DESDE LA VENTANA Desde la ventana yo me asomaba a Roma y dejaba que entrara el aire fresco sabiendo que quedaría por siempre en mi mirada. Después tú salías del baño invitándome a un beso, único y delicado para no despintarte, guardabas celosa tu belleza para cruzar el Tévere. 201
EL SUEÑO DE LADAKH Llegué hasta el mar. Cuánto tiempo sin mar, y mi ansia de agua lo cubría todo, y estaba tan en paz, tan dulce, tan tranquilo que hasta me dieron ganas de pasear por él, seguro estaba de poder, al margen de la física, sobrevolar hasta la orilla donde todo va en cuesta, ese lugar que tengo metido en la cabeza e intruso en la noche se cuela en mis sueños. Los ecos de Ladakh son con su ritmo constante latidos en la lejanía, son los ritmos del monje perdido en Tso Moriri queriendo llenar su Gompa con su canto para un puñado de turistas al atardecer, 202
y solo, se valía por todos los monjes que no estaban. Me llega el viento que recorre los pasos, ese pequeño espacio llano entre los picos, siento que mueve mis banderas de oración y que en todas las Gompas visitadas alguien mueve las ruedas por mí, y una paz me impulsa a pronunciar Jule, la palabra más bella que aprendí en el país de los altos pasos, de montañas desnudas a veces abiertas por el Indo a veces abiertas por el Zanscar a veces abiertas por el Nubra a veces abiertas por el Shyok a veces cubiertas delicadamente por la nieve. Hay tiempos que anidan resisten su paso al mundo del recuerdo, 203
son frescos, indomables, faltones, porque se saben únicos tanto como la tierra que los trajo donde sólo los fuertes sobreviven a una noche de muchos meses y mucho frío para volver, con los primeros rayos a cubrir de luz y de verde los valles. A veces la vida se abre paso por lugares tan inhóspitos e increíbles que todo lo vivido te parece un sueño. 204
DELHI: ENTRE EL INDO Y EL ZANSCAR 205
DE PAR EN PAR EL ALMA Fue como sin pensarlo, quizás mejor, como si hubieras gastado meses elaborando la rabia y sólo ahora, cuando por fin salió, descubres que olvidar es uno de esos trucos que sale bien a medias, pero nada más. Así que la otra noche mirándome a los ojos y con tu mano cogiendo mi barbilla soltaste aquel torrente de dolor y yo callé como un cobarde y agaché la cabeza y te di la razón. De par en par el alma ventiló sus estancias 206
y la noche partió como un soplido dejando en nuestros labios la orfandad, y a cada uno con sus sueños como si la noche perteneciera a otros. De par en par el alma nos dejó tan desnudos que ni tuvimos abrazos para zafarnos del frío, bajo la funda nórdica que nos hacía prisioneros nos dimos la espalda aguardando un rescate, pero ninguna mano nos sacó del letargo y la noche nos cubrió con su invierno. 207
ESPACIOS EN LA MEMORIA 208
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ECO Hay un eco en la cuenca de mis manos en el que se suena la música en la noche, son notas de nostalgia y de silencio son quejidos por tu piel ausente. 210
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ALGUNOS DÍAS Hay días que se me hacen largos y noto como la ansiedad, creciendo en ondas, conquista el territorio de mi libertad y busco en la química el sosiego, una nueva paz, algo que me desquite de ese pensamiento en que quedé atrapado, preso de la memoria, tramposa, traicionera, convertida en célula terrorista, nada, nada puedo ante ella salvo esa nueva mecánica aprendida de fijar bajo la lengua un desactivador y con él el fluir de pensamientos nuevos o viejos, sin que agoten el aire que llega a mis pulmones. Después, transcurre el tiempo. 213
LA MEMORIA SE VISTE DE FIESTA 214
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GUADIANA 216
ISTAMBUL Los alminares penetran el cielo cada vez que los muecines convocan a oración, y sus cantos se expanden en armonía por el universo compartido de crédulos e incrédulos. Yo, qué soy más bien incrédulo no dejo de sobrecogerme por su canto imaginando los millones de fieles que elevan su mirada, mientras la mía navega por el Cuerno de oro camino de Eminou. Avanza el barco, mientras el sol va camino de esconderse tras la cúpula de la hermosa mezquita de Süleimaniye y un cielo morado parece adormecerse sobre 217
las numerosas casas del barrio de Karsicapi a cuya espalda un agitado mar de Mármara nos regala un viento refrescante en la noche. Y esa misma luz, la luz de todas las luces nos invita a quedar detenidos sobre la belleza esbelta de la Torre Gálata, subida a la loma para continuar con su oficio de ojo, atenta al continuo trasiego de barcos en ese vértice, donde todo lo que se puede ver se queda atrapado en su retina de piedra. Cae la noche sobre Estambul, y es entonces cuando el puente Gálata se viste de fiesta, y bajo las vías del tranvía, brazos salidos de todas partes te acechan para ofrecerte su mejor pescado. Los pescadores, ya poco numerosos se resisten a 218
