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DOCUMENTO COMANDANTE ARNOLDO NARANJO

Published by Ermel Aguirre, 2023-04-14 14:45:11

Description: DOCUMENTO COMANDANTE ARNOLDO NARANJO

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Palabras de mi padre Abelardo Naranjo Montalvo: Los conocimientos humanísticos, tienen como piedra angular, más allá de la aritmética, el castellano, la cívica, las ciencias naturales, etc., la enseñanza y la práctica de los valores trascendentales del espíritu, que son la base para alcanzar la propia realización de los hombres y con ello la consecución de los grandes objetivos en la vida, que indudablemente beneficiarán a la familia, las institu- ciones y a la Patria; El RESPETO, es la tolerancia a los demas, una virtud propia, es tener firmeza en las convic- ciones y reflexivamente adquirida, hacer estimar hasta en los adversarios un mérito cuyo precio se conoce. 1

Los frutos de sus enseñanzas y el ejemplo de honestidad y trabajo en solo dos muchachos que triunfaron como oficiales de la Armada: Alm. Luis Jaramillo Sr. Abelardo Naranjo Montalvo CPNV. Arnoldo Naranjo Aguirre Cmdt. Gral. Marina Director de Estudios Tunguragua Director Academia de Guerra Naval Foto del recuerdo de mi querida madrecita, también fue mi profesora de primero y segundo grado, junto con mis primos Marcelo Naranjo y Efren Montalvo. 2

SORPRESIVA ANÉCDOTA: Durante la entrega del trabajo: “Doctrina Naval” realiza- do por el suscrito (1973), al Sr. CPNV. EMC. Juan Gue- rrero González, DIRECTOR DE LA ACADEMIA DE GUERRA NAVAL, uno de sus instructores, el Almirante Luis Jaramillo, me pidió hablara privadamente, y me relató lo siguiente: “En mayo de 1968 ,cuando por esos días mi padre quien para la época tenía el grado de Teniente Coronel del Ejér- cito, fue trasladado a la ciudad de Quito a cumplir con funciones que le fueron dispuestas, razón por la cual y teniendo como compañeros a dos Sub. oficiales de la misma arma de Infantería ,sugirieron que me ingresara al PENSIONADO BILINGUE SAN PIO X de dicha ciudad, centro de educación primaria, en el cual estudiaban sus queridas hijas, este pequeño pero muy importante centro educativo era mixto y tenía como su director al Padre E. Benítez (Presbítero) que acogía a un reducido pero muy selecto grupo de niños, tenía como particularidad, selec- cionar y contratar maestros de muy elevada calidad, fue el caso que durante el quinto y sexto grado tuve como maestro conductor y formador al muy siempre recordado y muy querido Sr. ABELARDO NARANJO. Los conocimien- tos humanísticos entregados por éste fervoroso maestro, tenía como piedra angular ,más allá de la aritmética, cas- tellano cívica, ciencias naturales, etc., la enseñanza y la práctica de los valores trascendentales del espíritu, que para nuestro sabio profesor, según insistía permanente- mente, eran la base para alcanzar la propia realización de los hombres y con ello la consecución de los 3

