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Texto Corregido 5000 años contigo Wilmer Zambrano

Published by editores legales, 2022-11-09 21:57:02

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Wilmer Zambrano

PRÓLOGO 5 mil años contigo es una novela romántica basada en el gé- nero de ciencia ficción cuyo escenario se desarrolla en el año 3277. Trata de un romance entre la princesa Soret y Moret. Soret es hija de la reina actual del mundo. Moret es un chico genio y prodigio en ciertas áreas tecnológicas, por lo que lo- gra el primer trasplante de conciencia entre un hombre y una máquina, es decir, pasar el cuerpo y la mente hacia un robot. A medida que se desarrolla la novela, el lector descubrirá el significado del amor, en la forma de actuar de cada uno de ellos. Conoce el destino de Moret y Soret, acompañado de una gran aventura que los llevará hasta los confines del universo. Con muchas ganas de descubrir que se esconde en este sentimien- to que llamamos amor. Sin duda 5 mil años contigo es una novela de ciencia ficción muy interesante, pues tiene mucho que contar, mucho que descubrir en cada escenario y en cada protagonista, sin contar los misterios que se esconden en cada episodio que solo Mo- ret Walker podría explicar. 4

PREÁMBULO Nunca podremos comprender lo que es el amor. La palabra amor es un término muy difícil de definirlo como algo con un solo significado, nunca sabremos lo que es el amor; y aunque digamos conocer lo que realmente es el amor, déjame decirte, que lo tú piensas que es, eso no es el amor. Cuando podamos diferenciar entre dar y recibir amor, llega- remos a un punto de destrucción, en donde nos convertire- mos en esclavos condenados a morir. Amor es sinónimo de muerte. El amor existe en muchas fases, niveles, etapas. Es muy diferente el amor entre un ser humano y una máquina que sepa amar: a una persona se le acaba; mientras que un robot puede amar por miles de años, y solo se acabará cuando este sea destruido y muera. El amor entre seres humanos es solo por un tiempo limitado; si ese sentimiento pudiera guardarse en algún lugar, en una mente humana o en una máquina, sabríamos comprender lo que cuesta guardarlo por mucho tiempo sin que este se da- ñase por la eternidad. Cuando esto pase, entonces sabremos valorar lo que cuesta en realidad el amor. El amor existe y es algo real, solo se puede dar, pero nunca recibir, no es algo que se pueda comprar o dar a cualquiera, el amor es escogido y solo se escoge una vez. Y lo malo de todo es que tú no escoges, sino que debes esperar a que te escojan y eso es lo doloroso porque solo podemos dar, pero nunca reci- 5

bir. Y no hace falta que grites, que llores, te humilles, cuando te escojan lo sabrás desde el primer instante, porque verás el futuro correr en frente tuyo. Algo parecido me pasó a mí hace muy poco tiempo. Permí- teme contarte esta pequeña historia, es hermosa siempre y cuando sepas dar amor. Soy inventor de la única inteligencia artificial capaz de pensar como un ser humano, es decir, fui capaz de crear el primer robot con sentimientos reales. Mi nombre es Moret Walker y esta es mi historia. 6

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Año 3–27–7 Al igual que todos los días, me desperté con todo el ánimo del mundo, energético, hice mi rutina de ejercicio para mantener despierto mi cuerpo y mente. Parecía estar todo bien, sin em- bargo, no era como los días anteriores. Dentro de mí había una extraña sensación, era como un malestar que se manifes- taba dentro de mí, era como energía que estaba llegando a mí, no lo podía ver, pero si la podía sentir como estaba dentro de mí, no sabía lo que estaba pasando, pero continúe como mis actividades planeadas para este día. Esa mañana no tenía nada que hacer de gran importancia. Simplemente, estaba leyendo amplia información sobre los últimos avances de la tecnología de última generación, era entretenido saber todos los nuevos proyectos que van a salir al mercado. Mientras leía todo esto, también hackeaba cuen- tas que no eran mías en la red universal. Tener una cuenta en este lugar es muy difícil, se necesita de mucho dinero y ser una empresa o alguien muy reconocido. Pude lograrlo gracias a un programa creado por mí para in- fectar todas las redes y poder camuflarse fácilmente sin ser 9

detectado por la policía de la red. Había hackeado una entrada para Mogurt, la feria de tecno- logía más grande de todo el planeta, en ese lugar hay de todo relacionado con la tecnología. Mi principal objetivo era comprar varios robots de última generación para modificar su inteligencia artificial y seguir trabajando en mi proyecto que tanto tiempo lo he estado tra- bajando. Quería los mejores robots: que sean fáciles de armar y de des- armar; también buscaba que su batería sea recargable o que dure muchos años. Como la feria duraba 15 días y todos esos días están repletos de grandes empresarios, multimillonarios de todas partes del mundo en busca de lo mejor de los avances tecnológicos, estar allí no es cualquier cosa, se necesita ser una persona muy im- portante para poder ingresar. Muchas de las personas vienen de otros planetas a comprar todo lo que ellos necesitan, es por esta razón, que aquel lugar se encuentra en lo más alto del mundo. En lo personal no tenía muchas ganas de ir, estaba muy can- sado de robar millones de Redcoins de una empresa de publi- cidad, esos millones fueron como quitarle un grano de arena de su imperio. Estaba observando un artículo sobre los viajes espaciales en las últimas décadas y de repente sentí un resfrío que recorría 10

todo mi cuerpo, como si estuviera dentro de un congelador, tembló todo mi cuerpo, y en mi mente se dibujaba un gran presentimiento de ir a la feria justo el día de hoy. Al principio no le tomé mucha importancia, sentí esa sensa- ción, pero la quité de mi cabeza. Continúe leyendo, segun- dos después volvió con mucha más fuerza y esta vez no la pude contener. Estaba muy sucio, lleno de grasa, no me había bañado 3 días, mi área de trabajo estaba toda sucia, dejé de hacer todo lo demás y me fui a bañar. Pero, ese presentimien- to seguía en mi cabeza, pensé que ese día podría encontrar al mejor vendedor donde pueda adquirir la llave a mi proyecto que se hacía falta. Seguía pensando en esa extraña sensación mientras me alis- taba para salir, llevé conmigo todo lo que iba a necesitar, tal vez encuentre material de ayuda en otras personas, fue lo que pensé. Tenía muchas cosas en mi cabeza, mucho en que pensar sin- ceramente, dispongo de poco tiempo para buscar lo que nece- sito antes de que termine el día. Me apresuré para llegar lo más pronto, ya que era importante estar temprano ahí, siempre la fila de entrada es muy larga, se demora un poco porque tienen que revisar la documentación legal de cada una de las personas del lugar, en caso de algún accidente, robo o fraude. Para este día estaba abierta la entrada para aficionados y otras entidades que deseen comprar estos avances tecnológicos. 11

