Mención Honrosa: Los Últimos Grandes HéroesAutor: Ricardo Rodríguez QuilodránSeudónimo: DanteCon gran tristeza y pesar, los mineros empeza- razones por la incertidumbre del porvenir, deron a conocer la noticia del cierre de las minas. su familia y de todas las familias.A Jacinto se le hizo un nudo en la garganta, tra-go saliva, intentaba comprender la situación, De pronto, el hombre se vuelve y le dice, casipensaba en su mujer, sus hijos y en su madre en secreto: “no te aflijas, que el capataz diceque dependían de él; su vieja, que había perdi- que unos contratistas escogerán algunos mine-do a su marido en la mina, en una corrida. ros para realizar algunos trabajos al interior de la mina, así que no te preocupes, pronto esta-Ahora él ¿qué haría para llevar el alimento a su remos dentro de la jaula otra vez, iluminandohogar? Sus compañeros en un rincón hablaban con nuestras lámparas las vetas y nuevamenteprecipitadamente, con angustia, con rabia e im- traeremos el oro negro y así seamos nosotrospotencia. Ya nada se podía revertir, pues la cru- los que cambiemos el tiempo y la suerte”.da realidad los azotaba sin contemplaciones.Su destino laboral era incierto y su educación Jacinto sonrió débilmente, tenía miedo de so-era muy precaria como para pensar en lograr ñar ya que lo único que sabía hacer era extraerotro trabajo y eso lo hacía sentirse más desva- con su picota el inagotable mineral. El hambrelido. Él había dado los mejores años de su vida y la miseria le daban el valor para seguir en sua las labores mineras y en su cuerpo, delgado labor agotadora.y encorvado, se notaba la fatiga, el cansancio;las enfermedades ya se habían hecho presentes Con la ilusión de ese proyecto de trabajo, re-y se hacían notar con esa tos que desde hacía gresó a su hogar donde lo esperaba su familia.tiempo lo aquejaba y que mostraba las secuelas Se sentó junto al brasero y comió lo que la mu-del polvo del carbón, en esos lugares húmedos, jer le había preparado, mientras le contaba ladonde sus espaldas se doblaban para extraer el noticia que su compañero le había dado y quepreciado tesoro negro. lo hacía estar más tranquilo, ante la angustia y el temor del cierre de las minas, único trabajoEl roce de una mano en su hombro lo volvió en que sabía desempeñar, en el que se había ini-un instante a la realidad. Se volvió, intercam- ciado siendo muy niño, cuando su madre habíabió una significativa mirada de mutuo y mudo enviudado y le ofrecieron reemplazarentendimiento, del dolor que golpeaba sus co-
a su padre en la labor de la mina y que, a pesar una vez le habían provocado un gran espanto,de lo duro y agotador y que cada día le restaba que sólo dominaba aferrándose a una oración,un poco más de sus fuerzas y su salud se sentía que le hacía recobrar de nuevo la tranquilidaddisminuida, él realizaba con verdadero afán y y el miedo desaparecía para seguir su fatigosadedicación, sabiendo que la lucha de cada día jornada.era el sustento de su familia. El grupo de mineros reanudó nuevamente suQuería educar a sus hijos, darles una oportuni- afanosa labor, habían sido elegidos por su res-dad distinta a la que a él le había tocado vivir, ponsabilidad y experiencia, ya que conocían enque no se rompieran el lomo para ganar unos forma cabal cada rincón y siempre sabían en-miserables pesos, que sus vidas fueran menos contrar las mejores vetas. Día a día continua-sacrificadas ¡Sólo, si él pudiera darles una me- ron bajando a cumplir con la tarea encomen-jor educación…! dada, era un grupo reducido, sabían lo que sus jefes esperaban de ellos y se sentían felices deCon estos pensamientos logro irse a descansar, haber sido elegidos para continuar la agotado-teniendo la esperanza de ser llamado por sus ra extracción del valioso mineral. Habían sidojefes a desempeñar nuevamente su trabajo en elegidos entre muchos otros que no tuvieronesas oscuras galerías que él conocía tan bien. la suerte de ser llamados, que habían quedadoPasaron unos días y así como su compañero le sin trabajo y a los que les esperaba un inciertohabía dicho, un grupo de trabajadores fue lla- futuro.mado para continuar las faenas mineras. Anteesta noticia había amanecido alegre, se había Ese día de septiembre Jacinto se levantó in-levantado lleno de optimismo y júbilo porque, quieto, no sabía a qué atribuir la desazón quea pesar de lo duro y sacrificado de su labor, de lo embargaba. Se despidió de su madre, de sula lucha diaria y de lo agotador de su trabajo, mujer y de sus hijos con más tristeza que deél amaba las minas, esas oscuras galerías de las costumbre, recibiendo la bendición de esas dosque se contaban tantas y tantas historias de las mujeres que eran sus grandes amores y se fue acuales, en ocasiones, él también había vivido; cumplir con su labor.como en una ocasión en que creyó ver un perromostrando sus colmillos brillantes que parecían Como cada mañana saludó a sus compañeros,oro y en actitud amenazante; o cuando, arras- tomaron sus lámparas, ingresaron a la jaula,trándose para llegar a una veta de carbón, veía algunos cantando y otros conversando, hastamoverse en la penumbra sombras que asocia- llegar al fondo de la mina.ba a los más siniestros personajes, que más de caminaron por galerías , pero de pronto al- guien
en forma despavorida gritó: Grisú, Grisú,atrás, atrás. Ya era tarde, una gran llamaradahabía iluminado el lugar, en forma veloz, rápi-damente. Jacinto trató de protegerse, su mentevoló hacia sus seres queridos, a sus hijos, a suesposa, su madre; pero él y sus compañerosno lograron escapar de ese infierno, se habíanquedado para siempre ahí, el fondo de la minalos había reclamado para ella, nadie más lequitaría su tesoro, esa era su venganza final.Después… todo fue un profundo y absolutosilencio.55
“Me lo Contaron Mis Viejos”MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN
Amor MineroAutor: Nicole Rodríguez SepúlvedaSeudónimo: Ángel EnamoradoEl amor es más que amar, es un gran límite del amor, de esa forma la amada de José iba todosque nadie sabe dónde se puede llegar. los días a dejarle el almuerzo. Al poco tiempo los compañeros de trabajo de José comenzaronHace mucho tiempo, cuando la sureña ciudad a mirar y halagar a Andrea por su gran belleza,de Lota se encontraba en sus mejores momen- lo que generó celos en el corazón de José; perotos debido a la minería, llegaba mucha gente él sabía que Andrea lo amaba con el profundopara establecerse en la ciudad. Estas personas amor de su alma, así que él no se amargaba yse caracterizaban por ser muy trabajadoras y de menos se enojaba con ella.mucho esfuerzo y sacrificio. A los meses siguientes, durante una noche,Cierto día llegó una humilde y joven pareja decidieron formar una familia y tener hijos yabuscando nuevas oportunidades. José y Andrea que la situación económica estaba muy biendecidieron quedarse en Lota para establecer su para ellos; aquella noche hicieron el amor parahogar; a los pocos días a José lo contrataron en que Andrea quedara embarazada. Pasaron lasla mina de carbón. Él, muy alegre, le contó de semanas y Andrea no sentía síntomas de em-su nuevo trabajo a su mujer, Andrea muy feliz barazo, José no se preocupó mucho y siguie-le dijo que cada día de trabajo ella le iría a dejar ron intentando... Llegó la primavera y su mujerel almuerzo a la mina. como siempre dejándole el almuerzo a su ama- do cada día y, como era costumbre, siempreEllos eran muy felices a pesar de lo poco que halagada por los compañeros de José.tenían, ya que estaban muy enamorados; Joséera Andrea y Andrea era José, ambos se per- Pasaron meses de trabajo y estabilidad en Lota,tenecían el uno al otro gracias al amor que se José fue contratado por la empresa minera,tenían. pero no todo podía estar bien. Andrea no podía quedar embarazada, tristemente José y AndreaSalió José a su primer día de trabajo, en la mina aceptaron su desdicha. Pero José, sin darsetrabajaban muchos hombres de todas partes de cuenta, ya no sentía el mismo amor único porLota. A la hora de almuerzo, como se lo ha-bía dicho Andrea, ella le llevó el almuerzo a su
Andrea, ella se pudo dar cuenta de que José ya Luego la empresa minera decidió reconstruirno era el mismo de antes, el que la trataba con una nueva mina en el mismo lugar, aún así An-amor y dedicación. drea iba a dejarle el almuerzo a José, esperán- dolo hasta las tantas de la noche y siempre seUn día de primavera, Andrea quiso darle una iba llorando para su casa, pensando que Josésorpresa a su marido para olvidar la pena. Esta- la dejaba abandonada. Los nuevos mineros queban en pleno trabajo en la mina, Andrea había no conocían lo que había pasado, le decían ‘lapreparado su comida favorita y entró a la mina loca de la mina’. Andrea estuvo así varios me-sin saber que los mineros creían que las muje- ses después que construyeron la nueva mina,res no pueden entrar a una mina porque puede hasta que una noche se fue su casa y en su des-ocurrir una desgracia; ella entró, buscó a José esperación y locura, tomó un cuchillo y se lopero no lo encontró, así que decidió esperarlo enterró en el vientre, diciendo “Dios, porquéfuera de la mina. soy tan desdichada y no pude darle un hijo a mi amado José”. Fue precisamente a medianocheEn ese instante, mientras que ella lo esperaba, que Andrea se quitó la vida.algo salió mal en la mina y ocurrió una grantragedia, la mina se derrumbó por completo, se Pasó mucho tiempo, nadie se preguntaba pordestruyó en mil pedazos. Andrea, desesperada, ella ni nadie la echaba de menos. Terminan-gritaba ¡auxilio!!!, pidiendo ayuda; llegaron los do el mes de la primavera un minero llamadootros mineros a ayudar, pero no había posibi- Mario, muy humilde, casado y con dos hijos,lidades porque la mina estaba completamente estaba trabajando en la mina del carbón duran-destruida. Andrea, con el alma en un hilo bus- te la noche con sus compañeros y de entre lascaba a José, gritaba su nombre, pero ella no lo sombras de la mina apareció la figura de An-encontró, sólo escuchaba a las mujeres y niños drea; llevaba un hermoso vestido y un escotegritando. José no apareció, murió dentro de la muy provocador. El espíritu de Andrea miró amina junto con todos los demás mineros. Mario y él quedó enloquecido con su belleza… Andrea tomó de la mano a Mario y lo llevó aAndrea, sin aceptar la muerte de José seguía un lugar alejado.yendo todos los días a la mina, como siemprea dejarle su almuerzo, lo esperaba afuera de la “Hazme tuya, quiero un bebé”, le dijo ella.mina con su olla de comida y la charra parabeber agua hasta el anochecer… pasaron me-ses así.
