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4° Concurso de Narrativa "Me lo Contaron mis Viejos"

Published by webmaster, 2014-12-04 12:37:45

Description: MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN

“Me lo Contaron mis Viejos”, reza el lema de esta convocatoria literaria, feliz expresión que encierra una amable y querida forma de decir, una afectiva y efectiva relación que cuenta, en su esencia, un sentido de la oralidad más genuina: la que se relata en el entorno familiar, en la mesa, de abuelos a nietos, de padres a hijos, a la hora del sueño o en el silencio cordial de una caricia.

Keywords: Me lo contaron mis viejos,Pabellón 83,Lota,Fundación CEPAS

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“Me lo Contaron Mis Viejos”MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN 3

“Me lo Contaron Mis Viejos”



Índice Pág.SELECCIONADOS PARA PUBLICAR 59AMOR MINERO 65Nicole Rodríguez Sepúlveda 70CAMINO A LA FERIA 74Delmira Melgarejo Aguilera 80DEL AMOR A LA LOCURA 82Reinaldo Montoya Arce 86EL ÁNIMA DE JAVIER 90César González PinoEL ÁRBOL ENCANTADO DE CARAMPANGUE 94Fabián Sánchez Pino 98EL ÁRBOL HECHO SANTO 102Diego Bustos AlmendraEL PEQUEÑO HÉROE DE LA MINA 108Camila Soto Azócar 112ESTA ES LA HISTORIA DE JOSÉ CHICHARRÓN 115Richard Valencia Jara 119JUAN EL MINERO 125Fernanda Palacios Mercado 129LA CAPA MISTERIOSASofía Muñoz RubioLA NIÑA DEL MARMaritza Salazar NavarreteLAMENTOS DE UN ÚLTIMO ABRAZOJuan Acosta PrietoMI ABUELO, UN VERDADERO HÉROEJaviera Bustos CamposNUNCA DEBE DARSE POR VENCIDOSebastián Pezo GonzálezSE PAGA CON LA MISMA MONEDAEduardo Paredes CarrielUNA MUJER LLORA DENTRO DE LA MINA DEL CARBÓNCamila Cofre MuñozZORRÓNDelmira Melgarejo Aguilera6

ME LO CONTARON MIS VIEJOS O EL PODER DE LA MEMORIA por Tulio Mendoza Belio Presidente del Jurado Academia Chilena de la Lengua Premio Municipal de Arte de Concepción (2009) Una vez más, y con el mayor agrado, me corresponde presentar el resultado de un concursoliterario organizado por la Fundación Cepas. En esta oportunidad, el 4º Concurso de Cuentos “Melo Contaron mis Viejos”, noble y notable iniciativa que estimula, difunde y premia el interés porla escritura y la lectura y, además, nos permite descubrir nuevos valores literarios que, al relatarvivencias, mitos y realidades de su entorno, nos dan a conocer con singularidad algo que les espropio y que está en la base de una construcción de identidad. Por otra parte, la escritura tambiénes memoria individual y colectiva, memoria histórica que preserva hechos, formas de ser, situa-ciones, en fin, todo un patrimonio que encierra pasado, presente y tiempo por venir. Porvenir: loque vendrá. Parafraseando al poeta Gabriel Celaya, podemos decir que la palabra es un instrumen-to, “un arma cargada de futuro”. “Me lo Contaron mis Viejos”, reza el lema de esta convocatoria literaria, feliz expresiónque encierra una amable y querida forma de decir, una afectiva y efectiva relación que cuenta,en su esencia, un sentido de la oralidad más genuina: la que se relata en el entorno familiar, enla mesa, de abuelos a nietos, de padres a hijos, a la hora del sueño o en el silencio cordial de unacaricia. La aventura de leer sorprende siempre que nos internamos por esos laberintos mágicos(sorpresivos e inteligentes) de la escritura creativa, aquélla que nos entrega un mundo plasmadoa través de la lengua, nuestra morada o casa de lo que somos, queremos y soñamos, como bienpodría haber dicho Heigddeger. Habitamos el lenguaje y en él somos lo que somos o podríamosser: “Yo soy en español. En otras lenguas/ me siento fatalmente como un tonto”, expresa en unpoema, nuestro poeta Fernando González-Urízar (1922-2003), Premio Regional de Artes Litera-rias Baldomero Lillo (2002). Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha tenido la necesidad de comunicar, de

entrar en diálogo con el otro, de contar algo, de narrar historias (reales e inventadas en un cruce deverdades y mentiras). El ya clásico circuito de la palabra en el cual alguien cuenta algo a alguien(emisor-mensaje-receptor), tiene en el cuento a uno de los géneros más populares y difundidos.Desde niños hemos asistido a la narración de historias, de cuentos, de breves relatos, de cancionesque nos transmiten diversos mensajes que despiertan nuestra curiosidad, avivan nuestros senti-dos y nos transportan a mundos mágicos, misteriosos y fantásticos o nos cuentan la realidad delmundo así, en frío, a secas. Siempre andamos diciendo, hablando, construyendo historias, incluso,contando el cuento (ya vemos cómo nuestro idioma tiene una expresión que juega, precisamente,con la fantasía y la capacidad de imaginación ya sea para bien, pero también para mal: la lenguaes poder en una doble significación: como sustantivo y como verbo. Así es “Dominio, imperio,facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo; fuerza, vigor, capacidad,posibilidad, poderío” y, además, “Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo”, como nosseñala el Diccionario de la Real Academia de la Lengua). Y el lema de nuestra Academia Chile-na, es “Unir por la palabra”. Y podríamos agregar crecer por la palabra: unidos y reunidos por lalengua, nuestra bella lengua española, crecemos cuando leemos, crecemos cuando utilizamos lalengua, cuando la cuidamos, cultivamos y difundimos, para decir lo que nos dicta el corazón y lainteligencia. Leyendo los trabajos enviados a este concurso, sentimos, como jurado, la grata sorpresade estar frente a textos que querían contarnos algo y todos trataban de hacerlo de la mejor forma,lo cual implicaba poner en juego una serie de recursos y estrategias que estuvieran al servicio deponer en marcha un mecanismo particular que sirviera para que la historia contada nos llegaraadecuadamente, es decir, con una forma que fuera la emoción misma, la risa, el llanto, el dolor,lo humorístico y un sinfín de sustantivos más, ya que un cuento nos seduce por la forma en quese nos cuenta. En el caso del primer lugar, “El chaca chapato”, de Elizabeth Aguilera Novoa, ya a partirdel título, de carácter familiar-afectivo-coloquial, nos situamos en una historia minera llena dehumor, gracia y cercanía, con un buen desarrollo en su exacta brevedad y un manejo de la lenguafamiliar que le da un especial toque a la equivocación que es el mecanismo central del cuento, elcual nos informa y muestra simultáneamente varias realidades que dialogan entre sí mostrando unconjunto armónico y eficaz.

