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ANTOLOGÍA ILUSTRADA "SENTIRES"

Published by Lidia Susana Puterman, 2021-09-09 18:04:07

Description: Cuando una idea surge en la mente, como la semilla en la tierra que se siembra, y al igual que la misma, se esperan con impaciencia, ver los frutos…, así fluyó vertiginosamente la propuesta de diagramar esta bellísima ANTOLOGÍA ILUSTRADA “SENTIRES” como Libro Digital.
El motivo para realizarla, fue plasmar cuentos y poesías de diversos escritores y poetas, tanto a nivel nacional como internacional, e ilustrarla con imágenes acordes a los textos aquí presentados, con el objeto de realzar las obras.
Hoy la tecnología nos permite llegar a través del Internet…, a todo el mundo. Por tal motivo y con el objetivo de darlo a conocer en todos los rincones, quise diseñar este Libro Digital, con un tema movilizador como son los SENTIRES.
Aquí podrán leer textos sobre amor, desamor, tristeza, angustia, soledad, rencor, amistad, esperanza, alegría, y muchos sentimientos más que en el ser humano pueden vibrar, como si fueran cuerdas de un violín, y quedan expresados en sus escritos.

Keywords: antología,cuentos,poesías,escritores,poetas,nacionales,internacionales

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Mónica Pedraza – 05/02/1959 – Argentina Amo la literatura, soy Profesora de Francés Libro INFANCIA ROBADA editorial Los cuatro vientos Consta de once cuentos, en todos se encuentran distintos tipos de maltrato infantil, desde la mirada discriminatoria hasta el abuso sexual Actualmente estoy preparando una novela, tengo un libro de cuentos ya terminado, sólo me falta encontrar un titulo 45

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Necesitaba amor Ernesto abrió la puerta del restaurant, cruzó la calle y se paró en el kiosco. Catalina contemplaba con delectación sus movimientos a través del pequeño vidrio de la ventana. Henchida de satisfacción ante lo que esperaba vivir, no lograba ordenar sus pensamientos, ni mucho menos retornar a su calma habitual. Esto era totalmente nuevo para ella. Ernesto era alto, sus cabellos castaños enmarcaban una cálida sonrisa, un destello de seducción se manifestaba en su mirada. Le gustaba la literatura, tal vez para alimentar su ego o para impresionarla le recitó algunos poemas de Rimbaud. Catalina atisbó hasta el más pequeño gesto. Observó como guardaba en el bolsillo de su campera los cigarrillos que el vendedor le había entregado. Había perdido quince kilos, pero aún tenía un exceso de diez kilogramos. Sintió el peso de la estulticia humana sobre su espalda. Veía como los otros comensales reían y farfullaban mirándose a los ojos tomándose de las manos. Buscó la tarjeta de crédito, no lograba encontrarla. Contó el efectivo que llevaba consigo, hizo un cálculo estimativo del costo de la cena porque la carta que recibió para elegir el menú no contenía los precios. De todas formas, no le alcanzaba. Ernesto había pedido trucha ahumada y de postre marrón glasé, Catalina eligió lo que suponía más económico, medallón de merluza y flan. Finalmente se resignó a llamar a su hermana y soportar los reproches. Hizo un último intento, estaba segura de haber salido con la tarjeta de crédito porque la hubiera necesitado para pagar el vestido. Mientras hurgaba en el interior de su cartera escuchó una voz grave que le decía: “Hermosa, ¿qué perdiste? Nada, nada repitió muy aturdida, sus ojos chocaron con su sonrisa y su mechón de pelo castaño. No entendía por qué había seguido de largo. Trató en vano de ocultar su perplejidad, pero era muy evidente su desconcierto. Ernesto descubrió el ante brazo que mantenía oculto detrás de su espalda y le dijo: “una rosa para la más hermosa flor, que se llama Catalina”. Gracias, muchas gracias, son preciosas, contestó emocionada. Y nuevamente los reproches se agolparon en su conciencia. Ahora ella había sido injusta, desconfiando del único hombre que le había obsequiado una rosa, él era distinto. No se burlaba como solía hacerlo su vecino o algún compañero de trabajo que cuando ella pasaba solía murmurar por lo bajo “mira cómo te mira, anda que está muerta con vos” Ella poseía un oído bien entrenado para escuchar palabras pronunciadas a cierta distancia. Catalina reprimió las lágrimas, para ella era mucho más que una rosa, era el primer regalo en sus treinta y tres años de vida. Pensó que lo llevaría al casamiento de sus amigos y les cerraría la boca a todos y sobre todo a Luis, él la molestaba desde los trece años, cuando descubrió sus sentimientos. Estaba feliz, este hombre la valoraba. - “¿tomamos un café? le preguntó. – “No gracias estoy un poco mareada”. Él se apresuró a llamar al mozo, pagó la cuenta y le preguntó” ¿dónde te llevo? ” Llegaron a su casa. Ingresaron a su domicilio, ella apenas podía caminar, prendió las luces y se desmayó en el living. Las rodillas desolladas por la caída mancharon la cerámica del piso, él la tomó de los sobacos y la llevó reptando hacia su cama, con mucho esfuerzo logró acostarla. Nunca se supo si por un acto de piedad, sentimiento que no es ajeno a ciertos delincuentes o para despistar a la policía, Ernesto abrió el balcón, luego tomó una bolsa y guardó en ella los objetos de valor: Tablet, celulares, joyas y todo el efectivo que encontró. Miró a Catalina, cubrió su rostro con el embozo bordado de la sábana, abrió la puerta del departamento y partió contento con el botín. Su hermana cuando llegó llamó a la policía quien al encontrar el balcón abierto decidió que el único culpable era el portero, a pesar de la declaración de todo el vecindario y de la hermana de la víctima, era un caso resuelto: el portero pasó el dato, los cómplices escalaron por el balcón para ingresar al dormitorio de la víctima. Rodolfo era un hombre honesto, vivía con su madre y un hermano menor. Hubiera pasado veinte años en la cárcel, se salvó gracias a la estupidez de un adolescente quien al cruzarse con Catalina en el ascensor no tuvo mejor idea de filmarlos y publicar el video con la leyenda: CATALINA TIENE NOVIO. Mónica Pedraza 47

