Manuel guzmán hennessey Compilador CLIMA Y ENERGIAS ISBN 978-958-59075-0-8 ISBN 978-958-59075-0-8
Clima y energías: el desafío central de los sectoresproductivos frente a la crisis climática globalReducir la dependencia global de los combustibles fósiles, y aumentarel uso de las energías renovables, es el desafío central de las economíasfrente a la crisis climática global. Según el informe de Ecofys (AMO/OMA, 2011), podemos reducir a la mitad la cantidad de energía queutilizamos, y podemos llegar al año 2050 con un mundo totalmentesoportado en las energías renovables. Esta tarea implica una tran-sición de gran envergadura que debe empezar ya, junto con otras me-didas orientadas a detener el avance del cambio global. ¿Cuál es elpapel que en este reto histórico pueden cumplir los sectores produc-tivos?; ¿Qué pueden hacer ellos, en unión con los ciudadanos y losgobiernos locales, para estimular la transición energética y alcanzarla sostenibilidad? Tratar de aproximar respuestas a estas preguntas esel propósito de esta publicación y de la plataforma Clima y Energíasde la red KLN y sus aliados en Latinoamérica. También es el fin dela serie “Aproximaciones conceptuales al cambio climático” que coneste título entrega su segunda publicación, con la entusiasta partici-pación de investigadores de la red KLN, la Universidad del Rosario deBogotá y la empresa ISAGEN S.A E.S.P, de Colombia.Escriben en este libro:Claudio Alatorre Ana RíosJohana Romero Walter VergaraGerardo Honty Cristián RetamalAriel Carbajal Javier MéndezManuel Guzmán HennesseyEste libro se publica con el apoyo de ISAGEN S.A E.S.P y con la parti-cipación de la red KLIMAFORUM LATINOAMERICA NETWORKKLN y sus aliados.
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YeCnliemrgaías MANUEL GUZMÁN-HENNESSEY Compilador
© KLN Ediciones América Latina© Manuel Guzmán Hennessey, Claudio Alatorre, Ana Ríos, Johana Romero, Walter Vergara, Gerardo Honty, Cristián Retamal, Ariel Carbajal, Javier Méndez, ISBN 978-958-59075-0-8 Primera edición, agosto de 2015Dirección KLN Ediciones América LatinaManuel Guzmán Hennessey.Corrección de estiloMaria Elvira MejíaDiagramaciónGuillermo Peñaloza MartínezEste libro se publica con el apoyo deISAGEN S.A E.S.P y con la participaciónde la red KLIMAFORUM LATINOAMERICANETWORK KLN y sus aliados.Av. Jiménez No. 4 - 49.Teléfono: 801 46 28Correo electrónico: [email protected] los derechos reservados.Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previoescrito del KLN Ediciones América Latina.Los contenidos de los artículos de este libro son respon-sabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente lasopiniones o políticas ni de ISAGEN ni de KLN.Hecho en Colombia
ContenidoIntroducción 9 Luis Fernando Rico Pinzón 13 59La transición energética global: 107el desafío frente a la crisis climática 131 Manuel Guzmán Hennessey 147 173The Social Benefits from Renewable Energy 183and Future for Latin America and the Caribbean Walter Vergara, Ana R. Rios, Claudio AlatorreLas negociaciones de cambio climático y el desarrolloenergético latinoamericano Gerardo Honty (CLAES)La movilidad como servicio energético:análisis de los cambios tecnológicos y socialesen escenarios de mitigación Johana RomeroLa sociedad sin carbono y la transición energética Cristian RetamalCambio climático, más que un compromiso formal Javier Alonso Méndez SandovalLa transición energética local Ariel Carbajal
Introducción Luis Fernando Rico Pinzón*Uniendo fuerzas en el contexto del calentamientoglobalHace un poco más de 40 años, en 1972, una iniciativa que se denominóla Cumbre de la Tierra en Estocolmo, marcó quizás el punto de quiebrecon relación a la falta de conciencia de la sociedad industrial frente a suresponsabilidad con el planeta que habitamos. Temas como la protección del medio ambiente, la emisión degases de efecto invernadero, el calentamiento global y la necesidad detomar acciones para conservar y proteger los recursos naturales, pen-sando en la necesidad de garantizar un espacio digno y factible para lasgeneraciones futuras, apareció en la agenda de los estados, marcandoposiciones distintas, a veces antagónicas. Una mayor conciencia sobre los efectos acumulados de la accióndel hombre sobre el planeta, el uso sin control de los recursos naturales,la deforestación y la emisión de gases a la atmosfera dieron pie a ini-ciar lo que podría llamarse una cruzada por la tierra que nos alberga.Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si, publicada en junio de 2015,llama al cuidado de nuestra casa común, como tarea inaplazable de lahumanidad.* Gerente general Isagen 9
Clima y energías El incremento de la temperatura en el siglo XX, estimado por loscientíficos en más de medio grado centígrado y las consideraciones deesta intensidad en los próximos 100 años en un rango que podría lle-gar a ser de cuatro a cinco grados centígrados (4-5°C) ha prendido lasalarmas, porque, de acuerdo con los estudios realizados por investiga-dores en diferentes partes del planeta, un incremento de la tempera-tura superior a los dos grados centígrados (2°C) tendría consecuenciasfunestas para la vida que conocemos en la tierra. El daño de la capa de ozono y el efecto invernadero se volvieronpalabras y expresiones de uso común entre científicos, grupos intere-sados en los temas ambientales y poco a poco han ido acercándose alciudadano del común, al hombre de a pie a lo largo del planeta. Hablar entonces de los efectos del calentamiento global en la es-pecie humana dejó de ser un tema exótico, para convertirse en unapreocupación seria sobre las consecuencias que científicos de todo elmundo empezaron a socializar en diferentes ámbitos tanto académi-cos, como políticos, económicos y sociales. Cambios meteorológicos extremos, reflejados en modificacionesimportantes en los patrones hidrológicos de cuencas y de ríos, dejaronde ser una especulación teórica para convertirse en inundaciones ysequías con afectaciones reales y riesgos concretos para las comuni-dades más pobres, asentadas en las rondas de los ríos sin proteccióny sin posibilidad alguna de reacción para proteger la salud y la vidade niños y mayores, así como también de animales y cosechas. Eldeshielo de los polos y glaciares y los riesgos inherentes al incrementoen el nivel de los mares dejó de ser igualmente una abstracción paraconvertirse en una amenaza real para poblaciones costeras y en gen-eral para la sociedad. Un panorama que más allá de suscitar pánico,nos debe motivar a la acción si queremos conservar nuestro planeta encondiciones habitables para esta y las próximas generaciones que noshabrán de suceder. Nuestro interés por la conservación del planeta y la necesidad deofrecer soluciones a la problemática derivada del cambio climático,nos llevó a unir fuerzas con KLN, Klimaforum Latinoamérica Net-10
Introducción LUIS FERNANDO RICO PINZÓNwork, y firmar en el 2014 un convenio para analizar esta situaciónbajo dos miradas: una académica y otra empresarial, y así abordar lasoportunidades y los desafíos que esto implica. Como resultado de este trabajo conjunto presentamos hoy ellibro Clima y energías”, un esfuerzo mancomunado en el cual difer-entes expertos, de manera independiente y según sus propios criterios,tratan temas como el transporte, las negociaciones sobre el cambioclimático, la posibilidad de vivir en una sociedad que pueda controlarlos efectos nocivos del carbono sobre el hábitat del planeta, entre otrosasuntos en los que el desarrollo energético es un elemento central. En ISAGEN, como empresa generadora de energía, y especial-mente como grupo humano, le apostamos a la energía inteligente quecontribuye a la prosperidad de la sociedad; por este motivo, cumpli-mos con nuestros objetivos empresariales desde una perspectiva desostenibilidad, en la que la mitigación y la adaptación a los efectosdel calentamiento global desempeñan un papel relevante en nuestroquehacer. Para lograrlo, orientamos los esfuerzos hacia el aprovechami-ento de fuentes renovables de energía, con el fin de diversificar nues-tra matriz energética; caracterizamos nuestra huella de carbono paradiseñar una estrategia de reducción y compensación que nos permitaneutralizarla en el mediano plazo; implementamos programas degestión integral energética con nuestros clientes, realizamos una gestiónintegral del recurso hídrico y protegemos la biodiversidad como unpatrimonio que debemos administrar con sabiduría. Todo esto en elmarco de un trabajo colaborativo como una forma efectiva de aportarsoluciones. Adicionalmente promovemos diálogos entre los diferentes gru-pos de interés de la sociedad e impulsamos acciones que aporten ala conservación del agua como un recurso vital para la supervivenciahumana y como un elemento estratégico para su aprovechamiento, enparticular para la generación de energía. Le invitamos a leer Clima y energías, una publicación que buscafomentar el acercamiento de cada uno de nosotros como ciudadanos 11
Clima y energíasdel común con el medio ambiente, al entendimiento de las necesi-dades energéticas del mundo moderno y de los impactos que las deci-siones que tomamos como individuos y como sociedad generan sobrela atmósfera. Esperamos que este paso nos ayude a incrementar elnivel de conciencia y a desempeñar un papel más activo en el día a día,para que así con nuestra actuación contribuyamos a la mitigación y laadaptación al cambio climático global que nos afecta a todos.12
La transición energética global:el desafío frente a la crisis climática Manuel Guzmán Hennessey*ResumenEste artículo examina el vínculo entre el sector energético y la crisisclimática actual. A partir de un cuadro diagnóstico sobre este vínculo seplantea el problema del crecimiento exponencial de la población comoel punto desencadenante de un mayor consumo de energías y una ma-yor producción de emisiones de carbono. El artículo se enfoca en el que-hacer de las empresas del sector energético y propone la generación devalor sostenible, como estrategia para acelerar y compatibilizar el aportedel sector a la transición energética de las sociedades. Se actualiza lainformación científica relevante sobre la índole de la crisis climáticay sobre la responsabilidad del sector energético. Se examinan las op-ciones de cambio hacia un mayor número de energías renovables, unmejoramiento de la eficiencia energética y una descentralización de lasinfraestructuras proveedoras de electricidad. Se plantea la participaciónde nuevos actores en el periodo post 2015: la ciudadanía, las empresasy los gobiernos locales, y se proponen alianzas para la sostenibilidad.Palabras claveTransición energética, valor sostenible, crisis climática, adap-tación, cambio climático, energías renovables, sector energético,* Profesor investigador de la Universidad del Rosario de Bogotá, Director General de Klimaforum Latinoamérica Network KLN, correo electrónico: [email protected] 13
