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Lo que penseis de nosotros - Antonio Morera

Published by Ciencia Solar - Literatura científica, 2016-05-29 07:45:20

Description: Lo que penseis de nosotros - Antonio Morera

Keywords: Science fiction,Ciencia ficción,Libros,Fantasía,Ebooks,Lo que penseis de nosotros,Antonio Morera

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REVISTA DE CIENCIA FICCIÓN PRIMAVERA 2011 - VOL. 1 - NÚM. 1FUTUROSCOPIAS www. futuroscopias. comLO QUE PENSÉIS DE NOSOTROS por Antonio Morera y otros relatos por J. J. Morillas, Jacobo Peña Conversa, Josué Insua y Ricardo Garcia Hernanz

Ilustración por Ricardo García Hernanz

FUTUROSCOPIASRevista de ciencia ficciónContenidos para Vol. I, Núm. 1, Primavera 2011EDITORIAL ..................................................................................................... 4LO QUE PENSÉIS DE NOSOTROS................................ por Antonio Morera ... 7 Comunicar es lo que hace surgir toda cultura. Y la imposibilidad de comunicarse es la más insalvable de las dificultades; la que conduce al aislamiento de los semejantes y a la violencia entre culturas. En este relato, el autor trata el tema de la incomunicación usando la metáfora de la inmigración como hilo conductor. ¿O quizás es al revés?BALANCE DE PODER ..................................................... por J. J. Morillas ... 37 Viven en el agua, salen de noche y se llevan a los niños que no son buenos. Los talismanes no sirven contra ellos, a todo son inmunes salvo a imágenes y a verbos. Los Hombres Lagarto perturban sus sueños. ¿Es la necedad la que les hace sus dueños?VISIONES ...................................................................................................... 57 Conocer la verdad .............................................................................. por Antonio Morera. Tanatotaxia .............................................................................. por Jacobo Peña Conversa. Primera venida ....................................................................................... por J. J. Morillas. El cochero.................................................................................................. por Josué Insua.MEMORIAS DEL VACÍO .................................. por Jacobo Peña Conversa ... 75 Dobn Hoevel es un hombre imprescindible del que han prescindido. En su huida hacia delante, cruzará el sistema solar para vivir o soñar traiciones y pasiones, robos y acechos, mujeres con alma de dragón y misterios bajo un horizonte de asteroides o sobre la hierba iánida de Marte.CLAUSURA DEL CONTINENTE SILENCIOSO................... por Josué Insua ... 97 Quizá un día las máquinas alcancen la inteligencia. Es posible que ese día descubramos que no tenemos nada que decirles. La raza humana estará abrazada a las creencias que la sacaron de la cuna. Y quizá el único que pueda conseguir la Palabra Divina sea un tipo llamado Johnny.RETAZOS DE UN FUTURO INCIERTO......... por Ricardo García Hernanz ... 114Edición y maquetación: Ricardo García Hernanz.Corrección y ayudante del editor: María Requena Castañol.Ilustraciones por Marcos Hidalgo González, Aitor Moreno Melcón y Ricardo García Hernanz.Portada y contraportada por Ricardo García Hernanz.Diseño de la página web por [email protected]: [email protected] http://www.futuroscopias.com Futuroscopias revista de ciencia ficción se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento­NoComercial­CompartirIgual 3.0 Unported. Esta licencia aplica a este número de la revista como un todo único. Todos los derechos de las obras publicadas en esta revista son propiedad de los diferentes autores, quienes han cedido los derechospara su publicación únicamente en este número de la revista. Los autores se reservan los derechos de otorgar a sus obras cualesquiera otros usos que consideren en el futuro. Todos los relatos de esta revista son obras de ficción y cualquier parecido con la realidad es casual.

FUTUROSCOPIAS EDITORIAL Todo empezó con Isaac Asimov. No podía ser de otro modo. Asimov, Pohl, Kornbluth... los futurianos y la tremenda envidia que me producía leer como sehabía formado uno de los grupos más fértiles de lo que se dio en llamar la edad de oro de la cien­cia ficción. La capacidad de maravillarse de un chaval adolescente con hambre de historias sobre la con­quista del espacio también tuvo mucho que ver. La ciencia ficción siempre ha sido mi género pre­dilecto y las razones pueden ser tan banales como la necesidad de evasión y tan importantes comola creencia en la capacidad del ser humano para ir mas allá, de saltarse las barreras que nos ha im­puesto nuestro planeta natal y conquistar las estrellas. Y empezó hace más de veinte años cuando llegó a mis manos una cuidada edición de La Fun­dación y me vi atrapado desde el primer momento. A Asimov le siguió la fantasía y una literatura que no pensaba existiese. Fue mi edad de oro. Asimov cuenta en sus memorias, leídas recientemente, cómo a través de la revista Astoundingfue invitado a asistir a una reunión del Club de Ciencia Ficción de Queens. El destino quiso queacabase congeniando con un grupo de aficionados que se reunían en un sótano una vez al mes ydiscutían sobre las historias que leían. Entre reunión y reunión este grupo de aficionados leía todolo que estaba a su alcance en las publicaciones mensuales de ciencia ficción y sobre todo escribíanciencia ficción, solos o en colaboración, bajo distintos seudónimos. Con el tiempo estas colabora­ciones y el ambiente amateur dieron fruto y de esas reuniones en un sótano de Queens surgió ungrupo de autores que se convertirían en maestros por mérito propio. Este grupo de aficionados sehacían llamar los futurianos y, entre sus miembros, aparte del propio Isaac Asimov, se encontra­ban Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth entre otros. Esta historia de camaradería me hizo envidiar el haber tenido la posibilidad de encontrar ungrupo semejante de aficionados con los que hubiera podido compartir mi afición cuando empecé aleer ciencia ficción. Más adelante logré un grupo similar de amigos con gustos literarios afines. Con el paso del tiempo uno descubre nuevos géneros que le llenan igualmente. Autores clási­cos y modernos que le abren todo un espectro de experiencias y hacen crecer su mente. De Dumasaprendí cómo funciona el folletín y el oficio de escritor, aprendí de Perez Reverte y de VázquezMontalbán, supe de Kafka, Meyrinck, Eco, Mann e infinidad de otros. Estudié la filosofía dePlatón, Aristóteles, Hegel y Marx. Deconstruí con Derridá y me empapé de las teorías del lenguaje.Mi periplo académico me abrió a la literatura norteamericana y la filosofía oriental en un procesocontinuo de crecimiento. Pero siempre tuve un hueco para la ciencia ficción y lo que me ofrecía. A Asimov, Tolkien, King les siguieron otros. Heinlein y sus forasteros en tierras extrañas, Dicky sus hombres en castillos, Lovecraft y sus horrores cósmicos, Clarke y sus citas con Rama.Venganzas estelares ideadas por Bester y los delirantes mundos de Jerry Cornelius en los queconocí la idea de un multiverso que compartir con Moorcock. Herbert, Pohl, Scott Card y muchosotros que se me olvidan. Muchos otros que han sido y son la espina dorsal de un género que seretroalimenta y se reinventa continuamente. Todos ellos nombrados de forma coloquial, como si los conociera de toda la vida, pues me per­mitieron volver una y otra vez a un terreno agradable y conocido. Un terreno en el que siempre 4

FUTUROSCOPIASencontraba refugio, un género que no se molestaba en utilizar un formato en el que los otros noeran tan prolíficos: el relato. Un género en sí mismo que partiendo de una duración limitada te permite jugar con la estruc­tura, los personajes, las ideas o las palabras sin el peso ni la seriedad de sus hermanos mayores.Sin esa necesidad, muchas veces autoimpuesta por otros géneros, de ofrecer literatura por encima de entretenimiento. El relato como forma de condensar y no alargar. El relato como forma de plasmar ideas quequizá no bastan para construir universos propios a su alrededor, pero lo suficientemente interesantescomo para construir un pequeño mundo alrededor de una idea, un personaje o un final. El relatocomo género en sí mismo y como germen de obras más grandes, ambiciosas y complejas. El relato como hermano pequeño en esa gran familia que es la literatura. Y el lugar donde el relato encontró su hogar mas cálido fueron las revistas. De ciencia ficción,de terror, de misterio, el pulp. Herederas directas de los folletines de capa y espada. Y detrás de estas revistas siempre se encontraba la anónima figura del editor. Y como figuraarquetípica de estos editores, John W. Campbell Jr., la verdadera alma detrás de la revista que fueel germen de la edad de oro de la ciencia ficción, Astounding Science Fiction. Fue editor y directorde la revista en sus mejores años y este fue un trabajo que eclipsó su anterior labor como escritor.Fue editor en una época increíble. Una época dorada en la que los autores y editores trabajaban para crear un género, para darlela categoría que hoy día tiene, pero diferenciado por un grupo de aficionados fieles como ningúnotro género ha conocido. Campbell no era un editor al uso. Su relación con los autores, su trato cercano dando consejo desde su posición de editorbregado en mil batallas era un relato tan interesante de leer como esos otros que tanto me habíanfascinado. No voy a idealizar la labor de Campbell ya que sería caer en un ejercicio de idolatría que noharía verdadera justicia a su trabajo. Era un editor con luces y sombras. Ese tipo de editor quecambiaba el título de un relato para hacerlo más comercial o que insistía en pedir a unautor que cambiase un final porque consideraba que no era adecuado a sus lectores. Era un pro­fesional que tenía claro que tenía un producto que vender y que debía guiar a sus autores en sumanera de escribir cuando así lo consideraba necesario. Pero siempre he creído que la verdaderalabor de un editor era esa. Conseguir un producto comercial, que llegase a su público intentandoofrecer las más altas cotas de calidad. Y creo que Campbell lo consiguió. Gran parte de la fama, el reconocimiento y la legión de seguidores que tiene la ciencia ficciónmoderna se debe al buen hacer de Campbell y de gente que, como él y trabajando en las muchasrevistas que siguieron, supieron ver el talento y lograron guiarlo para que alcanzase al granpúblico. Sacaron al género de la ciencia ficción del gueto autoimpuesto en el que se estaba encerrandoy consiguió que los autores tuvieran la suficiente confianza para convertirlo en lo que es hoy endía. Un género que mira de igual a igual al resto de géneros y que comparte popularidad, crítica yacademicismo. Campbell ha sido mi verdadera inspiración para encontrar un modo diferente de trabajar conmis autores, más cercana a lo profesional que a lo amateur aunque sin abandonar este ámbito. Y así llegamos hasta hoy. Con un adulto haciendo labor de editor que vuelve a sentirse comoun adolescente. Siempre con la imagen de Campbell como ejemplo. Isaac, John, esto es para vosotros dos. El editor. 5

\"Solo tres minutos y se ahogará. Si fuera más parecido a loshumanos, tendría pulmones suficientes para gritar. Pulmones comogaitas, para llenarse de aire, de gritos, de lloros, de canciones, deoxígeno y tabaco, de todo a un tiempo. Nosotros podemos gritar mientras respiramos. Ellos tienen queaprenderlo. Llevan demasiados milenios sin hablar.\"

FUTUROSCOPIASLO QUE PENSÉIS DE NOSOTROS Por Antonio Morera Ilustración de Marcos Hidalgo González I. ASTROPUERTO el centro del suelo del lavabo. Necesito más espacio. Le coloco las rodillas sobre los bra­ Mierda. No sangres. Manchas de sangre no. zos, a la altura de su tercera articulación. El —Atención por favor. Se recuerda a todos dolor del peso hace que se despierte un poco.los pasajeros humanos con rumbo a Derridá Y boquea, ligeramente, como si estuvieraque solo pueden ingerir alimentos en los luga­ abocetando un grito antes de emitirlo, comores habilitados en el nivel 2. si no recordara la manera en que se grita y La cédula de viaje. Con que no haya man­ tuviera que practicar. Mala suerte, amigo,chas de sangre en la cédula es suficiente. El aquí no hay segundas oportunidades.resto lo puedo tapar de cualquier manera.Meándome encima si es necesario. Por eso Le tapo las agallas del cuello con las ma­me he vestido de oscuro. Para que no se nota­ nos y los antebrazos, y entrelazo los dedosra el pringue cobrizo que soltáis por las venas detrás de su nuca. Distribuyo mi peso unifor­llegado este caso. memente. Todo mi cuerpo se apoya en mis Pero la cédula de viaje me la van a inspec­ dedos, entrelazados tras su cabeza, justo so­cionar con detalle. Eso seguro. Y tiene que es­ bre el suelo. Es difícil esta postura, hay quetar limpia. estar en forma para mantenerla. Meses de ¡Y este mamón sigue respirando! Aprieto flexiones con los puños sobre el hormigón.aún más los brazos sobre su cuello. Me veo de Los mismos que llevo sin afeitarme.repente reflejado en el espejo. Mis labios, misfacciones, reducidas a la nada por el esuerzo, Tranquilo. Tú tranquilo. Aunque te due­ocultas bajo la espesa barba que me ha lleva­ lan los dedos él no puede moverse. Noto eldo meses dejar crecer para ocultar mis emo­ primer codo de sus brazos combarse haciaciones. Meses para esconder la ira de toda arriba, clavarse en mi costado. Intenta sacaruna vida. los brazos de debajo de mis rodillas. Intenta Está medio inconsciente. Tiro de él hacia liberar sus manos y sacar su arma, o quitarse las mías del cuello, respirar y acordarse de cómo se gritaba pidiendo auxilio. La boca se le abre, pero sin aire no puede gritar. Ahogar­ 7

FUTUROSCOPIASles es la forma más silenciosa. Su cuello es —Sí. Lo está siendo. Solo un enfrenta­tan flexible que, para partírselo, tienes que miento físico en uno de los locales del nivel 2.arrancarles la cabeza. Y es difícil. Trabajoso. No hizo falta disolverlo con armas.Y te pone perdido de sangre. Empapado enese pringue cobrizo que tienen como engrudo —¿Entre humanos?dentro de las venas. —No. Entre humanos y... —¿Y...? Ya me duelen los dedos. Pero tengo que —No. Sí. Entre humanos y humanos. Seseguir tranquilo. Solo tres minutos y se aho­ confundieron en el informe. Por el color de lagará. Si fuera más parecido a los humanos, pigmentación cutánea pensaron que...tendría pulmones suficientes para gritar. Pul­ —Ya, claro, a mí al principio también memones como gaitas, para llenarse de aire, de confundía. ¿Y qué pasó?gritos, de lloros, de canciones, de oxígeno y ta­ —No lo sabemos. Trataron de excusar­baco, de todo a un tiempo. se, claro, pero con la agitación emocional que sufrían fue imposible entender qué Nosotros podemos gritar mientras respira­ decían.mos. Ellos tienen que aprenderlo. —Sí. Lo sé. A veces están tan alterados que no aciertan casi ni a mover los labios. Llevan demasiados milenios sin hablar. Y no hay manera de distinguir su pronun­ El condestable abrió la puerta del centro ciación.de mando del astropuerto. Sus pasos sobre el —En efecto. Así que los deportamos a lasuelo y los movimientos de los aduaneros Luna y dimos parte a sus autoridades. ¿Eseran lo único que podía escucharse en aquella importante?habitación. —No. Es curiosidad. Se agreden por cual­ Si uno era humano, claro. quier nimiedad. Por eso pregunto. Porque me El centro de mando era un cambio muy sigue fascinando. ¿No ha habido nada más?agradable respecto de la batahola con la que —No. Está siendo una noche tranquila.los seres humanos inundaban el astropuerto. El condestable pensó que eso estaba bien,Era tan silencioso como cualquier lugar de para variar. Se paró a pensar cuándo fue laDerridá. Solo se podían oír los pensamientos. última vez en que se había incorporado a un Si uno no era humano, claro. turno y no se había encontrado al menos una El sonido no era molesto en sí para al­ cédula de viaje falsa.guien que perteneciera a la unimente. Pero —No hace tanto, doce días.los humanos podían transformar esa reverbe­ —Es verdad.ración atmosférica con la que se comunica­ El condestable pensó que le gustaría verban en algo insoportable. Por eso los qué pasaba en el astropuerto a través de losaduaneros se reunían en el centro de mando ojos de sus hombres. Todos los presentes enen cualquier momento en que el servicio no la sala escucharon aquella orden tan educadahiciera necesaria las patrullas. Para poder y salieron por la puerta, en silencio, para co­pensarse los unos a los otros en silencio. menzar sus rondas. El condestable depositó su pesado abrigo Al cabo del rato, el joven aduanero que sesobre una silla, teniendo buen cuidado de no quedó con el condestable encendió las panta­hacer ningún ruido. llas de los amplificadores de unimente y este —Buenas noches a todos— pensó. Todos pudo ver lo que veían sus hombres. Todo ellos demás le saludaron sin moverse y sin astropuerto estaba tranquilo. Todo parecíaabrir los labios, sin pronunciar un sonido. So­ normal. Casi no había humanos, de hecho.lo el aduanero al cargo, un chico muy joven, ¿Qué era eso que veía el aduanero 51? Ahorale miró y se acercó a él. El condestable es­ no veía nada. Se le nublaba la vista. ¿Sería lacuchó de su mente que tenía bien preparado pantalla?el informe del turno. —Sería agradable una —No es la pantalla. El 51 no transmite.noche tranquila— pensó. El condestable se preocupó profunda­ 8

FUTUROSCOPIASmente. Pensó que era una pena. Parecía una Muy bien. Ya estás guapo. Ahora respira.noche tan tranquila. Tranquilo. Y muévete de aquí. Tienes que co­ ger una cápsula de eyección dentro de diez —Sí, señor. Una pena —pensó su ayudante. minutos. Largo de aquí. Ni te detengas a esconder­lo. Si no ha entrado nadie en estos lavabos En marcha. Abre la puerta y sal del lava­mientras lo estabas matando, no va a entrar bo. Cara de póker y respira hondo, como sinadie ahora. acabaras de aliviarte; bueno, y en realidad es­ No, mierda, eso no es una buena idea. Es toy aliviado.confiar en la suerte y la suerte es de todo me­nos fiable. OK larguirucho, a ver cómo puedo Cuando el tipo al que he matado me oyócontigo. Vas a entrar de culo en ese váter, ¿sa­ pensar creí que todo se iría a la mierda.bes? Y si no es de culo, será de cabeza. Átalo. Así está mejor. Mete su culo puntia­ El condestable pensaba que todo funcio­gudo dentro del váter, pliega sus piernas con­ naría mucho mejor si los aduaneros patrulla­tra su pecho. Y ahora, átalas con su cinturón. ran como ahora, de dos en dos.¡No, joder! No te caigas. Vuelta a empezar. Tranquilo. Tranquilo. Va­ —Sin duda, condestable. Pero ya lo he­mos otra vez. Culo clavado en el váter, piernas mos intentado y nos quedamos rápidamenteplegadas contra el pecho, ahora los brazos jun­ sin personal para cubrir todos los niveles.to al cuerpo, su cinturón alrededor del conjun­to, esto es más difícil que pescar un buen pez —Sí, ya sé. Pero me sentiría más tranqui­en alta mar. Así, bien atadito. Empuja su culo lo si fueran por parejas.más dentro de la taza del váter. Y ahora dejaque se bambolee. Pero con cuidado. Apoya su —Y yo me sentiría más tranquilo si pudié­cabeza en la pared de la izquierda. No, mejor ramos pensar a los humanos.en la de la derecha. Sí. Así está más estable.Así está perfecto. No se va a caer de aquí. —Ja, ja. Claro. Bueno, a veces se puede. La puerta está cerrada. No se ha caído al —¿Cómo dice? Explíqueme eso que estásuelo. Sigue estable. Ahora la sangre. No hay pensando. Lo del interrogatorio.mucha. Bien. Un poco de papel higiénico y —Usted es muy joven. Yo estoy a puntoserá suficiente. ¿Ellos se limpian con esto o lo de jubilarme, como sabe. Y estuve muchosponen solo para nosotros? No creo. Lo ponen años en la Tierra. A veces, solo a veces, lospara nosotros, porque piensan que estamos su­ humanos piensan en voz alta.cios hagamos lo que hagamos. Ellos segura­ —¿Quiere decir que pueden... ?mente lo guarden y lo decoren y lo quemen en —¿La unimente? No, en absoluto. Es solorituales de adoración que duren tres días para que empiezan a emitir sonidos por su boca,dar gracias por seguir cagando regularmente. como cuando se comunican entre sí, pero pa­Loor al Gran Peristaltismo del Universo. ra comunicarse solo consigo mismos. Ya no hay sangre. Al váter de al lado. Aho­ —¿Tratan de imitarnos?ra al lavabo. Mírate. Qué pinta tienes. Estás —No, para nada. Ya lo hacían mucho an­sudando. tes de que nuestras especies se encontraran y Mejor. Así les darás asco y no se te acer­ tuviéramos que venir a su planeta para inten­carán. Lávate la cara y las manos. ¿Dónde tar hacer avanzar su cultura. De hecho, tengotengo el peine? Tiene que parecer lógico que entendido que ellos mismos lo han recogidovaya con el pelo húmedo, así que mejor me en la ínfima literatura que llaman científica.lo empapo con agua y me lo peino. Ahora la Yo lo he visto alguna vez, como usted ya mecorbata. Mierda, ¿cómo coño se hace esto ha pensado, en la sala de interrogatorios,del nudo? cuando los dejas a solas. De repente, empie­ zan a hablar consigo mismos. A mover los la­ bios y a emitir sonidos, a exhalar sus pensamientos a través de su laringe. Como si hablaran con ellos mismos. O como si alguno de su especie estuviera con ellos y le habla­ ran. Solo se dicen palabras sueltas. Frases in­ 9