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Sergio Darío Procaccini; nació en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires en el año 1978, entre la pasión del mundial de fútbol y la represión de los gobiernos militares. Estudió en la Universidad Nacional de La Plata y se recibió de Licenciado en Comunicación Social, con orientación en planificación de las organizaciones a principios del siglo XXI. Vive actualmente en la ciudad de La Plata junto a su compañera de vida, con quien comparte la crianza de sus dos hijas mujeres, ya entradas en la adolescencia. Es cartero de oficio desde sus 12 años de edad, coleccionista de tarjetas postales y también numismático. Diseñador de juegos de mesa y productor de plantas aromáticas; un buscador permanente de nuevos horizontes. 49

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Adiós Corría el año mil novecientos noventa y siete. Él corría, con un bolso al hombro y una caja en la mano. El rímel negro corría, sobre una lágrima, por la mejilla blanca y lisa de su madre. -¿En qué asiento voy? – preguntó. -En el 18- contestó su padre- como tu edad, como el fin de la primera guerra mundial, como el principio de la Revolución por la libertad de Rusia... -De plataforma numero tres parte con destino a La Plata el coche número trece de la empresa Rió Paraná- interrumpieron desde el alto parlante. Un abrazo desgarrador, un beso húmedo y un adiós en voz baja, lo despidieron, con emoción, miedo; pensando en su futuro..., esperando su regreso. En la diagonal 73 entre 17 y 18, de la ciudad de La Plata, una casa amarilla con puerta alta de doble hoja y quince pibes en la misma situación lo recibieron con un mate amargo. Se conocieron en la simpleza de la convivencia; cuando lavaban la ropa y los platos, cuando cocinaban y hasta... cuando se “mamaban como chivos” antes de ir a bailar. El clima cálido de aquel febrero inspiraba a los pensionistas acompañar las tardes con una guitarra y algunas cervezas; de esta manera lograban el acompañamiento de algunas féminas residentes en el barrio…, todos necesitaban socializarse. Él escribía una vez por semana a su familia por falta de dinero para hablar por teléfono; muy de vez en cuando depositaba una de cincuenta centavos en el tragamonedas solo para escuchar la voz cálida y segura de su madre. Un día, el más importante que uno puede tener, se lo vio llorando a mares al recibir una misiva muy especial de sus abuelos... -“Feliz cumpleaños- decía, -y que los vientos te sean propicios para arribar con éxito a toda felicidad merecida; comenzaste a recorrer un camino; no lo abandones, no te canses de luchar, levanta los brazos hacia el cielo y regálate el brillo de una estrella o el esplendor de la luna- ¡Tú puedes!”. Sopló una vela y se fue, con su soledad a cuesta, a recorrer detenidamente con su mirada las calles oscuras del barrio; pidió un cigarrillo y lo fumó recostado en el verde de una plaza, regalándose las estrellas, la luna..., el cielo. Se levantó cabizbajo y siguió su camino, mirando de reojo para atrás…, cruzando la frontera. Sergio Darío Procaccini 51