Clima y energíasresponsabilidad empresarial, emisiones de carbono, negociacionesinternacionales.IntroducciónEn la Universidad de Chicago hay un reloj que marca el riesgo globalfrente al fenómeno climático que vivimos hoy (El País, 2015). Este fueadelantado 2 minutos en enero de 2015. El mecanismo simbólico paracalcular el peligro fue fundado por el Boletín de Científicos Atómicosen1947, cuando la humanidad estuvo cerca del fin por una conflagraciónentre países. Desde entonces se ha movido 18 veces. El anterior movimiento del reloj fue en 1984, cuando las potenciasde Estados Unidos y Rusia se amenazaron mutuamente con sus armasnucleares. En 1991, cuando se avecinaba la primera cumbre mundialsobre la crisis ambiental en Río de Janeiro, estaba a 17 minutos del fin.Ahora quedó a tan solo tres minutos de la medianoche: el final. El Consejo científico de esta asociación cuenta con un grupo asesorconformado por quienes han sido galardonados con los premios Nobelde física, y hay también científicos de la valía de Stephen Hawkins yLeón Lederman. Pues bien, fue este grupo de asesores el que consideróoportuno publicar los motivos que tuvo para adelantar los 2 minutos delreloj de Chicago. Estos motivos se derivan de tres evidencias que repre-sentan amenazas para la continuidad de la vida humana en el planeta;los datos que recién se han conocido les permitieron a los científicosactualizar el nivel del riesgo en enero de 2015. Estos datos son tres:el cambio climático sin control, la modernización global de las armasnucleares y los poderosos arsenales atómicos que han venido acumu-lando las potencias del mundo. Tomaron nota que 2014 fue el año máscaluroso desde que se tienen registros de temperaturas globales, es decir,desde 1880. También tomaron nota de que 9 de los 10 años más cali-entes de la historia reciente ocurrieron desde 2000 (IPCC, 2014). Porsupuesto, “Los líderes mundiales no han actuado con la velocidad yla escala necesarias para proteger a los ciudadanos de una potencialcatástrofe” (Guzmán H., 2015).14
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY Esto último parece no sorprender a nadie, pues el actual liderazgodel mundo tal parece que consiste en conducir a la humanidad haciaun abismo inédito sobre el cual poco o nada se sabe. Quienes van alcomando del tren suicida le imprimen toda la velocidad que alcanzansus ímpetus de liderazgo y muchos de los pasajeros no solo ignoran eldestino final que les espera, sino que también desconocen el itinerarionefasto que lleva el tren en que se encuentran. Todo indica que el reloj de Chicago se tendrá que volver a adelan-tar antes de 2055, como ya lo vaticinó el científico noruego Jorgen Ran-ders (s. f.), en el libro recientemente publicado: A Global Forecast for thenext 40 years,al cual llama”su informe de situación al cabo de cuarentaaños”. Se pregunta si sabiendo lo que sabemos en 2012, la humanidadlogrará estar a la altura de las circunstancias y abordará eficazmente lasinsostenibilidades. ¿Cuál es el mensaje del reloj de Chicago? Que estamos frente aun problema de enorme complejidad como no ha habido otro en todala historia humana. Naturaleza y hombre imbricados en un sino ine-luctable que compromete sus destinos comunes. Naturaleza y hombreprofundamente incomunicados entre sí, hasta el punto de no poderdecirse sus temores y sus angustias, como ya proclamaba la antiquísimafilosofía de Tai Zu Kun, sin prever que un día sería necesario actualizarsu profecía: todas las cosas en la Tierra están interrelacionadas, sus espíritusestán influenciados por cada uno de los otros (citado en Carrizosa, 2001).1 Loque sugiere el reloj de los científicos atómicos es que el peligro mayor dela vida humana es una realidad emergente que conocimos apenas a me-diados del siglo XX, pero que ha avanzado y ha crecido como ningunaotra amenaza lo hizo en nuestro ya largo recorrido por el planeta. Notas1 La cita correcta puede traducirse así: “La naturaleza y el hombre se comunican entre sí...Todas las cosas en la Tierra están interrelacionadas, sus espíritus están influencia- dos por cada uno de los otros” (Tai Zu Kun en Huai Nan Hong Lie, publicado durante la Dinastía Han, citado en Carrizosa, 2001). También recomiendo ir a Emerson, 1836: “El mayor deleite que ofrecen los campos y los bosques, es la sugerencia de una oculta relación entre hombre y vegetación. No estoy sólo y no paso desapercibido. Ellos me saludan y yo a ellos”. 15
Clima y energíasvivientes en concordancia con vuestra armonía, escribió mucho después otropoeta, F. Hölderlin.2 En la actualidad, el dilema energético del desarrollo es el verda-dero desafío de nuestra especie. No sabemos cómo enfrentarlo, ni si nosalcanzará el tiempo para reaccionar. No obstante, ya tenemos algunasseñales sobre el desarrollo notable que han tenido las energías renova-bles y la propia toma de conciencia de quienes hoy estimulan proyectosde transformación hacia un mundo sostenible. Las energías derivadasdel sol, del viento, del calor de la tierra, del agua y del mar; y aquellasque provienen del núcleo del hidrógeno y sus isótopos de deuterio ytitrio3 tienen el potencial para satisfacer las necesidades de electricidaddel mundo entero, incluso permitiendo fluctuaciones en la oferta y lademanda (WWF, 2012). Según el informe de Ecofys (AMO/OMA, 2011), hoy en día,podemos reducir a la mitad la cantidad de energía que utilizamos me-diante medidas sencillas como el aislamiento en edificios, el recicladode materiales y la instalación de estufas eficientes de biomasa. Y algomás: podemos llegar al 2050 con todo el mundo soportado sobre lasfuerza de las energías renovables. Esta tarea es evidentemente monumental, pero no menos grandees el desafío que hoy afrontamos como especie: salvar la vida. ¿Cuál esel papel que en este reto histórico pueden cumplir las empresas produc-toras de energías?; ¿Qué pueden hacer, en unión con los ciudadanos quea diario consumen la electricidad que ellas y los gobiernos locales ofre-cen, para estimular la transición energética y alcanzar la sostenibilidad2 Sobre F. Hölderlin sí que valdría la pena extenderse debido a que es uno de los más agudos profetas de la crisis climática que hoy vivimos. Recomiendo leer, entre otros de sus textos, Hyperion y el artículo de Raúl Gabás (2001), sobre el idealismo alemán en la poesía de Hölderlin.3 Dentro de las opciones de transición ocupa un lugar preponderante la energía nuclear de fusión, que si bien aún se encuentra en etapa de experimentación, se considera probable su uso a partir de 2030 (https://www.iter.org) y en este sentido la energía nuclear de fisión atómica bien puede considerarse transicional a la nueva energía de fusión, en el entendido de que las otras fuentes renovables (solar, eólica, maremotriz, geotérmica) no resulten suficientes para atender la demanda de la población mundial en el periodo 2020-2050.16
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYque en la actualidad luce como quimera inalcanzable? ¿Cómo puedencompatibilizar sus propios compromisos de cambio y programas de sos-tenibilidad con la necesidad que tiene el mundo de acelerar el tránsitohacia un esquema global de sustitución de nuestra dependencia de loscombustibles fósiles, que nos devuelva la esperanza? Tratar de aproximar respuestas a estas preguntas es el propósitogeneral de este artículo. Proponer unas ideas para recuperar la esperan-za. También este es el fin de la serie “Aproximaciones teóricas al cam-bio climático” que con este título entrega su segundo libro, con la entu-siasta participación de investigadores de la red KLN, la Universidad delRosario e Isagen.Sucinto cuadro diagnósticoA instancias de las Naciones Unidas, los líderes de 195 países del mun-do han trabajado sobre el cambio climático, pero no han podido lograrun acuerdo vinculante entre las naciones que esté orientado a lograruna mitigación sustantiva de los niveles actuales de gases de efecto in-vernadero (GEI). Se han reunido periódicamente entre 1995, cuandose reunió en Berlín la primera Conferencia de la Convención Marcode las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMUNUCC, s. f.) No pudieron lograr que Estados Unidos regresara al Protocolode Kioto (1997) del cual se retiró en 2001 debido, a que “este dañaríagravemente la economía” de aquel país,4 según palabras de George W.Bush. Tampoco pudieron hacer nada cuando se retiró Canadá en 2011;ni mucho menos cuando China, el mayor emisor de gases de efecto in-vernadero generados por la actividad humana, manifestó abiertamenteque se negaría a adquirir compromisos de reducción de emisiones y adetener la producción de electricidad a partir de centrales de carbón.4 Recomiendo ver el video de George Bush en el blog http://greenthinkgreen.blogspot. com/2010/03/por-que-razon-los-estados-unidos-pesar.html Artículo de Sweet Bites ¿Por qué razón los Estados Unidos, a pesar de producir un gran porcentaje de los gases de invernadero, ha decidido retirarse del Protocolo? 17
Clima y energías Las necesidades de la adaptación tampoco están siendo atendidascomo corresponde, pues el Fondo Verde del Clima,anunciado pomposa-mente en 2010, no está aún en operación, ni se prevé que pueda estarloantes de 2020, si es que a finales de 2015 se firma un acuerdo ambiciosoy justo, vinculante y eficaz, lo cual es la pretensión de la Convención enla Conferencia de las partes número 21 que se celebrará en París. Si admitimos como cierto que la amenaza global y climática quehoy pende sobre nosotros es el mayor peligro para la vida que la especiehumana ha debido enfrentar y resolver durante toda su historia, tam-bién debemos reconocer que la manera como hemos intentado conocery enfrentar este problema es el error mayor de una sociedad que logrólos más asombrosos avances de la tecnología durante el siglo XX, hoyve amenazado su propio disfrute de toda la cultura, de toda la ciencia yde toda la tecnología. Los datos de que la ciencia dispone actualmente indican que no te-nemos mucho tiempo para reaccionar colectivamente como civilizacióny como cultura: ¿2050? ¿2080? Ningún informe se aventura a entregar-nos una fecha precisa, pero todos rondan los últimos años del siglo quehoy avanza, o los años posteriores y cercanos a 2050. Todos coincidenen que si no frenamos el avance del problema cuanto antes, nos va a re-sultar muy difícil hacerlo más allá de esos años, principalmente debidoal declive de la economía mundial. De acuerdo con todas las previsiones de la ciencia, aproxima-damente en 2050 habremos llegado al límite del cambio climático enmuchas regiones del mundo: el aumento de la temperatura promediode la Tierra por encima de los 2 ºC de calentamiento. Entonces, las con-diciones físicas y químicas de la vida empezarán a colapsar y será cadavez más difícil recuperar la resiliencia de las poblaciones afectadas. Sila civilización reacciona colectivamente antes del periodo 2020/2050,probablemente se empiecen a definir las bases de una nueva sociedad,pero si esta reacción es muy débil o acaso insuficiente, esta misma civi-lización conocerá durante estos años los signos más siniestros de la cri-sis. El investigador Gerardo Benito, miembro del Consejo Superior deInvestigaciones Científicas de España (CSIC), sugirió que si continúan18
