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Curso de Bonsái. Tema 1. El Cultivo como Herramienta

Published by marjaldelmoro, 2021-08-22 11:05:45

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CURSO DE BONSAI TEMA 1. EL CULTIVO COMO HERRAMIENTA

TEMA 1. EL CULTIVO COMO HERRAMIENTA - INTRODUCCIÓN - SUSTRATOS - RIEGO - EL ABONO - MACETAS - UBICACIÓN

INTRODUCCIÓN El cultivo de un bonsais es la parte más importante y la que necesita una mayor dedicación, de entre todas las tareas necesarias para mantener y cuidar adecuadamente a nuestros árboles. Lo primero que debemos saber es que como todo ser vivo tiene unas necesidades que cubrir, sin las cuales no puede vivir. Los árboles que crecen en la naturaleza obtienen todo lo que necesitan para vivir de su entorno natural. Los Bonsais al cultivarlos en una maceta con unas condiciones de espacio limitadas (tierra, agua y nutrientes), para que crezcan saludables, debemos proporcionarles nosotros todo lo necesario para que se desarrollen en perfecto estado de salud y vigor. Lo más importante para realizar un buen cultivo es prestar atención DIARIA, a lo que los árboles nos dicen mediante su ASPECTO y ESTADO.

SUSTRATOS Los TRES requisitos más importantes que debe cumplir un buen sustrato para cultivar un árbol en una maceta son que sea DRENANTE, pero que a la vez proporcione la HUMEDAD suficiente y que atrape y disponga de forma sencilla los NUTRIENTES necesarios para el correcto desarrollo de la planta. Se ha escrito mucho sobre sustratos y se han hecho infinidad de pruebas con todo tipo de ellos, pero al final lo que determina un buen sustrato son los tres requisitos anteriores. Vamos a hacer un breve repaso de varios de ellos, pero al final la recomendación es, si no queremos complicaciones e imprevistos, utilizar los sustratos que se lleva muchos años utilizando y que se ha demostrado que son los que ofrecen unos resultados óptimos.

AKADAMA La akadama es el sustrato base por excelencia para el cultivo del bonsai. Esto se debe a que es la tierra que reúne mejor las propiedades necesarias para el buen cultivo de un bonsai. Es arcillosa de color rojo-anaranjado y su nombre significa \"Tierra roja\" o \"Bola roja\" por su aspecto de grano y su tonalidad rojiza. De carácter neutra o ligeramente ácida, con un PH de 6,5 a 6,9 (7 es el punto neutro), característica ideal desde el punto de vista hortícola para la mayoría de las especies. Su grano es muy firme y resiste bien la presión y el paso del tiempo sin deshacerse. Es una tierra inerte (sin materia orgánica), por lo que a todos los cultivos que tengan como base la akadama se les tendrán que proporcionar todos los nutrientes en forma de abono. Un aspecto muy importante es que al ser granulada permite el paso del aire, vital para el crecimiento de la raíz. Todo tipo de sustrato conlleva una pequeña parte de polvo que debemos eliminar o de lo contrario nos taponará el drenaje ya desde el primer momento, o ocupará los intersticios dejados por los granos, con lo que el agua, aire y nutrientes tendrán menos espacio para asentarse. Para evitar este inconveniente es importante usar sustratos bien cribados. Para ello nos serviremos de un cedazo con luz de 1 mm, con lo que conseguiremos mejorar la ya de por sí elevada capacidad de absorción de agua y nutrientes. Hay diferentes tipos de akadama en función de su dureza, que viene determinada por la temperatura a la que se ha sometido durante su secado.

TIPOS DE AKADAMA - Akadama Jirushi: se seca al sol, pero no se trata a altas temperaturas para aumentar su dureza. Es la más blanda de las tres y por tanto la que antes se degrada. - Akadama Ibaraki: se seca en un horno a 300 ºC, por lo que aumenta su dureza con respecto a la akadama estándar y viene envasada con menos polvo y bastante más limpia (con pocos restos vegetales). Es de dureza moderada, por lo que aguanta más tiempo sin degradarse, lo que permite un suelo en buen estado hasta el siguiente trasplante. De los tres tipos, actualmente es la más utilizada. - Akadama Tokoname: se somete a 1200 ºC para aumentar su grado de dureza y su durabilidad, con lo que es la que más tarde se degrada de las tres. Esto nos permite alargar más el tiempo de trasplante. Especialmente indicada para árboles ya formados, en los que se busca sólo mantenerlos bien establecidos y conservar su madurez (tras el trasplante y rejuvenecimiento del cepellón de raíces, al cortarlas, la copa tiende a desequilibrarse al aumentar su vigor, aspecto que no interesa en Bonsais en los que lo que se persigue es conservar su equilibrio). Las características climáticas de nuestra zona, también determinarán qué tipo de akadama usar (en función de su dureza). En climas secos se prefiere utilizar granos de menor dureza y en climas húmedos se suelen elegir sustratos más duros, pues tardan más en degradarse en este tipo de ambientes con mayor índice de lluvias y humedad ambiental.

GRANULOMETRÍA DE LA AKADAMA La granulometría de la akadama varía de 0 a 12 mm. Los tamaños que nos van a servir para su uso en el cultivo de nuestros Bonsais oscila entre 2 y 12 mm.

