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Wilmer Zambrano
PRÓLOGO    5 mil años contigo es una novela romántica basada en el gé-  nero de ciencia ficción cuyo escenario se desarrolla en el año  3277. Trata de un romance entre la princesa Soret y Moret.  Soret es hija de la reina actual del mundo. Moret es un chico  genio y prodigio en ciertas áreas tecnológicas, por lo que lo-  gra el primer trasplante de conciencia entre un hombre y una  máquina, es decir, pasar el cuerpo y la mente hacia un robot.  A medida que se desarrolla la novela, el lector descubrirá el  significado del amor, en la forma de actuar de cada uno de  ellos.    Conoce el destino de Moret y Soret, acompañado de una gran  aventura que los llevará hasta los confines del universo. Con  muchas ganas de descubrir que se esconde en este sentimien-  to que llamamos amor.    Sin duda 5 mil años contigo es una novela de ciencia ficción  muy interesante, pues tiene mucho que contar, mucho que  descubrir en cada escenario y en cada protagonista, sin contar  los misterios que se esconden en cada episodio que solo Mo-  ret Walker podría explicar.                                               4
PREÁMBULO    Nunca podremos comprender lo que es el amor. La palabra  amor es un término muy difícil de definirlo como algo con un  solo significado, nunca sabremos lo que es el amor; y aunque  digamos conocer lo que realmente es el amor, déjame decirte,  que lo tú piensas que es, eso no es el amor.    Cuando podamos diferenciar entre dar y recibir amor, llega-  remos a un punto de destrucción, en donde nos convertire-  mos en esclavos condenados a morir. Amor es sinónimo de  muerte. El amor existe en muchas fases, niveles, etapas. Es  muy diferente el amor entre un ser humano y una máquina  que sepa amar: a una persona se le acaba; mientras que un  robot puede amar por miles de años, y solo se acabará cuando  este sea destruido y muera.    El amor entre seres humanos es solo por un tiempo limitado;  si ese sentimiento pudiera guardarse en algún lugar, en una  mente humana o en una máquina, sabríamos comprender lo  que cuesta guardarlo por mucho tiempo sin que este se da-  ñase por la eternidad. Cuando esto pase, entonces sabremos  valorar lo que cuesta en realidad el amor.  El amor existe y es algo real, solo se puede dar, pero nunca  recibir, no es algo que se pueda comprar o dar a cualquiera, el  amor es escogido y solo se escoge una vez. Y lo malo de todo  es que tú no escoges, sino que debes esperar a que te escojan y  eso es lo doloroso porque solo podemos dar, pero nunca reci-                                               5
bir. Y no hace falta que grites, que llores, te humilles, cuando  te escojan lo sabrás desde el primer instante, porque verás el  futuro correr en frente tuyo.  Algo parecido me pasó a mí hace muy poco tiempo. Permí-  teme contarte esta pequeña historia, es hermosa siempre y  cuando sepas dar amor.  Soy inventor de la única inteligencia artificial capaz de pensar  como un ser humano, es decir, fui capaz de crear el primer  robot con sentimientos reales.  Mi nombre es Moret Walker y esta es mi historia.                                               6
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Año 3–27–7    Al igual que todos los días, me desperté con todo el ánimo del  mundo, energético, hice mi rutina de ejercicio para mantener  despierto mi cuerpo y mente. Parecía estar todo bien, sin em-  bargo, no era como los días anteriores. Dentro de mí había  una extraña sensación, era como un malestar que se manifes-  taba dentro de mí, era como energía que estaba llegando a mí,  no lo podía ver, pero si la podía sentir como estaba dentro de  mí, no sabía lo que estaba pasando, pero continúe como mis  actividades planeadas para este día.    Esa mañana no tenía nada que hacer de gran importancia.  Simplemente, estaba leyendo amplia información sobre los  últimos avances de la tecnología de última generación, era  entretenido saber todos los nuevos proyectos que van a salir  al mercado. Mientras leía todo esto, también hackeaba cuen-  tas que no eran mías en la red universal. Tener una cuenta en  este lugar es muy difícil, se necesita de mucho dinero y ser  una empresa o alguien muy reconocido.    Pude lograrlo gracias a un programa creado por mí para in-  fectar todas las redes y poder camuflarse fácilmente sin ser                                               9
detectado por la policía de la red.    Había hackeado una entrada para Mogurt, la feria de tecno-  logía más grande de todo el planeta, en ese lugar hay de todo  relacionado con la tecnología.    Mi principal objetivo era comprar varios robots de última  generación para modificar su inteligencia artificial y seguir  trabajando en mi proyecto que tanto tiempo lo he estado tra-  bajando.    Quería los mejores robots: que sean fáciles de armar y de des-  armar; también buscaba que su batería sea recargable o que  dure muchos años.    Como la feria duraba 15 días y todos esos días están repletos  de grandes empresarios, multimillonarios de todas partes del  mundo en busca de lo mejor de los avances tecnológicos, estar  allí no es cualquier cosa, se necesita ser una persona muy im-  portante para poder ingresar. Muchas de las personas vienen  de otros planetas a comprar todo lo que ellos necesitan, es  por esta razón, que aquel lugar se encuentra en lo más alto  del mundo.    En lo personal no tenía muchas ganas de ir, estaba muy can-  sado de robar millones de Redcoins de una empresa de publi-  cidad, esos millones fueron como quitarle un grano de arena  de su imperio.    Estaba observando un artículo sobre los viajes espaciales en  las últimas décadas y de repente sentí un resfrío que recorría                                              10
todo mi cuerpo, como si estuviera dentro de un congelador,  tembló todo mi cuerpo, y en mi mente se dibujaba un gran  presentimiento de ir a la feria justo el día de hoy.    Al principio no le tomé mucha importancia, sentí esa sensa-  ción, pero la quité de mi cabeza. Continúe leyendo, segun-  dos después volvió con mucha más fuerza y esta vez no la  pude contener. Estaba muy sucio, lleno de grasa, no me había  bañado 3 días, mi área de trabajo estaba toda sucia, dejé de  hacer todo lo demás y me fui a bañar. Pero, ese presentimien-  to seguía en mi cabeza, pensé que ese día podría encontrar al  mejor vendedor donde pueda adquirir la llave a mi proyecto  que se hacía falta.    Seguía pensando en esa extraña sensación mientras me alis-  taba para salir, llevé conmigo todo lo que iba a necesitar, tal  vez encuentre material de ayuda en otras personas, fue lo que  pensé.    Tenía muchas cosas en mi cabeza, mucho en que pensar sin-  ceramente, dispongo de poco tiempo para buscar lo que nece-  sito antes de que termine el día.    Me apresuré para llegar lo más pronto, ya que era importante  estar temprano ahí, siempre la fila de entrada es muy larga, se  demora un poco porque tienen que revisar la documentación  legal de cada una de las personas del lugar, en caso de algún  accidente, robo o fraude.    Para este día estaba abierta la entrada para aficionados y otras  entidades que deseen comprar estos avances tecnológicos.                                              11