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYaumentando las emisiones de dióxido de carbono según la tendenciaactual, llegaremos a los 2 ºC más cerca de 2020. Si empezamos a reaccionar ya, será la hora de los nuevos actores:los gobiernos locales, la ciudadanía, los empresarios y, en especial, lascompañías energéticas que demuestren liderazgo y responsabilidad so-cial y ambiental. Los gobiernos del mundo que fracasaron en su intentopor frenar el problema (Protocolo de Kyoto, 1997-2014, Honty, s. f.)deben apresurarse a compartir sus responsabilidades con estos nuevosactores, como una necesaria estrategia de salvamento colectivo. Los científicos del Grupo de trabajo II del Grupo Interguberna-mental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, 2014), que re-dactaron el Quinto Informe de Evaluación (AR5), corroboran que elcambio climático hoy resulta innegable y que es muy probable (99 %)que las actividades humanas, especialmente las emisiones de dióxidode carbono, son su causa principal. Hoy en día, podemos ver sus conse-cuencias en muchas regiones del mundo, en forma de calentamiento dela atmósfera y los océanos, alcance y volumen de las nevadas, aumentodel nivel de los mares y cambios abruptos en los patrones climáticos. Los modelos climáticos computarizados utilizados por el IPCCindican que estos cambios continuarán, bajo diversos escenarios posi-bles de emisiones de gases de efecto invernadero, durante el siglo XXI.Si las emisiones continúan aumentando al ritmo actual, se proyectaque los impactos para finales del siglo incluirán una temperatura mediaglobal de 2.6 a 4.8 grados Celsius (°C) por encima de la actual, así comoniveles del mar de 0.45 a 0.82 metros (m) por encima de los actuales. Para prevenir el avance de esta problemática, la Convención acordóadelantar acciones para mantener el aumento de la temperatura globalno más allá de 2 °C por encima de los niveles preindustriales, tratandode disminuir esta meta a 1.5 °C en el futuro cercano. Pero estos mismos científicos han dicho que el cambio climático esirreversible, creciente y que no tiene solución en el corto o mediano pla-zo. Aún en el hipotético caso de que las emisiones se detengan súbita-mente en 2020 o 2040, lo cual además de improbable resulta imposibledadas las actuales tendencias decrecimiento del mundo, las temperatu-ras permanecerán elevadas durante décadas, debido al efecto acumula- 19
Clima y energíastivo que tienen los gases de efecto invernadero (GEI) producidos por lasemisiones humanas del pasado que ya están presentes en la atmósfera.Así las cosas, limitar el aumento de temperatura por debajo de 1.5 °Crequerirá de reducciones sustanciales y sostenidas de las emisiones degases de efecto invernadero durante más de un siglo. Esta meta resultahoy prácticamente inalcanzable. Desde 2012, a instancias del International Institute for AppliedSystems Analysis (IIASA), el Global Energy Assessment (s. f.), otrogrupo de más de trescientos científicos de todo el mundo decidió con-formar un panel independiente que proporcionara una base científicay un análisis independiente sobre las cuestiones relacionadas con latransición energética global. Este grupo analiza y propone una seriede opciones en los campos de la investigación científica, la actividadempresarial e industrial y las opciones de política para hacer frente aldesafío de transformar cuanto antes los sistemas energéticos del mundo.Su punto de partida es la consideración de que esta transformación en-ergética resulta indispensable para enfrentar la crisis climática.5 En este mismo orden de actividades, la Universidad de Cambridgey el World Energy Council (2014)6 han analizado a fondo los datos quesobre el asunto energético contiene el Quinto Informe de Evaluacióndel IPCC (2014) y han encontrado allí algunos “hallazgos clave” quenos permiten conocer mejor las implicaciones que presenta, hacia elfuturo, el cambio climático para el sector energético.Estos hallazgos son: La demanda de energía está aumentando en el ámbito mundial, lo cual provoca que las emisiones de gases de efecto invernade- ro (GEI) del sector energético crezcan. Esta tendencia continua- rá, impulsada por el crecimiento económico y el aumento de la5 Las conclusiones del Grupo Global Energy Assessment se retroalimentan con las del Grupo de Trabajo III del Quinto Informe de Evaluación del IPCC, el GEA está ac- tualmente presidido por Ottmar Edenhofer, director Adjunto y economista jefe del Instituto Potsdam para el Clima y copresidente del Grupo de Trabajo III del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)6 Ver sitios www.cisl.cam.ac.uk/ipcc; www.worldenergy.org; www.europeanclimate.org; www.bmz.de20
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY población. En los últimos años, la tendencia a largo plazo de la descarbonización gradual de la energía se ha revertido.7 El cambio climático presenta desafíos cada vez mayores para la producción y la distribución de energía. El aumento progresivo de la temperatura, el creciente número y la severidad de los fenó- menos meteorológicos extremos y el cambio de los patrones de precipitación afectarán la producción y el suministro de energía. El suministro de combustibles fósiles, la generación y la transmisión de energía térmica e hidroeléctrica también se verán afectados. Sin embargo, existen opciones de adaptación. Se pueden lograr recortes significativos en las emisiones de GEI mediante diversas medidas desde el sector energético. Estas inclu- yen la reducción de las emisiones provenientes de la extracción y la conversión de combustibles fósiles, el cambio a combustibles con menos carbono (por ejemplo, del carbón al gas), mejorar la eficien- cia energética en la transmisión y la distribución, el uso creciente de energías renovables y de la generación de energía nuclear, la introducción de la captura y almacenamiento de carbono (Carbon Capture and Storage, CCS), y la reducción de la demanda final de energía. Una decidida acción política global sobre el cambio climático podría tener importantes implicaciones para el sector energético. La estabilización de las emisiones a niveles compatibles con la meta acordada internacionalmente de una temperatura de 2 °C significará una transformación fundamental de la industria de la energía en todo el mundo en las próximas décadas, en su camino hacia la total descarbonización. Incentivar la inversión en tecnologías bajas en carbono será un reto clave para los gobiernos y los reguladores, a fin de alcanzar los objetivos de reducción de carbono. Reducir las emisiones de GEI7 Sobre el tema de la descarbonización de la sociedad escribe en este libro el investiga- dor chileno Cristian Retamal. 21
Clima y energías también trae importantes beneficios, como la mejora de la salud y el empleo, pero las medidas de mitigación del lado del suministro también conllevan riesgos. Este informe destaca que existen numerosas opciones mediantelas cuales el sector energético podría mejorar su resiliencia al cambioclimático: Mejoras tecnológicas para las plantas de generación de energía tér- mica, que compensarían las pérdidas, debido a las mayores tem- peraturas ambiente. Nuevas medidas preventivas y de protección para las plantas de energía nuclear, que incluyen soluciones técnicas y de ingeniería, así como el ajuste de la operación a condiciones extremas, inclu- yendo la reducción de la capacidad o el cierre de las plantas. Mejoras en la resistencia climática y el abaratamiento de costos de las tecnologías solares y de las turbinas de energía eólica. Mejoras en los sistemas de drenajes y efluentes para el almacena- miento de carbón in situ de las empresas de minería de carbón. Mejoramiento de los estándares técnicos para las líneas de trans- misión de energía que obliguen a los operadores de la red a imple- mentar medidas adecuadas de adaptación, incluyendo, en algunos casos, el nuevo emplazamiento de las líneas lejos de las zonas de alto riesgo. Nuevas medidas regulatorias para las cambiantes demandas de calefacción y enfriamiento mediante la evaluación del impacto so- bre el mix de combustibles. Resumiendo: la mayor parte de los estudios consultados8 paraeste artículo sobre las implicaciones del cambio climático en el sector8 Estos estudios se citan más ampliamente al final de este texto, no obstante, se rese- ñan aquí los principales: Energy Report, wwf AMO/OMA, 2014; Roadmap 2050. A practical Guide to a Low-CarbonEurope, European Climate Foundation, 2011; Cam- bio climático: implicaciones para el sector energético, University of Cambridge/World Energy Council, 2014; Energía sustentable en América latina y el Caribe, International Council for Science, 2010; Global Energy Assessment 2012.22
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYenergético coinciden en concluir que este afectará, durante los próxi-mos años, a todo el sector, o bien por medio de sus impactos o bienmediante acciones emergentes de política pública. Según los entendidos, el costo de la mitigación de las emisionesen todos los sectores podría reducir el crecimiento anual del consumode energía del 0.04 al 0.14 %; no obstante, la escala de la transición aniveles bajos de carbono y las oportunidades de inversión tienden a sermás grandes en el sector energético que en otros.9 Las inversiones adicionales que necesitaría el sistema energé-tico para mantener el aumento de la temperatura (tomando comoreferencia los datos estimados para la era preindustrial) por debajode los 2 °C se estiman entre USD 190 a 900 mil millones por año,únicamente desde el suministro. Sin embargo, la infraestructura, unavez construida, tiende a ser utilizada durante al menos 30 años; así quelas decisiones tomadas en las próximas dos décadas serán crucialespara decidir si el sector energético lidera el camino hacia la detenciónde los 2 °C o si decide permanecer al margen de la lucha global contrael cambio climático. Los escenarios proyectan que será necesaria una transformaciónfundamental de las economías, si los gobiernos quieren cumplir lameta mundialmente acordada de no llegar a los 2 °C. En general,estos escenarios prevén tres procesos paralelos: la descarbonizacióndel suministro eléctrico, la expansión del suministro de electricidaden áreas como la calefacción de los hogares y el transporte que sealimentan en la actualidad con otros tipos de combustibles, así comola reducción de la demanda final de energía. Un sucinto cuadro diagnóstico del problema al que podemos lla-mar “Los dilemas del desarrollo y el desafío de la transición” o mejor:“Crisis 2050”, nos facilitará transitar mejor por el marco general dedatos y realidades, y una suerte de “incitación a la transición” quedeseamos presentar en la última parte de este artículo.9 Las estimaciones aquí citadas están tomadas de University of Cambridge/World Energy Council, 2014 (et al.). 23