El segundo lugar correspondió a “Un instante en la oscuridad”, de Fernanda HernándezCarrasco. Resulta interesante el modo cómo la narradora va actualizando, siempre en presente,lo que describe en relación al protagonista de la historia, Alejandro, su abuelo minero, desde queparte de la casa para ir al trabajo hasta el sorpresivo final: “Me está sonriendo, me mira con ter-nura, pareciera que no le importa estar a kilómetros de profundidad bajo tierra, es normal para éltrabajar en túneles oscuros…” “Emergencia en Piques Nuevos”, el relato que obtuvo el tercer lugar, de Paula SandovalCarrillo, nos cuenta, casi como una premonición, la organización, la travesía (“que duraría más desiete horas y recorrido más de 12 kilómetros de galerías para evacuar a todo el personal del primerturno de ese día lunes de invierno…”) y el rescate de un grupo de mineros en 1985. A propósito de este relato y de la reciente tragedia minera pensamos, de inmediato, entoda esa literatura que nos es tan familiar y que tiene que ver con un realismo costumbrista que,desde hace tiempo, nos ha descrito y nos ha hecho sentir, las miserias que padecen y han padecidomiles de seres humanos en las entrañas de la tierra para extraer algún codiciado material que luegose traduce en dinero. Más en dinero para los malos empresarios que para los nobles trabajadores.Y aquí mismo, en nuestra Región del Bío-Bío, surge la poderosa voz de Baldomero Lillo, un hom-bre que con su escritura hizo un retrato fidedigno de toda una época en las minas de carbón, enLota, pero que son y representan el esforzado y casi siempre inhumano trabajo de los mineros delmundo. Para el escritor Carlos Droguett, Baldomero Lillo es “el primer minero, el que señaló elderrotero y encontró la veta, el que descendió al infierno, el que cavó más hondo.” Cómo no pen-sar en estas palabras cuando vimos por televisión las faenas de rescate de los 33 mineros del norte.“Sub terra”, “Sub sole”, con sus inolvidables héroes, nos muestran para qué sirve la literatura.No suenan, entonces, trasnochadas las palabras que leemos en el cuento “El chiflón del Diablo”:“¡Cuántas veces en esos instantes de recogimiento había pensado, sin acertar a explicárselo, en elporqué de aquellas odiosas desigualdades humanas que condenaba a los pobres, al mayor número,a sudar sangre para sostener el fausto de la inútil existencia de unos pocos!” Me congratulo, entonces, de haber tenido la oportunidad de leer y valorar cada uno delos cuentos enviados a esta cuarta versión del concurso “Me lo contaron mis viejos”. En nombredel jurado y de los organizadores, felicito e invito a todos los que han concursado y a los que aúnguar

dan pudorosamente tantas historias interesantes que contar, que se atrevan, que entrenen el infinito y fascinante mundo de la literatura y recuerden que, como escribió el poetareligioso germano-polaco, Angelus Silesius (1624-1677): “Die Rose ist ohne warum; Sieblühet, weil Sie blühet... La rosa es sin porqué, florece porque florece...”Lota, 2010.

Primer LugarEl Chaca Chapato Autor: Elízabeth Aguilera Novoa Seudónimo: Isabel Novoa “Me lo Contaron Mis Viejos” MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Primer Lugar: El Chaca ChapatoAutor: Elízabeth Aguilera NovoaSeudónimo: Isabel Novoa Cuentan las malas lenguas, que por estos último caso lo agarraba del cinturón y lo arras-lados abundan, que en unos de esos días en que traba escaleras arriba hasta tirarlo, en calidadlos mineros recibían la ‘cancelación’, o sea su de bulto, a la cama. Lo bueno es que llegabasueldo de fin de mes, acostumbraban a ‘sacarle tranquilo y nunca le levantó la mano, en todouna alita’1 al pago para ir a compartir un trago caso a él le hubiera tocado la peor parte.con los amigos. Aparte del buen pipeño, salíanunos camarones o pescaditas secas, todo para Todavía sonriendo, caminó por la bajada dehacer sed, total había con que apagarla. las cenizas en Lota Alto, contento como siem- pre, y se las echó rumbo a las bodegas de laAsí nomás lo hizo ese día el minerito Peyo. Sa- feria. En realidad no tenía decidido donde selió de su casa bien cacharpeado, su buena pinta, iba a quedar: ‘donde primero encuentre un co-buenos zapatos y se despidió de su mujer con el nocido’, pensó.típico: ¡¡¡Voy y vuelvo!!! Mientras tanto hacía como que vitrineaba,¡Mmmmh… Dios sabe cómo! Le respondió la miraba los precios de la fruta haciéndose elmujer, a lo que él contestó con una gran riso- desentendido, como que andaba en otra cosa.tada. El estaba seguro que nadie adivinaba sus in- tenciones, pero en realidad todo el que lo vieraElla no se rió, al contrario, sabía lo que le espe- sabía que andaba en la búsqueda de alguienraba. Lo más probable es que apareciera muerto que lo acompañara a tomarse un trago, porquede borracho y le tendría que sacar la ropa para no hay nada más fome que tomarse el tragoacostarlo, como siempre. Menos mal que ella solo, con compañía y buena conversa sabeera una mujer alta, fuerte y él por su parte era mejor, aunque lo más seguro es que la conver-bajito y delgadito, así es que en sación fuera de pura mina.1 Expresión popular que significa “dejarse parte del dinero que se recibe”.2 Sección de interior mina3 Supervisor

- Por donde anda usted compañerito? - ¡Claaaro, pongámosle no más...!- En las generales2 … Y a usted no lo he visto Y así pasó la tarde. Después de un rato se fue-en este turno… ron a otras bodegas como turisteando y se en- contraron con otros grupos de mineros que, al- Me cambiaron al tercero, con el mayor3 Ja- igual que ellos, andaban en son de descanso yrita… distracción de la rutina diaria pero que, para- dójicamente, siempre terminaban hablando de- ¡¡No, yo ando con ‘boca e´ saco’… putah la mina, de la pega, de los jefes o de algún líoel gallo pa’ fregao, iñor!!! Que no hable nada de faldas.como la gente, a uno lo sube y lo baja a puraschuchas. Se vino la noche. Al Peyo también ya le em- pezaron a temblequear las piernas y se le bo-- Bueno, y es cierto que estuvieron paraos dos rraban las caras de sus contertulios. Le costabahoras sin que corriera el corte? seguir la conversación, se le enredaba la lengua- Sí, lo que pasa es que el ‘cerro pegó una car- y al final optaba por no hablar, lo que hacía quegá4 y tuvimos que rajar5 hasta que volvieron sus compañeros se molestaran; es más, lo ha-a reforzar los postes. El jefe no nos dejó seguir, cían callar cada vez que quería intervenir. Entuvimos que esperar un rato hasta que llegó el ese momento comprendió que era hora de irsesuperintendente con otros ‘cascos blancos6 y a su casa.aseguraron que el peligro había pasado. - ¡Me voy compañeeee….wggua sido un pla-- Bueno... ¡salud compañerito! aaaazzzzer!- ¡Salud…! - ¡Chao no mas compañerito…Ta’ puro hue- viando!- Así con la cosa. Pedimos la otra compañe-ro…? Y enfiló rumbo a su casa. Le esperaba un largo camino y debía recorrerlo solo porque ningu- no4 Movimiento de tierra con amenaza de derrumbe5 Correr6 Jefes

de los que estaba con él vivía en el mismo pabe- Se acercaron lentamente y lo movieron conllón. Con la poca lucidez que le quedaba, a esas sigilo para escarbar en los bolsillos del pobrealturas, optó por seguir el camino de la línea del hombre. En eso como que despierta y sin abrirtren hasta llegar al Estadio, tomar la subida que los ojos, comienza a hablarles, feliz de estar endaba al pabellón 55 y así llegar más rápido. En su camita y que la camará8 le estaba sacandotodo caso ese camino ya lo había hecho antes y la ropa.en esas mismas condiciones. - ¡¡¡Chaca chapato!!!Pero ese día se le pasó la mano más que de cos- Se miraron extrañados y, confundidos, proce-tumbre y le costaba avanzar un paso tras otro. dieron a sacarle los zapatos. En todo caso es-No veía casi nada, sólo sombras, el cuerpo no taban casi nuevos, igual podían conseguir unosle respondía, trastabilló en reiteradas ocasiones, pesos por ellos.perdido, inconsciente, sólo guiado por el instin-to de los borrachos, que al parecer funciona me- - ¡¡¡Chaca cachetín!!!... Le sacaron los calce-jor que radar de aeropuerto. tines.De pronto sintió algo blandito a sus pies, respiró - ¡¡¡Chaca pantanón!!!... Le sacaron el panta-contento y se acostó. Por fin estaba en su ca- lón.mita, pensó, se acomodó y se dispuso a dormirarrolladito en posición fetal, esperando que su - ¡¡¡Chaca cobata!!!... Le sacaron la corbata.mujer lo llegara a tapar. Nunca habían asaltado a alguien que entregara con tanto cariño sus cosas.Lo que el Peyo no sabía es que un par de ‘pa- - ¡¡¡Mame becho!!!... y estiró la trompa paratos malos’ lo habían seguido desde que salió de que su señora le diera un besito.la bodega para cogotearlo7 y al verlo acostadodurmiendo en el pasto se acercaron, seguros que Hasta ahí no mas le llegó al minerito. No le lle-ya el minerito no colocaba resistencia y podían gó ningún bechito, lo que le cayó fue una anda-saquearle su plata y su ropa nada de combos y patadas que hicieron7 Asaltarlo8 Señora, mujer de minero