Finalmente llegué a la feria, había mucha gente haciendo fila para ingresar justo como me lo imaginé, pero yo no hice fila, yo tenía una entrada muy especial: a diferencia de los demás, mi entrada era la misma que tenían los grandes empresarios, miembros del ejército espacial, y el legado de la realeza, entre otros. Llevaba conmigo una maleta donde tenía todas mis tarjetas electrónicas, una diferente de la otra, para que así la policía no sospeche de mis compras fraudulentas. Es muy peligroso comprar con una misma tarjeta dos veces en el mismo lugar, esto es penado por la policía electrónica y multado con prisión por varios años. Ya dentro caminé y vi una gran multitud de personas, an- droides, miembros del ejército, robots de todo tipo. Es normal ver una persona acompañada de uno o dos robots a su lado, mucha gente los utiliza en sus actividades diarias, son muy útiles y prácticos. Entre más avanzada tengan su inteligen- cia artificial, más útiles serán porque harán un trabajo mucho mejor que un humano. Pero no todo es perfecto, su sistema matemático les hace tomar decisiones con posibilidades, ellos no tienen alma, por más humano que parezcan, no lo son, solo son máquinas, si- guen siendo unas máquinas a pesar de ser más inteligentes que todos nosotros. Por esta razón, caminé y caminé viendo a todos lados en busca de algo que verdaderamente me llamé la atención. 12

Miré a lo lejos una empresa de radares, me acerqué para ver todo lo que había ahí. Me atendió una chica robot, fue tan natural como si hablara con un ser humano, eso es lo que pro- voca la inteligencia artificial, sustituir al humano en varias actividades. Me mostró todos los tipos de radares que tenían y uno me llamó mucho la atención porque aguantaba 100 mil grados de presión sobre él. Era casi indestructible, pequeño, muy fácil de transportar a todos lados, me imaginé un montón de cosas que podría hacer con él. En ese momento hice la compra de 5 de esos, pagué con la pri- mera tarjeta, guardé mi recibo para luego marcharme de ahí. Me alejé un poco de mis compras y miré un poco más allá, a la gran empresa Cova, empresa dedicada a exterminar con la vida completa de todo un planeta, ellos manejan grandes virus, plagas, infecciones, tanto por aire, tierra o agua. Es como el dios de la destrucción. Pueden acabar con un Planeta en cuestión de semanas, es in- creíble, pero ellos lo pueden hacer, son despiadados, no les importa la vida de esos planetas. Pero, irónicamente, gracias a ellos, se han podido extraer materiales nunca antes vistos y utilizados en los avances tecnológicos. Me acerqué lo suficientemente a Cova para ver todo tipo de arma biológica nunca antes jamás creada por el hombre. Vi sus gráficos de mortalidad y me sorprendieron mucho, es in- creíble ver lo poderoso y peligroso de tener a disposición una 13

de sus armas. Es mortal tener estos virus cerca de todo el mundo y mucho menos en este lugar, por eso estaban encerrados al vacío sobre cristal inquebrantable con fibras de diamante. Todo estaba bajo vigilancia Robo técnica, era seguro para los espectadores. Continué caminando y me acerqué a un lugar dedicado a la medicina, había restauradores de células muertas, neuro– paralizadores, cápsulas temporalizadas para limpiar células muertas del organismo y muchas cosas más. Estaba emocio- nado, para un amante o aficionado de la medicina esto era como el paraíso. Seguí entre la multitud y me acerqué a un holograma de las funciones que cumple Cova–S17, es el primer y el mejor avan- ce de la medicina. Cova–S17 es un compuesto químico que altera nuestras células, por ende, nuestro organismo, trans- formándonos en súper-humanos, seres más fuertes y dotados de una inteligencia superior a la de los demás. Por ende, solo la familia de la realeza tiene control directo de esa tecnología. Y solo ha sido puesto a un determinado núme- ro de personas, entre ellas la misma reina y los ministros del ejército, entre otros. Estaba realmente sorprendido de cómo funcionaba el S17, un tipo de tecnología creado por la empresa Cova, y al cual bau- tizó como Cova–S17, cuya creación era sumamente importan- te, ya que surge en memoria de todo lo que la empresa Cova había logrado. 14

Me encontraba mirando al lado derecho mío cuando giré mi cabeza para el lado izquierdo y ahí fue cuando la vi, una mujer extraordinariamente hermosa. Nos miramos fijamente a los ojos y vi un resplandor muy grande que salía de sus ojos, por unos segundos me quedé pasmado de tanta belleza que irradiaba aquella mujer. La vi y me alejé del lugar porque era muy hermosa y sentía vergüenza, pero mucha vergüenza, yo no era un tipo muy guapo que digamos, y comparado con ella, yo me vería como su sirviente. Me retiré y continúe caminando. Llegué donde había muchos generadores de energía; pero, a pesar de que había una gran variedad de artículos, no me llamó ninguno la atención, y me retiré de inmediato porque esos artículos ya estaban muy ex- plotados, pues todo el mundo tenía su propio generador de energía. Llegué a un lugar especializado en crear hologramas de ob- jetos o, incluso, de un planeta completo, todo hecho a esca- la, por supuesto. Estaban transmitiendo en ese momento un holograma de una explosión volcánica de otro planeta, era un súper volcán, la poca vida que existía era microscópica, debido a que el volcán estaba siempre en erupción. Tener este holograma era muy importante para varios estudiantes, ya que podían predecir nuevas erupciones de aquel planeta o, incluso, del nuestro. Fue extraordinario ver la erupción en aquel holograma. De repente, cuando vi hacia atrás nuevamente, vi aquella mujer 15

hermosa; era casi de mi estatura, tenía un rostro fino, nariz fina, unas cejas perfiladas y delgadas, el cuerpo de una prin- cesa, lo tiene todo para ser una princesa. Una mujer hermosa para mis ojos. Perdí mi vergüenza y me acerqué muy despacio, aún con un poco de nervios en todo mi cuerpo. Me paré a un costado de ella y escuchaba todo lo que decía, estaba emocionado por escuchar su linda voz, una voz muy suave y delicada. Ella estaba conversando con un técnico en mecatrónica, hablaban muy atentos entre los dos. Decidí unirme a la conversación cuando hicieron mención del planeta azul, un planeta a millones de años luz con todo lo necesario para albergar vida. Según los estudios enviados por el robot Wblu–22, una serie de robots creados para la exploración de terrenos de todo tipo, su inteligencia artificial le hacía moverse por lugares donde el humano no se atrevería. Wblu–22 fue uno de los mejores in- ventos creado por el hombre. Actualmente, existen versiones mejoradas, pero él fue el pio- nero en enviar muestras de agua y de materia orgánica los primeros días de haber llegado a ese planeta, luego, se perdió todo contacto con él y su nave. Tras este accidente, finalmente se guardaron los datos y se cerró el proyecto, quedó como un posible planeta en el cual podría existir vida y muchos ecosistemas sin ser estudiados. 16

