verdadero de Abraham y un fariseo genuino. Recuerde que Juan el Bautista llamó a los fariseos y saduceos «generación de víboras» (Lucas 3:7), y Jesús denunció severamente a los fariseos por su auto-rectitud, su hipocresía, y su irresponsabilidad acerca de asuntos de la Ley Mosaica, mientras que estaban demasiado ocupados en asuntos de menor importancia (Mateo 5:20; 16:6,11-12; 23:1-39). Los regaños de Jesús a veces parecen decir: “¡Ay del partido de los fariseos, ninguno de los cuales vale la pena!” Pero en vista de las evidencias sin embargo, parece que Jesús y sus «Ay»; deben ser entendidos como una declaración contra aquellas clases de fariseos que eran indignos de la herencia de los Asideos. De acuerdo a los Evangelios, Jesús tuvo amistad con algunos de los fariseos, entre ellos Simón, quien hizo un banquete para Él (Lucas 7:37). En otra ocasión, un grupo de fariseos le advirtió que Herodes estaba tratando de matarlo (Lucas 13:31). También, este grupo víctima del formalismo religioso y la hipocresía, defectos que Jesús había denunciado rigurosamente, tuvo parte activa en la planeación de su muerte (Marcos 3:6; Juan 11:47-57). II. LOS SADUCEOS La palabra «SADUCEO» probablemente viene del nombre Sadoq, el cual en griego frecuentemente era escrito Saddouk. Es costumbre rastrear el origen de los saduceos hasta el sumo sacerdote Sadoq quien ofició en el reino de David, y a cuya familia de sumos sacerdotes se le confió el control del templo. Durante el programa de Helenización de Palestina, obligada por los soberanos Seleucos, fueron los sacerdotes saduceos quienes llegaron a tener influencia extranjera. Mientras que crecía su autoridad política, su devoción religiosa fue decayendo, y el autor de I Macabeo se dirigió a tales líderes como rebeldes y traidores a la herencia de sus antepasados (I Mac. 1:15). En la época de Jesús los saduceos eran un grupo pequeño numéricamente, pero con amplia influencia en política y religión. Concluyendo acerca de lo que Josefo dice: ellos eran hombres educados, y en su mayoría de posiciones eminentes y 51 | P a g e
prestigiosas (Antiquites Book XVIII, 1, 4). Socialmente, los saduceos representaron la sofisticada clase urbana, que estaba localizada en Jerusalén. Muchos de ellos eran dueños de tierras y ricos. Ellos no tenían las multitudes siguiéndolos; cuyas simpatías, según Josefo (Antiquites Book XIII, X, 6) estaban en su mayoría, con los fariseos. Doctrinalmente, los saduceos eran opuestos a los fariseos en varios aspectos como mencionamos previamente. Lo más importante de estos era, la no aceptación de las tradiciones orales, las cuales los fariseos interpretaron y ampliaron. Según la ley Mosaica, desde este punto de vista los saduceos fueron conservadores teológicamente, pero liberales políticamente. 52 | P a g e
CAPITULO 7 OTRAS SECTAS RELIGIOSAS, PARTIDOS POLITICOS Y CLASES POPULARES DENTRO DEL JUDAISMO EN PALESTINA DURANTE ESTE PERIODO I. LOS ESENIOS Los Esenios, eran la tercera secta más predominante judía, y no son mencionados en el Nuevo Testamento. De acuerdo a la información dada por Philo, Josefas y Pliny, ellos eran más o menos 4.000 y estaban dedicados a una vida simple y abstemia. Los Esenios más estrictos ni siquiera se casaron. La admisión a la vida de la comunidad, era ganada solamente después de un período de tres años, y cuando llegaban a ser miembros, todas las propiedades eran entregadas a un tesorero común. Los principales ejercicios religiosos involucraban ritos de lavados y bautismo, períodos exactos de oración, empezando en el amanecer y continuamente leyendo y estudiando los escrituras del Antiguo Testamento. Los Esenios creían que las promesas de Dios dadas por medio de los profetas estaban siendo cumplidas en la historia de su propia comunidad. Los Esenios no participaron de los sacrificios de los animales en el Templo de Jerusalén, no por razón de que ellos dejaran los principios más espirituales de adoración, sino porque afirmaron que el Templo había sido profanado. Ellos llevaban puestas túnicas blancas como un símbolo de su pureza interior. Sus interpretaciones de la ley del sábado eran aún más rígidas que las de los fariseos. Había colonias de Esenios en varios pueblos de Judea, pero en el desierto, al oeste del Mar Muerto, fue la localización favorita de sus campamentos. Más o menos a medidos de este siglo, cerca de Qumran fueron escavadas las ruinas de un monasterio (o algo parecido) y en cuevas vecinas también se descubrieron varios rollos sellados dentro de algunos jarros, acompañados de cientos de fragmentos de Escrituras y fragmentos apócrifos en los idiomas hebreo, arameo y griego. Según los arqueólogos y paleógrafos, tanto las habitaciones como los rollos, pertenecen al período comprendido entre los años 100 a. C. hasta 100 d. C. Los manuscritos, llamados los rollos del Mar Muerto pertenecían 53 | P a g e
a una biblioteca grande que incluía la mayoría, si no todos, los libros del Antiguo Testamento (algo de Salmos, Deuteronomio e Isaías; y una docena o más de copias fragmentadas), unas obras apócrifas, y media docena de escrituras pertenecientes específicamente a esa secta. Un manual de disciplina, nos da una comprensión detallada acerca de las creencias y prácticas del grupo. II. LOS HERODIANOS Una docena de teorías han sido propuestas concernientes al origen y conceptos de los Herodianos. De acuerdo a la mayoría de los estudiosos parece muy claro que ellos no fueron una secta religiosa, ni un partido político. El término aparentemente denota una actitud y una opinión, y se refiere a los Judíos de influencia, y su alta posición quienes colaboraron al gobierno de Herodes, y por ende también al de los Romanos, por los cuales, la autoridad y la dinastía Herodiana era sostenida. De tal alianza, ellos por supuesto, eran la minoría; porque la mayoría de los Judíos Palestinos eran fuertemente opuestos a ese régimen. En los Evangelios, los Herodianos son mencionados como enemigos de Jesús, una vez en Galilea, «Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los Herodianos contra él para destruirle.» (Marcos 3:6). Otra vez en Jerusalén, «Y le enviaron los discípulos de ellos con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.» (Mateo 22:16). «Y le enviaron algunos de los Fariseos y de los Herodianos para que le sorprendiesen en alguna palabra.» (Marcos 12:13) En una última ocasión ellos se aliaron con los fariseos deseando buscar la manera de atrapar a Jesús con una pregunta, 54 | P a g e
