, sin haber sido autorizado a ello por el Superior General y el Ordinario del lugar, a petición del párroco\" 313. En cualquier tratado de catequética se hace referencia a la figura ideal del catequista como meta hacia la cual se han de dirigir los esfuerzos de quienes pretenden ejercer ese apostolado. Capacidad natural y aptitud ad- quirida se deben complementar mutuamente. Existe una capacidad natu- (310) Nouveau Guide. n. 898. \"El catecismo nos presenta un resumen de las verdades y enseñanzas que el Hijo de Dios vino a traernos y el conjunto de nuestros deberes para con Dios, nuestros hermanos y nosotros mismos\". Id. n. 894. (311) \"... El divino Salvador es el modelo de todos los catequistas...\" Nouveau Guide. n. 898. (312) En este número prevé varios casos particulares en los que el Hermano Educador puede reemplazar al párroco: \"En las parroquias rurales, cuando el Sr. Cura no pueda por cualquier circunstancia dar el catecismo o presidir en la iglesia la oración durante la cuaresma o los domingos, los Hermanos, sólo en esos casos, pueden reemplazarlo si se lo pide \". Nouveau Guide. n. 859. (313) Nouveau Guide. n.897 En íntima relación con este punto está la vigilancia que la Autoridad competente procu- rará, para que la instrucción religiosa sea impartida siguiendo las normas que se seña- len. Cf. Nouveau Guide. n. 895. Hablando de Mons. Langalerie, escribía a sus Hermanos catequistas: \"El piadoso Prelado sabe cuál es el camino del cielo, lo sigue para ejemplo de los demás y ha venido para mostrarlo a su grey. También nosotros, queridos Hermanos, debemos se- guir ese camino, sin desviarnos jamás. Debemos además mostrarlo a la juventud con abnegación y evitar que se extravíe\". Lettres et Circulaires. Año 1857. p. 6. Y a Mons. Billiet, 3 de julio de 1854: \"Sin duda los Hermanos somos los más pequeños de sus hijos en Dios, pero seremos los primeros en obedecerle...\" 99

Hno. José María Esgueva ral, innata, un carisma catequético, mas no es frecuente. Lo ordinario es te- ner que hacer grandes esfuerzos para prepararse y dotarse para llegar a ser buen catequista. Por eso, Gabriel señala el estudio de un método eficaz y una preparación adecuada como medios indispensables para poder catequizar adecuada- mente. Los buenos catequistas son escasos: \"... es un grave error pensar que es una cosa fácil y que requiere poco estu- dio y escasa preparación el enseñar el catecismo de manera provechosa a los niños o adultos. Al contrario, el dar la catequesis supone un raro talen- to y son pocos los que lo poseen\" 314. Gabriel hace distinción entre dos clases de preparación: una remota y otra próxima. La primera consiste en \"un estudio profundo de la religión, de sus dog- mas, de su moral, de su culto y de su historia\". \"Este estudio no tiene límites. Debe ser cotidiano y durar toda la vida, por- que la religión es por su propia naturaleza la más vasta de todas las cien- cias y porque cuanto más se la conoce mayor es la capacidad que uno tiene de enseñarla y hacerla amar\" 315. En cuanto a la preparación próxima, enumera varios puntos que breve- mente resumimos. Consiste: • En aprender de memoria, en cuanto sea posible, la parte del catecismo que se va a explicar. • En preparar preguntas concretas que sirvan para desarrollar el temario. • En organizar la explicación, es decir, todo lo que se quiere tratar, redu- ciéndolo, a dos o tres puntos fundamentales a los que harán referencia las preguntas concretas. (314) Nouveau Guide. n. 900. (315) Id. n. 901. 100

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico • En escoger los hechos de la historia y los ejemplos adecuados para acla- rar o confirmar las explicaciones 316. • En preparar los ejercicios prácticos para después de la explicación. • En encomendar a Dios, a la Santísima Virgen, a los ángeles de la guarda de los oyentes el éxito de la catequesis 317. Encontramos una insistencia especial en recomendar la preparación de los niños a la Primera Comunión. Preparación que estará centrada en fo- mentar la piedad de los futuros comulgantes, en inculcarles un profundo respeto por el Santísimo y en hacerles ver la trascendencia e importancia de la acción que van a cumplir. El número 914 del Nuevo Guía es una síntesis valiosa de la experiencia personal de Gabriel. \"Como la primera comunión es el hecho más importante de la vida del ni- ño, los Hermanos catequistas prepararán con el mayor esmero a aquellos que deban hacerla y cuya preparación se les confíe. Mostrarán tanto interés como el pastor de la parroquia para que esta san- ta acción se celebre con la mayor solemnidad y así los niños conserven de ella el mejor recuerdo. La Primera Comunión deberá ir precedida de un Retiro de seis días o al me- nos de tres. Si el Sr. Cura se lo pide, los ejercicios de este retiro pueden ser dirigidos por el Hermano catequista parroquial, quien completará así el bien que ha he- cho por medio de sus explicaciones al preparar a los jóvenes corazones a recibir el alimento de los elegidos\" 318. En lo restante del capítulo el Fundador nos proporciona normas y deta- lles de tipo psicológico. Por ejemplo, la hora de catecismo estará distribuida de la siguiente forma: (316) Dice: \"a todos les gustan las historias y las parábolas. Se recuerdan fácilmente y se pue- den contar a la familia al volver de la catequesis, produciendo con frecuencia grandes frutos en las almas\". (317) Nouveau Guide. n. 901. (318) Nouveau Guide. n. 914. 101

Hno. José María Esgueva 1. Oración. 2. Canto inicial 319. 3. Repetición de la lección precedente hecha por un niño o por el propio catequista. 4. Lección del día e indicación de la lección siguiente. 5. Canto basado en las verdades de la religión (2). 6. Explicación y desarrollo del texto del catecismo. 7. Recapitulación. 8. Exhortación. 9. Ejemplo sacado de la historia. 10. Actividades. 11. Canto final. 12. Oración 320. Naturalmente se refiere al tema de la instrucción y piensa que, sin un conocimiento veraz de las verdades contenidas en el catecismo, no existe fe auténtica y sin la práctica religiosa en los individuos, ni se puede dar el bienestar público ni el privado. Es un eco de la epístola de San Pablo a los Romanos 321. (319) Considera el canto como medio eficaz de apostolado. \"A los niños les gusta mucho cantar, y ese es un buen medio de enseñarles las verdades de nuestra santa religión, de sacarlos de la cabeza las canciones profanas y de hacer que amen la escuela y vengan a ella con gusto. Los Hermanos no descuidarán ningún detalle para formar en el canto a sus alumnos y para hacer que saquen de esa actividad el mayor fruto posible. En cuanto sea posible exigirán que cada uno tenga un libro de cantos y que lo usen cuando se canta en la escuela o en la iglesia. Se aprovechará sobre todo el domingo para enseñar las melodías a los niños. Se dará preferencia a los cantos con ritmo vivo, ale- gre y fáciles de cantar y sobre todo a los que tienen estribillo\". Nouveau Guide, n. 798. Cfr. los números 777, 779, 788. He aquí el texto que encontramos en el Catecismo de Saint Claude para ser cantado an- tes de la lección: \"Con el fin de que sea dócil y prudente, dame, Señor, tu espíritu y pueda aprender según mi edad las verdades de Jesucristo. Espíritu Santo, hazme comprender lo que me vais a explicar y al mismo tiempo que lo aprendo, haz que lo ponga en práctica. \"Señor, os agradezco estas instrucciones santas. Te pido que olvides mis distracciones... Hazme, Señor, más capaz de hacer el bien, más cristiano.\" (320) Nouveau Guide. n. 902 (321) Cfr. Rom. 10, 14 ss. 102

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Además, las consecuencias que prevé anejas a la ignorancia son funes- tas: \"La ignorancia no sólo no es buena para nada sino además muy peligrosa. Dejar a los niños en la ignorancia es anular el misterio de los sacerdotes, negarles la posibilidad de poder comprender un día las explicaciones de sus pastores y privarlos de los medios de salvación\" 322. Por eso, los Hermanos no escatimarán esfuerzo alguno, tanto en las es- cuelas como en las catequesis parroquiales, para dar una sólida instrucción religiosa. Para mayor facilidad: \"Todas las explicaciones del Hermano Catequista deben referirse a los te- mas fundamentales 323. Ni un solo día debe pasar sin volver sobre alguno (322) Nouveau Guide. n. 909. (323) Estos puntos esenciales les tiene anunciados en el n. 909: \"Las principales cosas que deben enseñar son: 1. Los misterios más importantes, que hay que procurar repetir todos los días, sobre to- do con las clases de los más pequeños. 2. La vida de Jesucristo, sus virtudes, sus sufrimientos, lo que hizo y lo que hace en la ac- tualidad para salvar a los hombres. Es importantísimo recordar frecuentemente este te- ma, ya que conocer a Jesucristo es conocer la religión. Así pues, todas las explicaciones deben desembocar en Jesucristo para mostrarlo como Dios y como hombre, como Salva- dor, legislador, luz del mundo, modelo, bienhechor, mediador, alimento, juez y felicidad del hombre. 3. Las grandes verdades de la religión, como el fin del hombre, la importancia y la nece- sidad de la salvación, la muerte, el juicio, el cielo y el infierno, etc. 4. La Iglesia: lo que es la Iglesia, las notas de la verdadera Iglesia, la necesidad de some- terse a la Iglesia y a sus pastores y de estar unido al Soberano Pontífice para salvarse. 5. Lo que manda y prohíbe cada mandamiento de Dios y de la Iglesia. 6. Las disposiciones requeridas para recibir con fruto los sacramentos, sobre todo la pe- nitencia y la eucaristía. 7. La manera de oír piadosamente la santa misa y de asistir con fruto a los oficios de la Iglesia. 8. La excelencia, necesidad, obligación y condiciones de la oración. 9. El pecado mortal: su gravedad, la desgracia que supone el cometerlo, los castigos que se atrae quien lo comete, la forma de obtener el perdón. 10. La manera de santificar las acciones para que sean agradables a Dios y meritorias para el cielo\". 103

