FIESTA CAMPESINA Noviembre 18 de 1899. Un hombre del campo me invitó hace pocos días áver la fiesta de su aldea, en tierra de Avila. Se trata deun lugar llamado Navalsauz, á algunas leguas de lavieja ciudad de santa Teresa. Mis deseos de conocerlas costumbres campesinas de España encontrabanexcelente oportunidad. Acepté. Una buena mañanatomé el tren para Avila, en cuya estación me esperabami invitante, en compañía de dos hijos suyos, robustosmocetones que tenían preparadas las caballerías consi-guientes. No permanecí en la ciudad ni un solo mo-mento. Fué cosa de llegar, montar y partir. Pero, debodeciros algo de la buena bestia en que hube de pasarpor esos campos. Era el inseparable de Sileno, el com-pañero de Sancho, el interlocutor de Kant, el amigo dePascarella. Manso, filosófico, doctoral, aunque en taló cual punto del camino se manifestase más de unavez mal humorado ó asustadizo. La carretera se exten-día entre campos cultivados. A un lado y otro habíalabriegos arando con sus arados primitivos. Se cultivael centeno, trigo, algarrobas, garbanzos, cebada ypatatas. El paisaje no deja de ser pintoresco, limitadopor alturas lejanas, cerros obscuros, manchados dealtos álamos y chatos piornos, bajo cuyas espesuras es-fama que se agita el más poblado mundo de liebres
FIESTA CAMPESINA 289y conejos. En el tiempo del viaje, se encuentran á unlado de la carretera mesones ó ventas harto pobres,que nada tienen que ver con los caserones que en laárida Castilla se le antojaban castillos á Don Qui-jote. En una hubimos de pernoctar. Mi amigo grita con una gran voz : « ¿ Hay po-sada ? » « Sí, señor : pasen ustedes. » Y de la casa mal-trecha sale la figura gordinflona del ventero. Mientraslos mocetones llevan los burros al pienso, heme allíconducido á la cocina, donde una gran lumbre calientaolorosas sartenes, y conversan en corro otros viajeros,todos de las aldeas próximas, de higiene bastante limi-tada, pero gentes de buen humor que se charlan y sepasan de cuando en cuando una bota. Entré yo tam-bién al corro y de la bota gusté, — un vinillo de la villasdel Barranco — así como compartiera más de una vezcon los gauchos de las pampas, también al amor de unbuen fuego y en la cocina de la estancia, al mate amargoy la ginebra. La cena estuvo suculenta, y luego fué elpensar en dormir. ¿Camas ? Ni soñarlo. Cada cualduerme en los aparejos y recados : quién en la cocina,para no perderlo sabroso del calor, quién en la cuadra.Yo prefiero la vecindad de la lumbre y entro enesa escena de campamento. Por otra parte, no me esposible dormir. Esos benditos de Dios í-oncan con unapotencia abrumadora; y así, fabricando castillos « enEspaña », ó viajando por el país do mis recuerdos,paso toda la noche, hasta que los gallos anuncian elalba y el ventero me lleva una taza de leche reciénordeñada. A poco, estoy otra vez sobre mi asno, quelleva uu pasito ligero y no poco molesto, mientras haceno sé qué señas con sus orejas al paso de la fría brisamatutina. 17
2J0 ESPAÑA COKT 1ÍMP ORAJN E A ¡ Bello día en el fragante y bondadoso campo ! Saleun claro sol; comienzan á verse las ovejas, y me grati-fican con un concierto; los pastores abrigados con suszamarras, poco limpios y con aspecto de perfectosbrutos, quitan á mi mente toda idea de pastor quijotiz ;mis compañeros de viaje se detienen con conocidosque vienen de los villorrios cercanos, lo cual es unpretexto para repetidos saludos á la bota. Y mi burritosigue impertérrito, en tanto que me llegan de repentesoplos de los bosques, olientes á la hoja del pino. Esuna cosa asombrosa, dice Bacon, que en los viajes pormar, donde no se ve sino el cielo y el algua, los hombrestienen, sin embargo, la costumbre de hacer diarios; yen los viajes por tierra, donde hay tantas distintascosas que notar, casi nunca los hacen, como si los ca-sos fortuitos ó los hechos inesperados merecieran me-nos ser notados y apuntados que las observaciones quese hacen por una deliberación premeditada. Ni por marni por tierra he ascostumbrado tales apuntaciones ;pero si hubiese tenido un libro de notas á la mano, enesa mañana deliciosa habría escrito, sin apearme demi simpático animal : « Hoy he visto bajo el más puroazul del cielo, pasar algo de la dicha que Dios ha en-cerrado en el misterio de la naturaleza. » Este mismosol y la sonrisa de este mismo campo vieron los ojos dela divina Doctora^ que se encendiera en la incandes-cencia de su misticismo, hasta la maravilla del éxtasisy la comunicación con lo extraterrestre y lo superna-tural. El almuerzo fué en el camino, gracias á mi provisiónde lidié de foie-gras, queso manchego y pollo frío. S e -guimos la caminata todo el día hasta llegar á laposada de Santa Teresa, en donde está el cuartel de laguardia civil; y al declinar la tarde, estamos ya en lascercanías de Navazullas. El terreno cambia, se suceden
FIESTA CAMPESINA 291las cuestas y honduras ; y de pronto, me indican lo quedebo hacer: « Señorito, ¡ a p a t a ! » Obedezco, y con-tinúo el camino llevando el burro del ronzal, hastallegar á la Navazuelas, en donde vuelvo a enf'ourcheral benemérito rucio. Y diviso el pueblo : un montoncito de casucas entre peñascos. Al entrar á la aldea se me señala la iglesia; muychica, medio caída, con una alameda al lado de lap u e r t a ; y situada en medio del camposanto... Mi asom-bro es grande cuando no veo una sola cruz, asi fuesela más tosca y miserable. Me instalo en casa de « mi amigo ». Calcularéis yaque el confort no es propiamente suntuoso. Estamos en el imperio de lo primitivo. Buenfuego, sí, se me ofrece, y ricos chorizos y patatas,y sabroso vino. Duermo á maravilla. A la mañanasiguiente, vivo en plena pastoral. Se me conduceaquí y allá, entre cabras y vacas y ovejas. Estoyen la pastoría. Después, á la iglesia, en donde lasmozas están adornando á la Virgen. Las mozas, en ver-dad, no eran muy guapas, pero las había bastanteagraciadas. El traje de la paleta es curioso y llamativo.Más de-una vez lo habréis visto en las comedias y zar-zuelas. Falda corta y ancha, de gran vuelo que dejaver casi siempre macizas y bien redondas pantorrillas;la media ó calceta es blanca y el zapato negro. Encorpinos y faldas gritan los más furiosos colores. Alcuello llevan un pañuelo, también de vivas tintas yflores, y otro en la cabeza, atado por las puntas debajode la barba. Les cuelgan de las orejas hasta los hom-bros enormes pendientes, y usan gargantillas y co-llares en gran profusión. El pelo va recogido en unmoño de ancha trama y resalta sobre el moño la granpeineta que á veces es de proporciones colosales, comola primera que, según dicen, se usó en Buenos Aires á
292 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAprincipios de sigdo. Generalmente no llevan sortijas ensus pobres manos obscuras, hechas á sacar patatas ycuidar ganados. No estamos propiamente en Arcadia, yVirgilio no repetiría por ningún concepto en este caso,las frases que en su décima égloga porrumpe Galo,hijo de Polión. Al entrar yo en la iglesita, las mucha-chas cantaban adornando con gran muchedumbre deflores la imagen de la patrona, — la Virgen del Rosa-rio. Después friéronse á casa de las mayordomas, alobligado convite : castañas, higos y vino. Por la noche,en medio de la cena, en la casa en que se me hospe-daba, las mozas tiraron las cucharas de pronto y echa-ron á correr fuera. Era el tambor que sonaba á la en-trada del lugar; venía de un pueblo vecino, y su soncon el de la gaita haría danzar esa misma noche, en laplaza, á las alegres gentes. Luego pude observar algode un fondo ciertamente pagano. Las mozas formaronun ramo de laurel, cubierto de frutas varias y dulces,para ser llevado á la iglesia al día siguiente. Mientrastanto, vi venir del campo á varios mozos con grandesramas verdes que iban poniendo sobre los techos deciertas casas. Se me explicó que en donde había unamuchacha soltera colocaba rumos su novio ó su solici-tante. Era extraño en verdad para mí ver al día si-guiente coronadas de follaje casi todas las casitas delvillorrio. Del pueblo vecino también llegó el señorcura, un cura joven, alegre y de buena pasta, bastantedistinto del tipo de Pérez Escrich. Ya tuve con quienconversar : política, más política y un poco de litera-tura. Al curita le fueron á buscar los varones, con eltambor á la cabeza del concurso, mientras el campa-nario llamaba á la misa. Las mozas, vestidas de fiesta,esperaban en el camposanto. El aleade está allí tam-bién, con su vara y sus calzones cortos y su anchosombrero y su capa larga. Las mozas abren la puerta
FIESTA CAMPESINA 293para que pasen el señor cura y la «justicia », y detrástodos los hombres. La puerta vuelve á cerrarse, y ellasquedan fuera. Entonces, en coro, empezaron á cantar : Tres puertas tiene la iglesia,Entremos por la mayorY haremos la reverenciaA ese divino Señor...La p u e r t a sigue cerrada. Y7 e l l a s : Tres puertas tiene la iglesia, Entremos por la del medio Y liaremos la reverencia A la reina de los cielos...Y otra vez : Tres puertas tiene la iglesiaEntremos por la más chicaY haremos la reverenciaA la señora justicia... Abre las puertas, portero, Las puertas de la alegría Que venimos las doncellas Con ol ramo p'a María...Al llegar aqui contesta una voz dentro : Las puertas ya están abiertas Entren si quieren entrar. Confitura no tenemos Para poder convidar.Entran las buenas mozas, á pesar de que no hay
294 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAconfitura y, cerca de la pila de agua bendita vuelven ácantar á pleno pulmón : Tomemos agua bendita, Mis amiguitas y yo, Tomemos agua bendita Vamos al altar mayor. Tomemos agua bendita, Amigas y compañeras, Tomemos agua bendita Vamos á llevar la vela. Al llegar aquí van todas con aquel famoso ramo delaurel ornado de peras, manzanas y guindas, y con lavela, que ha llegado de alguna cerería de Madrid óAvila, al altar mayor, á hacer la ofrenda á la Virgen.Las estrofas de esa inocente métrica de aldea.se suce-den entretanto. En todo se admira que al menos en lasmujeres, hay cierta suma de religiosidad y de fe sen-cilla, junto con el amor al divertimiento, lo cual esmucho en una aldea que no pone cruces á sus muertos.La procesión viene en seguida. Se conduce á la Vir-gen por la calle, cantando el rosario, y se vuelve á de-positar la imagen. Allí hay un interesante remate de lamayordomía del año entrante y otras tantas pequeñaspreeminencias. Por la tarde se reanuda el baile con la gaita y eltambor, en la pradera, donde se merienda gozosamente.Por la noche, baile y más baile. Por largo tiempo re-sonarán en mis oídos la aguda chirimía y el tan tandel tambor, ese tambor infatigable. Todavía, hasta elchocolate cural, se pasa por la rifa del célebre ramo.Aun queda, el día que viene, tiempo para que sigandanzando mozos y mozas, en tanto que los viejos aldea-nos vuelven al campo á su tarea de sacar patatas.