si era o no legal pagar impuestos al César. Al hacer esta pregunta, ellos anticiparon una respuesta para comprometer la opinión de Jesús en favor del nacionalismo o en favor a la sumisión al poder extranjero. En su respuesta, sin embargo, Jesús evitó la trampa que le fue puesta. III. LOS ZELOTES El partido de los Zelotes, descrito por Josefo como «CUARTA FILOSOFÍA» dentro los Judíos (Jewish War, Book II, VIII, 1; Ant. XVIII, I, 1 y 6), fue fundado por Judas el Galileo, quien provocó una rebelión contra los Romanos en el año 6 d. C. «Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados.» (Hechos 5:37) Los Zelotes se opusieron al pago de tributo de los Israelitas a un emperador pagano basado en la premisa de que esto era traición contra Dios, el Rey verdadero de Israel. En las creencias religiosas ellos estaban de acuerdo con los Fariseos, y en el espíritu revivían el fervor y ardor demostrados por Matías y sus hijos durante la rebelión Macabea. Aunque los rebeldes estaban vencidos y Judas fue muerto, en los miembros de su familia continuaron vivas las aspiraciones para la libertad y la independencia. Más o menos en la mitad del primer siglo hubo otra agitación patriótica. En Egipto se reunió un grupo de 4.000 judíos militantes nacionalistas. Debido a que ellos se habían armado con cuchillos escondidos, fueron llamados SICARIOS, es decir, «LOS ASESINOS» (Jewish War, II, XIII, 3). « ¿No eres tú aquel egipcio que levantó una sedición antes de estos días, y sacó al desierto los cuatro mil sicarios?» (Hechos 21:38) Los Zelotes fueron activos en la caída de Jerusalén. En el último rincón de resistencia zelote continuó por sostenerse tres años más, en un fuerte llamado Masada, y aun después de caído éste, el espíritu fanático patriótico no fue completamente agotado, 55 | P a g e
sino que persistió. El hecho de que Jesús tuviera un zelote en su grupo apostólico es interesante. «Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote,» (Lucas 6:15) «Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.» (Hechos 1:13) También un ex-colector de impuestos, para los odiados romanos, ilustro la amplitud del acercamiento de Jesús a personas de las más diversas clases y vidas. 4. EL PUEBLO CORRIENTE: La mayoría de los Judíos Palestinos (más del 90%) no tuvieron afiliación ninguna con las sectas o grupos mencionados anteriormente. Esas multitudes fueron conocidas como el pueblo de la tierra (‘am ha-ares). En los primeros libros escritos del Antiguo Testamento, éste término significa simplemente la gente común, no de los regentes, soberanos, o aristócratas. Después del regreso del exilio, este término era usado para aquellos Judíos Palestinos que se habían mezclado, y con los cuales ningún judío escrupuloso podía casarse. «Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.» (Esdras 9:1-2) «Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos. Así mismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles 56 | P a g e
en días de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda.» (Nehemías 10:30-31) En los tiempos del Nuevo Testamento el término llegó a significar específicamente a todos, los que por ignorancia o indiferencia, fallaban en observar la Ley Mosaica y todas sus ramificaciones. La antipatía de los fariseos hacia la gente común está expresada en Juan 4:9, en donde la designación, «Esta gente» es aplicada a las masas ignorantes, quienes no sabían la Ley. Tan profundo era el disgusto y odio de los fariseos para esta gente común de la tierra, que la consideraban como inmoral y no religiosa, que evitaban cualquier contacto con ellos. De acuerdo con la Ley Rabínica, ellos no podían ser usados como testigos, ni su testimonio era admitido en la corte. Ningún secreto era confiado a ellos, ninguno de ellos podía ser guardián de un huérfano. Un fariseo no podía comer con un AM HA-ARES, y los matrimonios dentro de las dos clases eran condenados en términos de aborrecimiento y escándalo. En la opinión de los fariseos, sus mujeres eran impuras y no limpias. Jesús era amable con esta clase de gente, y se asoció libremente con ellos. Aunque los fariseos los tenían como inválidos, inútiles y sucios, Jesús simpatizó con sus problemas y dificultades y los mencionó como ovejas sin pastor. «Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.» (Mateo 9:36) Por el modo como Jesús formó parte de las gentes comunes, y su propia negligencia de observar las diminutas reglas de los fariseos (tal como el lavado de las manos en ritual ceremonial antes de comer, Marcos 7:1-5; Lucas 6:1-5; 11:37-41), Él fue subestimado por los jefes religiosos de su época. 57 | P a g e
CAPITULO 8 LOS ESCRIBAS Y LOS RABIS I. PRESENTACIÓN DEL ORIGEN DE LOS ESCRIBAS Y LOS RABIS. Desde tiempos inmemorables, en el Oriente escribas profesionales sirvieron eficazmente como secretarios públicos. En el antiguo Israel, un escriba era empleado para escribir los dictados de otro. «Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado. Y Baruc les dijo: El me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro. Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim Rey de Judá; y aún fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.» (Jeremías 36:4, 18, 32) Sin embargo, los escribas que encontramos en el Nuevo Testamento desempeñaban una clase de trabajo completamente diferente. El cambio de un trabajo secular, a una función religiosa, sucedió durante el exilio y después del exilio. Mientras duró el cautiverio en Babilonia la casta sacerdotal fue especialista y guardiana de la ley Mosaica. El más notable de estos antiguos escribas fue un sacerdote llamado Esdras. «Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.» (Nehemías 8:9) Esdras conocía muy bien la Ley de Moisés y había fijado sus 58 | P a g e
