príncipe Felipe. Y durmió con una plenitud y una profundi- 151dad inalcanzada hasta ahora.Dos semanas permanecieron herméticos en aquel habitá-culo. Felipe ofició de enfermero las 24 horas del día, ayuda-do por dos auxiliares de enfermería que se alternaban paraacompañar a toda hora a la privilegiada enferma.Cuando tuvo alientos y conciencia plena, María escuchó delabios de Felipe todas las peripecias de la aventura. Supoque Anastasia había sobrevivido y que estaba en Colom-bia, en casa de Alejandro. Supo que había muerto algunade las mujeres de la coreografía del terror; supo que el co-rregidor, con las siete vidas del gato había sobrevivido, consu cuerpo convertido en un colador. Supo que ellas habíansido llevadas como una exhalación a una pista alterna alaeropuerto de Kiev, en donde las esperaba un vuelo chártercontratado por Alejandro y Felipe con antelación.Se enteró de la disipada vida socioeconómica de Felipe,que lo ubicaba en la clase media alta que lo obligó a en-deudarse para poder financiar el rescate de María. Y comomiel en la punta de la lengua, escuchó que todo esfuerzopor ella era válido.Y la vida tomó su curso. María empezó a vivir con Felipe, suhéroe. Sentía amor genuino, pero amor que le nacía de lainteligencia, de las raíces del agradecimiento, de los senti-mientos puros y sutiles que a veces están por encima de lapasión y que desembocan en ella. Amaba a su héroe desdela admiración, fascinación, y ensueño. Amaba a su Felipecomo quien empieza a amar a su tutor, desde el aprendi-zaje fácil, espontáneo, niño. Amor que se había tomado sutiempo, el tiempo de la sorpresa, de la fantasía, de la ima-ginación, de la guerra. Y con un Felipe cierto, que había na-cido en la retina de María como un espíritu virtual que se le
colaba por los intersticios de su pantalla portátil, ahora lo tenía para ella en su sendero y lo sentía hasta en sus más leves suspiros. Y María volvió al circo del sol del erotismo. Volvió a la pan- talla. Y Felipe el comprensivo, la animó. Para Felipe, María era una modelo única, y el sentido de la vida de María, era aparecer en las Webcam y Felipe no tendría que ser un va- rapalo en el bello destino de la modelo. Felipe parecía un marciano. No es común una comprensión tan abierta de la pareja. ¡Vivan los Felipes! Vivan en este país de machistas y de crápulas. María la modelo, la artista del circo del sol del erotismo, podía ir de la mano de Felipe a su escenario natural, y volver al caer la jornada de trabajo, para entregár- sele como una virgen –necia– a su Felipe del alma, a Felipe y solo a Felipe. Quien lo creyera. María como una paloma, descansaba desnuda en el pecho de Felipe, después de ho-152 ras de pasión y satisfecha de su trabajo artístico y virtual. Alondra: aplaudo a tu Felipe. Es un espécimen en vías de extinción. Que te deje trabajar como modelo Webcam, y que te ame como a una doncella y te trate como a una dama, es de admirar. Dámele mis parabienes. María volvió a las cumbres. No le fue difícil. Tenía el don. Vino bendecida al mundo. Estaba dentro de las primeras en el top model más calificado, en el territorio virtual de las Webcam. Fue nominada para los premios a la mejor mo- delo Webcam del globo por una feria anual en Las Vegas. Lugar ideal para reunir lo más poderoso de esa industria del entretenimiento. Por primera vez se encumbraba una latina, una colombiana, María. María llena eres de gracia… Felipe y María se fueron para el evento en Las Vegas que premiaría las mejores modelos del mundo. Al llegar todo fue de película. Fanes y espectadores que hacían calle de
honor, fanes arremolinados a las puertas del hotel, fanes 153por todas partes. Todos querían conocerla en persona, to-carla, pedirle un autógrafo, tomarse una fotografía o unaselfie con ella. En la alfombra roja todo era bullicio, y flas-hes, poses y sonrisas, María sonreía y embrujaba con sucabello al viento. Adelante y atrás de María otras modeloscautivaban también con sus encantos. Y a las estrellas, lasacompañaban, claro está, empresarios y hombres de ne-gocios de esa industria del entretenimiento haciendo másmediático el evento.María la inteligente absorbía como una esponja todos losintríngulis de ese mundo empresarial, y que se tocabanparalelos al evento; no era pues, una barbie hueca. Carasde una realidad compleja que no solo están en las panta-llas con sus bellos cuerpos desnudos, sino que están enlos escritorios, en los bancos, en los bufetes de abogados,para negociar, crear empresa, transnacionalizarlas, globa-lizarlas, legalizarlas, reglamentarlas, eran del interés de unoído agudo de la diva. Un mundo visible, mediático, llenode hilos de cultura, de economía, de moral, de finanzas, denegocios no le era indiferente.El evento para empresarios de todo el mundo del porno, en elque se mezclaban desarrolladores de software, sistemas depago por internet, Webmasters, es decir los que construyenpáginas de porno a granel y generan audiencias fieles paraluego venderles diferentes productos, fueron del total interésde María. Aguda y muy inteligente, con una sutileza de asom-bro aprendía como la mejor y única de este cerrado mundoempresarial. Escuchaba las cifras astronómicas del comer-cio generadas por los torsos desnudos, por las tetas de todaslas formas y gracias, por los culos y su infinita gama vario-pinta, venidos de todo el mundo. Husmeaba en los semina-rios en los que se reflexionaba las tendencias del mercado deadultos, del gran mercado de pajizos del mundo, potenciales