ELECCIÓN DE LA GRANULOMETRÍA La granulometría del sustrato se elige en función de los objetivos y resultados que se quieran conseguir, dentro de la fase en la que nos encontremos del cultivo del Bonsai. Cuanto más grande sea el grano se potencia más el desarrollo radicular, lo que influye directamente en un mayor desarrollo de la parte aérea del árbol. Esto se debe a que esta estructura granular permite una mayor aireación (favorece el crecimiento de las raíces ya que necesitan respirar [oxígeno] para crecer) y un mejor drenaje lo que induce, a las raíces, a alargarse para buscar más agua. Durante los primeros años de formación de un prebonsai se utilizan granulometrías más grandes (5-12 mm) y a medida que se van formando y ya solo se quieren refinar se pasa a granulometrías más pequeñas (3-5 mm.) El tamaño del bonsai también determina la granulometría adecuada del sustrato. En bonsais tamaño mame y Shohin se utilizan granos de entre 2 y 4 mm y para árboles más grandes (Kifu, Chuhin, Dai) de 3 a 12 mm. En yamadori el principal aspecto a tener en cuenta es evitar la podredumbre de raíces y garantizar al máximo la aireación, por lo que para árboles recién recuperados se suele usar volcánica.

OTROS SUSTRATOS Tierra volcánica Mantiene el sustrato drenado, suelto y ventilado, su fama como mezcla proviene por su alta capacidad de drenaje (muy útil cuando la akadama comienza a degradarse y por eso se usa frecuentemente combinada con ésta). De origen volcánico, está compuesta principalmente de sílice, alúmina y óxidos de hierro. También contiene calcio, magnesio, fósforo y algunos oligoelementos. Su pH es ligeramente ácido con tendencia a la neutralidad. Destaca su buena aireación, la inercia química (poca reacción) y la estabilidad de su estructura. Tiene una baja capacidad de retención de agua.

Pomice La piedra pómez procedente de Italia y es de origen volcánico, sirve también como mezcla para mantener el sustrato drenado, suelto y ventilado. Debido a su procedencia presenta una estructura porosa con un pH neutro de mas o menos 7, tiene muy poco peso específico (flota por lo que existe el riesgo que se caiga de la maceta al regar), con una capacidad de absorber agua lentamente en proporciones peso/volumen cercanas a la unidad sin peligro de bolsas o encharcamientos. Otra gran propiedad es su gran potencia de aireación, con intercambio gaseoso aerobio (en presencia de oxígeno), que evita la formación de núcleos con bacterias anaerobias (viven sin oxígeno), y que son las responsables de la podredumbre de las raíces. De características muy similares es la Fujizuna, de color negruzco, ideal para los que no quieren un sustrato de color muy claro (aunque con la pomice siempre queda la opción de poner un sustrato decorativo superficial diferente, por ejemplo de akadama), con lo que se mejora la estética del conjunto sustrato-maceta-árbol.

Kanuma Procede de Japón y se encuentra en los yacimientos a una profundidad superior a la Akadama. Es de similares características a ella, pero de color amarillo y con PH ácido, lo que la hace idónea para árboles acidófilos (Rhododendron, Chaenomeles, Acer...). Kiryuzuna Es una zeolita (aluminosilicato microporoso) de origen mineral y procedencia japonesa. Se obtiene de arena de montaña procedente de la descomposición de grava volcánica. Tiene un pH entre 6,5 y 6,8 (ligeramente ácido), siendo su principal característica su elevada capacidad de drenaje. Tiene un alto contenido en hierro, por ello es tan usada en coníferas y es un medio ideal para la proliferación de las micorrizas. De una mayor dureza que la Akadama y la Kanuma. Su pH, dureza y gran drenaje la hacen ideal como medio de cultivo en Pinos.

Keto Es un sustrato que se encuentra de forma natural en algunos parajes de Japón, su textura es compacta de color negro, se asimila en cierta medida a una arcilla negra o turba negra. Se utiliza para plantaciones en roca o plantaciones sobre losas, su propiedad principal es una alta capacidad de retención de humedad y su cualidad de cohesión una vez mojada, ayuda a sujetar al árbol sobre la roca o la losa, lo que lo convierte en un sustrato idóneo para este tipo de plantaciones. Carbón de Bambú (vegetal) Por sus propiedades antifúngicas, neutralizantes (regulador de pH) y filtrantes, es muy recomendable usar una capa de drenaje de granulometría gruesa en la base de la maceta junto con otro sustrato muy drenante y poco degradante (volcánica o kiryuzuna). Además es aconsejable aportar un 10% de carbón de bambú de grano medio-pequeño en la mezcla que se utilice como sustrato principal de cultivo para mejorar la calidad y prolongar las cualidades del suelo. Arenas, gravas, arlita, perlita, vermiculita, mantillo, turba, humus, fibra de coco...

LA MEZCLA IDEAL... La mezcla ideal no existe. Depende de muchas variables que interviene durante el cultivo en maceta de un árbol: - Grado de exposición al sol y al viento. - Condiciones estacionales (horas de sol en invierno y verano que resultan ser los periodos más críticos). - Necesidades específicas en cuanto a humedad y frescor de las raíces de cada especie. - Grado de formación de un árbol (variable granulometría según su fase de formación y necesidades hídricas en función del desarrollo de la copa [evapotranspiración]). Para acertar deberemos conocer bien las propiedades físico-químicas de los sustratos que vayamos a mezclar (capacidad de retención de agua y nutrientes, de aireación y de degradación), para que se complementen a la perfección. La mejor mezcla será aquella que retenga la humedad justa (25%), el aire justo (25%) y sea capaz de permitir un buen intercambio iónico (que permitirá que las raíces pueden absorber con facilidad los nutrientes presentes). Por lo que habrá que realizar pruebas específicas para las especies que tengamos, el lugar del que dispongamos para su ubicación y la frecuencia de riego que seamos capaces de otorgarles a nuestros árboles.

