José Carlos Assunção Novaes Brasil ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 151
LOS POETAS ESTÁN VIVOS Sobreviviré entre las ruinas de un tiempo perdido y caminaré entre los escombros, recitando versos de Rimbaud, como un Quijote de Cervantes, intentando encontrar a mi amada. Y el mundo no habrá terminado. No, al menos para mí, estará intacto con sus castillos y sus altas torres, donde escucharé un grito de ayuda. Sí, enfrentaré ejércitos y, solo, venceré a todos. Me sentaré debajo de ese árbol solitario para componer versos y, desde la cima, desde esa colina, veré que ellos, los poetas, están vivos. 152 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
LA TARDE QUE SE HABÍA IDO No te calles ante el clima y la barbarie. No te calles ante los tsunamis y suicidios colectivos. No te calles ante las crisis económicas y la falta de sensibilidad. No te calles ante la muerte, tampoco te encierres ante la vida. No te calles frente a la poesía que sangra y palpita en tus venas. No te calles frente al anochecer ni por la tarde que se ha ido. No te calles, aunque no quieran. No te calles ¡Nunca! ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 153
CIGARRAS Hay una cigarra en cada uno de nosotros, cantando mientras el otro trabaja. Hay cigarras miles de cigarras grandes, enormes, de voces muy finas. Hay cigarras paseando en discos, emitiendo sonidos. Sonidos extraños, sonidos hermosos que nadie ha escuchado nunca. Hay, en todas partes, cigarras cantando canciones sueltas en el aire. 154 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
EN LA DIRECCIÓN CORRECTA Navegar entre libros para poder salir libre de ataduras, desatado en el mundo, en esta carabela llevada por la poesía. Como un aventurero buscando nuevos horizontes en este destino incierto para nosotros los mortales, en el que todo ya está escrito y revisado, listo para suceder, una vez, de esta vez, sin tiempo para hacer planes o consultar la brújula, pero sin errores, yendo en la dirección correcta. Ciertamente, como en una novela inacabada, pero con final feliz. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 155
VIOLÍN Camino por calles estrechas, entre mansiones centenarias, dormidas, miro al cielo y miro estrellas, miro hacia atrás y miro amores olvidados. Bailemos, pues, al sonido del violín, que embriaga mi alma y me hace viajar en el tiempo dejándome en sintonía con el universo, que traduce mi agonía y me hace caminar el camino traducido en cada verso, que viene con el viento, pasando por las calles estrechas, y pasa por el tiempo. Me siento como un vagabundo, sin destino Ni lugar para refugiarse. Soy como el tren que pasa en el riel y sin noticias deja quien se queda. Quien sabe el día, llegando después de la noche, trae la promesa de un nuevo comienzo. No mido mis pasos porque estoy suelto, como un pájaro volador que va más allá que buscar su suerte. Así que bailemos al sonido del violín, embelesado, 156 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
sin preocuparse con la noche que pasa y con el vino que llega a su fin, después de un viaje que, entre estrellas, parece interminable, pero se acabó al amanecer. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 157
José Carlos Assunção Novaes (Cacau Novaes) Es autor de la novela Marádida; de los libros de poesía: Os poetas estão vivos, As Sandálias, y Você não sabe do que é capaz; del libro infantil Xande e o Sapo Romualdo. Partici- pó en antologías de poesía y cuentos en Brasil, Portugal y Colombia. Sus textos han sido publicados en las revistas Ia- rarana y Bahia Beat (Brasil), Ecléctica (Colombia), La Joven Parca (Colombia), Voces Insurgentes (Argentina). Estudiante de Doctorado en Lengua y Cultura, Master en Letras, Espe- cialista en: Lengua Portuguesa, Producción Textual, Periodis- mo Empresarial y Asesoría de Prensa, Licenciatura en Letras Vernáculas. Miembro de la Academia de Letras de Goiás y de la Academia de Artes, Ciencias y Letras de Vitória, Brasil, y el Núcleo Académico de Letras y Artes de Portugal. Cónsul del Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena (Co- lombia), miembro del Comité Editorial de Revista Ecléctica (Colombia). 158 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Moisés Pascual Panamá ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 159