Mario, hipnotizado y fuera de sí, hizo lo Desde ese momento, se dice que el es-que el espíritu le pidió... Luego de termi- píritu de Andrea sacia su pena matandonar, Andrea sólo con un soplo le quitó la a todos los mineros que se dejan seducirvida a Mario, diciendo: “odio ser desdi- por ella. Y es por eso que nunca ningúnchada, seré así por el resto de la eterni- hombre entra a esa mina maldita, aunquedad”. sea la más rica en carbón de la zona.
Camino a la FeriaAutor: Delmira Melgarejo AguileraSeudónimo: DermyEl cierre de Enacar fue el 16 de Abril de 1997. la entrada. Las mujeres muchas veces hubie-El comercio sintió económicamente el desem- ron de hacer este trayecto a pié para dialogarpleo de lotinos y los pueblos vecinos, con ello con la Asistente Social, quien detenía parte delse ultimaron la labor y el ingreso de muchas sueldo si era borracho o estaban separados, opersonas, no sólo de mineros, también había las jovencitas, cuando eran madres solteras yempresas contratistas haciendo limpieza en el bribón no quería reconocer su carga, estala planta de lavados, auxiliares, locomoción matrona las ayudaba a resolver estas penas tany más. Otros que no fueron considerados son comunes.quienes recogían el carboncillo de la playa, losque recuperaban el carbón en ‘El Chambeque’, Al clausurar las minas doña Isabel ya era cin-los negocios en los barrios y los ambulantes. cuentona, con tres niñas estudiando en la se- cundaria y la menor ya estaba en octavo. SuDoña Isabel tenía su propio kiosco, ubicado humanidad de cien kilos hacía difícil cambiaren el jardín de un familiar que le arrendaba en de labor, los quince años de negociante se que-la bajada del Matías, frente al Casino de Ma- daron sentados en sus caderas.yordomos, camino a la mina; vendía cigarros,chicles, caramelos, galletas, jugos, bebidas, Afligida por su pequeña empresa tocó variaspan amasado, queso fresco y añejo. No faltaba puertas, conversó con todos los dirigentes yquién le pedía un manche y como charra bien algunos jefazos pero ninguno resolvió a su fa-servía una bebida. vor, al no pertenecer a la empresa directamente no tocó nada. Más aún, algunos olvidaron susCuando los mineros iban al pique en busca de ‘fiaos’. Cuando se finiquitaron, olvidaron a laalgún dirigente que deambulaba cerca de los doña que les salvó del ayuno en más de unabaños, hacían el trayecto a pié, especialmente ocasión.los lunes por la falla del día en el primer turno;o cuando los dejaba el bus quedando en tierra, La señora Isabel, apodada por los minerosse veían obligados a caminar todo ese trayecto como ‘la enana’, cambió el modo de vender yque les significaba 15 minutos a paso raudo, di-fícil era que otro vehículo los trasladara hacia
salió por las calles a ofrecer pan amasado; no le “Mamita, falta uno a Lota Alto, ayudando confue bien, pues la mayoría hace su propio pan y sus bolsos para el taxi”; “¡Lleve papas cañeti-los otros gustaban del pan de fábrica, como se nas, se las dejo en su casa, mi reina!”; “¡Quiénle llamaba al de la panadería de Lota Bajo. va al Morro, falta uno p’al Morro!”En el verano una comadre le enseñó a preparar Un predicador se esfuerza por opacar el ruidohumitas y desde Lota Bajo a Playa Blanca se destemplado, intenta distinguirse con su labiaiba en bus para vender su rico manjar, gritán- y con su inmenso amplificador, empaña algodolo cada cierto paso: “¡las ricas humiiiiitas!, las notas discordantes.¡cuatro en mil, mis ricas humiiiiiitaas!” En di-ciembre y enero los choclos son económicos y Los vehículos y los transeúntes hacen dificul-es negocio lo de las humas, en febrero y mar- toso el tránsito vehicular en esa curva.zo volvió al canasto con los quesos traídos deArauco y en otro brazo con el pan amasado, Las veredas están ocupadas con cajones de to-insistiendo con un modelo más personal y con mates, lechugas y limones. En esta esquina haychicharrones. Cuando necesitaba cubrir algu- dos líneas de colectivos, el desorden existentena deuda que la afligía, hacía dulces y los gri- es un plato de tallarines. Los olores son diver-taba por la feria: “¡a cien peeeesos mis ricos sos como los ruidos, las personas se acopian enpajariiiiiitos!” Fue dándose a conocer con los la esquina a escuchar o esperar. Antes de entrarferiantes establecidos, quienes estaban celosos a la feria está la Challo con sus frutos secosde sus colegas minoristas, porque ellos pagan que garantizan la baja del colesterol, como lasun impuesto a la Municipalidad y los ocasio- nueces, pasas, maníes, aceitunas, almendras ynales o ambulantes como ella no cancelaban, otros. Al frente, están las cebollas y papas, lospero debía tener ojo con carabineros o los ins- vendedores gritan y recalcan que son de Cañe-pectores municipales. te por su rico sabor. Casi siempre están Óscar o El Cabildo quienes ayudan a armar o desarmarDoña Isabel con su gran personalidad y su en- cuando la clientela se retira, más o menos a lascanto comercial, tenía conquistada a su clien- 18 horas en verano y en invierno a las 16 ya setela. Sus carcajadas resonaban a más de una están guardando , en las tardes heladascuadra, muy simpática alegaba de su mano demonja por los sabrosos manjares que vendía.En la esquina de Monsalves con Cousiño sevive un desafinado concierto de ruidos y gritos:
Siguiendo la misma vereda, por Cousiño so-bresale un quitasol azul y la voz gruesa de unamujer corpulenta, de melena rubia y con delan-tal azul, sentada en un minúsculo piso, invitaa degustar su producto. Con un cigarrillo ensus gruesas manos de uñas pintadas, la señoraIsabel exhibe un gran bol de plástico con suhumeante producto , y a grito pela’o dice:- “Lleve probadiiiitas mis ricas salchichitas.”