Finalmente llegué a la feria, había mucha gente haciendo fila  para ingresar justo como me lo imaginé, pero yo no hice fila,  yo tenía una entrada muy especial: a diferencia de los demás,  mi entrada era la misma que tenían los grandes empresarios,  miembros del ejército espacial, y el legado de la realeza, entre  otros.    Llevaba conmigo una maleta donde tenía todas mis tarjetas  electrónicas, una diferente de la otra, para que así la policía  no sospeche de mis compras fraudulentas.    Es muy peligroso comprar con una misma tarjeta dos veces  en el mismo lugar, esto es penado por la policía electrónica y  multado con prisión por varios años.    Ya dentro caminé y vi una gran multitud de personas, an-  droides, miembros del ejército, robots de todo tipo. Es normal  ver una persona acompañada de uno o dos robots a su lado,  mucha gente los utiliza en sus actividades diarias, son muy  útiles y prácticos. Entre más avanzada tengan su inteligen-  cia artificial, más útiles serán porque harán un trabajo mucho  mejor que un humano.    Pero no todo es perfecto, su sistema matemático les hace  tomar decisiones con posibilidades, ellos no tienen alma, por  más humano que parezcan, no lo son, solo son máquinas, si-  guen siendo unas máquinas a pesar de ser más inteligentes  que todos nosotros.    Por esta razón, caminé y caminé viendo a todos lados en busca  de algo que verdaderamente me llamé la atención.                                              12
Miré a lo lejos una empresa de radares, me acerqué para ver  todo lo que había ahí. Me atendió una chica robot, fue tan  natural como si hablara con un ser humano, eso es lo que pro-  voca la inteligencia artificial, sustituir al humano en varias  actividades.    Me mostró todos los tipos de radares que tenían y uno me  llamó mucho la atención porque aguantaba 100 mil grados de  presión sobre él. Era casi indestructible, pequeño, muy fácil  de transportar a todos lados, me imaginé un montón de cosas  que podría hacer con él.    En ese momento hice la compra de 5 de esos, pagué con la pri-  mera tarjeta, guardé mi recibo para luego marcharme de ahí.    Me alejé un poco de mis compras y miré un poco más allá, a  la gran empresa Cova, empresa dedicada a exterminar con  la vida completa de todo un planeta, ellos manejan grandes  virus, plagas, infecciones, tanto por aire, tierra o agua. Es  como el dios de la destrucción.    Pueden acabar con un Planeta en cuestión de semanas, es in-  creíble, pero ellos lo pueden hacer, son despiadados, no les  importa la vida de esos planetas. Pero, irónicamente, gracias  a ellos, se han podido extraer materiales nunca antes vistos y  utilizados en los avances tecnológicos.    Me acerqué lo suficientemente a Cova para ver todo tipo de  arma biológica nunca antes jamás creada por el hombre. Vi  sus gráficos de mortalidad y me sorprendieron mucho, es in-  creíble ver lo poderoso y peligroso de tener a disposición una                                              13
de sus armas.    Es mortal tener estos virus cerca de todo el mundo y mucho  menos en este lugar, por eso estaban encerrados al vacío sobre  cristal inquebrantable con fibras de diamante. Todo estaba  bajo vigilancia Robo técnica, era seguro para los espectadores.    Continué caminando y me acerqué a un lugar dedicado a la  medicina, había restauradores de células muertas, neuro–  paralizadores, cápsulas temporalizadas para limpiar células  muertas del organismo y muchas cosas más. Estaba emocio-  nado, para un amante o aficionado de la medicina esto era  como el paraíso.    Seguí entre la multitud y me acerqué a un holograma de las  funciones que cumple Cova–S17, es el primer y el mejor avan-  ce de la medicina. Cova–S17 es un compuesto químico que  altera nuestras células, por ende, nuestro organismo, trans-  formándonos en súper-humanos, seres más fuertes y dotados  de una inteligencia superior a la de los demás.    Por ende, solo la familia de la realeza tiene control directo de  esa tecnología. Y solo ha sido puesto a un determinado núme-  ro de personas, entre ellas la misma reina y los ministros del  ejército, entre otros.    Estaba realmente sorprendido de cómo funcionaba el S17, un  tipo de tecnología creado por la empresa Cova, y al cual bau-  tizó como Cova–S17, cuya creación era sumamente importan-  te, ya que surge en memoria de todo lo que la empresa Cova  había logrado.                                              14
Me encontraba mirando al lado derecho mío cuando giré  mi cabeza para el lado izquierdo y ahí fue cuando la vi, una  mujer extraordinariamente hermosa. Nos miramos fijamente  a los ojos y vi un resplandor muy grande que salía de sus ojos,  por unos segundos me quedé pasmado de tanta belleza que  irradiaba aquella mujer.    La vi y me alejé del lugar porque era muy hermosa y sentía  vergüenza, pero mucha vergüenza, yo no era un tipo muy  guapo que digamos, y comparado con ella, yo me vería como  su sirviente.    Me retiré y continúe caminando. Llegué donde había muchos  generadores de energía; pero, a pesar de que había una gran  variedad de artículos, no me llamó ninguno la atención, y me  retiré de inmediato porque esos artículos ya estaban muy ex-  plotados, pues todo el mundo tenía su propio generador de  energía.    Llegué a un lugar especializado en crear hologramas de ob-  jetos o, incluso, de un planeta completo, todo hecho a esca-  la, por supuesto. Estaban transmitiendo en ese momento un  holograma de una explosión volcánica de otro planeta, era  un súper volcán, la poca vida que existía era microscópica,  debido a que el volcán estaba siempre en erupción. Tener este  holograma era muy importante para varios estudiantes, ya  que podían predecir nuevas erupciones de aquel planeta o,  incluso, del nuestro.    Fue extraordinario ver la erupción en aquel holograma. De  repente, cuando vi hacia atrás nuevamente, vi aquella mujer                                              15
hermosa; era casi de mi estatura, tenía un rostro fino, nariz  fina, unas cejas perfiladas y delgadas, el cuerpo de una prin-  cesa, lo tiene todo para ser una princesa. Una mujer hermosa  para mis ojos.    Perdí mi vergüenza y me acerqué muy despacio, aún con un  poco de nervios en todo mi cuerpo.    Me paré a un costado de ella y escuchaba todo lo que decía,  estaba emocionado por escuchar su linda voz, una voz muy  suave y delicada. Ella estaba conversando con un técnico en  mecatrónica, hablaban muy atentos entre los dos.    Decidí unirme a la conversación cuando hicieron mención del  planeta azul, un planeta a millones de años luz con todo lo  necesario para albergar vida.    Según los estudios enviados por el robot Wblu–22, una serie  de robots creados para la exploración de terrenos de todo tipo,  su inteligencia artificial le hacía moverse por lugares donde el  humano no se atrevería. Wblu–22 fue uno de los mejores in-  ventos creado por el hombre.    Actualmente, existen versiones mejoradas, pero él fue el pio-  nero en enviar muestras de agua y de materia orgánica los  primeros días de haber llegado a ese planeta, luego, se perdió  todo contacto con él y su nave.    Tras este accidente, finalmente se guardaron los datos y se  cerró el proyecto, quedó como un posible planeta en el cual  podría existir vida y muchos ecosistemas sin ser estudiados.                                              16