Hno. José María Esgueva de ellos. Resumir sus enseñanzas en algunos puntos esenciales es el medio más seguro de grabar las verdades en el alma de los niños y de los adultos y conseguir que no las olviden\" 324. Si al Hermano educador para formar el corazón de sus alumnos le pedía ser hombres de oración, una sólida instrucción religiosa y buen ejemplo 325, entre las cualidades que aconseja al Catequista parroquial están: • Alegría. • Sencillez en la exposición doctrinal. • Ser hombre de oración. .• Santidad personal. 3.2.1. Alegría. \"Los Hermanos deben recordar que es con la sonrisa de la amabilidad y el atractivo del gozo cómo los catequistas han de impartir sus lecciones\" 326 3.2.2. Sencillez en la exposición doctrinal. \"El buen catequista sabe explicar las cosas más sublimes con las expresio- nes más sencillas y es capaz de revestir con formas sensibles y ya conocidas por sus discípulos, las verdades más abstractas y que están más alejadas de la percepción de los sentidos. Como el soberano Maestro, habla con fre- cuencia en parábolas. Sabe pintar siempre la virtud con rasgos atractivos y describe al vicio como lo que es en realidad: como un tirano que sólo con desgracias paga a sus esclavos\" 327. (324) Nouveau Guide. n. 910. (325) Lettres et Circulaires. Año 1856. pp. 21 y 22. (326) Inspirada quizá en San Agustín. Cfr. De Catechizandis rudibus en donde transforma en consigna la frase de San Pablo: Hilaremenis datorem, diligit Deus\" C.II y X. (327) Nouveau Guide. n. 912. 104

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico 3.2.3. Ser hombre de oración. \"El buen catequista no olvida que es inútil plantar y regar si Dios no hace crecer\" 328. \"Deben saber conversar con Dios para aprender lo que hay que decir y qué hay que pedir para aquellos a quienes se enseña las gracias y bendiciones que los salvarán\" 329. 3.2.4. Santidad personal. \"La caridad bien entendida pide que se corrija él mismo de sus defectos an- te de pretender curar a los demás por medio de sus enseñanzas. El mejor medio de curar a los demás es estar uno mismo exento de las enfermedades que pretende eliminar en los otros. Sería una desgracia para él haber llenado la Iglesia de santos y no serlo él mismo. Trabajar por el bien de las almas, catequizar, exhortar, predicar, guiar a los demás y no hacer lo que se recomienda a los otros, es exponerse al desprecio de aquellos a quienes se da mal ejemplo; es atraerse los repro- ches de su propia conciencia...\" 330. Completaremos el pensamiento del Fundador, señalando otros detalles y prescripciones en relación con la postura y actitud que deben adoptar ma- estros y discípulos 331, sobre la conveniencia de que éstos aprendan bien la letra del catecismo 332 con tal de que antes se les haya explicado adecuada- mente, etc. (328) Nouveau Guide. n. 912. (329) Nouveau Guide. n. 913. (330) Nouveau Guide. n. 913. (331) \"Durante la catequesis, los niños estarán sentados y descubiertos. El catequista evitará el pasearse; se colocará frente a los niños o frente al auditorio en la cátedra o sitial.\" Nouveau Guide. n. 904. (332) \"Como ya se ha dicho, los Hermanos catequistas procurarán que los niños aprendan el catecismo de memoria. Les habituarán a incluir la pregunta en la respuesta...\" Id. n. 905: 105

Hno. José María Esgueva Si el catequista se ve obligado a corregir, el Hno. Taborin pide el lenguaje que sólo la religión puede proporcionar 333. Considera indispensables los medios de la emulación 334 y desea que una o dos veces al año se tengan solemnes distribuciones de premios, pro- curando dar el mayor realce posible 335: Si se ponen en práctica estas normas, asegura que los frutos del Catecis- mo serán abundantes y seguros 336. Esos frutos se propagarán en familia y perpetuarán de generación en generación 337. 3.3. Síntesis final. • La obra catequético-educacional de Gabriel Taborin se presenta como re- medio a una necesidad del país: proporcionar a los párrocos, \"auxilia- res\" con los que puedan contar y compartir sus inquietudes apostólicas y una parte de su ministerio. (333) Cfr. Nouveau Guide. n. 906. \"Si el catequista ve que un niño molesta o comete alguna falta de la que debe reprender- lo, no diga muchas palabras y corríjale empleando el lenguaje de la religión o palabras que conmuevan...\" \"Cuando ha tenido que reprender a un niño y éste se ha sentido humillado, conviene que, al final de la catequesis, le dirija unas palabras amables, que sean como aceite sobre la herida\". (334) Cfr. Id. n. 907. (335) \"La distribución de premios en la catequesis parroquial tendrá lugar una o dos veces al año. Se llevará a cabo en la propia iglesia, al pie del altar y con la brillantez acostum- brada en las solemnidades...\" Nouveau Guide. n. 908. (336) Cfr. Nouveau Guide. n. 893. (337) Cfr. Id. n. 899. \"El Hermano Gabriel Taborin... como una ingeniosa abeja, ha sabido libar en otros Ins- titutos, para tomar lo mejor que tienen. Sus estatutos están sobre todo inspirados en: los Emilianos, con Pío IV; los Cusani de la Doctrina cristiana, con Pío IV y Pío V; los Le- llis, con Gregorio XVI; los Adorni, con Sixto V; los Hermanos de la Salle de las Escuelas Pías, con Gregorio XVI, los piadosos obreros de Carafa, con Urbano VIII y muchos otros\". Tomado del Manuscrito del P. Jacinto de Ferrari, O. P. acerca de las observaciones que este Padre hace antes de someter las Reglas a la aprobación de la Santa Sede. 7 de julio de 1850. Arc. Caj. 15. 106

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico • Su pensamiento pasa por distintas fases, madura con la experiencia. Pe- ro, desde el principio, su método catequético se basa, fundamentalmen- te, en la confianza y en la amistad. Las considera primordiales para ejercer una influencia benéfica entre los niños y jóvenes. • La catequesis será la más preciada función del Instituto de los Herma- nos de la Sagrada Familia. Estos se deben concienciar de que al catequi- zar ocupan el lugar de Jesucristo. Se les confía la porción predilecta del rebaño de Cristo: la niñez y juventud. Ambas ideas moverán a los Her- manos a desempeñar su importante misión con gran celo e interés. • Al seguir su peculiar llamada, los Hermanos ejercen su sacerdocio bau- tismal de un modo especial, inmolándose día a día en aras del apostola- do catequético y educacional, por espíritu de fe y de caridad. • La catequesis debe ocupar un puesto destacado, como elemento esen- cial, dentro del programa de educación de las escuelas del Instituto. • Dos preocupaciones esenciales de su catequesis: que los alumnos que frecuentan sus enseñanzas vivan en gracia y una metódica formación para la oración. • Siendo sobrenatural el fin de su ministerio, la gloria de Dios y la salva- ción de las almas, da una importancia capital a la práctica de la virtud, al buen ejemplo y a la oración, como medios apropiados y eficaces para su consecución. • La humildad será la virtud particular de su vocación. Los Hermanos ca- tequistas tratarán de \"hacer el bien sin ruido y sin darse importancia\". • Ángeles visibles de sus alumnos, los Hermanos ejercerán una vigilancia pa- terna, y, en lo posible, continua. Vigilancia que es creadora y creativa e in- venta mil medios para no perder de vista a los alumnos y hacerles el bien. • Reconoce el canto como excelente medio de apostolado: da más solem- nidad al culto, alimenta la piedad, puede provocar abandono de ciertas canciones profanas... • Los Hermanos se preocuparán sobre todo de los niños que van a hacer la Primera Comunión. Un Retiro de seis días de preparación inmediata será sumamente eficaz. Procurarán que tan señalada acción deje huella imborrable en la tierna inteligencia de los niños. • Ningún catequista puede desempeñar su misión sin estar autorizado por la autoridad competente. 107

Hno. José María Esgueva • Ante la sublimidad e importancia de la catequesis, se presenta como exi- gencia primordial una esmerada preparación y así poderla impartir adecuadamente. Se insistirá en ciertos puntos que se consideran esen- ciales. • Alegría, sencillez en la exposición, estímulos y demás medios que la pe- dagogía proporciona, serán la base de la metodología taboriniana. Pro- porcionan un mayor rendimiento y sus resultados educativos son más satisfactorios. Para el Fundador del Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia, el buen catequista debe: 1. Poseer el arte de atraer a los niños y a su auditorio haciéndose escuchar con agrado. 2. Conocer a la perfección la doctrina cristiana, estar al día y bien instrui- do con un estudio sostenido y diario. 3. Haber adquirido con la reflexión y la experiencia, el talento de ponerse a la altura de sus oyentes y así poderles hablar con claridad y precisión. 4. Saber presentar las verdades religiosas de modo que interesen, sobre to- do que puedan llegar al corazón, que hagan brotar en él buenos deseos y piadosos sentimientos; en una palabra, hay que tener el don de saber instruir, agradar y convencer al mismo tiempo 338. (338) Nouveau Guide. n. 900. 108