ESTRATIFICACIÓN Se debe evitar la separación en estratos de los diferentes sustratos que se usen, salvo la fina capa de drenaje del fondo (para evitar podredumbre de raíces por exceso de humedad 25% acumulada en la base de la maceta) y la capa superficial decorativa (opcional). Si separamos por capas los diferentes 25% sustratos, cada uno de ellos se comportará de manera diferente en cuanto a retención de humedad, disponibilidad de nutrientes y grado de degradación del grano, lo que inducirá a un desarrollo desigual y desequilibrado del sistema radicular, justo el efecto contrario de lo que se busca, pues un cepellón de raíces equilibrado será la premisa para conseguir una copa bien ramificada y compensada.

EL RIEGO TIPOS DE AGUAS - MUY DURAS: mineralización muy elevada (más de 500 microsiemens [mS]*). - DURAS: mineralización elevada (de 250 hasta 500 mS). - SEMIDURAS: mineralización moderada (de 100 a 250 mS). - BLANDAS: mineralización débil (de 50 a 100 mS). - MUY BLANDAS: mineralización muy débil (menos de 50 mS). - AGUA DESTILADA: agua pura sin minerales disueltos. No recomendable ya que lava y arrastra en exceso todos los nutrientes y sales del sustrato, convirtiéndolo en inerte a corto o medio plazo, con lo que ninguna planta puede vivir en él. (*microsiemens es la unidad de medida utilizada para medir la conductividad de un líquido y está relacionada con las sales disueltas en él. A más conductividad más sales y peor agua para nuestros Bonsais. Para medirla se usa un aparato llamado conductímetro.) El mejor agua para nuestros Bonsais siempre será la de lluvia, ya que es un agua atmosférica ionizada y libre de sales, que disuelve los nutrientes de la tierra y los pone a disposición de las raíces del árbol. Al no ir cargada de sales no obstruye los poros del sistema radicular, por lo que son totalmente funcionales a largo plazo y no aumenta el pH hasta límites en los que los macro y los micronutrientes dejan de ser asimilables por la planta.

AGUA DE ÓSMOSIS A falta de agua de lluvia la mejor opción es utilizar un equipo de ósmosis inversa, para filtrar el agua con la que regar nuestros Bonsais. Con un equipo de estas características conseguiremos bajar la conductividad de un agua muy dura (como la del grifo en Valencia con hasta 1200 mS), hasta conseguir un agua de mineralización muy débil (con unos 20 mS), ideal para regar nuestros Bonsais. Varias de las muchas ventajas de usar agua de ósmosis es que no se nos formarán costras de sales en la tierra, troncos y macetas, ni en las hojas de nuestros arboles al rociarles la copa cuando estemos regándolos (muy apropiado para limpiarlas y que reciban más luz mejorando la fotosíntesis y la respiración al evitar que se obstruyan con suciedad del polvo y la polución sus estomas). En zonas con agua corriente del tipo blanda también se puede utilizar.

RIEGO MANUAL (regadera) Es importante regar toda la tierra, no sólo la superficie, porque que siempre hay que regar a fondo, es decir, hasta que salga agua por los agujeros de drenaje de la maceta. Si comprobamos que el drenaje no funciona bien y el agua no penetra en la tierra, pincharemos el sustrato con un palillo para facilitar el drenaje y cambiaremos la mezcla de tierra lo antes posible, dependiendo de las recomendaciones de cada especie. Si por el contrario el sustrato retiene demasiada humedad inclinaremos colocaremos la maceta algo inclinada para facilitar el drenaje. Si un lado seca antes que el otro, inclinaremos la maceta hacia ese lado para favorecer que ambas partes sequen por igual.

RIEGO MANUAL (regadera) Al regar el agua se introduce en la tierra y arrastra el aire atmosférico que vuelve a rellenar los espacios existentes en el sustrato, con lo que se garantiza la aireación adecuada de las raíces, lo que favorece su correcto desarrollo. Ésta es la razón por la que nunca se debe utilizar la inmersión como sistema habitual de riego, sino que se debe regar con regadera, a ser posible con los agujeros más finos posibles y a ser posible orientados hacia arriba. Regando con una fina cortina de agua nos aseguramos que el líquido entra suavemente y llega bien a todos las zonas y evitamos que la tierra de la superficie se caiga.

RIEGO AUTOMÁTICO El riego automático es una solución para cuando necesitamos ausentarnos por un breve lapso de tiempo, pero no es la panacea. Puede fallar y eso en momentos de mucha demanda hídrica, como durante el periodo vegetativo y especialmente durante los intensos días de calor de verano o de viento muy seco, puede comprometer la vida de nuestros Bonsais. Cuando no queda más remedio es una buena opción siempre que días antes se hagan pruebas para comprobar que todo funciona a la perfección y sobretodo para saber ajustar la frecuencia de riego. Si podemos contar con algún vecino o familiar para que se acerque a echar un vistazo, durante nuestro periodo de ausencia y comprobar que el sistema sigue siendo funcional nos evitaremos problemas. Otra opción es utilizar alguna forma de monitoreo a distancia (webcam), para ir viendo que nuestros arboles se encuentra en perfecto estado durante ese tiempo. Cuando nuestra colección es muy grande también, por falta de tiempo, también podemos plantearnos instalar un sistema de riego automático. De todas formas no es la mejor opción, ya que para hacer un cultivo correcto, debemos observar las necesidades hídricas concretas de cada árbol en cada momento, pues igual cuando un bonsai ya está en condiciones de ser regado otro todavía puede mostrar el sustrato húmedo, por lo que con un sistema automático será muy difícil regar bien. La solución es tener la cantidad de Bonsais que podamos mantener en perfectas condiciones, pues siempre los tendremos en perfecto estado de formación y cultivo. Además regando a mano uno por uno, podremos comprobar que reciben la cantidad de agua necesaria (hasta que sale ésta por los agujeros de drenaje) y ver cómo se encuentra cada árbol y detectar a tiempo cualquier problema y atajarlo antes de que sea tarde.

