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Colonización, conflicto y paz

Published by FAO Colombia, 2022-04-09 19:14:50

Description: Historias del Guaviare a partir de los procesos de investigación en memoria y oralidad, realizados por los jóvenes de Asunción, Calamar, ETCR Charras y ETCR Colinas.

Keywords: Memoria histórica,Conflicto armado,Guaviare,Amazonía Joven,desplazamiento,colonización,paz

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["Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Eso se une con el tema de los ni\u00f1os. Un d\u00eda, cuando ya hab\u00eda llegado todo el mundo, estaba yo sentado aqu\u00ed, este era como mi sitio de meditaci\u00f3n y, de re- pente, escuch\u00e9 unos ni\u00f1os que ven\u00edan jugando por all\u00e1, yo los volti\u00e9 a mirar, cuando escuch\u00e9 que \u201ctan, tan, tan, tan\u201d, y, claro, se estaban jugando a echarse plomo entre ellos, y se pararon dos aqu\u00ed y dec\u00edan: \u201cEs que yo quiero ser guerrille- ro\u201d. \u201cNo, a usted le toca ser el soldado\u201d. \u201cNo se\u00f1or, yo quiero ser el guerrillero\u201d, en- tonces, yo dije: \u201c\u00bfqu\u00e9 est\u00e1 pasando?\u201d, esto s\u00ed no puede pasar aqu\u00ed, y ellos siguie- ron all\u00e1 en su juego. Yo tuve toda la intenci\u00f3n de sentarlos y hablarles, pero son ni\u00f1os y no lo van a entender. Lo que estaba pasando era que ellos no sab\u00edan qu\u00e9 hacer con el tiempo libre y lo estaban ocupando en ese tipo de cosas. Yo vengo de un pueblo en donde jug\u00e1bamos pistoleros todos los d\u00edas y todos terminamos siendo guerrilleros, otros se volvieron paracos, otros terminaron en el ej\u00e9rcito, bueno, todos terminamos en un \u00e1mbito de guerra porque los juegos se vuelven eso. Entonces, lleg\u00f3 alguien de la cooperaci\u00f3n internacional y le dije: \u201chermano, tengo un problema que hay que solucionar. Necesito que empecemos a armar un programa cultural. Necesito que estos ni\u00f1os se pongan a bailar danzas\u201d. Y llam\u00e9 a una compa\u00f1era y le dije: \u201custed sabe mucho de danzas porque en las FARC eso s\u00ed no faltaba, la cultura\u201d. Sacamos esos trajes, los desempolvamos y pusimos a esos ni\u00f1os a bailar danzas, mientras pod\u00edamos hacer alguna gesti\u00f3n. Y ella los cogi\u00f3 y comenz\u00f3 a ensayar con ellos. Despu\u00e9s, otra compa\u00f1era sigui\u00f3 ense\u00f1\u00e1ndoles, luego, ya ven\u00eda gente y hacia sus eventos y, luego, vino otra com- pa\u00f1era que los est\u00e1 acompa\u00f1ando ahora. Ahorita, hace poquito, se entregaron, creo que, ochenta y algo de trajes de danza. Y tenemos todo el instrumental que lleg\u00f3 de m\u00fasica andina; estoy ahorita en la pelea del profesor para que me los forme. Le dije a los compa\u00f1eros: \u201cme hacen el favor y sacan todos esos ch\u00e9che- res guardados de esa casa que est\u00e1 all\u00e1 y, cuando tengan el tiempo, esa es la Casa de la Cultura. Armamos los instrumentos all\u00e1, los ni\u00f1os van, practican y no s\u00e9 qu\u00e9, y el caso es que, hasta el d\u00eda de hoy, no he vuelto a escuchar ese tal pisto- lero. A la tienda, el otro d\u00eda, trajeron unas pistolitas, dizque de juguete, y fui y les dije: \u201cesa plata se les perdi\u00f3, pero aqu\u00ed no me venden una cosa de esas\u201d. El futuro incierto Lo que est\u00e1 sucediendo a nivel nacional con el asesinato de l\u00edderes sociales y excombatientes no es f\u00e1cil, es muy complejo. Yo siempre he dicho que parte de la protecci\u00f3n depende del ambiente que uno cree en su comunidad, es tanto as\u00ed que, en Charras, nunca ha pasado nada. Claro, hay gente que es inescrupulosa, por ejemplo, aqu\u00ed, a quien amenazan todo el tiempo es a m\u00ed; conmigo la tienen velada y, yo siempre le digo a los muchachos que no se preocupen, pero yo no puedo dejar de trabajar tampoco, es una responsabilidad del Estado cuidar la vida nuestra. Hace quince d\u00edas me lleg\u00f3 una amenaza que nos tiene en alerta. 150","Cap\u00edtulo 3. El conflicto y la paz, experiencias de vida en el ETCR de Charras Inclusive, uno de los compa\u00f1eros que fue amenazado decidi\u00f3 irse. Nos dijo: \u201cyo s\u00ed me voy porque yo no me voy a quedar, si usted est\u00e1 loco y se va a quedar, qu\u00e9de- se\u201d, y yo le dije: \u201cyo no estoy loco, yo creo que es mejor que a uno lo maten, usted sabe que se muri\u00f3 f\u00edsicamente, pero no hay peor muerte que la muerte moral, es la peor de todas\u201d. En el caso m\u00edo, la gente de este espacio tiene toda la esperanza puesta en la gesti\u00f3n que uno pueda hacer y en el acompa\u00f1amiento que uno les haga, si yo los dejo solos, yo me estar\u00eda matando solo. Yo prefiero que me maten de otra forma y no matarme yo mismo, eso ser\u00eda suicidarme pol\u00edticamente y eso no lo voy a hacer, adem\u00e1s, con la gente, eso es muy complejo. El Che Guevara dec\u00eda, los cuadros revolucionarios deben estar con las masas o, si no, no son un cuadro, son un remedo de cuadro porque yo no puedo llegar a ser un remedo de l\u00edder, yo todav\u00eda no soy cuadro, pero no puedo ser un remedo de l\u00edder. Estoy con mi gente hasta que ellos decidan que yo soy su l\u00edder; cuando decidan que no m\u00e1s, pues, tampoco me voy a ir, me voy a quedar en mi casa, ayudando en lo que pueda porque la cuesti\u00f3n de liderazgo no es una cuesti\u00f3n de orgullo, sino de responsa- bilidad, y es a partir de ah\u00ed que uno tiene que avanzar. Hay gente que cree, en su idiotez, porque a m\u00ed me parece una cosa idiota, que si se mueren o se van los que lideran estos espacios, la gente se va a ir en des- bandada, pero eso es carreta, eso no va a pasar. La gente ya tiene otras cosas en la cabeza, tienen hijos, ya no es f\u00e1cil, nosotros ni siquiera negamos que los problemas en otras partes han sido por estructuras que fueron, en su momento, compa\u00f1eros nuestros: las disidencias. Pero, a eso hay que buscarle cu\u00e1les son las din\u00e1micas porque puede haber cosas de fondo que nosotros tenemos que analizar para no equivocarnos en la apreciaci\u00f3n. Pol\u00edticamente, claro, el Esta- do es el culpable porque \u00e9l tiene que garantizar no solo la seguridad de los ex guerrilleros sino la de la gente que vive en el campo, y esa seguridad no est\u00e1 funcionando. Nosotros nos reunimos con la instancia tripartita que garantiza la seguridad y la protecci\u00f3n, de la que yo hago parte, y me dicen: \u201cvenga, si hay amenazas vamos a meterle tropa para defenderlos de las disidencias\u201d, y yo les digo: \u201custe- des est\u00e1n equivocados\u201d. Es decir, la concepci\u00f3n de seguridad va m\u00e1s all\u00e1 de los uniformes y de los fusiles, la seguridad es inversi\u00f3n social. Mire, hay algo muy im- portante que dec\u00eda recientemente Jonier, del Frente Primero, en una entrevista que le hicieron: si quieren que nosotros dejemos las armas, qu\u00edtenos la pobreza; mientras existan las causas que generan el conflicto, esto va a persistir, pero es una idea equivocada pensar de que, si hay m\u00e1s tropa, hay m\u00e1s seguridad, no es as\u00ed. A nosotros nos violaron una ni\u00f1a Nukak en ese puesto militar que hay ah\u00ed, entonces, \u00bfqu\u00e9 seguridad brindan ellos?, si esa es la supuesta seguridad, esta- mos fregados. Si no hubiera estado el militar ah\u00ed, si [\u2026] esa ni\u00f1a hubiera tenido 151","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz posibilidades de mantener su identidad cultural, si esa ni\u00f1a no estuviera en la prostituci\u00f3n, si no estuviera en la drogadicci\u00f3n, todo ser\u00eda diferente, as\u00ed s\u00ed habr\u00eda seguridad. Nosotros copiamos muchos modelos de otros pa\u00edses, pero no co- piamos los modelos que sirven. Si nosotros copi\u00e1ramos los modelos de algunos pa\u00edses que s\u00ed son buenos y que adem\u00e1s han avanzado en temas econ\u00f3micos y de seguridad, ser\u00eda distinto porque todo est\u00e1 ligado. Los compa\u00f1eros nuestros que han sido asesinados nos duelen a nosotros por- que siempre son 248 muertos, eso reciente mucho, m\u00e1s en el caso nuestro, que somos una familia y somos muy cercanos todos, y cuando nos matan un com- pa\u00f1ero uno lo siente. Mire lo que nos pas\u00f3 con Albeiro en el Meta. Albeiro muere, y a m\u00ed me han matado mucha gente, pero una muerte no me hab\u00eda pegado tan duro como la de Albeiro, y no solo a nosotros, sino a nivel nacional. Eso re- bas\u00f3 la copa nuestra, tanto, que terminamos en una movilizaci\u00f3n a Bogot\u00e1, por eso es fundamental seguridad con justicia social y paz. 152","","Foto: \u00a9 Warner Valencia 154","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas Uno de los lugares que permite percibir los efectos del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP es la vereda de Colinas, en el municipio de San Jos\u00e9 del Guaviare. Aunque pareciera que son muchos m\u00e1s, debido a las condiciones de atraso y abandono que dominaron esta \u00e1rea por muchos a\u00f1os, solo 57 kil\u00f3metros separan este asentamiento humano de la capital del depar- tamento. Al final del siglo XX, a este peque\u00f1o rinc\u00f3n del Gua- viare no llegaba la institucionalidad, pero s\u00ed lo hac\u00edan los rigo- res del conflicto armado, en especial, de la mano del accionar de las FARC-EP, con una combinaci\u00f3n extra\u00f1a entre control territorial, orden, autoritarismo y violencia. Una vez lleg\u00f3 