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico CAPÍTULO IV GABRIEL TABORIN CATEQUISTA APÓSTOLICO Una vez presentados los grandes rasgos de la actividad catequética de Gabriel, a la que hemos añadido una breve reseña de tres escri- tos suyos con un marcado carácter instructivo, y expuesto su pen- samiento sobre el Hermano catequista, nos encontramos con un valioso material que nos puede facilitar una posible respuesta a los interrogantes que al principio del presente estudio nos hicimos. Serán, pues, datos valiosos y de gran interés, una rica documentación sobre los que apoyaremos algunos de nuestros puntos de vista. Tenemos que referirnos, además, a otros documentos que, expresamente, hablan del hecho que venimos estudiando, y, fundamentalmente, fijaremos nuestra atención en la carta que, con fecha 9 de marzo de 1857, Gabriel dirigió al ar- zobispo de Chambery, Monseñor Billiet. No pasamos por alto la dificultad que todo ello entraña. Prácticamente partimos de cero al no poder contar con ningún trabajo existente sobre el particular 339. Creo, y es opinión personal, que la rica personalidad catequéti- ca de Gabriel no ocupó el puesto que debería haber ocupado en los años que siguieron a su muerte. La incomprensión que marcó su vida, desgraciada- mente, se prolongó después de su muerte. Todo ello y dada su condición de (339) En 1955, el H. Patricio Ruiz Peñas publicó en la Revista Mi Colegio de Madrid un intere- sante artículo bajo el título: \"Gabriel Taborin, Catequista Apostólico\". Se limitó a entresacar de la vida y escritos del Fundador algunos hechos y puntos doctri- nales, presentando su figura como catequista modelo y consumado. 109

Hno. José María Esgueva fundador laico, puede arrojar un poco de luz sobre ciertos aspectos de su vi- da 340. En aras de la claridad, recompongamos brevemente los acontecimien- tos: Corría el año 1841. Gabriel se encontraba en Roma. Pretendía obtener al- gunos privilegios para su naciente Instituto, entre ellos, su aprobación. En la audiencia que el Papa le concede el día 25 de agosto, Gregorio XVI le otor- gaba uno que \"prefería a todos los títulos que van unidos a las grandezas y dignidades humanas: el título de Catequista Apostólico\" 341. En un primer análisis sorprende la facilidad con la que Gabriel se gana- ba la simpatía y el favor de los llamados grandes de este mundo. En especial en sus últimos años encontramos ejemplos significativos al respecto. Se en- trevistó con el rey Carlos Alberto, con Ministros y Cardenales. \"Nunca hubiese pensado que la Providencia me hubiese permitido hablar con cardenales, con ministros, con reyes y con el Papa. Pero cuando Dios quiere y conduce una obra se abre paso a pesar de las contrariedades y se sirve de débiles instrumentos\" 342. (340) \"Hablando de cruz, permítame, Monseñor, que le diga que me sentiría ofendido si llegase a desconfiar de mí. A pesar de mi carácter firme, me desanimaría por completo y me obligaría, muy a pesar mío, a trasladar la sede de nuestra Congregación a otro lugar de Francia. Me lleva a hacerle esta confidencia el haberme enterado de que ciertos eclesiás- ticos, incluso algunos cercanos a usted, me ponen muchas trabas, a pesar de llevar 35 años haciendo el bien... Carta a Mons. de Langalerie. 30-II- 1857. R.6. \"Me hubiese gusta- do haber sido obispo de Francia o de Saboya... pero sólo soy un simple laico, un pobre superior de una comunidad en la que a duras penas encuentro aquellos hombres que me piden y usted necesita.\" Carta a Mons. Cretin: 20-II-1856. R.6. (341) Cfr. Las páginas primeras del presente trabajo. (342) Cfr. Carta al párroco de Belleydoux, 26-II-1841. R. 1. escrita poco después de ser recibido por el Papa. También Carta a L. Napoleón, 22-12-1851. R.4. He aquí un modelo de este \"saber estar\": \"Que Dios sea bendito y alabado, pues desde ahora y sin que vuestra Grandeza me riña, puedo tratarle de Eminencia. Por sus talentos y virtudes siempre ha sido eminente pero ahora no sin razón el mundo entero os da este glorioso título al haber sido elevado definitivamente a la categoría de Cardenal...\" Carta a Mons. Billiet, 3-10-1861. R. 9. 110

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Fueron muchos los privilegios y favores que obtuvo de Gregorio XVI 343. Favores y privilegios que dejó consignados al final del Nuevo Guía 344. Ahora bien, cabe preguntarse: el título de Catequista Apostólico, ¿es un privilegio más dentro de la lista que presentó a Su Santidad en la audiencia del 18 de agosto o se trata de un favor especial con el que Gregorio XVI quiso recompensar la labor apostólica de su \"hijo amado\" como le llegaría a lla- mar? 345. Por de pronto, destaquemos una primera constatación: el procedimien- to de la concesión del Título rompe todos los moldes burocráticos estableci- dos y tiene lugar dentro de una serie de circunstancias propias de una singular simpatía y amistad entre el Hermano Gabriel y el Soberano Pontífi- ce. Escribe: \"Al ir a agradecer a Gregorio XVI estos preciados privilegios, le presenté una súplica particular en la que pedía a Su Santidad me concediese el títu- lo de Catequista Apostólico” 346. En esta ocasión, Gabriel está profundamente impresionado por la ama- bilidad e interés que el Papa le había mostrado en su primera audiencia. Es- te podía estar bien informado de la labor catequética del Hermano Gabriel por los Obispos de Belley y Chambery. El día 25 de agosto iba a ser un día clave. Iba a ser recibido de nuevo por Su Santidad. Era ésta una ocasión única para presentar su petición. Por lo menos así lo juzgó tras la experiencia de la anterior audiencia. Y, franca- mente, sus esperanzas no quedaron defraudadas. Como él mismo confiesa, el Papa, de su puño y letra, escribió en la parte inferior del pliego que conte- (343) No consiguió no obstante la aprobación de sus Reglas, pues los \"Cardenales han estima- do que conviene diferir la aprobación de las Reglas, para que con una experiencia más larga se pueda juzgar con más garantía aquello que, para el bien de la Asociación, con- venga añadir o cambiar en ellas\". Breve de Aprobación del Instituto. Nouveau Guide. p. 810. (344) Cfr. Nouveau Guide. pp. 806-821. (345) Expresión que repite en el Breve de Aprobación cuantas veces menciona al Fundador (4 veces) (346) Carta a Mons. Billiet. 9-3-1857. R. 6 111

Hno. José María Esgueva nía la fórmula que el mismo Gabriel había redactado: \"Fiat ut petitur\" y fir- mó 347. 4.1. El paradero del documento. Hoy tan preciado documento está en paradero desconocido 348. Pero dis- ponemos de la narración detallada del hecho y de la fórmula presentada en la copia de una carta a Monseñor Billiet. Afortunadamente las cartas que el Fundador escribía eran registradas fielmente y en todo su contenido en cuadernos \"ad hoc\" por su secretario particular. Hoy día se conservan once registros que contienen la correspon- dencia que va desde el 1 de septiembre del 1835 hasta el final de sus días. La carta a la que hemos hecho alusión la encontramos en el registro nú- mero 6 y está fechada en Belley 9 de marzo de 1857. Ningún signo externo milita en contra de su autenticidad. Nada lleva a dudar de que su contenido sea íntegramente el mismo que el del texto original dirigido al Arzobispo de Chambery. Es más. Se conserva un documento de incalculable valor en la respuesta a dicha carta de Monseñor Billiet. Respuesta que abarca todos y cada uno de los puntos tratados en ella. (347) Id. (348) Escribe el Fundador a Mons. Billiet. \"Se lo comuniqué también a Mons. Devie juntamente con otros documentos que testificaban los distintos favores que había conseguido en Roma. No sé si usted me lo ha devuelto o que ha sido de él, puesto que no lo he encontra- do. Incluso me parece, Monseñor, que os lo entregué. Podría, tal vez, estar entre los pape- les que tiene sobre nuestra Asociación\". Preguntado el actual Superior General, el H. Tarsicio sobre el paradero del documento, me escribió: \"Ese Título se lo debió enseñar, tanto a Monseñor Devie como a Monseñor Billiet, e incluso a otros Prelados. En esas idas y venidas el H. Gabriel perdió las pistas de dicho documento apostólico y se dirige a Monseñor Billiet después de haber hecho lo mismo con el Obispo de Belley. ¿Dónde se encuentra ese documento? El Hermano Gabriel perdió su rastro. Habría que dirigir la búsqueda a los archivos episcopales de Chambery y quizá a otros... Pero quien conoce el desorden reinante a causa de varias mudanzas...la empresa nos llevaría sencillamente a una lamentable pérdida de tiempo\". Carta del 2 de septiembre de 1963. 112

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico 4.2. Motivos que le indujeron a hacer una tal petición. No existe ninguna razón de peso para asegurar que fuesen posibles difi- cultades en el desempeño de su labor de catequista lo que le movió a hacer a la Santa Sede semejante petición. En su biografía no encontramos ningún caso de este género digno de ser destacado. No ocurrirá lo mismo en otras pretensiones apostólicas, como veremos. Tal vez la clave para contestar a este apartado esté en la primera parte de la súplica que él mismo redactó y que presentó en su día al Sumo Pontífi- ce: \"Humildemente postrado a los pies de Su Santidad, el abajo firmante, fun- dador y superior general de los Hermanos de la Sagrada Familia, impulsa- do por un gran deseo de ser útil a la juventud y demás fieles a los que, con permiso de los Ordinarios del lugar, enseñe la doctrina cristiana, o única- mente dirija unas palabras de aliento, bien sea en las iglesias o en cual- quier otro lugar, suplica a Su Santidad, le conceda el título de Catequista Apostólico que prefiere a los títulos y grandezas humanas\" \"Deseo de ser útil a la juventud y fieles\" ejerciendo el ministerio de la Pa- labra y \"estima de la función catequética\" están señalados explícitamente en el texto. A estos motivos podemos añadir otro posible: el poder usar, llegado el caso, los privilegios que el título llevaba consigo. 4.2.1. Deseo de hacer el bien a través de la catequesis. Hemos recorrido brevemente su actividad apostólica. ¿Cuál ha sido la fi- nalidad primera de su vida? Sin duda una entrega total y sin reservas a los hombres para llevarlos a Cristo. Belleydoux, Jeurre, Belmont... fueron escena- rios distintos de una entrega apostólica que sólo pretendía hacer el bien a los que encontraba en su camino. Escribía en el 1854 a Mons. de Chalandon: 113