Del Amor a la LocuraAutor: Reinaldo Montoya ArceSeudónimo: ReibanJulieta y Pedro eran una pareja muy joven que que Pedro no apareció y fue ahí cuando Julie-vivía en Schwager, ambos habitaban con sus ta comenzó a sospechar aún más de que Pedropadres. Pedro era un minero y Julieta era una la engañaba y tomó una drástica decisión. Fuecosturera. rápidamente al ‘Cerro La Virgen’ donde había una mujer que todos le temían porque era bru-Como de costumbre, a la hora de colación de ja. Julieta le comentó a la bruja lo que le estabalos mineros Julieta fue a dejarle comida al tra- pasando y quería saber a través de ella si erabajo a Pedro, ella esperó que saliera y se sa- cierto que Pedro la engañaba. La bruja comen-ludaron cariñosamente, ambos se veían muy zó a hacer un ritual y le dijo a Julieta:enamorados. Sin embargo, había una mucha-cha conocida de Julieta la cuál le comentaba - ¡Pedro no está en casa ahora, él está paseandounos chismes acerca de Pedro; la joven le con- por ‘Playas Negras’ con una mujer!taba a Julieta que ella lo había visto en la plazatomado de la mano con otra chica y que incluso Aumentó más la furia de Julieta y le dijo a lase encontraban cuando Pedro salía temprano. bruja que quería hacer sufrir a Pedro, la mujerJulieta no sabía qué hacer, si creer o no, pero le dio un ritual a realizar en casa al frente decomenzó a dudar de su pareja. una foto de Pedro.Desde ese día en adelante, Julieta comenzó a Ella llegó a casa y comenzó a hacer el ritual.prestarle más atención al horario de llegada de Al día siguiente, Pedro comenzó a sentirse malPedro, a cómo se comportaba e incluso le dijo a en la mina, notaba que su desempeño era in-un amigo minero de ella que se fijara en Pedro, suficiente y ese día tuvo una discusión con suen lo que hacía, a donde iba y con quién iba. jefe.Un día salieron todos los trabajadores tempra- El hombre, al llegar a casa se acostó enno de las faenas de carbón, Julieta miraba a su la cama, cuando sonó la puerta y era Ju-amor entre el montón de trabajadores, se dio lieta. Pedro trató de besarla pero ella co-cuenta rrió la cara, él preguntó qué le pasaba. 70
Julieta furiosa dijo: “¡Crees que no sé Después de varios días, el individuo co-que tienes una amante, que me has estado menzó a pasearse con su chica actual enengañando todo este tiempo y que ayer te frente de Julieta, sin importarle nada. Ju-paseaste con ella por ‘Playas Negras’!” lieta no aguantó más esto y en ataques de rabia y celos fue a la siga de Pedro cuandoA lo que Pedro respondió: “¡Me carga que él iba al trabajo; la mujer se metió en lame sigan y sí, es verdad, tengo otra mujer mina sin que nadie la viera, agarró unay sabes por qué, porque me cargan tus picota que estaba a la orilla del frente dedesconfianzas y tu forma tan desabrida en carbón y comenzó a pegarle a Pedro hastala que me entregas tu amor!” darle la muerte. De pronto comenzó a temblar la mina y caían las vigas, la jovenJulieta le dijo: “Sabes Pedro, yo no te dejó la picota y comenzó a correr haciaseguí, fui donde la bruja del cerro y ella la superficie, pero una tosca de carbónme dijo donde andabas, también quiero le cayó en la cabeza dejándola inmóvil yque sepas que ya no te amo y quiero que cayéndole miles de piedras hasta matarla.te olvides de mi. ¡Pedro, amor!” Ambos murieron en el fondo de la mina,Julieta le dijo: “Sabes Pedro, yo no te sus cuerpos fueron sacados y enterradosseguí, fui donde la bruja del cerro y ella juntos y desde ese día comenzó a decirseme dijo donde andabas, también quiero que cualquier mujer que entrara a la minaque sepas que ya no te amo y quiero que causaría derrumbes.te olvides de mi. ¡Pedro, empieza a prepa-rarte, porque de aquí en adelante vivirás Actualmente comenta la gente que los venun infierno!” Pero Pedro no le hizo caso a deambular por los pabellones de Schwa-esas palabras de Julieta. ger y que escuchan algunos ruidos y voces que se asemejan a las de ellos.
El Ánima de JavierAutor: César González PinoSeudónimo: ThexcsrEn las frías noches de invierno, cuando el vien- sabiendo que al día siguiente una nueva jorna-to implacable azota las humildes casas del sec- da de sacrificio le esperaba.tor de Schwager, se puede oír el lamento de unniño y si se pone la debida atención, se puede Fue así que en sus largas jornadas de trabajoescuchar claramente que llama a su madre pi- conoció a Rubén, otro extraño en el lugar, yadiéndole ayuda. que venía de Santiago probando suerte en la nueva empresa; entre conversaciones salió queSegún se comenta en el sector, hace unos 60 él estaba solo y que pagaba un cuartucho enaños aproximadamente, cuando comenzaba una pequeña pensión del sector. Hernán, sien-todo el apogeo de las grandes empresas car- do cortés lo invitó a su casa, donde compartie-boníferas donde muchos dejaron sus hogares ron, comieron y el niño se llevó muy bien cony sus familias para unirse a esta gran aventu- Rubén.ra que era la extracción del carbón, llegó unmatrimonio joven: Elisa de 24 años, su marido Rubén, encariñado con el niño, comenzó a fre-Hernán de 30 años y su pequeño hijo Javier de cuentar la casa de Hernán, a lo que Elisa notan sólo 4 años, dejando atrás una vida tran- estaba de acuerdo ya que notaba algo raro enquila pero poco próspera, con la ilusión de que Rubén, pero no sabía descifrar bien lo que era;este nuevo trabajo los ayudaría a surgir y dar Hernán sólo sentía que encontró un buen ami-una mejor vida a su hijo. go.Los días para Elisa y su hijo pasaban lentos, El niño se sentía feliz con su tío Rubén, quienentre el abandono que ella sentía por el exceso lo regaloneaba y cada vez que el bolsillo se lode trabajo de Hernán y lo difícil que era lograr permitía le llevaba uno que otro regalo. Todocuidar a Javier, que era inquieto y no paraba de era normal para Hernán pero Elisa insistía quepreguntar una y otra cosa. algo no le gustaba de Rubén, pero como en aquellos tiempos las mujeres no tenían auto-Hernán llegaba agotado, con la picota todo ridad ni derechos, sino que primaba el machis-el día, la pala y sumido en la oscuridad de la momina, sólo quería llegar a su casa y descansar,
y era el hombre de la casa quien disponía y or- cumplidor en el horario pero el niño llegó can-denaba todo, Elisa no tenía más que acatar lo sado, con los ojos llorosos y no quiso comer.que su marido disponía, que era ley en su hogar Elisa preguntó por la actitud del niño, a lo queya que a la más mínima desobediencia o rebel- Rubén respondió que otro niño lo había pasadodía por parte de ella, sería duramente castigada a golpear cuando jugaban y por eso tenía loscomo acostumbraban todos los machistas, a ojos llorosos, que si no comía era porque él legolpes. dio muchas golosinas y se disculpó.Fue en un día frío que Rubén le solicitó a Her- Pero Elisa estaba intranquila y observaba aten-nán que lo dejara llevar al niño a la plaza que ta cada movimiento y gesto que Rubén teníaestaba a dos cuadras de su hogar, para que to- hacia su pequeño hijo; las salidas se hicieronmara aire y jugara un rato con otros niños, que mas frecuentes, Elisa se oponía pero Hernána las 5 de la tarde estarían de regreso para la decía que era el único momento de relajo quemerienda del niño. él tenía, ya que necesitaba descansar y muchas veces el niño no lo dejaba. El niño empezó aLlegaron a las 5 a la casa, Rubén fue muy cum- cambiar su forma de ser, estaba mas introver-plidor en el horario pero el niño llegó cansado, tido, comenzó a orinarse y a manifestar recha-con los ojos llorosos y no quiso comer. Elisa zo hacia los gestos de cariño (caricias, besos,preguntó por la actitud del niño, a lo que Rubén abrazos, etc...).y era el hombre de la casa quien disponía y or-denaba todo, Elisa no tenía más que acatar lo Las señales estaban claras pero tanto Elisaque su marido disponía, que era ley en su hogar como Hernán no las veían, sólo Elisa tenía unya que a la más mínima desobediencia o rebel- poco de distancia hacia Rubén, pero sólo eso,día por parte de ella, sería duramente castigada porque algo raro la hacía tomar esa distancia,como acostumbraban todos los machistas, a pero eso no impedía ir en contra de su marido,golpes. evitando que el pequeño Javier siguiera pasan- do por el martirio y las vejaciones a las queFue en un día frío que Rubén le solicitó a Her- Rubén lo sometía.nán que lo dejara llevar al niño a la plaza queestaba a dos cuadras de su hogar, para que to- Javier, en su inocencia aceptaba los caprichosmara aire y jugara un rato con otros niños, que de Rubén. Bajo amenazas y engaños, Rubén loa las 5 de la tarde estarían de regreso para la sacaba de la seguridad de su hogar hacia esemerienda del niño.Llegaron a las 5 a la casa, Rubén fue muy
cuartucho que se había transformado en la peor Rubén lo observaba y en su mente miles depesadilla del niño. aberraciones pasaban una y otra vez, como una cinta de video; fue así como tomó al niño yFue en una de esas salidas que todo cambió en se fue a su cuarto, en donde llevó a cabo susel hogar de Elisa y Hernán. Eran las 3 de la más bajas pasiones, violando al pequeño, quientarde, estaba nublado y como siempre Rubén en su llanto de dolor no podía comprender loconvenció a Hernán para salir con el peque- que el tío Rubén le hacía que le causaba tantoño Javier; sus pasos lo encaminaron hacia la dolor. Consumada la aberración, el niño no de-pequeña plaza, lo dejó jugar un rato con otros jaba de llorar. Rubén, intranquilo y perturbadoniños y luego argumentó que debían regresar a por lo que había hecho, pensaba cómo se lo ex-casa porque estaba por llover. El niño se dejó plicaría a su amigo, ¿qué diría cuando el niñollevar hacia ese lugar en donde Rubén sacia- contara todo?... Lo negaría, pero ¿le creerían?ba sus más bajos instintos, pero sin consumaraún la violación. El niño era tocado, besado, Elisa regresó del hospital con su marido y en sumanoseado y obligado a realizar lo mismo a casa estaba la vecina llorando, explicando quesu agresor, esto hacía que el niño en su mente dejó el niño al cuidado del señor Rubén y queinocente asociara que todo gesto de cariño era cuando regresó ya no estaban en la casa. Elisasucio, inadecuado y malo. desesperada le pedía a su marido que fuera por el niño, Hernán salió rápidamente pero cuandoTodo se dio para que este ser despreciable lo- llegó a donde Rubén el pequeño cuarto estabagrara su cometido. vacío. Llovía muy fuerte, el viento casi no de- jaba avanzar.Elisa pasó una mal día, tenía un fuerte dolorde estómago, necesitaba ir al hospital, así que Hernán regresó a su casa, pensando que tal vezapenas llegó Hernán le pidió que la llevara, su amigo había llevado al niño de regreso; perodejando al niño encargado a la vecina ya que no había sido así, ni su amigo ni su pequeñose encontraba dormido; fue cerca de las 11 de hijo habían regresado. Comenzó la búsqueda,la noche que Rubén llegó a casa de su amigo, pero no había señales de ninguno de los dos,la vecina le informó lo acontecido y le pidió los gritos desesperados de los padres alertaronque se quedara unos minutos con el pequeño, a los vecinos quienes se unieron a ayudar; eranmientras ella daba una vuelta a su casa. minutos de angustia, de llanto, de lamentacioHabía comenzado a llover, hacía frío y el yel pequeño dormía plácidamente en su cama.