el proyecto de la Paz, se crearon los ETCR con un reto importante: constituir espacios que dinamizaran las actividades productivas y el desarrollo territorial en todo su entorno; al tiempo que deb\u00edan iniciarse los procesos de re- conciliaci\u00f3n, di\u00e1logo y trabajo mancomunado entre desmo- vilizados y comunidad local. En Colinas, los excombatientes nombraron ese espacio con el nombre de Jaime Pardo Leal y se organizaron alrededor de la generaci\u00f3n de proyectos pro- ductivos agr\u00edcolas. En los \u00faltimos a\u00f1os, las dificultades no han faltado. A la defi- ciente administraci\u00f3n de los espacios territoriales se suman las limitaciones del Gobierno para cumplir con lo pactado y hacer frente a los retos que surgen en torno a este lugar. Para 155","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz los excombatientes, que quieren trabajar y generar sus propios ingresos, el proce- so ha sido muy lento y la inversi\u00f3n social resulta insuficiente. Aunque hay ganas de estudiar, recrearse, sentirse productivos e impulsar su proyecto pol\u00edtico para ser transformadores sociales, como se\u00f1ala Nelson Enrique D\u00edaz Osorio, coordina- dor del ETCR de Colinas, el proceso es complejo y demorado. Los problemas y las oportunidades que surgen de la convivencia con miembros de las extintas FARC-EP, que en el pasado fueron victimarios; las expectativas que hay sobre el futuro de Colinas; la fragilidad de la Paz; los lentos avances en el ETCR; la cantidad de j\u00f3venes que ah\u00ed viven y que conocen muy bien la historia del grupo guerrillero desmovilizado; y los esfuerzos de los excombatientes para ser o\u00eddos y reivindicar protecci\u00f3n y cumplimiento de los Acuerdos son apenas algunos de los temas que las entrevistas realizadas por los j\u00f3venes de la regi\u00f3n permitieron sacar a la luz en el marco del Proyecto Amazon\u00eda Joven. Las comunidades aleda\u00f1as tambi\u00e9n resienten esta situaci\u00f3n. Si bien se han ade- lantado iniciativas conjuntas y la presencia del ETCR ha permitido el desarrollo de actividades de alto impacto para toda la poblaci\u00f3n, como brigadas de salud, programas de formaci\u00f3n y otros beneficios sociales; tambi\u00e9n hay retos muy im- portantes y a\u00fan pendientes en materia de reconciliaci\u00f3n. Los excombatientes han sido ampliamente entrevistados por numerosos medios e investigadores so- ciales, pero hace falta o\u00edr con m\u00e1s atenci\u00f3n la voz de los habitantes de la vereda de Colinas, su historia de la colonizaci\u00f3n, los sufrimientos del conflicto y los retos de una paz que, por m\u00e1s dif\u00edcil que parezca, es preciso defender y construir, pues todos los colombianos la merecemos. 156","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas Visiones desde la Acci\u00f3n Comunal. Luis Antonio Yo soy el presidente de la Junta de Foto: \u00a9 Warner Valencia Acci\u00f3n Comunal de aqu\u00ed de esta vereda de Colinas. Llevo, aproxima- damente, catorce a\u00f1os de ser presi- dente. Vine a esta tierra en el a\u00f1o \u00a1Dos mil! Llegu\u00e9, yo, a esta tierra por paseo y la idea era devolverme, pero resulta y pasa que me compr\u00e9 un pedazo de tierra y me ama\u00f1\u00e9. Cuando vine a esta tierra ya exist\u00eda la vereda, pues ella fue fundada como en el 89, y fue reconoci- da por el Gobierno en la Constituci\u00f3n de 1991. Breves apuntes sobre el conflicto Pero esas \u00e9pocas eran de mucho con- flicto. Ven\u00eda el ej\u00e9rcito, el Gobierno, las entidades, la polic\u00eda, pero quien manejaba todo ese tema era la gue- rrilla. Eso era lo que manejaban ellos; siempre se miraban, cada ocho d\u00edas, cada cinco d\u00edas visitaban el caser\u00edo y regresaban; hac\u00edan unas reuniones, daban unas explicaciones de convi- vencia; eso sirvi\u00f3 mucho tambi\u00e9n para las comunidades, no se permit\u00edan los robos y violadores. Todo eso porque, en esa \u00e9poca, si robaban, pues, le tocaba pagar con morirse o irse. Aqu\u00ed, m\u00e1s o menos, la violencia m\u00e1s brava fue el robo, un poco de extorsi\u00f3n, pero, para que vea, en ese tiempo era muy sano. 157","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz La guerrilla permanec\u00eda siempre pendiente, era una buena relaci\u00f3n, pero en otras cosas s\u00ed no se estaba de acuerdo. Por ejemplo, nosotros, como habitantes de esta regi\u00f3n, ten\u00edamos que pagar el impuesto a ellos, tanto de la ganader\u00eda, como del comercio, como de tener finca. Eso s\u00ed que nos tocaba. Otra era que ellos manejaban era un certamen de mirar a los muchachos j\u00f3venes y, psicol\u00f3gicamente, ellos le dec\u00edan que en la vida era m\u00e1s f\u00e1cil ser guerrillero, que vivir por aqu\u00ed raspando y que no s\u00e9 cu\u00e1nto. Bueno, endulzaban a los muchachos \u00a1Muchos se fueron!, pero otros s\u00ed no se dejaron. Ellos estaban pendientes, esperaban que los muchachos salieran de la primaria o la secundaria y pasaban al colegio, y preguntaban por el listado de los mucha- chos. Con lista en mano, los sacaban, pero aqu\u00ed no hubo mucho de eso, mucha gente se fue a las filas voluntariamente. Algunos se regresaron, de all\u00e1 vinieron con malas ideas de trabajar. Ya no trabajaban, sino que se dedicaban solamen- te a la extorsi\u00f3n. Otros se hac\u00edan matar, porque un mont\u00f3n de gente mor\u00eda en las filas, tanto el Gobierno los mat\u00f3, como los paramilitares. Siempre alcanz\u00f3 a llegar el Bloque Centauro, tambi\u00e9n los Urabe\u00f1os, como en el 2006 o 2007, ellos, al que miraran de miliciano de la guerrilla, lo mataban, aqu\u00ed mataron como a tres en esta vereda. Cuando la guerrilla desocupaba la regi\u00f3n, llegaban los paramilitares y empe- zaban a investigar: \u201c\u00bfqui\u00e9n es usted?, \u00bfusted, por qu\u00e9 trajo a tal fulano?\u201d; de pronto, los llevaban por all\u00e1, los amarraban, los torturaban y los enterraban y los dejaban ah\u00ed, muertos. A nosotros nos pas\u00f3 una historia con un muchacho, era amigo de nosotros, era paisano. Por una palabra que dijo con los paramilitares, qui\u00e9n sabe qu\u00e9 dijo. Vinieron y entraron a las tiendas y saquearon lo que hab\u00eda, se llevaron plata, joyas y todo eso; entonces, una se\u00f1ora pregunt\u00f3 que qui\u00e9n le hab\u00eda saqueado la casa, y \u00e9l le dijo que eso no lo hac\u00eda la guerrilla, por ese mo- tivo lo mataron. Lo torturaron, lo picaron por pedazos, y as\u00ed. Y nosotros esperando que se fueran los paras. Nos dijeron, para ir a mirarlo, d\u00f3n- de lo hab\u00edan dejado. Porque pensamos que lo hab\u00edan matado con plomo, y no. Lo torturaron y lo enterraron ah\u00ed, en alg\u00fan potrero. Nosotros lo sacamos y lo tra- jimos, lo est\u00e1bamos velando y lo remendamos. Pero lleg\u00f3 una mala informaci\u00f3n de otra persona, que andaban diciendo que, si nosotros \u00edbamos a levantar ese muchacho de all\u00e1, ven\u00edan y acababan con el pueblo, entonces, nos toc\u00f3 ir de vuelta y enterrarlo de nuevo donde estaba y como estaba. En esa \u00e9poca, tocaba cuidarnos mucho de ese tema, aparte de que lo mataron no pudimos despedir- nos bien. 158","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas El punto es que ac\u00e1 en Colinas hay v\u00edctimas de parte y parte y, por eso, ver a las FARC en el ETCR, pues, nos da como dolor. Solo esperamos no tener mala informaci\u00f3n, pues la mala informaci\u00f3n de otra persona puede hacer que uno tenga acusaciones de cualquier grupo armado. Esa es la preocupaci\u00f3n. Y, cuan- do ellos se desvincularon; aqu\u00ed en Colinas, nos dimos al paso de que llegamos a hacer trabajos, casi que, comunitariamente con ellos. Nos invitaban y nosotros particip\u00e1bamos. Y as\u00ed hemos estado, haciendo actividades y deportes, pero es- peramos que en el futuro se cumpla el convenio del Acuerdo con el Gobierno, en el tema de la restituci\u00f3n de cultivos de uso il\u00edcito. Con la Paz hubo un apret\u00f3n de manos que se sinti\u00f3 econ\u00f3micamente. Lo sen- timos duro porque, verdaderamente, la coca, pues, era m\u00e1s f\u00e1cil, m\u00e1s r\u00e1pido. Mientras, de pronto, el Gobierno s\u00ed nos demora los pagos. Tambi\u00e9n est\u00e1 el acuer- do que se hizo con lo del PNIS, con eso mejor\u00f3 el sostenimiento familiar, lleg\u00f3 la seguridad alimentaria; estamos esperando y trabajando por lo del proyecto productivo, pero nada. Nosotros vivimos por aqu\u00ed de la lecher\u00eda, le damos gra- cias a Dios porque nosotros tenemos la vaquita de leche; tenemos nuestra fin- quita, nuestras parcelas; por ah\u00ed, sembramos nuestra huerta para la seguridad alimentaria. Y, como comunidad, tambi\u00e9n nos hemos beneficiado de otros convenios, tam- bi\u00e9n llegamos al acuerdo ambiental. Nosotros, como presidentes de las juntas, buscamos prohibir la tumba de monte. Poder decir, hasta ah\u00ed fueron, no se tum- ba un \u00e1rbol m\u00e1s. Los ca\u00f1os hay que reforestarlos porque, verdaderamente, el cambio clim\u00e1tico puede ser fuerte. Aqu\u00ed, por ejemplo, hay veranos muy tensos donde, verdaderamente, se secan muchas aguas, entonces, la gente tiene que cuidar la fauna y la flora tambi\u00e9n, y parar la deforestaci\u00f3n, que es otro problema muy grave que se est\u00e1 viendo en el Guaviare. 