El riego automático es una muy buena alternativa si se usa sólo puntualmente, para apoyar en los riegos mucho más frecuentes en el periodo estival, o para salir del paso en momentos concretos, pero nunca tendremos una colección de Bonsais en perfectas condiciones de cultivo y salud si nos olvidamos de ella y la dejamos a la suerte del riego automático. Además, recordaros que debemos aprender a disfrutar con las diferentes facetas del cultivo y más concretamente con el riego individualizado de cada bonsai, ya que forman parte de una afición que hemos elegido porque nos gusta y nos resulta placentera y no la vemos como una obligación.

CÓMO REGAR Los maestros japoneses dicen que de todas las tareas necesaria para tener en perfecto estado un bonsai, el riego es la más complicada y la que más cuesta aprender. La verdad es que con un mal riego la salud del árbol se va a resentir mucho e incluso puede llegar a morir, por lo que se convierte en un aspecto crucial para poder desarrollar el resto de trabajos con garantías. Un árbol mal cultivado no se podrá trabajar y un riego correcto es el primer paso para tener un bonsai saludable. Respecto a la forma de regar, ya se ha dicho que la mejor opción es con una regadera con una boquilla de agujeros muy finos y si es orientable mejor. Así podremos girarla hacia arriba, para evitar que el agua golpee fuerte la superficie y se salga la tierra de la maceta, simulando a la lluvia cuando cae. También con este método facilitaremos que el agua penetre poco a poco en la tierra y no que se inunde rápidamente la superficie de la maceta y se desborde. Cuando reguemos rociaremos también la copa, para limpiar de impurezas y suciedad las hojas, con lo que conseguiremos que respiren mejor y realicen sus procesos fisiológicos de forma más efectiva.

CUÁNDO REGAR Ésta es una pregunta crítica que muchas personas cuando empiezan se plantean. La respuesta en el fondo es muy sencilla: cuando el árbol lo necesita. Y ahora bien, ¿cuándo lo necesita? Pues el criterio que siempre deberemos seguir es cuando la superficie de la tierra en gran parte se vea seca. En especies de ambientes más húmedos como árboles que crecen en zonas más bajas y de climas más atlánticos este punto nos indicará que el árbol necesita volverse a regar. En especies de climas más áridos y de ambientes más mediterráneos (acebuches) o alpinas que crecen en suelos más pobres y pedregosos (pinos, sabinas), quizá sea preferible esperar al momento en el que toda la superficie de tierra de la maceta se muestre seca, pero justo en ese momento no después, pues entonces ya será tarde y estaremos exponiendo a un estrés hídrico innecesario a las raíces de nuestros Bonsais.

Llegados a ese punto será necesario volver a regar hasta que veamos que el agua sale por los agujeros de drenaje de la maceta. Y esto se aplica a cualquier hora del día, independientemente de si es por la mañana, media tarde o de noche. Y respecto a esto hay muchas leyendas urbanas, de que si por la noche se riega se corre el riesgo de fomentar hongos o si se riega con una fuerte insolación se pueden quemar las hojas. Lo que no se puede hacer es dejar un árbol sin agua por la noche si es justo al final de la tarde cuando la superficie de la tierra acaba de secarse, pues ese es el momento en el que el árbol te indica que necesita agua y esa es la única premisa válida.

EL ABONO La alimentación de las plantas es bastante más compleja que la animal, ya que extrae los diferentes elementos nutritivos procedentes de diferentes medios: Agua y Aire. En el Aire se encuentra el elemento más importante para la nutrición, el anhídrido carbónico (CO2), extrayendo también oxígeno, pero en menor cantidad. Esta absorción se produce tanto a través de las hojas, como por las raíces. En el Agua están presentes casi todos los nutrientes minerales que se necesitan. Ésta será el agua que absorberán las raíces, pero también puede ser absorbida por las hojas, cualidad que nos será muy útil para hacer tratamientos vía foliar (abonos foliares).

Por lo tanto, el abonado se convierte en una de las tareas del cuidado de nuestros Bonsais imprescindibles para obtener los nutrientes que necesita el árbol para desarrollar todos los procesos fisiológicos vitales con los que crecer, desarrollarse, gozar de buena salud y ser resistente a plagas y enfermedades. La materia orgánica en sí, no es absolutamente necesaria en la composición de la tierra, ya que sus efectos pueden ser sustituidos por una alimentación compuesta exclusivamente con productos químicos. La materia orgánica está siempre en movimiento, ya que dentro de ella vive una potente flora bacteriana que la hace inestable. Ésta se va descomponiendo con el tiempo hasta desaparecer del todo. La parte más estable forma lo que se denomina ácidos húmicos, que al descomponerse liberan Nitrógeno. Otros componentes orgánicos del suelo forman aminoácidos que tienen diversas utilidades en fertilización. Los elementos nutritivos son los que la planta necesita para su crecimiento. Como ya hemos dicho antes, los elementos más importantes los extrae del agua y del aire, pero algunos de estos se han de ir restituyendo para que no provoquen deficiencias. Los productos que cubren estas necesidades son llamados \"Abonos Compuestos\".

ELEMENTOS QUE COMPONEN LOS ABONOS De mayor consumo por las plantas se denominan MACROELEMENTOS. Y estos son: Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Azufre y Magnesio. De menor consumo se llaman MICROELEMENTOS: Hierro, Manganeso, Boro, Zinc, Cobre, Molibdeno, Cloro. Sólo trataremos algunos de los elementos más destacables, ya que el resto se escapan del objetivo de este curso, pero es importante conocerlos y saber que en mayor o menor medida todos participan en el correcto desarrollo de nuestros Bonsais. NITRÓGENO La importancia del nitrógeno en las plantas es incuestionable, ya que participa en la composición de las principales substancias orgánicas, como la clorofila, aminoácidos, proteínas, ácidos nucleicos, etc. Y como estos elementos sirven de base para la mayoría de procesos que rigen el crecimiento y multiplicación de las plantas, resulta evidente la importancia del N en las funciones más características de la vida vegetal. El N es muy móvil dentro de las plantas. Un suministro adecuado de N a las plantas produce un rápido crecimiento,  un color verde intenso, mejora la calidad de las hojas, su producción y su contenido en proteínas. Como efecto secundario, tiene mucha importancia su función como alimento a la flora bacteriana del suelo.