nes. Elisa sólo quería a su niño, suplicaba para en que el pequeño Javier cumplía años- un pi-que nada le hubiese pasado, pero no sabía que que donde aseguran ver al niño saltar, se llenael descuido de su vecina había ocasionado la de flores blancas y muy perfumadas, que losdesgracia del pequeño Javier. lugareños perciben ese olor desde sus hogares y saben que es el pequeño Javier que cumplióRubén no apareció. En su desesperación por un año mas.callar al niño y evitar que se enteraran de loque había hecho, lo llevó al sector de la mina Rubén se dejó llevar nuevamente por sus ba-en donde, sin compasión alguna, lo golpeó en jos instintos, fue apresado y fue en la cárcella cabeza con una roca, lanzándolo luego a un donde pagó todo el daño y el horror que causópique abandonado y dejándolo ahí, en donde a Javier; fue golpeado y brutalmente violado,agonizó por horas hasta dar su último suspiro. fueron los presos los que le hicieron sentir el mismo dolor y desesperación que él hizo sentirNunca se encontró el cuerpo del niño, sólo se a ese niño inocente. Murió solo en su celda, sinencontró en el cuarto rastros de lo sucedido y recibir siquiera la ayuda de los guardias.fue ahí donde Elisa comprendió porqué su re- de su compañía.chazo hacia ese hombre que le había quitado lavida a su hijo, violándolo y privándola a ella de Elisa y Hernán abandonaron el sector, regre-su compañía. sando a su lugar de origen, en donde Elisa dice escuchar cada noche a su hijo llorar y pedirleElisa y Hernán abandonaron el sector, regre- ayuda; Hernán y Elisa se separaron; Elisa nun-sando a su lugar de origen, en donde Elisa dice ca perdonó a Hernán por dejar a su hijo con unescuchar cada noche a su hijo llorar y pedirle extraño, con un amigo que casi no conocía, deayuda; Hernán y Elisa se separaron; Elisa nun- quien no sabía nada, sólo lo que él contaba enca perdonó a Hernán por dejar a su hijo con un el trabajo.extraño, con un amigo que casi no conocía, dequien no sabía nada, sólo lo que él contaba en Es por eso que en las frías noches de invier-el trabajo. no, en los alrededores de la mina Schwager, se escucha el lamento y el incesante llanto de unEs por eso que en las frías noches de invier- niño llamando a su madre y suplicando ayuda;no, en los alrededores de la mina Schwager, se se dice además que todos los 20 de junio -fechaescucha el lamento y el incesante llanto de un en que el pequeño Javier cumplía años- unniño llamando a su madre y suplicando ayuda;se dice además que todos los 20 de junio -fecha
pique donde aseguran ver al niño saltar, se lle-na de flores blancas y muy perfumadas, que loslugareños perciben ese olor desde sus hogaresy saben que es el pequeño Javier que cumplióun año mas.Rubén se dejó llevar nuevamente por sus ba-jos instintos, fue apresado y fue en la cárceldonde pagó todo el daño y el horror que causóa Javier; fue golpeado y brutalmente violado,fueron los presos los que le hicieron sentir elmismo dolor y desesperación que él hizo sentira ese niño inocente. Murió solo en su celda, sinrecibir siquiera la ayuda de los guardias.
El Árbol Encantado de CarampangueAutor: Fabián Sánchez PinoSeudónimo: El bifa Arellano“Hace mucho tiempo, en un lugar cercano al día siguiente. Se levantó temprano el tercer díarío Carampangue, había un hermoso árbol de y con mucha duda fue a buscar la leña. En efec-tronco y ramas firmes, que atraía la atención de to, el estupor fue mayúsculo al ver el hermosolos lugareños. Aquella mañana, un campesino árbol entero en su sitio, sin corte en su tronco ohuinca recién llegado salió a buscar leña para ramas. El hombre volvió a su casa con las ma-su casa y al verlo no resistió la tentación de nos vacías. Cuentan que los espíritus protec-partirlo. Fue difícil su trabajo, el árbol se resis- tores del pueblo mapuche lo habían plantadotía a ser derribado. Finalmente lo logró, pero una noche de luna llena, como un centinela quese le había hecho tarde para trozarlo. Tomó su avisaba la presencia de los invasores españo-hacha y se fue a su casa, dispuesto a volver al les. Hoy día se mantiene como un símbolo deotro día con una carreta para terminar con su la resistencia.”faena. La persona que me relató esta historia dice queGrande fue su sorpresa cuando regresó a trozar tenía 20 años cuando a él se la contaron y aho-el árbol: lo encontró en pie y sin huella de su ra, a la edad de 89 años, aun se acuerda de estahacha en el tronco. Pensó que su memoria le leyenda de la provincia de Arauco.estaba jugando una broma y se dispuso a de-rribar el árbol. Con gran sacrificio y sin parar, Y los habitantes y familiares de Carampangueal mediodía cayó el poderoso árbol a tierra. que tengo yo y que vieron ese testimonio, di-Luego hizo leña del árbol caído y sin darse cen que aún ellos creen que eso sucedió….cuenta cayó la noche. La oscuridad le impedíacargar su carreta, por lo que decidió volver al
El Árbol Hecho SantoAutor: Diego Bustos AlmendraSeudónimo: DBBAUna tarde de sábado, después de compartir cuando iba hacia la playa, pasaba a arrancarleun rico almuerzo en familia, sentimos un ex- algunas hojas llevándolas a su hogar.traño ruido en el techo, yo me asusté muchoy pregunté: “¿Qué fue eso?” Mi abuelita me Era tanta la gente que pasaba por allí que lesrespondió: “¡debe haber sido un gato!”. Desde llamaba mucho la atención verlo. Entre tantasese momento me dio mucha curiosidad saber personas, también iban hombres a cortar leñasobre las antiguas leyendas que contaban, ella para calentarse en su casa. De pronto aparecióme empezó a nombrar unas como ‘La pisci- un hombre alto, moreno y de barba, el cualna de las monjas’ en Maule, ‘La taco alto’ de vestía ropa muy vieja y un gorro de lana, enSchwager y ‘El santo del boldo’. su mano derecha llevaba un serrucho de dien- tes muy afilados. Al ver el árbol, subió hastaLuego nos quedamos un momento en silencio él y comenzó a cortar, sudando cada vez más.y en ese instante sentí interés por saber, con las Al pasar un rato, sintió mucho miedo tras dar-palabras de mi abuela, la leyenda del ‘Santo se cuenta que el árbol se vestía de sangre, eldel Boldo’. hombre corrió asustado, perdiéndose entre los arbustos y dejando todo tirado. Al poco tiempoElla se quedó pensando, recordando aquella se supo que el hombre había tenido un gravehistoria que había ocurrido hace muchos años accidente.atrás; luego, se levantó de la mesa y buscandoel mate, la yerba y el agua caliente, volvió a Finalmente esto llegó a oídos de un sacerdote,sentarse a mi lado y poniendo su mirada fija- el cual lo declaró un lugar santo.mente en la mía, dijo: “¡está bien, te la conta-ré!” Hoy en día son muchos los fieles que van a pe- dirle que interceda por ellos, ya sea por enfer-“Esta historia ocurrió camino a Maule donde, medad, trabajo o estudios, encendiendo velas yal costado del cerro, había un árbol de mediana dejando flores a sus pies.”altura llamado ‘Boldo’; sus hojas verdes, grue-sas y brillantes servían de medicina. La gente, -”¡ Abuelita, Me gustó mucho escucharte!”