FUTUROSCOPIASconexas que repiten una y otra vez, como si se suicidarme antes de que me interrogaran yquedaran fijados en una imagen mental y no averiguaran el plan.pudieran salir de ella, y su repetición verbalfuera parte de esa obsesión. Es fascinante. Pero ahora está bien. Ya he pasado y todo va bien. —Estamos llegando al final del cuadrantede 51. Creo que lo mejor... La pelea me ha venido estupendamente. Me siento genial. Aún noto el efecto de la —No. Ni lo piense siquiera. Prefiero que adrenalina. Siento latir el corazón más fuerte,siga la gente en alerta. Usted y yo hemos de la respiración más profunda, como si todo elseguir juntos. Quiero a todo el mundo por pa­ aire fuera más mío. Y en realidad es mío, yorejas y pensándose continuamente a través de me lo merezco. Nosotros tenemos más dere­los amplificadores de unimente, ¿de acuerdo? cho a este aire que ellos y no tendría que apestar así a ozono, como si acabara de caer —A sus órdenes, señor. una tormenta por todo el astropuerto. El aire El condestable empezó a temerse lo peor. es más nuestro que suyo, porque nosotros lo El aduanero lo pensó con él y se asustó. usamos para cantar, para hacer música y pa­ Uno, dos, tres, mira la puta cédula, cuatro, ra decirnos cosas hermosas. Y ellos solo locinco, seis, está limpita y perfecta, siete, ocho, usan para sacar su podrido anhídrido carbó­nueve, sí, claro, pásame el escáner si quieres, nico de sus escuchimizados pulmones y ver­diez, once, doce, llevo poco equipaje, pero to­ terlo a la atmósfera.do es legal, catorce, quince, dieciséis, tranqui­lo, joder, tranquilo, diecisiete, dieciocho, Este aire tendría que oler a flores. A hier­diecinueve, no dejes que te escuchen pensar ba. Tendría que oler como el mar por lacomo hizo el fiambre del lavabo, veinte, vein­ mañana, o a la mezcla de sudor y sal en la pieltiuno, veintidós, concéntrate en los números, cuando consigues subir a un pez a bordo.veintitrés, veinticuatro, veinticinco, y todo irábien, veintiséis, veintisiete, veintiocho, esto Ahí está mi cápsula. Coge el pequeñosiempre funciona, veintinueve, treinta, treinta colchón plegable y súbete en ella. Es transpa­y uno, tienes que concentrarte, treinta y dos, rente como el cristal. La verdad es que estreinta y tres, treinta y cuatro, es la única for­ hermoso. Y el espacio también. Aunque dama de controlar tus pensamientos como hacen miedo. Me recuerda al mar por la noche.ellos, treinta y cinco, treinta y seis, treinta y Cuando paseaba por la orilla con mi abuelo.siete, muy bien ya has pasado, treinta y ocho,treinta y nueve, cuarenta, ahora camina aleján­ Joder, qué pequeño es esto. Qué claustro­dote de ellos, cuarenta y uno, cuarenta y dos, fobia. El espacio es oscuro e inmenso. El marcuarenta y tres, ya casi estás, cuarenta y cua­ parece una cosa viva a veces, moviéndose, su­tro, así, tranquilo, cuarenta y cinco, unos me­ surrando, hablando, oliendo a su propio olor.tros más, cuarenta y seis, cuarenta y siete. Pero el espacio no. Es silencioso y vacío. Ya. Ya está. Ya pasé el control de seguridad. Bueno, ya estoy bien repantingado. Ahora Joder, menos mal. Qué suerte tengo. De­ puedo empezar a relajarme. Dicen que solomasiada. La suerte es impredecible y he te­ se nota el movimiento cuando te lanzan des­nido toda la que me merezco concentrada. de la gravedad del astropuerto, pero que lue­Y eso que solo ha sido un puto minuto. go da igual. Que atraviesas la galaxia como si Solo con que hubieran vislumbrado por no te movieras.un segundo lo que acabo de hacer. Si hubie­ran leído mi mente un solo instante, como hi­ Va a ser un rollo este viaje. Tendría quezo el capullo del lavabo, se habría ido todo a haberme traído un libro. Pero no, paso, pre­la mierda. No habría podido matarlos a to­ fiero pensar. En el plan, en mujeres desnu­dos. Habría tenido que ingeniármelas para das, en cualquier cosa. Cuando llegue a Derridá tendré que concentrarme casi todo el rato para no hacerlo, no vaya a ser que pase como con el fiambre del lavabo. Aquí. Ahora. En esta cápsula de eyección, durante todo el tiempo que dure el puto viaje, puedo pensar con tranquilidad. 10

FUTUROSCOPIAS II. CÁPSULAS valerse de la mayor experiencia y calma del NO RELATIVISTAS condestable, acabara cayendo en algún tipo de estallido emocional que pudiera conta­ Arrodillado, el condestable observaba el giarse al resto del personal. Que los humanoscadáver con detenimiento. La fortaleza de las se encontraran de repente con sus teóricosataduras con las que lo habían amarrado a sí guardianes abrazándose los unos a los otros,mismo de forma que no cayera al suelo lo tomándose de las manos y sin poder realizartenían más fascinado que horrorizado. Y era su trabajo era lo peor que podía pasar. No,una suerte, pues su fascinación compensaba era mejor que el aduanero se quedara con élel horror del aduanero que lo acompañaba, y y que confinaran su desasosiego a aquel cuar­su quietud física, examinando el cadáver, re­ to de baño que, afortunadamente, no era muytenía el ímpetu de salir corriendo de su joven visitado.ayudante. Él sí estaba aterrorizado. Ni siquie­ra hacía falta que pensara que nunca había El muchacho se lo agradeció y se alejó ha­visto un asesinato. Era evidente. cia la puerta sin desear salir por ella, para impedir que nadie quisiera utilizar aquel lu­ —Por favor, trate de serenarse, no me de­ gar justo en el peor momento posible. No eraja observar —el condestable trató de acom­ suficiente, pero por lo menos era un gesto depañar su petición con toda la amabilidad y el profesionalidad, pensó el condestable. Elcariño que pudo compartir ante el horror del cumplido contribuyó a aplacar un tanto eladuanero, pero no pudo evitar que un punto nerviosismo del aduanero.de irritación acompañara el mensaje. El adua­nero percibió esa irritación y copió la calma Con el flujo de imágenes mentales algoobservadora del condestable para apartar de apaciguado, el condestable pudo al fin fijarsesu mente los recuerdos de los episodios vio­ en los detalles del muerto: lo habían amarra­lentos que había contemplado entre humanos do fuertemente con su propio cinturón y loy que repentinamente habían vuelto a su me­ habían encajado en la taza del váter con fuer­moria, acentuando el horror, pues aquellos za, para evitar que se cayera y que alguien seno se parecían en nada a lo que ahora esta­ diera cuenta de que estaba ahí. Y ademásban viendo. La culpa lo inundó al percibir la tenía familia. Eso no tenía nada que ver conirritación de su jefe, y con ella la angustia por un examen preliminar, pero aun así el adua­no poder controlar su miedo. nero no pudo evitar pensar en ello. —Lo siento, no quería ser grosero, sé que Todavía tenía puesto el uniforme y las for­lo está usted pasando muy mal. Pero es que, nituras que le cruzaban el pecho. No le habíande verdad, necesito concentrarme. ¿Por qué quitado ni siquiera el arma. Eso extrañó alno se aparta de forma que no vea el cadá­ condestable pero no al aduanero, pues estever?— el condestable pensó esto mientras tra­ consideraba que los humanos a veces actua­taba de apartar de sí el recuerdo de la ban de forma precipitada e ilógica. El mucha­primera vez que el aduanero había visto a un cho recordó la segunda vez que vio una peleahumano sangrar. Siguiendo la sugerencia de entre humanos. Recordó la ristra de golpessu jefe, se apartó. En cuanto dejó de ver el que uno propinó al otro y a este tendido. Y elcadáver, este se esfumó de su mente, si bien atacante alejándose, sin importarle si lo habíano los recuerdos impactantes de la violencia matado o no. Lo único que importaba al agre­vivida. sor era el cansancio y la espera, después de varios días varados en el astropuerto. Un can­ El condestable trató de aislarse y no res­ sancio que horadaba la presa de autocontrolponder emocionalmente a la maraña de re­ tras la cual se acumulaba toda la tensión emo­cuerdos que se superponían a lo que él cional que un humano parecía llevar siempretrataba de observar, pero no tuvo mucho éxi­ consigo, fuera de violencia o de tristeza, puesto. Aún así, no se animó a pedirle a su ayudan­ siempre era negativa.te que se fuera, pues temía que, sin poder El condestable pensó con el joven que los humanos nunca acumulaban emociones posi­ 11

FUTUROSCOPIAStivas. En cuanto se sentían felices, lo expresa­ hacer con el cargamento que los humanosban riéndose o abrazándose. Pero las emocio­ querían transportar.nes negativas eran retenidas, controladas,condenadas por la cultura a canalizarse por —Eran animales. Vivos. ¿Se lo puedecualquier medio que no fuera compartirlas creer, señor?con otros. El condestable le pidió otra vez que trata­ El aduanero concluyó que, sin duda, por ra de recordar menos mientras él continuabaeso eran tan violentos. Si pensaran dentro de examinando el cadáver. Estaba totalmentela unimente, podrían compartir sus emocio­ convencido de que el asesinato había sidones como hacemos ahora usted y yo, señor. premeditado. Lo habían asfixiado a la fuerza, y eso requería tiempo, paciencia, habilidad, —Puede ser, pero no es este el caso potencia física y un cierto conocimiento de—pensó el condestable—. Si tal cosa fuera co­ anatomía. Por alguna razón, lo habían queri­mo usted piensa, lo habría golpeado. Lo do matar. Y el baño no había sido casual. Elhabría atacado de forma más brutal. Lo habría cadáver había sido ocultado cuidadosamentedejado inconsciente, o quizá, lo habría mata­ para que solo una búsqueda detallada pudie­do, sí, pero por accidente, sin querer. Eso en­ ra localizarlo. Aquí estaba aislado de la visióncajaría con que lo escondiera y saliera de allí de sus compañeros y por tanto no le podíancorriendo sin preocuparse de más, sin que su pensar a menos que él los pensara a travésestallido de brutalidad le permitiera retomar del amplificador. Alguien que quisiera escon­un curso de acción más pausado. Pero no, no derlo guiado por la emoción brusca del mo­creo que sucediera de ese modo. No tiene he­ mento lo habría depositado de cualquierridas ni traumatismos —el aduanero no pudo manera en el baño, pero a él lo habían atadoevitar mirar hacia atrás e inmediatamente el y encajado en el váter para que nadie lo en­condestable sintió una rápida sucesión de contrara, para que ningún humano que pasa­imágenes de todo el tiempo que ambos ra por allí se percatara que detrás de esahabían pasado juntos después del trabajo. In­ puerta cerrada había algo y diera la voz decluso habían ido juntos a celebrar la unimen­ alarma.te una vez. El condestable, al notar estanueva agitación emocional, se movió arrodi­ De súbito, el aduanero se alarmó. Si lellado cambiando ligeramente su posición con habían escondido para que no le encontra­respecto al cadáver, de forma que el aduane­ ran, quizá fuera porque estuvieran pergeñan­ro pudiera verle a él para pensarle sin que tu­ do a continuación algún tipo de ataque.viera que atisbar la presencia del muerto. —No hay motivo para alarmarse. Lleva El aduanero se lo agradeció, no obstante aquí un buen rato. Si planeaban algo, o loseñaló que su aislamiento sería total si entor­ han abortado por culpa de esta muerte ines­naba un poco la puerta del baño. El condesta­ perada o ya habrían ejecutado el plan.ble así lo hizo y la entornó. Un lento chirridode las bisagras recorrió el baño, que perma­ No, el aduanero y el condestable llegaronnecía en el silencio perpetuo que los derrida­ rápidamente a una conclusión. Lo habíannos llevan consigo cuando se piensan los matado de forma rápida y expeditiva. Lounos a los otros. habían escondido con cuidado para que aquella muerte, inesperada pero necesaria, —Esto le habría sonado atronador a cual­ no entorpeciera las intenciones del humanoquier humano que estuviera viéndonos aquí, que lo hubiera hecho.parados en silencio. —Su intención era viajar. Solo quería El aduanero asintió ante la ocurrencia del viajar.condestable y se acordó de aquella ocasión enque una familia de humanos les preguntaban Mira arriba. Al cielo lleno de estrellas. Sea gritos si no pensaban hacer nada mientras supone que es lo menos malo.ellos, precisamente, se devanaban los sesoslos unos a los otros tratando de imaginar qué Mierda. Vale, si miro abajo se me sube el estóma­ 12

FUTUROSCOPIASgo a la garganta. Y si miro arriba también. chos y tampoco les dejan ni llegar al ascen­Voy a soltar toda la puta bilis que me ha segre­ sor orbital.gado el hígado desde que nací, o desde que tu­ve mi primera resaca, que para el caso es lo De todas formas, mi vieja estaba equivo­mismo. cada. Yo conocí a un tipo de allá. O bueno, más bien, que me dijeron los camaradas que Joder, ¿por qué harán estas jodidas cosas era de allá. Nunca hablé con él. En Grenobletan pequeñas? Y, sobre todo, ¿por qué coño se llevaba a rajatabla el tema de la comparti­las harán transparentes? ¿Es que les gusta mentación de los grupos. Y era una buena de­vernos o es que creen que a nosotros nos gus­ cisión, claro. Pero me habría gustado pegar lata mirar al exterior y morirnos de vértigo? hebra con él alguna vez. Porque era alto, ru­ bio oscuro y de ojos azules. Como el abuelo Mira a esa familia. Hay gente que es más cuando era joven. Se parecía mucho a milista que yo. O, más bien, que pueden permi­ abuelo, de hecho. Excepto en que él estaba entirse ciertas cosas que yo no. Los dos niños forma. Delgado y bizarro. No panzón como elacurrucados junto a la madre. Puestos de di­ viejo, que solo retenía de su juventud los bra­fenhidramina y benzodiazepina hasta las ce­ zos como troncos, llenos de venas. A vecesjas. Dormidos tan profundamente que no se me acuerdo de mi abuelo cuando me miro losenterarían de nada aunque su esfera se res­ brazos. Ahora tengo venas, pero nunca comoquebrajara en medio del vacío y sus cuerpos él. Y eso que en Grenoble todos nos machacá­estallaran toda la sangre por los ojos. bamos, pero bien. No hacíamos más que jo­ dernos los tobillos corriendo por el bosque y No. No se enterarían de nada. Probable­ pelarnos los nudillos haciendo flexiones so­mente no se hayan enterado nunca de gran co­ bre el suelo de hormigón.sa. Si la madre es mínimamente lista —y se lenota que lo es, pues la dejan viajar junto a sus Pero aquel tipo tenía la piel cobriza. Y midos niños— se habrá encargado cuidadosa­ abuelo era tan pálido como yo. Aun así, semente de que sus hijos no se mezclen en polí­ parecían. O quizá es que cualquier cosa metica. Si acaso, les habrá metido el miedo en el recuerda a mi abuelo.cuerpo con lo de Brasil. “Si hicieron eso por­que se les fue de las manos, como ellos dicen, Luego leí, o lo leí antes, no lo sé, que enimaginaos lo que podrían hacer si fueran a Brasil, la gente del norte era así. Descendíanpor nosotros a propósito\". Y si los críos les sa­ de emigrantes holandeses y alemanes y no delen respondones, y no tienen pinta, les espe­ esclavos negros. Era un país tan grande quetará lo que de decía mi vieja. “Pues razón de tenían espacio de sobra para tener genes di­más”. Aunque no viniera a cuento. Aunque ferentes.fuera algo completamente ilógico y no tuvierael más mínimo sentido con lo que estaba suce­ No sé. Quizá aquel tipo era descendientediendo en ese momento. Esa es la manera ma­ de alguien que hubiera nacido no lejos de miterna definitiva de terminar una conversación. casa. A lo mejor podía haberle invitado a un trago y él también habría dicho “Sköl”, como Pues razón de más. Cualquier argumento mi abuelo. Si eres brasileño, o eras parientees bueno para que tu hijo no se meta en políti­ de alguno, cualquier otro ser humano te invi­ca. Además, ¿qué tienes que ver tú con los ta a beber. Es como una forma de disculpar­brasileños? ¿Acaso eres negro, o mulato, o te se, de pedir perdón por no haber hecho nadapasas el día bailando como ellos? Tú eres después de que a esos jodidos cabrones “sebien blanquito y bien rubio muchacho, así les fuera la mano”.que limítate a palear la nieve que es lo que tugente siempre ha sabido hacer mejor. Sí, claro, las atmósferas se queman por accidente. Sin querer. Como cuando yo echa­ No. No creo que esa mujer les hable en ba paladas de nieve sobre el porche de la vie­esos términos de ninguno de los miembros ja. Sin querer. Se dice “Förlåt” y ya está.de su especie. Ella es morena. Es del sur. Na­turalmente no es brasileña, no tiene la Por accidente.mandíbula como ellas. Ya no quedan mu­ Cabrones. 13

FUTUROSCOPIAS El condestable entró en el centro de man­ sente y gigantesco sumidero de taquiones quedo con la tranquilidad habitual, forzándose se abría sobre sus cabezas no pudiera compe­para apartar de inmediato los pensamientos tir con el color más simple surgido de unaque asaltaban su mente. Si seguía así, sin con­ flor.trolar sus pensamientos, arriesgándose a alar­mar a sus subordinados, acabaría volviéndose De a ratos, las cápsulas de eyección semás humano que los humanos. hundían en un hueco taladrado en la piel del universo dejando tras de sí una corriente de —Sí, condestable, ya he avisado a todo el taquiones que brillaba como un arcoiris at­mundo. 21 está en la puerta del baño mien­ mosférico, tan hermoso como fugaz. El con­tras 18 toma fotos y recoge el cuerpo para el destable pensó que, desde luego, eran muchoforense. No, no se preocupe, 18 tiene mucha más espectaculares los lanzamientos deexperiencia y licencia legal, pero es que no po­ transportes que llevaban a sus compatriotas.demos encontrar a un equipo forense hasta La aureola energética entonces era más gran­por lo menos dentro de 12 horas. de, más brillante, más duradera, y caía sobre el horizonte como la ola de un mar que acari­ —Está bien. ¿Tiene una opinión prelimi­ ciara el mundo.nar sobre la hora de la muerte? Y sin embargo nadie le prestaba más —Dice que no puede haber sucedido hace atención que la del ansia por viajar cuantomás de una hora. antes, como si tan portentosa obra de inge­ niería careciera de mérito alguno. Preferían —Ese es tiempo más que suficiente para detenerse a percibir lo que fuera que pudie­que se haya largado. Pero es tiempo al fin y al ran oler en aquellas estructuras vegetales, co­cabo. mo si el resto del universo no fuera con ellos. Quizá si el astropuerto lo hubieran construi­ —Ya estoy posponiendo el lanzamiento de do ellos, no lo mirarían con tanto desprecio.todas las cápsulas. La computadora aleatori­zará los mensajes de excusa habituales. Las —Que la computadora contabilice los hu­áreas de descanso ya empiezan a llenarse de manos presentes y los reparta de forma re­humanos. Afortunadamente hoy no hay mu­ gular en las áreas de descanso. Van a estarcho tránsito. ahí un largo rato, así que no quiero aglome­ raciones. El aduanero oprimió los interruptores ylas pantallas cambiaron al majestuoso es­ Ya había bastante con un asesinato comopectáculo de las áreas de descanso, excavadas para que encima empezara a haber peleasen la roca viva de un asteroide que abre su se­ producto tanto del cansancio acumulado co­no a los que viajan, para acogerlos con hierro mo de la competencia por los servicios dispo­y piedra antes de que emprendieran los cami­ nibles. Aún había puestos suficientes y elnos deseados. Terrazas y terrazas, escalona­ condestable no deseaba todavía cerrar las en­das unas encima de otras, conectadas por tradas al astropuerto.escaleras y ascensores transparentes; recu­biertas por todo tipo de estructuras vegetales Durante un instante, aquel derridano al­cuyas formas y colores parecían fascinar más to y fornido, de escamas casi negras por sua los humanos que cualquier otra cosa. Inclu­ edad, se detuvo a reflexionar olvidándose deso desde lejos se podía ver cómo, de tanto en que el aduanero estaba con él en la mismatanto, algún humano se detenía al borde de habitación y que los amplificadores de uni­las terrazas, cogía con delicadeza una de las mente estaban encendidos para mantener lasflores cultivadas y la acercaba a la nariz. Los comunicaciones con la tropa. Pensó que losefluvios que surgieran de ella lo abstraían de humanos no estaban exentos de una ciertaalguna manera y hacían que dejara de prestar capacidad de asombro y disfrute ante la per­atención a la omnipresente presencia del es­ cepción del mundo. Y seguro que eso de­pacio no relativista, como si los fabulosos pendía de la intensidad emocional con laefectos prismáticos que se producían en la que se relacionaban con el mundo y entreluz, atraída y repelida a la vez por el omnipre­ ellos. 14

FUTUROSCOPIAS Los humanos tenían una cierta sensibili­ tracciones de los músculos de sus cráneosdad, podían experimentar reacciones emocio­ son capaces de decirse cosas?nales ante los espectáculos hermosos quecautivaran su percepción. De hecho, la prime­ El condestable se sintió sorprendido yra vez que hacían un viaje interestelar así su­ avergonzado por haberse perdido de aquellacedía. Lo había visto en infinidad de manera en sus pensamientos delante de to­ocasiones. Seres humanos que se quedaban dos sus subordinados. Pero todos sus hom­de pie, en medio del paso, sin prestar aten­ bres, muy amablemente, conjuraron su ruborción a sus equipajes ni al trasiego de gentes a con interés y él se vio obligado a continuarsu alrededor, ni siquiera a los otros congéne­ pensando en el tema.res que los acompañaban. Solo en el caso deque estos pertenecieran a su progenie les con­ —No, “decirse” no es el concepto adecua­tinuaban prestando atención, con gestos en do. Ellos lo llaman comunicación, claro está,los que parecían querer incitarles a incremen­ pero en realidad es una forma aún menos efi­tar la emoción que experimentar. ciente que la reverberación vocálica de la que se sirven habitualmente. Pero, en algún sen­ La especie humana hace esas cosas a me­ tido, es más cercana a nuestra unimente.nudo. Es difícil distinguirlo si uno no está en­trenado, si no está avisado y se fija —¿Cómo así?exactamente en cómo se mueven, activando y —La usan para emocionar. No para com­desactivando los músculos de su cuerpo, gi­ partir emociones, como nosotros —y creorando las manos, moviendo los brazos, ha­ que eso es la diferencia más profunda queciendo aspavientos, contrayendo y relajando hay entre ambas razas—. Nosotros nos pen­los músculos bajo su rostro en mil combina­ samos para sentirnos y así compensarnos yciones. complementarnos los unos a los otros como ustedes han hecho con su amabilidad hace Y es increíble, cuando uno lo piensa, có­ un instante. Pero los humanos, justamente,mo se sirven de esas contracciones muscula­ hacen lo contrario. Muestran sus emocionesres para compensar la ausencia de la para provocar una emoción en el otro, sinunimente, pues realmente parece que así son importarles si esa emoción va a conducir acapaces de transmitirse cosas, o al menos eso una conducta complementaria o a otra quees lo que ellos mismos proclaman, si bien nin­ incluso puede ser perjudicial para sus intere­guno de ellos ha sido nunca capaz de detallar ses. Pero es así. Ellos muestran, con sus con­un mínimo y elemental diccionario, alegando tracciones musculares, la emoción que estánque es un conocimiento racial, instintivo, pe­ experimentando, aguardando que sus congé­ro a la vez, local, regional, cultural, signifique neres reaccionen, pero no como lo haríamoslo que signifique ese concepto de “cultura” nosotros. Y no siempre. De hecho, la mayoríaque es utilizado como una especie de co­ de las veces reaccionan con la misma emo­modín de las ciencias sociales, de recurso inte­ ción que se acaba de expresar y no con unalectual un tanto zafio donde introducir complementaria o moderadora. Es un pococualquier variable comportamental que no ilógico.sea digna de ser sistematizada. —No nos habían explicado todo esto so­ bre sus gestos. Todos pensábamos que obe­ El condestable pensaba que comprendía decía a algún tipo de aleatoriedad nerviosa.bastante bien esos gestos. Llevaba mucho —No se les explica porque es convenientetiempo observándolos y estaba familiarizado para que puedan hacer mejor su trabajo. Pue­con ellos, los había visto repetirse una y mil den sentirse tentados de identificar las emo­veces y, aunque no siempre comprendía todo ciones humanas e intentar aplacarlas ustedeslo que se quieren comunicar los unos a los mismos. Y eso es peor, además de peligroso.otros, creía ser capaz de discernir el sentido Ustedes han de tratarlos con absoluta frial­general de lo que decían. dad hacia sus emociones. Es la manera más igualitaria y la mejor forma de no cometer —¿Quiere decir, señor, que moviendo los errores.brazos así y asá y forzando estrambóticas con­ 15