Hno. José María Esgueva \"Me han salido canas trabajando tanto como he podido haciendo el bien. He combatido el buen combate, nada me ha arredrado... Espero continuar así hasta que Dios quiera\" 349. Y aunque sus preferencias estuviesen puestas especialmente en el cam- po de la niñez y juventud, también a las personas mayores llegará su in- fluencia benéfica. \"La honradez, la dulzura y el trato amable conquista a las personas\", señalará 350. Plenamente convencido de la eficacia del apostolado escrito y siguien- do sus propias palabras \"para contrarrestar la corriente demoledora de los malos libros\" 351, hemos visto cómo, en ciertos momentos claves de su vida, escribe obras que en su tiempo despertaron un notable interés 352. Sólo pre- tende que estos escritos instruyan y eduquen. Es el modo de hacer llegar sus enseñanzas allí donde no pueden ser oídas sus palabras. Esta misma disposición le mueve a redactar miles de cartas dirigidas no sólo a sus Hermanos sino a las más diversas personalidades. El testimonio de P. Poncet es elocuente: \"Recibí su amable respuesta. Si supiese la alegría que me ha proporciona- do... ¡Sentí que el corazón se me ensanchaba...! La alegría y el contento se re- flejaron, evidentemente, en mi rostro, lo que me llevó a releer no sé cuántas (349) Carta a Mons. de Chalandon, Bourg, 11-9-1854. R. 5. Trata de inculcar a sus Hermanos las mismas ideas: \"Cada día y a lo largo de toda su vida, los Hermanos deben emplear el tiempo en hacer el bien con entrega y abnegación en conformidad con el espíritu de su santo estado de vi- da\". Nouveau Guide. n. 517. (350) En las Primeras Constituciones (las de la Orden de San José) escribe: \"Los Hermanos deben considerar que si Dios los ha elegido entre miles para enviarlos a trabajar a su viña no se deben únicamente a los niños sino también a las personas ma- yores. También a éstas deben predicar más que con las palabras, con el buen ejemplo. Constitutions de l' Ordre de Saint Joseph. cap. 30. art. 2. (351) Parece ser que, en esta época, los protestantes hacían un gran alarde propagandístico de sus doctrinas: \"... los protestantes los divulgan profusamente ahora y, cuando no pueden venderlas, las regalan, distribuyéndolas por todas partes, incluso en los pueble- citos más pequeños y apartados\". Lettres et Circulaires, Año 1853. Cfr. Lettres et Circulaires. Año 1846. p. 6. (352) En especial: Tesoro de las Escuelas, para la niñez. Camino de la Santificación y el Angel Conductor, para las familias. 114

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico veces su carta... Querido amigo, hágame feliz más a menudo escribiéndome cuando sus ocupaciones se lo permitan. Sus cartas las tengo en gran esti- ma, por eso las guardo con gran cuidado...\" 353. 4.2.2. Alta estima de la misión catequética. En páginas precedentes lo señalábamos con sus propias palabras y aho- ra abundamos en ello. Gabriel es categórico al afirmar: \"Si se ejerce con fe, no hay actividad más bella, más honrosa y más merito- ria que la de catequista\" 354. Es sorprendente la alusión que hace comparando la misión del cate- quista con la del predicador y no duda en afirmar:\" El catequista, en lo esen- cial, en nada es inferior al predicador\" 355. Llevado por su entusiasmo y por la experiencia personal reconoce que los frutos de la catequesis son más abundantes y duraderos 356. Gabriel insiste que Cristo es el modelo del catequista: \"el modo cómo ha proclamado su Evangelio se parece más a la de una cate- quesis que a la de un sermón\" 357. \"¿Qué Hermano de la Sagrada Familia, después de leer estas consideracio- nes, no desearía tener el título de catequista y dedicarse de lleno a esta su- blime misión con la que puede hacer tanto bien...? \" 358. \"Los Hermanos catequistas estimarán más importante su función que cualquier dignidad humana\" 359. (353) Carta de M. Poncet, desde Saint Claude, 4-8-1830. (354) Nouveau Guide. n. 892. (355) Nouveau Guide. n. 893 (356) Nouveau Guide. n. 893 (357) Nouveau Guide. n. 898. (358) Id. n. 899. (359) Id. n. 898. 115

Hno. José María Esgueva Y prosigue en el mismo tono: \"Aunque la función del catequista no sea tan brillante como la del predica- dor no es por ello menos elevada, puesto que ambos enseñan los mismos misterios y las mismas verdades\" 360. Este convencimiento de la sublimidad de la misión educadora y cate- quista, le lleva a inculcarla en cuantas ocasiones se presenten. Escribe en el Camino de la Santificación: \"Quienes están entregados a la instrucción de los niños, deben tener en gran estima este oficio... y acordarse que cualquiera de ellos, por ignorante y pobre que sea, ha costado la sangre de Jesucristo... Los niños tienen más disposiciones para la virtud que lo que uno puede pensar. La semilla que se arroja en sus corazones jóvenes, tarde o tem- prano, produce fruto. \"Si nuestro Salvador ha demostrado tanta ternura por los niños, si les que- ría cercanos a su persona, es porque su candor y sencillez les hacía dóciles a su palabra y a aceptar el Reino de los Cielos\" 361. Por fidelidad a su vocación, Gabriel renunció a puestos socialmente ventajosos y soportó grandes sacrificios por seguirla: \"Rechacé puestos ventajosos, en especial, en casa del Sr. de Champdor, en donde me pagaban mil doscientos francos anuales y me estaba reservada una buena pensión después de su muerte. Gracias a Dios todo eso siempre me pareció barro y polvo y preferí mi Dios y la vocación a los bienes de este mundo\" 362. (360) Id. n. 898. (361) Chemin de la Sanctification.p. 217. (362) Lettre a Mgr. l'Evêque, oct. 1835. R. 1. 116

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Una ocasión más de su vida en la que prevalece la locura de la cruz. Tal vez la explicación de muchos acontecimientos de la vida de Gabriel la en- contremos en la frase escrita a Monseñor Billiet: \"Prefiero el título de cate- quista apostólico a cualquier favor de los grandes de este mundo\" 363. Cerramos esta serie de testimonios con el contenido de una carta que escribió a Mons. Cretin, obispo de Saint Paul de Minnesota, en la que le pro- metía algunos Hermanos Catequistas para trabajar en su diócesis; \"Presiento el bien que hay que hacer en su diócesis y en los Estados Unidos. Soy consciente de la necesidad de enviarle obreros que compartan sus su- dores, que como perlas adornarán su corona en el cielo. Tratar de abrir las almas al verdadero camino que conduce a la vida con grandes sacrificios, incluso exponiendo la propia, ese ha sido, Monseñor, el noble empeño inspirado en su celo y caridad. ¡Qué feliz me sentiría si alguno de nuestros Hermanos pudiera ir a traba- jar bajo su sabia dirección a esa parcela que le asignó el Padre de familia y así poder llevar el buen olor de Cristo más allá de los mares! Si mi edad y los lazos indisolubles que me atan a nuestra Sociedad no fuesen obstáculo, yo mismo sería el primero en responder a su llamada pastoral, tan tentadora para una Congregación como la nuestra que Dios bendice sin cesar. Personalmente ambiciono más el título de catequista en las misiones extranjeras que cualquier título y dignidad humana\" 364. Estos mismos sentimientos y en idénticos términos se manifiesta al Pa- dre Jeremías Paglietta 365. 4.2.3. Gozar de los privilegios inherentes al título. Más arriba indicábamos que, tal vez, se podía pensar que fuesen las difi- cultades encontradas en el desempeño de la función de catequista lo que movió a Gabriel a pedir a Gregorio XVI el título de Catequista Apostólico. Pe- (363) Lettre a Mgr. Billiet, 9-3-1857. R. 6. (364) Lettre à Mgrs. Crétin, 17-3-1854. R. 5. (365) Lettre au P. Jéremie de Paglietta, 9-5-1854. R. 5. 117

Hno. José María Esgueva ro, al mismo tiempo, nos apresurábamos a señalar que no había razones se- rias para sostener esta afirmación. Está el testimonio del Fundador dado en el 1857: \"No se ha presentado caso alguno en el que me haya visto obligado a ser- virme de él (el documento)\" 366. No obstante, en honor a la verdad y con la seriedad que el tema exige, en estos momentos debemos referirnos a una circunstancia que ese mismo año se dio y originó la carta a Monseñor Billiet a la que tanto hemos aludi- do. Si no se hubiese presentado esa circunstancia conflictiva, seguramente, el hecho que venimos estudiando, la concesión del título de Catequista Apostólico, hubiera pasado al olvido para las generaciones posteriores. Se trata de lo siguiente: Gabriel ha restaurado la abadía de Tamié. Su in- tención era crear una “trapa mitigada” en donde sus Hermanos y otras per- sonas podrían pasar unos días de retiro en un ambiente de silencio y de oración. Una vez restaurada, la iglesia del monasterio quedó abierta al culto. La belleza y exacta ejecución de las ceremonias litúrgicas atrajeron a los veci- nos de los pueblos lindantes. En varias ocasiones Gabriel les dirigió \"pala- bras de edificación\" 367. Los párrocos de las aldeas vecinas al ver reducirse el número de los que frecuentaban sus iglesias, se quejan a Monseñor Billiet. Naturalmente, éste interviene y Gabriel se justifica: \"Todos estamos empeñados en que no dejen de asistir a los oficios organi- zados en sus parroquias respectivas... Yo, nunca pretendí crear aquí una parroquia ni nada parecido... 368 (366) Lettre à Mgrs. Billiet, 9-3-1857. R. 5. (367) Cfr. Entretiens, tom. último. pp. 285, 319, 373, 419, 472, 551. (368) Lettre de Mgrs. Billiet au F. Gabriel, 8-7-1857. 118