ESCRITO EN MI MURO 1 La revolución comienza con uno mismo en lo más adentro de la historia personal. Hay una lucha de multitudes y en las calles del mundo, sangre 2 La revolución no es una isla. Es un sueño 3 Si no hay pan para todos la revolución es un supermercado vacío una vitrina para turistas 4 La revolución es la píldora que nos aliviará del dolor de cabeza del capitalismo asfixiante 5 La revolución no es una dictadura de nadie sobre nadie abajo más abajo arriba está el cielo verde 6 La revolución no termina en el séptimo día de las burocracias 7 El amor es el orgasmo de un universo muy solitario. Dos planetas que se aproximan, se deslizan en el interior de las órbitas 160 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
8 El amor es la raíz del árbol más grande 9 El amor es un beso en la mirada tibia 10 El amor es un catre ocupado por dos almas simples 11 Sin amor el mundo es una cáscara de huevo 12 El amor no es un juego de mesa como el poker o la ruleta rusa 13 Muy pocos ricos habitan sobre millones de pobres millones 14 La justicia es ciega, sorda, muda y también se prostituye 15 Algo es más que poco y suficiente para demasiado 16 Si la balanza se rompe, se cae el mundo 17 No todo es blanco o negro. Existen otros colores 18 Lo justo es lo humano y un poquito más ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 161
19 El mundo gira a pesar de la gravedad del asunto 20 La humanidad será después que iluminemos a la oscuridad, liberado el sol 21 La poesía es un oficio de cardiólogos hiperbólicos, neurólogos, poetas y nosotros los utopistas 22 Una palabra muy solitaria es la soledad 23 Un niño es el invierno disfrazado de lluvia 24 La libertad es la octava nota musical del viento 25 La infancia es la patria de los niños desnutridos 26 Las muchedumbres hablan en coro 27 Las calles solitarias recuerdan los pasos de los fantasmas y los trenes ebrios, la ciudad en llamas y los que amaron un día la belleza de las otras ciudades. Al final está la plaza y la primavera 162 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
28 163 La civilización es la ruina de los hombres incrédulos 29 La acción es la fe de los revolucionarios 30 El sueño es el lugar donde juega la noche a ser mujer 31 La mujer es la geometría perfecta 32 El centro de todo es la voluntad 33 El planeta no es un hotel de una noche. Tampoco es un basurero, el mar 34 La muerte no es el fin del camino. Las cenizas también cantan. Oye mi voz. 35 La vida es la página de un libro abierto 36 Dios es el secretario general de la inmortalidad inmerecida 37 El comunismo todavía no existe. El consumismo lo consume todo 38 Es más fácil que entre un elefante por el ojo de una aguja que todos los socios de la revista Fortune ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE
39 El silencio es el anticipo de la muerte 40 La protesta es necesaria cuando la rabia y el hambre se juntan con los puños 41 El sueño es la puerta del futuro que se abre suavemente a golpes 42 La vida es un sueño de otra vida. Otra vida, no esta. Aquí y ahora. Ahora. 43 ¡Basta ya! La poesía es esto y más. Moisés Pascual (Panamá, 1955). Poeta, escritor, artista visual, educador. Premio Ricardo Miró en poesía: “Traganíquel”(2003), “Conjugando” (2010), Pana- má. Mención de honor en cuento con “En el país de los pá- jaros aburridos” (2005). Poemarios publicados: Monólogo del náufrago, Ojalá, La diosa desnuda, Palabras de humo y Oro y sombra. Libro infantil: La pandilla del guayacán azul. Ha participado en eventos internacionales en Colombia, Costa Rica, Marruecos, El Salvador, Guatemala, Cuba, Bolivia, Ni- caragua, República Dominicana y Puerto Rico. 164 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Lety Elvir Honduras ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 165
PEQUEÑA ASTILLA Mi patria pequeña astilla fragmento de una cintura rota puente colgante entre el suicidio y las cruzadas mi patria, una niña en el desierto una res destazada una bala en apuesta uno dos tres ¿Cara o cruz? uno dos tres ¿El barranco o la luz? mi tierra r e s b a l a la noche sostiene y guarda en su boca una linda guitarra. 166 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
INSOMNIO HA VENIDO A MÍ Insomnio ha venido a mí no es culpa de la noche ni del placer de las gatas en mi tejado tampoco es culpa del café ni de la historia en el fondo de la taza es asunto de las ideas la velocidad del tiempo las cosas inconclusas demasiados sueños demasiados golpes para un solo cuerpo para una sola mujer para un solo país un cuerpo una mujer un país solos en la inmensidad de su éxodo ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 167