Clima y energíasEl cuadro es el siguiente: 1. Los combustibles fósiles resultan insostenibles por naturaleza: serán cada vez más caros y escasos —los buscaremos en lugares inaccesibles y mediante tecnologías agresivas con el medio am- biente. 2. La población mundial continuará creciendo hasta un probable pico en 2050 sin haber resuelto el carácter exponencial del crecimiento (Rainders, 2012; Meadows, Meadows, Behrens y Randers, 2004). 3. El planeta probablemente se acercará a los 2 °C muy cerca de 2050. 4. Si continuamos manejando la energía de una manera deplorable (Patterson, 2008) entre 2020 y 2050 acentuaremos los signos de la crisis y nos alejaremos de la solución estructural que el sector de las energías puede ofrecerle hoy al mundo (figura 1).Lo que tenemos que hacer es muy sencillo: 1. Modificar gradual pero aceleradamente la matriz energética del mundo incorporando cada vez más energías renovables.Figura 1. Crisis 2050 Fuente: elaboración propia24
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYFigura 2. Adaptación 2020 - 2050 Fuente: elaboración propia 2. Reducir los actuales niveles de consumo mediante cambios radi- cales en los actuales estilos de vida y medidas tecnológicas que ayuden a la eficiencia energética (Froggat, 2008). 3. Descentralizar las infraestructuras del suministro eléctrico en los casos de países en que esto resulte conveniente (Patterson, 2007a). ¿Cuál es la raíz del problema? El modelo de crecimiento expo-nencial de la población, la producción y el consumo (Meadows, D;Randers, J; Behrens III, W, 1972). Convertir tal círculo vicioso en uncírculo virtuoso mediante la incorporación de una nueva lógica delcrecimiento, la producción y el consumo es una tarea quimérica que,por lo menos hoy, no parece posible. Intentar un camino intermedio, enel entendido de que los cambios culturales de fondo suelen trascendervarias generaciones, parece lo más sensato. A este camino intermediose ha llamado adaptación. Fue el economista Herman Daly (1990) quien anunció, hace yamuchos años, que para una fuente no renovable (combustible fósil,menas de minerales de alta pureza, aguas freáticas fósiles) la tasa de 25
Clima y energíasconsumo sostenible no debe ser superior a la tasa con que un recursorenovable, utilizado de modo sostenible, puede sustituirla (Daly, 1990).Y alcanzó a poner el siguiente ejemplo: un tanque de petróleo se con-sumiría de modo sostenible si parte de los beneficios obtenidos de estese invirtiera sistemáticamente en parques eólicos, placas fotovoltaicasy plantaciones de árboles, de manera que cuando el petróleo se hayaagotado todavía esté disponible un flujo de energía renovable. Denis y Donella Meadows, junto con Jorgen Randers y WilliamW. Behrens III, escribieron un mismo libro tres veces para alertar ala humanidad sobre el peligro. En 1972, 1992 y 2002. Sus títulos: Loslímites del crecimiento, Más allá de los límites del crecimiento y Los límites delcrecimiento 30 años después (Meadows, s. f.).10 La principal hipótesis deeste trabajo es que no podemos vivir en un planeta finito como si estefuera un planeta infinito. No obstante, a pesar de que este razonamiento no admite dis-cusión en contrario, pocos conocen hoy que el esquema de crecimien-to y de cultura que nos rige se soporta sobre la equivocada idea de quevivimos en un planeta infinito. Conviene recordar cuáles fueron laspreguntas iniciales que guiaron la investigación de los autores, apoya-dos en el Grupo de Dinámica de Sistemas de la Sloan School of Ma-nagement del Massachussetts Institute of Technology (MIT)11. ¿Conducen las políticas actuales a un futuro sostenible o al colapso? ¿Qué podemos hacer para crear una economía humana que aporte lo suficiente para todos? La esperanza que ellos tenían en 1970 sobre la utilidad de susaportes, los hizo creer que si proponían una innovación social profun-da y activa, mediante el cambio tecnológico, cultural e institucional,10 Ver artículo de Donella Meadows sobre los límites del crecimiento, disponible en http://www.donellameadows.org/wp-content/userfiles/Limits-to-Growth-digital- scan-version.pdf11 Ver sinopsis de Donella Meadows sobre los límites del crecimiento, disponible en http://www.donellameadows.org/archives/a-synopsis-limits-to-growth-the-30-year- update/26
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYpodríamos evitar, en pocos años, el crecimiento incontrolado de lahuella ecológica, más allá de la capacidad de carga del planeta Tierra. No se hablaba aún de la huella de carbono, debido a que los es-tudios sobre el calentamiento global no habían arrojado aún los da-tos que publicaría el Panel Intergubernamental de Científicos sobreCambio Climático, en su primer informe de 1990. Por ello, en 1992,cuando se publicó el segundo libro (Más allá de los límites…), el textorefleja que aquella esperanza había empezado a desdibujarse. Apoya-dos ahora en un modelo informático de última generación para laépoca, el World312 comprobaron que en 1990 ya resultaba imposibledetener la extralimitación. Entonces, y aprovechando que se celebraba la primera CumbreMundial sobre los temas de Medio Ambiente y Desarrollo (Río deJaneiro, 1992), consideraron pertinente mover el foco de su alerta ypedir, aún con alguna esperanza, que se recondujera el rumbo delcrecimiento hacía un esquema sostenible, asunto que para entonces,se consideraba tanto científicamente viable como “políticamentecorrecto”.Los ciudadanos y la transición energéticaHoy sabemos con absoluta certeza científica que la forma en que pro-ducimos y consumimos las energías no es sostenible; pero, sabemostambién que no podemos hacer una transición energética rápida hacíaun esquema global de energías renovables. Nos resulta difícil atendera los llamados de la ciencia de la manera en que realmente quisié-ramos atenderlos. Sabemos que el crecimiento y el desarrollo de lassociedades deben moderarse, pero esto no es posible hacerlo con lamisma intensidad y con las mismas políticas en todas las sociedades.Así por ejemplo, se estableció que en 2004 una persona que vivía en12 El modelo informáticoWorld3 fue creado con el objetivo de recrear el crecimiento de la población, el crecimiento económico y el incremento de la huella ecológica de la población sobre la tierra en los próximos 100 años, según los datos disponibles hasta la fecha. La tesis principal del libro es que “en un planeta limitado, las dinámicas de crecimiento exponencial (población y producto per cápita) no son sostenibles”. 27
Clima y energíasuno de los países más desarrollados alcanzaba a consumir veintidósveces más energía que otra que vivía en un país en vías de desarrollo.Como consecuencia de lo anterior, esta persona de país desarrolladoacababa siendo responsable de emitir catorce veces más dióxido decarbono que la que vivía en un país de ingreso bajo. También sabemos que nuestras principales fuentes de combusti-bles fósiles (petróleo, carbón y gas) son recursos finitos y, por lo tanto,se acabarán muy pronto, pero concentramos todos nuestros esfuerzosen explorar yacimientos en lugares remotísimos, como las aguas pro-fundas del mar, las reservas de esquistos, las arenas bituminosas oincluso, los océanos polares. En la actualidad, nadie duda de que será necesario atender a unapoblación de más de nueve mil millones de habitantes cerca de 2050 yde once mil millones cerca de 2100.13 Esto no será sostenible si man-tenemos las costumbres actuales de hacer los negocios business-as-usual—escenarios sin cambios significativos en los patrones de consumo deenergías—. Las cifras que ofrece la Agencia Internacional de la Energíaindican que las reservas conocidas de petróleo y gas caerán entre un40 % y un 60 % para 2030 (Agencia Internacional de Energía, 2012).No obstante, muchas de las economías emergentes (China, India yBrasil) al mismo tiempo que invierten en más energías renovables14han mantenido su crecimiento y demandas de energías fósiles. Ahora la pregunta es: ¿cómo acelerar la transición energética ylas empresas productoras de energías cómo pueden participar de esteproceso aumentando cada vez más sus niveles de responsabilidad ycompromiso con las nuevas generaciones? Si logramos una respuestaadecuada para esta pregunta habremos empezado a desatar el nudoque une el desafío energético con los dilemas del desarrollo. Este nudoenreda en su corazón toda la crisis y por ello necesitamos algo más13 Un estudio reciente de ONU Habitat publicado en 2014 y dirigido por Patrick Gerland indica que la cifra correcta de población mundial hacia finales de siglo sería de 11 mil millones de personas.14 En 2009, China agregó 37 GW de energía renovable, totalizando su capacidad reno- vable en 226 GW.28
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYque economía y tecnología para desatarlo; además de imaginación ydecisión. El nudo está en la base del modelo de civilización que poco apoco fuimos construyendo para ser felices. Gira en torno a la infraes-tructura de las grandes ciudades y enlaza la dependencia (¿adicción?)de toda la civilización a la electricidad (Guzmán, 2010), con la recientecerteza científica de que tenemos que encontrar una terapia de choquecontra esta dependencia. Quizás es el pensamiento del investigadoren energías Walt Patterson el que mejor ilustra la índole de este nudo:“el cambio climático es un problema relacionado con la energía, laenergía es un problema relacionado con la infraestructura, y por endeel cambio climático es un problema de la infraestructura” (Patterson,2007b). También se ha dicho que el cambio climático es un problemade las grandes ciudades: a principios del siglo XX, casi uno de cada10 de los habitantes del planeta vivía en una de las 35 megaciudades(MCR y McLean, 2008; Garizbord, 2011) que entonces había (20 enAsia, 10 en las Américas, 3 en Europa y 2 en África). Las compañíasenergéticas no pueden hacer solas esta transición. Todos los estamentos de la sociedad deben ayudar: gobiernos na-cionales y locales, académicos, medios de comunicación, colectivosde minorías y grupos étnicos ancestrales, empresarios y gremios, ciu-dadanos. El siguiente ejemplo ilustra el papel que estos últimos pue-den desempeñar, junto a los gobiernos locales, a ofrecer solucionesefectivas de transición. Hace apenas 1 año, hacia finales de 2013 se llevaron a caboen Hamburgo unas elecciones ciudadanas atípicas: les preguntarona sus ciudadanos si querían devolver al gobierno local el control desus redes de electricidad, gas y calefacción, lo cual, como se sabe, ibaen contra de la tendencia de privatizar a las compañías de serviciospúblicos. El 50.9 % de los hamburgueses dijo que sí. La campaña paramovilizar el interés ciudadano hacia una mayor tenencia y control delos bienes públicos, liderada por el colectivo Nuestro Hamburgo Nues-tra Red (Leidreiter, 2013) tenían un señuelo potente: el Energiewende,una iniciativa de transición hacia energías renovables que ya había 29