pensamientos en estudiar la Ley del Señor, y en hacer y enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel. «Este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras. Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.» (Esdras 7:6, 10) En este aspecto, él es el prototipo de los escribas de la época del Nuevo Testamento, quienes fueron intérpretes profesionales y profesores del Antiguo Testamento. En los evangelios, los escribas son a veces llamados «doctores» es decir, expertos en la Sagrada Ley Mosaica, la cual era en teoría la única legislación civil y religiosa, que gobernaba al pueblo judío. También ocasionalmente fueron llamados «profesores de la ley», o simplemente, «maestros.» Es fácil entender cómo las personas en tal ocupación llegaron a ocupar una alta posición en la estima del pueblo. Sus servicios fueron solicitados no solamente en Jerusalén, sino también en las villas y pueblos a través de Judea y Galilea. «Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.» (Lucas 5:17) Los títulos que fueron dados a los escribas indican el gran respeto que el pueblo en sí tenía por ellos. El título más común fue la apelación hebrea RABI, que significa literalmente, «el grande». Justamente en el período siguiente a los tiempos del Nuevo Testamento, este modo de apelación llegó a ser un título que fue usado no solamente para los escribas, sino en una forma descriptiva de ellos. Otros títulos comunes usados con respecto a ellos fueron, 59 | P a g e
«maestro» y «profesor». Los escribas exigían de sus estudiantes la máxima reverencia, más allá aún del respeto a los padres. De acuerdo a su razonamiento, el padre únicamente ha traído su hijo al mundo, mientras que el maestro que instruye al alumno en sabiduría divina, lleva al hijo hacia la vida más allá de la muerte. Todas las labores de los escribas, fueran educacionales o judiciales, eran gratuitas. Por eso, además de enseñar y transmitir la ley, los escribas judíos tenían que tener otro medio de subsistencia. Así, vemos que el oficio del apóstol Pablo fue fabricar tiendas. «Y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas.» (Hechos 18:3) Otros rabís eran labradores de piedras, trabajaban el cuero, eran carpinteros, etc. La mayoría de los escribas pertenecían al partido de los fariseos, por frases como: «Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?» (Marcos 2:16) «Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían diciendo: ningún mal hallamos en este hombre; que un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios.» (Hechos 23:9) Generalmente se indica que había escribas con otras afiliaciones sectarias, tales como los escribas saduceos. La frase, «escribas y fariseos,» encontrada frecuentemente en Mateo y Lucas, refleja la prominencia del status de los miembros profesionales del partido fariseo sobre aquellos que no eran profesionales. Así, no todos los fariseos eran escribas; ni, al contrario, todos los escribas eran miembros de la secta farisea. 60 | P a g e
II. LAS OBLIGACIONES DE LOS ESCRIBAS Y SUS MÉTODOS DE ENSEÑANZA. El empleo profesional de los escribas era triple. Ellos estaban preocupados por: 1. Un cuidadoso desarrollo teórico de la ley; 2. La enseñanza de la ley a sus estudiantes; 3. La administración práctica de la ley, pronunciando decisiones legales. Cada uno de estos aspectos de su trabajo, amerita mayor estudio. 1. El Desarrollo Teórico De La Ley: En adición a los Diez mandamientos, el Antiguo Testamento contiene muchos otros preceptos y estatutos. Los escribas contaron un total de los mandamientos; 248 de ellos fueron positivos y 365 negativos. Algunas de las leyes mosaicas estaban expresadas en términos muy generales, las cuales necesitaban ser más explícitas y particulares. Así, a fin de obedecer el mandamiento que prohibía trabajar en el día sábado, la persona necesitaba saber qué actividades eran trabajo y cuáles no. «Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.» (Éxodo 20:8-11) Obviamente, por ejemplo, desgranar trigo y alzar carga en el día sábado era trabajo y por eso, prohibido. Pero muchas otras 61 | P a g e
actividades podían encontrarse en la misma categoría, y éstas necesitaron una determinación a fin de evitar la violación del mandamiento Divino. Durante el curso de los siglos, decidieron que a una persona se le permitiera pasar por un campo de trigo en el día sábado siempre y cuando el grano estuviera a la altura del tobillo. Pero, si estaba hasta la rodilla no se podía, porque las piernas tocaban las semillas del trigo, y por tal acción, algunas se desgranaban. Un medicamento se podía aplicar el día sábado para prevenir que empeorara, pero no para curar. También, si alguien tenía un algodón colocado en su oído y se caía, no podía alzarlo porque esto constituía alzar una carga. Incluso, acciones que no eran prohibidas en sí, fueron prohibidas en el día sábado porque podían ofrecer la ocasión para hacer una labor. Así por ejemplo, a una mujer le era prohibido mirarse en un espejo porque si de pronto veía una cana, estaba tentada a quitársela, lo cual involucraba trabajo. Cuando una regla de la legislación resultó muy restringida, los escribas se ingeniaron maneras de solucionar tal inconveniente. Así, vemos que en el camino de un día de reposo (Hechos 1:12) no les era permitido andar más allá de su vivienda (la máxima distancia fue