LOS MUERTOS EN MI PAÍS De un tiempo para acá los muertos en mi país están por todos lados en los basureros, en las cunetas en los hospitales, en los presidios, en el aire, en los sueños en las montañas, en los arrabales, flotan en los ríos, en los mares como peces envenenados o ballenas suicidas. Son como piedras Se tropieza con ellos estorban el paso interrumpen el tráfico estropean los planes, horarios. están en el café, el agua, la comida en los periódicos de lunes a sábado y los dominicales se conversa con ellos, se habla de ellas de velorio en velorio de entierro en entierro de lágrima en lágrima caen por docenas como moscas en cachaza sin contar con los que no aparecen ni en morgues o reportes policiales. Los muertos en mi país a veces no salen, se cansan, juegan a las escondidas en bolsas de plástico, cajas de cartón o están en trocitos regados por ahí Y se les llora tanto y se les extraña tanto. Los muertos en mi país no mueren de viejos sino de impunidad y violencia de balas de plomo y más plomo bum bum bum de día y de noche casquillos regados igual que los muertos. retuerzo las manos, el mapa, cintas amarillas chorrea la sangre, llueve sangre en mi país Los muertos son tantos no cabe su ausencia, no cabe su olor los muertos son tantos no cabe el miedo, no cabe el dolor. 168 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
PALESTINA, TU NOMBRE 169 Palestina, tu nombre Pesa, arde, flota en el hielo de la tempestad. Desaparecen tu extensión achican tu silueta reducen tu mapa original. Se agiganta la ignominia, también tu inmensidad. Cómo olvidar tu sangre en los ojos del terror en el grito de la nada en la ventana del dolor. Cómo se olvida la ponzoña la roca, la bala, la mentira a mitad del horizonte a orillas de la orfandad. Palestina tu boca en mis ojos tu infancia en mis hijas. En mi mente la memoria de la noche de la sal, del rocío invencible resistencia el mundo para vos. Caerán a tus pies la serpiente de dos y más cabezas las murallas, las cárceles los holocaustos la bota que aplasta la ramita de olivo Palestina, tu nombre tan hondo como Honduras ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE
―tan tierra arrebatada a pedazos, a ZEDE´s, a zarpazos donde la esperanza bien podría llorar en el valle de tus lirios. LOS ESPEJOS DE FRIDA A Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón Frida con dos monas ―una sumisa y otra como pantera Frida con Diego Frida con un sapito ―pesado y dañoso― Frida con unos cuantos piquetitos Frida con un tercer ojo ―que no de ella pero de otro― el ojo malo cubriendo el suyo entre ceja y ceja entre dolor y llanto ―Frida, Di-ego ―Frida dice ―el eco responde egg- oooh. Frida rapada desposada y poderosa sin novio, sin verdugo sin niñete Frida con la casa azul con su pierna en llamas y anarquista boina Frida, cepillo de dientes regalito con chongo 170 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Frida con pelota de fútbol ―y guantes de boxeo Frida con Jacqueline desnudas en el bosque ―de cristal Frida boxeadora, derribando al enano jorobado en el último asalto ―ha ganado por nocaut― Frida=Magdalena=Carmen=Miss Amelia Frida con nosotras nosotras en su galería de espejos ―cada cual ha llevado un enano a cuestas estrujándole su columna rota― Frida = yo = vos = tú= nosotras cambiando la historia abriendo de nuevo juntas aquel Café de la balada triste este café de la victoria. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 171
Lety Elvir (San Pedro Sula, Honduras, 1966) Ph. D. Researcher, Universidad de Leiden, Países Bajos, 2019. Profesora del Depto. de Letras de la UNAH por más de 20 años. Egresada del Doctorado en Letras y Artes en América Central, UNA-CR; Licenciada en Letras; Diplomada en Lengua y Litera- tura española, Madrid; Cofundadora de la Asociación Nacio- nal de Escritoras en Honduras, ANDEH. Asimismo, miembra fundadora y vicepresidenta del PEN-Honduras, 2014-2015; presidenta del Claustro de Profesores de la Facultad de Hu- manidades y Artes de la UNAH, 2011-2015. Libros publicados: Luna que no cesa. 1998; Mujer entre perro y lobo. 2001; Sublimes y perversos (cuentos).2005; Golpe y Pluma: Anto- logía de poesía resistente escrita por mujeres (2009-2013). 2013; Honduras: Women’s Poems of Protest and Resistance (2009-2014), Maryland, 2015. Este último libro obtuvo en los International Latino Book Awards 2016, el Primer Premio en diseño de portada—Best Cover Design—y el Segundo Premio en poesía de varios autores—Best Poetry Book Multi-Author. 172 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Yineth Angulo Cuéllar Colombia ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 173