FÓSFORO Este elemento participa en la composición de las moléculas de las membranas celulares y en los compuestos relacionados con la captura y trasporte de energía dentro de las plantas, entre las que hay que destacar la fotosíntesis, la división celular, la formación y utilización de azúcares, grasas y proteínas, la respiración, etc. Es difícil atribuir al fósforo efectos concretos por sí solo, ya que interviene prácticamente en todos los procesos generales de las plantas, pero básicamente tiene los siguientes efectos: estimula el desarrollo de las raíces y del crecimiento general de la planta, el crecimiento rápido y vigoroso de las plantas jóvenes, la aceleración de la floración y fructificación, así como la mayor resistencia general de las plantas.

POTASIO El potasio está relacionado con el metabolismo de los hidratos de carbono (azúcares). A diferencia de los dos anteriores elementos, el potasio no forma compuestos o sustancias más o menos complejas, sino que se encuentra en los fluidos de la planta tal y como es absorbida por las raíces. Los efectos del potasio en las plantas se centra básicamente en la producción de flores y frutos, la regulación del contenido de agua dentro de las células y la estimulación de diversas enzimas.

CALCIO Este elemento juega un papel decisivo en numerosos aspectos de la vida de las plantas, como son la rigidez de las paredes celulares y el trasporte de ciertas hormonas. Sobre todo, es un equilibrador iónico de los fluidos celulares, ayudando a evitar ciertos desórdenes que pueden producir el exceso de otros elementos, como el potasio y los ácidos vegetales. AZUFRE Este elemento es normalmente aportado por los fertilizantes comerciales en forma de sulfatos, de manera que no suelen provocar carencias. El azufre es una parte vital de todas las proteínas de las plantas, necesario para la formación de ciertas hormonas y la clorofila. MAGNESIO Forma parte de la molécula de la clorofila y está relacionado con el metabolismo del fósforo. Su carencia se suele mostrar en forma de clorosis de las hojas viejas, tomando un color bronceado.

MICROELEMENTOS Son de tanta importancia como los otros nutrientes, y su deficiencia afecta mucho a las plantas. Generalmente pueden existir carencias de uno o más elementos, pero raramente de todos. En muchos casos, las carencias se deben a las condiciones anormales del suelo y no a la deficiencia de un elemento, tal y como puede ser la acidez, la alcalinidad, el exceso de cal, la salinidad, pobreza en materia orgánica, falta aireación de las raíces, etc. Muchos de estos elementos nutritivos son tóxicos si se utilizan en exceso, su aplicación, por tanto, se ha de hacer con precaución y utilizando productos lo menos nocivos posible para las plantas. De entre todos ellos (ya citados) hablaremos solo del hierro. HIERRO La forma más segura para su aplicación es en forma de minerales- orgánicos o quelatos. El Hierro es probablemente el micronutriente que produce síntomas de deficiencias con más frecuencia. Esto es debido a la facilidad que tiene en oxidarse, y pasar a formas no solubles, sobre todo si el pH es alto. Otra causa de carencia de hierro en las plantas es el exceso de cal, no ya por el alto nivel de pH, sino por que esta tiende a unirse con el hierro asimilable bloqueándolo. La deficiencia de hierro, denominada clorosis férrica, se hace evidente por el color amarillo que toma el limbo foliar, mientras que los nervios permanecen verdes. Se produce en las hojas más jóvenes, ya que es un elemento poco movible dentro de las plantas.

ABONO ORGÁNICO SÓLIDO Los abonos orgánicos sólido (hechos con harinas de soja, de sangre o huesos) están muy extendidos para su uso en bonsai. Los hay ya fermentados (p.e. Biogold, Green King) que no desprenden olor. Otros (Tamahi, Hanagokoro) se venden sin fermentar y al principio, a medida que se van descomponiendo, liberan cierto olor. VENTAJAS Lenta disolución: Una gran particularidad del fertilizante sólido, es que su dilución es lenta y por cada riego esta pastilla o esfera, libera una pequeña cantidad de fertilizante. Esto permite que el bonsái tenga nutrientes durante un largo periodo de tiempo, sin necesidad de aplicarlo regularmente. Fácil de aplicar: Su utilización es muy simple. Las pastillas o esfera se dejan sobre el sustrato, en el caso de los químicos (p.e. Osmocote) se pueden incorporar en el sustrato durante el trasplante. Duración: Gracias a su lenta dilución este tipo de sustratos puede durar fácilmente unos 3-4 meses, lo que ayuda mucho a que no tengamos que estar pendientes de realizar aplicaciones periódicas, solo debemos observar si la pastilla o esfera se disuelve o reseca y agrieta. Cuando esto sucede, es tiempo de poner otra. Por sus características de utilización muy simples, resulta ideal para principiantes. Bajo riesgo de intoxicación: Al ser un fertilizante que se diluye lentamente con el riego, nunca tendremos dosis muy altas en el sustrato, a excepción de que se llene el sustrato de pastillas, siendo mucho más difícil sobrepasarse en sus dosis, a diferencia del fertilizante líquido.