Descartaron la idea de ir al planeta azul para realizar más  estudios orgánicos.     Me acerqué a ellos y dije mi opinión: pienso que Wblu–22  cerró todo medio de comunicación con todo el mundo, debi-  do a que su creador le dio esa orden para no difundir más de  lo que necesitan saber.    Recuerden que su creador, manejó a su antojo por muchos  años a Wblu–22, modificando cada función de su sistema, es  un robot muy experimentado.    Su creador tomó esta decisión porque no quiere que el mundo  se entere de lo que existía en ese planeta, tal vez nuevas for-  mas de vida, nuevos metales, alguna fuerza desconocida que  aún no conocemos, todo lo extraordinario que existe en ese  planeta.    Yo pienso que su creador tiene información y acceso a su  canal de red todo el tiempo y qué juntos están trabajando en  algún proyecto sin que nadie lo note.    Ambos me quedaron viendo, sorprendidos de mi hipótesis,  no me dijeron nada.    Fue cuando aquella chica intervino diciendo, puede ser po-  sible, todo el mundo sabe que Wblu–22 fue el mejor de su  época, pero cómo explicarías de toda la flota espacial que  viajó con él. Está claro que él era el que lideraba toda la mi-  sión, pero había junto con él científicos robots que detectaban  materia orgánica viva en su ambiente y tomaban muestras de                                              17
ellas, además, que contaba con equipo militar, por sí Wblu–22  se encontraba en peligro.    Cada uno de ellos perdió el contacto con el centro de opera-  ciones después de un tiempo de haber llegado al planeta.       - Nadie sabe nada al respecto y nunca lo sabremos.    Me llamó la atención su punto de vista, y me asombré de la  forma en que hablaba ella.    Inicié una conversación con ella, no recuerdo qué le dije, pero  solo me interesaba escucharla, hacía como que escuchaba,  pero en realidad estaba muy concentrado en sus ojos y en su  respiración, en cada uno de sus movimientos corporales.    Me enamoré aún más de ella, no quería enamorarme de ella y  me fui de ahí cuando ella volteó su cabeza. Yo había desapa-  recido en segundos.    Ahora estaba caminando hacia otro lugar donde se especia-  lizaban en turismo dentro y fuera del planeta en sus lujosas  naves y me llamó la atención un paseo por una cueva llama-  da, la cueva de los cristales.    Estaba leyendo más información de ese lugar turístico, cuan-  do vi a alguien parado a mi lado y, sí, verdaderamente era  ella. Preguntó por el lugar exacto, uniéndose a la conver-  sación nuevamente, preguntó sobre la historia detrás de la  cueva de los cristales.                                              18
-	 El señor respondió:     -	 Hay una antigua leyenda que dice que hace mucho     tiempo en ese planeta cayó un cometa trayendo consigo     esos cristales de otras galaxias cercanas. Cuando llegó al     planeta, este se fusionó con el mismo, dejando un túnel     muy grande con pequeñas cavidades en su interior, y es     ahí donde se esconden sus cristales. Dicen que si una pa-     reja encuentra un solo cristal vivirá una larga vida por la     energía que emana ese cristal y que nada ni nadie podrá     separarlos.    La pareja que encontró el primer cristal vivió mil años, ¿no es  sorprendente vivir mil años? A mí me gustaría vivir esa edad,  dijo el señor.       -	 Pero claro, es solo una leyenda.     -	 Yo me quedé muy fascinado por esa leyenda, sería     lindo vivir mil años, lograría muchas cosas si viviera tantos     años, pensaba solo.    Dirigí mi mirada hacia ella y no se mostraba muy atenta, pa-  rece que esa información no le había sorprendido.       -	 Yo le pregunté: ¿no te llamó la atención la leyenda de     los cristales?     -	 La verdad no, porque solo es una leyenda, me gusta-     ría ir al planeta de los cristales para verlo con mis propios     ojos.  Vi mucha desconfianza de su parte, pero me gustó que sea  segura de lo que dice, y yo le dije sarcásticamente, tranquila,  solo porque eres tú, te llevaré a ese planeta a buscar ese cris-                                              19
tal.    Ella me miró y dijo muy sonriente:       -	 ¿En serio, lo harías?    A lo que yo respondí, por supuesto, que lo haría sin saber en  qué lío me había metido.    Ella se emocionó y con una sonrisa estaba viendo el mapa de  la cueva de los cristales.       -	 Yo me alejé sin decir nada nuevamente.    Llegué a un lugar muy bonito, un espacio recreativo para los  niños, donde había robots que les enseñaban, por medio de  hologramas, temas sobre educación. Les daban clases en vivo  y en directo.    Además, tenían juegos para abrir la mente y dar paso a la  concentración. Eran para niños desde los 3 años en adelante.  Había un juego que me llamó mucho la atención, era una pe-  queña araña robot utilizada como mascota.    Tenía un extraño canto para entretener a los niños.    Otra cualidad sorprendente que tenía esta araña robot, era  que tenía la habilidad de reproducir el color de su ambiente  para camuflarse y poder jugar con los niños a las escondidas,  eso me gustó mucho.                                              20
Volteé y miré que ella estaba nuevamente a mi lado y dije,  creo que me estás siguiendo, si eres policía yo no me he roba-  do nada.       -	 Ella respondió riéndose.     -	 No soy policía.    Entonces ayúdame a denunciar un robo, la tomé de la mano  rápidamente y caminamos unos cuantos pasos a lo que ella  responde.       -	 Y qué fue lo que te robaron.     -	 Yo respondí muy tímidamente.     -	 Voy a denunciarte porque me acabas de robar mi cora-     zón. Ella me soltó de la mano y sonrió diciéndome.     -	 Me tengo que ir, un gusto en conocerte, ojalá pueda     verte en otra oportunidad.    Me gustó el tiempo que compartí con ella. La miré nerviosa-  mente a los ojos y le pedí su número de identidad para poder  localizarla y hablar nuevamente cuando tenga tiempo; y, así  fue, ella me dio su número de identidad.    Lo guardé como un tesoro, estaba muy feliz.    Segundos después se escuchó muy fuerte una voz que anun-  ciaba una publicidad del Cova S–17, lo último en armas bio-  lógicas, hablaba de su función y su importancia para limpiar  otros planetas, para un fin comercial.       -	 Ella me miró y dijo: “lo siento, tengo que irme” y se                                              21