que se le pasara la mona en el acto. Los asal- que había estado tomando en las bodegas. Altantes, después de quitarle la ropa y darle una verlo tan magullado le preguntaron, sonrien-buena pateadura, salieron arrancando y ahí re- do:cién despertó Juancho, medio inconsciente, sinsaber si era por curado o por la golpiza. - ¡Que le pasó compañero…! ¿Se cayó a una mata de zarza o a una mata de combos?Se enderezó como pudo, miró a su alrededor,trató de ubicarse y lo primero que reconoció - ¡No sabe na’ lo que me pasó compañero, re-fueron los árboles del estadio. Ahí se dio cuen- sulta…!ta que no estaba en su casa, que se había que-dado dormido en el pasto y que estaba pilucho Y ahí mismo no mas les contó su desgracia,y adolorido por la pateadura. ellos me la contaron a mí y yo se la cuento a ustedes. En mala hora porque, a partir de eseComo pudo llegó a su casa, afortunadamente día, cada vez que el pobre aparecía por el pi-estaba oscuro y ningún vecino lo vio. Al otro que o en la corrida de carros que lo llevaban adía, ya más repuesto, se encontró a la entrada los laboreos, más de alguien le gritaba ¡Chacadel pique con los mismos compañeros con los Chapatooo!!! Ya nadie recordó más su nombre. Todos le gri- taban y hasta la fecha lo recuerdan con humor y picardía como el ‘Chacachapato’.

Segundo LugarUn Instante en la Oscuridad Autor: Fernanda Hernández Carrasco Seudónimo: La Cariñosita “Me lo Contaron Mis Viejos” MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Segundo Lugar: Un Instante en la OscuridadAutor: Fernanda Hernández CarrascoSeudónimo: La CariñositaTranscurría el invierno, lluvioso y barroso, en este ta, las luces de sus cascos son verdaderas estrellaslugar enclavado en el sur y como de costumbre que saturan la oscuridad y destellan por todas partes,Alejandro, mi abuelo, se prepara para ir al trabajo. parece una constelación, y la claridad que avanzaSon las cinco de la madrugada, está listo el manche hace el retroceso a la oscuridad. Mi abuelo, de as-y la charra con agua de hierba, sólo falta echarlo pecto rudo, toma la picota y la golpea una y otraal bolso y caminar a esperar el bus que lo llevaría vez con una fuerza que me sorprende y parecierahacia la mina de Lota. Sus pies se llenan de ba- que, aunque se agoten sus fuerzas, su único objetivorro rojo y la lluvia sigue cayendo como cascada es derribar el manto negro y brillante del mineral.por el camino hacia abajo, su cabeza mojada, sus Sólo escucho el múltiple golpeo de la picota, sientoropas estilan, las manos están frías, pero lo único la presión; el calor es intenso, mi abuelo suda, suque piensa es en llegar al refugio temporal, un pa- cara ya tiene el color negro, es como si se confun-radero donde esperaba el transporte que lo llevará diera con el carbón, sólo veo sus dientes blancos,hasta el frente de trabajo. Por fin llega el vehículo, me está sonriendo, me mira con ternura, parecieraun bus grande y frío, sube y muchos otros obreros que no le importa estar a kilómetros de profundidadvan callados, como dormitando o tal vez pensan- bajo tierra, es normal para él trabajar en túneles os-do por algún rato, qué difícil saber lo que está en curos, lugares pequeños, con mas compañeros a susus mentes. Mientras tanto, los goterones de lluvia alrededor que sufren, luchan y pelean a diario contragolpean las latas del bus y se confunden con el rui- el mineral, único sustento de vida. No hay opción, esdo del motor. Mi abuelo se friega las manos, debe esto o nada. Son tiempos difíciles, hay que alimentartener frío, tal vez sus pies están mojados, sus ojos a los hijos, nada importa, sólo golpear y golpear contiernos parecen vidriosos, seguramente está pen- fuerza aunque se le vaya la vida en esto.sando en su familia. Llega a la compañía minera,se baja y apura los pasos, lo veo difuso, se me pier- Al rato, de entre la oscuridad, veo correr unos roedo-de entre tantos hombres, sus ropas de mezclillas se res y un hombre grita ¡¡¡Gas Grisú!!! Y como su ecoconfunden, lo veo ansioso, a pesar de los años de retumbaba sin fin, se repite grisú, grisú... Hombresexperiencia pareciera que fuera su primer medio corren, siento miedo, mede trabajo. Sube a la jaula y comienza el descensoestrepitoso, por fin llega junto a su amiga la pico-

Inunda la angustia, no veo a mi abuelito y antesque me de cuenta se oye un estruendo, una explo-sión inmensa. Sólo escucho gritar de dolor, gemi-dos y de repente un silencio, quietud y oscuridad.No veo nada, tiemblo, tengo mucho frío. Sólocierro mis ojos y aprieto mis parpados, mientrasen mi mente está la imagen de mi abuelo y su son-risa, y cuando decido abrirlos estoy en mi cama,miro el cielo blanco y me doy cuenta que estoyen mi dormitorio. Sólo era un sueño, o tal vez fuitransportada a aquel tiempo donde mi abuelitoAlejandro vivió, para conocer el sacrificio y es-fuerzo de una generación de hombres que luchópor su familia en las minas de Lota

“Me lo Contaron Mis Viejos”



Tercer Lugar: Emergencia en Piques NuevosAutor: Paula Sandoval CarrilloSeudónimo: Shiqa Un lunes de invierno, por el año 1985, in- de un solo golpe todas las maquinarias utili-gresamos cerca de 2.000 trabajadores a las fae- zadas de apoyo a la producción, situación quenas del primer turno, que se iniciaba a las siete ocurría con cierta frecuencia, por lo que co-de la madrugada, a cumplir una vez más con rrespondía esperar algunos minutos en el lugarnuestra jornada diaria de trabajo. Se trataba de de trabajo, mientras se recuperaba la energía oun día más de labor después de trasladarnos se conociera la causa de la caída de corriente.en las jaulas (ascensores) hacia fondo Pique, Después de 15 minutos de espera, la energíaa una profundidad de 480 metros; nos inter- no se recuperaba y el aire en el laboreo cadanamos en los correspondiente convoyes, mas vez se ponía mas pesado por la falta de ven-conocidos como corrida del personal, con des- tilación. Fue entonces cuando el mayordomotino a nuestros distintos distritos -Nivel 650, Aguilera recibe instrucciones superiores, or-Esperanza, Victoria y Laraquete-, recorrido denando de inmediato la evacuación rápidaque duraba aproximadamente 25 minutos por de todo el personal del laboreo, dirigiéndo-las extensas galerías del tráfico principal. lo hacia el tráfico principal, acto que debería cumplirse en sólo 20 minutos y esperar en este Luego de entregar a nuestros mayordo- lugar nuevas instrucciones. El desconcierto semos la tarjeta de control de asistencia en las apoderaba de nosotros al no conocer la causaafueras de las oficinas auxiliares, éstos, junto ni el origen que provocaba la emergencia.a los disparadores, nos señalaban las órdenes ytareas programadas a cumplir en los distintos De pronto sale desde la oficina auxiliar ellaboreos que se encontraban en explotación o jefe de distrito, más conocido como el ‘Tatara-preparación. Yo me desempeñaba como apir ta Flores’, ingeniero a cargo del distrito Lara-junto a un centenar de compañeros en el frente quete, junto al mayordomo Bahamonde, de so-mecanizado del laboreo 1044, en una veta de brenombre ‘canasto con queso’, quien con vozpotencia (altura) no superior a los 80 centíme- firme y entrecortada informa que toda la minatros. Mientras desarrollábamos nuestra labor se encuentra paralizada, incluidos los dos ven-cotidiana en condiciones muy difíciles, cerca tiladores principales que dejaron de funcionarde las 10 de la mañana se paralizan hace un par de oras atrás, sin señalar la causa, por lo que ordena iniciar la evacuación de todo el personal, en forma