grandes objetivos en la vida, que indudablemente bene- ficiarían a la familia, las instituciones y a la Patria, cuánta razón tuvo pues al habernos, esculpido intelec- tual, moral y espiritualmente, jamás las debilidades pudieron vencer a ese grupo de niños que luego trans- formados en hombres cumplirían con las más altas res- ponsabilidades que en su momento les requirió el país y la sociedad, jamás borraré de mi memoria aquellas palabras sobre EL RESPETO...textualmente solía decir: “El respeto es la tolerancia en los otros, de una virtud propia, es tener firmeza en las convicciones y reflexiva- mente adquirida, hacer estimar hasta en los adversa- rios un mérito cuyo precio se conoce\".....Esto recuerdo como que fuese ayer pues, nos hizo escribir veinte veces para que NUNCA lo olvidemos, pues solía además agregar, que aquel que respeta al prójimo jamás perde- rá el equilibrio, ante el error de los demás. Sin duda alguna: mi comandante fue una luz para sus alumnos y muchos cumplimos con sus preceptos, pues en particu- lar, me ayudó muchísimo a modelar el estilo de lideraz- go, que adopté basado en el respeto a los más antiguos y a los subordinados, lo cual me permitió llegar a la más alta dignidad que aspira un oficial de la marina: ser comandante general. Pueden pasar un cúmulo de recuerdos infinitos por mi mente, pero lo que NUNCA OLVIDARÉ, son las positivas enseñanzas de mi sabio maestro, el dignísimo Sr. Abelardo Naranjo. Mi coman- dante ha sido un placer viajar de regreso en el tiempo, creo que esto va a calar muy profundamente en su cora- zón, su padre para mi siempre lo vi como un héroe. Gra- cias por darme esta oportunidad para recordar mo- mentos pretéritos y románticos de mi niñez y quedo siempre a sus órdenes.” 4

Por mi parte cabe recordar: que don Abelardo Naranjo, se jubiló a los 40 años de ejercer el magisterio, que fue su apostolado, habiendo culminado su trabajo como Director de Estudios de la Provincia de Tungurahua. Inmediatamente de la Jubilación mi padre movilizó a su familia a la ciudad de Quito, en afán de obtener mejor educación para sus hijos. Iniciada la Jubilación, la falta de actividad lo estaba consumiendo y haciendo la vida imposible a mi querida madre. Entonces buscó una escuela donde poder impartir sus enseñanzas, haciéndolo sin cobrar un centavo, hasta que luego de varios meses, personalmente ya como oficial de marina, me acerque a reclamarle el sacerdote y rector que no abusara del afán de trabajo de mi padre y que le reconociera algo para el transporte por lo menos y algo más. Así lo Hizo y a partir de allí siguió laborando unos doce años más, en dicho Instituto., que es el motivo de esta reseña histórica. Mis primeras palabras luego de este inesperado e increíble relato fueron: Señor almirante: no sé cómo agradecerle este recuerdo suyo. que honra la memoria de mi padre. estamos hablando de épocas lejanas, pero tan presentes que dan mucho valor a la noble carrera de mi querido padre. pues para ellos, incluyo a mi madre, que eran verdaderos maestros vocación. Su relato es extraordinario y creo que mañana preparare algo mejor, para agradecerle, sola- mente deseo añadir que ese granito de arena que sembró mi padre, contribuyó a los trascendentales éxitos en su carrera y en su vida, en la cual culminó con la mayor 5

distinción de Comandante General de Marina por lo cual aprovecho la oportunidad para felicitarle y desearle que siga cosechando mejores frutos en la oportunidad de impartir otro tipo de enseñanzas a los alumnos de la Aca- demia de Guerra Naval -AGUENA-. Mañana enviare a usted el archivo de “Doctrina y otros comentarios”. Mil gracias Nuevamente por que esto va a trascender en toda mi familia. Responde el Almirante: “Gracias por sus generosas palabras propias de un señor caballero, un marino y dignísimo hijo de un hombre extraordinario, Mi Coman- dante reitero mi agradecimiento, créame, que retorno en el tiempo y ha sido para mí muy emotivo poder decir lo que desde lo inefable del alma lo siento, muchas gracias mi comandante, quisiera si Ud., me permite en el futuro poder disfrutar de una nueva reunión y transmitirle muchas perlas de mi sabio maestro formador”. Luego de este relato y producto de un nuevo encuen- tro les haré conocer otros pormenores de este lindo capítulo de vida y de otros que pienso reeditar. Este relato anecdótico, estoy reenviando a toda mi familia y amigos cercanos para que disfruten de las virtudes de mis adorados padres y maestros. Gracias Arnoldo Naranjo 6


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