JAMÁS PODRÁ EL FUEGO A todos los jóvenes que resisten en las calles Cómo detener este río que baja de las lomas inunda el valle con sus gritos crece, se desborda por la ciudad con su bramido de justicia corre por las calles los puentes las avenidas con gramáticas que estallan en las paredes ondea su sonrisa como bandera su rabia como escudo y busca dónde enraizar sus sueños Cómo detener el río de voces que crece y anega de libertad y lucha los días y las noches de este país que despierta Jamás podrá el fuego detener el río embravecido que arrastra en su lecho la memoria de los cuerpos silenciados en esta geografía de dolor Cali 1 de mayo de 2021 174 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
DECRETO El habitante que camina la calle Vio la desolación y tuvo miedo Nunca la ciudad fue tan peligrosa Como cuando las tanquetas Patrullaron la noche Cali, 28 de mayo de 2021 ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 175
SONATA TRISTE La noche acalla el canto de las ranas el silencio es una marimba desafinada que gime por las calles ¿Quién afina el disparo y el último suspiro? ¿Quién afina el llanto y el canto de los pájaros? ¿Quién afina la bala y el ojo? El silencio Deambula por las avenidas Al ritmo triste De esta sonata del viento 176 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE Los pájaros de la noche Arrastran en sus alas la tristeza Los rostros bellos de los jóvenes Sonríen más allá de la muerte. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 177
POEMA DEL ADIÓS No estés triste madre no me he ido estoy en el cuerpo de los que permanecen en la calle en la semilla que crece en el corazón de esta ciudad que hoy nos mira No llores mis pasos aún resuenan en la casa en las lomas del barrio donde crecí en los balones que rodaron por nuestros sueños en los pasos de salsa que de niño aprendí No puedo curar tu desolación tu rostro sin sonrisa el silencio que camina contigo no sabes cómo me duele tu dolor perdóname por todo lo que nos faltó y se quedó temblando en las manos la muerte, madre, es inocente la mano que dispara es infame Y aquí voy por mi camino soy la herida abierta en la acera soy la madre que espera nacer en las auroras de un nuevo país 178 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
PERMANENCIA Dicen que en la noche Los fantasmas Bajan de las laderas y se toman las plazas con sus cantos los ecos de los tambores gravitan en el silencio del olvido que comienzan a tejer los días y los diarios Dicen que los fantasmas Salen a conversar en las aceras Se parchan en las esquinas desoladas Con sus escudos abollados y tristes Esperan en las estaciones Para ver llegar el futuro Ese que no pudo ser suyo ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 179
Yineth Angulo Cuéllar Nació en Garzón Huila Colombia. Sus versos han sido publi- cados en el suplemento literario Pretextos y en las revistas Vorágine, Índice y Región y Cultura; Antología mayor de poe- sía Huilense (2009); Antología poética Cuatro Tablas. Poetas de estos y otros lares (2012) y Mujeres al verso. Antología de mujeres poetas del Huila (2013) y Lugar Poema. Portal digital de poesía, literatura y arte. En la actualidad vive en Cali, es maestra en la I.E. José María Cabal. 180 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Sergio Soler Argentina ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 181
ESPEJOS payasesco cotidianos… Estamos enrolados en un ejército parapetados frente a los espejos DE CIERTAS VISTAS ANTICIPATORIAS “Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca…” Rayuela – Cap. 7 Julio Cortázar Opalino debería ser nuestro cielo cuando busquemos cobijo en los inéditos inviernos que se acercan mansamente, cuando los universos y los orgasmos y aquellas palabras in- ciertas se nos vuelvan relajadas de ciertas redondeces de la vida, cuando fenezcan las paces de esta paz inerte… Los astros se precipitan y los adioses pierden su magia amatoria. ¿Adónde se detendrá el carrusel? No solo no miramos sino que no nos miramos cuando miramos. 182 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