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico El día 9 de marzo de 1857 escribe al Arzobispo de Chambéry. La carta es una apología magistral pidiendo la autorización para continuar ejerciendo su apostolado en la abadía de Tamié 369. \"Ya hace más de veinte años que nos relacionamos. Usted ha podido juz- garme por las cartas que le he dirigido, por las circulares a mis Hermanos, por las Reglas dadas a nuestro Instituto, por la Gramática Francesa, el Ca- mino de la Santificación y el Angel Conductor que he publicado. Todo esto que le refiero, hubiese sido suficiente para que en Roma me hu- bieran ordenado si no me hubiese creído indigno y no se opusiesen nues- tros estatutos... En fin, Monseñor, si se digna concederme la autorización extraordinaria que le pido, desearía que fuese por un tiempo ilimitado y en un escrito que llevase su sello, para que, en caso de necesidad, se lo pueda comunicar al párroco de Plancherine y demás señores curas de las iglesias vecinas cuyos feligreses vienen alguna vez a los oficios de Tamié. Con esta petición, Monseñor, no pretendo otra cosa que seguir haciendo el bien hasta el fin de mis días y buscar la gloria de nuestro buen Maestro a quien no ceso de pedir por usted para que prolongue su vida\". La autorización extraordinaria a la que hace referencia está redactada en los términos siguientes: \"Monseñor, ya soy viejo y la administración y gobierno de nuestra Comuni- dad absorben todo mi tiempo. Ya no puedo ocuparme del catecismo ni exhortar fuera de la Comunidad. Por eso, le ruego me autorice a hacer esto mismo en nuestra iglesia de Ta- mié, siempre preparándome, y cuantas veces crea que podría ocasionar un gran bien a los Hermanos y a los fieles que habitualmente frecuentan nuestra iglesia. Hasta la fecha he dado unas ocho pláticas creyéndome autorizado por las razones que más arriba le señalé...\" (369) Lettre à Mgrs. Billiet, 9-3-57. 119

Hno. José María Esgueva La respuesta de Monseñor Billiet no se hizo esperar: \"He dado a conocer su carta al Consejo diocesano. Está unánimemente de acuerdo en no permitir funciones propias de una parroquia en Tamié... No obstante, se le autoriza para que siga exhortando a las personas de la casa. Pero, de ningún modo esta administración está dispuesta a que esas exhortaciones estén destinadas a las personas de fuera...\" 370. Pero volvamos a una de las preguntas que nos hemos hecho. ¿Qué privi- legios consiguió con el título de Catequista Apostólico? Señalemos tres: 1. Exponer con mayor autoridad la doctrina cristiana. 2. Poder para catequizar en la Iglesia Universal. 3. Una distinción o recompensa personal. 4.2.3.1. Mayor autoridad al catequizar. En aquel entonces la vocación de Taborin, como la de cualquier laico educador, no era de compresión fácil. Pero, recurramos a la reflexión y a los datos que nos proporciona hoy la teología de la \"misión\", para dar un poco de luz sobre el tema. Desde los comienzos de la vida del futuro Fundador de los Hermanos de la Sagrada Familia, fueron dignos de ser destacados sus esfuerzos por trans- formarse en un \"consagrado\". Se diría que la función de \"maestro-catequis- ta\" que desempeñaba con toda fidelidad como mero seglar, no le satisfacía. Daba muestras de aspirar a algo superior, consciente tal vez de querer vivir en plenitud las exigencias bautismales. Pensó que la vida religiosa era el medio más idóneo para entregarse a Dios y llevar a cabo sus proyectos apos- tólicos. Conviene tener en cuenta que, por su misma naturaleza, la vida religio- sa es esencialmente apostólica: contribuye a la edificación del Cuerpo Místi- co de Cristo, al coronamiento del designio de Dios. (370) Lettre de Mgrs. Billiet au F.Gabriel, 18-4-1857. 120

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico El consagrado no es religioso para sí mismo. La vocación religiosa y la elección divina, se sitúan siempre en el conjunto del plan providencial de Dios: la salvación de la humanidad entera. Además, una cierta eficacia apostólica está unida a dicha consagración, ya que contribuye a acrecentar la \"santidad\" de la Iglesia, haciéndola más mediadora entre el mundo y Dios 371. Añadamos el testimonio eficaz de uni- dad de vida que ofrece y que es prefiguración de la Ciudad celeste. Viniendo al caso concreto de Gabriel, hay testimonios elocuentes en su biografía que denotan sentirse llamado a una vida de relaciones personales íntimas con Dios, propias de un consagrado. Fue \"obrero\" fiel de sus desig- nios. Con la emisión de los votos religiosos inicia esta andadura. Ya desde el principio de su vida de consagrado, transformada ésta en holocausto perenne al Padre en Jesucristo, el Hermano Gabriel se coloca en- teramente a disposición de su Señor. Piensa que, a través de su persona, Cris- to podrá continuar su obra salvadora. La Iglesia que aceptó su ofrenda en nombre de Cristo, le facilitará el sentirse \"cooperador\" del Espíritu para \"lle- var a cabo\" la obra redentora de Jesús. San Juan y los Sinópticos resaltan la identificación del \"enviado\" y de \"el que envía\", del apóstol y de Cristo 372. Una identificación no sólo jurídica sino ante todo profunda y mística. \"Esta presencia, esta inmanencia de Dios en su heraldo, que en cierto modo participa del misterio de la Encarnación y del de la Trinidad, nos da el se- creto de la autoridad del \"kerigma\" y de su grandeza incomparable\" 373. (371) Cfr. Lochet: Fils de l' Église. pp. 51 - 52 . (372) Cfr. Jn. 13, 20. Mt. 10. 40. Mc. 9, 37. Lc. 9, 48. 10, 16. (373) Rétif: Foi au Christ et Mission, pp. 52 - 55. Hace notar Michel Sauvage a este respecto: \"Guardando las distancias, hay una cierta \"circunmincesión\" entre Dios y su heraldo. Éste participa en cierto modo de la \"circu- mincesión trinitaria\". Las misiones de las personas divinas están en el origen de todas las misiones exteriores. Cfr. Sum. Theol. Ia, q. 43, a.7 ad. 6. El envío de los heraldos por Cristo es una prolongación de la misión del Verbo por el Pa- dre (Jn. 20, 21), y lo mismo que el Padre está en el Hijo (Jn. 10,38; 14,11), el Hijo está en su apóstol (Jn. 15, 4-5) y hace que produzca frutos de salvación. Dios está en el Hijo reconciliando al mundo (2 Cor 5, 19), y está también en el apóstol terminando esta obra de reconciliación (Ibid. 18, 19)\". 121

Hno. José María Esgueva Bajo el impulso de estas o parecidas ideas, Gabriel había desempeñado su misión catequética hasta el 1841. Pero no se sentía plenamente satisfe- cho. En sus ansias de perfección, quería dar un paso adelante: ponerse en contacto directo con la fuente misma de donde procede toda delegación ofi- cial y pública, para ejercer con mayor eficacia el ministerio de la Palabra. Anhelaba un \"mandato\" especial del Vicario de Cristo. Escribía a Pío IX, con fecha 8 de noviembre de 1849: \"Mi puesto de Superior General me pone en la situación de tener que visitar los establecimientos y las escuelas en las que trabajan mis Hermanos en las diferentes diócesis en las que la Divina Providencia ha querido que nuestra Sociedad se extienda; y es deber de dicho Superior General el cate- quizar y asegurarse, en cuanto sea posible, si la doctrina cristiana se ense- ña con fidelidad\". Consciente de esta responsabilidad, hemos visto cómo no escatimó sa- crificio alguno para que estas visitas fueran fructíferas y saludables. Tenía una disposición permanente a entregarse a estas labores, favorecida por la conciencia de ser Superior de una Comunidad Religiosa y, por ende, estar imbuido de la autoridad que va unida al cargo. Tenía claro que para su Asociación él era el más directo representante del Sumo Pontífice. Sus palabras deberían tener una autoridad especial de- legada. Pero, en cierto modo, quería extender esta autoridad doctrinal por concesión pontificia en el campo de la catequesis. Con la obtención del título de Catequista Apostólico, por una parte, Gre- gorio XVI aprobaba y confirmaba el apostolado catequético que hasta en- tonces había desempeñado, y, por otra, le animaba y estimulaba a seguir trabajando en ese mismo campo. A partir de aquel momento Gabriel se presentaba no como simple cate- quista. En esa misión particular le acompañaba una autoridad destacada y especial. 122