Descartaron la idea de ir al planeta azul para realizar más estudios orgánicos. Me acerqué a ellos y dije mi opinión: pienso que Wblu–22 cerró todo medio de comunicación con todo el mundo, debi- do a que su creador le dio esa orden para no difundir más de lo que necesitan saber. Recuerden que su creador, manejó a su antojo por muchos años a Wblu–22, modificando cada función de su sistema, es un robot muy experimentado. Su creador tomó esta decisión porque no quiere que el mundo se entere de lo que existía en ese planeta, tal vez nuevas for- mas de vida, nuevos metales, alguna fuerza desconocida que aún no conocemos, todo lo extraordinario que existe en ese planeta. Yo pienso que su creador tiene información y acceso a su canal de red todo el tiempo y qué juntos están trabajando en algún proyecto sin que nadie lo note. Ambos me quedaron viendo, sorprendidos de mi hipótesis, no me dijeron nada. Fue cuando aquella chica intervino diciendo, puede ser po- sible, todo el mundo sabe que Wblu–22 fue el mejor de su época, pero cómo explicarías de toda la flota espacial que viajó con él. Está claro que él era el que lideraba toda la mi- sión, pero había junto con él científicos robots que detectaban materia orgánica viva en su ambiente y tomaban muestras de 17

ellas, además, que contaba con equipo militar, por sí Wblu–22 se encontraba en peligro. Cada uno de ellos perdió el contacto con el centro de opera- ciones después de un tiempo de haber llegado al planeta. - Nadie sabe nada al respecto y nunca lo sabremos. Me llamó la atención su punto de vista, y me asombré de la forma en que hablaba ella. Inicié una conversación con ella, no recuerdo qué le dije, pero solo me interesaba escucharla, hacía como que escuchaba, pero en realidad estaba muy concentrado en sus ojos y en su respiración, en cada uno de sus movimientos corporales. Me enamoré aún más de ella, no quería enamorarme de ella y me fui de ahí cuando ella volteó su cabeza. Yo había desapa- recido en segundos. Ahora estaba caminando hacia otro lugar donde se especia- lizaban en turismo dentro y fuera del planeta en sus lujosas naves y me llamó la atención un paseo por una cueva llama- da, la cueva de los cristales. Estaba leyendo más información de ese lugar turístico, cuan- do vi a alguien parado a mi lado y, sí, verdaderamente era ella. Preguntó por el lugar exacto, uniéndose a la conver- sación nuevamente, preguntó sobre la historia detrás de la cueva de los cristales. 18

- El señor respondió: - Hay una antigua leyenda que dice que hace mucho tiempo en ese planeta cayó un cometa trayendo consigo esos cristales de otras galaxias cercanas. Cuando llegó al planeta, este se fusionó con el mismo, dejando un túnel muy grande con pequeñas cavidades en su interior, y es ahí donde se esconden sus cristales. Dicen que si una pa- reja encuentra un solo cristal vivirá una larga vida por la energía que emana ese cristal y que nada ni nadie podrá separarlos. La pareja que encontró el primer cristal vivió mil años, ¿no es sorprendente vivir mil años? A mí me gustaría vivir esa edad, dijo el señor. - Pero claro, es solo una leyenda. - Yo me quedé muy fascinado por esa leyenda, sería lindo vivir mil años, lograría muchas cosas si viviera tantos años, pensaba solo. Dirigí mi mirada hacia ella y no se mostraba muy atenta, pa- rece que esa información no le había sorprendido. - Yo le pregunté: ¿no te llamó la atención la leyenda de los cristales? - La verdad no, porque solo es una leyenda, me gusta- ría ir al planeta de los cristales para verlo con mis propios ojos. Vi mucha desconfianza de su parte, pero me gustó que sea segura de lo que dice, y yo le dije sarcásticamente, tranquila, solo porque eres tú, te llevaré a ese planeta a buscar ese cris- 19

tal. Ella me miró y dijo muy sonriente: - ¿En serio, lo harías? A lo que yo respondí, por supuesto, que lo haría sin saber en qué lío me había metido. Ella se emocionó y con una sonrisa estaba viendo el mapa de la cueva de los cristales. - Yo me alejé sin decir nada nuevamente. Llegué a un lugar muy bonito, un espacio recreativo para los niños, donde había robots que les enseñaban, por medio de hologramas, temas sobre educación. Les daban clases en vivo y en directo. Además, tenían juegos para abrir la mente y dar paso a la concentración. Eran para niños desde los 3 años en adelante. Había un juego que me llamó mucho la atención, era una pe- queña araña robot utilizada como mascota. Tenía un extraño canto para entretener a los niños. Otra cualidad sorprendente que tenía esta araña robot, era que tenía la habilidad de reproducir el color de su ambiente para camuflarse y poder jugar con los niños a las escondidas, eso me gustó mucho. 20

Volteé y miré que ella estaba nuevamente a mi lado y dije, creo que me estás siguiendo, si eres policía yo no me he roba- do nada. - Ella respondió riéndose. - No soy policía. Entonces ayúdame a denunciar un robo, la tomé de la mano rápidamente y caminamos unos cuantos pasos a lo que ella responde. - Y qué fue lo que te robaron. - Yo respondí muy tímidamente. - Voy a denunciarte porque me acabas de robar mi cora- zón. Ella me soltó de la mano y sonrió diciéndome. - Me tengo que ir, un gusto en conocerte, ojalá pueda verte en otra oportunidad. Me gustó el tiempo que compartí con ella. La miré nerviosa- mente a los ojos y le pedí su número de identidad para poder localizarla y hablar nuevamente cuando tenga tiempo; y, así fue, ella me dio su número de identidad. Lo guardé como un tesoro, estaba muy feliz. Segundos después se escuchó muy fuerte una voz que anun- ciaba una publicidad del Cova S–17, lo último en armas bio- lógicas, hablaba de su función y su importancia para limpiar otros planetas, para un fin comercial. - Ella me miró y dijo: “lo siento, tengo que irme” y se 21

marchó del lugar. Me quedé pasmado pensando en quién era esa chica, nunca antes la había visto y me gustó la idea de volver a verla, sin importar quién hubiera sido. Fue tanta mi emoción que no le pregunté su nombre, me dis- traje un poco que se me olvidó todo lo que quería comprar. Busqué en mi Udapest apuntes para recordar todo lo que me hacía falta por comprar. - Continúe mi travesía. Al llegar a mi departamento subterráneo, miré todo lo que había adquirido. En la puerta me recibió mi fiel amigo Kloe con unas alentadoras palabras. - Buenas tardes Moret, su latido del corazón es más rá- pido de lo normal, ¿acaso sucedió algo que le tiene preocu- pado? No es nada, solo estoy un poco cansado de las compras, hazme acuerdo que en pocos minutos vendrán a dejarme todas mis compras. Recíbelas por mí, yo estaré descansando un rato. Me dormí por dos horas. Al despertarme, todas mis compras ya estaban guardadas, las revisé por completo y, sí, estaba todo. Revisé mi Udapest y me acordé del número de aquella chica que conocí horas atrás. 22