- “Sí, mi niño, pero ahora estoy muy can-sada y es hora de dormir, mañana te podrécontar otra historia de aquellas leyendasque se cuentan. Buenas noches y no teolvides de rezar.”
El Pequeño Héroe de la MinaAutor: Camila Soto AzócarSeudónimo: HayleyCaía la tarde y como toda esposa minera, ros abandonaban sus hogares acompañadosMarta comenzaba a preparar el rico pan de aquella característica brisa matinal, paraamasado característico de la zona; sus pe- adentrarse en aquel oscuro túnel de carbónqueñas hijas entusiastas le ayudaban, mien- donde emociones iban y venían.tras solían entonar dulces melodías juntoa su madre; mientras tanto Javier, el hijo Al interior de la mina, el tema que se co-mayor, esperaba la llegada de su padre, a mentaba últimamente era la entrada dequien quería y admiraba demasiado. Javier Javier, el hijo de Juan, a la mina; todosdesde pequeño sentía temor de que algo comentaban que ya estaba en la edad parapudiese sucederle a su padre en la mina, ya comenzar a trabajar y que seguro seríaque aún recordaba lo que le había sucedido un gran minero como su padre; todos losa su abuelo hace algunos años. trabajadores le tenían gran cariño a Juan, siempre destacaban su buena voluntad,Tras el paso de unos minutos Campeón, el su alegría y sus buenos consejos. “Era unperrito de la familia, anunciaba la llegada ejemplo de persona” decían sus compañe-de su amo ladrando, saltando y moviendo ros. Él sólo decía “no es para tanto”, entrela cola. Javier fue corriendo a saludar a su risas y carcajadas. Así pasaban las horaspadre, mientras Marta y las niñas prepara- junto a la mina del carbón que en cualquierban la mesa para tomar once. momento podía traer hechos que opacaran el día. Gracias a Dios, en el último tiempoCada tarde se vivía una alegría familiar en nada grave había acontecido. Llegaba lala mesa, Juan solía relatar aquellas leyen- hora de retornar a casa, los mineros agota-das que caracterizaban a la zona. Sus hijos dos y con sus ropas cubiertas de aquel os-atentos, disfrutaban escuchando aquellas curo polvo que también cubría sus rostros.misteriosas pero divertidas historias lo-cales. A pesar de ser una familia modesta Al llegar a casa, Juan buscó a Javier paranunca les faltó nada, ya que el amor y la hablar sobre su inicio en la mina; le pre-alegría familiar llenaban sus vidas. guntó si se sentía preparado, Javier respon-Como cada mañana, Juan y todos los mine- dió de inme
diato que si, pero igual expresó el temor que le trabajaban en la mina asistieron allí. Fue eldaba. Juan comenzó a aconsejarlo como siem- momento más triste para Marta y Juan, lapre lo hacía y así pasaron las horas y anoche- muerte de su hijo los afectó muchísimo.ció. Pasaron los años, Marta y Juan iban a visi-Tras el paso de una semana llegó aquella ma- tar cada semana a Javier en el cementerio,ñana tan esperada, Javier se alistaba para em- le llevaban flores y le contaban las cosasprender un nuevo camino como minero, junto que sucedían en la mina y en el pueblo. Aa su padre. Al llegar a la mina sintió el grato pesar de que ya no estuviera junto a ellosrecibimiento de sus compañeros que lo salu- físicamente, su presencia y el recuerdo dedaban muy amablemente. Mientras trabajaban, aquel pequeño, que con coraje se sacrificóJavier presintió que algo extraño iba a suceder por salvar a su padre, estará siempre en losen el lugar pero él no quiso avisar de esto. Pa- corazones de sus seres queridos.saron las horas y todo seguía normal hasta quesonó algo muy ruidoso, Javier sintió que algole iba a ocurrir a su padre…El niño vio que algo estaba a punto de caer so-bre Juan, su padre. Javier se aproximó a salvar-lo pero por tratar de salvarle la vida a su padre,el que murió fue él. Juan sintió qucorazón desu hijo ya no latía más, se sintió muy cul-pable ya que por tratar de salvarlo a él, Ja-vier perdió su vida.Cuando la madre, Marta, se enteró de loocurrido no pudo dejar de llorar, apenaspodía mantenerse en pie. El dolor que teníaen su corazón era inmenso, al igual que eldel padre.A los dos días después fue su funeral, to-dos los familiares, amigos y mineros que
Esta es la Historia de José ChicharrónAutor: Richard Valencia JaraSeudónimo: RivajaEn las minas de Schwager trabajaba un mine- fue grande su sorpresa cuando vio que su panro llamado José, el que todos conocían como no estaba en el guameco; entonces pensó queJosé Chicharrón, ya que su mujer, apodada Sra. su mujer no se lo había echado, por lo que re-Rosa Panadera porque fabricaba y vendía pan gañó de gran manera, mientras sus compañerosen los hornos de Chollín, le enviaba de man- se reían y lo instaban a que siguiera regañandoche todos los días pan con chicharrones, lo que en contra de su mujer, diciéndole que ella no seaprovechaban sus compañeros para molestarlo preocupaba de él, que no lo quería, que lo en-y reírse de él, pues cada día le preguntaban a la gañaba, etc. Como fue demasiada la risa, Joséhora de colación “¡oye, José! ¿Qué trajiste de se dio cuenta que su esposa no era la culpablemanche?” A lo que él respondía “pancito con y acusó a sus compañeros de sacarle el pan, achicharrones”. Como esto se hizo habitual, los lo que ellos respondieron que a lo mejor fue unamigos lo apodaron José Chicharrón. ratón, de los que andaban en cantidades en la mina, el que le había comido su rico pan conCada día, José Chicharrón compartía su labor chicharrones, por lo que ellos, como buenosde minero disparador con sus amigos barrete- amigos y compadres, le convidaron un trocitoros. Trabajando arduamente, tomaban agua de de manche para que su buen amigo pasara ella charra y siempre había alguien que tiraba mal rato y por supuesto el hambre, que a esauna broma a la que los otros contestaban, lo hora le invadía.que hacía divertido el pesado trabajo que todosrealizaban. Un día de invierno, en que llovía a chuzos, José Chicharrón debía ir a trabajar al primer turno,Un día el minero apodado Bam-Bam por sus que comenzaba a las 06:00 horas, por lo quedotes de futbolista, esperó que José Chicharrón se levantó muy temprano y desayunó el caldi-fuera a un rincón a medir el gas grisú acumu- llo que le preparó su esposa Rosa. Se despidiólado en el sector, para comerse su rico pan con de ella con un beso recibiendo su bendición yachicharrones, el que disfrutó con sus demás que como sabemos el trabajo de la mina escompañeros entre risas y bromas. Al rato apa-reció José Chicharrón, con gran entusiasmo,invitando a sus compañeros a colación, pero