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico 4.2.3.2. Poder para catequizar en la Iglesia Universal. La potestad docente en la Iglesia ha sido confiada por Cristo a los obis- pos. El triple poder mesiánico de Jesús trasmitido a sus Apóstoles lo ejercen los obispos para toda la Iglesia: son doctores, sacerdotes y jefes del Pueblo de Dios. Por consiguiente, cualquier participación pública en el \"Ministerio de la Palabra\" requiere la misión y el envío episcopal 374. Por otra parte, las circunstancias históricas que nos toca vivir y las exi- gencias bautismales del nuevo pueblo elegido, aconsejan el buscar y admi- tir colaboradores idóneos capaces de ejercer con fidelidad este ministerio: siempre ha habido sacerdotes y laicos empeñados en esta tarea. Fijando nuestra atención en Gabriel, hemos visto cómo, desde sus más tiernos años respondió fielmente a esta llamada. Para él la vida religiosa se le presentó como un medio privilegiado para responder al llamamiento evangelizador del episcopado. Y funda una Congregación que, bajo la auto- ridad de su Prelado, trabajará en una parcela específica: la catequesis y la educación. Tres años después de aparecer este Instituto obtenía oficialmen- te la aprobación pontificia. Como señala el Breve de Aprobación, entre otras cosas, Gregorio XVI con- fiaba a la Congregación de los Hermanos de la Sagrada Familia \"el formar en la piedad a los niños...\" Era la Congregación como tal quien recibía este mandato, no el religioso aisladamente. Cada miembro, al emitir sus votos, encuentra en su nuevo es- tado de vida la posibilidad de participar en esta misión de la Iglesia. Y la obediencia religiosa precisará a cada individuo en particular la manera concreta de colaborar en ella. Todos los religiosos, fuere cual fuere su em- pleo, participarán en la misión apostólica del Instituto. Esa misión que la Iglesia confió al Instituto, no se puede ejercer inde- pendientemente de la autoridad eclesiástica. El obispo es doctor en la fe y primer responsable del apostolado en su diócesis. Jurídicamente, es compe- tencia del obispo el admitir la Congregación en su diócesis, de controlar y aprobar los textos de religión, de comprobar la competencia de sus miem- (374) Cfr. Derecho Canónico. c. 1328. 123

Hno. José María Esgueva bros considerados aisladamente. Pero prohibir colectivamente a los Herma- nos enseñar religión en una de sus escuelas excede el poder de un obispo. Este poder que Gabriel poseía como miembro de una Congregación reli- giosa, quedó enriquecido con el título de Catequista Apostólico. Podía cate- quizar en cualquier diócesis de la Iglesia Universal, salvo que el Obispo se opusiese formalmente. Privilegio idéntico, aunque en planos distintos y sal- vando las distancias, al que se concede a los \"misioneros apostólicos\". Señala el Hermano Tarsicio, Superior General del Instituto: \"Al estar el Papa por encima de los obispos, puede autorizar a predicar o catequizar a lo largo en que se encuentra extendida la Iglesia. Ahora bien, como un obispo es responsable de lo que ocurra en su diócesis, puede opo- nerse, por razones válidas, a que quienes él no ha autorizado que ejerzan su función de predicador o catequista dentro de los límites de su propia ju- risdicción\" 375. Así, pues, en posesión del documento, Gabriel podía enseñar la doctrina cristiana en cualquier parroquia de no importa qué diócesis, al menos que el obispo le retirara el privilegio, pero sólo dentro de los límites de su juris- dicción territorial. Como ya señalábamos en su biografía, no se dio ningún caso al respecto. Además, esta opinión está expresamente indicada en el formulario que presentó a Su Santidad: \"... en todos los lugares en los que, con permiso de los Ordinarios, enseñe la doctrina cristiana o dirija simplemente unas palabras de edificación...\" 4.2.3.3. Distinción o recompensa personal del Pontífice. Soy de la opinión de que, ante todo, Gregorio XVI, con el título de Cate- quista Apostólico quiso recompensar el celo apostólico del Hermano Ga- briel, dándole una especial muestra de lo grato que le era el apostolado que (375) Carta del Hermano Tarsicio, 2-9-1963 124

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico ejercía en pro de la niñez y de la juventud. Había escogido \"la parte más hu- milde: formar a los niños en la piedad...\", como señalaba el Pontífice en el Breve de Aprobación, y esa humildad atrajo las simpatías del Papa. Apoyo mi afirmación en el hecho de que todos los rigurosos trámites ordinarios para dar pleno valor a un documento pontificio oficial no se cumplieron esta vez. Argumenta el Hermano Tarsicio: \"De ordinario el Santo Padre estampa su firma en un decreto elaborado por los servicios del Vaticano. Pero para que este decreto sea válido tiene que llevar el sello apostólico que está en posesión de los altos cargos del Vaticano y con el que legalizan, en cierto modo, la firma del Papa... Por otra parte, en un registro ad hoc se toma nota del documento...\" 376. ¿Por qué no se cumplieron estos requisitos? Carecemos de documenta- ción al respecto. ¿Fueron las circunstancias del momento las que aconseja- ban un tal proceder? Gabriel llevaba más de tres meses en Roma. Era la última audiencia que tenía con el Pontífice antes de regresar a Belley. Aquí necesitaban ya su pre- sencia... El documento tenía la firma del Papa, ¿qué más había de desear? Por otra parte, si, como sostenemos, se trataba de una recompensa per- sonal, fruto de una entrañable amistad entre el Pontífice y su \"amado hijo Gabriel\", sin grandes implicaciones jurídicas posteriores y que sólo a Ga- briel le atañían, poco le importaban, pues, las distintas exigencias de los funcionarios del Vaticano. Añadían muy poco al privilegio en cuestión. Le pareció suficiente la firma del Papa. Para él, con esa firma el documento te- nía una autoridad y valor extraordinarios. Como vemos, se trata de un caso un tanto atípico, rodeado de circuns- tancias un tanto excepcionales para los que conocen el protocolo del Vati- cano. En esta ocasión lo pastoral primó sobre los jurídico. Sólo veo, repito, una explicación: la amistad entre el Pontífice y el Hermano Gabriel. (376) Carta del Hermano Tarsicio, 2-9-1963 125

Hno. José María Esgueva 4.3. Significado del término “Catequista Apostólico” Hoy, el empleo del vocablo \"apostólico\" nos es familiar. La exhortación de Su Santidad Pío XII a los predicadores romanos de la Cuaresma de 1955 es un ejemplo típico de esta afirmación. El Papa habla de \"vuestra acción apostólica\", \"acción apostólica indivi- dual\", \"vuestra acción apostólica dirigida a la renovación colectiva\", \"acción apostólica del clero y del laicado\". Términos todos ellos con los que el Pontí- fice designaba las tareas y responsabilidades pastorales de sus oyentes 377. Pero sabemos que no siempre dicho calificativo tuvo el significado que hoy día le damos. Dewailly, e inspirándose en él, H. Holstein, tiene un intere- sante estudio sobre el progreso y evolución del significado de ese vocablo a través de las distintas épocas 378. Nos apoyaremos en él para la reflexión de este apartado. Según Batiffol, desde el Papa San Dámaso, la expresión \"Sede Romana\" se transforma en \"Sede Apostólica\", y desde entonces entra a formar parte del uso de la cancillería pontificia. Apostólico es casi sinónimo de papal, califi- cando con este término no sólo a la Iglesia de Roma, sino también cuanto le pertenece o de ella emana 379, \"Nuestro hijo querido Gabriel Taborin ha venido a nuestra ciudad santa y tras haber venerado los restos sagrados de los Apóstoles, nos ha suplicado humildemente que demos nuestra aprobación apostólica a la piadosa Asociación llamada de los Hermanos de la Sagrada Familia...\" se lee en el Acta de Aprobación. Y más adelante prosigue el Papa: \"... y después de seria reflexión Nos aprobamos con gran gozo y de todo co- razón con las presentes Cartas y confirmamos con nuestra Autoridad (377) A.A.S. Vol. XLVII, n. 4-5. 20-22 abril 1955. pp. 212-217. (378) L. M. Dewailly: Envoyés du Père, cap. III, pág. 114-139. Paris. H. Holstein: L'Apostolat, ed. Cerf. Paris 1957. Cap. II. (379) L. M. Dewailly: Envoyés du Père, p. 119. 126

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Apostólica la sudicha piadosa Sociedad de Hermanos de la Sagrada Fami- lia...\" 380. Ese sería el primer significado que encontramos en los escritos de Tabo- rin. En este sentido, podemos admitir que al recibir el título de \"Catequista Apostólico\" se le confiaba \"apostólicamente\", por la autoridad pontificia, el poder impartir la instrucción religiosa. En el borrador de una charla o conferencia dada a los Hermanos duran- te uno de esos retiros anuales dejó escritas unas palabras significativas: \"Con el Breve del 28 de agosto de 1841, el Soberano Pontífice Gregorio XVI, de gloriosa y santa memoria, se alegraba en el Señor por haber encontrado en vosotros, queridos Hermanos, obreros a quienes ha sido confiada apos- tólicamente la instrucción de la juventud en vuestras escuelas...\" Si en sus escritos pocas veces hallamos la anterior acepción, sí encontra- mos con frecuencia el vocablo aplicado al apostolado, actividad y celo de los obispos, sucesores de los Apóstoles. \"Veo con sumo agrado que Dios, al fin, bendice de un modo admirable vues- tros trabajos apostólicos en la diócesis que tiene la dicha de teneros por obispo...\" 381. \"... y que continúa bendiciendo los trabajos apostólicos a los que os entre- gáis con tanto celo y éxito...\" 382. \"... el alto grado de sus cualidades, de sus virtudes y celo auténticamente apostólico de Su Grandeza...\" 383. (380) Bref d' Aprobation de l' Institut. (381) Lettre à Mgr. Depéry, Evêque de Cap (H.Alpes), 19-5-1846. (382) Lettres aux Evêques de Chambery, Cap, Annecy et Maurienne,30-12-1846. R. 3. (383) Lettre à l' Evêque de Chambery, 28-12-1840. R.1. 127