Decidí llamarle, sabía que ella también tenía un Udapest en sus manos. - La llamé y me contestó una voz extraña: - ¿Aló? Escuché una voz diferente a la anterior, parece que me había confundido de número. Lo más inteligente que pude hacer en ese instante fue pregun- tar por su hija. - Me respondió: - No se encuentra aquí, ¿cómo para qué la necesitaba? - Soy un amigo de ella. Estaba nervioso, no sabía quién estaba detrás de aquella llamada. Segundos después se escucharon unas risas, efectivamente, era ella que se hacía pasar por su madre. - Soy yo, dijo riéndose. Involuntariamente, también me reí, y me sentía algo tonto. - Hola, te llamaba para preguntar si vas a estar en la can- cha de duelo hoy en la noche. - No me gusta ese deporte, respondió ella. - Es verdad, a mí tampoco me gusta ese deporte, no le veo sentido matar bestias tan solo por deporte. - Fue lo más estúpido que pude haber dicho, sabiendo que yo la estoy invitando a ver ese espectáculo. - Lo siento, pero no puedo ir, estoy un poco ocupada, 23

para la próxima vez será. - Bueno no hay ningún problema. - Cuídate y ya nos veremos en otra ocasión. Colgué la llamada. Me quedé por un rato pensando en todo. Minutos después reaccioné y la volví a llamar. - Disculpa solo por preguntar. - ¿Cuál es tu nombre? - Mi nombre es Soret. - Soret, bonito nombre. - Eso era todo, adiós. Colgué nuevamente. Ahora por lo menos ya sabía su nombre. Estuve pensando esa tarde en ella, parecía un idiota al estar acostado en una hamaca mientras me movía en ella, sin darme cuenta de que tenía que sacar de las cajas todo lo que había comprado. Literalmente estaba perdiendo tiempo. Al abrir la caja de mis localizadores, me di cuenta de que había comprado varios. Estuve revisando y haciendo unas pruebas a cada uno de ellos, me gustaron mucho, era lo más avanzado en rastreo y localización hasta la fecha, todos estaban bien. Me acerqué a mis compras más grandes y vi a mis robots de última tecnología escondidos dentro de unas cajas de made- ra. Pagué mucho dinero por ellos. Estuve muy expuesto en revelar datos robados, un pequeño error y pasaría el resto de mi vida en prisión, por supuesto no era la primera vez que 24

hacía algo de esta magnitud. Tengo mucha experiencia en este ámbito. Saqué al primero, con ayuda de mi amigo Kloe, estaba un poco pesado. Medía 170 centímetros de altura, era pequeño a diferencia de los otros modelos. Revisé mi factura y vi que todos eran de 180 cm, no entiendo por qué me llegó uno más pequeño, pero bueno, no importa- ba mucho. Revisé sus datos y memoria en una computadora y vi que tenía lo último en tecnología, era mucho más avanzado de lo que pensaba. Revisé sus demás componentes uno por uno y cada vez me asombraba más. Tenía muchas ganas de modificar al robot con mi programa de transferencia de recuerdos, pero fui paciente y no lo hice ese mismo día. Revisé las otras cajas y vi otro pequeño robot, pero este pare- cía ser femenino. - Lo saqué y miré. Absolutamente, era un robot femenino y en mi recibo no decía eso, pienso que se equivocaron al momento de enviarlo. Eso no importaba mucho, lo revisé y era igual que el otro. Revisé todos los demás y, en efecto, todos me vinieron dis- tintos. Ya era muy tarde y me fui a dormir. Al estar acostado pensé en muchas cosas a futuro, quería que mi invento funcione para que, de esa manera, pueda tener la personalidad de una persona en el cuerpo de un robot. Serviría de mucho tener 25

siempre vivo a un amigo, un padre, una madre, o algún hijo que perdió la vida. Ese era mi objetivo copiar los datos neuronales del cerebro e insertarlos en una base de datos nueva, capaz de modificarse con el tiempo. Pensé en todo el tiempo que le había dedicado a este proyec- to, era lo único por lo cual me gustaría salvar las vidas de otras personas. No quería que las demás personas vivieran las mismas experiencias que yo alguna vez viví. Era ya muy noche, estaba algo cansado, estresado, y a la vez, muy emocionado por haber conocido a esa misteriosa mujer, fui a mi habitación y me quedé dormido. Esa misma noche soñé con aquel día tan desgarrador que fue para mí. Me encontraba de compras con mi madre, estábamos buscan- do accesorios para nuestro robot de casa, cuando, de pron- to, un terremoto sacudió el lugar, provocando derrumbes en todo el lugar. Mi madre logró empujarme a un estante de agua que había cerca, gracias a eso logré amortiguar los es- combros que estaban cayendo sobre mí. El estanque se rompió y fui arrojado por el suelo junto con la fauna marina. Todo se estaba derrumbando. Me había quedado atrapado dentro del agua, un escombro no me dejaba salir y parecía mi fin. Estaba asustado, cuando algo 26

se metió en el agua, movió el escombro y me sacó del agua. Era un robot, él me había salvado la vida, me agarró entre sus brazos y salimos de ahí. Al estar fuera, miré todo a mi alrededor y estaba devastado, no había nada en pie. Todo el mundo gritaba por ayuda, solo algunos de los robots presentes estaban ayudando a esas personas heridas. Luego sonó una alarma y un extraño gas comenzó a bajar de los cielos, era algo muy letal, se podía ver a simple vista. El robot me subió en su espalda y corrió por todo el lugar hasta llegar a una nave espacial pequeña. Me introdujo den- tro de una cápsula para dormir y un hombre encapuchado, al cual no podía verle el rostro, se acercó a mí y me dijo: “debes vivir y salvar a la humanidad de su extinción”. Cerró la cápsula y un gas me hizo dormir. El extraño encapuchado le dijo al robot: - Debes cuidar bien a Moret, cuando creas que esté pre- parado dale esta información. - No te separes de él. - Ahora vayan al Planeta 2, ahí no tendrán problemas para esconderse. La nave despegó del suelo y salió del planeta. Aquel mundo 27

era un planeta pequeño. Moret había nacido y crecido en ese planeta, ahora lo estaba abandonando a sus 10 años de edad. La nave llegó al espacio y se acopló con otra más grande. El robot llevó al niño a una cápsula donde pasaría en hiberna- ción durante 6 meses hasta llegar al Planeta 2. Lo dejó y fue a la cabina de mando; allí trazó el curso al Planeta 2. Tenía un largo recorrido que hacer en esos 5 meses para poder llegar a su destino. El robot esperó pacientemente los meses. Al estar en órbita, la policía espacial revisó la nave y el robot mostró documentos falsos para poder ingresar junto con Moret. De esta forma, pudo engañar a la policía y cumplir con el ob- jetivo asignado: llevar a Moret al Planeta 2. Luego, escondió la nave bajo tierra, se instaló en el subsuelo de un edificio residencial y llevó a Moret, aún dormido, en aquella cápsula y esperó a que despertara. 28