UNA SEMBLANZA APENAS TRISTONA Mi mamá cosía y descosía botones a destajo/ punteaba dobladillos/ zurcía medias como único estigma de feminidad. La prisa y la calma ―no necesariamente en ese orden― eran los dos ingredientes basales en las comidas preparadas con esa casi exclusiva habilidad femenina de hacer mucho simultáneamente, y en todos los pasos avanzados. Supo de lealtades inquebrantables, aun al límite de las equivocaciones y de tardes azules, pletóricas de música y catequesis. Sus abrazos, más celestes que azules en tanto, solían desprenderse subrepticiamente porque los silencios cada tanto ganaban la batalla cotidiana. Las iniquidades contaminaron en pequeñas dosis su alma abierta a las buenas causas, grandes y otras no tanto, (al fin y al cabo todos lo hacemos) y sus mayores placeres: el rosario vespertino el té vespertino, (con o sin facturas) los intercambios telefónicos vespertinos las ansias vespertinas. Leyó todo lo que pudo y garabateó cuentos y poemas y, supongo, que el buen dios a quien se encomendó filucialmente, le habrá asignado una estrella desde donde otearnos… ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 183
TEOREMA Un amor elevado a la enésima potencia no sabe de números primos monomios y polinomios, y mucho menos de catetos e hipotenusas pero sí de tribulaciones esperanzadas tras un beso; de renunciamientos pagados con una sonrisa y de soledades compartidas en el abrazo cotidiano y en la caricia ofrendada. Los besos no son esféricos ni geométricos ni cuánticos, pero multiplican el anhelo de la unión de la carne ―simbiosis perfecta no binaria del alma― alquimia inexplicable por cualquier teorema. A veces lo abruma la raíz cuadrada de un suspiro; otras, deja resbalar alguna pena por la tangente. En el éxtasis sublima gozo infinitesimal aunque suele recoger alguna que otra desdicha al cubo o al cuadrado (¡qué más da!) Cada sonrisa determina el seno del ángulo afectivo, cada lágrima, en tanto, enjuga a su coseno. A su diámetro no lo abarcan los pi o los radios y a su perímetro no le bastan todas las aristas porque no es circunferencial, piramidal y, aun menos, romboidal. Lo abarca la infinita inmensidad reducida a la superficie de un mate calentito, de un caramelo o de una mirada trigonométricamente lasciva, cuadráticamente arrobada, piramidalmente comprensiva. Las manos amantes amasan caricias directrices e ―indican las estadísticas― la probabilidad del incremento de los latidos es mayor en alguien flechado por Cupido. 184 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Es casi segura la sensación de bienestar al saberse querido al igual que siempre se acerca a cero al límite matemático; aunque nunca lo sería, es decir la nulidad, si hay verdadero amor. Las ensoñaciones y los ideales abundan del mismo modo que una ensalada de números imaginarios y, como en el principio algebraico basal, lo positivo con lo positivo es positivo y lo negativo con negativo es positivo. Siempre de a dos, se entiende. Si parafraseáramos a lo dicho por un general ―que también supo enamorarse―, para un enamorado no hay nada mejor que otro enamorado. Relación de igualdad, que le dicen. Tiene por factor común a la compañía y a la cercanía (con perdón de la aliteración) aunque la distancia se deja acortar en el recuerdo por más que a los extremos opuestos los separe una inmensidad. Generalmente se representa con líneas perpendiculares que en algún punto se cruzan como se cruzan dos almas gemelas, aunque hay amores paralelos que corren por sendas distintas a las que las separa una distancia proporcional. Con la pasión inicial logra que los poros y las pieles se ericen exponencialmente. Con la pasión amenguada p or el paso de los años compartidos, el cariño es un logaritmo necesario e irreductible. Con el avance senil, la expresión amorosa se reduce a una ecuación con una incógnita o dos. Un amor no es matemática. Ni más ni menos. Es ella, es él, es nosotros, es ellos. O viceversa. El orden de los factores no altera el producto. Ergo, el orden de los amores, tampoco. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 185
ALGUNOS CUENTOS 1- Get back “Lo matamos y no siento un ápice de remordimiento. Estoicas, soportamos todo, hasta los golpes furibundos. Al principio, durante la resaca o el efecto de las borracheras. Con el tiempo por cualquier excusa. Ver el intento de la violación de Susana, la hija adolescente, fue el detonante. Yo le partí la cabeza de un botellazo. Las chicas hicieron su aporte con cuchillos y tijeras”. Ya se oye a la distancia el ulular de las sirenas de los móviles policiales. Abrimos la puerta. Por fin estamos relajadas. El rocío vespertino huele diferente. Agradable… 2- El alacrán El alacrán salía de su escondrijo cuando el sol comenzaba a desplegar sus últimos rayos en el horizonte y se empezaba a sentir el frescor del rocío vespertino. Me pregunto ahora, tan lejanamente que estoy de aquellas tardes en la casa de campo del abuelo Tito, qué nos divertía de ese bicho tan peligroso. Lo matamos al anochecer del último día de ese tórrido verano, cuando encontraron al viejo muerto en su cama, hinchado, deforme, todo su cuerpo morado, con los ojos abiertos mirando quién sabe qué cosa que lo horrorizaba. 3- NN “A éste no lo matamos. Y eso que le dimos fierro como para que tenga. ¡Ma sí, lo tiramos igual!”, dijo uno de los enmascarados. A medida que sufría la caída libre, el moribundo oía cómo se alejaba el traqueteo de los motores del avión, cómo lo congelaba progresivamente el frío del rocío vespertino, cómo se acercaba ominosamente al agua azul, cómo tomaba conciencia de ni siquiera ser un cadáver… 186 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