FUTUROSCOPIAS El condestable hizo una pausa en su di­ pensar eso, pero admitía que era una muygresión cuando estaba a punto de volver a buena observación.la imagen de un humano señalando y cur­vando la boca a un miembro de su progenie. Mierda, no aguanto más. Voy a potar.El otro abrió la boca de par en par y exhaló ¿Dónde está la bolsa para el mareo? Y encimaaquel sonido repetitivo que llamaban risa. tiene que pasarme ahora. Justo ahora queAquello sí que se le escapaba. Para entender acabo de salir del túnel de la risa este que ca­el humor había que comunicarse como un varon a través del espacio. Bueno, ¿y cuándohumano, entender todos los sinsentidos que coño iba a pasarme si no? Pues cuando meadoptaban los errores y las incongruencias quedara sin gravedad. Ahí se le revuelven lasde su comunicación. Incluso a veces lo tripas a cualquiera, salvo que vayas drogadohacían a propósito, usando su habla de una y dormido como esa familia.forma deliberadamente errónea. Y eso eraincomprensible para un derridano. Iba con­ Muy bien, aquí está. Bolsa para el mareo,tra la esencia misma de la unimente, contra permítame que le presente a mi desayuno.su claridad perfecta que imposibilitaba por Desayuno, ésta es la bolsa para el mareo. Yacompleto los malentendidos, los dobles sen­ puedes salir. Les dejo para que se conozcan.tidos; que prescindía de esas herramientas Espero que no le moleste si la sujeto dema­tan torpes para expresar el pensamiento siado fuerte por el pescuezo, querida, pero noque eran las palabras de un lenguaje ha­ imagino nada más asqueroso que vomitar enblado. gravedad cero, ¿sabe? Otros líquidos menos líquidos, y perdonen la redundancia, quedan El condestable pensó que no quería co­ flotando en formas amorfas. De a ratos adop­municar más información sobre estas cues­ tan formas muy raras y puedes jugar a vertiones, pues ya había visto antes lo que qué aspecto tiene ese grumo de café, comoacabaría sucediendo. Al final acababan cuando uno se tumba en la hierba y le poneusándolo como un entretenimiento y se de­ siluetas a las nubes. Esa tiene forma de pati­dicarían a hacer todo tipo de juegos y apues­ to, esa otra tiene la forma de Suecia, aquellatas sobre los rostros y las posturas y los tiene forma de hongo atómico saliendo de al­gestos de aquellos que se suponía que guna central sobrecargada; y mira esa, esatenían que vigilar. Y así no había manera. A tiene aspecto de gota de café en gravedad ce­la larga, ni aprendían sobre lo que tenían ro que se ha unido a otra gota de café y ahoraque aprender, ni se fijaban en lo que se tienen forma de nubes del cielo.tenían que fijar, así que recondujo la situa­ción, pensando con claridad a través de los Pero con la pota no sucede lo mismo ni deamplificadores. lejos. El vómito no es un líquido homogéneo. Su densidad varía de grumo a grumo, de res­ —Y eso es en lo que nos vamos a basar to de pizza a sorbo de cerveza, todo adheridoahora, caballeros, buscamos a un asesino. O a una capa de jugos gástricos que ni siquieraa varios. Uno o más seres humanos, que pueden dotarla de un color uniforme.pueden ir juntos o no, aunque me inclino apensar que será uno solo. Buscamos a un ¿De qué color son los jugos gástricos?asesino frío, despiadado y calculador. Capaz ¿son amarillos como cuando los expulsas ende ejercer una gran violencia y luego ocultar la taza de un váter, o en una bolsa para el ma­con cuidado los resultados de su crimen. Re­ reo dentro de una cápsula de eyección? O porcuerden esto, porque es importante: es al­ el contrario son incoloros, quizá inodoros eguien brutal, si, pero no es irracional. Bien insípidos. Quizá tienen el color del agua claraal contrario a lo que ustedes están acostum­ y no el de las entrañas revueltas.brados. Buscamos a alguien desapasionado,nada emocional, muy frío. Supongo que no. Supongo que serán amari­ llos. Es lógico, si cuando uno no puede más y —Alguien parecido a nosotros. empieza a vomitar bilis esta es verdosa. El ama­ El condestable nunca hubiera querido rillo va antes en la escala cromática, ¿verdad? 16

FUTUROSCOPIAS Valiente gilipollez de razonamiento. de suceder. Como cuando uno está planeando Me siento mejor. Menos mal. Ahora toca una broma o recordando una anécdota hila­estrangular a la bolsa. ¿Dónde está la goma? rante. En esas ocasiones, uno reproduce enMierda, no hay goma. Joder, qué gente. Aho­ su cabeza una y otra vez lo que ha sucedido ora me voy a tener que pasar el resto del viaje ha de suceder, como en un teatrillo mental ensujetando mi propia pota con las manos. Me el que se proyecta una y otra vez la mismahabría ido mucho mejor si hubiera pasado película. Porque eso es lo que causa más risa.dormido todo el rato, como aquella familia. La anticipación. El saber en tu mente que al­ Ahora, sin embargo, no puedo permitir­ go gracioso va a ocurrir antes de que se pro­me el lujo de quedarme dormido. Tengo que duzca.mantener bien agarrado por el gaznate a labolsa para el mareo. De todos modos, no Es como en aquel libro antiguo en que elpodría dormir. Me da vueltas la cabeza en escudero gordo y zampón compra unos que­cuanto cierro los ojos. sos y los guarda en el yelmo del caballero Además, ni en sueños puedo olvidarme chalado al que sirve por no tener otro sitiodel hecho de que nos han sometido, el hecho donde hacerlo, y entonces el caballero se en­de que toda nuestra especie es considerada co­ valentona y decide enfrentarse o pelearse conmo una raza inferior solo porque no nos co­ alguien, no recuerdo con quién. Y el lector sa­municamos telepáticamente, como hacen be, desde mucho antes que suceda, que el ca­ellos. Nos usan como mano de obra esclava. ballero va a encasquetarse el yelmo —o laO cuasiesclava. Nos pagan, claro. Nos dejan bacía, o como la llamaran, tampoco mepasar con todo el cuidado del mundo por sus acuerdo—, sin percatarse antes de que estánastropuertos, o no nos dejan pasar en absolu­ los quesos dentro, y se los va a despachurrarto si no estamos en posesión de las cédulas por la cabeza, y va a lanzarse entonces a enta­que ellos nos dan. Y aun así, aún contando blar combate de tal guisa: con los regueros decon esa garantía que ellos mismos nos obli­ leche cruda resbalándole por las sienes hastagan a llevar, no se fían de nosotros. las barbas. Y uno se lo imagina antes de que Si claro, luego nos tratan con condescen­ llegue a leer las letras en las que tal cosa sedencia, con amabilidad con la cortesía lasti­ describe.mosa y excesiva que se viene con la lástima,como se mira a un perro callejero al que no se Y después, cuando ya lo ha leído, se loquiere acoger, ni se quiere alimentar ni se tie­ vuelve a traer imaginándoselo de nuevo conne la decencia de asesinar y librar de sus pro­ los detalles que al escritor no se le ocurrie­mesas. ron, como que por ejemplo le quedaran gru­ Casi me dan ganas de abrir la bolsa de po­ mos de queso enganchados en la barba, sinta y dejarla que vuele libremente por la atmós­ desprenderse ni caer al suelo o al pecho. Y unfera sin gravedad de mi cápsula. Si yo no he personaje tan tarado como para encasquetar­de tener la mínima dignidad de ser tratado se un yelmo con quesos dentro sin darsecon deferencia, con respeto, o al menos de ser cuenta, por fuerza no habría de prestar aten­rematado como un perro fiel, o infiel, pero ción a los restos que le quedaran adheridos amerecedor de una muerte rápida y digna, de las barbas. Y así andaría por los caminos, conuna inyección de veneno después de unas cari­ los pegotes de lecha agria endureciéndole elcias tan venenosas y cáusticas como todo el bigote hasta que fuera imposible que abrieraamor falso es, entonces qué más da todo. la boca, apestándole la faz hasta que pudiera Me lo pienso seriamente y me parto de ri­ llegarse a un río y lavarse la dignidad.sa flotando en aquella atmósfera ya de por símaloliente, hedionda; me río de mi hedor y Así me lo imagino, una y otra vez, y medel sabor amargo en mi boca; me río de esa parto de risa en la cápsula. Bueno, en reali­manera prolongada y deliciosa con la que se dad no es que me esté carcajeando, o quizá sísaborea la risa futura de algo gracioso que ha que me carcajee pero durante un rato bien corto, mientras me deleito con la idea, que sé que no haré, de abrir la bolsa y dejar que ven­ ga a mí su contenido, a flotar con sus diferentes 17

FUTUROSCOPIASdensidades por aquella atmósfera, sin fusio­ dera de mi abuelo. Y en las que nos jugamosnarse nunca, sin adquirir forma alguna, nube la vida para llegar a su planeta, digan lo quealguna, hasta acabar adhiriéndose a mis ro­ digan. Si las naves recolectoras pierden algu­pas, ora aquí una mancha, ora aquí otra, y sa­ na cápsula de vez en cuando —no pasa casilir así de la cápsula, embreado por mi propio nunca, o eso dicen—, solo es un muerto. Soloolor repulsivo que, por supuesto, a mí me es un único ser humano que se queda solo,daría igual, pues no he conocido nunca a na­ vagando en el vacío del espacio, hasta que eldie que le diera náuseas sus propios dese­ monóxido de carbono de su propia respira­chos, sino más bien lo contrario, gentes que ción lo sume en un sueño del que nunca seestaban encantadas de haberse apestado a sí despertará.mismos y de comunicar sus pestíferas atencio­nes a los demás. Es más aseguro así. Solo muere uno de ca­ da muchos miles. Traicionado por las corrien­ Sería divertido, sí, pero no lo haré. Tengo tes de taquiones. Perdido para siempre en eluna misión difícil y peligrosa que solo yo, o espacio. Estrellado quizá contra un asteroide.muy pocos como yo, podemos realizar. Tengo Hallados casi nunca. Muertos siempre. El es­mi propio molino al que enfrentarme y no es pacio es así, mortal como el mar. Pero así escuestión de ponerlo todo en peligro alertándo­ más seguro que si viajáramos todos juntos. Silos con mi suciedad. se estrellara todo un transporte, moriríamos cientos. En realidad, ahora mismo lo único quequisiera es quedarme dormido el resto del via­ Si les pasara a ellos solo morirían doce­je. A juzgar por la velocidad a la que despla­ nas, claro está, no sé porqué me da en la na­zan las estrellas, hace ya rato que estoy en el riz que nuestros transportes estarían muchoespacio relativista. Sí. Estoy seguro. Lo sé por más sobrepoblados que los suyos. Ellos via­las luces que se apagan, en medio de la negru­ jan juntos, tienen que viajar todos juntos pa­ra del espacio vacío. Veo luces y no son de es­ ra así poder montar una de sus misastrellas. Son las demás cápsulas, iluminando improvisadas, una de esas comuniones te­rostros tan cansados como el mío. Y se van lepáticas que les gustan tanto, que los haceapagando una a una, esperando que las reco­ tan únicos.jan y las lleven rumbo a Derridá. Al hogar deesos cabrones de piel coriácea cuya civiliza­ De momento.ción pienso joder. Me los imagino perfectamente: todos re­ clinados en sus asientos, hablando todos con Ellos no viajan así, por supuesto. Esos ca­ todos, pero sumidos en el más profundo si­brones no se retuercen y se hacen un siete en lencio durante todo el viaje. Sin poder leer, omedio de un espacio cerrado. Ellos viajan en ver una película, o sencillamente sumirse entransportes colectivos, todos juntos, todos sus pensamientos. Y cuando les fallara latumbados, todos en el silencio exasperante de hidráulica o cualquier otra mierda y su astro­sus conversaciones inaudibles e impensables nave se fuera a estrellar contra cualquier as­por casi todos nosotros. teroide en mitad del espacio, me los imagino a todos callados y sonrientes y cogidos de las Nosotros, en cambio, tenemos nuestras manos, con la angustia de todos rebajándosecápsulas. Todo para nuestra seguridad, pien­ con la calma que uno solo de ellos pudierasan ellos, y para la suya, claro. Pues nuestra transmitirles. Y todos morirían en silencio.seguridad es la suya y venderles nuestra fuer­ Porque esa mierda de la telepatía es algo másza de trabajo es la forma en la que su imperio que la forma en que se comunican. Es su reli­prospera y sus migajas nos alimentan. gión, es su orden social, es su vida y es su muerte. Dicen que viajar así es más seguro, aun­ En cambio, en una astronave de humanosque sea más incómodo. Que es mejor que la cosa sería completamente distinta. Nosean ellos los que controlen todo el proceso habría forma de leer un libro o de ver unadel viaje. Porque eso es lo que quieren. Tener película, pues todos estarían demasiado ocu­el control. Y por eso nos meten en estas cosasredondas, más pequeñas que la barca de ma­ 18

FUTUROSCOPIASpados charlando los unos con los otros en un —Muy bien, procedan entonces como he­guirigay inagotable; aunque a nadie le intere­ mos comentado. Ustedes busquen entre lossara en absoluto lo que cualquiera de los humanos que aún no han tomado su cápsula.demás quisiera decirse. Contándose sus vidaslos unos a los otros, escuchando las anécdo­ El condestable se dirigió a la consola ytas con la paciencia que otorga el saber que, apagó todas las pantallas, dejando al aduane­gracias a escuchar, te van a prestar atención ro y a él aislados del resto de la tropa.a ti a continuación porque lo que quieres esque te escuchen y en realidad te importa un —No se apure. Aún cuentan con los am­pito la vida de los demás. plificadores y se desplazan en parejas. Nada debería sucederles. Todo el rato hablando. Solo por el gustode hablar. Porque hablar es lo que nos hace —Sí, yo tampoco creo que el humano res­humanos. Y es lo que nos distingue de ellos. ponsable de esto siga en el astropuerto.Nuestra forma de comunicación también de­termina por completo nuestra realidad, como —¿Ha utilizado alguna vez las cámaras…?les pasa a ellos con la suya. Pero en nuestro —¿…de las cápsulas? No. Nunca. De he­caso, de una forma más noble. Que dos seres cho, se supone que no sabemos que existenhumanos se entiendan requiere de un gigan­ por respeto a sus derechos y a su intimidad,tesco esfuerzo por parte de ambos, y no solo aunque en realidad…porque hablen idiomas distintos, dialectos —…es un secreto a voces. Sí, lo sé. Con­distintos, o porque surgan malentendidos y tradice por completo los códigos éticos y mo­dobles sentidos, sino porque al final persegui­ rales de los humanos, pero ellos parece quemos una meta imposible, que es saber, real­ solo se preocupan por la ética a la hora demente, lo que el otro está pensando. Para cargársela, ¿verdad?ellos está tirado. Pero para nosotros, es un —Verdad. Además, si ellos quieren venirtriunfo de la voluntad humana que se sobre­ a Derridá…pone a la molicie plácida y silenciosa con la —…deben cumplir las normas de Derridá.que estos capullos se piensan los unos a los Y en Derridá no hay secretos para nadie.otros. —¿Cómo funciona? ¿Tiene usted…? —Con un código. Sí, tengo autorización. ¿Y si nos muriéramos? ¿Si el transporte Es secreto. Nadie quiere que se filtre que losse cayera y se estrellara en cualquier lugar? aduaneros se entretienen viendo a los huma­Pues gritaríamos, claro, de forma histérica, nos copular en sus cápsulas cuando creenabsoluta y universal. Como gritamos todo el que están solos, en la intimidad absoluta delplaneta cuando nos enteramos de que habían espacio.incinerado la atmósfera sobre Brasil y la ra­ —Muy bien. Esperaré abajodiación solar había hecho el resto. De rabia, El aduanero salió del centro de mando.de furia y sobre todo, de miedo, porque eran Inmediatamente, el condestable apagó lascapaces de hacerle algo así a los únicos de en­ pantallas de una manera un poco irracionaltre nosotros que se habían atrevido a saltarse —¿quizá un poco humana?— de forma mu­la prohibición impuesta a la especie humana cho más veloz de lo que hubiera sido espera­de viajar a través del espacio interestelar. ble en cualesquiera otras circunstancias. Pero la verdad es que le había trastornado su No nos querían aquí. No como seres li­ divagación, pues le recordaba a su padre y abres al menos. Les da miedo nuestra violen­ su abuelo, que terminaron sus días sumidoscia, dicen, pero en realidad les da asco que en la melancolía, extrañados de todos, en­gritemos cuando tenemos miedo y que nos cerrados en sus cuartos porque les resultabariamos cuando algo nos hace gracia. demasiado desagradable la reacción que to­ dos los demás tenían hacia sus estados de Ojalá pudiera hablar con alguien aquí ánimo y hacia sus divagaciones, tan extrañasdentro. Y echarme unas risas. como poéticas, tan empapadas de recuerdos de juventud como emponzoñadas por los sentimientos de la vejez. Les importunaba y 19

FUTUROSCOPIASles irritaba que los demás reaccionaran ante atacado. Tenía sentido. Aunque estaba desa­su tristeza intentando alegrarlos, como si dis­ consejado por mor de una elemental cautela,frutaran verdaderamente de estar a solas con no es que estuviera prohibido desconectar lossus pensamientos y con la tristeza que estos amplificadores. Durante un instante, sele producía, y reaccionaban airadamente —en quedó pensando si no habría pasado algo tanel caso de su abuelo, a veces de forma un po­ sencillo como que el aduanero muerto hubie­co similar a como se comportaban los propios ra querido poder pensar a solas durante unseres humanos—, rechazando el consuelo, re­ rato.chazando la atención y la alegría de losdemás, enfrascados en su propia búsqueda de Pero no. ¿Por qué iban a hacer tal cosa?la melancolía interior que solo existía dentro Y mucho menos dentro de un baño reservadode ellos mismos y que buscaban con un ahín­ a humanos. No era raro que fueran a los re­co digno de mejor causa. tretes humanos e incluso que los usaran. Eran incomodísimos, pero a la tropa le en­ No era la primera vez que el condestable cantaba pensar bromas sobre las necesidadeshabía caído en uno de esos vericuetos, dejan­ fisiológicas de los compañeros mientras sedo que sus pensamientos vagaran libremente aliviaban. Se consideraba algo viril. Él lo re­por cualesquiera sendas sin pensar en absolu­ cordaba también de los tiempos de la miliciato en quien estuviera a su lado, pero de mo­ como algo jocoso.mento solo había sido delante de su familia yhabía sido capaz de controlarlo. Que le suce­ Súbitamente se sobresaltó. Sus pensa­diera en público le resultaba vergonzoso. mientos habían vuelto a vagar sin que pudie­Más que eso: irritante. Y se descubrió a sí ra controlarlos. Esta vez hacia el pasado,mismo apagando los monitores de los ampli­ hacia los tiempos que había estado destinadoficadores de unimente, dejando a sus subordi­ en la Tierra. Y eso era peligroso. No era con­nados aislados de su silencio; pero en el veniente que recordara cuando se extralimi­último segundo, cuando la última de las pan­ taban con los humanos por puro placer. Portallas que permanecía encendida procedía a puro poder. No es que le fueran a juzgar porfundirse en negro, se dio cuenta de que dicho ello, ni se lo fueran a reprochar públicamen­fundido se producía al mismo tiempo que gol­ te, pero era mejor no pensar en ello y muchopeaba el panel. menos recordarlo como un período de tiempo de su vida en el que fue feliz. El condestable se quedó un segundo quie­to, asustado, repentinamente consciente de El condestable no pudo evitar pasarse lassu edad. Había golpeado realmente el panel. manos por el cuello. Lo tenía húmedo de res­La vergüenza de haber quedado expuesto le pirar. Se secó las manos y se concentró en lohabía conducido a la irritación por su falta de que tenía que hacer. Abrió la cartera y extrajoautocontrol, y esta había crecido en silencio, el paquete de códigos que debía consultar.sin que él se diera cuenta, hasta una verdade­ Rompió el sello y sacó uno al azar. Lo depo­ra rabia. Y durante ese segundo de miedo, se sitó en la consola y se guardó la cartera en elpreguntó si sus subordinados no habrían per­ abrigo. Mientras lo hacía se dio cuenta decibido en él esa rabia y habrían sido ellos los que lo había depositado torcido y la computa­que hubieran desconectado el amplificador, dora no lo leía correctamente. Lo cogió y lopor pudor de no pensar a su líder enfurecido, leyó. Se suponía que no debía hacerlo, si noavergonzado y temeroso por haber sido, no co­ conocía los códigos no corría el riesgo de quegido en falta, sino de haber detectado el pri­ alguien los pensara con él y los usara des­mer síntoma de aquella odiosa enfermedad. pués. Pero aquello le parecía absurdo. Solo tenía que teclear la opción de inutilización Respiró profundamente y pensó, durante una vez lo hubiera introducido. Además, leun instante, que quizá eso es lo que había su­ parecía una precaución excesiva. Si alguiencedido con el aduanero asesinado. Que hubie­ pensaba su código y lo usaba, aunque fuerara apagado el amplificador de unimente y por en secreto, todos los compañeros sabrían deello no habían podido pensarle mientras era su violación y nadie lo encubriría. Recibiría el 20

FUTUROSCOPIAScastigo que se merecía. La gente era libre de El condestable pensó que probablementepensar lo que quisiera y luego responsabilizar­ él y sus compañeros lo utilizarían para diver­se por ello, pero el Gobierno estaba empeña­ tirse y descuidarían la vigilancia, pero eldo en poner todas las precauciones para que aduanero decidió ignorar esa muestra de des­la gente no tuviera la tentación de cometer de­ confianza y concentrarse en la labor. Laslitos que luego confesara en público sin darse pantallas, al fin, se iluminaron. Las imágenescuenta. Era una epidemia y una degeneración trasmitidas desde tan lejos tenían un gran re­lo que estaba ocurriendo hoy en día. Con to­ tardo por la necesidad de la computadora dedos esos adolescentes cometiendo los críme­ recompilar el flujo de información, pero erannes más abyectos y luego suicidándose al muy claras. Aunque extrañas. Muy extrañas.tener que enfrentar que los demás pensaran La lente instalada bajo la luz de las cápsulascon ellos lo que habían hecho. Lo que tenía de eyección proyectaba una imagen deforma­que hacer la sociedad era recuperar una mo­ da, forzadamente esférica, como si se estuvie­ral más estricta y dejar a la gente que pensara ra contemplando una imagen a través de unlo que quisiera. cristal muy grueso, muy cóncavo, una imagen que se perdía en sus límites, de manera difu­ Cuando terminó de introducir el código minada, en la negritud infinita del espaciose quedó parado. De nuevo se sentía irritado circundante, como si se tratara de un cuadro,por lo que había estado pensando. Era inevi­ o de una fotografía, sobre la que un pintor setable, claro, con todas esas cosas que se hubiera dedicado a difuminar con un pincelveían hoy día. Pero nuevamente había empe­ mojado en tinta, o incluso a rallar el papelzado a divagar en soledad dejando que sus con una cuchilla, o frotando con el dedo.pensamientos le provocaran irritación. Co­ Cuando se veía una estrella, a través del me­mo su padre. Como su abuelo. Como si fuera tal transparente de la cápsula, esta se veíaun viejo. agrandada por la óptica, desplazándose len­ tamente mientras la propia cápsula avanzaba Pensó que lo mejor era no estar solo. Con a través del espacio a la espera de ser captu­más gente seguramente conservaría mejor la rada por la nave de recolección, y entonces,compostura. Encendió los amplificadores y cuando la estrella se acercaba al borde difu­llamó al aduanero para que subiera. Lo hizo minado, su tamaño y su brillo cambiaban dea toda velocidad y la puerta se abrió cuando nuevo, deformados por la óptica, y durantetodavía la computadora estaba desentrelazan­ un fugaz instante daba la impresión de que sedo las interferencias de la transmisión inte­ había vuelto más pequeña, más lejana, másrestelar. brillante, y que se alejaba a toda velocidad, como si hubiera acelerado de forma salvaje al —¿Nunca había visto esto?— preguntó el terminar de acompañar a los viajeros.condestable, sabedor de la respuesta. —Bien. Primero intentemos descartar a al­ —No, la verdad es que no. Nunca había te­ gunos de manera obvia.nido que utilizarlas. Naturalmente, nuncame había tenido que enfrentar a un suceso —¿Cómo?tan terrible como el que hemos vivido. Al condestable le encantaba poder actuar de cicerone de sus hombres. Era uno de los —Sí. Claro. Bueno, en realidad se usa muy pocos placeres que le estaban permitidos, ca­poco. Ya sabe que se supone que los humanos si en exclusiva, a los hombres de su edad.no tienen que conocerlo, claro. Pero la triste —Estamos buscando a una persona muyrealidad es que resulta mucho menos útil de fría. ¿No es cierto? Alguien capaz de asesinar,lo que todo el mundo pensó que sería inicial­ esconder el cadáver y fugarse sin mostrarmente. No le sorprenda si esta es la primera ningún rastro de emoción que pudiera aler­vez que realmente sirve para algo. tarnos. Alguien que ha cometido un asesinato así, lo último que va a hacer es comentarlo en —Entonces, ¿por qué se mantiene? No tie­ voz alta o presumir de ello— el condestable sene ningún sentido, condestable. Debería utili­zarse habitualmente. No podemos ponernuestra seguridad por debajo de los deseosde los humanos. ¿Qué más da si no les gusta? 21