159","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Historia de vida de Maria del Carmen Bernal Buitrago Mi nombre es Maria del Carmen Foto: \u00a9 Warner Valencia Bernal Buitrago, yo vine proce- dente de Santa Mar\u00eda, Boyac\u00e1. Cuan- do yo entr\u00e9 aqu\u00ed, al Guaviare, todo esto era selva, entramos fue por la parte de El Retorno; eso era un trayecto como de 15 minutos, de Ca\u00f1o Azul hasta donde hab\u00edan descombres; despu\u00e9s, de ah\u00ed para arriba era sola selva y ya tocaba era a pie o, el que m\u00e1s formas o plata ten\u00eda, ten\u00eda mulas. Entonces, se transportaban en esas bestias y, a veces, se dorm\u00eda debajo de la ra\u00edz de un \u00e1rbol y, para que el tigre no hiciera da\u00f1o en toda la noche, se hac\u00edan ho- gueras. El espacio As\u00ed fue desplaz\u00e1ndose la gente, ha- c\u00edan su chocita y ah\u00ed ya empezaban a rozar, a rozar y descumbrar. En esas yo estuve all\u00e1, siempre varios a\u00f1os, don- de unas amistades que nos alojaron. Despu\u00e9s, nos vinimos fue para la parte de Cerritos, y all\u00e1 estuvimos tambi\u00e9n otra \u00e9poca. As\u00ed fueron viniendo los fun- dadores, que llegaban a rozar la tierra, cada vez m\u00e1s porque ellos rozaban y tumbaban as\u00ed no fueran \u00e9pocas de tumba. Era mucho trabajo el que to- caba hacer, los rastrojos se quemaban y, en ese entonces, hab\u00edan muchos 160","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas animales da\u00f1inos, como los cajuches63, ellos eran muy salvajes, le tiraban a la gente. Esos animales son muy parecidos al za\u00edno, que son como cerdos de selva, ne- gros, hay unos que son caretos64, que son los m\u00e1s bravos, o eran, en esa \u00e9poca. Entonces, cuando uno se acercaba, soltaban un almizcle y ya uno se orientaba que era cajuche y\/o que era za\u00edno. Eso, le tocaba a la gente subirse a los \u00e1rboles porque ellos, cuando lo olfateaban a uno, empezaban a triturar los palos, a bre- garlo a bajar, y le tocaba subirse bien a una piedra alt\u00edsima o, si no, subirse en un \u00e1rbol alto y esperar que no se lanzaran a trozarlo porque les tiraban muela y, como ellos tienen unos colmillos grand\u00edsimos, una muela grande, entonces, ellos mord\u00edan los \u00e1rboles y lo pod\u00edan hacer caer a uno. Ah\u00ed exist\u00eda mucho el tigre, pero el tigre, m\u00e1s que todo, se com\u00eda era a los perros, y uno ya sab\u00eda la forma de cuidarse. En esas, a la gente le tocaba andar armada porque, de pronto, un tigre o algo, entonces, para defensa propia, siempre que uno cog\u00eda un camino, hab\u00eda que llevar el pertrecho, o sea, los tiros que se carga- ban para la escopeta, en esas, se utilizaban las calibre 16 o 20, para defensa, por si en el camino le sal\u00eda un tigre. Bueno, cualquier animal que lo atacara a uno tocaba tirotearlo o, al menos, hacerle un tiro porque \u00e9l escuchaba el tiro y se iba. Cuando arrib\u00f3 el conflicto armado De ah\u00ed seguimos y seguimos avanzando y ya fue pasando el tiempo. Despu\u00e9s, ya llegaron las tales guerrillas. Empezaron a llegar pocos, creo que ven\u00edan como a colonizar, tambi\u00e9n, como a conocer el campesino, cu\u00e1ntos habitantes hab\u00eda, y eso. Ellos se metieron poco a poco, hasta que llegaron a ser numerosos. Eso fue cuando yo ten\u00eda como 17 a\u00f1os, por ah\u00ed como en 1976. Ellos llegaban a hablar y dejaban claro c\u00f3mo eran los mandatos de ellos, nos dec\u00edan que tocaba hacer caso de las \u00f3rdenes de ellos y, entonces, as\u00ed fueron creciendo, se fueron creciendo las guerrillas, y ya el campesino tambi\u00e9n le toc\u00f3 estar bajo el mando de ellos. Como uno no es monedita de oro para caerle bien a todos, pues, de pronto, por cualquier cosa, ya la gente se acostumbr\u00f3 a mala, a echarle la guerrilla a las personas, no era sino tenerle rabia a alguien y ya lo denominaban de otra clase (ej\u00e9rcito o paramilitares), solo por hacerlos castigar. Muchas veces, hasta hac\u00edan matar a la gente inocentemente. 63 Cajuche o cafuche, es el nombre que se le da, indistintaamente, al armadillo y al cerdo salvaje o za\u00edno. Luis Enrique Arag\u00f3n Farkas. Diccionario folcl\u00f3rico colombiano. Ibagu\u00e9: Universidad de Ibagu\u00e9, 2018, p. 292 64 Como careto se conoce al animal de cabeza blanca y cuerpo oscuro o con la cara manchada. Luis Enrique Arag\u00f3n Farkas. Diccionario folcl\u00f3rico colombiano. Ibagu\u00e9: Universidad de Ibagu\u00e9, 2018: 340 161","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Por eso se empez\u00f3 a crear el conflicto, pues, quedamos ya al mandato de ellos, lo que ellos hicieran en cualquier momento y, cuando hubieron las masacres, ya fue cuando el Gobierno los ech\u00f3 a combatir, entonces, tambi\u00e9n echaban harto militar a la zona donde se encontraban ellos y, en esas, hab\u00edan m\u00e1s de 300, 600 guerrilleros, eran hartos que se miraban. Imag\u00ednese que yo sal\u00eda de la finca y me dec\u00edan: \u201cdentro de dos horas pasan, gu\u00e1rdese, que en dos horas pasan\u201d. Yo iba ya de camino y me los encontraba, pues, ellos me dec\u00edan: \u201c\u00bfpara d\u00f3nde va?\u201d, y yo les dec\u00eda: \u201cvoy para el pueblito a hacer mis compras, la remesa, el mercado\u201d. Y alguien me dec\u00eda: \u201cse\u00f1ora, por precauci\u00f3n, y por orden, y por su bien, mejor devu\u00e9lvase, en dos horas pasan\u201d. Y me devolv\u00eda y duraba dos horas en la casa, a veces, esperaba hasta dos horas y media y todav\u00eda estaban pasando las tropas. Imag\u00ednese cu\u00e1ntos ser\u00edan, que en dos horas y media todav\u00eda me dec\u00edan: \u201cno puede seguir hasta que no termine la cola\u201d y, hasta me hac\u00edan devolver. Muchas veces, yo me devolv\u00eda y me estaba por ah\u00ed, y me dec\u00edan: \u201cestese ah\u00ed, hasta que pasen todos\u201d, \u00a1jum!, y eso, ah\u00ed me quedaba y me quedaba, imag\u00ednese, eso dura- ban hart\u00edsimo porque en eso s\u00ed era porque pasaban miles, miles, 3.600 hombres, 4.000 hombres. Ellos pasaban por todo lo que era Cerritos, y por ac\u00e1, pues por ac\u00e1 ten\u00eda[n] pr\u00e1c- ticamente cuna. All\u00e1, donde ellos escogieron para hacer el ETCR, ah\u00ed al frente, era lo que llamaban el General Plutarco, todo eso ah\u00ed era pr\u00e1cticamente donde ellos ten\u00edan un puesto. Le decimos cuna porque ellos viv\u00edan ah\u00ed. Otro poco por all\u00e1, por el lado de Ca\u00f1o Lajas, en unas selvas grandes donde ahorita hay un poco de monte, ellos se refugiaban ah\u00ed y pues todos los guerrilleros o personas que llevaban para matar, por ah\u00ed los cog\u00edan. Los guerrilleros que sal\u00edan a patrullaje, por decir, a Cerritos, por el lado de El Retorno, o a otros sitios y los her\u00edan o fracasaban, llegaban ac\u00e1 donde ten\u00edan los m\u00e9dicos, de todo, pero, entonces, hab\u00eda algunos que ya no alcanzaban por p\u00e9rdida de sangre, por muy mal tirados de la aviaci\u00f3n o del ej\u00e9rcito porque eso, cuando se daban, se daban duro, entonces, pues por ah\u00ed reposar\u00e1n los restos porque no alcanzaban a llegar. Por eso, ellos escogieron la sede del ETCR para quedarse ah\u00ed, porque fueron, de pronto, las sedes donde m\u00e1s sangrientas fueron, aunque, por la parte de Ce- rritos, Vor\u00e1gine y Santa B\u00e1rbara, tambi\u00e9n hubo una masacre, esa s\u00ed tambi\u00e9n me consta porque yo viv\u00ed all\u00e1. Hasta donde yo s\u00e9, hubo 120 hombres del ej\u00e9rcito muertos y 120 guerrilleros muertos, declarados por un mayor del ej\u00e9rcito que me dijo. Pero, de la guerrilla hubo m\u00e1s muertos, o sea, solo contaron lo que ellos vieron, pero todo lo que fue de Vor\u00e1gine a Santa B\u00e1rbara no hac\u00edan m\u00e1s sino decirle guerrilleros a los campesinos que hab\u00edan matado y que enterraban o que encontraban, para no dejar evidencia, y dec\u00edan que ellos despu\u00e9s bajar\u00edan y le pagar\u00edan a la gente para que no dijera nada. 162","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas Entonces, murieron m\u00e1s de los guerrilleros porque llevaban tres d\u00edas persigui\u00e9n- dolos y fueron tres d\u00edas de bala que se dieron, al final, algunos ya se rindieron, algunos ca\u00edan desmayados, otros perdieron las vidas, otros quedaron bien heri- dos. Hasta una sobrina m\u00eda muri\u00f3, pero ella era campesina, sino que se estaba quedando donde una amiga y, como el tiroteo fue ah\u00ed tambi\u00e9n, a la casa llega- ron esquirlas que le da\u00f1aron partes de un brazo y la cara. Despu\u00e9s de eso, yo ya me vine para este sector de Colinas, en donde el conflicto segu\u00eda y segu\u00eda y, uno de campesino, \u00bfqu\u00e9 puede hacer?, \u00bfpara d\u00f3nde se va a ir si no tiene plata?, lo poco o mucho que tiene es, por ah\u00ed, un pedacito de tierra; de pronto, unos animalitos de especie menor o; p\u00f3ngale, unos ganados. Y, pues, lo poco, ah\u00ed s\u00ed tal como dice el refr\u00e1n, lo poco o mucho que uno tiene, lo tiene ac\u00e1, entonces, m\u00e1s bien uno como que no le para bolas al conflicto ni a las masacres, sino que uno mismo se da como su consejo: \u201cyo, mejor, no ando haci\u00e9ndole mal a nadie; me quedo quieta ac\u00e1\u201d. Imposible que me vayan a matar sin hacerle mal a nadie y, si algo, pues, entonces, le tocar\u00e1 irse a uno y pensar m\u00e1s de cinco mil veces para d\u00f3nde se va a coger porque, si uno se va al pueblo, aguanta sed, hambre y de todo; y all\u00e1, nadie lo aloja, nadie. Porque, si los campesinos se arri- man all\u00e1, en la ciudad, a albergarse, lo primero es