FIESTA CAMPESINA 295 Yo volví á tomar mi burrito, camino de Ávila, endonde probé las más ricas aceitunas que os podáisimaginar, con mi amigo el campesino. No dejé de re-cordar al cuerdo Horacio :Non afra avis descendat in ventrem meum Non attagen JonicusIncundior quam leda de pinguissimis Oliva ramis arborum...
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 37 de diciembre de 1899. Ha reanudado Menéndez Pelayo la serie de conferen-cias que desde hace algún tiempo da en el Ateneo,sobre un tema que no puede ser más apropiado parasus admirables facultades : los grandes polígrafosespañoles. No posee el célebre humanista facultadesoratorias; pero en la lección su voz resonante y enérgicavence toda dificultad. El auditorio le escucha siemprecon interés y provecho, aunque la concurrencia no seaen ocasiones tan numerosa como se debía esperarsupuestas la autoridad y la gloría del maestro. Menéndez Pelayo está reconocido fundadamente comoel cerebro más sólido de la España de este siglo; y enla historia de las letras humanas, pertenece á esailustre familia de sacerdotes del libro de que han sidoornamento los Erasmos y los Lipsios. Aun físicamente,al ver el retrato grabado por Lemus, he creído reco-nocer la figura del gran rotterdamense profanada pol-la indumentaria de nuestro tiempo. Y cuando en laconversación amistosa escucho sus conceptos, piensoen un caso de prodigiosa metempsícosis, y juzgo quehabla por esos labios contemporáneos el espíritu de unode aquellos antiguos ascetas del estudio que olvidarapor un momento textos griegos y comentarios latinos.Es difícil encontrar persona tan sencilla dueña de
HOMENAJE Á MENÉ.NDEZ PELA YO 297tanto valer positivo; viva antítesis del pedante, archivode amabilidades; pronto para resolver una consulta,para dar un aliento, para ofrecer un estímulo. Poseeuna biblioteca valiosísima, allá en Santander, lugarde su nacimiento y donde pasa los veranos. Ha pocoha muerto su padre, que llevaba el mismo nombresuyo y que era un notable profesor de matemáticas.Tiene un hermano, don Enrique, doctor en medicina yaficionado á los versos. En Madrid, como en Santander,es don Marcelino un formidable trabajador. Aquí dirigela Biblioteca Nacional y publica muy eruditos estudiosen la Revista de Bibliotecas y Museos; dirige la ediciónacadémica monumental de las obras de Lope de Vega;mantiene activa correspondencia con sabios extran-jeros ; da sus lecciones en la Universidad y sus con-ferencias en el Ateneo, que luego formaran una de susobras más importantes; en resumen, es un raro ejemplode laboriosidad y de potencia mental, y como en losaños de su juventud, tiene una memoria incomparabley un entusiasmo que constituye la parte más simpáticay hermosa de su talento. Acaban de ofrecerle un justo homenaje unos cuantossabios y eruditos humanistas, con motivo de cumplirveinte años de profesorado. El homenaje lo forman dosgruesos volúmenes llenos de muy curiosas investiga-ciones y estudios : inmejorable regalo para el obse-quiado. Los nombres délos que ofrecen tal muestra deadmiración al ilustre español, son autoridades entrelos estudiosos. De sentir es que entre ellos no aparezcaningún representante de la América española. En cam-bio, uno de los mejores trabajos ha sido escrito por unprofesor de Pensilvania. Haré una ligera reseña de loque contienen estos respetables tomos. El prólogo ha sido escrito por D. Juan Valera. Nadiemejor que él podría llenar la tarea. Amigo de Menéndez 17.
298 E S P A Ñ A C O N T E M P O R Á N E APelayo desde los primeros pasos intelectuales de éste,ha sido uno de los que más han contribuido á las vic-torias logradas por quien ocupó un sillón de la RealAcademia á los veintidós años. Traza, pues, un retratoexacto y animado del querido discípulo y compañero,al mismo tiempo que nos presenta un cuadro del decai-miento de la cultura española y lo mucho que ha hechoy hace el autor de las Ideas Estéticas y de Los Hetero-doxos por colocar en su verdadero punto muchos ele-mentos de gloria nacional olvidados por los propios ynegados por los extraños. « Fuerza es confesar, pordesgracia, dice Valera, que España está en el díaprofundamente decaída y postrada. Su regeneraciónrequiere, sin duda, un gran poder político, sabio yenérgico, ejercido con voluntad de hierro y con inteli-gencia poderosa y serena; pero tal vez antes de esto,y para orientarse, y para descubrir amplio horizonte,y para abrir ancho y recto camino, se requiere queformemos de nosotros mismos menos bajo concepto, yque no nos vilipendiemos, sino que nos estimemos enalgo, siendo la estimación, no infundada y vaga, sinoconforme con la verdadera exactitud, y sin recurrir ágastados y pomposos ditirambos y á los recuerdos,que hoy desesperan más que consuelan, de Lepanto,San Quintín, Otumba y Pavía. Aunque me repugnaemplear frases pomposas, que hacen el estilo decla-matorio y solemne, no atino á explicar mi pensamientosino diciendo que D. Marcelino Menéndez y Pelayoha venido á tiempo á la vida y ricamente'apercibido ydotado de las prendas conducentes para cumplir,hasta donde pueda cumplirla un solo hombre, la misiónanteriormente indicada : para invocar sin vaguedad ysin exageraciones, nuestra importancia en la historiadel pensamiento humano, y para señalar el puesto quenos toca ocupar en el concierto de los pueblos civiliza-
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 299dores, concierto del que formamos parte desde muyantiguo y del que no merecemos que se nos excluya.La misión, pues, de D. Marcelino, ya que nos atre-vemos á llamarla misión, no es puramente literaria,sino que tiene mayor amplitud y trascendencia. »El tomo primero del homenaje, lo inicia el conocidohispanista francés Alfred Morel-Fatio, publicando unascuantas cartas, correspondencia interesante entre elfamoso bibliotecario de Colbert é historiador EtienneBaluze y el marqués de Mondejar. El marqués escribeen castellano y Baluze en latín. Baluze se excusa de nocorresponder en lengua española : « Hoc ideo dico,Excellenlissime Domine, ut accipias excusationemmeam, quod ad humanissimas el elegantissimas litterastuas non respondeo eadem lingua qua scriplm sirnt.Y el marqués le contesta : « Me sucede lo mismo á mícon el latino que á usted con el español, entorpecién-donos igualmente á entrambos la falta del uso. » Losconceptos de esta correspondencia se refieren á envíosde datos y libros, á cambio de noticias entre eruditosestudiosos, y si el marqués es dignamente admirativoy afectuoso con su amigo parisiense, Baluze no leescatima las más elegantes frases latinas de cumpli-miento y reverencia. Un inglés, muy conocedor de letras castellanas,James Fitzmaurice-Kelly, trata sobre Un hispanófiloinglés del siglo XVII. Este fué Leonardo Digges, pro-bable amigo de Shakespeare y Ben Jonson y traductordel Poema trágico del español Gerardo y desengaño delamor lascivo. Y M. Leo de Rouanet, que ha traducidoal francés algo del teatro español, se ocupa de un autoinédito de Valdivieso, existente en la Biblioteca Nacionalde Madrid. El Sr. Luanco logra demonstrar que ellibro de la Clavis Sapientix, tenido por obra deD. Alfonso el Sabio, no es de dicho rey, con todo y
300 ESPAÑA CONTEMPORANBAestar probada su afición á estudios herméticos. Elseñor Cotarelo, cuyos trabajos de erudición son tanmeritorios, — especialmente entre otros, sus páginassobre D. Enrique de Villena — habla de los traductorescastellanos de Moliere. Siento que á una labor tancompleta hayan faltado en absoluto noticias referentesá traducciones hispanoamericanas, que de algunaspiezas las hay buenas, como la del Misántropo por elcentroamericano Gavidia. Ernesto Mérimée-, sobrino del autor de Colomba, yprofesor creo que en Tolosa de Francia, ha contribuidocon un Ramillete de flores poéticas de Alejandro deLuna, que se encuentra en la biblioteca municipal deMontauban. Este de Luna es un autor hasta hoy com-pletamente desconocido, y el descubrimiento deM. Mérimée parece de muy relativa importancia. El músico Pedrell hace un paralelo entre Palestrinay Victoria, maestro de capilla eminente, contemporáneodel célebre italiano. El P. Blanco García, conocido porsu obra sobre literatura española ó hispanoamericana,rectifica algunos datos biográficos de Fray Luis deLeón. Un erudito italiano, Benedetto Croce, aporta unvalioso contingente á la literatura cervantina, con susLúe Illustrazioni al Viaje del Parnaso, del Cervantes.Y el Sr. Estelrich, autor de un notable libro sobre lapoesía italiana en España, escribe un estudio acercade los traductores castellanos de las poesías líricas deSchiller. Arturo Farinelli inserta en castellano unanotable disquisición respecto al origen del Convidadode Piedra. Es de admirar el caudal de conocimientosde este extranjero en lo referente á letras castellanas.Además, es un verdadero políglota, y escribe con igualcorrección en español, italiano y alemán. El señor Apraiz,cervantista afanoso, enriquece con varias curiosidadesel estudio y culto del autor nacional. El Sr. Franquesa
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 301y Gómez, se ocupa de una comedia inédita, sobre eltema de Don Juan Tenorio, de D. Alonso de CórdobaMal clonado. Mario Schiff contribuye, en francés, con algo que esde verdadera « sensación » para los eruditos y en espe-cial para los dantistas. El general Mitre de segurotendrá en el asunto gran interés. Se trata nada menosque del hallazgo en la Biblioteca Nacional de Madrid,de la primera traducción de la Divina Comedia al cas-tellano, la de D. Enrique de Villena, cuyo manuscritohabían considerado perdido investigadores como Ama-dor de los Ríos, el mismo Menéndez Pelayo, Cotarelo,y antes de ellos, Pellicer. El Sr. Schiff, entre lospapeles de la colección Osuna, en la biblioteca encontródicho manuscrito. Este consta de CCVIII hojas depapel; contiene la Divina, Comedia en italiano, escritaen Italia y probablemente en Florencia; el explicit delParaíso tiene la fecha de 10 de noviembre de 1354. El Inferno tiene al margen muchos comentarioslatinos, pocos el Purgatorio, ninguno el Paradiso. Tam-bién al margen está la versión española en prosa;según Schiff, la misma mano cpie escribió los comen-tarios escribió la traducción. Por lo demás, la letradel marqués de Santillán se reconoce en notas margi-nales y apostillas. El traductor es de una fidelidad que'llega al calco; con los elementos de entonces, el mar-qués de Santillana tenía la misma « teoría del traduc-tor » del general Mitre. Es una versión la suya al piede la letra; y á veces la prosa sigue el ritmo del versoy aun el consonante. Como curiosidad, copiaré algo delcanto primero. « Principia el actor Dante : « 1. En el medio del camino de nuestra vida, me fallépor una espesura ó silva de árboles obscura en do elderecho camino estava amatado.