FUTUROSCOPIASacercó al amplificador de programación mien­ —Vea. Eso es lo habitual, ¿comprende?tras le pedía al aduanero que levantara el se­ Ninguno de las dos especies lo dice en voz al­guro. ta, pero ellos tienen tan mala opinión de noso­ tros como nosotros de ellos —el condestable —Lo siento señor. Pero hemos de tenerlo intuía que aquello no era exactamente cierto;asegurado. Si no, no es raro que empiece a cuando estaba en la milicia le había sorpren­cumplir instrucciones pensadas sin querer. dido descubrir cómo los humanos tenían laLos turnos se hacen largos y uno... costumbre de hablar mal por mero gusto, co­ mo si sus palabras no significaran nada; hasta —...no es capaz de dominar sus pensa­ se insultaban y se decían horribles obscenida­mientos todo el rato. Está bien. Es una sabia des entre parientes y otros humanos que lesprecaución. Ábralo ahora por favor —el adua­ eran próximos afectivamente. La triste realidadnero así lo hizo, y el amplificador se desplegó. era que los humanos se referían a ellos conEl condestable pensó que se parecía a algunas los más terribles insultos sin prestarles másflores que había en las terrazas de las áreas atención que un leve desprecio nacido delde descanso. miedo y el resentimiento. La actitud de los derridanos hacia los humanos era bien dis­ —¿De veras? tinta, claro. —Sí. Vea ahora —el condestable se con­centró para que el amplificador pudiera pensar —Bueno, yo no es que tenga una malasus instrucciones con claridad. —Computado­ opinión de los humanos. No los odio, ni losra, haz una búsqueda semántica en los regis­ desprecio. Los compadezco por no tener ac­tros de expresión vocálica de los humanos ceso a la unimente, eso es todo. Y no me pa­presentes en las cápsulas de eyección. Lo rece mal que viajen a Derridá para trabajar.que vas a buscar, en concreto, es cualquier Lo que pasa es que son todos muy violentos.expresión despectiva o insultante referida a Reprimen sus emociones al no poder comu­nosotros. nicarlas y eso les hace así. Violentos y peli­ La orden era fácil, pero la computadora grosos. Pero no los odio. No tienen la culpa.comenzó a hacerlo proyectando las voces hu­manas a través de sus dispositivos de sonido, —No, claro que no —el condestable habíapor si el que la había programado quería com­ sido nuevamente pillado en falta, divagandoprobar sus avances. Tanto el condestable co­ en sus propios pensamientos, pero esta vezmo el aduanero se sintieron sumamente no le importó—. Pero como usted y yo pensa­molestos cuando el guirigay de conversacio­ mos, es muy habitual que echen pestes de no­nes, de voces roncas y voces dulces, de gritos sotros. Por eso estamos buscando justo loy susurros, de gemidos, de mezcolanza salva­ contrario. Alguien tan frío como el asesinoje de canciones y de risas, invadió la habita­ que andamos buscando no se va a poner a co­ción. mentarlo en voz alta. Lo guardará para sí. —¡Hazlo en silencio, maldita! Tratará de adoptar una actitud lo más sumisa La computadora obedeció, y poco a po­ posible para no llamar la atención, lo que in­co fueron apareciendo, en las pantallas, los cluirá una falsa ausencia de desprecio verbalseñalizadores de las cápsulas donde al­ hacia nosotros.guien había criticado, insultado o malditoa los derridanos. El condestable se volvió a mirar a las pan­ Casi todas. tallas para concentrarse en los tres únicos El aduanero se sintió desalentado por lo lanzamientos seleccionados por el ordenador.que pensaba había sido un fracaso. Pero in­mediatamente su desaliento se tornó en sor­ El primero era una familia de humanos:presa. una mujer y sus dos niños pequeños, que —Elimina todos esos de las cámaras. Vamos dormían profundamente, recostados en el inte­a observar solo los que no nos han insultado. rior de un gran saco de dormir acolchado que El condestable se volvió para mirar al jo­ habían traído con ellos, lleno de remiendos.ven aduanero. El segundo era un hombre viejo, calvo, que manipulaba un objeto hecho de madera y 22

FUTUROSCOPIASmetal, que sujetaba con las dos manos, y con hizo lo que pudo por sentirse comprensivo yel que emitía una sucesión de sonidos no vocá­ consolarlo, pero esto no hizo más que moles­licos dotada de un cierto orden matemático. tar al condestable.Al condestable no le resultaba desagradablela música, se había acostumbrado a ella, pero —No se preocupe muchacho. Al menosal aduanero sí, por lo que la computadora si­ me queda poco para la jubilación. Creo quelenció el micrófono de aquella cápsula. tiene usted razón. Además, los humanos con­ sideran que eso que llaman música es una El tercero era un hombre robusto, fuerte, forma de arte. Ellos también piensan que susde pelo largo y barba poblada, vestido con un artistas son especialmente sensibles, comoabrigo cruzado. Con una mano sujetaba una nosotros.bolsa para el mareo. Mantenía la otra cercade su boca, como si algo le resultara desagra­ —Y alguien sensible no puede ser mal­dable. Tenía el pelo mojado, que se concentra­ vado.ba en mechones empapados que caían sobresu frente. —No. Descartemos este y centrémonos en los otros dos. Primero el grande. —Bueno, acá tenemos a nuestro asesino—pensó el condestable—, sin duda es uno de —La cédula de identificación dice que esestos tres. ingeniero robótico doméstico. Trabaja para un servicio de reparaciones. Reside en el El aduanero no estaba tan seguro de esa complejo del servicio para el que trabaja y nodeducción, pero tuvo la educación de no insis­ sale de allí.tir sobre ello y aceptar el criterio de su supe­rior. Él pensaba que el asesino era el hombre —Por eso lleva tan poco equipaje. Esosgrande, de la barba. lugares son estupendos para los humanos. Tienen todo lo que necesitan en el mismo —Fíjese en su constitución, señor. Él solo edificio y no salen nunca salvo para trabajar.podría matar a uno de nosotros con las ma­nos desnudas. Quizá a varios. —El podría haberlo hecho. El condestable meditó durante un instan­ El condestable aceptó lo inteligente de lo te. Ciertamente era un hombre muy fuerte.que pensaba el muchacho. Realmente aquel No habría tenido problemas.era un humano enorme. Si quería esconder —¿Y los otros?su potencia física con el abrigo, se había equi­ —La mujer es técnico quirúrgico. Y susvocado, pues solo contribuía a hacerlo to­ dos hijos. Atiende los accidentes de trabajodavía más amenazador. Además, viajaba con de sus congéneres humanos.muy poco equipaje, lo que era extremadamen­ El condestable pensó que, si viajaba conte inhabitual. sus hijos, es porque estos dependían de ella, tanto económica como socialmente. Los hu­ Ambos se concentraron de repente so­ manos no dejaban a sus descendientes conbre el viejo. Y lo descartaron casi inmediata­ cualquiera. Otra desventaja de no poder pen­mente. sarse los unos a los otros. Entre los derrida­ nos, cualquiera podía confiar en cualquiera, —Su cédula de identificación dice que es pues podían pensarse si habían hecho algojardinero. Pero fíjese en sus manos, señor. En malo o no. Pero los humanos tenían que re­lo retorcidas que están, como si fueran raíces currir a alguien a quien conocieran desdede un árbol. hacía tiempo para dejarles al cuidado de su progenie. —Sí. Ellos lo llaman artrosis. Es similar —Si el aduanero asesinado hubiera obser­a nuestra sicarodia. vado algo raro en su cédula y se la hubiera quitado, habría perdido los medios para El condestable se frotó las articulaciones mantener a su familia. Eso es un buen motivode los brazos sin darse cuenta. Su padre y su para matar.abuelo habían sufrido de sicarodia en sus últi­ —Sí, señor. Pero es una hembra. Y son másmos años. Sus brazos habían quedado como débiles que los machos de la especie humana.palos, duros, y eran incapaces de doblarlos. —Lo lamento mucho, condestable, nosabía que estaba usted enfermo —el aduanero 23

FUTUROSCOPIAS El aduanero tenía razón. Pero él sabía que, no lo siento en absoluto. Y bien querría. Escuando se trataba de humanos, lo peor que verde. De un verde del cielo, robado al sueñouno podía hacer era fiarse de las apariencias. de mi infancia, traído al suelo de mis pies, y quiero pisarlo, como entonces, como cuando —Fíjese bien en ambos grupos. Él tiene su­ era una niña y andaba descalza y a mi alrede­jeta la bolsa para el vómito. Se ha mareado dor todo eran niños, descalzos, felices, que in­con el viaje y se siente enfermo. Hemos deduci­ cluso a veces reíamos al viento, al abrigo dedo que nuestro asesino es alguien frío, metódi­ los mayores, que querían que pensáramos yco, calculador. No alguien tan débil como para no jugáramos a ser niños hablando con el aire,marearse en un viaje y ponerse a vomitar. No, corriendo descalzos por el viento azul del cés­fíjese en los otros. Están durmiendo tranquila­ ped inagotable de la felicidad.mente. Como si no hubieran hecho nada. Pero no siento el océano en absoluto. —Demasiado inocentes. Tampoco lo sentí entonces. —Exacto. Computadora: cursa orden de —Voy a salir al jardín. No estaré lejos pa­detención contra los ocupantes de esa cápsu­ ra que puedas pensarme si me necesitas.la y notifica nuestras deducciones a las mili­ No lo sentí entonces, porque el traje mecia de Derridá para que los detengan. lo impedía. Plomo y aluminio sobre la piel, El condestable desconectó el amplificador sin carcasa ni escamas en el corazón, empa­de programación y dejó que su ayudante lo padas en sangre las dos cosas. Pensé en pisarasegurara. Acto seguido apagó las pantallas el océano como cuando era una niña, y misde las cápsulas. Los dos estaban mutua y com­ hombres me ignoraron, porque ellos tambiénpletamente convencidos de que sus deduccio­ estaban recluidos en sus recuerdos más lin­nes eran correctas y que habían dado con los dos, más felices, más de cualquier otro mo­asesinos. Al volver a conectar los amplificado­ mento, a una distancia ignota del presente.res del resto de los aduaneros del astropuer­ Aquel presente abrasado.to, intercambiaron rápidamente impresiones. Recuerdo el océano, verde, risueño, caí­ —A pesar de todo, mantengan la alerta y a do del cielo, con las vidas agotadas flotandotodos los humanos retenidos hasta que esa en charcos rojos, podridos de hierro al aire.mujer confiese en el interrogatorio. Si es nece­ Recuerdo la espuma sonrosada empapadasario, que el condestable del próximo turno de la sangre de los humanos. Su sangre esdetenga los convoyes que vengan de la Tierra. roja. Es tan extraña. Es tan hermosa. Y esYo voy a desplazarme en el próximo transporte tan horrible.hasta Derridá para asistir a los interrogatorios. Y daba gracias por no poder quitarme el El aduanero le aseguró que se encargaría casco, pues sabía que el olor sería insoporta­de todo, y el condestable notó claramente el ble, como lo es ahora el que exuda mi cuerpo,orgullo y la ilusión que le hacía poder estar al verdoso, pero no como el océano, sino con elmando temporalmente. verdor que roba el tiempo a la juventud para Al abandonar el centro de mando, el con­ tornar la piel lozana en yerto pergamino. Y no­destable se sintió también ilusionado. Pero to algo en los pies. La sábana inmanente, lano por haber tenido éxito en la captura, sino sábana que nunca se mueve de su lugar, puesporque el viaje en la cápsula de eyección le nadie salvo yo o quien me atienda podría ha­daría tiempo para poder estar solo. cerlo y ni yo puedo moverme ni quiero que Tiempo para poder pensar. me muevan. Solo quiero dejar de pensar en nada y en III. DERRIDÁ todo. Una vez un humano me contó que la vi­ da, para ellos, era hermosa cuando era larga. —Mamá, ¿estás bien? Que cuando eran viejos y ya no podían co­ Siento el océano en los pies, pero a la vez rrer, o amar, o flotar en el agua límpida y pu­ ra de su infancia, se sentaban en el porche, y bebían y recordaban los tiempos en que fue­ 24

FUTUROSCOPIASron felices. Y una vida larga da para mucha fe­ logía del perdón. Pero quizá perdieron sulicidad. mitología junto con aquel lugar gigantesco y aquellos millones de personas a las que deja­ Pero no es así en nosotros. Yo no quiero mos flotando, quemadas en su propia sangre,mi vida, ni larga ni corta. No la quiero ahora sobre un mar que seguía siendo verde bajoy llevo sin quererla mucho tiempo. Cuarenta un cielo del color de los neutrones.años pensando en aquella playa, de arenas le­vantadas por el viento, de silencio venido des­ Y yo lo pienso. Una y otra vez. Y esta vidade el cielo, dejando un azul de él mismo en el de galones y prebendas, de obligaciones haciaocéano teñido en rojo por la sangre de inocen­ los que me siguen, se repite a sí misma bajotes. Sangre que empapaba mis pies, que si­ una sábana de culpa.guen húmedos bajo esta sábana inmóvil, bajoeste sudario repleto de espuma nacarada y ¿Dónde está mi hija? ¿dónde está? Se haponzoñosa, que me baña los pies cubiertos de ido para no pensarme más. Llevadme a cele­tela y acero protector. brar la unimente. No soporto pensarme más la vida, recordar lo que hice, de lo que tuve la ¿Es esto la vida? ¿Tumbarse y recordar lo culpa. Llevadme a la unimente y que misque uno ha sido? ¿Sin nadie que lo piense con­ congéneres carguen con el peso de esta sába­tigo? Me pregunto si los hombres que bajaron na de culpa empapada en sangre derramadaconmigo a aquella playa piensan su vida co­ por orgullo.mo la pienso yo ahora, ansiando que alguienme fuerce a dejar de escucharme a mí misma. Llevadme a la unimente. ¡La unimente! Dejo el equipaje en la casa de acogida pa­ Recuerdo aquella estatua, en la cima de la ra humanos. Eso quiere decir que dejo la ma­montaña junto al mar. De lejos, parecía un gi­ gra mochila con las cosas que se supone quegante y por un instante pensé si no habría debo llevar al viajar pero que no tengo ningu­algún tipo de hombre del que no tuviéramos na intención de usar. Se las regalo. Les dejonoticia, algún titán invulnerable que hubiera toda mi vida, que cabe en una maleta. Les de­sobrevivido a la radiación que habíamos lan­ jo todas mis posesiones porque mi vida la lle­zado sobre aquel planeta solo por demos­ vo a cuestas en mis pesadillas. Que hagan untrar quién mandaba, solo porque se buen uso de ella.atrevieron a abrir el espacio sin permiso, so­ Tengo tiempo para ducharme, comer al­lo porque no queríamos su silencio, su pen­ go, cambiarme de ropa e ir al trabajo. Se su­sar mudo, su voz arañando el aire e pone que uno de los encargados de los turnoshiriendo nuestros oídos, acostumbrados al si­ en esta casa de acogida pertenece a nuestrolencio. Nos daba miedo su violencia, su pa­ grupo. O está de acuerdo con nuestro grupo.sión, su emoción incontenible, incontrolable, O alguien de Grenoble se folla a su madre,ingobernable; tan personal e independiente qué más da. Siguiendo la vieja regla de cual­como toda su sociedad. Nos daban miedo y quier organización subversiva que se precie,les prohibimos rasgar el espacio como hacían no puedo ni debo hacer el más mínimo inten­con el aire. Y cuando obedecieron a su pa­ to de contactar con él, de decirle nada, y esosión, les castigamos. Solo por demostrar que tengo ganas de decirle a alguien que dejoquién mandaba. Y salió mal. Salió tan mal. la cerradura de mi cubículo sin echar, queEso pensamos todos. Ellos nunca. Y tuvimos pueden entrar, abrir mi mochila y servirse deque ver el horror que habíamos desencadena­ lo que llevo en ella; que pueden quedarse mido bajo las faldas de aquella estatua gigantes­ vida entera, y de nada, hombre, no te moles­ca, con los brazos extendidos, con la faz tes en devolverme las pesadillas.barbada y el pelo largo. Un gigante de piedra, No quiero cambiarme, ni asearme, ni co­un coloso de cultura inmortal, que nos decía mer, ni nada. No quiero hablar con nadie, nivenid a mí, yo os perdono por lo que habéis cruzarme con nadie. Querría dormir un rato.hecho. Levantarme, largarme tal cual, llegar a la ca­ De eso me enteré más tarde. De que aque­lla estatua representaba su mitología. La mito­ 25

FUTUROSCOPIASsa y encargarme de la misión. Y punto. garles y no lo haces para que no te caigan Pero eso no es serio. No, si uno se precia más palos a ti y a los que viven contigo. Pero desde que llegué a Grenoble la rabia y el odiode pertenecer a una organización subversiva crecieron. O más bien, el odio sustituyó a lacomo Dios manda tiene que disimular hasta el rabia. Sí. Eso es. Antes sentía rabia, personalúltimo momento, hasta que todo acabe. Y solo e intransferible, tan rápida en arder como enserán unas horas más. Además, dudo que pu­ apagarse y ser sustituida por cualquier otradiera dormir aunque lo intentara. cosa, tan concentrada en un momento con­ creto como adherida a todos los recuerdos de ¿Dónde está el tabaco? mi vida. Pero lejos es distinto. Allí ves y lees No. No es prudente. Tengo que asearme y lo que les han hecho a otros. Y es muchocambiarme de aspecto. A estas horas ya peor. En mi tierra nunca bombardearon, porhabrán encontrado al fiambre del lavabo. Si ejemplo. Eso no solo causa rabia. Eso lleva alno me han detenido ni me han molido a gol­ odio. Porque ves que a alguien le han hechopes en la bodega del transporte es que no sos­ algo muchísimo peor de lo que a ti jamás tepechan de mí. No me extraña, con el aspecto van a hacer, pase lo que pase, y ni él se lo me­de pordiosero que tengo, nadie sospecharía de rece ni tú te mereces no recibir lo que él hamí. Hasta para los estándares humanos doy as­ pasado, y en el fondo no quieres cambiarteco. Y de eso se trataba, ¿no? De aparentar ser por él por nada del mundo porque es fácil re­lo más lamentable posible y cambiar de aspec­ cibir los golpes cuando te han dado unosto nada más llegar. Ese es el plan. Un plan un cuantos, pero no quieres que sea tu casa latanto simplón, pero del que ninguna organiza­ que reciba las bombas. Sí, claro, lo que dicesción subversiva que se precie ha podido dispo­ es distinto, eso es una de las cosas que les jo­ner con tanta sencillez como yo ahora mismo, de tanto, ¿no? que digamos cosas distintas demás que nada porque como no tengo inten­ las que pensamos y sentimos. Pero así somosción ni esperanza de volver... los humanos. Compadecemos a los nuestros, ¿O sí las tengo? nos solidarizamos con los nuestros porque En realidad no sé lo que va a pasar. Voy pre­ podríamos haber sido nosotros en vez dedispuesto a que me suceda lo peor. A que me ellos.maten o me encarcelen de por vida. A que me re­vienten la cara a palos o me apliquen la picana Pero en el fondo nos alivia que hayan sidoen las pelotas. Eso es lo que hace siempre la mi­ ellos en vez de nosotros.licia, así que ya me lo conozco. Desde que soy ca­paz de pensarlos, como a ellos les gusta Y a lo mejor es eso. Odiar al enemigo por­llamarlo, me ha dejado de importar, la verdad. que le ha hecho daño a tu compatriota es de­Antes sentía rabia cuando me insultaban o me bido a que te odias a ti mismo porque tepegaban por la calle solo para demostrar quién alegras de que se lo haya hecho a tu compa­mandaba, pero ahora me da igual, ahora ya los triota. Odiar es más fácil. Cuando te toca aveo venir, desde hace mucho tiempo preveo los ti… bueno, tú puedes perdonar. Tú puedesinsultos y los golpes y estoy preparado para re­ perder tu vida. En el fondo, a todos los quecibirlos, así que todo es más fácil y mi ira se estamos metidos en esto nos importa un ble­aplaca. do perder nuestra vida. O eso decimos. Pero No del todo, claro, si no, no estaría aquí. nos horroriza que se la quiten a los demás yPero sí un poco. Lo suficiente. ardemos en deseos de venganza cuando eso ¿Dónde coño he puesto el tabaco? Ah. pasa. ¿Es también porque nos alegramos deAquí. no haber perdido la nuestra o porque en el De hecho, es justo al revés, desde que fondo queremos perderla?dejé mi tierra, desde que dejaron de pegarmey ya no vi pegar a nadie más, desde que me Joder. Me estoy rayando. Tengo sueño yfui a Francia al entrenamiento, siento mucha no puede ser. No tiene sentido que me tumbemás rabia. En casa la rabia era inmediata, ins­ aquí a darle a la cabeza sin más. Tengo quetantánea, natural, pura: te pegan y quieres pe­ centrarme. Controlar mi mente para que no divague. Pero estoy cansado y no puedo tener 26