extremadamente peligroso y sacrificado. José rápidamente y con mucho esfuerzo despejó eltomó el bus de la compañía, donde ya venían lugar. Los mineros corrieron pero uno de ellossus compañeros que lo recibieron con un gran cayó en el camino, lo que fue fatal porque el¡¡buenos días!! Alegres y talleros como todos gas grisú no espera. Ocurrió en ese instantelos mineros, hicieron el recorrido a la mina de una explosión que acabó con su vida dejandoSchwager, pero en este día de lluvia, truenos y a los demás, incluido José, con graves quema-relámpagos se sentía algo raro en el ambiente duras. Este día los equipos de rescate tuvierony José Chicharrón tenía un mal presentimiento. un gran trabajo para rescatar a los sobrevivien-Los mineros llegaron a la Empresa donde se tes y fallecidos en esta tragedia, los llevaron alcambiaron de ropa, tomaron sus lámparas y se hospital de la Empresa, donde José Chicharrónembarcaron en la jaula que los llevaría al fondo murió y hoy es recordado como un héroe, por-de la mina. Al llegar sintieron que la tierra cru- que dio la vida por sus compañeros.jía, entonces advirtieron que estaba temblandoy como buenos mineros, no se asustaron e hi- Su esposa, la Sra. Rosa Panadera, continúacieron bromas con esta situación. Continuaron vendiendo su pan con chicharrones en el centrosu recorrido en carros hacia el sector de tra- de la ciudad, donde tiene sus fieles clientes.bajo; los mineros cantaban, gritaban, hacíanbromas, etc., con el fin de hacer de este trabajosacrificado y peligroso, algo entretenido. Fueasí que comenzaron su labor diaria en el frentede la mina donde extraían el carbón. Transcu-rrieron alrededor de tres horas de trabajo cuan-do José Chicharrón junto a sus compañeros defrente advirtieron algo extraño en el ambiente;es por esto que tomó su instrumento y midió elporcentaje de gas presente, el que estaba muyalto por lo que dio de inmediato la alarma paraque todos los mineros evacuaran porque el gasgrisú se había apoderado peligrosamente dellugar. Todos dejaron sus herramientas aban-donadas y corrieron desesperados, alejándosede este lugar. Tres mineros quedaron atrapadosen una compuerta. Cuando José Chicharrón sedio cuenta de ésta situación, volvió a ayudarlos
Juan el MineroAutor: Fernanda Palacios MercadoSeudónimo: Fernie P. M.Cuenta la leyenda que, hace muchos años atrás, ojos negros brillaban ante la alegría. Pero esteexistía un pueblito azotado por la pobreza. carbón tenía algo especial, el hombre llenabaHombres, mujeres y niños salían a recolectar su saco y la ruma quedaba tal cual. Juan gritabamariscos cuando la marea bajaba, para poder y saltaba, diciéndole a su esposa: “¡Soy rico,venderlos y así llevar algo de dinero para poder mujer! Nunca más pasaremos hambre”.comprar el pan, alimento que no podía faltar enla mesa de sus hogares. Al llegar a su casa, les comentó a los vecinos de su hallazgo. En un principio, todos creíanAsí transcurrían los días, los meses y los años. que Juan tenía un pacto con el diablo y no seJuan, un hombre del pueblo, acostumbraba a explicaban cómo era posible que aparecieracaminar por los alrededores junto a sus dos aquella ruma de carbón en un lugar en el quepequeños y a su joven mujer, que llevaba en no existían las minas. Después de mucho co-su vientre a un tercer hijo; les hablaba y los mentar por todos lados lo ocurrido decidieronentretenía, cada vez que su imaginación lo lle- al fin arriesgarse, la necesidad los obligaba.vaba a lugares extraños, para hacer más ameno Con temor fueron al lugar y llenaron sus sacos,el viaje de ida y regreso. Fue en uno de estos regresando a casa felices, habían encontradopaseos cuando, de repente, vio la silueta de un una nueva fuente de trabajo.hombre vestido de minero, lo que le pareció Al otro día salieron temprano, antes de quebastante raro pues no existía en el pueblo este cantara el gallo, y vieron otras pilas de carbóntipo de actividad. Lleno de curiosidad se fue como si alguien las hubiese dejado ahí. Ellosacercando, pero lo que era aún más extraño es empezaron a excavar con sus chuzos y dondeque entre más cerca estaba, más nítida se hacía excavaban una nueva veta aparecía. Sus muje-la silueta; hasta que llegó al lugar y cual sería res los acompañaban para hacerles la comida,su asombro al no encontrar a nadie, pero en el aunque no entraban a la zona minera ya quelugar había una ruma de carbón negro y brillan- pensaban que esto les traería mala suerte. Co-te. Pasmado por tal hecho, Juan tomó su saco y menzaron a formarse las minas en aquel pue-comenzó a llenarlo, con la esperanza de poder blo, había más y más carbón y todo parecíavender el carbón y llevar dinero a su hogar. Sus surgir
Pronto se corrió la voz y llegaron afuerinosde distintos lugares, lo que hizo prosperarrápidamente la actividad. Se fueron que-dando ahí, el comercio fue creciendo, ha-bía nuevas oportunidades para una mejorcalidad de vida, fueron formando familiasy así se creó el pueblo que ahora es llama-do Coronel.Juan siempre tuvo la idea que su últimohijo venía con la marraqueta bajo el brazo. 95
La Capa MisteriosaAutor: Sofía Muñoz RubioSeudónimo: SocomuruHace unos cincuenta años atrás, más o menos, Todos los que allí vivían eran de tradición mi- nera, vivían del trabajo de la mina y por lo tan-ocurrió una historia bastante especial, miste- to eran muy sufridos y tímidos. Por los turnos que ellos hacían, muchas veces las mujeres yriosa y un tanto extraña, por lo que me ha con- sus hijos pasaban las noches solos.tado mi abuelita. Esto fue específicamente enlos antiguos pabellones de Schwager.Siempre su mamá le narraba historias entrete- Como vivían en la pobreza no tenían baños alnidas, que después se convirtieron en leyendas interior de sus casas, usaban pelelas y recipien-y que hoy en día son muy conocidas. Por lo tes, que muchas veces lanzaban por la venta-general producían miedo. na para no salir hacia afuera por el miedo que ellos sentían.La que yo voy a contar, se trata de un hom-bre que aparecía misteriosamente todas las Cada día se hacía más frecuente el rumor quenoches y vestía una gran capa negra, un som- durante todas las noches rondaba el diablo ybrero grande con alas y le brillaban los dientes. entonces comenzaron a hacerle la guardia, peroRecorría los pasillos angostos y oscuros todas desaparecía misteriosamente y no se atrevían alas noches, provocando mucho miedo entre las perseguirlo por el terrible miedo que provoca-personas que allí vivían. Lo más terrible es que ba.se le aparecía, sobre todo, a las mujeres queeran más jóvenes. Pasaba y pasaba el tiempo y no podían descu- brir a este personaje misterioso, había dudasComenzó a correr la voz y todos decían que era entre las personas.el diablo que se aparecía todas las noches. Ade-más la luz era muy escasa, lo que hacía sentir Dicen que mi bisabuelita era bastante valien-más temor. te, a pesar de que era joven. Una noche salió a botar la pelela y la lanzó de la puerta haciaDesde entonces no se atrevían a salir tarde por- la ventana, sin darse cuenta que estaba esteque podían encontrarse con este personaje. personaje y lo dejo todo mojado. este hombre gritó98
se enojó mucho, diciéndole “¡qué estáshaciendo, cabra de porquería!”. Y ella des-cubrió que el supuesto diablo que aparecíatodas las noches, era nada menos que unsargento de carabineros que hacía guardiadurante toda la noche y que acostumbrabaa mirar por las ventanas. Ahí descubreque todas las características que se habíandado pertenecían a este hombre y, comolas noches eran tan frías, se vestía con esacapa inmensa de ‘castilla’, con el cuellosubido y un sombrero grande, lo que hacíaimposible reconocerle la cara.Parecía que él gozaba con producir mie-do, además que se creía ‘amo y señor’ enaquel entonces. La reacción valiente demi bisabuelita fue retarlo por todo el dañoque estaba produciendo y, desde entonces,comienza a vivir la gente sin temor y cadavez que lo veían lo retaban.Lo que me llama la atención es que aúnhoy en día, sobre todo en los campos,todavía la gente cree que aparece el diablopor la noche, vestido con esta capa negray dientes de oro que le brillan.