botarle gas lacrim\u00f3geno, y les dicen que no los pueden alojar, que no hay para darles de comer, pero quienes dicen eso viven, dig\u00e1moslo bien, all\u00e1 en el pueblo, en la ciudad, pero no saben la necesidad del campesino. Uno, a lo \u00faltimo, como que se resigna es a vivir o a morir; si se muere, pues se termin\u00f3 hasta ah\u00ed el ciclo de vida y, si sali\u00f3 bien, pues se qued\u00f3 uno bien. El pro- blema es los hijos que uno tiene, porque uno crea hijos, pero condiciones, no. Los hijos varones, m\u00e1s que las ni\u00f1as, se cr\u00edan en un r\u00e9gimen m\u00e1s pesado, m\u00e1s duro, en el que \u00e9l dice \u201c\u00a1que a m\u00ed no me van a hacer nada!, o, \u00a1yo hago lo que yo quiero! Como ellos ya tienen sus sentimientos, diferentes a lo que uno piensa, pues de pronto ya ellos cogen otro rumbo, \u00bfs\u00ed me entiende? O sea, hay algunos que les gusta como ese porvenir de las guerrillas, algunos se vuelven guerrilleros porque ellos venden el ingreso de forma atractiva, ellos les dicen: \u201cmire, chino, esto y esto, estamos luchando contra el Gobierno porque el Gobierno no le responde al campesino, el campesino es el dedo negro para todo, aguanta sed, aguanta hambre, el Gobierno nunca le responde al campesino\u201d. Entonces, pues lo consideran y, como son d\u00e9biles de sentimiento o no les gusta muchas veces el trabajo, dicen \u201cclaro, esto es lo mejor\u201d. En esas \u00e9pocas, las guerrillas se conectaron con mucha gente porque es que ellos sab\u00edan endulzarle el o\u00eddo a los ni\u00f1os, les gastaban. Por ejemplo, si llegaban ac\u00e1 a este colegio, ellos compraban hart\u00edsimas galletas, dulces, iban y le ped\u00edan permiso a un profesor que les diera permiso de estar en recreaci\u00f3n con los ni\u00f1os, 163","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz un rato, resulta que ellos les llevaban dulces, bombones, galletas, fresco, en fin; los reun\u00edan aparte y les daban algunas clases, as\u00ed como en todo colegio. En el tiempo de antes, ellos se ganaban as\u00ed a la gente. Los ni\u00f1os, cuando ya los ve\u00edan por ah\u00ed, les dec\u00edan: \u201cay, reg\u00e1leme pa\u00b4 tal cosa, reg\u00e1leme pa\u00b4 tal cosa\u201d, entonces, \u00bfqu\u00e9 hac\u00edan ellos? \u201cS\u00ed, claro, tome y g\u00e1steles a sus amigos\u201d. Ellos s\u00ed les daban platica, entonces, \u00bfqu\u00e9 va a pasar?, ellos atra\u00edan los ni\u00f1os debido a ese medio porque les iban dando plata, pero en ning\u00fan momento, que muchas veces di- cen que la guerrilla se lleva los ni\u00f1os o las ni\u00f1as a la fuerza, eso es una mentira, yo eso no lo vi. En los a\u00f1os que yo tengo, nunca he conocido que se lleven a una persona forzo- sa, de pronto s\u00ed se la llevan a las malas, pero si deben sus delitos, si de pronto los necesitan para ajusticiarlos, para esto, ah\u00ed s\u00ed se los llevan, es una orden: se va con nosotros, as\u00ed alegue o lo que sea, se va con nosotros, pero ya ser\u00eda m\u00e1s como una orden para ajusticiarlos, pero que un ni\u00f1o o una ni\u00f1a se la lleven forzosamente es una mentira. Lo que pasa es, como yo les digo, ellos los van endulzando poco a poco. Como entre esas guerrillas vienen muchachos simp\u00e1ticos, las chinas se enamo- ran a primera vista de cualquier guerrillero porque, para qu\u00e9, eso pasa como con el campesino, hay gente que m\u00e1s o menos es regular, como hay gente bien simp\u00e1tica, entonces, ah\u00ed, a primera vista, ya se gustaron, entonces, ya, por ejem- plo, si es un ni\u00f1a civil, se enamora de un guerrillero y ya empieza a visitarla, las visitas van a ser m\u00e1s y m\u00e1s frecuentes. Y si el guerrillero es buena gente, digo yo, buena gente, le advierte a las muchachas que no se vayan para la guerrilla con ellos porque \u201call\u00e1 se sufre mucho, no vaya, nos seguimos frecuentando, pero no se vaya a ir para all\u00e1 porque all\u00e1 se sufre y all\u00e1 esto\u201d; pero ese guerrillero es muy contadito, son muy pocos los que cuentan sobre el sufrimiento de all\u00e1. Pero tambi\u00e9n hay otros que les dicen a las muchachas: \u201cvamos que all\u00e1 es las mil maravillas, que all\u00e1 no sufre, que all\u00e1 le dan de todo a uno\u201d, all\u00e1, mejor di- cho, le pintan p\u00e1jaros de oro y ah\u00ed eso s\u00ed, las ni\u00f1as se van pr\u00e1cticamente y son enamoradas por guerrilleros. Aunque, a ellos, hace ya unos a\u00f1itos atr\u00e1s le han prohibido enamorarse de los civiles porque, muchas veces, el Gobierno les ha metido ni\u00f1as a enamorarse de los guerrilleros, y m\u00e1s le tiran es como al coman- dante, cuando son muy elegantes ellas, muy bonitas, pero, entonces, resulta y pasa que ya iban compradas del Gobierno. Yo digo, compradas porque ellas ya iban de c\u00f3mplices y era para atrapar al comandante con su gente porque, ya al ser la novia, ya pues le contaba a d\u00f3nde iban a ser las reuniones, en qu\u00e9 parte y, de pronto, en las primeras, como quien dice, \u201cle da paso, le da paso\u201d y, hasta que los atrapaban. Entonces, as\u00ed fue como hubo mucha mortandad tambi\u00e9n de guerrilla, por eso, al final, les prohib\u00edan rotundamente enamorarse del civil, ya fuera hombre, ya fuera mujer, ten\u00eda que ser entre ellos mismos. 164","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas As\u00ed fue que se fueron exterminando las guerrillas, pero eso no impidi\u00f3 que se vie- ran en necesidad de los civiles porque, pr\u00e1cticamente, ellos viven del campesino. Los guerrilleros ven\u00edan y les ped\u00edan cosas, les dec\u00edan: \u201cbueno, necesito almuerzo pa\u00b4 tantas personas\u201d, y ah\u00ed, los campesinos se negaban o aceptaban, entonces, si los obligaban, ellos le dicen: \u201caqu\u00ed tengo este animal, ll\u00e9veselo y prep\u00e1renlo\u201d, y punto; como hay otros que dicen \u201cs\u00ed, yo les hago el almuerzo\u201d. Con altas y bajas, las guerrillas viv\u00edan del campesino. Al final, a una le toca acoplarse porque, si se niega: todo no, no, no; \u00bfqu\u00e9 va a ser?, que se los va echando uno es de enemigo y, ellos, ya van a pensar: \u201cellos no nos hacen el favor porque est\u00e1n del lado del Gobierno\u201d. Entonces, \u00bfqu\u00e9 puede hacer el campesino? El campesino, pr\u00e1cticamente, no puede hacer nada ah\u00ed porque, si yo me le niego para este almuerzo, muy duro; mejor, digo que porque estoy enferma no lo puedo hacer, pero que ah\u00ed hay unas tres, cuatro gallinas, que se las lleven, as\u00ed ellos saben que les colabor\u00e9, as\u00ed sea poquito porque, cuan- do uno se quiere negar, ellos cargan una agendita y lo van anotando: \u201cfulano de tal se neg\u00f3 para un almuerzo\u201d. Entonces, ya le van cogiendo cierta desconfianza y, con el tiempo, si se sigue negando, ya lo van cogiendo en lista de que s\u00ed, que pertenece o es como del lado del Gobierno, y as\u00ed suced\u00edan las cosas. Resulta que, cuando pasaba cualquier cosa o un error, si uno ya les hab\u00eda cola- borado, dec\u00edan: \u201cno, pero \u00e9l ha sido ruana de nosotros, nos ha dado de comer, nos ha protegido, nos ha servido, no lo podemos maltratar, hay que cultivarlo, hay que perdonarle esta; pero s\u00ed hay que jalarle las orejas\u201d. Pero, si no, dicen: \u201cno, este man ya no va\u201d. Cuando la persona era buena gente, los guerrilleros avisa- ban, digamos, si eran muy buena gente, hab\u00eda veces que dec\u00edan: \u201cv\u00e1yase que a usted lo van a matar\u201d, era como la mejor opci\u00f3n, y los caprichosos se quedaban siempre y los mataban. As\u00ed siguieron las guerrillas y, ya entonces, como para el 2000, no se pelearon ya por el mando porque ellos quer\u00edan como coger el poder, que no fuera el Gobier- no el que mandaba, sino ya ellos. Peleaban antes como por un poder, despu\u00e9s, ya peleaban con el narcotr\u00e1fico, como por dineros, por bandas, ah\u00ed fue donde m\u00e1s quebraron. Ah\u00ed ya se empezaron a pelear, no por mandos de coger el poder del Gobierno, sino por narcotr\u00e1fico y por poderes. Sobre todo, con el narcotr\u00e1fico. Por ejemplo, si yo trabajaba con coca y yo se la vend\u00eda a otro sin permiso, pues ya ten\u00eda la l\u00e1pida encima; me la perdonaban dos, tres veces, y ya, la cuarta ten\u00eda que estar yo muy de buenas para que en la cuarta me llamaran y me dijeran: \u201cbueno, se va y se salva o se queda y se muere\u201d. Cuando uno no sab\u00eda, comet\u00eda errores, y lo mandaban llamar a uno, pero yo les dec\u00eda: \u201cyo no sab\u00eda, por favor, expl\u00edquenme o d\u00edganme o algo\u201d, y bueno, hab\u00eda veces, de verdad, [que] uno no sab\u00eda. Por ejemplo, yo cultivaba la coca, muy poco, pero cultiv\u00e9 y, cuando yo ven- d\u00eda la mercanc\u00eda en El Retorno, donde resultaban los compradores, pues uno 165","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz iba y la llevaba, pero yo no sab\u00eda que tocaba pagarles a ellos (la guerrilla) un porcentaje o venderles la mercanc\u00eda era a ellos. Por no saber eso, me met\u00ed en problemas. Por eso me halaron las orejas, y me dijeron: \u201custed tiene mucho que hablar, us- ted siempre vende la mercanc\u00eda, usted est\u00e1 de parte del Gobierno\u201d, y yo le dec\u00eda, \u201c\u00bfpero, a qui\u00e9n se la vendo? O es que \u00bfustedes la compran?, porque yo no s\u00e9 nada\u201d. O sea, ellos vieron la inocencia m\u00eda porque, lo primero, no me hab\u00edan