FUTUROSCOPIAScontrol sobre mi mente si estoy cansado. hace muchos años. Cuando me di cuenta de Otro pitillito. No, ahora no. Primero pin­ que no podía hacer nada para joder a estos hijos de puta. Luego, cuando me descubrie­charme. La mochila. Ahí está lo único que me ron, me hizo una ilusión tremenda. Le diointeresa. No es ilegal, ¿verdad? Esto no lo mi­ sentido a mi vida descubrir que podía perderran, ¿verdad? Ampolla, jeringa, máquina de la vida para dar sentido a mi vida. Qué cara­cortar el pelo, espuma, maquinilla y whisky. jal. Perder la vida para que mi vida tuvieraTodo lo necesario para el resto de mi vida. sentido. Alegrarme porque iba a poder perder la vida, porque así iba a cobrar sentido. ¿Y qué me pasará cuando me pillen? ¿Mematarán o me pasaré la vida en la cárcel? Me hubiera gustado morirme entonces.¿Me importa? ¿Qué es lo que prefiero? Morir Por eso me da igual morirme ahora. No eses mejor que vivir jodido, pero si muero nun­ que desee sacrificar mi vida. Es que en el fon­ca sabré si hemos triunfado. do, lo que no quiero es vivir. Si no me matan y me dejan pudrirme en una celda para siem­ Aquí. Pinchacito y ya. Venga, bien de pre, me da exactamente igual. Me moriré allí.whisky por el brazo. Total, la botella la voy a O allí languideceré sin hacer nada, como du­dejar aquí medio vacía. rante el resto de mi existencia hasta ahora, pero ya podré languidecer a gusto, o morirme Perfecto. La vitamina B12 hará efecto en a gusto, porque habré hecho algo útil con mibreve. Un poquito de whisky y otro cigarro vida.mientras la máquina de cortar el pelo va ha­ciendo de las suyas. Qué barbaridad. Qué pin­ Cagarme en estos hijos de puta. Así. Co­tas tengo. Y el caso es que parecía mayor así. mo ahora mismo. Sí señor. Joder, llevaba dosMás maduro. días sin soltar nada. Ya era hora de aliviarme el peso. Prefiero morir. Primero saber si hemos te­nido éxito o no. Y luego morir. Era lo que Voy a terminar de cortarme el pelo y adecía aquel tipo que tenía las mismas barbas afeitarme en la ducha mientras bebo whisky yque llevo yo ahora. En una revolución, se el estimulante hace efecto. O a beber agua ca­triunfa o se muere, si es verdadera. Hablando liente mientras me ducho con whisky.de barbas, mira que me jode, con lo que meha costado que me crezca. Y me queda bien. Total, lo que no gaste de mi vida se va aParezco mayor. Hace siglos que no me afei­ quedar aquí, para que quien quiera lo utilice.to. Mañana voy a tener la cara llena de gra­nos. Y en cuanto me salga la barba se me va a —Buenos días, señora.irritar. Y más con los golpes que me van a dar Uno, dos, tres.cuando me cojan. —Gracias, señora, con su permiso. ¿Dón­ de está el aparato? Pero ese es el plan, ¿no? Lo más elemen­ —S­Í­G­A­M­E­E­S­T­Á­E­N­L­A­H­A­B­tal de cualquier grupo subversivo que se pre­ I­T­A­C­I­Ó­N.cie es cambiar de ropa y de aspecto. Y esto es Cuatro, cinco, seis, siempre hablan iguallo más fácil. Ay, Dios, qué asco. Bah, es igual, de mal, siete, ocho, nueve, podían aprenderque lo limpie alguien. Total, yo no voy a nece­ mejor nuestro idioma, diez, once, doce, per­sitarlo más ni voy a volver por aquí. Así que fecto, trece, catorce, quince, esto es perfecto,puedo dejarlo todo de cualquier manera. dieciséis, diecisiete, dieciocho, esta casa está lejísimos de cualquier lugar, diecinueve, No. Eso es un error. Recoge toda esta ca­ veinte, veintiuno, y esta tipa no ve el momen­bellera que ahora se te ha caído al suelo y tíra­ to de largarse, veintidós, veintitrés, veinti­la al baño. Por mechones. Que si no se atasca. cuatro, perfecto, veinticinco, veintiséis,No puedo dejar rastro. Mira que me jode te­ veintisiete, ¿donde coño está? veintiocho,ner que ponerme a limpiar. Pero tengo que veintinueve, treinta, ah, aquí está.limpiar. No puedo fiarme de que de mi habita­ —Ah, aquí está.ción se ocupe el tipo que está con nuestro gru­po. Todo ha de quedar impecable. Y la verdad no es que me quiera morir. Laverdad es que me hubiera gustado morirme 27

FUTUROSCOPIAS —S­Í­É­S­T­A­E­S. con una vieja que está en alguna parte, tan —¿Y su señora madre? muerta de alzhéimer como podría estar cual­ —D­É­J­E­L­A­D­E­S­C­A­N­S­A­R­S­E­ quier otra persona en su misma situación.N­C­I­L­L­A­M­E­N­T­E­P­R­O­C­U­R­E­N­O­H­A­C­E­R­R­U­I­D­O. Bueno, la cosa no podría ir mejor, la ver­ Treinta y uno, treinta y dos, treinta y dad. La tipa se ha largado del todo de la casa.tres, cojonudo, treinta y cuatro, treinta y cin­ No solo no la pienso, sino que tampoco la veoco, treinta y seis, lárgate ya, treinta y siete, por la ventana. ¿Para qué se molesta en men­treinta y ocho, treinta y nueve, que te largues tirme si sabe que puedo comprobar lo que mejoder. ha dicho y averiguar que estoy solo? Es solo —E­S­T­A­R­É­E­N­E­L­J­A­R­D­Í­N. para guardar las apariencias ante mí. Supon­ Cuarenta, cuarenta y uno, cuarenta y dos, go que le habrán dicho que los humanos somoscuarenta y tres. despreciablemente hipócritas, que siempre Estarás en el bar poniéndote ciega, pija nos comportamos de una manera en públicode mierda, zorra hija de puta. Ya era hora de cuando en realidad pensamos otra cosa com­que te piraras. pletamente distinta. Pero, ¿y eso qué tiene Bueno. Lo primero la silla. Tengo que que ver con que se largue y deje a su viejaarreglarla. Que parezca que soy quien digo aquí? ¿Es que espera que me ocupe de ella oser. A ver qué coño le pasa. No anda del lado algo así? ¿Que le eche un vistazo? ¿Que me laderecho y la bomba de fluido pulmonar va a cargue y acabe con su sufrimiento y con lagolpes. Vale. Eso es el motor. Es fácil. Solo carga de ella?tengo que cambiarle el motor y ya volverá ainyectarle heroína a la vieja bruja cuando me No. Creo que es mucho más fácil.salga de los cojones. Pero voy a hacer las co­ Creo que la tipa está hasta las narices desas bien. Voy a hacer las cosas como las haría ocuparse de su vieja. Pero no quiere que ellala empresa para la que no trabajo. Cambio la se lo lea en la mente.válvula, el cable, el dispensador y el motor y Ja, ja, ja. En algunas cosas no son tan dis­les cobro más. Ja, ja, ja. Que se jodan. tintos a nosotros. Lo de las ruedas va a ser más curro, voy Bueno, lo de los rodamientos no va a sera tener que desarmar los rodamientos. tanto trabajo como pensaba. Me pregunto có­ ¿Dónde estás? ¿Estás ahí? mo será la vieja. Nunca he visto a uno de es­ ¡Eh! ¡Qué coño haces! ¡Cuidado con lo tos tipos enfermo. Lo he visto palmar, claro,que piensas! pero no languidecer en una cama consumién­ No. No está aquí. Ni está en el jardín. No dose hasta la nada. De hecho, nunca he vistola pienso dentro de la casa. De hecho, la he a nadie agonizar durante meses. El abuelopensado antes, un poco, mientras se ponía el palmó de repente. O no tan de repente. Enabrigo y salía a la calle. Debería haber oído la cierta forma, nos avisó de que iba a morirse.puerta de la calle si estas putas casas tuvieran Nos decía, los últimos años, que estaba hartopuerta. Las personas decentes tienen puertas de palear nieve y que un día de estos lo iba aen sus casas, ¿sabe señora? Las tienen para dejar de hacer para siempre. ¿Y cómo se can­que nadie pueda mirarlos mientras follan, o sa uno de palear nieve cuando es lo que habeben, o discuten, o se gritan, o se lo pasan hecho toda su puñetera vida? Uno nunca sebomba y son felices, no como vosotros, panda cansa de palear nieve. Es como cansarse dede degenerados metomentodos, que tuvisteis respirar.que venir a la Tierra para que os enseñára­ Pero había sido eso, ¿verdad? Él se habíamos qué es una cerradura. cansado de respirar. Seguramente se cansó Estoy solo. mucho antes de decírnoslo en voz alta. No Solo con mis pensamientos, con este ca­ nos dio la tabarra como hacen algunas vecescharro que tengo que arreglar para que parez­ los viejos con frases del tipo “Deja hijo, si yoca que solo soy un técnico de reparaciones y ya he vivido” o “Si total, para lo que me que­ da”. Él un buen día debió darse cuenta de que ya estaba harto de seguir en este mundo. Se 28

FUTUROSCOPIASlo pensó bien. Nos lo dijo de forma indirecta. respira, treinta y cuatro, treinta y cinco,Se fue a palear la nieve y se acabó. treinta y seis. Oh mierda. O a lo mejor, sencillamente, se cansó de Lo veo en su mente. Solo piensa en ello.palear la nieve. Esta vieja fue la que arrasó Brasil. —Ven. Tú que me odias. Oigo en tu mente Pero es lo mismo, ¿no? Cuando uno se todo tu odio por lo que hice. Ven y báñatecansa de algo que tiene que hacer obligatoria­ conmigo en esta sábana de memorias. Sientemente para poder vivir, de algo que es tan in­ conmigo la pesadez del pasado que cae comoseparable de vivir como respirar, es el fin, una manta de piedra desde los recuerdos más¿no? ¿Hasta cuándo puedes seguir respiran­ olvidados, los que con más esfuerzo traté dedo si el hedor te resulta insoportable desde esconder enterrándolos bajo el jardín delhace mucho? tiempo, plantando sobre ellos flores de vidas nuevas y caminos de lascas blancas sobre el Esto casi está. césped que condujeran al olvido. Y ahora me Realmente siento curiosidad por ver có­ emboscan. Cuando ya no tengo fuerzas paramo es la vieja enferma. ¿Y si echo un vistazo? defenderme de ellos y volverlos a enterrar,No debería. Es un riesgo innecesario. Supone surgen desde lo más profundo, removiendo laapartarse de lo que tengo que hacer y no es tierra putrefacta en la que han perdurado to­prudente. Si pudiera pensarme el plan, aun­ das estas décadas, trocando el jardín de mique solo fuera por un instante, y ahora mis­ vida en un paisaje destrozado, de tierras os­mo, por mucho que trate de distrarme curas y legamosas desparramadas sobre lasconcentrándome por completo en estos jodi­ lascas blancas, sobre las flores rojas. Tierrasdos rodamientos, no puedo evitar tenerlo ahí, oscuras de sangre. De vuestra sangre, que esen el fondo de mi mente, como algo que tengo roja como una flor de primavera.que hacer, que se acerca lenta e inexorablemen­ —Puta de mierda. Vieja asquerosa. ¡Note, como una tormenta, a la que ignoras por­ quiero escuchar tu mente! ¡Tú mataste a mi­que no quieres pensar que se va a joder el día llones de seres humanos!tan bonito que ha hecho hasta ahora, pero que —Sí. Lo sé. Lo recuerdo todo el tiempo.poco a poco va oscureciendo el cielo sin que te Sí, por favor, pon tus manos en mi cuello.des cuenta, y a veces piensas qué tarde es ya, Cierra con odio las garras de tu venganza.mira, si casi ha oscurecido, pero entonces mi­ Me lo merezco y lo deseo. El fin de mis re­ras al cielo y te das cuenta de que el sol sigue cuerdos.ahí, donde debiera, pero cubierto por una —Así que eso quieres, ¿eh, vieja puta?manta de nubes tan gris como las canas del Quieres que te asesine y te libre de la culpaabuelo, como cuando se cansó de palear nieve que te atenaza ahora que eres vieja y ya nomirando un cielo lleno de extraterrestres que tienes al resto de tus putos compatriotas parapodían acercarse en cualquier momento so­ pensarte lo guay que eres por meter en cintu­bre él, como una tormenta de nieve que ame­ ra a esos apestosos humanos a base de bom­nazara con cubrir de nuevo todo lo que ya bas de hidrógeno. ¿Verdad?había paleado. —Sí. Por favor. Hazme olvidar del todo. Uno, dos, tres, voy al dormitorio, cuatro, Tráeme el olvido a esta cama de recuerdos,cinco, seis, no puedo remediarlo, siete, ocho, estas sábanas que pesan como barro empon­nueve, pero no debo pensarla, diez, once, do­ zoñado.ce, no debo buscar pensándola, trece, catorce, —No. No voy a hacerlo. Eso sería cojonu­quince, eso sí que sería una cagada, dieciséis, do para ti. Pero no para mí. Mierda, mierda,diecisiete, dieciocho, ¿para qué me ha dado mierda. Esto no estaba en al plan. Joder, estoDios orejas?, diecinueve, veinte, veintiuno, es no estaba en el puto plan. ¿Quién iba a pen­mejor que siga su respiración, veintidós, vein­ sarlo joder? ¿quién iba a poder imaginárselo?titrés, veinticuatro, sus jadeos, veinticinco,veintiséis, veintisiete, ahí está, veintiocho,veintinueve, treinta, inmóvil en la cama, trein­ta y uno, treinta y dos, treinta y tres, apenas 29

FUTUROSCOPIASAhora esta vieja alcahueta sabe el plan. Tiene tú hiciste! ¿Entiendes, puta vieja asquerosa?que haberlo visto en mi mente como un espe­ —Sí. Lo entiendo. Y es así. Y así fue. Solajo. Sí. Como un espejo en el que has visto re­flejado lo que le hiciste a mi pueblo. Y eso con mi culpa durante meses. Casi durante unque nosotros no queremos ni la mitad de la año. Y luego, cuando todo se supo, nadievenganza que os merecéis. ¿Y ahora qué ha­ quería pensarme, nadie quería tratarme, na­go? ¡Mierda! Tengo que pensar algo. Tengo die quería estar conmigo. Mira a mi hija, queque pensar algo. Da igual que lo haga en voz me huye en cuanto puede porque no soportaalta, al fin y al cabo esta puta vieja ya me tie­ estar conmigo, pensando siempre en aquellosne pensado y bien pensado. Sin ti no puedo recuerdos que ahora son los únicos que meni acercarme a la puta ceremonia de unimen­ asaltan a todas horas. Sí. Ponme las manoste. Eras mi puta coartada para poder colarme en el cuello y quítame esta vida, pues nadaen vuestra jodida ceremonia, donde os puedo hacer para cambiar lo que sucedió enpensáis todos juntitos, y unirme a ella. Nun­ el pasado y no quiero seguir siendo cazadaca habéis pensado con alguien como yo. Con por él durante más tiempo.un humano. —No. Ya lo creo que puedes hacer algo. —Entonces, mátame si no te sirvo. Si no No sé si te limpiará la puta conciencia ni mepuedes cumplir tu plan, que es tan horrible importa. Esto es lo que vas a hacer.como lo que yo hice en ese lugar que llamasBrasil y que para mí no es más que una playa El condestable plegó de un golpe la porte­cubierta de espuma sanguinolenta, con el cie­ zuela del vehículo. Estaba irritadísimo y nolo que quemamos sobre ella. Si no eres capaz tenía las menores ganas de ocultar su enfadode creerme cuando te digo que no pensába­ a nadie. Le daba igual que los vecinos demos que sucediera aquello, que fue un error aquella urbanización oyeran antes los golpesde cálculo, que obramos asustados y furiosos, que propinaba a los objetos que la furia quedecididos a dar un escarmiento pero sin pen­ le rondaba desde un principio.sar en el dolor de los escarmentados; si nome crees cuando te digo que tratamos incluso Estaba cansado, por el viaje y por las dis­de ocultarlo, nosotros que no podemos ocul­ cusiones inútiles con la milicia. Él sabía, portar nada los unos a los otros, ni el más míni­ experiencia, que las milicias se rigen por pro­mo pensamiento, entonces mátame. tocolos rigurosísimos diseñados para evitar que alguien piense por su cuenta. Casi le da­ Así pasé sola años y años. Sola con mis ban ganas de reírse como hacían los huma­compañeros. Sola con los que sabíamos lo nos, a carcajadas ante las ironías estúpidasque habíamos hecho. Consolándonos los de la vida. Una raza de gentes que siempreunos a los otros, pero sin consuelo alguno. pueden saber dónde está la verdad obliga aSin ver a nuestras familias por miedo a horro­ sus cuerpos de defensa más poderosos a norizarlas y a extrañarlas de nosotros para pensar en absoluto, a actuar siguiendo un có­siempre. digo tan estricto como el de los humanos, a no dejarse desviar de sus protocolos por el —Pues no, no me lo creo. Yo sé muy bien pensamiento de alguien que no pertenezca aque sabéis lo que ocurrió. Y sí, sé que tratas­ las milicias. Era tan absurdo. ¿Por qué seguíateis de ocultarlo, cabrones, pero no funcionó. pensando en su juventud en la Tierra comoMe sorprende que las noticias corrieran antes un período de tiempo feliz si en las miliciaspor mi mundo que por el vuestro. Y no me todos eran tan cuadriculados entonces comodas ninguna pena, ¿sabes? Si te sientes culpa­ ahora?ble, te lo mereces. Y espero que te duela en elalma y que ardas en el puto infierno durante —Quizá precisamente por eso —se res­toda la eternidad. Ojalá vivieras mil años y te pondió. Porque en aquel momento daba igualsintieras culpable todo el tiempo, porque eso lo que pensara. Nadie le escuchaba. Así quees que lo que te mereces. ¡Porque no hay cas­ podía permitirse el gusto de dejar que sutigo suficiente para la gente que hizo lo que mente vagara libremente, sin rumbo, por 30

FUTUROSCOPIAScualquier senda. No como ahora, que tenía le había revuelto el alma y se había encaradoque controlar constantemente sus pensamien­ con el comandante sin pensárselo. Aunque eltos para no animar a sus hombres a hacer co­ viaje le había agotado y si hubiera estadosas incorrectas. Entonces solo era menos cansado quizá habría sido de otra ma­responsable de sí mismo y de nada más, pues nera.pensara lo que pensara las cosas se haríanigual. Cuando el mundo interior es lo único Y el comandante se había enfadado, clarorelevante, da igual que el mundo exterior sea está. Y lo había despedido con cajas destem­una dictadura asfixiante. Uno sigue siendo li­ pladas de su oficina. Y había hecho valer subre. Cuando no se puede pensar de forma es­ rango sobre el del condestable. Ahora la mili­pontánea, cuando existe una línea de cia se dedicaba a detener todas las cápsulas epensamiento marcada para todos por igual, interrogar a todo el mundo indiscriminada­cuando desviarse de esa línea de pensamien­ mente. Y dejaba a los aduaneros mirando.to, en público o en privado, es considerado pe­ligroso, entonces es cuando las democracias Pues al infierno con todo. El condestablese vuelven tan aplastantes como cualquier sabía que se había equivocado con su elec­otro régimen. ción, pero estaba seguro de que su razona­ miento era el correcto y estaba firmemente Si alguien le cazaba pensando así de la so­ decidido a llevar adelante la investigación,ciedad en la que vivía, corría el riesgo de que aunque le costara el rango.lo destituyeran, pero le daba exactamenteigual. Si no le habían arrestado después de Cuando llegó a la puerta del enorme cha­pensar delante del comandante de la milicia let al que se encaminaba se dio cuenta de quecon total libertad todo lo que opinaba de él, llevaba un rato pensando en silencio, muyno creía que le fuera a pasar nada en ese mo­ enfadado, frente a la puerta abierta, sin avi­mento. sar de su presencia. Otra vez más le había pa­ sado. Necesitaba descansar o se acabaría Pero es que aquel cretino había pegado volviendo loco. Pero ahora no podía aflojar.hasta a los niños. Tenía que terminar aquel asunto y hacerlo con éxito. Y en el fondo, sabía que la culpa era suya.Él había señalado a aquella familia como los po­ Abrió la puerta y entró en la casa. Pensó asibles sospechosos y él sabía muy bien los méto­ su alrededor en busca de alguien, pero nodos que gastaba la milicia. No eran ningún percibió nada coherente. Solo creyó pensarsecreto para nadie, aunque a los milicianos se una ristra de números y unas imágenes horri­les animara solo a ir a la ceremonia de uni­ bles que le causaron un profundo desagrado.mente con otros milicianos, no fuera a suce­ Estas eran tan intensas que le guiaron los pa­der que causaran estragos entre los sos hasta un salón parcamente amueblado,sentimientos de los civiles. Aquello era otro presidido por una silla de ruedas donde seejemplo de la degradación en la que vivía su sentaba una mujer muy anciana, avejentadasociedad. Cuando él era un niño no existían más allá de lo que el condestable había vistoesas diferencias de castas. Todo el mundo a nadie envejecer.pensaba a todo el mundo. Siempre había habi­do gentes que procuraban juntarse solo con Era la almirante Marédiva. El condesta­los que no pudieran reprocharles sus pensa­ ble supo esto enseguida, pero la verdad esmientos, pero estaba mal visto. Ahora, sin em­ que si no hubiera sido porque al pensarlabargo, las gentes no se comprendían los unos supo quién era, no la habría podido recono­a los otros porque nadie quería ponerse en el cer. Y eso que él la había visto dos veces,lugar de nadie. hacía muchos años, en la milicia, y ya estaba mucho más avejentada que lo que su edad Pero, ¿por qué habían pegado a los niños? dictaba. Si no habían confesado desde el primermomento es porque no tenían culpa de nada. —Sí. Recuerdo cómo murmuraban de míLa brutalidad que él mismo practicó en su día los milicianos. Es una costumbre con la que se es tolerante, ¿sabe condestable? Todos los milicianos se pasan el día haciendo chanzas 31