clientes del entretenimiento del sexo. Señores, ella asistía a la ONU del porno, y que bien lo hacía no solo como diva y mo- delo, la mejor, sino como la mujer perspicaz e inteligente que aprendía como la discípula más aventajada del ramo. Gracias a lo atípico de la industria, que se alejaba de forma- lismos y protocolos, tan rotundos en otros sectores, todo se movía en una atmósfera de subrealidad, que al ritmo de las líneas de coca en la nariz realizaban las negociaciones. Las mariposas revoloteando alrededor de los negociantes, arrancaban sonrisas, guiños, manos al trasero, rompien- do posturas diplomáticas e hipócritas, y haciendo arder el sexo de unos y otras. Comerciar con un marco sexuado, con ángeles de sexo definido, como el de María, lo erotiza- ba todo. El espacio interior de los negocios estaba cargado de una coreografía sexuada: sofás con personas sumidas en sádicas orgías. Con una gran sonrisa, María observaba154 cómo al término de una negociación, un empresario, se- riote y bien puesto, se eslabonó en la cadena orgiástica, y desnudo se puso en cuatro, llamando a un macho de un gran pena para que lo clavara. La juventud reinaba en el gremio. Muchos de los participan- tes no pasaban de los 30 años. Uno de ellos, bello imberbe no alcanzaba los 25 y sin embargo ya manejaba el tráfico de más de 50 millones de visitas al mes en el mosaico de sus páginas. Su audiencia era mayor a toda la población colombiana. Un joven cibernético, el más entendido del mundo en el sofisticado software, decidía como el mago Merlín hacia dónde debían ir las visitas. Y su audiencia era preciada para muchos de los empresarios que lo admira- ban y celaban en silencio y lo querían convertir en el pro- motor de los contenidos pornos de allí. Es hora de la premiación. María vestida como una diva gra- cias a la casa Dolce & Gabbana, pisaba como quien camina
por una nube la alfombra roja en la entrada, mientras los 155camarógrafos de todo el mundo guardaban en sus memo-rias electrónicas el magno evento, reflejando las grandescifras que maneja el sector del porno. María entra suspen-dida al teatro abarrotado con más de 5000 personas. Quiénpudiera estar en las sillas privilegiadas de la primera fila,para verla de arriba abajo. Y elogiar su belleza y esperarseguro su coronación como la reina de las Webcam.El sobre en la mano del presentador que vestía un elegantesmoking se acerca al centro del escenario, lo abre y pro-nuncia el nombre: María. María se paró radiante de su sillaprivilegiada, recibió un beso de Felipe y subió al escenariocomo quien camina sobre un cirro. El sueño hecho realidad.La empresa anfitriona los llevó al hotel cinco estrellas yles festejó el triunfo. Todo de ensueño. Las copas choca-ban, todos bailaban, se abrazaban y reían, se tomaban dela mano y giraban en redondel. Parecían niños felices. Lashoras pasaban y todo era risa y felicidad, hasta que su ce-lular sonó. Era Alejandro. Afuera despuntaba el alba. Anas-tasia HA MUERTO, dijo con voz entrecortada. Se le encontróen su dormitorio, con un vibrador de tamaño descomunalentre sus piernas, al que solo le asomaba el mango. La ha-bían destrozado.
CAPÍTULO DIECISIETE La muerte de Anastasia
Se te fue Anastasia, mi alondra. Que tormenta en tu alma. 159Como la amabas, más allá de la amistad, más allá del gé-nero, más allá de toda moral, era tu carnal. ¿Te vengarás?Un mar de sangre dejaba a Anastasia en el último suspiro.Anastasia la bella moría por una hemorragia interna, pene-trada bestialmente por un descomunal miembro de látexsemiduro, que se lo habían enterrado con saña y perver-sión extrema. Rompió todo, ano y útero se desgarraron yse hicieron una fuente de torrente sanguíneo, y la pobreAnastasia murió en medio de un sufrimiento sin límite. MiAnastasia, pobre amada mía, decía María inconsolable.María ya llena de recursos tomó un vuelo chárter para poner-se al frente de la situación y tener cerca ya no en cuerpo vivopero sí en alma a su Anastasia, su amadísima Anastasia.Investigar el caso y llegar hasta el fondo del asunto no lesería nada difícil gracias a su amigo de correrías virtuales,un hacker experto en descifrar códigos y cápsulas encrip-tadas para llegar a la fuente del enemigo, a la guarida delasesino. El hacker pronto detectó en la Deep web, índex ybuscadores; esa Deep web bien conocida en el bajo mundocomo aquellas páginas que los buscadores de la importan-cia y alcance de google no colocan en sus búsquedas por-que son contenidos ocultos o prohibidos, gracias a unasinteligencia sutiles reclutadas por perversos criminales decuello blanco, esta vez esa Deep web no pudo ser tan her-mética con nuestro hacker, quien como un mago, abrió loscódigos y las criptas para revelar la información confiden-cial, claramente delictiva que dejaba al descubierto todo elintríngulis del asesinato de Anastasia. Era un odioso videoque proyectó el hacker a María y sus íntimos, en el que seconfirmaba la versión de los forenses. Un odioso video deuna hora, que mostraba en primeros planos brutales la ho-rrible violación de la que era víctima Anastasia, antes de ser
apuntillada con el enorme pene de látex que se le clavaba como una bala de gran calibre con toda la fuerza bestial que podía poseer el asesino elegido. Una escena dantesca, que se cerraba con un telón de fondo en el que en letras desteñidas de lluvia roja, se escribía: Espera la siguiente entrega, será más apasionante para saciar tus deseosos ojos de mirón extremo, porque Sex & Death, siempre estará presente para satisfacer tus oscuros instintos. ¿Quién sería el autor intelectual de tal monstruosidad? ¿Quién sería el monstruo detrás de tan bestial crimen? Ma- ría no quería escatimar esfuerzo en averiguarlo. Pero en principio todo se revelaba brumoso y lleno de incógnitas sin respuestas. Empezaron a pasar las semanas, y todas muertas, todas sin ninguna novedad. ¿Enemigos en Co- lombia? No, se decía María. Y no de esa catadura, de tan perversa y sádica calaña. Pero todo se esclareció de súbi-160 to. Una mañana recibió una llamada telefónica de número privado, quien a la bocina en un español precario, amena- zaba a la siguiente víctima: ni más ni menos que la mismí- sima María. “Tú es la próxima” dijo el monstruo en su mala dicción y peor gramática española, y no contento con su estulticia dejó al descubierto el verdadero enemigo y crimi- nal, diciendo, “el patrón corregidor nunca perdonas”. Aquel bellaco corregidor era el vengador. Aquel monstruo ucraniano de las alcantarillas sobreviviente se vengaba y de qué manera. La amenaza no podía ser más cierta y de- licada. Y seguía ella. Era verdad. María tomó todas las me- didas de seguridad posibles. Se encerró en su apartamento y contrató una vigilancia privilegiada y de primer nivel, y se sumergió en la intensidad de su trabajo, con el firme propó- sito de amasar dinero para llevar a cabo un proyecto pen- sado al calor de esos acontecimientos, gracias a su sangre fría y a su gran talento. En los momentos más álgidos y peligrosos, María era como un témpano y muy lúcida para