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Mervin M. Román Gallardo nació en Yabucoa – Puerto Rico. Casada con Juan A. Capeles Ramos, procrearon dos hijas Melinda y Paola Capeles Román. Estudió su doctorado en Literatura Hispanoamericana en State University of New York at Buffalo. Se dedica a la crítica literaria y a escribir fantasías. Ya ha publicado siete libros, siendo “La .negra Nicaela del diablo” su octavo libro 53

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La trinchera Tuvo que cambiar el verde por arboles pornográficamente desnudos. El calor por el psicópata frio. El ruido por el silencio duradero. Las cálidas conversaciones pueblerinas por el descortés mundo cibernético. Tuvo que cambiar su nombre, su físico, su alma y su espíritu. Era otra noche de su velatorio. Los sueños cogieron pavor y se escaparon antes de ella abordar la ballena que se la tragaría por entre las olas de nubes. Fue su maldición creer en sus hijos. Su castigo fue la caída en continuo que a sus fichas sucedieron. Hoy, en su propia desnudez, miraba al infinito, camuflado en casas fumando y máquinas vacías. Miraba la tumba masiva donde la arrojaron. Cuando vio un tiburón escurrirse entre las cloacas, decidió galoparlo. “Que se joda” se dijo, después de todo, nadie notará si me descuido. Mervin M. Román Gallardo 55

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Mi nombre es Betty Sciolla Rojas, soy de Buenos Aires, República Argentina. Soy profesora de inglés y técnica en artes visuales, por lo cual también dedico parte de mi tiempo a la enseñanza de las artes y a la producción en mi taller. Soy escritora aficionada, de hace unos pocos años. Comencé a escribir porque deseaba expresarme y descubrí mundos inesperados y maravillosos. Con respecto a la formación específica del área, tomo clases de narración en el Taller de Sandra Lalia, y participo activamente de las tertulias mensuales de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores). contacto: [email protected] 57

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Adneris Adneris era una joven mujer hermosa que siempre estaba arreglada. Sus ojos semejaban almendras color miel. Ella vivía con su pareja, un desempleado y adicto al igual que ella. La casa estaba en Barrio Jara en las afueras de Asunción. Un barrio pobre, puente resbaladizo de ilusiones marginales. Era antigua, con paredes descascaradas. La cocina estaba envejecida y llena de hollín por todos lados. Ella nunca tuvo suerte con las elecciones de sus novios. Siempre los eligió mal. Él era uno más. Una pequeña criatura recorría los cuartos jugando alegremente. Él era su ángel. Sus ojos eran alegres y vivaces. El calor del mediodía iba en aumento mientras los pájaros cantaban. Comenzaron a beber caña y a fumar. Discutieron y se escuchaban los gritos de él desde la calle: - ¡LOCA! Pasaron a las manos. Él la tomó del cuello. El niño dejó de jugar y miró asombrado. No entendía qué estaba sucediendo. Ellos entraron a la cocina forcejeando, a los empujones. Al pasar cerca de la mesada, Adneris tomó una cuchilla. Como un rayo la dejó caer sobre el pecho del joven. El filo penetró fácilmente hasta la empuñadura. Él la miró, la soltó del cuello y cayó pesadamente. El niño miraba con sus ojos inocentes. Adneris pensó lo que podía sucederles si él se levantaba. Volvería por ellos y los mataría. No lo permitiría. Desenterró la cuchilla y le acertó tres puñaladas más. Una alfombra rojiza coronó el cuerpo. Ella nunca se percató del niño. Estaba ebria y drogada. Agotada y cubierta de sangre llamó a la policía. Una pregunta surgió: - ¿Quién es la LOCA ahora? Y quedó allí, tirada junto al cuerpo inerte. Varios moscones comenzaron a revolotear al cadáver. El niño aún sentado en el piso, empezó a llorar. Seguía sin entender. Un policía lo alzó y lo sacó de la escena. Ella balbuceó: - ¿Quién levanta al muerto? Nadie le contestó. En la comisaria la dejaron sola. Ella no podía ni pensar. Recordó que tenía su celular. Estaba despeinada y ensangrentada. Comenzó a tomarse selfies. Parecía una loca sacada del psiquiátrico. Más tarde vino un oficial y le incautó el celular. ¿Fue ella quien subió las fotos, o lo hicieron los oficiales a propósito? Además, agregaron un texto: “BUSCO NOVIO” Alguien lo borró rápidamente; pero fue tiempo suficiente para que los otros policías se mofaran de ella. Los ignoró. Escuchaba desde su celda el piar de los pájaros que la transportaban a su casa. Su mente quedó en blanco. Sus ojos se volvieron vacíos. Por un instante recordó a su niño. Lloró desconsoladamente hasta que se durmió. El telón de su vida cayó estrepitosamente sobre su corazón de paloma herida. Miguel Ángel 59