EPISODIO 2 “LA CITA” 29

Desperté de mi corto y extraño sueño, luego, estiré mi cuer- po, sabía que no sería la primera ni la última vez que soñara esto. Aún con sueño, fui en busca de algo para comer. - Buen día Moret, esta mañana le preparé su plato favo- rito, huevos de Cabul del planeta JP500. - Enserio Kloe y ¿dónde los conseguiste? Es muy difícil encontrar esos huevos aquí. - Tengo mis contactos. Entonces, comí mi desayuno mientras organicé la agenda de mi día. Estaba decidido a revisar el sistema de los robots y probarlo añadiendo mi base de datos creada. Mientras estaba revisando el sistema de uno de los robots, pensaba en qué podía modificar o añadir para mejorarlo sin perder algunas de sus cualidades establecidas. – Cuando, de repente, un mensaje llegó a mi Udapest. – Era ella. Me sentí muy contento al leer su mensaje de buenos días. Cómo lanzado que soy, le pregunté si podía verla el día de hoy, después del mediodía. - Ella aceptó de inmediato. Ahora estaba en un gran aprieto, nunca había salido con al- guien, mucho menos con una mujer así de hermosa, por lo 30

que ella estaría en problemas. Me puse a leer todo tipo de información para tener una cita, desde cómo pararme, hasta como peinarme, ven incluso esto rima. - Moret no tiene que fingir ser otra persona, debe ser tal y como es, sin ocultar defectos, el amor es eso, el amor lo entiende y lo comprende todo. Solo sea usted, dijo Kloe. Está bien, pero recuerda que yo nunca he salido con una chi- ca, mucho menos con alguien tan bonita como ella. Tengo muchos nervios, mírame como tiemblan mis manos. - ¿Y si no le gusto, ¿qué dirá de mí? Le dije eso mientras me apretaba la cabeza. - Moret tómelo con calma, solo dejé fluir todo y verá que todo le irá muy bien. Está bien iré a alistarme, ¿lavaste mi traje para cazar Cabul? - Moret debe enamorarla no conquistarla, si lo ve puesto el traje para cazar Cabul, me imagino que la va a conquis- tar a la fuerza. - Sea normal, y vaya puesto ropa de algodón, deje los trajes espaciales y las armaduras. - Sea usted, entienda. Así fue que me alisté, tomé fuerzas y con un gran ánimo salí al lugar donde habíamos acordado. Seguía nervioso, estaba tan nervioso que me pasé del lugar donde habíamos quedado y tuve que regresar corriendo 31

como si la policía me estuviera persiguiendo, en el camino no vi nada, pasé por encima de todo. Llegué al lugar y la vi parada de espaldas, me acerqué despa- cio por detrás de ella. Vi lo hermosa que era, su cabello negro muy brillante era un poco largo, le llegaba casi a la mitad de su espalda. No podía dejar de ver su cabello largo, era hipnotizante y muy hermoso. Me acerqué lo suficiente, ella escuchó mis pa- sos al caminar y volteó. - Sigue igual de hermosa como la última vez que la vi. - Me sonrió y me dijo: - Hola, llegas un poco tarde. Y era verdad que llegaba un poco tarde, con 15 minutos para ser exactos. - Perdóname por la demora, es que me perdí en el cami- no. Como estábamos en una estación de trenes bala, decidimos transportarnos a un lugar llamado Yobrero. - Vamos, el tren está a punto de salir. dijo Soret. Entramos al tren y no había mucha gente. Las pocas personas que estaban me miraban como si fuese un bicho raro, ¿acaso vine puesto mi traje de Cabul? Pensaba. 32

Nos sentamos y esperamos a que el tren comenzará a mover- se. En ese instante nació una conversación muy agradable. Solo quería escucharla hablar, no sabía lo que me contaba, pero le seguía la corriente solo por escuchar su linda voz. Me contaba de algunos de sus viajes por distritos militares, planetas, lunas entre otras, le gustaban las joyas, especial- mente si tenían un resplandor propio. De pronto, Soret me pregunta: - ¿Enserio que puedes llevarme a la cueva de los crista- les? Sabes que me gustaría que algún día me lleves a ese lugar, ¿tienes alguna nave o algo por el estilo? - Tengo algo parecido. Eso nos puede llevar a ese lugar, además, tengo un robot guía. Él tiene mucha información guardada en su memoria, es único en el mundo, su inteli- gencia artificial lo hace pensar, razonar y tomar sus pro- pias decisiones. - ¿Te gustan los robots? Preguntó Soret. - No solo me gustan, yo les tengo mucho cariño, son máquinas muy inteligentes, pueden llegar a hacer funcio- nes iguales o mejores que un ser humano. Todo lo que yo sé, me lo ha enseñado él, aprendo todos los días gracias a él. - Debes quererlo mucho, se te nota cuando hablas de él. - Es mi única familia, vivo solo con él, mi familia murió muchos años atrás en un planeta que ya no recuerdo su nombre. Él fue quien me salvó de un terremoto cuando es- taba junto con mi madre y me trajo con él hasta llegar a este 33

planeta. Me gustó mucho este planeta, es muy diferente a los demás de este sistema solar. - Ahora los exploradores están buscando nuevos plane- tas para colonizar, hay contactos con otras razas alieníge- nas a millones de años luz. - He escuchado información que la fuerza espacial ha realizado expediciones a muchos planetas donde ha exter- minado razas completas de vida inteligente. dijo Soret y continuó hablando. - No tengo argumentos para verificar eso, pero pienso que puede ser posible. - Hay mucho armamento de guerra en el espacio y mu- chos más han sido enviados a combate. - A diario se ven nuevas conquistas de planetas y otros nuevos por conquistar. - En este planeta hay billones de familias y la sobrepo- blación nos ha obligado a asentarnos en otros planetas que no son los nuestros. Este planeta es el más grande de todo este sistema solar, de aquí han surgido todos los proyectos y exploraciones hacia el espacio. Respondió Moret. - Moret dentro de pocos años habrá muchos más plane- tas como este, todos regados por el infinito espacio. Sin tomar importancia del tiempo, ya habíamos llegado a nuestro destino. Nos bajamos y caminamos un poco para esti- rar las piernas, nos aproximamos hacia un lugar muy bonito, para mí era la primera vez que estaba ahí, es muy común ver parejas encontrarse en este lugar en su primera cita. Este lu- gar era muy famoso para reunirse en pareja, tenía una buena reputación, por el espacio, el clima, el ambiente y, sobre todo, porque no había presencia de robots, todos eran humanos 34