pensar, y su proyecto contenía el pasar al ataque como una 161defensa activa de su vida, y a la vez proteger a las colegasde su gremio, sus amadas modelos, a quienes, según suplan terminaría salvaguardando de los abusos y de la in-defensión por culpa de la ignorancia, la discriminación, elmachismo, y lo violento de esta industria.El autor material del crimen de Anastasia se había cubier-to frente a las cámaras con una máscara mexicana de lu-cha libre, la del destripador, y sus prendas tenían un diseñocircense difícil de identificar, y el escenario tampoco dabapistas de ninguna naturaleza. Ese video repasado hasta elcansancio, se vio un día y otro y otro, hasta correr más de unmes, sin que los sabuesos sacaran una pizca de pista. Todo,todo resultaba infructuoso y el tiempo pasaba despiadado.Sin embargo, nada queda en la impunidad para la vida, ypronto llegó una luz, que bañaría con su haz mortecino detragedia a la industria. Todo porque Sex & Death envió uncorreo a una gran base de datos de clientes de Webcamsen el mundo en la que ofrecía sus servicios buscando lu-cro. Como era de esperarse sería un negocio rentable ilícitoy sucio, con las modelos como cosas y víctimas. El emaildecía textualmente lo siguiente:Sex&Death te invita a disfrutar de todos sus servicios, va-mos más allá del sexo por internet:Nuestros servicios satisfarán todas tus perversiones ysueños lascivos. Sabemos a quién nos dirigimos, a ti, queardes en deseos, que eres sádico, masoquista, perverso,violento, y buscas venganza.Por eso:- Rastreamos para ti las modelos en Colombia; ninguna se nos escapa, y estamos en condiciones de conse-
guirte todos sus datos personales. Todo lo sabrás, todo lo que necesites. Podrás ubicarla en todos sus lugares de origen y destino, y podrás visitarla personalmente. Con nuestra información podrás darte cuenta si todo lo que te ha dicho y te ha descrito de ella es real. - Pondremos a tu disposición nuestro historial de videos. Tenemos un gran banco de videos grabados. Años y años de grabación, y no se nos escapa ninguna mode- lo. Todas están reseñadas en nuestra videoteca. Casi todas las modelos intentan llevar una doble vida, que podría ser descubierta, publicándola por nosotros en los portales de internet, para el escarnio público para llegar hasta al más íntimo círculo de su universo afec- tivo, en la que ella quedaría al descubierto. Seres que- ridos, amigos, vecindario. El material te lo ofrecemos para que puedas hacer con él lo que quieras.162 - Las modelos que tienen pareja, y la ocultan, y la niegan, serán descubiertas, y tú tendrás el material probatorio en tus manos, gracias a nuestros profesionales, que ponemos a tu disposición. - Todos sus espacios virtuales estarán hackeados por nosotros. Estarán intervenidos sin que ellas lo noten. Su redes sociales estarán monitoreadas por nosotros las 24 horas del día. Te daremos las claves para que tú mismo le sigas las pistas. - Tendrás acceso a nuestras bases de datos paralelas, donde están las reseñas de los modelos hombres. Mu- chos de ellos se describen homosexuales, pero real- mente no lo son. Tendrás la oportunidad con la infor- mación de la fuente de desenmascararlos y hacerle saber todo a su entorno.
- Y por último, nuestro servicio VIP. Eliges cualquier mo- 163 delo, mujer, hombre, trans. Y haremos un show en vivo ante nuestro público, que como sabes, es mundial. El mismo público que disfruta de ver una muerte lenta, cargada de la violencia de la tortura sádica, para que, quizás vengues, desde tu psiquis dolida, un engaño, un desamor, un despecho, o porque tus instintos son cri- minales, como los de muchos, que se ocultan de día en papeles decorosos y dignos, pero que por la noche, se vuelven el monstruo de los mangones.Somos una empresa de la Internet profunda que te darátodos estos entretenimientos extremos.Y sigue el texto literal diciendo:Respóndenos pronto porque por razones de seguridad de-bemos cambiar rápidamente de correo electrónico. Envía-nos el link de la modelo o modelos por las cuales te gusta-ría contratar alguno de nuestros servicios, estaremos muyatentos a enviarte los costos de tus necesidades.Porque Sex & Death siempre te presentará un contenido di-ferente.Increíble pero cierto. Vivir para creerlo. Así es la humani-dad. Ese es nuestro mundo. Es infernal, lleno de hipocre-sía y de maldad. Y para muestra ese texto que reproduzcoliteralmente. Ese endemoniado portafolio de servicio deesa empresa cabe en nuestra historia y es tan real como laCoca Cola.María sabía mejor que cualquiera el tamaño de su enemi-go. Y sabía que su gremio tendría que protegerse de tangrande amenaza. Todos y todas eran vulnerables. Ese dia-bólico pulpo de la maldad y el crimen podría alcanzar consus tentáculos de fuego al que fuera. Bastaba contratarlos,
en la impunidad del anonimato, pagar las tarifas y dejar que Sex & Death hiciera el resto. Sex & Death era una terrible maquinaria destructiva, que alcanzaría a cualquier vida de cualquier modelo y la destruiría. Ahora María se preguntaba: ¿Seré yo la siguiente? Tengo enemigos, sí, quién con mi palmarés no los tiene, y el peor de todos es aquel malvado corregidor que humillé en las cloacas de Kiev.164
CAPÍTULO DIECIOCHO Diciendo y haciendo