abandonar las siempre repletas barandillas del puente donde las aguas del Bósforo penetran en el Cuerno de oro en la última llamada a la oración: el Yatsl. 219
NOSTALGIA Mi cuerpo alguna tarde es como un depósito de nostalgia, en el que yacen los cuerpos que algún día, pegados al mío, soñaron con ser otros. 220
HERRAMIENTAS 221
SILENCIO Ya no nos llamamos cuando estamos tristes. Qué largo es el silencio 222
SILENCIO Cuando viajamos siempre no vamos muy lejos. Es nuestra forma de sentirnos juntos 223
MIRADAS En ocasiones te miro a hurtadillas para que no lo sepas. Otras me pillas con la mirada fija. Entonces hago como que te estoy mirando 224
LIGERO COMO EL AIRE Te oí decir: ligero como el aire. Cualquiera lo diría. Pertrechado en el sofá parece que tus pulmones son de plomo. 225
RUANDA Ninguno de los niños que estaban en el arcón era Tomás. La hermana Angustias sintió como la boca del estómago se le estrangulaba. Un golpe seco destrozó la endeble puerta de madera y los soldados entraron rabiosos. Le ordenaron tumbarse en el suelo. Sintió la boca amenazante del fusil en la cabeza. ¿Dónde escondes a los diablos? Después de sembrar el terror y apropiarse de los alimentos de la despensa montaron en sus Jeeps y al poco se produjo una gran explosión. Sor Inés le entregó una nota, el mensaje era escueto: siempre estará en mi corazón hermana. 226
MIENTRAS EL FUEGO a Rafa Tu viste como yo competir en belleza la luz de las llamas con el atardecer. Fue, poco después de que el fuego prendiera, con el ansia de reducir a nada lo que un día urdieron nuestras manos, cuando surgió un instante de paz un silencio cómplice de sabernos cercanos, y que nada podía ser más bello en ese instante. Mientras, el fuego voraz 227
desnudaba ante los otros la fragilidad de nuestra obra, y un esqueleto de hierros y maderas tercas se resistían al hambre de las llamas, pero tú y yo reconocimos en su olor otro final, el del tiempo gastado. 228
IGNORABA LA FRAGILIDAD Qué sutil indiferencia, que error de percepción, seguro de sí mismo creyó volar mientras caía, ignoraba la fragilidad del gozo de cristal. 229
AHORA Ahora que ya tengo edad para hablar de la vida cara a cara contigo, ahora que la vida no es tan brava y el tiempo reposa en las orillas, ahora lamento como nunca la distancia, más que por hablar por los abrazos. 230
UN DÍA LA VISTA ATRÁS No sé cuántos poemas, muchos de ellos ni siquiera vieron el papel, en los más de los casos por pereza y luego por olvido. Otros por el contrario están aquí, corrieron mejor suerte aunque no por ello son mejores, fue casual que tuviera a mano algo con que escribir. Hoy veo sorprendido cuántos de ellos han sobrevivido, supongo que son la suma de la casualidad y el deseo, se han ido conservando 231
sin más valor que haber llegado, sin pedir nada a cambio tan solo estar, ser pacientes conmigo y dejarse leer si viene al caso y poco más, rara vez les sorprende una coma o una palabra nueva, porque son lo que fueron y ese es su verdadero sentido de seguir existiendo. 232
DESPERTAR DEL DOMINGO DE ABRIL Se estrena abril con la luz escondida y las pequeñas nubes sin duda han ayudado a limar el rigor del invierno, saboreo la paz y me estremezco, con los ojos cerrados disfruto de los pequeños sorbos de café y escucho de fondo la traviata, pinchada por azar en YouTube. Quizás sea este, uno de esos instantes cazados para mi sorpresa, un despertar sin pretensiones, ahora, una vez comprendido que las estaciones se irán sucediendo sin que tengan en cuenta mi opinión, 233
y esperan de mí que me comporte que acepte haber vivido, y vigilante aguarde en el discurrir de los días, pequeñas oportunidades, dulces, complacientes, sin la sed del deseo, de la pasión rompiendo como olas en los muslos abiertos, misteriosa aduana, inquietante territorio extranjero donde sentirse furtivo, esperanzado, caminando a ciegas cuando mi cuerpo amaba desesperadamente, en el ardor de encuentros fútiles. Desecho la nostalgia, pero no puedo evitar echar en falta aquel desasosiego, la juventud que pasa, la vida, y a solas y en silencio 234
en la calma de un despertar de domingo, reconozco esta paz y habito en ella, y un par de gorriones anuncia en su algarabía la esperanza de la primavera. 235