302 ESPAÑA CONTEMPORÁNEA « 2. E quanto a dezir qual era es cosa dura, esta selva salvaje áspera é fuerte, que pensando en ella renueva mi miedo. « 3. Tanto era amargo que poco más es la muerte; maspor contar del bien que yo en ella fallé diré de las otras cosas que á mi ende fueron descubiertas. » Y más adelante : « 27. Pues eres tú aquel Virgilyo y aquella fuenteque espandyo de fablar tan largo río, respondí yo á élcon vergoñosa fruente. « 28. O de los otros poetas honor ó lumbre. Válameagora el luengo estudio e g r a n amor que me fiz buscarlos tus libros. « 29. Tú eres el mi maestro y el mi actor tú eres sóloaquel del qual yo tomé el fermoso estillo que ma fechohonor. » Y en el pasaje de Ugolino : « 1. La boca se levantó de la fiera viendo aquel peca-dor... etc. » Algunas veces, la mala copia del escribiente italianohace cometer á D. Enrique de Villena equivocaciones ytraduce una cosa por otra. Pero en todo caso, su tra-ducción es de un inmenso precio, no solamente para loseruditos sino también para los críticos y poetas. Allí seve el verdadero valor de ciertas palabras correspondien-tes á la expresión dantesca, y la necesidad de emplearhoy ciertos arcaísmos eficaces para transparentar lafuerza ola gracia del divino poema. Pero dejaré para otra carta algunos de los principalestrabajos de que consta el Homenaje á Menéndez Pelayo,pues hablar de todos es poco menos que imposible enel espacio de que dispongo y dada la índole de estasinformaciones. Sobresalen en el copioso homenaje á MenéndezPelayo, otros trabajos de importancia. Con una corta
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 303introducción en latin, publica el sabio Boehmer cuarentacartas de Alonso de Valdés, todas inéditas: AlfonsiValdesii Hueras XL inéditas — Marcellino, Imino Mar-cello — Be vicennalibus calhedrse gralulabundus —Trans partiitm fines off'ert — E clara valle GermanieEduardus Boehmer. E s un verdadero regalo de erudito.Algo inédito, aunque de un valor relativo, ofrece elseñor Serrano y Sanz; dos canciones de Cervantes, queno tienen otro mérito que la procedencia, y el habersido escritas en ocasión famosa, cuando la pérdida dela Armada. Comienza la primera : Vate fama veloz las prestas alas, rompe del norte las cerradas nieblas aligera los pies, llega y destruye el confuso rumor de nuevas malas y con tu luz desparce las tinieblas del crédito espaúol quede ti huye, etc.Y la segunda: Madre de los valientes de la guerra, archivo de católicos soldados crisol donde el amor de Dios se apura tierra donde se ve que el cielo en ti erra los que han de ser al cielo trasladados por defensores de la fe más pura, etc. Persona de mucha erudición es el señor D. RamónMenéndez Pidal, uno de los organizadores del homenaje.Contribuye con nutridas notas para el Romancero delconde Fernán González, y da la agradable noticia deque en breve tratará tan importante materia el insigneD. Marcelino. Un arabista de nota. D. Francisco Pons, trata de dosobras importantísimas del polígrafo árabe Aben Hazan.
304 ESPAÑA CONTEMPORÁNEALa una lleva por título : Collar de la paloma acerca delamor y los enamorados y es, nos dice el expositor, unaguía completa de estrategia erótica para cuantos aspi-ran á los lauros del triunfo en las contiendas amorosas.El único ejemplar que hoy se conoce de dicha obra, sehalla en la biblioteca de la universidad de Leyden. Laotra es el Libro de las Religiones y de las Sectas. Es muy alabado entre autoridades competentes, eltrabajo que aporla D. Eduardo Hinojosa : El Derechoen el poema del Cid. Es curiosa labor y se necesita cier-tamente gran paciencia de estudioso y amor á estasdisciplinas, para realizarla. En ella están expuestos losepisodios del Poema, que se relacionan con elDerecho,y se estudia la obra toda en lo que tiene que ver con lojurídico. D. Cristóbal Pérez Pastor comunica datos descono-cidos para la Vida de Lope de Vega. Ellos vienen áaumentar los que el mismo Menéndez Pelayo descu-briera no ha mucho, y que, según dicen, le pusieron enconflicto con la Real Academia. Parece que Lope resultavarón demasiado alegre en su vida privada, y el directorde la edición monumental de sus obras cree que tododebe publicarse, así el ilustre fraile aparezca un pocogaleoto y otro poco libidinoso. El conde de la Vinazanos habla de dos libros inéditos del maestro GonzaloCorreas, autor de que trata escasamente Nicolás Antonioen su Bibliolheca Hispana Nova. Se trata de un eminenteestudioso, tocado de reforma ortográfica, y antecesor,por lo tanto, del distinguido Sr. Kabezón, de Valparaíso,como se verá por esta cita: « De la arte mía Griegaia se tiene esperienzia en esta universidad; aora vamexorada i en romanze i kon la perfeta ortografíakastellana... » De otra obra inédita escribe la Sra. Michaelis de Vas-concellos, escritora portuguesa. Es un manuscrito per-
H O M E N A J E Á MENÉNDEZ P E L A Y O 30atenecienteá la biblioteca del Sr. Fernando Palha : Tra-gedia de la insigne reyna doña Isabel, por el condestableD. Pedro de Portugal. La eminente lusitana prueba sulargo saber y su fineza de criterio en sus observacionesy comentarios al valioso códice cuatrocentista. Un buenestudio es el de Toribio del Campillo acerca del Can-cionero de Pedro Marcuello; es un homenaje al mismotiempo al sapiente y laborioso aragonés Latassa, queenalteciera tanto las letras en su región. Cierra el primervolumen D. Juan García, tratando de antigüedades mon-tañesas, aborígenes, cuevas, dólmenes y etimologías dela provincia en que se asienta Santander. I^a duquesa de Alba es muy amiga de MenóndezPelayo. Supo ella que se trataba de este homenaje yalentó al Sr. Paz y Melia, para que ampliase un estudiocomenzado sobre la Biblia llamada de la casa de Alba,ó sea la traducción hecha por Rabi Mosó Arragel deGuadalfajara. La versión fué hecha por pedido delMaestre de Calatrava D. Luis de Guzmán. El Sr. Pazy Melia narra, apoyado en curiosa documentación, lagénesis déla obra, y los afanes del judío traductor, queno se resolvió állevar á término su empresa sino casiobligado por el señor cuyo vasallo era. Es de inesti-mable mérito este estudio bibliográfico, y habría sidode gran valor para el bibliógrafo que en una sabia revistafrancesa acaba de publicar una monografía acerca deLas Biblias españolas. Llaman « el Menéndez Pelayo de Cataluña » á donAntonio Rubio y Lluch, eminente amigo mío de quienhace algunos años hablé en La Nación, con motivo desus traducciones de novelas griegas contemporáneas.Hay, en efecto, entre ambos muchos puntos de seme-janza. Los dos, compañeros en los primeros estudios,han tenido igual tesón en sus preferidas tareas; los doshan seguido idénticos rumbos; los dos son ortodoxos
306 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAy conservadores; los dos profesores de universidad, y losdos poseen dotes cordiales y de carácter que les hacenser queridos por compañeros, discípulos y amigos.Rubio ha querido esta vez ofrendar á su ilustre colegaun estudio sobre la lengua y cultura catalanas en Gre-cia en el siglo xiv. La preparación de Rubio en talasunto puede asegurarse que es única. Conoce entreotras cien cosas, admirablemente, el griego antiguoy el griego moderno: ha dedicado largos años de suvida á profundizar sus investigaciones en archivos ybibliotecas nacionales y extranjeros, y su reciente viajeá Grecia es una conmovedora odisea en la historia desu vida tranquila y laboriosa. He oído la narración desus propios labios, cuando al pasar por Barcelona tuveel gusto de recibir su amable visita. Cuando lo vi entrar,no le reconocí. Está casi ciego, y esta es la parte trágicadel episodio. Contóme cómo había realizado un viaje ásu amada Hélade, enviado por la diputación provincialbarcelonesa. Iba lleno de ideas y de bellos sueños artís-ticos, y con la ardiente voluntad de dedicarse á sus duraslabores de investigación en los archivos atenienses,cuando, al llegar, repentinamente, sin causa reconocida,siente que todo se le hace sombra, ¡ que está ciego !Volvió á su patria y pudo ver escasamente, con un ojo;y, así, cuando más necesitaba de luz, volvió á Grecia,trabajó allá con inaudito valor, á riesgo de quedardefinitivamente ciego, recogió los datos que pudo, yretornó á Barcelona, en donde poco á poco lleva á cabola obra monumental que ha de ser entre las suyas laque más contenga de su inteligencia y de sus probadosesfuerzos. Un corto fragmento de esa obra, según tengoentendido, es lo que en el Homenaje aparece ofrecidoá su fraternal amigo Marcelino. Si no existen en España sociedades como las dantes-cas en Italia y las shakespearianas en Inglaterra, indivi-