Clima y energíasavanzado mucho en Alemania, pero que no había podido arrancar enHamburgo15 y que de paso les permitiría liberarse del carbón y de laenergía nuclear. Ahora bien, el ejemplo de Hamburgo y, en general, de Alemaniay también de algunas ciudades de los Estados Unidos nos sirve paraanalizar un factor adicional a la tendencia verde de los ciudadanos: latendencia de volver a ser dueños de sus redes eléctricas. Esta poderosa ynueva mezcla podrá contribuir a acelerar la transición global si tenemosen cuenta lo que anota Naomi Klein en su libro This Change Everything: […] las desprivatizaciones energéticas, unidas específicamente a un interés por las energías renovables, han comenzado a hacer for- tuna allende las fronteras alemanas en los últimos años, incluso en Estados Unidos, donde a mediados de la década de 2000, varios residentes y gobiernos locales de Boulder (Colorado) comenzaron a presionar a la compañía de electricidad a que abandonara grad- ualmente el carbón y lo fuera sustituyendo por energías renovables. (Klein, 2014) Pero la empresa Xcel Energy, con sede en Minneapolis, no atendióa tiempo las exigencias ciudadanas, como suele suceder. ¿Y qué sucedióentonces? Se formó una alianza en un grupo ecologista experimentadoy una coalición de jóvenes (New Era Colorado)16 para recuperar la redeléctrica local, y aunque no lo han logrado del todo hasta la fecha, síhan avanzado mucho en esta dirección y es probable que ello ocurramientras ustedes estén leyendo este libro, o un poco después. Por otraparte, lo que subraya Klein en el caso de Boulder es que la motivacióninicial que tuvieron sus habitantes no era la de desprivatizar, sino lade pedir que les vendieran electricidad a partir de fuentes renovables,y esto, a nuestro juicio, es lo que resulta significativo en las accionesciudadanas que, sin duda, vendrán para acelerar en alianzas con laspropias compañías energéticas, la transición global hacia renovables.15 En 2013 casi el 25 por ciento de toda la electricidad de Alemania (según escribe Nao- mi Klein, 2014) provino de renovables (eólica, solar y un poco biogás e hidro) mien- tras que en Estados Unidos este dato solo alcanzó un 4 %.16 Ver sobre el grupo activista juvenil New Era Colorado, disponible en http://newera- colorado.org30
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY La manera como pueden participar e incidir los nuevos actores delcambio climático, especialmente los gobiernos locales cuando se unencon los ciudadanos y las compañías líderes de la transición, es quizás untema que amerita una discusión mayor y que, por lo tanto, escapa a losfines de esta nota. Bástenos resaltar que lo que hay en la base de ella esla tal vez caprichosa (o simplista) división de países que protocolizó elacuerdo de Kyoto: pobres y ricos, según la cual, durante toda la vigen-cia del acuerdo (1997-2015) nos resultó imposible establecer responsa-bilidades taxativas. La Convención acuñó el giro “responsabilidades comunes perodiferenciadas”17 para salvar este escollo de base; no obstante, durantelos años del acuerdo no pudo explicar satisfactoriamente el criterio, queen todo caso da a entender que si bien todos somos responsables de lacrisis, existen diferentes niveles de responsabilidades que hoy se puedenentender mejor, si apelamos a una escueta y más realista descripciónde la evolución de las economías (los países) desde que se instauró elacuerdo. Ensayemos esa nueva división de países: 1. Los mayores emisores de carbono, debido a que producen muchos bienes y servicios y dependen fuertemente de los combustibles fó- siles para producir electricidad. 2. Los que a pesar de tener grandes poblaciones en la pobreza crecen muy rápidamente y a unas tasas mayores que las de los países ricos y, por lo tanto, demandan grandes cantidades de electricidad pro- duciendo con ello cada vez más emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero. 3. Los no muy grandes pero sí muy ricos, que emiten poco carbono y gases de efecto invernadero, debido a que han conseguido bue- nas políticas públicas y privadas relacionadas con la producción y el consumo de energías, pero cuyos habitantes consumen muchos bienes y servicios y por ello presentan una huella de carbono per cápita mucho mayor que las de los demás.17 Para conocer mejor sobre el principio de “responsabilidades comunes pero diferencia- das” recomiendo leer la monografía de grado de Juan Pablo Aristegui (2012). 31
Clima y energías 4. Los que han cambiado positivamente su comportamiento con respecto a la crisis climática desde que se acordó el Protocolo de Kyoto. Muchos son los factores directamente relacionados con el calen-tamiento progresivo de la atmósfera, pero todos ellos tienen un elementoen común: el crecimiento de las poblaciones, que si bien generalmentese mide en términos de países, en realidad es en las grandes ciudadesdonde el fenómeno se manifiesta de forma algunas veces alarmante. Una lista caótica de los factores relacionados con la demanda encadena de las grandes ciudades y su relación con el crecimiento incon-trolado podría elaborarse a partir de lo que llamaremos las costumbresurbanas de la modernidad: producir electricidad a partir de carbón, pro-ducir electricidad a partir de otras fuentes de combustibles fósiles, tenermuchos automóviles, tener muchos automóviles en mal estado, tenersistemas de transporte público que consuman gasolina, tener vías enmal estado, tener malas políticas públicas relacionadas con los sectoresproductivos, deforestar, producir mucho cemento, consumir mucho ce-mento, producir mucha basura, tener malos sistemas de disposición deresiduos, consumir muchos bienes y servicios, viajar mucho en aviones,tener malas prácticas de agricultura, estimular los monocultivos, tenermalas prácticas de ganadería, tener muchas vacas, consumir mucha car-ne de vacas, cerdos y caprinos, usar en exceso el automóvil individual,no disponer de buenos sistemas de transportes públicos, etc. El diario inglés The Guardian publicó una nueva herramienta in-teractiva en 2012 (International Energy Agency, s. f.), compuesta pormapas interactivos que muestran datos climáticos de la Agencia de Infor-mación sobre la Energía de Estados Unidos y es útil para entender la com-plejidad de las emisiones en los grandes centros urbanos, su relacióncon los ingresos per cápita de los países y la responsabilidad individualde los ciudadanos en este complejo engranaje.La responsabilidad del sector energéticoEl sector de transportes movido por combustibles convencionalestieneenorme responsabilidad en la generación de carbono. También las32
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYcompañías generadoras de energías y las distribuidoras de electricidad(cuando estas dependen de combustibles fósiles y no de hidroeléctricaso energías renovables).La generación y el consumo de energías (asíentendidos) es el punto central indiscutible de la crisis climática y noexiste alternativa distinta que la de acelerar la transición energéticaglobal hacia esquemas sostenibles y globales de energías renovables. El sector energético (con el aporte significativo del sector de trans-portes que quema directamente combustibles fósiles) es el mayor con-tribuyente a las emisiones globales de GEI (casi las dos terceras partesde las emisiones globales de GEI: una cantidad que aumenta a un ritmomás rápido que el de otros sectores de la economía). El carbón es elcombustible más intensivo en producción de dióxido de carbono. En laactualidad, más del 80 % de la energía del mundo proviene de los com-bustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) (International Energy Agency,2015). El resto proviene de la energía nuclear y fuentes de energías reno-vables, principalmente hidroeléctrica. Los aportes de renovables comoeólica, geotérmica y solar son aún escasos, excepto en países como Di-namarca que avanza hacía el esquema de energía eólica más ambiciosodel mundo.18 La generación mundial proveniente de petróleo, carbón y gas esresponsable del 60 % de GEI.19 En 2010, el 35 % de las emisiones direc-tas de GEI provinieron de la producción de energía; no obstante, en losúltimos años se ha invertido la tendencia a largo plazo relacionada conla descarbonización gradual de la energía, como ya se dijo. Cabe anotarque entre el 2000 y el 2010, el crecimiento de las emisiones del sectorenergético superó el crecimiento de las emisiones globales en aproxi-madamente el 1 % por año, pero esto fue el resultado de la crecienteparticipación del carbón en el mix energético de aquellos años. Lo anterior no busca sugerir que el sector energético sea el respon-sable de la crisis que nos amenaza actualmente. Esta responsabilidad18 Ver sobre energía eólica en Dinamarca, disponible en http://www.renovablesverdes. com/dinamarca-eolica/ EnergyStrategy 2050, fromcoal, oil and gas togreenEnergy19 Ver sobre emisiones efecto invernadero, disponible en World Greenhouse gas emis- sions by sector, UNEP, http://maps.grida.no/go/graphic/world-greenhouse-gas-emis- sions-by-sector 33
Clima y energíasrecae sobre la civilización que habitó este planeta entre los siglos XIXy XX, por haber alentado un modelo de producción y de consumo ex-clusivamente dependiente de los combustibles fósiles. Nos dedicamos acrecer y a ensanchar el mundo como si el planeta en que vivimos fuerainfinito, y todo ello lo hicimos, desde la revolución industrial, bajo elesquema único de combustibles fósiles. Bruno Latour señala esta paradoja del ensanchamiento del mundocomo un proceso inverso; destaca cómo en el siglo XV se agregó elNuevo Mundo al Viejo Mundo (Latour, s. f.), es decir, se agrandóel mundo existente hasta la fecha. Hoy sucede lo contrario: descubri-mos que este mundo nos está quedando chico; estamos confundidosy no sabemos qué hacer frente a una crisis que no tiene origen en lanaturaleza, sino en el sistema de creencias y valores del hombre con-temporáneo. Huíamos de un pasado horrible y repentinamente nos sor-prende un futuro que puede ser aún peor. Se nos acerca algo más preo-cupante: una mutación ecológica, la crisis del antropoceno (Crutzen,2005; Di Donato, 2009). Algunos científicos sociales, a la saga de P. Crutzen, han seguidoutilizando este concepto para referirse a la actual crisis, dominada poruna especie peligrosa que creyó ser superior a las demás y que acabósiendo inferior a sí misma. Jane Lubchenco20 (1998) se refirió a la hu-manidad como “una nueva fuerza de la naturaleza, capaz de alterar lossistemas físicos, químicos y biológicos a un ritmo y a una escala que nohabíamos conocido jamás”. Del sapiens sapiens que en un tiempo muy lejano fuimos hemos de-venido –no de súbito– en esta especie de homo hidrocarbonus como ase-vera J. Grunevald21 y que quiere decir no otra cosa que “bárbaros provis-tos de teléfonos móviles”. No importa que entre todos compartamos la20 Jane Lubchenco es una reconocida ambientalista de los Estados Unidos, recientemente nombrada por la administración del presidente Obama como Jefe de la política oceá- nica de los Estados Unidos.21 Ver referencia en columna Astrolabio ‘Duele Filipinas’ publicada en El Tiempo (15/11/13) de Manuel Guzmán Hennessey, versión blog en: http://manuelguzmanhen- nessey.blogspot.com/2012/11/duele-filipinas-version-blog.html34