marchó del lugar.    Me quedé pasmado pensando en quién era esa chica, nunca  antes la había visto y me gustó la idea de volver a verla, sin  importar quién hubiera sido.    Fue tanta mi emoción que no le pregunté su nombre, me dis-  traje un poco que se me olvidó todo lo que quería comprar.    Busqué en mi Udapest apuntes para recordar todo lo que me  hacía falta por comprar. - Continúe mi travesía.    Al llegar a mi departamento subterráneo, miré todo lo que  había adquirido. En la puerta me recibió mi fiel amigo Kloe  con unas alentadoras palabras.       -	 Buenas tardes Moret, su latido del corazón es más rá-     pido de lo normal, ¿acaso sucedió algo que le tiene preocu-     pado?    No es nada, solo estoy un poco cansado de las compras, hazme  acuerdo que en pocos minutos vendrán a dejarme todas mis  compras. Recíbelas por mí, yo estaré descansando un rato.    Me dormí por dos horas.    Al despertarme, todas mis compras ya estaban guardadas, las  revisé por completo y, sí, estaba todo.    Revisé mi Udapest y me acordé del número de aquella chica  que conocí horas atrás.                                              22
Decidí llamarle, sabía que ella también tenía un Udapest en  sus manos.       -	 La llamé y me contestó una voz extraña:     -	 ¿Aló?    Escuché una voz diferente a la anterior, parece que me había  confundido de número.    Lo más inteligente que pude hacer en ese instante fue pregun-  tar por su hija. - Me respondió:       -	 No se encuentra aquí, ¿cómo para qué la necesitaba?     -	 Soy un amigo de ella. Estaba nervioso, no sabía quién     estaba detrás de aquella llamada.    Segundos después se escucharon unas risas, efectivamente,  era ella que se hacía pasar por su madre.       -	 Soy yo, dijo riéndose.    Involuntariamente, también me reí, y me sentía algo tonto.       -	 Hola, te llamaba para preguntar si vas a estar en la can-     cha de duelo hoy en la noche.     -	 No me gusta ese deporte, respondió ella.     -	 Es verdad, a mí tampoco me gusta ese deporte, no le     veo sentido matar bestias tan solo por deporte.      - Fue lo más estúpido que pude haber dicho, sabiendo     que yo la estoy invitando a ver ese espectáculo.      - Lo siento, pero no puedo ir, estoy un poco ocupada,                                              23
para la próxima vez será.      - Bueno no hay ningún problema.      - Cuídate y ya nos veremos en otra ocasión. Colgué la     llamada.    Me quedé por un rato pensando en todo.    Minutos después reaccioné y la volví a llamar.       -	 Disculpa solo por preguntar.     -	 ¿Cuál es tu nombre?     -	 Mi nombre es Soret.     -	 Soret, bonito nombre.     -	 Eso era todo, adiós. Colgué nuevamente.    Ahora por lo menos ya sabía su nombre. Estuve pensando  esa tarde en ella, parecía un idiota al estar acostado en una  hamaca mientras me movía en ella, sin darme cuenta de  que tenía que sacar de las cajas todo lo que había comprado.  Literalmente estaba perdiendo tiempo.    Al abrir la caja de mis localizadores, me di cuenta de que había  comprado varios. Estuve revisando y haciendo unas pruebas  a cada uno de ellos, me gustaron mucho, era lo más avanzado  en rastreo y localización hasta la fecha, todos estaban bien.    Me acerqué a mis compras más grandes y vi a mis robots de  última tecnología escondidos dentro de unas cajas de made-  ra. Pagué mucho dinero por ellos. Estuve muy expuesto en  revelar datos robados, un pequeño error y pasaría el resto de  mi vida en prisión, por supuesto no era la primera vez que                                              24
hacía algo de esta magnitud. Tengo mucha experiencia en  este ámbito.    Saqué al primero, con ayuda de mi amigo Kloe, estaba un  poco pesado. Medía 170 centímetros de altura, era pequeño a  diferencia de los otros modelos.    Revisé mi factura y vi que todos eran de 180 cm, no entiendo  por qué me llegó uno más pequeño, pero bueno, no importa-  ba mucho. Revisé sus datos y memoria en una computadora y  vi que tenía lo último en tecnología, era mucho más avanzado  de lo que pensaba. Revisé sus demás componentes uno por  uno y cada vez me asombraba más.    Tenía muchas ganas de modificar al robot con mi programa  de transferencia de recuerdos, pero fui paciente y no lo hice  ese mismo día.    Revisé las otras cajas y vi otro pequeño robot, pero este pare-  cía ser femenino. - Lo saqué y miré.    Absolutamente, era un robot femenino y en mi recibo no  decía eso, pienso que se equivocaron al momento de enviarlo.  Eso no importaba mucho, lo revisé y era igual que el otro.  Revisé todos los demás y, en efecto, todos me vinieron dis-  tintos.    Ya era muy tarde y me fui a dormir. Al estar acostado pensé  en muchas cosas a futuro, quería que mi invento funcione  para que, de esa manera, pueda tener la personalidad de una  persona en el cuerpo de un robot. Serviría de mucho tener                                              25
siempre vivo a un amigo, un padre, una madre, o algún hijo  que perdió la vida.    Ese era mi objetivo copiar los datos neuronales del cerebro e  insertarlos en una base de datos nueva, capaz de modificarse  con el tiempo.    Pensé en todo el tiempo que le había dedicado a este proyec-  to, era lo único por lo cual me gustaría salvar las vidas de  otras personas. No quería que las demás personas vivieran  las mismas experiencias que yo alguna vez viví.    Era ya muy noche, estaba algo cansado, estresado, y a la vez,  muy emocionado por haber conocido a esa misteriosa mujer,  fui a mi habitación y me quedé dormido.    Esa misma noche soñé con aquel día tan desgarrador que fue  para mí.    Me encontraba de compras con mi madre, estábamos buscan-  do accesorios para nuestro robot de casa, cuando, de pron-  to, un terremoto sacudió el lugar, provocando derrumbes  en todo el lugar. Mi madre logró empujarme a un estante de  agua que había cerca, gracias a eso logré amortiguar los es-  combros que estaban cayendo sobre mí.    El estanque se rompió y fui arrojado por el suelo junto con la  fauna marina. Todo se estaba derrumbando.    Me había quedado atrapado dentro del agua, un escombro no  me dejaba salir y parecía mi fin. Estaba asustado, cuando algo                                              26
se metió en el agua, movió el escombro y me sacó del agua.    Era un robot, él me había salvado la vida, me agarró entre sus  brazos y salimos de ahí.    Al estar fuera, miré todo a mi alrededor y estaba devastado,  no había nada en pie.    Todo el mundo gritaba por ayuda, solo algunos de los robots  presentes estaban ayudando a esas personas heridas.    Luego sonó una alarma y un extraño gas comenzó a bajar de  los cielos, era algo muy letal, se podía ver a simple vista.    El robot me subió en su espalda y corrió por todo el lugar  hasta llegar a una nave espacial pequeña. Me introdujo den-  tro de una cápsula para dormir y un hombre encapuchado, al  cual no podía verle el rostro, se acercó a mí y me dijo: “debes  vivir y salvar a la humanidad de su extinción”.    Cerró la cápsula y un gas me hizo dormir.    El extraño encapuchado le dijo al robot:       -	 Debes cuidar bien a Moret, cuando creas que esté pre-     parado dale esta información.     -	 No te separes de él.     -	 Ahora vayan al Planeta 2, ahí no tendrán problemas     para esconderse.    La nave despegó del suelo y salió del planeta. Aquel mundo                                              27