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 307analmente, el cervantismo tiene muchos cultivadores.Hubo un tiempo en que los comentarios y exégesis delQuijote y los temas referentes á Cervantes, llegaron áconvertirse en inocente manía. No pertenece á ese género la contribución del señorEguilaz y Yanguas, notas etimológicas que aclaran yexplican algunas palabras usadas por el autor delIngenioso Hidalgo. Muchos conocimientos lingüísticosrevela el Sr. Eguilaz; pero no he podido menos querecordar á mi querido amigo el Dr. Holmberg, en sucélebre arenga sobre la filología del profesor Calan-drelli, cuando el erudito español afirma muy seriamenteque la palabra ajedrez se deriva de la voz sánscritachaturanga. El ilustre Federico Wolff envía desde Suecia un capí-tulo sobre las Rimas de Juan de la Cueva, primeraparte; y ofrece á su « querido colega» una canción iné-dita del desventurado poeta. J. deHann,desdeel colegiode Bryn Mawr, en Pensilvania, escribe con erudicióninsuperable y en un castellano castizo, sobre un temaque en la misma península apenas cuenta enlo moderno,con las páginas documentadas de Cotareloylos escritosantropológicos de Salillas. Míster Hann diserta sobrePicaron y Ganapanes. Se ocupa en un notable estudio, de la filosofía deRaimundo Lulio, D. Julián Ribera, relacionando losorígenes de las doctrinas del célebre mallorquín, ccnlos trabajos análogos de un filósofo árabe, Mohidin,sobre el cual discurre dilatadamente, también en estemismo volumen, D. Miguel Asin. Extensa es asimismola monografía del Sr. Lomba sobre el rey D. Pedro enel teatro, y de un mérito aquilatado entre eruditos lo queha remitido el insigne Hübner acerca de los más antiguospoetas de la península. Es de llamar la atención cómodemuestra este sabio que el nacimiento no significa nada
308 E S P A Ñ A CONTEMPORÁNEApara la nacionalización de un hombre ilustre. Séneca,Quintiliano, Pomponio Mela, Columela y Marcial, natu-rales de España, no son españoles sino romanos. Unautor inglés, dice, nacido casualmente en Bombay ó enCalcuta no forma parte de la literatura india. Asi ennuestros días José María de Heredia es un poeta fran-cés y no cubano, ó hispanoamericano. Hübner se refiereen su trabajo, pues, álos poetas que en lo antiguo escri-bieron en tierra española y cita dísticos ó composicionesmás largas latinas, que ha copiado de epitafios y otrasinscripciones. El Dr. D. Roque Cimbas, canónigo de la catedralde Valencia, demuestra, con documentos irrefragables,que la condenación de las obras de Amoldo de Vila-nova fué hecha con injusticia, apasionadamente y conviolación de las prescripciones canónicas. No es laprimera vez que el Dr. Chabas se ocupa en el famosoteólogo, de quien dice Menéndez Pelayo que es « varónde los más señalados en nuestra historia cientifica yaun en la general de la Edad Media ». Ya antes habíapublicado, en el Boletín de la Real Academia de laHistoria, el testamento de Amoldo, de lo que hablóel Journal des Savanls. El Dr. Chabas es espejo deconstancia y laboriosidad en tan difíciles empresas,pero su talento y su buena suerte le hacen lograrverdaderos triunfos, como el hallazgo que acaba détener. Es algo de tal importancia, que ha de hacermucho ruido en el mundo de las academias y de loseruditos y trabajadores de la historia. La Nación esel primer periódico que da la noticia, pues en la pe-nínsula no se ha publicado aún nada á este respectoEl Dr. Chabas ha encontrado en un archivo valenciano,— creo que en el de la Metropolitana — hasta unascuarenta cartas de la familia Borgia, ó Borja, en tiem-pos del pontificado de Alejandro VI. El texto de ellas
HOMENAJE Á MENÉNDEZ PELAYO 309vendría á afirmar de nuevo la exactitud de la singularvida de sensualidad y de escándalo que imperaba enla corte vaticana y en la familia que produjo al duquede Gandía y al raro César, tan maravillosamente retra-tado en versos de Verlaine. Quedará, pues, por tierratoda la labor de Grcgorovius, lo que no es poco. Hayuna carta, de un picor especial, en que Lucrecia,clonna Lucrecia, comunica que « papá » esta enojado,porque el joven César no se preocupa mucho de cum-plir con sus obligaciones nupciales... Y otras, de uninestimable precio. Me han dicho que el obispo de Valencia quiso pro-hibir al Dr. Chabas la publicación de tan reveladoresdocumentos. Este se dirigió al cardenal Sancha expo-niéndole el caso, é igual cosa hizo con el Padre Santo.Tanto su eminencia como LeónXIIl, le han autorizado,según tengo entendido, para que haga la publicación,estimando que ello no trae consigo ningún menoscaboá la religión y á la verdadera fe y moral cristianas.Ambos han demostrado con esto que estamos ya muylejos de cuando un fundador de universidad, el grancardenal Ximenez de Cisneros, mandaba quemar có-dices árabes, como Zumárraga códices mejicanos. Pío Rajna contribuye con algunas observaciones to-pográficas sobre la Chanson de Roland, escritas enitaliano ; largamente se ocupa de la jurisdicción apos-tólica en España y el proceso de D. Antonio Cova-rrubias D. P. de Hinojosa; y Antonio Restori, envíadesde Italia un curioso y ameno escrito acerca deun cuaderno de poesías españolas, que perteneció ádonna Ginevra Bentívoglio. Casi un verdadero librodedica el Sr. Rodríguez Villa á D. Francisco de Men-doza, almirante de Aragón. El marqués de Jerez envíaá su amigo Menéndez Pelayos unas cuantas papeletasbibliográficas. Don Juan Catalina Garcia escribe sobre
310 E S P A Ñ A C O N T E M P O R Á N E Ael segundo matrimonio del primer marqués del Cé-nete, cuya narración es de tal manera interesante, queparece la l'abulación intrincada y sentimental de unanovela; con el aditamento de detalles ultranaturalistasque claman por el latín. Otro escritor italiano, AlfonsoMióla, diserta sobre Un Cancionero manoscrüto bran-cacciano. Muy importante para arqueólogos y estudio-sos de historia es el tratado de lliberis, ó examen delos documentos históricos gemimos iliberitanos, por elSr. Berlanca. El Sr. Rodríguez Marín se refiere áCervantes y la Universidad de Osuna en un copiosoescrito. D. Pedro Roca ha ofrecido una muy eruditamonografía sobre el origen de la Academia de Cien-cias; y D. José María de Pereda cierra pintorescamenteesta fuerte labor de sabios con una narración. Be cómose celebran todavía las bodas en cierta comarca, monta-ñosa enclavada en un repliegue de lo más enriscado dela cordillera. Tal ha sido el regalo que se ha hecho, á los veinteaños de cátedra, al moderno Erasmo español á quienbien sienta el caluroso elogio de Justo Lipsio : O ma-gnas decum hispanorum !
EL MODERNISMO 28 de n o v i e m b r e de 1899. Constantemente puede verse en la prensa de Madridque se alude al modernismo, que se ataca á los moder-nistas, que se habla de decadentes, de estetas, de pre-rafaelistas. con s, y todo. Es cosa que me ha llamado laatención no encontrar desde luego el menor motivopara invectivas ó elogios, ó alusiones que á tales asun-tos se refieran. No existe en Madrid, ni en el resto deEspaña, con excepción de Cataluña, ninguna agrupación,brotherhood, en que el arte puro — ó impuro, señorespreceptistas — se cultive siguiendo el movimiento queen estos últimos tiempos ha sido tratado con tantadureza por unos, con tanto entusiasmo por otros. Elformalismo tradicional por una parte, la concepción deuna moral y de una estética especiales por otra, hanarraigado el españolismo que, según D. Juan Valera,no puede arrancarse «ni á veinticinco tirones ». Estoimpide la influencia de todo soplo cosmopolita, comoasimismo la expansión individual, la libertad, digá-moslo con la palabra consagrada, el anarquismo en elarte, base de lo que constituye la evolución moderna ómodernista. Ahora, en la juventud misma que tiende á todo lonuevo, falta la.virtud del deseo, ó mejor, del entusiasmo,una pasión en arte, y sobre todo, el don de la voluntad.