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYidea de que “algo está mal” como escribe Tony Judt (2011). Seguimoshaciendo las cosas como lo indicaba el positivismo lógico y como hoy loindica la economía de la globalización. Fue Isaiah Berlin (2000) quienseñaló esta curiosa terquedad suicida que nos caracteriza: ser civiliza-dos hoy en día consiste en estar dispuestos, e incluso morir, por de-fender un catálogo de ideas y premisas en los que no creemos del todo. La extendida costumbre de achacarle a las grandes corporacionestoda la responsabilidad del desastre ambiental nos parece cada vezmás sospechosa. Cuando leemos a Susan George que “a las empresasno les importan nada los seres humanos ni las sociedades per se”, yque “la naturaleza les es indiferente” (George, 2005) nos es dable ad-mitir que algunos empresarios ponen por encima de los intereses dela sociedad los de los accionistas de sus corporaciones, y que en oca-siones los gerentes de esas corporaciones suelen ser más depredadorese irresponsables que los propios accionistas, pero de ahí a considerarque “todos los empresarios son malos per se”, nos parece que hay untrecho tan amplio como peligroso. En nuestro ya largo trabajo con empresarios responsables sobretemas ambientales y climáticos hemos conocido a muchos que en-tienden perfectamente el desafío de la crisis que vivimos hoy. Y hanempezado a comprometer cuantiosas inversiones en programas rela-cionados con el cambio climático y la responsabilidad ambiental y so-cial de sus organizaciones, que se reflejan en acciones de compromisocon el futuro común de las sociedades, más allá del Green washing. Algunos dirán que esto es el resultado natural de que los empre-sarios saben que sus negocios no podrían mantener sus niveles actua-les de crecimiento y rentabilidad si sus consumidores se empobrecen.Esto es cierto, pero teniendo en cuenta que es la sociedad la que de-manda bienes y servicios a los empresarios, y que estos se dedican aatender las necesidades reales de las poblaciones procesando los recur-sos naturales o las materias primas para entregar a tiempo y en formalos productos y servicios que necesitamos para vivir. Ahora bien, no sería justo atribuirle a la gente en general, la res-ponsabilidad mayor sobre la crisis, si en el término incluimos a los 35
Clima y energíascampesinos, las comunidades vulnerables que viven en la pobreza, losgrupos étnicos minoritarios, las mujeres o las poblaciones ancestralesdel Planeta. No, ellos son las víctimas de una civilización dominadapor otros. Pero tampoco sería justo excluir del paquete de los respon-sables a aquellos países pobres que aprovecharon esta condición en elmarco de la Convención para crecer más rápidamente que los ricosy contaminar de una manera desafiante. Como China, India, Rusia,Indonesia, otros de Asia y algunos de América Latina. La industria global de la energía es, al mismo tiempo, el que másaporta significativamente al cambio climático y un sector víctima delcambio climático.22 Durante los años que vendrán se verá indefectible-mente afectado si las temperaturas promedio del planeta, en ausenciade políticas de mitigación, oscilen entre 2.6 a 4.8 °C respecto de losniveles preindustriales, para 2100, como todo parece indicar. El peligroso mix global, como ya viene dicho, conformado pora) ausencia de políticas de mitigación efectivas, b) crecimiento económi-co y c) aumento de la población mundial impulsará la demanda globalde energía y con ello las emisiones de GEI. Pero, así como el uso intensivo de energía continuará contribu-yendo con el cambio climático, también este sector se verá afectado ne-gativamente por el fenómeno global. Es probable que tanto los medioscomo las infraestructuras para la producción y el transporte de energíase vean afectados como consecuencia de un incremento de las interrup-ciones y los cortes de producción, debido a los fenómenos meteorológi-cos extremos que afecten las instalaciones proveedoras de energía. Lasplantas y las infraestructuras de transporte de energía como los oleo-ductos y gasoductos, especialmente aquellas de las zonas costeras, severán afectadas por la subida del nivel del mar. Así mismo, aquellas que están en climas fríos, se verán afec-tadas por la descongelación del permafrost o los glaciares. Las re-des de electricidad sufrirán deterioro, debido a las tormentas y elaumento de la temperatura global, muy probablemente perjudicará22 Explicar accidente de Fukushima36
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYla generación de electricidad, incluyendo las estaciones térmicas ehidroeléctricas. El sector en su conjunto seguramente se adaptará aestas contingencias, pero ello le costará mucho dinero. Cuando leemos afirmaciones como la de George nos pregun-tamos si ella cree que los empresarios pertenecen a una especie dis-tinta de la del resto de los seres humanos, de la de los ciudadanos olos activistas, por ejemplo. Nos preguntamos si ella olvida que estosseres humanos (los empresarios) también tienen hijos y sienten amorpor ellos. Nos preguntamos si ella cree que para los empresarios nocuenta el futuro de sus propios hijos o nietos. La Carta de la Tierra (2003)23 pide que “hagamos una alianzaglobal para cuidar unos de otros y de la Tierra o corremos el riesgode autodestruirnos”; he aquí la invocación del amor y la solidaridad.Con el paso de los años y como resultado del ejercicio docente y aca-démico, hemos llegado a la conclusión de que saldremos de la crisisclimática solo si somos capaces, como civilización y como cultura,de generar un gran movimiento de amor por la vida que sea capazde incidir en las decisiones de los gobiernos del mundo y en las deci-siones de quienes tienen posiciones de poder en las sociedades, paraque así cada cual haga la tarea histórica que le corresponde. Por ello, aquí no dudamos en apelar a una noción poco usual paraeste tipo de textos: la dimensión humana de la crisis. Y lo hacemosrecordando la sentencia de F. Niestzche: “lo humano demasiado hu-mano”, 24 con lo cual caben en el mismo espacio los empresarios y lostrabajadores, los académicos y los campesinos, los estudiantes y losartistas, los científicos y los religiosos, los políticos y los ciudadanos. Convocar a todos, pero muy especialmente a los empresarios quehoy en día tienen responsabilidades directivas en las grandes empresasdel sector energético, es el propósito de este libro, y de la Plataforma23 Para conocer la ‘Carta de la Tierra’ recomiendo ver el video de Joaquín Luis Navarro, aquí: https://www.youtube.com/watch?v=aA4W2HyOox024 La obra ‘Humano demasiado Humano’ F Niestzche se puede ver y descargar aquí (lib- erada de derechos de autor) http://losdependientes.com.ar/uploads/6jrrmio0db.pdf 37
Clima y energíasClima y Energías de KLN. Para que emprendamos cuanto antes la últi-ma revolución que nos será posible.La estrategia del valor sosteniblePor lo que viene puesto de relieve hasta aquí: la profunda crisis delcambio climático, pero sobre todo el sentido de responsabilidad sim-plemente humano de los líderes del sector de las energías, bien puedeafirmarse que hoy compartimos todos la certeza de que el panoramade riesgos que nos presenta el futuro nos obliga a actuar ya. Afor-tunadamente, estos riesgos vienen aparejados con notables oportuni-dades de cambio, lo cual es un acicate para los líderes que además soninnovadores. Es preciso superar las limitaciones conceptuales y prácticas deldesarrollo sostenible (1992) y diseñar cuanto antes un nuevo esquemasocial, ambiental, económico y cultural, que interprete las compleji-dades emergentes, relacionadas con la interacción entre los seres hu-manos y la naturaleza. Un nuevo contrato social que compatibilice elcrecimiento adecuado de las sociedades en el contexto de unas nuevaseconomías, amenazada también por la crisis. Frente a la realidad de lacrisis que hoy vivimos, la única alternativa posible es la de adaptarnosa los efectos globales del fenómeno climático. Hay que planificar bien esta magnífica tarea y afrontar los de-safíos del futuro con responsabilidad y audacia corporativas. Para elloresulta conveniente consolidar los programas en marcha que ya vienenimplementando las organizaciones en materias de gestión ambiental,producción más limpia, ecoeficiencia y responsabilidad social, e in-corporar algunos nuevos en el orden de fortalecer la generación devalor sostenible. El concepto de valor sostenible aprovecha las externalidades posi-tivas del cambio climático para generar un nuevo tipo de valor em-presarial soportado sobre una estrategia de responsabilidad climáticacorporativa. Este nuevo valor es el resultado sistémico de incremen-tar el capital económico (capital físico + capital financiero), el capitalsocial, el capital humano, el capital natural y el capital cultural de38
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYlas organizaciones. El concepto de valor sostenible que se proponeparte de la conceptualización de Hart y Milstein (2000)25 e incorporalos desafíos económicos, sociales y ambientales del cambio climáticomediante acciones internas y contribuciones sociales de adaptación,mitigación, educación y cultura. Muchos empresarios no saben cómo empezar, ni cómo identificarlas áreas operativas de sus empresas sobre las cuáles actuar en el cortoplazo. Otros creen que si involucran muchas áreas de acciones sufriríanuna especie de crisis de complejidad, debido a que conocen de antemanoque el problema del cambio climático debe ser incorporado de maneratransversal a todas las actividades de las empresas. Los expertos han sugerido dar tres pasos previos orientados adefinir la estrategia del valor sostenible en las organizaciones. Conocer a profundidad todas las implicaciones de la crisis climáti- ca global en la economía y la sociedad. Entender el contexto global de funcionamiento de los sistemas en los cuales se desempeñará el sector energético en lo que resta del siglo XXI. Conocer bien que el periodo 2015-2020 puede ser la última oportu- nidad para reaccionar ante la crisis y, como consecuencia de ello, empezar a planificar la adaptación de cada organización hacia un esquema de negocios verdaderamente sostenible. Durante la era industrial era común que se considerara a la socie-dad y al ambiente como subsistemas de la economía, y a la economíacomo un sistema cerrado. En la actualidad se sabe que la economía esun subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera y, por lotanto, el crecimiento permanente es imposible (Max Neef, 1993). A estopodemos llamar el nuevo enfoque económico del antropoceno. No son pocas las compañías que ya han dado estos tres pasos y hoyactúan en el mundo iluminando el camino de otras. Google es una de25 Este modelo fue presentado por primera vez en el artículo “Beyond Greening: Strate- gies for a Sustainable World” publicado por Harvard Business Review en su número de Enero-Febrero de 1997. Posteriormente, fue profundizado y enriquecido en sucesivos trabajos de Stuart Hart publicados entre 1999 y 2005. 39
Clima y energíasFiguara 3. Adaptación 2020 - 2050 Fuente: elaboración propia La prioridad hoy es la amenaza contra la vida y no el crecimiento financiero. Larry Page, cofundador de Google dio una respuest a: ‘si tenemos éxito el mundo tendrá la opción de satisfacer una porción sustancial de sus necesidadesde electricidad, a partir de fuentes renovables y habrá uno notoria reducción de emisiones de carbono’ .Figura 4. La estrategia climática de Google Fuente: elaboración propia40