Cada semana aparecía algo que intranquilizaba. O bien una 167cuenta de Facebook hackeada, con desnudos de la pro-pietaria de la cuenta y destinados a toda la familia, o bienun teléfono interceptado, un infundio en el vecindario porcuenta del correo de las brujas, etc. Clara autoría de Sex &Death, pero todavía ningún show criminal y sangriento queemulara el de Anastasia. Ningún show con violencia extre-ma, con violaciones y torturas y el final con un asesinato envivo y en directo.Se cuidaban los malditos pues sabían que tenían toda lainteligencia del mundo tras sus pistas. Pero ellos se defen-dían en las muy bien elaboradas tinieblas de la tecnologíadel internet profundo. Las autoridades no atinaban a darcon los cerebros y las casas matrices. ***Seis meses después, el proyecto de María estaba listo. Ha-bía que ejecutarlo. Ella se tomó todo ese tiempo en deta-llarlo como una filigrana. Y Felipe la secundaría. El capitalestaba dispuesto. Todo en su punto de arranque. Se trata-ba de una empresa multinacional con modelos y sus res-pectivas franquicias para montar estudios.El proyecto empresarial de María supondría una inversiónen dólares contantes y sonantes a US 300000 que ella ha-bía ahorrado durante seis meses de trabajo.Para empezar ella creó un estudio en su ciudad. Elevó losestándares de calidad al máximo nivel. Ni Alejandro la igua-laba. El estudio quedaba en una mansión de lujo, piscinainterior, jacuzzi y habitaciones con los mejores interiores ydecorados, que nada le tenían que envidiar a los que habíavisto en Rumania. La tecnología estaba a la orden del día.Era una casa inteligente. Allí se formaban las modelos en
un clima de lujo y comodidad nunca visto. Una casa ma- triz para mostrarle al mundo de lo que es capaz un ingenio como el de María. Tres meses bastaron para que las cosas rodaran hacia el éxito. La facturación de cada una de las modelos daba una muy buena rentabilidad. Lo gastado era en realidad una inversión recuperable a corto plazo. Pero María era visionaria, y su pensamiento global. Ella no se contentaba con lo doméstico. Ella lo había pensado todo en el proyecto y lo estaba llevando a cabo minuciosamente. La idea de la franquicia no se le había quedado olvidada. Todo el paquete, esto es, montaje, formación de modelos, capacitación y contratación de personal, marketing, diseño de interiores, tecnología, proyecciones financieras, en fin, absolutamente todo estaba fríamente supuesto y listo para emularse en cualquier lugar del mundo. Esa casa habría de ser replicada en decenas de estudios dispuestos por todo168 el globo, y que aseguraran altas facturaciones. Y dicho y hecho. Pronto el negocio empezó a prosperar y los socios y compradores, del interior y del exterior, de esta latitud y de esta otra, de aquí de Latinoamérica y de Europa, se inte- resaron en la franquicia y se hicieron a ella. En seis meses María contaba con una empresa matriz de más de 50 em- pleados, y el departamento de estrategias asociadas y de franquicia era el que más palpitaba al calor de los negocios. Se abrían estudios aquí y allá, con la marca garantizada de María, que con mucho tino había patentado en Colombia y en los Estados Unidos de Norteamérica. El enemigo nunca olvida Alondra, no bajes la guardia, no te descuides. Te tienen en la mira. Que no te ciegue el éxito comercial de tu empresa. ¡Atenta! que el enemigo no duerme. Las arcas de María se llenaban y no de pesos sino de dóla-
res. Las amenazas parecían haber menguado, o quizás por 169el ajetreo de la empresa y su éxito se olvidaban fácil, puesseguían hackeando a las modelos y mortificándolas por lasredes sociales, descubriéndolas y poniéndolas en aprietosmorales con sus familiares y amigos, pero de ahí no pasa-ba… Hasta que después de un año de la muerte violenta deAnastasia, llegó un link, al mismo tiempo que desaparecíauna modelo, avisando que en media hora comenzaba elshow. El show promocionado por Sex & Death, y garanti-zando su trágico estilo. Todo el gremio se puso en alertamáxima y se dispuso con los mirones morbosos del mundoa ver el espectáculo. El circo de las Webcam se paralizó. Yen efecto a la hora en punto, el show comenzó. ¡Oh Dios!El escenario era gótico. Tocado de colores morados entreintensos y pálidos, telas zigzagueadas en grandes rematesque formaban la V de violencia extrema; y la modelo, yaultrajada, en el centro de las tablas, amarrada con los bra-zos extendidos hacia arriba y atados a un gran cordel conun nudo marinero que se ajustaba a un Pol dance. La bocaamordazada, mientras alrededor, dando vueltas el verdugodel show, trajeado con una túnica de color blanco, a lo kuklux klan, capucha en punta, y en sus manos un fuete, ycon unos guantes remachados. El infame la hacía girar so-bre el cilindro del que pendía aquella mujer indefensa. Unamúsica de fondo, la marcha fúnebre de Frederick Chopan,se sentía para armonizar el acto macabro. El verdugo seacercó y la serpenteó, la tocaba de la cabeza a los pies,como si la estuviera amarrando en espiral; alguien le alcan-zó un lazo anudado y comenzó a acordonarla del cuello ha-cia abajo sin dejar de moverse y de moverla sobre su propioeje. El lazo era entre rígido y flexible y la había enroscadoen espiral, hasta que llegó a los tobillos, allí anudó con másfuerza el lazo hasta que tensara el musculo hasta provocarla sangre a flor de piel. Del bolsillo de la túnica blanca ex-
trajo un bisturí de punta de diamante, y comenzó a recorrer en paralelo hacia arriba las carnes, siguiendo la dirección de la cuerda que la atenazaba. La piel se hizo una regadera de sangre, una finísima fuente del líquido rojizo que salía como de pequeños surtidores, que el monstruo agujereaba con la punta del bisturí. El cuerpo se teñía de sangre, como si una mano bruja rasgara con las uñas la piel, y esta se reventara y sangrara cayendo en cascada, o resbalando y saliendo a borbotones. Y todo bajo la música de Chopan, pues la torturada ahogaba en la mordaza sus gritos de do- lor y de desesperación. Y para cerrar la obra macabra, el torturador, tomó el bis- turí y cortó de abajo arriba como un cirujano en vertical el cordel que atrapaba en serpiente a la víctima, para abrirle las piernas. Hecho esto, recibió de un ayudante desde la sombra, un gran vibrador de 60 centímetros de largo y no170 muy grueso, el mismo que introdujo al principio lentamen- te y luego con la velocidad del rayo, mientras los ojos de la hembra se desorbitaban y estallaban en rojo sangre. La tremenda estocada con aquel vibrador convertido en es- toque de Caín, producía una agonía de miedo, que dejaba estupefacto a todos los televidentes, por más fríos y mor- bosos que fueran. Ella la víctima, cerraba los ojos y se apa- gaba para siempre en una muerte infernal.