inmediata, hacia la superficie a través de la todos”. ‘El Puma’ a su vez reflexionaba y decíaúnica salida de emergencia habilitada por el “esta caminata me recuerda, compañero Carri-sector de Pique Grande, trayecto que podría llo, a la gran e histórica marcha del año 1960,demorar en caminata más de 6 horas. Enton- cuando recorrimos mas de 40 kilómetros haciaces nos reunimos algunos de los más cono- Concepción, junto a nuestras familias, en buscacidos, entre ellos ‘el Puma’, ‘Chueco Tano’, de respuestas a las demandas a nuestro pliego‘Pan con Huevo’, ‘Hilito el pañolero’ y el de peticiones presentado a las autoridades decontratista ‘Topo Yiyo’, para iniciar esta tra- la Compañía y al gobierno de Jorge Alessandrivesía con destino incierto; nos aligeramos de -conflicto y lucha sindical que terminaría a cau-ropa y acomodamos nuestros guamecos, de sa del terremoto del año 1960-, personaje quelos cuales sólo algunos disponían de restos del visitaría nuevamente la zona a fines de los ´60manche y agua de perra que conservábamos en calidad de candidato de la derecha y fueraen las charras y que utilizaríamos en el trayec- recibido por la gente con fuertes protestas y re-to, para saciar la sed durante la marcha. chazo, lo que le obligó a alejarse inmediatamen- te de la comuna, sin antes señalar la siguienteIniciamos la marcha desde el distrito Laraque- frase y amenaza: ‘Piedras me tiraron, piedraste, a paso firme, en una larga columna de tra- comerán’.”bajadores en cuyo trayecto se escucharon unaserie de comentarios y tallas típicas. Avanzado Luego que ‘Hilito’, el pañolero y apir más ra-ya varios kilómetros, cerca del nivel 650, ‘Pan quítico de la mina por su marcada figura y del-con Huevo’ dice: “paremos un poco para re- gadez, se tomara algunos sorbos de jugo Yupifrescarnos con agüita pues, compadre Hilito”. que el mismo se preparaba, reiniciamos el largo“Ya nomás, sirvámonos agua”, dice ‘Hilito’. camino sin conocer, a esa altura, aún las verda-Cuando, al revisar el guameco, ‘Pan con Hue- deras razones de la emergencia.vo’ se da cuenta que su charra se encontrabaseca, dado que a primera hora la había vacia- Al llegar al sector de la 480, lugar donde el per-do por la sequedad de su organismo al bajar sonal de la brigada de salvamento y algunosese día lunes con la caña vivita. Entonces, aforistas dirigirían a la gran columna de trabaja-más atrás aparece el finao ‘Erices’, barretero, dores por las revueltas generales depique Gran-de una estatura imponente, quien además era de, éstos nos informaban que el tramo siguientereconocido por su generosidad y solidaridad, sería el mas difiícil por qe gran partea ofrecerle de su agua que transportaba en unagran charra de aluminio, quien le dice: “sírva-se, compañero Salazar, que ésta alcanza para

de este trayecto deberíamos realizarlo a tra- nuestro lento avance y caminar. En este nuevovés de los principales corrientes, denominados escenario comienzan a aparecer, en los compa-Uno Sur y Uno Central, ambos con fuertes ñeros de mayor edad y gordura en exceso, lospendientes. Ingresamos a la revuelta principal, síntomas de agotamiento total. De inmediatode inmediato se sintió el cambio de aire y hu- se organiza la improvisada atención y apoyomedad, características comunes de este tipo de por parte de los propios compañeros y luegogalerías; el aire se sentía mas sofocante y con por personal especializado de la brigada demayores temperaturas, creo superior a los 25º, salvamento, quienes disponían de equipos delo que nos obligó a desprendernos de nuestras rescate. Esta situación, obligó a los superviso-camisetas y continuar este tramo con el torso res y jefatura de la mina a organizar de mejordesnudo. Internados un par de kilómetros en manera el último tramo de esta larga y agota-las galería de revueltas, por las cuales hubo que dora caminata.cruzar algunos tramos con mucha precauciónseñalizados como zona de derrumbes, dado el Al llegar al último tramo, que concluía conabandono y falta de mantención de este sector esta galería siempre en pendiente, alcanzamosde la mina, entre el cansancio y agotamiento la recta final de esta larga caminata hasta llegaracumulado por el largo recorrido, se escucha al sector conocido como la Chimenea de Piqueel comentario de algunos compañeros más an- Grande, que era el espacio más amplio de latiguos, de sus andanzas por estos lugares. Ve- galería y al frente una alta muralla vertical denían de la voz de un par de barreteros que seña- fuerte pendiente uno en uno, de unos 100 me-laban “¡te acordáis Perico cuando trabajamos tros de altura, la que debíamos escalar para al-por aquí, en los antiguos laboreos del distrito canzar la salida a la superficie. En este lugar seSan Juan, Central Bajo y Fortuna!” “Claro que encontraba un equipo de paramédicos con másme acuerdo, pues Manta de Saco”, le contes- brigadistas para atender a los más desfallecidosto Perico, “pucha que eran bonitas las vetas, e instruir al resto la forma de escalar la Chime-compadre, y seguras, igual ganamos buena nea, de la cual sólo colgaban unos cinco maci-plata por aquí”. Continuamos avanzando por el zos cordeles que servirían de apoyo al ascenso.corriente cada vez mas empinado donde corría Luego de un breve descanso y de recomendar-un gran caudal de agua por los costados de las nos volver a abrigarnos, comenzamos el ascen-galerías, provenientes de más de alguna napa so en forma individual, que requería de muchasubterránea o de antiguos laboreos que fueron concentración y fuerza aplicada por nuestrosexplotados y posteriormente abandonados, és- propios brazos. Superada esta hazaña,tas aguas generaban mucho barro y humedad,cuestión que hacía más dificultoso y agotador

cruzamos las tres compuertas que regula- recuperación. Mientras la gran mayoría deban la salida de aire en un tramo de veinte los trabajadores, en el sector de los baños,metros hasta, finalmente, lograr pisar sue- tomábamos una larga, refrescante y rela-lo firme y ver el oscuro cielo acompañado jante ducha, para ser posteriormente trasla-de fuertes ráfagas de viento. Mientras en dados a nuestros hogares, lugar donde nossuperficie existía toda una organización esperaba un cálido y hermoso abrazo fami-para apoyar el retorno final a nuestros ho- liar. En tanto, tu abuela Olga, arrodilladagares, personal de apoyo nos cubría con en su dormitorio, agradecía a dios porquefrazadas desde la salida de la última com- uno de sus hijos retornaba al hogar sanitopuerta hasta los buses que nos trasladarían y salvo.a los baños colectivos de Piques Nuevos.Ya instalados en el bus se nos repartió un La organización y rescate, que duraría másdelicioso café bien cargado, para superar el de siete horas y recorrido más de 12 kiló-terrible frío. Viento y lluvia encontrado en metros de galerías para evacuar a todo elsuperficie, transformado en un gran tempo- personal del primer turno de ese día lu-ral de invierno que azotaba nuestra zona, nes de invierno, nos dejó una gran lecciónhabía provocado el corte general de ener- y aprendizaje, lo que obligó incluso a lagía eléctrica en toda la zona minera, por Compañía a invertir importantes recursosmás de veinticuatro horas. Los compañeros económicos en equipos de emergenciamás afectados y con compromiso de salud (grupos electrógenos) que garantizaríaneran trasladados en forma inmediata hasta oportuna atención a futuras emergencias yel hospital de Enacar, donde se había ha- que permitirían evacuaciones del personalbilitado una sala especial para su oportuna a través de los piques 1 y 2, ubicados enatención y Piques Nuevos.