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Emma Guadalupe Villa Arana –Los Reyes Acozac- Estado de México Publicaciones: Tocar el Cielo, ediciones Tinta Nueva 2004 Templo, ediciones Marea 2004 Nube el Agua, editorial Eterno Femenino 2012 Coyote Real, editorial Eterno Femenino 2017 El Sasaras, editorial Eterno Femenino 2019 Ganó el tercer lugar en el certamen nacional de poesía “Francisco Javier Estrada” 2007. Ganó el concurso de texto narrativo, Prevención del Delito y Seguridad Pública del Estado de México 2008. Fue becaria del programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico del Fondo Especial para la Cultura y las Artes del Estado de México: FOCAEM 2008. Mail: [email protected] 61

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Gota de Rocío La noche era oscura, fría como nunca antes, el cielo desató su furia. Después se limpió el horizonte, la Luna se asomó y las estrellas desesperadas bajaron a beber en los charcos; ellas estaban tan encendidas, tenían tanta sed que caían a puños, al ver esto Gota de Rocío corrió al interior de su cabaña y sacó un gran jarrón de barro para atrapar estrellas, muchas a la vez y las guardó en el jarrón. Pronto éste se llenó, entonces lo tapó y lo fue a guardar dentro de la cabaña, luego sacó una pequeña caja de madera y siguió atrapando estrellas, rápidamente, la tierra absorbió la lluvia, las estrellas no atrapadas regresaron al universo. Gota de Rocío tapó la cajita y regresó con su abuela, la niña iba tan contenta a enseñarle a su abuela el gran tesoro de estrellas. Al entrar en la cabaña, el jarrón y la cajita despedían una intensa luz, en el rostro de la abuela había tanta paz que la niña no quiso despertarla, después de un rato Gota de Rocío se acercó y meneó el brazo de su abuela, pero la abuela había iniciado el camino al Mictlan y nunca más despertaría. Rápidamente Gota de Rocío fue en busca de la Luna, le cantó la canción que su abuela le había enseñado: —(Luna, luna, lunaaa, luna, luna brunaa, luna hechiceera, etc.… La Luna no se inmutó, entonces Gota de Rocío danzó con tanta fuerza que la tierra tembló. Fue así que la Luna hija de la tierra, derramó lágrimas de arena, entonces Gota de Rocío supo de que estaba hecha la luna, y por eso quiso hacer un trato con ella; tan pronto como pudo, sacó de la cabaña el jarrón y la cajita de madera, dijo que regresaría todas las estrellas a cambio de la vida de la abuela, pero al destapar el jarrón descubrió que también las estrellas estaban dormidas. Gota de Rocío lloró con tanta desesperación que el cielo y la montaña se estremecieron. El grito desgarrador atrajo a los habitantes de la aldea. Cuando el sol apareció, entre Gota de Rocío y su madre pusieron una corona de Cempaxúchitl en la frente de la abuela, toda la noche hubo ceremoniosos cantos y danzas alrededor del fuego sagrado. Nuevamente Tonatiuh abrió el día, entre cantos y danzas fue llevado el cuerpo de la abuela a la cima de la montaña y entregado al vientre de la madre tierra, después llegó la lluvia y juntó ella todo se nubló. Desde entonces cada noche que el cielo se oscurece y Gota de Rocío tiene miedo, la niña toma su cajita de madera y deja escapar estrellas, para que alumbren la noche y la acerquen con su abuela. Emma Guadalupe Villa Arana 63