Hno. José María Esgueva \"... pero tengo mis temores de que las grandes fatigas de sus correrías apos- tólicas...\" 384. Naturalmente este significado queda completamente descartado en la interpretación que nos ocupa al carecer Gabriel de la consagración episco- pal. Con los grandes descubrimientos geográficos del siglo XVI, se ensancha el campo misional de la Iglesia. Nuevos misioneros cruzan los mares y lle- van el mensaje evangélico a los lugares más recónditos del globo siguiendo el ejemplo de los Apóstoles. Este celo misional no tarda en ser calificado de \"apostólico\". Significado que no pasa desapercibido al Fundador. Escribe a los Her- manos catequistas de la misión de Minnesota: \"Vuestra carta me ha venido a confirmar que gozáis de buena salud en me- dio de vuestras penalidades y correrías apostólicas...\" 385. Apenas ha recibido la noticia de la muerte de Monseñor Cretin, obispo misionero, escribe al Hermano Cirilo: \"Estaba maduro para el cielo. Se fue a recibir el salario de sus virtudes y trabajos apostólicos...\" 386. Era la mentalidad de la época: el misionero imita a los Apóstoles, conti- núa su predicación y enseñanza en las naciones que todavía no conocen a Cristo. \"Nosotros tenemos las mismas cartas de envío que los Apóstoles. Señores, quien dice misionero, dice apóstol. Debemos actuar como los Apóstoles ya que, como ellos, hemos sido enviados para instruir a los pueblos\" 387. (384) Lettre à l'Evêque de Chambery, 1-5-1842. R. 1. (385) Lettre à l'Evêque de Chambery, 1-5-1842. R. 1. (386) Lettre au F. Cirile, 8-4-1857. R. 6. (387) Citado por Dewailly: Mélanges de Sciences religieuses. Nov. 1948.p. 149. 128

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Hay, pues, una íntima conexión entre los conceptos misioneros y após- tol. Tal vez encontremos aquí una de las razones por la que con tanta insis- tencia Gabriel recomienda las \"misiones populares\". Pienso que esta acepción, imitación apostólica en el desempeño del mi- nisterio de la enseñanza religiosa, no estaba ausente de la mente de Gabriel al pedir al Papa el título de Catequista Apostólico. Pero, ante todo, el concepto que predomina en la época, era una cierta identificación del adjetivo con la \"vida consagrada al apostolado\". En cuanto a su referencia con los Apóstoles, se trata más de una imita- ción que de una participación en la tarea evangelizadora. En especial, se in- siste en las cualidades y virtudes de los \"predicadores\" de la Buena Nueva. Son numerosas las citas de este tipo que encontramos diseminadas a lo largo de los escritos taborinianos. Escribe en el 1845: \"Los ejercicios del retiro serán dirigidos este año por dos padres de la real abadía de Hautecombe. La confianza que nos inspiran esos dignos religio- sos y el afecto que manifiestan a nuestro Instituto, nos dan la esperanza de que su mensaje apostólico producirá frutos saludables en nuestra Comu- nidad\" 388. Y dos años después repite parecidas palabras: \"La confianza que nos inspiran esos santos sacerdotes, nos inducen a pen- sar que su voz elocuente y apostólica producirá abundantes frutos en nuestra Comunidad...\" 389. Pero, ante todo, Gabriel elogia los trabajos en favor de la salvación de las almas, como una labor eminentemente \"apostólica\". Damos algunos textos al respecto: (388) Lettres et Circulares. Año. 1845. p. 2. (389) Id. Año 1847. p. 9. 129

Hno. José María Esgueva \"Conociendo su celo caritativo y en verdad apostólico por la gloria de Dios y la salvación de su rebaño...\" 390, escribía al Párroco de Belleydoux. \"No dudo de que Dios bendecirá sus trabajos apostólicos... 391, diría a Belle- ville, párroco de La Motte Servolex. \"Esta obra buena se añadirá y embellecerá la corona que cada día prepara con sus trabajos apostólicos... 392, son palabras dirigidas a un canónigo de Belley. Y al Santo Cura de Ars, su íntimo amigo, le escribe: \"Usted ha llegado a comprender realmente toda la importancia de lo que las almas valen, ya que todos sus trabajos apostólicos tienden a la salva- ción de su rebaño y del gran número de peregrinos que trata de santifi- car\" 393. Con todos estos elementos básicos, podemos concluir: Gabriel se \"siente\" catequista, una función que considera eminentemen- te apostólica, pues, empleando sus propias palabras: \"Catequizar es enseñar la ciencia de la salvación... la ciencia de los santos. Es dar a conocer lo que Jesucristo vino él mismo a enseñar...\" 394. Como catequista, es enviado por su obispo donde juzga oportuno y se entrega a este ministerio imitando lo que un día hicieron los Apóstoles. Por otro lado, Gabriel es y se siente religioso, y su vida de \"consagrado\" le facilita, en cierto modo, una entrega sin reservas al apostolado y a la expan- (390) Lettre à M. le Curé de Belleydoux, 26-11-1841. R. 1. (391) Letrtre à M. Belleville, curé de Motte Servolex, 17-10-1842. (392) Lettre a M. Deschamps, canónigo de Belley, 30-7-1843. R. 2 (393) Lettre au Saint Curé d'Ars. 30-3-1850. R. 4. (394) Nouveau Guide. n. 898. 130

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico sión del mensaje evangélico. \"Llamado\" a una vida de intimidad con Cristo, imita más de cerca y con más plenitud la vida de los Apóstoles. Su actividad apostólica encuentra una confirmación y aprobación \"ofi- cial\" al recibir de manos del Papa Gregorio XVI el título de \"Catequista Apos- tólico\". Hasta entonces, quizás, en nada se distinguía su labor de la de cualquier Hermano catequista salvo por sus dotes excepcionales pedagógicas o por las cualidades que le caracterizaban. Pero, con el título de Catequista Apostólico, Gregorio XVI, Vicario de Cris- to en la Tierra, además de recompensar la labor catequética que el Funda- dor había desempeñado hasta entonces, imitando el mandato del Maestro a sus Apóstoles: \"Id e instruid...\" le confería, de modo explícito y oficial, quizá confidencial, un ministerio eminentemente apostólico: la enseñanza reli- giosa de aquella parte del pueblo de Dios con la que se pondría en contacto, dando a sus enseñanzas e instrucciones religiosas una autoridad particular. ¡Quiera Dios y la Sagrada Familia que el ejemplo de Gabriel, \"Catequista Apostólico\", ilumine y oriente a sus Hermanos Catequistas y a todas aque- llas personas que hoy día están empeñados en llevar la Buena nueva a los niños y jóvenes! 131

Hno. José María Esgueva V BIBLIOGRAFÍA 5. 1. Obras del Hermano Gabriel Taborin: 5.1.1. Constitutions et Règlements de la Petite Congrégation des Frères Instituteurs, Clercs et Catéchistes de l' Ordre de Saint Joseph, établie dans le diocèse de Belley, vivant sous la Règle de Saint Benoît. Manuscrito. 1824. 5.1.2. Constitutions de l'Association des Pères, des Frères et de Confrères catéchistes de Saint Arthaud, fondée sous les auspices de Monseigneur Alexandre Raymond Devie, Evêque de Belley. Manuscrito. 5.1.3. Constitutions et Règlements des Frères de la Sainte Famille, formés à Belley, arrondissement et diocèse de Belley (Ain). Manuscrito. 1836. 5.1.4. Guide des Frères de la Sainte Famille, contenant les Règles de conduite qui leur sont prescrites, et qui sont aprouvées par Monseigneur l'Evêque de Belley, Premier Supérieur de l'Institut. Imp. de Bottier. Bourg. 1839. 5.1.5. Nouveau Guide des Frères de la Sainte Famille. Impr. de C. Leguay. Belley. 1858. 5.1.6. Recueil des Exercices de Piété. Manuscrito. 5.1.7. Chemin de la Sanctification. Lyon. 1857. 5.1.8. L'Ange Conducteur des Pélerins d'Ars. Lyon. 1850. 132

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico 5.1.9. Le Trésor des Ecoles Chrétiennes. Lyon. 1860. 5.1.10. Manuel des Confrères de Sainte Anne. Belley. 1863. 5.1.11. Lettres et Circulaires. Imp. de Charvin. Belley. Empiezan en 1846. 5.1.12. Notices biographiques des Frères Défunts. (El Primer Hermano murió en 1839). 5.1.13. Cartas y Documentos con la firma autógrafa del Siervo de Dios. (Clasificador 1º número rojo). Archivos de Belley. 5.1.14. Cartas Administrativas dirigidas a las Autoridades civiles y religiosas del Ducado de Saboya y al Gobierno Sardo. (Clasificador n. 2, número rojo). 5.1.15. Cartas dictadas por el H. Gabriel. (Clasificador n. 3.4.5.6. Números rojos) 5.1.16. Cartas enviadas por el H. Gabriel. (Están en 10 Registros. Son manuscritas. Están en 24 clasificadores enumerados). Las cartas están distribuidas en diez Registros: I. Cartas enviadas desde el 1- 9-1835 al 1-10-1842. II. Cartas enviadas desde el 1-10-1842 al 2- 4-1845. III. Cartas enviadas desde el 1- 4-1845 al 8-10-1848. (En el Reg. II hay algunas cartas que van desde el 30-9-44 al 4 diciem- bre de 1845). IV. Cartas enviadas desde el 8-10-1848 al 4-12-1852. V. Cartas enviadas desde el 4-12-1852 al 19-12-1855. VI. Cartas enviadas desde el 19-12-1855 al 21- 1-1858. VII. Cartas enviadas desde el 21- 1-1858 al 15-10-l859. VIII.Cartas enviadas desde el 18-10-1859 al 20- 3-1831. IX. Cartas enviadas desde el 22- 3-1861 al 10- 1-1863. X. Cartas enviadas desde el 12- 1-1863 al 31-10-1864. 133

