HERNAN PRECHT BAÑADOS Lente en Viaje Rincones Encantadores Zapallar +
Soy un fotógrafo aficionado. Todas las tomas son de mi propiedad, salvo que haya créditos de rigor. Tomadas entre 1988-2018. Las digitales solo con cámras Bridge. (Arriba , parte de los esbozos de la casa Casale ) Existe un libro extraordinario, de Juan Larson y las fotografías espectaculares de Max Donoso. Es muy difícil de encontrar, un ejemplar, salvo la miniatura en Issuu.com Es una obra de Arte, que demoró 12 años en terminarse. Lo recomiendo sin restricciones. Mis felicitaciones a las obras de arte de Max.
A fines de junio, en el año 1972, recibí una llamada telefónica cuando dejaba mi oficina.Era una señora argentina, quien había leído una entrevista sobre unos de mis diseños , solicitándome uno de los modelos para llevarlo a Mendoza. Nos conocimos en esas circunstancias, junto al fiel chofer de la familia; a quien volvería a ver unas semanas después. Me traía una carta de Nelly Poquet de Casale, con letra y trazos que denotaban mucho carácter. Una de sus hijas le había expropiado el mueble, por lo cual, me solicitaba un reemplazo, y la petición de acompañar a César, quien me mostraría una casa en Zapallar, recién adquirida por esta gran y cariñosa familia. La idea era remodelarla, junto con el diseño interior, para que cada uno de los Casale, tuviesen sus espacios, perfectamente detallados según las peticiones de la carta. Hace muchísimos años, cerca de 1980, la obra se incendió quedando en pie, solo la chimenea de piedra, que a su vez, hoy esta sepultada por un enmarañado bosque inhabitado, que hace imposible entrar para una foto postrera. Al igual como mis otros libros, esta es una conversación, que recorre el tiempo, y el paisaje con mis fotografías de Zapallar y alrededores.
Hernán Precht Bañados Arquitecto Publicaciones : • Historia del Cementerio General • Arquilecturas • Arquilecturas 2 ( 25 años después ) • Música Clásica ( Para ignorantes como yo ) • Isla de Pascua • Lentes en Viaje: Zapallar+
Mi abuelo materno, don Guillermo Bañados Honorato, murió a los 77 años, treinta y algo días antes que yo naciera. Mis hermanas, al igual que mi madre, hablando siempre maravillas de este hombre, de múltiples intereses, lo hicieron mantenerse vigente en nuestras vidas hasta el día de hoy. Militar, Escritor, Senador, Ministro de Estado, a quien mi muy querida hermana Ester, prolífica escritora, le dedicó su último libro hace pocos meses; a la par que nacía mi última y encantadora nieta. Esa relación de nietos con abuelos es tan interesante e importante, como deben sentirlo quienes tenemos ese inenarrable privilegio, el cual no conocí de ninguno de mis cuatro ancestros, y es un eslabón perdido, casi imperceptible si no fuese por las publicaciones de este abuelo Guillermo. Juan José en los cielos, cuida de sus doce primos, y les quise dedicar este libro, que es de memoria. Memoria plasmada en imágenes, que superan al tiempo y las palabras, por su permanente emoción. Quedará un recuerdo para ell@s, cuando caminen, los mismos senderos; nos encontremos por un instante mágico, unidos por luz y color. Si usted entra en esta historia, es muy personal, y no dedicada a un público masivo.
Antes de llegar a Zapallar, el horizonte nos recibe, amplio e infinito, contándonos de una nube, que aparece junto al amanecer, desde que tengo memoria.
Hernán Precht Bañados
Zapallar
El Cerro de la Cruz, ícono del bal sur de la playa de Zapallar. Recon enorme ciprés en su cumbre (cipr que lo ignoran, su vegetación es ú plantas no crecen en ningún otro
lneario, esta ubicado al extremo nocible desde lejos por el rés macrocarpa), y para aquellos única y endémica, o sea, esas país del mundo.
Depués de varias herencias y compra-ventas, Zapallar fue creado como balneario por iniciativa de Don Olegario Ovalle Vicuña, propietario de la Hacienda \"Catapilco\", el que decide regalar a sus amistades sitios en el lugar, con la condición de que en un plazo de 2 años construyeran casas. Este peculiar origen hizo que desde sus inicios los vecinos no sólo se preocuparan de sus predios, sino que también del entorno. Plantaron bosques, trazaron la red de calles y se construyeron las rampas a orillas del mar. Estamos hablando del año 1863...