aproximadamente 3/5 de milla o un poco menos que un kilómetro). Eventualmente, sin embargo, los escribas inventaron maneras de permitir un viaje doble de esta distancia. Por ejemplo, si en el límite de su viaje en el día de reposo, un hombre depositaba alimentos para dos comidas; en el día sábado, él podía viajar hasta el punto que constituía como parte de su habitación; y luego, proseguir una distancia igual. Aún los problemas más triviales fueron debatidos por los escribas con ahínco. Se pusieron de acuerdo en que si alguien tiraba un objeto al aire y lo recogía con la misma mano, había violado el mandamiento del sábado, pero hubo duda de la culpabilidad si el objeto era tirado al aire con una mano y recogido con la otra. Aunque tales discusiones entre los escribas pueden parecer inútiles y poco serias, no debe olvidarse que la determinación de los fariseos de obedecer todos los mandamientos de Dios los llevó a buscar aún los más mínimos detalles para saber si se violaba la ley Divina o no, como fue 62 | P a g e
interpretado por las decisiones de los escribas. El cuerpo acumulado de tales pronunciamientos legales fue llamado: «Las tradiciones de los ancianos.» « ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.” (Mateo 15:2) “Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?” (Marcos 7:3,5) Estas tradiciones fueron transmitidas oralmente hasta más o menos200 D.C. cuando fueron escritas. Más de una vez, Jesús tuvo conflictos con los escribas cuando rechazó su tradición no escrita estimando mucho de ello como superfluo o contrario a la intención original de Dios. 2. LA SEGUNDA OBLIGACION DE LOS ESCRIBAS ERA ENSEÑAR LA LEY El ideal del judaísmo fariseo era que cada israelita tuviera un conocimiento profundo de la Ley Mosaica. Escuelas elementales fueron establecidas en conexión con las sinagogas en donde a los niños se les enseñaba a leer las Escrituras, a escribir y también matemáticas simples. Una instrucción más avanzada en la Ley Mosaica fue dada por los escribas notables quienes se juntaban alrededor de sus seguidores (literalmente, aprendices). Estos discípulos fueron seguidores en ambos sentidos: figurativo y literal. Cuando el escriba iba por el camino, sus discípulos lo seguían, unos pasos atrás, porque se pensaba que era mala educación que un aprendiz anduviera al lado de su maestro. Las discusiones y lecturas sobre la ley eran dadas en cámaras conectadas al lado exterior del Templo, o en un cuarto de la sinagoga. “Y aconteció que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles” (Mateo 2:46). 63 | P a g e
No solamente la instrucción fue dictada directamente a los discípulos del escriba en estas escuelas, sino que a veces los escribas bien preparados tenían discusiones públicas el uno con el otro en presencia de sus seguidores. El método de enseñanza empleado fue por medio del ejercicio fatigante de la memorización. El objetivo era que el estudiante aprendiera con absoluta exactitud la materia entera con sus miles y miles de detalles. Para este fin, el maestro estaba obligado a repetir una y otra vez la materia a sus alumnos. Por eso la terminología rabínica “repetir” (SHANAH) significaba también enseñar. A los estudiantes más maduros, el escriba daba varias preguntas legales para discutir. Al final de la discusión, durante la cual se citaban decisiones anteriores, el maestro concluía y resumía su doctrina en aforismo. Esta materia llegó a ser parte de la tradición oral que fue transmitida a las generaciones sucesivas y a sus estudiantes. Como todo conocimiento de la ley fue estrictamente tradicional, el estudiante tenía solamente dos obligaciones: (1) decir todas las cosas fielmente de memoria y (2) nunca enseñar ninguna otra cosa fuera de lo que había aprendido. Los rabís opinaban que el estudiante ideal era como una cisterna pañetada con caliza (un concreto antiguo), que nunca perdía una gota de agua que se echara en ella. La obligación era transmitir a la siguiente generación exactamente lo enseñado, no solamente las ideas sino también la manera de expresión y selección de palabras. De hecho, dentro de los grupos más estrictos, tales como los esenios, el estudiante debía tomar el juramento de “No enseñar ningún conocimiento de las doctrinas distinto al que había recibido.” Es obvio que en muchos aspectos Jesús era como un típico escriba judío. El reunió alrededor de sí un grupo de discípulos que habían respondido a su llamado, “sígueme”. Ellos lo llamaban Rabí. “Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?” (Juan 1:38). 64 | P a g e
“Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come” (Juan 4:31). “Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías” (Marcos 9:5). Verse también Marcos 11:21; 14:45. En una ocasión, ellos le pidieron que les enseñara una oración de la misma manera como Juan el Bautista había enseñado a sus discípulos. “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra…” (Lucas 11:1-2). Jesús para ayudar a sus seguidores a recordar sus enseñanzas, les enseñó a veces en forma poética. En otros aspectos, sin embargo, Jesús fue diferente en sus métodos de enseñanza a los otros maestros contemporáneos. Su audiencia pronto descubrió que Él no era como los escribas que citaban y apoyaban su autoridad sobre la autoridad de las enseñanzas anteriores de otros escribas. Jesús enseñó con autoridad propia. “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mateo 7:28-29). Una de las peculiaridades en la manera de enseñar de Jesús fue que no comenzaba sus enseñanzas como los escribas. Su costumbre era empezar sus enseñanzas con la palabra “AMEN”, (generalmente traducida en español, “EN VERDAD, EN VERDAD OS DIGO”). Más adelante el significado de esta idiosincrasia de ser entendida de una persona y de su autoridad, será mencionado. Aquí simplemente está para llamar la atención hacia la fidelidad con que este modismo en su enseñanza ha sido transmitido, primero oralmente para una generación o más, y 65 | P a g e