CAPÍTULO DIECINUEVE El ring de la muerte
Las cosas que suceden en el Siglo XXI. Aquella horrible 173emisión, en vivo y en directo seguía en la impunidad. Nin-guna inteligencia policial, con equipos de hackers expertosen detectar orígenes, había logrado situar el escenario deaquel crimen atroz. 20 minutos emitiendo y no fue suficien-te para que los aparatos de inteligencia de la policía y delEstado los detectaran, que poderío, que tremenda amenazade ese imperio del crimen organizado de este siglo.María optó por sus propios recursos. Sin creer demasiadoen el Estado, contrató un buen equipo de detectives. Debíantrabajar de día y de noche para descubrir al torturador. AMaría se le convirtió en una obsesión, en un reto de vida,en su principal objetivo. Podía concentrarse en ello, puessu empresa marchaba sobre ruedas, tomaba cada vez másfuerza y la facturación la hacía día tras día multimillonaria.Atacó en primera instancia las fuentes que venían de laspropias modelos amenazadas. Elevó la atención al máximoy le ordenó a sus investigadores que centraran todos susesfuerzos técnicos, tecnológicos y de talento, en rastrearhuellas que dejarán los hackeadores cuando atacaban lasredes sociales, y que les tendieran trampas para llegar a lasfuentes, a los fantasmas hackers de los criminales, con eltorturador a la cabeza.Pero los meses pasaban sin novedades, mientras la empre-sa de María crecía y se consolidaba en el mercado nacionale internacional. El torturador y su empresa se sumían en elsilencio, un silencio sepulcral. Sin embargo, a María todoslos día le daba un cosquilleo y un mal pálpito, sabía quevolverían a atacar, que ellos estaban hibernando; pero queen cualquier momento despertarían para volver a asesinary a filmar el asesinato en vivo y en directo.El poder económico da poder político, y María no podía serla excepción a la regla. María ya era una figura pública. Ella
era una fuente de trabajo para decenas de familias pobres, y lo hacía también en suelo extranjero. Latinoamérica y Eu- ropa albergaban sus estudios y todos marchaban viento en popa. Por la naturaleza de la industria del entretenimiento de la que era matrona María, ella era una figura polémica, pero muy influyente en las decisiones políticas, sobre todo tanto en los intereses del sector del entretenimiento adulto, que cada vez es más poderoso, visible y voluminoso, como de parte de las protagonistas de este entretenimiento, las modelos Webcam tan discriminadas y confundidas con las trabajadoras sexuales. María aprovechaba su visibili- dad social y política para defender a sus colegas modelos Webcam, se movía como pez en el agua por las redes so- ciales, hacía política virtual, aportaba en dinero a campa- ñas políticas de las organizaciones y partidos progresistas, que defendían la libertad, y con ello a las modelos Webcam como artistas del entretenimiento y ella misma criticaba a174 los trogloditas de la derecha cuando discriminaban a sus modelos, y las lapidaban, las expulsaban de sus vecindarios y las señalaban, como si fueran enviados de un dios de la moral mojigata ultragoda. Demostraba en paneles, entre- vistas y foros que las colegialas, más allá de sus 18 años, eran libres de hacer lo que quisieran en el arte del modelaje erótico, filosofando sobre los tiempos que corren y sobre las posibilidades de la posmodernidad liberada de prejuicios. La felicidad no era completa; sí, la empresa era un éxito, ella crecía económica y políticamente, pero las pesquisas para dar con el torturador no arrojaban resultados positivos, es- taban empantanadas y eran desalentadoras y preocupan- tes. Era de esperar lo peor: un email que promocionaría de nuevo otro show de la muerte. Y en efecto, casi dos años después llegó un link, con el mismo modus operandi, pero esta vez solo daban escasos 10 minutos para disponerse a ver el macabro espectáculo. Era apenas lógico que pro-
cedieran así. La popularidad y el escándalo a nivel mundial 175los obligaba a actuar de esa manera. Todo estaba dispara-do exponencialmente. La audiencia sería multimillonaria.Los operadores de internet encargados de los bloqueos a ladefensiva, no tendrían tiempo de actuar para interrumpir laemisión de la Web. Esa Web diabólica se las sabía todas yse refrescaba con diferentes dominios y su compleja confi-guración la blindaba contra bloqueos y detecciones.A la hora en punto empezó la emisión. El decorado, un ringjaula, similar al ring de boxeo, adentro del ring jaula dosmujeres, cada una en una esquina, y en el centro las lu-minarias encendidas. Dos modelos tornábanse gladiado-ras por capricho del emperador del crimen. Las bocas delas mujeres estaban cocidas para evitar sus ruegos, y ellastotalmente desnudas. El torturador de turno, el mismo alparecer de la vez anterior, las tomó del pelo y las acercóal centro, azuzándolas para que se ultrajaran mutuamente,como dos perras rabiosas. El torturador con voz de trueno–pero distorsionada por seguridad–, empezó a anunciarleal público virtual la pelea.Señoras y Señores: bienvenidos al show de Sex & DeathNo habrá reglas.Estas dos mujeres pelearán hasta la muerte. Una de ellasmorirá y la otra sobrevivirá.La sobreviviente será dejada en libertad.Las dos mujeres fueron atadas con unas cuerdas elásticasa la cintura, y sonó la campana.Atadas las dos mujeres no podían huir la una de la otra.Condenadas a atacarse, se trenzaron en una bestial pelea,con uñas, puños, patadas, y cabezazos. Eran bellas, se
les veía en la desnudez, esculturales cuerpos, torneados y de pechos y traseros exuberantes, pero embadurnadas de aceite, sudorosas y jadeantes, se les veía más como ani- males que como a modelos. Se aruñaban, se rasguñaban, se enterraban las uñas en la garganta, en los pechos, en las espaldas, y los cuerpos empezaban a sangrar. Se to- maban del pelo y se quedaban con los mechones en las manos. El cansancio las hacía lentas al paso de los mi- nutos, entonces el torturador empezó a acercarles rocas, objetos contundentes, que ellas se arrojaban sin piedad; luego les aproximó unos guantes con una peculiaridad, en sus nudillos asomaban unas filosas cuchillas. Se los cal- zaron y empezaron a herirse, a hundirse en las carnes esas cuchillas que se ensangrentaban y la sangre se encharca- ba bajos sus pies. Pronto surgieron armas cortopunzan- tes, dispuestas por el verdugo, que las hembras tomaron ya embriagadas por el instinto asesino; pero extenuadas,176 las dos cayeron de rodillas, cosa que el torturador casti- gó tirándoles sal a las heridas, dejándolas en carne viva y estimulándolas para que se pararan en sus extremidades y siguieran el exterminio. Las mujeres blanqueadas por la sal se pararon como pudieron y siguieron la lucha cuerpo a cuerpo. Pero ya no podían, y más bien se fundían en un abrazo de muerte, por el cansancio y la desesperación. El verdugo amenazó con la voz en trueno que les arrojaría no sal sino ácido si no seguían la lucha a muerte. Dicho esto, lanzó dos cuchillos mataganado, y la más rápida con sus últimas fuerzas hundió la gran hoja filosa en el estómago de su contrincante que cayó herida de muerte a la lona. La sobreviviente queda estupefacta, mira abajo a su con- trincante ya muerta, y levanta la mirada con ojos de ternera huérfana, desolada ve un arma de fuego que le apunta en- tre ceja y ceja y lo último que escucha es ¡bang!