di- cho, lo segundo, ac\u00e1 no hab\u00edan hecho reuniones, porque ellos hac\u00edan reuniones. Y dijo: \u201cclaro, nosotros compramos la mercanc\u00eda y, por lo tanto, es que le estoy hablando\u201d, y yo le dije: \u201cse\u00f1or, yo no sab\u00eda, y yo lo que cultivo es muy poco y yo no creo que como que le sirva mucho a ustedes eso, pues yo solamente suplo los obreros para llevar el mercado a la casa, no es que me quede en cantidad, pero si comet\u00ed el error, obvio que eso hay que arreglarlo, cr\u00e9ame que yo no sab\u00eda que eso tocaba venderles a ustedes esa mercanc\u00eda\u201d, entonces, me dijo: \u201cpues si no sab\u00eda, s\u00e9palo y que no vuelva a ocurrir\u201d. As\u00ed fue y, despu\u00e9s, ya lleg\u00f3 el pago de la vacuna del ganado, que eso s\u00ed tocaba a donde lo citen a uno, muchas veces, lo citaban cerca de Cachicamo o en otras partes, tan lejos que le tocaba a uno ma\u00f1anearse para poder llegar a las ocho o nueve de la noche, o quedarse hasta el otro d\u00eda. Ah\u00ed s\u00ed tocaba ir personalmente, hab\u00eda veces que tambi\u00e9n ellos miraban en qu\u00e9 condiciones viv\u00eda uno y le dec\u00edan: \u201cno, a usted le cobro tanto porque usted realmente no puede darnos m\u00e1s\u201d por- que ellos tambi\u00e9n son muy conscientes. Ellos, por ejemplo, cuando hay mujeres que son viudas y tienen por ah\u00ed un poco de ni\u00f1os, muchas veces, ni les cobraban multa porque ellos dec\u00edan: \u201cno es que por darnos plata a nosotros se queden un mes sin comida para los ni\u00f1os y usted, que queden aguantando hambre, enton- ces, nosotros no estar\u00edamos haciendo nada\u201d. As\u00ed fue, pero el conflicto fue muy pesado, eso, nos tocaba trabajar y trabajar, y ya, cuando se vieron muchas muertes, porque aqu\u00ed hubo muertes, unas tras de otras, entonces, ya a todos se nos fue la moral. Ya no quer\u00edamos trabajar, no quer\u00edamos saber de nada, nos encontr\u00e1bamos a veces con los vecinos, pero la mayor parte habit\u00e1bamos como alejados hasta de la vivienda. Nosotros, en la vivienda, m\u00e1s que todo las mujeres, habit\u00e1bamos, hac\u00edamos de comer y luego nos retir\u00e1bamos, \u00bfpor qu\u00e9?, porque ya no daba moral ni de vivir. Apenas escuch\u00e1bamos las motos KMX, sal\u00edamos a correr, yo no tanto, por ser ya mayor, pero s\u00ed los hombres, se volaban por los ca\u00f1os para abajo, buscando huir. Ellos se iban, pero a esconderse porque era que ya estaban matando mucha gente. En esta vereda, Colinas, mataban a todos, solo se salvaban como que tres familias, no m\u00e1s. Esta vereda siempre ha tenido ese mal, hay gente que realmente renegaba o hablaba mal de ellos, pero algunos no tenemos la culpa. 166","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas La muerte cercana Y en esas masacres cay\u00f3 un hijo m\u00edo. Entonces, yo qued\u00e9 como si no fuera per- sona, como si fuera un objeto; a m\u00ed no me importaba si llegaban y me mataban, si me hac\u00edan o no me hac\u00edan, solamente me preocupaban los otros hijos, como ellos s\u00ed se encontraban bien de sus sentimientos y ten\u00edan sembrado ese p\u00e1nico que le hab\u00edan matado al hermano y de todo, pues ellos se escond\u00edan. Yo no, yo les dec\u00eda: \u201ccorran ustedes, vayan, se esconden por ah\u00ed abajo, que si algo, yo les aviso\u201d; bueno, en esas se quedaban una hora o dos horas por all\u00e1, y primero ve- n\u00eda uno a ver qu\u00e9 pas\u00f3, mandaban a una ni\u00f1a que hoy en d\u00eda ya es se\u00f1orita a que mirara o que avisara s\u00ed todav\u00eda estaba la guerrilla o si ya se hab\u00edan ido, y con ella les pas\u00e1bamos la raz\u00f3n para que ellos volvieran a la casa. Toda la gente qued\u00f3 con ese p\u00e1nico porque, aqu\u00ed, dos veces nos mataron un presidente de la vereda. Ah\u00ed tambi\u00e9n mataron a mi hijo, a \u00e9l no lo mataron ac\u00e1, a \u00e9l lo mataron en la vereda San Miguel, a una hora en moto de Colinas, pero al igual yo habitaba aqu\u00ed y \u00e9l habit\u00f3 mucho tiempo ac\u00e1. A mi hijo lo mataron el 5 de marzo del 2007, eso s\u00ed, en ese entonces, la carretera no es como la que est\u00e1 hoy, ahora ya hay una salida por Termales y se llega con m\u00e1s facilidad porque han metido maquinaria, entonces, ya las carreteras est\u00e1n buenas, y ya es m\u00e1s cerca. A mi hijo, cuando lo mataron, qued\u00f3 todo perdido, quedaron dos ni\u00f1os hu\u00e9rfanos que hoy ya tienen como 20 y 22 a\u00f1os. Nosotros poco los distinguimos, las mam\u00e1s se los llevaron lejos, al m\u00e1s chiquito lo mir\u00e9 de tres mesecitos de na- cido y nunca jam\u00e1s lo he vuelto a ver porque a ella, la pareja de mi hijo, la iban a matar. La guerrilla mat\u00f3 a mi hijo. Resulta que el ej\u00e9rcito hizo un enfrentamiento all\u00e1 y cogi\u00f3 unos guerrilleros y, no s\u00e9 c\u00f3mo, a los guerrilleros se les meti\u00f3 en la cabeza que mi hijo era culpable de haberlos sapeado, de que, por \u00e9l, el ej\u00e9rcito se meti\u00f3 por all\u00e1 a matar a esos muchachos. Pero, lo que pas\u00f3 en realidad fue que, cuan- do el ej\u00e9rcito mat\u00f3 a varios guerrilleros esa vez, no ten\u00edan c\u00f3mo movilizarlos, y pas\u00f3 mi hijo, que manejaba una camioneta 4x4, y lo obligaron a trasladar esos muertos. En esa matanza, el ej\u00e9rcito dej\u00f3 ir a una guerrillera porque ten\u00eda una hija de dos a\u00f1os, y parece que fue ella quien inculp\u00f3 a mi hijo. Resulta y pasa que la guerrilla eso no lo perdona. Ella huy\u00f3, pero no sab\u00eda que, a mi hijo, realmente, el ej\u00e9rcito lo hab\u00edan obligado a transportar los muertos. As\u00ed como cogieron los guerrilleros a otros con motos para volarse porque, como no ten\u00edan se\u00f1al, ten\u00edan que huir para que no los mataran, o sea, ellos s\u00ed pensaron en matar, pero ellos s\u00ed no quer\u00edan que los mataran, y \u00bfqu\u00e9 pas\u00f3?, mi hijo fue el que pag\u00f3 todo el chicharr\u00f3n por haber sacado a esos muertos en la camioneta, 167","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz obligado por el ej\u00e9rcito, porque mi hijo les pas\u00f3 las llaves y les dijo: \u201cvea, yo s\u00e9 que ustedes, siendo todos unos profesionales, \u00bfc\u00f3mo no van a saber conducir?, vea, tome y lleve, le doy la llave, ll\u00e9vense la camioneta, b\u00f3tenla, estr\u00e9llenla, qu\u00e9- menla, hagan lo que ustedes puedan, pero no me lleven a m\u00ed que esta zona es muy caliente y yo tengo mis dos ni\u00f1os y ustedes me hacen matar\u201d. Tristemente, los soldados pensaron solamente en la vida de ellos, no en la de mi muchacho, y lo obligaron a ir hasta el r\u00edo Unilla, donde los esperaba el ej\u00e9rcito con un heli- c\u00f3ptero. En esa tarea, mi mismo hijo se dio cuenta d\u00f3nde hab\u00edan torturado a esos gue- rrilleros que cogieron, \u00e9l, incluso, les dijo que cu\u00e1l era la necesidad de haberlos desnudado y se dio cuenta que, en las espaldas, les dieron con una vara cruza- da, \u00e9l les pregunt\u00f3 a los del ej\u00e9rcito para qu\u00e9 los iban a torturar si, igual los iban a matar, y le respond\u00edan: \u201cc\u00e1llese la jeta, no sea sapo y aprenda a tener la boca callada\u201d. Fue terrible, eso me dec\u00eda que ten\u00edan la X en la espalda y, haga cuentas como si tuvieran de esas mangueras negras atravesadas en la espalda, hasta yo misma dije: \u201c\u00bfy esas mangueras pa qu\u00e9?\u201d. \u00c9l duro 15 d\u00edas m\u00e1s, despu\u00e9s de ese incidente, y el mismo lunes, 15 d\u00edas despu\u00e9s, a la misma hora que hab\u00eda pasado todo, lo mataron. Mi hijo habl\u00f3 conmigo, a m\u00ed me dio un dengue y estaba hospitalizada en el pue- blo, all\u00e1 fue a buscarme, me cont\u00f3 todo y yo hasta le dije: \u201cmijito, no vuelva m\u00e1s por all\u00e1, no vuelva\u201d, y \u00e9l me dec\u00eda: \u201cno mam\u00e1, que all\u00e1 tengo mis bienes, lo poco o mucho que tengo, tengo la camioneta y todo\u201d, y le dije: \u201cmire, pap\u00e1, la vida no se compra, las cosas que se tengan que perder all\u00e1, que se pierdan, que si le queman, que le quemen todo, pero, mijito, aqu\u00ed tiene su vida, tiene sus hijos, no tiene nada metido all\u00e1, si quiere, yo, un d\u00eda de estos, subo, consigo a alguien que sepa conducir y bajamos la camioneta y lo poco que le quepa en la camioneta\u201d, y me dijo: \u201cno, mam\u00e1, yo no la quiero meter en un problema\u201d. De ah\u00ed dependi\u00f3 todo eso. Y de ah\u00ed s\u00ed que menos ganas como de vivir le quedan a uno, o sea, a m\u00ed, porque eso ya es como el que anda y le falta un pie, anda cojo; pues uno, de todas formas, le hace frente a la vida y hace que trabaja, trabaja, pero la memoria ya se va agotando, pero queda el sentimiento. Eso como que la lucha de la persona ya no es igual porque ya empieza a desfallecer la familia. De uno en uno se van diluyendo, entonces, ah\u00ed va el sentido p\u00e9same de la familia y ya la familia como que no arranca, sino m\u00e1s bien, como que anda coja. No vuelve a ser la vida igual, un ni\u00f1o, cuando nace y se cr\u00eda, pone a toda familia feliz, pero ya, cuando empieza a caer uno por uno, dig\u00e1moslo, as\u00ed mismo como que le van agotando la vida a uno, y ya uno va perdiendo la moral, ya como que 168","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas no quiere hacer nada, ni trabajar, sino, pues trabaja s\u00ed, pero inconforme, ya no es igual. Aparte de que