luego en forma escrita en los evangelios. 3. LA TERCERA OBLIGACION DE LOS ESCRIBAS FUE LA APLICACIÓN DE LA LEY Los escribas hicieron esto por medio de pronunciamientos acerca de la legalidad de ciertas acciones y emitiendo juicios autoritarios concernientes a casos traídos a ellos. Los términos técnicos utilizados por los rabís cuando emitían conceptos autoritarios fueron ATRÁS o DESATRÁS. Atrás era declarar una acción ilegal y desatrás para declararla legal. Por eso, en cuanto a la recolección de leña en el día de reposo, la escuela Shannai; usaba atare (es decir prohibir) y la escuela de Hillel, desatare (es decir permitir). “Y a tí te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo.” (Matero 16:19). “De cierto os digo que todo lo atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18). Jesús dio autoridad a pedro y a los otros discípulos para que pudieran decidir en los asuntos de fe y moral en las primeras iglesias. En Judea las cortes legales, eran las encargadas de juzgar estos casos. Estaban compuestas de por lo menos tres jueces. Sin embargo, los casos concernientes a ofensas castigadas con la pena de muerte, eran decididos por 23 o más jueces. El gran concilio o sanedrín de Jerusalén estaba compuesto de 70 personas, presidido por un sumo sacerdote, formando en total de 71 personas. Después de la caída de Jerusalén, los escribas judíos continuaron su trabajo del desarrollo teórico de la ley y su codificación. La retención en la memoria de los innumerables detalles, los cuales fueron continuamente aumentados por pronunciamientos adicionales, eventualmente llegó a ser tan problemáticos que en el año 200 D. C., el Rabí Jehuda escribió 66 | P a g e
LA TRADICION DE LOS ANCIANOS. Este material en hebreo es llamado EL MISHNAH y se compone de 63 selecciones agrupadas en seis divisiones mayores. Reduciendo la ley tradicional a escrita, por supuesto no previno más pronunciamientos legales. Estas tradiciones fueron coleccionadas por dos grandes escuelas rabínicas, una en Palestina y la otra en Babilonia, fueron transmitidas oralmente en arameo. Estas traducciones fueron llamadas GEMARAH. Cada una de estos comentarios sobre EL MISHNAH está en una enciclopedia que también incluye teología, filosofía, ética, ciencias naturales, matemáticas, historia, leyendas y folclor. En este libro la atención va dirigida constantemente de un tema a otro, por lo cual, es necesario mantener la mente ágil. Otra vez, la enorme cantidad de material que saque continuamente acumulados, impuso la habilidad de memorizar todo, y en el siglo IV, la GEMARAH de la escuela Palestina de rabinos fue reducida a escritura. Esto es llamado el TALMUD DE JERUSALEN. En el siglo V, el Gemarah que había sido desarrollado por las escuelas rabinas de Babilonia fue reducido también ha escrito, constituyendo con el texto básico del Mishnah, el TALMUD DE BABILONIA. El Talmud de Babilonia es cuatro veces más largo que el Talmud de Jerusalén. 67 | P a g e
CAPITULO 9 EL TEMPLO Y SU RITUAL El Templo en Jerusalén fue el punto central de la adoración judía a Dios; edificado por Salomón mil años antes de la era cristiana. En el año cuatrocientos ochenta, después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el año cuarto del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová.» (I Reyes 6:1) El Templo fue destruido en el año 586 A. C, cuando los judíos fueron llevados a Babilonia en cautiverio. Después de su regreso bajo Zorobabel, la edificación del otro templo fue autorizada por Ciro el Rey. «Y fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la provincia de Media, un libro en el cual estaba escrito así: Memoria: En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey. Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del Templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a su lugar, al Templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de Dios.» (Esdras 6:2-5) La reconstrucción terminó en el año 515 A. C. y el Templo restaurado era menos magnífico que el original. «Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.» (Esdras 3:12) 68 | P a g e
Con el fin de ganar favoritismo con los judíos, el rey Herodes el Grande trató de edificar el Templo a una escala más grande. El historiador Josefo (Ant. XV.XI; Jewish War, V.V.), describió el Templo, incluyendo las cortes y secciones para los sacerdotes. El Templo estaba construído sobre un área de más o menos 13 hectáreas, llamada LA CORTE DE LOS GENTILES. Esta corte, la cual Herodes encerró con majestuosas columnas de mármol, fue el centro de la vida activa. Dentro de ésta había una segunda corte más pequeña, encerrada en piedra con una altura interna de 5 a 6 pies, sobre la cual había inscripciones, algunas en griego, otras en caracteres latinos, prohibiendo a todas las personas, excepto aquellos que eran de Israel, entrar al encerrado. Dos de estas notificaciones han sido descifradas y dicen: «No se permite a ningún hombre de otra nación pasar la barrera y estar alrededor del Templo. Quien sea encontrado allí será responsable de su propia muerte.» Dentro de esta área, se edificó el propio templo con grandes bloques de piedra blanca. Su interior tenía las mismas dimensiones del Templo de Salomón (I Reyes 6:2), pero su altura era de 60 pies y contenía una cámara alta. El altar de las ofrendas u holocaustos, hecho de piedra sin esculpir, fue puesto delante de la entrada del Templo. Al norte del altar estaba el lugar donde las víctimas eran sacrificadas y preparadas para quemarlas. Al occidente se encontraba el lavatorio para las abluciones de los sacerdotes antes de llegar al altar. Dentro del propio Templo había muebles, como en los días del Antiguo Testamento, incluyendo además el altar de incienso, una lámpara de oro con siete candeleros y la mesa de la proposición para el pan. (Números 4:7) Hay un interés especial en cuanto a la lámpara con los siete candeleros y la mesa de la proposición. Estos formaban parte del botín llevado por Tito a Roma como trofeo durante la caída de Jerusalén en el año 70 D. C. Todavía pueden verse en las esculturas del arco de Tito en el foro Romano. Durante los días de Jesús, el acto principal del rito judío fue 69 | P a g e