CAPÍTULO VEINTETortura y muerte frente a las cámaras
Mi alondra, darás a luz. Te perpetuarás. Así es como nos 179perpetuamos. Traerás un ángel a la vida. Las gracias quetiene la vida. Yo seré tu padrino narrador. Viva la vida.Con la prueba de embarazo en las manos María fue al baño.Estaba muy ansiosa. Tomó la paleta y se la introdujo espe-rando en la cinta las dos líneas violeta del color de la vida.Y así fue. En la pantallita el color en dos líneas verticalesfue violeta.–Estabas embarazada. Que alegría. Saliste corriendo y gri-tando: Positivo, positivo. Felipe, amor mío, positivo, y te letiraste encima–.El abrazo de Felipe fue de oso noble, el mismo abrazo quecuando la rescató de la cueva en las cloacas de Kiev. Pero estavez la intensidad era de celebración y la conciencia de ambos.María le daría un hijo y para él era un milagro de la vida.La vida de María era en blanco y negro; el negro día ante-rior con el espeluznante show de la pelea a muerte de lasgladiadoras modelos, y el día de hoy blanco como la nieve,lleno de felicidad con la buena nueva, el augurio de la nue-va vida. Blanco y negro, felicidad e infelicidad, día y noche,era el destino de María.A María se le mezclaban las emociones, se le cruzabanadentro y vivía una montaña rusa de alteraciones del áni-mo, a la alegría la apagaba la ansiedad y un estrés que lefruncía el entrecejo mientras pensaba en el torturador. Porfortuna, se entreveían unas leves pistas hacia el monstruo.El gran bandido cobraba una fuerte suma de dinero por losmacabros espectáculos. Las transacciones estaban de-jando huella y eso era bueno para María, que empezaba apisarle los talones al enemigo. Inteligentemente se habíansembrado unos clientes ficticios y los lacayos del mons-
truo encargados de borrar rutas empezaban a dejar algu- nas pistas. Pero eran muy leves, casi invisibles. Los cacos eran muy profesionales en la tarea y borraban las huellas. La contienda de los espionajes era de gran nivel, y por lo visto los del equipo de María empezaban a ganar. El embarazo de María, le descubrió a ella misma y a Felipe una madre ideal. La vida le dio un giro de 180°. Se dedicó a mimarse y a mimar aquella criatura intrauterina. La felicidad los atropellaba. Pero María no descuidaba su olfato vigilante y su reto de dar con el torturador y propietario de Sex & Death. La poca tolerancia a la frustración de María la lleva a fi- nanciar un comando especial al margen de la ley con la única misión de castrar radicalmente (y digo radicalmente porque no era solo el corte de testículos sino el corte del pene) a todo hombre que hubiera violado una mujer en su país. Una idea obsesiva de venganza contra Sex & Death,180 de justicia por propia mano que dejaría sin miembro al que hubiese osado mancillar el honor de una mujer. Una repre- salia loca de María. Pero así era su temperamento, qué le vamos a hacer. Hackeando las bases de fichas del gobierno, con la lista de hombres acusados de maltrato y violación, un empleado del staff de María conseguía un banco de datos de infini- dad de individuos indeseables. La información con nombre completo y foto de cada uno de ellos fue enviada a los emails de centenares de miles de colombianos. La finalidad era terrible. Una lista negra de violadores sería el blanco de una tétrica oferta. Se ofrecía una recompensa de mil dólares por genitales castrados (debía incluir el pene). El comando tenía como misión pagar las recompensas y recoger las evidencias que el castrador estaba obligado a
entregar. Se trataba de la foto del castrado ya sin su miem- 181bro viril entre las piernas, pitón que debería sostener ensus propias manos.En esta tierra del demonio la campaña fue todo un éxito.Pronto empezaron a llegar de todas las latitudes del paísfotos de castrados con el miembro sangrante en sus ma-nos. Algunos hasta se consideraban justicieros de estarhaciéndole un bien a la sociedad.Como era de esperarse las cárceles se convirtieron en unquirófano del terror. Los violadores fueron perseguidos sinpiedad por los buscadores de dinero. Y no quedó huevo entestículo para hacer un caldo. Todos fueron castrados sinmisericordia. Las cárceles se llenaron de eunucos.Felipe no sabía esta sanguinaria idea de María. María lamantenía en secreto mayor. En un Excel oculto ella reci-bía la información numérica de las recompensas pagadas.Cada cuenta pagada era un suspiro de María que se sen-tía aliviada en su venganza y que compensaba un poco lafrustración de no dar con el torturador. Ella misma se sentíauna vengadora justiciera.La banda de los castradores, como le llamaban los medios,se hizo famosa en todo el globo terráqueo. Y hasta se lesreplicaba en otros países. Muchas mujeres aplaudían ad-miradas desde sus redes sociales a sus defensores, sobretodo las que habían sido víctimas de violación.El tiempo corría, el embarazo de María marchaba muy bien,pero el torturador no se dejaba atrapar. Seis meses habíancorrido desde la fecundación, y todo iba viento en popa,cuando, al atardecer, ella con la cabeza recostada en el re-gazo de Felipe vio un link promocional de Sex & Death. En 10minutos empezaría la emisión. El corazón se les sobresaltó.