El Manta Autor: Elsa Riquelme Riquelme Seudónimo: Azazel Raser “Me lo Contaron Mis Viejos”MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Mención Honrosa: El MantaAutor: Elsa Riquelme RiquelmeSeudónimo: Azazel RaserEn una noche de Julio del año 2006, en ple- Acudiendo a ella a pasos lentos, por si hubieseno invierno, don Juan Valdebenito, un hombre estado alguien y no se espantara… para decirlemuy trabajador, con barba larga que le tapaba que no debía estar a tantas horas de la nochesus mejillas y un par de ojos verdes brillosos en un sitio privado y sin que nadie le hubieseque a cualquiera le entregaban confianza, sen- concedido el permiso para ingresar.cillo y humilde, cumplía su labor de esos añosen la guardia de la antigua caleta de Lota. Llegó a la entrada de la casa sacando las llaves de su bolsillo, silenciosamente abrió la puerta,Comúnmente hacía su recorrido alrededor de subió las escaleras cautelosamente, de pun-las once de la noche, pero comenzó más tarde tillas, llegando al descanso de ésta se dirigióesa vez. Sin ningún alma que lo acompañase a una mesa en dónde estaba aquella luz queempezó a caminar, acostumbrado a este rumbo alumbraba la habitación, era una vela que es-de vida y trabajo, porque uno que otro hombre taba a punto de desvanecerse por el viento quese había marchado por el ambiente que tenía el entraba por esa ventana.lugar: tenebroso, oscuro y desconfiado. Aterradamente observó que no se encontrabaEsa misma noche se abrigó y cubrió de lleno su nadie, en ese instante tuvo un escalofrío querostro con su manta y un sombrero que le ha- le erizó la piel, recordando al amigo que nobía obsequiado un ‘viejo amigo’. Así, sin prisa, veía hace mucho más de cuatro años, al Man-alumbrando las olas y las huellas en la arena, ta; pero sin darle mucha importancia a éstepor las afueras de una casa abandonada, a los presentimiento, se asomó a apagar la vela conpies de ésta, comenzó su escalofriante recorri- mucho cuidado, cuando siente una mano en sudo por el entorno de la caleta. Cuando ya se hombro deteniéndolo a apagarla. Se voltea dealejaba de los lugares que recurría a menudo, inmediato y era el rostro tenebroso, pero a lase asombró al ver una luz que se reflejaba en la vez demostraba decir ¡he vuelto Era el “Man-ventana del segundo pisoe la casa... Siendo ya ta”... su amigo.cerca de las dos de la madrugada. asombrado de este encuentro inesperado, le

pregunta: “Juan ¿Qué haces aquí?... Tantos do cansado, como si hubiese ido a una corridaaños sin saber de ti y te apareces como si nada”. de muchos kilómetros para poder llegar a unaManta se acercó a abrazarlo y Juan lo esquivó. meta, pero reflexionando a la vez las palabras de su amigo. Dándole muchas vueltas en su ca-Por la reacción que tuvo su amigo, triste y con beza, se pregunta: “¿Realmente qué le habrála voz angustiada le responde: “Amigo Juan, pasado? ¿Por qué viene ahora sin avisar?...”vine a despedirme de ti ya que tendré un viajemuy largo en dónde podré estar mejor y salir Quedando muy asustado, preocupado por lode éste hundimiento de vida que he llevado du- sucedido y arrepentido de no haber podido al-rante muchos años. Viejo, como le decía a don canzar al viejo amigo, decide ir a visitarlo aJuan, sé que fue mucho tiempo sin tener noti- la casa, para poder tener un poco más clara lacias el uno del otro, pero te pido que me entien- situación.das”. Cayéndole algunas lágrimas, continúa:“pasé por muchas pruebas difíciles en mi vida, A la mañana siguiente se tomó el día libre paraen la condición que me encontraba hubiese de- ir a dónde le tenían que dar una explicación,cidido esto antes pero seguí adelante, tampoco llegando a los viejos pabellones, cerca de larecurrí ni pensé en nadie que me pudiese ayu- Mina El Chiflón. Golpeó de una manera urgen-dar, ni siquiera en mi familia… pero ya basta, te una de las puertas de las viviendas para quepara que nadie sienta culpa, me marcharé y no le abrieran y preguntar en dónde estaba vivien-regresaré jamás.” do la madre de su amigo.Apagándose de golpe la luz de la vela. En la puerta dos mil trescientos seis le abre unaInmediatamente Juan baja corriendo las esca- vieja anciana con muchas arrugas y usando unleras, gritándole que lo esperase para que le bastón le pregunta, con la voz tiritona por lasiguiera contando y decirle que igual entendía edad: “¿Qué desea caballero o en qué puedola posición en la que se encontraba y que lo ayudarlo? Hace años que no me vienen a vi-entendiera también a él, pero ya era demasiado sitar”, poniendo una cara de amargura con latarde, se había ido sin dejar rastro alguno. Y vida, se respondió. Él la reconoció de inmedia-murmurando… ¡Qué diablos pasa!... to por la voz de aquella y le dice: “ Doña Car- men , soy yo, Juan Valdebenito, amigo de.Así, bajando desconcertado a las orillas del mary sintiendo la misma sensación de escalofríosde aquellos hombres que se habían marchadopor el ambiente del lugar, se sienta, demasia-

José… ¿Me recuerda? ¿No me reconoce?” cargarás también con los problemas de él.” Con voz sublime le dice: “Lo echamos deEntablando una conversación llena de pregun- menos, pero entiéndelo… Lo mismo me dijotas, le dice: “He pasado mucho tiempo encerra- él esa noche… Juan, sólo te dejó una foto deda aquí, ya no siento ni percibo el giro de las cuando eran unos pequeños traviesos amigos,llaves en la chapa de la puerta, cuando entraba hasta que la muerte los separó…”mi hijo, -recalcando- ¡Mi único Hijo!” Lloran- Sin nada más que agregar, Juan se despide y ledo le responde: “Si me recuerdo de ti, joven- agradece a Carmen por la explicación que lacito, cuando jugabas con José a la entrada de había dado por lo que sucedió…la mina y yo salía a buscarlos para que no ba-jaran a las entrañas de esa maldita y peligrosa - Adiós mijito, cuídese, él siempre estará conoscuridad, quizás por tanto prohibirles desde nosotros.pequeños, mi hijo quiso experimentar y bajósin precaución alguna, nunca más volvió, ya ni Dando suspiros recorrió el barrio en dondesiento su olor, sólo el olor a muerte…” jugaban y los lugares en donde se escondían para poder bajar a la mina, pero siempre losJuan, espantado de la historia que le había re- sorprendía el celador.velado Doña Carmen, cae al sofá y le pregun-ta: “¿Cuándo sucedió esto?” “El tres de mayo Ese día, después de haber sabido todo lo quehijo, hace dos meses”. había sucedido con el Manta, se fue para la pega al turno de noche y no deja de ver la vela,Con voz sorprendida: “Pero, ¡cómo! ayer es- en el segundo piso de la casa, que se apaga contuvo conmigo, conversando, relatándome que un fuerte soplón de viento. Cerca de las dos deya no podía más… Que iría a un viaje y que la madrugada, en los pabellones en donde vivíaescaparía de todo esto…” aquel hombre, se escuchan los llantos angus- tiados… suplicando disculpas.“Mi hijo estaba arrepentido de muchas cosas,Juan, cosas que no le resultaban y más con la El alma en pena del Manta recorre todos losmuerte de su esposa; de ti hablaba demasiado, lugares que acudía con su amigo, el Juan.pero no se atrevió a visitarte para que tú no car-garás también con los problemas de él.” Con Nadie se explica nada. En la tarde la madre,voz sublime le dice: “Lo echamos de menos, después de haber relatado la historia de la muerte de su hijo, pierde la vida en un ahogo

de llanto, muriendo tranquila en su casa. Enaquel pabellón vela su alma, llorando por suhijo.Juan se resignó a la compañía de José en lasnoches frías del invierno.Esos días, cerca de las dos de la madrugada, seve un hombre alto, con una manta roja mirandohacia el mar, llorando…