que interactuaban el uno con el otro. Hay muchos lugares bonitos donde puedes comer, nadar, y donde puedes tomarte fotos, y hacer videos. Había mucho por hacer y poco tiempo disponible. Organicé un poco mis ideas y logramos entrar por una gran entrada que daba la bienvenida a todos, había un letrero que decía con letras grandes: “Este es el inicio de una gran historia.” Me quedé pensando mucho en ese letrero, tal vez esa frase vino directamente para mí o simplemente era pura coinciden- cia. La verdad no lo sé, pero si fuera así, este sería el inicio de una gran historia, la cual no sé cómo la llamaría, tal vez Moret y Soret, este título no es muy original que digamos. - ¿Estás bien, Moret? te ves muy pensativo, dijo Soret. Pensaba en el letrero, me gustó esa frase, a veces me pregunto cuál sería mi historia o mi propósito en esta vida. - ¿Alguna vez no te has puesto a pensar en eso Soret? – La verdad, siempre me hago esas preguntas y muchas más. - Yo pienso que la vida nos tiene preparado algo muy di- ferente para cada uno de nosotros, algo que no conocemos hasta que lo encontremos. Nadie sabe lo que puede pasar 35

el día de mañana, yo no lo sé, tampoco sé a ciencia cierta si existe o no el destino, ese es un tema muy debatido hasta en estos tiempos. Si en el destino estaba que tú y yo vinié- ramos a este lugar, ya se cumplió. Y si en el destino está que tú y yo nos conociéramos, nuevamente ya se cumplió, pero si en el destino estaba que solo debíamos conocernos y no venir a este lugar juntos, eso significa que alteramos el destino, nuestro destino. Todo cambio conlleva a algo bueno o malo, en nosotros está escoger nuestro destino, es muy difícil saber con exactitud todas las preguntas existen- ciales. - Mira Moret que bonita vista, dijo Soret emocionada. Habíamos llegado a un pequeño mirador con una increíble vista panorámica, al lado había un pequeño río un poco co- rrientoso, en él se podían ver peces de colores de todo tipo y parecía un desfile de colores. - ¿Sabías Moret que al atardecer se pueden ver los peces dentro del agua? Ellos brillan por la noche. - Nunca los he visto más que en videos. - ¿Podemos quedarnos hasta la noche? Preguntó a So- ret. - Claro que no hay ningún problema. - A mí también me gustaría verlos, ya que estamos aquí deberíamos hacerlo, sería una lástima no verlos. Seguimos caminando por el mirador hasta llegar a un puente, uno de muchos, caminamos hacia el puente, desde este lugar se veía casi todo lo que habíamos caminado, había un montón de peces, y muchas personas, pero lo más bonito de todo esto 36

es que no había ninguna presencia de robots. Éramos solo no- sotros. Miraba a mis alrededores y vi a una pareja que se acercaba tomada de la mano. Yo también quería tomarle de la mano, pero me daba vergüenza y volteé mi mirada en otra dirección y vi a otra pareja abrazados. Volteé a otro lado y vi otra pareja besándose, estaba nervioso, inconscientemente miré a Soret, ella me vio a los ojos y, como nunca, me dio vergüenza, solo sonrió, pero yo ya estaba derrotado por dentro. Traté de mantenerme vivo, volteé y me abrazó por las espal- das. Me sentí muy bien. Sentí un sentimiento dentro de mí que se estaba creando, no sé qué era, pero lo quería seguir sintiendo y disfrutando. - Ven Moret, caminemos y veamos qué hay aquí. Entramos a un lugar muy bonito, todo era hecho de madera, la madera es muy escasa y muy costosa, solo con ver desde fuera sabía que era un lugar muy bonito. Entramos por curiosidad. Era un hermoso sitio para pasar un fin de semana. Había de todo en ese lugar, desde comida, juegos, bares, piscinas, habitaciones, hasta salas de entrete- nimiento; de todo un poco, un lugar cálido al alcance de la tecnología. Salimos del lugar después de hacer una reservación falsa, me 37

hice pasar por un miembro del ejército y le mostré datos fal- sos robados del sistema, lo hice para divertirnos. Organicé todo como si realmente fuese a regresar con 300 personas la próxima semana, alquilé todo el lugar. Le dije que lo cancelaría al momento de regresar la próxima semana. El dueño estaba muy convencido porque le di datos de otras personas y me dijo que con mucho gusto me estará esperando. Salimos del lugar con una sonrisa en el rostro, era una broma pesada hasta cierto punto, porque iban a tener todo listo para la otra semana. Todo era nuestro, pero nadie iba a llegar ese día. - ¿Moret, porque hiciste eso? - ¿Hacer qué? - Eso. No tenías que bromear de esa forma, ahora toda esa gente estará por esperarte con todos los preparativos. – No te preocupes, si cambio de opinión puedo enviarle a una empresa para que se venga a divertir de mi parte. - Continúe riéndome. - Ya veré qué hago y te cuento lo que pasó este fin de semana. Seguimos caminando y llegamos hasta un jardín muy bonito, había un letrero que decía: “No se acerque mucho a las plan- tas rojas”. Lo extraño es que había solo pocas plantas de ese color. Mi 38

curiosidad me dijo que me acercara aún más, no sabía el por qué no debía acercarme a esas plantas rojas si solo tenían 3 metros de altura. No tenían espinos, ni púas, no tenían nada que pueda lastimar a los turistas. – Moret sal de ahí por favor, no te acerques. – Mi idiotez no hizo caso. Aquella planta se abrió en dos e intentó comerme. Del suelo salieron unos tentáculos que me abrazaron y me envolvieron fuerte hasta comerme vivo. – Ayúdame Soret, ayúdame no puedo moverme gritaba, no puedo respi… Soret estaba muy asustada no sabía qué hacer, una planta acaba de comerse a una persona, estaba asustada. Minutos después llegó la ayuda, los miembros de seguridad pudieron sacarme de ahí. Al estar nuevamente en el mundo exterior, me encontraba todo lleno de savia; se sentía viscoso. No tenía fuerzas ni ánimos. Soret se reía a carcajadas, no pa- raba de sonreír, esto, sin duda, me llenó de mucha alegría, era divertida esa experiencia para Soret. - Eres un tonto Moret, cómo te atreviste a acercarte tanto a esa planta, había escuchado de esa planta, pero nunca me imaginé verte comido por una de ellas. Lo siento, pero me dio mucha risa. Continuó riéndose. Estaba muy cansado, los guardias se fueron dejándome ahí 39