ABONO ORGÁNICO SÓLIDO (continuación) INCONVENIENTES Lenta disolución: No es un fertilizante idóneo para reaccionar a una deficiencia de nutrientes, ya que su lenta dilución impide que el bonsái tenga rápidamente a su disposición los nutrientes. Composición: Debido a su composición variable, en su mayoría de compuestos orgánicos de fácil degradación, no es muy fácil encontrar en el mercado abonos sólidos orgánicos de buena calidad o son caros. Generalmente la mayoría de estos fertilizantes atraen insectos y animales como pájaros, que terminan comiéndose el abono, por esto siempre que se use abono solido orgánico debemos ponerlo protegido, si se detecta este problema.

ABONO LÍQUIDO ORGÁNICO O MINERAL La mayoría de los fertilizantes líquidos son químicos, prácticamente no existen fertilizantes orgánicos que se comercialicen en este tipo de formato. VENTAJAS Concentrado: El fertilizante líquido al venir concentrado permite que un envase pequeño dure muchas dosis, por lo que un bote de unos 300 cc puede ser usado toda la temporada para varios bonsáis. Rapidez: Al ser un fertilizante líquido, que se diluye en agua y se aplica después del riego, los nutrientes quedan disponibles para el bonsái inmediatamente. El bonsái absorbe los nutrientes apenas se le aplica, siendo muy útil para casos en los que se necesite recuperar un bonsái de alguna deficiencia de nutrientes o para mejorar su brotación. Aplicación Foliar: Este tipo de abonos se puede aplicar no solo en el sustrato para que sea absorbido por las raíces, sino también sobre las hojas. Esto aumenta la capacidad de absorción del árbol y sobre todo aumenta la reacción a la fertilización.

INCONVENIENTES (ABONO LÍQUIDO ORGÁNICO O MINERAL continuación) Se requiere conocimientos para su uso: Debido a que es un producto que viene concentrado, debemos hacer caso exacto a las dosis de dilución que aparecen en la etiqueta del producto, aplicar en dosis altas puede producir quemadura de hojas y en casos extremos de raíces, esto puede llevar a la muerte de nuestro bonsái. Por tanto, no es un fertilizante muy adecuado para novatos, es mejor tener experiencia antes de usarlo. Rápida pérdida: Al ser una sustancia que se aplica con agua, solo permanece en el sustrato hasta el próximo riego, o quizás un poco más, por lo que es un producto que debemos aplicar regularmente cada 15 días en el periodo de crecimiento, no nos sirve aplicar solamente una vez en la temporada. Debemos ser regulares. Cuando apliquemos abonos líquidos a los sustratos de nuestros Bonsais es siempre IMPORTANTE recordar que... TODOS LOS ABONOS QUE SE APLIQUEN AL SUSTRATO DEBEN APLICARSE DESPUÉS DE QUE ÉSTE SE HAYA REGADO Y PERMANEZCA HÚMEDO ASÍ SU DISTRIBUCIÓN SERÁ UNIFORME Y EQUILIBRADA.

ABONO FOLIAR Las hojas son órganos que se encargan de realizar el intercambio de gases O2 -> CO2 necesarios durante la fotosíntesis y en todos los procesos bioquímicos de las plantas. Su función primordial, aparte de la fotosíntesis, es la evapotranspiración, con la que envía agua a la atmósfera. Pero los mecanismos que la hoja utiliza para expulsar esa agua, son los mismos que nos permiten introducir agua en ella, así como abonos y otros productos necesarios (insecticidas y fungicidas sistémicos). En los vegetales, el agua se mueve gracias a la diferencia de potencial hídrico entre sus órganos.

ABONO FOLIAR (continuación) Actualmente existen en el mercado excelentes productos formulados específicamente para su aplicación vía foliar. Los mejores incluyen aminoácidos, y están preparados para ser usados para situaciones concretas en arboricultura. A lo largo de las diferentes fases de recuperación, formación y cultivo de nuestros Bonsais podremos plantearnos su uso. Éstas son algunas situaciones en las que resultan recomendables: - Después de un trasplante (siempre que el árbol tenga hojas para asimilarlo). - En árboles recuperados (alimentará las hojas enriqueciendo la salvia mientras ésta nutre a las raíces). - En acodos de lenta evolución (al cortar la salvia ascendente privamos a las hojas de parte de su alimento, al abonar vía foliar, aumentamos la riqueza de la salvia y aceleramos el proceso de formación de nuevos tejidos). - En primavera (cuando los árboles necesitan un mayor aporte de nutrientes). - En otoño (con abonos poco nitrogenados para acumular reservas y fortalecer tejidos antes de la llegada del frío). Las aplicaciones foliares han de hacerse con poca frecuencia con el fin de no cansar las hojas. Su correcta aplicación se realizará siguiendo las instrucciones del fabricante (nunca se modificará la dosis), ya que podrían sufrir daños nuestros árboles, tanto por exceso como por defecto.

http://fito.nutritech.es/Tabla_usos.pdf

http://fito.nutritech.es/Calendari_adobs.pdf

EL ABONO EN PRIMAVERA En primavera con el aumento de las horas de luz y su intensidad (fotoperíodo) nuestros Bonsais despiertan del letargo invernal. Es una época de gran actividad para los árboles que movilizan las energías que les quedan para activar las yemas que los cubrirán de hojas y con las que se retomarán todos los procesos fisiológicos vitales para las plantas. Es importante recordar que los árboles brotan de las reservas acumuladas durante el otoño anterior, por lo que no se abonarán hasta que la nueva brotación esté madura y entonces se empezará con una dosis suave para ir posteriormente incrementándola. Si no seguimos estos paso corremos el riesgo de quemar raíces y brotes emergentes, por no hablar del gasto de abono sin utilidad. Dependiendo del estado de formación de nuestros árboles, abonaremos con más o menos nitrógeno, que en estos momentos será el elemento primordial. Si nos encontramos en una fase inicial, la cantidad de nitrógeno utilizado será más alta (riqueza en torno al 10-20%). Si lo que deseamos es abonar solo para mantener un bonsai ya formado, la dosis será mucho menor para evitar que el árbol dispare su crecimiento y pierda la forma delicada y equilibrada que tantos años ha costado conseguir. En esta fase de cultivo, un buen abono sólido orgánico de liberación lenta (riqueza en torno al 5%), apoyado puntualmente con otros micronutrientes, será más que suficiente.