Hijo del Carbón Autor: Arnoldo Olave Guajardo Seudónimo: Pelé “Me lo Contaron Mis Viejos” MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Quiero remontar esta historia a muchos años, Desde Tres Pinos, a unos 50 kilómetros depero muchos años atrás, en mi pueblo, mi ciu- Lota, pasando al lado Sur de Laraquete, en eldad llamada ‘Louta’, nombre que le dieron año 1886 llega a Lota Juan Olave Velásquez,los mapuches, primeros habitantes de aquel un joven que viene en busca de nuevos hori-entonces, dueños y señores de su tierra, la zontes, trayendo en su mente y en su corazóncual defendieron con mucha valentía, fuerza la esperanza de un futuro mejor. Este joven eray valor ante la invasión española. ‘Louta’ en mi abuelo, quien trabajó más de 45 años en lasu lenguaje significa pequeño caserío, peque- mina El Chiflón de la cual se cuentan muchasña casa o pequeño pueblo. Pero avancemos en historias, como por ejemplo: “la de un perroel tiempo y remontémonos a la llegada de don que arrastraba una cadena de fierro con unosMatías Cousiño, gran empresario, quien en el inmensos eslabones, este perro caminaba porsiglo XVIII descubrió el carbón, llamado tam- la galería 320, donde ningún minero quería ir abién por Chile entero ‘Oro Negro’, y que le dio trabajar porque, según se cuenta, quien en rea-un impulso económico impresionante a nuestra lidad arrastraba la cadena era el mismo diablo,zona y a nuestro país, importante combustible por eso donde debía trabajar sólo una personapara abastecer a distintas industrias emergen- allí se mandaba a lo menos dos o tres trabaja-tes de esa época, incluso tuvo gran participa- dores para poder evitar el miedo existente; sinción en el abastecimiento de los barcos en la embargo, cada día se hacía más frecuente y te-Segunda Guerra Mundial, también servía de meroso poder trabajar. Vista esta situación, lacombustible para los fogones que tenían los jefatura de ese entonces decidió cerrar este la-hogares de los mineros. El carbón llegó a ser boreo, igual se escuchaba al perro arrastrandoel que más divisas entregaba al país y dio tra- la cadena pero ahora aullando y llorando todobajo a miles de trabajadores; desde los montes, el trayecto”.desde la cordillera bajaban campesinos a ver lanovedad y poder trabajar en las minas de Lota, Como ésta hay otras historias y los mineros dedesde las caletas aparecieron los pescadores en esta época le pusieron”el Chiflon del Diablo”,busca de un nuevo trabajo, un nuevo estilo devida, pensando quizás ‘este trabajo es menospeligroso que el mar’.

que hasta hoy sigue con el mismo nombre. En su tiempo mi abuelo era un hombre alto,Cuando mi abuelo entró a trabajar al Chiflón fornido, típico campesino criado con todo loya era famoso por sus historias y no temiendo que la naturaleza le entregó en sus tiempos dea esto igual ingresó a la Empresa, en ese enton- niñez. Él nos contaba cómo había sido su in-ces con el nombre de Compañía Carbonífera fancia. Ahora su cuerpo ya está cansado por elde Lota. Mi abuelo se casó con doña Grego- trajín del tiempo. Nos juntaba a los ocho nietos,ria Poza Zenteno. Afortunadamente alcancé unos más grandes y otros más pequeños, y con-a conocerla ya que en sus últimos años vivió taba historias del campo donde él vivía. Quecon nosotros en nuestro humilde hogar en Pa- muy temprano, casi de madrugada, se levanta-bellón 39, casa 170, del barrio Matías Cousi- ba para ordeñas las vacas para después irse a laño, en Lota Alto; pabellones que la empresa escuela rural. Allí aprendió a leer y escribir aconstruyó para los trabajadores y sus familias. medias, nos decía que se aburría porque debíaAquí quiero detenerme un momento y hacer caminar mucho todos los días, dos horas parahincapié en lo que, en nuestra tierra y nuestro llegar y dos horas para regresar, junto a otrospueblo, era la discriminación por parte de la tres amigos; pero igual se esforzaba porqueempresa, ya que para los empleados, antigua- quería, a lo menos, saber leer y escribir. “Yomente llamados ficha cuadrada, habían pabe- nunca conocí como ahora el zuncho, el trom-llones completamente de material y para los po, las bolitas, el volantín, eso para nosotrosobreros, de madera; incluso, había piscina para no existía; sólo me entretenía cazando lagar-los hijos de obreros y piscina para hijos de em- tijas, matando pajaritos, jugando con algunospleados; como también casa de limpieza para animales. En una oportunidad logré ver al leónlos empleados, que se ubicaba al lado atrás del que bajaba de la montaña, en tiempo de escar-Hospital de la empresa de Lota Alto, y para los cha, hasta nuestro patio a comerse algunas avesobreros, que se encontraba en el barrio Chiflón, y corderos que mi taita criaba.”calle principal para llegar al pique. Hay queagregar también que el carbón se entregaba La historia que más nos gustaba y que mi abue-de acuerdo a la antigüedad y cargas familia- lo nos contaba, era cómo conoció a Gregoria,res, además se entregaban por carretadas y una nuestra abuela. De eso ya han pasado como 37de éstas equivalía a 500 kilos de carbón; mi años y yo tampoco recuerdo mucho de sus his-abuelo recibía 6 carretadas mensuales, ya que torias, pero lo que sí recordasu familia era bastante grande, también tengoque decir que los empleados recibían carbóngranado y los obreros carbón molido.

mos con nuestros hermanos es que la conoció quería ganar y ganar dinero, sabía que tenía unen un largo camino que estaba junto a un arro- compromiso que cumplir y me animé y fui ayo, donde él bajaba junto a su enorme y hermo- la mina como barretero, no me importaron lasso perro, a quien llamaba Tulipán Negro por historias que ya conocía, esas terroríficas, queuna capa que tenía una tía, a quien no le simpa- muchas veces hacían que algunos jóvenes notizaba mucho y siempre lo regañaba. Cuando bajaran a la mina. Al tiempo volví al arroyo,iba a su casa, lo llamaba y le decía “pásame nuevamente con mis dos jarros y mi perro, yel tulipán” que era una enorme capa negra y, ahí estaba y la invité, ahora con una sonrisa sícomo su perro, el que le había regalado su me aceptó. Fui el hombre más feliz, algo nacióamigo Panchito, era negrito, él le puso Tulipán dentro de mí, estiré mi mano y la toqué, toquéNegro, con quien bajaba al arroyo, llevaba su su rostro por primera vez. Luego fuimos conjarro y su bolsa de harina tostada que mi tatara- mis papás y pedí su mano -nos decía-, no fuebuela le preparaba. Allí la conoció. fácil ya que éramos muy jóvenes y yo debía traérmela a Lota. Pasaba el tiempo y debí via-“En esos tiempos -nos decía- no se hablaba jar varias veces para poder convencer a Donde amor, sólo las miradas y algunos gestos te Wenceslao Poza, quien más tarde sería mi sue-demostraban que allí algo pasaba. Por lo me- gro y su tatarabuelo. Una vez teniendo su per-nos yo tendría unos doce años y siempre la miso nos venimos a Lota.encontraba junto al arroyo. Un día llevé dosjarros para invitarla a tomar agua con harina, Nos casamos, lo que más me recuerdo es queme miró y no aceptó, yo ya sabía que sería mi nunca la besé, sólo tomaba su mano con muchocompañera para toda mi vida. Luego me vine respeto, cariño y cuidado, para no hacerle daño.a Lota y recuerdo que lo único que le hablé Estando casado, tu abuela me comentaba en laes que volvería a buscarla, que me esperara cena después de llegar de mi trabajo, que erajunto al arroyo, ni siquiera sabía cómo se lla- muy agotador ya que trabajábamos doce horas,maba. Llegue a Lota, conocí a otras niñas, yo que desde que vine a Lota, ella bajaba todosera alto para mi edad, ellas no me atraían, no los días al arroyo y al mirar las aguas veía mime interesaban, escuché muchos comentarios rostro reflejado en ellas. Como se pueden dardesagradables hacia mí, pero mi pensamiento cuenta, a su abuela también lay mi corazón estaban allí, en mi tierra, en micamino largo para llegar hasta Gregoria; porlo tanto, sólo me dediqué a trabajar, no teníani siquiera doce años. Primero fui mensajero,porque algo sabía leer, y luego fui tarjetero. Yo