tirado en el piso. Miraba el cielo, en el interior de mi corazón tenía mucha vergüenza por aquella experiencia que acababa de vivir, según yo quería impresionar a Soret, tal vez no todo salió mal, logré impresionarla sí, pero esto no era lo que tenía en mente. - Me dijeron que más arriba hay una ducha y una seca- dora de ropa, dijo Soret. Caminé muy despacio hasta las duchas y ahí había otro le- trero que decía: “la próxima vez no se acerque a la planta, recuerde que será devorado otra vez”. Vi este letrero y volteé a ver a Soret y le dije: - Este letrero debe estar al frente de esas plantas. - ¿Cómo es posible que no conocieras a la planta del Pla- neta 26kl? Es muy famosa Ja, ja, ja. Después de varios minutos salí limpio y seco. - Creo que ya estoy listo. - A ver, una vueltita. Hice lo que me pidió Soret y ella me dijo: - Espera aún apestas a planta Ja, ja, ja. Continuó riéndose. - ¿Y a qué huele una planta? Continuamos nuestra travesía por el lugar, pasamos momen- tos divertidos, hasta que llegó el anochecer. Regresamos al 40

río, como habíamos quedado, y vimos un resplandor muy brillante en el agua. Todos los peces brillaban en la oscuridad haciendo un espectáculo maravilloso. Era hermoso ver el color celeste de los peces, había otros co- lores como morados, azules, rojos, naranjas, pero la mayor cantidad de los peces eran celestes. Brillaban debido a las al- gas y algunas bacterias del río, todo se unía para crear un solo ambiente. - Soret párate aquí quiero tomarte una foto, solo quiero que sonrías mírame y sonríe. Y ese fue el momento en que tomé una foto con mi Udapest, el primer retrato real y verdadero de ella. Era absolutamente hermosa, capte el momento exacto de su sonrisa. Le mostré la fotografía, y me dijo: - Me gustó mucho, ¿puedes enviármela? - Claro, respondí. Salimos de aquel lugar después de una linda experiencia, me gustó mucho haber pasado una tarde con Soret. La llevé a co- mer a un restaurante, nos atendieron de inmediato. - ¿Te gustó la tarde de hoy, Soret? - Claro que me gustó, la pasé muy entretenida contigo. - Cuéntame un poco más de ti, solo sé que te llamas Mo- ret y que vives con un robot. - Es verdad lo que te dije. Hace muchos años que vivo 41

con él. El planeta de donde yo vengo se extinguió muchos años atrás, la verdad no sé a ciencia cierta si habrá vida en ese lugar. Recuerdo que ese día yo estaba con mi madre de compras cuando un terremoto sacudió la tierra, estuve a punto de morir y aquel robot me salvó la vida. Al estar fue- ra, vi que todo estaba destruido. Un hombre me metió en una nave para salir del planeta. Solo recuerdo que desperté en este planeta, desde ese entonces el único en el que podía confiar es él, vivo muchos años con él, somos buenos amigos. Sabes estoy trabajando en un gran proyecto. - ¿Qué quieres decir con eso? Preguntó algo asombrada Soret. - Trabajo en algo muy ambicioso, aún no le pongo nom- bre a mi investigación y experimentación, pero consiste en pasar la conciencia de un ser humano al cerebro de una máquina, básicamente, crear una inteligencia artificial. De hecho, ya no sería inteligencia, sino que sería pasar la mente y conciencia de un hombre hacia una máquina. He hecho muchas pruebas y experimentos con Kloe, algunos han sido todo un éxito, otros no tanto. Pero, todo error es sinónimo de aprendizaje. Si logrará descubrir cómo fun- ciona la conciencia de un ser vivo y pasarla a una máqui- na, pienso que este nunca moriría. Seguiría vivo, pero en la mente de una máquina. ¿No sería grandioso vivir para siempre? Sabes, a mí me gustaría vivir muchos años y de- dicar una gran parte de mi vida a la ciencia si lo logro ha- cer. Tengo muchas ideas que pueden ser de ayuda para la humanidad. - Moret la humanidad lo tiene todo, hay curas para todo tipo de enfermedades, hay personas que viven muchos años, con esto del rejuvenecimiento de las células madres; 42

es posible que encuentren la inmortalidad dentro de algu- nos años. - Es verdad que hay cura para todo tipo de enfermeda- des, pero aún no tenemos una cura para la muerte. Y yo quiero que todas las personas vivan por siempre, no me gusta la idea de que una madre vea morir a su hijo, o un hijo vea morir a su madre. Mi invento ayudaría a muchas personas. - Pero Moret, es un ciclo de la vida, la muerte es algo que tarde o temprano nos va a llegar a todos, yo estoy consciente de eso. Sé que algún día voy a morir, no sé de la forma en que voy a morir ni cuantos años voy a vivir, pero de lo que sí estoy segura es que yo también moriré. Todo lo que nace algún día morirá, y no te olvides de estas palabras Moret, todo lo que algún día nace, morirá. Todo lo que tú me cuentas es muy buena idea, pero a la vez imposible, veo que quieres huir o escapar de la muerte. Es verdad, a mí no me gustaría morir después de que vi morir a mi madre. Tú no has perdido a tu madre. Eres una mujer tan afortunada porque tienes a tu madre con vida ¡Cuánto daría yo por tener a mi madre con vida! Puede que sea algún trauma que tenga desde niño que nació a raíz de ver morir a mi madre, pero si con esto logró sanar o calmar de alguna forma el dolor de una persona lo haré, para que ellos no sufran lo que yo sufrí. - Lo entiendo Moret. Es verdad, yo no he perdido a mi madre ni a mi padre, los tengo conmigo, me apoyan y me cuidan, son muy importantes en mi vida y no me gustaría 43