la ofrenda presentada cada mañana (más o menos a las 9 de la mañana) y cada tarde, en nombre de la comunidad de Israel. Antes del amanecer, los sacerdotes que estaban dispuestos para el servicio de la mañana, se bañaban, se vestían con su traje sacerdotal y se reunían en un cuarto a sortear, para ver quién de ellos iba a oficiar. En la misma forma se seleccionaban sacerdotes para otros oficios, tales como: quitar las cenizas del altar del holocausto, sacrificar el cordero, rociar la sangre sobre el altar, limpiar el candelero y hacer el aseo general. Al amanecer el Templo era abierto y poco a poco se iban agrupando las delegaciones de Jerusalén, de las regiones cercanas, así como de Judea y otros lugares distantes; se reunían en la corte, a los tres lados del Templo. Las mujeres tomaban su lugar, ubicado en el nivel más bajo y más distante del Templo. Los sacerdotes oficiantes se reunían en un cuarto para un breve devocional, después del cual comenzaba el solemne rito de la ofrenda del incienso; los asistentes afuera se postraban en adoración y oración silenciosa (Lucas 1:10). Al salir del Templo, el sacerdote pronunciaba una bendición en los escalones del pórtico y lanzaba partes de la víctima quemada. La preparación para la ofrenda de la bebida (una libación de vino, dentro de tres y seis pintas en cantidad) era la señal para que uno de los coros de los levitas comenzara a cantar el Salmo seleccionado para ese día (I Crónicas 6:31). El coro era acompañado de música instrumental, incluyendo el arpa y varias clases de instrumentos de resonancia (ver Salmos 150:3-5). Durante el canto de los Salmos, dos sacerdotes tocaban trompetas de plata, y a este sonido la gente nuevamente se postraba. El servicio público terminaba al finalizar los Salmos, y los sacrificios privados se ofrecían luego. Eran ofrendas de gratitud o expiación, presentadas por los judíos prestigiosos a su propio costo. Un sacrificio que estaba prescrito por la Ley Mosaica a ofrecer 40 días después del nacimiento de un niño; ordinariamente, un cordero de un año para el holocausto y una paloma joven para la ofrenda de pecado, pero las familias que no podían gastar una cabra o cordero podían substituirlo por una paloma (Lev. 2:6-8; Lucas 2:22-24) 70 | P a g e
El servicio de la tarde se diferenciaba del servicio de la mañana en que el incienso era ofrecido después de quemar la víctima y no antes, como en el de la mañana. Para este servicio, también se encendían las lámparas sobre sus siete candeleros. 71 | P a g e
CAPITULO 10 1. LA SINAGOGA, SU ORIGEN E INFLUENCIA No se debe subestimar la importancia de la sinagoga en el desarrollo del judaísmo, Sin embargo, asombrosamente, casi no hay información sobre su origen. Ni en el Antiguo Testamento, ni en la literatura judío del periodo final del Antiguo Testamento, ni en el comienzo del Nuevo Testamento. Algo se menciona en Salmos 74:8, «Han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra,» Sin embargo, dentro de los expertos Bíblicos existe la opinión unánime de que tuvo origen durante el cautiverio Babilónico después de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 586 A. C. Probablemente judíos devotos, lejos de su patria, sintieron la necesidad de tener lugares especiales donde pudieran reunirse en oración común, particularmente en el día sábado, Es muy natural que ellos se reunieran en la casa de un profeta para instrucción religiosa (Ezequiel 14:1; 20:1). De todos modos, después del regreso de los judíos del exilio y durante el periodo pre-Macabeo, ellos mismos edificaron lugares para reuniones religiosas, además de reedificar el templo en Jerusalén. Al principio de la era cristiana, en casi todas las ciudades y aldeas Palestinas, y en muchos centros del Mediterráneo, se encontraban sinagogas. Es un hecho que los judíos de aquel tiempo, consideraban la sinagoga como una institución de inmemorable antigüedad. En las ciudades más grandes hubo varias sinagogas. Una tradición Talmúdica dice que Jerusalén tenía 480 sinagogas, lo cual parece una exageración; sin embargo, los judíos de diferentes nacionalidades se trasladaban de una a otra sinagoga según su preferencia. (Ver Hechos 6:9) Arqueólogos han descubierto en Palestina, ruinas de sinagogas antiguas que datan del comienzo de la era Cristiana. Estas no tenían ningún tamaño o forma fija, pero la mayoría eran rectangulares en su plano, teniendo dos filas de columnas las cuales dividían el interior en una nave central y dos corredores a cada lado. De acuerdo con la forma de construcción del interior, generalmente en la fachada del edificio había tres entradas, una puerta central y dos puertas más pequeñas. La sinagoga estaba 72 | P a g e