A nivel mundial la audiencia ya estaba expectante. Más de cien mil clientes se conectarían. Que terrible. El ojo de la cámara empieza paneando la jaula, en el centro de la cual yace un anciano octogenario. El viejo totalmente desnudo tenía el rostro desencajado. Estaba amarrado a una silla de pies y manos. ¿Pero qué es esto? dijo María en voz alta y miró con el ceño fruncido a Felipe. ¿Ahora qué pretende este canalla? Segundos después aparece el torturador con su túnica blanca y mirando a la cámara dice: El show de hoy será hetero. Dependerá de la habilidad de esta mujer, y acto se- guido el endemoniado maestro de ceremonias arrastra a una mujer totalmente desnuda, que encadenada de pies y manos, cae a los pies del anciano. María la reconoció de in- mediato. En efecto era una de las modelos más famosas de182 Colombia, alguien con quien María había compartido show en persona. Tomándola de su larga cabellera, dijo con su voz en true- no el maldito: Esta mujer salvará la vida de este anciano si logra que el viejo tenga una erección. Tendrá media hora para ello. Pero tu vida, nena, ya no está asegurada, le dijo el monstruo, juntando su cara a la de ella. La pobre mujer rompió en llanto. El desgraciado le liberó de las cadenas y le puso la cara a la altura de los genitales del viejo, estru- jándola para que empezara a besárselos. Pero la modelo se desmadejó y se cayó cuan larga era a la lona y se quedó inmóvil. El torturador sacó un revólver y le hizo un disparo al piso, muy cerca de su humanidad, a lo que ella reaccionó de inmediato, y como por instinto de conservación empezó la felación. El abuelo no salía de su asombro. Pero pensaba que su pene no le respondería
pues llevaba ya unos buenos años sin vivir erección alguna, 183y en semejante circunstancias, menos.Qué no hizo aquella pobre y bella mujer. Lo hizo todo. Lobesó, lo manipuló, le chupó el pene, se la lamió, se la des-enroscó, le hizo arriba y abajo con sus manos, se lo sopló,y nada. Se sentó en él, le rozó su vulva, le palmoteó el pene,le besó los testículos. Pero no lograba nada. El pene seguíaflácido como un cilindro de trapo. Ella sabiéndose muerta,pensaba en el anciano y quería salvarlo. Salvarlo a él por lomenos. Bello gesto.A los 20 minutos del show, sin mayores novedades, el tor-turador empezó una cuenta regresiva. Te faltan 10 minutosmaldita, decía. Te faltan 9 minutos, perra. Te faltan 8 mi-nutos, zorra. La mujer estaba trémula, temblaba como unahoja al viento y seguía el ritual de la inútil felación. El ancia-no ya consciente, agradecía con una sonrisa casi invisiblea aquella corderilla de Dios, que trataba de salvarle la vida.Treinta segundos antes de cumplirse la hora cero, la diva sesentó encima del abuelo y lo abrazó, convertida en un marde llantos. Escena dantesca, señores. La voz sepulcral delverdugo contaba: 5, 4, 3, 2, 1 y ¡bang! el disparó inundó dehumo la pantalla.El disparo dio en la cabeza de la desgraciada mujer, que tum-bó sus brazos y quedó cadáver sobre el abuelo. La sangresalpicaba el rostro del anciano que tenía la mirada atónita.Acto seguido el torturador entró en escena y sin dilación, sedirigió al anciano, tiró a un lado a la mujer, y cortó de un tajoel pene del viejo. El anciano se fue de bruces con un gritoque rompía cristales. Con el pene en la mano, el vil hombrese dirigió a las cámaras y dijo: Hideputas castradores, nun-ca podrán conmigo, y en el acto arrojó la tripa a la cámara, yen ese momento el ojo electrónico de la máquina se apagó.
CAPÍTULO VEINTIUNO La vida derrota a la muerte
María estaba fuera de sí, respiraba con dificultad, se tomó la 187cabeza con las dos manos y sin mediar palabra corrió a sudormitorio, y se apresuró a escribir al link que todavía fun-cionaba: Malnacido, sabes quién soy. No descansaré hastaatraparte. El día que te atrape te amarraré y vivirás todas tustorturas en carne propia. Tienes los días contados.El torturador y María se desafiaban. En el coliseo de estahistoria, dos poderosos se enfrentaban. Ganaría el que so-breviviera. Las cavernas posmodernas. Varios clientes ati-zaban el fuego de la violencia extrema, pidiendo a Maríapara un show de la muerte. Y en embarazo, sería un ban-quete sin igual para ellos. Desafiante María provocaba lasangre del torturador que se tomaba muy en serio la pelea.María se deprimió. Ella no era de hierro y tuvo un bajón. Nohablaba ni siquiera con Felipe. Prefirió el aislamiento de sucuarto. Se sentía indefensa como una niña de brazos. Dejóde importarle su entorno y bajó la guardia. Pero su cabezamaquinaba. No dejaba de maquinar a pesar de su estado.Craneó entonces un plan extremo. Si los otros planes ha-bían fallado, este sería definitivo.Para sorpresa y susto de todos, ella empezó a salir sola acaminar por un parque cercano a su vivienda. Incluso niFelipe la acompañaba. Nadie la custodiaba. Pues bien, unode esos días al caer la noche, sintió un pañuelo en la bocay todo fue oscuridad.Al volver a la luz, sus ojos cegados por los reflectores, viofrente a ella una cámara, trató de incorporarse y se vio de-tenida por unas amarras que la sostenían a una silla. Cons-ciente se dio cuenta de que era la protagonista del showque estaba por comenzar. El torturador sonreía. Trajeadocon la túnica blanca y enmascarado, le hizo una venia y sefue quitando lentamente la máscara.