312 ESPAÑA CONTEMPORÁNEA Además, la poca difusión de los idiomas extranjeros, la ninguna atención que por lo general dedica la prensa á las manifestaciones de vida mental de otras naciones, como no sean aquellas que atañen al gran público; y después de todo, el imperio de la pereza y de la burla, hacen que apenas existan señaladas individualidades que tomen el arte en todo su integral valor. En una visita que he hecho recientemente al nuevo académico Jacinto Octavio Picón, me decía este meritísimo escri- tor : « Créame usted, en España nos sobran talentos ; lo que nos falta son voluntades y caracteres. » El Sr. Llanas Aguilaniedo, y uno de los escasos espíritus que en la nueva generación española toman el estudio y la meditación con la seriedad debida, decía no hace mucho tiempo : « Existen, además, en este país cretinizado por el abandono y la pereza, muy pocos espíritus activos; acostumbrados — la generalidad — á las comodidades de una vida fácil que no exige grandes esfuerzos intelectuales ni físicos, ni comprenden, en su mayoría, cómo puede haber individuos que encuentren en el trabajo de cualquier orden, un reposo, y al pro- pio tiempo un medio de tonificarse y de dar expansión al espíritu ; los trabajadores, con ideas y con verdadera afición á la labor, están, puede decirse, confinados en la zona norte de la península; el resto de la nación, aunque en estas cuestiones no puede generalizarse absolutamente, trabaja cuando se ve obligado á ello,- pero sin ilusión ni entusiasmo. » En lo que no estoy de acuerdo con el Sr. Llanas, es en que aquí se conozca todo, se analice y se estudie la producción extranjera y luego no se la siga. « Sin duda, dice, no nos conside- ramos elevados á una altura superior, y desde ella nos damos por satisfechos con observarlo que en el mundo ocurre, sin que nos pase por la imaginación secundar el movimiento. »
EL MODERNISMO 313 Yo anoto : Difícil es encontrar en ninguna libreríaobras de cierto género, como no las encargue unomismo. El Ateneo recibe unas cuantas revistas delcarácter independiente, y poquísimos escritore s y aficio-nados alas letras están al tanto de la producción extran-jera. He observado, por ejemplo, en la redacción de la•Revista Nueva, donde se reciben muchas buenas r e v i s -tas italianas, francesas, inglesas, y libros de ciertaaristocracia intelectual aquí desconocida, que aun com-pañeros míos de mucho talento, miran con indiferencia,con desdén, y, sin siquiera curiosidad. Demás decirque en todo círculo de jóvenes que escriben, todo sedisuelve en chiste, ocurrencia de más ó menos pimienta,ó frase caricatural que evita todo pensamiento grave.Los reflexivos ó religiosos de arte, no hay duda, quepadecen en tal promiscuidad. Los que son tachados de simbolistas no tienen unasola obra simbolista. A Valle Inclán le llaman decadenteporque estribe en una prosa trabajada y pulida, deadmirable mérito formal. Y á Jacinto Benavente, mo-dernista y esteta, porque si- piensa, lo hace bajo el solde Shakespeare, y si sonríe y satiriza lo hace comociertos parisienses que nada tienen de estetas ni demodernistas. Luego, todo se toma á guasa. Se hablópor primera vez de estetismo en Madrid y, dice el citadoSr. Llanas Aguilaniedo : « funcionó en calidad de orá-bulo la Cacharrería del Ateneo, donde se recordó áOsear Wilde... Salieron los periódicos y revistas de lacorte jugando del vocablo y midiendo á todos los idó-latras de la belleza, por el patrón del fundador de laescuela, abusándose del tema, en tales términos, qu eya, hasta los barberos de López Silva considerabanofensiva la denominación, y se resentían del epíteto.Por este camino no se va á ninguna parte. » En pintura el modernismo tampoco tiene represen- 18
314 E S P A Ñ A C O N T E M P O R Á N E Atantes, fuera de algunos catalanes, como no sean losdibujantes que creen haberlo hecho todo con emplomarsus s i l u e t a s como en los vilrauo:, imitar los cabellosaviruta dos de las mujeres de Mucha, ó calcar las deco-rado nes de revistas alemanas, inglesas ó francesas.Los catalanes, sí, han hecho lo posible, con excesoquizá, por dar su nota en el progreso artístico moderno.Desde su literatura que cuenta entre otros con Rusiñol,Maragall, Ufrillo, hasta su pintura y artes decorativas, que cuentan con el mismo Rusiñol, Casas, deun ingeniodigno de todo encomio y atención, Pichot y otros quecomo Nouell-Monturiol se hacen notar no solamente enBarcelona sino en París y otras ciudades de arte y deideas. En América hemos tenido ese movimiento antes queen la España castellana, por razones clarísimas: desdeluego, por nuestro immediato comercio material y espi- ritual con las distintas naciones del mundo, y principal- mente porque existe en la nueva generación americana un immenso deseo de progreso y un vivo entusiasmo, que constituye su potencialidad mayor, con lo cual poco á poco va triunfando de obstáculos tradicionales, mu- rallas de indiferencia y océanos de mediocracia. Gran orgullo tengo aquí de poder mostrar libros como los de Lugones ó Jaimes Freiré, entre los poetas, entre los • prositas poemas, como esa vasta, rara y complicada trilogía de Sicardi. Y digo : esto no será modernismo, pero es verdad, es realidad de una vida nueva, certifi- cación de la viva fuerza de un continente. Y, otras demos- traciones de nuestra actividad mental —no la profus a y rapsódica, la de cantidad, sino la de calidad, limitada, muy limitada, pero que bien se presenta y triunfa ante .el criterio de E u r o p a : — estudios de ciencias políticas, sociales. —- Siento igual orgullo. Y recuerdo palabras de D. Juan Valera, á propósito de Olegario Andrade,
EL MODERNISMO 315en las cuales palabras hay una buena y probable visiónde porvenir. Decía D. Juan, refiriéndose á la literaturabrasilera, sud-americana, española y norteamericana,que « las literaturas de estos pueblos seguirán siendotambién inglesa, portuguesa y española, lo cual noimpide que con el tiempo ó tal vez mañana, ó ya, salganautores yankees que valgan más que cuanto ha habidohasta ahora en Inglaterra, ni impide tampoco que nazcanen Río de Janeiro, en Pernambuco ó en Bahía escri-tores que valgan más que cuanto Portugal ha produ-cido ; ó que en Buenos Aires, en Lima, en Méjico, enBogotá ó en Valparaíso lleguen á florecer las ciencias,las letras y las artes con más lozanía y hermosura queen Madrid, en Sevilla y en Barcelona. » Nuestro modernismo, si es que así puede llamarse,nos va dando un puesto aparte, independiente de laliteratura castellana, como lo dice muy bien Remy deGourmont en carta al director del Mercurio de Amé-rica. ¿Qué importa que haya gran número de ingenios,de grotescos si gustáis, de diletanti, de nadameimpor-tistas? Los verdaderos consagrados saben que no setrata ya de asuntos de escuelas, de fórmulas, declave. Los que en Francia, en Inglaterra, en Italia, en Rusiaen Bélgica han triunfado, han sido escritores, y poetas, yartistas de energía, de carácter artístico, y deuna culturaenorme. Los flojos se han hundido, se han esfumado.Si hay y ha habido en los cenáculos y capillas de Parísalgunos ridículos, han sido por cierto « preciosos ». Amuchos les perdonaría si les conociese nuestro caroprofesor Calandrelli, pour Vamour du grec. Hoy nose hace modernismo — ni se ha hecho nunca •— consimples juegos de palabras y de ritmos. Hoy los ritmosnuevos implican nuevas melodías que cantan en lo
316 E S P A Ñ A C O N T E M P O R Á N E Aíntimo de cada poeta la palabra del mágico Leonardo :Cosa bella mortal passa, e non aVaríe. Por más que diganlos juguetones ligeros ó los niños envejecidos y amar-gados, fracasa solamente el que no entra con pie firmeen la jaula de ese divino león, el Arte — que como aquelque al gran rey Francisco fabricara el mismo Vinci,tiene el pecho lleno de lirios. No hay aquí, pues, tal modernismo, sino en lo quede reflexión puede traer la vecindad de una moda queno se comprende. Ni el carácter, ni la manera devivir, ni el ambiente, ayudan á la consagración de unideal artístico. Se ha hablado de un teatro que yo creífactible, recién llegado y hoy juzgo en absoluto impo-sible. La única brolherhood que advierto, es la de loscaricaturistas; y si de músicas poéticas se trata, losúnicos innovadores son — ciertamente — los risueñosrimadores de los periódicos de caricaturas. Caso muy distinto sucede en la capital del principadocatalán. Desde L'Avene hasta el Peí y Plom que hoysostienen Utrillo y Casas, se ha visto que existen ele-mentos para publicaciones exclusivamente « moder-nas », de una élite artística y literaria. Peí y Plom esuna hoja semejante al Gil Blas Musiré, de carácter po-pular, mas sin perder lo aristo; y, siempre, en su pri-mera plana hay un dibujo de Casas que aplaudenlápices de Munich, Londres ó París. El mismo PerRomeu, de quien os he hablado á propósito de su fa-moso cabaret de los Quatre Gats, ha estado publicandouna hoja semejante, con ayuda de Casas, y de un valorartístico notable. En esta capital no hay sino las tentativas graciosasy elegantes del dibujante Marin, — que logró elogiosdel gran Puvis; — y las de algún otro. En literatura,
EL MODERNISMO 317repito, nada que justifique ataques, ni siquiera alu-siones. La procesión fastuosa del combatido arte moder-no, ha tenido apenas algunas vagas parodias... ¿Recor-dáis en Apuleyo, la pintura de la que precedía laentrada de la primavera, en las fiestas de Isis ? (Mét.XI, 8.) Pues confrontad. 18.
UNA REINA DE BOHEMIA Diciembre 23 de 1899. Ha venido en estos días á despedirse de Madrid, lacélebre M , n e Rattazzi, que, con el nombre de BarónStock, dirige en París la Nouvelle Revue Internationale,antiguas Malinéesespagnoles. Sin ser archimillonaria,esta señora, verdadera reina del país de Bohemia, hamantenido casa puesta durante mucho tiempo, en tresó cuatro puntos de Europa. Conocido es en gran partesu curiosa vida. Poetisa, novelista, periodista, mujerde mundo sobre todo, caprichosa y rara cuando se lesube el Bonaparte á la cabeza, se ha casado tres vecesy ha consagrado un perpetuo culto al amor y al arte.Fué su primer marido el conde de Solms; el segundo,el lamoso hombre público italiano Rattazzi; el tercero,el español señor de Rute. Ya la princesa está muy vieja; con mucho trabajohabrá debido resignarse á la tiranía del tiempo. Hoyviene á cerrar su casa madrileña y á decir adiós á Es-paña, á la que tanto quiere. Antenaoche ha dicho con-movida ese adiós, en verso, ante un concurso de ami-gos. Todavía tiene energías para trabajar y vuelve áParís á proseguir en su labor; pero ya no verá más elcielo de España, ni volverá á escuchar las líricas salu-taciones que antaño le dirigiera Castelar. Su memoria
UNA REINA DE BOHEMIA 319 está poblada de recuerdos singularísimos ; su existencia toda ha pasado entre grandezas dichosas y terribles tragedias. Nieta de Luciano, y, por lo tanto, sobrina del emperador, ha recorrido en triunfo todas las cortes europeas, en tiempos en que su belleza era cantada por los mas gloriosos poetas. Si esta señora publicase sus memorias, que es probable tenga escritas, serían de los más interesante. Posee autógrafos, artículos, versos, cartas amorosas de las primeras personalidades de este siglo; y no sé hasta qué punto esté de acuerdo con George Sand, que en una ocasión, á propósito de la publicación de las cartas deLamennais, la decía: « Yo pienso como Eugenio Sue, que los muertos continúan amándonos, pero nosotros les debemos aún más de loque nos deben, sobre todo, á señalados muertos, tanultrajados y calumniados en vida, por haber amado yprocurado el bien. El excelente Sue se inquietaba porlas negligencias de estilo de sus propias cartas y nospedía las revisáramos. Si Lamennais hubiese visto denuevo las suyas, habría corregido también. En fin, yocontradigo aún á nuestro pobre Sue, en esto : quedébenos atenernos todos á no escribir una líneaque no pueda ser mostrada y publicada. No quieropensar en lo que llegarán á ser mis cartas. Quiero per-suadirme de que cuando son íntimas no saldrán de laintimidad benevolente. » La pobre Sand, que ha sidotan traída y llevada cuando la publicación de su co-rrespondencia, y no hace mucho, cuando la resurrec-ción del famoso Pagello! Eugenio Sue había escritoantes á Maria Letizia : « Creedme, mi querida María,un hombre honrado, no se ruboriza jamás de verexpuestas sus opiniones, sus acciones, ó sus pensa-mientos... Cuando escribe un hombre de nuestra posi-ción, un escritor, sabe bien que sus cartas son desgra-
320 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAciadamente autógrafos y que, dentro de veinte ó cua-renta años, serán entregadas necesariamente á lacuriosidad ó á la simpatía, por la persona á quien hansido dirigidas, ó por sus herederos. Ya lo habéis vistopor Balzac. A cada carta íntima que escribía á vuestramadre, le ponía á la cabeza: Brúler, y vos obedecíaiscomo ella á esta indicación, mientras que las demás notenían nada indicado, como si él adivinara el papelposible que debían representaren tiempo más ó menoslejano. Hay, sin embargo, un caso, en que el silenciomás escrupuloso se exige, por las simples leyes delpudor, y es cuando las cartas han sido dirigidas á lamujer y no al escritor. La mujer de letras es excusablesiempre, loable á menudo, cuando busca hacer cono-cer por su correspondencia á un amigo literario ó po-lítico que haya pertenecido á su salón; es censurable ypoco delicado cuando turba el silencio del cementeriopor revelaciones amorosas. » La Sra. Rattazzi haría muy mal en no formar el másinteresante de los libros con tanto valioso documentocomo posee. Siendo muy joven, tuvo el placer de queAlfredo de Musset la hiciera versos. Sainte-Beuve fuéuno de sus galanteadores y el viejo Dumás llegó, endías de mayor gloria, á ser su amanuense, copiándole,¡ todo un d r a m a ! Con Ponsard, el flirt es innegablecomo lo demuestra este soneto: Hier dans votre sein, ma montre est descendue; Le pays luí parut sans doute bien orné, Car pour voir chaqué site elle a tant cheminé Que la pauvre imprudente á la fin s'est perdue. Elle battait bien fort, vous l'avez entendue, Mais vous ne saviez pas que j'eusse imaginé D'y renfermer au fond mon creur emprisonné ; C'était lui qui battait sur votre gorge nue.