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYellas, y su ejemplo explica cómo las empresas que se alinean con el sigloXXI, lo primero que hacen es incorporar en su estrategia gerencial a lacrisis climática, así su misión esté aparente desligada de estos temas. Para el sector energético esto implica reconocer el complejo en-granaje sistémico en que funcionan las empresas, especialmente lasgrandes corporaciones, los grandes conglomerados financieros, de me-dios o industriales. Y por supuesto, las empresas energéticas26. En 2007, en Boston (Estados Unidos), se reunieron líderesempresariales de muchos lugares del mundo para preguntarse sobre elfuturo de la corporación.27 Se preguntaron por el poder que tenían ac-tualmente las grandes corporaciones y sobre cómo ese poder no estabasiendo usado para resolver los problemas de sostenibilidad de un mun-do amenazado por el cambio climático. Si uno ve el documental The ageof stupid28 se puede preguntar si las corporaciones lo han visto y se hanpreguntado cómo pueden planear sus negocios sin tener en cuenta quela amenaza climática está a la vuelta de 2050. ¿Cómo pueden creer las empresas que seguirán siendo sosteniblesen un mundo que ya no es sostenible?29 En la reunión de Boston, llevadaa cabo en el Boston Faneuil Hall, uno de los invitados –el ex ejecutivode la Shell Arie de Geus (1930)– se preguntó por la vigencia filosóficaactual y sobre el papel que desempeñaría hacía el futuro de la compañía26 Evidentemente Google había entendido que ella es tan solo una parte de un sistema mayor a punto de colapsar, y que si colapsa lo hará también la corporación. Entendió que su misión no consistía simplemente en la creación de capital financiero sino que debía involucrar a su subsistema de negocios (ecosistema industrial) en programas relacionados con la adaptación y la mitigación del cambio climático.27 Entre los invitados estuvieron: Bob Monks, presidente de Boston Company, Jay Hool- ey, de State Street Corporation, John Elkington, autor del concepto de ‘triple balance’, Rosabeth Moss Kanter, de la Escuela de negocios de Harvard, Kent Greenfield, del Boston College, Damon Silver, de AFL-CIO, Aron Cramer, de Business for Social Re- sponsability, y Allen White, exdirector de Global Reporting Initiative y vicepresidente del Tellus Institute.28 El documental The Age of Stupid se puede ver aquí https://www.veoverde. com/2009/09/la-era-de-la-estupidez-the-age-of-stupid/29 Esta pregunta se la hizo uno de los participantes en el Taller ‘Cambio climático y responsabilidad empresarial’ llevado a cabo en Isagen, Colombia, el 2 de diciembre de 2014. 41
Clima y energíasde responsabilidad limitada. Recordó que este tipo de compañía, creadaa finales del siglo XIX en Estados Unidos e Inglaterra como respuesta alcrecimiento de un sector que no contaba con el suficiente capital finan-ciero para mantener sus planes de expansión, se convirtió en la segundamitad del siglo XX en el modelo de gobernanza de las grandes corpora-ciones. Pero de la escasez de capital financiero pasamos a superávit enel actual siglo. ¿Cómo es posible –se preguntaba– que los que proveen el dinerotengan hoy más poder que los que crean la riqueza? De Geus consi-dera estrafalario que el único indicador de éxito de una compañía seael rendimiento sobre el capital financiero y aboga por un cambio en lasreglas. El grupo de la Sociedad para el Aprendizaje Organizacional delMIT, dirigido por Peter Senge (1947), hace eco de sus ideas y descubreque si las corporaciones del siglo XXI quieren ser sostenibles debenponer sus activos organizacionales en la búsqueda de un nuevo tipo decapital, más relacionado con el rendimiento social del trabajo que conel simple rendimiento financiero: el capital natural, social y humano. Henry Mintzberg (1939) de Mc Gill University cree que “la actualola de responsabilidad corporativa no será suficiente para enfrentar elprofundo desequilibrio entre el sector empresarial y el social” (citadoen Sukhdev, 2012) Su respuesta a la pregunta del foro de Boston ¿lacorporación moderna es apropiada para el siglo XXI? Fue: sí, pero elúnico problema es que el siglo XXI no es apropiado para la vida enla Tierra (Senge, 2008). De esta aseveración se desprenden dos cosas: 1) Las empresas del sector energético deben modificar su responsa- bilidad corporativa incorporando los temas de la crisis climática. 2) Es responsabilidad de los gobiernos, de toda la sociedad, pero es- pecialmente de las empresas energéticas, conseguir que mediante programas ambiciosos de mitigación y adaptación salvemos la via- bilidad de la vida durante el siglo XXI. Las corporaciones que deseen sobrevivir en 2050 deben entend-er, más temprano que tarde, que la amenaza climática global le cuestahoy a la economía del mundo más de 150 mil millones de dólares cada42
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEYaño,30 lo cual repercute cada día en la economía global, por lo tanto, siestas entidades quieren seguir actuando en esas sociedades deben con-tribuir con la adaptación para amortiguar los efectos de la crisis sobrela economía. La incorporación de una estrategia de generación de valor sosteni-ble estimula la religación del sentido de las empresas energéticas conlas sociedades en las cuales actúan. Propende al alineamiento de losanhelos de las personas con los intereses y las metas de estas empresasy estimula una actuación solidaria con la necesidad de hacer un frentecomún contra la amenaza climática. Se trata, en últimas, de restaurarel tejido ecológico deteriorado, en el que está inserta la empresa (Capra,1992) y facilitar una economía regenerativa que transforme la sociedadactual en crisis en una sociedad sostenible (Senge, 2009).31 A este proceso llamó David Korten (2010), fundador de la redBusiness Alliance for Local Living Economies, la “épica transformacióninstitucional”; una época en la cual las propias empresas se comprom-eten con reducir el consumo agregado, invertir en la regeneración delcapital viviente (natural y social) fundamento de la verdadera riqueza,acelerar las innovaciones sociales, la adaptación y el aprendizaje me-di-ante el fomento de la diversidad cultural, redistribuir el poder financierode los ricos a los pobres para alcanzar una equitativa distribución de lariqueza terrenal que sostiene la vida y procurar por el incremento dela eficiencia económica mediante la reasignación de recursos mate-riales de los usos perjudiciales a los benéficos. Korten (2010) llama a este cambio el de “los rendimientos nega-tivos sobre el capital financiero”. Anota que la era industrial se carac-terizó por explotar al máximo el capital natural y el social para producir30 Ver Climate Vulnerability Monitor, dato tomado del Climate Vulnerability Monitor, 2011 disponible en http://daraint.org/climate-vulnerability-monitor/climate-vulnera- bility-monitor-2012/31 Otras compañías trabajan hoy sobre esquemas similares de valor sostenible. Una alianza de WWF con Coca Cola se orienta a mejorar la gestión integrada del agua. General Electric, Dupont, British Petroleum y muchas otras han empezado a repensar sus estrategias corporativas hacia un mayor compromiso con el ambiente y el clima. 43
Clima y energíascapital financiero, con lo cual contribuyó al crecimiento de las crisisdel siglo XX, y por lo cual ha llegado la hora de emprender el caminoinverso: reinvertir en los sistemas vivientes (capital social, natural, cul-tural) y adaptar las normas sociales y las instituciones para que estasnuevas prácticas sean posibles. Una buena manera de empezar consiste en abordar la compleji-dad a partir de una estrategia de acciones simples que responden más alsentido común que a elaboraciones teóricas y que articulen los progra-mas en marcha de las empresas energéticas relacionados con la gestiónambiental o la producción limpia —que por lo general son muchos,aunque dispersos— con las nuevas acciones climáticas propiamente di-chas. El resultado de esta estrategia redundará en la creación de valorsostenible, que incluye a todos los grupos de interés de las empresas,empezando por sus accionistas. De sentido común resulta planificar el desarrollo empresarial apartir de dos ejes que representen sus campos internos y externos de ac-tuación y sus tiempos presente y futuro. La necesidad de crecer tenien-do en cuenta las capacidades organizacionales internas y la necesidadde hacer negocios en el presente sin descuidar la creación de tecnologíasy mercados para el futuro. Es lo que plantearon Stuart Hart y MarkMilstein (2003) en su conocido esquema de “los cuatro elementos delvalor para el accionista”.Figura 5. La estrategia de valor de Stuart Hart y Mark Milstein (2003)44
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY En esta estructura de valor los componentes de las cuatro dimen-siones son fuente de tensión creativa que se resuelve entre la “visión”,los escenarios futuros, y la “realidad diaria” de las organizaciones. El equilibro de estas cuatro dimensiones depende de la dinámicade los dos ejes: el cuadrante ubicado abajo a la izquierda contiene losaspectos de naturaleza “interna” y de “corto plazo”: reducción de cos-tos y riesgos. El cuadrante ubicado abajo a la derecha se focaliza en el“corto plazo” e incluye a los stakeholders “externos”. Una inclusiónapropiada de los stakeholders externos pueden otorgar un posiciona-miento diferenciado creando el liderazgo y la legitimidad necesariospara el sostenimiento y el crecimiento del valor para el accionista. En el cuadrante ubicado arriba a la izquierda, la empresa debe,no solo gestionar de un modo eficiente el negocio de hoy, sino tambiéngenerar los productos y los servicios para el futuro. “Internamente” sig-nifica adquirir y desarrollar las habilidades, las competencias y las tec-nologías que reposicionen a la firma para el crecimiento futuro. Sin estafocalización en la innovación será difícil para la empresa crear nuevosproductos y servicios que aseguren el crecimiento futuro. Finalmente,el cuadrante ubicado arriba a la derecha se focaliza en las dimensiones“externas” asociadas con el “futuro”. Las organizaciones deben actuareficiente y simultáneamente en los cuatro cuadrantes para ser sustenta-bles en el tiempo. 45
Clima y energías Esta estrategia de acciones simples no sugiere una mirada simple,pues sabemos que para salvar la vida colectiva es necesario “volver amirar el mundo” (Guzmán-Hennessey, 2015),32 lo cual implica la im-plementación de esquemas de inteligencia colectiva (Glen, 2010) pararepensar en el futuro de todas las instituciones actualmente amenaza-das. Esto es: mirar incorporando la complejidad y abandonando losesquemas simplificadores de la realidad. Las empresas energéticas pue-den transformar sus recursos humanos en humanos con más recursos,su capital humano en la consideración de que lo humano es un capi-tal. Antes que nuevos conceptos sugerimos la necesidad de “pensar denuevo” (Pozolli, 2011): “ver de manera diferente”. Ampliar los contex-tos, equilibrar razón e intuición, superar los modelos “mecanicistas” y“ver” la realidad de manera sistémica como lo sugiere este gráfico deGlen.Figura 6. Visión sistématica del mundo según J. Glen32 Ver artículo de Manuel Guzmán Hennessey “Volver a mirar el mundo” recuperado de http://www.urosario.edu.co/revista-nova-et-vetera/volumen1/Columnistas/volver-a- mirar-el-mundo/46