La Niña del MarAutor: Maritza Salazar NavarreteSeudónimo: MafiHace unos años una niña de nombre Antonia, Nadie podía sospechar siquiera lo que estabavivía con sus padres en las cercanías de Cale- por venir. Amanecía y el galope de un caballota Maule; era una niña normal, con sus cosas despertó a Don Mauro, quien se levantó presu-de adolescente y la vitalidad de alguien de su roso a ver quién se acercaba a su hogar. Era unedad; dedicada a estudiar y ayudar a sus pa- mozo de unos 30 años, moreno, de cabelleradres; en la pequeña casa, su vida transcurría oscura y el trabajo bruto se hacía notar al vercon normalidad. su cuerpo bien desarrollado.Lo que hacía notar una diferencia en su diario Entre la prisa y la sorpresa, Don Mauro olvidóvivir era cuando pasaba algún forastero por el por completo a su hija y por lo mismo el rituallugar, a quien se atendía con cordialidad y se le de ocultarla. Fue así como la niña, sin previoproporcionaban regalos para el viaje (comida, aviso, se presentó en el comedor ante la vistaagua). cautelosa del extraño, quien la observó de una manera minuciosa y comentó lo bella que eraNo era raro ver a la niña husmeando cuando la niña, a la que el padre, presuroso, le ordenóaparecía algún extraño por el lugar; oculta, volver a su cuarto.observaba como sus padres compartían, cosaque ella tenía prohibido ya que por orden de su “Déjela desayunar con nosotros”, dijo el extra-padre tenía que esconderse cuando esto acon- ño.tecía. La desconfianza y el amor de este padrehacia su hija lo hacían ocultarla de cualquier “No es adecuado que una niña de su edad estéposible peligro y la llegada de un extraño a su escuchando la charla de los adultos”, argumen-hogar, era considerado un peligro para él. tó don Mauro.Por lo mismo, ocultaba a su hija, quien debía “¡A tu cuarto, niña! estás en camisón. Vístete ypermanecer muchas veces horas escondida, dedícate a tus labores”, le ordenó el padre.siendo vigilada por la madre, quien le sumi-nistraba los alimentos en esos largos periodosde tiempo.
La niña obedeció sin decir nada. El viajero, que didas de su hogar y que mintiera a sus padres en su asistencia al colegio, tiempo que aprove-se llamaba Fernando, sólo la observó alejarse, chaba Fernando para hacer realidad sus locurasmirando fijamente esa delicada silueta que des- con Antonia.aparecía ante sus ojos.Fue entonces cuando comentó que había com- Pasaban los días y el padre de Antonia empezóprado un terreno cerca, que serían vecinos y a sospechar y a desconfiar de su hija, al puntoque podían ayudarse y compartir como tales. de vigilar cada paso, cada mirada, entre ella yDon Mauro no se alegró con la noticia. Vio en Fernando cuando éste los visitaba, ya que aho-ese hombre un peligro para su niña, quien a sus ra eran vecinos y no había necesidad de ocultar15 años aún no sabía nada del amor y nunca a la niña; se veían cada vez que él los visitaba.había siquiera fijado su atención en nadie.Los días transcurrían normales y una nueva vi- Fue así como una noche descubrió el amoríosita de Fernando llegó a inquietar la tranquila que había entre su hija y Fernando, sin com-personalidad de don Mauro, quien a la distan- prender cómo un hombre que le doblaba encia levantó su mano, saludando. edad podía seducir así a una niña, ¿con qué in- tención?, ¿qué lo impulsaba a aquello? PorqueLa niña ayudaba a su padre y una vez más su él estaba seguro que no era por amor.mirada se cruzó con la de aquel extraño, unamirada tierna, pura, inocente; mientras él veía Se enfrentó a aquel hombre, encarándole laen ella la oportunidad de una nueva aventura, maldad de su proceder. Mientras la niña decíade divertirse, sin pensar siquiera en el daño que estar enamorada y que no era una niña, queesto podría causar. era mujer y merecía estar con el hombre que amaba. Fue en ese momento, cuando el padreFue así como se inició esta furtiva y dramática decide ponerle término a esta aberración, se-historia de amor, entre una adolescente tímida gún él, y Fernando sólo explicó que la niña see inexperta y un hombre aventurero y mujerie- le había insinuado y que él, como hombre, nogo. podía quedar mal.Sus encuentros fueron pocos, pero bastaron Producto de esto, el padre encerró en un cuartopara que la niña se enamorara de Fernando, a su hija, alejándola de todo contacto con elquien aprovechando esto hacía y disponía de mundo exterior y así lograr, por fin, alejarla
para siempre de Fernando. Pero todo fue en Fue en ese momento de tristeza que Fernandovano, la niña seguía sufriendo por su amor y volvió a sus pensamientos y sin pensarlo entrómás aún al descubrir que en su vientre llevaba a las frías aguas de aquel mar, con su hijo en losel fruto de aquel gran amor. brazos, sin razonar, sin hacer súplica del llanto de ese niño, se fue adentrando más y más en lasLos meses pasaban y Fernando, en busca de profundidades de esas aguas, hasta desaparecermejores frutos, vendió su granja y se fue del totalmente.lugar, sin siquiera pensar en aquella niña y sinestar enterado que pronto sería padre. Fue sólo en la mañana que los padres notaron su ausencia y comenzó la penosa búsqueda.Con esto, el padre liberó a la niña de su cau- Fueron dos largos días, hasta que por fin untiverio y la dejó andar tranquilamente por el lugareño encontró rastros de la terrible desgra-lugar; ella pudo continuar con sus paseos a la cia. A orillas de la playa estaban las vestidurasplaya, mientras su bebé crecía en el vientre, sin ensangrentadas de la joven y los restos de san-ella saber que el término de su vida esta muy gre dieron a saber lo sucedido.cercana. Los padres no pudieron soportar el dolor de laSus paseos a aquel lugar mágico en donde se pérdida de su hija y se fueron del lugar, recor-sentía segura y tranquila, fueron diarios. Su dando siempre que su hija se fue por culpa dellanto, su pena, su incesante pensar, la estaban un hombre que no tenía corazón, un extraño,llevando al fondo del abismo; nunca tuvo noti- como le llamaban ellos. “Tanto protegerla -secias de Fernando, sólo lo que su padre le dijo, decían- y terminó así.”que se marchó del lugar reconociendo que sólohabía jugado con ella y que no era hombre de Se dice que en las noches se escucha el llantohogar como para asumir un compromiso. de la madre y del niño a orillas de la playa y que todos los 11 de octubre, pasada la media-Sin que sus padres lo notaran, la niña sintió noche, se puede ver a Antonia a orillas de esala hora del parto y sola se fue de madrugada playa, acurrucando a su bebé y apenas empiezaa orillas del mar, donde sus gritos y su llanto a amanecer, entra nuevamente a las profundasse mezclaban con los ruidos de los animales y frías aguas, sin dejar de llamar a su amadonocturnos que parecían estar más alborotados Fernando.aquella noche. Nació un niño, que envolvióentre sus ropas y observó por largo tiempo, lecanto, lo meció y lo arrulló entre sus brazos.
Fue así como, una vez más, un amordesenfrenado logró arrebatar dos vidasinocentes y destruir la tranquilidad de unafamilia.Fernando fracasó en sus proyectos, perdiótodo lo que había logrado, nunca se casó yterminó sus días solo en un asilo, murien-do en una noche fría en compañía de lasoledad.Mientras, en la localidad fue muy comen-tada esa desgracia, la que con el paso deltiempo se transformó en una leyenda dellugar que, según se dice, no se sabe si fueverdad o sólo una leyenda más del sectorcarbonífero, como tantas otras.