FUTUROSCOPIASirrespetuosas sobre sus comandantes. Luego venido acá porque este es el primer domiciliotratan de ocultarlas desesperadamente en la de su ruta de reparaciones para el día de hoy.formación y los comandantes olvidamos queles hemos pensado. —¿Por qué no ha usado la computadora para valorar posibles cambios en su rostro? —Le ruego me disculpe, almirante. No pre­ Ah, sí. El comandante se enfadó con usted ytendía ofenderla. lo echó. —A mi edad nada ofende, condestable. Us­ El condestable pensaba en aquella esta­ted, que aún es joven, debería aprender que tua erguida sobre la cima de la colina. De unsolo ofende e irrita aquello que permitimos hombre barbudo y con el pelo largo, con losque entre en nuestra mente sin querer. brazos en cruz dando la bienvenida, inmune en su pétrea sustancia al baño de radiación El condestable se dio cuenta del gotero cósmica que había asesinado a los hombres aque bombeaba medicamentos en su brazo, pe­ los que daba la bienvenida con su abrazo. Eraro ni siquiera los psicotrópicos conseguían de­ una figura mitológica muy importante paratener el flujo de memorias que se lanzaban los humanos, pero no recordaba el nombre.sobre él, las olas empapadas en espuma san­guinolenta, los cuerpos de miles de humanos —Cristo de Corcovado.flotando en el mar, muertos por la radiación —Gracias. No. Como usted piensa, el co­cuando trataban de huir rumbo al océano. mandante se ha enojado conmigo. Aunque yo me ratifico en mi opinión de que su compor­ —Por aquí no ha venido el asesino que us­ tamiento ha sido excesivo. Me ha impedidoted busca. continuar la investigación, pero yo sé que tengo razón. No sé por qué ese humano ase­ —No se deje llevar por las imágenes de él sinó al aduanero, pero sin duda lo hizo porque vea en mi mente, almirante. Ahora no sé alguna razón. Ansiaba llegar a Derridá, aun­qué aspecto tiene. que desconozco el motivo. Podría ser algo tan simple como un empeño reproductivo, o algo —Ah. Sí. Es verdad. Recuerdo esa costum­ tan vicioso como un atentado terrorista, nobre de los humanos. lo sé. —En realidad viene por la unimente. El condestable dejó que el flujo de sus pro­ —¿Cómo dice?pios recuerdos contrarrestara las imágenes —Sí. Viene por la unimente. Usted sede aquellas selvas arrasadas y calcinadas, de siente abrumado por las imágenes del horroraquel río gigantesco enlodado y atascado por que desencadené sobre la Tierra hace tantoslos millones de toneladas de materia orgánica años. A mi familia le sucede lo mismo. Tantoputrefacta que se deshacía en sus aguas em­ que ya no me soportan. Se habrá dado cuen­pantanándolas para siempre. Se concentró en ta de que ni mi hija, ni mi yerno, ni mis nie­lo que había encontrado en la casa de acogi­ tos están aquí, conmigo. Me dejan sola cadada: la mochila, la botella de licor, los restos vez más tiempo y no es la primera vez que unde cabellos en el baño. Recordó la impresión humano tiene que acompañarme a la cere­que le había causado el darse cuenta de la ver­ monia de unimente. Aunque intuyo que serádad. El hombre que buscaban, sin duda, era la última.el rubio gigantesco y barbudo que vomitaba —Pero, ¿por qué piensa usted eso? Noen la cápsula de eyección. Y ahora se había se­ tiene sentido. No lo entiendo. Los humanosgado todo el cabello del rostro. Lo llamaban no pueden pensarse entre ellos, y menos conafeitarse. Nunca entendió qué sentido tenía nosotros. Además, si piensa usted así, ¿poraquella costumbre humana en su cultura. Pe­ qué no avisó a nadie? ¿Acaso piensa usted...ro para ellos era una forma perfecta de ocul­ —...dejar que haga lo que debe? Sí. Piensotarse. No podía siquiera imaginarse cómo ayudarle a unirse a la unimente. Me ha pro­sería ahora aquel humano sin cabello en el metido que me matará.rostro. Quizá hasta se hubiera segado el cabe­ El condestable se sintió repentinamentello del cráneo. —¿No sabe entonces a quién busca, con­destable? —No, almirante. Ni qué aspecto tiene. He 32

FUTUROSCOPIASabrumado. La almirante no se valía de los psi­ por el brazo. Sanarán. No ha sido la mitad decotrópicos para controlar sus pensamientos y, lo que esperaba.al contrario, dejaba que corrieran libres haciaél. Pensaba en un jardín de flores, con el horror —Lamento que las milicias lo hayan mal­de la culpa enterrado en tierra embarrada bajo tratado.las lindas flores de la primavera. Pensaba en uncamino de lascas blancas, relucientes, rumbo a —Te he dicho que no te preocupes. Lo ha­cualquier parte de una vida ya sin finalidad en cen constantemente. Tú lo sabes bien, con­la que lo único que se ansiaba era escapar al pa­ destable, ¿verdad?sado. Pensaba en una playa llena de muertos.En algo que nunca se pensó que acabaría de —Sí. Lo sé bien.aquella manera tan horrorosa. Pensaba en esa —Bueno, ¿y qué?estatua, en la sábana de una cama que ahoga­ —¿Qué?ba con el peso de los recuerdos un cuerpo que —Sí. ¿Qué coño quieres? ¿Por qué coñono se rendía, como si quisiera condenar a la has venido a verme? ¿Quieres despedirte an­culpa eterna a la conciencia que dormía den­ tes de que me den el pasaporte para la Tierratro de él. Pensaba en uno, dos, tres, no te vuel­ sin cápsula de eyección?vas, cuatro, cinco, seis, capullo, siete, ocho, —No. No es eso. No creo que lo ejecuten.nueve. No tiene por qué preocuparse. —No estoy preocupado. El condestable no pudo girarse a tiempo, —Solo quería...pero supo quién era el que rodeaba su cuello —¿...felicitarme?impidiéndole respirar. —¡No! Eso no. ¿Cómo se le ocurre? —A mí no se me ha ocurrido. Se te ha IV. CELDA ocurrido a ti. Lo veo muy claro ahora. En el fondo no te parece tan mal. En silencio, el condestable respiró hondo —¡¿Que no me parece tan mal?! ¡¿Pero teantes de abrir la puerta. El cuello todavía le das cuenta de lo que has hecho?! Maldito hu­dolía, pero no tanto como el día anterior, mano arrogante y estúpido. Con el tiempo tucuando se despertó en mitad de aquella uni­ raza se habría integrado con la nuestra. Osmente inesperada y violenta que lo encontró habríais ganado nuestro respeto y nuestradebatiéndose de dolor en el salón de la almi­ consideración. ¡Con el tiempo! Los cambiosrante. sociales tienen su momento. —Que no siempre es el que a nosotros nos Finalmente, le hizo una seña al miliciano, gustaría, ¿no?que apenas le miraba, pues todavía estaba —Sí. Exacto. Las cosas no son siempre co­afectado por aquel dramático suceso que mo nos gustaría. Pero hay que ser paciente yhabía sacudido su civilización entera. respetar el orden. Si no... si no todo es... —...la revolución. ¡La puta revolución! Respiró otra vez y abrió la puerta del cala­ —¿De verdad no te das cuenta de lo quebozo. Frente a él, estaba el humano al que has hecho? Tú y los otros miembros de loshabía perseguido infructuosamente, esposa­ otros...do a la mesa. Con la cara llena de moratones —Ja, ja, ja, ja, ja.y el brazo izquierdo en cabestrillo. En silen­ —¡Cómo! ¿No lo sabías?cio. —No, joder. Qué bueno. —¿No sabías que había otros como tú? El condestable cerró la puerta. También —No, joder, me quedé KO enseguida. Enen silencio. cuanto me uní a vosotros. Y todavía me duele el tarro. Solo me acuerdo del susto que os di. —Ah, eres tú, condestable. ¿Te duele…? Bueno, sí sabía que había más humanos con —¿…el cuello? No. No me duele. No se capacidad telepática. Pero no sabía que fué­preocupe. ¿Y a usted? ramos tantos. Yo pensaba que lo mío era im­ —No te preocupes por mi puta cara. Ni portante. Que yo era especial. No sabía que 33

FUTUROSCOPIASfuera solo un eslabón de una cadena. Que hu­ —Sí. Seguro. Cuando el esclavo aprende abiera más como yo en otras partes de la gala­ leer y a escribir deja de ser un puto esclavoxia. ¡Joder, qué bueno! ¡No sabía que fuera humano y pasa a ser uno de los vuestros.tan grande! Ahora todos vosotros... ¿No? —Sí. Todos nosotros os pensamos a la —Ustedes no son esclavos.vez. Cuando vuestros telépatas, como tú los —Así nos tratáis.llamas, os unisteis a la unimente de nuestra —¿Cómo puede decir eso? No es cierto.raza en ceremonias dispersas por la galaxia. Y Os damos todo lo que necesitáis. Os damosconectasteis con vuestra raza en puntos distin­ más servicios de los que tenéis en la Tierra.tos de vuestro planeta. Os tratamos bien. —Tendríamos todo eso si nos levantarais —Las dos razas pensándose juntas todo el el yugo de no poder viajar por el espacio. Sirato. Fue glorioso, ¿verdad? nos permitierais hacerlo, nuestra economía podría prosperar por sí sola. Bien o mal, pero —No. No lo fue en absoluto. prosperaría. Y así nuestro mundo sería mejor —No, claro que no. No lo fue en absoluto. y no guardaríamos tantos sentimientos haciaEstáis tan orgullosos de vuestra igualitaria ci­ vosotros que tú encuentras tan desagradablesvilización. Estáis tan orgullosos de no ser ca­ ahora que los conoces. Claro, nos tratáispaces de mentiros los unos a los otros porque bien, porque pensáis que al no poderos pen­todos pensáis lo que piensan todos. Debió ser sar no nos damos cuenta de cómo nos des­un palo descubrir así, de golpe, que en reali­ preciáis. Jodéis nuestro mundo, jodéisdad no hacéis más que esconderos de los nuestra cultura, os cargáis nuestro idiomademás. Que buscar compartir las emociones tratando de sustituirlo por vuestro puto si­con los demás es también buscar reforzar los lencio, jodéis nuestras posibilidades de pros­autoengaños con los que os mentís delante perar viajando al espacio, nos despreciáis endel espejo. lo más profundo de vuestras conciencias, os —Nosotros no usamos espejos. pensáis los unos a los otros que nos lo dais —Pues deberíais. Deberías verte la puta todo cuando lo único que queremos es quecara que tienes, maldito extraterrestre. De­ nos dejéis libres.berías enfrentar de vez en cuando toda la —¿Para viajar al espacio? Pero eso nomierda hipócrita que escondéis. De nada sir­ puede ser. Eso simplemente no puede ser.ve que no podáis engañaros los unos a los —Vosotros lo hacéis.otros si todos dais por bueno que cada uno se —Pero no es igual. No es igual.engañe a sí mismo. —No, claro, vosotros no sois unos putos —No es verdad lo que dice. Me da igual lo humanos, ¿verdad?que pensáramos en la unimente su raza y la —No es igual. No es la misma situación.mía durante aquel instante en que consiguie­ Ustedes lo mezclan todo y han provocado unron llevar adelante su insidioso plan. Noso­ terremoto en nuestras dos sociedades. Lostros no les despreciamos. Ni les conquistamos cambios no pueden hacerse así.ni fuimos responsables de ningún genocidio. —Pero si tú mismo piensas que tu socie­Nosotros no sabíamos que su especie no dad apesta, que ya no es como era antes.podía resistir la radiación cósmica como la —¡De acuerdo! ¡Pero no era necesario quenuestra. Solo quisimos darles un escarmiento. asesinara a aquel aduanero, maldito sea! —Oh, claro, claro. Mírate. Como excusa es —Ya. Bueno.cojonuda, ¿verdad? No es que matarais a mi­ —Usted también pensó a su familia,llones de personas en el Brasil, la culpa es su­ ¿verdad?ya por no tener un cuerpo lo suficientemente —Sí. Bueno.fuerte como los vuestros. Me dais asco. —Y ahora se irá a la tumba entre estas —Esto no tendría que haber sucedido así. cuatro paredes acordándose del dolor que lesSi en vez de ocultarnos su telepatía, como us­ ocasionó.ted la llama, nos la hubieran mostrado, leshabríamos dado la bienvenida. 34

FUTUROSCOPIAS —Sí. ¿Qué queda ahora, Kalle? ¿Qué queda ahora? —¿Y? ¿Qué va a hacer al respecto? ¿Va a —No lo sé, condestable Rancor. En reali­hacer algo como la almirante para conjurar laculpa que ella sentía, llevándole de la mano a dad no me importa. No me importa unala unimente? mierda. —No sé. Morirme aquí dentro, supongo.Me quedan cuarenta años entre estas cuatro —¿Qué es lo que no le importa? ¿Pasar laparedes. Eso debería ser suficiente. No puede vida en la cárcel? ¿Haber dinamitado las re­haber nada más. laciones entre nuestros pueblos? ¿Haber ma­ —Es usted un asesino. Que piense que lo tado a aquel aduanero? ¿Todo junto? Quieroque le hicimos a su raza justifica sus accio­ comprenderle.nes, que asesinar a aquel pobre muchacho eraun paso necesario para conseguir un fin ma­ —Sí. En parte es todo eso. Eso es quiényor no lo hace menos horrible. soy yo. —Ey. Déjame con mis propios autoen­gaños, ¿vale? —Alguien a quien no le importa nada. —Todos nos autoengañamos al fin y al ca­ Que solo busca algo que realmente dé sentidobo, ¿verdad? a una vida vacía, aunque le suponga la muer­ —Sí. Qué coño. Todos lo hacemos. ¿Ves? te. Eso es lo que todos los humanos buscáis:Nuestras razas no se diferencian tanto. un sentido. Pues ya lo has encontrado. Pero —Sí. Ya lo veo. He de irme. Puedo traerle no te engañes a ti mismo. No eres ningún hé­algo. roe. —No. —¿Quiere que le quite los grilletes? —Supongo que los héroes somos todos —Eso estaría bien, sí. autodestructivos. Si no, no haríamos lo que —Se lo diré los milicianos. hacemos. Pero como te digo, ya no me impor­ —Gracias. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Te ta. No me importa en absoluto.vas a retirar como llevas pensando tanto tiem­po? —¿El qué? ¿Qué es lo que no le importa? —Supongo que sí. ¿Qué me queda si no? —Lo que penséis de nosotros. FIN 35

\"Primero el calzado protector. Después lasprotecciones de las piernas, pantorrillas ymuslos, comprobando especialmente el correctofuncionamiento de la articulación de la rodilla yla unión flexible con las botas de plastiacero.Protección de coxis y cadera, pectoral, brazos,casco, funcionamiento del visor y, por último, elsellado del cuello.\"

FUTUROSCOPIASBALANCE DE PODER Por J. J. Morillas Ilustración de Ricardo García HernanzSiempre y en todo lugar hay que con mi extraña amiga. Es duro estar en la re­ cultivar el deseo de tener sistencia. superpoderes. No tengo claro del todo de dónde viene. Eso al menos es lo que decía mi maestro. Apareció cerca del lago y muy desorientada. EsSegún él, si dedicamos todos los días un rato a normal, el lago tiene ese efecto sobre las perso­meditar en la idea de los superpoderes, si nos nas. Me encantan sus ojos grandes y sus pe­acostumbramos a tener esa sensación en la chos pequeños, y la manera que tiene depunta de los dedos, se llegará a convertir en al­ mirarlo todo con sorpresa, como si no recono­go natural que surgirá espontáneamente en los ciera nada.momentos de necesidad, y, sobre todo, duranteel sueño. Este es el mejor modo de dejar de te­ Desde que llegó la estamos tratando conmer a las pesadillas. La idea es que, en mitad flores de Bach y productos homeopáticos, losdel sueño, acuda en nuestra ayuda este deseo y restos de la Antigua Sabiduría que quedan enconsigamos, efectivamente, disponer de estos este planeta dejado de la mano de Dios. Un re­poderes en ese Otro Mundo al que vamos mien­ galo del cielo para los mineros. La mejoría estras dormimos. Armados con ellos no tendre­ lenta pero constante, cada día parece habersemos nada que temer. La idea es atractiva, y habituado más a su entorno.debo decir que he llegado a conseguirlo. Cuan­do estoy en mitad de una pesadilla, descubro Estamos esperando precisamente a un ti­que puedo volar, o lanzar rayos por los ojos, y po que pasa medicinas de contrabando. Últi­dejo de tener miedo. Incluso dejo de temer a mamente parece que los hombres lagartolas criaturas del agua. Su presencia es anuncia­ están especialmente nerviosos y cuesta másda por un charco que los precede y sobre el que trabajo conseguir algunos ingredientes. Lo ló­se mueven. En los peores sueños, se filtran por gico hubiera sido haberla llevado al Viejo, pe­debajo de las puertas por cualquier rendija. Pe­ ro ella no quiere saber nada de nuestrosnetra el agua y detrás van ellos. No importa sacerdotes.que sean más grandes que la abertura en cues­tión: si el agua entra, ellos van detrás con sus Pedimos algo de beber y nos sentamos alcabezas brillantes y sus cuerpos de lagarto. fondo, entre las sombras. La música suena un poco menos fuerte aquí, no hay altavoces en Ahora estoy en una taberna, tomando algo esta zona, pero aún así cuesta trabajo hacerse entender. Es viernes por la noche y los mine­ ros están gastando su paga ruidosamente. Mi­ ro sus manos, son delicadas, esta chica no ha 37

FUTUROSCOPIAStenido que hacer trabajos duros en su vida. Me Era una voz de mujer la que hacía la pre­pregunto a qué se dedicará. gunta. Pertenecía a un cuerpo invisible envuel­ to en negro, un cuerpo que tropezaba con —¿Sabes leer? frecuencia, pero lo bastante ligero como para —¿Qué? no hacer ruido. —Que si sabes leer. —Sí —, me responde sin mirarme. Su mira­ —Yonlenon es un cuento, una leyenda.da resbala sobre las cosas sin centrarse dema­ —Un poco de respeto.siado en nada desde que entramos en la —Es una historia del pasado, de antes detaberna. No mira a la gente a los ojos, apenas los primeros padres, de cuando la fundaciónunos segundos y retira la mirada en seguida. de la primera caverna y el sacrificio de los pri­Ha debido de pasarlo mal, pero si sabe leer su meros Ancianos. Algunos dicen que más anti­vida no puede haber sido mala. Quizá sea escri­ gua incluso.biente, seguramente le ha pasado algo que la —Yonlenon era un hombre con la miradahace desconfiar. Todavía tengo muchas dudas de colores. Era un ser de luz al que mataron.que resolver respecto a ella, pero tengo tiempo, —¿Quién lo mató?y bastante curiosidad. El Viejo dice que la me­ —Nadie lo sabe. Algunos dicen que losmoria nos sirve de modos extraños, que en rea­ hombres lagarto. Otros dicen que vino anteslidad no recordamos, sino que imaginamos los que ellos, y que volverá para llevarnos a todosrecuerdos. Yo no sé mucho de esto, pero supon­ a la luz, cuando deje de quemar y se pueda es­go que cuando recupere los recuerdos, querrá tar fuera.volver a casa. Quizá la acompañe. Estoy cansa­ —Era el Hijo del Ello, el Increado.do de todo esto, es posible que exista un lugar —Yo de eso no sé nada, pero le rezo. Nodonde los hombres lagarto no vayan, algunos viene mal.hablan de un lugar así. Pero nadie lo ha visto. —¿Qué es rezar?Ratgeb me ha dicho que cuide de ella, y yo así —Rezar es lo que haces cuando no puedeslo hago. hacer otra cosa. Pasado un rato, aparece la persona que —No lo entiendo.estábamos esperando. Es un tipo de mirada —En verdad eres una mujer diferente.huidiza que llega mirando a todas partes. No le —¿Porque no rezo?culpo, se sabe que algunos de nosotros pasan —Porque no te hace falta.información a los hombres lagarto. Cualquierapuede ser un colaboracionista. Samuel Reloj de Arena Pasos. Hijodecarpintero era En la oscuridad de la cueva un grupo de una de esas personasguerreros se mueve en silencio. Al menos tres que se comunican a basede ellos conocen bien el camino, no necesitanmucha luz para saber por dónde deben ir. De de no decir nada.tanto en tanto marcas fosforescentes indicanlos posibles giros, las rutas que no hay que se­ Todo su flujo de información consiste enguir. Voces de hombre. retransmitir obviedades. \"Llueve\", \"hace frío\", —Maldita sea, no me gusta, no me gusta \"acabas de pisar un charco\", \"hoy es juevesacercarme al lago. Salen cosas de allí cuando ya\". A partir de esto construyen un armazónno brillan las paredes. de hierba seca donde meten la convivencia y —Cállate de una vez, estás asustando a los lo hacen rodar cuesta abajo por terreno yer­demás. mo. Basta una chispa para que la esfera arda —¿Acaso no puede decir un hombre lo que de golpe con un flom sordo que no desprendepiensa en voz alta? ni luz y solo deja cenizas y aire con olor a que­ —Cállate o por Yonlenon que te hago callar mado.yo. —¿Qué es un Yonlenon? 38

FUTUROSCOPIAS Samuel era un hombre de todas las edades, Uro será su nombre, y su nombre será Uro.letra infantil (demasiado grande), gestos de vie­ El Anciano pronunció la frase con solemnidadjo, carácter cambiante entre la madurez y la in­ y todo el mundo aplaudió y vitoreó. Los padresfancia. se miraron y se abrazaron, muchos de los jóve­ nes gritaron contentos, sobre todo porque la Había una gran expectación ese día. Esa no­ ceremonia por fin terminaba y eso significabache toda la familia y algunos amigos irían con que el banquete comenzaría en seguida. Mu­el Viejo al Pozo de las Estrellas. Dentro del chos formaron con los dedos señales de bendi­complejo de las cavernas el Pozo era un lugar ción, para que los Guardianes del niñosingular ya que era el único sitio desde el que acudieran rápido a protegerlo. Los congrega­se podía ver el cielo. Era una enorme caverna dos comenzaron a dirigirse al lugar dondesemicircular que podía albergar al Pueblo ente­ tendría lugar la celebración.ro, y algunos caminaban muchas horas para po­der llegar, dependiendo de lo lejos que Se oyó un disparo. Gritos. Un alboroto alestuviera su comunidad. Varios cientos de me­ fondo, en la entrada de la caverna.tros por encima del suelo había una aberturapor la que se podían ver las estrellas de noche. —¿Qué sucede?De día, la luz abrasaba. —No lo sé, ¡corre! Un grupo de hombres lagarto estaba en­ Esa noche a su hijo se le iba a dar un nom­ trando por el fondo, disparando al aire y agi­bre. Irían todos a la caverna y el Viejo exami­ tando látigos neuronales. Solo tienen quenaría las estrellas, haría sus cálculos y daría al tocarte una vez con ellos para que no olvides lapequeño un nombre por el que todos le cono­ experiencia en toda tu vida. Cundió el pánico ycerían desde ese momento. Siendo la época del los invitados se dispersaron, las personas ma­año que era, el niño sería Dragón, por regir esa yores eran ayudadas por sus familiares. Todosconstelación (él mismo era Reloj de Arena) y buscaban la salida de la caverna.como su profesión era la de herrero, los apelli­ El anciano y su joven ayudante perma­dos del niño serían Dragón Hijodeherrero. necían en pie junto al altar. La gente podía verSolo quedaba que el Viejo le diera al niño un cómo esperaba investido de una tranquila dig­nombre propio que unido a los otros dos le nidad. \"Este hombre es un santo\", pensó Sa­acompañaría hasta el día en el que su cuerpo muel. Luego se marchó con su mujer y su hijo.dejara de funcionar y su energía regresara al Dos personas trataron de ayudar al viejo a salirCosmos. del escenario elevado donde estaba el pequeño altar de piedra, pero este se negó con una son­ Hacía casi un año que no había nacido ningún risa y les dijo que se fueran.niño. Las mujeres ya hablaban de amarres y ma­ Los hombres lagarto consiguieron arrinco­les de ojo, pero un buen día su mujer le anunció nar a un grupo aterrorizado de unas doce per­que no le venía la sangre desde hacía dos me­ sonas. Uno de ellos plantó una caja en el suelo.ses y que notaba la Vida agitándose en sus en­ De la caja partía un cable enrollado que termi­trañas. \"Sus entrañas\" fue el término que había naba en una especie de pastilla de jabón de co­utilizado. Es curiosa la influencia de las nove­ lor negro que se acercó a la boca. Empezó alas. El Viejo confirmó el embarazo, hizo una hablar en su lengua siseante. De la caja en elconsulta a las piedras, examinó la piel de un suelo surgió una voz innatural que preguntabaplátano y fijó la fecha del nacimiento. El parto por un hombre lagarto. La voz preguntaba si lose atrasó un par de días y casi le costó la vida a habían visto y qué habían hecho con él, y pro­Mara, pero aparte de eso y gracias a los Ánge­ metía castigos terribles para todos los habitan­les Guardianes, todo fue bien y ella se recuperó tes del asentamiento si no colaboraban. Side maravilla gracias a las hierbas que le dio el colaboraban, en cambio, les aumentarían laanciano y a los olores que el anciano le dijo que asignación de pasta de proteína.tenía que oler para calmar la sensación de de­ Comenzó el interrogatorio.sazón que le vino luego. Samuel estaba en casa con otros vecinos y amigos, todos con las caras largas. Lo que Él no había trabajado hoy. En el Nombra­miento había demasiadas cosas que preparar. 39