En el año 1935, el Sr. Carlos Ossandón Barros decidió comprar la totalidad de la Sociedad Balneario de Zapallar. Antes de morir en 1938, donó varios terrenos a la municipalidad de Zapallar para que se hicieran obras y se establecieran espacios verdes. Se ha conservado como uno de los más hermosos y exclusivos balnearios de Chile ya que posee una identidad protegida por sus vecinos, y algunos de ellos, quienes han rescatado casas declaradas monumentos patrimoniales. ja Es una pequeña y cerrada ensenada, rodeada de cerros, lo cuál produce un microclima que además lo protege contra los vientos costeros.
“ The history of Zapallar explains a good deal about the intimate feel of this beachfront community. It was settled a century ago by Don Olegario Ovalle Vicuña, the son of an affluent local landowner, who, after visiting French resort destinations like Deauville, Biarritz and Nice, decided he wanted to build out his own, more modest version of the French Riviera in Chile. Zapallar already had a nearly perfect horseshoe-shaped, semi-protected harbor. Mr. Vicuña turned it into a beachside community by offering land to friends and relatives, on the condition that they build their own houses within a couple of years. The result is a series of architecturally distinct homes — most with impeccably maintained flower gardens. They sit amid a network of winding streets lined with cypress and eucalyptus trees, connecting to a central plaza, which leads down to the sea.
Descendants of the original families still own many of the homes here, and in fact recently united to create a land trust to prevent development on a large chunk they collectively own at the edge of town. Modern architects have since built steel and glass trophy homes, too. But the town has prohibited large-scale construction, or even any large parking lots, that would open it up to an onslaught of development or day trippers. (The standard luxury house here costs more than $1 million although a weekly vacation rental can be secured for about $300 a night.) This is the kind of community that has its own polo field, where we took in a match sponsored by Veuve Clicquot and Aston Martin, and where we introduced ourselves to Lionel Soffia, a Santiago insurance executive with an area home, glass of champagne in hand, surrounded by local friends he has known for decades.” Eric Lipton, Marzo 20, 2015. New York Times
Hernán Precht Bañados
Senderos
Este no es un libro de historia, ni de historias de Zapallar, pues hay varios tan acuciosos como entretenidos. Lo que si puedo escribir, es de sus particularidades, ya que he recorrido, desde muy joven, senderos naturales o creados por el hombre, entre Rocas de Santo Domingo y Zapallar. A los 12 días de vida, mis padres me llevaron a Las Cruces. Para aquellos que no conocieron ese lugar, antes de el año 1960, les resultará difícil imaginar lo parecido que era con Zapallar.El mismo arquitecto desarrolló su Plan Maestro. La playa rodeada de abetos y pinos, la arquitectura de Josué Smith Solar, arena blanca y el mar con sus espléndidas y únicas olas, de tres en tres. Para muchos de nosotros, ese lugar sigue en la imaginación y se resiste a desaparecer. La sensación es imposible de traspasar por medio de la palabra. He intentado hacer un libro sobre Las Cruces, pero está destruída su identidad. Quedan 14 casas de esa época, 6 con valor patrimonial, y su paisaje muy alterado. Los caminos de piedra y senderos de Zapallar mantienen la unidad, donde cada uno de sus miradores, me devuelven la memoria de los tiempos idos. Son esculturas de piedra sobre piedra, que alcanzan el cielo en su recorrido, llenando el espíritu de inusitada emoción. Cambian con las horas, estas obras mágicas en roca, por anónimos canteros dignos de profunda admiración.
Senderos
Llega un suave murmullo desde la costa, Y en la cercanía corren dos arroyos juntos, En la distancia se ven las colinas púrpura, Descendiendo hacia el mar inquieto: Oscuras colinas cuyas flores no conocen a las abejas, Oscura costa que no ha visto nave alguna Atormentada por el verde oleaje. Desde allí llega el murmullo incesante Hasta el lugar por el que lloro, Pues me lamento día y noche Convirtiéndome inmune al deleite, Volviéndome ciego y sordo, Indiferente a la victoria, inepto para encontrar, Y hábil para extraviar lo que todos desean hallar. William Morris
Sentimos la larga pulsación, en movimiento eterno del reflujo y de la ola, Los acentos de misterio invisible, las vegas y vastas sugestiones del mundo oceánico, las sílabas líquidas que se derraman, El olor, el ligero crujimiento del cordaje, el melancólico ritmo, La perspectiva ilimitada, el horizonte fosco y lejano están aquí Walt Whitman
Camino Las Cujas - Zapallar
Que era mi mar el mar eterno, mar de la infancia, inolvidable, suspendido de nuestro sueño como una Paloma en el aire. Gabriel García Márquez
Una vez recorrí la orilla hasta el final de la playa, donde las olas jugaban y la blanca espuma besaba mis pies. Inundando lentamente mi mirada allí, en lo más profundo, en la maraña de olas y espuma, vi la soledad en tus ojos y la pena en tu rostro. descendí hasta las profundidades, de la rodilla a la cintura y de la cintura a los hombros, hasta que me hundí en la soledad y la pena. Caitlín Maude
A la orilla del mar. Tenía una casa, mi sueño, a la orilla del mar Altas proas. Por libres caminos de agua, la esbelta barca que yo guiaba. Conocían los ojos el reposo y el orden de una pequeña patria. Salvador Espriu
Alguien hoy anda por bolív y puede ser feliz o no serlo Quién me diera ser él.