UNA REINA DE BOHEMIA 321Depuis ce lemps, il bat d'un m o u v e m e n t si vif,Dans le cacliot doré qui le retient captif,Que ma montre en une heure achéve la semaine.G'est ainsi qu'á l'en croire il s'est passé des moisDepuis que je vous vispour la derniére fois;II s'est passé pourtant une journée á peine. En otros versos, Ponsard ronsardiza : Lorsque vous alteindrez le bout de la carriére, Vieillie et regardant longuement en arriére, Quand vous n'entendrez plus le langage d'amour, Vous puissiez retrouver dans ees feuilles fanées Un peu du doux pari'um de vos jeunes années, Et diré : Je fus belle et bien aimée un jour. Que fué muy bella lo dicen los retratos de sus me-jores épocas, los de su primera juventud y los de suplena lozanía. No ha sido su hermosura majestuosabelleza de matrona clásica, sino belleza delicada y fina,lo que expresa el delicioso vocablo francés mignonne.Víctor Hugo estuvo enamorado de ella, y no hayduda de que los suyos son los más valiosos autógrafosque conserva la anciana princesa. El poeta admirabatoda su beldad, pero sentía singular predilección por elpie, que debe indudablemente haber conocido al natu-ral... Creo que me agradeceréis que os dé á conoceraquí algunas de esas curiosas cartas que dejan ver unlado poco conocido del gran lírico. El llamaba á laprincesa, Rodope, y á sí mismo se bautizaba, con mo-desta naturalidad, Esquilo. « Hauteville-House, 13 de noviembre.¿Seríais, se-ñora, bastante buena para decirme si la Leyenda de losSiglos, que habéis recibido, es la que os he enviado,
322 ESPAÑA CONTEMPORÁNEApues el honrado correo imperial juzga á propósitointerceptar la mayor parte de mis envíos ? Algunosdiarios que por ello se han quejado, en el extranjero,tal vez han llegado á vos. En todo caso, quizá os lleveel libro yo mismo, si Italia de aquí á entonces está yalibre, como lo espero. Permitidme que, esperando elgran artículo prometido por vos al público, os agra-dezca las veinte líneas encantadoras que habéis escritosobre La Leyenda de los siglos. Y concededme, señora,la gracia de besar vuestra mano, toda radiante depoesía. Pongo á vuestros pies todos los homenajes demi alma y de mi espíritu. » « Querida y sublime Rodope, un pensamiento aldespertarme, un pensamiento de recogimiento y deadoración, al leer ésas páginas tan tristes, tan melan-cólicas y tan dulces ; dejadme en este ensueño, depo-sitar un beso sobre vuestro pie desnudo, pues, comodice Hesíodo, el pie desnudo es celeste. Si mi audaciaos enoja, castigad mi carta quemándola. » « 17 de julio. No me pidáis ni verso, ni p r o s a ; pe-didme, señora, que me conmueva hasta el fondo delalma por una carta como la que recibo; pedidme queos admire, que os aplauda, que os contemple, — demuy lejos, ¡ ay! — Pedidme que comprenda que unamujer como vos es una obra maestra de Dios. Lospoetas no hacen sino Ilíadas; solo Dios hace mujerescomo vos; es así cómo se demuestra. Todo lo que medecís me conmueve. No puedo pensar sin un pesarmelancólico, y casi amargo, en el lugar casi radianteen que me habéis colocado en vuestra imaginación. Esla gloria, señora, semejante lugar ; ¡ y ello hubiera po-dido ser mejor que la gloria!... Dejadme que meincline ante vuestra soberanía de gracia, de belleza vde espíritu, y permitid que á la distancia, y sin inten-tar franquear toda esta mar y toda esa tierra que nos
UNA REINA DE BOHEMIA 323separan, y quedando en mi sombra, y replegándome enella aun más profundamente y más resueltamente,me ponga, en pensamiento al menos, á vuestros pies,señora. » « Hauteville-House, I o de julio — Vuestro encan-tador envío me llega, señora, en medio de una nubede cartas políticas (algunas muy sombrías), comouna estrella en un torbellino. No sabría deciros conqué emoción he visto ese deslumbrador retrato, quese parece á vuestro espíritu al mismo liempo queá vuestro rostro, y la graciosa firma que lo subraya :buscad otro palabra que dé las gracias : je vousremercie no es suficiente. » « 2 de enero de 1883 — El sombrío Esquilo da lasgracias á la delumbradora y divina Rodope. Las tinie-blas están más que nunca enamoradas de la estrella.Vuestros pensamientos y vuestras cartas son perlas, deesas perlas ardientes de que habla el Koran. Seríapreciso tener todo lo que vos tenéis, la dignidad mez-clada á la pasión, la gracia exquisita y el deslumbranteespíritu; sería preciso ser vos misma, para que unhombre en el mundo pudiera creerse digno de vos. Meparece que si estuviese cerca de vos, en vez de estal- lan lejos, os lomaría algo de vuestra alma, os robaría, como Prometeo á los dioses, esa llama celeste que está en vos. Pero estás en Roma ¡ay! Dejadme en este ensueño hablaros y evocaros... ¡Oh, señora! Quien dice grandeza dice franqueza, y vos sois franca porque sois grande. Desde hace doce días espero el coup d'Elal; espiaba y a g u a r d a b a . . . Hay que partir, ahora, líeme aquí de nuevo en el torbellino, en el vaivén, en el movimiento continuo. Escribidme, escribidme. Es- quilo envía á Rodope toda su alma, lodos sus ensueños. — VICTOIÍ HUGO. » Ahora, en sus postreros años, todas esas cosas viven
324 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAen la memoria de la antigua beldad, como pétalos deuna seca flor entre las hojas de un viejo libro. La prin-cesa, como he dicho, todavía va á Portugal, á Turquía,á Austria, en jiras artísticas ó periodísticas. Es lasombra errante de su pasado. Además, ha sufrido durí-simos golpes. Uno de ellos la muerte de una hija, á quienamaba mucho. Estando en Aix-les-Bains, un ómnibusdecapitó á la niña que jugaba, cerca de la villa de lamadre. Su hija Isabel, hija de Rattazzi, se casó en Es-paña, y su marido está en un manicomio. Y como éstemuchos sufrimientos, muchas penas. Con esto paga ála suerte el ser de sangre napoleónica y tener talento.Y admiro á esta gran bohemia, de familia imperial,que ha sido bella y ha sabido defenderse de la vida, alamor de los versos y de los besos.