perderlos. Pero algún día sé que ellos morían y estoy dis- puesta a luchar conmigo misma para superarlo. Yo veo un ingenio muy bueno de tu parte, continúa trabajando en tu proyecto Moret y quiero que me cuentes de tus avances, quiero ver como se está formando ese logro. - Claro, no te preocupes. Perdón si te incomode con mi punto de vista, solo quería que entiendas por qué lo estoy haciendo y me dedico mucho tiempo trabajando en él. - No te preocupes, lo entiendo. La comida se había terminado, nos levantamos y nos fuimos del lugar. Hacía un poco de frío y caminamos por la estación del tren. A esa hora había poca gente que regresaba del mis- mo lugar que nosotros. Nos sentamos juntos, mirábamos por la ventana el hermoso paisaje del anochecer de Yobrero. Me gustó mucho la experiencia. De regreso platicamos de va- rios temas, nunca nos aburrimos, siempre tuvimos un tema de conversación. No parábamos de conversar, se sentía una gran química entre nosotros, al estar de vuelta en el Estado de Adelia, caminába- mos por las lujosas calles hasta un punto donde podía acom- pañarla. - Gracias por regalarme este momento contigo Moret, debo irme. Me dio un beso en la mejilla y se marchó diciendo gracias. Yo estaba muy feliz, sentía de todo, era la primera vez que 44

había salido con una chica. Sentí que fue todo un éxito aquella salida, aún no podía creerlo. Yo Moret Walker, el solo pensar en la idea de salir con una chica ni en mis mejores sueños ocurría. Me reía. Regresé a casa lo más rápido que pude, aún tenía emoción en mi cuerpo. Llegué y mi robot me estaba esperando. - Buenas noches Moret, cuénteme ¿cómo le fue en su primera cita? - Déjame decirte que fue todo un éxito. Hicimos muchas cosas juntos. Me gusta escuchar eso, si quiere agradarle solo tiene que ser usted mismo y no engañarla haciéndole pensar que es otra persona. Y verá que nacerá una linda amistad o un amor muy grande entre los dos. ¿Sabe quién es ella? - La verdad aún no sé nada de ella. No hay mucha in- formación en su base de datos. Solo aparece su nombre. Tampoco sé su apellido, a pesar de que hoy estuve con ella toda la tarde no se me ocurrió preguntar por su apellido. Pero sé que pertenece a una familia muy respetada, lo sé por el Udapest que lleva consigo, ese modelo solo lo tienen las familias de un alto cargo o las empresas muy importan- tes. La próxima vez que salga con ella, se lo preguntaré. Moret se fue directo a su área de trabajo, estaba revisando su proyecto como lo hace todos los días, cuando un mensa- je interrumpió su concentración, era Soret quien le mandaba mensajes de audio. 45

- Muchas gracias Moret, por regalarme esta tarde tan linda, me he divertido mucho contigo. - Gracias de igual manera, a mí también me gusto dis- frutar esta tarde contigo. - Dejé mi timidez de lado y me decidí a decirle: - Confieso que me gustaría salir nuevamente contigo, pero ya no como amigos, me gustaría que me regales una cita formal contigo. Me gustas mucho y me he enamorado de ti, te soy sincero quisiera salir contigo en una cita. Estaba decidido, y esperaba su respuesta a mi confesión. Me puse nervioso porque tenía miedo de que se enojara conmigo, no debí ser muy directo con ella apenas la acabo de conocer. Eso pensé. Tardó pocos minutos en responderme, pero para mí fueron eternos. - Claro que me gustaría salir de esa forma contigo. Quie- ro seguir conociéndote un poco más. Me gusta tu persona- lidad y cómo eres, por eso me gustaría salir nuevamente contigo. - Muchas gracias por esta oportunidad Soret. Yo te es- taré llamando para que algún día podamos vernos nueva- mente. Estaba muy contento por la cita que tendría en unos días con Soret. Entonces, se lo conté a Kloe. Él supo escucharme y comprenderme. Al día siguiente Moret trabajó duro en su proyecto, tenía una idea de cómo funcionaba la inteligencia artificial y de cómo 46

podría modificarla con la red neuronal del cerebro. Por eso realizó experimentos pequeños pero muy útiles para recopi- lar datos. Conectó su cerebro a un casco neuronal que a su vez se conectaba con los sensores del robot y su inteligencia artificial. Moret se sentó con el casco puesto e intentó hacer movimien- tos con uno de sus brazos para que el robot pueda moverlos, pero los datos neuronales no se transmitían al robot. - Concéntrate un poco más Moret, piensa que tu brazo es de metal y que estás en ese robot. Moret se concentró y segundos después se movieron los de- dos de aquel robot. - Kloe sube el voltaje para aumentar las cargas eléctri- cas, dijo Moret. - Kloe subió el nivel muy despacio. – Mira, puedo mover con más facilidad los dedos de am- bas manos. Kloe miraba el holograma de su cerebro y cómo este reaccio- naba ante las cargas eléctricas. - Súbelo más. - Mira, puedo mover de manera muy rápida las manos, ahora parecen mis propios brazos. Kloe miró nuevamente el holograma del cerebro de Moret, había mucho desorden neuronal. De inmediato dijo: 47

- Es tiempo de parar. - No, espera un poco más, Súbelo un poco más. Kloe subió nuevamente el voltaje. Moret tomó él mandó de las manos y pies del robot. Estaba por levantarse del lugar donde estaba acostado el robot; y cuando intentó hacerlo, Moret se desmayó. Kloe vio eso y apagó las descargas eléctricas y sacó a Moret a un lugar más cómodo. Demoró 3 horas para poder despertarse, su ritmo cardíaco había bajado, pero estaba con vigilancia médica de Kloe. Al despertar Moret vio todo a su alrededor borroso por va- rios segundos, después de esto estaba sangrando por la nariz, Kloe le pasó unas tabletas para el dolor de cabeza y para la hemorragia. Estaba sentado descansando y entonces dijo: - ¿Qué pasó, Kloe? - Te desmayaste, tu cerebro mostraba muchas cargas eléctricas, si seguías así es posible que tu cerebro colapsará por completo e, incluso, posiblemente, tener un derrame cerebral debido al exceso de electricidad al que estabas so- metido. Podía seguir subiendo las cargas eléctricas, pero eso no me garantizaba tu supervivencia. - Moret debemos realizar más estudios y más pruebas antes de usar su máxima capacidad. Estudiaré los resul- tados obtenidos de este experimento y veré la solución al problema. Le informaré cuando tenga los resultados, por ahora descanse. Moret su cuerpo necesita un descanso. Moret tenía una cara de haber estado despierto toda la noche. 48

Aún no le pasaba el dolor de cabeza, estuvo relajado por va- rios minutos cuando un mensaje lo hizo sacudirse por com- pleto. - Hola Moret, ¿cómo estás? - Hola Soret, yo muy bien solo con un dolor de cabeza, pero estoy bien. - ¿Qué te pasó? ¿Estás bien? - No es nada grave, ¿Qué vas a hacer mañana? ¿Sabías que mañana es el desfile militar de robots? ¿Crees que po- demos vernos allí? Quiero dormir un poco y mañana te cuento. - Claro, te veo mañana, cuídate. 49

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