var y chile o. Jorge Luis Borges
Y mirarán absortos el claror de tus huellas, y clamará la jerga de aquel montón humano: es un ladrón de estrellas... Y tu pródiga mano seguirá por la vida desparramando estrellas. Enrique González M. ..
A ti regreso, mar, al sabor fuerte De la sal que el viento trae hasta mi boca, A tu claridad, a esta suerte Que me fue dada de olvidar la muerte Aun sabiendo que la vida es poca. José Saramago
Mira que van los días volanderos y con ellos las lunas y los soles susurrando cual huecos caracoles marinos los susurros pasajeros del mar del infinito; son luceros de misteriosa procesión faroles y á una esperanza ciega nunca inmoles la realidad que cruza los senderos. Miguel de Unamuno
Search
Read the Text Version
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- 7
- 8
- 9
- 10
- 11
- 12
- 13
- 14
- 15
- 16
- 17
- 18
- 19
- 20
- 21
- 22
- 23
- 24
- 25
- 26
- 27
- 28
- 29
- 30
- 31
- 32
- 33
- 34
- 35
- 36
- 37
- 38
- 39
- 40
- 41
- 42
- 43
- 44
- 45
- 46
- 47
- 48
- 49
- 50
- 51
- 52
- 53
- 54
- 55
- 56
- 57
- 58
- 59
- 60
- 61
- 62
- 63
- 64
- 65
- 66
- 67
- 68
- 69
- 70
- 71
- 72
- 73
- 74
- 75
- 76
- 77
- 78
- 79
- 80
- 81
- 82
- 83
- 84
- 85
- 86
- 87
- 88
- 89
- 90
- 91
- 92
- 93
- 94
- 95
- 96
- 97
- 98
- 99
- 100
- 101
- 102
- 103
- 104
- 105
- 106
- 107
- 108
- 109
- 110
- 111
- 112
- 113
- 114
- 115
- 116
- 117
- 118
- 119
- 120
- 121
- 122
- 123
- 124
- 125
- 126
- 127
- 128
- 129
- 130
- 131
- 132
- 133
- 134
- 135
- 136
- 137
- 138
- 139
- 140
- 141
- 142
- 143
- 144
- 145
- 146
- 147
- 148
- 149
- 150
- 151
- 152
- 153
- 154
- 155
- 156
- 157
- 158
- 159
- 160
- 161
- 162
- 163
- 164
- 165
- 166
- 167
- 168
- 169
- 170
- 171
- 172
- 173
- 174
- 175
- 176
- 177
- 178
- 179
- 180
- 181
- 182
- 183
- 184
- 185
- 186
- 187
- 188
- 189
- 190
- 191
- 192
- 193
- 194
- 195
- 196
- 197
- 198
- 199
- 200
- 201
- 202
- 203
- 204
- 205
- 206
- 207
- 208
- 209
- 210
- 211
- 212
- 213
- 214
- 215
- 216
- 217
- 218
- 219
- 220
- 221
- 222
- 223
- 224
- 225
- 226
- 227
- 228
- 229
- 230
- 231
- 232
- 233
- 234
- 235
- 236
- 237
- 238
- 239
- 240
- 241
- 242
- 243
- 244
- 245
- 246
- 247
- 248
- 249
- 250
- 251
- 252
- 253
- 254
- 255
- 256
- 257
- 258
- 259
- 260
- 261
- 262
- 263
- 264
- 265
- 266
- 267
- 268
- 269
- 270
- 271
- 272
- 273
- 274
- 275
- 276
- 277
- 278
- 279
- 280