era un planeta pequeño. Moret había nacido y crecido en ese  planeta, ahora lo estaba abandonando a sus 10 años de edad.  La nave llegó al espacio y se acopló con otra más grande.  El robot llevó al niño a una cápsula donde pasaría en hiberna-  ción durante 6 meses hasta llegar al Planeta 2.  Lo dejó y fue a la cabina de mando; allí trazó el curso al  Planeta 2. Tenía un largo recorrido que hacer en esos 5 meses  para poder llegar a su destino.  El robot esperó pacientemente los meses. Al estar en órbita, la  policía espacial revisó la nave y el robot mostró documentos  falsos para poder ingresar junto con Moret.  De esta forma, pudo engañar a la policía y cumplir con el ob-  jetivo asignado: llevar a Moret al Planeta 2. Luego, escondió  la nave bajo tierra, se instaló en el subsuelo de un edificio  residencial y llevó a Moret, aún dormido, en aquella cápsula  y esperó a que despertara.                                              28
EPISODIO 2   “LA CITA”                    29
Desperté de mi corto y extraño sueño, luego, estiré mi cuer-  po, sabía que no sería la primera ni la última vez que soñara  esto. Aún con sueño, fui en busca de algo para comer.       -	 Buen día Moret, esta mañana le preparé su plato favo-     rito, huevos de Cabul del planeta JP500.     -	 Enserio Kloe y ¿dónde los conseguiste? Es muy difícil     encontrar esos huevos aquí.     -	 Tengo mis contactos.    Entonces, comí mi desayuno mientras organicé la agenda de  mi día.    Estaba decidido a revisar el sistema de los robots y probarlo  añadiendo mi base de datos creada.    Mientras estaba revisando el sistema de uno de los robots,  pensaba en qué podía modificar o añadir para mejorarlo sin  perder algunas de sus cualidades establecidas.        – Cuando, de repente, un mensaje llegó a mi Udapest.      – Era ella. Me sentí muy contento al leer su mensaje de      buenos días.    Cómo lanzado que soy, le pregunté si podía verla el día de  hoy, después del mediodía.        -	 Ella aceptó de inmediato.    Ahora estaba en un gran aprieto, nunca había salido con al-  guien, mucho menos con una mujer así de hermosa, por lo                                              30
que ella estaría en problemas.    Me puse a leer todo tipo de información para tener una cita,  desde cómo pararme, hasta como peinarme, ven incluso esto  rima.       - Moret no tiene que fingir ser otra persona, debe ser tal     y como es, sin ocultar defectos, el amor es eso, el amor lo     entiende y lo comprende todo. Solo sea usted, dijo Kloe.    Está bien, pero recuerda que yo nunca he salido con una chi-  ca, mucho menos con alguien tan bonita como ella. Tengo  muchos nervios, mírame como tiemblan mis manos.       -	 ¿Y si no le gusto, ¿qué dirá de mí? Le dije eso mientras     me apretaba la cabeza.     -	 Moret tómelo con calma, solo dejé fluir todo y verá que     todo le irá muy bien. Está bien iré a alistarme, ¿lavaste mi     traje para cazar Cabul?     -	 Moret debe enamorarla no conquistarla, si lo ve puesto     el traje para cazar Cabul, me imagino que la va a conquis-     tar a la fuerza.     -	 Sea normal, y vaya puesto ropa de algodón, deje los     trajes espaciales y las armaduras.     -	 Sea usted, entienda.    Así fue que me alisté, tomé fuerzas y con un gran ánimo salí  al lugar donde habíamos acordado.    Seguía nervioso, estaba tan nervioso que me pasé del lugar  donde habíamos quedado y tuve que regresar corriendo                                              31
como si la policía me estuviera persiguiendo, en el camino no  vi nada, pasé por encima de todo.    Llegué al lugar y la vi parada de espaldas, me acerqué despa-  cio por detrás de ella. Vi lo hermosa que era, su cabello negro  muy brillante era un poco largo, le llegaba casi a la mitad de  su espalda.    No podía dejar de ver su cabello largo, era hipnotizante y  muy hermoso. Me acerqué lo suficiente, ella escuchó mis pa-  sos al caminar y volteó.       -	 Sigue igual de hermosa como la última vez que la vi.     -	 Me sonrió y me dijo:     -	 Hola, llegas un poco tarde.    Y era verdad que llegaba un poco tarde, con 15 minutos para  ser exactos.       -	 Perdóname por la demora, es que me perdí en el cami-     no.    Como estábamos en una estación de trenes bala, decidimos  transportarnos a un lugar llamado Yobrero.    -	 Vamos, el tren está a punto de salir. dijo Soret.    Entramos al tren y no había mucha gente. Las pocas personas  que estaban me miraban como si fuese un bicho raro, ¿acaso  vine puesto mi traje de Cabul? Pensaba.                                              32
Nos sentamos y esperamos a que el tren comenzará a mover-  se. En ese instante nació una conversación muy agradable.    Solo quería escucharla hablar, no sabía lo que me contaba,  pero le seguía la corriente solo por escuchar su linda voz.    Me contaba de algunos de sus viajes por distritos militares,  planetas, lunas entre otras, le gustaban las joyas, especial-  mente si tenían un resplandor propio.    De pronto, Soret me pregunta:       -	 ¿Enserio que puedes llevarme a la cueva de los crista-     les? Sabes que me gustaría que algún día me lleves a ese     lugar, ¿tienes alguna nave o algo por el estilo?     -	 Tengo algo parecido. Eso nos puede llevar a ese lugar,     además, tengo un robot guía. Él tiene mucha información     guardada en su memoria, es único en el mundo, su inteli-     gencia artificial lo hace pensar, razonar y tomar sus pro-     pias decisiones.     -	 ¿Te gustan los robots? Preguntó Soret.     -	 No solo me gustan, yo les tengo mucho cariño, son     máquinas muy inteligentes, pueden llegar a hacer funcio-     nes iguales o mejores que un ser humano. Todo lo que yo     sé, me lo ha enseñado él, aprendo todos los días gracias a     él.     -	 Debes quererlo mucho, se te nota cuando hablas de él.     -	 Es mi única familia, vivo solo con él, mi familia murió     muchos años atrás en un planeta que ya no recuerdo su     nombre. Él fue quien me salvó de un terremoto cuando es-     taba junto con mi madre y me trajo con él hasta llegar a este                                              33