FUTUROSCOPIAShabía sucedido era una desgracia, mucho peor de una especie diferente. La cabeza se le llena­porque había ocurrido en el Nombramiento de ba de diminutivos cuando les veía jugar.Uro, su pequeño. Reloj de Arena rogaba porque no fuera un mal augurio. Su mujer pedía a Lara decidió que aquello le gustaba.la Madre Celestial que protegiera a su hijo. En la puerta de una casa un hombre mode­Ninguno de ellos entendía lo que había sucedi­ laba un jarrón de barro mientras en el portaldo. ¿Qué podrían saber ellos sobre ningún de al lado una mujer soldaba metales confor­hombre lagarto perdido? ¿Sería acaso un crimi­ mando una figura inútil. Tras un rato ob­nal fugado? ¿Estaban en peligro? La idea de servándola y tratando de entender su función,uno de ellos suelto por ahí, criminal hasta para Lara se atrevió a acercarse para preguntarlelos de su propia especie, les ponía los pelos de qué era. La mujer le contestó que era una figu­punta. Nadie recordaba que hubiera sucedido ra que representaba la Noche, que crece en elalgo parecido antes, posiblemente esto era solo interior de la Gran Caverna derramándose des­el principio de una historia funesta. Quizá nun­ de el techo. Lara no entendía, al principioca olvidaría nadie el nombramiento de Uro, pensó que se trataba de un mecanismo paraque sería recordado acaso por ser el inicio de controlar los ciclos bioluminiscentes de losuna nueva era de terror. hongos y lo miró muy interesada tratando de descubrir su funcionamiento y no hallando na­ Gritos. da familiar en él. Se sorprendió cuando se dio cuenta de que Son niños jugando. Dos días llevaba Lara el objeto era lo que aquella persona llamabaentre aquella gente, oculta en las casas de las \"arte\" a pesar de que en sí mismo no era esen­mismas personas que la encontraron, haciéndo­ cialmente bello, ni tranquilizador, ni inspirabase pasar por la hija del pariente de uno de ellos sentimientos comunitarios o representaba unque vivía en otro asentamiento. Lara se sentía oficio útil, o una tarea nueva que había quecomo si estuviera en su laboratorio observando emprender entre todos. Sintió ganas de seguiruna colonia de microorganismos a través de hablando con aquella mujer, pero en ese mo­sus máquinas. Sabía que eran seres humanos, mento Ratgeb la vio, se acercó a ella y se lapero al mismo tiempo aquellas gentes no se pa­ llevó aparte después de comprarle a aquellarecían en nada a las personas que ella conocía, mujer un pequeño colgante con la forma dedesafiaban sus ideas acerca de lo que era una una bestia felina con alas de mariposa parapersona. Lo que más le fascinaba, por supues­ distraer su atención. \"No deberías ir por ahíto, eran los niños. Ella apenas había visto nin­ mirándolo todo con la boca abierta\". Lara no leguno, solo cuando los llevaban al laboratorio prestaba atención, estaba mirando el colgante.para recibir alguna clase y que les hablaran a Conocía a aquellos animales y sabía que hibri­los pequeños iluminados sobre el tipo de cosas darlos era imposible, su genética era totalmen­que se hacían allí. Sus caritas menudas y aten­ te incompatible. Por otro lado había vistotas, los ojos abiertos, el rostro inexpresivo, im­ algún ejemplar de gato doméstico deambulan­pasible, la cabeza ladeada absorbiendo cada do entre las viviendas (algunas edificacionespalabra que les decían. Casi se podía escuchar fabricadas con ladrillos de barro, otras simplesel zumbido de sus cerebritos registrando y pro­ oquedades en la pared de la cueva), pero ¿ma­cesándolo todo. Aquí los niños eran algo dife­ riposas? Quizá hubiera algún tipo de polilla enrente. Una manada de pequeños monstruitos los campos encargada de polinizar, pero duda­gritando y persiguiéndose continuamente, inca­ ba mucho de que hubiera mariposas.paces de estarse quietos, aullando frases incom­ Estaba casi segura de que estas personasprensibles llenas de onomatopeyas y palabras no habían visto una verdadera mariposa en suinventadas, rodando por el suelo, llorando, vida. ¿De dónde había llegado esa informa­riendo. Vivos. Parecía que en efecto se trataba ción? ¿Existía un vínculo entre la Ciudad y lo que pasaba fuera de ella más allá de la farsa de los hombres lagarto? ¿O quizá era solo la ima­ ginación de la gente pintándole colores a la es­ 40

FUTUROSCOPIASperanza? Para Lara solo eran un ficha en la ba­ se veían por la ventana de la caverna condicio­se de datos de MADRE. Recordaba cuando tra­ naban sus vidas. En la Ciudad nunca le habíanbajaba en el departamento de fisiología hablado de nada así. Le parecía imposible quehumana, especializándose en flora intestinal ningún iluminado se hubiera dado cuenta deantes de que le asignaran su nuevo destino tra­ eso. Quizá fuera porque no se veían estrellasbajando con los hongos bioluminiscentes. Le desde la Ciudad. Las estrellas habían sido otroencantaba emplear sus tiempos muertos des­ descubrimiento (por eso le habían dejado el li­pués de la comida navegando por la base de da­ bro, con la mejor intención) aunque algunostos de criaturas de MADRE. Su nivel en la mirmidones que conocía ya le habían habladojerarquía iluminada le daba acceso a cientos de de ellas.miles de perfiles biológicos. Su nuevo destinole proporcionaba un acceso más limitado. Nun­ Quizá debiera hablar con algún iluminadoca le explicaron el motivo del cambio y ella sin­ a la vuelta, hacer pruebas. De todas formas, notió que la estaban castigando por algo. Quizá veía de qué modo la posición de esas lucecitasprecisamente por su excesiva curiosidad, aun­ podía afectar al carácter o incluso a los aconte­que sus actividades no estaban expresamente cimientos que podían suceder en la vida de laprohibidas. No hacía falta, a cada uno le daban gente. Ella nunca había oído hablar de recepto­acceso a determinados bancos de MADRE, se res en el cerebro sintonizados con su luz (y erasuponía que uno podía hacer lo que le dejaban su especialidad), ni sabía de mediciones dehacer. energía tomadas en la cueva y achacables a esas estrellas (aunque sí de los rayos cósmi­ Miró de nuevo a su alrededor mientras Rat­ cos). Si su influencia era tan notable, sin dudageb la guiaba de nuevo a casa perorando sobre alguien tendría que haber detectado algo. Sila necesidad de discreción. A pesar del atraso era posible que el cerebro fuera sensible a algoen el que vivían, parecían ser felices a su mane­ así (aunque los ojos desde luego eran sensiblesra. Aparentemente solo el miedo a los hombres a la energía, y los oídos y todos los sentidos,lagarto, que se llevaban periódicamente una pero los ojos también detectan la posición departe importante de la cosecha, suponía una otros objetos y la vida no parece verse afectadacarga, un peso intangible con el que todos por el lugar que ocupan los vasos en una mesatenían que convivir. Parecía que la vida giraba concreta el día del nacimiento de nadie y esoalrededor de esa circunstancia, de ese peligro que tanto su gravedad como la cantidad decompartido. En cada familia había una historia energía lumínica que reflejan son mayores quehorrible que contar relativa a ellos. Lara había las de las estrellas si la habitación está sufi­conocido muy bien a un mirmidón de los encar­ cientemente iluminada), quizá entonces tam­gados de tratar con los \"primates\". Sabía que bién fuera cierto que podía leerse ellos entrenaban para ser impacientes, para no pensamiento. Curiosamente esta gente creíatolerar el retraso. Podían vivir en sociedad solo que eso era posible, aunque nadie lo había ve­gracias a su educación (hay que entender que rificado nunca en persona. Hablaban de los ge­la palabra \"condicionamiento\" no figuraba en melos y de lo que sentían las mujeres respectosu vocabulario en aquel entonces y con ese sig­ a sus hijos. Las madres, qué curioso concepto.nificado). De vuelta en casa trató de leer un po­ En la Ciudad Solo estaba MADRE, todos losco a la escasa luz que proporcionaba una niños eran hermanos, todos eran hijos de labombilla eléctrica, incandescente. Lo supo por­ Ciudad. Para estas personas era admisible queque se quemó al tocarla. En la Ciudad las bom­ algunos niños estuvieran mejor alimentadosbillas proporcionaban una luz más fría, más que otros, o que se dedicaran no a lo que lesazul, y no desprendían calor. Le habían dejado fuera más afín, sino a lo que se habían dedica­un libro (una colección de hojas de papel encua­ do sus padres o, directamente, a lo que podían,dernadas de manera artesanal) sobre la influen­ cambiando de oficio a lo largo de su vida.cia de las estrellas en la vida de la gente.Costaba trabajo creerlo: estas personas de ver­dad creían que esas pequeñas luces lejanas que 41

FUTUROSCOPIAS Como tantos otros, aquel día terías y las unidades de soporte vital en la pro­Lara se dirigió al vestuario para longación de la espalda formando el apéndice al que coloquialmente llamaban \"cola\". El con­ empezar su jornada. junto parecía una especie de dragón sin alas o un hombre cocodrilo hecho de material bioplás­ En esa época estaba haciendo un estudio so­ tico verdinegro con refuerzos metálicos de co­bre los hongos bioluminiscentes de las caver­ lor bronce anaranjado.nas. Al parecer se habían producido ciertasmutaciones interesantes, una adaptación a las Activó los lectores del visor y recibió loszonas con poca humedad. Por casualidad había datos habituales. La habitación se convirtió enencontrado adheridas a los guantes de su traje un espacio azul claro, las ropas que se habíaunas pequeñas vejigas que contenían una espe­ quitado relucían en el suelo en un color amari­cie de gel. Le había llevado tiempo identificar llo pálido virando al azul conforme iban per­el origen de las vejigas, no aparecían organismos diendo calor. Era como estar en el interior desemejantes en las bases de datos de MADRE. la llama azul de un mechero de gas. La presiónHabía tenido que hacer comparativas de la es­ en el interior del traje era correcta según indi­tructura de proteínas para darse cuenta de su caba el parpadeo verde del indicador de inte­similitud con la de los hongos luminosos. Al pa­ gridad de sellado.recer, la vejiga era una adaptación desarrolladapara poder colonizar las regiones menos húme­ Ese día debía acompañarla Estela, otra ilu­das de las cavernas, aunque todavía no podía minada con el entrenamiento recién termina­descartar que en realidad se tratara de algún ti­ do, pero no había acudido. Lara simplementepo de colaboración simbiótica que implicara recibió la notificación de que ese día su com­otro tipo de organismo. Tendría que evaluar su pañera tenía una cita con su director espiri­potencial de aplicabilidad así como los posibles tual. No le habían ordenado expresamenteriesgos biológicos, infecciones y cruces no de­ abortar su salida, en parte porque probable­seados con la especie dominante y cultivada. mente no habrían comprobado que ese díaUna muy buena oportunidad para una joven tenía prevista y autorizada un incursión en lasiluminada como ella. cavernas, y en parte porque el protocolo indi­ caba de todas formas que había que salir siem­ Tras el desayuno en la sala comunal y la in­ pre acompañado. Claro que esa orden existíagesta ritual de los Fármacos Prescritos se diri­ claramente para protegerse de posibles ata­gió al vestuario. Se puso el traje pieza a pieza ques de los monos, esos seres subhumanos queusando solo la mitad de su atención. El hábito tan útiles resultaban como mano de obra. La­había automatizado sus acciones, pero cual­ ra pensaba ir a una zona desierta donde los si­quier error que permitiera el contacto con la mios no tenían nada que hacer. No habíaatmósfera exterior podía ser fatal. Los gases comida ni lugares apropiados para la repro­afectaban el equilibrio químico del cerebro y ducción y cría. Ningún cultivo, y por tanto na­conducían rápidamente a la locura de manera da de vegetación. Además estaba bastante lejosirreversible. Los Hermanos habían desarrolla­ de los lugares que solían frecuentar, así que nodo algunos tratamientos, pero su eficacia era había ningún peligro de encontrarse con algu­más que dudosa e implicaban largos periodos no de ellos. Además su salida estaba ya autori­de internamiento. zada, podían pasar días o incluso semanas hasta que la autorizaran de nuevo y su trabajo Primero el calzado protector. Después las no podía retrasarse tanto si quería presentarprotecciones de las piernas, pantorrillas y mus­ los resultados a tiempo de pedir la apertura delos, comprobando especialmente el correcto una línea de investigación prioritaria, confuncionamiento de la articulación de la rodilla tiempo de laboratorio y de computación sufi­y la unión flexible con las botas de plastiacero. ciente.Protección de coxis y cadera, pectoral, brazos,casco, funcionamiento del visor y, por último, Una vez vestida se dirigió al tubo de lanza­el sellado del cuello y el acoplamiento de las ba­ miento. La forma de su traje estaba diseñada para encajar en las ranuras del tubo. Ella solo 42

FUTUROSCOPIAStenía que arrodillarse en un arnés semirrígido cha a izquierda. Era incómodo y limitaba seria­dentro de la boquilla del tubo que basculaba ha­ mente su capacidad de visión, pero podríacia atrás al tiempo que apresaba su torso y sus bastar hasta llegar a casa. Los sistemas de co­brazos. Frente a su cabeza se situaba un man­ municación mostraban que no tenía cobertura,dril que saldría disparado con ella los prime­ pero era imposible saber si esto era cierto o siros metros y que luego se recuperaría gracias a estaban averiados.un cable de fibra plástica. Esto era una precau­ción para proteger su cabeza en caso de que hu­ Empezaba a lamentar haber salido sola esebiera algún tipo de obstáculo frente a la salida día. Se incorporó lentamente. En su muslo de­del tubo. recho había adherida una banda metálica flexi­ ble, del grosor y el espesor de las bandas Así que siguió todos los procedimientos de higiénicas de celulosa de los cuartos de baño.seguridad indicados, se colocó en posición y es­ Estas bandas metálicas se usan para señalizarperó a quedar totalmente horizontal y conecta­ y marcar paquetes, cofres de equipo o inclusoda al dispositivo de aceleración. El indicador vehículos. NO VOLCAR, decía esta en par­de llenado de la cámara fue ascendiendo lenta­ ticular. Qué gracioso. Debía de estar en elmente hasta completar la última rayita de la co­ arnés basculante y cuando se arrodilló no lalumna. Luz verde. vio. Fue suficiente para arruinar su perfil hi­ drodinámico. De vuelta en las instalaciones No se dio cuenta de que algo iba mal hasta pondría una queja. Qué demonios, buscaríahaber recorrido la mitad del tubo. Notaba un personalmente al culpable y le haría saber sutirón, una cierta resistencia en la pierna dere­ enfado. Soltó una blasfemia de la lista decha, pero no podía hacer nada conforme gana­ imprecaciones permitidas y realizó la secuen­ba velocidad, ya había sido lanzada. Le entró cia de respiradores del protocolo de autocon­el pánico, la deceleración podía pulverizarla al trol. Pasó a estudiar su situación con calma.salir. Por lo que podía ver, la reserva de aire estaba en orden y tenía suficiente para el regreso si se Llegó al final del tubo y salió disparada, pe­ apuraba. Luz roja. Maldición. La integridad delro en lugar de trazar una suave curva ascenden­ sellado se había visto comprometida, de hecho,te hacia la superficie del lago como debería sentía agua en su pantorrilla derecha; habíasuceder, se escoró fuertemente a la derecha, co­ una fisura en el aislamiento del traje. Su pri­menzó a frenarse rápidamente sintiendo cómo mer y peor miedo había sido que durante ella tensión traccionaba las junturas del traje exi­ tiempo que había estado inconsciente hubieragiéndoles el máximo. La vibración era terrible, penetrado en su traje parte de la atmósfera deen su cabeza se imaginaba hecha pedazos, sus la caverna, y que estuviera en riesgo de volver­restos flotando en el lago y devorados por los se loca por la intoxicación provocada por lapeces. Eran imágenes fugaces que se vieron sus­ mezcla de gases. Este era el peligro sobre eltituidas por una neblina roja. Lo último que vio que les advertían más seriamente en todos losfue el mandril que se dirigía contra su cabeza. entrenamientos, y se había hecho realidad.Sintió un fuerte golpe en el casco y perdió el Aplicó un gel sellante en su corva derecha, pe­conocimiento. ro probablemente el mal ya estaba hecho. Tenía que regresar a tiempo de que pudieran Despertó pasado un tiempo indetermina­ ponerla en tratamiento.do. Estaba tendida boca abajo en la orilla del la­go. Se desvaneció de nuevo. Continuó el chequeo. En su cola quedaba suficiente energía en las baterías para unas tres Todos los sistemas de soporte vital funcio­ horas, y reservas alimenticias para administra­naban correctamente. La prueba era que esta­ ción intravenosa automática suficientes para unba viva, para empezar. El reloj marcaba en día. Lo único que tenía que hacer era caminarfósforo verde 6 horas tras el lanzamiento, pero por la orilla del lago, llegar a un lugar con enla­el visor parpadeaba incontrolado, alternando ces operativos y utilizar su comunicador paraentre una imagen de colores fríos que delimita­ pedir ayuda. A estas alturas probablemente yaba la línea del agua en la orilla y el negro total,con una franja blanca de un tercio del ancho dela pantalla que se movía lentamente de dere­ 43

FUTUROSCOPIAShabrían notado su ausencia y habría un par de inclinando un poco el cuerpo, tratando de nomirmidones encargados de encontrarla. MA­ parecer amenazadora.DRE reaccionaba con rapidez en estos casos.Con un poco de suerte, el agua la habría prote­ La primera piedra llegó sin previo aviso egido (al fin y al cabo tenía las piernas medio su­ impactó en el lateral derecho de su casco sinmergidas cuando despertó) y quizá no llegara causarle ningún daño. La imagen de su visorsiquiera a experimentar síntomas. Esperaba dio un salto. Se puso blanca del todo y volvió aque así fuera, pero decidió estar preparada an­ la franja que lo barría lentamente de derecha ate cualquier perturbación de sus sentidos y su izquierda. Otras piedras siguieron a la prime­razón. ra. Rebotaban en su traje sin mayores conse­ cuencias, pero la cosa no pintaba bien, no tenía Tres horas después de haber comenzado su con qué defenderse y apenas los veía debido acaminata, bastante mareada por el mal funcio­ los problemas con su visor. Cuatro de ellos senamiento de su visor, escuchó por el sistema estaban acercando. Ella dio dos pasos atrásde sonido algo que la sobresaltó. Un pequeño instintivamente para dejar la roca a su espaldadesprendimiento de rocas por detrás y por enci­ y que no pudieran rodearla, obligándoles ama de ella. Cuando miró, vio una huella amari­ acercarse de frente. Estaba atrapada. El defec­llenta en el borde de la roca. Algo vivo había to del visor era una desventaja adicional y muyestado apoyado en ella. importante: si se movían rápido podían estar junto a ella sin que pudiera verles siquiera. Era —¿Hay alguien ahí? algo que no podía permitirse. Sopesó las posi­ No recibió ninguna respuesta. Se sintió terri­ bilidades. Al fin y al cabo seguramente ya esta­blemente sola en la caverna gigante, junto a ba infectada, el traje se había roto. Quizáaquel enorme lago subterráneo que era un pudiera quitarse el casco el tiempo suficiente ymar. Siguió caminando sin dejar de mirar a su luego volvérselo a poner. Quizá terminara loca.espalda de tanto en tanto. Quizá todo era pro­ De lo que estaba segura era de que si no se loducto de su imaginación; al fin y al cabo había quitaba, sería peor. Estos simios eran animalesfallado la integridad del sellado. Quizá sí había fieros y podían hacer gala de una gran feroci­respirado aire contaminado y estaba sintiendo dad si las historias que se contaban eran cier­los primeros efectos de la intoxicación. Sintió tas. En contra de todas las instrucciones quefrío y el estómago endurecerse. Por primera había recibido a lo largo de su vida, movió losvez empezó a temer por su cordura. Pero eso dedos con rapidez y liberó las sujeciones delque acababa de escuchar volvía a ser piedras ca­ casco justo cuando se abalanzaban sobre ella.yendo. Miró a su espalda. Nada. Volvió a girar­ Golpeó en la cara al primero de ellos, que re­se. Se sobresaltó. La pantalla averiada de su trocedió llevándose las manos al rostro. Losvisor dejaba ver, a ambos lados de la línea blan­ que avanzaban por los flancos le hicieron unca que se deslizaba por su visor, una silueta na­ barrido golpeando la parte de atrás de sus ro­ranja y morada, encorvada y monstruosa. De dillas y tirando a la vez cada uno de un brazorepente vio su camino bloqueado. Había cinco hacia atrás. El cuarto de ellos colocó sus rodi­figuras en total, sin traje y sin transpondedo­ llas sobre su pecho y la inmovilizó contra elres, desnudas, atroces. Tenían que ser monos. suelo con el peso de su cuerpo. Su casco se le —¿Qué queréis? No tengáis miedo, no voy escapó y rodó. Ellos soltaron un grito ahogado,a haceros daño. pero el que estaba sobre ella levantó una pie­ Lara habló sin pensar en que no podían dra con la intención de estampársela en la ca­entenderla. Lo único que recibió como res­ ra. Tuvo tiempo de sorprenderse antes y depuesta fueron los acostumbrados gruñidos gu­ cerrar los ojos anticipando el impacto sin creerturales sin sentido que emitían estos lo que veía.primates. Alargó su mano hacia el pequeñocompartimento de almacenamiento de la es­ —¡Alto!palda y sacó una fruta (un lujo, un placer pri­ Era el quinto de los monos. Había hablado,vado que había decidido llevar en su había entendido lo que había dicho. Era impo­excursión). Se la acercó alargando el brazo e sible. Estaba loca. 44