generalmente edificada en el punto más alto del pueblo, y frecuentemente estaba situada con las puertas del frente hacia Jerusalén. De los muebles de la sinagoga el más importante era una caja o closet, llamado «el arca», en la cual se guardaban los pergaminos sagrados del Antiguo Testamento, la Ley y los Profetas. Cerca del arca había una plataforma elevada sobre la cual se paraban el lector de las Escrituras y el líder de las oraciones, La mayoría de las sinagogas antiguas excavadas tenían una o dos filas de bancas de piedra corriendo a través de 2 o 3 muros. La gente que no lograba acomodarse permanecía de pie durante el servicio o se sentaba en sillas de maderas o en colchones colocados en el centro. Los escribas y los fariseos buscaban, ansiosamente, ocupar las mejores sillas. «Y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,» (Mateo 23:6) «Y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;» (Marcos 12:39) Vea también Lucas 11:43; 20:46. Una silla especial, llamada “LA SILLA DE MOISÉS” era designada a uno de los escribas, quien era el más distinguido de la comunidad. “En la catedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.” (Mateo 23:2). La supervisión de la sinagoga local estaba en manos de un cuerpo de ancianos. Para poder constituirse una congregación se requería de un mínimo de 10 hombres. Ningún sacerdote tenía el cargo de conducir los servicios; en cambio, un hombre común y corriente de la congregación fue designado para servir como «EL GOBERNANTE DE LA SINAGOGA». (Lucas 8:41) “Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa.” (Lucas 8:41) 73 | P a g e
“Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados… Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello,” (Hechos 18:8,17) Además de tener bajo su cuidado, el edificio en general, el gobernante era responsable de mantener orden durante los servicios. Era también su obligación seleccionar cada semana a las personas que iban a leer las lecciones escriturales y a participar en el servicio. Además del gobernador de la sinagoga, el único otro oficio permanente era el asistente. Él estaba encargado de limpiar, hacer aseo y alumbrar la sinagoga. Durante el servicio, tenía la obligación especial de sacar los pergaminos sagrados del arca, llevarlos hacia el estante de lectura, encima de la plataforma, Y devolverlos al arca cuando la lectura hubiese terminado. «Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:...Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.» (Lucas 4:17,20). También realizaba otras labores como tocar la trompeta tres veces al atardecer del viernes anunciando el principio del día sábado, cuando todas las labores debían cesar, y castigar con latigazos a los criminales y a aquellos que habían sido condenados por el concilio. “Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán;” (Mateo 1O:17), “Por tanto, he aquí yo os envió profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad” (Mateo 23:34), “Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.” (Hechos 5:40) 74 | P a g e
2. EL ORDEN DEL SERVICIO TIPICO EN LA SINAGOGA En la era neo testamentaria, el orden del servicio típico en la sinagoga, probablemente consistió de los siguientes cuatro puntos: A. El servicio se iniciaba con una invitación a orar. El líder proclamaba las palabras «Bendice al Señor quien debe ser bendecido.» A esto la congregación respondía con la aclamación, «Bendito sea el Señor quien debe ser bendecido para siempre,» y luego continuaba la recitación de lo que era en efecto una confesión de fe. Su primer nombre fue el SHAMA (significando ‘OIR’) y estaba compuesto por los tres párrafos del Pentateuco empezando «Oiga oh Israel, el Señor nuestro Dios es el Señor,» EL SHAMA “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las ataras como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deuteronomio 6:4-9), “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciaras. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová. Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus 75 | P a g e
puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.” (Deuteronomio 11:13-21), «Y Jehová hablo a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.» (Números 15:37-41), B. EL ALZAMIENTO DE LAS MANOS La siguiente parte del servicio eran las oraciones, llamado «el alzamiento de las manos», en contraste con la primera parte del servicio, en la cual toda la congregación participaba, las oraciones eran proclamadas por un solo individuo escogido para este propósito. La congregación, sin embargo, respondía con la palabra «AMEN» al final de cada declaración. Este mismo modo de oración en el servicio público estaba aceptado por la iglesia temprana como se afirma en primera de Corintios 14:16, «Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.» (1 Corintios 14:16) La más importante de las oraciones judías del segundo siglo cristiano fue conocida como «DIEZ Y OCHO BENDICIONES» (El Shemoneh Esreh). Se esperaba que toda persona judía recitara las 18 bendiciones por la mañana, por la tarde y por la noche. Durante el primer siglo cristiano por lo menos 6 y hasta 12, de las 18 frases estaban incorporadas en el servicio de la sinagoga. C. LA LITURGIA La liturgia seguía luego de la lectura de una lección sacada 76 | P a g e
de la Ley Mosaica. Los cinco libros del Pentateuco, (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, y Deuteronomio) fueron divididos en 154 (o más) secciones sabáticas, con el fin de que el Pentateuco completo fuera leído en su totalidad de 3 a 3 años y medio. Fue el trabajo del HAZAN antes del servicio, arreglar el pergamino de tal manera que abriría inmediatamente en la lección. En la mañana del sábado, por lo menos 7 personas tomaban parte de la lectura, y ninguna de ellas podía leer menos de 3 versículos. Después de cada versículo el lector hacia una pausa y un intérprete hacia la traducción araméica llamada el TARGUM, para el beneficio de la gente común y corriente quienes no entendían el hebreo clásico. Después de la lectura de la Ley, venia una lección de uno de los profetas del Antiguo Testamento escogido a criterio del lector. “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí. Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”(Lucas 4:16-21). Esta lección también era dada en arameo por un intérprete quien traducía 3 versículos a la vez; Una cosa rara es que los Salmos aparentemente no tuvieron lugar en el servicio corriente. Cuando una persona competente estaba presente en la lectura de las escrituras, hacía una exposición de uno o de los 77 | P a g e