Hno. José María Esgueva 5.1.17. Historique et Testament Spirituel du R. F. Gabriel Taborin. Manuscrito. 5.2. Libros empleados por el H. Gabriel en sus catequesis: 5.2.1. Mgr. Antoine Jacques de Chamon: Catéchime du diocèse de Saint Claude. Saint Claude. 1824. 5.2.2. P. Bonaventure Giraudeau: Suite des Histoires et Paraboles. Lyon. 1822. 5.2.3. Le Catéchisme des Peuples de la Campagne et de Ville, par un Prêtre Missionnaire. Lyon. 1819. 5.2.4. R. P. Jean-Etienne Grosez. S. J.: Le Jornal des Saints. Où sont representés leurs images, avec un abregé de leur vie et une méditation pour chaque jour de l'année, tirée ou de la vie des Saints ou d'une maxime de l'évangile. Lyon. 1828. 5.2.5. M. Abbé Reganut: Instruction por la Première Communion. Distribuées pour chaque jour de la semaine, depuis le dimanche de la Septuagesime, jusqu'au 3ème dimache après Pâques inclusivement. Lyon. 1822. 5.2.6. Pierre de Laura: Le Trésor des Ames du Purgatoire. Lyon. 1810. 5.2.7. R.P. Soluctive: Les Sept Trompettes pour Reveiller les Pécheurs et les porter a faire pénitence. Lyon. 1815. Traduit de l'italien au français par le R. P. Ch. Jouie, religieux recollet. 12º édition. 134

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico 5.3. Obras que hablan del Fundador: 5.3.1. Migne: Encyclopedie Théologique. El volumen XXIII, con fecha 1859, publica una reseña histórica de varias Congregaciones religiosas. Consagró diez páginas (pp. 482 a 493), a la Congregación de los Hermanos de la Sagrada Familia. El artículo es de P. Helyot, tomo IV. 5.3.2. Panthéon des Illustrations Françaises au XIX siècle. 5.3.3. L. Carlier: Le R. Frère Gabriel Taborin, Fondateur et Premier Supérieur Général de l'Institut des Frères de la Sainte Famille. Imp. S. Bruno. Grenoble. 1927. 5.3.4. F. Frédéric: Vie du R.F. Gabriel Taborin. Manuscrita en 21 cuadernillos de 24 páginas. Otros dos cuadernillos hablan de sus virtudes. 5.3.5. Chiappini: De Pastorcito a Fundador. Montevideo, 1957. 5.3.6. Cause de Béatification et de Canonisation du Serviteur de Dieu Frère Gabriel Taborin, Fondateur et Premier Supérieur Général de l'Institut des Frères de la Sainte Famille. Belley. 1958. 5.3.7. R. F. Amédée: Cahier des éphémerides. Manuscrito. Archivos de Belley. 5.3.8. Notes. Recogidas en el 1866 entre los compañeros de infancia del Hermano Gabriel por los Hermanos de Belleydoux. Manuscrito. Archivos de Belley. 5.3.9. Artículos de las Revistas Entretien Familial, Incontri, Mi Colegio (en especial las del año 1955, nº 30, 31, 32), Ecos de Nazaret... 135

5.4. Artículos que nos han ayudado a esta redacción. 5.4.1. Broutin: Le Mouvement catéchistique au XIX siècle, en Nouvelle Revue Théologique. 5 mayo 1960. pp. 494-513 y 6 de junio, pp. 607-633. 5.4.2. G. d'Avenel: Le goût de l'instruction et son prix depuis trois siècles. En Revues de deux mondes, 15 de agosto 1929, tom. LII, p. 835 y ss. 5.4.3. Goyau: La sainteté française à l'oeuvre au lendemain du Concordat, en Vie Catholique del 15 de mayo de 1926. 5.4.4. F.L. Laurent: Taborin, Fondateur des Frères de la Sainte Famille, en Entretien Familial, Año 1963. dic. n. 92. pp. 66-87. 5.4.5. J. Leflon: Le Clergé du Second Ordre sous le Consulat et l'Empire, en R. H. E. F. tom, XXXI, pp. 97 a 113. 5.4.6. Periódico: Correspondance de Rome, 4-4-1851. Año IV. n. 60. 5.4.7. Varios Prospectos del Pensionado de Belmont, de Tamié, etc. Archivos de Belley.

5.5. Otras Obras. 5.5.1. L'Apostolat: Collection \"Problèmes de la Religieuse d'aujourd'hui\". Edit. Du Cerf. Paris. H. Holstein: L'Evolution du mot \"apostolique\" au cours de l'histoire de l'Eglise. pp. 41 a 63. 5.5.2. L. Aloing: Le diocèse de Belley. Histoire Religieuse de l'Ain. Belley, 1938. 5.5.3. Bautin: De l'Education publique en France au XIX siècle. Paris 1876. 5.5.4. Cognat: Vie de Mgr. A. R. Devie, Evêque de Belley. Lyon 1865. Dos tomos. 5.5.5. L. M. Dewailly: Envoyés du Père. Mission et Apostolicité. Edit. de l'Orante. Paris, 1858. 5.5.6. Mgr. Dupanloup: Méthode Générale de Catéchisme. tom,III. 5.5.7. Ernest Jac: Le B. G. de Monfort. Paris, 1924. p. 89 y ss. 5.5.8. A. Garnier: L'Eglise et l'Education du Peuple. Paris, 1933. 5.5.9. Mgr. Laveille: Le B. L. M. Grignon de Monfort et ses Familles Religieuses. Tours, 1916. 5.5.10. Mgr. Renard: Pour une Evangélisation et une Catéchèse d'E glise. Edit. B. O. Paris.

VI CRONOLOGÍA BIOGRÁFICA 1799. Viernes, 1 noviembre. Gabriel nace en Belleydoux. (Entonces diócesis de Ginebra). 1805. Monaguillo. 1807 - 1.811. Cuida el ganado que poseían sus padres. 1811. Domingo, 9 de junio. Primera Comunión. (Festividad de la S. Trinidad). 1811 - 1812. Catequista de Bellevoîte. (Capilla de Santa Ana). 1813. Interno en Plagnes. 1814. En Châtillon de Michaille. Primera idea de fundación. 1815 - 1824. Maestro de su pueblo natal. 1816. Sábado, 25 de mayo. Miembro de la Cofradía Nª Sª Auxiliadora. 1820. Exención del servicio militar. 1824. Final de junio. Camarero de Mons. de Chamond, obispo de Saint Claude. Viernes, 25 julio. Rechaza el plato de atún. Septiembre. Octubre. Escribe las Reglas de la Orden de San José.

Gabriel Taborin, Catequista Apostólico Domingo, 31 octubre. Toma el hábito en Bouchoux con cinco compañeros. Enseña en Saint Claude. 1825. Final marzo. Queda solo. Lunes, 4 abril. Maestro y catequista en Jeurre. 1826. Lunes, 6 marzo. Muerte de Claudio José Taborin, Viernes, 25 marzo. (Tenía 69 años). Nuevo fracaso al querer reconstruir su Jueves, 15 junio. Comunidad con F. Guichon y cuatro Domingo, 15 octubre. postulantes. Finales de octubre. En Courtefontaine con seis Hermanos y dos Postulantes. Sale de Courtefontaine. En Poncin. En Châtillon-les-Dombes con los HH. de la Salle. 1827. Mitad de febrero. Nuevamente solo entra en su diócesis. Se establece en Brenod. Domingo, 25 febrero. Encuentra a Mons. Devie en Genay. De febrero a agosto. Catequista en Brenod. Finales de agosto. En Champdor con 3 postulantes. (El abate Gâche). Domingo 30 septiemb. Mons. Devie le nombra maestro de Hauteville. Viernes, 2 noviembre. Empieza la clase. (Le ayuda un Hermano ). Toma de hábito en Mazières. 1828. Abre un Pensionado en Hauteville. Jeanne Vuillermoz se pone al servicio del H. Gabriel. 139

Hno. José María Esgueva 1829. Viernes, 24 julio. Mons. Devie le da un Certificado de Martes, 4 agosto. Instrucción Religiosa. Miércoles, 4 noviem. Obtiene el Diploma de Capacidad de 2º Grado. Maestro y Director del Pensionado de Belmont. (Favier) 1830. Domingo, 28 febrero. Autorización para la Enseñanza Primaria. Escribe las Reglas de los Catequistas de Mayo. S. Arthaud. Julio. Despide a su joven ayudante Favier. Finales de julio. Cierra Belmont. (Revolución). Vernes, 26 noviembr. Administrador en el Castillo de Campdor. El Ministerio le autoriza a reabrir el Pensionado. 1831. Sábado, septiembre. Vende la mitad de la casa para pagar sus deudas. 1832. Martes, 22 mayo. Se rechaza una petición del Fundador defendiendo sus derechos de Instructor comunal. 1833. Nuevos Postulantes. El abate Gâche es nombrado párroco de Belmont. 1833 - 1837. Pide limosna por las calles de Lyon. 1834. Recupera la mitad de la casa vendida anteriormente. Martes, 25 marzo. Va a Vourles con un novicio. (Clérigos de San Viator). Finales de marzo. De nuevo en Belmont. Domingo, 18 mayo. Mons. Devie autoriza la Capilla. 140


Like this book? You can publish your book online for free in a few minutes!
Create your own flipbook