EL CARTEL EN ESPAÑA Al escribir mis primeras impresiónesele España, ámi llegada á Barcelona, hice notar que una de lasparticularidades de la ciudad condal era la luminosaalegría de sus calles, enfloradas en una primaverade affiches. Así como en Buenos Aires se está aúncon el biberón á este respecto, en España no se hasalido de la infancia. León Deschamps afirma queello es en el arte en general y más especialmenleen el arte decorativo. El francés exagera. Le bastaríahaber puesto los ojos en un estudio recientementepublicado en la Revue Encyclope'dique por Mélida,para convencerse de lo contrario. Si algo hay que eneste general marasmo sostenga el espíritu antiguo dela gloriosa nación, es el arte. Las exposiciones— aunque la última haya dejado que desear — se suce-den copiosas, sustentadas por el Círculo de BellasArtes en Madrid y por el concejo municipal en Barce-lona. Las pequeñas revistas ilustradas hacen lo quepueden por desarrollar el gusto público. La arquitec-tura busca, en modelos nuevos, amplitud y gracia. Elarle decorativo alcanza notable vuelo en Cataluña. Ladecoración teatral, cuyos Rubé y Chaperon han sidoBusato y Amalio Fernández, progresa á ojos vistas.El arte antiguo español tiene un núcleo de apasionadosen la Sociedad de Excursionistas; y en el Ateneo las 19
326 E S P A Ñ A C O N T E M P O R Á N E Acátedras de arqueología y de historia del arte estánmuy bien mantenidas. Lo que hay es, como ya lo hemanifestado en vez anterior, que la protección de lasclases ricas es nula, y cpie el gobierno tampoco seocupa, como en tiempos de ilustres memorias, de favo-recer la expansión de los talentos españoles. En laultima exposición fué de gran resonancia la compra deun cuadro de Sorolla hecha por una dama de la aristo-cracia. No se dijo después de esto, que ninguna altapersonalidad de la Real Casa, ó titulo rico, hubiesehecho adquisiciones entre lo poco de mérito que habíaen el certamen que inició la primavera y cerró la gra-nizada colosal del pasado mayo, antes de término. Pero, hablemos del cartel ó af'fiche. Desde hace largos años, los carteles vistosos se hanusado en España para anunciar las famosas ferias deSevilla, de Valencia, la fiesta de la Virgen del Pilar deZaragosa, y corridas de toros en días de gala. Tales carteles no son desde luego del género de loscarteles comerciales de hoy. En ellos se procura antelodo llamar la atención del tra'seunte con la reproduc-ción criarde de los pintorescos tipos de las provincias,ó majas de grandes ojos y rojas sonrisas, loros ytoreros. Como fondo puede verse ya la iglesia de la ciudad,ó el coso, últimamente se han visto carleles anuncia-dores de las exposiciones de pinturas, de las fiestas delcarnaval y para algunas representaciones teatrales.Estos aún en número muy reducido, pero se va esta-bleciendo la costumbre. En los carteles de torería ha predominado, como enlos de las fiestas provinciales, y, puede decirse, comoen la mayor parte de las nuevas tentativas, el grilohiriente de los colores, el llamamiento feroz del color,con su tiranía engañosa; esta terrible potencia del
EL CARTEL EN ESPAÑA 327color, que como dice Barbey D'Aurevilly, hace creer enla verdad de la mentira. Con razón sorprende á Deschamps esla acentuacióndel crudo colorido, y de los oros verdaderamente pro-nunciados. La falta de originalidad es notoria, pero enesto no sólo en España sino también en el resto deEuropa se nota actualmente. Son cuatro, son seis, pon-gamos diez, affíchialas originales; los demás combinanvarios procedimientos, ó imitan francamente tafes ócuales maneras. En el arte « moderno », en literaturacomo en todo, un aire de familia, una marca de paren-tesco se advierte en la producción de distintas naciones,bajo climas diferentes. El primitivismo, el prerafac-lismo inglés ha contagiado al mundo entero. El artodecorativo de William Morris y demás compañeros, serefleja en el arte decorativo universal desde hace algu-nos años. Y en lo que al cartel se refiere, AubreyBeardsley perdura en una falange de artistas ingleses,norteamericanos y de otras partes. El mismo yankeeBradley, que tiene personalidad propia, no negaría lainfluencia del malogrado y misterioso maestro. DudleyHardy también ha extentido su sugestión á muchos desus contemporáneos. Y en Francia, basta con nombrará Cheret para reconocer á Cada paso, en obras de otrasfirmas, la imitación ó el calco de sus figuras, la atrac-ción de sus llameantes locuras de color. ¿En nuestrosensayos de Buenos Aires no se ve la persecución deMucha? Por lo tanto, lío es de extrañar que aquí seael arte del cartel un arte de reflexión. Hace algún tiempo una casa industrial muy cono-cida, la que fabrica el más conocido aún anís del Mono,abrió un concurso para anunciar su licor. Entonces senotó por primera vez que había en España una cantidadde carlelistas bastante notables que antes no se sospe-chaba. Aparecieron «trescientos monos haciendo tres-
328 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAcientas mil monerías», como en los clásicos versos.Pero el mono mejor, el que se llevó el primer premio,fué el del catalán Casas, quien presentó dos cartelescon sus monos correspondientes acompañados de dosespañolas monísimas. En el uno el animalito sobre un trí-pode, vierte á la chula envuelta en su mantón lujoso dealegres tonos, una copa de anís; en el otro la chula, —¡precioso modelo, por vida mía! — tiene en la diestrala copa y con la izquierda lleva asido á su mono. Casases uno de los mejores artistas actuales en España; conRusiñol sostiene sabia y cuerdamente un modernismobien entendido, en la capital de su Cataluña. Se leseñalan maneras imitadas de autores extranjeros, yDeschamps escribe á propositó de una de sus últimasproducciones, Pél el Ploma, los nombres de Ibels y deLautrec. Lo que hay es que tanto Casas como Rusiñoly los « nuevos » de la joven escuela catalana, como losescritores, están al tanto de lo que en el mundo enterose produce de las evoluciones del arle universal con-temporáneo, y siguen lo que se debe seguir del pensa-miento extranjero ; los métodos, como tan sabiamentelo ha dicho en ocasión reciente y á propósito de otrasdisciplinas en Buenos Aires, el Dr. Juan Agustín Gar-cía hijo. Después se desarrolla la concepción individualen el amblante propio, en el medio propio. No otracosa encuentro yo en las obras artísticas y literarias deladmirable artista de Silges. Rusiñol ha hecho carteles dignos de nota y que elescritor francés de que he hablado juzga sin observa-ción, con criterio más que ligero, precipitado. QueRusiñol sea un chercheur, perfectamente de acuerdo.« Todos sus af'fiches son de aspecto diferente». Negó.Le teatro artístico interior (sic) esl un effel de nuil Iresremarquable. ¿M. Deschamps no ha podido siquieradarse cuenta de lo que se trata\"? Teatro artístico es el
EL CARTEL EN ESPAÑA 329nombre del teatro libre que quería Benavente fundaren Madrid: Interior, es el título de un drama cuyoautor es harto conocido en La Piume, de que es direc-tor M. Deschamps, y cuyo nombre, en letras biengrandes, está al pie del cartel : M. MAETERLINCK. El«efecto de noche» es una delicada y profunda réverieen negro y violeta, si mal no recuerdo, interpretaciónde la obra vaga y dolorosa del poeta belga. En todoslos carteles de Rusiñol su espíritu se transparenta,como en todas sus pinturas, como en todo lo suyo, yaun siendo de manera distinta, por ejemplo, el cartelde UAllegria que passa, puesto que cada tema debetener una interpretación diversa, se advierte que tam-bién « p a s a » por allí el mismo aliento de enfermizapoesía que en la visión del ensueño del affiche de Ora-cions hecho en colaboración con Utrillo, ó en esa otrapágina de melancolía que anuncia el. bello libro deFulls de la Vida. Riquer es un entusiasta. Ha fundado revistas artísticasá 1'instar de similares extranjeras y de la que entrenosotros realizaría el sueño de Schiaffino, si existiera;Luz ha sido una de ellas, y tuvo poca vida. Riquerconoce á maravilla el arfe moderno. Sus ilustraciones,sus dibujos le han dado aquí justa originalidad. En suscarteles hay el mismo tálenlo buscador y feliz. Es unhábil sinfonista del color, así le haga detonar dema-siado en sus graciosas combinaciones. Sus Crisantemasson deliciosas en su claro origen sajón; Bradley mismono tiene muchos carteles superiores á éste ; su figuritapara las galletas y bizcochos de Grau y O es de unencanto innegable sobre su armoniosa decoración. AUtrillo se le compara con Steinlen. No hay duda de queel hombre de Ferros d'Arl v la fisura del AnuarioRiera, pongo por caso, parecen de la mano del artistaparisiense; pero ¿ la exquisita noya del cartel de las
330 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAaguas de Cardo? Utrillo es fuerte, es vigoroso; máscuando un soplo suave le llega, la gracia está con él. Marcelino Úncela es especialista, como Pérez, encorridas de toros. Sus picadores, sus potentes y cor-nudas bestias, sus espadas, todas las gentes del circonacional que hace vivir su talento pictórico, son deprimer orden. Pero sus carteles no corresponden bienvisto á lo que se entiende por pintura de affiche. Sonfiguras que pueden entrar en un cuadro de género,tipos de esludio para verdaderas telas de composición. A Xaudaró, el caricaturista, no le considero en lamisma línea de los cartelislas catalanes, aun de losnuevos como Gual, que revela un brio y un talento queno se discuten. Xaudaró lleva al cartel sus mismascaricaturas; el eterno enano macrocéfalo, la exagera-ción del gesto, la deformación, no por cierto á causa deun exceso de comprensión del dibujo. Sus bonshomm.esfatigan ya en su incesante repetición. En la espectacióndel cartel resultan fuera de su centro; se ve que sehan salido de los álbumes de su autor ó de las páginashumorísticas de las revistas semanales. Navarrete sí me-rece mención, por su franqueza de dibujo y su colo-rido, — siempre con la nacional exageración natural-mente. — Tanto él como casi todos los dibujantes deEspaña han ruado y abusado de la línea gruesa querecorta la figura como el emplomado de los vüraux.Desde la aparición de carteles que han dado á AlfonsoMucha su celebridad, esa afición ha aumentado, comola de imitar al affichista de Sarah Bernhardt la manerade desenvolver las cabelleras de sus figuras, como encintas y volulas. Yo no he tenido la suerte de encontrar esos cartelesde que habla M. Deschamps — que desde luego noha estado en España según creo — en que pintoresespañoles han ensayado crear aquí un arte de cartel
EL CARTEL EN ESPAÑA 331nacional. Lo que lie vislo, sí, son muchos reflejos,muchas imitaciones, muchos calcos. Buena voluntadno falta y talento sobra. No será una rareza que esacreación buscada se realice. Desde luego se ve que enel cartel español se salen de la rebusca del atractivopor la desnudez. No sé qué motivo haya, como no seael eterno de la atracción del desnudo, para anunciaruna máquina de coser, unas pildoras ó unas lámparas,con señoritas en cueros, como hace la mayor parte delos cartelistas francesas. Pero aquí hay muchas bellezasque reproducir halagando la mirada del público, eneste país de hermosos rostros femeninos y verdaderoimperio de las flores; Sattler tenía á su disposición elensueño en su país del Norte, para hacer florecer deuna flor rara su affiche del periódico Pan. ¿ Qué cosas,al claro día, no puede decir la paleta española, con laayuda de la verdad de su sol ?