EL ABONO EN OTOÑO En otoño nuestros Bonsais atraviesa, como una segunda primavera aunque mucho más corta, con reactivación de crecimientos, pero sobretodo con creación y acumulación de reservas en sus tejidos del tronco, necesarias para afrontar con garantías su supervivencia durante el reposo invernal y con las que provocar la reactivación de los procesos fisiológicos del árbol y la nueva brotación de primaveral. EL FOSFITO POTÁSICO (más información en http://www.bonsaimenorca.com/articulos/ articulos-tecnicos/fosfito-potasico/) El Fosfito Potásico es un fertilizante rico en fósforo y potasio que favorece la floración y fructificación. Por lo tanto si queremos que las yemas de flor de nuestros Bonsais de flor y fruto se reactiven y cuajen, en esa época reduciremos a la mínima expresión los abonos con nitrógeno y aplicaremos este producto. Por otro lado, la acción del fósforo en forma de ión fosfito, combinado con potasio, estimula el crecimiento y actúa sobre el sistema hormonal activando la producción de fitoalexinas, que intervienen en los mecanismos de autodefensa de las plantas y producen un fortalecimiento de los tejidos, fundamentalmente del tronco, nebari y raíz. Además, con carácter preventivo es muy útil como fungicida, evitando las enfermedades fúngicas del suelo (Phytophthora) y vasculares. Su mayor utilidad, de las muchas, radica en que al ser un abono sin nitrógeno, favorece la acumulación de reservas en otoño.

El abono como herramienta para acelerar la formación de un bonsai Sí nos encontramos en la primera fase de formación de un bonsai y queremos acelerar su desarrollo, una forma útil de hacerlo es utilizar abonos orgánicos (con los que no tenemos el problema de sobrepasarnos con la dosis ya que son de liberación lenta) y combinarlos con sustratos de gran granulometría y muy drenantes, con los que podremos regar un mayor número de veces sin tener exceso de humedad en la tierra. Así con cada riego, al disolverse parte del abono, los estaremos alimentando sin necesidad de acumular exceso de agua en la maceta.

Síntomas pH alto (básico): - aportamos macro y micronutrientes y el árbol no es capaz de utilizarlos, mostrando claros indicios de carencias nutricionales. Solución: bajar el pH con unas gotas de un ácido suave (p.e. zumo de limón) en el agua de riego. Cuando sea la época adecuada trasplantar. Utilizar agua para el riego con pocas sales (mineralización muy débil). Síntomas pH bajo (ácido): - La mayoría de los nutrientes se disuelven fácilmente, lo cual puede dar lugar a un exceso de magnesio, aluminio e hierro. - El suelo es pobre en general y la vida (microorganismos) que se desarrollan en él también. Solución: subir el pH con carbonato cálcico (cal agrícola). Para subir 0,5 puntos el pH usaremos 1g de CaCO3 por litro de tierra. Cuando sea la época adecuada trasplantar y elegir un sustrato adecuado. No excederse con los abonos que acidifican el suelo.

DISPONIBILIDAD DE ELEMENTOS SEGÚN EL PH DEL SUSTRATO

Control del pH: Es recomendable llevar un control del pH de los sustratos de nuestros Bonsais. Existen pH-metros que se introducen en la tierra y nos miden el pH del suelo. De todas formas se puede intuir que no tenemos un pH adecuado, cuando aportamos macro y micronutrientes y vemos síntomas en las hojas que denotan carencias nutricionales. La Leonardita (Nutritech húmic): Corrector orgánico del suelo - Mejora la estructura del suelo. Flocula el complejo arcillo-húmico, haciéndolo más esponjoso e incrementando la aireación y el drenaje. - Actúa como agente desbloqueador en los suelos con ph elevado. Aumenta la disponibilidad de los macro y microminerales. Favorece la acción de los abonos minerales. Evita la retrogradación del fósforo y la potasa formando humatos y humofosfatos, mejorando el estado nutricional de la planta. - Los ácidos fúlvicos y húmicos de los que está compuesta la Leonardita, producen una mejora en la estructura y en la oxigenación del suelo, provocando el desbloqueo de nutrientes, mejorando su capacidad de intercambio iónico y estimulando la vida de los microorganismos. - Produce un mayor poder de absorción de las raíces, estimula el desarrollo de los meristemos de crecimiento, potencia la respiración celular y da mayor resistencia a la planta en períodos críticos.

LAS MACETAS COMO MEDIO DE CULTIVO Hay muchos estilos y formas de macetas para bonsai. La parte estética se tratará en otro tema. Ahora lo que nos interesa es su papel como medio para desarrollar un cultivo óptimo para nuestros Bonsais. No es igual una maceta de plástico que una de cerámica esmaltada o sin esmaltar. Mientras que el plástico tiene la máxima retención de agua debido a su poca transpiración, la cerámica (gres) tiene el mínimo de retención porque es un material con mayor transpiración debido a su porosidad. Tampoco es igual una maceta grande que una pequeña. Las pequeñas se secan antes porque retienen menos agua al tener menor volumen de tierra. Ni que decir tiene que todas las macetas han de tener sus correspondientes agujeros de drenaje totalmente funcionales, para eliminar el exceso de agua durante el riego. También cuando estamos en las primeras etapas de formación de un prebonsai se suelen utilizar macetas de entrenamiento bastante más grandes para favorecer un desarrollo importante de raíces lo que derivará en creciendo acelerado de la parte aérea, necesaria cuando se quiere engordar algo un tronco, crear la estructura de ramas primarias o inducir al cierre de cicatrices grandes. Cuando se compra una maceta hay que probar antes de utilizarla si al echarle agua no se queda retenida en el fondo, ni que los agujeros de drenaje puedan presentar rebordes que dificulten su salida fácil. Si además de los agujeros de drenaje, también poseen agujeros más pequeños para pasar los alambres de anclaje de los Bonsais durante el trasplante, nos facilitarán enormemente la tarea.

