Important Announcement
PubHTML5 Scheduled Server Maintenance on (GMT) Sunday, June 26th, 2:00 am - 8:00 am.
PubHTML5 site will be inoperative during the times indicated!

Home Explore Folleto textos _3_clone

Folleto textos _3_clone

Published by Publicacion.Visualizaciones, 2015-04-26 05:18:37

Description: Folleto textos _3

Search

Read the Text Version

y en redes de plata y sedatengo pájaros que cantan.Y tú mi sultana eres,que desiertos mis salonesestán, mi harén sin mujeres,mis oídos sin canciones.Yo te daré terciopelosy perfumes orientales;de Grecia te traeré velosy de Cachemira chales.Y te dará blancas plumaspara que adornes tu frente,más blanca que las espumasde nuestros mares de Oriente.Y perlas para el cabello,y baños para el calor,y collares para el cuello;para los labios... ¡amor!»

«¿Qué me valen tus riquezas-respondióle la cristiana-,si me quitas a mi padre,mis amigos y mis damas?Vuélveme, vuélveme, moroa mi padre y a mi patria,que mis torres de Leónvalen más que tu Granada.»Escuchóla en paz el moro,y manoseando su barba,dijo como quien medita,en la mejilla una lágrima:«Si tus castillos mejoresque nuestros jardines son,y son más bellas tus flores,por ser tuyas, en León,y tú diste tus amoresa alguno de tus guerreros,

hurí del Edén, no llores;vete con tus caballeros.»Y dándole su caballoy la mitad de su guardia,el capitán de los morosvolvió en silencio la espalda.José Zorrilla (1817-1893).



SIGLO XXHe vuelto a ver los álamos dorados,álamos del camino en la riberadel Duero, entre San Polo y San Saturio,tras las murallas viejasde Soria –barbacanahacia Aragón, en castellana tierra–.Estos chopos del río, que acompañancon el sonido de sus hojas secasel son del agua, cuando el viento sopla,tienen en sus cortezasgrabadas iniciales que son nombresde enamorados, cifras que son fechas.¡Álamos del amor que ayer tuvisteisde ruiseñores vuestras ramas llenas;álamos que seréis mañana lirasdel viento perfumado en primavera;

álamos del amor cerca del agua que corre y pasa y sueña, álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón os lleva! Antonio Machado (1875-1939), Campos deCastilla, Campos de Soria, VIII. Ecos¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!¿Qué tiene este verso, madre,que de ternura me llena,que no lo puedo decirsin que el corazón me duela?¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!¿Qué tienen, madre, qué tienenestas palabras que suenan

tan adentro de mi pechoy tan lejos y tan cerca…?¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!¿Qué dicen sin decir nada…?Sin contar nada, ¿qué cuentan?De estas palabras sencillas¿Qué puso Antonio en las letras?¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!Cuando en mis labios las tomoy hasta mis oídos llegan…¿Por qué lloro sin consuelo?y por qué lloro sin pena?¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera! Manuel Machado (1874-1947), Poesíascompletas.

Romance de Lunaa Conchita García LorcaLa luna vino a la fraguacon su polisón de nardos.El niño la mira mira.El niño la está mirando.En el aire conmovidomueve la luna sus brazosy enseña, lúbrica y pura,sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.Si vinieran los gitanos,harían con tu corazóncollares y anillos blancos.Niño déjame que baile.Cuando vengan los gitanos,te encontrarán sobre el yunquecon los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,que ya siento sus caballos.Niño déjame, no pises,mi blancor almidonado.El jinete se acercaba

tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. ¡Cómo canta la zumaya, ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando. Federico García Lorca (1898-1936),Romancero gitano.

Un compásEl portón. Los arcos. (Para un andaluz la felicidadaguarda siempre tras de un arco.) Los muros blancos delconvento. Los ventanillos ciegos bajo espesas rejas.Rechinaban los goznes mohosos, y un vaho de humedadasaltaba al visitante adelantando sus pasos sobre la tierracubierta a trechos por la hierba, que manchaban de amarilloaquí y allá los jaramagos. En la alberca el agua reflejabael cielo y las ramas frondosas de una acacia. Sobre losaleros cruzaban raudos los vencejos, ahogando su gritoentre las hendiduras del campanario.Por la galería, tras llamar discretamente al torno delconvento, sonaba una voz femenina, cascada como unaesquila vieja: \"Deo gratias\", decía. \"A Dios sean dadas\",respondíamos. Y las yemas de huevo hilado, los polvoronesde cidra o de batata, obra de anónimas abejas de toca ymonjil, aparecían en blanca cajilla desde la misteriosapenumbra conventual, para regalo del paladar profano.En la vaga luz crepuscular, en el silencio de aquel recatadorincón, el exquisito alimento nada tenía de terreno, y almorderlo parecía como si mordiéramos los labios de unángel. Luis Cernuda (1902-1963), Ocnos.

Elegía a Ramón Sijé(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me hamuerto como del rayo Ramón Sijé, con quientanto quería.) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracoles Y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,un empujón brutal te ha derribado.No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntosy siento más tu muerte que mi vida.Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelovoy de mi corazón a mis asuntos.Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugada,temprano estás rodando por el suelo.No perdono a la muerte enamorada,no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.En mis manos levanto una tormentade piedras, rayos y hachas estridentessedienta de catástrofe y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra partea parte a dentelladas secas y calientes.Quiero minar la tierra hasta encontrartey besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarteVolverás a mi huerto y a mi higuera:por los altos andamios de mis florespajareará tu alma colmenerade angelicales ceras y labores.Volverás al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.Alegrarás la sombra de mis cejas,y tu sangre se irá a cada ladodisputando tu novia y las abejas.Tu corazón, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosas

mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas... de almendro de nata te requiero,: que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.Miguel Hernández, (1910-1942), El rayo que no cesa. Encuentro Me tropecé contigo en primavera, una tarde de sol, delgada y fina, y fuiste en mi espalda enredadera, y en mi cintura, lazo y serpentina. Me diste la blandura de tu cera, y yo te di la sal de mi salina.

Y navegamos juntos, sin bandera,por el mar de la rosa y de la espina.Y después, a morir, a ser dos ríossin adelfas, oscuros y vacíos,para la boca torpe de la gente....Y por detrás, dos lunas, dos espadas,dos cinturas, dos bocas enlazadasy dos arcos de amor de un mismo puente. Rafael de León (1908-1982) Duda ¿Por qué tienes ojeras esta tarde? ¿Dónde estabas, amor de madrugada, cuando busqué tu palidez cobarde en la nieve sin sol de la almohada?






Like this book? You can publish your book online for free in a few minutes!
Create your own flipbook