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Roberto Ángel Aflitto Nació en San Fernando (Buenos Aires). Santiagueño por adopción. Es Profesor para la Enseñanza Primaria (posee una especialización en Adultos) y Licenciado en Educación General Básica para Primer y Segundo Ciclo. Es Socio fundador del Grupo Cultural ·Ciudad del Barco” de Santiago del Estero, entidad sin fines de lucro vinculada a las letras. Publicó en antologías poéticas, poemarios, plaquetas y suplementos culturales de diarios y revistas; como así también en página Web. Fue miembro de jurado de concursos poéticos y conductor de actos literarios. Participó en varios concursos y encuentros de escritores. Mail: [email protected] 67

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Aquí en mi pecho Caen las hojas de nostalgias y vuelven los cuerpos para hundirse bajo la plateada sombra en la vigilia del cielo. Caen las hojas de nostalgias y llevan un rumor de golondrinas de este septiembre de tus besos, donde no hay fronteras ni misterios y solo un letargo de quererte, permanece aquí en mi pecho. Roberto Ángel Aflitto 69

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Enrique Celso Almirón - argentino, 63 años. De profesión Médico Veterinario. Director del Servicio de Biología Molecular y Prof. de la cátedra de Bioquímica en la FCV – UNNE. Escritor por vocación. He participado en más de 20 antologías de poemas y microrrelatos en Argentina y España. Publiqué 14 libros propios de poesía, microrrelatos y cuentos cortos. Coordinador de Programas de formación Integral de Estudiantes y ex conductor de programas de radio sobre cultura y música. Participo en la actualidad en varios grupos de Literatura en las redes y poseo un Blog sobre la misma temática. 71

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Ojalá que se acuerde Tiene que haber una manera tiene que existir una forma tiene que encontrarse un mecanismo para que ella se acuerde de lo importante que ha sido para mí de lo feliz que me hizo en el tiempo que compartimos * Ojalá se acuerde que logró sacar mis sentimientos escondidos que todo tuvo sentido y los días merecían ser vividos que fue mi norte y mi rumbo que le dio vida a mi vida que fue consuelo en mis desdichas y sonrisas en mi alegría que aprendí de su sabiduría que ser solidario no era solo un enunciado que estaba bien dar la mano al necesitado que lo material no era lo importante que era mejor Ser que Tener que el odio y el rencor eran una pérdida de tiempo que la verdadera belleza está adentro y no es efímera que el tiempo pasa y uno envejece pero sigue siendo bello * Ojalá, que cuando ya me haya ido, sepa que con ella conocí el amor y que nunca se olvide ¡Cuánto la Amé! Enrique C. Almirón 73

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Julio Almirón, escritor y poeta Argentino, en Facebook posee la página literaria: \"Desahogo- Julio Almirón\" Contacto: 1126518830 Mail: [email protected] 75

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Sentires La tierra besando mis pasos después de que la lluvia lavara todos mis temores eso es vida, milagro y esperanza. Las manos de mi madre amasando el pan y el beso de un padre que no tuve sentires que delatan lo dulce y amargo que nos rodea y abraza. Y en esta procesión divina el amor ha llegado a mi pecho la sangre se arremolina voraz y son tus ojos el altar donde sucumben todos mis demonios y vuelvo a nacer. Julio Almirón 77

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María Cristina Amengual – Seudónimo: Mar Trenque Lauquen (Pcia Buenos Aires) 79

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La amistad La amistad es cariño, es confianza una mano tendida, un abrazo, el aliento, la fuerza, la esperanza que damos al amigo en sus fracasos. Es incondicional, simple, sincera, es dar el corazón, es dar la vida, cuando un amigo enfermo desespera y no encuentra repuestas ni salidas. Amistad, proclamemos los poetas, no mas pleitos, sembremos alegrías, llenemos de poemas y de letras los hermosos caminos de la vida. Amistad es un pacto entre las almas que vence la tristeza y da vida, una mano en el hombro, una mirada, o una acción que aumente la autoestima. Mar 81

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Enrique G. Arana Jáuregui, nació y estudió en Lima Perú -16/ 10/ 1973 Escribe poesía desde pequeño y estudio en el taller de poesía del Centro Cultural Ricardo Palma del 96 al 2001. Actualmente radica en Lima y participa de algunas revistas de poesía y algunos grupos de poesía por Facebook. 83