había flechado cupido.”Mi abuelo era choro, encachado, simpáticoy cariñoso. Cuando falleció, a la edad denoventa y seis años, dejó un gran vacío ennuestro hogar, en mis hermanos y en espe-cial un gran vacío en mi corazón, pero lomás importante es que dejó a mi papá, aquien amo y amare siempre. Mi papá tam-bién fue minero y lotino de corazón, y yofui y seré siempre ‘Hijo del Carbón’.38

Autor: Octavio Fernández Flores Seudónimo: Toño Linares “Me lo Contaron Mis Viejos”MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Mención Honrosa: La Diosa del CarbónAutor: Octavio Fernández FloresSeudónimo: Toño LinaresJuan estaba petrificado mirando la vagoneta Cuando la voz ronca del capataz nombró aque traía las víctimas del grisú. La ardua tarea Juan Carrasco, su padre, entre los mineros in-de despejar la galería había concluido al día molados, ninguna lágrima se escapó y su carasiguiente de la explosión. Entre esa masa de permaneció inexpresiva. Se iniciaría una etapacuerpos deformes, ya sin vida, se encontraba nueva en su vida.su padre. La memoria del muchacho lo retroce-dió al día anterior cuando en el pilón su madre La Compañía Carbonífera se hizo cargo de lostrataba de retirar lo negro de la cara y del dorso funerales y de un estipendio a la viuda por seisde su padre. Su piel nunca recuperó su color meses.natural. El carbón se había apoderado de ella yse había introducido en su cuerpo. Recordaba Las faenas de extracción de carbón teníanlas palabras de su abuelo cuando decía que a como ingredientes principales la pobreza, laun minero, aparte de circular carbón por sus ilegalidad, la tragedia y el desamparo. Todo envenas, lo respiraba y lo incorporaba a su alma. un marco de conflictos sociales emanados deMientras sus ojos continuaban ajenos a las ma- bajos salarios y condiciones inseguras en losniobras del personal seguía pensando ahora en piques. Las viudas causadas por el grisú, la fi-su madre, esa mujer morena, de ojos negros, brosis pulmonar y los accidentes laborales au-pelo largo, menuda, que de sus antepasados mentaban según pasaba el tiempo. Por fortuna,araucanos había heredado la entereza y la ener- entre la población de los pabellones existía lagía de un tractor. Lo había criado a él y a sus solidaridad de los pobres. Cuando a una viudacuatro hermanos menores, guiando siempre el le faltaba algo para comer, las vecinas le pro-hogar. Preparaba cazuelas y sobre todo ese pan porcionaban alimentos.minero, ¡tan rico!, hecho en hornos colectivoscon las vecinas del pabellón treinta y dos. El A Juan le faltaba un mes para cumplir los 15cine, la plaza, las fiestas del barrio, las rama- años, se había convertido en el puntal de ladas; todo compartido con su madre, hermanosy vecinos. Su padre era una figura ausente ensus recuerdos, porque siempre se interponía elpique con su horario esclavizante.

familia. Con la ayuda de su padrino logró in- Juan había hecho amistad en el pique con Eva-gresar a los piques, primero como ayudante de risto, un muchacho de unos diecisiete años que‘apuntalador’, cortando maderos para los re- aparentaba treinta. Con él mantenían largasvestimientos y luego como cargador de vago- conversaciones. Su amigo era un conocedornes. Su cuerpo empezó a cambiar; su piel ya no de un sinnúmero de mitos. Nunca supo Juan siera blanca, el carbón lo estaba transformando las historias las extraía de algún texto, de algúnen un hombre moreno. Su madre lo lavaba con viejo minero o eran producto de su fabulosajabón gringo en el pilón, como lo había hecho imaginación, el caso era que él las escuchabacon su padre. Nunca recuperó su color origi- embobado y las creía a pie juntos. Un día lenal. preguntó: “cuéntame ¿por qué a una mina no entran mujeres?”Juan había hecho amistad en el pique con Eva-risto, un muchacho de unos diecisiete años que Le contestó Evaristo: “Por que la mina es unaaparentaba treinta. Con él mantenían largas mujer y además ‘muy celosa’, no permite queconversaciones. Su amigo era un conocedor ninguna fémina le arrebate a sus hombres, quede un sinnúmero de mitos. Nunca supo Juan si ha hechizado y mantiene atrapados en su seno.las historias las extraía de algún texto, de algúnviejo minero o eran producto de su fabulosa Existe una leyenda que la conocen muy pocasimaginación, el caso era que él las escuchaba personas: ‘En cierta oportunidad, un mineroembobado y las creía a pie juntos. Un día le introdujo a su amante al interior de una minapreguntó: “cuéntame ¿por qué a una mina no y cuando se encontraban en el fondo de unaentran mujeres?” galería haciendo el amor, fueron interrumpi-familia. Con la ayuda de su padrino logró in- dos por un estampido, acompañado de una her-gresar a los piques, primero como ayudante de mosa figura de azabache, con forma de mujer,‘apuntalador’, cortando maderos para los re- que despedía fuego por los ojos; luego de darvestimientos y luego como cargador de vago- un grito escalofriante se transforma en humo,nes. Su cuerpo empezó a cambiar; su piel ya no envuelve a los amantes y los transforma enera blanca, el carbón lo estaba transformando carbón. Dicen que hubo un testigo que perdióen un hombre moreno. Su madre lo lavaba con la razón y sólo repetía algo ininteligible sobrejabón gringo en el pilón, como lo había hecho una diosa negra’.”con su padre. Nunca recuperó su color origi-nal. según Evaristo, cada vez que un minero veía a esta diosa le llegaba su turno de morir

Juan estaba muy impresionado con estas histo- alguna explosión y sólo el ruido de la picotarias y, cada vez que transitaba por las galerías, sobre el carbón y la del lejano compresor decualquier ruido lo hacía estremecer. Una vez, la aire inundaba el ambiente; mientras, un trán-luz de su linterna proyectó una sombra. ¡Verla sito de lámparas circulaba sin parar en ambosy arrancar fue espontáneo! Las carcajadas del sentidos por las galerías. Todo era tranquilidadbarretero, dueño de esa sombra, fueron ofensi- bajo tierra. En cambio en su hogar pasabanvas y dolorosas para él, ya nadie lo libraría de cosas. María, su hermana de catorce años, eralas bromas y pullas de sus colegas de faena. candidata a madre soltera, Francisco estudiaba en el Liceo y su madre vendía pan de mina enCinco años más tarde, Juan Carrasco fue as- Coronel.cendido a barretero y trasladado al famosoyacimiento que inmortalizó el escritor Baldo- Juan había evadido los problemas de su fami-mero Lillo, con el nombre de ‘El Chiflón del lia, tenía claro que su aporte económico eraDiablo’, en sus cuentos realistas de “Subterra”. insuficiente. Ahora que Pedro, el hermano queEste socavón se introduce más de 800 metros le seguía, se había sumado a las faenas y traba-bajo el nivel del mar. El trabajo de las minas jaba como acarreador de carbón, la situaciónabarcaba turnos de 12 horas: el primero desde algo cambiaría.las 7 de la mañana a las 7 de la tarde y el se-gundo de las 7 de la tarde a las 7 de la mañana. Como barretero lo enviaban a otros piques yTurnos de 7 a 7, se decía. El horario se iniciaba fue así como en un turno de noche, donde secuando se estaba picando. El tiempo para en- encontraba trabajando junto a su cuadrilla entrar y salir del pique no se pagaba y significaba una galería, sintió algo helado sobre su espal-a veces dos horas extras. da. Retrocedió un par de metros y observó una filtración de agua que venía desde el techo delEl acarreo de carbón ya no se hacía con caba- túnel. Dejó sus herramientas y fue a comuni-llos, ahora existían los vagones. La muerte de cárselo al capataz, éste lo miró y le dijo: “esun canario para detectar el gas grisú era parte natural lo del agua, la tenemos en abundanciadel pasado. A pesar de nuevas tecnologías, aún en la superficie ¡Sigue con tu trabajo!”. Regre-no lograban eliminar los riesgos, los accidentes saba cuando sintió un ruido ensordecedor, alcontinuaban. enfocar con su linterna observó un caudaloso río de aguas negras que venía en su dirección,Con Evaristo no se habían vuelto a ver, estaban alcanzó a correr algunos metros cuando fueen piques y turnos distintos, casi había olvida-do sus historias. Hacía tiempo que no ocurría