planeta. Me gustó mucho este planeta, es muy diferente a     los demás de este sistema solar.     -	 Ahora los exploradores están buscando nuevos plane-     tas para colonizar, hay contactos con otras razas alieníge-     nas a millones de años luz.     -	 He escuchado información que la fuerza espacial ha     realizado expediciones a muchos planetas donde ha exter-     minado razas completas de vida inteligente. dijo Soret y     continuó hablando.     -	 No tengo argumentos para verificar eso, pero pienso     que puede ser posible.     -	 Hay mucho armamento de guerra en el espacio y mu-     chos más han sido enviados a combate.     -	 A diario se ven nuevas conquistas de planetas y otros     nuevos por conquistar.     -	 En este planeta hay billones de familias y la sobrepo-     blación nos ha obligado a asentarnos en otros planetas que     no son los nuestros. Este planeta es el más grande de todo     este sistema solar, de aquí han surgido todos los proyectos     y exploraciones hacia el espacio. Respondió Moret.     -	 Moret dentro de pocos años habrá muchos más plane-     tas como este, todos regados por el infinito espacio.    Sin tomar importancia del tiempo, ya habíamos llegado a  nuestro destino. Nos bajamos y caminamos un poco para esti-  rar las piernas, nos aproximamos hacia un lugar muy bonito,  para mí era la primera vez que estaba ahí, es muy común ver  parejas encontrarse en este lugar en su primera cita. Este lu-  gar era muy famoso para reunirse en pareja, tenía una buena  reputación, por el espacio, el clima, el ambiente y, sobre todo,  porque no había presencia de robots, todos eran humanos                                              34
que interactuaban el uno con el otro.    Hay muchos lugares bonitos donde puedes comer, nadar, y  donde puedes tomarte fotos, y hacer videos.    Había mucho por hacer y poco tiempo disponible. Organicé  un poco mis ideas y logramos entrar por una gran entrada  que daba la bienvenida a todos, había un letrero que decía  con letras grandes:                  “Este es el inicio de una gran historia.”    Me quedé pensando mucho en ese letrero, tal vez esa frase  vino directamente para mí o simplemente era pura coinciden-  cia.    La verdad no lo sé, pero si fuera así, este sería el inicio de una  gran historia, la cual no sé cómo la llamaría, tal vez Moret y  Soret, este título no es muy original que digamos.       -	 ¿Estás bien, Moret? te ves muy pensativo, dijo Soret.    Pensaba en el letrero, me gustó esa frase, a veces me pregunto  cuál sería mi historia o mi propósito en esta vida.       -	 ¿Alguna vez no te has puesto a pensar en eso Soret?     – La verdad, siempre me hago esas preguntas y muchas     más.     -	 Yo pienso que la vida nos tiene preparado algo muy di-     ferente para cada uno de nosotros, algo que no conocemos     hasta que lo encontremos. Nadie sabe lo que puede pasar                                              35
el día de mañana, yo no lo sé, tampoco sé a ciencia cierta si     existe o no el destino, ese es un tema muy debatido hasta     en estos tiempos. Si en el destino estaba que tú y yo vinié-     ramos a este lugar, ya se cumplió. Y si en el destino está     que tú y yo nos conociéramos, nuevamente ya se cumplió,     pero si en el destino estaba que solo debíamos conocernos     y no venir a este lugar juntos, eso significa que alteramos     el destino, nuestro destino. Todo cambio conlleva a algo     bueno o malo, en nosotros está escoger nuestro destino, es     muy difícil saber con exactitud todas las preguntas existen-     ciales.     -	 Mira Moret que bonita vista, dijo Soret emocionada.    Habíamos llegado a un pequeño mirador con una increíble  vista panorámica, al lado había un pequeño río un poco co-  rrientoso, en él se podían ver peces de colores de todo tipo y  parecía un desfile de colores.       -	 ¿Sabías Moret que al atardecer se pueden ver los peces     dentro del agua? Ellos brillan por la noche.     -	 Nunca los he visto más que en videos.     -	 ¿Podemos quedarnos hasta la noche? Preguntó a So-     ret.     -	 Claro que no hay ningún problema.     -	 A mí también me gustaría verlos, ya que estamos aquí     deberíamos hacerlo, sería una lástima no verlos.    Seguimos caminando por el mirador hasta llegar a un puente,  uno de muchos, caminamos hacia el puente, desde este lugar  se veía casi todo lo que habíamos caminado, había un montón  de peces, y muchas personas, pero lo más bonito de todo esto                                              36
es que no había ninguna presencia de robots. Éramos solo no-  sotros.    Miraba a mis alrededores y vi a una pareja que se acercaba  tomada de la mano. Yo también quería tomarle de la mano,  pero me daba vergüenza y volteé mi mirada en otra dirección  y vi a otra pareja abrazados. Volteé a otro lado y vi otra pareja  besándose, estaba nervioso, inconscientemente miré a Soret,  ella me vio a los ojos y, como nunca, me dio vergüenza, solo  sonrió, pero yo ya estaba derrotado por dentro.    Traté de mantenerme vivo, volteé y me abrazó por las espal-  das.    Me sentí muy bien. Sentí un sentimiento dentro de mí que se  estaba creando, no sé qué era, pero lo quería seguir sintiendo  y disfrutando.       -	 Ven Moret, caminemos y veamos qué hay aquí.    Entramos a un lugar muy bonito, todo era hecho de madera,  la madera es muy escasa y muy costosa, solo con ver desde  fuera sabía que era un lugar muy bonito.    Entramos por curiosidad. Era un hermoso sitio para pasar  un fin de semana. Había de todo en ese lugar, desde comida,  juegos, bares, piscinas, habitaciones, hasta salas de entrete-  nimiento; de todo un poco, un lugar cálido al alcance de la  tecnología.    Salimos del lugar después de hacer una reservación falsa, me                                              37
hice pasar por un miembro del ejército y le mostré datos fal-  sos robados del sistema, lo hice para divertirnos.    Organicé todo como si realmente fuese a regresar con 300  personas la próxima semana, alquilé todo el lugar.    Le dije que lo cancelaría al momento de regresar la próxima  semana. El dueño estaba muy convencido porque le di datos  de otras personas y me dijo que con mucho gusto me estará  esperando.    Salimos del lugar con una sonrisa en el rostro, era una broma  pesada hasta cierto punto, porque iban a tener todo listo para  la otra semana. Todo era nuestro, pero nadie iba a llegar ese  día.       -	 ¿Moret, porque hiciste eso?     -	 ¿Hacer qué?     -	 Eso. No tenías que bromear de esa forma, ahora toda     esa gente estará por esperarte con todos los preparativos.     – No te preocupes, si cambio de opinión puedo enviarle a     una empresa para que se venga a divertir de mi parte.     -	 Continúe riéndome.     -	 Ya veré qué hago y te cuento lo que pasó este fin de     semana.    Seguimos caminando y llegamos hasta un jardín muy bonito,  había un letrero que decía: “No se acerque mucho a las plan-  tas rojas”.    Lo extraño es que había solo pocas plantas de ese color. Mi                                              38