CUANDO LEO ME GUSTAN Cuando leo se me hacen largos los poemas largos, se suceden los versos y estimo la grandeza, la pasión desmedida, la inteligencia, la soberbia pulcritud de las imágenes, la metafísica abarcando las palabras, quién sabe, si hasta ahogarlas. Sin embargo envidio la luz, el pulso, la frescura de la palaba cierta el sentido del ritmo que me arrastra la emoción suspendida la virtud de hacerme partícipe 236
de ese viaje tan íntimo que queda en mi como si mío fuera. Me gustan los poemas cortos porque en ellos habito en plena desnudez. 237
NO HAY NADA a mi nieta Andrea No hay nada como asomarme a tu oído y decirte que eres lo más bello en este mundo y que te quiero con locura. Nada como oírte decir: ¿Qué me has dicho aquico?, y todo porque vuelva a decirte lo que ya de sobra me has oído, y a camino de tu sonrisa cómplice te vuelvo a repetir que te quiero con locura. 238
LOS ABRAZOS NO DUELEN Los abrazos que se tienen no duelen, duelen, los que queriéndose dar no encuentran lecho ni alma ni palabra donde rendirse a un beso. 239
CUANDO SE FUE MI PADRE Cuando se fue mi padre yo estaba lejos, demasiado lejos como para estrechar su mano despedirme de él ofrecerle mi último abrazo decirle lo mucho que le quería darle las gracias por haberme regalado una vida plena, decirle que había conseguido ser mucho más de lo que había imaginado, que se fuera tranquilo, pues había crecido conmigo su bondad. Hoy, sentado en el patio reposo mis huesos en su silla, agarro con firmeza su martillo y siento en mí su fuerza, ese brazo de acero del que yo me colgaba para ver las estrellas. 240
Observo la vida a través de su mirada limpia, ese es mi secreto para captar la belleza en lo humilde, en lo insignificante. Cuando mi padre perdió el tiempo yo adquirí de repente su conciencia. 241
LA NOCHE He vuelto a escuchar el camión de la basura No puedo remediar que la noche me pille Con las manos untadas de palabras Y el silencio me empuja, me seduce Me hace sentir profundamente el espacio que habito Eso, que por ser tan inmenso Acrecienta mi humildad. Echo un último vistazo a la osa mayor y es como volcar la memoria, pero es demasiado tarde para empezar de nuevo. 242
MI CUADERNO Cuando escribo, cuando logro desperezarme y sacar del olvido este cuaderno siempre tan poco agradecido, siento en las palabras el rescate, latir el tiempo en cada letra, como si unas a otras se dijeran esta es la nuestra, y entonces despistada asoma la memoria y mis párpados se pliegan, una luz recorre mi red neuronal, y como en una explosión de códigos binarios pululan mis identidades, todas auténticas me devuelven esbozos de lo que soy, 243
de lo que quise ser, de lo que aprendí a perdonarme, de lo que aprendí a aceptar y, a veces, a amar. Mi cuaderno no me permite perderme en el tiempo, despierto cada día siendo consciente del amanecer, no siempre fue así, también hubo un tiempo en que quise ser nadie, a la deriva, ni siquiera mi infancia tan feliz traía un refugio a tanto desasosiego. Mi cuaderno es ese gran recipiente en el que han ido cayendo sin querer perpetuarse el tiempo y el olvido. 244
FUIMOS UNO Y ASÍ SEGUIRÁ SIENDO A Laika Cada mañana despertarás conmigo y mi primer latido será el tuyo, serás la energía que me falte la sonrisa del amanecer, serás mis buenos días, el agua fría que me reconforte del sueño y el cansancio, el café que me anime, la esperanza de un día que amaneció para ser estrenado. Serás la inteligencia alerta, aquella que me detenga antes del precipicio. Eres parte de mí y andas conmigo y si la muerte pensó por un instante en alejarnos, 245
nada, nada entendió de lo que fue la vida, porque tú y yo, y sólo con mirarnos éramos la unidad y por siempre seremos. 246
OCÉANO DE ESPIGAS Qué será que te vienes pegado En todos mis silencios Te me cuelas Me trepas Hasta ser un dolor en mi garganta Te trago cual saliva Cómo quién traga Un océano de espigas Las que pronto serán Las olas de Castilla. 247
248
ES TAN AZUL EL CIELO Es tan azul el cielo, tan intenso que quiero ser el aire que llegue hasta tu lecho, no ser, y ser color, ser cielo, sin forma y sin nombre, diminuto corpúsculo, pero en verdad del cielo bajaría hasta alcanzar tus labios para que me besaras, convertirme en sudor y deslizarme lento, 249
colarme por el valle, a través del paso abierto entre tus pechos, resbalar, acariciar tu piel, descender livianamente por tu vientre sortear los obstáculos recios del monte con nombre de diosa y colarme en ti, y en ti quedarme preso. 250
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