lo mataron, eso es un desfallecimiento para uno. Por- que saber que el ej\u00e9rcito los traicion\u00f3 a ellos, porque ellos solamente pensaron en la vida de ellos, pero nunca le previnieron al chino el problema y el peligro que ten\u00eda encima y, sabiendo que era una zona totalmente peligrosa, ellos no pensaron eso. O sea, a ellos lo que les import\u00f3 fue salir, pero no pensaron en el problema de la otra persona, entonces, s\u00ed, como siempre, todo sucede, \u00bfqu\u00e9 pas\u00f3?, la guerrilla lleg\u00f3 y lo mat\u00f3 a los 15 d\u00edas a \u00e9l. Pero yo, y hasta mis otros hijos, piensan que el culpable ah\u00ed fue el ej\u00e9rcito. O sea, nosotros siempre culp\u00e1bamos al Gobierno porque, si ellos no hubieran obligado a mi hijo a cargarlos o a utilizarlo, porque le violaron fue los derechos a \u00e9l, si no lo hubieran utilizado, seguro que \u00e9l estar\u00eda vivo, seguro que s\u00ed, pero ellos lo utilizaron, les import\u00f3 un r\u00e1bano la vida de \u00e9l, solo pensaron en la vida de ellos. Pues, \u00bfqu\u00e9 hicieron los otros?, dolidos porque le llevaron unos guerrilleros que los torturaron, que los mataron, los echaron en bolsa y se lo llevaron, pues qu\u00e9, todas esas muertes se las echaron a mi hijo, que [seg\u00fan creyeron] era c\u00f3mplice del Gobierno y, sin compasi\u00f3n, lo mataron. Los hijos de \u00e9l sufrieron. El ni\u00f1o grande estaba con su mam\u00e1, lejos, pero el otro peque\u00f1ito, que ten\u00eda otra mam\u00e1, estuvo presente en el ataque, es decir, el pap\u00e1 de \u00e9l recibi\u00f3 los tiros en presencia de su hijito, en esas, el ni\u00f1o era peque\u00f1ito, y eso le daban tiros bajitos porque en la cintura le dieron tiros, en los codos de los brazos y, \u00e9l solamente era trancando los tiros para que no le llegaran al ni\u00f1o, \u00e9l solo protegi\u00e9ndolo porque pensaba en volarse, pero, entonces, por proteger al ni\u00f1o no se pudo volar. Y ya cuando lleg\u00f3 al patio de la casa, que mir\u00f3 unas ni\u00f1as, all\u00e1 lleg\u00f3 y cogi\u00f3 el ni\u00f1o y lo abalanz\u00f3, y dijo: \u201c\u00a1el ni\u00f1o! \u00a1me lo cuidan\u201d y ya \u00e9l iba mal tiroteado, y dicen las ni\u00f1as que el ni\u00f1o casi se muere del golpe porque, a lo que \u00e9l lo tir\u00f3, el ni\u00f1o ca- ll\u00f3 boca abajo, de barriga y, pues claro, se le sali\u00f3 el aire. Estas ni\u00f1as lo alzaron y, preciso, que ellas con el susto, llegaron y lo cogieron aqu\u00ed del cuello de la camisa y lo botaron debajo de la cama, sin darle auxilio, y le dijeron a la mam\u00e1: \u201cmire al ni\u00f1o, al ni\u00f1o\u201d, el ni\u00f1o ya estaba azul y, entonces fue cuando la se\u00f1ora cerr\u00f3 las puertas y empez\u00f3 a hacerle ejercicios en los brazos al ni\u00f1o y a darle a \u00e9l y a so- plarlo, lo auxili\u00f3, el ni\u00f1o se salv\u00f3, pero por esos tiros bajitos que le daban yo creo que tambi\u00e9n quer\u00edan matar al ni\u00f1o. Mi hijo luch\u00f3, camin\u00f3 y camin\u00f3, se quer\u00eda como volar a la camioneta, el hizo el intento de abrir la ventana y no pudo ya, porque \u00e9l iba mal tiroteado, desde el principio, eso le dieron al coraz\u00f3n, de una, el primer tiro fue ah\u00ed. 169","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Pero, mas sin embargo, \u00e9l alcanz\u00f3 a andar y fue y borde\u00f3 la camioneta as\u00ed, y ah\u00ed estaba donde coloc\u00f3 las manitos, s\u00ed, porque ah\u00ed qued\u00f3 un mont\u00f3n de sangre y los dedos retratados, y \u00e9l lleg\u00f3 y desliz\u00f3 as\u00ed los dedos y dio el bote de campana por encima del capote de la camioneta. Como \u00e9l andaba con las manitos as\u00ed, tap\u00e1ndose la herida de al lado del coraz\u00f3n, pues, entonces, fue por eso que las manos las llevaba llenas de sangre. Fue, entonces, cuando \u00e9l empez\u00f3 a llamar- me a m\u00ed, a llamarme, eso me lo cont\u00f3 una guerrillera, despu\u00e9s, que \u00e9l me llama- ba mucho a m\u00ed y dec\u00eda que los ni\u00f1os se los cuidara. A los mismos guerrilleros les dio pesar todo lo que alcanz\u00f3 a luchar, les dio pesar lo que exclamaba, lo que hablaba de los ni\u00f1os, c\u00f3mo \u00e9l dec\u00eda que era inocente, que no deb\u00eda nada, entonces, los mismos guerrilleros se dieron cuenta de que era inocente, pero ya no hab\u00eda nada que hacer porque estaba muy mal tirotea- do, que si no hubiera estado tan mal tiroteado hasta lo mandan para que lo llevaran al m\u00e9dico, pero ya no hab\u00eda nada que hacer porque los tiros que ten\u00eda eran mortales, al menos el del pecho. Entonces, por piedad, para que no sufriera m\u00e1s y muriera r\u00e1pido, cogieron la K 47 y le dieron un tiro detr\u00e1s de la cabeza. Su cabecita quedo destapada, fue un sobrino m\u00edo quien lo form\u00f3 porque fue y alcanz\u00f3, como quien dice, la media cabeza y se la coloc\u00f3 ac\u00e1 (se se\u00f1ala parte de la cabeza) y rompi\u00f3 una s\u00e1bana y lo amarr\u00f3, le dio formita como a la cara, como para que yo no lo mirara de la forma en que hab\u00eda quedado. Eso le dio mucha culpa a una guerrillera que estaba ah\u00ed, ella fue a hablar con unas amigas m\u00edas y ellas me contaron a m\u00ed. La mam\u00e1 de mi nieto volvi\u00f3 a la vereda, pero solo duro 15 d\u00edas porque la iba a matar la guerrilla, entonces, ella huy\u00f3, y otra guerrillera la ayud\u00f3 y le dijo: \u201ccomo sea, as\u00ed la arrastren, la tumben al piso, nunca suelte al ni\u00f1o de los brazos\u201d, ella le pregunt\u00f3: \u201c\u00bfpor qu\u00e9?, \u00bfpor qu\u00e9?\u201d, la guerrillera le respondi\u00f3: \u201ch\u00e1game caso, solo obedezca porque ya vienen ah\u00ed y ah\u00ed ya no hay nada que hacer, no suelte al ni\u00f1o de los brazos\u201d. Al fin y al cabo, a la mam\u00e1 de mi nieto la alcanzaron los guerri- lleros y le dijeron que le quitar\u00edan al ni\u00f1o, y ella solo dec\u00eda que no y que no, solo un guerrillero se opuso y dijo: \u201cno, yo no la mato, yo no s\u00e9 ustedes, pero mi pap\u00e1, hasta donde nos ense\u00f1\u00f3, es que una mujer lactando no se puede matar porque es mucho pecado y nos puede caer una ruina encima\u201d, entonces, la dejaron en paz, pero la despacharon, le dijeron que fuera a buscar un comandante para hablar, ella minti\u00f3 y dijo que iba a ir inmediatamente a hablar con el se\u00f1or, pero se escap\u00f3. La muchacha aprovech\u00f3 y sali\u00f3 con ese ni\u00f1ito, ella dice que nunca mir\u00f3 ni ad\u00f3n- de se met\u00eda, ni nada y dej\u00f3 botadas las chanclas en el trayecto porque era de esas de meter el dedo y, por dentro de la selva, ella perdi\u00f3 esas chanclas. Corr\u00eda 170","Cap\u00edtulo 4. Memorias comunitarias a prop\u00f3sito del ETCR Colinas y corr\u00eda y sent\u00eda que algo le ard\u00eda por debajo, pues eran las espinas, y ella no soltaba el ni\u00f1o. Cuando escuch\u00f3 a la guerrilla, entonces, se meti\u00f3 m\u00e1s al fondo de la selva y se extravi\u00f3. Pas\u00f3 ca\u00f1os, quebradas, subidas, bajadas, hab\u00eda mucha espina, mucha bejuquera, y con su ni\u00f1ito, no lo soltaba, y no lo soltaba, hasta que sali\u00f3 a la carretera de San Lucas. En la carretera bajaba un se\u00f1or que ella distingu\u00eda y, entonces, le dijo una mentira, ella no pens\u00f3 sino en el ni\u00f1ito que lle- vaba en los brazos y le dijo al se\u00f1or: \u201c\u00a1Ay, Dios m\u00edo, h\u00e1game un favor, ay\u00fademe, por favor!\u201d, \u00e9l le dijo: \u201c\u00bfqu\u00e9 le pasa? y ella: \u201cno, mi ni\u00f1o me esta convulsionando, mi ni\u00f1o se me va a morir, por favor, colab\u00f3reme, colab\u00f3reme\u201d. Resulta que el hombre s\u00ed le crey\u00f3 que era el ni\u00f1o, ella lo forr\u00f3 bien para que nadie se lo mirara. \u201cAy, por favor, mi ni\u00f1o se me va a morir, Dios m\u00edo, yo no quiero que mi ni\u00f1o se me muera\u201d, y el se\u00f1or dijo: \u201c\u00a1Uy, claro!, pues, si es el ni\u00f1o hay que hacer algo\u201d, la mont\u00f3 en ancas y se la llev\u00f3. Cuando iba llegando a San Lucas, el se\u00f1or le dijo: \u201cve, tan raro, se me hace como raro que usted viene descalza, viene con la ropa as\u00ed, \u00bfpor qu\u00e9?\u201d, entonces, ella como con m\u00e1s curiosidad le cont\u00f3 el cuento, y \u00e9l dijo: \u201cay, no, por qu\u00e9 no me con- t\u00f3 pa\u00b4 yo no haberla cargado, o sea que a m\u00ed me van a matar tambi\u00e9n. Sabe qu\u00e9, yo no la cargo m\u00e1s y la dejo por aqu\u00ed\u201d. Resulta que la dej\u00f3 cerca de San Lucas, pues ella camin\u00f3 siempre como lejitos para llegar y ah\u00ed consigui\u00f3 una moto y sali\u00f3 pitada para el Unilla, y ya del Unilla lleg\u00f3 a San Jos\u00e9 con sus ropas ro\u00eddas y los pies lastimados, all\u00e1 le dijeron que se presentara a la Fiscal\u00eda y abri\u00f3 un proceso, desafortunadamente, el ni\u00f1o se lo quit\u00f3 el Bienestar Familiar, y ella termin\u00f3 colaborando con el ej\u00e9rcito, por eso ya no sabemos m\u00e1s de ese ni\u00f1ito. La finca de mi hijo la cogi\u00f3 la guerrilla, \u00e9l ten\u00eda tambi\u00e9n una bodega, ten\u00eda al- mac\u00e9n, \u00e9l vend\u00eda ah\u00ed ropa, vend\u00eda trago, vend\u00eda estas cuestiones de veterinaria, todo eso la guerrilla se lo quit\u00f3 y lo reparti\u00f3. Ni a m\u00ed, que fui la mam\u00e1, me deja- ron traer ni siquiera una cuchara, me dec\u00edan que no tocara nada, que ellos no respond\u00edan, \u00bfcon qu\u00e9 moral sub\u00eda por all\u00e1? mas sin embargo, yo me hallaba como con tripas y coraz\u00f3n y yo dec\u00eda: \u201cpero, \u00bfc\u00f3mo as\u00ed?, si yo no les he hecho nada, \u00bfpor qu\u00e9 no voy a poder volver?