curiosidad me dijo que me acercara aún más, no sabía el por  qué no debía acercarme a esas plantas rojas si solo tenían 3  metros de altura. No tenían espinos, ni púas, no tenían nada  que pueda lastimar a los turistas.       – Moret sal de ahí por favor, no te acerques.     – Mi idiotez no hizo caso.    Aquella planta se abrió en dos e intentó comerme. Del suelo  salieron unos tentáculos que me abrazaron y me envolvieron  fuerte hasta comerme vivo.        – Ayúdame Soret, ayúdame no puedo moverme gritaba,      no puedo respi…    Soret estaba muy asustada no sabía qué hacer, una planta  acaba de comerse a una persona, estaba asustada.    Minutos después llegó la ayuda, los miembros de seguridad  pudieron sacarme de ahí. Al estar nuevamente en el mundo  exterior, me encontraba todo lleno de savia; se sentía viscoso.  No tenía fuerzas ni ánimos. Soret se reía a carcajadas, no pa-  raba de sonreír, esto, sin duda, me llenó de mucha alegría, era  divertida esa experiencia para Soret.       - Eres un tonto Moret, cómo te atreviste a acercarte tanto     a esa planta, había escuchado de esa planta, pero nunca me     imaginé verte comido por una de ellas. Lo siento, pero me     dio mucha risa. Continuó riéndose.    Estaba muy cansado, los guardias se fueron dejándome ahí                                              39
tirado en el piso. Miraba el cielo, en el interior de mi corazón  tenía mucha vergüenza por aquella experiencia que acababa  de vivir, según yo quería impresionar a Soret, tal vez no todo  salió mal, logré impresionarla sí, pero esto no era lo que tenía  en mente.       - Me dijeron que más arriba hay una ducha y una seca-     dora de ropa, dijo Soret.    Caminé muy despacio hasta las duchas y ahí había otro le-  trero que decía: “la próxima vez no se acerque a la planta,  recuerde que será devorado otra vez”.    Vi este letrero y volteé a ver a Soret y le dije:       - Este letrero debe estar al frente de esas plantas.     - ¿Cómo es posible que no conocieras a la planta del Pla-     neta 26kl? Es muy famosa Ja, ja, ja.    Después de varios minutos salí limpio y seco.       - Creo que ya estoy listo.     - A ver, una vueltita.    Hice lo que me pidió Soret y ella me dijo:       - Espera aún apestas a planta Ja, ja, ja. Continuó riéndose.     - ¿Y a qué huele una planta?    Continuamos nuestra travesía por el lugar, pasamos momen-  tos divertidos, hasta que llegó el anochecer. Regresamos al                                              40
río, como habíamos quedado, y vimos un resplandor muy  brillante en el agua. Todos los peces brillaban en la oscuridad  haciendo un espectáculo maravilloso.    Era hermoso ver el color celeste de los peces, había otros co-  lores como morados, azules, rojos, naranjas, pero la mayor  cantidad de los peces eran celestes. Brillaban debido a las al-  gas y algunas bacterias del río, todo se unía para crear un solo  ambiente.       - Soret párate aquí quiero tomarte una foto, solo quiero     que sonrías mírame y sonríe.    Y ese fue el momento en que tomé una foto con mi Udapest,  el primer retrato real y verdadero de ella. Era absolutamente  hermosa, capte el momento exacto de su sonrisa.    Le mostré la fotografía, y me dijo:       -	 Me gustó mucho, ¿puedes enviármela?     -	 Claro, respondí.    Salimos de aquel lugar después de una linda experiencia, me  gustó mucho haber pasado una tarde con Soret. La llevé a co-  mer a un restaurante, nos atendieron de inmediato.       -	 ¿Te gustó la tarde de hoy, Soret?     -	 Claro que me gustó, la pasé muy entretenida contigo.     -	 Cuéntame un poco más de ti, solo sé que te llamas Mo-     ret y que vives con un robot.     -	 Es verdad lo que te dije. Hace muchos años que vivo                                              41
con él. El planeta de donde yo vengo se extinguió muchos  años atrás, la verdad no sé a ciencia cierta si habrá vida en  ese lugar. Recuerdo que ese día yo estaba con mi madre de  compras cuando un terremoto sacudió la tierra, estuve a  punto de morir y aquel robot me salvó la vida. Al estar fue-  ra, vi que todo estaba destruido. Un hombre me metió en  una nave para salir del planeta. Solo recuerdo que desperté  en este planeta, desde ese entonces el único en el que  podía confiar es él, vivo muchos años con él, somos buenos  amigos. Sabes estoy trabajando en un gran proyecto.  -	 ¿Qué quieres decir con eso? Preguntó algo asombrada  Soret.  -	 Trabajo en algo muy ambicioso, aún no le pongo nom-  bre a mi investigación y experimentación, pero consiste en  pasar la conciencia de un ser humano al cerebro de una  máquina, básicamente, crear una inteligencia artificial.  De hecho, ya no sería inteligencia, sino que sería pasar la  mente y conciencia de un hombre hacia una máquina. He  hecho muchas pruebas y experimentos con Kloe, algunos  han sido todo un éxito, otros no tanto. Pero, todo error es  sinónimo de aprendizaje. Si logrará descubrir cómo fun-  ciona la conciencia de un ser vivo y pasarla a una máqui-  na, pienso que este nunca moriría. Seguiría vivo, pero en  la mente de una máquina. ¿No sería grandioso vivir para  siempre? Sabes, a mí me gustaría vivir muchos años y de-  dicar una gran parte de mi vida a la ciencia si lo logro ha-  cer. Tengo muchas ideas que pueden ser de ayuda para la  humanidad.  -	 Moret la humanidad lo tiene todo, hay curas para todo  tipo de enfermedades, hay personas que viven muchos  años, con esto del rejuvenecimiento de las células madres;                                           42
es posible que encuentren la inmortalidad dentro de algu-     nos años.     -	 Es verdad que hay cura para todo tipo de enfermeda-     des, pero aún no tenemos una cura para la muerte. Y yo     quiero que todas las personas vivan por siempre, no me     gusta la idea de que una madre vea morir a su hijo, o un     hijo vea morir a su madre. Mi invento ayudaría a muchas     personas.     -	 Pero Moret, es un ciclo de la vida, la muerte es algo     que tarde o temprano nos va a llegar a todos, yo estoy     consciente de eso. Sé que algún día voy a morir, no sé de la     forma en que voy a morir ni cuantos años voy a vivir, pero     de lo que sí estoy segura es que yo también moriré. Todo lo     que nace algún día morirá, y no te olvides de estas palabras     Moret, todo lo que algún día nace, morirá. Todo lo que tú     me cuentas es muy buena idea, pero a la vez imposible,     veo que quieres huir o escapar de la muerte.    Es verdad, a mí no me gustaría morir después de que vi morir  a mi madre. Tú no has perdido a tu madre.    Eres una mujer tan afortunada porque tienes a tu madre con  vida ¡Cuánto daría yo por tener a mi madre con vida! Puede  que sea algún trauma que tenga desde niño que nació a raíz  de ver morir a mi madre, pero si con esto logró sanar o calmar  de alguna forma el dolor de una persona lo haré, para que  ellos no sufran lo que yo sufrí.       -	 Lo entiendo Moret. Es verdad, yo no he perdido a mi     madre ni a mi padre, los tengo conmigo, me apoyan y me     cuidan, son muy importantes en mi vida y no me gustaría                                              43