FUTUROSCOPIAS El golpe no llegó a producirse. Volvió a —¡He dicho que quietos! ¡Nadie se mueveabrir los ojos. Aquello no eran monos sino hom­ si yo no lo digo!bres; vestían de un modo extraño, pero eran hu­manos como ella. Esta increíble verdad se abría —¿Me permites? No voy armada.paso en su cerebro levantando nubes de interro­ —¿Qué quieres hacer? No intentes nada ra­gantes a su paso. La única explicación lógica ro o por el honor de mis muertos que te...que se le ocurría era que el aire contaminado —Solo quiero coger eso y comprobar unahabía terminado por imponerse a su sistema cosa.nervioso y sus defensas mentales. A pesar de —Está bien, pero no intentes escapar o teello, se dio cuenta en un fogonazo de que esta­ mataremos. Quiero que entiendas tu situaciónba pensando racionalmente. ¿Era eso la locura? con claridad: eres nuestra prisionera.¿Se podía estar loco y emplear la lógica? Las dudas se disiparon cuando le permitie­ ron colocarse el casco de nuevo. Al ponérselo, —¡Quietos! ¡No le hagáis nada! Enamel, le­ comprobó que el visor seguía estropeado, yvanta. Tú, no hagas ninguna tontería. que le mostraba la imagen habitual del calor de los cuerpos, pero que los receptores de soni­ Ellos estaban tan sorprendidos como ella. do alteraban las voces. Tras un par de pruebasDejaron que se pusiera en pie pero se mantuvie­ se dio cuenta de que los sonidos de pasos o lasron cerca, rodeándola, y tocando su cuerpo con piedras se escuchaban con normalidad, perosuspicacia. que no sucedía lo mismo con las voces. Eran modificadas, en lugar de voces humanas lo que —Su piel está fría. se escuchaba eran los habituales gruñidos que —Es dura y suave. siempre había atribuido a los simios. Se quitó La mujer estaba bloqueada. No entendía lo el casco estupefacta y se lo alargó al hombreque sucedía. Si lo que siempre le habían dicho que había impedido que los otros usaran lasera cierto, tenía que haber enloquecido por cul­ piedras sobre su cráneo. El hombre lo mirópa de los gases, estaba alucinando a todas esas con curiosidad y se lo puso con cierto temor enpersonas y la conversación entera. En realidad la mirada, pero con seguridad. Se lo sacó alestaba ante simios que simplemente gruñían, instante y ella le animó a que se lo colocara deera su mente la que imaginaba las preguntas, nuevo sin dejar de hablarle. Cuando se lo vol­las respuestas, las miradas de incredulidad de vió a quitar simplemente le dijo que toda la vi­los medio primates. A lo peor se encontraba to­ da le habían hecho creer que ellos erandavía en el agua, con el casco puesto, imaginán­ animales.dolo todo. Pero la riqueza de los detalles era —Toda la vida he creído que erais lagartosincreíble. Y coherente. No parecía que cambia­ esclavistas procedentes de otro planeta. Tene­sen en el tiempo, no percibía variaciones. La mos que contarle todo esto a los Ancianos.empuñadura del cuchillo que sobresalía del cin­ Lara también sentía que tenía algo queturón de uno de ellos era siempre la misma. La contar, pero primero quería saber más. No es­reconocía cada vez que aparecía. Y si eso era taba segura de qué estaba pasando, de por quéasí, era porque la comparaba con una imagen los receptores de sonido tergiversaban las vo­de su mente. Y si era una imagen de su mente ces y solo las voces o por qué usaban visorespero ella estaba loca, ¿notaría las incongruen­ que no proporcionaban una imagen real. Du­cias o la locura consistía precisamente en per­ daba de que la dejaran salir, o preguntar. Desuadirse de que un pedazo de irrealidad estaba repente tuvo miedo de los mirmidones que sinencajando sin fisuras en la auténtica realidad? duda la buscaban.Solo lo real puede concebir la realidad. Pero lo —Ven con nosotros, no te pasará nada. Tereal también concibe irrealidades. De hecho, es lo prometo.lo que sucede la mayor parte del tiempo, sin si­ Lara asintió insegura. Estaba a punto dequiera estar loco. dar un paso que cambiaría su vida, tenía esa Lara hizo un movimiento, alargando el bra­ sensación en la boca del estómago.zo hacia su casco, caído en el suelo a pocos me­tros. Uno de los hombres la golpeó por laespalda, haciendo que cayera de rodillas. 45

FUTUROSCOPIAS —Pero antes tenemos que conseguirte algo que se fomentara en los ciudadanos. Orgullode ropa normal. No queremos que nadie te ape­ por el trabajo bien hecho, placeres inocentes.dree a primera vista. Los Ancianos sabrán lo La gente hablaba de las cosas que entendía, noque hay que hacer. sabían que quisieran cambiar nada. MADRE cuidaba de todos y las agujas de la catedral Juntos caminaron hacia lo que llamaban el presidían las vistas desde cada plaza y cadaSector 3. Antes de llegar a la zona principal de avenida, con sus torres a medio construir. Lascavernas esperaron escondidos mientras le obras de la catedral no se acababan nunca, lle­traían algo de ropa. Lara se extrañó de estar vaba mil años creciendo de un modo orgánicoahí y de confiar en esa gente con tanta naturali­ y se discutía a menudo, constructivamente,dad. En realidad no veía más opciones. No sobre los nuevos añadidos y cómo debería serpodía olvidar lo que había descubierto; de el siguiente paso. Se retrocedía con frecuenciaalgún modo, ese conocimiento había cambiado cuando había consenso y se deshacían partessu existencia para siempre. Quizá de todas for­ para volverlas a construir. Era un trabajo co­mas llevaba tiempo pensando que algo no enca­ munitario y voluntario, los ciudadanosba en su mundo y, por primera vez, tenía acudían con frecuencia para hacer ejercicio ypruebas sólidas de que efectivamente algo se conocer gente, era una buena forma de encon­les estaba ocultando. trar pareja. Ya disfrazada, se fue con Ratgeb a su casa. El Hermano Albión tenía prisa. Cruzó laRatgeb era el joven que la había defendido o, al plaza sin mirar a los lados en dirección al edifi­menos, que había decidido con suficiente rapi­ cio. Al entrar, respondió vagamente al saludodez que valía la pena esperar a saber más antes de los ciudadanos que estaban trabajando. Al­de matarla. gunos artistas estaban atareados con las escul­ turas de la entrada. Habían liberado un tramo Los edificios refulgían muy amplio de los bajorrelieves de la portada y iluminando la plaza en mitad estaban colocando planchas con otros nuevos. La catedral era un centro social, un lugar de del ciclo diurno. reunión donde periódicamente un Hermano les daba pistas para entender su vida. Y siem­ La ciudad tenía su propio cielo desplegado pre había alguien de guardia en caso de quedesde un horizonte situado en el suelo. Los ciu­ alguien sintiera desasosiego y necesitara con­dadanos se dirigían a sus quehaceres, imáge­ versar. La felicidad era un derecho social y unanes sonrientes recorrían la superficie de los responsabilidad de todos.edificios a tamaño gigante distribuyendo la do­sis de felicidad del mediodía. Mensajes motiva­ Albión atravesó la zona pública y secionales, referencias a lo buenos que son los adentró en los corredores reservados solo a losfármacos de MADRE, noticias relacionadas Hermanos. Recorrió los pasillos, tomó el as­con un nuevo tipo de cultivo rico en sales mine­ censor y llegó a su despacho en la planta 23. Surales, las excelencias de las nuevas lámparas de asistente le estaba esperando y se puso en pieluz solar para interior. Sutiles referencias que en cuanto entró.abren el apetito, se acerca la hora de comer,que todo el mundo coma al mismo tiempo —Buenos días.encierra grandes ventajas , la importancia de vi­ —Buenos días.vir según un horario amable y regular. Formas —¿Ha comido ya? ¿Le puedo ofrecer un re­abstractas que se retuercen a lo largo de las fa­ frigerio?chadas, música insípida y agradable, fresca. Hi­ —Cualquier cosa me valdrá.giénica. Fuentes con surtidores de agua —¿Ensalada de algas con queso de soja?micronizada para refrescar el ambiente. Nadie —Perfecto. ¿Se sabe algo de la mujer?sabe de dónde venía el agua, ni a dónde iba des­ —Continúan con la búsqueda. Han en­pués; la curiosidad no era una característica contrado una banda de señalización en una de las orillas del lago. Parece poco probable que haya llegado ahí por casualidad. Sospe­ 46

FUTUROSCOPIASchan que pudo encontrarse con alguno de existían las clases sociales como tales. Igual­los monos. dad de oportunidades absoluta. Las únicas di­ ferencias eran genéticas (que no eran públicas) —¿Hay rastros de lucha? y educativas, pero no encasillaban al ciudada­ —Es difícil saberlo. No hay restos de ella ni no en una clase que tuviera que competir conde su traje. otra, simplemente orientaban su futuro y le —¿El transpondedor? colocaban en el camino de su desarrollo den­ —Apagado. tro de una de las Categorías. Al no existir la fa­ —¿Sabemos algo del Anciano de la colonia milia, no había problemas de herencias, nide Arcadia? privilegios heredados, ni conciencia de cla­ —Le hemos enviado un mensaje, no hemos se. Todo el mundo se dedicaba a desarrollar­recibido respuesta todavía. se en el ámbito para el que más aptitudes Albión se sentó en su butaca y se conectó tenía, y la teoría decía que eso aseguraba laal terminal de MADRE. felicidad. —Avíseme si descubren algo nuevo, deje lacomida sobre la mesa. Puede retirarse. Los Iluminados eran los poseedores del —Bien, si me necesita envíeme un mensaje conocimiento técnico. Química, ingeniería,por la mensajería instantánea. biotecnología, procesos de fabricación, diseño de sistemas... Estos ciudadanos mantenían y En el principio fue el Huevo. recreaban continuamente la estructura mate­ rial de la ciudad y todos sus sistemas. El trans­ Él nunca conoció más padres que a los Her­ porte, la iluminación, el reciclado y losmanos. procesos que se llevaban a cabo en el Exterior. Los Elevados eran artistas. Se encargaban de Era hijo de dos ciudadanos modélicos, con dar placer a los sentidos. Se encargaban del ar­genes de calidad. Los Hermanos solo elegían a te, pero sobre todo del entretenimiento. Eranlos suyos de entre los genes más selectos, y los que proporcionaban actividades para la re­siempre en función de sus necesidades. En la lajación y el disfrute solo o en compañía, encolonia habían resuelto hacía tiempo los proble­ actividades destinadas a estrechar las relacio­mas de estabilidad social. Los recursos estaban nes sociales. Música, espectáculo, imágenes,demasiado limitados, y la existencia era lo bas­ combinaciones creativas de sabor, de olor o detante precaria como para disipar energías y es­ tacto, el sexo, los seriales de televisión, pelí­fuerzo en competiciones internas. El contrato culas, exposiciones, exhibiciones, diseño desocial aceptado en la Ciudad de Plata eliminaba competiciones deportivas... de todo ello se en­la mayor parte de las tensiones anulando la pa­ cargaban, convenientemente aleccionadosternidad. Ganarse el derecho a reproducirse desde pequeños siempre con el objeto de crearera considerado el más alto honor, pero nadie comunidad.sabía quién era hijo suyo. Investigar sobre ladescendencia era una vergüenza. Y un delito. Los Comerciantes se encargaban de llevar a cabo y regular todos los intercambios de bie­ Los hijos eran separados de los padres al nes entre ciudadanos. El comercio y la pro­nacer. A los siete meses y mediante operación creación privada estaban prohibidos.quirúrgica indolora se extraía a la criatura delútero materno. Tratamientos hormonales eran Los Mirmidones eran los responsables deaplicados a los padres para que no desarrolla­ mantener el orden y de proteger la Ciudad.ran amor químico por sus hijos. La alegría de Eran los únicos que sabían manejar armas, pe­la concepción y los dolores y el triunfo del par­ ro también eran los exploradores y los pilotos.to eran sustituidos por el prestigio y el recono­ Entre sus funciones estaba la de controlar acimiento social, y también por un leve los primates para que realizaran su trabajo.incremento de las retribuciones. No existía di­ferencia de clases en origen. De hecho, no Eran estos, los primates, los monos, las bestias (se les conocía por diversos nombres), los encargados de las labores físicas como el cultivo o la minería. La fuerza de trabajo bruta 47

FUTUROSCOPIASque realizaba las labores que no llevaban a ca­ seño, y cuanto mejor respondía y más perfec­bo personas de verdad o robots. No formaban cionaba sus habilidades, mejor y más completauna categoría porque no eran personas. Habita­ era la imagen que tenía del mundo que susban fuera de la ciudad. No tenían acceso al inte­ hermanos habían creado.rior del recinto, que se realizaba mediantetúneles sumergidos muy por debajo de la super­ No fue educado intensivamente, aunqueficie del lago. La ciudad estaba construida en por supuesto los conocía, en los saberes parti­una isla, y era inaccesible desde fuera. culares de las otras categorías. Él fue elegido para progresar en la Vía del Vacío, la médula del Ninguna Categoría era mejor que otra, to­ conocimiento secreto. Con los años fue ascen­das eran iguales y necesarias. Aunque una de diendo dentro de los grados de la orden. A losellas, por supuesto, era más igual que las otras. treinta años formaba parte del Colegio de Pri­ mados. A los treinta y tres, era elegible para Los Hermanos Oblatos se encargaban de Patriarca. Nadie había estado nunca tan cercala vida espiritual y social de los ciudadanos. de conseguir la Capela, el tocado distintivo pa­Eran sus jardineros. Ellos controlaban la nata­ ra la cabeza que distinguía al Patriarca. Perolidad, eran los únicos que estudiaban las prohi­ por supuesto, esos estúpidos eligieron a otro.bidas ciencias sociales y los que diseñaban la Consideraban que todavía era demasiado jo­convivencia y la política. Entre sus miembros ven y le sonrieron paternalmente para darlehabía expertos adiestrados en las especialida­ ánimos. Tenía que estar contento de haber lle­des de las otras Categorías; era preciso cono­ gado hasta ahí a su edad. Eso solo ya era sufi­cerlas para un buen diseño de la sociedad. cientemente importante, tenía suficienteClaro que los expertos técnicos además lo eran mérito. Los expertos en propaganda le explica­en control y sistemas de comunicación, y las ar­ ron que su juventud no casaba con la imagentes en el lenguaje de los Hermanos se llama­ de padre venerable que la gente esperaba de suban propaganda. patriarca; siempre habían asociado la sabi­ duría con las barbas. Tendría que esperar otros Por supuesto, la arquitectura también era veinte o treinta años para tener de nuevo unasu competencia. Cada ciudadano vivía y existía oportunidad. Ese tiempo pasaba rápido, habíaen el espacio creado por ellos. mucho que hacer, todavía podía aprender más cosas para cuando le llegara el momento, que Los que se formaban con los Mirmidones nadie ponía en duda.después se convertían en sus mandos. Pero Albión a esas alturas ya conocía el Se­ Las relaciones entre los ciudadanos eran creto Último, la Verdad Final de la Vía deltotalmente libres, sin importar su sexo ni el Vacío, que no era otra que la de que la Historianúmero, ya que el objetivo de los empareja­ era una gran mentira. La Humanidad podía te­mientos era conseguir estabilidad emocional y ner una antigüedad de eras, pero la sociedadfelicidad, no reproducirse. No obstante, el ma­ de la Caverna y la Ciudad de Plata tal y como layor honor y máximo reconocimiento (no escri­ conocían no tenía más de doscientos años, porto) para un grupo de ciudadanos era saber más que con el fin de proteger a los ciudada­que su hijo era un oblato. Este es el único dato nos se les hiciera creer que eran los herederosque conocerían sobre él en toda su vida. de una forma de vida milenaria y que la Tradi­ ción, superviviente de los mares del tiempo, Así que el Hermano Albión era uno de los dirigía sus vidas. ¿Cómo podía ser así si la res­pocos elegidos para pertenecer a la Categoría tauración humana apenas contaba con un parmás selecta que, aunque gobernaba al resto, de generaciones de antigüedad? Al principiosiempre se presentaba a sí misma como servi­ pensaron en llamarla la Vía Oscura, porquedora y no como rectora. pretendía asegurar la sociedad mediante el se­ creto, pero luego se pensó que en una ciudad Es importante conocer estos detalles, si no de luz la referencia a la oscuridad podría tenerpara disculpar al Hermano Albión, al menos pa­ connotaciones negativas.ra entender por qué hizo lo que hizo. Pasó su in­fancia rodeado de seriedad y trascendencia, fueamaestrado en el ritual y el rigor. No recuerdamucho de sus juegos de infancia, salvo quesiempre eran educativos. Le mostraron el Di­ 48

FUTUROSCOPIAS La información de la que disponía, y por Vacío. Ningún otro ciudadano sabía lo que eratanto la Verdad, no iba mucho más allá de esa una guerra ni había oído hablar de ella. Noéépoca. Al parecer, antes vivían en la superfi­ contó qué le había llevado a emprender el pro­cie del planeta, quizá incluso en la de algún yecto que hizo que las pocas personas que tu­otro. Había habido algún tipo de cataclismo, vieron conocimiento de él lo consideraran ununa enfermedad, una guerra terrible, ham­ loco. Quería salvar no solo a la humanidad, si­bre, crímenes. Enfermedad y radiación. Cosas no también a todas las especies animales den­inconcebibles que las personas se hacían a sí tro de su artefacto, al que llamó por algúnmismas y a los otros luchando por el control motivo el Arca. Una copia de cada animal y dede los recursos. Quizá escasearan por causa cada planta. Dedicó todos sus recursos a la so­del cataclismo, quizá la lucha venía de antes y lución de este problema. Pronto quedó clarohabía sido su causa. La historia es confusa en que salvar físicamente a estas criaturas aloján­los detalles que antecedieron a la Restaura­ dolas en algún sitio quedaba descartado porción. El caso es que sucedió algo terrible a es­ cuestiones elementales de espacio, logística ycala global que dejó inhabitable su pequeño variedad genética suficiente como para poderplaneta, su antiguo hogar, que tanto les había repoblar el mundo una vez el peligro hubieracostado colonizar. La cuestión es que alguien, pasado. Noé llegó a la conclusión de que la me­un elegido por supuesto designio divino, un jor manera de salvarlos era como información.paranoico o simplemente alguien un poco El corazón de su creación albergaba una in­más lúcido (los historiadores asignan estas ca­ mensa base de datos con el código genético detegorías muchas veces dependiendo del resul­ cada ser que poblaba la superficie (o al menos,tado de los actos y no de las motivaciones), de muchos, los Hermanos solo podían es­vio venir de algún modo el peligro que se ave­ pecular sobre este punto y sobre el resto a par­cinaba y decidió hacer algo para dar una se­ tir de la narración de Noé). Llamó a esegunda oportunidad a la humanidad. Esta sistema de información MADRE: Matriz depersona, a la que llamaban Noé —aunque su Datos Relativos al Entorno.nombre se confunde con el nombre de su pro­yecto—, diseñó un modo de sobrevivir al de­ La base de datos contenía también unasastre y edificó en el centro de una isla, compilación de saberes y el diseño de un buensituada a su vez en el centro de un lago oculto número de máquinas. Dotó a su obra de pe­en las profundidades de la tierra, una cons­ queñas fábricas modulares, pequeños robotstrucción indestructible de la que surgiría un factoría móviles, tanques de crecimiento, nu­nuevo orden. trientes e invernaderos para el cultivo de los primeros alimentos. Los pequeños detectores Tenía la forma de una cúpula geodésica y exteriores fueron distribuidos por toda la ca­estaba construida con plastiacero de alta resis­ verna, diseñados para controlar un enormetencia. Era totalmente hermética, no entraba rango de parámetros ambientales, bioquímicosni salía materia de ella. Únicamente intercam­ y patológicos, y estaban orientados para trans­biaba información con el exterior mediante un mitir por láser la información a un enormesistema óptico enlazado con dispositivos detec­ procesador. Programó las máquinas para quetores situados en las inmediaciones. Contaba ejecutaran ciertas rutinas cuando se cumplie­con su propia fuente de energía (una pila de fu­ ran determinadas condiciones en el exterior ysión) y estaba llena de máquinas. así, cuando estas se dieron, algo despertó en el interior del refugio, se cerraron los primeros Noé dejó un registro escrito de algunas de circuitos, se encendieron las primeras luces,las causas que habían llevado a los hombres a circularon los primeros fluidos. Era una gransu extinción, al menos su interpretación de los apuesta a ciegas. Cuando todo estuvo maduro,hechos, que por ser la única que se conservaba, un rayo de luz coherente de alta energía rom­también constituía La Verdad. Contenía esas pió el corazón del Refugio.palabras terribles cuyos significados se intuíanpero que ni siquiera existían fuera del vocabula­ En el principio fue el Huevo, y de su interiorrio de los Hermanos iniciados en la Vía del surgieron los primeros Hermanos, decididos a 49

FUTUROSCOPIAScrear un mundo nuevo que no cayera en los vie­ reunía las condiciones adecuadas, lo tomabanjos errores. consigo y se lo llevaban de viaje para que cono­ ciera a los Ancianos, que siempre vivían en un Albión sabía todo esto. Sabía que los Siete lugar apartado e inaccesible, muy lejos de laprimeros se enfrentaron a la tarea de inventarse comunidad. Un lugar secreto y terrible. Prohi­un mundo nuevo. Ellos diseñaron el sistema de bido. En realidad lo llevaban consigo a la Ciu­Categorías, el control de la natalidad, la ausen­ dad de Plata para que fuera educado en la Víacia de familias. El sexo sería un placer al alcance de la Bestia, alteraban su mente y su cerebrode todos, era preciso anular los problemas deri­ con las técnicas que conocían y lo enviaban devados de los instintos biológicos en la medida nuevo a su comunidad pasado el tiempo parade lo posible (aprendieron de los textos que que ayudara al Anciano en las labores religio­cuando el cuerpo piensa, el cerebro se apaga, sas y, llegado el momento, lo sustituyera.que la biología actúa siempre antes que el inte­lecto). La procreación sin permiso en cambio También se encargarían de proporcionarlessería un delito, y un imposible: la dieta y los cierta tecnología, lo básico para que pudieranfármacos se encargarían de evitarlo. Dedica­ llevar a cabo sus tareas y sus trabajos. Con elron toda su vida al diseño de este nuevo mun­ tiempo, los responsables de mantenimiento dedo feliz. los equipos se constituyeron en una especie de cofradía. Llevaban a cabo su tarea basándose La principal exigencia del nuevo mundo era en su relación directa con las máquinas, sinel secreto sobre el pasado y las circunstancias comprender los principios subyacentes. Mez­de su nacimiento. Pronto llegaron a una parado­ claban ritual con experiencia, no era raro queja de crecimiento. Por un lado necesitarían comenzaran su trabajo \"despertando\" al espíri­grandes superficies de cultivo y trabajadores tu del motor con su bastón rúnico y que traspara las minas. Por otro lado, necesitaban una cambiar una pieza quemada por otra sacada desociedad controlable, reducida y en la que todo otra máquina ya rota, pasaran la noche velan­el mundo tuviera todo lo que deseara y deseara do junto al motor, sumidos en la contempla­solo lo que ya tuviera. Cuando razonaron que ción y la acción de gracias.también necesitarían un enemigo controlable,tras muchas discusiones y simulaciones llega­ Todo eso surgió del Huevo el día que el lá­ron a la idea de los simios, los hombres que ser lo partió en dos. Surgió un plan, de la fami­harían esos trabajos fuera de la Ciudad de Pla­ lia de los desesperados.ta, lugar en el que los verdaderos hombrespodrían vivir en paz para siempre. Puede pare­ Lo más importante que hay quecer absurdo e incluso infantil, pero estos siete recordar para pasar por unsabios eran esencialmente inocentes, nunca hueco angosto es mantener lahabían experimentado la naturaleza humana calma.en el entorno humano. Si te pones nerviosa la cavidad del pecho se Para controlar a su vez a los monos, elabo­ expande. Hay que mantener la calma, reducirraron la mentira de los hombres lagarto. Los ex­ el ritmo cardíaco, bajar la respiración hasta esecluidos tendrían a su alcance el conocimiento punto en el que casi te duermes y todo se rela­mínimo, la tecnología indispensable para reali­ ja. Entonces puedes pasar.zar su trabajo y poco más. Nunca podrían seruna amenaza. En lugar de ciencia, les darían Esto es lo que le explican a Lara los otrosesoterismo. Se creó la Vía de la Bestia. Los mo­ hombres, con su ayuda consigue atravesar lanos tendrían sus propios sacerdotes (los Ancia­ pequeña oquedad que les lleva a un corredor alnos) para pacificar sus mentes. Estos hombres otro lado.elegirían de tanto en tanto un bebé de su comu­nidad, preferiblemente con algún rasgo o mar­ Las paredes de la cueva se alzaban en­ca de nacimiento que permitiera luego claustrándolos, el corredor no tendría más dereconocerlo. Lo tomarían consigo y lo edu­carían. Llegado el momento y si el discípulo 50


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