Las macetas profundas (cascadas y semi-cascadas) secarán antes la parte de tierra superior que la del fondo, con lo que se puede crear un desequilibrio hídrico en las raíces. Cuando las raíces de la parte alta necesiten agua, las de abajo aún estarán húmedas. Esta situación se evita utilizando en la mitad inferior una capa totalmente drenante (volcánica, kiryuzuna o grava). También influye el color. Las claras se calientan algo menos que las oscuras, ya que reflejan la luz en vez de absorberla. Todas estas características se deben tener en cuenta a la hora de elegir una maceta y conocer bien las necesidades, en cuanto a humedad y espacio, para las raíces de las especies de Bonsais que vayamos a colocar en ellas.

UBICACIÓN DE NUESTROS BONSAIS Zonificación de las áreas de cultivo Dentro de nuestro espacio exterior de mantenimiento de nuestra colección de Bonsais tendremos ligeras variaciones en cuanto a grado y número de horas de insolación y exposición al viento. Es muy importante distribuir el tipo de especies que cultivemos intentando ofrecer a cada una unas condiciones particulares lo más similares a sus hábitats naturales. Esas pequeñas diferencias climáticas que pueden llegar a mostrar por ejemplo las zonas de nuestra terraza o balcón, bien aprovechadas, pueden ayudarnos a mejorar el cultivo de nuestros Bonsais. Así, especies de hábitats abiertos, expuestas a los elementos como pinos, sabinas y demás, agradecerán ser colocadas en los lugares con más sol y más expuestas al viento. También las especies mediterráneas, como por ejemplo los acebuches, también se beneficiarán si los situamos en las ubicaciones que más horas de sol reciban al día. En cambio, los árboles de climas más suaves (atlánticas) se verán beneficiadas si elegimos sus lugares de cultivo en las zonas menos expuestas al sol y calor durante las horas centrales del día y a lo largo de las primeras horas de la tarde, en los meses estivales, y las protegemos de los vientos resecos que dañan sus delicadas hojas. Es importante colocar los Bonsais no muy cerca de paredes que puedan irradiar calor, al calentarse durante el día cuando reciban sol directo y tampoco conviene elegir lugares demasiado protegidos de las condiciones atmosféricas, pues ambas cosas redundarán en una mayor predisposición a atraer plagas y enfermedades.

OTRAS CONSIDERACIONES DEL CULTIVO BANCOS Es necesario saber que los Bonsais cultivados muy cerca del suelo estarán más expuestos a coger todo tipo de plagas, tanto de insectos, ácaros y hongos, como de semillas de malas hierbas que pueda germinar y colonizar nuestras macetas, por lo que es preferible utilizar bancos de cultivo algo elevados (por lo menos 50 cm o más de altura). El color y el material que usemos también será importante. Los colores claros y los materiales artificiales, en lugares muy expuestos al sol irradiaran demasiada luz y calor, con lo que en verano podemos correr el riesgo de estrés térmico en especies más sensibles. La mejor opción será usar maderas naturales tratadas para resistir la humedad y su exposición a la intemperie, lo que alargará su vida. Otra opción son las lajas o piedras que aparte darán un toque de naturalidad al entorno, lo que redundará en una mejora estética del espacio de cultivo. La falta de espacio o tener más Bonsais de los que podemos mantener en perfectas condiciones y al día, también afectará a la calidad del cultivo y redundará en la salud de nuestros Bonsais. Lo ideal es que cada árbol tenga su espacio propio, desde donde reciba la suficiente luz, aireación y ventilación, para que crezca y se desarrolle en perfectas condiciones. Además evitando aglomeraciones conseguiremos mantener más a ralla a las plagas y evitaremos que se pasen más fácilmente de unos a otros árboles. En verano y en sitios muy calurosos podremos disponer los Bonsais de menor tamaño, en parte al amparo de los de mayor tamaño, ya que al vivir en macetas de tamaño muy reducido, el exceso de sol y calor puede ponerlos en situación de riesgo, con lo que evitaremos tener que estar todo el día regándolos.

BANCOS Debemos esforzarnos en mantener las macetas, los bancos de cultivo y el entorno lo más limpios posibles. De esta forma, en cuanto veamos algo de suciedad nos percataremos de ella y nos llamará la atención, con lo que intentaremos evitar que se vaya acumulando. Tener una colección de Bonsais limpia y ordenada, nos animará a dedicarles más tiempo. Pensad en todos los trabajos a lo largo del año que debemos ejecutar y las horas de dedicación y tiempo invertido en ellos. Al final, todo en su conjunto determinará si esas tareas rutinarias se convierten en una carga o si por contra nos sirven como un momento de paz y relajación que nos apetece hacer, al aportarnos una sensación agradable y positiva. Si conseguimos este último objetivo, llegaremos a disfrutar más pasando el tiempo con nuestros Bonsais, en un lugar agradable y que nos atraiga estéticamente, pues al fin y al cabo en el Arte del bonsai se mezclan naturaleza y belleza.


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