perderlos. Pero algún día sé que ellos morían y estoy dis-     puesta a luchar conmigo misma para superarlo. Yo veo un     ingenio muy bueno de tu parte, continúa trabajando en tu     proyecto Moret y quiero que me cuentes de tus avances,     quiero ver como se está formando ese logro.     -	 Claro, no te preocupes. Perdón si te incomode con mi     punto de vista, solo quería que entiendas por qué lo estoy     haciendo y me dedico mucho tiempo trabajando en él.     -	 No te preocupes, lo entiendo.    La comida se había terminado, nos levantamos y nos fuimos  del lugar. Hacía un poco de frío y caminamos por la estación  del tren. A esa hora había poca gente que regresaba del mis-  mo lugar que nosotros. Nos sentamos juntos, mirábamos por  la ventana el hermoso paisaje del anochecer de Yobrero.    Me gustó mucho la experiencia. De regreso platicamos de va-  rios temas, nunca nos aburrimos, siempre tuvimos un tema  de conversación.    No parábamos de conversar, se sentía una gran química entre  nosotros, al estar de vuelta en el Estado de Adelia, caminába-  mos por las lujosas calles hasta un punto donde podía acom-  pañarla.       -	 Gracias por regalarme este momento contigo Moret,     debo irme.    Me dio un beso en la mejilla y se marchó diciendo gracias.    Yo estaba muy feliz, sentía de todo, era la primera vez que                                              44
había salido con una chica. Sentí que fue todo un éxito aquella  salida, aún no podía creerlo. Yo Moret Walker, el solo pensar  en la idea de salir con una chica ni en mis mejores sueños  ocurría. Me reía.    Regresé a casa lo más rápido que pude, aún tenía emoción en  mi cuerpo. Llegué y mi robot me estaba esperando.       -	 Buenas noches Moret, cuénteme ¿cómo le fue en su     primera cita?     -	 Déjame decirte que fue todo un éxito. Hicimos muchas     cosas juntos.    Me gusta escuchar eso, si quiere agradarle solo tiene que ser  usted mismo y no engañarla haciéndole pensar que es otra  persona. Y verá que nacerá una linda amistad o un amor muy  grande entre los dos. ¿Sabe quién es ella?       -	 La verdad aún no sé nada de ella. No hay mucha in-     formación en su base de datos. Solo aparece su nombre.     Tampoco sé su apellido, a pesar de que hoy estuve con ella     toda la tarde no se me ocurrió preguntar por su apellido.     Pero sé que pertenece a una familia muy respetada, lo sé     por el Udapest que lleva consigo, ese modelo solo lo tienen     las familias de un alto cargo o las empresas muy importan-     tes. La próxima vez que salga con ella, se lo preguntaré.    Moret se fue directo a su área de trabajo, estaba revisando  su proyecto como lo hace todos los días, cuando un mensa-  je interrumpió su concentración, era Soret quien le mandaba  mensajes de audio.                                              45
-	 Muchas gracias Moret, por regalarme esta tarde tan       linda, me he divertido mucho contigo.       -	 Gracias de igual manera, a mí también me gusto dis-       frutar esta tarde contigo.       -	 Dejé mi timidez de lado y me decidí a decirle:       -	 Confieso que me gustaría salir nuevamente contigo,       pero ya no como amigos, me gustaría que me regales una       cita formal contigo. Me gustas mucho y me he enamorado       de ti, te soy sincero quisiera salir contigo en una cita.    Estaba decidido, y esperaba su respuesta a mi confesión. Me  puse nervioso porque tenía miedo de que se enojara conmigo,  no debí ser muy directo con ella apenas la acabo de conocer.  Eso pensé. Tardó pocos minutos en responderme, pero para  mí fueron eternos.        -	 Claro que me gustaría salir de esa forma contigo. Quie-      ro seguir conociéndote un poco más. Me gusta tu persona-      lidad y cómo eres, por eso me gustaría salir nuevamente      contigo.      -	 Muchas gracias por esta oportunidad Soret. Yo te es-      taré llamando para que algún día podamos vernos nueva-      mente.    Estaba muy contento por la cita que tendría en unos días  con Soret. Entonces, se lo conté a Kloe. Él supo escucharme y  comprenderme.    Al día siguiente Moret trabajó duro en su proyecto, tenía una  idea de cómo funcionaba la inteligencia artificial y de cómo                                              46
podría modificarla con la red neuronal del cerebro. Por eso  realizó experimentos pequeños pero muy útiles para recopi-  lar datos. Conectó su cerebro a un casco neuronal que a su  vez se conectaba con los sensores del robot y su inteligencia  artificial.    Moret se sentó con el casco puesto e intentó hacer movimien-  tos con uno de sus brazos para que el robot pueda moverlos,  pero los datos neuronales no se transmitían al robot.       -	 Concéntrate un poco más Moret, piensa que tu brazo     es de metal y que estás en ese robot.    Moret se concentró y segundos después se movieron los de-  dos de aquel robot.       -	 Kloe sube el voltaje para aumentar las cargas eléctri-     cas, dijo Moret.     -	 Kloe subió el nivel muy despacio.     – 	Mira, puedo mover con más facilidad los dedos de am-     bas manos.    Kloe miraba el holograma de su cerebro y cómo este reaccio-  naba ante las cargas eléctricas.        -	 Súbelo más.      -	 Mira, puedo mover de manera muy rápida las manos,      ahora parecen mis propios brazos.    Kloe miró nuevamente el holograma del cerebro de Moret,  había mucho desorden neuronal. De inmediato dijo:                                              47
-	 Es tiempo de parar.     -	 No, espera un poco más, Súbelo un poco más.    Kloe subió nuevamente el voltaje. Moret tomó él mandó de las  manos y pies del robot. Estaba por levantarse del lugar donde  estaba acostado el robot; y cuando intentó hacerlo, Moret se  desmayó. Kloe vio eso y apagó las descargas eléctricas y sacó  a Moret a un lugar más cómodo. Demoró 3 horas para poder  despertarse, su ritmo cardíaco había bajado, pero estaba con  vigilancia médica de Kloe.    Al despertar Moret vio todo a su alrededor borroso por va-  rios segundos, después de esto estaba sangrando por la nariz,  Kloe le pasó unas tabletas para el dolor de cabeza y para la  hemorragia. Estaba sentado descansando y entonces dijo:        -	 ¿Qué pasó, Kloe?      -	 Te desmayaste, tu cerebro mostraba muchas cargas      eléctricas, si seguías así es posible que tu cerebro colapsará      por completo e, incluso, posiblemente, tener un derrame      cerebral debido al exceso de electricidad al que estabas so-      metido. Podía seguir subiendo las cargas eléctricas, pero      eso no me garantizaba tu supervivencia.      -	 Moret debemos realizar más estudios y más pruebas      antes de usar su máxima capacidad. Estudiaré los resul-      tados obtenidos de este experimento y veré la solución al      problema. Le informaré cuando tenga los resultados, por      ahora descanse. Moret su cuerpo necesita un descanso.    Moret tenía una cara de haber estado despierto toda la noche.                                              48
Aún no le pasaba el dolor de cabeza, estuvo relajado por va-  rios minutos cuando un mensaje lo hizo sacudirse por com-  pleto.       -	 Hola Moret, ¿cómo estás?     -	 Hola Soret, yo muy bien solo con un dolor de cabeza,     pero estoy bien.     -	 ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?     -	 No es nada grave, ¿Qué vas a hacer mañana? ¿Sabías     que mañana es el desfile militar de robots? ¿Crees que po-     demos vernos allí? Quiero dormir un poco y mañana te     cuento.     -	 Claro, te veo mañana, cuídate.                                              49
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