5- La barra de la esquina “Al centinela del perímetro lo matamos degollándolo. A los custodios del cuartel los eliminamos con las flechas envenenadas. Al rey lo torturamos primero ―le cortamos las orejas― y nos quedamos con su corona…” “Mirco, dejá la compu. Te buscan los chicos para ir a la esquina”. Mirco sale al mundo real. Cruza el sendero del jardín, llega a la vereda, aspira el fresco rocío vespertino mientras sus amigos corren desordenadamente detrás de la pelota. 6- La salida La lluvia, acaso inevitable para esa impotencia sabatina, arreciaba contra el techo de chapa. Machacaba esa melodía imparable y el gris casi nocturnal se enseñoreaba por todo el galpón. El frío merodeaba en todos los rincones y de a poco se concentraba en la jaula. Adentro de ese universo presidiario descansaba ―o simplemente sobrevivía― la pieza tan preciada. La luz, repentinamente invasora tanto de la puerta abierta como de la lámpara del techo tras escucharse el click de encendido, encegueció unos segundos al engendro. Parecía contento el cuidador que no paraba de cantar “I’m singing in the rain…”, como alabando al paisaje húmedo, pluvial, circundante del que apenas por el ruido se percibía desde adentro del galpón y de la jaula. El adefesio sintió pavor y alivio al mismo tiempo cuando vio al cuidador arrastrar las cadenas y trinquetes. Eso significaba una salida más. Pletórica de miedos, ruidos extraños y rostros espantados aunque también de olores, colores y tal vez sabores distintos. Una salida más para mostrar su monstruosidad… “¿Está lista la bestia?” preguntó Sam Torr. “Come on, nos esperan en el circo”, le gritó al cuidador y agregó “Hoy tenemos un público muy especial”. Suspiró Merrick al salir de la jaula. No sabía que después de la función no volvería al galpón ni a la jaula. Un célebre cirujano de Londres, Frederick Treves, se haría cargo del tratamiento de su rarísima enfermedad. Intentaría demostrarle al mundo que él no era el Hombre Elefante. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 187
Sergio Soler Punta Alta, Argentina. Escritor, docente, traductor, periodis- ta, corrector estilográfico. Publicó en antologías nacionales e internacionales, (San Juan en Pluma, 2018 y 2019); Catá- logo de Amores Desolados (microficción, De la Estación ed.); Vespertinario, (poemas, Lágrimas de Circe ed.); Convergen- cia, (cuentos, coautor Héctor Pedro Soulé Tonelli, Extensión Cultural Banco Vallemar Coop.); Romper Cadenas (coautor Viviana Rodríguez, sobre violencia de género, Jarilla ed.). Conferencista, coordina talleres literarios. Colaborador en redacción en el diario La Nueva Provincia y en distintas revis- tas. Participó en diversas emisiones radiales y conferenció en distintas ciudades y en otros países sudamericanos. Integra la editorial Jarilla (corrector estilográfico) y distintas agrupaciones, entre ellas el Colectivo de Escritores de Poe- sía Social Quinto Elemento. 188 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Noemí María Correa Olivé Argentina ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 189
VESTIDURAS I Una amiga dice “la poesía me salva” y pienso la salva de qué de quién y se me ocurre que la salva de sí misma y la salva del dolor de su paso sobre esta Tierra que toma revancha de sus propias heridas sobre culpables e inocentes por igual. 190 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
TINTA NEGRA “Un cadáver, un solo cadáver pudriéndose a la intemperie no es más que la demostración universal de una derrota”. Miguel Ángel Morelli No morirás sin ver tu pañuelo de seda girado en torniquete, aún el pánico acorralado entre misiles hará tinta sobre manos que hoy despliegan bisturíes con cenizas un gris polvoriento tiñe la mirada del sabio la túnica del peregrino Mezquitas enfrascadas en un rezo de esquirlas ruedan entre arenas caen plegarias como puñales sobre muros de siglos, un desierto implacable presiente el aullido procaz del desafío Los sicarios que enarbolan necedades juegan a los dardos con su destino de ráfaga, las palabras se sienten vanas y deshojan por todos los rincones su pena de ataúdes: Ah, si los hombres y las mujeres y los niños fueran mudos se consuelan, sería lo mismo, dicen ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 191