LA NOVELA AMERICANA EN ESPAÑA• El novelista D. José María de Pereda ha escrito unacarta á un editor madrileño que se propone publicaruna serie de novelas de autores americanos, en la cualcarta, después de aplaudir la empresa, hace declara-ciones que conviene notar. Desde luego, el desconoci-miento que existe en la península de todo el movi-miento literario de las repúblicas hispanoamericanas.Después la afirmación de que la novela americanaexiste; ó más bien, de que hay novelistas americanosá quienes él pone sobre su cabeza. El desconocimientode que habla el célebre escritor montañés es centuplica-damente mayor que lo que él supone, no sólo en lo quetiene que ver con la literatura, sino con la vida políticay social y aun con la más elemental geografía. Y nome refiero al vulgo, ó gentes de cultura rudimentaria,sino á personas de valía mundana y hombres de cien-cia artes y letras. Toda América es tierra caliente ; loque si para París es excusable, no lo puede ser pormotivo alguno para el país que nos ha enviado con susconquistadores, su habla, su religión, sus buenas cua-lidades y sus defectos. He conocido parisiense deParís, literato y orientalista, para quien no tenía secre-tos el más modesto personaje del Ramayana, pero quede San Martín y de Bolívar no sabía sino que el unoera un santo y el otro un sombrerero. La ignorancia
LA NOVELA AMERICANA EN ESPAÑA 333española á este respecto es más ó menos como la de unparisiense. Nuestros nombres más ilustres son comple-tamente extraños. Por lo general, en política, la eru-dición llega á Rosas. Diario importante lia habido queal publicar una noticia de la reciente guerra bolivianala ha encabezado con toda tranquilidad : La guerra deChile. En la conversación, podéis oir que se confundenel Brasil, el Uruguay, ó el Paraguay con BuenosAires. Y en literatura, todo lo nuestro es irremediable-mente tropical, ó cubano. Nuestros poetas les evocanun pájaro y una fruta : el sinsonte y la guayaba. Ytodos hacemos guajiras y tenemos algo de Maceo. Tales el conocimiento. No exagero. « Introdúzcanse, popularícense aquí las obras litera-rias de nuestros consanguíneos de allá, dice amable-mente el Sr. Pereda, y las corrientes intelectuales desimpatía y de afecto serán dobles y recíprocas, y, portanto, más poderosas. Yo me honro con la amistad demuchos escritores hispanoamericanos, vivo con ellosen frecuente trato epistolar, y por eso sé lo que enEspaña pensamos de sus respectivas naciones cuantosaquí las conocemos por sus libros, espejos fieles de sucultura y de sus tendencias. Hablando sólo de nove-listas, porque solamente de ellos se trata ahora, afirmosin vacilaciones, que cuentan las mencionadas repúbli-cas con algunos tan buenos como los mejores deEuropa, etc. » La buena voluntad es manifiesta en elhidalgo. El ha querido quizás decir « como los mejoresde España » ; pero aun así, la lisonja no pierde suaumento. Desde los tiempos de la conquista á estaparte, son raros los americanos que han podido ocu-par en España un alto puesto intelectual. Además, losque han figurado han sido más españoles que america-nos, puesto que no han debido su americanismo másque al azar del nacimiento. Colocar á D. Ventura de la 19*
33i ESPAÑA CONTEMPORÁNEAVega entre los poetas argentinos, vale tanto comoincluir éntrelos poetas cubanos á José María de Here-dia, de la Academia Francesa. Baralt residió casi todasu vida en España, si mal no recuerdo. El cardenalMoreno nació en Guatemala; pero el primado no erapor cierto guatemalteco. El general Riva Palacio semezcló con los españoles ; pero por más eme lo inten-tara, prevalecía el perfume del pulque nativo ante elolor del jerez adquirido. Su españolismo era de diplo-macia. Los glóbulos de sangre que llevamos, la lengua,los vínculos que nos unen á los españoles no puedenrealizarla fusión. Somos otros. Aun en lo intelectual,aun en la especialidad de la literatura, el sablazo deSan Martín desencuadernó un poco el diccionario,rompió un poco la gramática. Esto no quita que tenda-mos á la unidad en el espíritu de la raza. Pero, volviendo á la afirmación del señor de Pereda,y haciendo todos los esfuerzos posibles para mostrarmeoptimista, no diviso yo, desde Méjico hasta el Rio dela Plata, no digo nuestro Balzac, nuestro Zola, nuestroFlaubert, nuestro Maupassant, (¡oh, perdonad!) sinoque no encuentro nuestro Galdós, nuestra Pardo Bazán,nuestro Pereda, nuestro Yalera. A menos que salu-demos á Pereda en el Sr. Picón Febres, de Venezuela,y á D a Emilia en la Sra. Carbonero, del Perú. En todoel continente se ha publicado, de novela, en lo que vade siglo, y ya va casi todo, una considerable cantidadde buenas intenciones. Del copioso montón desearía yopoder entresacar cuatro ó cinco obras presentables álos ojos del criterio europeo. La novela americana noha pasado de una que otra feliz tentativa. La Maríadel colombiano Jorge Isaacs es una rara excepción. Esuna flor del Cauca cultivada según los procedimientosde la jardinería sentimental del inefable Bernarclino.Es el Pablo y Virginia de nuestro mundo. No sé si
LA NOVELA AMERICANA EN ESPAÑA 335Büehner ó Mollescholt, envió á Isaacs una felicitaciónentusiasta : .y el sabio Dozy se manifestó conmovido.Dos generaciones americanas se han sentido llenas deEfraimes y de Marías. Lo cierto es que en esa ingenuay generosa fabulación hay un indecible encantohumano, de frescura juvenil y de verdad, que si alllegar al medio del camino de la vida nos hace sonreír,cuando no nos hace suspirar, en los años primaveraleses un delicioso breviario de amor. Pero fuera de laMaría de Isaacs, que el Sr. Pereda califica con muchaintención de novela del « género eterno », fuera de eseidilio solitario ¿ qué nos queda ? En la República Argen-tina se ha cultivado la novela. Se ha cultivado, si.¿Y el producto? Saludo con respeto la novela del Dr.López; pero, con muchísimo respeto la coloco á unlado. No me parece que pueda pretender la represen-tación de la novela americana. Mi pobre y brillanteamigo Julián Martel realizó el plausible esfuerzo de LaBolsa, obra llena de talento, de promesas, de vida,pero pastiche. El autor de los Silbidos de un vagoforma con sus novelas un grupo aparte. Es de lo másvalioso en las letras argentinas esa producción á ladiabla, vibrante, valiente, chispeante ; pero á la cualfalta la gloria del arte, virtud de inmortalidad. Apoyadopor Zola, Antonio Argerich escribe una novela; otratentativa. Carlos Maria Ocanfos escribe novelas abso-lutamente españolas cuyo argumento se desarrolla enBuenos Aires. Nos queda, una obra de resonancia :Amalia de Mármol. Quitadle su valor histórico, sualcance político, su base de « episodio nacional ».Encontraréis que el furioso y admirable yámbico resultaun mediocre novelador. Las novelas de Groussac sonnovelas europeas por todo sentido, y la primera razónes que el autor es un europeo. Grandmontagne con suirilogía realiza, ó anuncia, lo que puede ser mañana la
336 ESPAÑA CONTEMPORÁNEAnovela argentina. Para mí el primer novelista ameri-cano ó el único hasta hoy ha sido el primer novelistaargentino : Eduardo Gutiérrez. Ese bárbaro folletínespeluznante, esa confusión de la leyenda y de la his-toria nacional en escritura desenfadada y á la criolla,forman, en lo copioso de la obra, la señal de una épocaen nuestras letras. Esa literatura gaucha es lo únicoque hasta hoy puede atraer la curiosidad de Europa :ella es un producto natural, autóctono, en su salvajefiereza y poeta va el alma de la tierra. El poeta de esemomento embrionario es Martin Fierro, y en esto estoyabsolutamente de acuerdo con el señor de Unamuno. Chile ha tenido también cultivadores, pero ningunode los que han pretendido hacer novela chilena havencido al viejo Blest Gana. Sin embargo, Blest Gana,escritor sin estilo, fabulador de poco interesantesintrigas, está ya casi olvidado. Su novela no es la novelaamericana. Surge ahora en Chile un talento joven quees firme esperanza; ha demostrado la contextura de unnovelista de base nacional sostenido por la precisacultura, la necesaria cultura, sin la cual nada seráposible ; me refiero al hijo de Vicuña Mackenna, á Ben-jamín Vicuña Mackenna Subercasseaux, de nombre unpoco largo para nombre de autor. Del Perú no conozconovelista nombrable, aunque hay buenos cuentistasentre los jóvenes literatos, lo que no es poco. RicardoPalma ha podido realizar una obra que habría comple-tado su fama de tradicionista : la novela de la colonia. Lopropio el boliviano Julio L. Jaimes, cuyas reconstruc-ciones del buen tiempo viejo de Potosi demuestran sumaestría en esos asuntos. Venezuela ha tenido nove-listas locales, cuya obra total se esfuma ante un solocuento de Díaz Rodríguez. Este escritor podría darnosla novela venezolana, americana; pero se queda en sujardín de cuentos, de innegable filiación europea. En
LA NOVELA AMERICANA EN ESPAÑA 337Colombia los que han escrito novelas forman legión.Colombia es el país de la fecundidad, en talento, enmediocridad, en todo. Por algún lado allá todo elmundo es Tequendama. Pues entre toda la balumba denovelas colombianas tan solamente florece para elmundo, orquídea única de esos tupidos bosques, lacaucana María. Últimamente un escritor de combate,artista leonino, malgré luí, ha escrito una novela-poema, con la inevitable mira política. Hablo de VargasVila. En Centro América sólo hay dignos de cita JoséMilla, autor de varias curiosas novelas de argumentocolonial, escritor de ingenio muy castizo, personagrala seguramente al Sr. de Pereda ; Salazar y EnriqueGómez Carrillo, todos guatelmatecos de nacionalidad,pero el primero, fruto legitimo de España, el segundosaturado de Alemania, el tercero parisiense de adop-ción y vecino del Boul' Mich. En Méjico, como enColombia muchos novelistas han surgido, desde Alta-mirano hasta Gamboa; pero la novela mejicana seespera aún. Ya ve el Sr. de Pereda que su bondad es un tantoabultadora. Nuestro organismo mental no está consti-tuido todavía, y si en lírica podemos presentar dos ótres nombres al mundo, toda la novela americana pro-ducida desde la independencia de España hasta nues-tros días no vale este solo nombre, por otra parte pocosimpático para mí : Benito Pérez Galdós. Una novela americana acaba de publicarse en Madrid,de la cual quiero hablar á los lectores de LA NACIÓN.Todo un pueblo. Su autor es Miguel Eduardo Pardo,venezolano, residente en París, y que ha vivido poralgún tiempo en esta corte. El libro es una obra de
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