arrastrado por la corriente. Lo último que vio Cuando Juan regresó de las tinieblas y abrió losle hizo perder el conocimiento. La diosa negra ojos, a quien primero vio fue a la diosa negra ylo venía a buscar. cayó de nuevo a la inconciencia.El derrumbe había provocado varias víctimas.Los pocos sobrevivientes fueron evacuados “¡Esta volviendo del coma!”, comentó sonrien-y llevados al Hospital de Lota. La Compañía do la morena enfermera, mientras le tomaba elcerró el pique y sus Relacionadores Públicos pulso.amortiguaron la difusión de la tragedia. Había “Pero, ¿se fijó en la expresión de pánico queque seguir produciendo. puso cuando la miró?”, acotó la auxiliar trigue- ña que la acompañaba.

La Mina se Llevó a Mi Abuelo Autor: Javiera Aguirre Reyes Seudónimo: Bongerica “Me lo Contaron Mis Viejos” MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN



Mención Honrosa: La Mina se Llevó a Mi AbueloAutor: Javiera Aguirre ReyesSeudónimo: BongericaEn el año 1960, en pleno apogeo de las mi- ese fue Cerda en honor a un presidente, donnas del carbón, muchos hombres y entre ellos Pedro Aguirre Cerda. Por el alcance de su pri-algunos muy jóvenes, emigraron de los cam- mer apellido, desde entonces se llamó Juan depos para trabajar en las minas de carbón de la Dios Aguirre Cerda.zona de Coronel y Lota, en busca de una mejorvida. Cuando ya hubo obtenido los requisitos se pre- sentó a trabajar y por su juventud le dieron elEntre ellos mi abuelo, don Juan de Dios Agui- puesto de apir, cargo que consistía en ayudarrre Cerda, que vino a trabajar a las minas de al barretero a apalear el carbón, mientras ésteSchwager, en donde la exigencia para entrar sacaba el mineral de los yacimientos.era saber leer y escribir y tener dos apellidos.El abuelo Juan llegó a Coronel, desde el inte- Ya estando establecido y con trabajo en el pe-rior de Temuco, sin saber leer y escribir y sin riodo de un año, decidió ir en busca de la mujerconocer a nadie. que sería su compañera, la que se encontraba esperándolo en la ciudad de Temuco, con laEn Coronel habían casas en donde hospedaban que contrajo matrimonio en la localidad dea los afuerinos y mi abuelo tuvo la suerte de Trogolhue.hospedarse en la casa en donde el dueño eraprofesor, quién le enseñó a leer y escribir en Regresaron a Coronel donde comenzaron asólo dos días, por las ganas inmensas de entrar formar su familia, en la población Granfelot,a trabajar a las minas. donde nacen tres de sus hijos: Juan Froilán, Rosa Inés y Edelmira del Carmen.Ya estaba listo para entrar, pero faltaba otro re-quisito importantísimo: tener los dos apellidos. Luego de un tiempo el trabajo mejoró y elPero mi abuelo sólo tenía uno, el de su padre. sueldo aumentó, con lo que pudo comprar unNo se sabe la razón de por qué tenía uno solo, terreno en el que edificó lo que sería la casapor lo que se vio en la necesidad de agregarse propia, donde fue creciendo la familia con elel otro apellido él mismo. Y nacimiento de dos niñas: Berta Elizabeth y

María Angélica. Lamentablemente ocurrió lo que preocupaba a su mujer cuando él se iba a trabajar.El trabajo en las minas era demasiado ries-goso, algo que mantenía siempre preocupada En la mañana del 15 de junio de 1968, como sia su mujer y, porqué no decirlo, a todas las presagiara la gran tragedia, antes de ir a su tra-esposas de los mineros, las que no sabían si bajo reunió a todos sus hijos y a su mujer pararegresarían a sus hogares ya que siempre ocu- decirles que se cuidaran, que se mantuvieranrrían tragedias y las cantidades de mineros siempre unidos y dirigiéndose al mayor de susaccidentados eran considerables. hijos, con sólo 9 años de edad, le dijo que prote- giera a su madre y a sus hermanos menores si élHechos que eran demasiado desastrosos, por- no volvía del trabajo y dándole un beso a cadaque las familias quedaban en desamparo y uno se marchó hacia su trabajo.porque casi todas eran numerosas. En el transcurso del día, mientras su esposa seEl abuelo Juan era demasiado responsable en encontraba tejiendo ropa para el bebé que lle-su trabajo, en ocasiones estando accidentado vaba en su vientre con 6 meses de gestación, deigual se presentaba a trabajar. pronto el sonido ensordecedor y desesperante de las sirenas, bomberos, ambulancias y el co-Mi abuelo también tenía sus tiempos libres. rrer de la gente, anunciaban que algo terribleLe gustaba mucho el fútbol, lo practicaba sucedía.junto a sus vecinos y amigos, la mayoría eranhinchas del Lota Schwager. Esto lo impulsó a Mi abuela encendió la radio y el locutor infor-formar un club de barrio, para mantener a los maba, con gran desesperación, que en la minajóvenes y niños en actividad sana. Ese club se de Schwager había ocurrido una tragedia, unallamó ‘Club Deportivo Juan Aguirre Cerda’. explosión con gas grisú había dejado 14 vícti- mas fatales y otras heridas de gravedad, dentroEste tiempo fue el más bonito para mi abue- de las cuales se encontraba mi abuelo, quien fa-lo ya que venía en camino su sexto hijo, al llece a causa de graves quemaduras internas lasque esperaba con muchas ansias porque sería que le causaron la muerte. Antes de morir, en suel último; además quería que fuese hombre. agonía, le dijo a uno de susEn la mina contaba lo feliz que se sentía arre-glando su casa para su último retoño.

compañeros que le comunicara a su esposaque la amaba con toda el alma, a sus hijostambién y que el hijo que vendría iba a serhombre.La muerte de mi abuelo dejó desamparadosa una mujer, 5 hijos vivos y uno por nacer,el cual es mi padre, al que amo con toda mialma. Él nació el 26 de agosto de 1968, dosmeses después de la tragedia.Por otra parte mi abuela, con sentimien-tos encontrados, vio nacer y recibió en susbrazos a su pequeño hijo, con la alegría detraerlo sano a este mundo y con la tristezade no poder mostrárselo a su amado espo-so y decirle: “éste es tu pequeño hijo”. Ycon lágrimas que rodaron sin control porsus mejillas, con un beso lleno de amor yangustia, selló lo que sería un largo caminoque seguir, sin la ayuda de él

Los ÚltimosGrandes Héroes Autor: Ricardo Rodríguez Quilodrán Seudónimo: Dante “Me lo Contaron Mis Viejos” MEMORIA POPULAR E HISTORIAS DE LA CUENCA DEL CARBÓN


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