ah, si esta tierra nos tragara entre silencios de luna, sería lo mismo dicen, sería lo mismo. 192 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
SANGRE BIZARRA Unos, se jactan de sí mismos, se acicalan y se miran al espejo disimulan el temblor de sus rodillas al entrar al ruedo y palpitantes, atacan Luego de matar al toro / luego de matar al toro hacen el amor como hacen la guerra, quedan exánimes pero no duermen hasta muy tarde, manchó la sábana / una gota de sangre Otros, se jactan de sí mismos, se acicalan y se miran al espejo Les tiemblan las rodillas cuando firman el trato y sonríen sin mostrar los dientes Luego de ganar millones hacen el amor como si fuera hacer la guerra, quedan exánimes pero no pueden conciliar el sueño otro niño, hace un instante, otro niño / murió de hambre Aquéllos, se jactan de sí mismos, se disfrazan de arbusto y se miran al espejo de agua en un estanque, ensayan un gesto cruel y gritan cuando les tiemblan las rodillas a la voz de avance Luego de matar ―sin saber a quién― hacen el amor con cualquiera como hacen la guerra y quedan exánimes, no sé si duermen ahora pero sí sé que entre pesadillas / entre pesadillas / otro niño quedó sin padre A unos, a otros y a aquéllos, la asimetría les dilata las fauces. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 193
CRUCES PARTIDAS “Alzan la voz cruel / quienes no vieron el paisaje, los que empujaron por el declive pedregoso / la carne ajena…” Manuel Altolaguirre Nosotros, los blasfemos, los que en piras bautismales encendemos el fuego de serpientes y nadamos el misterio de un cenote en alarido, nosotros, los lascivos, los herejes de todas las confesiones los amantes clandestinos los que idolatramos a Baco en murgas que desquician a fantasmas de sótanos umbríos Nosotros, los fósiles de cuentos de piratas los héroes de batallas ignotas los cínicos envueltos en humo de sándalo los de amores errantes los huérfanos de la madre del olvido, nosotros, los apátridas, los que mojamos nuestras barbas en flujos ardientes del gemido en Babilonia, los tatuados con sibilas y dragones del averno los impresentables entre miedos citadinos los itinerantes del látigo en la lengua los siniestros encadenados a los mitos de la noche, los impíos. Nosotros, sí, nosotros, desplegamos con fruición nuestro descaro laceramos palabras contra el filo de los muros anudamos pergaminos con sombreros y salimos por las calles a revolear ideas muertas entre arcones y leyendas, nosotros, somos éstos, y existimos. Por más que nos quieran borrar de la memoria del menú de la academia 194 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
de los censos paridos en espejos, por más que la historia nos eluda en su relato agitamos como viento intempestivo las puertas del abismo y somos, con rubia cabellera, un eructo grave del infierno y existimos, en constante necesaria del falso reverso del linaje y en nombre de todos los sitios bizarros de la tierra, nosotros, existimos. ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 195
Noemí María Correa Olivé Nace en la ciudad de Rosario, vive en Corral de Bustos, Ar- gentina. Docente en Historia, Ciencia Política y Metodología de Investigación, se dedica a la enseñanza secundaria y ter- ciaria. Sobre estas temáticas dicta cursos, ofrece charlas, publica artículos periodísticos y participa en ciclos de TV. Sus escritos, en verso y en prosa, son publicados en antologías y revistas literarias. Participa en numerosos encuentros de poesía y mesas de lectura. En 2005 publica el poemario 4 Mujeres junto a otras tres au- toras. Obtiene varios premios en poesía, en virtud de algunos de los cuales le publican sus libros: Luna Escondida en Laberinto (2009) y Mujer con Impronta de Arco Iris (2012). Ilustra sus poemarios con pinturas y dibujos propios. Su poesía aborda la esfera de lo existencial y el devenir caótico de la conflic- tividad del ser humano y su impacto social; resulta en un lenguaje resiliente que la predice y la abraza. 196 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
Darcy Mell Argentina ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE 197