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY El desafío que nos espera es crucial. William Ruckelshaus (1932)lo compara con dos momentos de la historia del hombre: la revoluciónagrícola del final del periodo neolítico y la revolución industrial de lossiglos XVIII y XIX. Pero anota que estas revoluciones fueron graduales,espontáneas y en gran medida inconscientes. La del cambio climáticopara el salvamento integral de la vida sobre la Tierra debe ser cons-ciente, programada y guiada por la mejor previsión de la ciencia y latecnología. Ahora bien, en la figura que sigue se muestran las relaciones entrelas metas “normales” de una corporación orientada al crecimiento y lasostenibilidad –y, por supuesto, su compromiso con la crisis climática–.Los mismos investigadores, Hart y Milstein, pensando en los empresa-rios que sienten que la búsqueda de la sostenibilidad no es “una opor-tunidad multidimensional sino una molestia unidimensional” (Senge,2009) se dieron a la tarea de elaborar un “marco de referencia del valorsostenible”, para mostrar estas relaciones. Ellos escriben que cuandomuestran este cuadro a los empresarios muchos de ellos, al darse cuentade esta conexión, dicen que esta “sencillamente no se había hecho hastaahora”. La figura que sigue está basada en este marco de referencia, peroincorpora el criterio del valor sostenible para mostrar cómo los impul-sores de sostenibilidad pueden alinear a las empresas energéticas desdesus propias metas de innovación ya trazadas: reposicionamiento, creci-miento, buen desempeño ambiental y compromiso climático en térmi-nos de reputación y legitimidad. Abrir el pensamiento a nuevos mundos. Donella Meadows (1941-2001) escribe que solo los innovadores que perciben la necesidad denuevas informaciones, nuevas reglas y nuevos objetivos, que hablany escriben sobre ello y experimentan caminos, pueden introducir loscambios necesarios para transformar los sistemas. Se pregunta: ¿quépuedo hacer yo? ¿Qué pueden hacer los gobiernos? ¿Qué pueden hacerlos ciudadanos, los industriales, los empresarios, los consumidores, lospadres? (Meadows et al., s. f.).3333 Denis Meadows, D. et al 47
Clima y energíasFigura 7. Impulsores de sostenibilidad Fuente: elaboración propia. Con ello insinúa que llegaría la hora de concitar la participaciónde nuevos actores para enfrentar la crisis, para volver a mirar el mundo,con otros ojos. Daniel Innerarity Grau (2005), de la Universidad deZaragosa, expresa: “Los nuevos escenarios del pensamiento están dis-eñados para hacerse cargo de dinámicas no lineales, estructuras disipa-tivas, orden por fluctuación, desequilibrio habitual, sistemas complejosy abiertos, irrupción de lo nuevo y estabilizaciones relativas” (Innerar-ity, 2012). Cuando se modifica nuestra cosmovisión del mundo, se supera lapercepción mecanicista y se incorpora el pensamiento sistémico enten-demos que la realidad se estructura en una red de interrelaciones, enprocesos y campos invisibles que determinan el comportamiento y elespacio. Desaparece la estructura fija de las organizaciones y se convier-ten en organizaciones inteligentes (Senge, 1995), abiertas al aprendizajecontinuo, y con una gran capacidad de autoorganización y autorreno-vación. El esquema metodológico de base de la estrategia de creación devalor sostenible está tomado de The Necessary Revolution (Senge, Laur,Sechley, Smith, Kruschwitz, 2008):48
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY 1. Unas personas conscientes ven surgir problemas antes que el resto de nosotros. 2. Empiezan a entender cuan graves son esos problemas. 3. La combinación de una profunda preocupación y sentido de las posibilidades de un mejor futuro las lleva a pensar de manera dife- rente sobre los problemas y la forma como están interconectados. 4. Diferentes maneras de pensar llevan a diferentes maneras de ac- tuar. Al enfocarse en estrategias de largo plazo, grupos y organiza- ciones empiezan a tener en cuenta los sistemas más grandes dentro de los que operan, en vez de remediar problemas aislados. Lo que persigue esta idea es facilitar que las organizacionespuedan: Ver los sistemas más grandes de los cuales forma parte la organi- zación (complejas cadenas de suministros y contratistas, clientes, ciudades, regiones, expectativas mundiales de transición energé- tica, nuevas generaciones, cambios culturales, etc.). Instaurar políticas colaborativas que trasciendan sus fronteras organizacionales. Crear los futuros deseados. De esta manera se pueden visibilizar y potenciar los impulsoresde sostenibilidad (Senge, 2008) con el fin de consolidar los factores delvalor sostenible de cada organización y plasmarlos en un sistema deindicadores y monitoreo que soporten sus acciones de futuro. Los impulsores de sostenibilidad o fuerzas movilizadoras del valorsostenible actúan como atractores de un sistema complejo. Estos impul-sores pueden categorizarse en cuatro grupos: Los impulsores que ayudan a la creación de valor económico y financiero mediante sistemas de producción sostenible. Los impulsores de sociedad civil (nuevos actores del cambio climáti- co) que facilitan una religación esencial de las compañías con los anhelos de la sociedad y contribuyen a la creación de capital social, cultural y humano. 49
Clima y energíasGráfico 7. Impulsores de sostenibilidad y valor sostenible Fuente: elaboración propia. Los impulsores de “innovación tecnológica emergente” (Senge, 2008) que desafían las prácticas habituales y pueden convertirlas en obsoletas en virtud de nuevas tecnologías (biomímica, nanotec- nología, informática, energía renovable, etc.). Los impulsores de crisis global (agotamiento de recursos naturales convencionales, deterioro de ecosistemas, efectos del cambio climático, migraciones, pobreza, inequidad, conflictos sociales y políticos) que pueden cambiar drásticamente los escenarios económicos y sociales, y obligan a las empresas a consolidar su creación de capital natural y capital cultural.Los resultados: incorporar las externalidadesLa transición energética global debe darse en dos niveles simultáneos: El de unas políticas públicas que favorezcan el tránsito hacia las energías renovables, que estimulen la eficiencia y la descentrali- zación energética, y que contribuyan, mediante programas edu- cativos de largo plazo, a un cambio en los estilos de vida de las sociedades.50
La transición energética global: el desafío frente a la crisis climática MANUEL GUZMÁN HENNESSEY El de unas acciones de cambio en las compañías productoras de energías alineadas con la defensa común de la vida contra la ame- naza climática global. Las compañías del sector energético están llamadas a liderar esteproceso convocando a ciudadanos y a gobiernos locales, y trabajandomás estrechamente con la academia. Se hace indispensable coordinarentre todos una estrategia común de responsabilidad que trascienda losaspectos sociales y ambientales, y cuya primera etapa quizás consiste enidentificar correctamente las externalidades e incorporarlas al balancesocial, económico, ambiental y humano de las empresas, en forma denueva hoja de ruta hacia el futuro. Como se sabe, las externalidades se refieren al impacto que tieneuna actividad sobre una persona o entidad que no la haya aceptadoexplícitamente (Sukhdev, 2012). Estos impactos pueden representar ex-ternalidades positivas (costos) o negativas, como los efectos que tienenlas emisiones de carbono del sector energético. La forma de determinarsi algo es externalidad o no, es saber si el agente de ella lo consideró asíantes de emprender la actividad. Si no lo consideró, como es el caso delcambio climático, tanto en el nivel macro de la sociedad como en el mi-cro de las compañías del sector energético, se considera una externali-dad. Ahora bien, una vez conocida esta externalidad lo que correspondees trabajar sobre ella, incorporándola al plan de futuro y asumiendoplenamente la responsabilidad sobre ella. La estrategia de generaciónde valor sostenible contribuye a incorporar las externalidades mediantepolíticas de responsabilidad como ya se ha dicho. Los cambios no se dan por sí solos. La transición energética soloserá posible si es apalancada por actuaciones multisectoriales que pro-duzcan una sinergia global capaz de generar una nueva cultura. La es-trategia del valor sostenible también incorpora la innovación social parala adaptación (Guzmán-Hennessey, 2012). Esta estrategia también actúa sobre dos niveles simultáneos: el nivelinterno de la corporación (incorporar las externalidades climáticas) y elnivel externo de la sociedad (participar de los procesos de adaptación ycontribuir con la formación de comunidades empresariales sostenibles). 51
Clima y energías En el nivel interno se potencian las políticas de producción máslimpia, ecoeficiencia, medición, disminución y compensación de huellade carbono y seguimiento preventivo durante todo el ciclo de vida deproductos y servicios. Mediante esta estrategia se pone el énfasis de lagestión ambiental en los nuevos factores de la vulnerabilidad climáticaglobal. En el nivel externo se implementa un diálogo generativo con lasociedad, orientado a mejorar las relaciones de confianza con los gru-pos de interés y a reforzar los vínculos de las empresas con la sociedadconformando comunidades cada vez más cohesionadas y responsables. Un factor alineado con la incorporación de las externalidades esla comunicación de estas a la sociedad. Divulgar la gestión climáticamediante la publicación de informes de sostenibilidad es una prácticareciente de las compañías líderes; no obstante, estos informes no suelenser conocidos por la mayor parte de los grupos de interés de esas corpo-raciones. Hoy se impone la necesidad de pasar de los informes de sosteni-bilidad a los relatos de sostenibilidad, en los cuales las empresas expliquenen lenguaje sencillo sus programas, sus metas y sus datos. Esto facilitauna nueva sintonía con los reales anhelos de la gente y promueve nuevassinergias, especialmente con grupos de jóvenes y niños (la generacióndel cambio climático). Algunas compañías van más allá de los informes clásicos comoel Dow Jones Sustainability Index34 y el Global Reporting Iniciative35 y seatreven a comunicar balances de pérdidas y ganancias ambientales, ala manera de los informes de contabilidad. Programas como Responsi-ble Care36 de la industria química de Canadá (1987) fueron pioneros enesta tendencia. Allí, en el famoso “valle químico” de Ontario, un grupoimportante de líderes se reunieron recientemente para plantearse unatransición energética biohíbrida, capaz de reemplazar petróleo y gas porcombustibles biológicos.34 Ver sitio http://www.sustainability-indices.com35 Ver sitio https://www.globalreporting.org/Pages/default.aspx36 Ver sitio http://responsiblecare.americanchemistry.com/Responsible-Care-Program- Elements/Management-System-and-Certification52
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