\u201d Pagaba expresos de 80 mil pesos para ir y visitar la bodega, pero cuando iba a la finca me miraban llegar y me dec\u00edan: \u201cse\u00f1ora, es mejor que se devuelva\u201d, me dec\u00edan eran los vecinos. Yo dec\u00eda: \u201c\u00bfpor qu\u00e9 me tengo que devolver si yo llego es a la casa de mi hijo?, esto es de mi hijo\u201d y ellos me respond\u00edan: \u201cno se\u00f1ora, es que a ustedes los quieren matar a todos, por favor, no queremos que la maten ac\u00e1, que de todas formas usted ha sido una buena mujer, su hijo tambi\u00e9n y no queremos que haya una tragedia, en- tonces mejor devu\u00e9lvase\u201d. Y as\u00ed, con alientos o sin alientos, yo me vi en la necesidad de llamar al coman- dante, y me dijo: \u201cmamita, si yo puedo, al alcance de usted, ayudarle como a recoger algo de lo que era de \u00e9l, con mucho gusto le colaboro, pero si no puedo, 171","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz no puedo\u201d. Resulta y pasa que fue muy poquito lo que el comandante dur\u00f3 por- que el ej\u00e9rcito tambi\u00e9n lo abati\u00f3 y ah\u00ed qued\u00f3 todo. La finca ya tiene otros due\u00f1os porque la guerrilla reparti\u00f3 esos terrenos, la bodega tambi\u00e9n la vendieron, o sea, no hay nada para mis nietos ni para mis hijos, quedamos en la miseria y como que, hasta el sol de hoy. Ellos necesitan estudiar la universidad, pero el Gobierno no les ha correspondido con nada. Ahora que tengo a las FARC en el ETCR, ac\u00e1 al lado, a m\u00ed que me pas\u00f3 todo esto, cuando yo voy all\u00e1, porque me toca ir a las brigadas m\u00e9dicas, yo no me sien- to tranquila, yo, de una vez que entro, me siento intranquila porque la sangre me empieza como a vibrar, me empieza a vibrar, yo llego y hablo poquito, digo directamente: \u201cbuenos d\u00edas o buenas tardes, necesito tal cosa\u201d y me voy, pero entiendo que es un Proceso de Paz. Cuando estuvo ah\u00ed el comandante que daba los \u00f3rdenes cuando mataron a mi hijo, s\u00ed me sent\u00eda totalmente intranquila, estuvimos en una reuni\u00f3n con todos los grandes comandantes que hab\u00edan ah\u00ed, y llegaron al caso, pero nunca me dieron respuesta, lo que hicieron fue dejar que ese comandante se fuera, qued\u00f3 libre, \u00e9l est\u00e1 libre. Y, pues, nosotros los civiles, vamos all\u00e1 por si necesitamos algo y, si no, ellos vienen de all\u00e1, pero nosotros seguimos haciendo como vida apartecita, cada uno por su lado, ellos tienen sus ideolog\u00edas y no las olvidan, por eso dicen: \u201cnosotros somos lo que fuimos y nunca lo dejamos de ser\u201d. Entonces, uno no conf\u00eda en esa persona, uno no sabe si de aqu\u00ed a ma\u00f1ana, o sea, uno no se puede confiar. A veces veo el futuro muy incierto porque las guerrillas se siguen creciendo, diga- mos que aqu\u00ed estamos como en un Proceso de Paz, pero vaya uno a mirar, ellos est\u00e1n creciendo en las c\u00fapulas de la selva, entonces, va a seguir; eso es como un negocio, es un negocio. Porque si se acabara la guerrilla, entonces, \u00bfen qu\u00e9 implementa el Gobierno el ej\u00e9rcito?, o sea, eso es un negocio y yo no creo que se pueda acabar la coca. Los j\u00f3venes traen como otro nuevo mundo, y algunos saldr\u00e1n estudiados, que sirven para medicina de personas, otros, para medici- na agr\u00edcola, en fin, pero habr\u00e1n otros que siguen con su mismo jueguito de sus bandas y, ahora, esa drogadicci\u00f3n es dif\u00edcil, yo no creo en que exista una paz verdadera, como que en mi cabeza se me ha metido eso. 172","","Foto: \u00a9 Warner Valencia","Un breve colof\u00f3n Estos relatos hablan por s\u00ed solos. En ellos, el lector lego ha podido en- contrar historias sencillas sobre c\u00f3mo transcurrieron las vidas de hombres y mujeres durante la segunda mitad del siglo XX, en ese Gua- viare que, a\u00fan, a muchos colombianos les parece tierra inh\u00f3spita y dis- tante, incluso, cuando hoy es f\u00e1cilmente accesible por tierra. Aventuras, hero\u00edsmos, infamia y dolor, pero tambi\u00e9n esperanza y alegr\u00eda le han hecho sentirse cerca de ese territorio y de sus pobladores. De otro lado, para el lector m\u00e1s especializado, aquel que se lanz\u00f3 a leer este libro con pretensiones investigativas o acad\u00e9micas, han evidenciado los grandes procesos y las tensiones que explican, tanto la historia del departamen- to, como la de gran parte de la ruralidad colombiana. El material em- p\u00edrico presentado refuerza la discusi\u00f3n sobre lo que sabemos y sirve para impugnar los lugares comunes, construidos por d\u00e9cadas desde el campo de las ciencias sociales. \t Los conflictos por la tierra, la compleja matriz entre el uso de las ar- mas y el narcotr\u00e1fico, la naturaleza parad\u00f3jica de las relaciones entre la guerra y la paz, los debates en torno a la debilidad o ausencia del Esta- do en lo que algunos llaman \u201cla Colombia profunda\u201d; todo ello emerge f\u00e1cilmente en cada una de las historias y en el material emp\u00edrico que ofrecen los textos. Estos relatos, f\u00e1cilmente, pueden nutrir los an\u00e1lisis que a\u00fan son insuficientes sobre la historia regional porque, entre otras cosas, contienen cuatro grandes temas sobre los que es necesario ha- cer hincapi\u00e9 en este breve colof\u00f3n. 175","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Mujeres, colonizaci\u00f3n y conflicto La mayor\u00eda de las historias que est\u00e1n contenidas en este libro corresponden al relato ofrecido por mujeres de los tres municipios incluidos en los procesos de investigaci\u00f3n. La raz\u00f3n no responde a un sesgo de g\u00e9nero; en realidad, la calidad de la informaci\u00f3n que se obtuvo de los ejercicios dedicados a ellas, por contraste con la de los hombres, fue mayor y ofreci\u00f3 gran riqueza. Se podr\u00eda decir que la manera de recordar de estas mujeres se aleja de las generalizaciones que ya co- nocemos y atiende con mayor cuidado a los detalles, a los nombres, a las fechas, a resquicios de la memoria que resultan medulares en la investigaci\u00f3n hist\u00f3rica sobre el Guaviare. As\u00ed, en medio de la crudeza de algunas de sus duras historias, emergieron reflexiones impresionantes sobre la vida, el esfuerzo, la alegr\u00eda, la es- peranza, la interdependencia social y la solidaridad. Hay otra raz\u00f3n fundamental: los procesos de violencia de la colonizaci\u00f3n, el nar- cotr\u00e1fico y el conflicto armado cobraron m\u00e1s vidas de hombres que de mujeres. Ellas han sido las sobrevivientes de estos a\u00f1os y se han encargado de mantener vivas a sus comunidades y, en general, de proveer un soporte silencioso pero im- prescindible para la construcci\u00f3n de la regi\u00f3n. Se trata de un trabajo a la sombra que ha sobrevivido a los vaivenes de las bonanzas del tigrilleo o a la coca y, tam- bi\u00e9n, a las violencias multimodales que han amenazado el territorio. Mientras los hombres van y vienen, mueren o se marchan detr\u00e1s de otra bonanza, las mujeres han permanecido; se arraigan y cimientan con su trabajo el futuro de las nuevas generaciones. Ese trabajo femenino de construcci\u00f3n de regi\u00f3n, si se piensa bien, consisti\u00f3 no solo en criar hijos en el espacio dom\u00e9stico, tambi\u00e9n implic\u00f3 resistir las violencias patriarcales, extender lazos de solidaridad e insertarse en las din\u00e1micas econ\u00f3mi- cas y sociales, donde participaron de igual a igual con los hombres. En efecto, la huella de las mujeres en la apertura de la frontera agr\u00edcola, en la penetraci\u00f3n en la selva, en el trabajo agrario, en la siembra de coca, en la parter\u00eda, en el desarrollo de la atenci\u00f3n en salud, en el comercio, en la provisi\u00f3n de servicios y en la educa- ci\u00f3n ha sido vital. Su esfuerzo, guiado por el impulso de defender la vida, as\u00ed como por el tes\u00f3n y la esperanza, ha provisto al Guaviare de estructuras important\u00edsi- mas para la vida comunitaria y para el desarrollo territorial. El trabajo de memoria hist\u00f3rica debe tener, entonces, una especial sensibilidad con las mujeres y debe incluir herramientas te\u00f3ricas y metodol\u00f3gicas para incorporar el enfoque de g\u00e9- nero en las investigaciones. 