dos pasajes (ver Lucas 4:21). Si un extranjero estaba presente en el servicio, el gobernador de la sinagoga generalmente le hacía una invitación a hablarle a la congregación con una «PALABRA DE EXHORTACIÓN». «Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad,» (Hechos 13:15) D. PRONUNCIAMENTO DE LA BENDICION AARÓNICA El servicio era concluido por un sacerdote, pronunciado una bendición de la orden Aarónica la cual está contenida en Números 6:24-26, «Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.» (Números 6:24-26) Si ningún sacerdote estaba presente, cualquier miembro de la congregación daba la bendición en forma de una oración. La congregación respondía con «AMEN.» El servicio completo, como fue explicado anteriormente, era seguido por el servicio principal de la semana, convocado antes de mediodía en el día sábado. En otros servicios convocados diariamente en ciudades más grandes, y regularmente los días lunes y jueves, algo del servicio fue abreviado o quitado. La influencia de la Sinagoga fue extensiva y persuasiva. No solamente en los judíos sino también en los gentiles. Estas eran personas sinceras, insatisfechas con los cultos del paganismo, que se dirigieron a las sinagogas judías y su ética monoteísta. Muchas de esas personas llegaron a ser miembros asociados de la sinagoga y participaron en sus adoraciones, e incluso algunos edificaron sinagogas. «Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. Y ellos vinieron a Jesús le 78 | P a g e
rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación y nos edificó una sinagoga. (Lucas 7:2-5) Fueron estos gentiles quienes respondieron favorablemente a los primeros misioneros cristianos y evangelistas. «Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. (Hechos 14:1-2) Vea también Hechos (13:42-48). Jesús y sus discípulos, como eran de familias devotas a la fe judía, sabemos que asistieron a las escuelas de las sinagogas. Cuando llegaron a los 12 años de edad, fueron llevados a uno de los servicios corriente de una sinagoga, habiendo participado con ellos. Lo que sabían de las Escrituras ellos lo habían aprendido en las sinagogas de sus estudios y de las lecturas y exposiciones. Así, la sinagoga jugo un papel importante en la preparación para el surgimiento de la cristiandad. Esto no solamente sirvió a través del mundo mediterráneo, como semilleros para la Iglesia, sino que el judaísmo proveyó las formas institucionales para la adoración cristiana y aún, en algunos casos, a las plegarias y liturgias. 79 | P a g e
CAPITULO 11 EL SANEDRIN, SU FORMACIÓN Y FUNCIÓN DURANTE LA EDAD O ÉPOCA NEOTESTAMENTARIA En esta época, el GRAN SANEDRIN tenía tres clases de miembros: 1. Los sumos sacerdotes, (esto es, el sumo sacerdote actual y aquellos que habían sido sumos sacerdotes). 2. Los ancianos, (esto es, los representantes de las tribus y familias de la antigua aristocracia.) 3. LOS ESCRIBAS (expertos legales, los cuales eran principalmente del partido de los fariseos) La autoridad del Sanedrín dependía de la presencia o ausencia de un monarca nacional. Bajo Herodes el Grande, el sanedrín poseía solamente una sombra de poder. Pero, bajo los gobernantes romanos, tenían autoridad sobre asuntos religiosos para regularlos con completa libertad, y en asuntos civiles dentro de los límites previamente estipulados por Roma. Había un cuerpo de policía bajo su mando y ellos podían hacer arrestos bajo su propia autoridad. «Mientras todavía hablaba, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. (Mateo 26:47) Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.» (Marcos 14:43) En casos de pena capital, se requería la confirmación del gobernador Romano. «Entonces les dijo Pilato: tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;» (Juan 18:31) 80 | P a g e
Aunque el juicio del gobernador estaba generalmente de acuerdo, era necesario para el Sanedrín pedir permiso antes de la sentencia. Cuando los miembros del Sanedrín estaban en sesión, se sentaban en un semicírculo, de manera que pudieran verse el uno al otro. Al lado estaban sentados dos secretarios de la corte, uno para contar los votos para liberar al preso y el otro para los votos de condenarlo. La decisión para liberarlo requería una simple mayoría. Al contrario la sentencia de condenación requería 2/3 partes de la mayoría. A los discípulos de los escribas se les permitía asistir a los procedimientos y podían hablar en favor de liberar, pero no para condenación. En los casos de pena capital, los argumentos para la libertad eran presentados primero, y luego aquellos para la condena. Si alguien había hablado en favor de libertad, no podía cambiar su opinión después; pero si él había hablado para la condena, más tarde podía cambiar su concepto o punto de vista. Delante de tal cuerpo legislativo, Cristo fue juzgado. “Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte.” (Mateo 26:59) “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.” (Juan 11:47) Más tarde, Pedro y Juan fueron interrogados por el concilio. “Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás, y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí,” (Hechos 4:5-7, 15) “Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó: ... Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado 81 | P a g e
de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles.” (Hechos 5:27,34) Esteban fue llevado delante de un concilio aunque su sentencia cambio. “Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos, y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio,” (Hechos 6:12) Su sentencia de muerte parece haber sido un acto ilegal de una muchedumbre violenta. Años más tarde, Pablo hizo su propia defensa delante de un concilio (Hechos 22:30 - 23:15)). El sanedrín fue quitado en la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. 82 | P a g e
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