AFÉRRATE A LA VIDA Muy temprano en la mañana todo vuelve a empezar, abrir los ojos al dolor intentar caminar. El frío cala los huesos cansados de andar. Derecha ante el dolor el mate acompaña. De pronto, una vez más, él te ve, se acerca y vuela la trompada, una más... y sangra la mirada, una más... el espejo habla, es ahora o nunca. Tus ojos son hasta hace nada reflejo del dolor de tu madre lastimada. Niña mujer, Mujer niña, Madre, Hija, Hermana. No hay tiempo, es ahora, Arranca el miedo, Aférrate a la vida. Somos muchas, unidas recobraremos la alegría. 198 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
EL DIARIO ÍNTIMO 199 Les contaré una historia que yo hubiese preferido que no ocurriera, pero el destino quiso que me encuentre de este lado, amigos lectores; y aunque yo no lo desee los hechos sucedieron así: Ese día lluvioso de agosto, muy temprano en la mañana, Noelí revolvía la casa de cabo a rabo; iba y venía, revisaba una y otra vez todos los lugares donde solía dejarlo. Como joven estudiante de periodismo ―cursaba en la UBA― era muy activa, ordenada, realista, extremadamente detallista (por eso no podía comprender que no encontrara su “libro- anotador” o “diario íntimo”, nunca supo cómo definirlo pero lo necesitaba porque allí escribía todo lo “importante” y no pasaba un día sin que vuelque en él algún suceso singular. Durante toda la mañana su padre la miraba con suma aten- ción, él siempre “observaba” todo, también era detallista, al punto de la obsesión, tanto que se creía lo que él mismo in- ventaba. En cambio Noelí era sumamente inteligente, sagaz y por sobre todo realista. Jamás se equivocaba, tenía lo que se dice un “ojo clínico”. Agotada de buscar durante horas ya estaba enfurecida y con voz firme y terminante se dirigió a su padre y le dijo: ― ¿Por qué en vez de mirarme no me ayudás a encontrar mi diario íntimo? Él levantó la vista, fijó su mirada punzante en ella y le res- pondió de mala manera: ― Deberías saber dónde dejás tus cosas y más si son “ínti- mas” ―despotricó desplegando su mal humor y una profunda bronca inexplicable. Noelí ya estaba acostumbrada a sus “reacciones” pero su diario valía la pregunta. El día transcurrió sin novedades del “diario”. En la casa el clima era tenso como siempre, o un poco peor, y la noche se presentó casi a hurtadillas, como si no quisiera llegar. ― ¿Dónde está mamá? ―preguntó a su padre Noelí, intriga- da―, no son horas en las que mamá no esté en casa. ― ¡Qué sé yo!, últimamente tu madre hace y deshace a su ANTOLOGÍA POÉTICA • TINTA INSURGENTE
antojo; entra, sale, va, viene, está rarísima... yo sé, estoy seguro que oculta algo, ella ya no es como antes. A lo que la muchacha interrumpió: ― ¡Basta papá, siempre con tus ideas... Se debe haber re- trasado por alguna razón! ― Ni el celular contesta ―sentenció el padre― algo oculta. ― ¿Habrá tenido un accidente?, ¿la habrán asaltado? ―in- quiririó preocupada la hija. ― ¡No!, seguro que está “haciendo sus cosas”, andá a dor- mir y no te preocupes ―afirmó con un gesto de menosprecio y burlón. A la mañana siguiente, la madre no había regresado; No- elí ―presa de angustia― llamó a la policía, y del otro lado le respondieron: ― ¡Ah!, sí, ya recibimos esa denuncia, la hizo el marido. ¡Quédese tranquila que ya estamos trabajando en ella! ¿Se imaginan la cara de Noelí?, se transformó en blanco papel. Ella sabía que su madre jamás pasaría una sola noche fuera de su casa y, menos, sin avisar. Esta situación le pro- ducía una gran angustia y una intriga que no podía resolver. ¿Dónde estaría? ¿Le habría pasado alguna desgracia? Muchas dudas, ninguna respuesta. Noelí y su padre revisaron la casa de punta a punta; tenían la esperanza de encontrar alguna nota. ¡Nada encontraron! Ni siquiera el diario íntimo de Noelí. Y las cosas siguieron complicándose, la policía llegó y re- volvió todo en busca de algún indicio o pista que los llevara a resolver el caso. La casa se transformó en un sepulcro. No tenían noticias. Noelí pensó y repensó de manera detectivesca los hechos previos a la desaparición de su madre. ¡Coincidían justo con la pérdida de su libro/íntimo/anotador!; lo que le llamó poderosamente la atención fue que su padre no estuviese “como loco” buscándola. Él se mostraba notoriamente tran- quilo, parecía saber que todo estaba bien... ― Papá, ¿cómo podés estar tan calmado si hace días que no tenemos noticias de mamá? ―recriminó Noelí indignada. El hombre, con la barba crecida y desalineado, respondió: ― Ella sabe lo que hace, ya volverá, si es lo que quiere, y 200 TINTA INSURGENTE • ANTOLOGÍA POÉTICA
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