María lo reconoció de inmediato. Esa cara le fue familiar, muy conocida dentro de la industria. Era el chacal de la in- dustria porno. Hoy estaba en Kiev, mañana en Bucarest, y al otro día en un país latino, México, Colombia, Perú. El co- rregidor, era un pulpo con tentáculos en todo el mundo, y por lo visto era el propietario del foro que les había hecho la vida imposible a muchas modelos durante años. Ese corre- gidor era también el sapo desgraciado que desvelaba los secretos de las modelos. Ese hideputa era ahora el amo y señor de Sex & Death, y ahora su verdugo. El torturador permanecía impávido, y con una sonrisa ma- lévola disfrutaba del espectáculo del cual él era coprota- gonista. Volvió a ponerse la capucha blanca que lo en- mascaraba y giró sobre sus talones para quedar frente a la cámara, la que encendió con un control remoto que sacó de su túnica y empezó a decir:188 Desde unos altoparlantes tronaba una voz: Señores y se- ñoras, mi exigente y exquisita audiencia, de nuevo con us- tedes el show de Sex & Death. Hoy tenemos el gusto de dis- frutar de la presencia de la ganadora del premio a la mejor modelo Webcam del mundo, y para colmarlo todo, está em- barazada. Que espectáculo. Los dos morirán. Disfrútenlo. Una filosa y larga hoja de acero en las manos del torturador, le permitió introducirla como cuchillo en mantequilla, en la ropa de María. Abierta en dos el vestido se separó de par en par, dejando al descubierto una barriguita prominente que delataba un embarazo a punto de estallar. El estado de gravidez a punto de luz y el estrés de María la llenaron de ansiedad y su organismo empezó a reaccionar camino de la nueva vida. Fuertes contracciones que la ha- cían arrugar la cara como una viejita, hablaban a las claras de lo que quería el crío adentro: salir. Y como por ensalmo
se rompió la fuente, mientras el torturador acercaba un ba- 189rril y ponía un trozo de carne de cerdo en el suelo.En el fondo del barril se movía un líquido verdoso; con uncucharón el torturador tomó un poco de ese líquido y lo regósobre el trozo de carne de cerdo que empezó a espumarse ya sofocarse hasta derretirse en una babosa jalea grisácea.María moriría bañada en ese fatídico ácido corrosivo.El torturador, procedió entonces a tomar algo del ácido y acer-cárselo a María, mientras María pujaba como si de algunamanera quisiera sacar a su bebé de su vientre y salvar su vida.Mientras María pujaba por las contracciones naturales departo, el torturador le acercaba el ácido a la cara. Maríamovía la cara de un lado a otro y se enrojecía de tanto pu-jar, queriendo traer a la vida, pasara lo que pasara aquellacarne de sus entrañas.De pronto, un ¡tas! ¡tas! ¡tas! y una puerta lateral que se vie-ne al piso, y como una tromba unos hombres agazapados yarmados hasta los dientes, entraron vociferando gritos deguerra, a los que el torturador intentó descifrar en décimasde segundo, y entonces trató de poner pies en polvorosa,pero no alcanzó a dar tres pasos cuando fue rápidamenteapresado.Felipe dirigía la operación rescate. Primero María. Suave-mente al piso para quitarle las ataduras. María no podía mo-verse, la fuente rota, ella ya había dilatado 12 centímetros yla peluda cabecita ya despuntaba el alba de la vida. La jaulasería el lugar de nacimiento. Vida y muerte en la jaula.Que bien María. Bien que te la traías. María se había hechoimplantar un microchip en el posterior del antebrazo, y víasatélite Felipe podía rastrearla. Con razón salía sola.
Ah mi alondra, que lista eres. Te las ingeniaste para dejar- le un sonajero electrónico a tu Superman. Sabías que él te recuperaría. Así mi alondra. Así se comportan las heroínas. Pero sí que arriesgaste. El torturador sería torturado. El torturador sería el protago- nista de su show. Él pasaría de vengador a ajusticiado. Bien merecido. Fue encadenado. Felipe lo tenía todo calculado. Al escenario entró una potente máquina folladora. Una má- quina ultramoderna electrónica para penetraciones violen- tas, cuya consola se manejaría al antojo de Felipe. En lugar de vibradores se habían puesto cuchillos de siete filos que giraban sobre su propio eje a la velocidad de vértigo, y se introducían en la carne cual taladro en piedra. Felipe oficiaba de verdugo y sentía una doble satisfacción. A un costado su bella María daba a luz el crío de sus esper- mas, y frente a él tenía al enemigo número uno de María, y190 lo tenía en sus manos para cobrar venganza. El show continuaba. Felipe no quiso apagarlo. Que lo vivie- ra en vivo y en directo todo el mundo. Una gran audiencia como si estuviera en una cámara de justicia contempla- ba la tortura y muerte del torturador. Ojo por ojo y diente por diente. Los espectadores, muchos de ellos del gremio, muchas modelos, que no parpadeaban, disfrutarían con el espectáculo, y todo se había puesto de cabeza. Un mundo bizarro. Así es este valle de lágrimas. El cuerpo del mons- truo se bañaba en sangre, mientras los filosos cuchillos cercenaban sus miembros. Y los gritos del torturador se confundían en una rara sinfonía con los gritos de parto de María. El torturador y María estaban a escasos metros el uno de la otra. Pero uno en el territorio de la muerte, mien- tras la otra, habitaba el territorio de la vida, de la nueva vida. María miraba a Felipe e intentaba sonreírle, mientras Feli- pe, levantaba su mano y le hacía la señal del triunfo con el
pulgar al cielo, que disparaba hacia adelante en señal de 191victoria. El torturador moría preso de la máquina del placerque para el caso era la máquina del terror y de la muerte,mientras María, María ahora sí Celeste, traía al mundo unanueva vida.Estar y no estar. El crío estaba a punto de salir, mientras eltorturador moría.Vida y muerte se veía en todos los monitores del mundo.Todas las pantallas, mostraban dos charcos de sangre, unopara la vida y otro para la muerte. La sangre tenía un do-ble significado. Y el auditorio vivía espasmos de emocio-nes encontradas. Vida y muerte. Risa y llanto. Amor y odio.Venganza y justicia. Guerra y paz.La historia de la condición humana. La historia de los enemi-gos. La historia de las maldiciones, la historia de las vengan-zas, la historia del hombre. La constante de la historia: la san-gre. La vida y la muerte. Pero aquí la vida vence a la muerte.FIN
Este libro se terminó de imprimir en el mes de junio de 2015 en los talleres de Editorial Mundo Libro. Medellín - Colombia
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