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Bello atrevimiento He de destilar de tu imagen, el capricho de soñarte..., asumiendo las consecuencias y callar el susurro de esta atrevida ilusión, corriendo el riesgo de embriagarme con tu voz y ebrio, jugar con la realidad que evidencie a este sentimiento..., bloqueando las dulces palabras, que ya despiertas, suspiran con tus cabellos... He de estimularte los gestos, para no quedar indispuesto si respondes mi saludo o enmudezca yo..., si dejo libre lo que pueda pasar al despertar. Es de temer si un suspiro escapa, podría llegar a oídos tuyos..., no tendría palabras para explicar tan bello atrevimiento. Estaría al descubierto, arriesgaría toda escena y a este trasnochado sentimiento, lo haría soñar sin limitaciones. Enrique Arana 85

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Juan Alejandro Felipe Ardiles García (Alejandro Alejandro) Chile, 1985 Bibliografía: \"Poesía y los fantasmas de la realidad\" Casado sin hijos, como oficio único, la literatura. Persona joven. Se caracteriza por escribir un tipo de relato poético, donde su expresión, se basa en diferentes medios de comunicación lírico, diseñar estructuras, crear mundos metafóricos, desde un protagonismo romántico, liberando al receptor, asumir la interpretación de la imaginación Con un respaldo surrealista para definir su obra, consciente de que la poesía \"es una expresión del alma\" independiente del género literario. Desarrollando un movimiento artístico, con el fin de rozar el subconsciente que intervienen en las emociones del lector como para sí mismo. En lo externo, influir en el arte de expresión narrativa con una perspectiva del mundo natural, escribir la belleza de lo vegetal y la música del océano. 87

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Nivel de temperatura Nada que definir a esta altura de la noche, discusiones con la neblina, el llanto de las emociones dóciles. Lo peor fue ser valiente, El querer sentir tus equivocaciones, convertir mi júbilo en constelaciones. Constantemente pierdo en los bosquejos de una noche romántica Seguir así será inútil. Nuestra cordillera blanca, el azul del cielo, el viento como un instrumento cántico, con un profundo acento. Luchemos por nuestras limitaciones eléctricas Esquivar el contacto, la estática del tacto, tácticas del romanticismo Contando con la aprobación de un movimiento agradable. O, es lo que tu piel suspira. Proyecta una imagen de esperanza, para encerrarla en una jaula de letras poéticas. Explota cuando tocas mis sensibilidades Escribir débil un te amo tanto En un tono, que parece que procede de flores, Tan despacio, que imita un espacio de luces Reducir en polvo estas equivocaciones, y otra vez, vuelvo a verte. Juan Alejandro Felipe Ardiles García 89

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Agustín Ávila Rodriguez- Cuba Escribe desde su adolescencia; Literatura en general, pero ha publicado sólo el género poesía. No se desempeña profesionalmente como escritor, pues es graduado de ciencias técnicas, y ha dedicado toda su vida a su carrera en el área de la emergía en su país. Posee una basta obra inédita, tanto en literatura como también en letras musicales. Ha participado en diferentes eventos del género, bien en su municipalidad, como en otros de nivel nacional. Posee registros en el Centro Nacional de derecho de autor de su país y en el extranjero. Atesora distinciones acreditando de su trabajo en los géneros mencionados por participar con sus obras, entre los más importantes de su país, el Concurso \"Adolfo Guzmán de música cubana. Ostenta la condecoración de Vanguardia Nacional del trabajo de la república de Cuba. Además es miembro activo de la Asociación de Innovadores y racionalizadores de Cuba. Con una hoja de servicio de más de 40 años como especialista tecnológico. 91

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Estrella Nueva A veces, Cuando apenas me llega la hora del descanso, Meditando observo tranquilo a las estrellas. Les hablo cómo si fuesen sus destellos a responder a mis preguntas; Entonces sueño con un futuro traído como mensaje de apóstoles, Lejos de parábolas sumarias y sentimientos \"light\", suspiro. Porque sus luces me van mostrando un camino de fiesta en mi condición de bautizado. Me invitan al convite de mi propia justicia; No más que la revelación trascendental de mi fortuna por una enorme estrella plateada que me mira; Entonces veo ángeles en sus puntas, queriendo dialogar de lo que sigue. A veces, recordarme que soy libre, y su plata convertirse en curandero de mis miedos. Agustín Ávila Rodriguez 93

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