176","Un breve colof\u00f3n Los j\u00f3venes, la historia y la Paz Pese a las dificultades que produjo la pandemia por Covid-19 para el proceso de formaci\u00f3n e investigaci\u00f3n en memoria hist\u00f3rica con los j\u00f3venes del Guaviare, fue muy satisfactorio descubrir que a ellos les interesa profundamente su pasado. M\u00e1s all\u00e1 del morbo por las narrativas de narcos o guerrilleros, su b\u00fasqueda se centr\u00f3 en las proezas de los colonos y de los fundadores de Calamar, El Retorno o Colinas, de modo que se sintieron seducidos por una historia con prop\u00f3sito -y no por la an\u00e9cdota- que les sirva para encarar el presente y construir el futuro. En algunos grupos focales que se llevaron a cabo con los j\u00f3venes fue evidente su esperanza por que la Paz se sostenga, pero no de manera ingenua, sino desde un realismo cr\u00edtico. Durante los d\u00edas en que se desarrollaron los talleres en Calamar, supimos de la ocurrencia de algunas masacres muy cerca al casco urbano; el paramilitarismo, el narcotr\u00e1fico y las disidencias siguen amenazando con des- barajustar los lentos avances que el Proceso de Paz ha dejado en la regi\u00f3n. Los j\u00f3venes entienden perfectamente esa amenaza y defienden la Paz, no desde una romantizaci\u00f3n acr\u00edtica, sino desde la necesidad de hacer prevalecer la vida ante el acecho cotidiano de la muerte. Muchos de ellos est\u00e1n convencidos de que los proyectos y los emprendimientos desarrollados con los recursos de la Paz son un soporte importante para la trans- formaci\u00f3n de la vocaci\u00f3n productiva de sus municipios y de la regi\u00f3n, al punto que varios se definen a s\u00ed mismos como j\u00f3venes emprendedores. Sin embargo, tienen muy claro que si no se producen cambios radicales en la infraestructura vial, en las din\u00e1micas de comercio e intercambio, en las condiciones de distribu- ci\u00f3n y, en general, en las pol\u00edticas productivas y el modelo de desarrollo a escala nacional; sus posibilidades de competir en la econom\u00eda colombiana son m\u00edni- mas. Est\u00e1n esperanzados, pero no son cr\u00e9dulos. Adicionalmente, su visi\u00f3n sobre el cultivo de la coca y el narcotr\u00e1fico en la historia del departamento es muy clara. Todos, sin excepci\u00f3n, comprenden el lugar cen- tral que ocup\u00f3 esta actividad il\u00edcita en el desarrollo del Guaviare; entienden que, sin los recursos de all\u00ed derivados, sus familias no habr\u00edan podido garantizarles la salud o la educaci\u00f3n. Esto no significa que defiendan el negocio de la coca, mu- cho menos la violencia que lo acompa\u00f1a; sencillamente, comprenden muy bien 177","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz su car\u00e1cter hist\u00f3rico y su funci\u00f3n estructurante en la conformaci\u00f3n de lo que es el Guaviare, desde el punto de vista territorial. No se trata de blanco o negro, sino de grises. En suma, para los j\u00f3venes, en la medida en que no se discutan el modelo de de- sarrollo nacional y la vocaci\u00f3n productiva de la regi\u00f3n, ni se creen las condiciones para que la econom\u00eda departamental se integre a las econom\u00edas nacional y glo- bal, no habr\u00e1 forma de que sus emprendimientos sean exitosos. En este contexto, la coca seguir\u00e1 estructurando y manteniendo desde el fondo a la regi\u00f3n, y el con- flicto y la violencia seguir\u00e1n presentes. Sus reflexiones, sensatas y realistas, deben ser seriamente escuchadas. Territorios de nadie, Estado y desarrollo El debate sobre la ausencia o debilidad del Estado colombiano como explicaci\u00f3n del desarrollo desigual en las distintas regiones del pa\u00eds no est\u00e1 de ning\u00fan modo acabado. Aunque, a primera vista, las historias ac\u00e1 incluidas permiten repujar la t\u00edpica formula de \u201ca menos Estado, menos desarrollo y m\u00e1s conflicto\u201d; en realidad, detr\u00e1s de ella emerge la necesidad de un nuevo tipo de an\u00e1lisis relacional. En primer lugar, el Guaviare no era un espacio vac\u00edo y desordenado que se colo- niz\u00f3 y se pobl\u00f3 debido a la ausencia del Estado. Se trataba de un territorio que ya ten\u00eda una historia; en \u00e9l habitaban pueblos ind\u00edgenas con sus propias formas de ordenamiento, en cuya base se puede acceder a un primer registro de orga- nizaci\u00f3n, apropiaci\u00f3n y administraci\u00f3n del territorio. Por eso, quienes llegaron al Guaviare, como ocurri\u00f3 en Calamar o en Charras espec\u00edficamente, tuvieron que construir una nueva estructura territorial sin desconocer las claves bajo las cuales sus pobladores nativos ya lo gestionaban. Rasgos de ese reconocimiento descan- san a\u00fan en los usos del lenguaje, en el mestizaje, en la apropiaci\u00f3n del espacio y en la cultura alimentaria. Por otro lado, los colonizadores del Guaviare no eran sujetos desprovistos de his- toria. En sus trayectorias previas ven\u00edan pegados los rastros de estatalidad e ins- titucionalidad de sus lugares de origen. En ese sentido, no hay un vac\u00edo absoluto del Estado, pues con ellos llegaron nociones y premisas de legalidad; pr\u00e1cticas y formas de concebirlo \u2013e incluso, de evadirlo\u2014 propias del lugar de origen, lo que le dio una presencia simb\u00f3lica y a veces institucional en el territorio receptor. 178","Un breve colof\u00f3n Quiz\u00e1s el dato m\u00e1s s\u00f3lido para interpelar la idea de una ausencia total del Estado tiene que ver con los esfuerzos para promover la colonizaci\u00f3n porque, as\u00ed estos fueran moderados o insuficientes, implicaron siempre alguna acci\u00f3n o injerencia estatal; bien sea que se tratara del papel de las cu\u00f1as radiales, de las iniciativas de los comisarios, de las volquetas y los camiones intendenciales que movilizaron a los colonos o de los programas m\u00e1s estructurados de la Caja Agraria o el INCORA, dejan ver que no hubo ausencia del Estado sino, m\u00e1s bien, una presencia parcial, diferenciada y, en ocasiones, entreverada con otras formas de orden, como las que produjeron el narcotr\u00e1fico o la guerrilla; inspectores de polic\u00eda, corregidores y personal de salud se alternaban con narcotraficantes, raspachines, campesinos, e incluso, con polic\u00edas, guerrilleros y militares. Si bien, debido a la ausencia casi total de instituciones en el Guaviare, resulta evi- dente que algunos servicios p\u00fablicos, la salud o la educaci\u00f3n fueron, en principio, auto gestionados por las comunidades o por las mismas guerrillas; sobre ese es- fuerzo aut\u00f3nomo inicial, muy pronto, se fue edificando la institucionalidad estatal en una amalgama hist\u00f3rica dif\u00edcil de asimilar, que combin\u00f3 presencia parcial y precaria del Estado, ilegalidad y autogesti\u00f3n. Estas historias y la evidencia que arrojan otros trabajos citados por varios autores, algunos referidos en la introducci\u00f3n de este documento, nos invitan a repensar el papel del Estado en la consolidaci\u00f3n de la regi\u00f3n, as\u00ed como su rol en la conflictivi- dad del Guaviare; de modo que los an\u00e1lisis que surgen de la reconstrucci\u00f3n de la historia regional deben desplazarse del cl\u00e1sico axioma de la ausencia del Estado como causa de todos los males a una pregunta: \u00bfEn qu\u00e9 grado o de qu\u00e9 forma particip\u00f3 el Estado, en sus m\u00faltiples dimensiones, en su dial\u00e9ctica acci\u00f3n-inac- ci\u00f3n y en sus relaciones complejas con la sociedad, de los procesos de construc- ci\u00f3n regional y de sus conflictividades? La ambig\u00fcedad de la guerra Finalmente, los relatos que nos han entregado los excombatientes de las extintas FARC-EP, sobre su tr\u00e1nsito entre el conflicto y la Paz en el Guaviare, deben ser le\u00ed- dos con cuidado. Al incluirlos en este libro no se pretende hacer un juicio de sus trayectorias o su moralidad, ni tampoco una apolog\u00eda de la guerra; sino enfrentar al lector al car\u00e1cter ambiguo y a la escala de grises que est\u00e1 detr\u00e1s del conflicto colombiano, que requiere ser comprendido para poder construir las bases reales de una paz estable y duradera. 179","Colonizaci\u00f3n, Conflicto y Paz Una lectura en clave de buenos y malos es absolutamente inf\u00e9rtil y poco com- prensiva de la compleja realidad que han enfrentado las poblaciones y los actores del conflicto. Las distinciones \u201cv\u00edctimas\u201d y \u201cvictimarios\u201d son importantes y nece- sarias para la justicia, de lo que se est\u00e1 encargando la Jurisdicci\u00f3n Especial para la Paz (JEP), pero pueden resultar insuficientes para una comprensi\u00f3n de la reali- dad que nos permita elaborar soluciones estructurales a las causas del conflicto. Despu\u00e9s de leer estos relatos, queda claro que, as\u00ed como el comportamiento de los campesinos no est\u00e1 exento de prejuicios, violencias cotidianas o de g\u00e9nero y de otros problemas, tampoco las pr\u00e1cticas de los actores del conflicto pueden reducirse a la perversi\u00f3n o a la ilegalidad y despojarse de valores, ideas y maneras esperanzadas de concebir el mundo. Si bien el narcotr\u00e1fico, la econom\u00eda y el po- der atraviesan de forma profunda las motivaciones de la guerra, tales elementos no constituyen el todo de la historia del Guaviare y, por ende, es necesario con- templar otros rasgos humanos que se tejen en medio del conflicto y que deben ser percibidos por los colombianos, porque desde all\u00ed, precisamente, puede cons- truirse la reconciliaci\u00f3n. As\u00ed, hacer la historia del Guaviare, de su colonizaci\u00f3n, del conflicto que ha vivido, del narcotr\u00e1fico y del tes\u00f3n de sus pobladores no significa, simplemente, idealizar al guaviarense como el m\u00e1s \u201cemprendedor\u201d, sino entenderlo en la complejidad que es la vida, en las tensiones y contradicciones que nos conforman como seres humanos y como sociedad. No somos buenos o malos, somos humanos, y desde ese lugar realista es que necesitamos construir la reconciliaci\u00f3n y la Paz. 180","Bibliograf\u00eda Arag\u00f3n Farkas, Luis Enrique. Diccionario folcl\u00f3rico colombiano. Ibagu\u00e9: Universidad de Ibagu\u00e9, 2018 Avella Berm\u00fadez, Estefan\u00eda. \u201cEl olvido de Charras\u201d. Revista Cerosetenta, Universidad de los Andes (14 de septiembre de 2017) (https:\/\/cerosetenta. uniandes.edu.co\/el-olvido-de-charras\/ Davis, Wade. El r\u00edo: exploraciones y descubrimientos en la selva amaz\u00f3nica. 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