Lamentos de un Último AbrazoAutor: Juan Acosta PrietoSeudónimo: Daniel AcosbySegún la más férrea tradición, las mujeres no un día jueves, estaba atormentado por un can-bajan a las minas pues son consideradas ‘mala sancio que lo desanimaba, el cual hacía impo-suerte’. La triste realidad es que la mala suerte sible la labor. Cuando por fin llegó a casa, Lui-no era más que una simple creencia de épocas sa y Marcela le tenían ya lista la comida comopretéritas, por la cual a las mujeres se les tenía siempre, pero Antonio desistió de comer y lesestrictamente prohibido el bajar a una mina ya dijo: “hoy no comeré ya que he tenido un arduoque, según la leyenda, la madre tierra, atormen- trabajo, sólo quiero descansar” y se fue a acos-tada de celos, liberaba el grisú, un gas malig- tar, esclavizado de cansancio. Luisa y Marcelano invisible y cuyo olor no se percibía hasta el se miraron estupefactas, ya que les impresionómomento fatal, el cual se inflamaba y la mina que su padre haya rechazado la cena, ordena-explotaba. ron la habitación y se fueron a dormir. En ese entonces Marcela no pudo conciliar el sueño,En Lota vivía una pequeña familia, la cual sólo pensaba en cómo podría ayudar a su pa-estaba integrada por Antonio, un sacrificado dre, ya que cada vez lo veía más débil, pensabatrabajador minero, el cual había perdido a su que el trabajo le estaba jugando sucio y que seesposa cuando sufrió una grave enfermedad le adelantaba la vejez. En eso, despertó a Luisaal estómago; en tanto, de ella sólo quedaban y le dijo: “Parece que el tiempo se le adelantasus hijas, Luisa y Marcela. Luisa era una joven a papá, cada vez lo veo más cansado, pero estade 15 años y Marcela, menor que su hermana, vez el cansancio lo superó, me gustaría intentartenía 13 años. Vivían en el Pabellón 43, en la ayudarlo a traer el pan a la casa”. Luisa res-casa 4. Por las tardes, cuando su padre se iba al pondió: “Ya le ayudamos con los quehacerestrabajo, ellas quedaban a cargo de los quehace- de la casa, le preparamos comida cuando él lle-res de la casa; sus cortas edades no les eran im- ga, con eso ya le ayudamos bastante; a menospedimento para saber cocinar, ya que estaban que quieras ir a la mina a picar carbón y luegoacostumbradas a que cuando su padre llegaba venderlo a algún comerciante o algo por el es-le tenían la comida preparada. tilo”. “¡Eso nunca se me había pasado por la mente!”, dijo Marcela; pero, con unUna tarde, Antonio fue a trabajar a la mina; era
sobresalto, Luisa se acomodó en la cama y le al recordar a su madre, lo cual le hizo cambiardijo: “ya el sueño te está dominando, no hables de parecer, siguiendo así a su hermana y en-estupideces y duérmete”, y se quedaron dormi- caminándose en el peligroso trayecto hacia ladas en instantes. mina. Apenas llegaron al lugar, Marcela le dijo a Luisa: “Tenemos suerte, la mina está abierta;Cuando se levantaron al otro día, se dieron hay cascos por ahí, toma uno y te lo pones; yocuenta que su padre ya había partido a la fae- me ocuparé de la picota, seré la encargada dena y Marcela insistió en que debían hacer algo sacar el carbón”. Así, se internaron en la pro-para ayudarlo, por lo cual salió sin avisarle a fundidad de la mina y cuando llegaron a ciertoLuisa a dónde se dirigía. nivel de profundidad Marcela se ocupó de sa- car carbón, tal y como lo había planteado. FueAl terminar la faena, los mineros se dirigieron ahí que escucharon un murmullo que venía decada uno a sus casas. Marcela volvió también la oscuridad, era una voz de mujer, les parecíaa casa, lo más pronto que pudo, para esperar a que las llamaba y en ese momento recordaronsu padre al llegar a la casa. Tenía muchas ga- a su madre. Siguieron la misteriosa voz quenas de decirle a su padre la idea de ayudarle a llamaba desde la profundidad y, al cabo de unsacar carbón para luego venderlo a algún co- instante, la voz desapareció y se sintieron débi-merciante ambulante. Cuando tocaron el tema les e incapaces de seguir adelante. Luisa callóen la mesa, la respuesta de su padre fue: “No de sueño y Marcela, que aún siendo menor quemeterás ni un pie en la mina, está estrictamente su hermana Luisa era mucho más fuerte queprohibido que las mujeres entren en la mina” ella, esta vez no pudo contra el atrayente cantoy sin dar más explicaciones, se marchó a su gas grisú y se desplomó, dejando caer la picotahabitación a descansar. Luisa, atónita, le dijo junto con ella, prendiendo así una chispa quea Marcela: “Ves lo que logras, te dije que no inundó el lugar de fuego haciendo que la minainsistieras en eso, sólo faltaba que abrieras explotara. El ruido fue estrepitoso y a pesar dela boca para que arruinaras las cosas”; pero la lejanía que tenía con el pequeño pueblito,Marcela, completamente convencida de ir a la despertó a toda la población, quienes corrieronmina, se puso una chaqueta y se marchó. Des- enseguida a la zona del accidente. Antonio,de la puerta, Luisa le preguntó a dónde iba y quien de inmediato se dirigió a la habitaciónMarcela le respondió: “Me voy a la mina, no de sus hijas para decirles que no se a sus parame importa lo que ese viejo desgastado me decirles que no se asustaran, no las encontró, lodiga, tengo que ayudarlo y debo ir a ayudar- que lo hizo recordar el comentario de Marcelalo, mamá hubiera hecho lo mismo por él”. A sobre ir a la mina a buscar el “Me lo ContaronLuisa le surgieron una serie de sentimientos, Mis Viejos”MEMORIA POPULAR E HISTO-
preciado oro negro, lo cual lo estremeció dedolor. Se dirigió al lugar y se encontró con eldesastre, las voces confundían la mente de An-tonio.Luego de recorrer la zona del desastre se diri-gió a lo que era la entrada de la mina y cercade lo que había sido la puerta de la mina seencontraba la chaqueta de Marcela. En cuantola vio predijo todo lo que había sucedido. Seestremeció en un dolor tan prominente, que lequitó la vida años después, que aún se escu-chan los gritos de dolor y desesperación de An-tonio, quien anda en busca de Marcela y Luisa,a quienes espera encontrar algún día para po-der abrazarlas por una última vez.
Mi Abuelo, un Verdadero HéroeAutor: Javiera Bustos CamposSeudónimo: TotyMi abuelo siempre nos cuenta algunas de sus vos, ya que si chocaba con algo se partiría enhistorias, pero a nosotros nos parecen inven- mil pedazos. Desde entonces Patricio y yo nostadas y no le creemos. Él ya entró en edad y volvimos muy amigos.su voz casi no se escucha, pero esta historianos pareció muy entretenida, ya que le salvó la Luego de unos años, Patricio se dedicó a lavida a su amigo. Comenzó la historia diciendo música y fue muy conocido en la comuna deasí: Lota. Pero luego se fue para Santiago y no nos volvimos a ver en muchos años.”“En aquellos años del 1949 tuve que ir a tra-bajar por necesidad, para ayudar a mi familia, Nosotros no le creímos mucho esa historia.a la mina Chiflón del Diablo, donde pasé mu- Pero en una ocasión en que Patricio Mannscha frustración y miedo. Yo era un joven de 18 dio un concierto, un tío le preguntó si cono-años y manipulaba una máquina circadora, que cía a Heriberto Suazo (mi abuelito) y él le dijo:cortaba las vetas de carbón. Luego de trabajar “Claro, si él es mi viejo amigo, quien me salvóun año, me trasladaron a la superficie, ya que la vida cuando era joven”.era bueno para los deportes. Fue aquí, en eseentonces, que conocí a Patricio Manns, que tan Luego de esto, tuvieron un reencuentro. Alsólo tenía 17 años. verse, se abrazaron y se emocionaron al estar juntos otra vez.Luego de unos años, me di cuenta que Patricioera un inexperto para trabajar. Él estaba muyfrustrado. Tomó unos explosivos y se los col-gó en el cuello; yo, muy asustado, le dije queeran explosivos sensibles. Se puso nervioso,pero yo logré calmarlo y quitarle los explosi-
Nunca Debe Darse por VencidoAutor: Sebastián Pezo GonzálezSeudónimo: SebasEra de madrugada y como cada día se levanta- que soñaba para sus hijos era que cortaran conba con gozo para ir a trabajar. Le gustaba mi- esta tradición familiar, por eso cada día los ins-rar su pueblo desde lo alto del cerro Merquín. taba a estudiar y daba gracias que, por su traba-Mirar como despierta la ciudad, su gente, las jo, podía darles una educación para que fueranchimeneas humeantes, el mar, los botes y sobre profesionales, ya que el trabajo en las minas,todo los barcos, cómo a la distancia se alejan y por ser tan peligroso y de gran esfuerzo físico,se ven tan pequeñitos. a los hombres los avejentaba antes de tiempo y como buen padre no quería eso para ellos.Mirar como despierta Coronel, su pueblo quetanto ama, su gente, a quien admira por su En la mañana su esposa, doña Lucía, arreglabaempeño, esfuerzo, alegría, honradez y sobre la lonchera con el manchi para don Juan, mien-todo por ser muy trabajadora. Juan era nacido tras él desayunaba un delicioso caldo de papasy criado en la zona del carbón, coronelino de con harina tostada que ellos mismos hacían,corazón y era un hombre muy orgulloso de sí tostando el trigo en una callana, caldo que semismo. servía como si fuera el mejor manjar. Antes de irse a la mina se encomendaba a Dios, ya que“Bueno, contaba Juan Soto, se levantó tempra- era un hombre muy creyente.no como siempre, para ir a trabajar a la mina.Él estaba en el Pique Alberto, su trabajo con- Ese día llegó como de costumbre a la mina,sistía en picar las toscas que quedaban después donde se encontró con todos sus compañeros ydel disparo, recogerlas y cargar carbón al ca- el capataz, para bajar al lugar de trabajo. Su cua-rrito. Era un trabajo duro, pero a él le gustaba drilla era de siete trabajadores, no eran amigosporque era lo único que sabía hacer y era un le- pues todos eran de carácter y principios muygado que le habían dejado su papá y su abuelo diferentes. Por ejemplo, a don Pedro le gustabapaterno, quienes le habían enseñado el oficio a salir de parranda con otros compañeros y llegarlos quince años. Él ahora tenía 45 años y era de a su casa borracho, dando problemas en su ho-semblante rudo, tosco, pero con su familia era gar, lo cual Juan no com partía y leun padre y marido afable y cariñoso; lo único
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